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PROGRAMA DE ECONOMÍA DE FICHAS
La economía de fichas es un programa de contingencias que combina distintos
procedimientos de reforzamiento y de castigo. El procedimiento básico consiste en
entregar un reforzador generalizado (ficha) tras la emisión de una conducta
deseable y/o retirarlo cuando la conducta meta es inadecuada. El valor de la ficha
como refor-zador generalizado estriba en la posibilidad de canjearlo por numerosos
reforzadores previamente seleccionados.
Los componentes concretos del programa de economía de fichas son:
2. Indicación explícita del número de fichas que se pueden ganar por cada
comportamiento.
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embargo, lo que interesa es que se acumulen las fichas para que adquieran
más valor simbólico y dependan menos del reforzador tangible.
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CONTRATOS DE CONTINGENCIAS
Un contrato de contingencias es un acuerdo, por lo general escrito, en el que se
especifican las conductas que se desea instaurar o eliminar y las consecuencias
que le acompañarán. Una de sus funciones es conseguir la implicación de la
persona en el cambio de su conducta. Es, igualmente, un modo de dejar claro que
si uno se esfuerza por conseguir unos objetivos, va a obtener determinadas
refuerzos. Es decir, se trata de un acuerdo entre dos partes en el que se negocian
unos objetivos y se establecen claramente unas consecuencias por su cumplimiento
o incumplimiento.
Para fomentar la eficacia los contratos deben cumplir las siguientes normas:
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Otras recomendaciones para optimizar el uso del contrato son las
siguientes:
2. El contrato debe ser justo y negociado. Por ejemplo, en el caso de que se fir-
me con un niño, si éste no está de acuerdo con lo que se le pide, boicoteará
el plan. La obediencia como base del contrato contradice los principios en
que éste se apoya.
4. Como en todos los casos, debe cuidarse que la recompensa sea en principio
pequeña, aunque reforzante y a ser posible de actividad o simbólica, y empe-
zar con reforzadores que motiven, y dejar el reforzador mayor para metas
finales que supongan el logro de todas las anteriores.
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EXPOSICIÓN IN VIVO
La exposición en vivo consiste en tomar contacto directo con la situación o estímulo
temido, bien de forma gradual, bien entrando en contacto desde el principio con
situaciones productoras de un alto nivel de ansiedad, en este caso la exposición se
denomina inundación.
La indicación básica en estas sesiones es mantenerse en contacto con el estímulo
temido hasta que la ansiedad se reduzca a la mitad, o bien hasta alcanzar un nivel
de 2 en una escala subjetiva de ansiedad de 0 a 8 (Bados y García, 2011). La
duración de las sesiones suele ser de una hora o más.
El individuo debe mantenerse en contacto con la situación o estímulo ansiógeno
aun cuando se produzca una elevación de la ansiedad, incluso en el caso de
producirse un ataque de pánico, se tratará de no abandonar la situación de
exposición, no obstante, si resultase imposible mantenerse en ella, es posible
abandonar temporalmente el contexto de exposición, tratando de permanecer cerca
y reanudando la exposición en cuanto sea posible.
Si se produce un incremento importante de la ansiedad durante la exposición será
útil para el individuo tratar de utilizar alguna estrategia moduladora de la ansiedad,
pueden ser estrategias de relajación como la respiración diafragmática, auto-
instrucciones, un proceso cognitivo breve de reatribución de sensaciones, o
incluso la distracción.
La distracción funciona como una retirada temporal de la exposición y no tiene
repercusiones negativas sobre sus resultados, siempre y cuando se redirija
nuevamente la atención al estímulo temido en el tiempo más breve posible.
Variante
Una variante de la exposición en vivo es la llamada exposición simulada. Este
procedimiento utiliza ensayos conductuales, donde participan varias personas, para
representar la situación temida que es objetivo de la exposición.
Exposición simulada es utilizada sobre todo en problemas de ansiedad social, en
donde resulta aconsejable ensayar en un ambiente controlado las conductas de
acercamiento social que deberán ponerse después en marcha en el contexto natural
del individuo.
Es considerada una forma de exposición en vivo en la medida en que el paciente
debe enfrentar una situación social real reproducida por los actores participantes
que el paciente no conoce, ahora bien, supone un mayor grado de control que una
exposición en vivo en contexto natural.
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EXPOSICIÓN SIMBÓLICA
La exposición simbólica hace referencia a la toma de contacto con el estímulo o
situación temida no de forma real sino a través de representaciones mentales
(imaginación), visuales (dibujos, fotografías, películas), estímulos físicos auditivos
(grabaciones de sonidos) o mediante programas informáticos de generación de
realidad virtual.
