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EL ORIGEN DE LA TIERRA

La origen de la tierra fue a partir de una nebulosa protosolar hace unos


4600 millones de años hasta el presente. Ese tiempo es aproximadamente un
tercio del total transcurrido desde el Big Bang, el cual se estima que tuvo lugar
hace 13 700 millones de años. En ese lapso de tiempo se ha producido una
inmensa cantidad de cambios geológicos además de la aparición de la vida y su
posterior evolución.
1.-TEORÍAS DEL ORIGEN DE LA TIERRA:
1.1.- Teoría de la acreación:
La teoría de la acreción fue propuesta por el geofísico ruso Otto Schmidl
en 1944. Ésta explica que el origen de la Tierra y los planetas surgió mediante la
acumulación de polvo cósmico.
La Tierra, se había formado mediante un proceso de acreción de
materiales cósmicos, hace unos 4.600 millones de años. La tierra después de
estratificarse un núcleo, manto y corteza por el proceso de acreción, fue
bombardeada en forma masiva por meteorito y restos de asteroides. Este
proceso generó un inmenso calor interior que fundió el polvo cósmico que, de
acuerdo con los geólogos, provoco la erupción de los volcanes.
Su manera de posibilidad de que al formarse la corteza tenía una elevada
temperatura por lo que se encontraba fundida y era semilíquida. Pero al enfriarse
permitió que el vapor de agua – que por vulcanismo procedía de su interior. Se
condensará y empezará a formar los océanos junto con el agua de las
torrenciales lluvias. La emanación de los gases de su interior posiblemente
originó una atmósfera secundaria compuesta por metano (CH4), amoniaco (NH),
bióxido de carbono (CO2) monóxido de carbono (CO), ácido sulfhídrico (SH2),
vapor de agua (H2O) e hidrógeno(H2)

Figura 1. La teoría de la acreción propuesto por el geofísico ruso Otto Schmidl


en 1944.
1.2.- Teoría nebular:
La teoría nebular es una explicación de la formación de los planetas
formulada por primera vez por Descartes, en 1644. Propuso la idea de que el Sol
y los planetas se formaron al unísono a partir de una nube de polvo estelar. Esta
es la base de la teoría nebular, pero lo esencial de la teoría lo formularon
posteriormente Laplace y Kant.
En 1721 el sueco Emanuel Swedenborg afirma que el sistema solar se formó por
la existencia de una gran nebulosa en cuyo centro se concentraría la mayor parte
de la materia formando el Sol y cuya condensación y rotación acelerada daría
origen a los planetas. De la misma manera se formarían los satélites con
respecto a cada planeta. El problema de esta teoría es que no explica el reparto
del momento angular en el sistema solar.
1.2.1.- Teoría de Kant y Laplace

La teoría de Kant y Laplace (1796) afirma que la nebulosa primitiva se


contrajo y se enfrió bajo el efecto de las fuerzas de gravitación, formando
un disco plano y dotado de una rotación rápida. El núcleo central se hizo
cada vez más grande. Posteriormente, debido al aumento de la velocidad
de rotación aparecieron fuerzas centrífugas que formaron los planetas. La
baja velocidad de rotación del Sol no podía explicarse. La versión
moderna de esta teoría asume que la condensación central contiene
granos de polvo sólido que crean roce en el gas al condensarse el centro.
Finalmente, luego de que el núcleo ha sido frenado, su temperatura
aumenta, y el polvo es evaporado. El centro que rota lentamente se
convierte en el Sol. Los planetas se forman a partir de la nube, que rota
más velozmente.

Figura 2.- La teoría de Kant y Laplace (1796).


