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Ana Lucía Fonseca Ramírez

La trama psicofísica
(Argumentos del dualismo y el monismo
en torno al cerebro y la mente)

Abstract: This paper is a contribution to certidumbre, la vaguedad y la contradicción. Así,


neurophilosophy and its aim is to provide a sys- se propuso un artificio: dudar de todo aquello
tematic account o/ the arguments put fonb by "que pueda ser puesto en duda", dudar metódica-
both dualism and monism in the mind-body deba- mente como un medio para acceder a la verdad.
te. The presuppositions behind these theories are La desconfianza llega incluso al campo que pare-
likewise analyzed. In addition, we emphasize the cía más resguardado, al de las verdades matemá-
accomplishments o/ neuroscience in the episte- ticas, pues allí también puede divertirse un "genio
mological reflections. maligno", que se las ingenia para confundimos de
mil maneras, excepto en lo que respecta al pensa-
Resumen: Este trabajo se inscribe en el miento mismo, pues el genio no contaba con que
contexto de la neurofilosofía y tiene por objetivo si quería engañar necesitaba el pensamiento como
analizar los supuestos y sistematizar los argu- condición para introducir el caos.
mentos del dualismo y del monismo en torno al Por eso el "cogito ergo sum" va a ser la pie-
problema psicofisico, además de destacar algu- dra angular para la reconstrucción del templo de
nos de los alcances de las neurociencias en la re- la certeza, donde, acto seguido, Descartes encon-
flexión gnoseológica. trará a Dios. Una vez establecida la existencia del
Ser Perfecto a partir de la idea de perfección pre-
sente en la mente que piensa (argumento ontoló-
l. El alma está más allá gico), se deduce otra consecuencia que marcará
profundamente la doctrina cartesiana: la supre-
A. ¿Se equivocó Descartes? macía del pensamiento implica que éste se sepa-
re del cuerpo; alma y cuerpo son realidades dis-
El ambicioso sueño del racionalismo carte- tintas. "Res cogitans" y "res extensa" serán dos
siano, y quizás de todo el siglo XVII, todavía ha- mundos separados: "Aun cuando tengo un cuer-
ce suspirar a más de uno: encontrar los funda- po al cual estoy estrechamente unido, como por
mentos de una "ciencia admirable", como llamó una parte poseo una clara y distinta idea de mí
Descartes a aquella que fuera capaz de unificar mismo, en tanto soy solamente una cosa que
todos los conocimientos. El Discurso del método piensa y carece de extensión, y por otra tengo
para bien conducir la propia razón e investigar una idea distinta del cuerpo en tanto es solamen-
la verdad en las ciencias, publicado en 1637, es te una cosa extensa y que no piensa, es evidente
la más célebre exposición del intento del filósofo que yo, mi alma, por la cual soy lo que soy, es
de hallar "algo firme y constante" frente a la in- completa y verdaderamente distinta de mi cuerpo

Rev. Filosofía Univ. Costa Rica, XXXIX (99) Extraordinario, 29-41, Diciembre 2001
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y puede ser o existir sin él. " (Meditaciones Me- siento e imagino nada sean en sí, fuera de mí,
tafísicas. "Meditación Sexta") tengo la seguridad que esos modos de pensar que
La propuesta dualista de Descartes parece yo llamo sentimientos e imágenes, residen y se
compatible con el concepto religioso del alma, encuentran en mí, en tanto son modos del pensa-
pues la mayoría de las cosmovisiones religiosas miento." (Meditaciones Metafísicas. "Medita-
sostiene concepciones que separan la naturaleza ción Tercera")
del mundo material de la del mundo espiritual. El pensamiento, por tanto, incluiría los jui-
De acuerdo con este "dualismo religioso", el al- cios, la deliberación, los procesos de aprendizaje,
ma sobrevive al cuerpo y tras la muerte de éste, la imaginación ... y los sentimientos. ¡Esta sería la
conserva todas las funciones esenciales de la res cogitans, el alma! Nótese entonces cómo, si
criatura a la cual animó. lo planteamos estrictamente, más que de la "evi-
Sin embargo, es importante aclarar que aun- dencia" del pensamiento, en sentido lógico, Des-
que en el dualismo cartesiano subyace un com- cartes partió de la "evidencia" de una especie de
promiso con la creencia religiosa, también se ha- mundo privado, interno y propio: ¿la concien-
ce presente el imperativo de la explicación cien- cia? .. ¿la conciencia de pensar? Sea como sea, lo
tífica, que para Descartes equivalía al conjunto cierto es que esta conciencia está radicalmente
de teorías destinadas a dar cuenta de la Naturale- separada del cuerpo, como se afirmó en la "Me-
za como si fuera una gran máquina; la explica- ditación Sexta" y se define en el Tratado del
ción seguía, por ende, el modelo mecanicista al hombre como lo específicamente humano, la di-
considerar que la estructura de la realidad mate- ferencia fundamental de nuestra especie en rela-
rial es comparable con la de una máquina, regida ción con todas las demás. Los animales, para
por leyes mecánicas; descubrir estas leyes y dar- Descartes, son mecanismos desprovistos de al-
les una formulación matemática es conocer la ma, es decir, de pensamiento y lenguaje; la natu-
realidad. raleza pensante de los seres humanos marca la di-
¿Es posible aplicar ese modelo para conocer ferencia con las "bestias", pues éstas, de acuerdo
el alma? La respuesta es decididamente afirmati- con la definición cartesiana de pensamiento, no
va en Hobbes y posteriormente en La Mettrie y juzgan, no deliberan, no conocen ni ignoran, no
en el Barón de Holbach: toda la condición huma- imaginan ... ¡ni sienten!
