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Se inicia con la fundación de Roma y termina


aproximadamente a mediados del siglo IV a C. De esta fase lejana los hechos
históricos no son bien conocidos, ya que caen dentro de una esfera de narraciones
legendarias y mitológicas que los hacen difícilmente comprobables y que sólo son la
cooperación de métodos investigativos idóneos puede reconstruirse, en alguna
medida, el derecho de aquella Roma, aislada, rústica, de economía incipiente, que
inicia su proceso de expansión. La costumbre es la fuente fundamental, por no decirla
única, de aquella primera etapa. La distinción entre las normas del fas -derecho. de la
divinidad- Y. del ius -derecho de los hombres- se hace difícil de-establecer, pero, poco
a poco, éste se va diversificando en dos ramas: el ius publicum y el ius privatum y sus
principios van adquiriendo perfiles propios que le dan un matiz diferencial. A la vez el
Estado interviene gradual y paulatinamente en la esfera privada, restringiendo las
facultades que el derecho primitivo concedía a grupos autónomos como la gens y la
familia, verdaderos órganos políticos en el seno de la ciudad. Se nos presenta el
derecho quiritario con un tinte. Acusadamente personalista y con un carácter
eminentemente nacional, pues sólo ampara y beneficia a los ciudadanos romanos,
dejando a los extranjeros o peregrinos al margen de toda protección jurídica. Es,
además, un típico derecho clasista, ya que sus normas son aplicables a la casta
privilegiada de la sociedad, el patriciado, con olvido absoluto de la clase plebeya, que
carece durante mucho tiempo del goce de los derechos públicos y privados. El ius
quiritium no constituye ni integra un sistema organizado de normas jurídicas. Es un
conjunto de principios aislados, rudos y formalistas.

Se inicia, a nuestro entender, en un momento


fundamental de la historia del derecho romano: el año 367 a. de C., cuando se
sanciona la lex Licinia de consulatu, que a la vez que admite a los plebeyos al
consulado, crea una nueva magistratura patricia, la pretura urbana. Corresponde esta
época a un momento decisivo para la historia de Roma, ya que se abre una nueva
etapa existencial con la ascendente expansión del núcleo originario de la urbe por
territorios y pueblos limítrofes. Eso trae como consecuencia que el derecho quiritario,
estrictamente nacional, experimente las modificaciones que impone necesariamente el
engrandecimiento del Estado y que, por la especial actividad del pretor –
adiuvandisupplendivelcorrigendi iuris civilis gratia-, se introdujeran mediosmás
equitativos· para regular las relaciones jurídicas interindividuales. Durante la época del
derecho honorario o de gentes las primitiva sinstituciones jurídicas del iusquiritium se
transforman profundamente, porque tienen que operar armónicamente con la nueva
conciencia social y política, modificada por el contacto con las ciudades extranjeras del
mundo antiguo, con las que Roma ha entrado en relación. 2 Los institutos jurídicos se
reforman y se oponen al formalismo, en consonancia con las exigencias de una
sociedad animada de un evidente espíritu mercantilista. La función del pretor se ve
favorecida en grado sumo por la sanción de la lexAebutia, probablemente del año 130
a. de c., que vino a constituir un hito fundamental en la evolución del derecho de ese
tiempo. Aparece entonces con nuevas formas procedimentales el sistema formulario,

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uno de los medios principales de que se vale el magistrado para renovar el derecho
privado, dando nacimiento a un derecho nuevo, el iushonorarium o pretorium, frente al
primitivo iuscivile o quiritium. A su lado, la noción del derecho de gentes se liga
profundamente a la transformación de la vida romana, muy especialmente cuando se
produce la creación de !a pretura peregrina (242 a. de C.), porque el nuevo magistrado
tuvo que apelar necesariamente a las normas del derecho de gentes para dilucidar los
conflictos judiciales en que intervenía un peregrino. El pretor peregrino influirá
poderosamente en las decisiones del pretor urbano, e introducirá en sus edictos el
soplo vivificante de la aequitas, que trala consigo el derecho de gentes. Imprime así
esta savia renovadora a las viejas y formalistas instituciones del iusquiritium y
entonces se presenta en Roma el fenómeno de dos sistemas jurídicos que rigieron
paralelamente la vida social de sus habitantes: el iuscivile y el iushonorarium