La técnica de exposición en imaginación implica la exposición al estímulo temido a
través de la imaginación, es decir, la visualización del estímulo fóbico. El objetivo es
conseguir la habituación y eventual extinción de la respuesta fóbica al estímulo.
Diferencia:
A diferencia de la Desensibilización Sistemática, que también utiliza la imaginación
para el acercamiento al estímulo temido, en la exposición en imaginación no se
utiliza un medio de supresión de la respuesta de activación fisiológica (como la
relajación) durante la exposición.
EXPOSICIÓN EN GRUPO
La exposición en grupo se refiere a la planificación y evaluación de las sesiones de
exposición en un contexto grupal, manteniendo la ejecución de la propia exposición
de forma individual. Este formato permite optimizar el tiempo de la intervención al
poder manejar conjuntamente a aquellos pacientes con problemas similares y que
se pueden beneficiar de la experiencia y retro alimentación de otros participantes.
A su vez, es importante destacar los efectos motivacionales que en general suelen
tener las intervenciones en grupo y que desde luego son también aplicables a este
ámbito concreto.
El sistema de exposición en grupo es especialmente útil cuando el paciente carece
de apoyo social y/o mantiene relaciones conflictivas con sus allegados, en este caso
el efecto motivador del grupo puede ser determinante a la hora de ejecutar las tareas
individuales de exposición. En algunos casos, como es el caso de la fobia social,
aunque sus ventajas pueden parecer evidentes, es importante tener en cuenta que
el propio contexto de grupo puede resultar amenazante para este tipo de pacientes
y que será necesario valorar si realmente están preparados para este tipo de
intervención, de otra forma, se pueden producir dificultades en el avance individual
que a su vez repercutan en el grupo, así como el abandono del tratamiento.
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DESENSIBILIZACION SISTEMÁTICA
La idea básica de la Desensibilización Sistemática es que la respuesta de ansiedad
o miedo puede ser reducida o inhibida mediante la generación de una respuesta
incompatible con la ansiedad (inhibición recíproca) tradicionalmente la respuesta de
relajación. La relajación debe mantenerse a medida que se van presentando
gradualmente en imaginación estímulos de intensidad ansiógena creciente, y de
esta forma se va produciendo el debilitamiento de la conexión entre el estímulo y la
respuesta de ansiedad que provoca (contra-condicionamiento).
Procedimiento de aplicación
La aplicación de la Desensibilización Sistemática requiere de unos pasos iniciales
preparatorios antes de comenzar con las sesiones de desensibilización
propiamente dichas. Estos pasos son:
1. Elección de la respuesta incompatible con la ansiedad y posible
entrenamiento. (Puede utilizarse meditación, hipnosis, estados emocionales
positivos, auto instrucciones asertivas, etc.).
2. Elaboración de una jerarquía de ansiedad (Para la graduación de la
intensidad de los ítems se utiliza una escala de ansiedad subjetiva de 0 a 100)
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3. Valoración de la capacidad imaginativa y entrenamiento en imaginación si
se requiere.
Estas tres actividades pueden llevarse a cabo en paralelo durante las primeras
sesiones en la consulta y deben estar dirigidas por el terapeuta. Es obvio que si el
sujeto tiene un buen entrenamiento previo en relajación y su capacidad imaginativa
es excelente el trabajo previo a las sesiones de desensibilización será únicamente
la elaboración de la jerarquía de ansiedad.
REFORZAMIENTO POSITIVO
Un reforzador positivo es un acontecimiento que presentado inmediatamente
después de una conducta, provoca que la frecuencia o la posibilidad de que ocurra
la conducta aumenten. El término reforzador positivo es a grandes rasgos, sinónimo
de premio o recompensa. Una vez que se ha establecido que un evento funciona
como reforzador positivo para una persona concreta en una situación determinada,
puede usarse para fortalecer otros comportamientos de esa misma persona en otras
situaciones. En conjunción con el concepto de reforzador positivo, el principio de
refuerzo positivo estipula que si, en una situación determinada, alguien hace algo
que es seguido inmediatamente de un reforzador positivo, es más probable que
repita la misma acción la próxima vez que se enfrente a la misma situación. Aunque
cualquiera tiene una noción de lo que es un premio o recompensa, muy pocas
personas son realmente conscientes de la frecuencia con que influye el refuerzo
positivo en su vida cotidiana.