na está signada por las leyes de la materia; en Entonces, ¿son lo mismo el alma, el pensa-
Descartes la respuesta es prudentemente negati- miento y la conciencia? Aún si confinamos el al-
va: el alma y su principal atributo, el pensamien- ma en el terreno de los misterios religiosos, sub-
to, son inconmensurables en relación con los me- sistiría el problema de cuáles serían las funciones
canismos explicativos. Pero si el alma sobrevive específicamente "mentales": ¿el pensamiento?,
al cuerpo, como afirma el dualismo religioso y, ¿la conciencia de que pensamos?, ¿qué puede ser
además,. consiste solamente en pensamiento y la mente y cómo se relaciona con las estructuras
lenguaje, como sostenía Descartes, es dable afir- cerebrales?
mar que tras la muerte del cuerpo el alma que En todo caso, si la respuesta al problema
sobrevive seria impersonal, sin ninguna identi- fuera el interaccionismo, queda todavía abierta a
dad ni historia (cf. Leahey T.H y Harris, RJ. la polémica la pregunta de cómo es que se produ-
1998: 278). ¿No resulta herética tal imagen del ce esa relación y mutua influencia entre ambas
alma? En cierta forma sí, si consideramos el pen- "sustancias". Precisamente, desde el fondo de ese
samiento desde la perspectiva lógica formal, pe- abismo se deja oír la pregunta que .en su momen-
ro la amplitud (¿o vaguedad?) en el sentido en to hiciera la princesa Elizabeth a Descartes: si el
que Descartes entiende el pensamiento lo "salva- cuerpo y el alma son esencialmente distintos,
ría" de la acusación: "Soy una cosa que piensa, ¿cómo se comunican? La respuesta, al intentar
es decir, una cosa que duda, afirma, niega, cono- tender un puente entre las dos sustancias, fue
ce poco, ignora mucho, ama, odia, quiere, no bastante vaga, pues por querer ser conciliador
quiere, imagina y siente. Aunque las cosas que . Descartes mezcla, sin resolver el problema, la res
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extensa con la res cogitans, el puente (la glándu- fluencias no físicas; se trata aquí del interac-
la pineal) resultó demasiado "físico" y la posibi- cionismo, tal como lo afirmaba Descartes
lidad de relación entre las dos sustancias quedó otrora y lo replantean científicos contempo-
garantizada por un "deus ex machina": Dios fun- ráneos como John C. Eccles, para quien el
da y sostiene la comunicación entre las sustan- mundo de la materia y la energía (mundo 1
cias. Por esta razón es que científicos como An- de Popper) no es completamente hermético,
tonio Damasio, a la luz de la neurofilosofía con- sino que presenta pequeñas "fisuras" (sic)
temporánea, siguen señalando un error de princi- que permiten la interacción con el mundo de
pio en la propuesta dualista de Descartes, aunque la mente autoconsciente (mundo 2 de Pop-
éste intentara fundamentar la interacción entre la per) (cf. Eccles y Zeier, 1984: 135).
materia y la mente: "Este es el error de Descar-
tes: la separación abismal entre cuerpo y mente, Como se planteó en el apartado anterior, a
entre la sustancia medible, dimensionada, mecá- Descartes y a sus discípulos se debe la simplifi-
nicamente operada e infinitamente divisible del cación científica que quizás ha tenido mayor al-
cuerpo, por una parte, y la sustancia sin dimen- cance en el estudio de la salud y la enfermedad
siones, no mecánica e indivisible de la mente; la humanas. El cuerpo es una máquina cuya estruc-
sugerencia de que razonamiento, juicio moral y tura y función son del dominio de la ciencia; en
sufrimiento derivado de dolor físico o de altera- cambio la mente, equiparada por Descartes al al-
ción emocional pueden existir separados del ma y como expresión directa de Dios, no puede
cuerpo. Específicamente: la separación de las ser comprendida por ninguna teoría científica.
operaciones más refinadas de la mente, de la es- De este modo, la medicina, por ejemplo, se con-
tructura y operación de un organismo biológi- centró en aplicar los conocimientos de la física,
co." (Damasio, 1997: 277s) la química y la biología a la máquina corporal,
No obstante, y aunque se le califique de dejando a la filosofía y a la psicología la "espe-
erróneo, este dualismo es la base para la antropo- culación" acerca de la mente: "La distinción que
logía, la epistemología y la ética cartesianas y, Descartes hizo entre la mente y el cuerpo ha ca-
quizá aún más importante, como veremos, para lado hondo en la civilización occidental. Nos ha
muchas de las concepciones occidentales sobre el enseñado a pensar en nosotros mismos como
mundo y el ser humano. egos aislados "dentro" de nuestro cuerpo; nos
ha hecho conceder más valor al trabajo intelec-
tual que al manual (oo.); a los médicos les ha im-
B. ¿En qué creen los dualistas? pedido considerar las dimensiones psicológicas
de las enfermedades y a los psicoanalistas ocu-
Si el problema cerebro-mente se plantea en parse del cuerpo de sus pacientes. En las cien-
el marco del dualismo, surgen básicamente tres cias humanas, la distinción cartesiana ha provo-
posiciones: cado una infinita confusión sobre la relación que
existe entre la mente y el cerebro; en física, ha
l. La que considera la total independencia del ce- hecho que los fundadores de la mecánica cuánti-
rebro y la mente; aquí el problema de la rela- ea se enfrenten a enormes obstáculos en sus ob-
ción cerebro-mente desaparece "por decreto" servaciones de los fenómenos atómicos. (oo.) las
humanidades se concentraron en la res cogitans
2. La que postula que cerebro y mente son sus- y las ciencias naturales en la res extensa." (Ca-
tancias paralelas, que actúan sincrónica- pra, 1985: 62s)
mente (por armonía preestablecida, como di- Una "razón" subyacente en el dualismo es,
ría Leibniz). por tanto, de carácter pragmático: resulta útil, por
menos complicado, concebir la mente como algo
3. La que admite que algunas partes de nuestro distinto del cuerpo, y dirigir los esfuerzos de
sistema nervioso deben estar abiertas a in- comprensión a las estructuras y mecanismos que
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hacen funcionar la máquina corporal, sin tener cos, el mundo 2 de la conciencia y el mundo 3 de
que explicar con las mismas exigencias protoco- los sistemas teóricos. El cerebro pertenecería al
larias del llamado "método científico" algo tan mundo 1 y la mente al mundo 2. Esta es la tesis
inasible como la mente o el alma. Al respecto de John C. Eccles, quien explica-de este modo su
comparto el punto de vista de Bunge cuando afir- "hipótesis interaccionista dualista radical": "(, ..)
