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Vol. 75 (2003) MANRESA < pp. 37-50 Dios, dador y don La consolacién sin causa precedente José Garcia de Castro, S.J. Presentacién 1 tema sobre la “consolacién sin causa precedente” (CSCP) es muy amplio. No todos los puntos relacionados con este tema han sido desarrollados con la profundidad y 1a pequefia competencia a mi alcance como hubiera deseado, debido a los limites de espacio y tiempo. Todo ello esta abordado con mayor detenimiento y profundidad en mi libro El Dios emergente! Relacionado con lo que venimos Iamando "experiencia de Dios” ofrecen los Ejercicios un modo peculiar de vivir, de experienciar a Dios en nosotros, que ha venido Haméndose "consolacién sin causa preceden- te", La alusién a tal experiencia aparece situada en las “reglas para, en alguna manera, sentir y conoscer las varias mociones que en la énima se causan,... con mayor discreci6n de espiritus y son més propias para la segunda semana’; es el [330] de los Ejercicios. Alt, frente a lo que algu- nos han creido pensar, no se nos ofrece la descripeién de ninguna expe- riencia espiritual de carécter consolatorio, sino el modo como se produ- ce y su origen, La expresién no vuelve a parecer en el libro de los Ejercicios ni en ningtin otro escrito ignaciano; parece tratarse de un tec- nicismo reservado para denominar a esta peculiar experiencia Sobre este tipo de experiencia espiritual se detuvieron los primeros comentaristas de los Ejercicios destacando su cardcter misterioso, espe- cialmente trascendental y mistico. El tema no es facil, pues en él se dan la cita temas teolégicos, antro- polégicos, cristolégicos y también filoséficos Tal dificultad ha quedado reflejada en las diferentes y en ocasiones contradictorias opiniones en tomo a su consistir y modo de aparecer. Esta aportacién, sin duda pri- ' El Dios emergente, Mensajero/Sal Terrae, Bitbao/Santander 2001 José Gareta de Castro, S.J. meriza y limitada, pretende recoger en parte algo de lo reflexionado hasta hoy sobre el tema y ofrecer alguna pista nueva con el fin de poder contribuir en algo a seguir pensando sobre qué pueda ser esto de que el hombre pueda relacionarse con Dios y, més atin, que podamos mantener con naturalidad y cierta espontaneidad, pero también con asombro, ado- racién y pasmo, que Dios quiere y puede relacionarse con el hombre. 1, IMPORTANCIA DE LA REGLA/EXPERIENCIA Los tiltimos estudios sobre el tema, tomemos los tiltimos 30 afios, han destacado el valor y la cualidad de la CSCP: — Leo Bakker (1970) habla de esta regla y su complementaria la octava de segunda semana [336], como “el micleo de las reglas de dis- crecién de espiritus, reglas que pueden considerarse, con més derecho que las otras, como "materia més subtil y subida”.* - Harvey D. Egan (1976) afirma que la CSCP se "presenta ella misma como una clave para la experiencia ignaciana que manifiesta de manera concentrada todas las facetas del horizonte mistico ignaciano” y afiade que es "aquello que es mas caracteristico de cada persona con res- pecto a la gracia de Cristo Para Jean Gouvernaire (1980) se trata de una regla capital porque nos permite recibir con seguridad las indicaciones dadas por Dios, sin intermediario*, mientras que para Santiago Arzubialde (1991) se trata de a “evidencia primigenia de la vida espiritual"’. — En fin, no podemos dejar fuera la pregunta de Karl Rahner for- mulada a finales de los 50 y que supuso una nueva manera de hablar sobre la experiencia religios "gExiste para San Ignacio una evidencia fundamental que precede en rango a todas las reglas y técnicas de discrecién de espiritus y que en esta esfera desempefia en cierto modo el papel de los primeros principios de la légica y de la ontologfa en los demés sectores del conocimiento y que, distinguiéndose de las reglas, es precisamente la que da a éstas su razon de ser, de modo que dichas