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Hbeiee se REVISTA PERUANA CF AnsrRALE NP (2009), pp. 43-54 2a. Narae Amprimo PLA) Arbitraje institucional o arbitraje ad hoc BEEEEEEEEEE eee -ee Pee eee See eee eee He Elarticulo 7° del Decreto Legislativo N° 1071, Decreto Legislati- vo que norma el arbitraje, precisa que el arbitraje “(...) puede serad hoc o institucional, segin sca conducido por el tribunal arbitral directamente u organizado y adminiserado por una institucién arbicral’. El arbitraje ad hoc, que también es conocido en la doctrina como arbitraje no administrado, es aquel en el que las partes encargan su administracién al propio tribunal arbicral y que se realizaré contorme a las normas fijadas por este tiltimo 0 acordadas por las parces. Es decir, las partes, en ejercicio del principio de libertad que inspira al arbitraje, podrén sefialar vélidamente las normas procesales que rijan el arbitraje, siempre, claro esté, que ellas no vulneren el principio de igualdad (que exige que las partes reciban un trato equitativo y que cada una de ellas tenga la oportunidad de exponer su postura), confor me lo puntualiza el articulo 23° del Decreto Legislativo N° 1071 (en lo sucesivo: Ley peruana de Arbitraje). Por el contrario, nos encontramos ante un arbitraje institucional, conocido por miltiples tratadistas como arbitraje administrado, cuan- do las partes encargan a una institucién arbitral el apoyo e intermedia cin en la relacién principal entre las partes y los &rbitros, as{ como en la (Socio Principal de Amprimo Abogados Sociedad Civil de Responsibilided Limitada, Miembro del Club Espaiol del Arhitraje. Profesor de Derecho Consttucional en la Facultad de Derecho de Is Universidad de Lima. Presidente del Instituto Peruano de Duet Planer News Auerivo Pua regulacién, por voluntad expresa o defecto de acuerdo de aquéllas, de situaciones diversas al interior del proceso, sin que ello pueda itnplicar (que la institucién arbitral pueda tener injerencia en las apreciaciones de hecho y de derecho que formulen los érbitros, ni en las resoluciones Jaudos que éstos étimos emitan(), En buena cuenta, el arbitraje insti- tucional se sostiene en tres pilares: institucién arbitral, administracién del arbitraje y normas reglamentarias. Sin embargo, como lo sefiala ALONSO Putc, constituye una im- precisi6n; por ejemplo, el definir el arbitraje institucional como aquel en el que, simplemente, ls partes se someten a un reglamento de arbi- traje, 0 en el que interviene una institucién arbitral; como también es una imprecisi6n, por ejemplo, el definir el arbitrajead hoc como aquel cen el que las partes designan, directa 0 indirectamente, 2 los érbitros, ‘0 como el arbitraje en que aquellas diseftan el procedimiento ea el convenio arbitral, Ello porque en todos estos casos la nota supuesta- mente definitoria de uno u otro tipo de arbitraje realmente no es tal, toda vez que no sirve para diferencia ambas figuras, pues tiene cabida en cualquiera de ellas. Asi, es perfectamente posible “(...) que las partes no-hagan men- ci6n alguna a los érbitros en un convenio de arbitraje ad hoc (el finico requisito constitutivo del convenio arbitral es la voluntad de las partes por escrito de someter una controversia presente o furura a arbitraje), como es perfectamente posible que las partes nombren a los érbitros en tn arbitraje institucional, directamente o encomendando dicha desig- nacién a un tercero distinto de la instivucién arbitral. También, es per- fectamente posible que las partes, en un arbitraje ad hoc, no disenen nada del procedimiento arbitral en el propio convenio (¥. gr. ‘toda con- troversia derivada de este contrato ser resuelta mediante arbitraje’), tan posible como que las partes, al