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INTRODUCCIÓN....................................................................................................................................... 3
CAPÍTULO I .............................................................................................................................................. 5
1. Definición .................................................................................................................................... 5
1.1. Historia de la oligarquía .......................................................................................................... 5
1.2. La sociología y las ciencias políticas ......................................................................................... 6
1.2. Oligarquía según Platón ...................................................................................................... 6
1.3. Régimen oligárquico: definición de régimen político oligárquico ...................................... 7
1.4. Régimen oligárquico: oligarquía y democracia en la Antigua Grecia ................................. 7
1.5. Oligarquía en Esparta .......................................................................................................... 8
1.6. Oligarquía nobiliaria ............................................................................................................ 8
1.7. Oligarquía Plutocrática (-594) ............................................................................................. 8
1.8. Régimen oligárquico: .......................................................................................................... 9
Características ........................................................................................................................ 9
1.9. Régimen oligárquico y oligarquía contemporánea ............................................................. 9
CAPITULO II ........................................................................................................................................... 11
2. La Oligarquía En América Latina ............................................................................................... 11
2.1. Idea de Oligarquía. ..................................................................................................................... 11
2.2. Características. ...................................................................................................................... 12
2.3. Los regímenes oligárquicos en Perú, México, Argentina y Chile: ......................................... 13
El Estado oligárquico peruano: ............................................................................................. 13
El Estado oligárquico Mexicano: ........................................................................................... 13
El Estado oligárquico Argentino: ........................................................................................... 14
El Estado oligárquico chileno: ............................................................................................... 14
2.4. La exclusión social del Estado Oligárquico en América Latina .............................................. 15
2.5. Paternalismo, populismo y oligarquía .................................................................................. 15
2.5.1. El paternalismo ................................................................................................................. 15
2.5.1.1. Características principales..................................................................................... 16
2.5.2. El populismo ...................................................................................................................... 16
2.5.2.1. Principales características ......................................................................................... 16
2.5.3. La oligarquía ...................................................................................................................... 17
2.5. Las Fuentes Del Poder Oligárquico ....................................................................................... 17
2.6. Notas sobre la Oligarquía ...................................................................................................... 17
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CIENCIAS POLITICAS
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CIENCIAS POLITICAS
INTRODUCCIÓN
En el presente trabajo desarrollaremos el tema de la Oligarquía. En la ciencia política es una
forma de gobierno en la que el poder supremo está en manos de unas pocas personas,
generalmente de la misma clase social.
Los escritores políticos de la antigua Grecia emplearon el término para designar la forma
degenerada y negativa de aristocracia (etimológicamente, gobierno de los mejores).
Estrictamente, la oligarquía surgirá cuando la sucesión de un sistema aristocrático se perpetúe
por transferencia sanguínea o mítica, sin que las cualidades éticas y de dirección de los
mejores surjan por mérito propio, esta definición muy cercana a la de monarquía y más
todavía a la de nobleza.
Ellos sacaron suertes de grandes grupos de voluntarios adultos que escogieron la técnica de
selección para los funcionarios públicos que desempeñaban funciones judiciales, ejecutivas y
administrativas. Incluso usaron muchos puestos, como jueces y jurados en las cortes políticas,
que tenían el poder de gobernar la Asamblea. Según la Real Academia Española, oligarquía
quiere decir “gobierno de pocos”. También significa “forma de gobierno en la cual el poder
supremo es ejercido por un reducido grupo de personas que pertenecen a una misma clase
social”.
Tercera acepción: “Conjunto de algunos poderosos negociantes que se aúnan para que todos
los negocios dependan de su arbitrio”.
1
Carlos Sarmiento Sosa (10 de julio de 2014). « ¿Qué es la oligarquía?». eluniversal.com. Consultado el 10 de
octubre de 2017.
2
Hansen, Mogens Herman (1991). The Athenian Democracy in the Age of Demosthenes. Oxford: Blackwell.
ISBN 978-0631180173. OCLC 22809482
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CIENCIAS POLITICAS
a todos aquellos que no estén de acuerdo con sus formas de gobernar, no importa su
condición económica, puede ser un estudiante, diputado, un obrero o una fritanguera.
Es decir, para estos gobiernos la oligarquía viene a ser la oposición, grave error conceptual.
Parece que los gobernantes de “izquierda” se han puesto de acuerdo para incorporar en su
léxico la expresión oligarca u oligarquía, sin que éstos le den un concepto claro, lo que
permite que el pueblo no conozca su verdadero significado.
El criterio de un filósofo y ensayista, Tomás Abraham, que dice: “La oligarquía se constituye
ganando la presidencia”, y Orlando Núñez Soto en un escrito sobre La naturaleza de la
oligarquía en Nicaragua, nos dice que, oligarquía es el Gobierno de un grupo de familias
ricas.
En ese mismo escrito Núñez nos explica que Oligarquía proviene del griego: Oligo= pocos y
Arkhe=gobierno o poder. Sin temor a equivocarnos, todos estos conceptos sobre oligarquía
describen con precisión las características de los gobiernos que controlan a su gusto y antojo
todas las instancias del Estado. Son formas degeneradas de gobiernos.
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CAPÍTULO I
1. Definición
Al escuchar la palabra oligarquía, lo primero que viene a nuestras mentes es el gran poder
concentrado en unos pocos de clase social alta en una determinada sociedad. Sin embargo,
como todo término, sus características son infinitas. ¿Qué es la oligarquía? ¿Cuándo y dónde
tiene sus orígenes? ¿Cómo fue mutando a lo largo de la historia? A continuación,
explicaremos estas y otras posibles preguntas sobre el significado de esta palabra.
¿Qué es la oligarquía?
De acuerdo con lo que explica la Real Academia Española, podemos definir a la oligarquía
como un gobierno de pocos donde el poder supremo es dirigido por aquellos que pertenecen a
una misma clase social. A su vez, explica que otra acepción de esta palabra se utiliza para
definir al conjunto de poderosos negociantes que tienen como principal fin que todos los
negocios dependan de ellos.
Nos podríamos referir como oligarcas a aquellas personas que son dueñas tanto de
propiedades, como de tierras o incluso, aquellas que posean una gran cantidad de dinero. Por
estos bienes que poseen y el alcance a una influencia económica, se convierten en poseedores
de fuerza política.
Entonces, la oligarquía será un grupo de no tan grandes medidas, pero que sí pertenecen a una
misma clase social -claramente, una clase social alta– y son capaces de controlar y dirigir a
una colectividad o institución. El fin por el que ejercen su poder es únicamente para cuidar
sus propios intereses y beneficios y podrán alcanzar aquello sin necesidad de un
consentimiento popular.
Ya Aristóteles comenzaba a utilizar este término y lo definía como el modo que utilizan los
nobles y los ricos para gobernar, con el único fin de sacar provecho ellos mismos sin tener
demasiado interés en, por ejemplo, las otras clases sociales ni en los intereses y derechos que
pudieran llegar a tener.
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CIENCIAS POLITICAS
Tales selecciones tienden a ejercer el poder en beneficio de los intereses de su propia clase.
Es una idea recurrente, que todas las formas de gobierno son al fin y al cabo el gobierno de
unos pocos. Karl Marx y Friedrich Engels insistieron que a lo largo de la historia del
capitalismo, fueron los capitalistas quienes controlaron el gobierno.
El italiano Gaetano Mosca, asimismo, insistió que una “clase gobernante” siempre resulto un
control oligárquico eficaz. Vilfredo Pareto utilizó en su doctrina el concepto de “elite”. La
tendencia moderna es analizar los patrones sociales en términos de “elite”.
Por otro lado, el sociólogo alemán Robert Michels se refirió a que no importa cuán igualitaria
o radical pueda ser la ideología y objetivos de un partido político o sindicato, porque al fin y
al cabo, siempre tiende a surgir un grupo limitado de líderes que pueden dirigir y hacer
evolucionar y persistir una organización ideológica.
a palabra, como tal, proviene del griego ὀλιγαρχία (oligarchía), que se compone de las raíces
griegas ὀλίγος (olígos), que significa ‘pocos’, y ἄρχω (arko), que podemos traducir como
‘gobernar’ o ‘comandar’. En síntesis, vendría a significar “gobierno de unos pocos”.
