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Análisis Crítico del Plan de la Patria 2013-2019.

Abr 7, 2015por Luis López

Luis López

Escrito por Luis López

Es necesario que la población venezolana en general conozca de qué se trata el “Plan de la Patria”, propuesto por los
dos últimos presidentes en ejercicio, el cual supuestamente ha de regir el accionar del Poder Ejecutivo para el período
del 2013 al 2019. Digo es necesario, porque del profundo análisis crítico de ese documento, se pueden extraer unos
pocos argumentos valiosos y totalmente válidos para ser aplicados por un futuro gobierno que realmente esté
interesado en lograr el desarrollo nacional, y que si pudieran colaborar en salir de la crisis que estamos padeciendo al
culminar algunos proyectos que ya se han ido adelantando. Sin embargo, a la gran mayoría de los objetivos que allí
se encuentran plasmados, es imprescindible aplicarles varios correctivos y cambiarlos por otros que si enrumben al
país en la dirección correcta. Se pudiese decir que en esencia, lo más importante del “Plan de la Patria” es convertir a
nuestra nación en un país potencia, el objetivo está bien claro y es hasta plausible, un objetivo que cualquier
venezolano estaría completamente de acuerdo, es un “Qué” acertadamente establecido, el problema está en el
“Cómo”, las estrategias para lograr tan anhelado objetivo son de las que carece el “Plan de la Patria”.

Dicho documento está estructurado partiendo de lo general a lo particular. En lo más general vemos que hay cinco
“Grandes Objetivos Históricos y Nacionales”, de los cuales voy a dar mi opinión uno por uno en este artículo. A su vez,
cada uno de esos cinco grandes objetivos, tiene entre 4 o 6 “Objetivos Nacionales” (6 el primero, 5 el segundo, 4 el
tercero, cuarto y quinto, para un total de 23), un poco más específicos y que van supeditados a los primeros, de los
cuales también se hará a futuro el correspondiente estudio. Luego, esos “Objetivos Nacionales” se subdividen en unos
“Objetivos Estratégicos” (en total 136), que finalmente se disgregan en “Objetivos Generales”. Cabe destacar, que si
hay algo verdaderamente aprovechable del Plan de la Patria, son los Objetivos Estratégicos y Generales, ya que allí si
se encuentran plasmados asuntos trascendentales para el país, así como el análisis de algunos datos y la especificidad
de varios proyectos que si pudieren ejecutarse, de tener nuestros futuros gobernantes voluntad política para hacer
que las cosas marchen bien.

Antes de comenzar a analizar esos 5 “Grandes Objetivos Históricos y Nacionales”, los cuales deberían referirse a lo
estructural o punto de partida de una buena gestión de gobierno eficiente que realmente resuelva los problemas de
los venezolanos, quiero resaltar que los mismos están cargados de una profunda carga poética y de idealización de
situaciones inexistentes. Los problemas principales de los venezolanos son 5, y los Grandes Objetivos de cualquier
Plan de Gobierno deben estar decididamente orientados a resolverlos, no podemos seguir con idealizaciones utópicas
y abstractas ni politiquerías solo porque suenan bonito; esos problemas son una desmedida Inflación, una nefasta
Corrupción, una atroz Delincuencia, una deficiente Educación y una errada política de generación de empleos. Ya
estos puntos los he analizado anteriormente en otro artículo bajo el título de “El Pentágono de la Crisis Venezolana”,
esos “Grandes Objetivos Históricos y Nacionales” del Plan de la Patria ni siquiera mencionan a esos graves problemas
que nos tienen inmersos en la situación terrible de crisis que padecemos.

