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SEBAD

Seminario Bíblico de las Asambleas


de Dios

Materia
Antiguo Testamento III

Maestro
Pastor Arturo Espinel

Alumno
Rubén Darío Cuenca M.

Tema
Análisis del libro de Oseas

Fecha
11-07-2009
INTRODUCCIÓN

Oseas fue uno de los cuatro “profetas escritores” (profetas cuyas profecías fueron escritas
y preservadas para nosotros en la Biblia) que vivieron en el siglo VIII a. de J.C. Esos cuatro
fueron (en orden aprox. cronológico): Amós y Oseas, que profetizaron en Israel, el reino
del norte, e Isaías y Miqueas, que profetizaron en Judá, el reino del sur.
Vivieron en tiempos de afluencia comparativa en Israel y en Judá. Esta afluencia, sin
embargo, no era compartida. Los ricos y poderosos se hacían más ricos y más poderosos a
costa de los pobres y vulnerables. Todos los profetas hablaron de esta situación, pero
tenían diferentes énfasis. Mientras que Amós se concentró en las injusticias sociales del
pueblo, Oseas hizo hincapié en su infidelidad a Dios y en su idolatría.

EL MATRIMONIO DE OSEAS Y SU MENSAJE

El criterio adoptado en este comentario es el tradicional: Oseas se casó con una esposa que resultó
ser infiel. Ella lo dejó, pero Oseas la tomó de nuevo.
Véanse en Oseas 3:1-5 las razones para sostener este criterio.

1:2, 3 Oseas se casa de acuerdo con las instrucciones de Dios


Hay gran énfasis en estos vv. En una palabra que significa “prostitución” o “fornicación” (es decir,
cópula sexual impropia). Lit., el v. 2 dice: “Toma para ti una esposa de prostitución e hijos de
prostitución, porque la tierra se ha entregado toda a la prostitución apartándose de JEHOVA.” El
significado directo sería “casarse con una prostituta-fornicaria...”, pero es improbable que a Oseas
le hubieran ordenado hacer algo tan en contra de la ley (véase, p. ej. Levítico 21:13-15;
Deuteronomio 22:13-21). Tal vez, por eso, significa: “Cásate con alguien que viene de una situación
en la que la prostitución es normal” o (más probablemente) “cásate con alguien que resultará ser
una prostituta”. En otras palabras, Oseas, mirando en retrospectiva su matrimonio roto, considera
que fue la voluntad de Dios que él se casara con tal persona.

Hijos de prostitución (fornicación) puede sencillamente describir la situación en la que nacieron (es
decir, hijos que crecerían entre prostitutas/fornicarias, etc.), o puede significar “nacidos a una
mujer que es prostituta/fornicaria”. Algunos piensan que Oseas no era el padre, pero esto es
improbable. Cuando menos podemos estar seguros de que el primer hijo fue de Oseas (el v. 3 dice
que Gomer le dio a luz un hijo).
Como con muchos pasajes en los que hay incertidumbre, podemos estar seguros de los hechos
básicos: Oseas se casó con alguien que actuó inmoralmente cuando menos después del
matrimonio. Esto es importante para la analogía con Israel y Dios (3b), pero la naturaleza exacta de
la inmoralidad no es importante. Tal experiencia iba a darle a Oseas un entendimiento más
profundo del amor de Dios por Israel, y una manera más eficaz de comunicar eso a sus
compatriotas israelitas que lo que las palabras solas pudieran haber hecho.