ma que el dualismo "(. ..) todo lo explica de un la mente autoconsciente aparece como una enti-
modo simple y familiar fácilmente inteligible (. ..) dad autosubsistente y se ocupa activamente de
De este modo el dualismo consigue resolver, de leer en las múltiples actividades de la maquina-
un solo golpe, todos los problemas sobre lo men- ria neuronal de la corteza cerebral, según su
tal: basta con etiquetarlo y ya no es necesario in- atención e interés, integrando esta selección pa-
vestigar más (...) El dualismo explica demasia- ra generar, a cada momento, la unidad de la ex-
das cosas demasiado fácilmente. La ciencia nun- periencia consciente. Al mismo tiempo, actúa de
ca explica bastante y raramente lo hace con fa- forma selectiva sobre la maquinaria neuronal.
cilidad. " (Bunge, 1985: 33) Por consiguiente afirmamos que la mente auto-
Una segunda "razón" tácita para afiliarse a consciente ejerce una función superior de inter-
posiciones dualistas guarda cierta relación con pretación y control de los procesos neuronales en
creencias de carácter esotérico. Aparte de que el virtud de la interacción entre los mundos 1 y 2. "
dualismo satisface la expectativa de los creyentes (Eccles y Zeier, 1984: 137)
en una vida futura después de la muerte, da cierta Entre los supuestos que el mismo Eccles
base filosófica para lo que se ha llamado "mundo menciona como puntos de partida para su tesis se
de lo paranormal", sea que se haga referencia al destaca uno que apela más a lo desconocido o lo
espiritismo, a la tradición hermética, al ocultismo, milagroso que a fundamentos explicativos: "Las
a la parapsicología, etc. Estas perspectivas sobre informaciones procedentes de los órganos senso-
lo mental parten del supuesto de que en la reali- riales son transmitidas al cerebro y su maquina-
dad física mensurable hay aspectos o cualidades ria neural en forma de complejas pautas espa-
ocultas que se escapan a la mirada de la ciencia y ciotemporales de impulsos, pero al cruzar la
que ejercen influencia sobre los fenómenos mate- frontera, se transforman milagrosamente en las
riales (¿un dualismo interaccionista?). En la ac- variadas experiencias que caracterizan nuestro
tualidad hay un acalorado debate en torno a esos mundo perceptivo y que tienen un modo de ser
fenómenos "paranormales" y, por miles de cre- diferente de los procesos de la maquinaria neu-
yentes en "las ciencias ocultas", otros, no tantos, ralo" (Idem)
fundan comités de lucha para combatir lo que La unidad de la experiencia consciente es
consideran fraudes y trucos. producida, de acuerdo con esta hipótesis, por la
Pero, la que sospecho que es la "razón" im- mente autoconsciente y no por la "maquinaria
plícita más importante para sostener posiciones neural"; la síntesis es "mental" y no neurofisioló-
dualistas apunta a la dimensión religiosa o moral. gica. ¿Significa esto un avance desde que Des-
Salvaguardar el alma o la mente de las explica- cartes promulgó su explicación dualista? De cier-
ciones "físicas", permitió abordar las cuestiones ta forma sí, pues la mente es objeto de estudio, es
relativas al cuerpo, con la tranquilidad que daba decir, dejó de ser la expresión inasible de la sus-
el no transgredir la frontera cuasi mística que lo tancia pensante para recibir un tratamiento neu-
separaba de las funciones más elevadas de la na- rofisiológico. Desde otro punto de vista, el dua-
turaleza de la creatura, las de su alma inmortal. lismo contemporáneo no representa un avance
Llama la atención que cuando se sostienen respecto del cartesiano, en tanto resulta un cam-
tesis dualistas desde la neurología, es frecuente po fecundo, gnoseológicamente hablando, para
que estas busquen el apoyo teórico-filosófico en alianzas entre metafísica y creencias religiosas o
concepciones platonizantes como la de Popper morales, sea desde posturas platonizantes, como
acerca de los diferentes "mundos" y la interac- la de John Eccles, o desde versiones del espiri-
ción entre ellos: el mundo 1 de los estados físi- tualismo tomista, como la de Paul Chauchard.
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En estas posicrones sobre el cerebro y la existo ... pero por cuanto tiempo"), por eso Dios
mente se descubre una actitud propia del pensa- pasa a garantizar no la verdad, sino la permanen-
miento religioso, pues tratan de demostrar algo cia de ésta en el tiempo. A pesar de este intento
de lo que ya hay un convencimiento previo; el de aclaración, bien podemos preguntamos si el
presupuesto del dualismo neurológico es, en todo Dios de Descartes no será más bien una especie
caso, cierta forma de fe religiosa, se trate de la de "superlativo previo" que se desdobla, según
autonomía de la mente, de la unidad del yo o de las necesidades o las inconsecuencias de su siste-
la existencia del alma: "El componente de nues- ma, para salvar la pretendida rigurosidad argu-
tra existencia en el mundo 2 es de naturaleza in- mentativa del método.
