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© Derechos Reservados
Ecumenismo del Espíritu. Pentecostalismo, Unidad y Misión.
Foro Pentecostal Latinoamericano
Editores
Dr. Luis Orellana (Chile)
Dr. Bernardo Campos (Perú)
Consejo Editorial
Ob. Richar Mendoza (Ecuador)
Dr. Pastor Darío López (Perú)
Dr. Expedito Ferreira de Melo (Brasil)
Mgr. Esther Kooyip (Perú)
Dr. Oscar Corvalán V. (Chile)
Dr. Norberto Saracco (Argentina)
Esta publicación ha sido posible gracias al valioso apoyo del Foro Cristiano Mundial
Impreso en el Perú
Printed in Peru
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INDICE
PROLOGO...............................................................................................................................................5
LOS AUTORES.......................................................................................................................................6
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PROLOGO
El libro que usted tiene ahora entre sus manos, es el fruto de un Encuentro
Continental de Pentecostales realizado en Lima, Perú los días 08 al 10 de Octubre del
2011, fecha en que se constituyó el Foro Pentecostal Latinoamericano.
En noviembre de 2010 se realizó en San José, Costa Rica un encuentro
preparatorio del encuentro del Foro Cristiano Mundial (FMC) que habría de realizarse
en Indonesia el año 2011. Como en el encuentro de San José la participación Pentecostal
era menor del 10%, pensamos en la posibilidad de organizar alguna instancia
latinoamericana de Coordinación Pentecostal. Este hecho fue apoyado favorablemente
por el secretario del FCM, el Dr. Hubert van Beek. Así fue que se formó un petit comité
que convocara a un encuentro continental donde se recogiera el aporte Pentecostal a la
unidad cristiana.
El Encuentro se realizó bajo los auspicios del Foro Cristiano Mundial y tuvo
como propósito analizar los desarrollos recientes y los desafíos que enfrentan hoy las
Iglesias Pentecostales en Latinoamérica.
El capítulo primero toma nota de los múltiples esfuerzos de los propios
pentecostales a favor de la unidad de la iglesia, desde los años 60 hasta nuestros días.
El capítulo segundo reflexiona sobre los aportes del pentecostalismo a identidad
pentecostal y la obra misionera de la iglesia.
El capítulo tercero es, en realidad, una prospectiva relativa al papel del
Pentecostalismo en el marco del Foro Cristiano Mundial. Aborda el tema de las
prácticas ecuménicas y discute el futuro del pentecostalismo en los posibles escenarios
del siglo XXI.
Como Foro Pentecostal Latinoamericano, nos anima la imperiosa necesidad de
trabajar por la unidad del cuerpo de Cristo como contribución a la unidad del género
humano. Una manera de hacerlo es desde las distintas familias confesionales, por lo
que, como pentecostales, decidimos analizar las recientes mutaciones religiosas en la
Región e identificar los desafíos que enfrentan los distintos actores sociales en el
presente siglo.
Quiera el Señor animarnos con su Espíritu permanentemente a fin de que nos
integremos como un solo cuerpo hasta que El vuelva, y que el testimonio de unidad
sirva para que el mundo crea.
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LOS AUTORES
Dr. Oscar Corvalán V., chileno, doctor en Sociología, consultor en asuntos ecuménicos
para el Consejo latinoamericano de Iglesias (CLAI) y World Council Of Churches
(WCC) Es uno de los ejecutivos del Foro Pentecostal Latinoamericano y miembro de la
Red Latinoamericana de Estudios Pentecostales (RELEP). Es sociólogo, con postgrado
en Universidad de Ginebra y doctorado en educación Ph. D. U. de Toronto. Profesor
del Instituto de Investigación y Desarrollo de la Educación y director ac. Magíster en
educación basada en competencias de la Universidad de Talca. Ha sido, además,
director ejecutivo del proyecto de rediseño curricular por competencias de los
programas de pregrado de la Universidad de Talca y asesor de varias carreras
universitarias de otras universidades. Anteriormente fue responsable del diseño
curricular de los programas del Instituto Euro-Chileno de Turismo de la Universidad
de la Frontera. También, trabajó como asesor de educación técnica en el Ministerio de
Educación de Chile y del Uruguay. Luego de su doctorado publicó El Aprendizaje en
la Industria bajo la edición de Cinterfor de Montevideo, Uruguay. Ha escrito
numerosos artículos sobre formación de jóvenes desfavorecidos y educación de
adultos. Desde inicios de los años 90 ha estado involucrado en la aplicación del
enfoque por competencias en la educación técnica, CFTs, Institutos Profesionales y
Universidades; ha sido investigador y evaluador de proyectos Fondecyt y ha
participado en varios roles en proyectos MeceSup. Su interés principal investigativo
radica en la interacción entre el mundo del trabajo y el mundo de la educación y los
cambios que el primero induce en la educación.
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Dr. Bernardo Campos, peruano, doctor en Teología por la Rhema University de los
Estados Unidos; Master en Ciencias de la Religión por la Universidad Nacional Mayor
de San Marcos; Lic. En Teología por el Instituto Universitario ISEDET (Antes Instituto
Superior Evangélico de Estudios Teológicos) de Argentina. Pastor Pentecostal durante
25 años y Profesor de Teología en el Seminario Metodista del Perú, Seminario
Evangélico Peruano (Presbiteriano), La Facultad de Teología Davar y la Facultad de
Ministerios FAMIN (ambos de orientación apostólica). Es uno de los miembros
fundadores de la Red Latinoamericana de Estudios Pentecostales (RELEP) y
actualmente es el Director del Instituto Elías para la Extensión del Reino de Dios, en
Lima Perú y editor del presente libro.
Dr. Darío López, peruano, se doctoró en estudios bíblicos en el Oxford Center para
Estudios de la Misión / Open University de Inglaterra, donde completó una tesis sobre
el tema de los evangélicos y los Derechos Humanos en el Perú. Es pastor de la Iglesia
de Dios del Perú y se desempeña como profesor el Centro Evangélico de Misiología
Andino-Amazónica (CEMAA) en Lima, Perú. Es además el Presidente del Concilio
Nacional Evangélico del Perú y autor de varios libros en su especialidad. Se ha
desempeñado anteriormente como Director General de la Asociación de Grupos
Universitarios Evangélicos del Perú y ha enseñado en varios países de América en
seminarios y universidades americanas. Recientemente ha servido en varias comisiones
gubernamentales que se ocupan de cuestiones de derechos de los niños y la igualdad
religiosa en el Perú.
Dr. Expedido Ferreira de Melo, brasileño, doctor en Teología, graduado del Programa
Doctoral Latinoamericano ("PRODOLA") en Teología con especialidad en Escuela de
Postgrado de Ciencias Teológicas Universidad Evangélica de las Américas (UNELA).
