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"En el instante en que los poderes públicos se disolvían y en que la manifestación material de la unidad argentina se

borraba, por decirlo así, era necesario pensar y decidir que ese eclipse era transitorio, y que esa disolución aparente, era
una verdadera labor de regeneración de la que la República surgiría en breve, fuerte, compacta y libre, reposando en las
conquistas laboriosas de su pasado, en la lisonjera realidad de su presente y en las grandes promesas de su porvenir. A
ese fin, también era necesario apoderarse con mano firme del símbolo visible de la nacionalidad, que aún quedaba en
pie y levantarlo en alto para tranquilizar a los unos, respecto de la lealtad del designio que había armado el brazo de los
pueblos, y para recordar a los otros cuál era el pensamiento que se habría paso, entre el estruendo de las armas y las
vacilaciones consiguientes a una situación no definida.”
Mitre, Bartolomé, 1862.

“Antes de cumplir el primer año de su período presidencial, Mitre informaba que “…si bien las provincias adhirieron al
nuevo orden, se hizo necesario prever cualquier reacción colocando un cuerpo del ejército nacional en un punto
estratégico" Al mismo tiempo señalaba que hallándose la sede del gobierno nacional en Buenos Aires y siendo ésta
centro de todos los recursos, podían resolverle rápidamente las situaciones de desorden o rebelión. No obstante, la
centralización del poder y los recursos resultaba insuficiente, ya que para ser efectiva debía ir acompañada por una
descentralización del control, es decir, por una "presencia" institucional permanente que fuera anticipando y disolviendo
posibles focos contestatarios, y afirmando la suprema autoridad del estado nacional. En esto consistía en definitiva su
legitimación y en esta dirección se orientaron diversas formas de penetración. (…) las diversas modalidades que fue
adquiriendo esta penetración (…) Una primera modalidad, que llamaré represiva, supone la organización de una fuerza
militar unificada y distribuida territorialmente, con el objeto de prevenir y sofocar todo intento de alteración del orden
impuesto por el estado nacional. Una segunda, que denominaré cooptativa, incluye la captación de apoyos entre los
sectores dominantes y gobiernos del interior, a través de la formación de alianzas y coaliciones basadas en
compromisos y prestaciones recíprocas. Una tercera, que designaré como material, presupone diversas formas de
avance del estado nacional, a través de la localización en territorio provincial de obras, servicios y regulaciones
indispensables para su progreso material. Una cuarta y última, que llamaré ideológica, se refiere a la creciente
capacidad de creación y difusión de valores, conocimientos y símbolos reforzadores de sentimientos de nacionalidad
que tienden a legitimar el sistema de dominación establecido.”
Oszlak, O. Formación histórica del estado argentino: la conquista del orden, 1979.
“En 1880, el estado argentino posee todos los atributos reconocibles en un estado moderno. Varios
hechos históricos posibilitaron centralización política y económica: la victoria de Buenos Aires sobre la
Confederación (…). La alianza entre la burguesía ganadera del litoral con sus pares, las clases dominantes
del interior, persiguió sofocar el accionar de las montoneras y mantener un orden aceptable para el
desarrollo económico. La federalización de Buenos Aires proveyó el asiento definitivo del gobierno
central y las campañas contra el indio se llevaron a cabo con el objetivo de incorporar nuevas tierras
para la producción.”
Caraballo, L. Documentos de historia argentina.

“El mejor modo de impulsar el progreso es traer a los inmigrantes más


capaces. En Europa no es oro todo lo que reluce, hay que buscarlos
en Inglaterra, Suiza, Holanda, Bélgica y Alemania, por sus aptitudes
cívicas. Tomad en cambio un puñado de mulatos de Panamá o del
populacho de Nápoles o de Roma y no oirés más que gritos y
blasfemias, es decir falta completa de respeto.”
Alberdi, J. B.

Población nacida en el exterior según país de nacimiento (%). Total país. Censo 1914

“El analfabetismo, la barbarie, las fallas congénitas de vastos sectores rebajan mecánicamente
el resultado de esta expresión (el sufragio), la única fórmula capaz de elevar el nivel y lograr
buenos gobiernos es la de eliminar los elementos regresivos y sanear el cuerpo electoral.”
Alberdi, J.B.
“La reforma de 1912 vino a coronar una visión del mundo precisamente en el momento en que ese
mundo y todas sus convicciones estaban a punto de estallar en mil pedazos en los campos de batalla y
las trincheras de Europa. La crisis de guerra sepultó las convicciones liberales y permitió el desarrollo y
avance de un amplio conjunto de visiones del mundo que impugnaban los principios de la reforma y
lentamente construyeron alternativas de todo tipo.”
De Privitellio, Luciano. Historia de las elecciones en la Argentina, 2011.

