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From the SelectedWorks of Walter Vásquez

Rebaza

October 2012

La (visible) presencia de los contratos coligados en


el sistema jurídico peruano.

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ANÁLISIS JURÍDICO
CIVIL Y REGISTRAL

LA (VISIBLE) PRESENCIA DE LOS CONTRATOS


COLIGADOS EN EL SISTEMA JURÍDICO PERUANO
Walter H.
Vásquez Rebaza*
El autor refiere que aunque los contratos coligados no
han sido abordados expresamente en el sistema norma-
tivo peruano, su presencia en el ordenamiento es inne-
gable; por ello, para su estudio aborda la relación entre
los contratos de leasing y compraventa, así como las
cláusulas abusivas en los contratos de consumo. Sin em-
REFERENCIAs LEGALes: bargo, propone que el estudio de estos contratos no debe
• Código Civil: arts. 1694 y 1875.
basarse en normas específicas sino buscar su sustrato
• Código de Protección y Defen-
en la autonomía de la voluntad de las partes, quienes
sa del Consumidor, Ley Nº 29571 pueden coligarlos en búsqueda de la satisfacción de una
(02/09/2010): art. 49.2. operación económica global.

INTRODUCCIÓN monetariamente pequeños –pero no menos re-


La creciente sofisticación de las necesida- levantes– intercambios cotidianos que involu-
des del tráfico comercial moderno deman- cran a los consumidores.
da la creación de formas jurídicas novedosas La segunda razón es la consagración positiva
de cara a su satisfacción. Un buen ejemplo de de ciertos efectos jurídicos propios de la cate-
ello se encuentra dado por los contratos co- goría, tanto en el Código Civil de 1984 como
ligados. Tales hipótesis revisten una trascen- en ciertas leyes sectoriales, entre las que des-
dental relevancia en la dogmática contractual taca el Código de Protección y Defensa del
por las siguientes razones: La primera razón es Consumidor.
su enorme importancia y actualidad en todos La tercera razón es la escasa investigación teó-
los niveles de la contratación contemporánea, rica que la doctrina nacional le ha dedicado a
desde las grandes transacciones comerciales la noción. Ello a pesar de su importancia y de
que requieren la movilización de ingentes ca- su viva presencia en la praxis contractual de
pitales por las entidades financieras, hasta los nuestros días.

* Abogado por la Pontificia Universidad Católica del Perú. Profesor del Curso de Especialización Avanzada en Derecho Civil Patri-
monial del Centro de Educación Continua de la Pontificia Universidad Católica del Perú.

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En las presentes líneas, nos proponemos de- de los legisladores– de cristalizarlas en un rí-
mostrar la admisibilidad de la coligación con- gido enunciado legal4, o incluso de sustraer-
tractual concreta en el marco del sistema jurí- las del ordenamiento por considerarlas fuente
dico peruano, no solo como categoría lógica de incertidumbre. Sin embargo, en un medio
sino también como categoría legislativa. como el nuestro, donde muchas veces no se
aprecia la realidad presente más allá de la nor-
I. EL ADVENIMIENTO DE UN NUE-
ma, el reconocimiento legislativo de un con-
VO PARADIGMA DE LA CONTRA- cepto parece catapultar –en ocasiones inmere-
TACIÓN cidamente– su valor.
En un notable ensayo1, Giovanni Battista Fe-
Las breves reflexiones traídas a colación re-
rri proclamó la invisible presencia de la cau-
sultan pertinentes de cara al análisis de la cate-
sa con el propósito de sostener que la función
goría que nos convoca en las presentes líneas:
económica individual2 del contrato se encuen-
los contratos coligados. Una noción cuya im-
tra presente –aunque de manera inadvertida
portancia e influencia en los modelos jurídi-
u oculta– en ciertas disposiciones de los di-
cos comparados y en los cuerpos normativos
versos proyectos de armonización del Dere-
cho contractual europeo. Ferri realizó seme- europeos de uniformización del Derecho con-
jante aseveración pese a que la eliminación tractual es innegable, sobre todo en los últimos
de la causa de tales cuerpos normativos pro- años. En atención a ello, y volviendo la mira-
bablemente fue un resultado querido por sus da hacia nuestras fronteras, parece inevitable
autores, en vista de las incertidumbres que so- formular las siguientes interrogantes: ¿Es que
lían vincularse a dicha institución, sobre todo acaso semejante noción pertenece al plano de
entre juristas provenientes de latitudes poco las categorías lógicas y su estudio obedece a
familiarizadas con los sistemas causalistas. un afán meramente dogmático y sistemático?
Incertidumbres que –como él mismo recono- ¿O es que, por el contrario, la legislación pe-
ce– seguramente habrían impactado negativa- ruana contempla de alguna forma la presencia
mente en tales proyectos (que aspiraban a te- de contratos coligados? En suma, ¿la coliga-
ner carácter transnacional) puesto que habrían ción contractual es un fenómeno presente en
podido ser fuente de equívocos y de malas el Perú? Y de ser ese el caso, ¿se trata de una
interpretaciones3. presencia visible o invisible? A continuación
intentaremos dar respuesta a las interrogan-
La autorizada opinión aludida no hace sino tes planteadas partiendo de las premisas teóri-
confirmar que frecuentemente las categorías cas indispensables para entender el fenómeno
lógicas no requieren de un reconocimiento le-
bajo mención.
gislativo que explicite su vigencia en un siste-
ma jurídico. Más aún, tales categorías pueden Los individuos se vinculan a través de con-
imponerse frente a los intentos –provenientes tratos con el propósito de satisfacer sus más

1 FERRI, Giovanni Battista. “L’ ‘invisible’ presenza della causa del contratto”. En: Europa de Diritto Privato. Nº 4, 2002, p. 897 y ss.
En nuestro medio, puede consultarse la traducción al español: FERRI, Giovanni Battista. “La presencia ‘invisible’ de la causa del
contrato”. Traducción del italiano por Carlos Zamudio Espinal. En: AA.VV. Negocio jurídico y responsabilidad civil. Estudios en
memoria de Lizardo Taboada Córdova, Lima, Grijley, 2004, p. 263 y ss.
2 Formulación que el mismo autor acuñara años atrás para anteponerla a la famosa concepción bettiana de la función económica
social.
3 FERRI, Giovanni Battista. “L’‘invisible’ presenza della causa del contratto”. p. 898.
4 En ese sentido, ameritan ser reproducidas las palabras de MIRABELLI, Giuseppe. “Negozio giuridico (teoria del)”. En: Enciclo-
pedia del Diritto. Vol. XXVIII, Giuffrè, 1978, p. 3, respecto a una categoría producto de un elevado nivel de abstracción: “Aunque
insertado en una codificación, el negocio jurídico, sin embargo, ha sido y permanece siendo un concepto científico, de cual pue-
den ser ofrecidos diversos planteamientos, según las posiciones que cada estudioso intenta asumir con respecto de aquella rea-
lidad que con tal concepto es designada”. Esta consideración, a la cual nos adherimos plenamente, resulta aplicable a nuestra
realidad.

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diversas necesidades e intereses5. Estos últi- Pensemos en un interés complejo específico:


mos pueden obtenerse a través de acuerdos un grupo de inversionistas desea tomar control
contractuales que hallen encuadramiento di- de una sociedad anónima cerrada contando
recto en alguno de los esquemas abstractos con financiamiento externo. Dicha operación
regulados por el legislador (tipos contractua- involucra, en su modalidad menos sofisticada,
les6). Cuando ello ocurra, nos encontraremos a tres centros de interés diversos: los inver-
en el ámbito de los contratos típicos7. sionistas-compradores, los accionistas-vende-
dores y la entidad financiera. Asimismo, su
No obstante, “las mutaciones de la vida econó- implementación requerirá, como mínimo, la
mica colectiva, y más especialmente la siem- celebración de un contrato relativo a la com-
pre mayor complejidad de las relaciones eco- pra del paquete que represente la mayoría ab-
nómicas (las cuales son paralelas al cambio y soluta de las acciones y un contrato en que se
progreso de la técnica de las operaciones eco- programe el financiamiento bancario indis-
nómicas), tal como crean nuevas necesidades, pensable para viabilizar el primer resultado.
así sugieren nuevas modalidades para su satis- En otros términos, para la consumación de la
facción”8. En otras palabras, los cambios em- aludida toma de control corporativo no será
píricos constituyen aquellas variables que de- suficiente acudir a un único contrato –por más
terminan las formas siempre nuevas y diversas complejo que este sea– sino que se requerirá la
de aquella colaboración económica intersubje- convergencia de diversos contratos orientados
tiva que se actúa con el contrato. a la consumación de la misma operación eco-
nómica. En el caso más simple, dichos acuer-
Precisamente, una de estas nuevas formas ne-
dos vendrían a ser la compraventa de acciones
gociales se encuentra constituida por la coliga- y el mutuo10. En tal contexto, si bien cada uno
ción contractual. Esta hipótesis surge como el de estos contratos debe ser calificado como un
correlato jurídico de la emersión de intereses autónomo hecho jurídico concreto (vale decir,
económicos complejos; intereses para cuya cada convenio cuenta con entidad propia), la
satisfacción se requiere la armonización de conexión existente entre ellos no puede ser ig-
una pluralidad de convenios tan diversos entre norada por el Derecho. Esta realidad determi-
sí que su reconducción a la unidad estructural na el afloramiento de una nueva categoría ló-
resultaría inviable9. gica: la coligación contractual.

