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Magíster en Enseñanza

de las Humanidades:
Literatura y Artes Visuales

LA TRIADA INTELECTUAL ARTICULADORA DE LA


INTERDISCURSIVIDAD DE LA VANGUARDIA CHILENA

Cátedra: Artes Visuales en Chile: siglos XIX y XX


Docente: Dr. Pedro Emilio Zamorano Pérez
Magistrante: Eduardo Sepúlveda Murga
Fecha: 22 de octubre de 2011

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La Triada Intelectual Chilena: Articuladora de la Interdiscursividad de la
Vanguardia

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La tradición de la ruptura implica no solo la negación de la tradición
sino también de la ruptura.

1. Introducción.

Varios hechos historiográficos importantes de principios del siglo XX


–Teoría de la Relatividad, primera guerra mundial, Psicoanálisis, vanguardias
iniciales y movimientos ideológicos- dieron paso a la impronta imborrable de una
nueva cosmovisión y un modelo epistemológico que representaba y explicitaba mejor
la realidad de ese momento. Entre las manifestaciones artísticas que tuvieron un rol
fundamental en el desarrollo de este nuevo paradigma cultural fueron la pintura y la
literatura. Surge así una ruptura con las bases tradicionales decimonónicas ora a
través del aporte de diversas ideas innovadoras asidas de los sucesos históricos
mencionados previamente, ora del leal espejo del espíritu circundante y coetáneo.
También quedan simientes de levedad modernista, de cambios sociales acaecidos y
de la herencia esencial de Charles Baudelaire con el aroma cultural de Las flores del
mal. El Fauvismo, el Futurismo, el Cubismo, el Dadaísmo, el Surrealismo marcan el
camino de esta nueva concepción lírica vanguardista a nivel europeo. A nivel

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Octavio Paz plantea en Los Hijos del Limo que la tradición de la ruptura es una idea contradictoria al
referirse a la poesía moderna, puesto que lo moderno al reiterarse también se convierte en tradición.
Lo mismo se puede transferir al arte en general –pues es otra modalidad de creación estética-,
especialmente al vanguardismo al cual se reconoce por su carácter rupturista actual con respecto a
un movimiento anterior. Con el transcurso del tiempo, esa ruptura también ocurrirá con aquel que
fue rupturista. Según este connotado autor, la solución es cambiar el vocablo “ruptura” por otro que
referiéndose a un momento específico, no violentice a los conceptos de continuidad y transmisión.
Termina enunciando que lo mejor es hablar de la tradición moderna.

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nacional -después de la Generación del 13 o del Centenario-, el grupo Los Diez que
reúne creadores de diferentes disciplinas artísticas, con ideas innovadoras y rebeldes e
irónicas impulsaron la próxima llegada de la vanguardia nacional. Entre ellos se
puede mencionar al gran artista plástico Juan Francisco González. Las ideas de este
destacado grupo de creadores, hicieron eco en la conformación del grupo
Montparnasse, el cual permitió focalizarse en una pintura -alejada de la canónica-
renovada, innovadora, diferente, que establece realmente las características de los
movimientos vanguardistas. También participa en este grupo Jean Emar, pintor,
escritor y crítico quien con sus acertadas y agudas ideas de obras pictóricas es
reconocido como perteneciente e estos movimientos rupturistas. Sin embargo, quien
inicia estas nuevas concepciones estéticas es Vicente Huidobro con su Creacionismo,
ubica a Chile dentro del arte mundial. Estos tres grandes artistas nacionales
conforman la Triada Intelectual de la Vanguardia Chilena.
En el presente ensayo, se pretende demostrar que la triada intelectual
mencionada contribuye a la articulación de la Interdiscursividad pictórica y literaria
de la vanguardia chilena. Esta hipótesis de trabajo puede enunciar varias
interrogantes: ¿Es factible la articulación de la pintura y la literatura en la vanguardia
chilena? ¿Qué aportes significativos produjeron esta llamada Triada Intelectual a la
vanguardia chilena? ¿Qué importancia o rol estético vanguardista en Chile cumplen el
grupo de Los Diez y el Montparnasse? Estas y otras interrogantes se abordarán y
responderán durante el desarrollo del presente estudio expositivo-argumentativo.

