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A MI ESPOSO:
Horacio Alfonso
Tu amor y complicidad colaboró
A MI FAMILIA
Presentación
El cuento que aparece a continuación es la síntesis del libro de mi autoría “La Mujer Colombiana y el
Proceso Histórico de sus derechos”, publicado en el 2002, por la Academia de Historia de Boyacá. Hoy, después
de varios años, quiero entregarlo en forma de cuento para que llegue a todo tipo de lectores.
La narración del cuento se centra en una conversación entre la hija y la abuela que vivían en la
Región de Lengupá, Boyacá, en la época de la violencia. Su diálogo se centra en la marginación de la
mujer a través del tiempo, unido al hecho real de la violencia en Lengupá.
Semblanza
Como el amor, silente.
Como la luz, sin tiempo
Ni medida.
Como la flecha
Que corta las distancias
Para quedar hundida
Allí, por siempre!
Como la risa,
Acariciando el mundo.
Como la tarde, callada,
Comprensiva…
Como el aire que se entrelaza
En los sueños
De la media humanidad
Que esta cautiva
Como el dolor,
Erguida ante la muerte.
Como un rayo desgajando
Espinas.
Como todo el amor
Del universo,
Lista para regarlo
En las heridas.
Esta mujer:
Hoy más altiva!
Sin ataduras,
Y con toda la voz
Bebiendo espacios,
Surcando el tiempo
Sin tregua en la vigilia.
Esta mujer:
Como el amor, valiente
La que nació en mi patria
Campesina…!
Fue en un atardecer, de esos inolvidables, cuando sentada María, mujer de algunos 90 años, con su
hija que lindaba los sesenta, conversaban detenidamente, mientras la luz del día, fijaba los últimos
resplandores sobre el paisaje, matizado de verdes entrañables, producidos por la variedad de su
vegetación.
Ya era costumbre que después de cantar canciones para olvidar la violencia generada en el pie de
monte llanero de la región de Lengupá, en la época de los cincuenta, las abuelas explicaban historias
interminables sobre la cotidianidad de la guerra. Un día, la hija le pregunta:
-¿por qué nosotras estamos aquí, mientras los hombres se esconden? Ella contesta – para entenderlo
debo iniciar con una historia casi fantástica, contada también por mi abuela:
Hace muchos, pero incontables miles de años, hubo un cataclismo en el universo, el de la creación de
formas humanas; y mientras los cielos se abrían, bajaban jirones de velos entrelazados, para
escaparse a los vientos ciclónicos que envolvían el universo.
Pero algo extraño ocurría mientras esto pasaba, algo que aún, no entiendo, esos retazos de diferentes
tamaños y colores, aparentemente transparentes, cayeron en forma de hiyab, en las cabezas de las
mujeres para ocultarlas y separarlas de la vista de los demás, y por qué no decirlo, de la misma
sociedad. Sí, bajaron a posarse en sociedades donde tomaron nombres según las diferentes culturas:
Burka, Chador, Niqab, Al Amira, Shayla, mantilla o pañoleta. Hija, no lo sé, si son creencias,
costumbres o mitos, pero desde siempre la mujer debía, además de cubrirse la cabeza en las
ceremonias de Culto como símbolo de sumisión, humildad y obediencia; debía permanecer en la casa,
mientras los varones iban a la guerra.
Es importante que sepas, el significado del mito del cubrimiento de la cabeza, ya que por mi mente
pasan pensamientos que confunden el hecho de la igualdad en la creación, que apunta al misterio del
ser mujer; ese enigmático cubrimiento que significa esconder, ocultar a la vista, e incluso "separar" o
colocar una cortina; es el cuento más abstracto que he oído, para concluir que aunque una mujer
puede sentirse bella y realizada, detrás de ese velo, muchos las comparan, como existencias cautivas
en cárceles ambulantes.