5 Según NICOLÒ, Rosario. “Las situaciones jurídicas subjetivas”. En: Advocatus. Traducción del italiano por Carlos Zamudio Espi-
nal. Nº 12, 2005, p. 106, el interés no es un concepto jurídico sino económico (un prius respecto al Derecho que debe ser tomado
de la Economía), el cual se encuentra estrechamente ligado a la noción de necesidad. Esta última, entendida en sentido amplio,
podría ser definida como un “estado de insatisfacción del sujeto”. La noción de necesidad postularía lógicamente el concepto de
“bien”, vale decir, “aquella entidad objetiva que es idónea (o que, de todas maneras, el sujeto considera idónea) para eliminar el
estado de insatisfacción”. La necesidad “puede ser actual o futura, material o espiritual, instantánea o permanente, irregular o re-
gular y, en relación con la variedad de necesidades, se coloca una variedad de bienes”.
6 Para una definición y explicación coherente de las funciones del tipo contractual, véase: GABRIELLI, Enrico. “Tipo contrattuale”.
En: Enciclopedia giuridica. Vol. VIII, Aggiornamento, Roma, Istituto della enciclopedia italiana, 2000, p. 1 y ss. (de la separata).
7 Preferimos adoptar el binomio conformado por los contratos típicos y atípicos a aquel delineado por los acuerdos nominados e
innominados. Ello a pesar de que el Código Civil peruano parece decantarse por este último al titular Contratos Nominados a la
Sección II del Libro VII (Fuentes de las Obligaciones). En ese sentido, secundamos la línea del profesor DE LA PUENTE Y LA-
VALLE, Manuel. El contrato en general. Comentarios a la sección primera del libro VII del Código Civil, Tomo I, Palestra, Lima,
2007, p. 153.
8 OSTI, Giuseppe. “Contratto”. En: Novissimo digesto italiano. Vol. IV, UTET, Turín,1959, p. 498.
9 En ese sentido, véase: ORLANDO CASCIO, Salvatore y Carlo ARGIROFFI. “Contratti misti e contratti collegati”. En: Enciclope-
dia giuridica. Vol. IX, Istituto della enciclopedia italiana, Roma, 1988, p. 3 [de la separata], MESSINEO, Francesco. “Contratto co-
llegato”. En: Enciclopedia del Diritto, vol. X. Giuffrè, Milán, 1962, p. 49. LORENZETTI, Ricardo Luis. Derecho contractual. Nuevas
formas contractuales. Palestra, Lima, 2001, p. 122.
10 El ejemplo narrado podría resultar demasiado sencillo si se lo compara con la compleja trama de vínculos jurídicos que se imple-
mentan con ocasión a las operaciones de leveraged buyouts.

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Las breves consideraciones desarrolladas an- reconstrucción del equilibrio e ineficacia, no


teriormente nos ilustran sobre el nuevo para- toman en cuenta las vinculaciones que pueda
digma de la contratación. Se trata de un es- tener esta entidad con otros contratos.
cenario en el cual cada vez menos intereses
En la actualidad, representa tarea del jurista
pueden ser satisfechos a través de contratos
individuales; un escenario donde los indivi- advertir la constante evolución que caracteriza
duos conciertan múltiples convenios para la al fenómeno contractual12, para así poder ela-
realización de programas económicos unita- borar esquemas conceptuales compatibles con
rios. En tales hipótesis, el contrato no puede los roles que semejante institución desenvuel-
seguir siendo considerado una “isla”, es decir, ve en el devenir de la vida en relación. Tales
una realidad absolutamente ajena a los cam- roles, como no podría ser de otra manera, se
bios económicos y jurídicos producidos por encuentran estrechamente relacionados a la
otros acuerdos contractuales11. El razonamien- satisfacción de las necesidades humanas. Se-
to apenas descrito configura el paradigma del mejante perfil ha sido advertido por una desta-
contrato aislado. cada opinión, la cual, de manera acertada, ha
Secundar el modelo apenas aludido equival- afirmado lo siguiente:
dría a apreciar de forma incompleta una obra “Los institutos jurídicos son también fe-
de arte que, a pesar de estar compuesta por nómenos sociales y por lo tanto entidades
una multiplicidad de imágenes distintas, bus- en constante evolución, pues están desti-
ca trasladar un mensaje unitario que se confi- nados a servir de instrumentos de realiza-
gura a partir de la combinación de los diversos ción de una pacífica convivencia social.
fragmentos. Fijarnos únicamente en alguno En consecuencia, los institutos jurídicos
de los componentes aislados y no apreciar el no deben ser necesariamente lo que el De-
valor global que la conjunción coordinada de
recho romano nos enseñó, o lo que la tra-
piezas autónomas representa, podría llevarnos
dición jurídica sugiere, ni siquiera lo que
a conclusiones miopes (y, por ende, equívo-
el Código o la ley en general ya han dis-
cas) sobre el auténtico significado que el ar-
tista deseaba plasmar. Por el contrario, desen- puesto; los institutos jurídicos deben ser lo
trañar el genuino valor de la obra requerirá, que la sociedad necesita que sean en cada
sin duda, apreciar la imagen en su completi- momento histórico determinado, y el ju-
tud o globalidad, esto es, una valoración de rista y el legislador tienen la enorme res-
conjunto. ponsabilidad de descubrir esa necesidad y
entenderla apropiadamente para darle con-
En efecto, según el esquema ahora objetado veniente atención mediante la creación o
(propio de una sociedad decimonónica que adecuación de institutos jurídicos útiles y
se basaba en un modelo de contratación arte-
eficientes”13.
sanal), el contrato es una estructura autosufi-
ciente y autorreferencial. Casi un comparti- A nuestro parecer, la coligación contractual es
miento estanco. Por lo tanto, los juicios sobre precisamente una de las categorías lógicas que
interpretación, reconstrucción de la función, ha hecho emerger la constante evolución de la

11 Así lo considera MOSSET ITURRASPE, Jorge. Contratos conexos. Grupos y redes de contratos. Rubinzal-Culzioni, Buenos Ai-
res, 1999, p. 63, para quien, en la consideración clásica, “la regla es el contrato aislado, un universo o integralidad, que se satis-
face a sí mismo, nace, vive y muere en la soledad”.
12 Cierto autor (KONDER, Carlos Nelson. Contratos conexos. Grupos de contratos, redes contractuales e contratos coligados. Re-
novar, Río de Janeiro, 2006, p. 1) ha destacado que la reiterada mención a la transformación del Derecho contractual podría de-
berse a la enraizada creencia de que dicha parcela del campo jurídico, dado su alto grado de abstracción, estaría dotada de una
supuesta “atemporalidad” en virtud de la cual sería inmune a las alteraciones históricas.
13 FORNO, Hugo. “Acerca de la noción de contrato”. En: Gaceta Jurídica. Tomo 78-B, 2000, p. 17.

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CIVIL Y REGISTRAL

contratación, la cual se viene acentuando en legislativo. Por consiguiente, es únicamente


las últimas décadas. en referencia a Alemania, Italia y Francia que
resulta posible hablar de genuinos modelos ju-
Pasando a otro punto, es necesario destacar
rídicos comparados respecto a la materia que
que el nuevo paradigma de la contratación nos ocupa.
ha sido estudiado con excepcional rigor téc-
nico en ciertas experiencias comparadas, las En cambio, ni en España ni en los distintos
cuales han desarrollado importantes esque- países de América Latina se ha gestado una
mas teóricos respecto de las vinculaciones en- genuina teoría general sobre la mencionada
tre contratos. Se trata, en estricto orden cro- realidad. Los juristas de estas latitudes, en ma-
nológico de surgimiento, del modelo alemán yor o menor medida, han adoptado una actitud
de los contratos vinculados (verbundeneVer- pasiva y receptiva. Es decir, han venido aco-
träge)14, del modelo italiano de la coligación giendo e incorporando a sus propios sistemas
negocial (collegamento negoziale)15 y del mo- los esquemas conceptuales surgidos en los dos
delo francés de los grupos de contratos (grou- grandes modelos europeo-continentales17.
pes de contrats)16. En tales latitudes, la coliga- Finalmente, reviste importancia mencionar la
ción contractual se encuentra presente en los presencia de regulaciones normativas relati-
ámbitos doctrinario, jurisprudencial e incluso vas a los contratos vinculados en importantes

