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FANTASMAS

EN FABULANTES

El fantasma posiblemente sea el monstruo con mayor proyección litera-


ria. Ya sea habitante de casas encantadas o aparición puntual y desvelo
de quienes lo perciben, su presencia es categórica e imponente en la lit-
eratura fantástica.

Quizás el miedo a la muerte, o a lo desconocido, explique esta fasci-


nación por los regresados del Más Allá, benévolos, venéreos o abier-
tamente malignos. Y quizás por nuestra propia fascinación y simpatía 3
hacia sus poderes para inquietar, desde Fabulantes decidimos abrir una
convocatoria de relatos sobre fantasmas.

La revista que tienes aquí, estremecido lector, recopila las mejores pro-
puestas que nos llegaron: están ordenadas en función del Primer Premio
y de las cinco menciones de honor que concedimos. Aproximaciones
modernas, poéticas o clásicas que demuestran el inagotable caudal que
sigue generando un ser que hace tiempo abandonó sus cadenas y sus
sábanas blancas.

Ahora se ha hecho mucho más mundano, mucho más cerrcano. Lo


puedes comprobar con un solo click. Cuidado con las puertas que chi-
rrían solas y con los crujidos inexplicables: no son fruto del viento. Son
pesadillas, o ensoñaciones, como las que te dispones a leer... Y quizás a
disfrutar.
SUMARIO

06. GANADOR

06. Compañera de piso, LAURA JIMÉNEZ FREIXENET

12. MENCIONES DE HONOR

12. Tres llamadas, JAVIER S. DONATE

19. Los niños del jardín, FEDERICO GARRIDO

26. Viejos inquilinos, MIGUEL MARTÍN y GEMA DEL PRADO

34. Por mí y por todos mis compañeros, DANIEL GUZMÁN

42. Reencuentros, FRANCISCO VILLÉN

50. ILUSTRACIONES 2016

64. Entrevista: Diego Moreno, editor de Nórdica editorial


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92. Reportaje: Guía Fabulante de escuelas de magia

CRÉDITOS / Revista Fabulantes


Dirección editorial: Joaquín Torán.

Dirección de arte y creativa: Nuño Conde y Carlo Caranci.

Diseño y maquetación: Nuño Conde.

Ilustración en cubierta: El Horla, por Bastian Kupfer para Fabulantes.

Ilustraciones y fotos para Fabulantes de: Bastian Kupfer, María Emegé, Jordi Solano,
Mariano Henestrosa, Ana Picos y Miguel Iturbe.

Ilustración en contra-cubierta: Baskerville Hound, por Bastian Kupfer para Fabulantes.

Ninguno de los textos o dibujos incluidos en esta revista pueden ser reproducidos sin el
permiso expreso de su autor o de Fabulantes.
CRÉDITOS / Autoría de imagenes

11. Black Queen, BASTIEN LECOUFFE DEHARME


PORTFOLIO: HTTP://WWW.ROMAN-NOIR.COM/

18. House Ghost, JON KLASSEN


HTTP://JONKLASSEN.TUMBLR.COM/

33. A Dark Room (series), YANA J. PASKOVA


HTTP://WWW.YANAPASKOVA.COM/

41. Homes at Night #2077, TODD HIDO


HTTP://WWW.TODDHIDO.COM/

49. House Ghost, OMERIKA


HTTP://WWW.IMOMERIKA.COM

99. Wizards, PAUL KIDBY


HTTP://WWW.PAULKIDBY.COM/

100. Eric, JOSH KIRBY


HTTP://WWW.JOSHKIRBYART.COM/
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104. The name of the Wind, MARC SIMONETTI / BRAGELONNE
HTTP://ART.MARCSIMONETTI.COM/

111. Expedition Badges, PROPNOMICON


HTTP://PROPNOMICON.BLOGSPOT.COM.ES/

112. Mountains of Madness, STEVE THOMAS


HTTP://WWW.STEVETHOMASART.COM/
COMPAÑERA
DE PISO


Laura Jiménez Freixinet

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Compañera de piso ganaba nuestro disputado
certamen sobre fantasmas por su muy moderna
aproximación al tema y por su tono desenfadado
y la habilidad en su desarrollo y planteamiento.
Nos gustó mucho su ambiente urbano, cotidiano.
Su autora, Laura Jiménez Freixinet, se llevaba
merecidamente nuestro premio, Historia de los
fantasmas (Siruela). ¡Enhorabuena Laura!
Son las 4:35 y no puedo dormir. Hace demasiado calor. Doy vuel-
tas en la cama y la cabeza me da vueltas como si estuviera sobre el
plato de un microondas. Tal vez también bebí demasiado ayer. Me
levanto. Estoy mareada y tengo las manos entumecidas.

Enciendo el televisor. Siempre me aburre, pero al menos me hace 7


compañía. Cojo los restos de la cena, me siento en el sofá y voy ha-
ciendo zapping: partidos de fútbol en diferido, cuartetos de música
barroca y otras mierdas que no le interesan a nadie. ¿Por qué no
pondrán documentales de salmones remontando ríos, con paisajes
de esos que dan ganas de hacer las maletas? Serían de más ayuda
para combatir el insomnio. Me decido por un concierto en el que
cuatro tíos ponen cara de duros y tocan música blandita, tan im-
posible de tragar como la masa de la pizza fría.

Alicia, mi nueva compañera de piso, irrumpe en la sala de estar,


medio dormida, con el pelo lleno de enredos y el maquillaje de los
ojos resbalándole por la cara a lo Alice Cooper. Apaga la tele sin
decirme nada. Ni siquiera me pregunta por qué estoy despierta. Es
una borde. Hace ya como cinco días que se ha mudado y nunca me
habla.
En cuanto sale del comedor, vuelvo a poner el concierto y subo el
volumen. Que la jodan.

No tarda ni un minuto en volver a aparecer. Me quita el mando de


las manos, presiona el botón de apagado y se queda mirando los
trozos de pizza, como si dudara de algo.

—¿Quieres?—le digo ofreciéndole una porción. Se me cae al suelo.

Ella parece sobresaltarse. No sé por qué. Al fin y al cabo, sólo es


un trozo de pizza y ni siquiera tenemos una alfombra de la que
despegar el queso. Además, desde que ha llegado, el piso está hecho
una mierda. La mayor parte del tiempo se alimenta de fideos ins-
tantáneos y de barras de cereales de esas que parecen comida para
hámsters. Siempre deja los envoltorios tirados en cualquier sitio.
Cuando cocina, y solo lo ha hecho una vez, no lava los platos. Y
8 eso por no hablar del cuarto de baño…

Se vuelve a su habitación mirándome con mala cara, pero sin di-


rigirme la palabra. Creo que voy a quejarme a la casera. Le diré
que se droga o que trae a casa tíos con pinta de macarra y que se
quedan a dormir. Desde que se fue Evelyn no he tenido una com-
pañera de piso decente. Las dos anteriores eran unas histéricas que
se ponían a gritar por cualquier cosa y luego estuvo aquella pareja
gay que se pasaba todo el día fumando marihuana. ¡Qué tíos más
cansinos! Tenía que estar abriendo las ventanas constantemente.

Todavía recuerdo el día en que Evelyn se fue. Todas sus cosas meti-
das en cajas apiladas en la entrada. Dijo que nunca iba a olvidarme,
pero no nos hemos vuelto a ver. No me ha llamado siquiera y
cuando yo lo he hecho, tampoco me ha contestado al teléfono.
Quizá podría volver a intentarlo ahora...
Cojo otro trozo de pizza y mis dedos son por momentos un espa-
cio vacío. La cabeza me sigue dando vueltas, tantas como aquella
madrugada en la que se estrelló el coche y la sangre empapó los
cristales rotos del parabrisas. Me había peleado con Evelyn antes de
salir.

Iba demasiado deprisa y demasiado borracha. No sé de dónde


salió aquel camión. Sólo recuerdo unas luces que me cegaron, la
sucesión de golpes, que algo partió el volante en dos. Al salir de la
oscuridad, vi como varios de mis dedos caían junto al cambio de
marchas. Y dejé de respirar.

Luego, regresé a casa.

A la mañana siguiente, Evelyn lloraba y no dejaba de repetir cómo


había podido ser tan idiota. Nunca me quedó claro si se refería
a ella o a mí. Estaba enfadada y parecía no querer escucharme
cuando traté de contarle por segunda vez lo que había pasado con
su estúpida chaqueta de cuero.
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Pocos días después, se fue con todas sus cosas en aquella furgo-
neta blanca. La casera se deshizo de las mías, pero me dejó la cama.
Supongo que ahora soy una chica minimalista.

La echo de menos.

No he vuelto a tener una buena compañera de piso. Evelyn era in-


geniosa, ordenada, divertida... Los jueves por la noche cocinába-
mos tacos juntas y los domingos teníamos sesión de cine. Todos
los inquilinos que han venido después han sido aburridos o
insoportables.

Me tumbo en el sofá y enciendo otra vez el televisor. Tampoco es


que me guste el concierto, pero mientras lo escucho no me siento
tan sola.
Alicia reacciona a la música como los perros de Pavlov al sonido
de la campanita. Vuelve a entrar de forma casi instantánea. Parece
muy enfadada y murmura algo en voz baja que no logro entender,
pero por la expresión de su cara bien podría estar invocando a
Satán. Se va directa hacia el televisor. Lo desenchufa. Por algún
motivo en el que prefiero no pensar, verla enfadada me divierte.
Así que en cuanto cierra la puerta, vuelvo a conectar la tele y subo
el volumen a tope.

Oigo un grito ahogado en el dormitorio antes de verla entrar


blanca como la taza del váter. Enciende la luz. Sigue sin mirarme,
tiene los ojos fijos en la pantalla del televisor. Le da un tirón al
cable para desconectarlo. Ahora parece más preocupada que enfa-
dada. Se sienta a mi lado, frotándose la frente con los dedos y quita
las pilas del mando a distancia. Las deja tiradas sobre la mesa.

10 —¿Qué es lo que pasa?—gime.

—No puedo dormir—le contesto.

Se levanta otra vez. Vuelve a mirar el televisor con aprensión. Coge


la ginebra del mueble bar y le pega un lingotazo que parece que va
a dejar la botella seca.

—No puede ser… Tengo que levantarme para ir a trabajar de aquí


a dos horas —dice dejándose caer de nuevo en el sofá.

Sonrío. Quizá, después de todo, podamos llegar a entendernos.


Está claro que nunca se podrá comparar con Evelyn y que nos va a
llevar mucho tiempo adaptarnos la una a la otra, pero al menos, no
es de las que gritan y siempre será mejor que vivir sola.
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Black Queen, Bastien Lecouffe Deharme


TRES
LLAMADAS

Javier S. Donate

La poesía y belleza de Tres llamadas, de


Javier S. Donate cautivó al jurado de nuestro
certamen y le dejó con un estupendo sabor
de boca. El universo recogido en estas pocas
12 páginas parece desbordarse e ir mucho más
allá de su limitación espacial.
Luna llamó tres veces a La Ventana; la primera, con nueve años.

Papá, mamá y los tíos caminaban delante mientras los niños se


mantenían unos metros por detrás. Habían asistido al servicio
dominical y sufrían una mañana calurosa. Al pasar junto a la casa,
el imbécil de Timmy le retó para que llamase a la ventana; según le
contaron sus hermanos mayores, allí moraba el espíritu de un niño 13
estrangulado por su nana y, al golpear tres veces el cristal, podías
ver su rostro morado con lengua fuera. Si se acobardaba, le de-
bería un beso. Pero a Luna no le importaba el coste del reto; quería
lograr, con su valentía, el reconocimiento de unos padres que siem-
pre se quejaban por haber tenido una niña en vez de un niño, al-
guien que pudiera llevar la hacienda al hacerse mayor. Luna quería
demostrar lo capaz que era.

Levantó un poco su falda para no mancharla de barro y entró en


el jardín abandonado. Entre arbustos sin podar y malas hierbas
que nadie arrancaba, recorrió un estrecho sendero empedrado en
medio de la densa vegetación. Sintió que se erizaba el vello de la
nuca mientras avanzaba. La casa se levantaba a pocos pasos; los
cristales de las ventanas estaban rotos y las cortinas, como vie-
jos sudarios de muertos, se asomaban al exterior con cada brisa.
Indecisa, giró la mirada pero no pudo ver a Timmy por culpa de
las zarzas salvajes. En aquel momento pensó en correr junto a su
primo y decirle que había llamado a La Ventana.

Porque era La Ventana: la única intacta y que brillaba con fuerza


bajo el sol. Antes de darse cuenta, sus nudillos golpearon por tres
veces el cristal.

Una parte de ella se sintió decepcionada cuando no ocurrió nada.


De puntillas, hizo visera con las manos y se asomó al interior. Le
sorprendió que la habitación estuviera tan reluciente, como si la
hubieran limpiado poco antes.

Y entonces pudo verle: una figura menuda, inmóvil en la sombra


de una esquina; vestido como para ir al colegio, su rostro era pá-
lido. El niño apenas dio un paso y ya estaba al otro lado de la ven-
tana, con las manos pegadas al cristal. Luna supo que se debía sen-
14 tir muy solo allí dentro. Sin pensarlo, colocó sus manos sobre las
del muchacho.

Un susurro flotó en el aire mientras la puerta de la habitación se


abría sola. El cristal estaba frio, muy frio; por un momento sus ojos
se cruzaron. La mirada del niño era oscura, profunda, repleta de
soledad y con un anhelo: alguien con quien jugar para siempre.

La voz autoritaria de su padre rompió el hechizo; repetía su nom-


bre mientras avanzaba entre las zarzas a golpe de bastón. Las
manos del niño y las suyas parecieron fundirse a través del cristal.
La puerta abierta del cuarto era una invitación, pero el miedo a su
padre pudo más y, de golpe, apartó las manos.

El niño había desaparecido. La puerta estaba cerrada. La ven-


tana ahora se veía rota, el marco desconchado por el tiempo. La
habitación, cubierta por una densa capa de telarañas y polvo.
La mano del padre agarró su hombro con fuerza. Al llegar a casa,
le dieron un par de azotes y se fue castigada a su habitación, sin
comer. Jamás reconocieron su hazaña.

La segunda vez fue el día que Luna cumplía diecinueve años. Esa
tarde, su primo consiguió el beneplácito de sus padres para que
diesen un paseo a solas. Timmy ahora se hacía llamar Tomás y
lucía con orgullo un bigote ridículo que enceraba a todas horas.
Durante lo que a Luna le pareció una eternidad, le habló de su tra-
bajo como pasante del abogado del pueblo y de lo guapa que se
puso durante el tiempo que estuvo en aquel internado de señoritas
de la capital. Antes de darse cuenta, Luna y Timmy estaban ante la
entrada de la vieja casa. Aunque nunca lo había olvidado, se había
convencido de que todo fue una jugarreta de su imaginación. Lo
ocurrido allí muchos años atrás sí fue real: un hombre borracho,
iracundo, asesinó a su mujer y al hijo de ambos.

