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Primera Escuela
INSTITUTO Privada de Psicología
Social
A-1245
Material 2
Desde una concepción del mundo en que lo individual es un valor supremo, esta
relación dialéctica es dilematizada, es disociada y es vista como una antinomia: o grupo
o individuo donde la dialéctica individuo-grupo en vez de ser vista como tal es
escamoteada en su interdependencia y es planteado como un dilema, se disocia al
individuo del grupo y se plantea una relación de exclusión: o el individuo o el grupo y
no se ve la interdependencia. La experiencia con otros en nuestra constitución como
sujetos tiene un papel determinante. La Psicología Social no es una teoría de los grupos,
sino que es una teoría del sujeto y su comportamiento y para ese análisis es
indispensable abordar la problemática de los grupos.
Ese satisfacerse socialmente no sólo es una relación con que lo que satisface la
necesidad está en el orden social; a su vez, esas relaciones con el orden social van a
determinar al sujeto mismo.
“No hay nada en los sujetos que no sea la resultante de la interacción entre individuos,
grupos y clases.” Un rasgo de esta estructura social es la existencia de clases.
Enrique Pichon Rivière, El Proceso Grupal
La fantasía de espejo roto es la fantasía de que el otro, que actúa como espejo, me
devuelva una imagen muy distinta de la que tengo sobre mí mismo.
En vez de confirmar nuestra propia identidad, uno de los deseos más profundos,
me devuelve una imagen distinta, sobre todo de los aspectos narcisistas, de los aspectos
más valorados de nosotros mismos. En ese sentido es una realidad deseada y temida al
mismo tiempo.
Estos autores dicen que en los grupos se ponen en juego fantasías y deseos de
fusión. El deseo de fusión hace que el grupo sea una situación deseada.
Fusión implica la idea de ser una unidad con el otro, y eso es parte de lo que sucede
sobre todo a nivel inconsciente cuando uno integra un grupo.
A su vez la fusión con otro pone en juego un temor. Esta es otra contradicción
que juega en los grupos, el deseo de unirnos al otro y el temor de perdernos a nosotros
mismos en esa unión con el otro. Y esto es lo que se llama deseo fusional y temor
fusional.
La fusión se da sobre todo en los inicios de los grupos. Es un momento
esperable, ocurre casi necesariamente en los inicios de los grupos. En el inicio del grupo
falta una estructura propia de ese grupo. Un conjunto de personas al comienzo es un
conjunto de personas, no es un grupo todavía, todavía no tiene relaciones internas que lo
articule, predomina lo desconocido sobre lo conocido y es allí donde aparece el temor a
lo desconocido. Hay un mecanismo - que ya es parte de lo que hace a la especificidad de
los grupos- que hace a la construcción de un momento fusional, donde ante la
inestructuración, diferencia, desconocimiento y temor a la diferencia se asume el polo
contrario y el grupo se fusiona.
Es conveniente destacar...
“Conjunto restringido de Número de personas que permita una relación cara a cara, que
personas”. permita una relación personal, no abstracta y general. Pichon
Rivière se refiere a un pequeño grupo.
Estas personas interactúan a La aparición de roles en un grupo tendrá que ver con lo
través de complejos personal pero también con la tarea requerida para ese grupo
mecanismos de adjudicación y donde, como veremos luego, los roles son asumidos por cada
asunción de roles.” integrante y también son adjudicados por el resto de los
integrantes teniendo como escenario de estructuración la
situación grupal.
1
Sartre J. P. Crítica de la razón dialéctica. Ed. Losada.
Actividad Nº 1
(Estas actividades tienen el objetivo de ir acompañando el proceso de comprensión
de la temática. No es obligatorio su envío a la tutoría)
Continuamos...
Serie Grupo
Actividad Nº 2
Para Pichon Rivière los principios organizadores internos de la estructura grupal son un
complejo de necesidades – objetivos – tarea y la mutua representación interna. El
grupo se constituye a partir de las necesidades de los integrantes y en la mutua
representación interna.