Cada vez que hacemos algo, sea de la índole que sea, tiene consecuencias que
«nos activan», «nos desactivan» o no nos afectan en absoluto. Piense en algunos
de sus comportamientos en la última hora. ¿Les siguió inmediatamente alguna
consecuencia positiva? No siempre somos conscientes de esas consecuencias ni
de los efectos que están teniendo sobre nuestras conductas.
Es útil pensar sobre la conducta de la misma manera que lo hacemos sobre otros
aspectos de la naturaleza. ¿Qué ocurre si dejamos caer un zapato? Cae hacia la
tierra. ¿Qué le pasa a un lago cuando la temperatura desciende por debajo de 0º
C? El agua se congela. Estas son circunstancias que conocemos y que los físicos
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han estudiado en profundidad y sobre las que han formulado leyes, como la ley de
la gravedad. El principio del reforzamiento positivo también es una ley que la
psicología científica ha estudiado exhaustivamente desde principios del siglo
pasado, y sabemos que es un componente extremadamente importante del proceso
de aprendizaje. También conocemos que existen factores que determinan el grado
de influencia que tiene el principio del refuerzo en la conducta. Estos factores han
sido formulados como guías para usar el reforzamiento positivo en la consecución
de conductas deseables.
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Los reforzadores sociales incluyen palmaditas afectuosas o abrazos, elogios,
gestos de aprobación, sonrisas, incluso una simple mirada o cualquier otra
indicación de atención social.
Para casi todos, recibir atención de otras personas es un reforzador muy potente.
Operaciones motivacionales
La mayoría de los reforzadores no serán efectivos a menos que la persona haya
sido privada de ellos durante cierto tiempo antes de otorgarlos. En general, cuanto
mayor haya sido el tiempo de privación, más efectivos serán. Los dulces no suelen
ser reforzadores para un niño que se acaba de comer una bolsa entera.
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PAUTAS PARA LA APLICACIÓN EFECTIVA DEL REFORZAMIENTO POSITIVO
Ofrecemos estas pautas resumidas para favorecer el uso efectivo del reforzamiento
positivo.
1. Seleccionar la conducta que se quiere aumentar. Como hemos sugerido el
objetivo debe ser una conducta específica (como sonreír) en lugar de una categoría
general (como relacionarse). Además, si es posible, hay que seleccionar un aspecto
que pueda ocurrir bajo el control de reforzadores naturales después de la
intervención para aumentar su frecuencia. Finalmente, para juzgar con precisión la
eficacia del reforzador, es importante mantener un registro de la frecuencia de la
conducta antes del programa.
2. Seleccionar un reforzador.
a. Si es posible, hay que rellenar el cuestionario sobre reforzadores
Seleccionar aquellos que:
(1) ya estén disponibles.
(2) puedan presentarse inmediatamente después de la conducta deseada.
(3) puedan emplearse una y otra vez sin causar saciedad.
(4) cuyo consumo no requiera mucho tiempo (si para consumir el premio empleamos
media hora, reducimos el tiempo de entrenamiento).
b. Emplear tantos reforzadores como sea factible, y cuando sea apropiado, usar una
bandeja o un menú de reforzadores
3. Aplicar reforzamiento positivo.
a. Contarle el plan a la persona antes de empezar
b. Reforzar inmediatamente tras la conducta deseada
c. Describir la conducta deseada a la persona al otorgarle el reforzador (decirle por
ejemplo: «has ordenado muy bien tu habitación»).
d. Usar muchos elogios y contacto físico (si es apropiado y si son gratificantes para
los implicados) cuando se entreguen los reforzadores. No obstante, para evitar la
saciedad, hay que variar los comentarios positivos aplicados como reforzadores
sociales. No conviene decir siempre «¡bien!» (otras frases de este tipo son «muy
bien hecho», «esto está genial», «súper», «¡tremendo!»).
4. Independizar al estudiante del programa.
a. Si durante varios intentos, aproximadamente una docena, la conducta mantiene
una tasa deseable, se puede intentar eliminar gradualmente los reforzadores
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tangibles (como golosinas o juguetes) y mantener la conducta con reforzadores
sociales.
b. Buscar otros reforzadores naturales en el entorno que mantengan la conducta
una vez que se ha conseguido aumentar su frecuencia.
c. Asegurarse de que la conducta se está reforzando de vez en cuando y de que se
mantiene la frecuencia deseada, planear evaluaciones periódicas de la conducta
después de que el programa haya terminado.