Es el Superintendente Nacional de la Iglesia de Dios en Brasil
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CAPITULO I
LA BUSQUEDA DE UN ECUMENISMO
DEL ESPÍRITU
Y si bien aún resta mucho por hacer, sin embargo existen múltiples denominaciones pentecostales
que van abriéndose poco a poco y el 'ecumenismo del Espíritu' se va imponiendo paso a paso para
el bien de las nuevas generaciones. Nosotros creemos que existe un 'ecumenismo del Espíritu',
cuya base se halla en Ezequiel 37:1-10, y que no tiene nada que ver con los pactos humanos que
responden a intereses, sino a principios muy distintos. A Dios gracias, muchas iglesias van
adquiriendo un compromiso social frente a un mundo de injusticias en todos los órdenes. Para el
pentecostalismo progresista, este compromiso es a partir del evangelio, de otra manera la Iglesia
sería una entidad filantrópica o de ayuda mutua secular, que no tendría nada que ver con el
compromiso de la Iglesia que más bien surge del 'mandato bíblico'
---Dr. Gabriel O. Vaccaro2
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3 Walter Hollenwegger, Pentecostalism. Origins and Developments Worldwide (Peabody: Hendrickson, 1997),
350-366.
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4Dafne Sabanes Plou, Caminos de unidad: un itinerario del dialogo ecuménico en América Latina 1916-1991
(Quito: CLAI, 1994), 59-64.
5 Walter Hollenwegger, Pentecostalism, 367-388.
6José Míguez Bonino, “Ecumenismo y unidad de la Iglesia,” Ponencia, Asamblea General, CLAI,
Concepción, Chile, enero, 1995, 4.
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7Ofelia Ortega, “Ecumenismo del Espíritu,” en Benjamín Gutiérrez (editor) En la Fuerza del Espíritu
(Guatemala: AIPRAL-CELEP, 1995), 280.
8Donald Dayton, Raíces teológicas del pentecostalismo (Buenos Aires-Grand Rapids: LA NUEVA
CREACIÓN-W. B. EERDMANS, 1991). Walter Hollenweger, El Pentecostalismo (Buenos Aires: LA
AURORA, 1976).
9Gabriel Vaccaro, Así veo al Señor (Buenos Aires: ARGEN-PRESS, 1982), 192-193.
10Carmelo Alvarez (editor) Pentecostalismo y liberación (San José: DEI, 1992), 254.
11 Allan H. Anderson, Walter Hollenwegger (eds.) Pentecostals after a Century. Global Perspectives on a
Movement in Transition (Sheffield: Sheffield Academic Press, 1999. Este tomo contiene valiosos ensayos
sobre el pentecostalismo en dimensión global y ecuménica
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Con el fin de abordar esta temática, el Comité GCF sugirió dirigir la atención a
los cambios en el trabajo de la Cristiandad en el mundo de hoy, y tratar de discernir lo
que Dios está haciendo en las iglesias y en el mundo. Los dos movimientos que han
marcado profundamente la vida de las iglesias en el siglo pasado son por un lado el
movimiento ecuménico, y los evangélicos, pentecostales y carismáticos por el otro. El
evento puso especial énfasis en el contexto de las transformaciones que ya están
llevando a cabo y que vienen dando forma a la iglesia del siglo 21.
El centro de gravedad de la iglesia se está desplazando desde el antiguo
territorio de Europa hacia la región del Sur del planeta. El Pentecostalismo sigue
creciendo y está impactando a muchas de las iglesias pertenecientes a las tradiciones
históricas, especialmente en el Sur. La experiencia espiritual carismática está tomando
un papel más grande en la vida de muchos cristianos. Están surgiendo nuevas formas
de ser de la iglesia que podemos definir como no-denominacionales. Dios está obrando
a través de lo viejo y lo nuevo, del centro y la periferia, de dentro y fuera de la iglesia.
El Comité del FCM creyó que explorando en conjunto esos cambios,
escuchándose unos a otros, y al Espíritu Santo, se permitiría a todos ver con más
claridad el camino a seguir para fortalecer la unidad, y el testimonio común de la
comunidad cristiana mundial. Esa visión se reflejó en el programa que el Comité FCM
estableció como objetivos del Segundo Encuentro Mundial: a) discernir y comprender
los cambios y tendencias que operan en el cristianismo mundial de nuestros días y
considerar su significado para la unidad y el testimonio común de las iglesias; b)
escuchar lo que el Espíritu está diciendo a las iglesias hoy; c) orientar la dirección y las
actividades futuras del Foro Cristiano Mundial.
Más allá de estos fines indicados, el Segundo Encuentro promovió iniciativas
que fueron surgiendo en las regiones, a partir de los encuentros regionales que
tuvieron lugar entre el 2009 y el 2010.
La sustancia de las conferencias y presentaciones en el plenario del Segundo
Encuentro Mundial del FCM en Manado, del 2011, desembocó en conversatorios donde
los participantes se reunían en grupos regionales, igual que en grupos de tradiciones
específicas. Los estudios bíblicos reunían grupos de personas de todas las tradiciones y
nacionalidades; este también fue el caso en los grupos más amplios de discusión. Todo
esto permitió y animó la formación de relaciones que vayan más allá de las diferencias
y dejen también aflorar una comprensión más profunda del "otro".
El enfoque general del encuentro del FCG en Indonesia fue doble: Primero, el
FCG ha comenzado a abordar los enormes cambios en el Cristianismo mundial. Las
discusiones versaron sobre las consecuencias perturbadoras de la inequidad de
recursos y los peligros de una terminología inadecuada, como hablar del ‘Sur Global’ y
de las ‘iglesias migrantes’. Pero todos los presentes reconocieron que estos tópicos nos
habrán de retar en los años venideros. Conscientes de que se reunían en el país con la
más numerosa población islámica del mundo, recibió el discurso de un académico
islámico y de Su Excelencia el Gobernador de Sulawesi Norte sobre el carácter multi
rreligioso de Indonesia.
En segundo lugar, el FCG reconoció el surgimiento de movimientos
pentecostales y carismáticos que celebran la persona y la obra del Espíritu Santo. A la
luz de estas consideraciones el FCG planteó las preguntas siempre antiguas y siempre
nuevas: ¿Qué está diciendo el Espíritu Santo a la Iglesia en nivel local y global? ¿Cuál
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12 CEPLA, Jubileo, la Fiesta del Espíritu: Identidad y Misión del Pentecostalismo Latinoamericano.
