Você está na página 1de 2

1.5.

2 Variables predictoras del éxito en el aprendizaje de la lectura


En consonancia con los hallazgos anteriores, la investigación experimental ha
venido demostrando repetidamente que la conciencia fonológica es el principal predictor
del éxito lector (Troia, 1999; Ehri y cols., 2001; Serrano, Defior y Jiménez, 2005),
especialmente, en lo que se refiere a las lenguas transparentes como el español. Además, se
ha demostrado que los déficit en conciencia fonológica se relacionan con la aparición de
trastornos de la lectura (Lyon, Shaywitz & Shaywitz, 2003) y que la medida de la
conciencia fonológica en la escuela infantil es uno de los factores que predicen la aparición
posterior de trastornos de la lectura en el segundo grado (Catts, Fey, Tomblin & Zhang,
2001). Todo ello, ha determinado la incorporación del entrenamiento de tareas de
conciencia fonológica a programas de intervención en niños con dificultades lectoras y en
la enseñanza a niños prelectores.

El otro predictor destacado del aprendizaje de la lectura es el conocimiento del


nombre de las letras que se traduce en la habilidad para reconocerlas y nombrarlas
rápidamente. La razón es que parece favorecer el procesamiento fonológico de lo impreso,
el aprendizaje de las correspondencias letra-sonido y, finalmente, el desarrollo de las
habilidades fonológicas (Gallego y Sainz, 1995; Foulin, 2005). De esta manera, se puede
establecer una conexión causal entre el conocimiento de los nombres de las letras y el
aprendizaje de sus sonidos (Share, 2004). En suma, el tema de los prerrequisitos lectores, se
ha desplazado hacia el problema de qué variables son las que mejor predicen el éxito en el
aprendizaje lector y, por tanto, en qué aspectos de la conducta deberá centrarse el
aprendizaje antes y durante el inicio de la lectura.

Para que los niños lleguen a adquirir la habilidad lectora, han de seguir una
secuencia evolutiva durante la cual atraviesan varias fases. En tal sentido, U. Frith (1985)
propone tres fases en el aprendizaje de la lectura: la logográfica, la alfabética y la
ortográfica. En la primera, los niños procesan las palabras como cualquier otro objeto
visual. Los significados de las palabras se asocian a formas y rasgos visuales globales, lo
que significa que el reconocimiento de las palabras es impreciso; dependiente de ciertos
patrones, del contexto, de colores; e indiferente al orden de las letras.
En la segunda fase, la alfabética, los niños pueden progresar en el aprendizaje con
una enseñanza sistemática de las reglas alfabéticas y fonéticas, y representan visualmente
palabras en un formato diferente que otros objetos o símbolos y secuencias ordenadas de
letras. Las representaciones de letras deben conectarse con sus sonidos correspondientes,
este proceso necesita de una habilidad llamada conciencia fonológica. A partir de ese
momento, el reconocimiento de palabras nuevas se lleva a cabo a través de la vía
fonológica.

En la tercera fase, la ortográfica, se automatizan los procesos decodificadores y se


va adquiriendo un léxico interno por el hecho de leer una y otra vez los mismos vocablos.
Al comienzo de esta fase, el niño aplica escasamente la estrategia ortográfica, sin embargo,
aumenta la representación léxica de las palabras conforme va practicando en su lectura.

Desde la perspectiva de la psicología cognitiva el ser humano tiene una


predisposición innata que permite la adquisición natural de la lengua oral. Sin embargo, no
existe una predisposición biológica para el caso de la adquisición de la lectoescritura
porque su aprendizaje dista de ser natural. Se puede concluir, por tanto, que la
lectoescritura es una adquisición cultural y que debe ser enseñada de forma sistemática.

Se pretende expandir el vocabulario explorando los fonemas y significados de


nuevas palabras que son parte de sus experiencias. Al igual que expresar en forma oral,
estructuras oracionales que enriquezcan sus competencias comunicativas.

Además, iniciar progresivamente la conciencia fonológica mediante la producción y


asociación de palabras que tengan los mismos sonidos iniciales y finales. Junto con
diferenciar el sonido de las sílabas que conforman las palabras habladas avanzando en el
desarrollo de la conciencia fonológica.

Você também pode gostar