1.2.3.- Teoría de los protoplanetas
La teoría de los protoplanetas afirma que inicialmente, hay una gran
nube interestelar, que eventualmente producirá un cúmulo estelar.
Densas regiones en la nube se forman y coaligan; como las pequeñas
gotas tienen velocidades de giro aleatorias, las estrellas resultantes tienen
bajas tasas de rotación. Los planetas son gotas más pequeñas
capturadas por la estrella. Las pequeñas gotas tendrían velocidades de
rotación mayores que las observadas en los planetas, pero la teoría
explica esto, haciendo que las gotas planetarias se dividan, produciendo
un planeta y sus satélites. No queda claro cómo los planetas fueron
confinados a un plano, o por qué sus rotaciones tienen el mismo sentido.

Figura 3.- Disco protoplanetario en la formación del sistema solar.

1.2.4.- Teoría de las fuerzas electromagnéticas


En 1899 el noruego Kristian Birkeland formularía la teoría de que
las fuerzas electromagnéticas del Sol provocarían las condensaciones
necesarias para que alrededor de ellas se formasen, por gravedad, los
planetas. Esta teoría sería completada por Fred Hoyle y Hannes Olof
Gösta Alfvén. En su hipótesis afirman que la nebulosa primitiva era muy
grande (de varios años luz). Al contraerse la materia lo harían también las
líneas de fuerza del campo magnético y giraría cada vez más rápido. De
esta manera se separan los anillos de materia que formarán los planetas.
Pero las líneas de fuerza magnéticas se comportarían como cuerdas
elásticas. Al deformarse por la formación de los planetas frenarían al Sol
y acelerarían a los planetas. Esta teoría exige que la temperatura inicial
no sea demasiado elevada.
Figura 4.- Disco protoplanetario en la formación del sistema solar.

1.2.5.- Teoría de Emil Belot


En 1910 Emil Belot formuló una teoría en la que especulaba con dos
movimientos que tiene en el sistema solar y que seguramente tuvo
también la nebulosa primitiva; uno de rotación y otro de translación hacia
el ápex (punto localizado en las inmediaciones de la constelación de
Hércules y Lira hacia el que aparentemente se dirige el sistema solar a
una velocidad de 20 km/s). Estos movimientos implican una tensión entre
fuerzas centrípetas y centrífugas que hacen vibrar la materia de la
nebulosa como lo haría una varilla. En las crestas de las ondas se
formarían los planetas.
2.- TEORIAS DEL ORIGEN DE LA LUNA:
2.1.- Teoría del gran impacto
Es la teoría científica más aceptada para explicar la formación de la Luna,
que postula que se originó como resultado de una colisión entre la joven Tierra
y un protoplaneta del tamaño de Marte, que recibe el nombre de Tea (o Theia).
El nombre de Theia proviene de la mitología griega, ya que Theia o Tea era la
titánide madre de la diosa lunar Selene. La hipótesis se planteó por primera vez
en una conferencia sobre satélites en 1974 y luego fue publicada en la revista
científica Icarus por William K. Hartmann y Donald R. Davis en 1975.
Figura 5.- Teoría del gran impacto.

2.1.1.-Tea
Una de las hipótesis plantea que Tea se formó en un punto de
Lagrange respecto a la Tierra, es decir, aproximadamente en la misma
órbita, pero 60º por delante (L4) o por detrás (L5).2 Conforme a lo sugerido
en 1772 por el matemático Joseph-Louis de Lagrange, existen cinco
puntos en la órbita terrestre en donde los efectos de la gravedad del
planeta se anulan en relación con los del Sol. Dos de los puntos de
Lagrange (L4 y L5), situados a 150 millones de kilómetros de la Tierra,
son considerados estables y por tanto son zonas con potencial para
permitir la acreción planetaria en competición con la Tierra. Fue en el
punto L4 donde se piensa que Tea comenzó a formarse en el eón
Hadeico.

