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Los griegos y la naturaleza

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Los griegos mantuvieron ante la naturaleza una actitud “cosmocéntrica”, es decir: vieron
al hombre como una realidad inscrita dentro de la naturaleza que de ella recibía sus
leyes y a la que tenía que someterse si se trataba de ser plenamente hombre y llevar una
vida “buena”, una vida contemplativa, una vida según la razón. Su actitud ante ella era
reverencial.

La naturaleza era concebida como un organismo no alterable por la acción humana, un


todo ordenado, una realidad en sí que podía ser conocida mediante la razón,
contemplándola.

En tiempos de Homero y Hesíodo, el conocimiento consistió en una cosmogonía, es


decir: una narración del origen de los dioses y del cosmos. El periodo filosófico inauguró
un saber cosmológico. Se trasvasaron conceptos desde el mundo de lo humano a la
filosofía de la naturaleza. El hombre se integra en esta naturaleza o cosmos y tiende a
autointerpretarse a partir de él. Por eso la metafísica griega fue, en lo esencial, realista,
y su concepción de la vida humana se orientó hacia el intento de reflejar el orden y la
armonía inalterables que reinan en el cielo. Esto es la cosmoidad, la asimilación del
orden cósmico. La meta de la vida humana es hacer de la ley del universo la propia ley
del alma.
Los griegos tendieron a pensar que la naturaleza como tal es el reino de lo perfecto. Fue
esta concepción general del cosmos geométrico, perfecto e inmutable lo que les
incapacitó para la historia en general y para la filosofía de la historia en particular.

Hay en el cosmos un elemento que vela por la permanencia del orden: la justicia divina
o diké, fuerza constructiva y destructiva que garantiza la pervivencia del cosmos e
impone límites que ningún ser puede traspasar. La anomia, la adikía, la hybris, son el
pecado de rebelión contra los límites impuestos por la diké.
NATURALEZA

O PHYSIS. LA TOTALIDAD DE ENTES O COSAS NATURALES. EL PRINCIPIO ESENCIAL QUE


DETERMINA LOS DISTINTOS ESTADOS Y MOVIMIENTOS QUE LE PUEDEN SOBREVENIR A LAS
COSAS NATURALES.

Del griego phýsis (naturaleza)


Las primeras investigaciones filosóficas tuvieron como objeto el estudio del
mundo físico o Naturaleza. En este sentido, podemos llamar a los primeros
filósofos “físicos”. Pero no hay que pensar que sus investigaciones eran semejantes
a las de los físicos de la actualidad, por lo que se debe distinguir la física propuesta
por estos autores (física filosófica) de la física moderna o física científica. De todas
formas, la separación entre filosofía y ciencia es algo reciente y tal vez no es
adecuada para este primer momento del pensamiento humano.
Los dos sentidos fundamentales incluidos en el concepto de Naturaleza están
vigentes en la actualidad y son la Naturaleza entendida como el conjunto de cosas
naturales, y la Naturaleza entendida como el principio dinámico que determina el
comportamiento o modo de manifestarse de las cosas naturales.

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TEXTOS PRESOCRÁTICOS-SOFISTAS-SÓCRATES

Aristóteles fue uno de los principales filósofos griegos en


la reivindicación de la Naturaleza y en su comprensión
metafísica. En el siguiente texto clásico, Aristóteles nos
ofrece la idea de la Naturaleza como principio y esencia
que determina el cambio y los rasgos de los seres
naturales.

Algunas cosas son por naturaleza, otras por otras causas. Por naturaleza, los animales y sus partes, las plantas y los cuerpos
simples como la tierra, el fuego, el aire y el agua —pues decimos que éstas y otras cosas semejantes son por naturaleza.
Todas estas cosas parecen diferenciarse de las que no están constituidas por naturaleza, porque cada una de ellas tiene en sí
misma un principio de movimiento y de reposo, sea con respecto al lugar o al aumento o a la disminución o a la alteración.
Por el contrario, una cama, una prenda de vestir o cualquier otra cosa de género semejante, en cuanto que las significamos
en cada caso por su nombre y en tanto que son productos del arte , no tienen en sí mismas ninguna tendencia natural al
cambio; pero en cuanto que, accidentalmente, están hechas de piedra o de tierra o de una mezcla de ellas, y sólo bajo este
respecto, la tienen. Porque la naturaleza es un principio y causa del movimiento o del reposo en la cosa a la que pertenece
primariamente y por sí misma, no por accidente .
Digo «no por accidente» porque alguno, siendo médico, podría curarse a sí mismo; pero no posee el arte de la medicina
por curarse a sí mismo, sino que en este caso son por accidente un mismo hombre el que cura y el que es curado, y por eso
en otras ocasiones pueden ser distintos. Ocurre lo mismo con cada una de las otras cosas producidas accidentalmente: ninguna
tiene en sí el principio de su producción, sino que unas lo tienen fuera, en otras cosas, como la casa y cada uno de los demás
productos manuales, y otras lo tienen en sí mismas, pero no por sí mismas, como son todas las que pueden llegar a ser
accidentalmente causa para sí mismas.
Naturaleza es, pues, lo que se ha dicho. Y las cosas que tienen tal principio se dice que «tienen naturaleza». Cada una
de estas cosas es una substancia, pues es un substrato y la naturaleza está siempre en un substrato. Y se dice que son
«conforme a naturaleza» todas esas cosas y cuanto les pertenece por sí mismas, como al fuego el desplazarse hacia arriba;
pues este desplazamiento no es «naturaleza», ni «tiene naturaleza», pero es «por naturaleza» y «conforme a a naturaleza» .
Queda dicho, entonces, qué es la naturaleza y qué es ser «por naturaleza» y «conforme a naturaleza». Que la naturaleza
existe, sería ridículo intentar demostrarlo; pues es claro que hay cosas que son así, y demostrar lo que es claro por lo que es
oscuro es propio de quienes son incapaces de distinguir lo que es cognoscible por sí mismo de lo que no lo es. Aunque es
evidente que se puede experimentar tal confusión, pues un ciego de nacimiento podría ponerse a discurrir sobre los colores.
Pero los que así proceden sólo discuten sobre palabras, sin pensar lo que dicen.