1:4-9 Tres hijos con nombres proféticos


Gomer, la esposa de Oseas, tuvo tres hijos: un hijo, una hija y después otro hijo. El primero fue
llamado Jezreel, el nombre de una llanura entre las montañas de Samaria y Galilea y un
prominente campo de batalla en Israel. El nombre es un recordatorio de “los hechos de sangre de
Jezreel” una expresión que a menudo significa matanza o delito de sangre. Había habido más de
una masacre en este lugar. Aunque Jehú fue autorizado para aniquilar la casa de Acab, el fue más
allá de su cometido. Sus motivos fueron influidos por interés propio, y finalmente fracasó en
controlar la adoración a Baal. Es beneficioso notar que la promesa de 2 Reyes 10:30
No impidió que Jehú incurriera en la ira y el juicio de Dios. Ser un instrumento del juicio de Dios
debe inspirar temor.
El juicio de Israel es que serán derrotados en el lugar donde el pecado fue cometido; el castigo está
de acuerdo con el crimen. El arco de Israel significa la fuerza militar de la nación. Jezreel es un
nombre especialmente útil porque significa un momento particular del pecado de Israel que
representa la totalidad del pecado de la nación; significa “Dios esparrama” o “Dios siembra”, es
decir, tiene un significado negativo o positivo (Oseas 1:11; 2:22, 23); y suena muy parecido a
“Israel” en heb., lo que satisface el amor de los escritores hebreos por los juegos de palabras.
Lo-rujama es el nombre de la hija de Gomer (posiblemente no de Oseas, puesto que no dice “le
dio a luz una hija”, pero no podemos estar seguros de esto). Rujama tiene conexión con la palabra
‘matriz’, e indica la clase de cálida compasión que una madre tiene por su hija. El AT a menudo
habla de Dios en esta manera (p. ej. Oseas 14:3; Proverbios 28:13), pero aquí se anuncia que él ya
no tratará con Israel de esta manera.
El nombre del tercer hijo, Lo-ammí (‘no-mi-pueblo’) significa la más devastadora palabra de juicio.
Israel ya no es más el pueblo electo de Dios.
Los eventos de su historia de salvación —el éxodo de Egipto (Oseas 12:9, 13), el paso del mar Rojo,
las peregrinaciones por el desierto, la conquista de Canaán— todos fueron negados (cf. también
esos lugares donde se habla de un regreso a Egipto, p. ej. Oseas 8:13; 9:3, 6; 11:5). Por supuesto,
todavía está abierto a que los individuos sean fieles a Jehovah y encuentren aceptación (como
muchos extranjeros lo hicieron a lo largo de la historia de Israel, incluyendo a Rut y a Rajab). Y,
como veremos, el camino de regreso a Dios todavía está abierto (Oseas 11:8, 9; 14:1-7).

2:2-13 Profecía de juicio: castigo para Israel, la esposa infiel


Los vv. 2 y 3 están dirigidos a los hijos de Oseas. Los imperativos forman un abrupto nuevo
comienzo, y el contenido de la primera oración tiene el propósito de dar al lector u oyente una
sacudida. Es la primera vez que nos encontramos con una referencia al desacuerdo entre Oseas y
Gomer. Es claro, conforme continúa el discurso, que no es tanto Gomer la que está en mente, sino
el pueblo de Israel, ahora rechazado como esposa de Dios. Esta audaz representación es muy
extraordinaria cuando recordamos la religión de los vecinos de Israel, porque se pensaba que Baal
tenía una diosa consorte, Asera. Oseas, en efecto, dice que Dios tiene una consorte, el pueblo de
Israel. El matrimonio es metafórico, por supuesto.
La palabra que se traduce como acusad (2) es la usada en las demandas legales. Mucha de la
descripción de Oseas refleja las disputas legales que tenían lugar en la puerta de la ciudad.
Que quite sus fornicaciones [ “prostituciones”] de delante de su cara y sus adulterios de entre sus
pechos bien puede referirse a formas específicas de ornamentos asociados con las prostitutas (. v.
13). El sentido es, entonces, “que se quite las señas de sus infidelidades, no sea que yo la desnude
por completo” (2b, 3a).
El v. 3b implica que Israel regresaría al desierto, el tiempo antes que Dios hubiera cumplido su
promesa de hacer de ellos su propio pueblo en su propia tierra. Sus hijos (4) son los miembros
individuales del pueblo de Israel (véase también sobre 1:2).
Israel ha actuado como prostituta. La implicación es que ha tenido muchos amantes. Esto se refiere
a la prostitución de Gomer con otros hombres, y también a los intentos de Israel por ganar el favor
de otros dioses. En ambos casos asumió equivocadamente que las buenas cosas que disfrutaba
venían de ellos. La respuesta de Dios a esto no es la de destruir a Israel inmediatamente, sino
iniciar un programa de educación (6, 7a). Una serie de descripciones la muestra experimentando
barreras de varias clases (espinos, vallado), yendo tras ellos sin alcanzar a sus amantes, buscando,
pero sin encontrarlos. Esto la lleva al punto crucial del procedimiento (7b): comprende que estaba
mejor con su primer esposo Jehovah, y regresa a él. Por supuesto, la tribulación viene al justo y
también al malvado (cf. Salmo 44:17-22; Juan 16:32, 33), pero una nación o individuo que
experimenta desgracia y fracaso necesita preguntar si Dios puede estar tratando de decirles algo
(cf. Amós 4:6-11).

