Leconte de Lisle. Editorial: Espasa – Calpe, S.A.; Colección Austral, 5ª ed. Desde el comienzo, ya se puede uno situar en la situación desde el texto gracias a Poseidón en su conversación con Atenea; ambos personajes plantean los hechos a partir de los que se desarrolla toda la tragedia. En dicha conversación, se expresa lo que se espera que sea un final seguro y que no ocurre; los troyanos se recuperan y el enemigo pierde poder, sin embargo, sólo se muestra la angustia consecuente de la lucha, en las troyanas. Sólo el sufrir de las mujeres cubre el todo de está obra literaria, durante su transcurso, hasta que Troya es completamente destruída. El espacio en el cuál se desarrollan los hechos, es prácticamente único, tan sólo varía en dos casos: › allá donde se encuentran los dioses. › algún lugar de Troya próximo a la costa donde las esclavas troyanas esperan ser llevadas ante sus nuevos amos. Respecto al tiempo literario, éste transcurre lentamente (se podría decir que coincide con el tiempo real). La obra se fracciona por los momentos en los que interviene el coro, para mantener suspendido lo que anteriormente haya sido establecido por algún personaje. Autor: Sófocles. › Traducción del griego al castellano por Luis Gil. Editorial: Guadarrama. Punto Omega. Ya en el comienzo del texto se plantea conflicto, los habitantes de la tierra que gobierna Edipo le piden ayuda por los grandes problemas a los que se están enfrentando. Poco a poco las cosas se descubren y el conflicto pasa de ser asunto de los habitantes a ser del mismo Edipo; de él, se desvela que su muerte será la solución al problema planteado desde el inicio de la obra. El tiempo dramático es mucho mayor que el tiempo real; esto es perfectamente apreciable, principalmente, cuando alguno de los mensajeros del Rey (Edipo) sale en busca de algo y regresa con su objetivo cumplido al poco de salir. El espacio es constante: el palacio de Tebas (lo que puede facilitar el montaje escenográfico). Autor: Aristófanes. Editorial: Nacional -Madrid-. Las connotaciones sexuales que presenta la obra, es una de las características más impactantes de la misma. Los diálogos sexuales dan pie a la cultura y dedicación que los griegos hacían del sexo en sus vidas. Tanto el desarrollo como el desenlace se sobrellevan en correcta combinación, a lo que se le añade, la decisión y potencia que tiene el personaje protagonista (Lisistrata) que tiñe de ritmo todo el escrito. El tiempo dramático resulta mayor que el real; dura toda una guerra. El espacio dramático varía, no coincide con el espacio real (que debe ser único). Autor: Anónimo. Editorial: Espasa – Calpe, S.A. Podemos contemplar cómo las distintas escenas de las que se compone la obra sirven para caracterizar a tres personajes principales, los tres Reyes; éstos, poseen ciertos razgos comunes y (poseen también) ciertas diferencias. Respecto al espacio y tiempo dramáticos, este tipo de obras a representar, era llevado a cabo en espacios escénicos reales que eran divididos en varias plataformas; para así mostrase en cada una de ellas, un momento espacio-temporal distinto. Autor: Fernando de Rojas. Editorial: Salvat Editores, S.A. y Alianza Editorial, S.A., 1970. El personaje más interesante de esta obra es, sin duda, la que da nombre a esta dramaturgia: por el gran ingenio y astucia que posee a la hora de tratar con aquellos que le puedan conceder algo deseable por ella. De esta forma, todos los personajes y junto a ellos, el desarrollo y ritmo de la obra, giran alrededor de la Celestina. Temporo-espacialmente esta obra tuvo que ser imposible de representar por ciertos elementos: hay muchos espacios escénicos pues, la misma protagonista, recorre muchos lugares. Por esta razón no llegó a ser considerada `teatro´, sin embargo, actualmente sí es posible la presentación en su amplitud espacial gracias a los avances técnicos en los elementos escenográficos. A lo dicho, se le añade la censura moral de la época. Autor: Lope de Rueda. Editorial: Taurus, S.A. 1966, Claudio Coello, 69 B. Madrid. Es notable, que éste es un teatro dirigido a gente de bajo nivel cultural; que está dirigido a lo cómico, en el que se refleja unos personajes de condición miserable e ignorante. Los personajes recuerdan al “tonto” y al “listo” de los payasos actuales en los circos, que en cada Paso plantean una breve historia cómica. El aspecto espacio-temporal carece de importancia, en esta dramaturgia, pues cada historia es como un pequeño “chiste” asignado a otra época, y como todo “chiste” se desarrolla en la lógica.