14 La identificación científica de la categoría genérica delineada por las uniones de contratos es atribuible a la doctrina alemana clá-
sica de finales del siglo XIX e inicios del siglo XX. En esta línea, Ludwig ENNECCERUS (1843 - 1928) fue uno de los primeros
en elaborar una sistematización dogmática respecto al mencionado fenómeno. Según el autor (ENNECCERUS, Ludwig; KIPP,
Theodor y WOLFF, Martín. Tratado de Derecho civil. Traducción del alemán de Blas Pérez Gonzalez y José Alguer. Tomo II,
Bosch, Barcelona, 1950, pp. 6 - 7), las uniones de contratos debían ser clasificadas de la siguiente forma: “unión meramente ex-
terna”; “unión con dependencia unilateral o bilateral”; y, “unión alternativa”.
15 El pionero en la construcción dogmática de la coligación negocial (collegamentonegoziale) fue Michele GIORGIANNI (1915 -
2003) quien plasmó sus ideas en una temprana, aunque rigurosa y bien documentada, investigación publicada hacia el final de
la década de los años treinta: GIORGIANNI, Michele. “Negozi giuridici collegati”. En: Rivista italiana per le scienze giuridiche.
Tomo XV, año XII, 1937, p. 275 y ss. En general, la bibliografía sobre la materia que nos ocupa en el sistema italiano, es extrema-
damente amplia e imposible de reproducir en este lugar. Véase, a manera meramente referencial: MESSINEO, Francesco. Con-
tratto collegato. Ob. cit.; DI NANNI, Carlo. “Collegamento negoziale e funzione complessa”. En: Rivista del Diritto commerciale
e del Diritto generale delle obbligazioni. Nº 11-12, año LXXV, 1977, p. 279 y ss.; DI SABATO, Franco. “Unità e pluralità di negozi
(Contributo alla dottrina del collegamento negoziale)”. En: Rivista di Diritto civile. Parte I, año V, Padua, 1959, p. 412 y ss.; SCOG-
NAMIGLIO, Renato. “Collegamento negoziale”. En: Enciclopedia del Diritto. Tomo VII, Giuffrè, Milán, 1960, p. 375 y ss.; GASPE-
RONI, Nicolà. “Collegamento e connessione tra negozi”. En: Rivista del Diritto Commerciale e del Diritto Generale delle Obbliga-
zioni. 1955, p. 357 y ss.
16 BACACHE-GIBEILI, Mereille. “La relativité des conventions et les groupes de contrats”. En: Bibliotèque de Droit privé. Tomo 268,
París, L.G.D.J., 1996, p. 13: MEOLI, Bruno. I contratti collegati nelle esperieze giuridiche italiana e francese. Edizioni Scientifiche
Italiane, Nápoles, 1999, p. 37.
17 En España, destaca la monografía de LÓPEZ FRÍAS, Ana. Los contratos conexos. Estudio de supuestos concretos y ensayo de
una construcción doctrinal. Bosch, Barcelona, 1994. En Argentina, véanse algunos de los artículos publicados en la edición dedi-
cada los contratos conexos de la Revista de Derecho Privado y Comunitario en 2007: HERNÁNDEZ, Carlos Alfredo. “Acerca del
principio de relatividad de los efectos del contrato y sus tensiones actuales”. En: Revista de Derecho privado y comunitario: con-
tratos conexos. Rubinzal-Culzioni, Santa Fe, 2007, p. 21 y ss.; VENINI, Juan Carlos. “Los contratos conexos y la lesión subjeti-
va”. En: Revista de Derecho privado y comunitario: contratos conexos. Rubinzal-Culzioni, Santa Fe, 2007, p. 49 y ss.; MÁRQUEZ,
José Fernando. “Conexidad contractual. Nulidad de los contratos y del programa”. En: Revista de Derecho privado y comunitario:
contratos conexos. Rubinzal-Culzioni, Santa Fe, 2007, p. 151 y ss.; WEINGARTEN, Celia. “Contratos conexados. Compraven-
ta y financiación”. En: Revista de Derecho privado y comunitario: contratos conexos. Rubinzal-Culzioni, Santa Fe, 2007, p. 177 y
ss.; NICOLAU, Noemí Lidia, “Algunas cuestiones en torno a los contratos conexos, con especial referencia a la subcontratación y
a las cadenas contractuales dependientes e independientes”. En: Revista de Derecho privado y comunitario: contratos conexos.
Rubinzal-Culzioni, Santa Fe, 2007, p. 205 y ss.; WAJNTRAUB, Javier H. “La conexidad contractual en el Derecho del Consumi-
dor”. En: Revista de Derecho privado y comunitario: contratos conexos. Rubinzal-Culzioni, Santa Fe, 2007, p. 225 y ss.; SOZZO,
Gonzalo. “Interpretación y otros efectos de la complejidad negocial ¿Para qué puede servir vincular los contratos?”. En: Revis-
ta de Derecho privado y comunitario: contratos conexos. Rubinzal-Culzioni, Santa Fe, 2007, p. 283 y ss. Recientemente: ESBO-
RRAZ, David Fabio. “El fenómeno de la vinculación negocial en el ámbito de los contratos y su incidencia sobre la regla res inte-
ralios acta”. En: Revista de Derecho Privado. 2012, p. 111 y ss.
En Brasil, destacan las siguientes monografías: MARINO, Francisco Paulo de Crescenzo. Contratos coligados no Direito brasi-
leiro. San Pablo, Saraiva, 2009; KONDER, Carlos Nelson. Ob. cit.

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cuerpos normativos contemporáneos del vie- iii) La Directiva 2008/48/Ce del Parla-
jo continente18: mento Europeo, relativa al crédito al
i) Ley de Modernización del Derecho de consumo21.
Obligaciones (2001). Reforma al Código
iv) Los Principios del Derecho Contractual
Civil alemán19.
Comunitario (Aquis Principles)22.
ii) El Anteproyecto de Reforma del Libro III,
Títulos III y XX del Código Civil francés v) El Draft Common Frame of Reference
(2005)20. (Outline Edition-2009)23.

18 Para una valoración panorámica respecto de los recientes cuerpos normativos de armonización (en especial del Draft Common
Frame of Reference), consúltese: LEÓN HILARIO, Leysser. “De la admiración a la recepción crítica: el apagado eco de la codi-
ficación del derecho privado europeo en América Latina”. En: Revista de Derecho privado. Nº 45, Universidad de los Andes, Fa-
cultad de Derecho, 2011, p. 3 y ss.
19 § 358 del Código Civil alemán. “Contratos vinculados.- (…)
(3) Un contrato sobre el suministro de una mercancía o el cumplimiento de otra prestación y un contrato de prestamo a consumi-
dores están vinculados si el crédito sirve total o parcialmente para la financiación del otro contrato y ambos contratos constituyen
una unidad económica. Se da especialmente una unidad económica si el propio empresario financia la contraprestación del con-
sumidor o, en caso de financiamiento por un tercero, si el prestamista se sirve de la cooperación del empresario en la preparación
o conclusión del contrato de prestamo a consumidores. En la adquisición financiada de una finca o de un derecho equiparado a
una finca solo se da una unidad económica si el propio prestamista proporciona la finca o el derecho equiparado a una finca o si
él además de la puesta a disposición del crédito facilita la adquisición de la finca o del derecho equiparado a una finca mediante
la actuación conjunta con el empresario haciéndose suyo total o parcialmente el interés en la enajenación, y en la planificación,
publicidad o ejecución del proyecto asume funciones del enajenante o favorece unilateralmente al enajenante”.
20 Artículo 1137 del Anteproyecto de Reforma del Código Civil francés.- “Todas las cláusulas del contrato se interpretan unas
con relación a las otras, dándole a cada cual un sentido que respete la coherencia del acto en su integridad.
En el conjunto contractual que conforman, los contratos interdependientes se interpretan en función de la operación a la cual es-
tán ordenados”.
Artículo 1172-3 del Anteproyecto de Reforma del Código Civil francés.- “Cuando uno de los contratos interdependientes está
afectado de nulidad, las partes de los demás contratos del mismo conjunto pueden prevalerse de su caducidad”.
Véanse también los artículos 1172, 1172-1 y 1172-2, pertenecientes al apartado “Del efecto de los contratos interdependientes
del citado Anteproyecto”.
21 Artículo 3 de la Directiva 2008/48/Ce. “Definiciones.- A efectos de la presente Directiva, se aplicarán las siguientes definicio-
nes: (…) n) contrato de crédito vinculado: un contrato de crédito en el que:
i) el contrato en cuestión sirve exclusivamente para financiar un contrato relativo al suministro de bienes específicos o a la pres-
tación de servicios específicos, y
ii) los dos contratos constituyen una unidad comercial desde un punto de vista objetivo; se considerará que existe una unidad co-
mercial cuando el proveedor del bien o el suministrador del servicio financian el crédito al consumo o, en el caso de que este sea
financiado por un tercero, cuando el prestamista se sirve de la intervención del proveedor del bien o el suministrador del servicio
en la preparación o celebración del contrato de crédito, o cuando los bienes específicos o la prestación de un servicio específico
vienen expresamente indicados en el contrato de crédito”.
22 Artículo 5: 106 de los Principios del Derecho Contractual Comunitario. “Contratos vinculados.-
(1) Si un consumidor ejerce un derecho de desistimiento de un contrato de suministro de bienes y servicios con un profesional,
la eficacia del desistimiento se extiende a cualquier otro contrato vinculado.
(2) Los contratos son vinculados si objetivamente forman una unidad económica.
(3) Si un contrato está financiado total o parcialmente por un contrato de crédito, ambos forman una unidad económica en
particular:
1. Si el profesional que suministra bienes o servicios financia la prestación del consumidor, o
2. Si el concedente de crédito se sirve del suministrador de bienes o servicios para la conclusión del contrato de crédito, o
3. Si el contrato de crédito se refiere a determinados bienes o servicios que deben financiarse con este crédito y si la vinculación
entre ambos contratos ha sido propuesta por el suministrador de bienes o servicios o por el concedente de crédito, salvo que
otras circunstancias indiquen que ambos contratos no forman una unidad económica.
(…)”.
23 Artículo 5: 106 del Libro II del Draft Common Frame of Reference. “Contratos vinculados.-
(1) Si un consumidor ejerce un derecho de desistimiento de un contrato para el suministro de bienes o servicios con un profesio-
nal, la eficacia del desistimiento se extiende a cualquier contrato vinculado.
(2) Cuando un contrato está parcial o totalmente financiado por un contrato de crédito, ambos configuran contratos vinculados,
en particular:
(a) Si el profesional que suministra los bienes o servicios financia la prestación del consumidor;