Timmy siguió su mirada y rió con brusquedad; todavía recordaba


aquella mentira sobre su llamada a La Ventana y el beso pendiente. 15
La mirada de Luna se incendió: no fue una mentira, sucedió de
verdad. Pero como las burlas de su primo continuaron, decidió que
lo repetiría y retó a Timmy a que la acompañase.
Así como ella avanzaba con resolución por el jardín abandonado,
los pasos de Timmy se ralentizaban con miedo, hasta hacerle de-
tenerse. Cuando Luna se acercó a la casa, pudo comprobar que el
tiempo devoraba el edificio sin piedad. Caía el crepúsculo y la at-
mosfera se teñía de más sombras a cada minuto que pasaba.

En apenas cinco pasos se encontró de nuevo ante La Ventana, tan


impoluta como la recordaba. Con decisión, más por satisfacer su
curiosidad que por sorprender a su primo, golpeó con energía el
cristal. Una solitaria vela se encendió en el interior. La habitación
se veía igual que aquella primera vez, diez años atrás. El niño, pá-
lido y con el mismo uniforme colegial, esbozó una sonrisa tímida:
la recordaba. Aún estoy solo, parecieron decir sus ojos.
Pero Luna ya no era una niña. Aunque el espíritu rebelde latía en
su interior, la estancia en aquel horrible internado grabó a fuego
en su cabeza que debía casarse y tener hijos; había que mantener la
hacienda que llevaba en la familia desde muchas generaciones. Por
mucho que quiera, no puedo ser tu amiga. Tengo que irme.

Con esfuerzo, apartó la mano del cristal. De nuevo, oscuridad y


una casa medio derruida. Triste, volvió sobre sus pasos hasta en-
contrar a Timmy. Mintió a su primo: no había ocurrido nada. Él
volvió a hablar del beso.

La tercera y última vez que Luna llamó a La Ventana fue a los


veintinueve años, la noche que murió su hija. Tras dos varones, por
fin había dado a luz una niña; la bautizaron como Soledad y ella
siempre la llamó Sol. Pero algo andaba torcido en su interior y, con
apenas tres años, los médicos no pudieron hacer nada más por ella.
16 Tomás utilizó frases llenas de florituras, pero vacías, para consol-
arla; Luna siempre supo que su orgullo eran los varones y Sol tan
solo era “la niña”.

Cobarde, Tomás optó por permitirle intimidad ante lo que se


avecinaba y marchó con los varones a la casa labriega. Aquella úl-
tima noche, con su hija en brazos a la espera del desenlace, una
idea desesperada se adueñó de la mente de Luna.

La oscuridad era fría, la bruma del río se agarraba con fuerza a


la vegetación. Luna avanzó decidida entre los girones de niebla,
rompiéndolos con su cuerpo. De la casa ya poco quedaba, apenas
los muros comidos por la hiedra salvaje; a pesar de su fama de sini-
estra, ella no tuvo miedo las dos veces anteriores y aquella ocasión
no iba a ser diferente. En medio de la noche, le costó encontrar La
Ventana.
Con Sol contra su pecho, dio los tres golpes contra el cristal. Por
un momento temió que el niño hubiera abandonado la casa por
fin, o que no quisiera saber nada de ella. Pero la luz de las velas de
un candelabro resquebrajó la oscuridad para iluminar el rostro del-
gado y pálido de siempre. Luna apoyó la mano sobre el cristal y es-
peró a que el niño pusiera la suya. Le mostró a su hija. Jugará siem-
pre contigo, te lo prometo; jamás volverás a estar solo, pero déjala
vivir aquí.

El niño observó el rostro enfermo de la criatura; como si supiera


que la miraban, Sol abrió los ojos con pesadez.

Cuando Tomás y los varones regresaron la tarde siguiente, se en-


contraron la casa llena de gente. Luna había organizado el velatorio
y el entierro con rapidez. Apenas les dio tiempo a lavarse y cambi-
arse de ropa antes de la procesión hacia el cementerio.

Tomás, al otro lado del féretro como le correspondía, observó a


Luna y su admirable entereza. A pesar de la tristeza que le marcaba
el rostro, casi parecía que los ojos de su esposa sonreían. 17
18

House Ghost, Jon Klassen


LOS NIÑOS
DEL JARDÍN

Federico Garrido

Los niños del jardín, de Federico Garrido, recrea


estupendamente una atmósfera fantasmagórica
de fin de época. Además de bien narrado, es muy 19
destacable su nada previsible final, al que se nos
conduce con pericia.

No veía a mi amigo Raúl Redondo desde hacía más de veinte años,


y desde entonces no había vuelto a mantener ningún tipo de con-
tacto con él. Nuestras vidas aventureras lo impidieron. Me invitó
a tomar unas copas de jerez en el jardín de su casa de Córdoba,
donde me dijo que llevaba viviendo los últimos diez años. Cada
vez que su cargo se lo permitía, volvía a su casa con su familia. Fue
una suerte que coincidiéramos en la ciudad en aquellos días, y que
por una bendita casualidad nos encontrásemos en una taberna
muy concurrida.
Bajo la sombra de una parra, el calor veraniego se veía mitigado,
y el aroma de las flores impregnaba el hermoso jardín. Junto a un
balde lleno de agua, los hijos de Redondo, niños de corta edad, jug-
aban entre risas.

—Ah, querido Fabra—dijo Redondo, con una sonrisa nostálgica


dibujada en su rostro.—Ya no somos jóvenes. La misma sangre
corre por nuestras venas, la misma energía de antaño, pero la edad
pesa en nuestros corazones.

—Quizá tengas razón—dije yo, no muy convencido.—Pero hace


unos años, no muchos, no te habría escuchado hablar así. La edad
puede ser una carga, pero no el afán aventurero, la emoción, el
deseo más juvenil.

—Éramos los mejores—musitó Redondo.


20
—Lo seguimos siendo—enfaticé, alzando mi copa. Bebimos en
silencio.

—¿Qué fue de Torres?—preguntó mi amigo, al cabo de un rato.

—No soportó la dura disciplina a bordo del Blas de Lezo—res-


pondí.—Un par de años después de que te destinaran a otro lugar,
Torres se fue del Cuervo. Dijo que tú, el viejo capitán Redondo,
esas fueron sus palabras, eras el alma del barco. Por mucho que
nos impusieras una lealtad inquebrantable, lealtad que jamás llega-
mos a romper, por muy rígido y severo que fueras con nosotros, y
tuviéramos que soportar frío, calor y hambre, dormir al raso, lim-
piar nuestros propios excrementos, fuimos libres, capitán. Lo fui-
mos. Torres lo sabía, como también sabía que el Cuervo no sería el
mismo sin tí.

Observé el juego de los niños y entorné la mirada.


—Con Torres se fueron otros muchos. Tal vez los mejores. La
muerte del Araña tuvo también parte de culpa.

—¿El Araña...murió?—inquirió Redondo, con voz queda.—¿Cómo


fue?

—Jamás imaginé que un marinero como él pudiera morir. No hace


falta que te lo recuerde: supongo que lo estás viendo ahora mismo
como lo veo yo. En lo alto del palo mayor, como una araña encara-
mada en su tela.

—¡Demonios! Fue un buen apodo el que le pusieron.

—Y que lo digas. Y como una araña, estaba siempre al acecho de


una presa. No había navío, por lejano que estuviera, que no es-
capase a sus ojos de halcón. ¿Recuerdas al Courage?
21
—¡Cómo olvidarlo!—exclamó Redondo, con un relámpago de or-
gullo en sus ojos.—Cien cañones, doscientos perros ingleses, un
capitán manco que luchó en Trafalgar. ¡Maldita sea su estampa!
Hicimos bien al colgarlo frente a Cádiz, por mucho que después,
durante la guerra, me quisieran colgar a mí por su muerte.

—Eran otros tiempos, y nuestros enemigos los ingleses. Luego los


papeles se cambiaron. Vaivenes de la vida.

—Pero le dimos su merecido a ese inglés y a su Courage—masculló


Redondo.—Ahora, dime, ¿qué le paso al Araña? ¿Y a Torres?

—Después de la rendición de Rosilly en Cádiz, hicimos un viaje a


América, ¿recuerdas? El Araña conoció a una guapa española en
Santo Domingo, pero entonces no lo supimos. Luego continuó la
guerra contra los franceses, y al terminar, a ti te destinaron a El
Ferrol. Hubo un par de años de desconcierto, los liberales eran
perseguidos, y las colonias americanas ardían en alzamientos y re-
beliones. Alguien nos tildó de piratas. El Cuervo fue perseguido.

Hice un pausa y volví a observar a los niños.

—Algunos, como Torres, decidieron abandonar el navío. Se aco-


gieron a una amnistía. Regresaron a casa, y los que no tenían fa-
milia o no soportaban la vida en tierra, como Torres, se alistaron
en la Marina. Pero el Blas de Lezo tenía mala fama. Sus oficiales la
tenían. Maltrataban a los marineros como brutales capataces en
una plantación cubana. Cerdos malnacidos.

Redondo no se atrevió a preguntar lo que rondaba por su mente, y


que yo sabía que estaba pensando.

22 —A Torres le ejecutaron. Le dieron el garrote. Hace seis años.


Estaba harto de comportarse como un esclavo, y estranguló a un
oficial.

—Descanse en paz—murmuró Redondo.

—En cuanto al Araña...tuvo mala suerte. No debió morir así, ni


Torres tampoco. Así trata el Gobierno a los que sangramos por
nuestra patria. Espero que el rey Fernando esté ardiendo bien en
los infiernos.

—Tenemos suerte de estar vivos—musitó Redondo, con la mirada


perdida. —Si a esto se le puede llamar suerte. Yo me pudro en el
arsenal de La Carraca y en esta casa, y tú malvives en un navío que
hace aguas. Y encima moriremos sin cobrar una mísera pensión.

Escuché las risas de los niños, pero ni siquiera provocaron una


sonrisa en mi amigo.
—Al Araña también le dieron garrote—dije, con voz queda.—Hace
dieciocho años. Tuvo mal derrotero. Se enamoró de la mujer equiv-
ocada; su padre era un terrateniente de Salamanca, un afrancesado
que había enviado a la familia a América y que regresó a España
con el rey Fernando. Acusaron al Araña de masón y liberal y lo
ajusticiaron.

—No hay derecho —gruñó Redondo. —Todos dimos nuestra san-


gre por este país. Todos.

—Díselo a la viuda de Torres —dije yo,con sarcasmo amargo. —O


al bastardo que tuvo el Araña con esa chica de Murcia, ¿recuerdas?
Ahora deberá estar por ahí asaltando los caminos o pidiendo li-
mosna por las calles.

—No hay justicia —repitió Redondo, y sacudió la cabeza. Uno de


sus hijos salpicó con el agua a los otros, y todos rieron con honda
alegría. 23

—¿Dónde está María? —pregunté. Al entrar en la casa, no había


visto a su mujer, y me pareció extraño no verla jugar con los niños.

El capitán no respondió y percibí una sombra de tristeza en su


mirada.

—Cuéntame qué fue del Cuervo —me pidió. —Qué hicieron con
él.

—¿De verdad quieres saberlo?

—Dímelo.

Bebí un sorbo de vino y dejé la copa sobre la mesita.


—Nos persiguieron, como te dije, y muchos se marcharon; de-
sembarcaron en Cádiz, antes de afrontar nuestro último viaje. Yo
tomé el mando, y Coronado se puso al timón. García el Cojo era el
oficial y Aguirre el contramaestre. Quedábamos apenas cuarenta
hombres a bordo, veteranos de muchas guerras y derrotas. Pusimos
rumbo a las colonias y durante algunos años hicimos vida de pi-
ratas. Nos pusimos al servicio de quien nos pagase mejor, pero no
defendimos el pendón español. No, mientras el rey que represen-
taba fuese un mentiroso y un asesino, y persiguiera a los ver-
daderos patriotas, a los que combatimos al invasor francés. No
mientras ese felón viviese.

—Hiciste bien, Fabra —opinó Redondo.

—Luego, nos llegaron noticias del pronunciamiento de Riego.


Regresamos a casa y nos pusimos al servicio del nuevo Gobierno
24 liberal. La alegría duró poco tiempo. A los tres años, el rey im-
puso de nuevo su voluntad. Nos exiliamos de nuevo. Muchos mu-
rieron en el camino: Coronado, el Cojo, Barbatiesa, el Cordobés,
Miranda... El Cuervo murió con ellos.

—Y mientras, yo languidecía entre Cádiz y Córdoba—indicó


Redondo, con voz acongojada.—Me mantuve al margen de las lu-
chas, y salvé el pellejo. Miserable de mí. ¿Para qué?

—Tienes a María—dije yo, con intención de animarle.

—María está muerta —masculló el capitán, y sus palabras me llen-


aron de espanto y tristeza. —Murió hace once años... en un ac-
cidente. Volvía a casa de visitar a unos parientes, dentro de un
carruaje. Nadie sabe cómo ocurrió: ninguno de los ocupantes so-
brevivió. Supongo que una serpiente asustó a los caballos, se en-
cabritaron, el cochero perdió el control y... se despeñaron por un
barranco. Todos muertos.
La copa se le escurrió de las manos y se cubrió la cara para que no
le viese sollozar. Me puse en pie y traté de animarle.

—Lo siento mucho, capitán. No tenía ni idea.

—Todos muertos —repitió, pero ya no sollozaba.

Miré hacia el fondo del jardín y contemplé a los tres niños de


Redondo correteando por la hierba, bajo la sombra de los naranjos,
incansables y risueños. Parecían felices. Lo eran.

—Capitán, no todo es desgracia —le dije, con una sonrisa. —Has


perdido a tu mujer, pero conservaste a tus hijos. Cuídalos y ámalos,
como lo hubiese hecho María.

Los ojos del capitán se ensombrecieron, y su voz se tornó amarga.

—Mis hijos. No sabes lo que dices. Mis hijos... Mis niños. ¿No lo 25
entiendes? Mi mujer no viajaba sola aquel aciago día, en el carru-
aje. ¡Ah, ya no volveré a verlos jugar en este jardín, como hacían
antaño! Mis hijos murieron, Fabra. Murieron junto a su madre.
Están muertos, también. Mis niños están muertos.
26

Museo Atlántico de Lanzarote


VIEJOS
INQUILINOS

Miguel Martín y Gema del Prado

Es difícil reírse con un relato de fantasmas, por


eso, cuando alguno lo logra de manera indu-
dable, conviene detenerse a alabarlo. Viejos in- 27
quilinos, de Miguel Martín y Gema del Prado, nos
robó carcajadas por su planteamiento ufano y por
su graciosa vuelta de tuerca.
El teléfono rompió la monotonía de aquella mañana de viernes,
dominada hasta el momento por el rugir de cláxones que provenía
de la calle y por el reggaeton que se filtraba por las paredes desde
un punto indeterminado del edificio. El momento cumbre del día
hasta ese preciso instante había recaído en el desayuno, protago-
nizado por un café amargo como el infierno y dos gloriosos porras
enroscadas en sendas crestas. Además era la quinta vez que el de-
tective Solo ojeaba el periódico, y por mucho que repasara aquella
serie de números la primitiva seguía sin haberle tocado. La propia
llamada le asustó mucho más que las palabras de su interlocutor, y
eso que habían entretejido una dramática historia con un horrendo
fantasma como telón de fondo. ¿Pero cómo asustarse, si su tra-
bajo consistía precisamente en resolver los casos más insólitos de la
ciudad?