Aristóteles, Física, Libro Segundo, I


(Planeta de Agostini, Editorial Gredos, S.A. (1995), Biblioteca Clásica Gredos. Traducción: Guillermo R. de
Echandía)

ilosofía de la naturaleza (physis)


27 de febrero de 2007 Publicado por Christian

La naturaleza o physis posee para los griegos dos grandes usos o acepciones.
Habitualmente, se habla de la naturaleza como el conjunto de seres que, en sí, pueblan el
universo, exceptuando, claro está, a ese conjunto tanto de cosas como elementos propios
producidos exclusivamente por el hombre; por lo que, actualmente, se habla de la
degradación de la naturaleza a causa de la actividad industrial humana (conocido es,
lamentablemente y a día de hoy, el más que citado cambio climático), y de la necesidad de
protegerla.

En esta acepción, la naturaleza vendría a


coincidir con la totalidad del universo, en donde a
menudo dicho término adquiere un segundo
significado cuando lo usamos para referirnos a
clases de cosas. En este caso particular, el
término “naturaleza” vendría a significar lo que
las cosas son.

Distinguido ya este doble uso de dicho término,


se deberá señalar que, en primer término, el
concepto de naturaleza está tremendamente
vinculado a ese concepto de necesidad al que ya nos hemos referido; no en vano, en
cuanto al universo como totalidad, esa necesidad se traduciría en que aquél es un todo
ordenado, nunca un caos. Ahora bien, el universo no podría ser un todo ordenado a no ser
que los distintos seres que lo integran estén en su sitio, y se comporten del modo exacto y
preciso que únicamente les corresponde, y es precisamente la naturaleza de los distintos
seres la que determina su lugar en el universo y su posterior forma de comportarse.

Esa misma naturaleza no es inerte, estática, pues, el universo como totalidad conjunta
muestra un órden dinámico en que los movimientos de las estaciones, los astros, las
generaciones de humanos, etc., se suceden ordenadamente: por ello se dice que es
dinámica.

Y es que, por todo lo dicho hasta ahora, ésta implicaría el movimiento y la actividad,
aunque siempre intrínsecos y propios del ser natural. Algo que marca la separación radical
e intrínseca entre los seres artificiales (o artefactos) y aquellos seres naturales. Por todo, y
en virtud de esta citada actividad intrínseca y propia que caracteriza en sí a la naturaleza,
el universo no puede ser concebido por los griegos según el modelo de una máquina,
habiendo de concebirse únicamente según el modo de un organismo viviente.

Aforismos Meditaciones Providencia


Naturaleza Estoica: ¿Qué es vivir de acorde a ella? [DIA
62]
3 marzo, 2017 Vitali 2 comentarios aristoteles, Cinismo, De la ira, Disertaciones por Arriano, Epicteto, ética
nicomáquea, eudaimonia, excelencia, filosofía helenística, fisica estoica, indiferentes estoicos, marco
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indiferente, preferidos indiferentes, prohairesis, prokope, rechazados indiferentes, sabio estoico, Seneca, steven
hayes, viktor frankl, virtud estoica, visualizacion negativa, Zenón de Citio

Una vez que ya tenemos más claro el tema de los indiferentes, con sus variantes preferidas y
rechazadas; y hemos podido hacer un gran repaso al concepto en detalle de la Virtud
Estoica, ahora toca recomponer todos estos elementos en uno solo, o lo que se suele leer
mucho en los textos; vivir de acorde a la Naturaleza estoica.