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CIVIL Y REGISTRAL

vi) El Anteproyecto de Códi- cuerpos normativos que hoy


go Europeo de Contratos
(2002)24.
Con las referencias apenas
mencionadas no se pretende
“ Además de sus ma-
nifestaciones tradicionales
de la libertad de contratar
y la libertad de configurar
nos gobiernan, resulta posi-
ble identificar la presencia de
ciertos dispositivos (algunos
de ellos trasplantados de otros
el contenido interno, la au- sistemas) que materializan im-
afirmar la necesidad de impor-
tonomía privada confiere a portantes consecuencias que la
tar de forma automática y acríti-
los individuos el poder de doctrina suele predicar respec-
ca a nuestro país las soluciones
concertar diversos contra- to de tal hipótesis.
contenidas en las mencionadas
tos de cara a la actuación de
regulaciones. Sin embargo, in- Nos referiremos en primer lu-
una operación económica
teresa destacar que estos cuer- gar al Código Civil peruano. El
unitaria.
pos normativos son viva mues- artículo 187525 determina el ca-
tra de que el legislador europeo rácter accesorio de la fianza26
contemporáneo tiene presente al señalar que esta, como re-
la noción de coligación contractual. gla, no puede existir sin una “obligación váli-
da”27. Luego, en virtud de dicha norma, el con-
II. STATU QUO DE LA COLIGACIÓN trato que diera origen al crédito y el contrato
CONTRACTUAL EN EL ORDENA- de fianza se encuentran conectados por un vín-
MIENTO JURÍDICO NACIONAL culo de accesoriedad en virtud del cual la afec-
En líneas generales, es posible afirmar que el ción patológica del primero de ellos comporta
ordenamiento peruano no regula de forma or- la afección de la fianza. Obsérvese que el caso
gánica los contratos coligados. Sin embargo, contrario (es decir, la patología de la fianza)
lo mencionado no debe llevarnos a prescin- no tendría por qué incidir en el contrato ga-
dir del material normativo vigente de cara a rantizado. Por su parte, el artículo 188528 es-
la potencial verificación de esta realidad al in- tablece que el fiador pueda oponer al acree-
terior de nuestras fronteras. En efecto, si bien dor todas las excepciones que corresponden al
lo más probable es que el legislador nacional deudor principal, salvo las inherentes a su per-
no haya tenido en mente la vinculación con- sona. Como se podrá apreciar, semejante regla
tractual al momento de plasmar los diversos constituye otra manifestación de la estrecha

(b) Si el tercero que financia la prestación del consumidor se sirve del suministrador para preparar o celebrar el contrato de
crédito;
(c) Si el contrato de crédito se refiere a bienes o servicios específicos a ser financiados con el crédito, y si este vínculo entre am-
bos contratos ha sido propuesto por el suministrador de bienes o servicios, o por el concedente del crédito; o
(d) Si existe un vínculo económico similar.
(…)”.
24 Artículo 2 del Código Europeo de Contratos. “Autonomía contractual.- (…)
(2) Dentro de los límites del apartado anterior, las partes pueden celebrar contratos no regulados en este Código, y, en particular,
mediante la combinación de diferentes tipos legales, y la unión de varios actos”.
Artículo 144 del Código Europeo de Contratos. “Nulidad parcial.- (…)
(2) En los contratos coligados o con más de dos partes, si la nulidad afecta a uno de los contratos o a la obligación de una sola
de las partes, el principio contenido en el apartado 1 del presente artículo se aplica si el contrato nulo o la obligación de una sola
de las partes no reviste un alcance esencial en relación con el contenido del negocio en su conjunto”.
25 Artículo 1875 del Código Civil peruano.- “La fianza no puede existir sin una obligación válida, salvo que se haya constituido
para asegurar una obligación anulable por defecto de capacidad personal”.
26 DE LA PUENTE Y LAVALLE, Manuel. “El contrato de garantía”. En: Themis. Revista de Derecho, Nº 49, 2004, p. 206.
27 Al margen de la terminología empleada por el legislador, creemos que la validez es una calificación predicable del negocio jurí-
dico (o de alguna de sus partes) y no de las relaciones jurídicas (como la obligación) creadas por este último cuando su función
concreta resulte compatible con los valores del ordenamiento.
28 Artículo 1885 del Código Civil peruano.- “El fiador puede oponer contra el acreedor todas las excepciones que corresponden
al deudor, aunque este haya renunciado a ellas, salvo las que sean inherentes a su persona”.

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REVISTA JURíDICA DEL PERú

vinculación existente entre el acuerdo que die- esta ocasionan lagunas que podrían ser so-
ra origen al crédito garantizado y la fianza, lucionadas satisfactoriamente a través de la
como programa dirigido a garantizarlo. construcción de una teoría coherente respec-
to de la coligación contractual. Casos como
Otro conjunto normativo mediante el cual
el apenas narrado no hacen sino explicitar
nuestro Código sustantivo regula aspectos
particulares relativos al tema objeto de estu- la importancia, de cara a la solución de pro-
dio puede apreciarse en la disciplina del sub- blemas prácticos, que reviste la noción que
arrendamiento29. El artículo 169430 dictamina analizamos.
la “extinción” del subarrendamiento (contrato Para terminar el análisis de los dispositivos
derivado), aunque su plazo se encuentre vigen- incluidos del Código Civil relacionados a los
te, como consecuencia de la “conclusión” del contratos coligados, se ha señalado acertada-
arrendamiento (contrato base). En otros térmi- mente que resulta viable utilizar los artículos
nos, el legislador reconoce que el subarrenda- 14131 y 16932 del referido cuerpo normativo
miento se extinguirá a causa de la terminación como anclajes legales que permitan interpre-
de un contrato distinto: el arrendamiento. tar la “finalidad concreta programada unitaria
No obstante, como podrá advertirse, la “con- y el nexo de interdependencia considerando
clusión” no es la única situación de ineficacia los comportamientos; y las cláusulas parcia-
predicable de un contrato de arrendamiento, les y totales”33. Como se verá más adelante,
sino que existen un sinnúmero de patologías los componentes apenas citados forman parte
que podrían llegar a afectarlo. Para tales hi- esencial de la coligación contractual concreta.
pótesis no es posible apreciar una reglamen- Por otra parte, existen leyes sectoriales que in-
tación específica. Esta situación justifica el es- cluyen normas relativas a los contratos coli-
tudio del nexo que une al arrendamiento con gados. En particular, destacan los artículos 3
el subarrendamiento (y, en general, al contrato y 5 del Decreto Legislativo Nº 299 (que re-
base y al subcontrato) en el marco de la teoría gula el contrato de arrendamiento financiero);
de la coligación negocial. el artículo 14 del Decreto Legislativo Nº 1071
Ahora bien, el Código Civil dedica algunas (que regula el arbitraje) y algunas disposicio-
normas a otros supuestos de subcontratación nes como los artículos 71, 77.3, 77.4, y 92 del
como el subcontrato de obra. Sin embargo, no Código de Protección y Defensa del Consu-
establece –tal como sí ocurre en el caso del midor (en adelante, “CPDC”). Evidentemen-
subarrendamiento– la extensión de la inefica- te, tales dispositivos no podrían configurar un
cia por “conclusión” (o por alguna otra causal) régimen general pues no corresponde a su ám-
del contrato base al contrato derivado. Esta- bito ni menos aún a su finalidad. Sin embargo,
mos convencidos de que insuficiencias como revisten importancia en la medida que forman

29 Artículo 1692 del Código Civil peruano.- “El subarrendamiento es el arrendamiento total o parcial del bien arrendado que celebra
el arrendatario en favor de un tercero, a cambio de una renta, con asentimiento escrito del arrendador”.
30 Artículo 1694 del Código Civil peruano.- “A la conclusión del arrendamiento se extinguen los subarrendamientos cuyos plazos no
han vencido, dejándose a salvo el derecho del subarrendatario para exigir del arrendatario la indemnización correspondiente”.
31 Artículo 141 del Código Civil peruano.- “La manifestación de voluntad puede ser expresa o tácita. Es expresa cuando se realiza
en forma oral o escrita, a través de cualquier medio directo, manual, mecánico, electrónico u otro análogo. Es tácita, cuando la
voluntad se infiere indubitablemente de una actitud o de circunstancias de comportamiento que revelan su existencia.
No puede considerarse que existe manifestación tácita cuando la ley exige declaración expresa o cuando el agente formula re-
serva o declaración en contrario”.
32 Artículo 169 del Código Civil peruano.- “Las cláusulas de los actos jurídicos se interpretan las unas por medio de las otras, atri-
buyéndose a las dudosas el sentido que resulte del conjunto de todas”.
33 MORALES HERVIAS, Rómulo. “Contratos coligados”. En: Estudios sobre teoría general del contrato. Grijley, Lima, 2006,
pp. 363 - 364.