Quito, Ecuador: CLAI, 1999
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CAPITULO II
PENTECOSTALISMO, UNIDAD Y
MISION
Resumen
Este informe ofrece un conjunto de elementos para comprender el crecimiento
de los evangélicos pentecostales en Chile y Latinoamérica durante la segunda mitad
del siglo XX, sus proyecciones hacia la primera mitad del siglo XXI, sus relaciones
ecuménicas y una reflexión sobre los mismos, a fin de facilitar una mejor comprensión
de este fenómeno religioso. El informe también ofrece un conjunto de elementos a tener
en cuenta a la hora de evaluar la participación ecuménica de los pentecostales dentro y
fuera del país. Se proyecta a futuro una mayor participación ecuménica de los
pentecostales, no solo debido a su crecimiento y creciente institucionalización, sino
también por el desplazamiento del eje de la cristiandad desde los países del hemisferio
Norte a los del Sur.
Palabras clave: evangélicos, pentecostales, Latinoamérica, ecumenismo,
distribución mundial de cristiandad.
Introducción
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ambas tradiciones lingüísticas y nos damos cuenta que podemos jugar un rol
importante para construir puentes entre ambas”.
Esta declaración resume el rol expectante de los Pentecostales que hoy participan
en el diálogo ecuménico, toda vez que refleja, por un lado las dificultades de participar
en un diálogo religioso marcadamente académico, y, por el otro ofrece la posibilidad
de traducir la experiencia Pentecostal al mundo académico junto con generar puentes
para un diálogo fructífero a partir de la experiencia Pentecostal, más bien basada en
vivencias y relatos referidos a las mismas.
De acuerdo con Carmelo Álvarez,16 al examinar la relación entre pentecostalismo
y ecumenismo es posible buscar el interés del primero en el segundo campo por cuatro
convicciones fundamentales y motivaciones esenciales, a saber: bíblicas, teológicas,
misionales y éticas. Mientras la motivación esencial es la visión del Reino de Dios como
anuncio del Evangelio y horizonte de esperanza. Para los Pentecostales, la unidad del
cristianismo es primicia y regalo en Jesucristo; guía y presencia del Espíritu Santo, que
junto al Padre como fuente de inspiración y revelación, sostienen la fe pentecostal.
Primero, los fundamentos bíblicos para hablar de ecumenismo están sustentados
en el uso mismo que se le ha dado a la palabra oikumene: El mundo creado por Dios,
habitado por sus criaturas y sostenido por su amor (Jn 3:16). Esto es así porque Dios
ama su creación, la redime, la sostiene y restaura. En el Nuevo Testamento se subraya
esta idea de la tierra habitada, toda la tierra, el mundo con todos sus habitantes. En
varios pasajes se insiste en que Dios manifiesta su amor y su voluntad de diferentes
formas hacia la humanidad (Lc 4:5; 21:26; Hch 17:6; 24:5; Ro 8; 10:8). Dejar atrás luchas
y tensiones y pasar al trabajo colaborativo entre cristianos se constituye en una de las
grandes esperanzas no solo de los Pentecostales. El mismo apóstol Pedro sostiene en
su segunda epístola: “Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y
tierra nueva, en los cuales mora la justicia” (3:13).
Este es un horizonte de esperanza en una nueva tierra que los pentecostales
empiezan a vislumbrar. Son las primicias del nuevo oikumene que Dios quiere. Es
presente y futuro en la promesa justa de Dios, quien llama a ser cristianos en el mundo.
El apóstol Pablo en su epístola a los Efesios subraya la unidad de la Iglesia como una
vocación de unidad, para cumplir la misión en el mundo. La Iglesia cumple su misión
cuando busca la unidad (Ef 4:4). A través de toda la Biblia Dios ha dado testimonio de
esa constante búsqueda de unidad que Dios quiere y fomenta para una humanidad
dividida y ajena de su reconciliación amorosa. La Palabra de Dios, entonces, es
fundamento y guía de vocación ecuménica, porque es revelación de Dios.
Segundo, el criterio teológico apoya el ecumenismo porque a partir de nuestra fe,
reflexionamos en lo que es menester creer y vivir. A partir de ella nos abocamos a
estudiar, analizar, discernir, con el propósito de comprender y aclarar, para avanzar en
nuestro caminar en la fe. La fe no es algo estático, necesita ser cultivada, ampliada e
iluminada por el conocimiento. Renovamos el conocimiento de esa fe (Ro 12:2). Es
necesario reflexionar para distinguir y separar lo que es auténtico de lo falso en nuestro
peregrinaje de fe. Una sólida teología de la unidad es un incentivo para un
compromiso ecuménico consistente y claro.
Pero también la reflexión teológica disipa el miedo y la incertidumbre,
permitiendo desarrollar conceptos, ideas y principios, que, completados en nuestra
16 Álvarez, Carmelo (2008), “Lo ecuménico en el pentecostalismo latinoamericano y caribeño”. Segundo
Encuentro de Estudios y Teología Pentecostal en Latinoamérica. Santiago de Chile.
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práctica cotidiana, nos ayudan a crecer, “siguiendo la verdad en amor” (Ef 4:15).
Álvarez concluye que “lo que se opone a la teología no es el conocimiento, sino la
ignorancia. La vida cristiana, acrecentada por nuestras iluminaciones en la fe, es una
integración de mente y corazón”.17
Tercero, el criterio tiene que ver con la misión de la iglesia. Jesús ora por sus
discípulos para que, enviados al mundo a testificar del amor de Dios y su anhelo de
unidad, sean guardados del mal, pero no quitados del mundo (Jn 17). Es en este
mundo lleno de divisiones, conflictos, y fragmentaciones humanas, que Dios nos llama
a vivir y ofrecer un testimonio de unidad (“para que el mundo crea”). Esa unidad de
propósito y comunicación filial entre el Padre y el Hijo, es ahora actualizada por la vida
de los cristianos y cristianas en el mundo, en la presencia consoladora del Espíritu (Jn
16:7). Jesús, enviado de su Padre, ahora envía a sus hijos como emisarios de su amor al
mundo.
El cuarto criterio es ético. Como Pentecostales decimos vivir una ética inspirada
por el Espíritu Santo. Pero ello implica no sólo el gozo del Espíritu, sino también las
exigencias para que en nuestra conducta y compromiso actuemos responsablemente.
Por eso asumimos lo ecuménico como principio positivo. Ser ecuménicos significa que
en el Evangelio hemos encontrado la sabiduría del Espíritu que nos invita a andar en
su poder y propósito (Ga 5:25). Es creer en el soplo del Espíritu que busca lo nuevo y
promueve la unidad: los discípulos de la Primera Iglesia Pentecostal de los Hechos
recibieron el Espíritu Santo para participar en la comunión los unos con los otros. Esa
era la fuerza que los unía. Esa responsabilidad por lo comunitario era la mística de
trabajo de los apóstoles. El compartir las necesidades y el afrontar los problemas juntos
desde entonces ha sido un principio ético fundamental.
