Un problema que puede presentarse en la práctica es la comparación de dos modelos
econométricos. Por ejemplo, se desea analizar si el precio de la vivienda en dos barrios difiere significativamente, o si se ha producido un cambio significativo en este precio en el año en curso respecto al precio vigente hace tres años, o también, si las calificaciones obtenidas por los chicos que estudian una carrera se diferencian de las notas obtenidas por las chicas, o bien, si el beneficio de una empresa que actua en dos mercados distintos difieren entre sí.
En principio se podría pensar que estas cuestiones se abordan estadísticamente con
contrastes de hipótesis como los de comparación de las medias de dos poblaciones (los dos barrios, las dos épocas, los dos sexos, etc), o con contrastes de comparación de otros parámetros de estas poblaciones, o incluso con tests de ajuste o identidad entre las dos poblaciones investigadas.
Sin embargo, al planificar un experimento muestral para responder a las preguntas
planteadas, sin duda se pretenderá que la respuesta sea realista, en el sentido de adaptarse de forma lo mas adecuada posible a las condiciones del mercado o de las poblaciones investigadas. Así, al comparar el precio medio de la vivienda en dos zonas de una ciudad, hay que tener en cuenta otras variables que condicionan o explican esta variable (por ejemplo la superficie de un piso, el número de habitaciones, su equipamiento, la zona de la ciudad donde se ubica, etc.), o al comparar las notas obtenidas por estudiantes de ambos sexos, cabe tener en cuenta otros factores exógenos que determinan, al menos en parte, las calificaciones (por ejemplo, el número de horas de estudio semanales, la asistencia o no a clase, su capacidad intelectual, etc.).
y = 0 + 1 x + 2 d +
en el que el coeficiente 2 representa el efecto aditivo sobre la nota asociado al sexo del estudiante, y el modelo