material y, por tanto, al sobrevenir la muerte, no El dualismo neurológico parece caer en el
tiene por qué estar sujeto a la desintegración que mismo círculo, ya que por un lado se atiene a las
afecta a todos los componentes del individuo rigurosidades del protocolo científico, pero por
pertenecientes al mundo, es decir, tanto al cuer- otro, introduce en sus "pruebas" elementos dis-
po como al cerebro, aunque desde luego se vea tintos a los que prevé dicho protocolo, y de los
privado de toda comunicación con los mundos 1 que se tiene convencimiento antes de iniciar
y 3, con el resultado de que todas nuestras expe- cualquier proceso de inferencia. Paradójicamente
riencias, tal como las conocemos, deben cesar y entonces, ciertos enfoques desde la neurología se
caer en el olvido. Pero podemos preguntamos, han afiliado a un dualismo que intenta, como el
llenos de esperanza: ¿ Es preciso que tal olvido de Eccles y el de Chauchard sentar en la perife-
no tenga fin?" (Eccles y Zeier, 1984: 173) ria de lo inasible las bases para una "teología na-
y ya que antes mencioné a Paul Chauchard, tural". ¿Habrá en el fondo de estas posiciones un
tengamos presente las palabras finales de su obra eco del "Fides quaerens intellectum" de Anselmo
El cerebro y la conciencia: "(. ..) una humanidad de Canterbury: la necesidad de comprender lo
limitada por la muerte en el plano del individuo que se cree, o al menos de probar, mediante "ra-
como en el de la especie (...) desembocaría qui- zones", que la razón humana llega necesariamen-
zás en el hastío de vivir, tanto más cuanto que el te a afirmar el misterio?
universo de la técnica sería desespiritualizante.
Curiosa pero interesante confirmación psicofi-
siológica del papel bienhechor de la fe, el hacer 11. La tesis de la identidad psicofísica
de ella una motivación útil y equilibradora del
comportamiento humano." (1968: 171) A. ¿En qué creen los monistas?
Con las observaciones anteriores no preten-
do descalificar las creencias religiosas o morales, Los argumentos del dualismo dejan la impre-
sino más bien llamar la atención sobre la forma sión de que la "mente autoconsciente" queda rele-
de argumentar, cuando se asumen dichas creen- gada al misterio, y no exactamente porque el es-
cias como puntos de partida o puntos de llegada. tado actual de nuestros conocimientos no nos per-
Me explico: al sostener tesis dualistas, en este ca- mita una aproximación, sino porque, por princi-
so desde la neurología, se repite lo que algunos pio, la mente es inextricable, reservada al contac-
contemporáneos de Descartes. percibieron como to con la divinidad o con los fines últimos de la
el punto débil de sus "meditaciones metafísicas", existencia; o bien, la mente es una especie de
es decir, la circularidad presente en sus argumen- "fantasma en la máquina", el testigo de lo que le
tos. La evidencia del cogito conducía a la demos- ocurre al cuerpo, pues, aunque los dualistas desde
tración de la existencia de Dios, pero a la vez Descartes han propuesto alguna interacción posi-
Dios era la garantía de las verdades obtenidas. ble entre los dos mundos, cuerpo y mente siguen
Como respuesta a esta crítica, Descartes recurrió siendo realidades separadas. El funcionamiento
a un artilugio al reafirmar la primacía de la evi- de la maquinaria corporal, determinado por leyes
dencia del cogito y a la vez, proponer que el pen- naturales, es "observado" por la mente autocons- .
samiento sin Dios es discontinuo ("Pienso, luego ciente, poseedora de ideas, emociones y valores.
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"Los adelantos de la neurofisiología moder- Pero cuando acerca del cerebro y la mente se
na a la vez han perfilado el dilema cartesiano, y intenta una explicación unificada, salta de
tienden a oscurecerlo al mismo tiempo. Ya que inmediato en los dualistas el miedo a dos demo-
pocos se dan cuenta de este escándalo en el seno nios combinados, a un engendro entre el demo-
de nuestra cultura: de esta esquizofrenia. Por un nio de Laplace y el genio maligno de Descartes:
lado, nos sentimos llevados a afirmar que la uno, que predice con exactitud las propiedades
mente actúa de hecho sobre los cuerpos, y, por espacio-temporales de acontecimientos futuros;
otro, que no lo hace (...) ¿Podemos resolver este otro, que goza con engañamos acerca de la ver-
profundo dualismo en una vista del mundo unifi- dad de nuestras conclusiones. Las dos fuerzas
cada?" (Smith, 1972: 390s) juntas nos dejan sin libertad y sin conocimiento
verdadero.
El monismo es un intento por dar una expli- El pampsiquismo exorciza esos demonios
cación unificada al problema cerebro-mente, y "espiritualizando" toda la realidad, es decir me-
presenta básicamente dos variantes: diante cierta forma de animismo: la fragmenta-
ción de la "sustancia" se soluciona en el discurso
l. El mentalismo o pampsiquismo, que reduce la de la divinidad o en la divinización, peligrosa-
materia a los procesos mentales (a la actividad mente panteísta, según la ortodoxia religiosa, de
del espíritu, como les gusta decir a algunos). la naturaleza. No hay dicotomía sustancial, la
realidad toda es espíritu y el conocimiento una
2. El materialismo, que niega la independencia "fenornenología del espíritu", para usar la expre-
de los llamados fenómenos mentales respec- sión hegeliana.
to al cerebro. A su vez, esta posición admite Yel monismo materialista ¿en qué cree? ¿Ne-
por lo menos dos maneras de asumirla: cesita también conjurar demonios? Sin entrar por
ahora a explicar las diversas posiciones del monis-
a) Fisicalismo mecanicista: afirma que la mo materialista (esto se hará en el siguiente aparta-
mente es física y que podemos expli- do), se puede afirmar que un monista cree en el
caria con las categorías con las que ex- principio de continuidad, y esto sin que necesaria-
plicamos la materia; así, la psicología mente se explicite, pues si entre el cerebro y la
debería transformarse en una rama de mente no existe la separación que suponen los dua-
la física. listas, aún los interaccionistas, no hay razón para
pensar en puentes pineales o en sutiles y misterio-
b) Emergentismo: la mente es un conjunto sos "vasos comunicantes" proporcionados por al-
de funciones emergentes a partir de lo guna divinidad, tampoco en un abismo que sólo
físico, pero su explicación no se reduce podemos sobrepasar saltando sobre la discontinui-
a la de los procesos físicos, pues está dad. El Universo entero (desde los quarks hasta el
dotada de propiedades complejas y le- más sutil de los pensamientos o el más terrible de
yes específicas. los deseos) consta de una sola sustancia multifor-
me, aunque desconozcamos su razón última.