Hoy en día, el uso que se le otorga a esta palabra es un poco distinta a aquel entonces, debido
a que se utiliza para referirse a los millonarios, a aquellas personas dueñas de muchas tierras
y a los dueños de distintas propiedades que pertenecen a un país en especial.
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CIENCIAS POLITICAS
Por lo tanto se define como oligarquía a un estilo de gobierno en el cual las leyes y el
mandato son implementados por un grupo pequeño de personas pertenecientes a una misma
clase social bien sea de alta o de baja, generalmente son personas que manejan un alto
porcentaje de dinero, así se va heredando el poder gubernamental de generación en
generación según el linaje y el apellido que estas personas posean, este tipo de gobierno es
aplicado a libre albedrío para cubrir los intereses individuales de cada gobernante sin contar
con el consentimiento popular. Generalmente los que ejercen esta metodología política son
empresarios con dinero o acaudalados, en búsqueda de la protección de sus intereses o
adquisición de nuevos bienes.
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CIENCIAS POLITICAS
a) El arcontado, que sustituye al Rey y lo coloca como un entre sus miembros. Estos eran
nueve: el Arconte-Rey, encargado de la religión; el Arconte-Polemarca, del ejército; el
Arconte Epónimo, encargado del aspecto civil y seis Arcontes-Tesmotetes, con funciones
judiciales.
La oligarquía plutórica establecida por Solón no fue del agrado general, pese a que sus leyes
sociales protegieron al pueblo. Por esta inconformidad, siguiendo un proceso similar al de las
demás ciudades griegas, con excepción de Esparta, se cayó en Atenas en la tiranía: líderes de
partidos tomaron el poder por la fuerza y mandaron sin límite de tiempo. Uno de estos tiranos
fue Pisístrato, quien, a pesar de mandar con mano fuerte, tuvo una actuación brillante en
cuanto a la protección de la cultura: la influencia de Jonia se dejó sentir mucho durante su
gobierno y en la misma época fueron recogidos y escritos los poemas homéricos. Sus
sucesores no se comportaron en igual forma, el pueblo sintió más el peso del gobierno
personal y, después de las consiguientes luchas, dio el poder a un noble amante de ese mismo
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CIENCIAS POLITICAS
pueblo para que creara una constitución con mayores garantías de libertad; de allí resultaron
las reformas democráticas de Clìstenes, ese noble.
Características
Aparentemente no hay estado, ya que no hay separación entre sociedad civil y estado.
Es el demos quien toma sus propias decisiones, todas, sin “elegir” a nadie para que las
haga por él. Es pues, una democracia participativa y no representativa. El estado será
el Demos, sus Instituciones y Magistraturas, cuyos miembros se van rotando por
sorteo.
Propicia la participación de todos los ciudadanos mediante los mencionados sorteos y
los Sueldos (Misthos). Ni que decir tiene que esto es impensable en una oligarquía,
donde los capacitados para gobernar serían unos pocos, “los mejores”
(definitivamente los que más poder tengan)
Persecución de todo abuso de poder: Euthinay, Graphai, Eisangelía,
Ostracismo…Existían multitud de procesos para el control del poder. En la oligarquía
Espartana si que se observa la tendencia a “desbancar” al que destaca (Brásidas,
Pausanías…) pero simplemente con la intención de evitar la aparición de la figura del
tirano. Para no perder “su” poder (el de los oligarcas).
Intención de integrar a todos los grupos sociales y económicos de ciudadanos. Esto,
por supuesto, tampoco se daba en ninguna oligarquía.
Una característica fundamental es la división entre iniciativa de cualquier acto y la
toma de la decisión generada por esa iniciativa.
La oligarquía, como vicio que se refiere al ser de un gobierno, no al actuar de cualquiera sin
distinción de formas, no pasa de una irregularidad orgánica, consistente en el movimiento de
depuración de una república, que contra la legalidad por modo suave ó violento (golpes de
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CIENCIAS POLITICAS
Es claro que tal oligarquía, que puede ser buena y patriótica, aunque sea ilegal; que responde
a un natural impulso de selección republicana (y esta es la idea expresada por la composición
etimológica del término, mando de los pocos; los mejores nunca han sido muchos, y cada vez
serán los menos) puede ir y de hecho ha ido acompañada con frecuencia de mando tiránico
para inicuo provecho de los que gobiernan.
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CIENCIAS POLITICAS
CAPITULO II
Esta élite se sostiene sobre la base de la posición de dominio económico que tiene y/o del
prestigio del linaje de sus miembros. Surge así un sistema de gobierno denominado oligarquía
que se extiende desde los años 1880 hasta la década de 1930 y, en algunos casos, hasta la
década de 1960 [como el caso de Perú].
Cavarozzi3 sostiene que la oligarquía es una clase política del capitalismo [1978: 13]. En
cambio Ansaldi indica que “el concepto de oligarquía designa una forma o un modo de
ejercicio de la dominación política por un grupo minoritario perteneciente a clases sociales
que detentan poder económico y social” [1992: 3]. Para este último, la oligarquía no es una
clase social, sino una categoría política.
Por nuestra parte, consideramos que la oligarquía como forma gobierno será entendida mejor
si la enfocamos desde la postura u óptica del poder político. En efecto, si tomamos como
punto de referencia el poder político, diremos que la oligarquía no es otra cosa que una forma
de gobierno que es ejercida por un reducido número de sujetos que se cohesionan en función
a sus intereses económicos o sociales ya sea de clase, fracción o grupo sociales o familiares
para ejercer la dominación de la población de manera exclusiva, es decir prescindiendo de la
participación democrática de las mayorías, a través del mecanismo oficial, como es el Estado;
centralizando y descentralizando el poder político en función a clientelismo y conveniencias;
copando el aparato estatal burocrático con funcionarios no según sus capacidades sino en
base a criterios discriminatorios como apellido, prestigio, amistad, dinero, etc.
3
CAVAROZZI, Marcelo 1978 “Elementos para una caracterización del capitalismo oligárquico”. En
Documentos cedes. Buenos Aires, pp. 1-35. Consulta: 30 de julio de 2011
http://201.231.178.100/Publicaciones/Doc_t/Doc_t12.pdf>
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CIENCIAS POLITICAS
2.2. Características.
3. La oligarquía ha sido una forma de gobierno o dominación en América Latina que se
ubica entre los años 1880 y 1930 – 40, en el caso del Perú, tuvo vigencia hasta la década
de 1960 (1968), que capturó el Estado para beneficios de sus intereses económicos.
7. Una limitación efectiva de los derechos a sufragar, elegir y ser elegido. En efecto, siendo
que la oligarquía concebía el gobierno para sí misma, es decir para asegurar la protección
de sus intereses, es obvio que no tenía ningún interés de permitir que quienes no
formaban parte de ella y que, además, constituían la inmensa mayoría, tengan la
posibilidad y opción de poder decidir el futuro del Estado. Definitivamente si se
reconocía el derecho universal al sufragio y a elegir y ser elegido, más que un problema
jurídico, constituía una amenaza contra las estructuras oligárquicas, puesto que, siendo
tan pequeñas, en términos de conformantes y adeptos, fácilmente serían derrotadas si se
hubiese permitido y garantizado un proceso electoral limpio y transparente.
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CIENCIAS POLITICAS
Al respecto Ansaldi sostiene que el paternalismo oligárquico se caracteriza por tener una
doble dimensión:
Se edificó sin definir su estructura organizativa. De allí que los intereses públicos no se
encontraban separados de los intereses privados. De igual modo no tuvo una estructura
centralizada. En efecto, con excepción de algunas ciudades, el poder del Estado no se
relacionaba directamente con la población, sino que interactuaba con los gamonales y los
poderes locales quienes ejercían el poder con criterio privatístico [López Jiménez 1997: 126]
Se caracterizó por ser excluyente respecto a las clases populares, sobre todo de los
campesinos, en todos los ámbitos: social, de género, racial y étnico. Como sostiene López
Jiménez “las doctrinas racistas fueron la ideología implícita del Estado Oligárquico” [1997:
128]
No tuvo el monopolio de la violencia legítima como todo Estado moderno. Esta estuvo en
mano de los gamonales que se organizaban privadamente como fuerzas paralelos al ejército
oficial.