La metodología de trabajo requiere del análisis de las características que demuestran


que estos tres grandes artistas nacionales contribuyeron al cambio del paradigma
tradicional tanto en pintura como en literatura. Para ello se empleará un enfoque
argumentativo-reflexivo y hermenéutico en la que se incluyen ideas del curso Artes
Visuales en Chile: siglos XIX y XX –cátedra realizada por el académico Dr. Pedro
Zamorano Pérez en la Universidad de Talca, 5° trimestres de 2011- y otras recogidas
de diferentes textos de connotados intelectuales y críticos nacionales y extranjeros.
Se utiliza el formato de un ensayo, estructurado en la introducción, tres apartados –

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Consideraciones generales de la vanguardia chilena, la Triada Intelectual
Vanguardista, Interdiscursividad pictórica y literaria chilena-, la conclusión y las
fuentes bibliográficas.
Se debe esclarecer al lector que algunas ideas expuestas en el presente
trabajo no cuentan con una referencia bibliográfica explícita, debido que ellas forman
una base de los conocimientos previos adquiridos como resultado de la avidez
autodidacta y académica del autor por el conocimiento en general.
Sin mayores prolegómenos, se inicia el desarrollo de los diferentes
puntos referenciales que estructuran este ensayo con el propósito de corroborar la
tesis propuesta y desarrollar las ideas necesarias para satisfacer las expectativas del
autor y del lector. Cada uno de estos, en una actividad dialéctica extemporánea
utilizará sus aprendizajes previos, habilidades y competencias necesarias para cumplir
con los objetivos trazados en sus respectivos derroteros. Como todo itinerario y viaje
que se inicia, el proceso de este trayecto no se puede escindir de lo impredecible.
2. Consideraciones generales de la vanguardia chilena.

En los primero años del siglo XX, nace en Francia el término avant-
garde o vanguardia que se refería -a un concepto bélico- a movimientos artísticos tale
como el fauvismo, el futurismo, dadaísmo, creacionismo, cubismo, surrealismo,
ultraísmo, entre otros. Compartían todos las siguientes características: ruptura con el
pasado tradicional, iniciar una nueva forma de expresividad y de sensibilidad ad hoc a
la época, rebelarse contra los modos y técnicas artísticas de la época canónica, la
liberad del creador en la producción de su obra, nuevos códigos y formas de lectura
estéticas. En Chile, el desarrollo de la vanguardia se relaciona directamente con las
obras de Vicente Huidobro con su Creacionismo movimiento que es coetáneo a las
vanguardias europeas. Su característica central es la pretensión de hacer de la poesía
un canal de creación total que tiene significación en sí misma y no en la
referencialidad del lenguaje utilizado. Para ello se emplean neologismos,
deconstrucción lingüística, inclusión de nuevos elementos expresivos, tropos
originales, verso libre, rupturas sintácticas, desmantelamiento del signos lingüístico,

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etc. En síntesis, un movimiento vanguardista que situó a Chile en el ámbito artístico
internacional.

En pintura, la vanguardia chilena se desarrolla con cierto retraso en


comparación con la literatura, pero sus incipientes voces fueron emitidas con
antelación. Después de la Generación del 13 –que se direccionó más por un retorno a
las ideas españolas en relación a las de la pintura francesa. Su mérito fue estimular el
tópico local, realista de tendencia urbana. Las características de su pintura se
centraban en representar lo figurativo, lo ilustrativo, basándose en temas de carácter
criollista. Aquí destaca Juan Francisco González debido a su énfasis en la mancha y
ser espontáneo y natural del gesto pictórico. Con el transcurso del tiempo, esta
situación cambió con el grupo Los Diez el que reunía a creadores de diferentes
disciplinas artísticas –como literatura, pintura, arquitectura- y que asume como
objetivo iniciar una transformación estética radical en las áreas artística enunciadas.
Se trataba, por ese entonces, de un campo artístico que aún no alcanzaba su plena
autonomía. Más adelante propusieron que el arte se debía desarrollar de una forma
espontánea, con una natural libertad. En la lectura que hace Pedro Prado –su voz más
representativa- enuncia cierta pena por una estética de lo perdido y como una forma
de ironizar con la solemnidad y el elegante lenguaje de los grupos tradicionales en la
“Somera iniciación al Jelsé”. Realmente, esta palabra que no tiene un concepto
denotativo se la puede comparar con el “Dadá”. Se comprueba en las propias
palabras de este autor:

Los Diez, tienen por lema uno que dice así: a u n lema no significa nada, . E s t e
sabio aforismo, traducido al latín da, impreso, un bonito efecto tipográfico. Nuestro
libro oculto se llama “Jelsé » , palabra a la que e s inútil buscar etimologías, porque
no significa nada, pues s e ha formado, uniendo, a la suerte, cinco letras. (Prado: 12)

La manifestación artística del Montparnasse se centró en los


proceso mentales. Ahora la pintura debía asumir su rol material, despreciando
toda idea naturalista . De esta forma, se favorece a un arte más actual y
vanguardista, pero aún lejano de las características de los movimientos europeos.

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Destacan en este grupo, los textos críticos de arte de Jean Emar publicados en el
diario La Nación. Estos son considerados como pos primeros ensayo
vanguardistas escritos en Chile. En definitiva, lo que el grupo Montparnasse -y
la llamada Generación del 28 después- lograron fue terminar finalmente con la
estética de la pintura decimonónica.

Por último, se puede aseverar que los movimientos vanguardistas


pasan a ser reiteradamente la ruptura de los cánones tradicionales, porque son
evolutivos, diacrónicos, pero que en un momento determinado se convierten en
algo fijo, estático, sincrónico. El gran crítico mexicano Octavio Paz nos aclara
dicha afirmación en su obra Los hijos del limo:

La modernidad nunca es ella misma: siempre es otra. Lo moderno no se


caracteriza únicamente por su novedad, sino por su heterogeneidad. Tradición
heterogénea o de lo heterogéneo, la modernidad está condenada a la pluralidad: la
antigua tradición era siempre la misma, la moderna es siempre distinta (…)
Tradición de lo moderno: heterogeneidad, pluralidad de pasados extrañeza radical.
Ni lo moderno es la continuidad del pasado en el presente ni el hoy es el hijo del
ayer: son su ruptura, su negación. Lo moderno es autosuficiente: cada vez que
aparece, funda su propis tradición. (Paz, 2008: 12)

3. La Triada Intelectual Vanguardista.

Los tres intelectuales que representan diáfanamente la ideas


vanguardistas chilenas son Vicente Huidobro, Jean Emar y Juan Francisco González.

El primero de ellos es creador de un movimiento de vanguardia


reconocido a nivel internacional. En diferentes obras de este destacado poeta, las
características propias de aquel se representan y demuestran claramente. Destaca
Altazor, porque cumple con los rasgos de esta tendencia artística del siglo XX que
son la ruptura y el cambio -según lo mencionado por Paz- en relación a las
producciones líricas tradicionales.

El crítico literario italiano Renato Poggioli tipifica este poemario de


Huidobro como vanguardista puesto que cumple con cuatro “actitudes” que todo

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poeta o movimiento como este deben poseer: “1, activismo; 2, antagonismo; 3,
nihilismo, y 4, agonismo.” (Huidobro, 2008: ix)
Activismo lo define como “… el espíritu de aventura y por el experimentalismo”.
Antagonismo es “…el rechazo de la tradición, el intento de sepultar el pasado y a las
academias…”
Nihilismo en el sentido de “…acto violento de derribar barreras, arrasar obstáculos y
destruir todo lo que se ponga por delante, sin control ni escrúpulos.”
Agonismo corresponde a “…un estado de inmolación como un sacrificio necesario
para el éxito de su proyecto literario.”
A continuación, se ejemplifica cada una de estas “actitudes”
vanguardistas presentes en el poemario en análisis:
Activismo. La vida y personalidad de Huidobro es el mejor ejemplo de esta “actitud”,
pero en Altazor se puede apreciar en la aventura que realiza el “yo” poético en su
viaje en paracaídas; y el experimentalismo a través de la degradación lingüística y el
énfasis lúdico en algunos de sus poemas. Por ejemplo:
“Una tarde, cogí mi paracaídas y dije: “Entre una estrella y dos golondrinas.” He aquí
la muerte que se acerca como la tierra al globo que cae.” (Huidobro, 2008: 9)

“Y puesto que debemos vivir y no nos suicidamos


Mientras vivamos juguemos
El simple sport de los vocablos.” (Ibídem: 59)