“El imperativo reformista nace de la convicción de que una poderosa brecha se ha abierto entre la sociedad y
la política, lo que a su vez derivaba en la existencia de una vida política irremediablemente corrupta,
artificiosa e irreal: sus conflictos, superficiales, sin sentido, respondían esencialmente a intereses puramente
personales. Las consecuencias más evidentes de esta anomalía eran los grandes males que aquejaban a la
política de entonces: la violencia y el personalismo -encarnado en su vértice por la figura del presidente
elector-, que usurpaban el lugar que legítimamente le correspondía a la sociedad. (…) El diagnóstico y el
impulso reformista eran compartidos; menos consenso había en cambio acerca de las características
concretas que esa reforma debía asumir.”
De Privitellio, Luciano. Historia de las elecciones en la Argentina, 2011.

“Desde el 12 de octubre de 1916 (…) Todo el mundo conoce que el presidente de la república ha sido
acusado de parcialidad, pero no a favor de las empresas ni de los patrones –y aunque sea injusta la
acusación, mejor es que se haya producido en esta dirección- sino a favor de los obreros. Cuando se
produjeron las huelgas ferroviarias (…) todo el mundo clamaba, en la seguera (sic) de la ofuscación
sanguinaria (…) que estaba procediendo con debilidad por parte del gobierno porque no dirimía los conflictos
entre el capital y el trabajo a tiros con las bayonetas.”
Diputado Horacio Oyhanarte.
“Sin duda, el período 1946-1948 ha quedado en la memoria colectiva de los argentinos como la época del más
formidable proceso redistributivo a favor de los trabajadores ocurrido en el siglo. El objetivo prioritario del gobierno
peronista fue modificar la distribución del ingreso para consolidar un nuevo orden social. Los instrumentos de que se
valió la administración peronista fueron convencionalmente keynesianos: créditos subsidiados para financiar aumentos
de salarios, aumento del gasto público –creció el número de empleados del Estado– y del déficit fiscal para mantener
el nivel de actividad laboral. Hay que destacar la ausencia de una estrategia de crecimiento a largo plazo durante los
primeros años del gobierno, tal vez por las urgentes demandas sociales desatadas entre 1946 y 1948. La proliferación
de pequeñas empresas, del crédito y los elevados salarios, no revelaron una preocupación por el desarrollo sostenido
y la racionalidad en la asignación de recursos. Este modelo entró en crisis en 1949 y se modificó al año siguiente, pero
par ese entonces la desconfianza de los empresarios privados ya era profunda.”
Gerchunoff, Pablo. Un nuevo patrón distributivo, 1996.

“Sin Independencia Económica no hay posibilidad de Justicia “Queremos que el capital y el trabajo, en estrecho
Social. Nada se puede hacer sin haber conseguido antes esa abrazo, labren la grandeza de la patria, mientras el
Estado vela por el bien de unos y otros,
Independencia Económica, sin saber que todo lo que los asegurando la justicia para el rico y el pobre…
argentinos produzcamos ha de volver a los mismos argentinos Buscamos hacer desaparecer toda causa de
para aumentar sus comodidades, su felicidad y su dignidad anarquía para asegurar con una armonía, a base
dentro de la familia argentina.” de justicia social, la imposibilidad de la alteración
Juan D. Perón, 30-7-1947 de nuestras buenas relaciones entre el capital, el
trabajo y el Estado.”
Manual del Peronista, 1948.

“Para aumentar nuestras conquistas sociales necesitamos aumentar la riqueza y aumentar el trabajo. Nuestro plan considera,
en esta etapa, multiplicar nuestra riqueza y repartirla convenientemente; y con ello, las nuevas conquistas sociales han de
salir de nuestro propio trabajo, sin perjudicar a nadie. A ello tiende nuestro plan quinquenal. Debemos producir el doble;
multiplicarlo por cuatro mediante una buena industrialización, distribuir equitativamente la riqueza y aumentar el estándar de
vida de nuestras poblaciones hambrientas, que son la mitad del país. Y cuando este ciclo se haya cerrado, no tendremos
necesidad de mendigar mercados extranjeros porque tendremos el mercado dentro del país, y habremos solucionado con ello
una de las cuestiones más importantes: la estabilidad social.”
Discurso de Juan D. Perón presentando el Primer Plan Quinquenal, octubre de 1946.