Se presenta como una contradicción interna al definirse como liberal y oligárquico a la vez.
Se dice que en el ámbito de las relaciones jurídico políticas, es liberal, defiende la igualdad
política de los ciudadanos y reconoce la libertad de pensamiento y de cultos. Concibe al
individuo como el principio rector de la sociedad mientras que el Estado debe limitarse a
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CIENCIAS POLITICAS
garantizar y promover los intereses de los particulares [Leal 1974: 703) 4. Adopta la forma de
República Democrática, Representativa y Federal; sin embargo, en la práctica jamás fue
democrática
Se advierte el dominio de la violencia legítima [López Chirico 1985: 160] 5Se crea en 1901
las Fuerzas Armadas de Argentina consolidando así el monopolio de la violencia legítima
[López Chirico 1985: 161].
Es un Estado, cuya oligarquía se caracteriza por ser altamente represiva y, de igual modo,
declaradamente excluyente respecto a los opositores o disidentes.
4
LEAL, Juan Felipe 1974 “El Estado y el Bloque en el Poder en México: 1867-1914”. En Historia Mexicana,
México, Vol. 23, No. 4, Apr. – Jun., 1974, pp. 700-721 Consulta: 30 de julio de 2011
5
LOPEZ CHIRICO, Selva 1985 “Tres formas de dominación oligárquica latinoamericanas: Argentina, Brasil
y Perú” En Dialéctica, México, Vol 17, pp.131-162, (X). Consulta: 30 de julio de 2011
“http://”>://148.206.53.230/revistasuam/dialectica/include/getdoc.php? id=308&article=329&mode=pdf>
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2.5.1. El paternalismo
El término "paternal" encarna virtud en el ámbito familiar, pero adquiere una connotación
despectiva en la política, y hace referencia a una forma de autoritarismo que coarta la libertad
de decisión de los ciudadanos. Al líder paternalista se lo compara con el padre, porque busca
el bienestar de su pueblo, pero se le critica que no permita que la comunidad tome parte en
las decisiones.
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Esta falta de libertad para la toma de decisiones conduce a la dependencia cada vez mayor del
gobernante: el pueblo está siempre esperando que la autoridad diga qué hacer, cómo y
cuándo; qué es bueno o malo y todos los beneficios que recibe considera que es un favor y,
por lo tanto, se sienten en deuda con el gobernante.
2.5.1.1.Características principales
2.5.2. El populismo
El populismo es el movimiento político que busca la adherencia del pueblo proclamando que
defiende los intereses de la clase popular, aunque las autoridades no tengan realmente este
objetivo. Apela a los valores, creencias, emociones y cualquier medio para ganarse
popularidad.
2.5.2.1.Principales características
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2.5.3. La oligarquía
La oligarquía es una forma de gobierno excluyente: sólo gobiernan unas pocas personas de la
misma clase social. Tiene dos vertientes: por una parte, oligarcas son la minoría de una clase
privilegiada que aprovecha la función pública para obtener beneficios personales; por otra,
también son oligarcas los grupos reducidos de personas que no tienen acceso directo al poder
pero que ejercen su influencia, sobre todo económica, sobre las autoridades estatales
¿Cómo caracterizar este tipo de latifundio? Ya he señalado su extensión que podría calificar
de patológica: veinte mil, treinta mil hectáreas de un solo propietario. De estas superficies,
una gran fracción está en rastrojos, abandonada. Grandes extensiones de las partes cultivadas
son sometidas a prolongados descansos. En las tierras que se cultivan crecen magras
cosechas; los pastos alimentan a un ganado mediocre. Lo que caracteriza esta explotación
extensiva es, evidentemente, su débil productividad técnica y también su reducido
rendimiento financiero.
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CIENCIAS POLITICAS
Las ganancias que esas inmensas propiedades dejan a sus propietarios son impresionantes
en cifras absolutas; pero relacionadas con el valor del capital en tierras muy a menudo
aparecen como muy modestas. En el caso del Perú, por ejemplo, las grandes propiedades del
interior representan muy poco en la vida económica moderna. Según la opinión de los
especialistas, el valor de los productos agrícolas que salen del "latifundio" fluctúa entre el 5 y
el 10% del valor de la producción agrícola total. Esta cifra pierde algo de su alcance si se
tiene en cuenta la importancia del autoconsumo de los colonos indígenas, posiblemente
sub evaluado.
El peso del "latifundio" en la economía peruana no puede ser correctamente apreciado si uno
se limita a registrar el valor de los productos comercializables que pone a disposición del
mercado. Hay también que tener en cuenta la situación muy particular que le reserva o que le
inflige al campesino indígena.
El gamonal confisca en su provecho parte del trabajo de los colonos indígenas: la ganancia
que recibe no es una renta de tierras, es trabajo no pagado. El gamonal explota la mano de
obra, sea obligándola a trabajar gratis, o pagándole una remuneración que está muy por
debajo de los mínimos legales fijados por el gobierno. El servilismo de la población indígena,
su obligación de trabajar (lo que es más o menos la misma cosa) le son inducidos por la oferta
de algunas parcelas de tierra que el gamonal pone a disposición del indígena y con las que
éste asegura su miserable subsistencia.
Sin embargo, estos grandes propietarios que explotan una mano de obra no calificada y que
colocan en el mercado algunos productos de escaso valor, aunque pertenezcan a la oligarquía,
no constituyen su elemento más característico. Si quiere tenerse una medida exacta de su
poder, creo que hay lugar para distinguir entre el plano regional y el plano nacional.
¿Puede el grupo oligárquico resolverse a esta necesaria adaptación, que esencialmente exige
el abandono de la conducta del monopolio y la aceptación de una actitud más cooperativa,
más abierta a las exigencias del desarrollo, sin ponerse a merced de los grupos
ideológicamente más radicalizados y políticamente más intrépidos?
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Para responder a esta pregunta hay que apreciar las presiones políticas a las que la oligarquía
se encuentra actualmente sometida.
• En primer lugar, el ejército tenía que aprender a obedecer a la autoridad civil: para este
efecto una "guardia nacional" compuesta por ciudadanos-soldados ponía en jaque las
pretensiones del caudillo militar y no es por casualidad que el primer presidente civil que se
instala en el Perú cuya lealtad le permitirá dominar las tentativas de insurrección, mediante
las que los jefes militares tratarán en vano de deshacerse de él para retomar el poder.
•La segunda, condición es que las autoridades locales dispongan de cierto grado de
autonomía, sea gracias al sistema federal, como es el caso en Brasil, sea gracias a la fuerza
propia de los notables, como en el caso chileno.
•La tercera condición, es que el poder no le sea entregado sin contrapesos al jefe del
ejecutivo, sino que éste lo comparta con los representantes de las grandes familias y de los
notables locales que tienen sede en el Congreso. Civilismo, parlamentarismo, federalismo o,
por lo menos, gran descentralización local, son las características principales que marcan el
reino de las oligarquías o de las aristocracias latinoamericanas en los dos países donde se
expresaron con mayor pureza en la segunda mitad del S. XIX.
En otros las oligarquías tuvieron que aceptar compartir el poder con los jefes militares y,
algunas veces, con las tribunas del pueblo.
El caso peruano nos ofrece un ejemplo notable. A lo largo del s. XIX, la composición de la
oligarquía se modificó varias veces, o más bien nuevos estratos se acoplaron a los antiguos
existentes. A la vieja nobleza colonial se sumó la plutocracia del guano, del fosfato y del
algodón. Pero, con la excepción del gobierno del Partido Civilista (entre 1872 y la guerra del
Pacífico y después entre 1895 y 1919), las grandes familias limeñas no han gobernado
abiertamente.