En el fondo del enfrentamiento entre el dua- En consecuencia, el monismo psiconeural
lismo y el monismo hay una pregunta fundamen- materialista asume las tesis de la biología evo-
tal, y cada cual la contesta de acuerdo con sus lutiva: cree en el desarrollo gradual de la mente
propias convicciones teóricas, sus valores o te- en diversas especies animales, ¡no sólo en el ser
mores. Desde la perspectiva ontológica, se trata humano!: Asumiendo que los humanos han evo-
de la pregunta por la continuidad O discontinui- lucionado de especies mamíferas anteriores,
dad de eso que llamamos "realidad", y, desde la que nosotros y los chimpancés compartimos un
epistemológica, la cuestión sería si podemos dar ancestro común y que podemos trazar nuestro
una explicación unitaria y abarcadora de todos linaje hacia atrás, hasta los organismos un ice-
los diversos sucesos o fenómenos. lulares, entonces surge una pregunta acerca de
LA TRAMA PSICOFÍSICA 35

dónde vino el "material del alma". ¿La tienen emergente respecto de la base neural del cerebro).
todos los organismos? Si algunos organismos no Tanto el materialismo fisicalista como el emer-
tienen tal "sustancia", ¿cómo es que otros han gentista sostienen que los fenómenos mentales, y
llegado a tenerla? ¿Podría haberse desarrollado en particular, la conciencia, son estados o proce-
a partir de lo físico? Si sólo los humanos tienen sos del sistema nervioso central, es decir, recono-
mentes ¿de dónde proceden estas sustancias? cen que la mente no es independiente del cerebro.
Una respuesta teológica es que las mentes no fí- No obstante ambas posiciones se diferencian en
sicas, a diferencia de los cerebros físicos, no son la forma c9mo explican la naturaleza del sistema
un producto evolutivo, pero fueron puestas en nervioso central (cf. Bunge, 1985: 27s).
contacto con el cerebro por la intervención divi- El fisicalismo ha acompañado a la filosofía
na, la primera vez hace unos 80,000 años (o se- occidental desde la física corpuscular de la cosrno-
gún otros cálculos hace sólo 6,000 años). Desde logía de los atomistas: la realidad es atómica y el
entonces, aparentemente, ha habido una inter- movimiento, que se debe al azar, se produce en el
vención continua de parte de un ser sobrenatural vacío infinito. En esta concepción se afirma que
que reviste a cada cerebro humano con su res- las almas también están formadas por átomos y
pectiva mente no física. (Churchland, 1986: 320) que todo cuanto les sucede no corresponde más
que a interacciones mecánicas entre sus compo-
Para el monismo entonces, las excepciones o nentes. Si esto es así, resulta obvio que los asuntos
saltos sustanciales en el desarrollo evolutivo. son del alma no son del dominio religioso o moral,
poco plausibles y, tratándose de la mente, el salto pues existe una línea de continuidad ontológica
no puede justificarse más que por "razones" teo- que atraviesa toda la naturaleza y permite esta-
lógicas, pero no científicas. El reto sería entonces blecer explicaciones causales sin rupturas ni ex-
el de encontrar explicaciones neurocientíficas a cepciones.
las múltiples propiedades de la mente, entendida Una muy particular posición fisicalista se
como manifestación compleja de la materia viva consolida más adelante, en los siglos XVI y
del cerebro (cf. Puelles, en Mora, Francisco XVII, en el nacimiento mismo de la "ciencia mo-
(ed.) 1996: 186-190). derna". En este momento los cambios en la físi-
Las creencias anteriores, continuidad onto- ca y la astronomía (Copérnico, Kepler, Galileo y
lógica y epistemológica, y evolucionismo, con- Newton) por un lado, y las nuevas propuestas
ducen a un desafío en los campos religioso y mo- metodológicas para la investigación (Bacon y
ral, pues tal materialismo, según sus adversarios, Descartes), por otro, expresan un nuevo sistema
refuerza posiciones deterministas: si nuestra con- de valores filosóficos con amplia repercusión en
ciencia y nuestra voluntad sólo son respuestas a los terrenos científico y moral.
ciertas condiciones físicas, no hay lugar para el Algunas de las características más significa-
libre albedrío y la responsabilidad moral, al me- tivas dentro de este paradigma mecanicista son:
nos no como han sido postulados desde la reli-
gión y la moral tradicional en Occidente. 1. La experimentación para encontrar regulari-
dades en la naturaleza y el lenguaje matemá-
tico para traducirlas en leyes se convierten en
B. La respuesta fisicalista: las dos columnas del llamado "método cien-
¿un reduccionismo mecanicista? tífico", que de inmediato compromete a la ra-
cionalidad en la explicación de un universo-
El argumento del dualismo sustancial parece máquina, del mundo como un sistema mecá-
estar superado, al menos en el campo de las neu- nico cuyo estudio debía limitarse entonces a
rociencias, así que nos quedan las posiciones ma- las propiedades "rnedibles y contables".
terialistas, el fisicalismo reduccionista (la mente
puede ser reducida a las explicaciones del cere- 2. Fe en la objetividad del conocimiento científi-
bro) o el emergentismo (la dimensión mental es co: el mundo puede describirse objetivamente,
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prescindiendo de las condiciones del obser- enfrenta al problema de si los estados mentales
vador humano. Este sigue siendo, hasta pueden ser reducidos a estados neurobiológi-
nuestros días el ideal de todas las ciencias, o cos y, de ser así, ¿de qué tipo de reduccionis-
quizás mejor, de la actitud cientificista acer- mo se está hablando?