En la meditación del día de hoy quiero ir dejando claro algunos conceptos sobre ello; es
importante saber que aquí el concepto naturaleza, no es tan simplista como “Nacer, crecer,
reproducirse y Morir”. No es algo puramente físico, como la forma en que crecen los
árboles o el movimiento de los planetas. Aquí hablamos de algo que integra todos los
elementos del estoicismo: la Ética, la Física y la Lógica; la esencia de la vida según el
estoicismo. Y tampoco es solo Ético como sugieren algunas variantes de la filosofía Estoica
y veremos a continuación.

La cita Estoica del día


Puedes cercenar muchas cosas superfluas que te perturban y que no
existen más que en tu imaginación; así, abrirás a tu espíritu un ancho
campo con abarcar en tu pensamiento el universo entero, con traer a la
memoria el tiempo infinito, con meditar la pronta transformación de
cada cosa en particular, cuán breve espacio media desde su nacimiento
hasta su ruina, cuán inmenso ha sido el que precedió a su generación,
así como la eternidad que sucederá a su disolución. – Marco Aurelio,
Meditaciones, Libro IX.32
En su libro “Stoicism”, John Sellars insiste que Marco Aurelio, centra toda la obra de
Meditaciones alrededor de un tema principal: La perspectiva Cósmica; un tema que trataré
hoy de manera esencial, en la meditación estoica del día.

En cierto grado si es cierto que existen numerosos pasajes como el que he citado hoy, que
hacen referencia a esta temática; pero en realidad bajo mi punto de vista, Marco Aurelio
creo que centra mucho más el tiro orientado a la Disciplina de la Acción a través,
evidentemente de la razón y el asentimiento. ¿Es posible que esto simbolice, que Marco
Aurelio, en gran medida conjugue todos los aspectos de la Naturaleza Estoica en su única
obra, que curiosamente, iba escrita exclusivamente para si mismo?

Hoy quiero trabajar sobre esto con más profundidad en adelante.

Meditaciones del Día:


Extendiendo los límites de la
Virtud para alcanzar la
Naturaleza Estoica en su plena
esencia
Sabemos que para alcanzar la Eudaimonia, es necesario ser Virtuoso. Y para ser Virtuoso
hay que vivir de manera razonable. En definitiva, focalizar la atención al estado interno del
alma, la correcta acción del asentimiento, que en consecuencia desecha focalizar en los
elementos externos.
Vivir de acorde a la Naturaleza Estoica es una expresión del Estoicismo que no puede
entenderse de manera literal. Yo de hecho cuando empecé, lo entendía tan de manera literal,
como en el caso del Cinismo. Vivir de acorde a la naturaleza, como yo lo entendía, solo
podría significar una cosa; comer, asegurar la subsistencia, la evolución de la especie, es
decir, todo lo que en principio conocemos hasta ahora que simboliza ese precepto de la
Naturaleza sin más. Pero efectivamente, como decía, no puede entenderse de manera literal.
Vivir de acorde a la naturaleza es un concepto Ético, Físico y Lógico en el que debemos
sustituir la palabra Naturaleza por “Leyes Físicas Estoicas”.

Un breve Recordatorio de la Física


Estoica, para entender la
Naturaleza Estoica
He ahí quizá, la importancia de conocer todos los aspectos del Estoicismo. En gran medida
si no se conocen, mucha de esta Ética puede no tener sentido. Vamos a recordar un poco
resumiendo al máximo dado que hay muchos mensajes en esta página que diseccionan
bastante la física estoica y no quiero extenderme en este articulo. Según el Estoicismo
vivimos en un “Determinismo Estoico”, es decir, todo lo que pasa y pasará esta
determinado por el Universo. El Universo es la entidad máxima que rige y controla todo. El
Universo en sí, es perfecto y por consiguiente es consciente. Nosotros tenemos una parte de
esa perfección consciente; el Alma. Y gracias a ello, se nos da el permiso de “elegir”
nuestras acciones (prohairesis). Hagamos lo que hagamos va a pasar de todas formas lo que
tenga que pasar, pero la decisión de nuestra acción, va a determinar como ese resultado va a
reflejarse en nuestra Alma. En otras palabras, si hacemos una acción tal y como requiere el
Universo que la hagamos, nuestra Alma va a seguir intacta, pero si tomamos la decisión de
hacerlo de otra manera, entonces nuestra alma va a ser perturbada.
El estado del Alma intacta es la llamada “Paz Mental” o Eudaimonia, y como sugerían los
Estoicos, era el camino natural desde el nacimiento. Pero por causa del Oikeion, o la acción
apropiada más básica, el estado va degenerando con el tiempo, a un estado de Alma
perturbada, con necesidades, que se manifiestan como una Emoción dañina en el cuerpo y
el espíritu. La Emoción puede ser desde la pena, miedo, éxtasis u odio entre muchos otros
estados perturbados. En cualquiera de los casos, estos estados perturbados del Alma pueden
seguir degenerando y en definitiva, haciéndonos sentir bastante mal y también obrar
erráticamente, en contra de nosotros mismos o incluso del a sociedad.
Ayer comentábamos que solo había una manera de elegir acciones correctamente, y es a
través de la Razón. Esa Razón es justamente una propiedad del Alma que nos ha cedido el
Universo de manera especial para obrar en consecuencia. Podemos disfrutar de comer un
helado, pero debemos comerlo razonablemente. A este hecho de “comer
razonablemente” es denominado la Excelencia o Virtud, como comentábamos hace poco.
También es posible comer de manera no razonable, pero si apropiadamente (Oikeion),
simplemente por impulso, y esto es algo que compartimos con el resto de los animales. En
principio no hacemos daño a nadie, y podría ser simplemente adecuado, pero no Virtuoso.
La Máxima Virtud o Excelencia se alcanza cuando la Razón esta presente el 100 % de
nuestro momento presente. Y esa Excelencia solo la tiene el hombre Sabio, o el Sabio
estoico. Y con esto ya podríamos decir que estamos al día.