El hotel bullía de actividad, por lo que el dueño le llevó hasta un


28 despacho alejado del hall de entrada como si se avergonzara de
su presencia en el establecimiento. Allí se encontraba también un
hombre delgaducho que parecía querer romper a llorar, más de ex-
citación que de pánico: acababa de ver un fantasma, así que tam-
poco le extrañaba su mirada vidriosa. Seguramente el dueño del
hotel, cuya chapa en la solapa le identificaba con el nombre de
Ricardo R, también se avergonzaba de él.

-Se lo juro, la he visto- casi gritó de pura emoción, mientras mano-


seaba un vaso con una tila que no lograría calmarle los nervios a
menos que lo acompañara de un Orfidal.- Toda la noche noté su
presencia, como un viento gélido en el cogote. Sé que estamos en
verano, pero creí que era el aire acondicionado.

El tal Ricardo R cruzó una mirada con Solo, que se sentó en la silla
contigua a la que ocupaba el tipo delgaducho.

—Un viento gélido no es lo que se dice la prueba definitiva de la


existencia de fantasmas, ¿no cree?— e hizo ademán de sacar un
cigarrillo, aunque la inoportuna mano del dueño de aquel hotel
se lo impidió mientras señalaba el maldito cartel de PROHIBIDO
FUMAR EN TODO EL ESTABLECIMIENTO.

—¡Pero es que además la vi!

—¿De verdad?- susurró Solo, pareciendo realmente un hombre in-


crédulo.- ¿Y cómo era?

—Haré algo mejor que contárselo- dijo el hombrecillo mientras re-


volvía en sus bolsillos.- Mejor se lo enseñaré.

****
El detective maldijo una y mil veces a las nuevas tecnologías. Joder
con el Iphone de aquel fulano, se llega a descuidar y fotografía el
cáncer de pulmón que había sufrido en vida el fantasma. Desde
luego aquellos teléfonos de última generación hacían que el mundo 29
sobrenatural perdiera todo su encanto.

La llave osciló en la cerradura antes de abrir la puerta de la


habitación 217. Desde luego que hacía frío en aquel cuarto, aun-
que más llamativo resultaba el olor a rancio que impregnaba el
ambiente. Ya sin la mirada escrutadora de Ricardo, Solo sacó el
paquete de tabaco y encendió un cigarrillo, más por tapar el vomi-
tivo aroma a putrefacción de la sala que por saciar su vicio, aunque
también. La cama desecha y el maletín desparramado justo al lado
dejaban bien claro que el inquilino había abandonado la habitación
con algo más que premura. Eso sí, al condenado le había dado ti-
empo a hacer una última fotografía antes de salir por piernas.
Cuestión de prioridades, suponía el detective: o morir por el ataque
de un fantasma, o chulear en las redes sociales con tu molona foto
de un ectoplasma.
La tarima chirriaba con cada uno de sus pasos, poniendo terrorí-
fica banda sonora a su incursión. Un viento helado sopló en su
cogote, haciendo que el gatito tatuado en su brazo se erizara tanto
o más que los pelos de su nuca. El detective se giró lentamente, vis-
lumbrando en toda su magnificencia los rasgos del fantasma. Era
un rostro ajado, marchito, viejo. Los ojos se hundían en las ávidas
cuencas, como si quisieran desaparecer por el mismo camino que
lo habían hecho años antes los dientes. Su cabeza estaba cubierta
por una mantilla negra, que resbalaba por sus hombros sin llegar
a cubrir del todo la desnudez de los huesos de sus brazos. Era una
mujer. Lo había sido, al menos. Y en ese momento, con la mirada
extraviada y un rictus mortal en los resecos labios, alzó hacia Solo
una mano firme y más angulosa que las garras de la misma muerte.

Contra todo pronóstico, el detective no se movió. La mano siguió


acercándose, lenta pero inexorablemente. Hasta que Solo, con un
30 gesto gentil, la tomó entre las suyas.

—Se ha vuelto a peder, ¿verdad, señora Paula?

El fantasma abrió la boca, aunque las palabras tardaron en salir.

-Me he extraviado, joven- rugió lentamente, con eco cavernoso.-


Salí a dar un paseo y… Creo que me he perdido. No recuerdo
bien…

El detective negó triste con la cabeza.

—No se preocupe, señora Paula. Usted agárrese a mi brazo que la


llevo a casa.

Aquel ente clavó sus garras en el brazo del detective, que fingió no
sentir mil pinchazos de dolor sobre la carne herida. La mujer sus-
piró aliviada, y aquel eco habría puesto los pelos de punta a los
fanáticos de las psicofonías.

****
—Joder, Solo, estos fantasmas me tienen hasta los cojones.

Era Ricardo R, el dueño de aquel hotel de intachable reputación.


Habían vuelto a reunirse en el mismo cuartucho de antes, bien ale-
jado de ojos y oídos indiscretos.

—Qué quieres que te diga, Ricardo, la pobre mujer se había


perdido.

—Esa vieja- gruñó el otro, con rabia.- Ya sabes que no pueden salir
de la 501, espero que se lo hayas dejado claro.

—Meridiano- repuso Solo, con una sonrisa triste. Como si pu-


dieran ir mucho más lejos. La pobre señora Paula, junto con
su marido don Bernabé, habían muerto en aquella habitación 31
cuarenta años atrás. Muchos habían creído ver en aquellas muertes
un suicidio, aunque Solo conocía la verdadera magnitud de la tra-
gedia: la cabeza, la maldita mala cabeza de la señora Paula que
había confundido los medicamentos de ambos…

—A ver si es verdad- siguió diciendo el dueño del hotel, cada vez


más airado.- Creo que no me pagas lo suficiente por el alquiler de
esa habitación, sinceramente. La próxima vez me veré obligado a
tomar medidas.

El detective se levantó de la silla. Menuda extraña pareja hacían,


Paula y Bernabé. Siempre que les visitaba le trataban como al hijo
que nunca habían tenido. Mejor aún, como al nieto que nunca tu-
vieron. Incluso aquel día, después de devolver a la pobre y muerta
anciana a su cuarto (“no volverá a pasar”, se disculpó Bernabé por
cien veces mientras abrazaba el cuerpo incorpóreo de su mujer;
“no volveré a perderla de vista, ni un segundo”), se habían em-
peñado en darle la paga: una moneda de cinco pesetas con la efigie
de cierto dictador en uno de los lados, y dos caramelos de limón.

—Escucha bien, Ricardo- amenazó Solo acercando el rostro al de


su interlocutor, como si quisiera prepararle para una revelación de
vital importancia. Sin duda lo era.- Cuídate mucho, pero mucho,
de aquellos que están muertos.

El director dio dos pasos hacia atrás, tratando de quitarse el susto


que mutaba en su cara.

—Pero cuídate mucho más de aquellos que seguimos vivos.

Y le lanzó la moneda de cinco pesetas, que giró en el aire hasta


aterrizar en sus manos abiertas.
32
—Además, piensa en la de frikis que querrán pasar la noche de
ahora en adelante en tu hotel- rió Solo.- El hotel encantado.

Y salió de la habitación, abandonando la cacofonía de su propia


risotada en los turbados oídos de Ricardo.
33

Fotografía de Yana J. Paskova


POR MÍ
Y
POR
TODOS
MIS
COMPAÑEROS
34

Daniel Guzmán
Por mí y por todos mis compañeros,
de Daniel Guzmán, fue el represen-
tante de la visión más oscura del
fantasma. Su sordidez "Ligottiana"
y el escalofrío que produce en la
médula nos recuerdan que el espec-
tro, las más de las veces, suele ser
un heraldo de venganza

Deseó no estar ahí cuando sonó el timbre de la puerta.


Con el whiskey aun hediendo en su boca, el falso sacerdote caminó
con pasos torpes por el pasillo de la vicaría hasta llegar a la puerta 35
de la calle y, con mano temblorosa, la abrió.

La oscuridad de la noche le miraba desde el otro lado, y la car-


cajada del chiquillo que escuchó a sus espaldas le hizo sentir tal es-
calofrío, que el cuello de la botella se escurrió de entre sus dedos, y
aterrizó estrepitosamente en el suelo.

—¿Hola? —preguntó al vacío, aterrado por si alguna voz le de-


volvía la pregunta.

Cerró débilmente la puerta, y lanzó miradas a su espalda, por si


hubiera entrado algo… algo que no hubiera visto.
Dejó la redoma rota y su licor marrón a la entrada del edificio, y
dirigió sus calamitosos pasos hacia el interior de la casa.
Al pasar junto al salón, por el rabillo del ojo, le vio.
Un niño de diez años le contemplaba burlón desde el cabecero del
desgastado sillón orejero donde estaba sentado, con una traviesa
pierna colgando y una gorra roja puesta del revés.

—Por mí, y por todos mis compañeros —dijo en tono guasón.


Cuando el falso sacerdote volvió la cabeza hacia el interior de la
habitación y enfocó su mirada, reafirmó que estaba solo. Se pasó
la mano por la cara, por la barba de varios días, el cabello apel-
mazado y sucio, su olor corporal agrío como el vino de misa, como
el alcohol que ingería día tras día.

Se sorbió los mocos y escupió a un lado mientras entró, tam-


baleante, en la sala de estar. Se agarró al sofá, para no perder equi-
librio y tomar fuerzas, se enderezó y arrastró los pies hasta el
pequeño mueble bar, de donde sacó otra botella de whiskey.

36 —¡Por mí, y por todos mis compañeros! —chillaron una pareja de


niños.

Chico y chica, nueve años, hermanos, rubios, vestidos de azul, que


corrieron entre risas por el pasillo que estaba detrás de él, consigui-
endo arrancarle otro escalofrío que surcó raudo su espalda.
Para cuando su turbia mirada focalizó el corredor, no vio nada,
solo papel de pared, viejo y mohoso, cruces, otras sobrias decora-
ciones católicas y alguna que otra vieja fotografía.
Pero el eco de las risas infantiles continuaba rebotando por su
mente.

El falso sacerdote consiguió llegar de nuevo al pasillo, apenas había


recorrido seis metros desde que abriera la puerta, pero su respir-
ación sonaba como una cochambrosa locomotora.

Y volvió a sonar el timbre.


Agarró la botella, para que no hiciera como su hermana y se sui-
cidase, mientras miraba a la puerta y oía, con claridad, sí, lo oía,
como el niño se reía al otro lado de la puerta.

—¡Bashta! —chilló con voz ebria y pastosa—. ¡Ya bashta!

El silencio contestó.

Dejó las estrechas escaleras que ascendían al piso superior a su es-


palda, y siguió su tortuoso camino hasta la estrecha puerta malva
que había al fondo del pasillo.

Trastabilló y golpeó contra la pared. Derribó con el hombro una


vieja fotografía, una que habían tomado hace muchos años, donde
se veía a un prometedor diácono, sano, obeso, limpio, joven, lleno
de fe y amor, junto a una veintena de niños que lucían su mejor
sonrisa, vestidos de gala, de primera comunión, todos exultantes,
pletóricos y llenos de inocencia. 37

El cristal se resquebrajó al impactar contra el suelo.

El falso sacerdote apoyó la frente contra la puerta malva. La náu-


sea le estrujaba la garganta y la respiración era un jadeo agónico
que emergía entre sus resecos labios. Aprisionó la botella de whis-
key con su axila mientras sus huesudos dedos buscaban la llave
dentro de su holgada sotana.

La encontró, cobre anaranjado, antigua, gruesa, fría. A duras penas


consiguió meterla en la oxidada cerradura. Le costó cuatro inten-
tos, cuando el timbre volvió a sonar.

Las fuerzas le abandonaron y se dejó caer, rompiendo a llorar des-


consolado, abrazado a la botella.
El timbre sonó. Y sonó. Y sonó. Y el niño reía.

—Por favovovorrrr —gimoteó.

Entonces, la puerta malva se abrió.

Al otro lado, iluminando la negrura de las escaleras que des-


cendían a las profundidades, había una niña de unos cinco años,
con una cascada de cabello rubio e inmensos ojos azules que le mi-
raban expectantes.

—Por mí y por todos mis compañeros —murmuró, antes de darse


la vuelta.

Al siguiente parpadeo, la niña ya no estaba allí.


El estremecido sacerdote se sentó ante las escaleras del sótano, se
38 concentró para abrir la botella y darle un largo trago. Las risas de
los pequeños llegaron desde el fondo del sótano.
De los pequeños que no debían de estar ahí.

Tomó aire, se agarró al pasamanos, y comenzó a bajar las escaleras.


Había dejado la luz encendida, y el resplandor amarillo se filtraba
por las ranuras de la pesada puerta de metal que cerraba el sótano.
Los niños reían estruendosamente al otro lado. Una docena,
una veintena, un centenar de voces infantiles gritando, riendo,
celebrando.

Llegó hasta la puerta, y aún a pesar de su estado de ebriedad, sacó


las llaves, descorrió los tres cerrojos a la primera y la abrió con
determinación.

Una bombilla pelada expelía una despreciable luz amarilla en una


habitación infecta. El olor de sudor, sangre, heces y sexo lo im-
pregnaba todo. Paredes empapeladas con corcheras, corcheras
atiborradas de fotos. Fotos de niños. Niños desnudos. Niños viola-
dos. Niños mancillados.

Niños rotos.

En medio de la sala había un viejo asiento ginecológico, quizá de


los sesenta, con perneras para facilitar el parto y las revisiones
médicas, robado de algún viejo centro sanitario u hospital aban-
donado, pero restaurado con esmero.

Y atado a él, con engrasadas correas de cuero negro, el obeso sacer-


dote de la fotografía.

Desnudo. Con una manzana roja incrustada y grapada a sus lasci-


vos labios. Sus ojos saltones lloraban mientras dirigía desquiciadas
miradas, suplicando, rogando, pidiendo… como tantos y tantos
niños le habían suplicado, rogado y pedido antes a él.
39
Los niños estaban ahí. Rodeando al monstruo, riendo, sacándole la
lengua, enseñándole el dedo medio, burlándose del mórbido pedó-
filo que no era capaz de verlos. No como el desaliñado hombre que
se disfrazaba de sacerdote que sí los veía, siempre los veía.

Le buscaban, le seguían, le atormentaban, no podía huir de ellos


porque esos eran niños rotos, como él. Salvo que el falso sacerdote
había huido, había escapado… había vagado por el mundo hasta
que años después, había vuelto entre guiado y empujado por los
fantasmas de todos los pequeños niños rotos.