ca del conocimiento. Se hace necesario entonces aclarar el con-
cepto de reduccionismo y preguntamos, además,
3. El conocimiento debe permitir dominar y si es válido hablar de reducción en el contexto de
controlar la naturaleza (conocimiento es po- la tesis de la identidad psicofísica. Veamos dos
der). Sólo se conoce lo que se domina (¡una posiciones al respecto:
concesión con profundas consecuencias al
pensamiento patriarcal !). Primera aclaración (sobre el reduccionis-
mo interteorético). A pesar de tener presentes
Experimentación como criterio, matematiza- las dificultades de carácter ontológico que pre-
ción como método, objetividad como exigencia y senta el reduccionismo, la neurofilósofa Patricia
conocimiento dominador como finalidad son los Churchland recurre, en primera instancia, a una
principios del paradigma mecanicista. Y si lo que aclaración de orden epistemológico acerca del
intentamos es comprender la mente desde la problema cerebro-mente, y afirma que el sentido
identidad psicofísica, ¿tendremos que partir de relevante del término "reducción" es el de "re-
esas "verdades" del mecanicismo? En otras pala- ducción interteorética": "... cuando nosotros ha-
bras, ¿ es mecanicista en todos sus aspectos la te- cemos la pregunta de si los estados mentales son
sis de la identidad psicofísica? reducibles a estados cerebrales, esta pregunta
En la primera parte de este artículo expuse debe ponerse primero en términos de si algunas
las consecuencias de la concepción mecanicista teorías respecto a la naturaleza de los estados
respecto del dualismo cartesiano: la mente no mentales son reducibles a una teoría que descri-
puede ser comprendida por la ciencia, el cuerpo ba cómo trabaja el conjunto neural y, segundo,
es una máquina más, como todo el universo, y ver si tal teoría se reduce en talforma que los es-
cae dentro de la competencia de la explicación tados mentales de Tr (teoría reducida) pueden
científica. Dicho de otro modo, la filosofía carte- ser identificados con los estados neurales de Tb
siana sustrajo a la mente del alcance de la ciencia {teoría básica)." (1986: 279)
e inspiró a los científicos para que concentraran Sin embargo, como la misma autora plantea
sus esfuerzos en los problemas acerca de la es- más adelante, el paso reductivo de la antigua teo-
tructura y funcionamiento del cuerpo: Ellos pu- ría a la nueva está lleno de escollos, pues aquí no
dieron aplicar el conocimiento de la física y la sólo actúan los criterios formales, sino, y quizás
química, derivado del estudio de la materia ina- principalmente, consideraciones de carácter
nimada, a los problemas del cuerpo sin el temor pragmático, ideológico o social (cf. Idem, 283).
de envilecer las más altas manifestaciones de la Como vemos, el reduccionismo interteoréti-
naturaleza humana, las de su alma. Las limita- co, aunque en apariencia soslaya el punto más
ciones autoimpuestas y la libertad intelectual del sensible de la discusión, conduce hacia él e in-
dualismo cartesiano hicieron que los biólogos mediatamente nos preguntamos: ¿implica este
tendieran a estudiar al ser humano como una en- reduccionismo una simplificación ontológica de
tidad no pensante, no sensible. (Dubos, 1968: 18) lo que es la mente? Quizás la dificultad sea mi-
Sin embargo, aunque el dualismo cartesia- rada desde otro ángulo si en la interrogante ante-
no, al aislar los problemas del alma, suminis- rior cambiamos la expresión lo que es la mente
tró un terreno fecundo para el surgimiento de por lo que creemos que es la mente. Siguiendo
las ciencias biomédicas, el moderno conoci- entonces esta consideración, tendríamos que ad-
miento neurocientífico, sobre todo el que co- mitir que muchas objeciones contra la posibili-
rresponde a la diagnosis y al tratamiento de las dad de una teoría unificada del cerebro y la men-
así llamadas "enfermedades mentales", nos te tienen en su base concepciones propias del
LA TRAMA PSICOFÍSICA 37

"sentido común" acerca de los estados mentales totalidad? Ante esto creo necesario llevar aún más
como la conciencia o la subjetividad: "Virtual- lejos estas precisiones lógicas y metodológicas y
mente todos los argumentos contra el reduccio- considerar que el sentido del término "reduccionis-
nismo, si no es que son sólo confusiones acerca ta'' que se aplica para desacreditar la tesis de la
delo que es una reducción interteorética, depen- identidad psicofísica, lleva implícita una valoración
dende asumir como correcto e irreductible algún dualista de la relación cerebro-mente, pues se parte,
aspecto de nuestro sentido común. " (Idem, 299) desde la "psicología popular", de que son dos reali-
dades y que las diversas formas del monismo redu-
Segunda aclaración (sobre los tipos de re- cen una a la otra, según se trate. Una posición au-
ducción). En su obra Introducción a la filosofía ténticamente monista no puede, por principio, con-
de la ciencia, K. Lambert y G. Brittan explican siderar que está haciendo una reducción ontológica,
dos tipos de reducción: pues parte de una identidad, o al menos, de diversos
aspectos de una misma realidad (realidad multifor-
Microrreduccion, que es un intento por ex- me), aunque sí es posible y además necesaria una
plicar las propiedades de las totalidades en térmi- reducción en el campo gnoseológico: podemos ex-
nos de las propiedades de sus partes. plicar lo mental sin rupturas de continuidad de ca-
rácter moral o religioso.
Reducción de las propiedades, que exige que ¿Implica acaso elprincipio de continuidad en
las propiedades de las partes difieran de las de las el orden de las explicaciones que necesariamente
totalidades para poder dar una explicación de és- debamos asumir la visión mecanicista del mundo?
tas. "En cierto modo [este segundo tipo de reduc-
ción] sirve (...) como corrección al primero. Por
ejemplo, supongamos que, de acuerdo con el prin- C. La respuesta emergentista:
cipio de microrreducción, explicamos la transpa- ¿es la mente una singularidad?
rencia del agua en términos de las moléculas y
eventualmente de los átomos que la componen. In- Hay por lo menos dos formas de entender el
tuitivamente el principio de reducción de las pro- concepto de emergencia:
piedades sugiere que decir que el agua es transpa-
rente porque sus componentes son transparentes l. La que sostiene que las propiedades del todo
sería posponer en vez de proporcionar una expli- no pueden explicarse a partir del conoci-
cación adecuada del fenómeno. " (1975: 81) miento, por más completo que sea, de sus
componentes tomados por separado o en de-
El primer tipo de reducción (microrreduc- terminadas combinaciones.
