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de las Humanidades:
Literatura y Artes Visuales
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La Triada Intelectual Chilena: Articuladora de la Interdiscursividad de la
Vanguardia
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La tradición de la ruptura implica no solo la negación de la tradición
sino también de la ruptura.
1. Introducción.
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Octavio Paz plantea en Los Hijos del Limo que la tradición de la ruptura es una idea contradictoria al
referirse a la poesía moderna, puesto que lo moderno al reiterarse también se convierte en tradición.
Lo mismo se puede transferir al arte en general –pues es otra modalidad de creación estética-,
especialmente al vanguardismo al cual se reconoce por su carácter rupturista actual con respecto a
un movimiento anterior. Con el transcurso del tiempo, esa ruptura también ocurrirá con aquel que
fue rupturista. Según este connotado autor, la solución es cambiar el vocablo “ruptura” por otro que
referiéndose a un momento específico, no violentice a los conceptos de continuidad y transmisión.
Termina enunciando que lo mejor es hablar de la tradición moderna.
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nacional -después de la Generación del 13 o del Centenario-, el grupo Los Diez que
reúne creadores de diferentes disciplinas artísticas, con ideas innovadoras y rebeldes e
irónicas impulsaron la próxima llegada de la vanguardia nacional. Entre ellos se
puede mencionar al gran artista plástico Juan Francisco González. Las ideas de este
destacado grupo de creadores, hicieron eco en la conformación del grupo
Montparnasse, el cual permitió focalizarse en una pintura -alejada de la canónica-
renovada, innovadora, diferente, que establece realmente las características de los
movimientos vanguardistas. También participa en este grupo Jean Emar, pintor,
escritor y crítico quien con sus acertadas y agudas ideas de obras pictóricas es
reconocido como perteneciente e estos movimientos rupturistas. Sin embargo, quien
inicia estas nuevas concepciones estéticas es Vicente Huidobro con su Creacionismo,
ubica a Chile dentro del arte mundial. Estos tres grandes artistas nacionales
conforman la Triada Intelectual de la Vanguardia Chilena.
En el presente ensayo, se pretende demostrar que la triada intelectual
mencionada contribuye a la articulación de la Interdiscursividad pictórica y literaria
de la vanguardia chilena. Esta hipótesis de trabajo puede enunciar varias
interrogantes: ¿Es factible la articulación de la pintura y la literatura en la vanguardia
chilena? ¿Qué aportes significativos produjeron esta llamada Triada Intelectual a la
vanguardia chilena? ¿Qué importancia o rol estético vanguardista en Chile cumplen el
grupo de Los Diez y el Montparnasse? Estas y otras interrogantes se abordarán y
responderán durante el desarrollo del presente estudio expositivo-argumentativo.
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Consideraciones generales de la vanguardia chilena, la Triada Intelectual
Vanguardista, Interdiscursividad pictórica y literaria chilena-, la conclusión y las
fuentes bibliográficas.
Se debe esclarecer al lector que algunas ideas expuestas en el presente
trabajo no cuentan con una referencia bibliográfica explícita, debido que ellas forman
una base de los conocimientos previos adquiridos como resultado de la avidez
autodidacta y académica del autor por el conocimiento en general.
Sin mayores prolegómenos, se inicia el desarrollo de los diferentes
puntos referenciales que estructuran este ensayo con el propósito de corroborar la
tesis propuesta y desarrollar las ideas necesarias para satisfacer las expectativas del
autor y del lector. Cada uno de estos, en una actividad dialéctica extemporánea
utilizará sus aprendizajes previos, habilidades y competencias necesarias para cumplir
con los objetivos trazados en sus respectivos derroteros. Como todo itinerario y viaje
que se inicia, el proceso de este trayecto no se puede escindir de lo impredecible.
2. Consideraciones generales de la vanguardia chilena.
En los primero años del siglo XX, nace en Francia el término avant-
garde o vanguardia que se refería -a un concepto bélico- a movimientos artísticos tale
como el fauvismo, el futurismo, dadaísmo, creacionismo, cubismo, surrealismo,
ultraísmo, entre otros. Compartían todos las siguientes características: ruptura con el
pasado tradicional, iniciar una nueva forma de expresividad y de sensibilidad ad hoc a
la época, rebelarse contra los modos y técnicas artísticas de la época canónica, la
liberad del creador en la producción de su obra, nuevos códigos y formas de lectura
estéticas. En Chile, el desarrollo de la vanguardia se relaciona directamente con las
obras de Vicente Huidobro con su Creacionismo movimiento que es coetáneo a las
vanguardias europeas. Su característica central es la pretensión de hacer de la poesía
un canal de creación total que tiene significación en sí misma y no en la
referencialidad del lenguaje utilizado. Para ello se emplean neologismos,
deconstrucción lingüística, inclusión de nuevos elementos expresivos, tropos
originales, verso libre, rupturas sintácticas, desmantelamiento del signos lingüístico,
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etc. En síntesis, un movimiento vanguardista que situó a Chile en el ámbito artístico
internacional.