Cuando el protoplaneta Tea creció hasta un tamaño comparable al de


Marte, unos 20 ó 30 millones de años después de su formación, se volvió
demasiado masivo para permanecer de forma estable en una órbita
troyana. La fuerza gravitacional impulsaba a Tea fuera del punto de
Lagrange que ocupaba, al mismo tiempo que la fuerza de Coriolis
empujaba al protoplaneta de vuelta al mismo. Como consecuencia de ello,
su distancia angular a la Tierra comenzó a fluctuar, hasta que Tea tuvo
masa suficiente para escapar de L4.
2.2.2.- Formación de la Luna
Mientras Tea se encontraba atrapada en la órbita cíclica, la Tierra
tuvo tiempo para diferenciar su estructura en el núcleo y manto que
actualmente presenta. Tea también podría haber desarrollado alguna
estratificación durante su estadio en L4. Cuando Tea creció lo suficiente
para escapar del punto de Lagrange, entró en una órbita caótica y la
colisión de ambos planetas se hizo inevitable, dado que ambos planetas
ocupaban la misma órbita. Se piensa que el impacto pudo haber
acontecido unos cientos de años después del escape definitivo. Se ha
calculado que esto ocurrió hace 4 533 millones de años; se cree que Tea
impactó la Tierra con un ángulo oblicuo a una velocidad de 40 000 km/h,
destruyendo Tea y expulsando la mayor parte del manto de Tea y una
fracción significativa del manto terrestre hacia el espacio, mientras que el
núcleo de Tea se hundió dentro del núcleo terrestre. Ciertos modelos
muestran que la colisión entre ambos cuerpos fue rasante y que Tea
quedó en una órbita baja, estando unida con la Tierra por un puente de
materia; posteriormente se alejó hasta varios diámetros terrestres para
volver a chocar con la Tierra y acabar destruido por completo. Las
condiciones existentes en el entorno terrestre tras el impacto fueron muy
extremas, con el planeta fundido en su totalidad y rodeado por una
atmósfera de roca vaporizada a 4000 °C que se extendía hasta una
distancia de ocho radios terrestres.

Estimaciones actuales basadas en simulaciones por ordenador de dicho


suceso sugieren que el 2% de la masa original de Tea acabó formando un
disco de escombros, la mitad del cual se fusionó para formar la Luna entre
uno y cien años después del impacto. Independientemente de la rotación
e inclinación que tuviera la Tierra antes del impacto, después de éste, el
día habría tenido una duración aproximada de cinco horas y el ecuador
terrestre se habría desplazado más cerca del plano de la órbita lunar.

Es posible, de acuerdo con diversas simulaciones, que se hubieran


formado dos satélites a una distancia de 20 000 kilómetros de la Tierra.
Sin embargo, la luna interna acabaría colisionando de nuevo con nuestro
planeta o chocando con la otra 1 000 años después de su formación. Esta
última hipótesis explicaría la diferencia existente entre la cara visible de la
Luna y su cara oculta, proponiendo que la segunda luna habría tenido un
diámetro aproximado de 1 200 kilómetros —más grande que el planeta
enano Ceres— y que se hallaría en uno de los puntos de Lagrange de la
órbita lunar de entonces, en el cual permanecería durante millones de
años hasta que su órbita se desestabilizó para acabar colisionando con la
mayor de las lunas en lo que hoy es la cara oculta. Dicha colisión se habría
producido a una velocidad relativamente baja (2-3 km/s), de modo que el
objeto impactante no habría formado un cráter sino que, tras el impacto,
su destrucción habría cubierto con materiales rocosos el hemisferio
alcanzado.

