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TEORÍA DE LAS REACCIONES UNIMOLECULARES
INTRODUCCIÓN
Una reacción unimolecular es aquella en la que se forma el complejo activado a partir de una
sola molécula de reactivo.
Por tanto, puede aplicarse a estas reacciones la teoría de las reacciones unimoleculares
elementales, que es igualmente aplicable a las etapas individuales de los mecanismos en cadena
que proceden de forma unimolecular; por ejemplo, la etapa inicial de la descomposición de etano,
C2H6 → 2CH3•
Los intentos para obtener una evidencia experimental de la teoría de la radiación terminaron en un
fracaso y hubo que descartarla. El error del argumento de PERRIN estriba en que realmente la
TEORÍA DE LINDEMANN
A priori es difícil ver la forma en la que la teoría de la colisión se podría emplear posiblemente
para explicar el mecanismo de reacciones unimoleculares. En procesos de esta naturaleza sólo
una molécula participa en la reacción y, en consecuencia, surge la pregunta: ¿Cómo alcanzan su
energía de activación las moléculas que sufren reacciones unimoleculares?. La respuesta a esta
pregunta fue dada primero por Lindemann en 1992. Este investigador señalo que el
comportamiento de reacciones unimoleculares se puede explicar sobre la base de las colisiones
bimoleculares, siempre que se postule que existe un retraso en tiempo entre la activación y la
reacción durante el cual las moléculas activadas pueden reaccionar o ser desactivadas
convirtiéndose en moléculas ordinarias. En consecuencia, la velocidad de reacción no será
proporcional a todas las moléculas activadas, sino sólo a las que permanecen activas. La hipótesis
de Lindemann se puede formular por el esquema
k1
A+A A + A*
k2
k3
A* productos
donde A representa moléculas inactivas y A* moléculas activadas y las diversas k son las
constantes de velocidad para los procesos de velocidad respectivos. Además, la velocidad de
desaparición de A para formar productos será proporcional a la concentración de A*, a saber,
d [ A]
− = k3 A * (1)
dt
donde los corchetes indican las concentraciones de las diversas especies.
Como no se conoce [A*], es necesario obtener una relación para la concentración de A* en
función de A. Para esto se recurre a un postulado conocido como principio del estado
estacionario o permanente. Este principio establece que cuando productos efímeros intermedios
de reacción existen a baja concentración en un sistema a velocidad de formación de tales
productos intermedios se puede considerar igual a su velocidad de desaparición. Aplicando este
principio a A* se ve que se forma con una velocidad k1[A]2, y que desaparece con una velocidad
k2[A][A*] y k3[A*]. En consecuencia
d A k k
− = 1 3 A
2
dt k3
d A
− = k1 A
2
(5)
dt
es decir, la reacción debe ser de segundo orden. Esta situación debe obtenerse a bajas
concentraciones de A donde la velocidad de activación se vuelve tan baja que se convierte en la
que controla la velocidad.
Tales cambios a partir de la cinética de primer orden en reacciones gaseosas a altas
presiones, al segundo orden a bajas presiones, se ha observado realmente en muchas reacciones
gaseosas. Dependiendo de la reacción y la temperatura, la transición del primero al segundo orden
por lo general se inicia a presiones comprendidas entre 10 y 200 mm Hg, y usualmente no termina
hasta que la presión se hace bastante baja.
TRATAMIENTO DE HINSHELWOOD
energía puede ahora distribuirse entre todos los grados de libertad de la molécula. La expresión k1
que se aplica al caso de s grados de libertad de vibración es
s −1
Z ⎛ E * ⎞ − E* RT
k1 = ⎜ ⎟ e
(s − 1)! ⎜⎝ RT ⎟⎠
(1)
Insertando valores numéricos puede demostrarse que esta expresión puede dar velocidades de
activación mucho mayores de lo que corresponde a la expresión Ze-E*/RT. Por ejemplo, si se toma
una energía de activación experimental de 40 kcal/mol, y s igual a 12, la ecuación (1) da un valor
de k1igual a 9.9×10-12. La expresión sencilla Ze-E*/RT da 3.1×10-18. En este caso la diferencia es
del orden de 106, y la ecuación (1) nos llevaría a pensar que el coeficiente de velocidad de primer
orden empezaría a bajar a presiones mucho más bajas de lo predicho por la teoría sencilla.