pactar un arbitraje institucional, ha- yan incluido, ademas, en el convenio normar sobre ese disefio. Es per- fectamente posible, ademas, que las partes de un arbitraje ad hoc estén © Da Acuna Ruz Dr Sovocuncio, Paolo, "Arbitaje institucional oatbittaje ad-hoc {He aki el dilema?", en: Revita Pomana de Arbisgje, N° 1, Editora Juridica Grey, ima, 2005, p- 235, LW eo Psy ce ann se9 — Anais wariuciona © AremAIE 49 HOS sometidas a un reglamento de arbitrajes y es perfectamente posible, por titimo, que una institucién arbitral intervenga en un arbitraje ad hoc sin que éste deje de serlo”@), Por tales motivos, hay que puntualizar que la esencia del arbitraje institucional es la administracién del arbitraje por una institucién arbi- tral conformea un conjunto de normas, conocidas generalmente como Reglamento de Arbitraje, Esta aclaraci6n es importante, debidoa que, con frecuencia, se habla de arbicraje institucional cuando, en realidad, se estd ante lo que podrfamos denominar un “also arbiteae institucio- nal”, en vista a que alguno de los mencionados tres elementos sobre los ue se sostiene el arbitraje institucional (institucién arbitral, adminis- tracién del arbitraje y normas reglamentarias) no existe. En tal supues- to nos encontramos en realidad ante un arbitraje ad hoc. a ° ” ‘A efectos de explicar mejor el tema, mencionemos algunos ejemplos: Jas partes se someten a.un reglamento de arbitraje que no es de una institucién arbitral, al amparo de fa norma contenida en el articulo 6°, apartado b), de la Ley peruana de Arbicraje, segiin la cual cuando una disposicién del Decreto Legislative N° 1071: *! refiera al convenio arbitral 0 cvalquier otro acuerdo entre las partes, se entender que integran su contenido las disposiciones del reglamento de arbitraje al que las partes se han sometido”, Como ocurre con Ia Ley espatiola de Arbitraje), que contiene una norma similar en su articulo 4.b), cuando el articulo 6°, apar- tado b), de la Ley peruana de Arbitraje hace referencia alas “dis- posiciones del reglamento de arbitraje” no piensa s6lo en el arbi- traje institucional, pues ello abarca no s6lo a los reglamentos de arbitraje de las instituciones arbitrales, sino que también incluye a ALONSO Puc, José Maria, “El Arbiuaje [nstitucional, en: Comentarios « la Ley de Arbitaje, coyos compiladores son De Maxi Musoz, Alberto y Santiago Firrxo ‘Aniaa8KO, Marcial Pons Ediciones Jurdicas y Sociales S.A., Madrid, 2006, p. 680. Por ejemplo, el Reglamenso de Arbitraje del Centro de Arbitraje de fa Cimara de ‘Comercio de Lima, Ley 60/2003, del 23 de diciembre de 2003, wd Ud News Anrravo PUA b) cualquier otro elaborado por un tercero para ser utilizado en un arbitraje ad hoc, Es decir las partes podrian someterse a determi nado reglamento de arbitraje y, sin embargo, no encomendar la administraci6n del arbitraje a una institucién, en cuyo caso el re~ fetido reglamento de arbitraje formar parte del convenio arbitral © del acuerdo celebrado entre las partes a que se refiere el mencio- nado apartado b) delarticulo 6°. Estamos ante lo que un sector de la doctrina conoce como arbitraje semiorganizado 0 arbitvaje ad hoc reglamentado®. En ese sentido, los reglamentos de arbitraje destinados a ser utili- zados en arbitrajes ad hoc son reglamentos que no implican la encomienda de la administracién del arbitraje a una institucién arbitral(9, Son instrumentos que las partes, que desean wn arbitraje «ad boc, utilizan para ahorrarse el trabajo de tener que convenir, punto or punto, el disefio de un procedimiento que ya esté configurado, al que, sin embargo, pueden introducir aspectos puntuales 0 dispo- ner que determinadas previsiones no sean aplicadas(). Ls partes encomiendan una actividad a une institucién