2:14-23 Promesa que sigue al juicio:

Cortejo a la esposa infiel para que regrese


En los versículos previos Dios actuó en juicio sobre su pueblo infiel, para traerlos a la razón de que
podrían regresar a él. Aquí la figura es la de un amante atrayendo a su amada para que regrese,
hablándole tiernamente y dándole regalos (14, 15, 22), y protegiéndola del ataque de animales
salvajes o de humanos (18). Es un nuevo comienzo: Israel y su esposo en el desierto de nuevo, sin
distracciones, desposados para siempre... en justicia y derecho, en lealtad y compasión. E Israel
reconocerá [conocerás] a Jehová. Esta palabra a menudo lleva un sentido de intimidad, y puede
incluir “reconocimiento” (Oseas 6:3, 6; véase también en 4:6; 13:4, 5).
Responderé (21) debe entenderse a la luz de la respuesta de Israel a Dios en el v. 15, donde se usa
el mismo verbo y debe traducirse como “Allí responderá...” De hecho, los vv. 16-20 pueden ponerse
entre corchetes y considerarse como una expansión de la respuesta de Israel a Dios. No son fáciles
de traducir lit., pero significan que Dios responde con su gracia al hablar a los cielos que han sido
cerrados para no enviar lluvia sobre la tierra. Esto establece la cadena: los cielos envían lluvia a la
tierra, que luego da grano, nuevo vino y aceite, que a su vez satisface a Jezreel (Israel representado
por el nombre “Dios siembra”). El juego de palabras continúa en el v. 23: “Yo la sembraré”. Todos
los nombres de los hijos de Oseas son recordados ahora y reciben un significado positivo. El juicio
más serio, “no-mi-pueblo” se convierte en Pueblo mío eres tú, y la promesa del pacto se completa
por el clamor de
Israel, Dios mío.

3:1-5 Oseas toma “una mujer” para que sea de nuevo su esposa
En el cap. 3 el mismo Oseas relata la historia de cómo él compró a su esposa de nuevo. Algunos
eruditos la han considerado como un relato de los mismos eventos que fueron narrados en tercera
persona en 1:2, 3. Las palabras de nuevo en el v. 1 desechan esta opinión. Además, los hechos son
muy diferentes, de modo que debemos considerar esta como una acción posterior.
Desde la narración en el cap. 1, Gomer ha dejado a Oseas y se esclavizó en alguna manera, puesto
que Oseas tuvo que pagar un rescate para tomarla de nuevo (2). Este es un relato de Dios y su
pueblo de Israel (4, 5).
El v. 1 es ambiguo. Lit. Dice así: “Jehová me dijo de nuevo: Ve, ama a una mujer”, o, “Jehová me
dijo: de nuevo, ve, ama a una mujer.” No hay una verdadera diferencia en el significado. Pero, ¿por
qué dice una mujer en vez de “tu esposa”? La respuesta puede encontrarse en Oseas 2:2; Gomer
ya no tiene derecho a ser su esposa y el pueblo de Israel ya no tiene derechos con Dios. Son “no su
pueblo”, lo que significa, usando la otra representación, que ya no son su esposa. Que ama a un
amante (lit. “a un amigo”) puede significar sencillamente otro hombre, o “un amante”, un consorte
ilícito que es esposo de otra. Adulterio significa que ella estaba casada con un hombre pero tenía
relación sexual con otro. Es posible que Gomer realmente se hubiera vuelto a casar, pero es más
probable que su esposo legal (el que tenía derecho a divorciarse y a repudiarla) fuera todavía
Oseas.
En 1:2 dice: “Ve, toma...” pero aquí dice: Ve, ama... Esto enfatiza el amor de Dios por el pueblo de
Israel, a pesar de que ellos miran a otros dioses y aman — ¿qué aman?— ¡las tortas de pasas!
Estas se usaban probablemente cuán carnal e indigna es la perspectiva de Israel.
Oseas compra de nuevo a su “antigua” (pero probablemente no legalmente divorciada) esposa.
Ella tal vez se habrá convertido en una prostituta del templo, que tenía que ser comprada para
dejar el servicio. El precio es enigmático, porque no era normal pagar con una combinación de
plata y grano. Esto puede indicar que Oseas tuvo dificultad en conseguir el dinero, lo que sería una
imagen del costo de la redención de Israel. No sabemos exactamente el valor de las quince piezas
de plata, pero podrían equivaler aprox. a 30 ciclos, o 200 gramos de plata, el precio que se pagaba
en compensación por la pérdida de un esclavo (Éxodo 21:32), o el precio de rescate de una mujer
que hubiera hecho voto especial al Señor (Levítico 27:4)

