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El bio-arte, en clave geo-poética y del anhelo fáustico

Carlos Alberto Chacón Ramírez

“… La naturaleza no se concibe como un sistema, sino como una pista de

baile para la fiesta humana…”Augusto Ángel Maya. La fragilidad ambiental de la
cultura.

Debo hacer algunos anuncios en tanto este título: del bio, de la vida desde donde
se inscriben maneras del arte, maneras polémicas, como anuncios de la guerra
contra la vida, pues la vida se rompe en pedazos genéticos, por la nefasta manera
de pensarla en su desciframiento, en su desnudez intima. Porque la vida
desaparece en los vuelos metafísicos de la ciencia moderna, que hacen arribos en
maneras del llamado bioarte. Geo, por la tierra que somos y poética por las
diversas maneras de crear. Hemos sido capaces de crear las más bellas formas
del arte en la tierra, y también de las más feroces y despiadadas andanadas
contra la vida, contra la tierra.

Figuras míticas como Ícaro y Dédalo…que disuelven las tramas de la vida en la

esquizofrenia cultural de Occidente. Como Ícaro, hemos ascendido tanto en el
cielo ilusorio de la metafísica, que descender de nuevo a la tierra puede tener un
desenlace fatal. Desde ello, cuáles son los mundos que piensa el arte
moderno,como dice Pául Virilio, en el procedimiento silencio. Podemos quedar
enterrados ya no en una luminosa isla del Egeo, como le sucedió a Ícaro, sino en
el pantanoso campo del reduccionismo científico, y de la escisión con la
naturaleza que somos, como dice Ana Patricia Noguera. De qué manera se
justifican las andanzas artísticas, cuando lo que está en medio es el respeto por la
vida, por sus exuberancias. Cuál es el respeto por los cuerpos, por las pieles de
diversa índole, por las huellas distintivas de las especies. Una vida que no se
piensa como vida mínima sino minimizada, como vida simple, sino simplificada.
Como muerte no posible; obsolescencia del cuerpo en las manos del pretensioso
artista. Trágica estética de la vida, la de Ícaro en el anhelo fáustico, cuando la vida
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se convierte en post-vital, cuando el bios está obligado a los sitios de

experimentación, por seres humanos llenos de arrogancia, envalentonados con el
uso de la aguja, de la jeringa, o de la capacidad de moldear el plástico y las cosas
de la tierra. Nostalgia por su tenencia, al querer modelarse en otra especie, para
jugar a ser omnipotente, omnipresente; hacerse diferente en una diferencia fatal.

Vida en crisis por la instalación de la razón empresarial del consumo de la vida,

“así, el bios-o la vida como forma de vida (… ), la vida simplemente viviente, (…)
en realidad, ha devenido ya techné” (Nancy, 2003, p. 117). Apresamiento
ecotécnico-quimérico, como fabuloso y atractivo monstruo, sed de Frankenstein
que desvanece la vida, irrespeta la muerte, al disolver sus tramas. Poderes que
se instauran desde diferentes vertientes para robarle a la vida como en las
sombras de Tanisaki su espesura de silencio. Caso omiso a los tiempos
biorrítmicos, a los tiempos de las convulsiones de las que emerge la vida. Todos
ellos atrapados en las maquinarias de aceleración del tiempo, tiempo maquínico,
que subvierte los bellos tiempos del kairos, los tiempos inmanentes por los que
discurre la vida. Aislamiento de la vida puesta en el frasco aséptico que captura
su esencia, su significado íntimo, el rumor de su contenido de elán vital; anhelo
de perfume, sueño del perfumista. Vida perpetrada, vida monitoreada, registrada.
Apuro por construir la vida pos-vital, en propósitos de jauría, propósitos de
parecido, de igualdad, de similitud.

Este dibujito para contar del anhelo fáustico que comienza a ser cumplido con la
teoría del código genético de 1953; el lenguaje de escritura de los secretos de la
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vida estaba comenzando a ser descifrado; “Las cuatro letras químicas que lo
conformaban (adenina, timina, guanina, citosina) eran capaces de asumir infinitas
combinaciones en la doble hélice del ADN . Quién fuera capaz de comprender ese
lenguaje, estaría en condiciones de captar la "esencia" de todos los organismos
que habitaron eI planeta desde el primer ser vivo que apareció en la Tierra hace
3.500 millones de años” (Sibilia, pp. 106-107).

La filosofía del cuerpo obsoleto de sterlac (Stelios arcadiou) Griego-

australiano.

Muerte obsoleta, como afirma el artista australiano Stelarc, pionero en la

utilización de nuevas tecnologías aplicadas a su cuerpo, en recientes fechas
incursionó en el campo del Bioarte al implantarse una oreja de tipo orgánica,
que fue alimentada durante un tiempo a través de biorreactores, en el brazo
izquierdo, la cual era una réplica a escala de su oreja, cuestionando así la
estructura humana y las capacidades de confrontar el designio natural. En él
como representante del body-art de inspiración tecnológica, la muerte se
habría convertido en "una estrategia evolutiva superada" (Sibilia, p. 44).