arbitral sin someterse a su reglamento de arbitraje, al amparo de la norma con- tenida en el articulo 6°, apartado a), de la Ley peruana de Arbitraje, segén la cual cuando una disposicién del Decreto Legislativo N° 1071: “Deje a las partes la facultad de decidir libremente sobre un asunto, esa facultad comprenders Ia de autorizar a wn tercero, in- cluida una instituci6n arbitral, a que adopte una decisiGn’”. No hay nada que impida que las partes puedan decidir libremente encargar una actividad a una institucién arbitral, pese a no some- terse al reglamento de arbitraje de esta tlkima. En ese sentido, por ° © Mrnuvo Mencia, José Fy José Maria Cui Mrbava, Tratado de Derecho Arbi- tral, Tercera EiciGn, Feito Aranzadi S.A., Navars, 2006, pp, 958-960. ALONSO PUG, José Maria, El Arbitraje Institucional op ts p, 685 Un teglamento de arbitraje muy conocido, elborsdo de maners especial pata arbitra jes ad bo, es el que la Comisi6n de las Nacioses Unidae pata el Derecho Mercantil Invemaciom! (conocido como CNUDMI 0 UNCITRAL) eprob el 28 de abril de 1976y cuya utizaviOn fuera recomendads por Resolueign 31/98, del 15 dediclembre de 1976, dela Asombles General de Naciones Unidas, que se excuentra disponible en ‘wncuncita org Aoernae NaMJCONAL © ARATE AO HOC ejemplo, las partes podrian delegar a un tercero 0 a una institu- cién arbitral el procedimiento para la designaci6n de los érbitros, lo relativo al ntimero de drbitros, 0a las causales y procedimien- tos de recusacidn de los érbitros, por mencionar algunas posibili- dades. Sobre esto tiltimo, si bien es total y absolutamente licito que las partes convengan, dentro de un arbitraje ad hoc, que un tercero o una institucién arbitral decidan sobre estas materias, babe que esperar, en cada caso, la aceptacién de los elegidos para curmplir el encargo®. TELL LLL Penne ©) Laspartes encomiendan la administraci6n del arbitraje a un verce ro que noes una instituci6n arbitral, al amparo de la norma conte- ida en el articulo 6°, apartado a), de la Ley peruana de Arbitraje, segin la cual cuando una disposici6n del Decreto Legislativo N° 1071: “Deje a las partes la facultad de decidir libremente sobre un asunto, esa facultad comprenderd la de autorizar a un tercero, in- cluida tna instituci6n arbitral, a que adopte una decisién’. Sibien la Ley peruana de Arbitraje establece, en el apartado 2 de su amticulo 7°, que “Las instivuciones arbitrales constituidas en e! pais deben ser personas juridicas, con o sin fines de lucro”, y no prevé de manera expresa la posibilidad de que las partes le encarguen aun tercero, que no es una institucién arbitral, la administraci6n del arbitraje, debemos se- falar que esto sltimo es perfectamente vélido pues la Ley peruana de Arbitraje si contempla la posibilidad de que las partes otorguen a un tercero, distinto a una institucién arbitral, la facultad de decidir libre- mente sobre un asunto sobre el que ellas tengan la facultad de pactar. Deesta forma, no hay nada que impida que, por ejemplo, las par- tes de un arbitraje ad hoc le encarguen aun tercero, distinto a una insti- rucién arbitral, ya sea en un salo momento o en vatios sucesivos, no s6lo decidir sobre alguno de los asuntos sobre los que ellas pueden con- yenis libremente sino, incluso, sobre todos ellos, lo que implicarfa que, en la préctica las partes le habrian encargado vilidamente a este tercero © Noes extrafo que las instituciones arbitrales acepren el encargo de nombramiento de los irbitras, ai como los relatives alas recusaeiones, remociones o sustivuciones de los irbitros, con lo que se supera uno de los principales probleinis que presenta el wiraead | Nae Aura Pua ~que podria ser una persona natural y, por lo tanto, no poder ser recono- cido como