Más tarde Aparece el fenómeno de internalización por subgrupos, por partes del
grupo. Tiene que ver con relaciones de atracción y rechazo, naturales,
lógicas en toda situación humana, y también con distintos tiempos o
estilos de vivir la inclusión en un proceso grupal, porque se va
coincidiendo con el que tiene un estilo parecido o un tiempo parecido.
Las personas en un mismo proceso necesitan tiempos diferentes, esto
genera acercamientos entre unos y otros, así se va internalizando a
esos otros que aparecen más significativos.
Con este cuadro no agotamos todas las situaciones. Son elementos que suelen
aparecer y los graficamos aquí. Son grados crecientes de internalización, pasamos de
una sensación difusa, como primer paso, a lo que ya implica un grado de complejidad
en la representación del otro. Cuando hablamos de mutua representación interna,
estamos hablando de toda esta graduación. Estamos haciendo un desglose de las formas
de representación del otro, de interiorización del grupo.
Pasaje que no es una copia porque en ese pasaje opera la fantasía del propio sujeto, la
necesidad del propio sujeto, el posicionamiento subjetivo del sujeto.
Proyección y transferencia.
Hay momentos en los que se viven las situaciones externas que suceden en un aquí, en
un ahora, y en un entre nosotros, como si fuera en otro momento, en otro lugar, con
otros. Hay momentos en la situación grupal en que uno actúa con alguien como si se
estuviese dirigiendo a otro que determina ese accionar. Se ve a alguien con quien se
interactúa, en ese momento y en esa situación, como si fuera otro.
Cuántas veces nos encontramos en situaciones donde se reeditan diálogos como este:
“Disculpame que yo me enojé cuando dijiste eso, vos me lo dijiste bien, lo que pasa es
que yo tengo una historia con... vos sabés de quién te hablo, no lo quiero nombrar
ahora, que cada vez que me decía eso después venía tal otra cosa, entonces disculpame,
me lo dijiste bien, pero yo accioné con vos como si fueras otra persona.”
Eso que hacemos donde tenemos que corregir el vínculo con una persona porque nos
comportamos con ella como si fuese otra persona, donde le depositamos un personaje
que no es el real, se llama transferencia.
Se transfiere una situación del pasado a una situación del presente.
En otros términos, el grupo interno se sobreimpone al grupo externo. Como sujeto se ve
al grupo externo pero se actúa con el grupo externo como si se estuviera con el grupo
interno, actúo con el otro como si se estuviera con el padre, la madre, algún hermano...
Vivo el aquí, ahora, con esa persona
como si fuera allá, entonces, con otro.
Veamos la diferencia
Transferencia Proyección
Se traslada aquí y ahora una situación que es Mecanismo por el cual le pongo al otro un
una escena interna acaecida allá y entonces. rasgo de personalidad que no tolero de mí.
Actividad Nº 3
(Estas actividades tienen el objetivo de ir acompañando el proceso de comprensión
de la temática. No es obligatorio su envío a la tutoría)
Luego:
Enumere y defina con sus palabras los organizadores grupales.
Enumere varios grupos y describa la tarea que piensa que es prioritaria en
cada grupo.
Resumen
Teoría de los grupos – Módulo I – Unidad 1 - (Material Nro. 2) 35
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conocido, porque me enfrenta a algo que no quiero ver, transfiero una situación previa.
Es decir que la transferencia también me saca de la percepción de lo real de ese
momento. Porque si en ese momento no transfiero, percibo lo que está sucediendo que
no quiero percibir, o recuerdo algo que no quiero recordar. Citamos aquí
implícitamente a Freud que descubrió este mecanismo cuando dice que se repite una
situación previa, que se hace una transferencia para evitar un recuerdo que sería
doloroso.
Por el mecanismo de Proyección se proyectan rasgos propios que no se
reconocen como tales. En la transferencia se transfieren son escenas internas, son
situaciones vividas en otro momento, con otros, y donde uno mismo era otro. Se
transfieren al presente, con la persona que se está en este momento y desde uno como es
ahora.
En general se proyecta lo negativo, pero también se proyecta lo positivo. Es más
común que los rasgos propios que se niegan porque se los considera negativos los vea
en los demás y que vea a los otros con un lente que deforma, porque la proyección es un
lente que deforma.