4:1—14:9 PROFECIAS DE JUICIO Y PROMESAS DE RESTAURACION


4:1-3 La controversia del Señor con Israel
El lenguaje usado aquí implica que Dios ha entrado en una discusión o querella con Israel. Tal vez
deberíamos pensar en una demanda legal, como las que se efectuaban a las puertas de la ciudad.
Podemos imaginarnos a Oseas acercándose a los ancianos sentados para juicio, y anunciando que
Dios mismo tiene una disputa que presentar. Los habitantes de la tierra son acusados de dos cosas.
Por una parte, les faltan las cualidades positivas que Dios requiere de su pueblo. Verdad (que
incluye decir la verdad y también actuar en fidelidad), amor constante (la cualidad que expresa
sobre todo la manera de actuar de Dios hacia su pueblo del Pacto, y lo que requiere a cambio; ver
especialmente 6:6; Deuteronomio 5:10; 7:9, 12) y conocimiento de Dios (ver sobre Oseas 13:4, 5).
Por otra parte, exhiben malas características que Dios aborrece. Perjurar (en el sentido de procurar
dañar a otros al decir maldiciones contra ellos; cf. Jueces 18:2) o además jurar en falso (cf. 10:4,
“juran en vano”), el engañar, el asesinar, el robar y el adulterar. Lo que los Diez Mandamientos
requieren con respecto a otra gente está siendo descaradamente ignorado (Éxodo 20:13-16).
El v. 3 habla del juicio de Dios, pero también es parcialmente un vívido retrato poético de una
tierra bajo la maldición de Dios. Cuando Israel sea restaurado, la tierra y sus criaturas vivas también
serán bendecidas (Oseas 2:18, 21).

4:4-9 La ley rechazada: los sacerdotes son especialmente culpables


El v. 4 es extremadamente difícil de entender, pero la esencia de la sección es una condenación de
los sacerdotes, que debían haber observado y enseñado la ley. Wolff la traduce así: “No, no
cualquiera (debe ser acusado), ni cualquiera (debe ser reprobado), sino que mi pleito es contigo,
oh sacerdote”, y aunque esto es incierto sigue el espíritu de lo escrito.
Los sacerdotes ignoran la ley de Dios confiada a ellos, y consecuentemente no andan con
seguridad en sus caminos, sino que tropiezan (5), como los otros líderes religiosos, los profetas.
Han rechazado su gloria [de ellos] (7), la ley (6) que les decía cómo complacer a Dios, en vez de
ritos paganos inmorales y desagradables. Ahora se ganan la vida satisfaciendo el deseo del pueblo
de adorar a otros dioses (8). Puesto que los sacerdotes no enseñan la ley, el pueblo no la conoce y
es destruido porque carece de conocimiento (6a; la misma palabra de Oseas 4:1). El resultado es
castigo para la nación (tu madre, v. 5) y para los sacerdotes y para gente semejante (9).

