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VISTA Nº 386 /2018.

JUZGADO LETRADO DE PRIMERA INSTANCIA EN LO PENAL ESPECIALIZADO


EN CRIMEN ORGANIZADO DE 2° TURNO

Autos caratulados: “F.A., E.H. – Un delito continuado de estafa en reiteración


real con un delito continuado de lavado de activos”
I.U.E. Nº 2-375/2014

Señora Juez:
Evacuando el traslado conferido, la Fiscalía formula las siguientes
consideraciones:
I) ANTECEDENTES
1°) En autos, el Ministerio Público dedujo oportunamente acusación contra el
encasuado E.H.F.A., solicitando su condena como autor responsable de un delito
continuado de estafa en concurrencia fuera de la reiteración con un delito continuado
de lavado de activos, a la pena de 6 (seis) años de penitenciaría, con descuento de
la preventiva cumplida (fs. 2032 a 2040).
2°) La Defensa contestó en tiempo y forma la acusación fiscal a fs. 2052, allanándose
a la misma.
3°) En extenso escrito obrante de fs. 2055 a 2076, la Defensa comparece
nuevamente a solicitar la nulidad absoluta del proceso, la absolución de su
defendido, y que se dejen sin efecto todas las incautaciones de bienes inmuebles,
cuentas bancarias y participaciones accionarias dispuestas en autos. Basa su
argumentación en el hecho nuevo consistente en la promulgación y entrada en
vigencia de la Ley 19.574, de 20 de diciembre de 2017, en cuyo artículo 79 se
derogan -entre otros- el artículo 54 del D.L. 14.294 (que tipifica el lavado de activos),
el artículo 63 del D.L. 14.294 (que prevé el decomiso de bienes); y el artículo 6 de la
Ley 18.494 (que prevé los acuerdos de colaboración con los imputados), por lo cual
-entiende la Defensa- ninguna de tales disposiciones puede ser aplicada en el caso
de autos.
4°) La Defensa invoca en el escrito en vista el principio de retroactividad de la ley
penal más benévola para el imputado, entendiendo que las normas derogadas no
pueden ser aplicadas al caso, abundando en argumentos respecto de tal principio, y
alegando que los hechos atribuidos han quedado descriminalizados, que el acuerdo
de colaboración oportunamente celebrado entre la Fiscalía y el imputado perdió toda
validez y eficacia, y que tampoco corresponde el decomiso de los bienes, por la
misma circunstancia de la derogación de la norma habilitante. Asimismo, introduce
un argumento nuevo en la causa, alegándose que -dado que la nueva Ley 19.574
tipifica el autolavado de activos, ello implica que la conducta no constituía delito
antes de la entrada en vigencia de ésta última norma.

II) ASPECTOS FORMALES DE LA CUESTIÓN

1°) Ingresando a los aspectos formales del asunto, la Fiscalía entiende en primer
lugar que la nulidad invocada no es admisible, pues no se verifican ninguna de las
hipótesis previstas en el artículo 101 del Código del Proceso Penal D.L. 15.032. En
todo caso, la controversia planteada debe ser resuelta en base a las disposiciones
previstas en los artículos 15 del Código Penal (“De la ley penal en orden al tiempo”)
y 7 del Código del Proceso Penal (“Leyes penales y proceso penal”), que contemplan
las hipótesis de entrada en vigencia de nuevas leyes penales o procesales durante
el curso de un proceso, y la forma en que pueden o no aplicarse a los hechos
cometidos con anterioridad. En suma, no puede hablarse de nulidad, sino de
aplicación o no del artículo 15 del Código Penal: pues aún si se resolviera la
aplicación retroactiva de una ley penal por ser más favorable al imputado, el Código
no habla de nulidad de las actuaciones previas, sino simplemente de “cesación de
los procedimientos” o “modificación de la pena” según el caso.
2°) En segundo lugar, en el caso que nos ocupa, tampoco puede solicitarse la
absolución del encausado F., por cuanto el mismo ha sido enjuiciado -y la Fiscalía
ha solicitado su condena en el escrito acusatorio- por delito continuado de estafa, en
concurrencia con un delito continuado de lavado de activos, de manera que -aún si
se descartara el delito de lavado- la causa debiera proseguir por el restante delito
imputado.
3°) En tercer lugar, y finalmente, la Fiscalía entiende que la solicitud planteada por
la Defensa en el escrito en vista es formalmente extemporánea, por cuanto la Ley
19.574 entró en vigencia en el mes de enero de 2018, y la Defensa contestó la
acusación fiscal en fecha 9 de marzo de 2018 (véase fs. 2052), allanándose a la
requisitoria de la Fiscalía. En otras palabras, no puede invocarse como hecho nuevo
la sanción y entrada en vigencia de la Ley 19.574, cuando ya estaba en vigencia al
tiempo de la contestación; por lo que los argumentos que se agregan en el escrito
en vista son claramente extemporáneos, ya que ha vencido largamente el término
otorgado a la Defensa para la contestación de la acusación, y no se trata de un
hecho nuevo.