3.- TEORÍAS SOBRE EL ORIGEN DE LOS CONTINENTES

3.1 TEORÍA DE LA DERIVA CONTINENTAL


Esta hipótesis fue planteada por Wegener, según la cual, los continentes
no están fijos en una posición, sino que se han desplazado y se están
desplazando por la superficie de la Tierra.
Para Wegener; debió haber existido una única y gran masa de la Tierra, a la que
llamo Pangea (toda la Tierra), estando el resto del globo cubierto por un océano
llamado Panthalassa. Esta gran masa de Tierra después de evolucionar 20
millones de años y debido a la acción centrifuga originada por la rotación de la
Tierra, se fragmentó e inició un movimiento de deriva o traslación. Esta rotura de
Pangea se produjo simultáneamente al norte y al sur del bloque África-
Sudamérica formándose dos continentes:
Al norte quedó lo que hoy es Norteamérica y Asia, que Wagener llamó Laurasia,
al sur, Gondwana, formada por Antártida, Australia e India.
Asimismo producto de la deriva continental se dio la formación de las cadenas
montañosas.
Los principales argumentos en las que Wegener fundamentó sus hipótesis
fueron:
 Los continentes proceden de una sola y única masa continental que se
fragmentó, iniciándose un movimiento de traslación relativo entre ellos.
Los continentes se habían desplazado hacia el oeste por una lenta
traslación denominada "deriva de los continentes".
 Las semejanzas entre las líneas de las costas de ciertos océanos como
el atlántico. Por ejemplo, se observa la fractura en forma de "s" en los
contornos de la costa occidental de África y la costa oriental
de América del Sur, donde América, Europa y África podrían encajar
perfectamente, como un rompecabezas.
 La separación de la Pangea y la deriva continental, ocurrió por las fuerzas
de atracción de la Luna y del Sol, a las que se unió la fuerza de rotación
de la Tierra.
 Fósiles de animales semejantes, entre los litorales del Océano Atlántico.
 Simultaneidad de las glaciaciones que se produjeron en América del
Norte, como en Europa y Asia.
Figura 6.- Teoría del gran impacto.

3.2.- TEORÍA DE LAS CORRIENTES CONVECTIVAS.


Sostiene que la diferencia de temperaturas y densidad de las rocas plásticas del
manto originan corrientes convectivas (transporte de calor de un fluido), las
cuales expulsan hacia la superficie nuevos materiales que agrandan y mueven
la corteza oceánica y continental.
Se cree que esta teoría da origen a la teoría de la tectónica de placas.
3.3.- TEORÍA DE LA EXPANSIÓN DE LOS FONDOS OCEÁNICOS.
Expuesta por Hess en 1960 y por Dietz en 1961. Esta teoría afirma que la Tierra
está en proceso de expansión, por lo que su corteza se rompe a lo largo de las
líneas de fractura, por donde sale material a grandes presiones para formar
nuevas montañas. Los estudios realizados en los fondos oceánicos han
demostrado que las rocas situadas en los centros de los océanos son más
jóvenes que aquellas que se encuentran cerca de los continentes, lo cual origina
la creación de una nueva corteza oceánica.
3.4.- TEORÍA DE LA CONTRACCIÓN DE LA CORTEZA TERRESTRE.

Sostiene que, a causa del enfriamiento del manto (capa sobre la que reposa la
litosfera o corteza terrestre), se producen facturas en la corteza terrestre, por
donde sale nuevo material que forma montañas y cordilleras paralelas a la costa
litoral.
Estas dos últimas teorías están todavía en proceso de investigación y, al igual
que las demás, no pasan de ser una idea sobre la cual giran
numerosos procesos científicos para verificarla o desecharla.

3.5.- TEORÍA DE LA TECTÓNICA DE PLACAS


El estudio de la hipótesis de Hess, sobre la expansión de los fondos
oceánicos, y la de Alfred Wegener, sobre la deriva de los continentes fueron la
base para elaborar la teoría de la tectónica de placas, que ha sido estudiada por
numerosos científicos, entre los que destacan: G. Hess, Dietz, Holmes y otros.
Esta teoría, parte de que la corteza terrestre está dividida en grandes
fragmentos o placas distintas, que flotan en la capa móvil y superior del manto
llamada astenósfera, de aspecto viscoso, debido a la elevada temperatura por la
cual las placas pueden moverse libremente. Estas placas, cuyo espesor varía
entre 160 a 150 Km, se encuentran en construcción y destrucción continua,
cuyos límites son las dorsales oceánicas y las zonas de subducción donde se
forman las trincheras o fosas oceánicas . Aquí en ellas, la actividad volcánica es
muy intensa.
Las fosas son entalladuras estrechas y muy profundas que se encuentran
al borde de los continentes o de un archipiélago. (ver figura 7). La mayor parte
se encuentra en el Océano Pacífico. La más profunda es la fosa de las Marinas
a 10,910 m., de profundidad.