Antagonismo. En Altazor el hablante lírico desea romper con la poesía tradicional y


los dogmas cristianos. Verbigracia:
“Y pasa desde la tierra a las constelaciones el entierro de la poesía.” (Ibídem: 58)
“Nací a los treinta y tres años, el día de la muerte de Cristo…” (Ibídem: 9)

Nihilismo. La idea de arrasar y destruir todo, el hablante lírico la expresa en varios


de sus poemas. Incluso el texto en general es el viaje a la autodestrucción del emisor
de la creación lírica y de esta misma. Por ejemplo:
“Es hora de dormir en todas partes. El sueño saca al hombre de la tierra.” (Ibídem: 83)
“Y yo oigo la risa de los muertos debajo de la tierra.” (Ibídem: 99)
“Tempovío, infilero e infinauta zurrosía.” (Ibídem: 111)

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Agonismo. La idea de la autodestrucción e inmolación con tal de alcanzar el
objetivo a toda costa, incluso provocando su propia muerte, desintegración, final y
desaparición, se puede observar claramente en el “yo” poético que es Altazor, un
constructo lingüístico, hecho de palabras que debe alcanzar el límite de la idea
creacionista, alejarse lo más posible del mundo real aunque ello signifique la
fragmentación y pérdida total de la existencia. Se cumple cuando Altazor se escinde,
se desmaterializa en un ente inexiste, incorpóreo, inmaterial, sin sentido, sin voz, sin
sonido, solo silencio sepulcral: la nada. Por ejemplo, en el lacónico canto VII,
Altazor, un ente materializado por palabras, se fragmenta solo en sonidos guturales,
estertores de la agonía, de la muerte, de la destrucción y del sinsentido: la
inexistencia. Ejemplo:
“Lalalí
Io ia
Iiio
Ai a i ai a i i i i o ia”. (Ibídem: 111)

Jean Emar es otro importante representante la vanguardia chilena que


no ha sido reconocido como tal por muchos años, pero que actualmente sí se lo está
estudiando y estudiando en el sitial del arte chileno como se lo merece. Durante 20
años escribió “Notas de Arte” de La Nación, diario creado por su padre. Además
participó junto a Henriette Petit y Luis Vargas Rosas en la creación del grupo
pictórico Montparnasse. Estuvo en Europa, en donde aprendió y se vinculó con las
ideas vanguardistas lo que explica su desprecio por el realismo y lo academicista.
Fue novelista, cuentista y crítico literario. Durante varios años dejó de escribir y se
mantuvo en el anonimato, pero en la década de los 90, a causa de diferentes estudios
críticos y referencias a su obra, su nombre empieza a ocupar un sitial destacado
dentro del canon destacado de la literatura contemporánea. Lamentablemente muere
en 1974 sin saber de la importancia que tendrían sus creaciones estéticas.
Juan Francisco González (1853-1933) junto a poetas, escritores,
arquitectos y músicos, formó el grupo de Los Diez, cuyo propósito era forjar un arte
nuevo y chileno. Es considerado dentro de la Generación de los Grandes Maestros
de la Pintura Chilena formada por Pedro Lira, Alfredo Valenzuela Puelma y Alberto

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Valenzuela Llanos. Juan Francisco González fue un pintor destacado, de gran
talento, de un espíritu vehemente y crítico. Originó una gran producción artística e
intelectual que se calcula en más de 4.000 cuadros. Se dedicó también a la
enseñanza, transmitiendo la idea de que el arte es como una postura frente a la vida,
considerado por muchos como un verdadero ejemplo a seguir.
Su influencia se hizo presente en diferente pintores jóvenes, otros de
la Generación del 13, del Grupo Montparnasse y de la Generación del 28. Su modo
de pintar es considerado revolucionario, porque supo liberarse de los cánones
rigurosos del academicismo y se distanció del proceso plástico tradicional, que
registraba las cosas en sus relaciones de forma y color, acomodándose sólo a la
objetividad estricta que reclama el sentido común.
Se aproximó al impresionismo debido a su tendencia a pintar con
máxima libertad y soltura, por la mancha espontánea y por la necesidad de
aprehender las impresiones cambiantes del paisaje a través de la anáfora, de la
pincelada fugada, la disolución de la forma, del cromatismo puro y de las
entonaciones cálidas. En un artículo del Dr. Pedro Zamorano Pérez Educación
Artística en Chile, él se refiere a este autor así:

Juan Francisco González, a decir de Isabel Cruz (1984: 263), fue un maestro de
“figura patriarcal”, que influyó fuertemente con su personalidad en un número
importante de discípulos. “Yo tenía ojos, pero él me enseñó a ver”, señaló Pedro
Prado (1947). El grupo Montparnasse vio en él un referente orientador. De
hecho, fue invitado por estos artistas al Salón de 1925, que ellos habían
organizado. A los 72 años González expone junto a estos jóvenes en una
muestra en donde también exhibía Vicente Huidobro sus caligramas.

Los temas que cultivó fueron flores ("Rosas Blancas"), retratos


("Retrato de niña") y paisajes ("Puente sobre el Tíber"); también representó distintos
espacios en donde vivió: Valparaíso ("Marina"), Limache ("Calle de Limache"),
Santiago ("Panorama de Santiago desde el Santa Lucía") y Melipilla ("Paisaje de
invierno"), sin dejar de lado los sitios visitados durante sus viajes ("A orillas del
Guadalquivir, San Marcos de Venecia"). Después de su viaje por Europa, González
consolidó en Chile el discurso e ideas posimpresionistas que posteriormente hicieron

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posible el surgimiento de una vanguardia chilena, local congruente con la realidad
nacional.

4. Interdiscursividad pictórica y literaria chilena.

La integración y articulación de la literatura y la pintura no es una


novedad, puesto que durante varios años han estado unidas por la crítica, fines
estéticos comunes, con un lenguaje diferente, pero que convergen en la polifonía
interpretativa de signos, de posibilidades interpretativas múltiples, dependiendo, por
supuesto, de la calidad de la obra y de las habilidades y cultura artística del receptor.
Muchos han sido los literatos y críticos que han realizado artículos ensayísticos,
críticos, hermenéuticos, iconológicos, écfrasis, de diferentes obras pictóricas
destacadas. El lenguaje iconográfico y lingüístico se fusionan en un objetivo común
que acercan la acción sígnica a una correcta y mejor interpretación de la obra
pictórica. También lo podemos observar directamente en acrósticos, caligramas y los
famoso Artefactos de Nicanor Parra. Esta articulación, facilita a los docentes y
alumnos a una mejor comprensión de una obra pictórica a través de una exégesis de
estas, utilizando las herramientas lingüísticas. Además, la integración de disciplinas
diferentes permiten a los receptores una mejor decodificación y entendimiento de
ambos subsectores.

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Conclusiones

1. La articulación de la pintura y la literatura es factible realizar situación que


posibilita una mejor comprensión, integración e interpretación correcta de
ambas manifestaciones artísticas.
2. La Triada Intelectual de estos grandes artistas chilenos realizaron aportes
importantes en forma individual y grupal en el desarrollo de la vanguardia
chilena. En el apartado correspondiente, se corroboró esta afirmación.
3. El grupo Los Diez y el Montparnasse cumplieron un rol decisivo en el
proceso y manifestación directa –respectivamente- de la vanguardia chilena,
aunque un poco más conservadora y no tan rupturista que la europea.
4. Sin lugar a dudas, este ensayo constituye solo una de las múltiples lecturas
que puede tener el tópico de la vanguardia chilena, pues las posibilidades
interpretantes -según Peirce- invitan al ávido lector a descubrir y explorar las
otras que ofrece.

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Fuentes Bibliográficas

Gazmuri, C. y otros. (2007). 100 Años de Cultura Chilena. Santiago de Chile:


Editorial Zig-Zag, S.A. Segunda Edición.

Huidobro, V. (2008). Altazor. Santiago de Chile: Editorial Universitaria S. A.

Paz, O. (2008). Los Hijos del Limo. Santiago de Chile: Tajamar Editores Ltda.

Zamorano, P. y otros. Educación artística en chile: Fernando Álvarez de Sotomayor,

Juan Francisco González y Pablo Burchard, tres maestros emblemáticos. (Formato


.pdf). ISSN 0716-1840.

Fuentes Cibergráficas

http://www.memoriachilena.cl/archivos2/pdfs/MC0011451.pdf Jelsé

(Fuente consultada el 28-11-10)

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