“Observando el movimiento del mundo, pasamos ahora, en ese movimiento pendular, por el centro, por la vertical del
péndulo que oscila entre el individualismo y el colectivismo."
"Es una colocación ideológica, que está en el centro, la izquierda o la derecha, según los hechos. No somos causa sino
consecuencia de los hechos.
El equilibrio perfecto entre el gobierno centralizado y dictatorial, que es un extremo y la absoluta libertad o la anarquía,
que es el otro extremo.
La labor para lograr la paz internacional debe realizarse sobre la base del abandono de ideologías antagónicas y la
creación de una conciencia mundial de que el hombre está sobre los sistemas y ideologías, no siendo por ello aceptable
que se destruya la humanidad en holocausto de hegemonías de derecha o izquierda".

PERON, JUAN DOMINGO, Nación Argentina, Justa, Libre y Soberana, Buenos Aires, Control de Estado la
Presidencia de la Nación, 1950,467-471.
"Si el Libro Azul no mereció en el país el repudio unánime a que lo hacía acreedor su carácter de documento
lesivo de la soberanía argentina, es porque un sector de la opinión pública, por razones de ofuscación
política, creyó, equivocadamente, que podía beneficiar sus intereses partidarios, y renunció -hay que creer
que en forma transitoria- a la defensa de una causa común: la de la dignidad y el decoro de la Nación.
(...) el ataque político tan cruel como injustificado que contiene, ha importado una lamentable intromisión en los asuntos
políticos internos de la Argentina, acostumbrada a resolver sus propios problemas entre argentinos y con espíritu
argentino.
Del ministro de RR.EE., Dr. Juan 1. Cooke a los representantes diplomáticos americanos acreditados en el país,
29 de marzo de 1946. La República Argentina ante el "Libro Azul", Buenos Aires, 1946.

“Coherentemente, la reforma constitucional de 1949 permite a través del artículo 40 la concreción de un viejo anhelo
nacionalista: "La organización de la riqueza y su explotación tienen por fin el bienestar del pueblo, dentro de un orden
económico conforme a los principios de la justicia social. El Estado, mediante una ley, podrá intervenir en la economía
y monopolizar determinada actividad, en salvaguarda de los intereses generales y dentro de los límites fijados por los
derechos fundamentales asegurados en esta Constitución. Salvo la importación v exportación, que estarán a cargo del
Estado de acuerdo con las limitaciones y el régimen que se determine por ley, toda actividad económica se organizará
conforme con la iniciativa privada siempre que no tenga por fin ostensible o encubierto dominar los mercados
nacionales, eliminar la competencia o aumentar usurariamente los beneficios.
Los minerales, las caídas de agua, los yacimientos de petróleo, de carbón y de gas, v las demás fuentes naturales de
energía, con excepción de los vegetales, son propiedades imprescriptibles e inalienables de la Nación, con la
correspondiente participación en su producto, que se convendrá con las provincias.
Los servicios públicos pertenecen originariamente al Estado, y bajo ningún concepto podrán ser enajenados o
concedidos para su explotación. Los que se hallaren en poder de particulares serán transferidos al Estado, mediante
compra o expropiación con indemnización previa, cuando una ley nacional lo determine...”
ORTEGA PEÑA, RODOLFO Y DUHALDE, EDUARDO LUIS, "La Argentina peronista: una Argentina justa, libre y
soberana", en El peronismo en el poder Centro Editor de América Latina, Buenos Aires, 1974, PP. 160.

“¡Soldadito, a vos también te necesitamos en la lucha por la economía!


¡Vamos a ver, pibe, cómo te portas! (...)
~AVlVATE!
Proponeles un juego a los otros pibes de tu barrio:
-Vamos a ver quién pesca más tipos que hacen agio.
Total, es un lindo juego. Mirá, a lo mejor cae la casualidad de que en tu barrio todos los comerciantes son honrados.
¡Ojalá!
Pero, si no lo son, hay que enseñarles que lo sean diciéndoles:
-Oiga, ¿Ud. se cree que mi papá encuentra el dinero en la calle? Mi papá trabaja honradamente ¿sabe? Ud., ¿por qué no
hace lo mismo?
¿Le gustaría que en un descuido suyo le llevase un paquete de galletitas? ¿Ah no? Claro. Eso es robar.
Bueno, lo que Ud. hace cuando cobra más caras las cosas también es ROBAR.
Y Ud. es un hombre mayor. ¿No le da vergüenza? ¿No sabe que la ley puede castigarlo en serio?”
Mundo Peronista, año 1, n0 18, abril de 1952.
"Días pasados salió para Río Hondo un contingente de niños que necesitan baños termales, es decir, baños
calientes que fluyen de la tierra en algunas regiones especiales. Hay pibes débiles que precisan esas curas.
Y la Fundación que preside Evita se ocupó también de que los chicos puedan tomar esos baños que le
darán salud.
Río Hondo queda en Santiago del Estero. En esa provincia los pibes enfermitos que viajan desde aquí son
atendidos con esmero y gran cariño.
Todo ello gracias al corazón de Evita que late por los débiles, los tristes y los necesitados.
No dejes de pedir a Dios por tu Hada Buena.
La oración de los pibes llega al trono de Dios en alas de sus ángeles."
Mundo Peronista, año 1, n0 22, junio de 1952.