Dejó la botella de licor sobre una mesa llena de herramientas y


otros artículos: martillos, destornilladores, punzones, cuchil-
los curvos y lisos, largos y cortos, hachas, mazos, clavos, látigos
trenzados, de varias colas, con púas, palas para azotar, mordazas,
máscaras, consoladores grandes y pequeños, guantes de látex, un
mandil de vinilo, lubricante, toallas, un soplete… armas que le
contemplaban, esperando ser utilizadas.

La niña pequeña le miraba con sus grandes ojos azules.

—Por mí, y por todos mis compañeros —dijo muy seria.

—¡Por mí, y por todos mis compañeros! ¡Por mí, y por todos mis
compañeros! ¡Por mí, y por todos mis compañeros! —comenzaron
a corear todo los niños.

El falso sacerdote, el que fuera un niño roto, se puso un par de


guantes de látex, se colocó el mandil por encima de la sotana del
verdadero sacerdote, del violador de niños, tomó un feo martillo
de mango de goma y pesada cabeza de acero, lo sostuvo ante su
perdida mirada.
40
—¡Por mí, y por todos mis compañeros! ¡Por mí, y por todos mis
compañeros!

El hombre vestido de sacerdote se posicionó entre las piernas del


pederasta que se debatía en mudos lamentos de terror. Agarró con
dureza sus pequeños testículos y su diminuto y arrugado pene.

—¡Por mí, y por todos mis compañeros! ¡Por mí, y por todos mis
compañeros! —coreaban los niños, mientras levantaba el martillo
por encima de su cabeza.

—Y por mí primero —murmuró con los dientes apretados, antes


descargar el martillo.
41

Fotografía de Todd Hido




REENCUENTROS

42
Francisco Villén

El recorrido termina con placidez gracias al


delicado cuento Reencuentros, de Francisco
Villén, un relato que transmite una profunda
paz. Porque los fantasmas, a veces, también
pueden velar por nuestra tranquilidad.
Llegué al hospital una tarde de enero. Recién divorciada, había per-
dido el trabajo y, justo entonces, me llegó la noticia: mi tía se moría
y quería hablar conmigo.

—Hija… —musitó al verme—. Tenemos poco tiempo.

—¿Cómo estás, tía? —me interesé, inclinándome para besarla.

—Muriéndome. —Iba a protestar, pero lo evitó con solo fruncir los


labios—. Eso no importa. Escucha lo que tengo que decirte... —Se
detuvo unos instantes, como si quisiera tomar aliento, y me horro-
rizó su decrepitud—. Hace años, puse la casa a tu nombre…
—Pero es la casa de la familia, tía —interrumpí.

—No me hables de la familia. ¿Les he importado? Y a ti, ¿te están


ayudando mucho? —Negué con la cabeza, resignada—. Esos bui-
tres tendrán su parte, no temas: no podrán meterse contigo. Está
todo pensado. Pero debes prometerme que esa casa pasará a tus 43
descendientes. ¡Prométemelo!

—No tengo hijos…

—Eres joven: los tendrás. Tú prométeme lo que te he dicho.

—Te lo prometo, tía, pero cálmate. No te conviene…

—No te preocupes por mí: esta noche cenaré en el otro lado. —


No pude evitar un estremecimiento—. Tienes que conocer la ver-
dad. Mi tía Engracia vivía en esa casa. No tenía hijos, y me la dejó
a mí. Como sabes, ella y el jardinero se enamoraron, y la familia se
opuso a aquella relación, sin detenerse a comprobar si era un amor
sincero.

—Y lo era, ¿no?
—No imaginas cuánto… Les negaron la parte de los beneficios de
la fábrica que les correspondía. Decían que él se aprovechaba de
mi tía. Si hubiera pleiteado, habría ganado seguro, pero no quiso
denunciar a la familia… En la aldea no había trabajo, pero mi tía
había ayudado a casi todos en los tiempos de bonanza, y eran bue-
nas personas. Para que empezaran por su cuenta, les regalaron po-
llos, conejos, corderos o lo que fuera, y él plantó un huerto en lo
que antes fue jardín. Así lograron salir adelante. Tuvieron un hijo,
pero murió a los cuatro añitos. Poco después perdí a mis padres en
un accidente de coche, y solo ellos quisieron recogerme. Siempre
me trataron como a una hija. Los momentos más felices de mi vida
fueron en su salita, tomando el té con ellos, mientras los últimos
rayos del sol poniente se colaban por los ventanales, iluminando la
estancia con una maravillosa luz dorada. Como nunca me casé, me
quedé con ellos. Cuando mi tío murió, ya mayor, me sorprendió
44 que mi tía mostrara tan escasa aflicción. Tras el entierro, me pidió
que preparara té, como siempre, y nos sentamos en la salita, pero
mi tía se mostraba expectante… Al poco sonrió y exclamó: «¡Ya
está aquí…!». El aire había cambiado, como si nos hubiéramos
adentrado en un frondoso pinar. Nos envolvía una atmósfera
fresca, limpia… Mi tía me pidió que añadiera un servicio, y escan-
ció algo de té en la nueva taza…

Se detuvo y cerró los ojos. Parecía dormir, y preferí dejarla descan-


sar. No podía creer todo aquello. Siempre había pensado que, con
su manera tan cuidada de hablar, habría resultado una gran escri-
tora, aunque carecía de la imaginación necesaria. Tal vez, aquel de-
lirio se debiera a la medicación.

—¡El té! —exclamó de repente mi tía.

—¿Cómo dices, tía Elvira?


—Recuerda servir el té… No lo…
Y expiró.

Dejé la pensión donde vivía y, con mi maleta y las cenizas de mi


tía, conduje hasta la aldea. A medida que me acercaba, aumentaba
la nieve a ambos lados de la carretera. Y yo sin cadenas, pensé.
Por fin divisé la aldea, casi oculta por la niebla que avanzaba por
el estrecho valle. Encendí las luces para atravesar la única calle y,
por fin, a un kilómetro escaso de las últimas viviendas, llegué a mi
nueva casa.

Me sentí en mi hogar, pues todo estaba como la última vez que ve-
raneé allí. Cené el bocadillo que llevaba preparado, regado con
una cerveza de la nevera, y me acosté en la habitación que usaba
de niña. Entonces recordé la conversación con mi tía y me tapé la
cabeza con la manta.

Me levanté al amanecer, enojada conmigo misma por haberme 45


comportado como una niña pequeña. Y es que se ve todo tan dis-
tinto a la luz del día… Comprobé las existencias de víveres. Solo
faltaba pan, pero podía apañármelas hasta el siguiente día con el
pan de molde que, previsoramente, había llevado conmigo. Así
que, después de entrar leña, me fui a mi estancia favorita cuando
era niña: la biblioteca. La habían ampliado con, al menos, dos es-
tanterías más, y pasé la mañana recorriendo las hileras de libros.
Después de comer, me acomodé en el viejo sillón de orejas, con
una copita de brandy y un vetusto ejemplar de Cumbres borrasco-
sas. No obstante, pronto me invadió un agradable sopor, del cual
me despertó el inconfundible chirriar de la puerta de la cocina.
Agucé el oído, y al poco escuché, en la planta inferior, el tintineo de
cubiertos sobre vasos o tazas. Busqué algún arma y, en su defecto,
empuñé el atizador de la chimenea. Abrí la puerta, muy despacio,
y oí ruidos que cesaron cuando chirriaron los goznes de la puerta.
Me habían oído. No tenía escapatoria, y tampoco contaba con el
factor sorpresa. Comencé a bajar los escalones, con cuidado, y a
media escalera, la madera crujió…

—¿Quién es? —chillé, aparentando firmeza.

—¿Quién anda ahí? —gritó un hombre desde la cocina.

—Le advierto que voy armada.

—Tranquilícese: no quiero hacerle daño. Creía que no había nadie


en la casa.

—Salga que yo le vea. —De la cocina salió un hombre joven, con


una tetera en la mano—. ¿Se puede saber qué hace? ¿Quién es
usted? Váyase o llamo a la policía.

46 —Querrá decir a la guardia civil.

—Sí, eso. Váyase o…

—¿Eres la “estirada”? —exclamó—. Perdón, la sobrina de doña


Elvira, quería decir.

—¿Cómo que la “estirada”?

—Se me ha escapado. Es el mote de tu familia, salvo los de esta


casa. Yo soy Fernando. La ayudaba en… Pero ¿no te acuerdas de
mí? La de veces que nos hemos bañado en la alberca…

—¡Qué susto me has dado, por Dios! Si eras un canijo…

—Gracias. Tú también has cambiado, no creas. No he visto tu


coche…
—Lo he aparcado detrás, resguardado de la helada.
—Bueno, dejemos la charla para luego. ¿Preparas tú el té o lo hago
yo? —Debí de poner cara de tonta, pues se apresuró a preguntar—:
¿No te lo explicó tu tía?

—Algo me dijo, pero murió antes de acabar.

—Pobrecilla… Pues démonos prisa—. Se dirigió a la cocina, y yo le


seguí—. Soy inofensivo; ya puedes dejar las armas.

—¿Me vas a explicar todo esto? —inquirí, dejando el libro y el


atizador sobre la mesa—. Mi tía decía algo de una atmósfera limpia
y…

—Eso ocurre cuando se incorpora alguien, y dura unos días —ex-


plicó, mientras llenaba la tetera de agua—. Aunque no te lo creas,
todas las tardes se reúne la familia para tomar el té. Mi padre ya
ayudaba a doña Engracia, la tía de tu tía, ya sabes. Él se lo contó a 47
mi madre, porque estaba muy dolida por la muerte del chiquillo.
Ella se lo contó a su hermana, que es mi tía…

—Sí, vamos: lo que suele pasar…

—Supongo que sí. Pero en este caso estaba justificado: todos sin-
tieron mucho lo del pequeño. De hecho, fue la última vez que las
campanas tocaron a rebato, pero no se pudo hacer nada. Cuando
volví de estudiar en la ciudad, mi padre estaba ya fastidiado de la
espalda, y le sustituí aquí. Al enfermar, tu tía me pidió que sirviera
el té…

—Y dale con el té. Pero ¿de verdad os creéis todo eso?

—Tú también te lo creerás dentro de poco. Pero no tengas miedo:


en las películas, los espíritus son malvados para aumentar la
taquilla.
Nos sentamos en la salita y comenzamos a charlar. Fernando era
más o menos de mi edad, y se había hecho bastante guapo. Y por
su manera de mirarme, yo debía de resultarle atractiva. Ya casi
me había olvidado del asunto del té cuando se me escapó un grito
ahogado… Porque había escuchado, con total claridad, unos pa-
sitos que se acercaban. Noté la cálida mano de Fernando sobre la
mía y lo miré, aterrada.

—No grites —me susurró, sonriendo—. Es un niño y no te co-


noce.

Lo asustarías, aun estando sus padres.


Su tranquilidad me enervaba aún más, y reparé entonces en la caja
de galletas, en el vasito de leche… Y justo entonces lo sentí. Era
tal y como me lo habían descrito: como si hubiéramos abierto una
48 ventana a un pinar.

—¿Tía…? —musité.

Sentí en la mejilla una leve vibración, y a medida que esta parecía


atravesarme, aumentaba de intensidad, infundiéndome una paz in-
mensa, inefable.

—Está aquí, Fernando —anuncié—. Mi tía está aquí, y creo que me


ha besado.

Y saqué otra taza de la alacena.


49

Fotografía de Omerika
ILUSTRACIONES
FABULANTES
50 2016

Contamos con un gran equipo de ilustradores que


colaboran con Fabulantes. Como bonificación en
esta publicación, aquí mostramos con orgullo algu-
nas de las ilustraciones publicadas este 2016.
El resto las puedes encontrar en nuestra web.
51

Baskerville Hound, Bastian Kupfer


52

Es evidente que no te han ayudado tus padres, Bastian Kupfer


53
54

Sleepy Hollow, María Emegé


55

La máquina del tiempo, Miguel Iturbe


56

Sleepy Hollow, Ana Picos


57
58
Baskerville, Mariano Henestrosa

59
El Rojo, Mariano Henestrosa

60
61

Momo, Jordi Solano


62
63

Cuentos de Terramar, Jordi Solano


entrevista
DIEGO MORENO,
EDITOR DE
NÓRDICA

64

Fotos de Ana Picos


Hay un cierto candor nórdico en las oficinas de
Nórdica Libros: sus paredes blancas retienen y mag-
nifican una luz pálida y titilante, y desde sus ventanales
se vislumbra un pequeño jardín que, en la mañana de
nuestra visita, ha sufrido los estragos de un chaparrón
reciente. El escenario no puede ser más adecuado para
empezar una conversación sobre paisajes -literarios en
su mayor parte- escandinavos.

Hemos acordado un encuentro con Diego Moreno


(Madrid, 1976) para festejar los diez años de vida de
Nórdica, la editorial que revalorizó el libro ilustrado y
que sacó del nicho minoritario a las literaturas noruega,
finlandesa, danesa, islandesa y sueca. Moreno, ex-li-
brero, muestra una vena inquieta, habla rápido de lo 65
que le gusta y con la claridad de ideas de quien ha
aprendido a saber lo que quiere.