4:10-19 Un espíritu de prostitución en la adoración


El v. 10 continúa esbozando con más detalle el castigo del pasaje anterior. La gente nunca tendrá
bastante para comer, y su prostitución no les traerá crecimiento. Los hijos siempre fueron
considerados como una bendición, y una de las promesas a Abraham fue la de hacer de sus
descendientes una gran multitud (Génesis 15:5). ¡La relación sexual con muchas prostitutas no
produciría lo que Dios haría con una pareja anciana (Romanos 4:18-21)!
Dios continúa con una descripción de la necedad de ellos: se exceden en la bebida (11) y pierden el
sentido; buscan dirección de objetos de madera (12). Son descarriados por un entusiasmo
desenfrenado por la adoración pagana, y se dedican al sacrificio y a ofrendas (holocaustos) en los
lugares altos, altares que no eran autorizados por la ley y en los que se desarrollaba todo tipo de
corrupción. Sacrificarán en cualquier parte, debajo de cualquier árbol disponible, con tal de que su
sombra sea buena (13a).
Consecuentemente, las hijas de los que se dedican a esas cosas van por el mismo camino. La
prostitución física o sexo promiscuo y el adulterio son enfocados aquí. Las mujeres son inocentes
(14) cuando son comparadas con los hombres, que debían haber puesto el ejemplo a sus hijas,
pero en vez de eso, van con prostitutas, tanto las seculares como también las sagradas. En la
religión cananea se pensaba que la prostitución sagrada era un medio de asegurar la fertilidad de
la tierra. Es probable que la idea de “magia imitativa” esté detrás de la práctica: la relación sexual
con una “prostituta sagrada” producía alguna acción similar entre los dioses de la naturaleza, y
resultaba en que la tierra produjera fruto.
Hoy en día no hay prostitución sagrada en ninguno de los lugares en que yo he estado, pero hay
muchos que practican la religión para satisfacer sus propios deseos y no para glorificar a Dios. Es
muy buena idea preguntarnos de vez en cuando cuáles cosas nos dan gozo verdadero en relación
con la fe cristiana.
¿Incluyen experiencias emocionales, poder, placer en ser justo, seguridad, respeto, la compañía de
gente físicamente atractiva? ¡El Salmo 139:23, 24 es una oración muy útil!
El v. 15 es para Judá; una advertencia de no seguir el ejemplo de Israel. Esto hubiera sido
pertinente para los lectores de las profecías de Oseas en Judá en los períodos posteriores a su
ministerio.
Gilgal era uno de los principales santuarios de Israel. Bet-avén (“casa de iniquidad”) es
probablemente una corrupción deliberada del nombre de Betel, el santuario principal, que
significa “casa de Dios”. El profeta alienta al pueblo a no ir a esos lugares corruptos de adoración, y
a no hacer juramentos descuidados usando el nombre de Dios (15b). Una serie de diferentes
cuadros sigue en rápida sucesión. Israel es descrito como obstinado, pues rehúsa responder a
Jehovah que querría restaurarlos (16); ellos son idólatras, es decir, prostitutas que se apegan a sus
prácticas vergonzosas aunque es claro que no hay ningún beneficio (18). El resultado final es que el
viento los arrollará. Sus sacrificios no les traerán las bendiciones que ellos procuran obtener, sino
solamente vergüenza.
6:7-11 Israel ha sido infiel al pacto y también Judá
Estos versículos 7-11 Del capítulo 6 de Oseas describen la horrorosa conducta del pueblo que había
hecho un pacto con Dios. Es posible que Adán es una referencia al primer hombre y a su
desobediencia al mandamiento directo de Dios, pero la palabra pacto no se encuentra en ninguna
parte antes de Noé (Génesis 6:18) en la historia de Adán y Eva y sus descendientes. La mayor parte
de los comentaristas traducen “como en Adam”, un lugar mencionado en Josué 3:16 donde las
aguas del Jordán fueron cortadas, permitiendo al pueblo de Israel cruzar a la tierra prometida. Si
esta lectura es correcta, Adam, un pueblo de Galaad en el camino a Siquem, se había convertido en
un lugar de ladrones violentos (8, 9).
No sabemos de actos violentos específicos allí, pero el complot contra Pecaías fue llevado a cabo
por Pécaj y 50 hombres de Galaad (2 Reyes 15:25). Es muy probable que hubiera sacerdotes
involucrados en este y otros actos similares (9: cf. 2 Reyes 11, donde el sacerdote Joyada
desempeñó el papel principal en un complot beneficioso). El v. 10 resume la situación de nuevo en
los términos usados antes.