reglas representan la aplicacién y el » Libertad y experiencia, Mensajero/Sal Terrae, Bilbao/Santander 1995, p. 137. The Spiritual Exercices and the Ignatian Mystical Horizon, Institute of Jesuits Sources, St Louis (Missouri), 1976, p. 31 © Quand Diew entre & Vimpoviste. L’enigme ignatienne de la consolation sans cause, Collection Chistus, n* 50, DDB, Paris, 1980, p. 11 * Ejercicios Espirituates. Historia y andlisis, Manesajero/Sal Terrae, Bilbao/Santander 191, p. 718 Dios, dador y don. La consolacién sin causa precedente empleo metédico de tal evidencia fundamental, constituyendo asf una como Idgica sobrenatural y remitiendo a su vez a su propio primer prin- cipio"? El valor y la importaneia de Ia regia ha sido, pues, destacado por te6- logos de distintas lenguas y ambitos teolégicos 2. EL TEXTO DE IGNACIANO: PRIMEROS ECOS 2.1. Lo que dice y sus interrogantes Nosotros, a raiz de lo que nos dice el texto de los Ejercicios podemos inferir, tal vez entre otras, cuatro caracteristicas de esta experiencia: 1°, Su consistir: Sabemos que se trata de consolacién, cuya definicién se nos ha dado licida y brillantemente en un denso parrafo cincelado retricamente hasta su mas minimo detalle, el [316] de los Ejercicios. “Llamo consolacién cuando en la énima se causa...” 2%, Su proceder: que acontece “sin causa precedente" 3*, Su origen: que es de Dios, y "sdlo de Dios". 4*, Su cardcter: por acontecer asi, y por tanto por poder ser atribuida a slo Dios, es de cardcter cierto, es una experiencia verdadera, en la que no hay posibilidad de engaiio. EI problema es que cada uno de estos cuatro puntos, que sin duda podrian ser mas, nos plantea preguntas que nos obligan a buscar mas alld del mismo texto, a enriquecer la densa parquedad de la regla ignaciana con sencillos ejercicios de intertextualidad, ya sea en otros documentos ignacianos, escritos 0 existenciales, o en otros textos presentes en nues- tra rica tradicién espiritual Por ejemplo: — sabemos que se trata de consolacién pero jes la CSCP en su fend- meno, en su manera de vivenciarse, algo cualitativamente distinto, mas divin, mas mistico, més espiritual, que otro tipo de consolacién, una més comin, digamos, "con causa” — qqué quiere decir "sin causa precedente"? ,no es, acaso toda causa precedente a su efecto, en este caso la consolacién?, ,por qué precedente? — {por qué es de slo Dios? ,qué puede diferenciar en el modo de razonar teolégicamente de Ignacio una consolacién “de Dios" de una “de los Angeles", de los buenos, se supone? * Lo dindmico en la Iglesia, Herder, Barcelona, 1963, p. 140 39 José Garcia de Castro, S.J. — grequiere esta experiencia un sujeto especialmente “competente", preparado, “avanzado”, o puede tratarse de una experiencia comin, para todo cristiano o cristiana de buena voluntad que vaya de "bien en mejor subiendo" en el seguimiento de Cristo nuestro Sefior? ~ jpor qué aparece incluida en segunda semana, precisamente cuan- do se trata de una experiencia didfana, inequivoca, sin engaiio, como sabemos por la regla 8* de segunda semana “dado que en ella no hay engafio”...? {no seria més acertado ineluir esta regla (y con ella la expe- riencia a la que se refiere) entre las reglas de primera semana — {qué papel juega en el discernimiento? Hay autores que defienden que no se puede hacer una eleccién de estado de vida, si no se da algu- na CSCP en torno al tema que clarifique ¢ ilumine de manera didfana la eleccién del ejercitante; jes esto cierto? — si esto de las reglas de discernimiento ha sido, en parte, s6lo en parte, fruto de la experiencia personal de Ignacio zdénde podriamos situar la CSCP en su vida?, qué experiencias podrian ser consideradas CSCP que podrfan haber iluminado la redaccién de esta segunda y octa- va reglas de discrecién de segunda semana? Hemos venido consideran- do como tales la conocida como “visi6n de la carne" [Autb.27] y la “exi- mia ilustracién del Cardoner", en palabras de Nadal [Autb.30], pero es posible pensarlas de otra manera? Estos son s6lo unos interrogantes, muy probablemente entre otros muchos, que han brotado en tomo a esta peculiar experiencia "de Dios", nunca mejor dicho. 