164
CIVIL Y REGISTRAL

parte de nuestro ordenamiento positivo y, de independientes entre sí. Por el contrario, am-
cara a su aplicación, debe establecerse con cla- bos se encuentran estrechamente relacionados
ridad cuál es el hecho jurídico hipotético que pues tienen como propósito la realización de
describen. la operación global. En efecto, la cesión del
uso del bien a la usuaria (derivada del arrenda-
En particular, nos referiremos al Decreto Le-
miento financiero), presupone la celebración
gislativo Nº 299 que regula el contrato de
de la compraventa a través de la cual la socie-
arrendamiento financiero. El artículo 134 de la dad de leasing se hace del bien. De otro lado,
referida norma define a esta modalidad como dicha compraventa no adquiere sentido en sí
aquel contrato en virtud del cual la locadora misma, sino que se celebra con ocasión a la
(sociedad de leasing) cede el uso de bienes cesión del bien en calidad de leasing.
muebles o inmuebles –previamente adquiri-
dos con tal propósito– a favor de la arrendata- Habida cuenta de esta circunstancia, el Decre-
ria (usuaria), quien queda obligada a pagar una to Legislativo Nº 299 determina ciertas con-
contraprestación en cuotas periódicas (cáno- secuencias particulares respecto de los diver-
nes) y ostenta la titularidad del derecho potes- sos contratos que conforman las operaciones
tativo de adquirir la propiedad de los bienes a de leasing. Como podrá apreciarse a conti-
través del ejercicio de una opción de compra35. nuación, tales consecuencias resultan extra-
ñas a las hipótesis de contratos completamen-
Así concebido, el arrendamiento financie- te aislados.
ro debe coordinarse con un contrato distinto
(la compraventa previamente celebrada en- En primer lugar, el artículo 337 del aludido dis-
tre el proveedor y la sociedad de leasing) de positivo subordina los efectos jurídicos del
cara a la realización de un programa comple- arrendamiento financiero en sentido estricto a
jo que ninguno de tales esquemas es apto para la verificación alternativa de dos eventos:
desenvolver por separado. Dicho de otro i) El desembolso total o parcial, a favor del
modo, para la realización de una operación proveedor, del precio de los bienes especi-
económica global de leasing será necesaria la ficados. Como podrá apreciarse, no se tra-
actuación conjunta y coordinada de dos acuer- ta sino de la ejecución total o parcial de la
dos diversos: una compraventa y un arrenda- compraventa (contrato coligado) por parte
miento financiero en sentido estricto36. de la sociedad de leasing.
Resultaría incorrecto señalar que los con- ii) La entrega total o parcial de los bienes al
venios apenas mencionados son totalmente usuario. Esto constituye la ejecución total

34 Artículo 1 del Decreto Legislativo Nº 299.- “Considérese al Arrendamiento Financiero, el Contrato Mercantil que tiene por obje-
to la locación de bienes muebles o inmuebles por una empresa locadora para el uso por la arrendataria, mediante pago de cuo-
tas periódicas y con opción a favor de la arrendataria de comprar dichos bienes por un precio pactado”.
35 En opinión de ÁLVAREZ MARTÍNEZ (Los grupos de contratos en el crédito al consumo. La Ley, Madrid, 2009, p. 198), la ope-
ración se desenvuelve del siguiente modo: a través de una compraventa, la sociedad de leasing adquiere del proveedor el bien
o bienes solicitados y detallados por el futuro tomador. Posteriormente, valiéndose de esquema de arrendamiento financiero en
sentido estricto, la arrendadora (reservándose el derecho de propiedad) cede durante cierto tiempo el uso y disfrute de tales bie-
nes al usuario, a cambio del abono de cuotas periódicas, y con el otorgamiento de una opción de compra al final del plazo por el
valor residual fijado en el contrato.
36 En esa misma línea, la Convención Unidroit sobre arrendamiento financiero internacional, en su artículo 1, ha contemplado la
existencia de dos contratos distintos en el marco de la operación de arrendamiento financiero (financial leasing transaction): (i)
el contrato de provisión (supply agreement) celebrado entre el arrendador (lessor) y el proveedor (supplier) conforme a las indi-
caciones del arrendatario (lessee) y (ii) el contrato de arrendamiento (leasing agreement) celebrado entre el arrendador (lessor)
y el arrendatario (lessee).
37 Artículo 3 del Decreto Legislativo Nº 299.- “Las obligaciones y derechos de la locadora y de la arrendataria, y por lo tanto la vi-
gencia del contrato, se inician desde el momento en que la locadora efectúe el desembolso total o parcial para la adquisición de
los bienes especificados por la arrendataria o a partir de la entrega total o parcial de dichos bienes a la arrendataria, lo que ocu-
rra primero”.

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o parcial de la compraventa (contrato coli- “Extensión del convenio arbitral: El con-


gado) por parte del proveedor. venio arbitral se extiende a aquellos cuyo
consentimiento de someterse a arbitraje,
De este modo, la norma reconoce que, a pesar según la buena fe, se determina por su par-
de tratarse de contratos distintos, ambos con- ticipación activa y de manera determinante
venios se encuentran íntimamente vinculados en la negociación, celebración, ejecución
entre sí, al punto que la ejecución de uno de o terminación del contrato que compren-
ellos (compraventa) determina el inicio de la de el convenio arbitral o al que el conve-
vigencia del otro (arrendamiento financiero en nio está relacionado. Se extiende también
sentido estricto). A nuestro juicio, con seme- a quienes pretendan derivar derechos o be-
jante provisión, el legislador ha valorado y re- neficios del contrato, según sus términos”.
conocido indubitablemente la estrecha coliga-
Como podrá apreciarse, la norma disciplina
ción entre ambos acuerdos.
la extensión de la eficacia del convenio arbi-
Por su parte, el último párrafo del artículo 538 tral hacia terceros que se encuentren en estre-
reconoce la acción directa del usuario frente al cha relación, según la buena fe, con la nego-
proveedor en lo relativo a los vicios que afec- ciación, formación, ejecución o terminación
ten al bien y a la responsabilidad por daños del contrato al que el mencionado convenio se
que cause este último. Por mandato de dicha refiere. A nuestro juicio, las hipótesis de co-
norma no solo se enerva la legitimación pasiva ligación contractual encajan perfectamente en
de la sociedad de leasing (contraparte contrac- esta previsión normativa. Ello en la medida
tual del usuario, en virtud del arrendamien- que, como se verá más adelante, en escenarios
to financiero), sino que se habilita al usuario como el planteado las partes de contratos di-
versos actúan de forma coordinada, de cara al
para dirigirse contra el proveedor (parte de la
despliegue de la operación económica global,
compraventa) quien no es su contraparte con-
vale decir, de un resultado de conjunto deriva-
tractual, sino un tercero. Tal provisión legis-
do de la agrupación contractual.
lativa parece hallar su explicación en la co-
nexión existente entre ambos contratos, la cual En efecto, si uno solo de dos o más contratos
se fundamenta en la operación económica que coligados contiene el convenio arbitral, esta
a ellos subyace. norma determinará que la eficacia de dicho
convenio pueda extenderse a los otros centros
Pasando a otro punto, conviene hacer refe- de interés involucrados en la operación eco-
rencia a un dispositivo específico contenido nómica (o sea, a las partes de los otros con-
en nuestra legislación sectorial que resulta de tratos coligados). Semejante consecuencia re-
aplicación a las hipótesis típicas de coligación viste relevancia si se tiene en cuenta que, en
contractual. Nos referimos al artículo 14 del un escenario como el planteado, se presenta
Decreto Legislativo Nº 1071 (Decreto Legis- el riesgo de la existencia de pronunciamientos
lativo que norma el arbitraje), el cual señala lo contradictorios respecto de las suertes de cada
siguiente: componente de la coligación negocial39.