“Conmueve hoy profundamente al país la muerte de Eva Perón. En las calles metropolitanas, en todas las ciudades y
pueblos de la República, en cualquier lugar del territorio nacional en que un núcleo humano haya seguido con fe en su
palabra y en sus hechos los últimos seis años argentinos, a aquel sentimiento de dolor ha de sumarse una sensación de
perplejidad. Y mientras la inmensa masa de sus partidarios llora su alejamiento definitivo no puede dejar indiferente al
resto de la sociedad. (...). Es que Eva Perón (...) ha constituido en su breve paso por la vida colectiva de la nación un
acontecimiento cuya dilucidación y juicio corresponden, desde luego, al futuro, pero ante el que nadie pudo, sin duda,
permanecer impasible.”
La Nación, 27 de julio de 1952

“Alicia: -Yo era chica y me dejó impactada lo que dijo la maestra... volvió a la escuela y no pensó qué sen-
tíamos cada chico. Y habló mal y mal y mal contra Perón... y yo la odié a 1a maestra porque yo había vivido
muchas cosas que mis padres no podían comprarnos. Sería demagogia, lo que quieras, pero yo me acuerdo
de que tuve juguetes, que muchos de los chicos tuvieron cosas que los padres no podían dar aunque se
rompieran trabajando...
Cecilia: -En mi caso, no podemos decir que mis padres y yo lo que tenemos nos dió nada. Todo lo hicimos
con esfuerzo. Me acuerdo cuando pidió un crédito... a 40 años y ellos pudieron comprarse una casa. Ahora
no sé si con el mismo trabajo se podrían comprar una casa como la que tenemos...
Haydée: -Yo tuve mala experiencia Cuando falleció Evita la maestra citó a los padres y les dijo que todas
teníamos que llevar un brazalete negro. En ese momento iba yo a la Escuela Normal No 1, que está enfrente
de Obras Sanitarias.
Mi padre se negó y le dijo que aunque se hubiera muerto la madre de él no me pondría luto. Y la maestra me
hizo repetir 3er. grado y hasta el día de hoy lo tengo grabado a fuego. No lo puedo olvidar nunca.
Cecilia: -Yo era chica... En los libros de lectura aparecía un parrafo "Perón cumple"... nosotros teníamos que
leerlo y otro sobre Evita.
Ni fu ni fa... A mí no me molestó... Y como hizo muchas cosas buenas.
Haydée: -Otra de las cosas que viví: mi papá no pertenecía a ningún gremio ni era peronista. Estaba marcado
y estaba en esas famosas listas negras.
En ese momento era operador cinematográfico y me acuerdo que con mi mamá hasta que no llegaba, a la
0.30 de la mañana, estábamos las dos sentadas esperando, porque él tenía que entrar por arriba de los techos
para poder dar la función. Estaba marcado y no podía entrar por la puerta que correspondía.
Alicia: -Mi papá no estuvo metido en política. Era un laburante, nada mas. Nunca tuvimos problemas de
ninguna clase. Es cierto que hubo gente de los alrededores que, si no estaban en la Unidad Básica, si no
estaban trabajando para el proyecto de ellos... Fs cierto que te marcaban...
A nosotros no nos llevaron en camiones a ninguna manifestación, no podemos decir eso... Pero lo
fundamental fue Evita. Era una laburante social. Tal vez si no se hubiese muerto ella las cosas hubiesen sido
distintas.
Cecilia: -Es probable... Era de mucho carácter, era de abajo y sufrió el cachetazo de la clase alta. Era muy
joven y le daba bronca cómo la trataban... como si fuera... En la época de la revolución contra Perón mi papá
trabajaba en las bodegas Giol y lo obligaron a subirse a un camión... Miró para arriba y vio cosas que caían...
Eran bombas.
Se salvó porque se salvó... Vio morir a un montón de gente.
Yo pienso que eso... eso debe ser castigado. Porque realmente fue una matanza innecesaria. Porque, si el que
les molestaba era Perón, hubiesen matado a Perón.”

Alicia, Cecilia y Haydée son maestras de 54 y 55 años que trabajan como preceptoras en una escuela de
enseñanza media del conurbano bonaerense. El reportaje fue realizado por la profesora Alicia de Busto en
noviembre de 1999.

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