Figura 7.- Relieve Submarino


A lo largo de los sistemas de dorsales oceánicos (grandes cordilleras
volcánicas) se separan las placas y se forman grietas o rifts , que favorecen
el desarrollo del vulcanismo, que es la salida del material ígneo; al enfriarse, se
forma una nueva capa en el fondo del mar, lo cual provoca su expansión y la
creación de nueva corteza terrestre.
Las placas tectónicas están delimitadas por las zonas de subducción, por
las dorsales oceánicas o zonas de renovación y por las zonas de fallas
transformantes, donde una placa se desliza junto a la otra a lo largo de grandes
fracturas. La separación de las placas es de 1 a 10 cm por año.
Por otro lado en las regiones o zonas donde los fenómenos telúricos como
los sismos (movimientos vibratorios de la corteza terrestre) y la actividad
volcánica son muy intensa, coincide con el área de choque de las placas
tectónicas.

Figura 8.- Principales placas de la superficie terrestre

4.- TEORÍAS SOBRE EL ORIGEN DE LA VIDA


4.1.- CREACIONISMO
Todavía a mediados del siglo pasado era una opinión generalizada que la
vida en la Tierra había sido creada por una fuerza sobrenatural, después de un
acto creativo único o bien a intervalos sucesivos. Se aceptaba literalmente lo que
decía la Biblia, de ese modo, se aceptaba el relato del Génesis sobre la Creación.
Además, esta teoría sostenía que cada una de las distintas especies se había
originado separadamente de las otras y que no había experimentado
modificación alguna en el transcurso de las generaciones sucesivas (inmovilismo
de las especies).
Hoy día se entiende que la Biblia trata sobre cuestiones religiosas y
morales, y que no se debe tomar como fuente para dilucidar cuestiones
científicas. La ciencia, por su parte, tampoco puede resolver cuestiones morales
o religiosas. Ciencia y religión se ocupan de campos diferentes y no tienen por
qué entrar en conflicto.
Dado que no pueden someterse a una verificación experimental, los
fundamentos del creacionismo están excluidos del campo de aplicación de la
ciencia y actualmente son ignorados por la mayor parte de
la comunidad científica.
Figura 9.- La creación del hombre, de Miguel Ángel
4.2.- GENERACIÓN ESPONTANEA
El fundador de esta teoría fue Aristóteles, que, hacia mediados del siglo
IV a. C., se dedicó al estudio de las ciencias naturales. El filósofo sostenía que
algunas formas de vida, como los gusanos y los renacuajos, se originaban en el
barro calentado por el sol, mientras que las moscas nacían en la carne
descompuesta de las carroñas de animales. Estas convicciones erróneas
sobrevivieron durante siglos hasta que, hacia mediados del siglo XVII, el biólogo
italiano Francesco Redi (~1626?-1697) demostró que las larvas de mosca se
originaban en la carne tan sólo si las moscas vivas habían puesto previamente
sus huevos allí: por consiguiente, sostenía que ninguna forma de vida había
podido nacer de la materia inanimada.
En un primer experimento, Redi metió un trozo de carne en un recipiente
abierto y otro en uno sellado con cera. Observó que después de algunos días la
carne contenida en los recipientes cubiertos, aun cuando estaba en putrefacción
no contenía traza alguna de larvas, al contrario de lo que sucedía con la carne
de los recipientes descubiertos, en la que las moscas adultas habían podido
poner sus huevos. El experimento recibió críticas, pues pudiera ser que las larvas
no crecieran en el bote sellado porque no podía entrar aire. Por tanto, repitió el
experimento y empleó un frasco abierto y otro cerrado con una gasa, que
permitía la entrada de aire, pero no de moscas. De nuevo, en el frasco cerrado
no aparecieron larvas.