La responsabilidad ética reclama una respuesta al por qué de la acción social. No
se trata de perder la identidad Pentecostal en los complicados e intricados vaivenes de
asumir tareas derivadas del presente descompromiso social del Estado de Bienestar, ni
diluirse en el activismo social inmediatista que lleva a desatender el desarrollo
espiritual de las personas. Se trata de asumir un compromiso de servicio en nombre de
Jesucristo, quien invita a las iglesias a sufrir y llevar su vituperio “fuera de la puerta”
(He 13:12-14), es decir, en la sociedad contemporánea tan fragmentada y carente de
reconciliación, justicia y paz.
Estas iniciativas llevan sus propias dinámicas y procesos, pero tienen el común
denominador de propiciar espacios inéditos de diálogo y fecunda conversación
ecuménica.19
Los acuerdos de cooperación entre iglesias Pentecostales de Argentina, Chile,
Cuba, Nicaragua y Venezuela y dos iglesias históricas de los Estados Unidos
(Discípulos de Cristo y la Unida de Cristo) se han ido ampliando e incluye el
intercambio de personal misionero, la colaboración mutua en programas de educación
teológica y programas de desarrollo comunitario.
Hay que destacar que dos iglesias Pentecostales latinoamericanas fueron las
primeras en el mundo entero en hacerse miembros del Consejo Mundial de Iglesias. Se
trata de la Iglesia Pentecostal de Chile y la Iglesia Misión Pentecostal de Chile, que
fueron aprobadas como miembros del Consejo Mundial en la Asamblea de Nueva
Delhi, 1961.
Un número significativo de iglesias Pentecostales ha llegado a ser parte del CLAI
(Consejo Latinoamericano de Iglesias) desde su formación en Oaxtepec, México, 1978.
En la Asamblea Constituyente del CLAI en Huampaní, Perú, 1982, esas iglesias
ratificaron su participación como iglesias fundadoras del CLAI. Otras iglesias
pentecostales se hicieron miembros del CLAI en la subsiguientes asamblea generales
de Indaiatuba, Brasil, 1988, Concepción, Chile, 1995 y Barranquilla, Colombia, 2000.
A partir de 1971 se fueron dando encuentros pentecostales pro-unidad:
Argentina, 1971, México, 1978 (previo a la Asamblea de Iglesias en Oaxtepec), San
Cristóbal, Venezuela, 1978, Bogotá, 1979, Huampaní, Perú, 1979 (en el contexto del
CLADE II), Salvador (Bahía) Brasil, 1988, Buenos Aires, 1989, Santiago de Chile, 1990,
São Paulo, 1992 y Lima, Perú, 1994.
A nivel internacional, desde la Asamblea del Consejo (CMI) de Iglesias en Nueva
Delhi del año 1961 se incorporaron como miembros la Iglesia Pentecostal de Chile y la
Iglesia Misión Pentecostal, permaneciendo activas hasta ahora en comisiones y
programas del CMI.
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permite hoy oportunidades de diálogo sincero entre los evangélicos sobre la base de
acuerdos reales de acción conjunta.
Por otro lado, los datos estadísticos muestran que el eje de la cristiandad se está
moviendo del hemisferio norte al sur y que parte importante de dicho movimiento
tiene que ver con el crecimiento de las iglesias Pentecostales en el Sur.
Mientras que durante la segunda mitad del siglo XX fue el proceso de
secularización uno de los principales factores por el cual hubo un abandono masivo de
las iglesias (protestantes y católicas) de Europa occidental y parcialmente en
Norteamérica, en el hemisferio sur no parece que ese fenómeno haya afectando el
crecimiento de los Pentecostales.
Los datos disponibles en la World Christian Encyclopaedia hacia el año 2005
permiten estimar el tamaño, diversidad y vitalidad del cristianismo a nivel mundial.
Esta fuente ha identificado 39.000 denominaciones, que varían entre aquellas que
cuentan millones de miembros y las que cuentan de solo un centenar, distribuidas en
238 países y territorios incluidos en la World Christian Database.
Anglicanos 80 millones
20 Datos de Asia: Aikman, Jesus in Beijing, Brother Yun, The Heavenly Man, Hattaway, Back to Jerusalem.
Hoefer, Churchless Christianity, Bharati, Living Water and Indian Bowl. Philip Jenkins, The Next Christendom.
Mapping the Southern Trajectory of Global Christianity. Johnson and Chung in International Review of
Mission (Abril, 2004)
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Estas tendencias son una indicación que en la primera mitad del S. XXI cambiará
el rol ecuménico de los cristianos del los hemisferios Norte y Sur. Pero también
representan el desafío de como comunicar el mensaje cristiano a la juventud post-
moderna en forma dialógica. No menos desafiante son los temas emergentes
relacionados con el realismo crítico, humildad epistemológica, ortodoxia generosa e
incertidumbres en la fe derivadas del multiculturalismo. Contrariamente a los
cristianos del hemisferio Norte, los del Sur pueden vivir con un mayor sentido de
comunidad, cierto grado de incertidumbre y duda, ya que no requieren conocer todas
las respuestas anticipadamente sino están más preparados para la caminata o jornada
que significa vivir el evangelio.
En este contexto, el movimiento ecuménico mundial está más llano a dialogar
con el movimiento Pentecostal, pero todavía surgen problemas derivados de los bajos
niveles de institucionalización y organización mundial de este último. Al contrario, los
problemas que enfrentan las iglesias del hemisferio Norte las empujarán a mirar como
socias a parte entera a las del Sur, entre las cuales se destacan las pentecostales,
creándose así nuevas condiciones para un ecumenismo renovado, cuya configuración
aun está estudiándose.21
21 Wold Council of Churches, Reflections on Ecumenism in the 21st. Century. Geneva. 2004
22 Ibid: 92.
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23 Corvalán, V. Oscar (2010), “Distribución, Crecimiento y Discriminación de los Evangélicos Pentecostales”, en:
Revista de Estudios Teológicos y Pastorales, Santiago, CTE.
24 Lalive D´Epinay, Chistian, El refugio de las masas. Ed. Pacífico, Santiago. 2004
25 Mancilla, Miguel, “Alcoholismo y pentecostalilsmo en Chile”. Segundo Encuentro de Estudios y Teología
Pentecostal en Latinoamérica. Santiago de Chile. 2008.
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cit.
27 C. René Padilla, Economía humana y economía del Reino de Dios. Buenos Aires: Ediciones Kairós,
2002.
28 Álvarez, Carmelo, Lo ecuménico en el pentecostalismo latinoamericano y caribeño. Ponencia presentada en el
Segundo Encuentro de RELEP. Santiago. 2009.