REFORZADORES CONDICIONADOS
Los seres humanos contamos con la capacidad de ser reforzados por algunos
estímulos sin necesidad de que medie aprendizaje. Este tipo de estímulos o
acontecimientos, habitualmente importantes para la supervivencia o el
funcionamiento biológico, se denominan reforzadores incondicionados, es decir,
estímulos que refuerzan sin necesidad de haber sido previamente condicionados.
También se les denomina reforzadores primarios o no aprendidos, y algunos
ejemplos pertinentes serían la comida para una persona hambrienta, el agua para
alguien con sed, el abrigo para quien siente frío, y el contacto sexual para quien ha
estado privado de él. Otros estímulos que inicialmente no son reforzadores, llegan
a serlo debido a su emparejamiento o asociación con otros reforzadores y entonces
se les denomina reforzadores condicionados, porque el proceso de
condicionamiento ha sido necesario para su establecimiento.
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5. Cuando los programas implican varios participantes (como en el caso del
entrenador), hay que evitar la competencia destructiva por conseguir reforzadores
condicionados y de apoyo. Si una persona recibe un refuerzo en perjuicio de otra,
hay que considerar que ésta última podría desarrollar comportamientos agresivos o
extinguir sus conductas deseables. Por ello no es adecuado poner demasiado
énfasis en que un aprendiz consiga más reforzadores condicionados y de apoyo
que otro. Por supuesto, los participantes contarán con habilidades diferentes, pero
los efectos negativos de estas disparidades se minimizan si se diseñan programas
en los que cada cual pueda lograr refuerzos cuando su rendimiento sea acorde con
su nivel de competencia.
6. Además de estas directrices, el refuerzo condicionado ha de seguir los principios
que se aplican para cualquier refuerzo positivo.
EXTINCIÓN
El principio de extinción establece que: (a) si, en una situación concreta, una
persona emite una respuesta previamente reforzada y ahora no va seguida por una
consecuencia reforzante, (b) esa persona es menos proclive a repetir la misma
conducta cuando se vuelva a encontrar en una situación similar. Dicho de otra
forma, si una respuesta se ha incrementado en frecuencia mediante reforzamiento
positivo, el cese completo del reforzamiento causará una disminución en la
frecuencia de la misma.
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Los reforzadores presentados por otros o por el entorno físico pueden menoscabar
los esfuerzos aplicados en la extinción, pero lamentablemente, es difícil convencer
de esto a quienes no están familiarizados con los principios del refuerzo positivo y
de la extinción. Por ejemplo, si varias cuidadoras de la guardería ignoran las
pataletas de los niños y otras entran y dicen: «Oh, yo puedo hacer que este niño
deje de llorar, toma Tommy, ten un caramelo», probablemente Tommy dejará de
llorar en ese momento. Pero a largo plazo, las pataletas incrementarán su
frecuencia como consecuencia de haber reforzado esa ocasión. Como Tommy dejó
de llorar momentáneamente, será complicado convencer a la otra cuidadora de la
importancia de la extinción. En estos casos, es necesario controlar la conducta de
las personas que podrían entorpecer un procedimiento de extinción o llevar a cabo
el procedimiento en su ausencia.
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Instrucciones: el uso de reglas
Aunque no es necesario que una persona sea capaz de hablar o de entender la
extinción, es probable que sí ayude a acelerar el decremento de la conducta si se
le ha explicado desde el principio que: «cada vez que hagas X, Y [el reforzador] no
va a ocurrir más».
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característica de la extinción se ha estudiado en situaciones de laboratorio y en la
investigación aplicada.
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conducta objetivo es destructiva hacia la propia persona o hacia otras. ¿Sería
peligroso persistir con el programa de extinción si el comportamiento empeora?
Debe considerar también el entorno en que más probablemente ocurrirá la actividad
que nos interesa, ya que por ejemplo sería imposible extinguir pataletas en un
restaurante por las obvias presiones sociales existentes. Si quiere debilitar una
conducta concreta pero no puede aplicar la extinción debido a alguna de las
consideraciones expuestas, no hay que desesperar.
c. Hay que elegir una actividad de la que se puedan controlar los reforzadores que
la están manteniendo.