38 Artículo 5 del Decreto Legislativo Nº 299.- “El contrato de arrendamiento financiero otorga a la arrendataria el derecho al uso
de los bienes en lugar, forma y demás condiciones estipuladas en el mismo.
Es derecho irrenunciable de la arrendataria señalar las especificaciones de los bienes materia del contrato y el proveedor de los
mismos siendo de su exclusiva responsabilidad que dichos bienes sean los adecuados al uso que quiera darles, lo que deberá
constar en el contrato.
La locadora no responde por los vicios y daños de los bienes correspondiendo a la arrendataria el ejercicio de las acciones per-
tinentes contra el proveedor”.
39 La norma apreciada parece extrapolar al ámbito arbitral la solución introducida por el artículo 1121 del Código de Comercio mexi-
cano, cuyo texto es como sigue: ”La competencia por razón de materia, es prorrogable con el fin de no dividir la continencia de
la causa en aquellos casos en que existan contratos coaligados o las prestaciones tengan íntima conexión entre sí, o por los ne-
xos entre las personas que litiguen, sea por razón de parentesco, negocios, sociedad o similares, o deriven de la misma causa de

166
CIVIL Y REGISTRAL

Sin embargo, no cabe la menor duda de que más contratos con el propósito de evaluar el
la norma que reviste mayor importancia en el potencial carácter abusivo de una cláusula.
marco de la presente investigación es el artícu-
La primera impresión que la lectura del ar-
lo 49.2 del CPDC. Según el mencionado dis-
tículo 49.2 podría ocasionar es que el legisla-
positivo, de cara a la evaluación del carácter
dor tuvo en mente la noción de contratos coli-
abusivo de una cláusula “se tiene en cuenta la
gados al momento de su redacción. Sin embar-
naturaleza de los productos o servicios objeto
go, la lectura de los antecedentes normativos
del contrato, todas las circunstancias que con-
de dicha regla no proporciona ninguna pista
curren en el momento de su celebración, in-
concreta sobre su razón de ser40. En cambio, si
cluida la información que se haya brindado,
dirigimos la mirada hacia la normativa compa-
así como todas las demás cláusulas del contra-
rada, nos daremos cuenta que el artículo 49.2
to o de otro del que este dependa”.
del CPDC es una copia casi textual del artí-
Como se podrá advertir, el punto que nos lla- culo 4.1 de la Directiva Comunitaria Europea
ma la atención se encuentra incluido hacia 93/13/CEE41, el cual dictamina lo siguiente:
la parte final del citado dispositivo. En efec- “Sin perjuicio del artículo 7, el carácter abusi-
to, la aludida regla establece que un factor de- vo de una cláusula contractual se apreciará te-
terminante para evaluar el carácter abusivo de niendo en cuenta la naturaleza de los bienes o
una cláusula está configurado por un contrato servicios que sean objeto del contrato y consi-
que, siendo distinto a aquel convenio donde la derando, en el momento de la celebración del
cláusula sospechosa va inserta, está vinculado mismo, todas las circunstancias que concurran
este en virtud de una relación de dependencia. en su celebración, así como todas las demás
De esta forma, el legislador consagra la rele- cláusulas del contrato, o de otro contrato del
vancia jurídica de la dependencia entre dos o que dependa”.

pedir. En consecuencia ningún tribunal podrá abstenerse de conocer de asuntos alegando falta de competencia cuando se pre-
senten alguno de los casos señalados, que podrán dar lugar a multiplicidad de litigios con posibles resoluciones contradictorias.
También será prorrogable el caso en el que, conociendo el tribunal de apelación contra auto o interlocutoria, las partes estén de
acuerdo en que conozca de la cuestión principal. El juicio se seguirá tramitando conforme a las reglas de su clase, prosiguiéndo-
se este ante el superior”.
40 Los dos anteproyectos del Código de Protección y Defensa del Consumidor deberían otorgarnos pautas para una adecuada in-
terpretación del actual artículo 49.2. En primer lugar, el artículo 84.1 del primer anteproyecto, publicado en 2009, estableció lo si-
guiente: “Reglas para el Análisis de una Cláusula Abusiva.- Para el análisis del carácter abusivo de una cláusula debe tenerse en
cuenta la naturaleza del producto o servicio, las circunstancias existentes al momento de la negociación, celebración y ejecución
del contrato, así como las otras cláusulas y sus conexos”.
La mencionada regla requiere tener en cuenta los “conexos” de un contrato de consumo de cara a la determinación del carácter
abusivo de alguna cláusula contenida en este último. En nuestra opinión, dicha frase resulta poco clara. En efecto, con la palabra
conexo se podría estar haciendo referencia a los anexos de un contrato. Si esta hubiera sido la intención del legislador, no habría
sido necesaria la inclusión de dicha regla, pues los anexos forman parte del contenido del contrato y su observancia de cara a la
determinación del carácter abusivo de una cláusula contenida en ese mismo contrato es consecuencia de una interpretación sis-
temática (criterio común a todos los contratos). Sin embargo, el término conexo también podría haberse referido a otro contrato
conexo (que como habíamos visto es el término con que la doctrina española y argentina suelen referirse al fenómeno que nos
ocupa), caso en el cual se estaría reconociendo explícitamente la existencia de contratos coligados.
Por su parte, el proyecto de Ley de Código de Protección y Defensa del Consumidor presentado al Congreso de la República,
con el voto aprobatorio del Consejo de Ministros, el 7 de abril de 2010 estableció en el quinto párrafo del artículo 88 lo siguiente:
“Noción de cláusulas abusivas.- Para la evaluación de las cláusulas antes señaladas [abusivas], se tendrá en cuenta la naturale-
za de los productos o servicios objeto del contrato, las circunstancias que concurran en el momento de su celebración y la infor-
mación que el proveedor ha suministrado al consumidor, así como todas las demás cláusulas del contrato o de otro del que este
dependa”. (El agregado entre corchetes es nuestro).
Como podrá apreciarse, el enunciado del proyecto de Ley presentado al Congreso de República y el texto promulgado resultan
similares. En ninguno de ellos se aclara qué tipo de dependencia entre contratos determinará el carácter abusivo de una cláusu-
la. Nuevamente, este es el ámbito propicio para que el intérprete entre a tallar y aclare esta situación controvertida de conformi-
dad con los principios de tutela al consumidor que inspiran a la mencionada normativa.
41 Directiva 93/13/CEE del 5 de abril de 1993, concerniente a las cláusulas abusivas en los contratos celebrados con consumidores.

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REVISTA JURíDICA DEL PERú

La norma de incorporación de la Directiva Co- específicos de aquel artículo corresponderán


munitaria Europea 93/13/CEE al ordenamien- a la doctrina y jurisprudencia (administrativa,
to jurídico italiano42, al referirse al artículo en este caso). Sin embargo, a nuestro juicio,
4.1, hace mención expresa nada menos que a el reconocimiento legislativo otorgado por el
la coligación negocial (collegamento negozia- CPDC a la coligación no debe ser confundido
le). Así quedó establecido en el primer párra- con el fundamento sistemático de la mencio-
fo del artículo 1469 ter del Código Civil italia- nada categoría lógica, el cual debe ser halla-
no, según el cual “el carácter vejatorio de una do en el principio de la autonomía privada45,
cláusula es evaluado teniendo en cuenta la na- como posteriormente se tendrá oportunidad de
turaleza del bien o del servicio objeto del con- apreciar.
trato y haciendo referencia a las circunstancias
En lo que a jurisprudencia nacional respecta,
existentes al momento de su celebración y a
revisten sumo interés algunos recientes pro-
las demás cláusulas del contrato mismo, o de
nunciamientos de la Corte Suprema en casa-
otro con el cual esté coligado o del cual de-
ción y de algunos Tribunales Administrati-
penda”. Actualmente, dicha regla se encuentra
vos, en los cuales se menciona expresamente
plasmada también en el artículo 34.1 del Có-
a los contratos coligados. A manera ejemplifi-
digo del Consumo italiano43.
cativa, es posible citar la Casación Nº 878-04-
Sobre el particular, debemos mencionar que la Lima, la Casación Nº 5149-2006-Lima y sus
doctrina de ese país es unánime en considerar respectivos votos singulares, la Casación 284-
que la norma de incorporación de la Directiva 2010-Lima, la Casación Nº 3564-06-Lima y la
93/13/CEE implica el reconocimiento norma- Resolución Nº 3338-2011/SC2-INDECOPI.
tivo de los contratos coligados en dicho siste- Como se podrá notar, se trata de resoluciones
ma44. Por consiguiente, atendiendo a una inter- muy recientes, lo que da cuenta de la progre-
pretación que tenga en cuenta los antecedentes siva expansión y vigencia del fenómeno que
normativos comparados del artículo 49.2 del nos ocupa. A pesar de ello, es necesario decir
CPDC, es posible afirmar que en el Perú los que el paradigma del contrato aislado, predo-
contratos coligados son una categoría lógica minante en el Código Civil, aún parece encon-
que cuenta con reconocimiento legislativo en trarse muy arraigado en la mentalidad de nues-
el referido precepto. tros tribunales.
No puede dudarse, entonces, de que la nor- Por su parte, algunos autores nacionales como
ma citada introduce el concepto materia del De La Puente y Lavalle46 y Morales Hervias47,
presente trabajo en el ordenamiento jurídi- han dedicado esfuerzos aislados de cara al
co nacional. Por consiguiente, la correcta estudio de la categoría. Sin embargo, en lí-
aplicación, desarrollo, precisión y alcances neas generales, no resulta posible afirmar la

42 Ley Nº 52 del 6 de febrero de 1996.


43 Por ende, no se puede descartar que los redactores del CPDC hayan buscado trasplantar directamente la norma italiana a nues-
tro sistema.
44 LENER, Giorgio. “La nuova disciplina delle clausole vessatorie nei contratti dei consumatori”. En: Cardozo electronic Law bulletin.
Nº 2, 1996, disponible a través del website: <http://www.jus.unitn.it/cardozo/review/contract/Lener-1996/93-13aS.htm> (consulta:
10/02/2011). En el mismo sentido: COLOMBO, Claudio. Operazioni economiche e collegamento negoziale. Cedam, Padua, 1999,
p. 365 y ss.
45 FERRANDO, Gilda. “I contratti collegati: principi della tradizione e tendenze innovative”. En: Contratto e impresa. Nº 1, año XVI,
2000, p. 129; GALGANO, Francesco. “Il collegamento contrattuale”. En: VISINTINI, Giovanna (coordinadora). Dieci lezioni di Di-
ritto civile. Giuffrè, Milán, 2001, p. 180.
46 DE LA PUENTE Y LAVALLE, Manuel. El contrato en general. Comentarios a la sección primera del libro VII del Código civil. Tomo
I. Palestra, Lima, 2007, p. 171 y ss. Ya había clasificado a los contratos en las referidas especies, aunque atendiendo a un desa-
rrollo diverso: ARIAS-SCHREIBER PEZET, Max. Código Civil peruano de 1984. Exégesis. Tomo I, Studium, Lima, 1987, p. 52.
47 MORALES HERVIAS, Rómulo. “Contribución a la teoría de los contratos conexos”. En: Derecho y sociedad. Nº 19, año XIII, 2002,
p. 119 y ss.