institucién arbitral, la administraci6n del arbitra. Sin em- bargo, en este supuesto no estarfamos ante un arbitraje institucional sino ante uno ad hoe, por ausencia, justamente, de una instituciGn arbitral(), Antes de analizar las ventajas y desventajas que presenta el atbitraje institucional en su comparacién con el arbitraje ad hoc, creemos oportu- no precisar que la Ley peruana de Arbitraje establece como regla general que, a falta de designacidn de una instieucién arbitral, se entenderé qui el arbitraje es ad hoc. Igual regla a favor del arbitraje ad hoc se aplicars, conforme lo contempla el apartado 3 del articulo 7° del Decteto Le- gislativo N° 1071 y salvo que las partes hubieran pactado expresamen- te lo contario: i) cuando exista designacién que sea incompatible 0 contradictoria entre dos 0 més institucioness ii) cuando se designe a una institucin arbitral inexistente; y, fii) cuando la insticucién desig- nada no acepta el encargo. En cuanto a la interrogante que surge al momento de redactar un convenio arbitral, en el sentido de qué es preferible, si un arbitraje institucional o uno ad hoc, debemos sefialar que no hay una respuesta a priori ni unfvoca en la doctrina, pues las ventajas reconocidas al arbitra- je (tales como su flexibilidad, su rapidez, la especializaci6n de los tb tros o la confidencialidad del proceso, por mencionar algunas) las po- demos encontrar tanto en el arbitraje institucional como en el ad hoe. Respecto a esto diltimo, CoRDON MORENO afirma: Ciertamente en el arbitraje ad hoc las partes eligen a los ar- bitros pensando en sus coneretas y determinadas circuns- tancias y, sobre todo, en Ia confianza que les merecen. Pero lo mismo ocurre en el institucional: las partes eligen -o pue- den elegir— Ia institucién que por su experiencia y prestigio les merece mayor confianza; es decir, la que a través de su actividad diaria ofrece garantias de gesti6n eficaz y neutrali- dad acreditada. La institueién arbitral vigilaré el procedi- miento arbieral en todas sus fases, respaldando el laudo con Ia autoridad y prestigio no sélo del eventual étbitro que lo © Atonso Pure, José Maria, EI Arbinnaje Insttucional, op. cits 9. 688 ( -— ARR RAE SSUCONAL 0 ARBTRALE AO HOC dicta, sino, también, de la institucién en cuyo marco se ha Ievado a cabo el procedimiento. Por lo demés, en este tipo de arbitraje los problemas que pueden presentarse en el de- sarrollo de la funcién arbitral se resuelven casi automticae mente, al existir un cauce previamente establecido (gg por lo tanto, conocido) en el reglamento de la institucién 0 aso- ciacin arbitral institucién que, por otra parte, es una enti- dad que dispone de servicios y medios adecuados para faci- licar el arbieraje, a tendencia a favor del arbitraje institucional es cla en el arbitraje internacional, aunque, como se ha puesto de mani- fiesto en ha doctrina, el arbitraje.ad hoe subsiste, especialmen- teen los grandes contenciosos, en los que as partes disponen de la infraestructura necesaria y desean mantener en sus ma- nos el control del procedimiento arbitral y, sobre todo, el sigilo con el que quieren que sea Ilevado el asuntot. En cuanto a las ventajas que presenta el arbitra institucional, la doctrina ha reconocido tradicionalmente las siguientes: La especializacién de la instivucién arbitral en la prestacién de los servicios arbitrales, al ser conocedora del fenémeno arbitral. Es por ello més cémodo y eficaz el acudira una institucién arbitral, en la que, en buena cuenta, tenemos una suerte dearbibsje prefabricado,cn el que casi todo se encuentra previsto, desde la misma redaccién de la cléusula modelo de arbitraje. 69 Conpen Moreno, Faustino, BL Arbitraje de Derecho Privado, Editorial AranzadiS.A. ‘Navarra, 2005, pp. 81 y 82. 