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ANTI ATEÍSTAS
(GMUAA)
Que somos monos, que somos gais, que creemos saberlo todo… Muchas
veces sabiendo que no es verdad, pero otras tantas tomándoselo en serio
(sí, hay quienes lo toman en serio) los anti ateístas han echado a opinión en
los Grupos -es sólo un modo de decir- su idea acerca de lo que son los ateos.
Amparados en la comodidad del prejuicio, siempre han preferido calificar
de manera algo torpe antes que averiguar.
De algún modo tienen que justificar qué es lo que saben de aquellos a
quienes se oponen, pero, preocupados por si acaso aquellos a los que se
oponen tuvieran alguna razón en lo que dicen, han optado siempre por
elaborar sus mitos urbanos acerca de los ateos.
Mucho más rápido y seguro que investigar, pues sólo tienen que sacar de la
cabeza lo que desean decir. Y, si se los relaciona con algo que ha sido
siempre cliché de humor popular, como por ejemplo el gay o el mono, pues
lo tienen servido en bandeja.
¿De dónde salen las relaciones que hacen los anti ateístas para crear sus
grandes mitos urbanos? ¿Cómo se construye la Falacia del Hombre de Paja
que emiten en esos grandes mitos? Realmente, ¿hay algo que se pueda
hacer para educar al anti ateísta?
Desde el sábado 20 de mayo, y a partir de allí los siguientes sábados, una
apostilla semanal para barajar estas ideas y otras que quieran aportar.
De momento, sólo en dos Grupos de los diez en que participo, por razones
de tiempo; los que deseen pasarlo a otros Grupos tienen la Opción
Compartir, o pueden solicitar la imagen y el texto por mensaje privado.
Vayan preparando las ideas para aportar, y que haya buen debate.
“Este es el dios de los ateos” dice un epígrafe algo auto referencial que
muestra una imagen del último King Kong cinematográfico. Claro, todo
mundo debe tener dios, y éste debe ser por fuerza algo gigante, colosal.
Ingenio que les suda por todos los poros de la piel.
Hola, monitos”, saluda un conocido troll anti ateísta, tratando de insultar
con lo que para él es un insulto pero no para quienes lo reciben. Inteligencia
que en versiones sólidas y líquidas se excreta por los conductos fecal y
urinario respectivamente.
“Boda atea” proclama otro meme que muestra a un mono con eclesiástico
traje de novia y a otro mono a su lado de sobrio esmoquin. Pero por
supuesto, los ateos se casan además por iglesia. Astucia agudísima que se
les derrama por boca y nariz al unísono.
Tres de tantos ejemplos en lo que el anti ateísta deja de lado toda lógica y
toda coherencia en pos de caricaturizar esa negación de la naturaleza
suscrita en el segundo de los Grandes Mitos Urbanos Anti Ateístas
enunciado como “los ateos son monos”. Como con la entrega anterior,
vamos a ver qué dislates llevan a la creación del mito, cómo les es funcional
a los anti ateístas, y cómo atentan contra su propia lucidez los que hacen
de este chiste una cosa seria.
Cada quien sabe de memoria de dónde viene esto: la Teoría de la Evolución
cuenta con demasiada evidencia y esto preocupa a los anti ateístas como si
tal cosa fuera establecer el ateísmo en todo el planeta por su sola y única
razón. De ahí que quieran contraatacar tomándonos por monos. Pero si
haberse admitido que Galileo estaba en lo cierto no hizo al ateísmo un
movimiento universal, ¿por qué suponen que la Teoría de la Evolución sí lo
hará?
Debo a Tere Linares (gracias, una vez más, ahogada) el haber recordado un
mito urbano más y que tenía olvidado, pero que así y todo se relaciona con
esa obstinación del anti ateísta por ver crédulos a los que en realidad no
tenemos gran problema con vernos crédulos.
Así, pues, el cierre de esta serie se desplazará al siguiente sábado, pues toca
hablar del Gran Mito Urbano Anti Ateísta con los que los anti ateístas hacen
doblete: a la par que demuestran ignorar lisa y llanamente qué es un ateo,
traen a colación a un grupo social del cual los creyentes, y no nosotros, se
ha desprendido.
Den la bienvenida al GMUAA: “Los ateos pueden ser magufos o
supersticiosos”
Ahora sí, con viento a favor, el siguiente sábado cerramos esta serie. Tengan
preparadas sus respectivas conclusiones. Nos estamos viendo.
Llega a su final este ciclo, y corresponde repasar qué hemos visto acerca de
lo que los anti ateístas se han inventado para nosotros, una vez que
hubieron pensado “no podemos dejarles que descrean de dios y nada más;
digamos de ellos algo con lo cual escarmienten”.