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CIVIL Y REGISTRAL

apertura de un genuino debate sobre esta tras- resultan independientes, se encuentran vincu-
cendental materia en la doctrina nacional. lados en concreto (a partir del texto o del con-
A nuestro parecer, dicha actitud dista de ser texto) por estar dirigidos hacia la consecución
adecuada. de una operación económica global. En tales
supuestos, el cumplimiento de la pluralidad de
III. HACIA UNA DEFINICIÓN DE contratos resulta necesario e instrumental de
COLIGACIÓN CONTRACTUAL cara al desenvolvimiento de la operación eco-
CONCRETA
nómica global, la cual no podrá ser actuada a
En el marco de los modelos jurídicos com- partir del despliegue aislado de cada contrato.
parados han germinado innumerables clasifi- Es precisamente la coligación concreta aque-
caciones de contratos conexos. Sin embargo, lla categoría que constituye el objeto del pre-
muchas de las categorías identificadas no re- sente estudio.
visten genuina relevancia jurídica, es decir, no
pueden ser consideradas operativas, sino me- Aunque la caracterización teórica de la noción
ramente descriptivas. A nuestro parecer, la no- que nos convoca parece clara, el intérprete po-
ción de coligación operativa se corresponde dría preguntarse por la base legislativa que
con lo que la doctrina italiana ha venido de- permita introducir la coligación concreta en
nominando “coligación funcional”. En esta hi- nuestro ordenamiento jurídico. Si bien ante-
pótesis, un negocio jurídico (contrato) opera o riormente se mencionó que el artículo 49.2 del
está dirigido a operar sobre la relación deriva- CPDC implicaba el reconocimiento normativo
da de otro negocio (contrato). Semejante in- de la noción estudiada, sería un error conside-
cidencia se puede producir ex uno latere o en rar a dicha norma sectorial como el fundamen-
sentido recíproco (en este último caso las vici- to sistemático de la categoría. Como se ade-
situdes de un negocio se reflejan sobre aque- lantó líneas atrás, este último debe ser hallado
llas del otro y viceversa)48. en el principio de autonomía privada49.
En nuestra opinión, la coligación funcio- De esta manera, hay quien ha considerado que
nal puede ser dividida en dos subcatego- el principio mencionado en último lugar “así
rías: (i) coligación abstracta y (ii) coligación como permite dar vida a contratos diversos de
concreta. aquellos expresamente previstos, también au-
La coligación abstracta supone agrupaciones toriza a combinar diversamente contratos dis-
de contratos vinculados en abstracto, es decir, tintos en vista de una adecuada organización
por su naturaleza inherente o por la función de las propias relaciones económicas”50. So-
abstracta que uno de ellos desempeña respec- bre este punto –tras criticar aquellas voces que
to al otro. Es este el tipo de vinculación pre- buscaron hallar el fundamento de la coligación
sente entre los contratos de garantía (personal contractual en ciertos artículos del Código Ci-
o real) y los contratos garantizados; asimismo, vil italiano– Rodolfo Sacco ha aseverado en
un nexo de semejante naturaleza une al contra- un reciente trabajo que en el área de la auto-
to base con los acuerdos derivados (subcontra- nomía al código le puede “convenir la tarea
tos en sentido técnico). de espectador”. En ese sentido, tanto las re-
Por su parte, la coligación concreta reúne agru- glas sobre la autonomía, como la ratio iuris de
paciones de contratos que, si bien en abstracto la regulación sobre la condición y las reglas

48 GASPERONI, Nicolà. Ob. cit., p. 372.


49 Semejante aserto guarda coherencia con la tendencia impuesta por el artículo 2 del Anteproyecto de Código Europeo de Contra-
tos el cual determina como una de las manifestaciones de la autonomía contractual a la “unión de varios actos”.
50 ALPA, Guido. Corso di Diritto contrattuale. Padua, Cedam, 2006, p. 62.

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REVISTA JURíDICA DEL PERú

sobre la voluntad resultarían suficientes para entendimiento de la categoría que nos convo-
fundamentar la coligación contractual51. ca en el sistema jurídico nacional.
Por nuestra parte, consideramos que, además Pasando a otro punto, nos referiremos a los
de sus manifestaciones tradicionales de la li- componentes necesarios para la configura-
bertad de contratar y la libertad de configurar ción de una hipótesis de coligación contrac-
el contenido interno, la autonomía privada les tual concreta. Esta noción cuenta con dos re-
confiere a los individuos el poder de concer- quisitos lógicos: la pluralidad contractual y el
tar diversos contratos de cara a la actuación de nexo funcional. En efecto, es universalmente
una operación económica unitaria. Ello debido aceptado que este escenario requiere, en pri-
a que, como habíamos visto, existen casos en mer lugar, la concurrencia de una agrupación
los que únicamente la actuación armonizada de contratos diversos que no pierdan su indi-
de los referidos acuerdos podrá satisfacer cier- vidualidad ni su autonomía y que conserven su
tos intereses complejos surgidos en la praxis. propia causa54.
El otro hito normativo de la categoría obje- Por su parte, el nexo funcional es aquel com-
to del presente estudio debe ser hallado en la ponente que instaura un vínculo de dependen-
causa concreta del contrato, entendida como cia entre los diversos convenios. A su vez, el
la función económica individual del acto de nexo funcional cuenta con dos elementos: (i)
autonomía privada52. Las tendencias doctri- el elemento externo y (ii) el elemento interno.
nales mayoritarias en nuestro sistema reco-
El elemento externo se encuentra conforma-
nocen que el Código Civil peruano es cau-
do por una operación económica global, la
salista53, premisa a la cual nos adherimos
cual debe ser entendida como aquel resultado
plenamente.
unitario cuya realización requiere de la con-
En conclusión, es posible sostener que la co- currencia coordinada de dos o más contratos.
ligación contractual concreta es una catego- La operación económica global puede ser des-
ría lógica que cuenta con reconocimiento nor- glosada en dos perfiles (i) la macrofinalidad y
mativo sectorial directo en el artículo 49.2 del (ii) el macroequilibrio. En virtud del primer
CPDC. No obstante, su fundamento sistemá- perfil, la pluralidad de contratos coligados es-
tico debe ser hallado en el principio de la au- tará proyectada a la consecución de una uni-
tonomía privada, reconocido en los artículos dad teleológica, o sea de una finalidad de con-
2 inciso 14 y 62 de la Constitución Política y junto. En lo que respecta al macroequilibrio, la
en el artículo 1354 del Código Civil. Por otro operación canaliza una proporción económica
lado, la causa concreta del contrato es una ins- de riesgos y beneficios ajena al contenido de
titución consagrada en nuestro sistema que re- cada acuerdo y que se teje a partir de la con-
sulta crucial de cara a la fijación y al correcto vergencia de estos.

51 SACCO, Rodolfo. “Contratto collegato”. En: Digesto delle discipline privatistiche. Sezione Civile, Sesto Aggiornamento, dirigido
por Rodolfo Sacco, UTET, Turín, 2011, p. 240.
52 En nuestro medio, la teoría de la causa concreta ha sido desarrollada y sustentada con rigor científico y lógico por Morales Her-
vias quien, en un extenso trabajo dedicado exclusivamente a la referida categoría (“La causa del contrato en la dogmática jurídi-
ca”. En: AA. VV. Negocio jurídico y responsabilidad civil. Estudios en memoria de Lizardo Taboada Córdova. Grijley, Lima, 2004,
p. 446), ha llegado a afirmar que “la causa del contrato es el interés concreto que el contrato está dirigido a realizar”. Agrega que
esta concepción (que en comparación con la función económico-social resulta menos rígida y, al mismo tiempo, más rica y abier-
ta a la autonomía individual) no constituye un retorno a la dimensión subjetiva y atomística. La finalidad concreta es, según el au-
tor, el fundamento objetivo de los efectos jurídicos o la razón de ser de la constitución, modificación o extinción de las situaciones
jurídicas subjetivas y relaciones jurídicas del contrato en concreto.
53 Comparte la afirmación según la cual el principio de causalidad de los negocios jurídicos cuenta con el rango de principio general
en el ordenamiento jurídico peruano: ESPINOZA ESPINOZA, Juan. Acto jurídico negocial. Análisis doctrinario, legislativo y juris-
prudencial. Gaceta jurídica, 2010, p. 526.
54 GASPERONI, Nicolà. Ob. cit., p. 381.