ción) constituiría, sin que se requiera de mucho
análisis, una falacia lógica. Explicar, por ejemplo, 2. La que agrega a esta previsión la trascenden-
el cerebro en virtud de sus componentes (átomos, cia, es decir, la ruptura de continuidad en las
moléculas, neuronas, sinapsis, etc), o las funcio- explicaciones evolutivas.
nes mentales por los elementos electroquímicos
de base, equivaldría a confundir la predicación Siguiendo el primer sentido del término,
distributiva acerca de una clase, con la predica- puede asumirse desde las neurociencias que las
ción colectiva, pues las "verdades" sobre las par- funciones mentales, incluida la conciencia, son
tes se atribuirían a toda la clase en su conjunto. propiedades emergentes del sistema nervioso, y
La "reducción de propiedades" solo marca lo que aquí se sostendría sería solamente que la
una condición para posibilitar las explicaciones: emergencia es una propiedad del sistema como
la diferencia de las propiedades de las partes un todo, sin recurrir a consideraciones de carác-
respecto a las propiedades del todo. No obstante, ter religioso o esotérico.
aquí surge una dificultad de gran fuste: en cuanto al El problema se presenta cuando al reconocer
cerebro y a la mente, ¿cuáles son las partes y cuál la las diferencias entre las propiedades de las partes
38 ANA LUCÍA FONSECA RAMÍREZ

y las de las totalidades se afirma además que hay entre lo previsible y el misterio, entre lo ordina-
una dimensión mental específica, que no es redu- rio y el "milagro"
cible a nada físico, pues constituye un conjunto La segunda actitud que podría ser caracteri-
de propiedades no físicas independientes del ce- zada como alguna forma de "espiritualismo ani-
rebro físico. ¿Podemos acaso pensar que esas mista", sostendría que en las moléculas, los áto-
propiedades "emergentes" son autónomas res- mos e incluso en partículas elementales estarían
pecto a esa otra realidad que es su sustrato físico? presentes, por ejemplo, ciertas expresiones de la
De asumirse esto nos colocaríamos entonces en conciencia. Por tentadora que pueda resultar esta
los terrenos del dualismo, por eso Patricia creencia, me sumo a las palabras de R. Gregory,
Churchland califica acertadamente esta posición quien toma en cuenta las profundas dificultades
como "dualismo de propiedades", e indica cómo teóricas y prácticas al respecto: ",.;ya resulta su-
el argumento invoca la experiencia subjetiva pa- ficientemente difícil comprender cómo pueden
ra "tomar distancia" de las condiciones físicas ser inteligentes o conscientes los organismos
del cerebro: "Aunque hay diferencias no triviales considerando toda compleja interacción; indi-
entre las hipótesis propuestas por los dualistas car que las células cerebrales individuales (o, en
de propiedades [property dualists), el eje de esta el caso más extremo, que moléculas individua-
convicción es que, aunque la mente sea el cere- les, átomos o los electrones que los componen)
bro, las cualidades de la experiencia subjetiva tienen inteligencia, o conciencia, sitúa la cues-
son sin embargo emergentes respecto al cerebro tión más allá de toda posibilidad de respuesta. "
y sus propiedades. " (1986: 323) (1995: 347)
Esto conduce entonces al segundo sentido de Esta actitud en realidad sólo retrotrae el pro-
la emergencia: si hasta la fecha no está cubierta por blema hasta estratos evolutivos más elementales
explicaciones científicas, ¿da derecho esto a propo- y, además, presupone un cierto teleologismo, co-
nerla como esencialmente inexplicable? La res- mo si ya en la más elemental de las partículas la-
puesta admite por lo menos dos actitudes posibles tiera el sueño de mayor complejidad; si bien es
(nótese que digo "actitudes" y no tanto posiciones cierto no se rompe la continuidad, los hilos que la
teóricas) frente a la ausencia de explicaciones: traman son esencialmente inexplicables tanto en
el más complejo de los cerebros, como en la más
l. Creer que las propiedades de eso que llama- simple de todas las partículas.
mos mente son sorprendentes y misteriosas, Así, algunas formas de emergentismo "re-
y que toda explicación reductora, presente o suelven" el problema invocando el misterio con
futura, resultará siempre inadecuada. carácter probatorio. Y ¿qué es lo que intentan
probar? La autonomía de la mente respecto de la
2. Creer que las propiedades de nivel superior es- materia y, por tanto, lo que pretenden que sea un
tán presentes, aunque quizá de modo rudimen- espacio para la autodeterminación de la voluntad
tario o latente, en sus partes constituyentes. y la preciada libertad del ser humano ...
Si bien es cierto la imagen científica del
La primera es el punto de partida de lo que mundo es limitada y literalmente "deja por fuera"
llamaré un "emergentismo religioso o irrupcio- muchos fenómenos que no encajan en los patro-
nista", que justificaría el papel creador y provi- nes explicativos, esto no puede ser el argumento
dente de alguna divinidad. Según este punto de para justificar esa forma de emergencia trascen-
vista, la mente estaría, por principio, más allá de dente. Es decir, no podemos extraer principios de
toda comprensión, aun cuando conociéramos a las limitaciones e incapacidades de nuestro cono-
cabalidad el cerebro y sus funciones. Esta acti- cimiento, pues bien podría ocurrir que lo que
tud, por tanto, es tributaria de un "deus ex machi- hoyes emergente (sin explicación científica)
na", no importa si éste irrumpe en el escenario pueda ser reducido mañana dentro de un marco
como divinidad o como discontinuidad en la lí- explicativo. Las posiciones emergentistas "cripta-
nea evolutiva, lo cierto es que traza una frontera dualistas" (como las llama F.J. Álvarez Leefrnans),
LA TRAMA PSICOFÍSICA 39

parecenapoyarse en el "estado actual" de la cien- diversidad de fenómenos psiconeurales (1985:


cia,y, bien lo sabemos, tal estado es contingente. 43-45).