El momento más emocionante de esta entrevista surge


cuando, al ser preguntado por los mummins, los trolls
universalizados por la escritora e ilustradora finlandesa
Tove Jansson, nos revela, con el entusiasmo de un niño
grande, su deseo de publicar, algún día, un precioso
cómic de voluminosas dimensiones protagonizado por
estas entrañables criaturas que ya son patrimonio gen-
eracional y literario.
Hace diez años te decidiste a ¿Y por qué en tu opinión
fundar Nórdica. ¿Qué pasó había tan poco libro ilustrado
hace una década para que en España hace diez años?
dieses ese paso? ¿Qué pasaba?
Fundamentalmente, echaba No es un problema de España
en falta en el área del libro únicamente. En Francia hay
ilustrado, primero como lector algo, pero tampoco mucho. En
y luego como librero, un tipo Alemania hay algunos editores,
de trabajo que no se hacía pocos, que sí lo trabajan… Vas,
en este país. La ilustración por ejemplo, a Bolonia, y te
no infantil y juvenil siempre encuentras con que hay muy
ha estado considerada para poco libro ilustrado para adultos
adultos, cuando en verdad creo en general. Es un fenómeno
que es para cualquier lector. poco habitual en todo el mundo;
Quería que desde un punto de hay más novela gráfica o
vista no infantil y juvenil este álbumes… Si te sales de dicho
tipo de libros estuviesen bien formato, es raro.
66
representados con clásicos y Hay una saturación importante
contemporáneos vistos desde un en el mundo infantil y juvenil:
punto de vista diferente, donde la gente lo asociaba siempre
la ilustración tuviera el peso como algo para niños y jóvenes;
central y en el que el ilustrador en el mejor de los casos, para
fuese tan autor del libro como hacer un libro en Navidad que
el autor del texto. Pensaba fuese bonito y ya está. Al mismo
que dando esa oportunidad a tiempo, esos ilustradores tan
grandísimos ilustradores ya potentes se estaban resignando
reconocidos fuera de España, a hacer siempre lo mismo, libros
pero que no lo eran tanto en los que el peso recae sobre
aquí, podríamos hacer algo la ilustración y en los que el
interesante. Y bueno, no me texto no vale casi nada: a veces
confundí demasiado. todo descansa en que el trabajo
del ilustrador es muy potente.
Yo pensaba que deberíamos
darle puerta también a que
un ilustrador que trabaja bien
estableciera un diálogo con consagrados y conocidos. El
un escritor tan potente como abanico que tengo ahora para
él, un clásico generalmente; elegir es mucho mayor. Así que
puedes tener un libro mucho hago la lectura y luego pienso en
más completo. Y además tiene qué ilustrador puede establecer
una ventaja: si un clásico ya mejor el diálogo con el autor,
por definición es imperecedero, no sé qué va a hacer, y de hecho
si encima lo editas e ilustras le dejo libertad absoluta para
bien, tendrá vida siempre, hacer el trabajo como quiera.
porque lo leerá un público Es un poco mi labor de editor:
mayor e incluso primeros elijo este texto y a la persona que
lectores. Porque, por ejemplo, lo va a hacer. En el 90 % de los
hay gente que descubre La casos siempre aceptan el reto
metamorfosis de Kafka con 14 propuesto. Me ha pasado muy
años y otra a los 90; depende poquitas veces que me digan:
del momento de tu vida en que este libro no me gusta, no me
te encuentres con dicho clásico. encaja.
Al final tienes que hacerlo de
manera tal que tanto al de 14 67
como al de 90 esa edición les De todo tu catálogo ilustrado,
resulte placentera. ¿qué es lo que más te gusta?
No es una cuestión de gusto
personal. Cuando compruebas
Y a la hora de elegir a un todo el catálogo realizado en
ilustrador, ¿lo haces en función estos diez años, unos 80 o 90
de si se ajusta a una obra o más títulos, ves una variedad muy
bien es la obra la que ves que se buscada: no busco un único tipo
ajusta a un ilustrador? de ilustrador. Me gusta que al
Lo hago en función de un lado de un ilustrador más clásico
criterio personal. Leo el libro como Fernando Vicente haya
y escojo entre nuestra enorme quien realiza grabados como
carpeta de ilustradores, que Antonio Santos, o un artista
ya no es tan pequeñita como digital como Iban Barrenetxea.
al principio, cuando sólo nos Ésa es la gracia de nuestro
servíamos de ilustradores catálogo. Perdona, parece que te
estoy dando la típica respuesta nos exige que cada libro sea
de editor, que todo mi catálogo mucho mejor por el gran nivel
me gusta, pero es que es muy de la editoriales que hay ahora
complicado, cuando haces un mismo en el mercado. Y luego
catálogo de conjunto, elegir sólo se ha producido un cambio
un título me parece muy difícil. inesperado, que no suponía
Lo que sí destacaría, al observar que fuese a ser tan importante,
el conjunto, es que damos una y es la enorme presencia del
imagen aproximada de lo que libro ilustrado en librerías. Vas
pasa con la ilustración en este ahora mismo a cualquiera y en
país. Además, me he encontrado la mesa de novedades puedes
con gente a la que no les gustan encontrarte muchas ediciones
ciertos libros del catálogo, y eso ilustradas para adultos. Hace
me parece bien porque si no diez años era impensable.
estaríamos haciendo el mismo
tipo de libros. Y no porque
funcione bien vamos a aplicar el ¿Has marcado tendencia con
68 criterio de hacer más libros de eso?
ese mismo ilustrador, porque a Sí. Siento que como grupo
lo mejor el siguiente que haces editorial hemos abierto una vía
ya no funciona. que antes no existía y que ha
resultado ser rentable. Ahora,
hasta los grandes grupos
¿Cómo ha cambiado el editoriales se han lanzado por
panorama editorial desde esta misma senda.
que empezaras tu singladura
nórdica?
Ha cambiado a mejor, en el ¿Cuál es el éxito del libro
sentido de que hay mejores ilustrado?
editoriales que hace diez años. Pues si lo piensas, tiene bastante
Hay una mayor competencia, lo sentido. Por una parte, en
cual es bueno y malo; es malo España compramos mucho
porque nos cuesta mucho más para regalar. Leemos poco pero
vender libros que hace una regalamos mucho, y el libro
década, y es bueno porque se ilustrado es el regalo perfecto.
La ilustración árido le pones imágenes al lado
no infantil y lo vuelves más fácil de leer. No
es lo que intentamos nosotros,
juvenil siempre pero es un factor que influye.

ha estado Según el último Informe sobre


considerada el sector del libro en España
(2013-2015), cada semana
para adultos, nacen en el país 6 nuevas
editoriales y 4 nuevas librerías.
cuando en ¿Estamos ante un burbuja o
realmente el panorama lector
verdad creo no es tan crudo como nos lo
pintan?
que es para Hay un poco de todo. Las que
hemos nacido en los últimos
cualquier lector diez años -porque el boom ha
sido hace ocho o nueve años, 69
curiosamente durante la peor
Luego también está el hecho época de lectura de libros
de que si das un clásico en en este país, cuando la venta
una buena edición, con buena de libros se ha desplomado
tipografía y papel, va a tener aproximadamente un 50 %
buena acogida; somos un país (entonces el baby boom de
que lee clásicos con frecuencia. librerías fue enorme)-, sabemos
Los libros ilustrados pueden que tiene que ver con el hecho
ser clásicos más atractivos. Por de que a la gente le gusta el
último, y no por menos evidente libro: terminaba su formación
es menos relevante, vivimos en académica, no veía soluciones
un mundo de imágenes en el laborales fáciles; el del libro
que lo gráfico debe tener buena es un mundo apetecible para
acogida; estamos acostumbrados quien le guste leer, bien el de las
a ver todo con imágenes a librerías o el de las editoriales,
nuestro alrededor; cunde la y además resulta barato montar
impresión de que si a un texto
70
una empresa de este tipo, o al además, pasa que vemos a los
menos ésa es la impresión que demás y nos preguntamos: ¿si a
tienes cuando empiezas. Luego ellos les ha funcionado, por qué
te das cuenta que no lo es tanto no me va a funcionar a mí? Y la
como crees, pero parece que gente se lanza.
con 3.000 eurillos montas una
empresa y puedes empezar a
trabajar. Es fácil, porque puedes Sois unos locos afortunados.
trabajar desde casa; nosotros, No todas las editoriales
Nórdica, tenemos una oficina pequeñas, y ya lo quisieran,
externa desde hace tan sólo pueden presumir de tener
dos años, en los ocho años en su catálogo a todo un
anteriores estuvimos trabajando Nobel de Literatura (Thomas
en casa. Es relativamente Tranströmer, en 2011), y
barato y asequile. Los costes de haberlo sentido. ¿Cómo
impresión y maquinaria han puede cambiarle la vida a una
bajado mucho. Hay muchos editorial que te den un Nobel?
factores que hacen que montar
una editorial sea fácil. Para la colección de Letras 71
Nórdicas en la que publicamos a
Es muy complicado trabajar Tranströmer, a quien estábamos
en cualquier sector del mundo publicando en exclusiva, fue
de la cultura por cuenta ajena, muy importante; las ventas
o se gana poco dinero y se fueron buenas, obviamente.
trabaja a destajo. Te das cuenta Fue el refrendo claro a nuestra
de que es mejor montarte tu intuición de que la literatura
propio negocio, trabajar por nórdica no policíaca podía
tu cuenta, que hacerlo en otra tener buena acogida. Eso fue
empresa. En otros países eso no lo más importante, en lo que
sucede, porque son sectores bien más influyó el premio: en el
reconocidos y bien remunerados asentamiento de la marca. Y
y la gente prefiere trabajar en en eso, que te den un Nobel es
una empresa más grande antes fundamental. Lo que te hace
que invertir y montar una vender o no vender es la marca.
empresa pequeña. Aquí somos
un poco locos, lanzados. Y
Pero Tranströmmer distaba ambos citaban a Tranströmer.
mucho de ser un recién Ellos no lo conocían, pero
llegado, era ya un poeta de gracias al Nobel llegó a muchos
mucho renombre… más lectores.
No, claro, yo no descubro a
Tranströmer: ya daba recitales Ahora además de leído parece
de poesía a 25 dólares la que va a tener que ser oído…
entrada en Estados Unidos con
gran éxito de público. Pero es Sí, los próximos poetas
verdad que era conocido única van a tener que coger la
y exclusivamente dentro del guitarra… (risas) Que
ámbito de la poesía. Se trataba alguien vaya a buscarle una
de un poeta relativamente mal a Adonis [seudónimo del poeta
editado y traducido, con el que sirio Ali Ahmad Said Esber] a ver
trabajamos a fondo: lo editamos si hay posibilidad de que gane…
bien, lo tradujimos bien,
hicimos una buena difusión y
72 De él quería hablarte. Es otro
tuvo prensa, y logramos que
de los grandes poetas que
en España acabase teniendo
tenéis en catálogo. ¿Andáis
muy buena acogida antes del
nerviosos cada octubre, por si
Nobel; de hecho, justo en 2010,
os cayera el segundo Nobel?
el año antes de que lo ganara, ya
estaba entre los diez primeros Sí, parecía que este año al final
superventas de poesía en se lo iban a dar, pero visto lo
España. El trabajo por lo tanto visto, creo que lo de las apuestas
ya estaba hecho; de repente llega ha quedado un poco de lado…
el Nobel, y gente que no lee Adonis es un poeta fantástico
habitualmente poesía empieza y además creo que premiarle
a leerlo… Lo dijo Antonio sería un acierto por sus
Muñoz Molina en Babelia al implicaciones. Es un exiliado
poco del Nobel, y también sirio con un posicionamiento
hace poco Elvira Lindo por el muy interesante sobre la religión
premio a Dylan, que el Nobel y el mundo islámico porque
servía como guía para descubrir no es pro-occidental pero sí
a autores que desconocías, y tiene un punto de vista muy
sensato, y eso se nota mucho en tratar bien al público y al lector.
sus textos. Escribe en árabe, y Y pasa ahora un fenómeno que
aunque viva en París no se ha hace que la poesía se venda más
occidentalizado demasiado. Es todavía en estos últimos años:
una mezcla muy necesaria en el de estos jóvenes poetas, como
estos tiempos; y eso es algo muy Marwan, que han revolucionado
poco habitual. la poesía entre la gente de su
edad. Ahora hay muchísimos
jóvenes que leen poesía, algo
Así que sois una editorial impensable hace unos años.
que apuesta por la literatura Posiblemente para los poetas
nórdica, el libro ilustrado, lo tradicionales son gente que no
infantil, el cómic y la poesía. tiene que tenerse en cuenta,
¡Manda narices! ¿Qué tal vive pero han revolucionado el
la poesía últimamente entre los género. Id a ver las listas de
lectores? ¿Y editorialmente? autores más vendidos de
Pues mucho mejor de lo que poesía y descubriréis que el
la gente piensa. Es como uno 90 % son autores así. Y puede
de esos géneros que se piensa que si empiezas leyéndolos, 73
que no vende, y es todo lo espero que en unos años acabes
contrario si está bien editado. leyendo a Emily Dickinson, por
Lo que pasa es que la poesía ejemplo. Me parece una buena
se ha maltratado mucho. oportunidad para ello.
Curiosamente, tiene el nicho de
lectores más fiel y militante. Y
claro, a este buen lector y buen Publicar literatura nórdica es
comprador, hace unos años se complicado, aunque existía un
le daba lo peor, estas ediciones claro nicho de mercado, una
mal editadas y traducidas, demanda. ¿Por qué, habiendo
porque como quería leer, por tantos escritores tan buenos ha
ejemplo, a Rimbaud, pues lo sido, al menos en España, “una
iba a leer -y comprar- igual. gran desconocida”, salvando
¿Qué ha pasado? La poesía se la literatura policíaca y algún
consolida en cuanto empiezan otro nombre “residual” (y
a sacarse buenas ediciones y a perdona esta expresión)?
Curiosamente, durante el a pensar en nórdico, viaja
franquismo se publicó mucha más a esos países, y la alta
más literatura nórdica que cultura nórdica, que nosotros
durante los años 80 y 90, porque trabajamos, empieza a hacerse
estaba muy bien considerada asequible entre mucha gente
por editores como José Janés y entre quienes tenían a este
por los vínculos que tenía con tipo de libros como algo muy
el franquismo, el nazismo, así minoritario.
como con Hamsun y esa idea
pangermánica de la literatura
nórdica (de hecho, Herman Hay un proceso por el cual los
Hesse y Thomas Mann tienen editores, en cuanto percibimos
mucho que ver con Hamsun en un nicho, acabamos con
sus primeros posicionamientos todo. Con el caso de la novela
de que la cultura germánica policíaca nórdica se bajó tanto
estaba por encima de todas). el nivel en los últimos años que
En esos años, estuvo bien muchos lectores nos decían
74 publicada, pero mal traducida. que habían leído a Mankell, a
En los años 80 esas colecciones Larsson, que les parecía más
desaparecen por completo y o menos literatura de calidad,
sólo quedan Henning Mankell y querían seguir leyéndola:
y Jostein Gaarder con El empezaban a buscar cosas no
mundo de Sofía, los dos autores políciacas y que eran citadas en
nórdicos que se conocían algunas de esas obras. De hecho,
cuando nosotros empezamos a Larsson y Per Olov Enquist son
trabajar. Sucedió que la novela de la misma zona de Suecia. Es
negra, que no trabajamos, dio el el caso también de Karl Ove
espaldarazo a que se empezase a Knausgård, el fenómeno de
publicar todo lo nórdico; tengo literatura de calidad nórdica,
que agradecerle sobre todo a que hace referencia a muchos
Stieg Larsson la difusión de lo de estos escritores. Hay una
nórdico en España. Cuando yo comunión constante entre estos
empiezo, nadie se atrevía a decir escritores y sus lectores, hasta
el nombre de nuestros autores, el punto que las referencias de
eran como impronunciables. un escritor les parecen fiables a
Tras Larsson, la gente empieza quienes los leen.
¿Hablas alguno de los idiomas apoyo importante de los países
que publicas? nórdicos, que nos ven como la
No, ninguno. Es relativamente puerta de entrada a América
fácil al principio, porque en Latina, a mercados con millones
inglés y en francés, sobre todo de personas y de lectores.
en francés, están publicados
casi todos nuestros autores. De Una de las características que
hecho, Actes Sud, que es como más me ha llamado la atención
la gran editorial independiente de “entre los nórdicos” es la
francesa, tiene una colección de increíble nómina de cuentistas
literatura nórdica que es de lo que ha tenido. Tienes a gente
mejor de su catálogo. Es cierto buenísima como Karen Blixen,
que había muchas cosas que o Henrik Pontoppidan, por
desconocíamos. Y ahí nuestros ejemplo. ¿A qué se debe esta
traductores han sido el tercer propensión por el cuento?
pilar para descubrir autores
nórdicos. Muchos traductores (Reflexiona durante unos
son muy buenos lectores, y les instantes) Pues no lo tengo claro,
empiezas a preguntar. Te hacen pero seguramente tenga mucho 75
informes de lectura, empiezan que ver con el tema de las sagas,
a traducir incluso por placer. con su manera de contar. Las
Los nórdicos pagan muy bien sagas no dejan de ser cuentos de
las traducciones, financian tradición oral, y son una manera
todos los libros que hacemos. de contar en poco tiempo
Incluso hay posibilidades una historia. Al igual que hay
para traducir partes del libro mucha tradición de cuentos y
para convencer al editor. Eran de oralidad, también la hay de
muchísimas las posibilidades obras súper extensas. De hecho,
que teníamos de conocer a los países que más trilogías
autores que nunca se habían producen son los nórdicos,
traducido fuera de Islandia, por quizás porque se han hartado
ejemplo, mediante pruebas de ya del cuento y necesitan ahora
traducciones que no costasen mucho más espacio para contar
nada. Era un mundo a descubrir historias de largo recorrido.
para el que contábamos con un Como las sagas: historias
cortas que en conjunto acaban
generando grandes narraciones.
Sobre todo pasa con la literatura
islandesa, la gran heredera de las
sagas: o son obras muy breves o
muy largas. O historias breves
que en su conjunto acaban
siendo una gran obra, como los
seis volúmens, por ahora, de
Knausgård. Es algo impensable
en cualquier país occidental.