A continuación los “Grandes Objetivos Históricos y Nacionales”, e inmediatamente mí opinión al respecto:

“I.- Defender, expandir y consolidar el bien más preciado que hemos reconquistado después de 200 años: la
Independencia Nacional”: Nadie duda que después que Bolívar sacara a los tropas realistas del territorio fuimos y
somos independientes, esto no es más que parte del discurso que busca exaltar una supuesta eficiente gestión al
lograr la reconquista de la Independencia. Si se parte que no éramos independientes porque había unos gobernantes
que soslayaron nuestra soberanía nacional a favor del imperio norteamericano para satisfacer sus intereses
particulares, hoy podría decirse que estamos peor que en décadas pasadas, la corrupción ha llegado a niveles
inmensurables; el país está prácticamente hipotecado a China; todo el mundo habla de la penetración en todos los
espacios por parte de Cuba; en nuestra Faja Petrolífera del Orinoco, solo en poquísimos espacios PDVSA por sí sola
extrae petróleo, la mayor parte del territorio está operado por empresas mixtas con Vietnam, China, Rusia, Francia,
Noruega, Estados Unidos, Gran Bretaña, Japón, Malasia, India, España e Italia, así como Petrocaribe y el Alba. Para
1998 la deuda total del país era de USD$ 32.809.000.000 (deuda externa, interna y de PDVSA), para el 2012 la deuda
asciende a USD$ 215.000.000.000 (deuda externa, interna, PDVSA y Fondo Chino). Sólo la deuda de PDVSA pasó de
5.000 millones de dólares en el 98, a 78.506 millones de dólares en el 2012. Es decir, si supuestamente éramos una
colonia americana, ahora pudiera decirse que somos una colonia mundial, bien lejos de ser independiente.

“II.- Continuar construyendo el Socialismo Bolivariano del siglo XXI, en Venezuela, como alternativa al sistema
destructivo y salvaje del capitalismo, y con ello asegurar la “mayor suma de seguridad social, mayor suma de
estabilidad política y la mayor suma de felicidad”, para nuestro pueblo”: El Socialismo Bolivariano del siglo XXI nadie
sabe definirlo, pues ni siquiera tiene una concepción ideológica clara, pareciera que lo que se quiere lograr es una
combinación pacífica y adecuada de un gobierno con políticas sociales, mantenido por un capitalismo de estado que
confluye con un poco de capitalismo por parte de algunos particulares, pero con unas leyes de mercado
independientes a las del resto del mundo, pero que han de ser funcionales para nuestra sociedad. Se quiere presentar
este sistema como alternativa al “sistema destructivo y salvaje del capitalismo”, argumento también discutible, pues
es necesario para lograr el bienestar de los habitantes que funcione un sistema capitalista en una economía al servicio
del hombre y no de los mercados. El socialismo jamás ha servido como una alternativa viable para lograr la mayor
suma de felicidad para los pueblos, como luego se analizará en otro artículo; muy por el contrario, las sociedades que
han logrado niveles de felicidad en su población de acuerdo a estudios realizados por la ONU, no han abrazado
regímenes socialistas. Para lograr la “mayor suma de seguridad social” se quiere confundir dos conceptos totalmente
distintos, ya que supeditan esta condición a la implantación del socialismo, cuando eso es uno de los fines de un
“estado social”, el cual puede funcionar perfectamente con la implementación de una “Economía Social de Mercados”,
que evite precisamente que el capitalismo sea destructivo y salvaje, y que tiene como uno de sus principales
postulados “Tanto Estado como sea Necesario y tanto Mercado como sea Posible”. Bajo ese esquema, se entiende al
Estado como un ente regulador, de fomento e interventor para dinamizar la economía y ser garante de los derechos
de todos los ciudadanos. No estoy de acuerdo con políticas neoliberales de privatización y especialización
internacional del trabajo, ni de “dejar hacer, dejar pasar” de los clásicos; concuerdo con la política Keynesiana de
intervención del Estado en momentos de crisis para impulsar la economía a través de la política fiscal y monetaria, así
como lo planteado por List en la corriente historicista alemana, con las adaptaciones correspondientes a nuestro
continente, planteadas por los Estructuralistas Latinoamericanos.