III) SOBRE LA CUESTIÓN DE FONDO: LA POSICIÓN DE LA FISCALÍA

1°) El Ministerio Público disiente con los argumentos esgrimidos por la Defensa, por
cuanto el delito atribuido al imputado en autos ha sido cometido bajo la vigencia del
art. 54 del D.L. 14.294, en la redacción dada por Ley 17.016, y su derogación no ha
implicado la supresión de la figura delictiva, por lo que no es de aplicación el artículo
15 inciso 2° del Código Penal.
2°) En efecto, si bien la Ley 19.574, en su artículo 79, deroga expresamente los
artículos 54 y 63 del D.L. 14.294, y el artículo 6 de la Ley 18.494, lo cierto es que la
nueva ley integral ha venido a crear un nuevo marco legal de los delitos de lavado
de activos, sistematizando, compendiando y actualizando la normativa vigente, y en
todos los casos dejando subsistentes los delitos, las condenas accesorias y las
técnicas especiales de investigación, entre ellas, la posibilidad de concretar
acuerdos entre Fiscalía e imputado.
3°) Si una nueva ley suprimiera un delito existente, se aplicaría a los hechos
anteriores a su vigencia, conforme a lo previsto en el artículo 15 inciso 2° del Código
Penal, determinando la cesación del procedimiento. Pero en el caso que nos ocupa,
es claro que la nueva ley no suprime un delito existente, sino que modifica
mínimamente su redacción, manteniendo la tipificación y castigando el delito con las
mismas penas que en la redacción anterior, por lo cual la situación no varía.
Obviamente, la nueva ley no puede aplicarse a los hechos anteriores; pero
ciertamente, puede y debe aplicarse la ley vigente al tiempo de comisión del delito
(ultraactividad de la ley), por los fundamentos que se expresarán.
4°) Cuando a un mismo hecho le sean aplicables tanto la norma vigente al tiempo
de su acaecimiento (en el caso, el art. 54 del D.L. 14.294, en la redacción dada por
Leyes 17.016 y 17.835), como una nueva norma que entró en vigencia con
posterioridad (en el caso, el art. 30 de la Ley 19.574), debe aplicarse claramente el
principio de la ley más favorable al imputado. Pero en la hipótesis que nos ocupa, la
nueva ley no es ni más ni menos favorable, por lo que no puede siquiera hablarse
de aplicación del artículo 15 del Código Penal.
5°) En el caso, es claro que el legislador quiso derogar las normas anteriores y crear
un nuevo marco legal para los delitos de lavado de activos, y así lo dejó claramente
establecido en el artículo 79 de la nueva ley. Por ende, no puede hablarse de
diferencia entre el tenor literal de la ley y la intención del legislador, ni corresponde
ir a desentrañar si el legislador quiso o no que la nueva ley se aplicara a los hechos
cometidos con anterioridad, pues ello es tarea del operador judicial: en todo caso, lo
que el intérprete judicial debe resolver es cuáles son las consecuencias de la
derogación expresa contenida en el artículo 79 de la nueva ley, y para ello debe
acudir a la disposición del artículo 15 del Código Penal (replicada en el artículo 7 del
Código del Proceso Penal D.L. 15.032).
6°) También hay que decir que es irrelevante -a juicio de la Fiscalía- que la ley haya
derogado expresamente las normas en cuestión (en el art. 79), o que no lo hubiera
hecho -y en tal caso hubiera operado claramente una derogación tácita- pues la
derogación de una ley, sea expresa o sea tácita, debiera tener las mismas
consecuencias jurídicas. Con el artículo 79 o sin el artículo 79, la problemática
jurídica creada hubiera sido idéntica, y en ambos casos, el intérprete debía resolver
su aplicación retroactiva o no a las causas en trámite.
7°) En tal sentido, lo que debe analizarse es si el legislador “suprimió” o no un delito
preexistente; y parece absolutamente claro que no existió un cambio en la valoración
jurídica o axiológica por parte del legislador: no se despenalizó la conducta. La nueva