Eso también pasa con los


cuentistas infantiles fabulosos.
Pienso en Selma Lagerlöff o en
Tove Jansson y me digo: ¡Qué
76 afortunado el niño nórdico!
Es verdad. Los nórdicos tienen
una gran ventaja: tratan al niño
como a un adulto, no como a un
imbécil. Parece una obviedad,
pero se produce con demasiada
frecuencia que al niño haya que
educarle en valores solamente y
tratarle como que no se entera
de nada, como un tarro que
hay que llenar. Los nórdicos lo
tratan como una persona a la
que le gusta jugar y a la que le
puedes inculcar valores de una
manera inteligente. De hecho, te
vas a los países nórdicos y te das
cuenta de que educan al niño en
total libertad. El niño, para ellos,
77

ha de ser libre, ha de ser quien Y ahí están los Informes PISA


descubra las cosas. El niño es que los sitúan entre los mejores
siempre mucho más inquieto lectores del mundo. ¿Tener una
que un adulto. Esa manera de buena literatura ayuda?
educar, no compartimentada, Sí, pero no de una forma
produce chicos muy activos y fundamental. Porque buena
creativos. literatura la hay en muchos
países. Mira, los países
nórdicos, hasta los años 50
eran mucho más pobres que no cambia cuando cambia el
el resto de Europa, pero en el gobierno. En Finlandia, el país
año 1900 habían erradicado el con las mejores bibliotecas
analfabetismo, y eso es debido del mundo, hay bibliotecas
en parte al protestantismo: en en el centro de la ciudad. Los
todas las casas había una Biblia, chicos jóvenes no quedan en el
que había que leer todas las bar, quedan en las bibliotecas.
noches. La gente aprendió Buena parte de la vida durante
a leer a través de La Biblia. el invierno se hace en ellas. Eso
Hay que recordar que los genera sociedades en las que
protestantes dejan mucha más la cultura se considera como
libertad para interpretar Las algo normal, no friki. Estés en
Escrituras que los católicos; al un barrio rico o pobre, tendrás
final resulta que tenías a gente tu biblioteca a la que ir, o una
que había empezado a leer librería en la que comprar.
desde muy pequeños y que
daba mucha importancia a la
78 lectura, sobre todo desde los
gobiernos. Noruega compra
1.000 ejemplares de cada libro
Los nórdicos
de un autor nacional publicado
en el país. ¡De cada libro de
tienen una
todos los escritores del país!
¿Consecuencia? Esa iniciativa
gran ventaja:
permite que todos los escritores
noruegos puedan vivir de la
tratan al niño
literatura si quieren. Es algo
impensable en España, donde
como a un
ni siquiera hay ya presupuesto
para las bibliotecas. El aporte
adulto, no
público es fundamental: los
países nórdicos tienen las
como a un
mejores biblioteca del mundo y imbécil
los mejores colegios del mundo,
porque son cuestión de Estado.
La educación es una prioridad,
¿Cómo son los programas La literatura fantástica
de hábitos de lectura en las le debe muchísimo a la
escuelas nórdicas? nórdica. Tolkien, gran
Pues no tengo ni idea, pero el lingüista, se basó en los Eddas
asunto es bastante básico: si islandeses para construir la
fomentas una educación basada Tierra Media, y desde entonces
en el amor a los libros, al final el género parece haber
acabas teniendo buenos lectores. adoptado el modelo de Tolkien
En España tenemos mucho que en su mayoría. ¿Qué te parece
aprender incluso de Estados la revisión que hizo el autor
Unidos, que es un país muy de esos escritos fundacionales
diferente de los nórdicos: en sus y sobre todo de la fecunda
películas, series o programas, mitología nórdica?
la gente relacionada con la (Reflexiona durante unos
lectura, o escritura, aparece instantes) Es un estilo muy
como algo socialmente deseable. diferente. Aunque parezca
En España si aparecen, es para que el “mundo británico” y el
comparecerse o reírse de ellos: “nórdico” estén muy conectados,
“Mira, pobrecito, es librero, y tengan muchos elementos en 79
qué desgraciado”; aquí la gente común, la manera de narrar
quiere ser médico, ingeniero o es muy diferente. De hecho,
futbolista. Tiene mucho que ver en los países nórdicos muy
con el componente social de lo poca gente escribe literatura
que es deseable y lo que no lo fantástica; que yo sepa, eso
es. Me comentaba el escritor está mucho más asentado en el
islandés Thor Vilhjálmsson mundo anglosajón. No sé hasta
(1925-2011) que cogía un qué punto hay algo parecido
taxi en Islandia y el taxista le a Tolkien ahora mismo,
preguntaba de qué iba a ir su teniendo como digo una parte
próxima novela. En todos los de comunicación geográfica y
países nórdicos siguen a los paisajística similar. Tampoco sé
escritores y sus obras, incluso los hasta qué punto es comparable:
taxistas. creo que el universo de Tolkien
es totalmente personal y
no puede trasladarse a esa
80

Ursula K. Le Guin, en una imagen de archivo. “Es una de mis


escritoras favoritas de siempre […], su lectura me parece muy
estimulante”, sostiene el editor sobre una de sus favoritas al
Nobel de Literatura
influencia de Eddas; sí que tiene Si es cierto lo que he venido
esa manera de contar a partir leyéndote sobre que la editorial
de historias cortas una historia es un poco el reflejo de tus
larga, de gran calado. No me intereses o de su editor, me da
parece fácilmente vinculable con la impresión de que eres un
lo nórdico actual. Aunque parta lector exquisito de literatura
de esos orígenes “nórdicos”, fantástica, por algunas cosas
el resultado no se ha dado en que tienes. ¿Vas a publicar algo
ningún otro escritor. Es verdad próximamente?
que en las Sagas hay mucha Me gustan más integrarlo en un
mitología fantástica, pero en catálogo generalista. Creo que
ningún caso llegaron a tanto la buena literatura fantástica
como en el caso de Tolkien, que como Tainaron, de Leena
es algo excepcional. Krohn, que publicaremos el año
Los países que viene, uno de los clásicos
finlandeses de la literatura
nórdicos fantástica, me apetece no sacarla
aparte, porque al igual que la
81
tienen las gente lee una novela tradicional
puede leer una novela fantástica.
mejores A veces cuando lo sacas aparte
parece que o bien te gusta
biblioteca mucho y quieres dedicarte
exclusivamente a eso o bien
del mundo y no lo quieres mezclar con la
literatura más tradicional. Para
los mejores mí Tainaron es igual de potente
en cuanto a calidad y es mucho
colegios más inspiradora que mucha
literatura nórdica.
del mundo, También vamos a publicar
a Ursula K. Le Guin, El día
porque son antes de la revolución, uno de
sus mejores cuentos, que va a ir
cuestión de ilustrado por Arnal Ballester. El

Estado
día antes de la revolución es Pues es relativamente fácil. Con
como si fuera el prólogo de sus el libro ilustrado logramos abrir
grandes series: en una sociedad una vía que no existía antes,
inexistente, nace un movimiento donde primaban las ediciones
anarquista. Va a ser algo en tapa dura, o de bolsillo. Los
totalmente diferente a lo que terelatos, por ejemplo, un género
puedes encontrar en el catálogo que me gusta muchísimo,
de Nórdica: el lector habitual sólo podías encontrarlos en
de género se sentirá como en antologías. Si querías algo de
casa, pero el no habituado, o elLe Guin, tenías que ir a un
lector de Melville, por ejemplo,recopilatorio entero de sus
se va encontrar con una forma cuentos. Eso es un problema,
de narrar muy parecida a la de porque los escritores no suelen
los clásicos norteamericanos: noescribir sus relatos de manera
deja de ser la misma estructura seriada, los escriben como si
clásica de narración. Le Guin esfuesen una novela, tienen un
una de mis escritoras favoritas principio, nudo y desenlace.
82 de siempre. Lo que me gusta Al relato hay que darle un
de ella -este año sonaba entre tiempo de lectura propia, que se
los 10 favoritos para el Nobel, empiece y acabe como si fuese
nunca se lo van a dar- es que, una novela. Al final, el tiempo
desde una manera clásica de que tardas en leer un libro no
narrar, plantea un tipo de novela
influye en tu percepción del
totalmente diferente (a Tolkien,mismo; influye en su calidad.
por ejemplo). Me parece muy Publicar un relato así supone
estimulante. darle una nueva vida. De Roald
Dahl, por ejemplo, hemos
sacado ilustrados algunos de
Ursula K. Le Guin es una sus cuentos. Estos cuentos
escritora viva, y muy publicada nunca se habían publicado
en España. Cuando te aislados, siempre eran partes
encuentras con un autor de de antologías. No puedes leer
estas características, ¿qué de manera consecutiva La
dificultades hay para sacar cata o El librero o Bartleby el
algo nuevo en un mercado que escribiente y Benito Cereno,
prácticamente está copado? tienes que parar. Son obras tan
potentes, te van a dejar tanto 2016 es el año del centenario
en shock, que hay que leerlas de Roald Dahl, un autor que
como una novela. Tienes que no os es desconocido. ¿A qué
dejarlas reposar para poder Dahl prefieres, a de los relatos
procesarlas. para adultos o al de sus libros
Tenemos una manera de oscuros para niños?
recuperar el relato con entidad A los dos, lo que pasa es
propia. Con el libro ilustrado, en que su parte infantil es muy
vez de hacer dos relatos de diez conocida. Una de las cosas que
páginas, puedes hacer una única más lamentó en vida fue la
obra de 60, con la entidad que de haber sido poco conocido
tiene, y eso es algo que no hacen como autor de cuentos para
todas las editoriales grandes. El adultos, porque fue una faceta
año pasado publicamos Ítaca de a la que le dedicó muchísimo
Kavafis: era un único poema tiempo. Es una prolongación
en un libro. Lo hicimos de de su parte infantil: en ambas
manera que tuviese una entidad, tiene muy mala leche. Con su
y ahora mismo ya lleva cuatro parte infantil, obtuvo una fama
ediciones. La gente valora mundial y se convirtió en un 83
mucho estas iniciativas. Ahora escritor muy leído. Y es una
el tipo de lectura ha cambiado, pena, porque su parte para
con tanta competencia de adultos es muy poco conocida
las nuevas tecnologías, y el incluso para lectores bien
tiempo que le vas a dedicar con formados, sigue demasiado
atención a un libro de 1.000 asociado al mundo infantil,
páginas es mucho menor… Las que es fantástico. Siempre digo
lecturas fragmentarias son más que hoy en día no se publicaría:
importantes que antes, y más llevas un texto de Roald Dahl
si sirven para dar a conocer a a un editor para niños y te
algún gran autor. Los grandes dicen: por favor, ¿cómo vamos
escritores están igual de bien a publicar esto para niños, si es
representados en el formato salvaje?
grande que en el pequeño.
Como editor de literatura literatura se deben de transmitir
infantil, ¿qué buscas en un valores idílicos: debería de haber
libro (para sacarlo en tu una coherencia con lo que están
catálogo)? viendo afuera porque si no no
La editora de infantil es se lo van a creer. La literatura se
Susana, que es la que está basa en la verosimilitud: tienes
abajo. Intentaré no dejarte mal que creerte lo que estás leyendo.
hablando de infantil (risas). Y si le das un libro de valores
(Tras una pausa reflexiva) perfectos y llega a casa y ve
La norma debe ser la misma violencia continua, se produce
que para Adulto, aportar algo un choque que no le encaja. Un
nuevo. Precisamente, queremos niño debe aprender las cosas de
abordar exactamente eso mismo manera que le parezcan reales.
que te comentaba antes sobre De literatura infantil vamos
la literatura nórdica infantil: a publicar poco, cuatro libros
libros para niños inteligentes al año, que nos parezcan
sin cortapisas. Ahora todo relevantes, que aporten algo
84
está demasiado medido, es en la calidad de los textos y en
demasiado conservador; las imágenes, porque ahí sí que
necesitamos el espíritu de buscamos un material muy
Roald Dahl. Libros en que sensible. No puedes publicar
al niño se le trate como una por publicar, ese no es nuestro
persona inteligente, en los que trabajo, se trata de encontrar eso
se desarrollen sus habilidades que nadie está contando. Nos
lectoras pero también sociales, estamos encontrando con una
para que sepa integrarse buena acogida por parte de los
en la vida, y que hagan que chavales.
se lo pase bien. Los niños
tienen que disfrutar leyendo
y jugando, y eso no se refleja ¿Cuáles gustan más?
muy habitualmente en los libros
Tania Val de Lumbre, por
dirigidos a ellos. En el mundo
ejemplo, fue uno de los libros
tan hipócrita de los valores,
del año pasado. Y de hecho
se bombardea a los niños con
recibimos muchísimos correos
violencia continua, pero en la
de jóvenes.
85

Thomas Tranströmer (1931- 2015), poeta desde 1954 y notable pianista.