0 Lease: Di Acuna Ruiz De Sovocuncio, Paolo, Arbitrje institucional o arbitaje ad-hoc éHle abi el dilemat, op. ets pp. 234-263, Auonso Puro, José Maria, El ArbitaieInstitucional, op. cits pp. 690-692. Reprans, Alan, Martin Hures, Nigel Buackasy y Constantine Paxrasies, Teorey rita del Arbieaje Comercial Internaciana, Ealtoral Aranaadi.A.y Navarra, 2006, pp. 116-120. ‘Mizino Mracnn, José Fy José Marfa Caton Mepis, Thatado de Derecho Arbita, ppt Nanas Avago PLL vie oy El Reglamento de Arbitraje de una institucién arbitral se ha ido perfeccionando en el tiempo, con motivo de les revisiones perié- dicas en ls que participan expertos en arbitraje. Ademés, una de Jas principales ventajas que ofrece el arbitraje institucional es la incorporaci6n automatica de su reghamento, lo que adquiere una importancia considerable en situaciones en las que se produce la rebeldia de alguna de las partes. 1a instituci6n arbieral cuenta con personal capacitado para levar adelante el arbitraje, lo que permite que éste se desarrolle de la forma més ordenada posible, pues se tiene un servicio administra- tivo de apoyo experimentado que resulta muy til. El prestigio de la instituci6n influye favorablemente a la hora de buscar ejecutar el laudo ante los drganos judiciales Se evita el nombramiento judicial de los érbitros. Sobre esto dlti- mo hay que sefialar que la Ley peruana de Arbitraje ya no con- templa la designaci6n de arbitros por la via judicial, como sf lo hacfa la anterior Ley General de Arbitraje, Ley N° 26572. Ahora se prevé la designacién, a falta de acuerdo entre las partes, por parte de la respectiva Cémara de Comercio (articulos 23°, 24° y 25° del Decreto Legislativo N° 1071) En algunos casos, la institucién arbitral, sin comentar el fondo del laudo ni interferir en modo alguno en la decisién del tribunal arbitral, efectiia una revisién del proyecto de laudo, a efectos de cerciorarse que el tribunal arbitral haya decidido todas las cues~ tones que fueron puestasa su consideraci6n. Esta suerte de “con- trol de calidad” del laudo la encontramos, por ejemplo, en el arti- culo 27° del Reglamento de Arbitraje de la Cémara de Comercio Internacional (CCD), segiin el cual “Antes de firmar un Laudo, el Tribunal Arbitral deberi someterlo, en forma de proyecto a la Cortelt, Esta podré ordenar modificaciones de forma y, respe- La Cone Internacional de Arbitrje de la Cémars de Comercio Intemacional es el centro de acbitrajesdsctto «la CCI, euyos miembros son nombrados por el Consejo “Mundial dela CCI. Cualquie informacién sobre la Core Incerasionsl de Arbitsaje de ls CCI se encuentra en woreciccarbitration.or — Araneae nsmucona, 0 anampase Ao Woe tando la libertad de decisién del Tribunal Arbitral, pode llamar su atencién sobre puntos relacionados con el fondo de la controver- sia. Ningéin Laudo podré ser dictado por el'Tribuoal Arbitral antes de haber sido aprobado, en cuanto a su forma, por la Corte”, Adicionalmente, para el caso del Pert, habria que sefialar que, si bien los laudos -ya sean fruto de un arbitraje ad boc 0 de uno institucional- se inscriben en el Registro de Predios conforme con el articulo 9° del Reglamento de Inscripciones del Registro de Predios, aprobado por Resolucién de la Superintendencia Nacional de los Regis- tros Piiblicos N° 248-2008-SUNARP/SN(), publicada en el Diario Oficial E! Peruano ef 30 de agosto de 2008, la Segunda Disposicién Complementaria de la Ley peruana de Arbitraje dispone que “Las ins tuciones arbitrales podrén celebrar convenios de cooperacién con ins tuciones pablicas y privadas a efectos de facilitar la ejecucién de medi- das cautelares 0 de laudos a cargo de tribunales arbitrales en el marco de este Decreto Legislativo”, lo