El escenario inmediato estaba ocupado por los jefes militares, en su mayor parte de origen
modesto y aun de sangre mestiza, en una época en que la oligarquía era todavía más o menos
criolla. De aquí no debe concluirse que los militares hayan ejercido el poder contra los
intereses de la oligarquía. En realidad, todo ocurre como si existiera un acuerdo implícito
entre las grandes familias y los caudillos salidos de filas.
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En primer lugar, a éstos no les repugnaba rodearse de miembros de la oligarquía de los que
hacían sus consejeros, ministros y embajadores.
De hecho, el arbitraje presidencial no se ejerce sino bajo el control, o por lo menos con la
aquiescencia, del Congreso y en participación con él. Es cierto que las Cámaras están
compuestas en su mayoría por los amigos del Presidente. Pero, si se observa más de cerca, al
lado de los incondicionales se encuentran algunos independientes, grandes propietarios del
interior (o sus familiares) y oligarcas de Lima y de la costa.
Ahora bien, la cooperación entre los caudillos y la oligarquía no deja de tener sus
dificultades. Todo régimen militar, en especial todo régimen fuerte, reserva sus favores en
forma particular a un sector dado de la oligarquía, mientras que los intereses mantenidos al
margen se dedican a echar abajo al "usurpador" en el plazo más breve. Si éste tiene la suerte
de mantenerse por un período suficientemente largo, es capaz de alterar en algo las bases del
poder oligárquico, porque no dejará de recompensar a los "buenos", es decir a sus amigos, y
de hacer temblar a los "malos", es decir a sus enemigos.
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Un episodio que data de los últimos años de la década de 1940 es muy ilustrativo. Para
poner fin a un período de agitación que marca la tentativa del presidente civil José Luis
Bustamante y Rivera de hacer convivir al partido aprista y a los grupos conservadores, se
prepara una conjuración entre un jefe militar, el general Odría, y ciertos sectores de la
oligarquía exportadora.
(Uno de los cismas tal vez más decisivos en la historia política de la oligarquía se produjo
durante la larga presidencia de un civil, Leguía, quien, durante su reinado de once años, entre
1919 a 1930, castigó duramente la oposición de las grandes familias a las que exiló y redujo
al silencio y a las que implacablemente les cortó el acceso a los favores públicos para
asegurar la prosperidad de los recién llegados, totalmente adictos a su persona).
Pero si tal o cual sector de la oligarquía puede con razón considerarse víctima de los
designios o caprichos del poder, en general, éste tiene cuidado de no enfrentarse con la
oligarquía como grupo ni con lo que ésta considera como sus intereses esenciales.
No basta que la espada acepte constituirse en defensora permanente del orden. Así como no
le reclama una cooperación activa, sino en las grandes circunstancias (por ejemplo, durante la
crisis de los años 30, cuando el rápido desarrollo del joven partido aprista altera toda la
organización tradicional de la sociedad), lo que se requiere es que el militar y en particular el
jefe del ejecutivo comprenda con medias palabras lo que se espera de él y que no intervenga
en lo que no le concierne.
Sin embargo, no le está prohibido, como lo muestra el ejemplo del general Odría, lanzarse a
grandes obras cuyo financiamiento será asegurado no sólo por el crédito exterior, sino por las
plusvalías fiscales producidas por las utilidades durante un período de elevada coyuntura.
Queda entendido, sin embargo, que el papel de motor no debe ser provisto por los gastos
públicos, sino por las utilidades de la oligarquía que, teniendo conciencia de ser la fuente del
desarrollo, intenta orientarlo según sus intereses y preferencias.
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Estos dos conjuntos son "clases", en el sentido lógico y no en el sentido social, que no son ni
idénticas ni disyuntivas sino parcialmente superpuestas y, gracias a esta superposición,
susceptibles de realizar entre ellas, más exactamente sobre los márgenes residuales, un juego
complicado de negociaciones.
Lo que nos queda en las manos, no es pues un grupo homogéneo, más o menos permanente,
capaz de decisión decisoria aun en el caso que sus miembros llegasen a un acuerdo general,
lo que no parece demasiado probable sino más bien una poliarquía de intermediarios
heterogénea, variable y solamente capaz de negociar las "condiciones" a veces casi
impuestas y a veces casi mendigadas, en que se realizarán las decisiones importadas sea
como manufacturas totalmente "confeccionadas" sea en calidad de productos
"semiacabados".
No debemos, sin embargo, minimizar la importancia de estos grupos y de los personajes que
los constituyen. Ellos aceleran o frenan los procesos, desvían los efectos, acomodándolos a
sus intereses, y dispensan favores a su rededor, creando clientelas subordinadas que les sirven
y de ellos se sirven asegurando su poder, en perfecta simbiosis.
Para los que están por debajo de ella, aparece como una realidad casi palpable, para los que
penetran dentro, ella se esfuma, para los que están por encima se ofrece como una resistencia
a la cual hay que tener en cuenta o como una garantía que asegura la efectividad de la
acción exterior.
En el extremo, ella no existe más que por delegación del exterior y por aceptación de las
clases medias. En última instancia es sólo la más alta capa de la clase media que se diferencia
de su matriz al identificarse con intereses poderosos y foráneos.
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Una de las características fundamentales del conjunto es su constante variación que admite
tanto el fracaso y la desaparición, como la escapada al borde del abismo, el reflotamiento
y la renovación. Su existencia se debe básicamente, a un estado mental conformista y a la
habilidad de maniobra individual.
Pretende darle un rostro a ese poder anónimo, sin dejar por eso de querer objetivar el
conjunto de violencias políticas, económicas y sociales que se experimentan más vivamente
en una sociedad en vía de desarrollo cuanto menos perciben las masas sus causas y funciones
reales.
2. Y, por último, la reciente "crisis" del poder oligárquico y su solución en el cuadro de una
reforma agraria varias veces ambigua.
El acceso del Perú a la independencia produjo una doble crisis cuyas consecuencias han
marcado en forma durable al conjunto de la sociedad peruana. El potencial de producción del
país queda en gran parte aniquilado por las guerras entre los realistas y los nacionalistas;
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entre 1820 y 1824, por ejemplo, las instalaciones mineras de Cerro de Pasco fueron
destruidas en cuatro ocasiones por los ejércitos enemigos. Además, el mercado español se
cierra y los productos peruanos que absorbía difícilmente encuentran nuevas salidas.
A los efectos de la crisis económica, ya latente desde fines del siglo precedente, vienen a
agregarse los de la crisis política, aún más brutales. La salida de la sólida administración
española después de la batalla de Ayacucho, en 1824, deja al país sin una élite y nadie recoge
el poder. No hay personal calificado capaz de ejercer el gobierno con la plenitud de sus
anteriores prorrogativos. Por otra parte, durante todo el régimen colonial, la Corona
deliberadamente apartó de la función pública a criollos y mestizos.
Así el Perú se desagrega y sobre sus ruinas se constituyen pequeñas sociedades regionales
vagamente confederadas, cuyos límites corresponden a los de las unidades ecológicas
tradicionales: la costa, el altiplano, la hoya del Cuzco, el valle de Ayacucho, la depresión del
Mantaro, la hoya de Cajamarca, etc.
El poder es ejercido por las aristocracias de terratenientes que dominan las sociedades
regionales y que, cada una en su región, no dejan de extender sus privilegios y de acaparar
cada vez más tierras, concentrando en ellas la propiedad.
Hasta entonces numerosas propiedades dependían de regímenes jurídicos que las mantenían
al margen de los circuitos de cambio y transferencia.
Había no solamente los bienes de manos muertas, que en ciertas regiones representaban más
del tercio de las superficies poseídas, sino también aquellos en los que la propiedad estaba
ligada a instituciones de derecho antiguo, como los censos, las enfiteusis, las capellanías, etc.
Ahora bien, a partir de 1828 se suprimieron las manos muertas, ciertos tipos de censos
pasaron a ser redimibles y la duración de las enfiteusis se redujo a tres vidas de 50 años.
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CIENCIAS POLITICAS
Pero esta legislación liberal de los primeros años de la República no se limita a librar de sus
trabas a las propiedades existentes y a reintroducirlas en los circuitos comerciales. Tiende
también a crear nuevas haciendas y a consolidar las antiguas propiedades, a partir de las
tierras colectivas de los indígenas que dejan de ser protegidas como habían sido en el régimen
precedente.