Que nuestra naturaleza es pecaminosa, y, para nosotros, cuanto más
vergonzoso resulte el pecado, mejor (Entrega 1: “Sexo, Lujuria y
Perversión”)
Que intentamos rebajar la insigne condición del hombre como hijo de dios,
proclamándola sólo una especie animal entre tantas (Entrega 2:
“Naturofobia”)
Que nos entregamos demasiado al saber científico, siendo que éste sólo
envanece al hombre y le aleja de la humildad con que se gane el cielo
(Entrega 3: “Scientia Infus”)
Que sólo somos negacionistas de una realidad divina, desesperados
contestatarios que apelan a la burla y la mofa por puro contrariar al teísta
(Entrega 4: “Todo en la cabeza”)
Que no nos hemos leído la biblia, o que lo hemos hecho de manera errónea,
única explicación a la carencia de nuestra conversión a creyentes (Entre 5:
“Palimpsesto”)
Que nuestra racionalidad ha sido puesta a prueba, y se ha revelado faltante,
ante la imposibilidad de ver lo que de todos modos no es evidente (Entrega
6: “Estos ateos están majaretas”)
Que nuestras ideas vienen de la fe, igual que de dónde viene la de ellos, y
como tal debemos adolecer de lo mismo que les cuestionamos (Entrega 7:
“La religión es un ateísmo… ¿O era al revés?”)
Que, no siendo adoradores de dios, por fuerza debemos ser adoradores del
diablo, y buscar por el escándalo venerar al mal y servirle (Entrega 8:
“¡¡¡Poweeeer!!!”)
Que participamos del acto de creer igual que cualquier religioso, luego lo
nuestro es sólo fe y, si los deconstruimos, nos deconstruimos también
nosotros (Entrega 9: “Ovni nuestro que estás en el cielo”)
El afán de intentar hacer volver al redil es más patente en unos que en
otros: todo es fe, todo es adoración, todo evidencia que todo ha de ser fe y
adoración. No pequéis, no confiéis en la ciencia, no hagáis del hijo de dios
algo risible, no habléis de lo que no conocéis, no seáis el necio que dice no
hay dios…
¿Y la realidad? ¿Y qué con que la posibilidad de que esos a quienes
llamamos gais, monos, sabihondos, ignorantes bíblicos, reaccionarios,
magufos, satánicos, locos, sean tan sólo ateos?
¿Llevaría mucho conocer sobre ateísmo lo necesario como para evitar caer
en estos Grandes Mitos Urbanos y, de necesitar criticar a los ateos, hacerlo
desde su propio corpus de saberes, no desde la fantasía con que los miro
desde afuera?
¿Es arduo hacerse a la idea de que haya gente que descree de dios o de
dioses, sólo por tener razones sobradas para no creer en tales, sin que les
sea necesario, para descreer, ser además gais, monos, sabihondos,
ignorantes, locos, falsos devotos, reaccionarios, satánicos, o magufos?
Es que demonizar es mucho más efectivo. A nadie le importa si denuncias a
quien descree de dioses; pero si le denuncias echándole alguno de los
nueve motes analizados en las sucesivas entregas, seguro hasta los
indiferentes te prestarán más atención, y de a poco todos olvidaremos que
se denunciaba al ateísmo -como efectivamente pasa- pues el mote
endilgado es mucho más irrisorio y adecuado (para Falacias del Hombre de
Paja) que el simplemente llamar “ateo” a alguien.
Los ateos a los que les caiga uno o más de los Grandes Mitos urbanos Anti
Ateístas tienen su plaza asegurada en la picota de los que aborrecen al
ateísmo pero no se toman el trabajo de averiguar en qué consiste esa
postura filosófica, prefiriendo el camino fácil de la caricatura, aunque
siempre corriendo sobre el filo de la navaja al hacerlo.
Claro, porque si repudias al ateo gay que ni siquiera es gay, puede que seas
homófobo, y ya sabes lo que lamentablemente se ha probado muchas veces
acerca de la homofobia, que es tan sólo represión. Si te burlas del simio gay
que ni siquiera es simio, estás burlándote de la naturaleza que también
eres, simio o no simio. Si te mofas del sabihondo, ¿de dónde justificas haber
sacado el saber para afirmar que es sabihondo? Si tildas a alguien de
ignorante, hay que ver si acaso no ignoras algo que te haría tener que
enmendar tal tilde. Si le llamas loco, piensa primero en cuál es el término
para el que cree en cosas que bien pueden pasar por imaginarias. Si lo
tomas por un falso devoto, quizá lo hayas hecho sin tener en cuenta tu
propia curiosa devoción. Si reaccionario, recuerda el tema de la carga de la
prueba. Si satánico, piensa que eres tú en realidad el que cree en el diablo.
Y si magufo, bueno… Mira bien que es del deseo de creer, y no del deseo de
descreer, de donde viene la creencia.
Nada habrá que digas acerca del ateo que no caiga sobre ti de algún modo,
tú, anti ateísta que elegiste al ateo como chivo expiatorio de tu propia
incertidumbre, para que él te redima de ese miedo a dejar de existir y esa
prisa por explicar al universo, que te llevó a que te inventaras un dios y
pensaras innumerables galimatías para argumentar de algún modo su
existencia. No somos el enemigo; tu renuncia a entendernos lo es.
Y eso que los más hábiles estrategas aconsejaron en la Historia conocer
cabalmente y a fondo al que se enfrenta, como manera efectiva de
reducirlo. Mientras ataques Muñecos de Paja de tus GMUAA, no le haces
mella al ateísmo, sólo escarneces a las personas que piensan distinto de ti,
sin siquiera averiguar qué tan distinto es.
Tal vez sólo esté buscando la verdad al igual que tú; hasta que no entiendas
cabalmente por qué descree, no hagas primar tu egoísmo, por favor, no le
transformes en el Ecce Homo de tu decadencia religiosa.
Es sólo una sugerencia.
Gracias a los lectores por su compañía en estos dos meses y medio.