Trascendental etapa en el devenir histórico del derecho


romano, había tenido su comienzo alrededor de los años 100 a 50 a. de C. porque
durante ese lapso desarrolló su actividad creadora uno de los más ilustres
representantes de la ciencia jurídica de la época, Quintus Mucius Scaevola, en cuya
escuela de derecho se formó el magno orador romano Marco Tulio Cicerón. El periodo
se extiende hasta los severos, pues a partir de entonces el incremento de los poderes
conquistados por el emperador determina que el derecho se imponga exclusivamente
por medio de las constituciones imperiales dictadas por los príncipes. Este ciclo en la
línea evolutiva del derecho de Roma se caracteriza por el auge de la jurisprudencia,
pero ello no significa que no hayan existido durante el mismo otras fuentes formales
del derecho romano, ni que solo entonces comenzara a reconocerse valor a la opinión
de los jurisperitos, pues desde los tiempos más remotos en Roma creando un derecho
positivo a consecuencia de la interpretación jurisprudencial realizada por aquel
entonces en Roma.

roto el hermetismo de la jurisprudencia de los pontífices, iniciada las


practicas de evacuar consultas públicas por Tiberio Coruncanio, se abren auspiciosas
perspectivas para que los hombres cultos de la Roma de la última etapa republicana
se entreguen al iuris interpretatio, formándose asi una pléyade de peritos que llegarían
a cumplir una exitosa gestión creadora.

: La tradición romana considera a Labeón como fundador de los


procuyelanos y a Capitón como iniciador de la Segunda. La causa más importante de
diferenciación fue el método que utilizaban para sus construcciones doctrinarias. Los
Procuyelanos habían trabajado sin apego al precedente, mientras que las sabinianos
habían seguido los antecedentes de sus predecesores y las decisiones de sus
predecesores y las decisiones de sus tribunales.

llamada también ley o código decenviral, por haber sido redactada


por un colegio de magistrados extraordinarios, los decemviri legibus scribundis. La
primera legislación romana habría sido sin duda la Ley de las XII Tablas,(que

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constituyó la fuente más importante del derecho civil o quiritario. Se dictó a instancia
de los plebeyos, quienes desde tiempo atrás reclamaban la sanción de una ley escrita
que diera fijeza al derecho costumbrista de la época, mantenido en secreto por los
pontífices, depositarios de su conocimiento e interpretación. Fracasados algunos
intentos para llegar al derecho escrito, la plebe logró la creación de una magistratura
extraordinaria integrada por diez ciudadanos patricios, el decenvirato legislativo, el
cual en el año 451 a. de C. elaboró las diez primeras tablas. Como estas leyes se
consideraron incompletas, un año después se eligió un segundo decenvirato -
integrado por algunos plebeyos- que logró, con la redacción de dos tablas más, el
código decenviral. El texto de la Ley de las XII Tablas no llega hasta nosotros porque,
al parecer, fueron destruidas en el incendio de Roma por los galos. Sus normas nos
son conocidas por las referencias de historiadores antiguos como Tito Livio, Dionisia
de Halicarnaso y Plinio, o de gramáticos como Aula Gelio y Festo, o de analistas como
Tácito. Valioso aporte para su reconstrucción han sido las Citas de los jurisconsultos
romanos de la época clásica, en especial Gayo, Pomponio; y muy positivista
contribución para confirmar y completar antiguas versiones sobre la ley fueron los
escritos celebres de Cicerón. Cabe destacar el carácter verdadero y exclusivamente
romano de las XII Tablas, porque está reconocido que mediante este cuerpo legal se
logró fijar el derecho consuetudinario, dar 4 forma definitiva a normas que aún no
habían cristalizado, introduciéndole algunos principios nuevos para conciliar los
encontrados intereses de dos clases social en pugna.

En sentido político ley comicial es, según la definición de las Institutas de


Gayo (1, 3) "lo que el pueblo manda y establece" (Lex est quod populus iubet atque
constituít). Coincidentemente, en las Institutas de Justiniano, leemos que "ley comicial
es lo que el pueblo romano, interrogado por un magistrado senatorial, como el cónsul,
sancionaba, constituía" (Lex est quod populus romanus senatorio magistratu
interrogante, veluticonsule, constituebat). Aluden las citadas definiciones a la forma
cómo el órgano político, la asamblea popular o comicio, dictaba la ley a instancia de un
magistrado, como el cónsul. Esta manifestación del derecho escrito aparece así como
el producto reflexivo de la labor de un organismo estatal competente, contrariamente a
lo que ocurría con el derecho no escrito o consuetudinario, que se creaba por la
espontánea y continua repetición de actos por parte del pueblo. Se conoce una
tradicional clasificación y se las distingue en leges rogatae, datae y dictae.

pertenecía la ley romana por excelencia, es decir, la votada por el pueblo


reunido en comicio a propuesta de un magistrado.

eran las dictadas por magistrados encargados de la administración de las


provincias o colonias romanas, en virtud de una autorización expresa o tácita dada por
los comicios.