2.2, Algunos antecedentes Pero no todo comenzé en Loyola, ni con Ignacio, Muy brevemente podemos traer a nuestra memoria las voces de algunos maestros esp iuales de nuestra tradicién que con otros lenguajes y desde otros géneros literarios, describieron y comentaron experiencias que guardan estrecha, muy estrecha relacién con el [330] de los Ejercicios. Diadoco de Fétice (+486). En los capitulos 33 y 34 de los Cien capitulos gndsticos’ del Obispo de Fétice leemos; * Obras Completas, Ciudad Nueva, Madrid 1999, 94-95 Dios, dador y don. La consolacién sin causa precedente 33. "Si por un movimiento inequivoco y sin imaginaciones... el alma se inflama arrastrada por el amor de Dios, como si Hevara tam- bién al cuerpo a la profundidad de este amor inefable, sea velando, sea entrando en suefio segiin el modo que he dicho, u obrando por la santa gracia, no pensando entonces absolutamente en nada mas que en esto hacia Io cual es movida, hay que reconocer que es la accién del Espiritu Santo”. 34, Mas misticamente, “el otro (el amor que viene del Espiritu Santo) hace arder al alma con un tal amor de Dios, que todas las partes del alma son unidas inefablemente a la dulzura del deseo divino en una disposi cidn de una simplicidad absoluta" Bernardo de Claraval (+1153) “Pero si debéis saber que ningtin espiritu creado puede acercarse inmediatamente al nuestro [...] Ningtin éngel ni alma alguna puede hacer esto conmigo ni yo a ningtin otro. Reservemos, por tanto, esta prerrogativa al Espfritu supremo e ilimitado [...] Se infunde por sf mismo y por sf mismo se da a conocer. £1 es puro y sdlo le conocen los limpios de corazén"* "Dios esta dentro de nosotros, de tal modo que afecta al alma, le infunde el bien, o mejor, El mismo se difunde en ella y la hace part pe de sf mismo" Dionisio Cartujano (+ 1471)" Rastreando su obra De Discretione et Examination Spirituum” encontramos también ecos y ciertos paralelismos con la experiencia que Ignacio describe en el [330]. Ast afirma: "es propio de Dios actuar en la facultad afectiva superior, esto es, en la voluntad, particularmente en lo més profundo de la voluntad (apicem voluntatis)". Y también: "Solamente es de Dios inclinar 1a voluntad hacia algo" lo que autoriza con una cita de Proverbios: "Cual arroyos de agua, es el corazén del Rey en la mano de Yahveh", y afiade "porque propio es de Dios actuar inme- diatamente en la voluntad creada y encenderla para lo que sea, segtin su complacencia”. * Sermén 32 de Cantica, Obras Completas V, BAC, Madrid 1983-1993, p. 473. * Sobre Ia consideracién, 0.c., p. 203. "Vid. El Dios emergente, o,c., 104-105 " Opera omnia, vol. 40, Typis Cartusiae Sanctae Marie de Pratis, Toraci 911, pp. 261-319, 41 2 José Garcia de Castro, S.J. Garcia Jiménez de Cisneros (+ 1510)' En su Exercitatorio de la vida espiritual (Manresa 1500)", de estilo sencillo y pedagégico, obra en la que anima a todo fiel cristiano a la san- tidad, pues esta al alcance de todo el mundo, “aunque sea simple, lego y sin letras", encontramos en el capitulo 28 unos parrafos de enorme valor para la comprensidn de nuestra regla, valor que se incrementa todavia mis si tenemos en cuenta la intensa estancia del Peregrino en Manresa y su muy probable acceso al Compendio breve del mismo Garcia Jiménez de Cisneros. ‘Ahora tractaremos cémo Ja mente, ya exercitada por algtin tiempo segiin la forma susodicha, se levanta en Dios, sin ninguna obra del enten- dimiento ni de ninguna otra cosa y se ayunta con él [...] el tal ayunta- miento es obra de sdlo Dios, que se quiere dar a sentir a la tal mente, sin exercicio de nuestro entendimiento, ayudando é1 al tal