 Componentes (psicoeducación, relajación, entrenamiento en

modulación emocional, reestructuración, trauma, exposición, sesiones

conjuntas con cuidador, proyecto de vida)

La terapia cognitivo conductual focalizada en el trauma ordena de forma

secuencial sus componentes, aunque puede variar el orden en que se desarrolle
cada una de las etapas, dependiendo de las necesidades particulares de cada
niño/a y/o adolescente. Se deben trabajar todos los componentes en la terapia,
pero la forma en que se llevara a cabo las técnicas, dependerá del terapeuta y de
la particularidad del paciente (Prieto, 2015).

La terapia está dirigida a niños, niñas y adolescentes de 5 a 17 años de edad e

incluye a los padres no abusadores, en sesiones conjuntas o individuales en forma
paralela (Prieto, 2015).

A continuación, se describe cada una de las etapas que comprenden la terapia

cognitivo conductual focalizada en el trauma;

1.- Psicoeducación y fortalecimiento de habilidades parentales

El propósito de esta etapa es que el NNA logre ponerle nombre a lo ocurrido
(Echeburua y Guerricaechevarria, 2011). Es decir, se le entrega conocimiento
sobre la experiencia vivida y los síntomas que produce. Esto puede llevarse a
cabo, por medio de diferentes técnicas, tales como: cuentos, juegos o folletos.
Respecto a las habilidades parentales, estas se fortalecen durante todo el proceso
de intervención, ya que se encuentra comprobado que cuando los padres
desarrollan habilidades de crianza adecuadas, contribuye a una recuperación
positiva del trauma en los niños.

2.- La Relajación
El entrenamiento en relajación tiene como objetivo, que el NNA logre disminuir las
reacciones de hiperactivación que surgen cuando aparecen recuerdos del trauma
y poder enfrentar pensamientos intrusivos asociados a la experiencia traumática.
Además se le motiva para que aplique estos ejercicios en la escuela y el hogar,
cuando experimenta alta activación psicofisiológica (Prieto, 2015)

3.- Reconocimiento y regulación de las emociones

La terapia cognitivo conductual centrada en el trauma permite realizar una
intervención en la víctima, abordando múltiples aspectos que son esenciales para
su recuperación, otorgando un pronóstico favorables para la reparación respecto
al trauma vivido (Aramayo y Villalobos, 2015).
En los últimos años se han realizado múltiples estudios respecto a los efectos de
la terapia cognitivo conductual en victimas de ASI, los cuales han concluido que
se evidencian cambios favorables en un nivel cualitativo respecto a la
sintomatología, principalmente a las creencias sobre la experiencia de abuso.
Además de una reducción significativa, de la sintomatología depresiva y la
asociada a TEPT (Vallejo y Córdoba, 2012).
Vallejo, A. y Córdoba, M. (2012). Abuso sexual: tratamiento y atención. Revista de
Psicología, 30(1), 19-46. Recuperado de
http://www.redalyc.org/pdf/3378/337829521002.pdf