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movimiento y los episodios del arrojo y denuedo de los primeros cristianos relatados
en los Hechos de los Apóstoles (4:23-31). Esta re-lectura bíblica pudiera evitar las
manipulaciones en que se encuentran algunas iglesias por la falta de una hermenéutica
contextualizadora y pertinente, que actualice la fuerza de la Palabra con la renovada
visión del Espíritu, pasa a ser un desafío primordial para los pentecostales. 29
Pero ello también requiere de una solidaridad ecuménica, una ética solidaria del
Espíritu que remueva conciencias, renueve vidas y convoque para la nueva vida. Las
iglesias Pentecostales se deben aferrar a este espíritu de libertad, que libera para la vida
plena. Frente a sociedades fragmentadas y descentradas un mensaje de unidad,
esperanza y vida, en medio de tanta desesperanza la esperanza de vida la propuesta
Pentecostal puede ser urgente y apropiado.30
Bibliografía
29 Jürgen Moltmann and Karl-Josef Kuschel, eds. Pentecostal Movements as an Ecumenical Challenge
(London-Maryknoll: SCM Press-Orbis Books, 1996) citado por Álvarez, C., Op. cit.
30 Jung Mo Sung, Deus numa economía sem coracao (São Paulo: Paulus, 1992).
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Introducción
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Parroquialismo
Sería un tipo de sobre énfasis en lo que soy y en lo que creo, así como un
rechazo total a lo que otros creen o hacen. Mi confesión, mi metodología, mi liturgia y,
consecuentemente, mi iglesia son mejores. El pensamiento de que “nosotros tenemos la
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mejor doctrina y el mejor sistema eclesiástico. Los demás son secundarios”. Esa actitud
definitivamente no tiene fundamentos bíblicos. Clodovis Boff presenta la Biblia misma
como un ejemplo de pluralismo teológico y afirma: En ella se encuentran distintas
visiones de la misma verdad; el ejemplo principal es el Evangelio de Cristo, que es teologizado
“segundo” cuatro “cristologías” diferentes33. El Pacto de Lausanne, comentado por John
Stott, reafirma la existencia de un solo salvador, un solo Evangelio y una amplia
manera de realizarse la obra de la evangelización34.
Si hablamos de unidad en la diversidad, consecuentemente tenemos que
ampliar nuestra cosmovisión. Esa actitud de monopolio doctrinario, que caracteriza,
lamentablemente, a muchos de nuestros hermanos, llevándoles a edificar altísimas
murallas alrededor de sus denominaciones y confesiones doctrinarias, ha creado
enemistad y dispersión entre iglesias co-hermanas. Substancialmente, no ha
proporcionado ninguna contribución al cuerpo de Cristo.
Tendencia a la espiritualización.
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2. Modelos de Unidad
De manera resumida yo presento algunos textos bíblicos, que surgen como una
apelación por la unidad en la diversidad, en búsqueda de un objetivo mayor, que es el
cumplimiento de la Misio Dei.
El peligro de una casa dividida: En Mateo 12:26, Jesús de Nazaret dice que una
casa dividida consigo misma no puede subsistir a una guerra. En este aspecto, la iglesia
es comprendida como una casa, una casa con diversas subdivisiones. Esta casa puede
representar, metafóricamente, la iglesia cristiana, a nivel global, y las subdivisiones, los
diferentes regimientos denominacionales que forman la iglesia. Es cierto que la iglesia
ha sido atacada, a través de la historia, de todas las formas y por todos los medios.
¿Cómo esta iglesia podrá sobrevivir a esos ataques si se presenta dividida?
Unidad por los dones espirituales: Otro texto que trata de la unidad es el texto
de la primera carta a los Corintios, en que Pablo habla de la unidad y de la importancia
de los diferentes dones en la misión de la iglesia. En los versos cuatro, cinco y seis,
Pablo dice lo siguiente: “hay diversidad de dones, pero el Espíritu es lo mismo, hay diversidad
de ministerios, pero el Señor es el mismo. Y hay diversidad de operaciones, pero es el mismo
Dios que opera todo en todos”. (I Cor. 12:1-31). Este texto, además de estimular y orientar
el uso de los dones, trata de la cuestión de la unidad de la iglesia de una manera simple
y clara. La variedad de dones, es dada a la variedad de miembros de la iglesia, para
desarrollar una variedad de ministerios, teniendo como objetivo la edificación de la
iglesia, el cuerpo de Cristo.
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3. Unidad en la diversidad
4. Factores de unidad
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Finalmente concluyo este curto abordaje con el salmo 133:3, donde el salmista
dice que donde hay unidad, el Señor ordena la bendición y la vida para siempre.
Bibliografia
BOFF, Clodovis. Teoria do Método Teológico. Versão didática. Petrópolis RJ:
Editora Vózes, 2001.
BOSCH, David. Missão Transformadora: Mudanças de Paradigma na Teologia
da Missão, São Leopoldo RS: Editora Sinodal, 1991.
GLENN, Hinson. Vózes do Cristianismo Primitivo. São Paulo: Artes Editorial,
2010.
MOISES, M de Oliveira. Mil Ilustrações e Pensamentos. Rio de Janeiro: Editora
JUERP, 1983.
REY, Victo. Misión y Vida en América Latina. Santiago de Chile: Impressos
Flecha, 2002.
SEHEDD, Russell. ( Editor) O novo Comentário da Bíblia. São Paulo: Edições
Vida Nova, 1980.
STOTT, John. Pacto de Lousanne. São Paulo: Editora ABU, Visão Mundial S/C,
1983.
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Introducción
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Las grandes urbes en cualquier lugar del mundo tienen luces y sombras. En
ellas se concentran los grandes logros de la sabiduría humana como la utilización de la
tecnología de punta en los enormes e impersonales centros de producción industrial,
así como los grandes problemas generados por la mala utilización de esos logros
humanos, como la contaminación de las fuentes de agua y la explotación inmisericorde
de cientos de indefensos seres humanos. En las grandes urbes se encuentran los centros
académicos más importantes de un país y los lugares de distribución y de consumo de
drogas de todo tipo. Las luces y las sombras de la obra humana, la construcción y la
destrucción de la calidad de vida, las ventajas y las desventajas del formidable avance
tecnológico de los últimos años, caracterizan el rostro diurno y nocturno de los
conglomerados urbanos contemporáneos. Parece acertada, entonces, la opinión de
Jacques Ellul sobre la ciudad, cuando afirma que ella:
…es capaz de dirigir y cambiar la vida espiritual del hombre. Aplica sobre él su
poder y cambia su vida, toda su vida, no solamente su casa. Y esto parece un misterio
aterrador… Caín puso en ella toda su rebeldía. El hombre pone en ella todo su poder y
otros poderes acuden a apoyar los esfuerzos del hombre… (Ellul 1972:22).