sentimiento... el alma no se entiende a especularle o a pensarle debaxo de alguna consi deracién especulativa ni alta que no mueva al hombre al amor [...] ca todo esto es pura obra espiritual, porque aqui solamente obra nuestro Sefior Dios por sf mismo” Y, Jo que es importante para nuestro tema, afirma que "cualquier perso- na, por simple que sea, aunque sea labrador o vegezuela, puede ser en aques ta alta sabiduria prestamente levantado en gran disefpulo, segtin que plu- guiere a Dios darle de aquella sabidurfa en grande quantidad 0 en pequefia". ta irremediablemente breve presentacién historica nos ha ayudado a caer en la cuenta del modo de pensar esta relacién inmediata Dios - hombre que Ignacio bien pudo conocer y formular después bajo un géne- ro literario innovador como fue el de las “Reglas" 3. PRESUPUESTOS TEOLOGICOS Uno de los puntos que ha enfrentado posiciones en tomo a esta expe- riencia de la CSCP ha sido el de su caracter mas © menos mistico en el sen- tido mas tradicional del término. Desde la interpretacién de F. Suarez a los Ejercicios se ha venido pensando sobre la CSCP como una experiencia rara, extrafia, privilegiada, de hondo y reservado contenido espiritual, con- Exercitatorio de la vida espiritual (2 vols) (Dom Cipriano Baraut, ed.), Monserrat, 1965. > Vid. El Dios emergente , 0.¢., 108-109. Dios, dador y don. La consolacién sin causa precedente cedida a almas avanzadas y purificadas, Rahner fue pionero en ofrecer una nueva interpretaci6n que favoreciese pensar en esta experiencia como un modo de relaciGn con Dios abierto y posible para todo fiel cristiano segui- dor de Jestis en su vida cotidiana. Contrario a tal posicién es, por ejemplo el te6logo norteamericano Jules Toner, a quien arriba hemos aludido. En el fondo de esta cuestién, mas allé de la puntualidad de tal expe- iencia y de su anélisis, se encuentran los presupuestos teo-ldgicos y antropo-Iégicos que podamos estar manejando a la hora de construir un sistema de teologfa espiritual. Es decir, cémo interpretemos en este caso la experiencia de la CSCP puede depender de qué imagen y concepto tanto de Dios como del hombre estemos manejando para poder afirmar que ambos puedan encontrarse, coincidir converger de la manera con- creta que el [330] nos ofrece. Lo que ahora hemos de preguntar, ingenuamente, a Dios es ,cémo eres? Y al hombre ,c6mo eres? Y ver primero qué de comin puedan tener, y segundo valorar el alcance de tal comuneidad en la definicién de sus propias maneras de ser 3.1 La apertura radical — Del hombre. Si afirmamos que el ser humano es un ser religioso estamos afirmando con ello que se trata de un ser abierto, no coyuntural © momenténeamente, sino fundamentalmente. Esta apertura fundamental ha de tener algo hacia lo cual estar referida, pues seria absurdo mantener en la definicién primera del hombre su apertura radical y no afirmar al mismo tiempo la existencia y la presencia de Algo que dé sentido a tal apertura, No somos seres abiertos a a nada o al absurdo. La apertura implica alteridad. El hombre encierra en sf la capacidad de referirse en todo momento y circunstancia a un ser Distinto pero semejante y Trascendente que en nuestra tradicién hemos venido Hamando Yaveh, Dios, 0 desde Jesiis, Padre. Esta referencia tiltima se constituye para el hombre como fuente tiltima de sentido y da sentido a su apertura radical, EI hombre actualizando esta referencia por un acto de oracién, adoracién 0 de sencillo y cotidiano silencio religioso esté siendo alcanzado por la Fuente de sentido titima que puede constituirse para él en clave o llave hermenéutica de su ser y su porqué en el mundo. La apertura ultima del hombre es hacia Dios, el hombre quiera o no, es un ser para Dios ~ De Dios. Pero afirmar que el hombre es un ser religioso, no es slo una proposicién que le afecte a él, no es s6lo una proposicién que afecta s6lo a la antropologia