ley no consagra la innecesariedad político-criminal de continuar sancionando el
lavado de activos, sino todo lo contrario: ratificó palmariamente la necesariedad de
su incriminación, repitiendo las figuras delictivas existentes, creando figuras nuevas
conexas y ampliando el elenco de delitos precedentes. La conducta sigue siendo
lesiva contra el bien jurídico tutelado, protegido todavía hoy por el tipo
correspondiente.
8°) La aplicación retroactiva de una ley penal más benigna para el imputado puede
y debe efectuarse cuando el legislador ya no desea incriminar determinadas
conductas, esto es, cuando se suprime o se elimina un delito, y no cuando se deroga
una disposición penal pero para sustituirla por un marco legal integral. En el caso
que nos ocupa, es claro que la nueva Ley 19.574 no elimina la punibilidad de
la conducta, no excluye al lavado de activos del ámbito de lo punible, no
aumenta ni restringe el ámbito de la tutela penal, no da ni mayor ni menor
amplitud al precepto penal. La derogación de un artículo no ha implicado la
supresión de un delito.
9°) En definitiva, la retroactividad opera únicamente cuando una conducta -otrora
incriminable- deja de ser punible; su fundamento está en un cambio de valoración
jurídica del legislador, que ya no desea incriminar y castigar una conducta. Nada de
eso sucede en el caso planteado: con la nueva ley 19.574, ni el bien jurídico deja de
estar tutelado, ni la conducta deja de ser punible, ni su intención es desincriminadora,
ni se ha suprimido el delito, por lo que no es de aplicación el artículo 15 inciso 2° del
Código Penal.
10°) Es interesante una explicación brindada por el catedrático español Jesús María
Silva Sánchez, al estudiar el tema de la retroactividad de la ley penal más
benigna en el Código Penal español, haciendo referencia a las leyes que sólo
tienen una mera “apariencia” de favorecedoras: “La interpretación
teleológica tendrá su punto de anclaje, en el caso del art. 24 del CP español,
en el término "favorezcan". En efecto, el referido precepto limita la eficacia
retroactiva al caso de las leyes penales "en cuanto favorezcan al reo”. La
cuestión es entonces, determinar qué modificaciones legales "favorecen" al
reo. A tal cuestión se suele responder señalando, para el caso que aquí más
interesa, que evidentemente favorece al reo la ley que no incrimina conductas
que eran punibles según la antigua legislación. Sin embargo, es preciso
distinguir entre la apariencia favorecedora y el contenido. Desde un punto de
vista material sólo puede estimarse que favorece al reo una modificación legal
que hace desaparecer la necesidad preventivo-general y preventivo-especial
de pena para el hecho que cometió en el momento anterior a la variación
legislativa. Esto, y no un favorecimiento aparente, es lo decisivo. La expresión
legal que restringe la aplicación retroactiva a las leyes que "favorezcan" al reo
es, pues, a mi juicio, el punto de anclaje de la restricción teleológica del art.
24 CP, pues la misma sólo puede entenderse en relación con el fundamento
material de la institución de la aplicación retroactiva de las disposiciones
favorables” (Jesús María Silva Sánchez, en “Legislación penal socio-
económica y retroactividad de disposiciones favorables: el caso de las leyes
en blanco”, en Jornadas “Hacia un Derecho penal económico europeo”,
Madrid, Octubre 1992, publicado en www.cienciaspenales.net).
Por los fundamentos expuestos, la Fiscalía entiende que corresponde
desestimar en todos sus términos lo solicitado por la Defensa en el escrito en
vista, disponiéndose la prosecución de las actuaciones.
Montevideo, 19 de abril de 2018.
LP

Dr. Luis Pacheco Carve


Fiscal Letrado Especializado en Crimen Organizado

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