La Naturaleza Estoica tal como la


cuentas me chirría bastante, ¿que
debo hacer?
En principio mi recomendación ante esta pregunta y en este punto, es que vuelvas a leer
todos los días atrás hasta este. Si te fijas todos los mensajes pone [DIA XX] siendo XX el
número del día en el que empecé las meditaciones. Leyendo todo atrás, es posible que
llegues a las mismas conclusiones que llegué yo con el tiempo.

Pero si lo que te chirría es aquello a lo que hago referencia como Física Estoica, tenemos un
problema. Los Estoicos Modernos trataron de solucionarlo, aplicando el método Kantiano y
es superponiendo la Razón a la Física (suena Virtuoso ¿verdad?). El problema es que
automáticamente el concepto de Virtud perdería todo sentido, con lo cual esta idea no es tan
razonable como suena a priori. Esto es por una sencilla razón: ¿Como podemos explicarnos
que es y que no es lo Correcto? ¿Que es justo y que no es justo? Tendríamos que recurrir a
artificios como la Justicia Positiva que sugería Aristóteles. En cambio, según la Naturaleza
Estoica, todo es muy sencillo; siempre que se haga algo desde la razón, es Virtuoso.
Literalmente lo que sea.

Imagínate un Juicio estoico. El Juez pregunta al acusado de haber robado comida de un


supermercado:

– ¿Actuó usted de acorde a la Razón?


– Si, señoría
– Caso sobreseído

Si entiendes el concepto de que así es como debía ser según tenía previsto el Universo,
entonces no hay problema, ¿cierto? Pero… ¿que pasa con la ética, la moral, los valores?
¿En este caso, como sabemos que robó para dar de comer a su familia en situación de
enrome pobreza, o si simplemente robó por pura codicia? ¿Es realmente suficiente solo la
Razón?

En este punto, llega Platón y luego Aristóteles, que en gran medida fueron los precursores
de todo esto. En realidad Platón y Aristóteles fueron los precursores de la cultura
occidental, tal y como la conocemos ahora. Con sus Virtudes Cardinales (la Magnanimidad,
la Justicia, El Coraje, …) , con sus emociones pasionales que motivan a hacer grandes
hazañas épicas, con su división del Alma en tres partes que explica en cierto grado porque
hacemos lo que hacemos y porque a veces somos tan incongruentes con nuestros
pensamientos. En definitiva todo un paradigma social, que hemos aceptado hasta sus raíces
y no concebimos de otra manera, después de habernos metido en esta cultura hasta las más
profundas entrañas. Si a esto le sumamos que nos encontramos en plena Era Secular, en la
que no aceptamos fuerzas ocultas más alla del cable que se enchufa y da luz al ordenador,
entonces tenemos un cocktail perfecto, para rechazar la Naturaleza Estoica desde su Raíz.
Y con ello, y si nos gustan algunas pequeñas historias del estoicismo, pues toca empezar a
hacer lo que hicieron algunos antiguos estoicos en su momento, y a lo que se denominó el
eclecticismo Estoico. Cogemos esto de aquí y de allá. Si Aristóteles habla de Virtud, y
Zenón de Citio también menciona algo sobre la Virtud, !pues listo! Cogemos el capítulo que
habla sobre la Virtud de Ética Nicomáquea de Aristóteles y lo copiamos en nuestro próximo
manual de Estoicismo. Asunto resuelto. Y reconozco que en gran medida esto ya lo hice yo
en una de mis entradas, en mi más absoluto desconcierto en el entendimiento del la Ética
Estoica. Pero claro, con el tiempo empezarán a emerger miles de incongruencias, como ya
hacía referencia hace varias semanas.
Conclusión: Al final tenemos dos opciones, tal y como comentaba hace poco:
1. Nos hacemos Estoicos Modernos para vender algún que otro libro, como un mezclum de varias
filosofías helenísticas que suena todo muy comercial (o incluso alguna filosofía más
contemporáneas metida por ahí por medio)
2. Aplicamos algunos de los conceptos sueltos del Estoicismo, como Hacks Mentales.
Visualización Negativa, como forma de Intención Paradójica, tal y como hizo Viktor Frankl o
ya puestos, incluso podemos sacar una terapia psicológica entera, al puro estilo de Steven C.
Hayes