teolégica, sino que es una afirmacién que nos dice José Garcia de Castro, S.J. también algo del mismo Dios. Si el hombre es fundamentalmente abierto y encuentra el sentido diltimo de su vida desplegando su actitud de Referencia, o su carécter respectivo, hemos de mantener que el Objeto hacia el cual tal referencia estd referida ha de hacerse necesariamente posible, probable y actual para el ser humano, Seria un sin-sentido afir- mar la tendencia tiltima del hombre hacia Dios y mantener al mismo tiem- po que el mismo Dios es de tal manera o pone tales circunstancias para el encuentro que dificultan o imposibilitan tal encuentro con el hombre. Si esto fuese asi estarfamos manteniendo la posibilidad de una frustracién existencial “a priori" para el hombre o estarfamos anclados en la imagen de un dios des-vinculado o cerrado intencionadamente hacia su creacién. Pero no, que la apertura es un dato fundamental constitutivo de Dios lo sabemos no s6lo por su cardcter trino y la presencia de personas en aper- tura radical hacia las otras en el Amor y la Disponibilidad absolutos, sino en los actos intencionales de Dios de salida de sf mismo en la Creacién y la Encarnaci6n. El carécter icénico y semejante de la Creacién enfatiza més si cabe el deseo de Dios de encontrarse converger con el hombre. Por la Creacién y la Encarnacién podemos mantener el cardcter de alteri- dad presente en nuestro Dios, alteridad referida precisamente hacia el hombre como su tiltimo interlocutor, en cierta manera, fuente de sentido a Ja apertura fundamental de Dios. Estos dos actos de salida de sf nos hablan del cardcter radicalmente abierto de Dios y de una apertura no aleatoriz sino intencionada, teleologizada hacia el hombre. Tanto el haber sido cre- ados asf (y por tanto no de otra manera) como el hecho de haber asumido Dios hasta las tiltimas consecuencias posibles tal carter semejante por la Encarnacién en Jestis, es para nosotros fuente de optimismo constitutivo a Ja hora de pensar en una relacién Dios - hombre - Dios. Siendo asi es posi- ble y muy probable el encuentro o la convergencia; es mas, serfa para nosotros motivo de sospecha sobre nuestra manera de ser 0 sobre la de Dios, si tal encuentro de una u otra manera no se produjese. Dios y el hom- bre, abiertos en su fundamentalidad, referidos irremediablemente el uno al otto y estrechamente vinculados por la semejanza, no pueden menos que encontrarse, 0 mejor que encontrarse, converger. 4. APROXIMACION TEXTUAL Expuestos breve y pobremente estos parimetros que establecen las coordenadas teoldgicas en las que tiene lugar la experiencia, acerquémo- nos ahora al texto ignaciano. Hagamos un sencillo ejercicio de literalidad Dios, dador y don. La consolacién sin causa precedente 4.1. La exclusividad de Dios La regla se abre con una alusién a la exclusividad de Dios: "sdlo es de Dios nuestro Sefior”. Efectivamente frente a un modo paralelo de comenzar la enunciacién de otras reglas con la expres [329] para aludir a lo propio de Dios nuestro n "propio es Sefior y de sus angeles en sus mociones que es dar verdadera alegria y gozo espiritual, 0 lo pro- Pigs y el hombre, pio del mal espiritu “morder, tristar y poner 7 . impedimento" [315], “propio es del singel mato @Piertos, referidos y que se forma sub angelo lucis, entrar con la vinculados e ntre si, no nima devota y salir consigo” (332), la regla de yyeden menos que la CSCP alude a la exclusividad de Dios, pues es algo que s6lo le pertenece a éI' "sélo es de Dios CONVErger nuestro Sefior" Esta exclusividad de Dios que Ignacio justifi- ca un poco més adelante "s6lo es de Dios" “porque es propio del Criador entrar, salir, hacer mocién en ella", tiene detrés el modo tomis- ta de comprender la relacién de los seres espirituales, espiritus y dnge- 45 les, con la anima y en la dnima, Los angeles necesitan de una causa (objeto) y de un medio (pensamientos) para