La concesión del premio Nobel de Literatura a Tranströmer en 2011 “asentó la
marca Nórdica”, según Diego Moreno.
Fotografía del periódico digital Los Andes
¿Cómo es un correo un buen sabor en una primera
electrónico de un lector joven? lectura pero que luego no te
Pues muchísimo mejor que el aportan nada. Con La ternura
de cualquier crítico literario. de las piedras, un cómic brutal
Mejor explicado, y sobre todo de Marion Fayolle sobre la
contando lo que ha sentido por enfermedad de su padre, tienes
un libro. Eso que a mí me cuesta esa buena primera impresión,
tanto explicar, el chico te lo pero es tras volverlo a abrir
cuenta de una manera ingenua, cuando te das cuenta de lo bien
pero sincera: si están bien armado que está, cómo quieres
construidos los personajes, si es volver a la historia que cuenta.
real… La parte gráfica enmascara algo
que muchas veces es humo:
tiene que estar al servicio de
Tu catálogo de cómic es lo que cuenta, un libro bonito
profundamente heterodoxo… exclusivamente no tiene
demasiado cuento: has tirado
86 Eres como lees, y creo que eso
papel a la basura.
queda muy bien reflejado en
una editorial como la nuestra.
Tenemos gustos amplios, muy Cuando publicas cómic, ¿abrís
diversos,y eso se ve en el mundo también la puerta a autores
del cómic. La coherencia la creas que están empezando, además
tú. Y ahí, cuando observas tu de consagrados?
catálogo, te vas dando cuenta
de que existe una mayor Publicamos también a autores
comunicación entre los libros que están empezando. Por
de lo que parece o de lo que ejemplo, acabamos de publicar
crees. Nuestros cómics tienen a Agustín Comotto, que
muchas cosas en común: siendo acaba de hacer su primer
cosas muy diferentes, hay un gran cómic con nosotros. En
espíritu común en la manera de la parte gráfica o el cómic
contar. No son cómics al uso. nos apetece trabajar cada año
Con los libros infantiles y con el con uno o dos autores que no
cómic me pasa lo mismo: huyo hayan hecho nada antes. Me
de aquellos libros que te dejan estimula muchísimo, aprendes
un montón. También lo haremos espíritu. Siempre pienso en
poco a poco con la parte lo que va a hacer el lector. Mi
literaria, siempre y cuando nos trabajo es acompañar al libro
diga algo; eso cuesta mucho hasta que llega al librero y al
más. lector.
¿Cómo te ayudó el haber
Hace poco leía la biografía de sido librero en tu etapa como
Giangiacomo Feltrinelli. Como editor?
tú fue librero y editor. ¿Pueden Muchísimo. Me ha ayudado
conciliarse ambas cosas? ¿Qué para descubrir libros
es más complicado? como El libro de libros, que
Era un editor de verdad, un sacó Lumen hace 20 años y que
terrorista (risas). Es más recomendaba muchísimo en la
complicado vivir en esta época librería, hasta que desapareció.
de ser librero que editor. Ser Te ayuda para saber qué
editor es más difícil porque demanda la gente y, cuando
tienes que tocar más palos que estás en el otro extremo de la
en una librería, donde si lo cadena, como editor, te ayuda a 87
haces bien es un negocio fácil entender el proceso de venta del
de llevar. Como editor tienes libro. Muchísimo editores nunca
más mercado: puedes abrirte ven al librero o al distribuidor.
a América Latina, vender Yo me encargo del resto de la
tazas o bolsas… Tenemos una cadena: hablo con el librero,
estructura mucho más completa con el distribuidor…. Para mí es
de lo que una librería pueda muy importante la idea de que
ofrecer. Tu supervivencia esto es una cadena entrelazada;
depende de más cosas. Y sí se un fallo en cualquier eslabón
pueden conciliar, cuando has puede condenar a un libro, por
sido librero nunca pierdes ese bueno que sea.

Siempre digo que hoy en día


Roald Dahl no se publicaría.
Ahora necesitamos su espíritu
Por cierto: leemos que entre los traductores. Para él, si no
tus referentes se encuentra cuidabas la parte de creación
Giulio Einaudi. Nos gustaría hasta el final equivalía hacer lo
detenernos un momento en mismo que si hicieras zapatillas
él, aunque sea sólo para aludir en China: harás lo mismo que
a la importancia que tuvo el los demás. De Einaudi aprendí
mercado editorial italiano la parte de compromiso político
durante décadas. Feltrinelli, con lo que haces, a involucrarte.
Einaudi, Mondadori o Rizzoli Einaudi llegó a tener en su
(nombres que hoy están consejo editorial a Pavese o
desvirtuados por haber sido a Calvino… Pero bueno, hoy no
incorporados a monnopolios están disponibles.
editoriales sin personalidad)
jugaron un papel capital en
la difusión de la cultura del ¿Qué aprendes en tu día a día
siglo XX. ¿Qué aprende un como editor?
editor del ejemplo de estos (Se lo piensa) Lo que más
88 visionarios? aprendes es a generar un
En el caso de Einaudi, hay catálogo al mismo tiempo
una parte que me entusiasma. potente y viable. Cuando
Cuando empecé a formarme empecé no lo tenía tan claro,
como editor, e hice un Máster pensaba en un catálogo
que me llevó a leer las biografías culturalmente influyente
disponibles de los grandes y dejaba de lado lo que es
editores, me encantó una cosa fundamental de este mundo
que decían de él: tenía un cartel del libro: que los libro sean
en la puerta de su despacho buenos y se puedan defender.
que ponía NO. Pero, ¿no a qué? Posiblemente ahora soy mucho
(risas). Luego me enteré que más radical realizando libros
era lo que respondía a las cosas que al principio. Un libro me
por las que no estaba dispuesto tiene que gustar, pero tengo que
a pasar. A aquello a lo que no verle posibilidades. Me di cuenta
vas a renunciar: qué clase de de que si un libro es muy bueno
libros vas a publicar y cómo; pero no va a funcionar de salida,
qué tal tratarás a tus autores, a no le estás haciendo ningún
favor al publicarlo, es mejor que o por placer. Un libro que sabes
lo publique otra editorial. Es algo que no es tuyo, se lee mucho
que se aprende con los años, y lo más a gusto. No hay nada peor
primero que debe de aprender un que leer un libro que te está
editor. Un libro está hecho para gustando mucho y comprobar
venderse y que llegue al lector. Es que no podrá ser tuyo por una
una apuesta por la realidad: ha cuestión de derechos. Eso es
habido un esfuerzo económico, horrible.
un gasto de recursos… Publicar
un libro sólo porque te parece
bueno me parece un poco Nórdica se ha puesto a soñar
ingenuo e incluso absurdo. con ciudades. Se ha vuelto
Tengo libros en mi catálogo que viajera y por ahora nos ha
no han funcionado pero que llevado por Londres, Madrid
podrían haber funcionado en y Barcelona. ¿Qué otros
otros catálogos y que quizás tenía itinerarios nos deparas en el
que haber dejado que salieran en futuro?
otras editoriales. En breve iremos también a
Nueva York, a Roma… A 89
muchos más sitios, sí.
¿Lees lo que publicas o
publicas lo que lees?
Todo lo que publico lo leo. ¿Hay alguna ciudad en la
Hay editoriales que publican que te sientas más cómodo
muchísimo y luego oyes a literariamente?
sus editores decir que leen En Nueva York. Porque de
todo lo que publican (gruñido ahí surge mucho de lo que leo
escéptico)… Todos los fines de como lector por placer. Es una
semana me encargo de leer de los ciudad que es capaz de dar
libros que no publicaría nunca. oportunidades a los escritores.
El editor, el librero o incluso el El año pasado publicamos un
crítico tiende a perder el placer libro, una recopilación de relatos
de la lectura; yo intento no sobre las desigualdades en
perderlo demasiado. Eres muy Nueva York titulado Nueva York:
diferente cuando lees por trabajo Historia de dos ciudades, en la
90
que escriben autores que hoy todos los que escritores que
son muy conocidos pero que ha dado. Tiene una riqueza
entonces no lo eran tanto. Son cultural impresionante.
escritores que habían llegado a la Cuando el Estado compra
ciudad con la intención de darse ejemplares de sus escritores,
a conocer. Cuentan lo difícil que genera necesariamente una
es la vida allí: eso de que es la cantidad apabullante de buenos
tierra de las oportunidades es escritores. En Dinamarca o
mentira, aunque luego es cierto Finlandia pasa lo mismo con
que llegaron a ser escritores Helsinki o Copenague, que
relevantes. Nueva York es la destaca más por el diseño
dicotomía entre un mundo no antes que por lo literario. Son
tan bonito como parece pero en países además en los que los
el que es posible que un joven dramaturgos, más en otras
pueda llegar a despuntar y vivir épocas, tienen mucha fuerza.
como escritor, porque te aúpa
una industria literaria como la
estadounidense. Así como París ¿Cuál crees que ha sido la
fue la capital cultural durante mayor aportación nórdica a la 91
mucho tiempo, puede que hoy literatura?
lo sea Nueva York, sin ánimo de La manera de narrar. La
querer idealizar lo inidealizable. sencillez poética, por así decirlo,
en la que desde el principio
sabes lo que va a pasar, huyendo
¿Cuál te parece la ciudad del barroquismo. La literatura
nórdica más literaria? norteamericana bebe mucho de
(Larga pausa) Posiblemente esa virtud, porque sus autores
Oslo. Ha tenido un peso más han leído mucho a los nórdicos.
importante que Estocolmo, Van al grano, sabes desde la
porque muchos de los grandes primera página lo que te van a
autores suecos no viven allí, sino contar.
en el Norte. Siendo un país que
tiene 7 millones de habitantes,
Noruega es impresionante:
fíjate a lo largo del siglo XX
reportaje
ESCUELAS DE
MAGIA

92

GUÍA FABULANTE
93

Ilustración de Bastian Kupfer para Fabulantes


Rincewind, ilustración de María Emegé para Fabulantes

94

A
unque los practicantes
de lo arcano siempre
han tenido un papel
destacado en la literatura y el
folclore, pocos autores se han
molestado en hablar del proce-
so de aprendizaje de la magia.
La información disponible nos
permite suponer, no obstante,
que durante muchos siglos el
conocimiento mágico no inna-
to se transmitía como cualquier
otro saber, esto es, de maestro a
aprendiz en estricta correspon-
dencia biunívoca. Es el caso de
la diosa Hécate y la hechicera
Medea, del mago Merlín y la
Dama del Lago, del aprendiz de
brujo de Goethe y su maestro por cambiar la manera en la que
ausente. «Ya que al cabo el viejo el aprendizaje mágico se veía re-
brujo abandona su guarida, sus flejado en la literatura fantástica.
fantasmas a mi influjo nueva-
mente cobren vida. Yo bien sé
En 1953, Theodore Cogswell
sus tretas y ensalmos usar, y con
publicó The Wall Around the
sus recetas milagros obrar».1
World, la primera obra de fic-
El modelo educativo mae- ción en incluir una escuela para
stro-aprendiz empezó a quedar magos en la trama. Al tornarse
atrás con la proliferación de las objeto de estudio formal y siste-
universidades y el auge de la matizado, la práctica de la magia
escolarización, fenómenos que se vuelve más y más compleja:
no tardaron en verse proyect- surgen distintas magikeprax-
ados en la literatura. En los is con sus correspondientes
relatos Morella (1835) y Von doctrinas, reglas, limitaciones
Kempelen y su descubrimien- y excepciones. Antes de que el 95
to (1849) Edgar Allan Poe alude Hogwarts de J.K. Rowling se
oblicuamente a la conexión estableciera como arquetipo, ya
entre la Universidad de Pres- había varias decenas de escuelas
burgo y la magia negra; en el de magia en la literatura; la lis-
artículo Supersticiones Tran- ta no ha hecho más que crecer
silvanas (1885), Emily Gerard desde entonces. Aunque esto
menciona la Scholomance de ha enriquecido considerable-
los Cárpatos, una escuela de mente el género, es cierto que
hechicería que Bram Stoker con- a día de hoy la oferta educativa
vertiría años después en la alma arcana es tan abrumadora como
mater de Drácula (1897). A desigual. Por eso (y de cara al
finales del siglo XIX la escolar- curso que viene) ofrecemos la
ización pasó a ser preceptiva en presente Guía Fabulante de Es-
muchos países y a lo largo del si- cuelas de Magia, un recorrido
glo siguiente la educación oblig- por las seis instituciones de en-
atoria se fue ampliando progre- señanza taumatúrgica más pres-
sivamente, hitos que acabarían tigiosas del género.
LA ESCUELA DE ROKE 
(Ursula K. Le Guin, 1968)
Cuando Segoy pronunció la
Primera Palabra y creó el mun-
do, la primera isla en ser saca-
da de los abismos del Tiempo
fue la resplandeciente Éa. La
segunda fue Roke, corazón de
la magia y asiento de la escuela
de hechicería más importante
de Terramar, fundada durante
los Años Oscuros en los que la
magia descontrolada asolaba
el Archipiélago. Faro de cono-
cimiento y baluarte protegido
por antiguos y poderosos en-
96 cantamientos, la escuela creció
en influencia y consiguió esta-
blecer un control ético sobre el
uso de la magia: los magos que
el Archimago de Roke enviaba al
resto de islas llevaban consigo la
paz y la autoridad que el trono
vacío de Havnor era incapaz de
imponer.

Ilustración de Jordi Solano para Fabulantes


Para llegar a la Isla de los Sabi- hubo y habrá) el Maestro de For-
os hay que navegar hasta el Mar mas les enseña a escuchar los se-
Interior y confiar en que los cretos que susurran los árboles.
vientos mágicos que mantienen
a raya a los poderes maléficos Al terminar su formación, los
sean favorables. Tras atracar magos de Roke reciben un bácu-
en la bahía de Zuil, el visitante lo, símbolo de su oficio y estatus.
recorrerá un burgo de techos Algunos son enviados a las cortes
altos, callejuelas empinadas y de los Señores y otros a humildes 97
lugareños de hablar críptico, pueblos de pescadores en islas
hasta llegar a la Casa: el Mae- remotas, pero tanto unos como
stro Portero —uno de los Nueve otros tienen el poder de preservar
Maestros— solo franquea el o alterar el Equilibrio del Todo.
paso a aquellos que le revelen
su Nombre Verdadero. Una vez
aceptados, los jóvenes aprendi- Lo mejor: La escuela de Roke of-
ces son instruidos en las Altas rece formación holística, gratuita
Artes del viento y la curación, de y de calidad.
la ilusión y el canto, de la trans-
formación y la invocación. En la Lo peor: El archimago Halkel de
Torre Solitaria aprenden las pal- Way dictaminó en el año 730 que
abras de la Lengua Antigua bajo las Altas Artes eran cosa de hom-
la tutela del Maestro de Nom- bres y prohibió que las mujeres
bres; en el Bosquecillo Inma- estudiaran en la Isla de los Sabios.
nente (cuyas raíces se entrelazan También decretó que los magos
con las de todos los bosques que debían ser célibes.
LA UNIVERSIDAD INVISIBLE  dad al espacio-tiempo. Esto es
(Terry Pratchett, 1983) particularmente cierto en la
Biblioteca, donde la cantidad de
Hace muchos siglos, el salu-
libros almacenados en sus estan-
do habitual entre dos magos
terías infinitas distorsiona la re-
del Mundodisco era un cordial
alidad circundante2, conectán-
intercambio de bolas de fuego.
dola con el resto de bibliotecas y
Esta animosidad obstaculiza-
librerías del multiverso. Hay que
ba la colaboración inter pares,
mencionar que el bibliotecario
frenaba la investigación mágica
fue transformado en orangután
y causaba estragos entre la po-
hace mucho, pero es más feliz
blación civil, así que en el año
así. Todo el campus está rodea-
1282 Alberto Malich fundó la
do por un muro, aunque no está
Universidad Invisible (UI) para
claro si su función es impedir a)
atemperar la hostilidad entre
que entre lo que está fuera o b)
magos, regular la práctica de la
que salga lo que está dentro.
magia e instruir a otros en su
98 uso —y no-uso—. Dos milenios
después, los magos de la UI se
limitan a lanzarse pullas y pe-
learse por el último trozo de em-
panada.
Situado aproximadamente en
la ciudad de Ankh-Morpork, el
campus de la Universidad Invis-
ible ocupa planos de existencia
adicionales: lo menos que puede
decirse es que es más grande por
dentro que por fuera. La Torre
del Arte es el edificio más anti-
guo del campus (anterior a su
fundación, de hecho) y el único
punto de referencia en un entor-
no dimensionalmente inestable,
pues en el Mundodisco la magia
es a la realidad lo que la grave-
99

Rectorado de la Universidad Invisible


Ilustración de John Kidby
El Archicanciller Ridcully lid-
era al claustro de la Universi-
dad, que incluye a autoridades
académicas de la talla del Cat-
edrático de Estudios Indefini-
dos, el Lector de Escritos Invisi-
bles, el Jefe de Departamento de
Comunicaciones Post Mórtem
o Rincewind, Egregio Profesor
de Geografía Cruel e Inusual.
La U.I. también destaca en el
campo de la investigación ar-
cana: los estudiantes del Edifi-
cio de Magia de Altas Energías
han logrado crear una máquina
pensante a la que llaman Hex
(«Anthill Inside») y un universo
100 en miniatura al que llaman
Mundobola. Además de contar
con un equipo de remo3, la uni-
versidad está representada por
un flamante equipo de fútbol, el
Atlético Invisible.