La Alternativa Real: En cierto


grado hay que hacer un esfuerzo
de concebir la Naturaleza Estoica
No es posible ser completamente “laico” para poder entender la Naturaleza Estoica, pero yo
personalmente creo que he encontrado algunos mecanismos mentales que me permiten
entender mejor todo esto. Si te dedicas a la Física Teórica y tienes creencias totalmente
opuestas a lo que yo comentaré a continuación, es muy improbable que esta propuesta
llegue a ninguna parte contigo. Pero si en gran medida estás abierto a grandes hipótesis de
los últimos tiempos, todavía hay alternativas.

En primera instancia, es necesario entender que una hipótesis es una hipótesis, y por ende
saber donde está el verdadero valor de la misma. Si no vas a ser investigador y trabajar
inherentemente sobre ella, tampoco debería preocuparte en demasía la falsabilidad o la
veracidad de la misma. Quizá la única posibilidad es que algún día se refute, y por
consiguiente hayas vivido en una gran mentira, como les pasó a los Vitalistas, pero en este
punto, hay que correr algun riesgo. Esto es lo que suelen llamar, “Fe”: Creer en una
hipótesis, aun a expensas de que mañana la refute alguien.

Partiendo de esta primera instancia, lo segundo, es entender algunos principios básicos que
puedan quizá facilitar un poco la digestión.

En primer lugar: ¿Es quizá posible que existan estados en las partículas que simbolicen el
grado de consciencia? Aunque escape a mi raciocinio, yo no lo veo un disparate. Es decir, al
igual que hay Átomos que tienen mayor o menor número de protones, por ejemplo el
Hidrógeno tiene 1 y el Uranio tiene 92, y con ello, se combinen formando componentes
superiores, incluyendo la materia orgánica; por tanto es posible que exista una variable, que
sea el grado de consciencia de un elemento, o de un grupo de elementos. Con ello, con un
descubrimiento de este tipo dentro de 500 años, quizá hallaríamos la explicación de porque
el ser humano es consciente, y es posible que esa “materia consciente” existiera en otras
partículas que nos rodean o más alla en el universo en mayor o menor medida.
En gran medida, esto soy capaz de asimilarlo, por una causa semejante al ejemplo del Éter;
un campo del que hablaba incluso Zenón 300 años antes de Cristo, y que hoy en día, una
gran cantidad de científicos experimentan para lograr averiguar si realmente existe: Le
Bosón de Higgs. Por este mismo principio, llego a aceptar, la anterior hipótesis. Así de
simple.

Por otro lado, me gusta observar una cosa: Muchas veces, sobre todo en las películas, la
consciencia parece que se tiene que medir por fuerza, según el grado de emoción. Ejemplo:
“En ciertas películas, un robot puede ser consciente, inteligente y equivalente a un ser
humano en todos los sentidos; pero siempre hay algo que le falla: no lo hace humano
porque no tiene emociones”.

Pero ahora recordemos una cosa; según el Estoicismo, el máximo grado de razonamiento,
simbolizaría el mínimo (nulo) número de emociones. Es decir, que el Sabio Estoico, es
aquel que habría alcanzado el máximo apogeo de Excelencia, y por tanto su asentimiento
sería al 100%. Y una persona con un 100% de asentimiento no tendría pasión alguna. En
cierto grado podría ser equivalente al Robot de las películas. ¿Es posible que esta sea la
causa, de que no identifiquemos la razón más allá del ser humano? Los animales en cambio,
son altamente pasionales, se enzarzan en peleas de territorios, se les condiciona muy
rápidamente a traves de sistemas de condicionamiento muy primitivos como un “Clicker”,
etc… Todo en principio, motivo de un bajo grado de consciencia, o ningun grado de
consciencia en absoluto, y un alto grado de impulso, o de emoción. Y aún así seguimos (y
probablemente seguiremos) viéndolos como seres algo inferiores a nivel moral, justamente
porque falta eso: El grado de consciencia. Es por ello que en realidad la diferencia puede
que no este en las emociones que muchas veces se sugiere en las películas, sino en otro
componente más parecido a la Razón.