fueron estatutos con normas para la administración de ciertos bienes del


Estado o de los municipios. Las leges rogatae, denominación que se da a las leyes
comiciales, tenían un original proceso de formación; ya que eran expuestas al público
por el magistrado proponente durante tres semanas (trinundinum) y discutidas en ese
período preparatorio por los ciudadanos, que expresaban sus opiniones sobre el
proyecto. Después eran sometidas al comicio para su aprobación o rechazo, sin que el
organismo pudiera introducirle modificación alguna. Los ciudadanos votaban

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verbalmente, o bien se les daban tablillas que contenían las letras "u.r.", que
significaban utirogas: "como lo pides", en caso de voto afirmativo: y las letras "a. q. r."
que querían decir anti quodrogas: "contra lo que pides", cuando el voto era negativo.

el emperador de Oriente, Teodosio II, decide nombrar una comisión


especial codificadora que ordenará las leyes imperiales a partir de Constantino,
siguiendo el modelo de los códigos gregoriano y hermogeniano. El código Teodosiano
se divide en dieciséis libros, que a su vez se subdivide en títulos, en las que las
constituciones están colocadas metódicamente y por orden de fechas. Tiene la
particularidad de que presta atención especialmente al derecho administrativo
bizantino, ocupándose del derecho privado en sus cinco primeros libros.

Sabemos que el pueblo plebeyo, desde la creación del tribunado de la plebe,


se reunía en asambleas llamadas concilios para sancionar medidas ''administrativas o
legislativas, los plebiscitos, que inicialmente sólo tuvieron validez para la clase
plebeya. Los plebiscitos fueron, pues, según definición de las fuentes, "las decisiones
votadas por la plebe en los concilia plebis a propuesta de un tribuno"
(Plebiscitumestquodplebs, plebeiomagistratu interrogante, velut tribuno, constituebat).
5 Constituyeron importante fuente del derecho desde la sanción de la lex Hortensia
(287 a. de C.), que los equiparaba a la lex y, por tanto, los tornaba obligatorios, no sólo
para los plebeyos, sino también para los patricios. El proceso que concluyó con la ley
Hortensia, por la que los plebiscitos adquirieron completa fuerza de ley, es una de las
etapas más destacadas dela lucha patrick>-plebeya. Como hemos visto, la primera
conquista en este sentido se logra con la sanción de la lex Valeria Horatia (449 a. de
C.), que otorgaba a las decisiones de los concilios autoridad de ley, siempre que
fueran ratificadas por la auctoritas patrum senatórial. Un siglo después se avanza más
en esta evolución y los plebeyos logran, mediante una lex Publilia Philonis (339 a. de
C.), que la auctoritas patrum fuera preventiva. A partir de la lex Hortensia, que elimina
la patrum auctoritas se designa a las decisiones votadas por los concilios con el
nombre genérico de lex. No obstante, se habrían distinguido los plebiscitos de las
leges rogatae, dictadas por el comicio, porque los primeros tienen un solo nombre, el
del tribuno proponente, como la lex Cincia, mientras que la ley comicial llevaba dos, el
de ambos cónsules, caso de la Lex Papia Poppaea.

Deber anotarse dentro del período de la


codificación prejustinianea distintas obras redactadas por iniciativa de particulares
tendientes a ordenar tanto los iura como las leges. Tienen importancia porque han
servido como fuente de conocimiento del derecho romano y, fundamentalmente, del
derecho de la época clásica, combinado con normas dadas por las leges imperiales.
Entre estos trabajos privados se destacan los Fragmenta Vaticana, la Collatio legum
masaicarum et romanarum, la Consultatio veteris cuiusdam iuris consulti y el Libro de
derecho siro-romano.

Los intentos de sistematización del derecho realizados durante el Bajo


Imperio estuvieron dirigidos fundamentalmente a las leges y salvo las referencias
contenidas en las obras privadas entresacadas de pasajes de jurisconsultos clásicos,
muy poco se había hecho en este sentido. Razones semejantes a las que hacían
necesaria la ordenación de las leyes imperiales, justificaban igual tarea respecto del
ius, que había crecido en demasía después de tres siglos de fecunda labor de los

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prudentes romanos. Empero, labor de tal magnitud sólo se cumpliría acabadamente en
el siglo VI, al sancionar el Digesto o Pandectas del emperador Justiniano. Por virtud de
la Ley de Citas se concedía valor legal a todas las obras de Papiniano, Gayo, Paulo,
Ulpiano y Modestino y se ordenaba a los jueces que no se apartaran de ellas en sus
sentencias judiciales. Cuando las opiniones de los cinco clásicos fueran desacordes, el
juez debía atenerse al criterio de la mayoría; si había empate, se daba preferencia a la
opinión de Papiniano y sólo en caso de silencio de éste o si ninguno de los
jurisconsultos citados hubiere expresado su parecer sobre al asunto, podía el juez
resolver según su libre apreciación. No deja de constituir un progreso la sanción de la
Ley de Citas, aunque la solución distara mucho de ser la ideal, no sólo porque las
principales obras de los cinco jurisconsultos habían sido copiadas con interpolaciones
y falsificaciones evidentes, sino también porque creaba, como se ha dicho, un tribunal
de muertos, un jurado de difuntos, que reducía el papel del juez a contar
maquinalmente los votos.