Eric, ilustración de Josh Kirby


Lo mejor: Las empanadas del
labrador que prepara Glenda, la
cocinera del turno de noche.

101

Lo peor: Las rencillas entre los


miembros del claustro de la UI
pueden llegar a ser tan virulentas
como las de un claustro de verdad.
EL COLEGIO HOGWARTS jóvenes magos con tenden-
DE MAGIA Y HECHICERÍA  cias heroicas suelen acabar en
(J.K. Rowling, 1997) Gryffindor, los psicópatas en
Slytherin y los estudiosos en
En las Tierras Altas escocesas Ravenclaw; a los alumnos de
hay un castillo abandonado que Hupplepuff no se les conoce ni-
se alza en lo alto de un acan- nguna cualidad especial. La ri-
tilado, junto a un lago. Para validad entre estas cuatro casas
los muggles no es más que un se fomenta activamente a través
pintoresco montón de ruinas ro- de distintas competiciones y
deado de señales de «PELIGRO» campeonatos para promover la
y «NO PASAR», pero bajo la disciplina, la lealtad y la excel-
mirada de un mago los encanta- encia académica; sólo en los úl-
mientos de camuflaje se desha- timos tiempos se ha empezado a
cen y el castillo se revela como especular4 acerca de los efectos
lo que es: el Colegio Hogwarts colaterales adversos que esta an-
de Magia y Hechicería. Fun- imosidad milenaria puede tener
102 dado en el año 992 por cuatro sobre la comunidad mágica (el
hechiceros de gran poder y vo- llamado Sorting Hat Effect).
cación didáctica, esta prestigiosa
institución de educación se- El currículo de la escuela refleja
cundaria y arcana admite exclu- hasta qué punto los magos viv-
sivamente a alumnos de Reino en de espaldas al mundo mug-
Unido e Irlanda. gle: no hay indicios de que los
alumnos de Hogwarts aprendan
En Hogwarts se sigue el tradi- a resolver ecuaciones o analizar
cional sistema de casas de sintácticamente una oración,
muchos internados británicos. por no hablar de los rudimen-
Cuando los alumnos de prim- tos de la expresión artística o
er año llegan al castillo después el pensamiento filosófico. En
de su primer viaje en el Hog- su lugar, el énfasis se pone en
warts Express, el Sombrero el estudio de la magia en cual-
Seleccionador analiza sus per- quiera de sus vertientes, desde
sonalidades y los reparte entre Transformaciones, Pociones y
las cuatro casas, que toman Cuidado de Criaturas Mágicas a
los nombres de los fundadores Aritmancia, Encantamientos y
del colegio. De este modo, los

Hogwarts, Warner Bros / Universal


103

Defensa Contra las Artes Oscu- Lo mejor: El quidditch, obvia-


ras. Como no podía ser de otro mente.
modo, la actividad extracurric-
Lo peor: Todas las tareas
ular más popular es el quidditch,
domésticas del castillo de Hog-
un deporte que se juega con cu-
warts son realizadas por una
atro bolas, seis porterías y esco-
subespecie de elfos esclavos.
bas voladoras.
LA UNIVERSIDAD 
(Patrick Rothfuss, 2007)
En Temerant hay varias univer-
sidades, pero solo una Universi-
dad. «La» Universidad, aquella
por la que pasaron Táborlin el
Grande y Kvothe el Sin Sangre.
A sus augustos salones del cono-
cimiento acuden estudiantes de
toda clase y condición para in-
struirse en retórica, lingüística,
medicina o historia, pero sobre
todo para aprender los secretos
que custodia celosamente el Ar-
cano. Secretos como la Simpatía
—la creación y manipulación
104 de vínculos entre objetos5—,
la Sigaldría —el uso de runas
para fabricar artefactos mági-
cos— y muy especialmente la
Nominación, el arte de conocer
el nombre verdadero de las co-
sas. «Hace mucho tiempo […] la
gente venía aquí a aprender co-
sas secretas. Hombres y mujeres
acudían a la Universidad a es-
tudiar la forma del mundo»6.
No se sabe quién construyó la
Universidad, cuyos edificios
están erigidos sobre un vasto y
antiguo laberinto subterráneo
de salas y túneles abandonados.
La Artefactoría es un aula-taller
donde los estudiantes manufac-
turan toda clase de maravillas
105

The Name of the Wind, Marc Simonetti


mágicas, la Clínica es posible-
Un sonido
mente el mejor hospital univer-
sitario de todo Temerant, y el
paciente e
Refugio acoge a aquellos alum-
nos que pierden la cordura en el
impasible
transcurso de sus estudios. Por como el de
encima de todos ellos se alza el
Archivo, una enorme biblioteca las flores
que contiene decenas de miles
de libros. Alrededor del campus cortadas; el
han ido surgiendo toda clase de
establecimientos orientados a la silencio de
vida universitaria, esto es, tab-
ernas, casas de empeños y bur- un hombre
deles. Y a tres kilómetros al este
y cruzando el río Omethi se en- que espera
cuentra la ciudad de Imre, elíseo
106 de artistas y mecenas. la muerte 7
Cuando llega la noche, en la
Universidad y sus inmediaciones
reina un silencio triple. El prim-
er silencio acecha tras la enig-
mática puerta de piedra gris y
placas de cobre que se encuentra
en el Archivo, una puerta hecha
para permanecer cerrada. El se-
gundo se encuentra al otro lado
del río, en el Eolio de Imre: es el Lo mejor: Un arcanista de la
silencio cargado de expectación Universidad es valorado y res-
que envuelve la taberna cuando petado en los cuatro rincones de
un músico está a punto de em- la civilización.
pezar a tocar. El tercero es el de Lo peor: Los castigos más
un antiguo alumno que conoce severos incluyen ser flagelado
bien los dos silencios anteriores, públicamente.
107

kvothe, ilustración de María Emegé para Fabulantes


ESCUELA BRAKEBILLS DE universitario, un examen
PEDAGOGÍA MÁGICA  endiabladamente complicado
(Lev Grossman, 2009) que en convocatorias
anteriores ha incluido cálculo
En el año 1763 se dieron varios numérico, percepción
episodios cruciales en la histo- extrasensorial y la traducción
ria de Norteamérica, como la de un fragmento de La
firma del tratado de París (que Tempestad de Shakespeare a
puso fin a la guerra de los Siete una lengua inventada. Una vez
Años), la rebelión del jefe Pon- admitidos, a los estudiantes
tiac contra los británicos, o la se les educa en todos aquellos
proclamación real de Jorge III, campos relacionados con la
que limitaba la expansión colo- teoría y la práctica de la magia,
nial hacia el oeste. Pero ese año una formación intensiva,
rigurosa y marcadamente
tuvo lugar otro acontecimiento
académica, sin atajos. El plan de
capital que pasó desapercibi- estudios incluye idiomas (árabe,
do: la fundación de la Escuela arameo, estonio, antiguo eslavo
108 Brakebills de Pedagogía Mágica eclesiástico…), criptozoología,
en lo que hoy sería el norte del astronomía, destreza dactilar
Estado de Nueva York, junto al y un largo etcétera; al final
río Hudson. del quinto año se espera que
los alumnos lleven a cabo un
Anglófilo y crepuscular, proyecto que demuestre su
Brakebills es el único centro maestría, como viajar a la luna o
acreditado de enseñanza capturar un fotón.
mágica de América del Norte.
A pesar de lo que puedan decir En los jardines que rodean la
los detractores de la magia Escuela, animales topiarios se
estadounidense, la institución devoran los unos a los otros con
cumple sobradamente con los la ferocidad de la fauna y la len-
estándares internacionales: su titud de la flora. Al menos una
exclusivo programa dura cinco de las siete fuentes ornamentales
años y sólo admite a veinte está maldita; el reloj en lo alto de
alumnos por curso. Cientos la torre de la universidad fun-
de jóvenes con potencial ciona con un engranaje del go-
mágico son invitados cada
lem de plata de Bialystok. Como
año a la prueba de acceso
última curiosidad, los encanta-
UNIVERSIDAD DE cante Jeremiah Orne (que legó
MISKATONIC  su nutrida colección de libros y
(H.P. Lovecraft, 1922) curiosidades) y financiada pos-
teriormente por algunas de las
Nota: es posible que al lector le
familias más poderosas de la
extrañe ver en una guía de es-
región: los Curwen, los Marsh,
cuelas de magia una institución
los Pickman, etcétera. Reverso
que no incluye la enseñanza ar-
ilustrado y liberal de Arkham,
cana en sus planes de estudio,
la institución pertenece a la Liga
pero lo cierto es que de sus aulas
Ivy y recibe a estudiantes y pro-
han salido varios hechiceros y
fesores de todo el mundo.
nigromantes reputados. Y las es-
trellas están en la posición cor-
recta. El campus cuenta con cinco fac-
ultades, el hospital universitario
« […] La encantada y mágica Santa María, instalaciones de-
Arkham, cuyas techumbres portivas y varios colegios may-
apiñadas y hundidas, y ores, pero los dos edificios más
110 desgastadas balaustradas antiguos y emblemáticos son el
georgianas aguantaban el paso Museo de Exposiciones y la bib-
de los siglos junto al oscurro y lioteca. Además de las reliquias
susurrante Miskatonic. […]»8 del capitán Orne, en el museo
Arkham (Massachusetts) es un se exhiben fósiles, muestras
reducto de esa Nueva Inglaterra geológicas, artefactos de culturas
somnolienta, provinciana y dec- precolombinas y esqueletos de
adente que el mundo moderno dinosaurios; en el sótano se al-
dejó atrás hace mucho. Entre sus macenan piezas que carecen de
característicos tejados abuhar- interés (o todo lo contrario). Por
dillados se entrevé el campanar- su parte, la biblioteca de la uni-
io de la Universidad de Miska- versidad atesora más de cuatro-
tonic, que recibe su nombre del cientos mil volúmenes, aunque
río que atraviesa la ciudad. Con- su fama procede de sus inigual-
ocida hasta el año 1861 como ables colecciones especiales: en
el Instituto de Artes Liberales ellas se pueden encontrar tra-
de Miskatonic, la universidad ducciones del Libro de Eibon y
fue fundada por el capitán mer- del Unaussprechlichen Kulten, o
una de las pocas copias restan-
tes del enfermizo Les Cultes des
Goules, e incluso las nueve ta-
blillas que forman el Texto de
R’lyeh. Y el Necronomicón, por
supuesto.
A lo largo de su historia, la Uni-
versidad de Miskatonic ha fi-
nanciado diversas expediciones
científicas a los confines inex-
plorados del planeta. Las más
celebres son las de la primera
mitad del siglo XX: la Antártida
(1930 y 1933), Australia (1935)
y la Honduras Británica (1937).
Muchos de los que participa-
ron en estas expediciones fall-
ecieron; otros perdieron todo
atisbo de cordura al verse ex- 111
puestos a horrores cósmicos de
más allá del tiempo y del espa-
cio.

Lo mejor: La primera universi-


dad de EE.UU. en garantizar la
libertad de culto de sus estudi-
antes.
Lo peor: La primera universi-
dad de EE.UU. en garantizar la
libertad de culto de sus estudi-
antes.
Ilustraciones de Propnomicon
112

Ilustración de Steve Thomas


NOTAS BIBLIOGRAFÍA:
1 Goethe, J.W. (1997), Poemas Además de recurrir al conjunto
y canciones, El Áncora Editores, de las obras de los autores men-
Bogotá. cionados a lo largo del artículo,
para elaborar esta guía se han
2 Recordemos que:
consultado las siguientes fuent-
Libros = es:
Conocimientos = Poder =
Masa x Distancia²/Tiempo Antunes, S. (2001). Guía de la
Universidad de Miskatonic (A.
3 Dadas las condiciones del Solar, trad.). La Factoría de
Ankh, las regatas consisten en Ideas: Madrid.
cargar con los botes mientras se
corre por la superficie del río. The Isolate Tower: an Earthsea
Compendium (s.f.). Recuperado
4 Sædís Jónsdótti, H. (2006). The el 23/06/2016 de http://www.ta-
Sorting Hat Effect: How the Hog- via.co.uk/earthsea/
warts Houses Influence Prejudice
in Harry Potter. Disponible aquí. The L-Space Web: a Terry Pratch- 113
ett/Discworld Web Site (s.f.).
5 Hay quien llamaría a esto «en- Recuperado el 23/06/2016
trelazamiento cuántico». de http://www.lspace.org/main.
6 Rothfuss, P. (2011) El temor de html
un hombre sabio (Gemma Ro-
vira, trad.). Barcelona: Plaza y
Janés.
7 Rothfuss, P. (2007) El nom-
bre del viento (Gemma Rovira,
trad.). Barcelona: Plaza y Janés.
8 Lovecraft, H.P. (1937). “El
Ser Del Umbral”. En: H.P.
Lovecraft, Narrativa Com-
pleta, volumen 2, página 652
(Francisco Torres Oliver,
trad.). Madrid: Valdemar.

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