La proyección implica una deformación en esa visión de lo real, un lente que deforma, y
la deforma en función de que por un mecanismo de no asumir características propias
necesita adjudicarlo a la realidad externa.
Bibliografía
Glosario
Rene Käes: psiquiatra francés contemporáneo. Pertenece as la escuela grupalista
francesa.
Ronald Laing: psiquiatra británico, (1927 – 1989). Fundador junto con D. Cooper
del movimiento llamado antipsiquiatría en Inglaterra. Las ideas básicas de este
movimiento se pueden sintetizar en los siguientes puntos: La enfermedad mental tiene
una génesis fundamentalmente social. Rechazo a toda la estructura que sustenta y se
deriva de la psiquiatría tradicional: clasificaciones psiquiátricas, hospitales
psiquiátricos, terapéuticas ortodoxas.
Jean Paul Sartre (1904 - 1980). Filósofo francés. Pertenece a la corriente del
existencialismo ateo.
La dictadura, para conseguir sus fines, debió eliminar los espacios de participación
social y las prácticas en las que podía emerger el pensamiento creador, crítico,
divergente. Se abocó entonces a la destrucción de todas las formas organizativas
previas: partidos políticos, sindicatos, organizaciones gremiales y científicas, ámbitos
éstos de pertenencia en los que se despliegan redes identificatorias y se sostiene el
psiquismo de los sujetos. La interacción, la solidaridad, el encuentro eran peligrosos
para el régimen y éste las transformó entonces en peligrosas para el individuo. Se
prohíben en esa época las actividades grupales en la universidad, los hospitales y en
distintas instancias de la vida social. El individuo, en la medida en que queda aislado y
desprovisto de apoyaturas, es empujado a refugiarse en un mundo privado. Estar en
grupo, identificarse con pares, era vivido por muchos como una transgresión a una ley
no escrita, pero explicitada con sangre. El sujeto, desgajado de sus espacios de sostén,
pertenencia y participación, se siente inerme, aterrado, amenazado en su cuerpo por el
exterminio y la desaparición, y en su mundo interno por la desorganización.
¿Cómo vimos significado el grupo, el pensamiento y el aprendizaje en ese período de
terror?
La mencionada devastación de los espacios sociales de participación y la
prohibición vigente sobre toda forma organizativa, sobre ciertas modalidades de
identificación daban a la inserción grupal una calidad conflictiva, ya que a la vez el
mayor deseo y el mayor esfuerzo era estar en grupo, sostenerse en él a pesar de la
vivencia de peligro y transgresión.
Insistimos en la temática del sostén, ya que consideramos que ésta es una de las
funciones básicas que él grupo cumple para el sujeto desde su génesis hasta su muerte.
La contradicción se desplegaba en ese momento entre esa necesidad de sostén, incre-
mentada por la crisis de apoyaturas internas y sociales, por vivencias de caos interno y
externo y el temor al castigo por participar en una experiencia social, que como hemos
señalado, estaba puesta bajo sospecha desde el discurso de poder que la sancionaba
como subversiva.
En el ámbito de la Escuela asistimos a un proceso de idealización de la situación
grupal, a la significación del grupo como refugio, como un espacio ideal de
gratificación ilimitada, espacio deseado en el que sería posible sustraerse a la
cotidianidad frustrante. Se vivía fantaseadamente al grupo como lugar de libertad, de
comunicación, de encuentro, de respeto, de creatividad. La experiencia grupal era
buscada como experiencia reparatoria de la propia trayectoria grupal familiar y de la
experiencia social.
Señalaríamos aquí que la lucha entre la vida y la muerte, la relación con el objeto
destruido, las necesidades reparatorias, en síntesis, la dramática de la formación
adquiría, por esas condiciones- objetivas, una vigencia particular. Una fantasía que
suele emerger en el grupo, la de un adentro y un afuera, fantasía regresiva en que la
situación grupal aparece como un adentro intrauterino, se intensificó lo mismo que las
tendencias a la homogeneización y la fusión. La analogía grupo-cuerpo, grupo-madre
recorría la situación grupal. La fuerte presencia de esas tendencias fusionales en un
contexto social de destrucción y muerte nos lleva a recordar una frase de Käes
"Construir un grupo es darse mutuamente la ilusión metafórica de ser un cuerpo
inmortal, indivisible, omnipotente. El grupo se construye como prótesis y sustituto de un
cuerpo sometido a la división y a la muerte".