¿Seguirán creciendo las grandes urbes con sus luces y sombras y emergerán
otros laberintos urbanos como producto de la acelerada migración interna y externa?
Los expertos del Centro Nacional de Planeamiento Estratégico del Perú (CEPLAN) en
un valioso documento titulado Plan Bicentenario: El Perú hacia el 2021, se refirieron a las
megatendencias que caracterizan al mundo actual.40 Entre ellas identificaron el
crecimiento de las megaciudades o grandes urbes con más de diez millones de
habitantes como Sao Paulo, Ciudad de México o Buenos Aires. Estos expertos en
planificación estratégica precisan que se trata de un fenómeno:
40 Las otras megatendencias identificadas por los expertos peruanos fueron las siguientes: «…la
globalización, la democracia global, las telecomunicaciones y la masificación del uso de Internet, el
surgimiento de nuevas potencias económicas, la Cuenca del Pacifico como nuevo eje del comercio
mundial, el envejecimiento demográfico y la migración internacional, el cambio climático, la preocupación
por el ambiente y la preferencia por los productos naturales, el desarrollo biotecnológico y la ingeniería
genética, el desarrollo de la nanotecnología y la robótica» (CEPLAN 2011:15-23).
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urbanizadas como en las zonas de pobreza y pobreza extrema: villas miserias, barrios
urbanos marginales, favelas.
Las iglesias pentecostales se han asentado en la ciudad, sin embargo, no
siempre miran y se relacionan de la misma manera con los habitantes de la ciudad en la
cual están situadas.41 Unas consideran que la misión cristiana se limita exclusivamente
a la proclamación verbal de la buena noticia de salvación y que las acciones de servicio
a favor del prójimo –si las realizan– sólo tienen sentido como puentes o como medios
para ganar más feligreses. Otras fueron comprendiendo en los últimos años que la
proclamación verbal del evangelio y las acciones de servicio al prójimo son dos
dimensiones legítimas de la misión integral del pueblo de Dios. Frente a esta situación,
y para caminar en la misma dirección, las iglesias pentecostales que se han establecido
en las ciudades deberían tener en cuenta las siguientes palabras de Samuel Escobar:
…la ciudad nos desafía a ver con claridad como concebimos la relación entre
Dios y su universo, el hombre pecador y sus creaciones, el hombre redimido y el mundo
no redimido. Esta actitud inicial es de suma importancia también cuando se determina
la misión del pueblo de Dios en la gran urbe, porque tiene que ver con la manera como
se concibe el futuro de la gran ciudad (Escobar 1982:72).
41 La situación no parece haber cambiado mucho desde que en 1988 la Fraternidad Teológica
Latinoamericana en un documento titulado En busca de la paz de la ciudad expresara lo siguiente sobre la
presencia misionera de las iglesias evangélicas en la ciudad: «El análisis de la vida y misión de la mayoría de
las iglesias evangélicas en las grandes urbes nos muestra una marcada crisis con diferentes manifestaciones. Las
denominadas iglesias históricas expresan una creciente conciencia social en su reflexión teórica sobre la misión
urbana, la misma que no se expresa con igual intensidad en la inserción práctica. Por otra parte, persisten en las
ciudades los modelos evangelizadores con énfasis exclusivo en la misión como proclamación centrada en el
arrepentimiento y la salvación individuales. Esto refuerza el ya marcado individualismo deshumanizador de las
grandes urbes, e ignora la dimensión comunitaria del Evangelio del Reino de Dios. Con preocupación constatamos,
también, la creciente imposición de modelos importados de misión urbana. Estos son irrelevantes en nuestros
contextos y perpetuadores de la dependencia misionera que nos agobia en múltiples niveles de nuestro ser y quehacer
como Pueblo de Dios» (FTL 1989:139).
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Los pastores de estas congregaciones, como en el caso del pastor Alberto Castro
de la Iglesia Centro Cristiano de Alabanza de Alajuelita en San José, Costa Rica, fueron
desafiados también a ampliar su comprensión del oficio pastoral:
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que se camina. En un lenguaje más gerencial, el pastor tiene que haber definido y saber
cuál es la visión y la misión de la congregación a su cargo. Además, debe tener la
habilidad pastoral de reconocer los dones presentes en la congregación y dejar que se
expresen visiblemente para el servicio al prójimo, tanto de los miembros de la
congregación como de los vecinos de la comunidad en la cual esta situado el templo.
¿No es todo esto importante y necesario para la práctica de una misión integral en
cualquier realidad urbana?
¿Existen otras experiencias de misión integral de iglesias evangélicas en las
ciudades latinoamericanas? De las casi sesenta congregaciones locales que tiene la
Iglesia de Dios del Perú en la ciudad de Lima, Perú, siete de ellas en convenio con
Compasión Internacional, tienen programas de servicio integral al prójimo orientados a
las atención de niños y adolescentes que provienen de hogares en situación de pobreza
y pobreza extrema. Quizá, no todas estas congregaciones locales han pasado de la
asistencia social a la acción social y, probablemente, sólo se limiten a seguir el
programa social diseñado por Compasión Internacional, sin haberlo contextualizado
debidamente. Sin embargo, ya es una señal de avance en su comprensión de la misión
de la iglesia que los templos no se utilicen solamente para actividades religiosas
tradicionales, como los cultos unos cuantos días a la semana, sino también para
acciones de servicio al prójimo y para el bienestar integral de la comunidad.
Conozco también en Lima y en otras ciudades del Perú, así como en otros países
latinoamericanos, experiencias de servicio al prójimo de congregaciones evangélicas en
el campo de la salud, la educación, el cuidado del medio ambiente, la defensa de los
derechos humanos y la atención a madres solteras, niños huérfanos y ancianos. Así, por
ejemplo, la Iglesia Evangélica Ekklesia-Una Misión de la ciudad del Cusco, Perú, viene
forjando un valioso modelo de acción misionera integral en una ciudad en constante
crecimiento poblacional y con un preocupante incremento de problemas sociales como
la situación de indefensión de niños, adolescentes y mujeres que sufren violencia.
