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El Paro del Ministro.

Juan Carlos Pinzón, el boyacense ministro de defensa del gobierno Santos ha salido, con
más vehemencia que verdad, a decirle las siguientes palabras al país: “No es cierto que el
Gobierno ataque a los campesinos. Las protestas son legítimas y son protegidas por la
Fuerza Pública. No podemos permitir que se violen los derechos de la mayor parte de los
ciudadanos”.

Desacertadas las declaraciones del joven ministro. Hoy, con escasos días de desarrollo
de las protestas, en las redes sociales circulan decenas de videos que evidencian,
documental y testimonialmente, la forma como la fuerza pública colombiana atropella y
agrede, la mayoría de las veces con brutalidad, a la población civil campesina del centro y
sur occidente del país. Lo peor de todo es que en la totalidad de los videos denunciantes,
los ancianos, mujeres, niños y jóvenes maltratados, aparecen inermes e indefensos ante
los militares que están llamados a proteger a los ciudadanos que protestan.

En lo único que acierta Pinzón es en la legitimidad de las protestas. Si el ministro se


dedicara a ver los videos con detenimiento, obtendría el material probatorio suficiente
para llevar ante la justicia a una enorme cantidad de oficiales del Esmad, de agentes de la
Policía y a distintos miembros del Ejército Nacional, quienes se ven ingresando a las
viviendas de los campesinos, golpeándolos salvajemente, destruyendo humildes
viviendas o, como se observa en un video ampliamente divulgado, “incautando” enceres y
frazadas a los manifestantes, en un campamento, supuestamente ubicado en el
departamento de Nariño.

Vale la pena preguntarse por qué estas denuncias no aparecen en los grandes medios de
televisión nacional. Quizá por eso el ministro no ha tenido acceso a ellas. A lo mejor por
eso también afirma saber que “en las protestas han aparecido encapuchados y personas
que están tratando de exacerbar las violencia”. Algo que choca con la realidad que
muestra en los videos a los agentes del Estado causando daños y deteniendo a
campesinos que, en palabras de Pinzón, “están acusados de terrorismo”.

Incomprensible que un joven boyacense, como lo es el ministro Pinzón, no acuda al


llamado de auxilio que sus coterráneos quienes, legítimamente protestan, le lanzan en
este momento al país y al mundo. ¿Me pregunto si cuando el gobierno invita a dialogar,
sin las utilizar las vías de hecho, le estará aclarando a la propia fuerza pública que no
violente la integridad de los campesinos?

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