La razón como último fin para vivir


de acorde a la Naturaleza Estoica
Pero debo dejar claro, que todo esto, es puramente hipotético. Solo sirve para encajar un
poco la teoría para luego dirigirnos a la práctica. Simplemente el hecho de aceptar que todo
esto es POSIBLE, independientemente de si es probable o no, quizá nos permitiría llegar a
aceptar, que la razón es lo único que importa. Sino, ¿que sentido habría en alcanzar el
máximo nivel de asentimiento o razón? Ninguno
De hecho, justamente la Escuela Peripatética se caracterizaba por este aporte: En la
moderación o en el punto intermedio se encontraba el Bien. Por ello, la ira en moderación
es positiva según la escuela Peripatética, porque invita a una forma de motivación. Como
para reclamar las injusticias sociales o para pelear de forma valiente en una Guerra. Pero
como ya decía Séneca, la Ira en realidad no trae nada bueno, ni con moderación ni sin
moderación. Porque como ya decía antes, la pasión solo trae más pasión:

La ira, en fin, nada útil tiene en sí, nada que impulse al ánimo a las
cosas bélicas; porque nunca se apoyó la virtud en el vicio, bastándose
a sí misma. Cuantas veces necesita realizar esfuerzos, no se irrita;
irguese, y, según lo considera necesario, se anima o se calma; así,
pues, cuando las máquinas lanzan los dardos, su alcance depende del
que los dirige. «La ira, dice Aristóteles, es necesaria; de nada se
triunfa sin ella, si no llena al alma, si no calienta al corazón; debe,
pues, servirnos, no como jefe, sino como soldado». Esto es falso.
Porque si escucha a la razón y se deja conducir a donde la llevan, ya
no es ira, cuyo carácter propio es la rebelión. Si resiste, si arrastrada
por sus caprichos y presunción no se detiene cuando se la manda, es
para el alma un instrumento tan inútil como el soldado que no obedece
a la señal de retirada. Séneca, De la Ira, Libro I.9

El ser humano es finito según la


Naturaleza Estoica.
En cierto grado los primeros estoicos quedaron ahí. La búsqueda de la razón absoluta, sin
mucho más misterio. Pero de aquí empezaron a surgir un nuevo nivel de cuestiones. En
primera instancia, nosotros somos una entidad de materia, y como entidad de materia somos
finitos. Esto quiere decir que como cualquier unidad finita externa tiene limitada su libertad.

Esto fue en gran medida el argumento para alejarse del ascetismo Cínico. ¿Que sentido
tiene huir de todo, si al final no podemos huir de lo más básico?: La vida y el cuerpo. Como
diría Epicteto:

Entonces, ¿quién es estoico? Igual que llamamos estatua fidíaca a la


modelada según el arte de Fidias, así también mostradme uno
modelado según las doctrinas de que habla. Mostradme uno enfermo y
contento, en peligro y contento, muriendo y contento, exiliado y
contento, desprestigiado y contento. Mostrármelo. Por los dioses,
deseo ver un estoico. Pero no podéis mostrarme a nadie modelado así.
Mostradme, al menos, uno que se esté modelando, uno con inclinación
a ello. Hacedme el favor. ¡No privéis a un anciano de ver un
espectáculo que hasta ahora no vio! – Epicteto, Disertaciones con
Arriano, Libro II, 19.23-25
En este caso, solo una persona que haya cultivado la Virtud al máximo, sería realmente
inmune a la adversidad; y del mismo modo, esta es la razón por la que la Virtud se trabaja a
través de la adversidad. Pero el simple hecho de despojarse de todo, no implica que en
cierto grado podamos despojaros literalmente de -todo-. Siempre hay algo. Y en última
instancia esta la vida. Y es por ello que deshacerse de la Vida no suele ser propio de la
razón. Y aunque algunos estoicos dieron posibilidades de cuando es razonable hacerlo,
generalmente no lo es.

En este caso según la naturaleza estoica, es imposible llegar a la condición del Sabio estoico
por una sencilla razón; siempre hay algo que nos va a tener atados. Algo que vamos a
preferir (un preferido indiferente), antes que la razón de deshacernos de ello. Porque somos
“finitos” dentro de la conceptualización de la naturaleza estoica. Y esto puede ser uno de los
motivos por los cuales los Estoicos, no denominaran nunca a un Sabio Estoico
definitivamente. Esto ya lo sabía también Epicteto y lo decía; en cierto grado, estaremos
completamente atados tarde o temprano a algo finito como nosotros. Incluso algo tan básico
como el mismo agua.
Por consiguiente: ¿Es posible que el camino, no esté en dejar de ser finitos, sino en aceptar
este estado finito pero plantearse otra actitud ante la vida?