Se intensificaron en ese período los procesos transferenciales sobre el grupo y la
institución, como objetos idealizados a preservar. Sin embargo, como lo hemos
señalado, la paradoja era que allí donde se vivenciaba el fortalecimiento de la
identidad, en función de la pertenencia y la integración, se instalaba también la ame-
Creemos que con los datos aquí consignados se fortalece la hipótesis que
enunciáramos: en el ámbito grupal, cuya especificidad no negamos, se reproduce la
cotidianidad, es decir la forma inmediata en que experimentamos las relaciones
fundantes de un orden social. Las vicisitudes y crisis de esa cotidianidad, determinan
formas de vincularse, de insertarse en un proceso grupal, de significarlo, de aprender,
de construir una actitud y un modelo de pensamiento y acción. En síntesis, de formarse.
He utilizado en este trabajo el concepto de determinación, refiriéndome a la relación
entre orden social y estructura y proceso grupal, y no la noción de atravesamiento,
porque entiendo que al hablar de determinación no damos cuenta solamente de una
presencia del orden social en el ámbito grupal, sino que indicamos que la relación es
de eficacia configurante, de causalidad.
En cuanto a la relación estructura social-proceso formativo, podemos señalar que
un contexto social libre, con tolerancia a la emergencia de lo nuevo y lo heterogéneo, a
los movimientos de desestructuración y reestructuración que hacen a la esencia de la
creación y del desarrollo individual, grupal, institucional y comunitario, se constituye
en el sostén óptimo para un proceso formativo. Un contexto social libre y permisivo, en
el que le sea factible al sujeto asumir sus contradicciones y proyectarse en el tiempo y
el espacio social, en el que se dé una amplia posibilidad de despliegue de redes
identificatorias, ámbitos de inserción y de creatividad, permiten el despliegue de una
tarea formativa que es significada como un trabajo compartido, costoso y gratificante,
pero progresivamente despojado de fantasías mesiánicas y omnipotentes.
Para concluir diría que en la tarea grupal de formación es posible una ruptura, la
instauración de un espacio de reflexión crítica que permita correr el velo de
familiaridad encubridora que oscurece nuestra comprensión de esas relaciones
sociales. En síntesis, es posible realizar, desde el instrumento grupal y con un encuadre
teórico ideológico una tarea desmitificadora y de aprendizaje de la realidad.
Anexo
Esta investigación -que continúa en la actualidad- nos afirma en el reconocimiento
de la dimensión histórica de la grupalidad. Dicha dimensión histórica se manifiesta a
través de estructuras grupales como formas de la organización social originaria, condi-
ción de lo humano. Esa historicidad se muestra asimismo en las transformaciones y la
diversidad de las significaciones sociales y subjetivas de la grupalidad.
Hemos sustentado esta indagación en un marco conceptual, el de la Psicología
Social de fundamentación pichoniana.
Hace al campo de práctica y elaboración de esta disciplina la exploración de la
dialéctica entre subjetividad, organización grupal, proceso social. Dialéctica que es
movimiento contradictorio, el que se desarrolla en múltiples dimensiones. En el interior
de la misma ubicamos nuestro interrogar a ese conjunto de relaciones que
denominamos grupo.
Las últimas décadas de este siglo están marcadas por vertiginosos movimientos de
crisis y cambio, que transforman sustancialmente diversos planos de la vida social, las
instituciones, las modalidades organizacionales, las formas de vinculación y comuni-
cación. Esto se expresa en cambios cualitativos en el acontecer grupal.
Un nuevo orden mundial y las modalidades de poder que le dan forma, han
instalado en la escena social la fragmentación, la dispersión y el aislamiento,
legitimando una despiadada competencia.
La crisis de fin del siglo reclama para resolverse, nuevos movimientos en el plano de
las identificaciones. Este acontecer crítico plantea la necesidad de nuevas formas de
construcción en el entramado social.
Agosto 1998