Hija, volviendo el tiempo, hoy me siento cruzar oculta en el resplandor de un velo bordado con hilos
de oro, como las mantillas que se encuentran en el baúl de la abuela; por esos bosques y montañas
que a lo lejos representan fantásticos tonos de azules representando la ilusión y el espejismo y de
todas aquellas ideas cuya realización aún se hallaban lejos, y el cómo, dichos velos se multiplican en
mi descendencia, ayudados por la corriente del tiempo, sintiéndome cada día más libre, pero cautiva.
Y es, en ese sobrevolar por periodos milenarios que observo un bosque poético, cuyos árboles
sostenidos por gruesos troncos, cuyas ramas no solamente representan “el éter, el aire, el fuego, el
agua y la tierra” 1, concepto en Upanishad2, sino que sus hojas representan papeles apergaminados,
donde se ocultan escritos en diferentes lenguas, comparadas a las aparecidas en la torre de Babel
Ya es hora hija mía de descansar, el humo tenue que sube, en forma de espiral que aparece en los
atardeceres sobre los picos más altos, son mensajes que anuncian la llegada de tropas, esos
chusmeros que arrasan lo que se mueva, queman propiedades y sembrados que encuentran a su
paso, parece que no hace falta esconder la familia en el hueco profundo para luego taparlos con hojas
de palmas.
Su padre aún no llega, debe seguir escondido cerca al río Upia buscando comida y curando enfermos.
Ya los cocuyos empiezan a salir, están acercándose a nosotras, es la hora de recogerlos en botellas
para iluminar la casa. Ésta noche es de paz. La violencia dolorosa, en esta parte esta en calma, pero
en otros lados estarán quemando y dejando sin padre a muchas familias 3.
Hay un nuevo día y un nuevo atardecer y con ellas la posibilidad fantástica de seguir despertando el
pensamiento con historias ingeniosas para entretener el tiempo.
Después de cantar melodías de la época, mi madre dice: ¿recuerdas aquel bosque con hojas
apergaminadas envejecidas por el tiempo? Pues bien, cada hoja parecía llevar implícita, la historia de
las civilizaciones, de las ciudades y de los pueblos. Es el momento de dar una visión inteligente y
1 En las casa de Mesopotamia y luego en el Extremo Oriente era muy importante poseer un árbol a la entrada del hogar. En los Upanishad se dice
que las ramas del árbol son el éter, el aire, el fuego, el agua y la tierra. En el Zohar se dice que el Árbol de la Vida se extiende desde lo alto hacia
abajo y el sol lo ilumina eternamente. Tomado “Casa Natal de Sarmiento. Mirar Fundando una nueva Mirada. Erostarbe, Juan Mariel. Facultad de
filosofía humanidades y artes. Casa natal de Sarmiento. Museo y biblioteca. San Juan 2004. Pág. 44
2Los conceptos contenidos en los Upanishads sirvieron como base a una de las seis doctrinas ortodoxas (dárshanas) del hinduismo conocida como
vedanta. El tema principal de los Upanishads es la naturaleza del Brahman (el alma universal) y la doctrina fundamental expresada es la identidad
del alma con el Brahman.
3Mi abuelo Materno sufrió en carne propia junto con su esposa mi abuela e hijos mi madre y mis tíos, todas injusticias y penurias de la violencia del
50... ellos, debieron irse a una montaña a vivir, allí cocinaban durante la noche y para que no reflejara el fuego, debían colocar muchas hojas de
palma, durante el día permanecían refugiados, en la noche se desplazaba el abuelo y otros adultos hombres a buscar agua salada para cocinar, que
provenía de un riachuelo subterráneo sobre el río Upía, a ms de 6 horas de camino desde el lugar del escondite.... así mismo debían rebuscar la poca
comida (yuca y plátano) que había dejado el paso de la tropa por los sembradíos ya que odo lo arrasaban, para que los pobladores murieran de
hambre.... Héctor Roldan.
profunda a la cultura de género germinada en cada una de ellas observando al mismo tiempo,
su perduración en l as siguientes generaciones.