Moral Estoica: Subiendo un nivel


en el fin de la Naturaleza Estoica
Sabemos que en la práctica y según la naturaleza estoica, la Virtud sería: “Analizar los
Juicios para solo asentir ante las impresiones adecuadas, y con ello evitaremos esas
reacciones violentas fruto de Asentir erróneamente”. Recordemos el concepto de asentir y
de impresión adecuada, a raíz de la Lógica Estoica
Sabemos que la razón (la capacidad de asentir), se encuentra en distinguir entre lo externo y
lo interno. Esto quiere decir que en cierto grado, al asentir, nos hacemos cada vez más
conscientes de que no estamos solos, y que en gran medida somos un elemento dentro de
algo más grande. Algo más grande que podemos concebir o entender en mayor o menor
medida, pero en definitiva, algo que esta fuera de nuestro control, pero incide directamente
sobre nosotros. En cierta medida, esta acción consiste en ampliar en circulo de pertenencia
(Oikeiosis), más alla de nosotros mismos. Y la razón humana en su máximo esplendor
permitiría ampliar el circulo de pertenencia o de “cuidado” hasta incluso, llegar a
“fusionarlo” con el del Universo al completo. O lo que es lo mismo: Que nuestras acciones
vayan siempre dirigidas, con cierto cariño, a preocuparnos sobre todo el Universo al
completo como máximo nivel de Oikeiosis. Esto en resumen es la esencia de la moral
estoica.
Esto en la práctica es más complejo de lo que comento, y me gustaría seguir profundizando
en ello en los próximos días. Así para terminar hoy quiero destacar que existen dos
elementos fundamentales a la hora de entender el aspecto más sistemático de la Virtud:

 Por un lado tenemos la perspectiva interna, es decir, el razonamiento interno, y el conocimiento


de que el control solo está en nosotros y no en los eventos externos, independientemente de que
sean indiferentes preferidos o rechazados
 Si echamos la vista más alla de nuestro interior, tendríamos la perspectiva externa, que nos da el
conocimiento de saber, que somos uno más dentro de algo más grande. Limitar nuestra
perspectiva a que somos una entidad independiente con respecto a la Naturaleza estoica,
también es un error, un juicio falso. Y es a esto a lo que se llama la Perspectiva Cósmica. Otra
de las razones por la que es importante entender la Física Estoica, como explicación de la
Naturaleza Estoica.
La cosa se puede complicar aun más. ya Epicteto, en el segundo Libro, parece que
flexibilizó su postura con respecto a la que comentaba con respecto a los Indiferentes que
no estan bajo nuestro control y dijo así:
Entonces, ¿qué es lo que sucede? Es como si uno, al ir a su patria y
pasar por una buena posada, por gustarle la posada se quedara en la
posada. Hombre, ¿has olvidado tu propósito? No es que vinieras aquí,
sino por aquí. «Pero esto es bonito». ¡Cuántas otras posadas bonitas,
cuántos prados! Pero simplemente como lugar de paso. Que el
propósito era regresar a tu patria, librar a los tuyos de preocupaciones,
hacer tú lo propio del ciudadano, casarte, tener hijos, desempeñar las
magistraturas acostumbradas. No has venido a elegir los sitios más
bonitos, sino a desenvolverte en aquellos en los que naciste y en los
que se te tiene por ciudadano. Algo así es lo que también aquí sucede.
Pero, puesto que por medio del discurso y de tal enseñanza se ha de ir
hacia la perfección y a purificar el propio albedrío y a disponer
correctamente de la facultad de usar las representaciones, y es
necesario que la enseñanza de los preceptos tenga lugar por medio de
determinada expresión y con cierta variedad y agudeza en las
palabras, por su efecto algunos de éstos se quedan en eso, atrapados,
uno por la elocución, otro por los silogismos, otro por los equívocos,
otro por alguna otra de esas posadas y, al quedarse allí, se pudren
como con las Sirenas. – Epicteto, Disertaciones con Arriano, Libro II,
23.36-40
Aquí Epicteto saca de la manga otro tema: Los Valores y los Propósitos en la vida. Parece
como que hay algo más allá de la “simple” Virtud de atender a la razón, y que conjuga la
perspectiva externa con la interna y la naturaleza estoica, para dotar de un “objetivo” al ser
humano. En cierto grado, parece como que volvemos al primer día con esto, cuando hablaba
por ejemplo, de la Competición y el Estoicismo
¿Es posible que esté dando vueltas en círculos?