En el espíritu del legislador estas disposiciones tratan de crear una clase de pequeños o
medianos propietarios, cuya emergencia era impedida por la organización de los indios en
"comunidades", bajo la tutela de las autoridades españolas. Este objetivo de hecho no sólo no
se logró, sino que además lo impidió la legislación que debía facilitarlo.
Desde fines de 1826 varias circulares gubernamentales llaman la atención a los prefectos
sobre el hecho que los funcionarios encargados de la repartición de tierras de las
comunidades, a quienes tuvieran el derecho, se exceden en sus atribuciones y frecuentemente
cometen graves abusos. En especial incitan a los indios a deshacerse de sus derechos y a
transferir sus tierras a los hacendados locales, o a los blancos o mestizos que aspiran a la
propiedad de tierras. Estos últimos no dejan de recurrir a todas las interpretaciones y
solicitaciones a que se prestan los textos y a usar de su poder e influencia para conseguir a
precio villa venta o la cesión pura y simple de los bienes comunales.
Con anterioridad a la guerra del Pacífico, las familias de la oligarquía constituyen una densa
red bancaria. Después, en el curso de los últimos años del siglo, aventuran sus capitales en la
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CIENCIAS POLITICAS
actividad minera, que había hecho la riqueza del Perú en la época colonial y que desde fines
del siglo XVIII vivía en el marasmo más completo.
Son éstas las que fundan las compañías de seguros y reaseguros, las que
desarrollan los circuitos de distribución interna, las que organizan el comercio de exportación
e importación y, después, las que lotizan, urbanizan y construyen las aglomeraciones costeñas
a las que llegan los flujos migratorios de la sierra desde 1930. Por último, son las que a partir
de reciente fecha aseguran la emergencia de las industrias de transformación y de algunas
industrias pesadas que hoy existen en el país.
Citemos aquí el caso de dos familias oligarcas: los Aspíllaga, los Pardo y los de la Piedra. La
primera, vieja familia española, se lanzó muy pronto al cultivo de la caña de azúcar en las
haciendas que había adquirido en la época colonial. La segunda aparece después de la
Independencia, bajo la República, a la que da dos presidentes; su fortuna se construye sobre
la hacienda Tumán, que el Estado cedió a Manuel Pardo en la década de 1870, como
recompensa a sus servicios.
26
CIENCIAS POLITICAS
Hemos calificado la oligarquía como "nacional", En realidad, con esto queríamos oponerla a
las aristocracias de terratenientes regionales, mucho más que traducir su actitud, en especial
frente al capital extranjero. La oligarquía es "nacional" en el sentido que su control se
extiende al conjunto del país y que en el Perú nada puede hacerse sin ella, o por lo menos
contra ella. Pero, no es ciertamente "nacionalista".
Las relaciones de subordinación que mantienen la oligarquía y el ejército son cada vez más
igualitarias y aun competitivas, tal como lo testimonian los ajustados arreglos que cada año se
libran alrededor del presupuesto de defensa y que ponen en peligro el principio del equilibrio
presupuestal.
Es precisamente aquí que surge el problema de saber en qué medida los intereses organizados
que representan los Institutos Armados y la Sociedad Nacional Agraria continuarán
arreglándose y ajustándose por tratos de esta suerte.
Empujados hacia el mar por la poderosa muralla de los Andes, los oasis costeños en los que
se sitúan las bases económicas del poder de la oligarquía ocupan una posición estratégica
muy vulnerable. Desde la época Chimú, los habitantes del litoral han vivido ante el temor de
la irrupción a los valles occidentales de las numerosas y miserables poblaciones de la sierra,
temor tanto más vivo y fundado cuanto a partir del siglo XVI la, oposición entre costa y sierra
cubre violentos antagonismos entre conquistadores y conquistados, colonizadores y
colonizados, españoles e indios.
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CIENCIAS POLITICAS
A continuación del descubrimiento del "complot de San Juan", que un grupo de indios de
Lima fomentó en 1750 con el fin de revocar el poder blanco, el virrey Conde de Superunda
escribió a la Corte de España que, para evitar que tales sucesos pudieran ocurrir nuevamente,
convenía impedir que los indios dejaran sus comunidades y que se establecieran en las
ciudades del litoral. Si bien hasta la guerra del Pacífico los movimientos migratorios de la
sierra hacia la costa permanecen relativamente limitados, toman mayor amplitud a partir
de 1885.
Parece imponerse la necesidad de una reorganización de las estructuras agrarias del interior
del país, todavía señorial, que fijaría a la población indígena en la sierra y que salvaría a la
costa del "huaico". Esta idea se impone con cierta rapidez porque en 1955-1956 una
serie de malas cosechas, causadas por una prolongada sequía, coloca a todos los
departamentos del sur, en particular a los de Puno, Ayacucho y Arequipa, al borde del
hambre.
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CIENCIAS POLITICAS
La oligarquía se desolidariza cada vez más de los terratenientes del interior, decididamente
incapaces de asegurar la alimentación del país. En 1956, cuando Manuel Prado accede a la
presidencia de la república, el problema de la reforma agraria, hasta entonces tabú y sólo
destacado por la extrema izquierda, se plantea ya oficialmente.
El primer decreto que el nuevo presidente firma el 10 de agosto ordena la creación de una
Comisión Nacional para la Reforma Agraria y la Vivienda. A esta comisión, que será
presidida hasta 1959 por Pedro Beltrán, representante de los grandes intereses costeños, se le
encarga la elaboración de "un plan integral de desarrollo de la pequeña y mediana propiedad
rural y urbana".
Las conclusiones a que llega, el 21 de setiembre de 1960, por moderadas que sean, establecen
dos principios fundamentales: el principio de la expropiación, ya inscrito evidentemente en el
artículo 47 de la Constitución y reafirmado por Ley del 14 de julio de 1940, y el principio
más importante, por ser nuevo, de pagos en bonos del Estado.
En su informe los miembros insisten en los recursos que ofrece la Amazonía antiguo mito, al
parecer aún no devaluado.
La publicación del informe provoca reacciones muy vivas, no sólo de parte de la extrema
izquierda que ve en él una "farsa", sino también de parte de los grupos tecno-burocráticos y
de las clases medias que denuncian sus insuficiencias y, en particular, la injustificada
protección que asegura a las plantaciones de la costa.
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CIENCIAS POLITICAS
Estos medios no discuten el poder oligárquico, pero desean introducir en su ejercicio una
racionalidad más grande. Piensan que el país ya no puede ser administrado como una
empresa familiar.
Para decirlo aprovechan del debate que la oligarquía acaba de abrir recientemente y dicen con
gran vigor porque disponen de una organización política en el partido Acción Popular, de
Fernando Belaúnde Terry, y porque saben que ciertos sectores del ejército, cercanos al Centro
de Altos Estudios Militares, les prestan atención.
La reforma agraria, ¿será regional o selectiva? ¿Evitará ciertas zonas o a ciertas categorías de
explotación, especialmente las fuertemente industrializadas o, por el contrario, será nacional e
integral y se extenderá de modo uniforme a todo el país, a todas?
Lo que sorprende más en esta intervención del ejército es que sea fruto de una decisión
colegiada de los Institutos Armados y no el pronunciamiento de un general ambicioso o de un
cuartelazo de oficiales descontentos de su sueldo. No es tampoco que al principio se haya
planteado un objetivo progresista y no el de defender el orden social en provecho de una
pequeña minoría.
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CIENCIAS POLITICAS
Lo más sorprendente es que durante los doce meses de su gobierno la Junta Militar se
dedique efectivamente, no sin dificultades, pero. Sí con mucha convicción, energía y
perseverancia, a echar las bases de una acción auténticamente reformadora y a preparar la
elección de un presidente (Be1aúnde), capaz de emprender sobre esas bases profundas
reformas económicas y sociales.
La oligarquía se da cuenta del peligro que corre, al mismo tiempo que toma conciencia de su
aislamiento. No sólo se han emancipado los grupos tecnoburocráticos y las clases medias,
sino que también el ejército parece escapársele. Entonces se puede hablar de la "crisis del
poder oligárquico".