2. Consideraciones preliminares
a. Si es posible, registre la frecuencia de la conducta objetivo antes de empezar el
programa de extinción. Durante esta fase de registro, no debe retirarse el reforzador
de la conducta no deseable.
b. Hay que procurar identificar qué está reforzando la actividad inadaptativa para
poder retirarlo durante el tratamiento. Si no es posible, entonces, técnicamente, el
programa no tendría un componente de extinción. La historia de refuerzo de la
conducta no deseable podría proporcionar alguna idea sobre el tiempo que llevará
conseguir la extinción.
c. Es aconsejable identificar un comportamiento alternativo adaptativo que la
persona pueda realizar.
d. Identifique reforzadores efectivos para aplicarlos a la conducta alternativa
deseable.
e. Conviene seleccionar un entorno adecuado en que la extinción pueda llevarse a
cabo satisfactoriamente.
f. Hay que asegurarse de que las personas implicadas conozcan de antemano qué
conducta va a ser extinguida y cuál va a ser reforzada. Quienes van a estar en
contacto con la persona tienen que estar avisados para que ignoren las acciones a
extinguir y premien las alternativas buscadas.
3. Puesta en marcha del plan
a. La persona debe conocer con precisión cuál es el plan antes de empezar.
b. En relación con el refuerzo positivo para la conducta alternativa deseable, hay
que asegurarse de que cumple las reglas pertinentes expuestas en el Capítulo 3.
c. Después de empezar el programa, habrá que mantener la consistencia de la
retirada del reforzamiento después de todos los episodios de la conducta no
deseable y también al reforzar la actividad alternativa deseable.
4. Cómo independizar al estudiante del programa
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a. Después de que la conducta no deseable se haya reducido hasta desaparecer,
hay que estar preparados para posibles recuperaciones espontáneas.
b. Hay tres posible razones para que falle un procedimiento de extinción:
1. La atención que se retira después de una conducta inadecuada no es el
reforzador que estaba manteniéndola.
2. La conducta inadaptativa está recibiendo refuerzo intermitente de otra fuente.
3. No se ha fortalecido adecuadamente la actividad alternativa pertinente.
Si el procedimiento de intervención se está prolongando sin éxito más de lo previsto,
convendría repasar cuidadosamente estas razones.
c. En relación con el refuerzo de una actividad alternativa favorable, es aconsejable
seguir las pautas comentadas en el Capítulo 3 para independizar al niño del
programa.
EL REFUERZO INTERMITENTE
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Cualquier regla que especifique un procedimiento para reforzar un comportamiento
sólo en algunas ocasiones se denomina programa de refuerzo intermitente.
A.) RAZÓN FIJA
B.) RAZÓN VARIABLE
C.) INTERVALO FIJO
D.) INTERVALO BARIABLE
E.) INTERVALO CON MARGEN LIMITADO
F.) DURACIÓN FIJA
G.) DURACIÓN VARIABLE
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CONCLUSIONES
1. Las técnicas operantes para incrementar, instaurar y reducir conductas se
basan en los principios del condicionamiento operante o instrumental.
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RECOMENDACIONES
1. Se recomienda la Terapia Cognitivo-Conductual (TCC) como uno de los
tratamientos de elección para el Trastorno de Ansiedad Generalizada (TAG)
por su efectividad en la reducción de los síntomas de ansiedad, preocupación
y tristeza, tanto a corto como a largo plazo, aunque se deben tener en cuenta
las preferencias del paciente.
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BIBLIOGRAFIA
Mª ÁNGELES RUIZ FERNÁNDEZ - MARTA ISABEL DÍAZ GARCÍA - ARABELLA
VILLALOBOS CRESPO (2012) Manual de Técnicas de Intervención Cognitivo
Conductuales
Abelson, J.L., Weg, J.G., Nesse, R.M. y Curtis,G.C. (2001). Persistent respiratory
irregularity in patients with panic disorder. Biological Psychiatry
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ÍNDICE
INTRODUCCION ................................................................................................................................... 1
PROGRAMA DE ECONOMÍA DE FICHAS............................................................................................... 2
CONTRATOS DE CONTINGENCIAS ....................................................................................................... 4
EXPOSICIÓN IN VIVO ........................................................................................................................... 6
EXPOSICIÓN SIMBÓLICA ...................................................................................................................... 7
EXPOSICIÓN EN GRUPO....................................................................................................................... 7
DESENSIBILIZACION SISTEMÁTICA ...................................................................................................... 8
REFORZAMIENTO POSITIVO ................................................................................................................ 9
REFORZADORES CONDICIONADOS ................................................................................................... 13
EXTINCIÓN ......................................................................................................................................... 15
EL REFUERZO INTERMITENTE ............................................................................................................ 20
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