que, sin lugar a dudas, otorga una ventaja al arbitraje institucional. En cuanto a ls desventajas del arbitraje institucional, debemos in- dicar que se menciona lo relativo a los honoratios y gastos del tribunal arbitral y de a institucién arbitral, que se fijan en base a una tabla que los determina tomando en consideracién la cuantia de lo que se discute, por lo que, cuando nos encontramos ante un reclamo de valor considerable, es prudente analizar si no es mejor recui Por otra parte, como lo precisan REDFERN, HUNTER, BLACKABY y PARTASIDES, muchas veces los plazos impuestos por los reglamentos institucionales suelen resultar demasiado breves y, por ende, poco realstas, Blaniculo 9 del Reglameuto de Inscripciones del Registra de Predios sefale: “Articulo 9 Inseripcion en mérito a laudo abiteal Los laudos se inseriben en mérito de le copia certiicada de is respectiva resolucisa arbitral, con I constancia de la notiiceciOn a que se refer el artful 39° del Deereto Legislativa N* 1071 que norma el Arbitraje, El Registrador no podré evaluar la competencia dei Tribunal Arbitral o Arbitro Unico para luda, el contenido del laudo, nila capacidad de los arbitros pata ejecutarl. ‘Tampoco podri calificar la validex del acuerdo arbitral nl su correspondencia con el ‘contenido det laudo". roonrece cesses EB | cn Ao PA sobre todo si una de las partes es un érgano estatal que, por ser parte del Estado, muchas veces requiere mayor tiempo para lograr la aprobacién de decisiones de cierta importancia, $i bien no es infrecuente que en tales casos la instituci6n o el tribunal arbitral concedan una prérroga de los plazos, ello implica tener que solictarla desde el inicio del arbitraje, lo que, sin lugar a dudas, no es la mejor forma de empezar(H, En cuanto las ventajas que ofrece el arbitraje ad hog, hay quue men- cionar que, sin lugar a dudas, las principales son: una mejor confidencialidad y una mayor flexibilidad, de forma que se pueda disefar un procedimien- to que resulte més justo para ls partes(), Ello genera que muchas ve~ ces los arbitrajes en los que participa el Estado se opte por un arbitraje ad hoc y no por uno institucional. Obviamente, el arbitraje ad hoc supo- ne ina mayor atencién en su estructuraci6n, por lo que la cléusula arbi tral deberd ser redactada con mucho cuidados ademés, de mucha imag naci6n para evitar los efectos de situaciones imprevisibles. Su principal desventaja es que, en gran medida, para la plena efec- tividad del arbitraje ad hoe se va a requerir la cooperacién de las partes y sus abogados, ademas del respaldo de un éptimo ordenamiento jurfdico en el lugar del arbitraje; toda vez que, como sefialan REDFERN, HUNTER, BLACKABY y PARTASIDES, de manera general: “Es facil negarse a designar un arbitro, 0 recusar a uno de los arbitros por razones de imparcialidad, o plantear cuestiones jurisdiccionales y asi demorat el proceso arbitral. Si una de las partes se comporta de manera dificil u obstinada al co- mienzo del proceso cuando no hay un tribunal arbitral constituido y si ‘no hay reglamento aplicable, sera dificil resolver la situaci6n. En estos casos seri preciso recurrir a las disposiciones legales disponibles para obtener el respaldo necesario. En caso que una de las partes no se aten- g2 a cumplir su funcién en el proceso, el atbitraje ad hoc sélo podré realizarse de manera tan fluida como un arbitraje institucional si existe un tribunal arbitral y se ha establecido un reglamento adecuado”'!9. (9 Reprens, Alan, Martin Hunres, Nigel Buacsaiy y Constantine Paxrasines, Teorey pritica del Arbieraje Comercial Intemacional, op. ct; p. 118. 