La campaña electoral de 1962 había obligado a los principales candidatos a visitar por
primera vez en la historia del país numerosas provincias y a tomar contacto con innumerables
comunidades de la sierra, repitiendo por todo lado la misma promesa de una próxima
redistribución de la tierra.
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CIENCIAS POLITICAS
CAPITULO III
Oligarquía es una forma de gobierno donde el poder político más eficaz corresponde a un
pequeño segmento de la sociedad (por lo general los más poderosos, ya sea por la riqueza, el
poderío militar, de la crueldad, o la influencia política). La oligarquía de la palabra griega
para "unos pocos" y "regla". Algunos teóricos políticos sostienen que todas las sociedades
son, inevitablemente, las oligarquías, no importa el sistema político supone.
Las oligarquías están a menudo controladas por unas pocas familias poderosas cuyos hijos
son criados y mentor a convertirse en herederos del poder de la oligarquía, a menudo a algún
tipo de gasto a los gobernados. En contraste con la aristocracia (gobierno por los "mejores"),
este poder no siempre puede ejercerse abiertamente, los oligarcas prefieren seguir siendo "el
poder detrás del trono", ejerciendo control a través de medios económicos. A diferencia de la
plutocracia, la oligarquía no es siempre una regla por la riqueza, como oligarcas puede ser
simplemente un grupo privilegiado. También se ha sugerido que la mayoría de los estados
comunistas dentro de la definición de la oligarquía. Una sociedad puede convertirse en una
oligarquía por defecto como una consecuencia de las cambiantes alianzas de la guerra
caciques tribales, si bien cualquier forma de gobierno puede transformarse en de una
oligarquía en algún momento de su evolución.
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CIENCIAS POLITICAS
Al principio las rentas generadas por las ventas del guano no pasaron directamente a manos
privadas. Por falta tanto de capital como de talento empresarial, el gobierno peruano se vio
obligado a recurrir a extranjeros para la explotación de los depósitos de guano para la
exportación (los adelantos de los consignatarios extranjeros proporcionaron al gobierno
central un ingreso sustancial por primera vez desde la independencia).
Sin embargo, fue sólo cuestión de tiempo antes de que gran parte de ese ingreso pasara al
sector privado. El instrumento de esta transferencia fue la legislación dada para la
“consolidación de la deuda nacional” (1850): Los peruanos que tenían reclamos pendientes
ante el gobierno (por ejemplo individuos que habían hecho sacrificios financieros durante las
luchas de la independencia) recibieron bonos al 6% de la suma adeudada.
La consolidación fue una verdadera bonanza para quienes estaban con el gobierno,
especialmente durante la presidencia de José Rufino Echenique (1851-1854). La deuda
interna del Perú ascendió de 4 millones de pesos a 23 millones de pesos en unas cuantos años.
Muchos de los amigos del régimen fueron doblemente favorecidos al ser sus bonos redimidos
por el gobierno, él que a su vez vendió bonos en el mercado internacional que debían ser
servidos con las rentas del guano.
Por lo tanto, la deuda interna fue convertida en deuda externa, para beneficiar a una pequeña
minoría (muchas fortunas familiares importantes parecen emanar directamente del comercio
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CIENCIAS POLITICAS
del guano, encontrándose entre los principales consignatarios Manuel Pardo, Waldo Graña y
Felipe Barreda).
El dinero del guano creó una nueva clase de familias extremadamente ricas cuyas fortunas se
erigieron en base a una combinación del comercio de fertilizantes, apoyada en el “negociado
político”.
Los gobiernos de la época del guano fueron conocidos por su corrupción, la que quizá fue
inevitable dadas las enormes rentas que recibía el gobierno por el guano y el estado
relativamente anémico del sector privado. El creciente poder del gobierno durante el período
del guano no significó estabilidad política: el ingreso considerable y el vasto patrocinio del
gobierno limeño representaba una gran tentación para hombres empeñosos tales como
Mariano Ignacio Prado.
Durante la época del guano muy poco fue lo que se hizo para fomentar el desarrollo de la
industria o la minería.
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CIENCIAS POLITICAS
Los gobiernos del período del guano hicieron poco por desarrollar el tipo de infraestructura
que el Perú necesitaba para su crecimiento económico.
En lugar de los empresarios que el presidente Echenique esperó producir, el dinero del guano
generó una clase rentista. Los enriquecidos con el guano especularon con valores y con la
propiedad urbana. Sus nombres figuraron en los directorios de las compañías de seguros y los
bancos que se constituyeron en Lima durante la década de 1860. Entre los nuevos directores
de bancos vinculados al comercio del guano estuvieron Manuel Pardo, Felipe Barreda, Julián
de Zaracondegui y José Canevaro: pero los bancos se interesaban poco en promover
empresas industriales; más bien existían para facilitar las operaciones del guano.
Mientras la oligarquía civilista consolidaba su dominio del aparato del Estado, las fuerzas
económicas y demográficas empezaban a alterar el panorama social del país. La población
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CIENCIAS POLITICAS
total creció desde una estimación de 2.7 millones de personas en 1876, hasta 3.6 millones en
1908, y 4,8 en 1920. Eso equivalía a una aumento medio de 0.9 por 100 anual, pero el
crecimiento habido durante los últimos años del siglo fue muy superior al que hubo durante y
después de las guerras.
Con la aceleración del ritmo económico y la mejora de las comunicaciones con el interior,
especialmente con la ampliación de la red ferroviaria, la capital empezó a atraer un número
sustancial de inmigrantes. Procedentes de todas clases de todas las clases del espectro social
provincial la mayoría de ellos llegaba del campo desde el que había sido arrojada de la tierra
por presiones demográficas y empujada hacia Lima por la promesa de las oportunidades de
empleo. Sin embargo, la promesa empezó a desvanecerse cuando el sector en trance de
modernización fue incapaz de extenderse con la suficiente rapidez para dar acomodo a todos
los recién llegados.
El gobierno de Piérola significó, entre otras cosas, la limpieza del aparato gubernativo de la
influencia militarista que desde la derrota frente a Chile se había adueñado del poder con un
saldo totalmente negativo. Entre 1895 y 1899 se dieron evidentes muestras de permeabilidad
frente a las nuevas ideas y un firme propósito de orden dentro del progreso del país: la
presencia de los civiles en el poder le daba un acento distinto a la nación.
36
CIENCIAS POLITICAS
ser parte del grupo dominante, al lado del poder económico se exigía la adopción de un cierto
estilo de vida y la pertenencia a una determinada estructura de parentesco.
En este sentido el Estado peruano era burgués y liberal sólo en apariencia, ya que las familias
oligárquicas ejercían un dominio casi absoluto del país: su poder reposaba en la propiedad de
la tierra, la explotación minera y el control de la banca y del periodismo. Paralelamente el
país vivía un proceso de urbanización.
Aparecen las primeras industrias y sus obreros beben las ideas del sindicalismo europeo.
Irrumpen los sectores medios, muchos de origen provinciano, y nace el movimiento
estudiantil. Estos nuevos sectores sociales logran paulatinamente presencia política
demandando la necesidad de modernizar el Estado y la conveniencia de apoyarlo en una base
social más amplia, más nacional y menos oligárquica.
A partir de 1899 el juego político dependió de las relaciones entre el Partido Civil y la
oposición representada por el Partido Demócrata de Piérola. Esta vez el civilismo contó con
la mayoría en el Congreso, y tuvo como siempre miembros en el Consejo de Ministros y un
importante número de representantes en el poder Judicial. De este modo controló la Junta
Electoral Nacional, además de otras instituciones como la Universidad de San Marcos. Su
dominio era casi pleno y el núcleo de su elite estaba constituido por un grupo informal
conocido como “los 24 amigos”, que se reunía semanalmente en el exclusivo Club Nacional
para discutir los asuntos nacionales: Francisco Rosas, Luis Carranza, Pedro Correa, Luis
Dubois, Narciso de Aramburú, Ernesto Malinowski, Manuel Candamo, Armando Valdez,
José Antonio Miró-Quesada, Domingo Almenara, Ezequiel y Manuel Álvarez Calderón,
Leonidas Cárdenas, Ántero Aspíllaga, Alejandro Garland, Luis Bryce, Enrique Barreda,
Enrique y Carlos Ferreyros, Calixto Pfeiffer, Estanislao Pardo Figueroa y Pedro Gallagher;
conforme morían estos personajes se iban incorporando miembros más jóvenes como
Augusto B. Leguía, José y Felipe Pardo y Barreda, Víctor Maúrtua, Antonio Miró- Quesada,
Francisco Tudela y Felipe de Osma (Miró- Quesada 1961).