“III. Convertir a Venezuela en un país potencia en lo social, lo económico y lo político dentro de la gran potencia
naciente de América Latina y el Caribe, que garanticen la conformación de una zona de paz en nuestra América”: Para
convertir a Venezuela en un país potencia, debe abandonarse en forma definitiva la tesis socialista, esto solo ha servido
para empobrecer a los venezolanos, generar más corrupción, delincuencia, escasez e inflación, pretendiendo lograr
“una justa distribución de la riqueza” pero obteniendo una “injusta distribución de la pobreza”. País potencia en lo
social no podemos ser cuando en este aspecto se incluyen principalmente la salud, la educación y la vivienda, y los
resultados han sido desastrosos. En salud vemos que hay una crisis inmensa de desabastecimiento de equipos e
insumos médicos y medicinas, hospitales en malas condiciones y una emigración masiva de profesionales de la salud.
En vivienda, la Gran Misión ha sido recientemente la causante del excesivo incremento del Gasto Público, el cual por
una desacertada gestión económica se ha recurrido a la emisión de dinero inorgánico para poder financiarlo,
generando en consecuencia la inflación más grande del planeta. En educación, en algún momento se habló que
teníamos una de las más altas matrículas a nivel mundial, pero nuestros profesionales se están yendo a otros países
producto de la inseguridad personal y el alto costo de la vida; por otro lado, no hay una promoción y apoyo a las
carreras que pudiesen lograr el desarrollo nacional, como son las científicas, las de ingeniería y las de tecnología. Una
potencia en lo político para mí es algo irrelevante en nuestro país, aparte que el término potencia se aplica solamente
en el ámbito económico, ya que una nación que permita dinamizar su economía y la de otros países es la que se conoce
como potencia; al ser una potencia política, esto implicaría la injerencia en políticas internas de otras naciones. En
nuestro caso, ni siquiera se hace una política de altura, esos debates filosóficos están muy lejos del interés de los
políticos y de la población, en Venezuela lamentablemente la mayoría de los políticos lo que hace es constantemente
ejercer oposición al que resultó electo en un cargo, para que fracase y luego ocupar ese puesto, sin importar que tan
bien está haciendo su gestión y si realmente está cumpliendo con los mejores objetivos para nuestra nación, aparte
que una minoría de políticos venezolanos de un bando u otro, con sus excepciones porque si hay gente honesta y
trabajadora, llega al poder para enriquecerse de una manera fraudulenta cometiendo actos de corrupción. Para ser
una zona de paz, debemos deslastrarnos completamente de la guerrilla y dejar de estar estableciendo relaciones con
países que lamentablemente tienen conflictos, debemos empezar por solucionar nuestros problemas y no buscar
otros. Finalmente, para ser un país potencia debemos resolver el asunto económico, luchar contra la corrupción y la
delincuencia, y plantear un proyecto de país que no le sirva a la mitad de una población, tiene que ser un proyecto
que sea adecuado para una gran mayoría, para que de este modo todos sumen sus mejores esfuerzos en pos del logro
de esos objetivos.

“IV. Contribuir al desarrollo de una nueva geopolítica internacional en la cual tome cuerpo un mundo multicéntrico y
pluripolar que permita lograr el equilibrio del universo y garantizar la paz planetaria”: Este es uno de los objetivos más
ambiciosos, imprecisos, abstractos, y poco funcionales para nuestro país. La paz planetaria no depende de nosotros
ni que queramos, eso depende de las grandes potencias y en cuanto al equilibrio del universo dudo mucho que ni
siquiera las grandes potencias puedan lograr un equilibrio con los otros planetas y mucho menos con otros sistemas
solares. Influir en la geopolítica internacional consume grandes cantidades de tiempo y esfuerzo en los gobernantes,
que deben estar totalmente dedicados a solucionar los problemas de los venezolanos.

“V. Contribuir con la preservación de la vida en el planeta y la salvación de la especie humana”: Para lograr esto
debemos comenzar por nuestro país, explotar de forma más eficiente los recursos de la tierra para que logremos la
sustitución de importaciones de comida y seamos autosustentables, garantizar la alimentación y satisfacción del resto
de las necesidades de la población, cuidar las cuencas hidrográficas y los reservorios de agua, proteger la fauna, la
flora y el ambiente en general, devolverle al Ministerio del Ambiente un rol incluso regulador en la construcción de
complejos habitacionales.

Próximamente les presentaré el análisis del resto de los objetivos plasmados en el Plan de la Patria. Hasta entonces.

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