Los Diez, tienen por lema uno que dice así: a u n lema no significa nada, . E s t e
sabio aforismo, traducido al latín da, impreso, un bonito efecto tipográfico. Nuestro
libro oculto se llama “Jelsé » , palabra a la que e s inútil buscar etimologías, porque
no significa nada, pues s e ha formado, uniendo, a la suerte, cinco letras. (Prado: 12)
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Destacan en este grupo, los textos críticos de arte de Jean Emar publicados en el
diario La Nación. Estos son considerados como pos primeros ensayo
vanguardistas escritos en Chile. En definitiva, lo que el grupo Montparnasse -y
la llamada Generación del 28 después- lograron fue terminar finalmente con la
estética de la pintura decimonónica.
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poeta o movimiento como este deben poseer: “1, activismo; 2, antagonismo; 3,
nihilismo, y 4, agonismo.” (Huidobro, 2008: ix)
Activismo lo define como “… el espíritu de aventura y por el experimentalismo”.
Antagonismo es “…el rechazo de la tradición, el intento de sepultar el pasado y a las
academias…”
Nihilismo en el sentido de “…acto violento de derribar barreras, arrasar obstáculos y
destruir todo lo que se ponga por delante, sin control ni escrúpulos.”
Agonismo corresponde a “…un estado de inmolación como un sacrificio necesario
para el éxito de su proyecto literario.”
A continuación, se ejemplifica cada una de estas “actitudes”
vanguardistas presentes en el poemario en análisis:
Activismo. La vida y personalidad de Huidobro es el mejor ejemplo de esta “actitud”,
pero en Altazor se puede apreciar en la aventura que realiza el “yo” poético en su
viaje en paracaídas; y el experimentalismo a través de la degradación lingüística y el
énfasis lúdico en algunos de sus poemas. Por ejemplo:
“Una tarde, cogí mi paracaídas y dije: “Entre una estrella y dos golondrinas.” He aquí
la muerte que se acerca como la tierra al globo que cae.” (Huidobro, 2008: 9)
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Agonismo. La idea de la autodestrucción e inmolación con tal de alcanzar el
objetivo a toda costa, incluso provocando su propia muerte, desintegración, final y
desaparición, se puede observar claramente en el “yo” poético que es Altazor, un
constructo lingüístico, hecho de palabras que debe alcanzar el límite de la idea
creacionista, alejarse lo más posible del mundo real aunque ello signifique la
fragmentación y pérdida total de la existencia. Se cumple cuando Altazor se escinde,
se desmaterializa en un ente inexiste, incorpóreo, inmaterial, sin sentido, sin voz, sin
sonido, solo silencio sepulcral: la nada. Por ejemplo, en el lacónico canto VII,
Altazor, un ente materializado por palabras, se fragmenta solo en sonidos guturales,
estertores de la agonía, de la muerte, de la destrucción y del sinsentido: la
inexistencia. Ejemplo:
“Lalalí
Io ia
Iiio
Ai a i ai a i i i i o ia”. (Ibídem: 111)
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Valenzuela Llanos. Juan Francisco González fue un pintor destacado, de gran
talento, de un espíritu vehemente y crítico. Originó una gran producción artística e
intelectual que se calcula en más de 4.000 cuadros. Se dedicó también a la
enseñanza, transmitiendo la idea de que el arte es como una postura frente a la vida,
considerado por muchos como un verdadero ejemplo a seguir.
Su influencia se hizo presente en diferente pintores jóvenes, otros de
la Generación del 13, del Grupo Montparnasse y de la Generación del 28. Su modo
de pintar es considerado revolucionario, porque supo liberarse de los cánones
rigurosos del academicismo y se distanció del proceso plástico tradicional, que
registraba las cosas en sus relaciones de forma y color, acomodándose sólo a la
objetividad estricta que reclama el sentido común.
Se aproximó al impresionismo debido a su tendencia a pintar con
máxima libertad y soltura, por la mancha espontánea y por la necesidad de
aprehender las impresiones cambiantes del paisaje a través de la anáfora, de la
pincelada fugada, la disolución de la forma, del cromatismo puro y de las
entonaciones cálidas. En un artículo del Dr. Pedro Zamorano Pérez Educación
Artística en Chile, él se refiere a este autor así:
Juan Francisco González, a decir de Isabel Cruz (1984: 263), fue un maestro de
“figura patriarcal”, que influyó fuertemente con su personalidad en un número
importante de discípulos. “Yo tenía ojos, pero él me enseñó a ver”, señaló Pedro
Prado (1947). El grupo Montparnasse vio en él un referente orientador. De
hecho, fue invitado por estos artistas al Salón de 1925, que ellos habían
organizado. A los 72 años González expone junto a estos jóvenes en una
muestra en donde también exhibía Vicente Huidobro sus caligramas.
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posible el surgimiento de una vanguardia chilena, local congruente con la realidad
nacional.
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Conclusiones
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Fuentes Bibliográficas
Paz, O. (2008). Los Hijos del Limo. Santiago de Chile: Tajamar Editores Ltda.
Fuentes Cibergráficas
http://www.memoriachilena.cl/archivos2/pdfs/MC0011451.pdf Jelsé
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