De nuevo el profeta tiene un fuerte golpe indirecto para Judá (11a). Los que escuchan aprobando
la condenación de otros necesitan examinarse a sí mismos.

6:11b—7:2 Dios quiere sanar, pero el pecado de Israel lo impide


Este es un cuadro gráfico de Dios que está buscando la manera de restaurar las fortunas de Israel.
Pero los pecados de ellos están siempre delante de él, al descubierto. Los tienen cercados y no hay
entrada para Dios ni salida para la gente. En medio de estas descripciones Oseas se refiere a dos
pecados específicos que él ha mencionado antes: engaño y robo (1b). El v. 2a observa un problema
humano común: el de pensar que lo que vemos es todo lo que hay.
Ellos no saben que sus pecados los cercan, y tampoco comprenden (consideran en su corazón) que
los pecados ahora pasados Dios los recuerda. Recordemos la declaración de que Sansón “no sabía
que Jehovah ya se había apartado de él” (Jueces 16:20b; cf. 2 Reyes 6:17; Salmo 50:21a).

7:13-16 Ellos rehúsan volverse al Señor


No hay una interrupción violenta aquí, y el cuadro de Israel apartándose de Dios es claramente
similar a los vv. 8 y 11. El tema de rehusar regresar a Dios ocurre a lo largo del cap. 7 (vv. 1, 2, 7b,
10). ¡Ay! se usa como un grito de lamento por uno mismo y por otros. En el último caso también
implica un grito de juicio, y aquí se muestra en la expresión paralela: ¡Destrucción sobre ellos!
(13b).
A través de estos versículos dos cosas son claramente evidentes: el amor de Dios por Israel y el
hecho de que la gente tiene otras prioridades. Anhela redimirlos, quiere volverlos a él, pero ellos
hablan mentiras contra él.
Cuando están en problemas, sólo gimen en sus camas, ignorando la única fuente de ayuda
efectiva. Cuando se juntan, sus mentes están en la comida y en la bebida, no en Dios. El los había
instruido, pero a su vez ellos traman el mal contra él (15).
La primera parte del v. 16 es oscura (lit. “ellos se vuelven, no a/ hacia/contra”), pues debe haber
tenido lugar alguna corrupción del texto. El sentido de la RVA parece el más acertado: Se vuelven,
pero no al Altísimo, o “se vuelven a ningún-dios” (Deuteronomio 32:17, 21). El arco que falla es
probablemente uno que es endeble: las flechas no llegan al blanco. El fin de la sección muestra a
los líderes muertos en batalla, y la gente antes arrogante es obligada a huir a la tierra de Egipto
(una señal de un regreso de la salvación), donde son escarnecidos o ridiculizados.

11:1-11 Israel como hijo amado de Dios


No hay expresión del corazón de Dios más apasionada y conmovedora que está en ninguna parte
de la Biblia. Dios habla como el padre amoroso de Israel, que sacó a su hijo de la servidumbre en
Egipto. En ese tiempo Israel era como un niño desvalido, una nación nueva que enfrentaba el
poder del Imperio Egipcio, vagando en el desierto sin perspectivas de comida o bebida. Dios los
enseñó a caminar, ya fuera tomándolo por sus brazos o (como la B.A.) “lo llevé en mis brazos”. El
los dirigió suavemente, los guió con cuerdas humanas.
Si la metáfora del padre y el hijo continúa, entonces debemos traducir el v. 4b así: “Yo me volví
para ellos como los que levantan a un niño hasta sus mejillas.
Y los alcancé para alimentarlos.” Esto parece mejor que asumir que haya un cambio a las imágenes
animales con Dios quitando el yugo del cuello de la bestia (lit. pero sorprendentemente,
“quijadas”) e inclinándose para alimentarla.
Cualquiera sea el caso, el cuatro es de un tierno cuidado concedido a Israel.
Israel, sin embargo, no dio señales de respuesta. De hecho, mientras más los llamaba, más se iban
ellos de mi presencia (2, 7). No comprendían que Dios era el que los sanaba (3).
Por causa de esta falta total de respuesta, Dios no tiene alternativa sino castigarlos. La descripción
ha sido usada antes: regresar a la servidumbre en Egipto (Oseas 7:16; 8:13), o la pérdida de la
independencia como un vasallo en Asiria (Oseas 9:3; 10:6). Ellos no regresarán a Dios, de modo
que regresarán a Egipto. Los vv. 6 y 7 describen el método del juicio —derrota a manos de sus
enemigos— y de nuevo enfatizan en la obstinación de Israel.