Figura 10.- Generación espontánea


Este experimento habría podido demostrar definitivamente que la vida
sólo podía originarse en otra forma de vida preexistente, pero no fue así: la teoría
de la generación espontánea sobrevivió dos siglos más, gracias al apoyo de
los medios religiosos partidarios del pensamiento teológico de Aristóteles.
La refutación de la generación espontánea. El experimento de Pasteur
Louis Pasteur, en 1864, demostró la imposibilidad de la generación espontánea
de la vida. Ya se aceptaba que no se podían formar seres vivos complejos, como
insectos, a partir de la nada, pero aún no estaba claro en el caso de
microorganismos

Figura 11.- Experimento de Pasteur

Pasteur preparó varias retortas con caldo de carne a las que estiró y curvó
el cuello en forma de «S». Hirvió su contenido para esterilizarlo, pero no las cerró
herméticamente; así, el aire podía entrar libremente al interior, pero los
microorganismos quedaban en el cuello de cisne de la vasija y no contaminaban
el caldo.

4.3.- TEORÍAS SOBRE EL ORIGEN QUÍMICO DE LA VIDA

4.3.1.- Teoría de Oparin y Haldane.

Hoy en día la teoría aceptada para explicar el origen de la vida es la que


se basa en la hipótesis química expuesta por el ruso A. Oparin y
el inglés Haldane en 1923.
Cuando la Tierra se formó hace unos 4.500 millones de años, era una
inmensa bola incandescente en la que los distintos elementos se colocaron
según su densidad, de forma que los más densos se hundieron hacia el interior
de la Tierra y formaron el núcleo, y los más ligeros salieron hacia el exterior
formando una capa gaseosa alrededor de la parte sólida, la protoatmósfera, en
la que había gases como el metano, el amoníaco y el vapor de agua.

Figura 12.- El origen de la vida de A. Oparin y el inglés Haldane en 1923.

Estos gases estaban sometidos a intensas radiaciones ultravioletas (UV)


provenientes del Sol y a fuertes descargas eléctricas que se daban en la
propia atmósfera, como si fueran gigantescos relámpagos; por efecto de estas
energías esos gases sencillos empezaron a reaccionar entre sí dando lugar a
moléculas cada vez más complejas; al mismo tiempo la Tierra empezó a
enfriarse, y comenzó a llover de forma torrencial y estas lluvias arrastraron las
moléculas de la atmósfera hacia los primitivos mares que se iban formando.
Esos mares primitivos estaban muy calientes y este calor hizo que las
moléculas siguieran reaccionando entre sí, apareciendo nuevas moléculas cada
vez más complejas; Oparin llamó a estos mares cargados de moléculas el Caldo
nutritivo o sopa primordial. algunas de esas moléculas se unieron constituyendo
unas asociaciones con forma de pequeñas esferas llamadas coacervados, que
todavía no eran células.
Este proceso continuó hasta que apareció una molécula que fue capaz de
dejar copias de sí misma, es decir, algo parecido a reproducirse; esta molécula
sería algo similar a un ácido nucleico. los coacervados que tenían el ácido
nucleico empezaron a mantenerse en el medio aislándose para no reaccionar
con otras moléculas, y finalmente empezarían a intercambiar materia y energía
con el medio, dando lugar a primitivas células.
Stanley Miller se propuso obtener moléculas orgánicas relevantes para la
vida simulando en el laboratorio las que entonces se suponían que habían sido
las condiciones de La Tierra primitiva.
Para ello construyó un aparato de vidrio que estaba compuesto por un
matraz que simulaba los océanos primitivos y en el que introdujo 200 ml de agua
y la sometió a una fuente de calor para simular la evaporación de provocada por
la energía solar. Conectada con el recipiente "oceánico" se encontraba un
matraz "atmosférico", donde tras hacer el vacío se introdujo una supuesta
atmósfera primitiva formada por CH4 (metano) , NH3(amoníaco) y también
H2( hidrógeno) a estos gases se añadiría el vapor de agua evaporado desde el
recipiente oceánico. A continuación, se encontraba un condensador que
simularía la lluvia tras enfriar los gases. En el condensador se habían instalado
dos electrodos capaces de generar una corriente de hasta 60000 V. Las chispas
generadas eran la simulación experimental de los rayos atmosféricos primitivos,
sin duda presentes en gran cantidad en la Tierra primitiva.