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CIENCIAS POLITICAS
La primera se produjo debido a una pugna generacional, de tipo doctrinario, entre los
fundadores y los más jóvenes (Pardo, Leguía), quienes quisieron escalar posiciones dentro del
partido rápidamente; fueron acusados de superficiales y de no avizorar el futuro.
La segunda pugna tuvo un matiz más personal, ligado a la figura de Leguía, quien durante su
primer mandato contrarió la Constitución y los intereses de los partidos. Lo cierto es que este
partido tuvo una actuación fundamental en la reconstrucción económica del país en el período
posterior a la guerra del Pacífico, y “no es sorpresa comprobar que en muchos renglones de la
economía y de la organización del Estado, aquella época denominada la República
Aristocrática fue relativamente exitosa y de expansión en el Perú.
Por su parte, el “pierolismo” que tuvo una temprana alianza con los civilistas– terminó
enarbolando un discurso populista y siempre hostil ante el Partido Civil, especialmente
durante los procesos electorales, denunciando voluntad de fraude. Esta agrupación política
siempre vivió –y dependió– de la figura y trayectoria de Nicolás de Piérola, a pesar del
triunfo de Billinghurst en 1912. Como toda agrupación caudillista languideció a partir de la
muerte de su fundador en 1913. Otros partidos de menor peso en la política de entonces
fueron el Constitucional de Cáceres, el Liberal de Augusto Durand, la Unión Nacional de
González Prada y la Unión Cívica de Mariano Nicolás Valcárcel. Todas estas agrupaciones,
incluyendo al Partido Civil, cumplieron su ciclo durante la dictadura de Leguía a partir de
1919. Esto se debió tanto a la falta de tribuna por dar a conocer otras ideas y al recorte de las
libertades ciudadanas como a la carencia de fuerza y cohesión de estas agrupaciones políticas
por mantener el juego democrático y contribuir a transformar la estructura oligárquica del
Estado.
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CIENCIAS POLITICAS
En 1899 Piérola y los civilistas se unieron para poner a Eduardo López de Romaña (Arequipa
1847-Lima 1912), un hacendado azucarero, en la presidencia de la República para el período
1899- 1903; efectuándose la votación conforme a la ley electoral de 1896. Durante su
gobierno, aparte de quebrarse en definitiva la alianza entre pierolistas y demócratas, se
rompieron las relaciones con Chile debido a la persecución contra los ciudadanos peruanos en
Tacna y Arica. López de Romaña promulgó, además, los códigos de Minería, de Comercio y
de Aguas; reorganizó la Escuela Nacional de Agricultura y Veterinaria; creó la Escuela de
Grumetes; e inició la construcción del ferrocarril de La Oroya a Cerro de Pasco. Al término
de su mandato una nueva alianza, ahora entre los civilistas y el Partido Constitucional de
Cáceres, llevó a la presidencia al acaudalado hombre de negocios y ex alcalde de Lima
Manuel Candamo (Lima 1841-Arequipa 1904), quien no pudo culminar su mandato por una
grave enfermedad que lo llevó a la muerte prematura. A pesar de ello, dio cabida en el
Consejo de Ministros a miembros de la nueva generación de civilistas como Augusto B.
Leguía y José Pardo, y reconoció la independencia de Panamá. A la muerte de Candamo, el
poder quedó a cargo del jurista cuzqueño Serapio Calderón, quien convocó a nuevos
comicios.
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CIENCIAS POLITICAS
Con Bolivia hubo peligro de guerra al no haber aceptado el gobierno de La Paz el fallo del
presidente de Argentina; finalmente se firmó el tratado Polo- Bustamante en 1909. Ese
mismo año se firmó con Brasil el tratado Velarde-Río Branco, por el cual se estipularon
múltiples instrumentos legales relacionados con el trabajo conjunto de ambos países en la
extensa región de la Amazonía, fijándose también los límites definitivos entre ambos países
en la zona del río Ucayali. De otro lado, Colombia y Ecuador reclamaban derechos sobre
Maynas. Con el primero hubo serios incidentes militares en los ríos Caquetá y Putumayo,
aunque el problema quedó pendiente hasta 1922. Con Ecuador, luego de la celebración del
nefasto tratado García-Herrera (1890), se decidió llevar el diferendo al arbitraje del rey de
España.
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CIENCIAS POLITICAS
En 1910 la situación se agravó cuando el gobierno ecuatoriano supuso que la mediación del
rey español sería favorable al Perú. Su actitud determinó que el árbitro se inhibiera de dictar
la correspondiente sentencia. Las pretensiones ecuatorianas quedaron en suspenso hasta la
guerra de 1941, tras la cual se firmó el Protocolo de Río de Janeiro.
Durante su breve gestión aparecieron dos nuevos y críticos elementos de la política peruana:
las masas urbanas –los obreros– y los militares. Los primeros fueron llamados por Billing
hurst en apoyo a su programa político y los segundos llevados a la arena política por el
“civilismo” para deponer a un presidente que amenazaba el poder de la oligarquía (Gilbert
1982).
Al poco tiempo de asumir el poder, Billinghurst se enemistó con la mayoría civilista del
Congreso, con los partidos políticos, con el ejército y hasta con la opinión popular. Desterró
al ex presidente Leguía y amenazó con disolver el Congreso y convocar a nuevas elecciones
parlamentarias.
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CIENCIAS POLITICAS
El segundo gobierno del hijo del fundador del “civilismo” (1915-1919) no pudo repetir las
buenas intenciones del primero, pues el proyecto de su partido se había agotado como opción
política. Además, las repercusiones de la primera guerra mundial ocasionaron un malestar
económico y social, a pesar del aparente apoyo de los liberales, los constitucionales y su
propio partido. En los inicios de su gobierno la situación internacional pareció complicarse
cuando la embarcación peruana “Lorthon” fue hundida en aguas españolas por un submarino
alemán. El Perú hizo públicas sus reclamaciones y, al no obtener respuesta, rompió relaciones
con el gobierno germano y llegó a confiscar algunos barcos mercantes de esa nacionalidad
que se habían refugiado en puertos peruanos.
Pasando a temas más domésticos, durante el gobierno de José Pardo se construyeron los
ferrocarriles de Lima a Lurín y de Cuzco a Santa Ana y, para superar la honda crisis
económica, se impuso derechos de exportación a la agricultura y minería. En 1915 se
estableció la tolerancia de cultos. Esta etapa final del “civilismo” se caracterizó por la
violencia política, cuyos hechos más visibles fueron la rebelión campesina liderada por Rumi
Maqui en Puno y el asesinato del político Rafael Grau en manos de una familia rival en su
jurisdicción (Cotabambas). En 1917, en medio de una crisis ministerial, el Partido
Constitucional le retiró su apoyo al gobierno. Pero fue en el campo social donde se dieron los
pasos más importantes.
La presión de los grupos obreros influidos por el anarcosindicalismo, que en 1919 habían
formado el Comité Pro Abaratamiento de las Subsistencias, patrocinado por la poderosa
Federación Textil, y el paro general que se inició el 27 de mayo de ese mismo año en Lima y
Callao, obligaron al “civilismo” a “conceder” ciertas reivindicaciones a los trabajadores.
Éstas fueron: jornada general de 8 horas de trabajo, regulación del trabajo de las mujeres y
los niños, y la dación del calendario laboral, que fijaba los domingos y fiestas cívicas como
fechas destinadas al descanso.