14:1-8 Un llamado al arrepentimiento y una promesa de bendición

14:1-3 Un llamado a Israel a regresar al reconocimiento de Dios solamente. ¡Vuelve, oh Israel, a


Jehovah tu Dios...! parece un llamado normal, pero nótese que la promesa ya está allí, en la
palabra tu. La causa de su caída ha sido su iniquidad. De modo que ahora se les recomienda hacer
una oración específica y declaración de su dependencia de Dios solamente. Esto es similar a la
confesión de confianza que Dios buscaba en Oseas 6:1-3, pero aquí hay un reconocimiento más
explícito de sus pecados concretos. Ellos se arrojaron sobre la misericordia de Dios, resolviendo
alabarlo (te ofrecemos el fruto de nuestros labios). Renuncian a su antigua confianza en dos fuentes
equivocadas: Asiria (y su fuerza militar) y los ídolos; y confiesan que sólo en Dios hay compasión
para el débil y vulnerable.
14:4-8 Israel restaurado: una promesa misericordiosa del Señor. En Oseas 6:4-6 Dios expresó su
desconfianza de la resolución de Israel de buscarlo. Aquí él responde con una promesa a largo
plazo. El viento del desierto de Oseas 13:15 se ha ido, y ahora el cuadro de Israel es algo como el
jardín del Edén. Allí habrá alimento y bebida junto con ciertas cosas lujosas: flores hermosas, olivos
(y por tanto, aceite de oliva), cedros (grandes árboles, como los que se encuentran en Líbano) que
dan protección del caliente sol y un olor fragante. El será fuerte y seguro, y famoso.
Esta es ciertamente una promesa maravillosa y un clímax admirable para el libro. Israel fracasó en
apropiarse de esas bendiciones en el siglo VIII a. de J.C., pero la promesa permaneció y fue
cumplida para los muchos israelitas que se unieron a Judá en Jerusalén, y para muchos que se
unieron a Dios por medio de Jesucristo.

14:9 Un dicho final de sabiduría


Este dicho independiente es similar a los que se encuentran en Proverbios y en otra literatura de
Sabiduría. Es fácil imaginar a un editor (inspirado) añadiendo esto a las profecías de Oseas como
una invitación a leer y aprender. “El que tiene oídos, oiga” (Mateo 11:15). El libro es señalado
como pertinente a cualquiera que lo lea, incluyéndonos a nosotros. La única manera de vivir es la
manera del Señor.

Resumen del contenido


I. Oseas 1-3: Rechazo y futuro establecimiento de Israel, la esposa infiel.

Capítulo 1: El pecado de Israel y la promesa de restauración.

Capítulo 2: El castigo por la infidelidad y una nueva relación.

Capítulo 3: El pasado, presente y futuro de Israel.

II. Oseas 4-14: Mensajes de juicio y de misericordia.

Capítulo 4: La ira de Jehová para con Israel.

Capítulo 5: Culpabilidad y juicio.

Capítulo 6: Lamentación de Jehová sobre Efraín.

Capítulo 7: El pecado de Israel.

Capítulo 8-9: El castigo por la apostasía de Israel.

Capítulo 10: Culpa y castigo.

Capítulo 11: La misericordia de Dios.

Capítulo 12: La condición de Israel.

Capítulo 13: La malicia de Israel.

Capítulo 14: El retorno y salvación de Israel.

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