Guardando las diferencias, nos enfrentamos Esto no quiere decir que los supuestos y las
a parecida dificultad en el campo de la cosmolo- consecuencias epistemológicas de esta posición
gíacuando las diferentes teorías buscan detenni- en neurociencias estén en este momento del todo
narel problema cosmológico: desde la definición claros. Es válido, por tanto, cuestionar el tipo de
delobjeto de estudio, hasta las características (fi- conocimiento que se obtiene en estas disciplinas,
nitas o infinitas) propias del universo, todo en especialmente si el interés reside en saber en qué
cosmología parece dejar la puerta abierta a consi- medida se acercan o se alejan de la estructura ar-
deraciones extracientíficas. Así, por ejemplo, hay ticulada por el paradigma mecánico-positivista,
quienes apoyados en la debilidad de las teorías que expresa las pretensiones de simplificación y
paraexplicar el origen del universo, han supuesto control de la naturaleza mediante una racionali-
un acto de creación en un pasado finito dentro de dad logocéntrica e instrumental, en crisis en estos
la cosmología relativista, lo que según el criterio momentos en su "triple postulado", según la ex-
de otros, como W.B. Bonnor, solo significa que la presión de M. Martínez: .....el realismo, el empi-
teoría tiene defectos que exigen una corrección. rismo y el positivismo. En su esencia el realismo
Si las ecuaciones diferenciales conducen a una es- sostiene que los objetos materiales poseen una
pecie de encrucijada, a la "singularización mate- existencia fuera de los seres humanos e indepen-
mática", esto solo debe promover la búsqueda de diente de su experiencia sensible, y afirma que en-
mejores respuestas: "En general -dice Bonnor- la percepción se tiene un contacto directo con
no se ha seguido este método en cosmología y al- ellos, que «los hechos hablan por sí mismos»; el
gunos cientificos han identificado con Dios la empirismo sostiene que la experiencia es la fuen-
singularización matemática en el comienzo de la te de todo conocimiento y que éste depende en úl-
expansión y piensan que en ese momento Él creo tima instancia del uso de los sentidos; el positivis-
el Universo. Me parece sobremanera inadecuado mo afirma que el método cientifico de las ciencias
introducir a Dios para resolver nuestros proble- naturales es la única vía válida para el conoci-
mas científicos. En la ciencia no hay lugar para miento y que la ciencia busca hechos. " (1996: 18)
esta suerte de intervenciones milagrosas. Ade- En este sentido, los dos grandes errores de la
más, para quienes creen en Dios existe un riesgo tradición científica mecanicista de Occidente han
en identificarlo con singularidades de las ecua- sido la identificación de ciencia con un tipo par-
ciones diferenciales, pues podría ocurrir que se ticular de racionalidad y el mantenimiento de una
vieran en la necesidad de hacerlo desaparecer al exagerada dicotomía entre ciencia y no-ciencia.
adelantar las matemáticas." (1962: 17s) El problema se toma doblemente complejo,
Pero volviendo al problema de la relación pues si bien muchos de los resultados de la inves-
cerebro-mente, la conclusión que me parece más tigación neurocientífica nos conducen a poner en
coherente sobre el materialismo emergentista es duda ese paradigma, la metodología empleada,
a la que llega M. Bunge: tal materialismo es on- en buena parte, es tributaria de los pre-juicios del
tológicamente pluralista en cuanto a las propie- cientificismo moderno cuando no se analiza crí-
dades y leyes del sistema nervioso central, pero ticamente la creencia en la realidad objetiva, ni
pacta gnoseológicamente con el reduccionismo, se reconoce el tamiz individual (percepción,
en la medida en que éste sostiene que podemos creencias, desarrollo intelectual, etc.) de quien
explicar lo mental de un modo científico, agre- investiga, ni las orientaciones teóricas en la cons-
gando a esta convicción que las explicaciones de- trucción de modelos, sobre todo tomando en
ben romper las estrecheces del paradigma meca- cuenta que tales orientaciones no están determi-
nicista en busca de nuevos conceptos y teorías, es nadas en ciencias necesariamente por un proble-
decir, considerar el materialismo emergentista ma, sino por una manera de pensar.
como una "hipótesis prograrnática" o heurística La consecuencia epistemológica más impor-
para el hallazgo de explicaciones sobre la amplia tante de todo lo anterior y que de ninguna manera
40 ANA LUCÍA FONSECA RAMÍREZ

debemos soslayar es la relacionada con el tema de tos y hechos no son lo mismo. Construimos los
la realidad y el de los criterios de verdad, toman- hechos a partir de los datos interpretando lo
do como base algunos de los alcances de las hipó- que vemos dentro del contexto de lo que cree-
tesis neurológicas sobre la percepción y el pensa- mos, a menudo dentro del marco de una teoría
miento humanos. Si percibir es reconocer un pa- aceptada." (Hecht, 1987: 12)
trón de propiedades y de relaciones; y estos patro- ¿Puede sostenerse entonces en neurociencias
nes u "ordenamientos" se construyen gracias a las el postulado ontológico del realismo?
categorías (incluidas la de causalidad y la de rea- El problema desborda aquí el marco episte-
lidad) que nuestro cerebro ha inventado a lo largo mológico 'para adentrarse en el ideológico, pero
de la evolución, entonces el mundo tendrá signi- si queremos llevar la crítica hasta las últimas (?)
ficado no en sí mismo, sino para nosotros. consecuencias debemos estar preparados para
Desde Hume sabemos que, por ejemplo, las poder mover todos los marcos y quizás hasta pa-
relaciones de causalidad no se pueden demostrar, ra quebrarlos, aunque al final, como siempre,
que el entendimiento tiene la tendencia a dar solo obtengamos discursos fragmentarios sobre
"saltos" a partir de simples conjunciones hacia lo que nos empeñamos en llamar "realidad"
conexiones causales, y que estas se encuentran (¿un simulacro necesario?).
amparadas, no en evidencias empíricas, sino en
hábitos y actos de fe. Kant, por su parte, pensaba
que la causalidad y sus complejas redes forma-
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LA TRAMA PSICOFÍSICA 41

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