Figura 13.- Generador de chispas


Tras dejar conectado el generador de chispas durante una semana
Stanley Miller vio como de la mezcla de gases surgía un condensado que iba
cambiando progresivamente de color, desde el rosa del primer día hasta el rojo
púrpura del último día. Al analizar la muestra condensada
mediante cromatografía en papel el éxito fue rotundo y se identificaron cinco
aminoácidos importantes: Glicina, D-Alanina, L-Alanina, ácido Aspártico y ácido
a-amino-n-butírico.
Además, los rendimientos del proceso eran insospechadamente
elevados, del orden de decenas de miligramos de aminoácidos.
En experimentos posteriores y con métodos analíticos más sensibles se
detectaron hasta veinte aminoácidos distintos con rendimientos de hasta 110mg.
El experimento propuesto por Miller había demostrado que a partir de gases
supuestamente primitivos y con una fuente de energía presente sin duda en La
Tierra primitiva se podían generar moléculas orgánicas relevantes para el origen
de la vida. De esta forma nacía la química prebiótica, disciplina que se encarga
de estudiar la formación de moléculas orgánicas bajo las condiciones reinantes
en La Tierra primitiva y su posible implicación en el origen de la vida.
Panspermia
Hoy en día existe una variante de la teoría Química del origen de la vida
que es la teoría del Origen Extraterrestre de la vida, que asume los principios de
la teoría de Oparin con la diferencia de proponer que la molécula replicante, ese
ácido nucleico primitivo capaz de autocopiarse, no surgió en los mares
primordiales terrestres, sino que se originó en alguna nebulosa próxima a la
Tierra o en la propia nebulosa que originó el Sistema Solar, y llegó a la Tierra en
algún meteorito, integrándose en el proceso de evolución química que ya se
daba en la Tierra.
El filósofo griego Anaxágoras (siglo VI a.C.) fue el primero que propuso un
origen cósmico para la vida, pero fue a partir del siglo XIX cuando esta
hipótesis cobró auge, debido a los análisis realizados a los meteoritos, que
demostraban la existencia de materia orgánica,
como hidrocarburos, ácidos grasos, aminoácidos y ácidos nucleicos.
La hipótesis de la panspermia postula que la vida es llevada al azar de
planeta a planeta y de un sistema planetario a otro. Su máximo defensor fue el
químico sueco Svante Arrhenius (1859-1927), que afirmaba que la vida provenía
del espacio exterior en forma de esporas bacterianas que viajan por todo el
espacio impulsadas por la radiación de las estrellas.
La idea de la panspermia puede parecer un tanto mística y esotérica, pero
merece que se le preste alguna consideración. Aunque la hipótesis original
parece poco probable, lo cierto es que en el polvo estelar y en los cometas
existen moléculas orgánicas, y que un impacto de un meteorito contra un planeta
puede arrancar fragmentos del planeta y proyectarlos hasta otro planeta. Por
ejemplo, en la Tierra se han encontrado meteoritos marcianos. Por otra parte,
las bacterias y sus esporas son sumamente resistentes, por lo que podrían,
quizá, viajar entre unos planetas y otros en determinadas circunstancias.
Esta teoría sustentada por científicos de la talla de Carl Sagan se basa en
el descubrimiento extraterrestre de numerosas moléculas bioquímicas, tales
como agua y aminoácidos, en las nubes gaseosas de algunas nebulosas.

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