La Iglesia Evangélica Ekklesia-Una Misión, dentro de su programa denominado
Obras de Misericordia, distribuye los días sábados alimentos a las personas indigentes en
la zona del mercado central de la ciudad, durante el invierno entrega alimentos y ropa
a las personas que duermen en las calles, y ha estado atenta también a problemas como
las inundaciones para socorrer oportunamente a las personas damnificadas. Tiene,
además, un programa que apunta a la transformación sostenible de las problemáticas
sociales, dentro del cual brindan atención médica y educativa en el centro penitenciario
de Quenqoro, tienen un consultorio de atención gratuita para problemas de violencia
familiar y problemas de violación, y ayudan a los padres a inscribir a sus hijos en el
registro de nacimientos de los gobiernos locales. Dentro de este programa, tienen
también un albergue temporal para niños recién nacidos en abandono moral y material
completo, a los cuales atienden integralmente hasta el momento de su adopción. 42
Este breve examen de la presencia cristiana en el mundo urbano indica que,
aunque existen experiencias ejemplares de acción misionera integral, hace falta todavía
desarrollar modelos que además de enfrentar los problemas derivados del pecado
personal (mentira, robo, adulterio, borrachera) y del pecado social (indiferencia frente
al escándalo de la pobreza y justificación de la violación de derechos humanos),
42 Información proporcionada por la misionera suiza Maja Datwyler, pastora de la Iglesia Evangélica
Ekklesia, cuya visión misionera ha sido clave para el desarrollo misional de esta congregación en la
ciudad del Cusco.
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evangélicas y, entre ellas, las iglesias pentecostales, tienen en sus filas a personas que
han sido formadas académicamente en las diversas disciplinas de las ciencias sociales
(historiadores, sociólogos, antropólogos, trabajadores sociales, psicólogos, abogados,
profesores) y que es fundamental dotarles de una cosmovisión bíblica para que
desarrollen un ministerio profético, diaconal y comunitario en la ciudad. Esto exige
tener un inventario de los recursos humanos con los que se cuenta y los que hacen falta
para una inserción misionera más integral en la ciudad. Y exige, además, ampliar la
comprensión que se tiene de la misión cristiana, reconociendo que el compromiso
social y político es una dimensión legítima, ineludible e irrenunciable de la misma.
Por otro lado, desarrollar un ministerio profético, diaconal y comunitario en
conexión con una congregación local implica una inserción misionera intencional en las
estructuras de poder, vía los movimientos sociales y políticos que confluyen e
interactúan en la ciudad. En otras palabras, los miembros de las iglesias pentecostales
urbanas tienen que cruzar otras fronteras misioneras más allá del círculo religioso en el
que transitan cotidianamente. Para ello, tienen que insertarse en las organizaciones
vecinales, asociaciones de padres de familia en las escuelas publicas, organizaciones de
derechos humanos, instituciones que trabajan con niños y adolescentes en riesgo,
centros de atención a las madres solteras y a las mujeres que sufren violencia en el
hogar, entre otros movimientos de acción ciudadana que buscan proteger y defender a
los sectores mas indefensos de la sociedad.
Acertaba Orlando Costas, entonces, cuando hace varios años atrás señalaba que
la misión del pueblo de Dios en la ciudad puede verse:
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locales como alcaldes o regidores. Y que, desde esos espacios de poder, sean modelos
ejemplares de gestión pública transparente, con rendición de cuentas periódica, y que
permitan a todos los ciudadanos y vecinos acceso libre a la información y que acepten
una fiscalización continúa.
¿Un sueño irrealizable? No es así. Conozco a un número creciente de dirigentes
sociales y de activistas sociales de confesión evangélica pentecostal (varones y mujeres)
que son modelos ejemplares de gestión pública y que con su ejemplo nos demuestran
que si es posible ser un buen dirigente social y un buen político, sin perder en el
camino, la identidad evangélica y la exigencia evangélica de predicar con el ejemplo la
buena noticia del reino de Dios y su justicia.
La misión cristiana en el mundo urbano, como en el mundo rural, tiene que ser
necesariamente integral. Cuando la misión de la iglesia se limita casi exclusivamente a
la proclamación verbal del evangelio, desconectada de una preocupación por las
buenas obras y la justicia, tendrá quizá como fruto visible a buenas personas o a
buenos vecinos, con una ética privada destacada, pero con una ética pública pobre,
deficiente y poco útil para la transformación social. Un evangelio mutilado, dedicado a
la salvación de almas incorpóreas, desenchufado de la realidad histórica, jamás tendrá
como producto final ciudadanos ejemplares. Ciudadanos preocupados por la búsqueda
del bien común y comprometidos con acciones concretas de lucha contra la pobreza,
defensa de los derechos humanos, cuidado responsable de nuestra casa común,
protección de los sectores sociales indefensos o lucha por una democracia en la que
todos los ciudadanos tengan igualdad de oportunidades.
Bibliografía
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Introducción
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54
que encontramos se refiere a Moisés quien ayunó en el Sinaí “cuarenta días y cuarenta
noches” (Éx. 24:18, Dt. 9:9). Luego, lo encontramos en el libro de los Jueces, donde en
medio de una guerra civil de los israelitas contra los benjamitas, los primeros fueron
derrotados en su inicio (Jue. 20:26-27), y después del ayuno preguntaron a Jehová por
la desgracia ocurrida, por lo que lo se presenta unido a la oración.
Posteriormente, lo vemos en actitudes de arrepentimiento, contrición y
confesión de pecados. Ejemplo de esto es la reunión que hizo Samuel en Mizpa (1 S.
7:6), y fundamentalmente en el Día de la Expiación (Lev. 16:29-34, 23:27-32).
El día del Yom Kippur era y es la fiesta más solemne en el calendario judío. Era el
día de mostrar arrepentimiento delante de Dios. Actualmente, se observa diez días
después del Año Nuevo, en hebreo se conoce como Rosh HaShanah “cabeza de año”.
Aquí deseo anotar el comentario del Dr. Rivera 49: “ la tradición dice que este
día se decide quién va a vivir y quién va a morir durante el año que comienza, quién va
a prosperar y quién va a sufrir, quién va a estar cómodo y quién va vagar, quién va a
morir por fuego y quién por terremoto. Los días entre Rosh HaShanah y Yom Kippur se
dedican a reflexionar en cómo uno ha vivido con relación a la Torah”. Así, deducimos
que el ayuno es una invitación para evaluar lo actuado pero también comprometerse
con ser mejores personas, que amen a Dios y al prójimo.
El ayuno y la abstinencia en el día de la Expiación son considerados como “una
ventana de oportunidad para verse uno mismo sin pretensión y encontrar maneras de
mejorar. La idea es de un sacrificio que hace a quienes participan de él más humanos y
vulnerables mientras les acerca al ideal divino de una vida de integridad”50.
Es decir, no hay en el ayuno una muestra de autosuficiencia, por el contrario, en
vez de hacernos más divinos, el ayuno nos hace sentir más humanos y más
dependientes del socorro divino para la vida en plenitud. El Dr. Rivera 51 dice:
“Ayunamos no para castigarnos a nosotros mismos por debilidades o indulgencias
pasadas, ni para que Dios nos tenga lástima cuando ve lo mucho que estamos
sufriendo por su causa. Al contrario, ayunamos para probar que somos humanos”.