El concepto de Derecho natural en los


filósofos estoicos
Publicado el octubre 11, 2008por avellanal

Con habitualidad entendemos el término “estoicismo” como fortaleza o


dominio sobre la propia sensibilidad, firmeza o resistencia frente a la desgracia,
y de tal modo lo empleamos (correctamente), afirmando cosas como “soportó
la adversidad estoicamente”. Sin embargo, no siempre se posee noción sobre
las principales características del pensamiento estoico, escuela de filosofía tras
la que se esconde la figura de Zenón de Cito (y no Zenón de Elea, más conocido
por sus paradojas).
Zenón, un pensador de origen semita, que vivió entre los años 350 y 260 a. C.,
colocaba junto a sus discípulos el concepto de “naturaleza” en el centro del
sistema filosófico que sostenían, entendiendo por naturaleza el principio rector
que rige todo el universo, e identificándolo con Dios –de forma panteísta–, pero
concibiendo a la razón como fuerza universal que penetra todo el Cosmos, pues
el hombre, en cuanto parte componente de la naturaleza cósmica, es un ser
dotado esencialmente de razón, y que siguiendo los dictados de ésta, conduce
su vida conforme las leyes de su propia naturaleza. En síntesis, para Zenón, el
Derecho natural por ser igual a la ley de la razón, es un Derecho universal,
válido para ser aplicado en cualquier punto del planeta, y por ende, sus
postulados son obligatorios para todos los hombres.
De esto se desprende que los estoicos enseñaran que no debían existir estados-
ciudades diferentes, cada uno de los cuales se rigiera por sistemas de justicia
heterogéneos. Partiendo del principio de igualdad de todos los hombres,
delinearon el ideal absoluto del Estado universal en el que las personas
convivieran armónicamente guiadas por la luz de la razón, desarrollando por
vez primera una filosofía notoriamente cosmopolita. Afirmaban asimismo que
tal situación de no segmentación había existido en un estadio muy primitivo de
la historia humana, cuando las personas no se dividían ni en clases ni en
nacionalidades, y no imperaba ninguna variedad de dominación de hombre
alguno sobre sus semejantes, dado que todos gozaban en común de los bienes
a su alcance, conformando una comunidad libre e igual de hermanos, que sólo
fue desmoronada cuando hicieron su aparición la ambición y el egoísmo. Una
vez que dicha “época de oro” quedó en el olvido, la razón se vio obligada, en la
necesidad de hacer frente al nuevo escenario de degeneración, a concebir
medios e instituciones prácticas como la propiedad privada, el gobierno y el
matrimonio, entre otras. Por lo tanto, el Derecho natural perfecto y absoluto
hubo de ser sustituido por otro relativo, que tiene en cuenta la naturaleza
imperfecta del ser humano y las condiciones reales de la nueva situación, pero
que inexorablemente debe evitar discriminaciones sustentadas en razones de
sexo o raza, tendiendo a impulsar, por medio de sus preceptos, la libertad e
igualdad de todos los hombres.
Ésta concepción de Derecho Natural que forjaron con anticipación los estoicos,
terminó por poseer una influencia primordial en el desarrollo ulterior del
Derecho, sirviendo como una plataforma para el perfeccionamiento de la
filosofía jurídica de los Padres de la Iglesia y demás pensadores medievales, pero
influyendo incluso antes en la morigeración de ciertas instituciones jurídicas
severas del Derecho romano.
Cicerón, por ejemplo, explicaba que el verdadero Derecho no era una cosa en
Atenas y otra distinta en Roma, sino que es de aplicación universal, inmutable
y eterna, obligatorio para todos los pueblos. El Derecho civil, por lo tanto, no
es otra cosa que la manifestación humana de ese Derecho natural sempiterno.
Una ley de Derecho civil no es justa porque haya sido promulgada por el
Estado, porque si allí se buscara el fundamento de su justicia, una ley arbitraria
dictada por un tirano, igualmente sería justa; una ley justa, por el contrario, debe
estar de acuerdo con los postulados morales cardinales del Derecho natural.
La idea estoica de igualdad de todos los hombres influyó de cierto modo en
algunas reformas legales a través de las cuales se tendió en Roma a mejorar de
forma progresiva el status de los esclavos. Así lo demuestra el decreto firmado
por el emperador Claudio, que establecía que todo esclavo abandonado por su
amo, ya sea por causa de enfermedad, ya sea por causa de vejez, recobraba
automáticamente la libertad. Con el correr del tiempo, se establecieron más
disposiciones que daban cuenta de una regulación menos deshumana de la
esclavitud, como la prohibición de venta de esclavos a las personas que
proporcionaban de gladiadores a los circos.
La institución de la familia romana también sufrió modificaciones jurídicas de
peso gracias a la influencia de las ideas estoicas. Mientras que en el primitivo
Derecho romano republicano, la mujer quedaba sujeta al poder despótico del
marido, que podía disponer, con completa libertad, hasta de su vida o muerte,
durante la etapa del Imperio el matrimonio comenzó a ser libre, la mujer logró
emanciparse y no quedar ya a merced de las arbitrariedades masculinas (incluso
podía llegar a divorciarse). De un modo semejante, aunque en el marco de un
proceso histórico menos vertiginoso, la relación jurídica entre padres e hijos fue
adquiriendo matices de mayor humanitarismo, prohibiéndose la venta de hijos
o el poder absoluto que anteriormente poseía el padre de disponer sobre la
propiedad de sus hijos adultos.
Es por demás evidente que si seguimos rastreando en los siglos que le
precedieron, llegando hasta nuestros días, sondeando en los principios de
libertad, igualdad y fraternidad tantas veces promulgados pero a menudo tan
olvidados, encontraremos, con toda seguridad, las huellas de los filósofos
estoicos.

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