entrar en relacién con la Anima, no pueden entrar "inmediatamente", como tampoco les esti per- mitido actuar inmediatamente en la voluntad de la persona, mbito éste reservado de manera exclusiva a Dios nuestro Sefor. Los Angeles tienen que servirse de las imaginaciones, pensamientos o fantasfas que pueden proceder de Ia informacién otorgada por los sentidos, ya sea actual, ya retenida en la memoria, 0 de los humores o espiritus del ser humano, y a partir de ahi sugerir o persuadir, pero nunca provocar de manera direc- ta. un movimiento (mocién) de la voluntad, cosa que sdlo corresponde a Dios: "Solius Dei est sic immutare voluntatem, qui dat naturac intellec- tuali virtutem talis inclinationis". De ahi que Ignacio comente en la ano- tacién 3 que cuando “usamos de los actos de voluntad afectando se requiere de nuestra parte mayor reverencia que cuando usamos de los, del entendimiento entendiendo" [3], no es tanto porque Ignacio fuera mas 0 menos afectivo, ni es para nosotros argumento para combatir a aquellos que piensan en Ignacio y en su método como algo frio o racio- nal; es, sencillamente, una adaptacién pedagégico-pastoral de un prin- cipio teoldgico de su época. En el Ambito de la voluntad, estamos, sen- cillamente mas cerca del lenguaje de Dios, del mismo Dios, de Ia posi- bilidad de la relacin de Dios con nosotros. Es propio de Dios nuestro 46 José Garcia de Castro, S.J. Sefior, en tanto que Criador, slo él es el Criador, entrar, salir hacer mocién en ella, en tanto que Dios, sin necesidad de ningiin previo sen- timiento, razonamiento, o pensamiento que favorezca la presencia de tal mocién-consolacién, 4.2. Los titulos divinos Una lectura reposada del texto de los Ejercicios nos puede ayudar a caer en la cuenta del tipo de relacién que Ignacio esta proponiendo al ejercitante con algtin aspecto concreto de la divinidad. Los titulos, lejos, muy lejos de ser ornato retérico, presentan una determinada teologia en funcidn del rasgo divino que se pretende destacar o del tipo de relacién que se pretende establecer. Este [330] es especialmente denso en los titulos divinos atribuidos a la Divinidad. — Dios nuestro Sefior: destaca el sefiorfo, el poder o 1a autoridad de Dios, de la misma manera que se alude al seftorio del hombre en [165] "aunque me hiciesen Seftor de todas las cosas criadas" al describir la primera manera de humildad, o la invitacién a ser "sefior de si" [216] en las reglas para ordenarse en el comer. La acciGn que corresponde a Dios en tanto que “nuestro Sefior" en esta regia es dar, dar consolacin, y darla a su beneplacito, = Criador: es titulo vinculante y respectivo. Vinculante porque implica una relacién més estricta entre Dios y el hombre, entre Criador y creatura, que lleva implicita la marca de la semejanza. Respectivo por- que siempre que en Ejercicios aparece el titulo Criador hay una referen- cia a sus Criaturas; Criador nos recuerda el cardcter respectivo de Dios, siempre en referencia a su Creacién y con él el término ecreatura adquie- re una densidad teolégica de primer valor. La accién que le correspon- de a Dios segtin esta funcién es la de entrar, salir y hacer mocién en ella {en la dnimal y esto como algo propio de Dios, connatural a El, algo que forma parte del ser y del vivir de Dios, relacionarse con sus creaturas. Pero también, si esto es propio de Dios, ha de ser algo al mismo tiem- po propio del énima que experimenta su maximo de ser en tanto que visitada y mocionada por su Criador. Ser plenamente creatura es vivir en referencia habitada hacia su Criador, descubrirse como feliz. habita- cién del Creador. Pero fijémonos en la secuencia verbal ignaciana: entrar - salir - hacer mocién, ;Hay algo de particular? No serfa ma: l6gico alterar el arden sintactico de los dos dltimos verbos y enunciar entrar - hacer mocién - salir?

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