Hay dos conceptos fundamentales en la obra del griego-australiano Stelarc,

por un lado la idea de que el cuerpo humano está obsoleto, plagado de
limitaciones que la tecnología puede suplir. Y por otro, la noción
de Tecnoevolución, la interacción a nivel biológico entre el cuerpo y los
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adelantos científicos. Ambición de nueva era para convertir al hombre en la

igualdad de la clonación, al superhumano que todo lo puede en su
reconfiguración anatómica: no le dará frio, no tendrá hambre, será el ciborg
omnipotente, el soldado universal. Ahora es recurrente en el ámbito de los
científicos informáticos, el enunciar que “el cuerpo humano debe hacerse
inmortal para adaptarse''… "entendiéndonos a nosotros mismos como
patrones de información” (Sibilia, p. 44)”. Es inminente asistir a los deseos
fáusticos de totalidad, de ejercer el control total de la vida humana y no
humana, en superar lo que se considera limitaciones biológicas, “incluso la
más fatal de todas ellas: la mortalidad. Entonces, la propia muerte estaría
¿"amenazada de muerte"?”. (Sibilia, p. 44).

No es posible separar la vida de la muerte, ya lo binario entre ellas no existe en

el anhelo fáustico, la dicotomía se destroza para pasarse a estados
probabilísticos como -suficientemente muerto-, como -zona de muerte-, como -
grado de reversibilidad-. “Así, abandonando el horizonte analógico para
alinearse a una perspectiva digital, la muerte pasa a ser una cuestión de grado.
EI acto de fallecer perdió su sentido absoluto y su carácter sagrado, para
someterse a la "capacidad de restauración" proporcionada por la tecnociencia
de inspiración fáustica” (Sibilia, p. 46).

Como en el arte de Marta De Menezes

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Como en el arte de Marta De Menezes artista portuguesa, en su pieza –nature-

que manipula las zonas de diseño de las alas de las mariposas teniéndolas en
cautiverio. Altera el desarrollo espontaneo de las mariposas todavía en el capullo,
para crear patrones inexistentes en la naturaleza, con el objetivo de producir
patrones únicos, cada mariposa tiene una sola ala modificada. Ha dejado de lado
la prioridad de la vida para una muestra de gloria personal.

Patricia Piccinini.

Patricia Piccinini, australiana, la hibridación animal entre los humanos y otras

especies no humanas, en el anhelo de hacer de la vida una mezcla posible, aún
en lo que la naturaleza no ha decidido; anhelo de anticipación, de conjura de la
singularidad, de la diferencia, en una diversidad obligada, en una levedad, en rara
tranquilidad al afirmar que no se replicará en otras generaciones. Alientos
fáusticos de liberación, de intereses infinitos de dominio, deseos de administración
de la vida, de escudriñar hasta encontrar la caja de pandora que puede ser la vida
cuando es sometida a tal desprecio; es donde “fausto firma un pacto con el diablo
(…). Sus características fáusticas pueden inferirse de los diversos proyectos,
investigaciones y descubrimientos que brotan en la prolífica agenda tecnocientífica
de nuestros días” (Sibilia, 2009:37).
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Dice Marshall Berman (2011): La tragedia o la comedia se producen cuando

fausto pierde el control de las energías de su mente, que entonces pasan a
adquirir vida propia, dinámica y altamente explosiva (…). Símbolo de
irresponsabilidad científica y de indiferencia ante la vida: la proposición fáustica
que nos hacen los expertos es que les permitimos echar sus falibles manos
humanas a la eternidad, y ello no es aceptable (pp. 28-29). Desprecio de la
senescencia, de la vejez, de la ancianidad insoportable, ya es posible
desprenderse de su “finitud natural”.

Pensamiento totalitarista y teleológico de la vida, de control total, de imposible

muerte, la que ya no tiene en ella misma posibilidades ónticas; la muerte no es
permitida. Trabajo de los faustos en sus recintos, en donde se producen y
“exhiben su potencias demiúrgicas: de ellos emanan saberes y artefactos capaces
de crear nuevas especies, que abarcan las más diversas combinaciones de lo
orgánico y lo inorgánico, de lo natural y lo artificial” (Sibilia 2009, p. 44). En alarma
plantea Sibilia (2009): Estaría llegando a su fin la prometeica edad del fuego, de
modo que las herramientas y los combustibles característicos de la sociedad
industrial podrán ser reemplazados por otro tipo de instrumental y otras fuentes de
energía. Estos nuevos recursos son de inspiración electrónica y digital, y ostentan
una capacidad de modelar las materias vivas e inertes de formas inusitadas (…),
atravesado por un impulso insaciable e infinitista (…). El arsenal tecnocientífico se
puso al servicio de la reconfiguración de lo vivo (pp. 42-43).