Hay que advertir que la energía de activación experimental Ea difiere de E*, debido a la
dependencia de la temperatura del factor preexponencial de la ecuación (1): la relación es
realmente
⎛ 1⎞
E* = Ea + ⎜ s − ⎟RT (2)
⎝ 2⎠
En la práctica s se encuentra usualmente por un método de tanteo y normalmente es posible
explicar los resultados usando un valor de s que no sea más grande que el número total de modos
normales de vibración de la molécula. De hecho, la mejor concordancia se obtiene tomando s casi
igual a la mitad del número total. La explicación es probablemente que la energía implicada en la
formación del complejo activado no procede de todos los modos normales, sino sólo de alguno de
ellos.
k1
A+A A* + A
k1'
k2
A* A#
k#
A# productos
En este esquema de reacción se hace una distinción entre una molécula activada, representada
por el símbolo A≠, y una molécula excitada, representada por A*. Por molécula se entiende la que
pasa suavemente hasta el estado final, mientras que una molécula excitada es la que tiene
suficiente energía y puede hacerse activada sin adquirir ninguna energía posterior. No obstante, la
molécula excitada tiene que experimentar cambios de vibración antes de llegar a activada - es
decir, antes que la energía se localice en el enlace o enlaces que han de romperse en el curso de
Las teorías de KASSEL y de RICE y RAMSPERGER son muy semejantes; la versión que se da aquí
es esencialmente la de KASSEL.
La idea inherente a ambas teorías es que la molécula excitada se transforma en complejo
activado cuando se acumula la cantidad crítica de energía E* en un determinado modo de
vibración normal. Se supone que para cada vibración hay un reparto completamente desordenado
de los cuantos de energía entre los modos normales. De esto se deduce que cuanto más grande
sea la energía E que hay en la molécula excitada, mayor será la probabilidad de que una cantidad
E* (no mayor que E necesariamente, ya que en este caso la molécula no estaría excitada) se halle
en el modo normal particular en cuestión. Así, pues, la velocidad de ruptura de la molécula
excitada aumenta al crecer la energía que reside en ella. El tratamiento de Kassel conduce
realmente al resultado de que la constante k2 de la rotura de la molécula excitada viene dada por la
expresión
s−1
⎛ E − E∗ ⎞
k 2 = k ⎜⎜
≠
⎟⎟
⎝ E ⎠
En esta expresión k≠ es la constante de velocidad correspondiente al paso totalmente libre del
sistema al estado excitado; de hecho ésta puede identificarse con la frecuencia media de vibración.
Cuando E es muy grande, k2 es igual a k≠, lo que significa que la molécula excitada pasa de una
vez al estado activado. En caso contrario, se necesita un periodo de tiempo más largo, que
disminuye al aumentar la energía E.
La integral definida puede calcularse numéricamente para distintos valores de k≠, k1', s, E* y [A],
pudiendo hacerse representaciones de k1 frente a [A]. De esta manera, usando un valor adecuado
de E* se puede obtener un valor de s, al comparar con las representaciones experimentales.
Usualmente estos valores corresponden a casi la mitad del número total de modos normales en la
molécula.
Una característica importante de los tratamientos de Kassel y de Rice y Ramsperger es que la
única condición para la excitación es que la molécula adquiera la cantidad crítica de energía E*;
toda molécula que haya adquirido esta energía pasará a través del estado activado al estado final,
a menos que haya perdido la excitación por colisiones. Esto implica la suposición tácita de que la
energía se redistribuye libremente entre los modos normales de vibración; desde luego, la
frecuencia k≠ debe ser del orden de magnitud de una frecuencia de vibración, y el tratamiento
implica, por tanto, que cada vibración haya una redistribución completa de energía.
TRATAMIENTO DE SLATER
La teoría de Slater tiene una serie de puntos comunes con los tratamientos de Kassel y de Rice
y Ramsperger, pero difiere en la cuestión muy importante de la circulación de energía dentro de la
molécula. En lugar de permitir una redistribución completa de energía en cada vibración, la teoría
de Slater no admite la circulación de la energía a todas partes. Se considera que hay reacción
cuando una "coordenada crítica" - por ejemplo, la longitud de un enlace - alcanza un valor
determinado. Esto ocurre cuando los diferentes modos normales de vibración entran en fase de
forma adecuada.
Los cuatro modos normales de vibración del N2O, molécula triatómica lineal. Los dos de abajo son
vibraciones de deformación equivalentes, en dos planos perpendiculares. La longitud de las flechas
representa el desplazamiento relativo real en esta molécula en particular.