El emperador Justiniano, ascendió al trono de


Bizancio el 1° de abril del 527, se propuso realizar un ambicioso plan de gobierno, cual
era la restauración de todo el Imperio Romano bajo un emperador único, una sola
Iglesia y un solo derecho. Sabemos de sus empeños para lograr sus dos primeros
objetivo y también que llevo a feliz término una completa codificación del derecho
romano, empresa en la que tuvo el mayor y el más duradero de sus éxitos. Justiniano
prosiguió los intentos que sus predecesores, con suerte varia, habían comenzado
durante la etapa que llamamos del derecho de la codificación.

Bajo la dirección personal de Justiniano y con el control directo de


Triboniano, diversas comisiones legislativas, integradas principalmente por Doctos,
profesores de las 2 escuelas orientales, dieron termino en menos de siete año – de
528 a 534- a la improbable labor de realizar una compilación general del ius y las
leges. Así vio luz el más grande monumento jurídico de todos los tiempos al que,
desde la famosa edición ginebrina realizada por Godofredo en el año 1583, se ha
llamado Corpus Iuris Civilis. Está integrado por “el código”, “el digesto”, “las institutas”
y “las novelas”.

la tarea compilatoria de Justiniano comenzó por las leges. A tal fin, por la
constitución Haecquae necesario, sancionada en febrero del 528, el emperador
designo una comisión compuesta por diez jurisconsulto a cuya cabeza se encontraba
Juan de Capadocia, quaestorsacripalatti, para que reuniera en un Código todas las
colecciones de leyes hechas anteriormente –códigos Gregorianos, Hermogeniano,
Teodosiano- así como las constituciones que le siguieron. Se autorizó a la comisión
que tomara de las leyes lo que le pareciera útil, a abreviarlas, a suprimir lo que
estuviera en desuso, a alterar su texto si fuera necesario y a ordenarlas
cronológicamente por materias en una sola obra, bajo 2 diferentes títulos.

en el 530 Justiniano creo una comisión presidida por el entonces


quaestorsacripilatii, Triboniano, para realizar la tarea de sistematizar y ordenar las
opiniones de los jurisconsultos que habían gozado de ius respondendi y formar con
ellas un cuerpo de doctrina legal. El 16 del 533 se concluyó la obra, quedando

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sancionado con el nombre de Digesto o Pandectas por la constitución bilingüe griega
latina.

Justiniano decidió que para la práctica de los escolares, según ya lo había


expresado en la constitución Deo Auctore, se redactara un tratado elemental de
derecho. Por la constitución Imperatoriammaiestatem de 21 de noviembre del año 533
se publicaron las Institutas de Justiniano, destinadas, en efecto, “a la juventud deseosa
de estudiar leyes”, comenzando a regir con fuerza legal, a pesar de tratarse de una
obra de enseñanza, el 30 de diciembre del 533 por imperio de la constitución Tanta,
que también daba vigencia a las pandectas.

la actividad legislativa de Justiniano no concluyo con la sanción del Código,


el digesto y las Institutas. Por el contrario, a partir del 535 promulgo nuevas
constituciones (novellaeconstitutiones), las debían recogerse, según su pensamiento,
en un código definitivo. Como el plan del emperador no pudo llevarse a cabo, las
novelas de Justiniano nunca fueron oficialmente reunidas. Se publicaron sin embargo
colecciones de ellas debido a una iniciativa privada, que han tenido el mérito de
hacernos conocer las legesnovellae.

el Código Civil Argentino, tanto


en su articulado como en sus notas, ha recibido directa o indirectamente el aporte
romanista. Directamente por los textos mismo del Corpus Iuris Civilis, frecuentemente
consultados por el codificador , al punto que setecientos noventa y nueve artículos son
extraídos de la compilación justinianea y existen además más de mil trecientas citas
de las fuentes romanas que habrían inspirado otros tantos artículos del código.
Indirectamente el derecho romano es fuente de nuestro código civil a través de los
antiguos romanistas que Vélez consulto y estudio para realizar su grandiosa labor.

1. Edicto de los magistrados. Edicto Perpetuo de Salvio Juliano.


2. Constituciones imperiales.
3. Periodo del derecho de la codificación. Códigos gregorianos y hermogeniano.
4. Leyes Romanas Barbaras.

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