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CIVIL Y REGISTRAL

Por su parte, el elemento interno (segun- iii) Las características de los bienes a los que
do componente del nexo funcional) penetra se refieren los diversos contratos, los cua-
en la estructura negocial de al menos uno de les podrían ser de naturaleza complemen-
los contratos coligados en concreto. Se trata taria o brindar una utilidad unitaria.
de la asunción, en la causa concreta, de un in-
iv) La colaboración previa y planificada de al-
terés en coordinación con los otros contratos
gunas de las futuras partes contractuales de
conexos, de cara a la actuación de la opera-
cara a la celebración y operatividad de la
ción económica global55. La causalización del
agrupación de contratos56.
interés en la coordinación incrementa la fun-
ción abstracta cristalizada en el tipo (es decir, v) Los nexos de parentesco o de dependencia
la causa abstracta) otorgándole, en el caso es- organizativa entre dos o más partes de la
pecífico, un margen mayor de operatividad al agrupación de contratos.
acto de autonomía privada.
El valor de semejantes indicios reveladores no
La verificación de la asunción causal del inte- es absoluto. Afirmar ello en abstracto sería in-
rés en la coordinación se desenvolverá aten- clusive peligroso. El valor específico de cada
diendo al texto y al contexto. En realidad, índice deberá ser fijado caso por caso por el
ambas situaciones, en caso se verifiquen, juez o árbitro, de conformidad con los criterios
constituirán dos formas distintas de apre- hermenéuticos consagrados por el legislador.
ciar un mismo fenómeno. Es decir, no exis-
tirá especies distintas de coligación concre-
IV.
ALGUNOS EFECTOS DE LOS
ta según el interés en la coordinación se haya CONTRATOS COLIGADOS
causalizado a partir de indicios textuales o
Los contratos coligados en concreto cuentan
contextuales.
con un tratamiento particular que se diferencia
La causalización del interés en la coordinación tanto de la disciplina aplicable al contrato uni-
se derivará del texto cuando en el reglamen- tario como de aquella propia de los contratos
to consensual se incluya una cláusula en vir- independientes. Se trata de un genuino régi-
tud de la cual se califique como “coligados” (o men privativo. Evidentemente, el estudio de la
bien con alguna expresión equivalente) a los mencionada disciplina no puede ser planteado
diversos contratos. con detalle en estas breves líneas. Sin embar-
Por su parte, la consecuencia aludida en primer go, siguiendo a Rodolfo Sacco, resulta posible
lugar, se derivará del contexto a partir de cier- mencionar algunas de las consecuencias jurí-
tos indicios reveladores como los siguientes: dicas que la jurisprudencia italiana ha venido
derivando de las hipótesis de coligación nego-
i) El conocimiento, por parte de los contra- cial (collegamento negoziale)57:
yentes, de la operación económica global a
la que se dirigen los contratos coligados. i) La interdependencia de los contratos con-
lleva que las vicisitudes de uno repercu-
ii) La tipicidad de la operación económica ten sobre las del otro, condicionándolo en
global. su validez y eficacia.

55 Semejante interés es complementario de aquel interés inmediato que tiene como objeto los distintos bienes de la vida capaces
de satisfacer las necesidades que los individuos experimentan al momento de celebrar el contrato.
56 Esta forma de simbiosis empresarial es propia de las relaciones de crédito al consumo. Para una ilustración de las relaciones
existentes entre semejante forma de financiamiento y coligación contractual, permítasenos remitir a nuestro siguiente trabajo:
VÁSQUEZ REBAZA, Walter. “Los financiamientos trilaterales en el marco de las operaciones de crédito al consumo y la teoría
de la coligación contractual”. En: Revista de Derecho administrativo. Círculo de Derecho administrativo. Nº 10, T. II, 2011, p. 183
y ss.
57 SACCO, Rodolfo. Ob. cit., pp. 240 - 241. En similar sentido, aunque con referencias jurisprudenciales menos recientes: COLOM-
BO, Claudio. Ob. cit., 1999, p. 23 y ss. y LÓPEZ FRÍAS, Ana. Ob. cit, pp. 30 - 31.

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REVISTA JURíDICA DEL PERú

ii) Por ello, si un contrato es nulo, toda la ca- pasando injustamente inadvertida, amerita la
dena es nula, salvo la “prueba de resisten- máxima atención por parte de la doctrina pri-
cia” establecida en virtud de la regla de la vatística nacional de nuestros días.
nulidad parcial.
iii) La anulación, la resolución y el desisti- CONCLUSIONES
miento no pueden afectar a un contrato 1. Los esquemas contractuales típicos consa-
sin afectar a toda la cadena. grados por el legislador frecuentemente se
iv) No es admisible el desistimiento de uno revelan insuficientes para satisfacer las ne-
solo de los contratos coligados. cesidades, cada vez más novedosas y com-
plejas, del tráfico comercial contemporá-
v) Quien es parte de un contrato puede im- neo. En vista de ello, los individuos, en
pugnar toda la cadena. uso de su autonomía privada, suelen valer-
vi) El derecho de retención se comunica de se de la concertación de una pluralidad de
un contrato al otro. contratos de cara a la satisfacción de nece-
sidades complejas (aunque unitarias). Este
vii) La condición insertada en un contrato fenómeno, que denominamos nuevo para-
puede afectar a toda la cadena. digma de la contratación, constituye el sus-
viii) El nexo de reciprocidad se presenta en- trato sobre el cual se asienta la noción de
tre prestaciones derivadas de los contra- contratos coligados.
tos autónomos coligados. 2. En el sistema jurídico peruano, la coliga-
ix) La interpretación global y sistemática del ción contractual concreta es una catego-
contrato será aplicable a la cadena y de- ría lógica que cuenta con reconocimiento
terminará que los diversos contratos sean legislativo en el artículo 49.2 del Código
apreciados de manera armónica. de Protección y Defensa del Consumidor.
No obstante ello, su fundamento sistemá-
x) La presencia de un contrato oneroso des- tico debe ser reconducido al principio de
truye la gratuidad del acuerdo coligado a la autonomía privada (reconocido en los
este. artículos 2 inciso 14 y 62 de la Constitu-
xi) La fidelidad a la buena fe en la ejecu- ción Política y en el artículo 1354 del Có-
ción del contrato y la correspondencia digo Civil). La causa concreta del contra-
a la buena fe en el ejercicio del desisti- to es una institución consagrada en nuestro
miento, se aprecia teniendo presente no ordenamiento que, encontrándose en estre-
solo los contratos individuales, sino toda cha relación con el nexo funcional de los
la cadena. contratos coligados, resulta crucial para la
fijación de la mencionada categoría en el
Como habrá podido apreciarse, el estudio de
sistema jurídico nacional.
los contratos coligados hoy en día reviste una
importancia crucial en nuestro país. Por lo tan- 3. El artículo 49.2 del Código de Protección
to, resultaría erróneo afirmar que se trata de y Defensa del Consumidor, al otorgar rele-
una categoría oculta o que su presencia pasa vancia jurídica específica a los supuestos
inadvertida para el intérprete. Se trata, por el de dependencia entre diversos contratos,
contrario, de una institución explícita, a to- consagra a la coligación contractual como
das luces visible, que cuenta con consecuen- categoría legislativa. Tal afirmación resul-
cias jurídicas determinantes para la solución ta corroborada si se toma en cuenta la nor-
de conflictos de intereses al interior de nues- mativa comparada que inspirara a nuestro
tras fronteras. En definitiva, la coligación con- legislador de cara a la elaboración de dicho
tractual es una categoría que si bien ha venido dispositivo. El artículo 49.2 reviste enorme

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importancia en nuestro sistema, pues jus- la pluralidad de contratos resulta necesario


tifica los esfuerzos de quienes busquen e instrumental para el desenvolvimiento de
precisar la noción de dependencia con- la operación económica global la cual, a
tractual, la cual constituye la hipótesis ju- manera de principio, no podrá ser actua-
rídica abstracta del mencionado dispositi- da a partir del despliegue aislado de cada
vo normativo. acuerdo contractual.
4. La coligación concreta reúne agrupaciones 5. La configuración de la coligación con-
de contratos que, si bien en abstracto re- tractual concreta presenta dos requisitos:
sultan independientes, se encuentran vin- (i) la pluralidad contractual, es decir la pre-
culados en concreto (a partir del texto o del sencia de una agrupación conformada por
contexto) por estar dirigidos hacia la con- dos o más contratos diversos; y, (ii) el nexo
secución de una operación económica glo- funcional, o sea, el vínculo de dependencia
bal. En tales hipótesis, el cumplimiento de instaurado entre tales esquemas.

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