El nuevo régimen pronto dejó en claro que para realizar las reformas pertinentes era necesario
establecer otro marco constitucional; de esta forma, la Asamblea Nacional fue revestida con
poderes constituyentes. La comisión de Constitución estuvo presidida por Javier Prado quien
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CIENCIAS POLITICAS
Para entender lo que sucedió en el transcurso del “Oncenio” debemos recordar que en la
historia republicana del Perú el Estado ha sido siempre su elemento más frágil y cuestionable.
No ha llegado a convertirse en un ente con capacidad real para integrar el territorio y
organizar a su población de acuerdo a un proyecto nacional basado en ideales democráticos.
La república no se sacudió de su “herencia colonial” y, de acuerdo a la filosofía política del
virreinato, legitimó un acceso sumamente restringido al poder político o a los negocios
públicos.
Esta tradición dio pie a un sistema centralizado y vertical que no fue roto por el nuevo
Estado, teóricamente liberal y burgués según sus textos constitucionales. Por ello, el sistema
terminó asumiendo un criterio de patrimonialismo y caridad cristiana que llevó al
prebendismo y al paternalismo.
Para muchos historiadores, 1930 marca un punto culminante en la presión por acabar con el
Estado oligárquico con el ingreso de las masas a la política.
Pero la irrupción de estos sectores en la política no significó que se crearan los niveles de
organización adecuados para ejercer presión, transformar al Estado y darle un carácter más
popular en base a una acción planificada.
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CIENCIAS POLITICAS
El mayor mérito del coronel Luis M. Sánchez Cerro (Piura 1889-Lima 1933) era el de haber
acabado con el “tirano” que gobernó al país durante once años. De origen provinciano y de
rasgos mestizos, Sánchez Cerro supo ganarse el apoyo del pueblo pero pronto se introdujo en
los círculos sociales de la elite. Fue invitado a formar parte del exclusivo Club Nacional y la
oligarquía percibió que podía contar con un candidato apoyado por las masas y respaldado
por el Ejército. Era preciso contrarrestar a las masas “comunistas” que seguían al APRA,
especialmente ahora que el electorado había sido ampliado por la ley de reforma promulgada
en 1931, que facultaba a votar a todos los varones adultos que supieran leer y escribir. La
oligarquía se daba cuenta de que si bien la nueva ley era bastante restrictiva en la zona
andina, ya no tenía el poder absoluto sobre el aparato electoral del que gozó durante el
“Segundo Civilismo”.
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CIENCIAS POLITICAS
inminente conflicto con Colombia fue llamado al Perú donde desempeñaba la dirección del
Consejo de Defensa Nacional al momento del asesinato de Sánchez Cerro.
Luego del tercer militarismo republicano representado por Sánchez Cerro y Benavides, se
intentó desde el poder Ejecutivo designar al candidato a la presidencia de la República. Así
fue elegido, en 1939, Manuel Prado a su primer gobierno (1939- 1945); pero este éxito
también se debió al tácito apoyo del APRA y del Partido Comunista, en tanto que Prado era
el representante de la tan buscada burguesía progresista, interesada en democratizar la vida
del país. Se equivocaron. En 1945, sin embargo, José Luis Bustamante y Rivero no fue
“designado” por Prado para ocupar la primera magistratura de la nación; su triunfo se inició
con el nacimiento del Frente Democrático Nacional. El régimen de Prado respondió al
esquema conservador de los anteriores, esto es, mantuvo fuertes vínculos con la oligarquía,
gobernó dictatorialmente, reprimió al APRA, limitó fuertemente la actividad sindical e
implantó una política económica de laissez faire orientada a la exportación. Bustamante no
encajó en este patrón. Su breve gobierno (1945-1948) representó el primer esfuerzo para
ofrecer una alternativa reformista al APRA, aunque para llegar al poder necesitó el apoyo
electoral del partido de Haya de la Torre. Por ello, los oligarcas conspiraron con los oficiales
que les eran adeptos para llevar a cabo un golpe que eliminara a Bustamante y restaurara una
dictadura militar de derecha, con el general Manuel A. Odría a la cabeza.
Era Manuel Prado y Ugarteche (Lima 1889- París 1967) miembro de una de las familias más
acaudaladas del país. El llamado “imperio Prado” se había formado desde finales del siglo
XIX con inversiones urbanas en los sectores industriales, servicios públicos y financiero.
Parte de él eran la fábrica textil de Santa Catalina, acciones en las empresas eléctricas y de
teléfonos, y el Banco Popular. De otro lado, los hermanos Prado y Ugarteche eran hijos del
presidente Mariano I. Prado, héroe de la guerra con España de 1866 y presidente cuestionado
durante la guerra con Chile. De ellos, los más representativos eran Mariano (el empresario),
Javier (el intelectual), y Jorge y Manuel (los políticos). Durante la “República Aristocrática”,
el poder económico llevó a los Prado a la política siendo dirigentes importantes del Partido
Civil.
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CIENCIAS POLITICAS
José Luis Bustamante y Rivero (Arequipa 1894-Lima 1988), al iniciar su gobierno, percibió
la total inmadurez de la clase política para realizar acuerdos. A pesar de esta constatación,
siempre se mantuvo respetuoso de la independencia de los poderes públicos así como de los
partidos o facciones representados en el Congreso. Ésa fue su principal virtud democrática,
pero también la causa del entrampamiento de su gobierno y de su posterior caída. El APRA,
que dominaba en el parlamento, y el gobierno pusieron en práctica una política destinada a
favorecer de manera inmediata y relativa a los grupos populares urbanos, actuando en forma
casuística para captar más adeptos, pero cada agrupación por su propio lado. De este modo no
se implementó una política coherente capaz de modificar sustancialmente la calidad de vida
de la mayoría de la población, como la universalización del voto (los analfabetos, la gran
mayoría, no tenían derecho al sufragio), la reforma agraria o la aplicación de un régimen de
control al capital extranjero, medidas que eran parte del plan mínimo del aprismo desde 1930.
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CIENCIAS POLITICAS
• Nombramiento de hombres
ilustres, patriotas, independientes y
dignos de confianza del pueblo para
las Cámaras Legislativas.
Objetivos:
Querían que las cosas siguieran como El objetivo de los liberales era concretar
estaban en todo los aspectos es decir una política diferente, de fácil acceso al
favoreciéndose las personas de dinero y poder, pero para acabar con el
poder. monopolio político del grupo dirigente,
en tal sentido, se puede decir, que este
grupo de oposición no alteró las
características del sistema político
venezolano basadas en el caudillismo.
En que se basaban:
1.- División social entre libres y no libres. 1.- Igualdad ante la ley sólo para los
libres.
2.- Sólo puede votar y ser electa la élite
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CIENCIAS POLITICAS
Gobernantes:
48
CIENCIAS POLITICAS
CONCLUSIONES
3. Para que una clase política pueda constituirse, es preciso que el grupo de gente que la
compone se vea favorecida por un mínimo de estabilidad. Esta primera condición sólo
parece haberse dado en el Perú para un número muy contado de individuos. Los
políticos más estables no son los que parecen dedicarse, por prioridad, a la gestión de
los grandes negocios, sino más bien aquellos que han logrado constituirse en
defensores de intereses locales muy específicos y muy estrechos.
4. Esta dualidad entre clase dirigente (o dominante) y clase política constituye a partir de
1919 una de las características de la vida peruana. Por otro lado, la oligarquía ofrece
la imagen de una élite manipuladora, cínica, preocupada sólo en la defensa de sus
intereses. Si se abstiene de desempeñar un papel político a rostro descubierto, lo hace,
ante todo, porque carece de principios. Esta es la figura que se maneja del oligarca en
la historia peruana.
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CIENCIAS POLITICAS
BIBLIOGRAFÍA
3. Bourricaud François, Jorge Bravo Bresani, Henri Fa Vre y Jean Piel, (1969) “La
Oligarquía en el Perú” Francisco Moncloa Editores, 1ra. edición: mayo.
4. Cotler, Julio (1978) Clases, estado y nación en el Perú. Lima, Instituto de Estudios
Peruanos.
7. http://autorneto.com/referencia/historia/peru-1805-1919-el-estado-oligarquico/
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