05 Es como confeccionar un vestide ala medida y no comprar uno en see (6 Reprens, Alan, Martin Hunres, Nigel Buactasy y Constantine PaKrass, Teorey ‘prkcica del Avbiteaje Comercial lmernscional, op. its p. 120. BEI eos Peruse Arornnse No — Ansrmase nsmucionss © anatase 40 HOC Respecto a esto diltimo, sin lugar a dudas la actual Ley peruana de Arbiteaje introdujo mejoras sustantivas respecto de la normativa que le precedi6, por cuanto, como ya se dijo precedentemente, evita el tener que recurrir a la via judicial para designar a los érbitros, asi como para resolver lo relativo ala recusaci6n de éstos y, ademés, contempla en su articulo 30° una solucién a la posibilidad de que se produzca lo que se conoce como “tribunal trunco”, que se genera cuando un érbi- tro se ve impedido de ejercer sus funciones, o por cualquier motive no fas ejerce dentro de un plazo razonable, o cuando se rehiisa a partici- | 4 b) par en has actuaciones o esta reiteradamente ausente en las delibera- iones del tribunal arbitra. Ast: Encaso que un arbitro se vea impedido de ejercer sus funciones, 0 por cualquier motivo no las ejerza dentro de un plazo razonable, el apartado 1 del articulo 30° de la Ley peruana de Arbitraje nos indica que, si existe desacuerdo entre las partes sobre la remocién del arbitro y no han estipulado un procedimiento para salvar di« cho desacuerdo o no se encuentran sometidos a un reglamento arbitral, se procede conforme lo contempla su articulo 29°, sien- do la decisién que se adopte definitiva e inimpugnable. En caso que un érbitro se rehtisa a participar en las actuaciones 0 esté reiteradamente ausente en las deliberaciones del tribunal ar- bieral, los otros arbitros, una vez que hayan comunicado dicha decision a las partes y al arbitro renuente, estan facultados para continuar con el arbitraje y dictar cualquier decision e incluso el mismo laudos no obstante, la falta de participacidn del érbitzo re- nuente, salvo acuerdo distinto de las partes 6 del reglamento arbi- tral aplicable, En caso decidiesen no continuar con el arbieraje(™) o ‘Como lo haa hecho notar Catuanias SaLavEnty y Catvano, la Ley peruana de Arbi- twaje contiene un error en el apartado 3 de sv articulo 30°, cuando indica: “Si en eval- {uier momento, los otros dabitros deciden continuar com elarbiersje(..)", cuando lo que deberia decires: “$i en cualquier momento, los otros érbitros no deciden continvat conc arbtraje(..)". Cantunkias Sataveany, Fernanda y Roque. Cavan, “La Nueva Ley de Arbitraje Peruana: Un nuevo salto 4 ls modernidad”, en: Revista Peruana de Arbiteaje, N° 7, Magma ediciones, Lies, 2008, pp. 3 64. | | | | [ Naraue Avro Pu sin la participaci6n del érbitro renuente, notificardn su decisién alas partes y, en tal supuesto, cualquiera de ellas podré solicitar ala institueién que efectué el nombramiento, o en su defecto, a la Camara de Comercio respectiva la remocién del drbitro re- nuente y su sustitucién, Finalmente, coincidiendo con MERINO MERCHAN 'y CHILLON ‘MeDina, habria que sefalar que a pesar de las facilidades oftecidas por las instituciones permanentes del arbitraje, no se puede negar la impor tancia del arbitraje ad hoc, que es ampliamente utilizado. La diferencia entre un arbitraje ad hoc y uno institucionalizado podrfa asimilarse a la distincién que hay entre una produccién arzesanal yuna industrial, sistematizada y preorganizada. Sin lugar a dudas, el arbitraje ad hoc conserva los principios inspiradores del arbitraje, concebido como una institucién de paz, que intenta principalmente generar un clima de confianza entre las partes y los érbitros, de forma tal que se busca més que aun juez, aun notable, a un amigo comtin o aun sabio(®), (08) Mennso MenciAn, Jose Fy José Ma op. cits p. 956 InLON Mensa, Trade de Derecho Arbiorel, EP) su Parvaz of Araozase Ne 9

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