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Óptimo de Pareto
La solución que encontró a través del Óptimo viene a decir que la máxima prosperidad común
se obtiene cuando ninguna persona puede aumentar su bienestar en un intercambio sin
perjudicar a otra. O, lo que es lo mismo, si crece la utilidad de un individuo, sin que disminuya
la utilidad de otro, aumenta el bienestar social de los individuos.
El bienestar económico depende de las funciones de utilidad de los individuos que integran la
sociedad. Las utilidades, por su lado, tienen como base las cantidades de bienes que existen en
el mercado; y las mismas -las cantidades de bienes- están determinadas por los niveles de
producción y consumo de una economía.
Consecuentemente, la maximización del bienestar tendrá una estrecha relación tanto con la
utilización óptima de los recursos productivos de la economía como con las condiciones de
optimización del consumo.
En los óptimos de Pareto se entiende que los recursos están distribuidos de manera
eficiente. De hecho, la existencia de asignaciones eficientes en términos de Pareto es unos de
los principios básicos del primer teorema del bienestar. Son varios los requisitos que se
necesitan para alcanzar dicha economía de bienestar:
Suponiendo que tenemos dos personas (f1 y f2) entre las que repartir una serie de bienes. El
Punto 1 (P1) significa que se reparten más a F1 que a F2, pero se están repartiendo todos. En el
Punto 2 (P2) también se reparten todos pero se otorgan más a f2 que a f1.
En economía, el daño, pérdida o perjuicio que se causa en esos casos a otros individuos se
denomina coste de eficiencia, es lo que ocurre cuando se pasa del Punto 1 (P1) al punto 2 (P2)
o al revés. Mientras que la f2 mejora, f1 empeora. Ambos son óptimos de Pareto, porque
siempre que se intenta mejorar a uno va a empeorar el otro.
Todo lo que está por abajo de esos puntos no son óptimos, porque no se está distribuyendo
todos los recursos de manera eficiente. Los puntos por encima (como el p3) son puntos
inalcanzables con los recursos disponibles.
En el día económico existen muchos ejemplo en los que encontrar una asignación eficiente en
el sentido de Pareto se hace indispensable, muchos de ellos relacionados con la toma de
decisiones de reparto de bienes, servicios o factores de producción, como la distribución de
la riqueza en el mundo. Por ejemplo, la situación del bienestar conseguida mediante el
Óptimo de Pareto proporciona un marco extremadamente útil para evaluar las medidas de
política pública, cuyos propósitos declarados son el aumento de la eficiencia y/o el incremento
de la equidad distributiva de los recursos de un país.
También hay que destacar que el Óptimo de Pareto es una herramienta de trabajo
fundamental para muchas disciplinas como las matemáticas, pero destaca especialmente su
uso en los procesos de negociación y en lo que se conoce como teoría de juegos, en la que se
estudian las estrategias óptimas empleadas por los individuos en diferentes juegos, porque
ofrece, dentro de sus límites, parámetros claros de decisión.
Aunque lo más justo sería repartir los vehículos por igual (10 y 10), en cualquier tipo de reparto
que se haga se cumplirá la condición de Pareto, pues siempre que una empresa mejore su
dotación la otra se verá afectada negativamente. Para que uno gane siempre tiene que existir
otro que pierda, básicamente. Pese a ello, sí es eficiente pues de cualquier modo son
repartidos los 20, aunque no sea justo socialmente. No sería eficiente por ejemplo repartir 19
en total (otorgando 10 y 9 por ejemplo). Y no es posible repartir un total de 21 porque no
existen recursos suficientes.
Asignación eficiente en el sentido de
Pareto
Una asignación eficiente en el sentido de Pareto es un punto exacto de
equilibrio, lo que se traduce en que no es posible realizar un cambio
sin que este afecte al sistema económico. También se conoce a este
concepto como óptimo de Pareto o punto economía Pareto-superior.
Aunque lo más justo sería repartir los vehículos por igual (10 y 10), en
cualquier tipo de reparto que se haga se cumplirá la condición de Pareto,
pues siempre que una empresa mejore su dotación la otra se verá afectada
negativamente. Para que uno gane siempre tiene que existir otro que
pierda, básicamente. Pese a ello, sí es eficiente pues de cualquier modo
son repartidos los 20, aunque no sea justo socialmente. No sería eficiente
por ejemplo repartir 19 en total (otorgando 10 y 9 por ejemplo). Y no es
posible repartir un total de 21 porque no existen recursos suficientes.
Los teoremas del bienestar corresponden a dos teoremas fundamentales de la Economía del
Bienestar. El primero señala que todo equilibrio competitivo corresponde a un óptimo de
Pareto. El segundo teorema señala que es posible obtener cualquier asignación de recursos
que sea un óptimo de Pareto a través del mercado competitivo.
Si bien los teoremas del bienestar parecen similares, en realidad no lo son pues destacan
elementos distintos de la eficiencia y equidad. Veamos.
El primer teorema del bienestar
Ahora, el mercado competitivo no nos asegura que la distribución que resulte sea considerada
por la sociedad como equitativa o justa.
Veamos un ejemplo, suponga que la ciudad De la Mancha el litro de leche cuesta 10 euros
mientras que el litro de horchata cuesta 5 euros. Los precios se definen de acuerdo a la oferta
y la demanda en un mercado perfectamente competitivo. Luego de un par de años, el precio
de la leche cae a 2 euros debido a que entran nuevos productores al mercado y es también
más fácil importar leche de otros países. Los ingresos de los productores de leche caen de
manera significativa mientras que los de los productores de horchata se mantienen.
En otras palabras, este teorema nos indica que el mercado es una excelente herramienta para
lograr la asignación que consideramos más equitativa.
Veamos un ejemplo, suponga que el gobierno considera que es muy injusto que los
productores de leche ganen menos que los de horchata y decide fijar por ley el precio de la
leche en 20 euros. De acuerdo al segundo teorema del bienestar esto es un error. Si queremos
lograr una asignación de los recursos más equitativa pero a la vez eficiente debemos utilizar el
mecanismo de mercado. Esto es, no interferir en los precios sino que entregar directamente
más ingresos a los productores de leche.
Los teoremas del bienestar son un elemento clave para la asignación eficiente de los recursos
con los que cuenta una sociedad.