Você está na página 1de 3

LENGUAJE DRAMÁTICO

El lenguaje en general es considerado como un medio para comunicar


pensamientos o sentimientos, como una creación permanente ligada a la situación
y a la presencia del otro. Pero el lenguaje no es simplemente un instrumento de
comunicación ni un código neutro e inofensivo que permite a los miembros de una
colectividad intercambiar información, sin que lo designado y los individuos
implicados en el intercambio no se sientan afectados por esta operación. Así
frente a la posición de Saussure –el signo es la base exclusiva de todos los
dominios lingüísticos- o la de Chomsky –competencia- se levantan los defensores
de la lingüística basada en la enunciación como Beneviste, una lingüística de los
hablantes, en la que el contenido del mensaje no se limita únicamente a su
contenido referencial –Barthes, Kristeva, Milner-.
Pues además de para la comunicación el lenguaje sirve para otras cosas, por
ejemplo para el juego. El lenguaje puede tener otra significación distinta de la
estudiada por la semántica, puede ser afectivo, sensible, musical. Con la misma
legitimidad con que se habla de lenguaje cinematográfico, literario, o poético, se
pude hablar de lenguaje dramático. Lenguaje caracterizado por una acción que se
articula en torno a un argumento- fable- y a unos personajes inscritos en un
espacio y un tiempo. En síntesis, el esquema dramático viene determinado por la
representación de una acción (secuencia de acción) que contiene una situación
problemática (conflicto) realizada por unos actores que previamente han adoptado
unos papeles (personajes). En la estructura dramática encontramos estos
componentes: personaje, conflicto, tiempo, argumento y tema.
-Personaje. Se entiende genéricamente por personaje cada uno de los seres
humanos, sobrenaturales, simbólicos, animales, e incluso objetos, de una obra
literaria. El personaje es probablemente la noción dramática que aparece como
más evidente – sin personaje no puede haber drama-; es quien realiza la acción
dramática y viene definido por lo que hace (la tarea) y por cómo lo hace (los actos
físicos) y caracterizado por una serie de atributos (nombre, edad, rasgos físicos,
rasgos de carácter, situación y clase social, historia personal, código de valores,
relaciones con los otros personajes, etc.).
- Conflicto. Sin personajes y sin conflicto no hay drama. El conflicto dramático es
lo característico de la acción. Se entiende por conflicto toda situación de choque,
desacuerdo, permanente oposición o lucha entre personas o cosas. El conflicto
dramático viene definido por el enfrentamiento de dos fuerzas antagónicas,
confrontación de dos o más personajes, visiones del mundo o actitudes ante una
misma situación. Hay conflicto cuando a un sujeto (fuerza en pugna 1) que
persigue un cierto objeto (causa o motivo general) se le opone en su empresa otro
sujeto (fuerza en pugna 2).
- Espacio. ¿Dónde se realiza la acción? Por un lado en un espacio escénico y por
otro en un espacio dramático. El primero es el espacio teatral, el escenario donde
evolucionan los actores y en el que convencionalmente tiene lugar la
representación
El segundo, es el espacio representado en el texto y que el espectador ha de
construir en su imaginación.
- Tiempo. Desde el punto de vista didáctico cabe hacer la distinción entre duración
y época. Dentro de la primera categoría hay que diferenciar entre tiempo
dramático y tiempo de ficción. El tiempo dramático es la duración de la
representación, medida en términos de reloj. El tiempo de la ficción corresponde al
intervalo temporal que en la realidad duraría la acción representada, es decir, la
duración correspondiente ocurriendo en la realidad. La época hace referencia al
periodo histórico, al momento en que sucede la acción representada (Edad Media,
siglo XXI, etc.)
- Argumento. Es lo que cuenta la trama de la historia narrada. Es sinónimo de
asunto o fábula. Con la mira puesta en el análisis de textos dramáticos conviene
distinguir entre fábula argumental y fábula cronológica. Elaborar la fábula
argumental consiste en resumir el orden en que están colocados los
acontecimientos, respetando el orden de las sucesivas situaciones. La fábula
cronológica es la cadena causal de los hechos que ocurren en la obra
(Buenaventura, 1980). Con su redacción se trata de ordenar los acontecimientos
de una manera cronológica, según la lógica de causa efecto. Para ello se
organizan los hechos fundamentales, determinantes, de una manera lineal yendo
de las causas a sus implicaciones.
- Tema. Es la idea o ideas centrales. Suele sintetizar la intención del autor. Una
obra dramática (como cualquier otra) no suele contener un solo tema, sino varios.
Cada lector, espectador o intérprete puede rastrear multitud de ellos. Los más
concretos suelen hallarse en la zona superficial y se descubren tras un ligero
análisis; pero conforme se profundiza los temas se van haciendo más genéricos.
En síntesis, el lenguaje dramático se caracteriza por una acción y una toma de la
palabra colectivas, improvisadas o establecidas a partir de un boceto, que se
articulan en torno a una argumento y a diferentes personajes.
Un primer concepto de lenguaje dramático lo concibe como una forma clásica,
cerrada y codificada, en la que la unidad significante-significado transmite un
sentido estable, unívoco y con frecuencia único. Hasta el siglo XVIII es
esencialmente declamatorio y es a principios del siglo XIX cuando el lenguaje
dramático se revaloriza, la representación del actor es entendida con una
verdadera interpretación.
El lenguaje dramático contemporáneo se interesa por un objeto plural y no
solamente por el texto. Paralelamente al texto, el lenguaje dramático toma en
consideración todo un conjunto de reacciones corporales, como los elementos
prosódicos
–la entonación, el timbre, la acentuación, la respiración-, los gestos -los juegos de
fisonomía, las actitudes, los desplazamientos, los contactos-, así como los
elementos exteriores, la escenografía, la situación, la acción y el tiempo. La
complejidad del lenguaje teatral viene expresada por la cantidad de signos que
intervienen en la comunicación teatral. En este sentido, desde la pragmática del
texto, el semiótico
Kowzan (1968) identifica trece códigos a los que reduce el inventario de los
sistemas de signos identificables en el texto teatral:

Você também pode gostar