Civilización que devasta la vida en el anhelo fáustico de liberación. Embriaguez

del saber a toda costa, para acomodar la vida a los sueños de libertad. Insistencia
sacrificial de la vida en pretexto de lo mejor para la humanidad; replica de las
manos tenebrosas de Mengele, en su terrible búsqueda de la perfección.
Desactualización de la vida, desacralización de la misma. Como dice Sibilia
(2009): “el hombre dispone de las herramientas necesarias para construir vidas,
cuerpos y mundos gracias al instrumental de una tecnociencia todopoderosa (p,
14).
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El Fausto de Gohete le dice a Mefisto: yo me entrego al torbellino, al placer más

doloroso, al odio predilecto, al sedante enojo. Mi pecho, curado ya del afán de
saber, no ha de cerrarse en adelante a ningún dolor, y en mi ser íntimo, quiero
gozar lo que de toda la humanidad es patrimonio, aprender con mi espíritu así lo
más alto como lo más bajo, en mi pecho hacinar sus bienes y sus males, y dilatar
así mi propio yo hasta el suyo y al fin, como ella misma, estrellarme también”
(Berman, p.31).

Fausto moderno de todas las ansias, de todos los métodos, para hacer de la vida
su fiesta de desgracias. “Pero los grandes desarrollos que inicia Fausto-intelectual,
moral, económico, social, termina por exigir grandes costes humanos. Aquí reside
el significado de la relación de Fausto con el diablo: los poderes humanos sólo
pueden desarrollarse mediante lo que Marx llamaba-las potencias infernales-, las
oscuras y pavorosas energías que pueden entrar en erupción con una fuerza más
allá de todo control humano” (Bauman, p. 31-32). Se trata de la búsqueda infinita
de fuentes de poder de modelación, del impulso fáustico para la congregación de
fuerzas electrónicas, digitales, mediáticas para instaurar unas formas de vida
nueva desde la violación genómica. Se trata del dominio, de la apropiación, de la
vejación de la naturaleza. Así, “el viejo Prometeo abandona el escenario y cede
su lugar al ambicioso Fausto. (Sibilia 42)

Eduardo Kac.
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Eduardo Kac representante de tecno-arte, pionero en la experimentación con

dispositivos teleinformáticos en exposiciones, instalaciones y performances. Se
puede intuir, en esta superación de límites en el proyecto fáustico, la manipulación
genética y fabricación en serie de la vida post-orgánica, por ejemplo en el bioarte.
Eduardo Kac, propone un « arte transgénico » a base de organismos
genéticamente modificables “solo para fines artísticos”. Un ejemplo de este arte
fue su proyecto GFP Bunny 2000, un conejo fluorescente de color verde, llamado
después Alba.

Ha creado una nueva forma de vida, un « plantimal » al que ha llamado Edunia.

Desarrollado entre el 2003 y el 2008, esta obra titulada « Natural History of the
Enigma» es un híbrido del artista y de una petunia, un acto de fusión transgénico
entre el humano y el vegetal. Inventada gracias a la biología molecular. Vida
orgánica atravesada por la implacable forma de su descubrimiento; borramiento de
los secretos de la vida que permanecían guardados en las complejas formas de su
manifestación, retan a la insistente maquinaria del saber científico, la cual no
desea quedarse con esta incertidumbre, ni en la posibilidad de demostrar sus
maneras de dominio, es decir ante el reto de lo extraño, el reto mayor es develar
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En la manera de cierre temporal: PETUNIA

Oralidad difusa. Cómo llamar lo producido. Búsqueda de otra razón de otras

maneras de la razón …la intimidad de la vida en los laboratorios, en las escenas
expositivas, …. Nostalgia de paraíso …de ser dioses…Misión antropocéntrica y
narcisa que dispone la naturaleza al antojo. Arte de pulgares, de pulgarcitas como
dice Serres, para los mensajes tele dirigidos. Colonización de mundos por
científicos no ingenuos, que usan la ciencia no ingenua, productores para artistas
no ingenuos. Que poema podemos escribirle a petunia, al plantimal-edunia, al
cuerpo de sterlac, a la mariposa de Meneses, a los cuerpos plásticos de Piccinini.
La libertad justifica todo, dice Paul Virilio… pero la pregunta es: cuál es el límite.
CUÁL ES LA PREGUNTA ÉTICA POR LA VIDA…

Bios-bibliografía citada y sugerida

Berman, M. (2011). Todo lo sólido se desvanece en el aire. La experiencia de la

modernidad: Siglo XXI editores.

Capra, F. (2003). Las conexiones ocultas. Implicaciones sociales,

medioambientales, económicas y biológicas de una nueva visión del mundo:
ANAGRAMA.

Debord, G. (2006). El planeta enfermo: Anagrama

Heidegger, M. (1994). La pregunta por la técnica. Traducción de Eustaquio Barjau

en Heidegger, M., Conferencias y artículos: Ediciones del Serbal. Barcelona.

Morín, E, Hulot, N. (2008). El año I de la era ecológica: Paidós.

Nancy, Jean-Luc. (2003). La creación del mundo o la mundialización: Paidós.

Riechmann, J. (2011). Tiempo para la vida. La crisis ecológica en su dimensión

temporal: Asociación lengua franca.
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Sibilia, P. (2009). El hombre postorgánico. Cuerpo, subjetividad y tecnologías

digitales: Fondo de Cultura Económica.