La idea de “afligir el alma” también está presente en el ayuno. Tal es el caso de
David, 2 S. 12:15-20, cuando el hijo que había tenido con Betsabé, enfermó de muerte.
Aquí observamos que se realizaban otras acciones como “estar acostado en tierra” para
mostrar su dolor.
También el rey Acab ayunó para mostrar su arrepentimiento, (1R. 21:27). En
otras ocasiones, el ayuno se usaba para mostrar el dolor por la muerte de un ser
querido, así David ayunó cuando murieron Saúl y sus hijos (2 S. 1:12), y cuando murió
Abner (2 S. 3:35).
Con respecto a este tema, Harold Kushner dice: “Los demás seres de la creación
están “programados” por el instinto. Solamente los seres humanos pueden decirle que
no al instinto. Se puede adiestrar a un perro a no comer por miedo al castigo, pero no
se le puede enseñar a ayunar voluntariamente para mantener una dieta o por
cuestiones ideológicas. Sólo los humanos pueden hacer eso”52.
Daniel ayunaba continuamente: para mantenerse incorruptible Dn. 1:8-15, y
cuando buscaba respuestas de Dios, (Dn. 9:3, 10:1-3).
54
55
Otra persona famosa por su ayuno es la reina Ester, ella y el pueblo ayunaron
antes de una acción muy peligrosa: presentarse ante el rey sin haber sido llamada lo
que podría haberle costado la vida. (Est. 4:16).
En los profetas, el ayuno no tiene como propósito convencer a Dios, el fin era
cultivar la relación de intimidad con Dios que resultara en justicia, misericordia y
humillación ante él. “El ayuno que yo escogí, ¿no es más bien desatar las ligaduras de
impiedad, soltar las cargas de opresión, dejar libres a los quebrantados y romper todo
yugo? ¿No es que compartas tu pan con el hambriento, que a los pobres errantes
albergues en tu casa, que cuando veas al desnudo lo cubras y que no te escondas de tu
hermano?”(Isa. 58:6-7). “Hombre, él te ha declarado lo que es bueno, lo que pide
Jehová de ti: solamente hacer justicia, amar misericordia y humillarte ante tu
Dios.”(Miqueas 6:8)
La religiosidad no tiene valor sino está acompañada de acciones concretas:
justicia, misericordia y amor. El verdadero ayuno es la renuncia a toda forma de
conducta que mantiene o propicia la injusticia. Los profetas no rechazan la práctica del
ayuno en sí misma, sino el uso de ella como un rito religioso sin valor moral. El ayuno
tiene que manifestarse en acción a los necesitados: dar de comer al hambriento, dar
albergue al pobre, ser justo, vestir al desnudo y preocuparse por el hermano
desamparado.
Los profetas, asimismo, hablan del valor de dejar de afligirse como acto
religioso para sentir la aflicción del prójimo, de dejar a un lado el egoísmo natural para
entender que el dolor compartido establece y mantiene la solidaridad.
Por eso podemos darnos cuenta que el ayuno nos ayuda a controlar
voluntariamente nuestro instinto natural para afirmar nuestra relación individual y
comunitaria con Dios, pero también con el prójimo. Como resultado nos identificamos
con los demás y hacemos algo a su favor. Experiencias muy significativas las tenemos
en el trabajo de líderes de la Iglesia del Evangelio Cuadrangular de del Ecuador, desde
donde se crearon fundaciones para atender a niños huérfanos en Ambato, Guayaquil y
Quito. López53 indica que, denominaciones pentecostales como Iglesia de Dios y
Asambleas de Dios tienen declaraciones de misión en las cuales se manifiesta
preocupación y deseos de desarrollar programas de compasión que involucren el
servicio integral como parte de su labor.
Además de lo indicado, podemos tomar la opinión del Dr. Miguel-Antonio
54
Ibáñez en lo referente al ayuno como práctica religiosa sostiene que, el texto es un
generador de significados y que en contacto con otros textos se enriquece, lo que en un
primer momento surge como una actitud frente a una desgracia o como algo
penitencial, se convierte en “autocastigo con valor redentor que refuerza la súplica por
el perdón de los pecados e incluso dispone a una revelación o relación trascendental
con Dios… luego pueden encontrarse nuevos significados”, usa interpretaciones
semánticas, las cuales él expresa en el siguiente cuadro:
Ayuno
Núcleo Semítico Relaciones Determinaciones Motivacione
s
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57
58
aceptó su misión con obediencia y de esta manera se dispone a cumplir lo que Dios
había deseado para él. La misión central de Jesús era la cruz, por tanto al superar y
tomar fuerzas con el ayuno, símbolo acá de completa sumisión a su Padre, Jesús
cumple su llamado para ser el Siervo Sufriente.
La perspectiva de Lucas 4:1-2 sobre el ayuno y la tentación de Jesús en el
desierto es más descriptiva. El ayuno se muestra como una consecuencia de la plenitud
del Espíritu que le impulsa al lugar donde habitan los demonios, el desierto. Su ayuno
no es penitencial sino trascendente. Para Lucas, Jesús es el Hijo de Dios, el primero del
nuevo pueblo, el nuevo Israel con un corazón absolutamente entregado a Dios y
probado por éste en el desierto, tal como lo hizo con el pueblo de Israel. El ayuno
simboliza la presencia del Reino de Dios donde el alimento es Dios mismo.
La relación ayuno-demonio en este caso se entiende como la lucha entre el
poder de Dios y el dominio del diablo que se extiende a este mundo temporal y que se
ve amenazado por la presencia del reino de Dios, establecido en un nuevo pueblo del
cual Jesús es la cabeza.
De esto podemos sacar en conclusión que las primeras comunidades cristianas
veían en el ayuno una forma práctica para vencer al demonio. Por este motivo, no
deben extrañarnos las predicaciones de los pentecostales en los años 80, cuando
hablaban que de esta manera se vencía al maligno 58. Ellos continúan en esta línea de
interpretación.
Fue interesante encontrar respuestas de los pastores en este mismo sentido,
aunque con una frecuencia mucho menor, expresaron lo siguiente:
- El ayuno nos permite estar preparados ante las acechanzas del diablo y
romper sus estrategias.
- Ayunamos constantemente para no caer en tentación, que el diablo no nos
engañe.
- Ayunamos porque es necesario fortalecer el espíritu para vencer al enemigo.
- Ayunamos para tener autoridad y reprender los demonios.
- Ayunamos para obtener liberación de cadenas de esclavitud del enemigo.
Por otra parte, en el libro de los Hechos encontramos que la iglesia de
Antioquía, aún cuando estaba formada mayormente por gentiles, tenía la costumbre de
orar y ayunar, así es como el Espíritu señala que se separe para la obra a Pablo y a
Bernabé, cap. 13: 1-2.
Asimismo, los textos paulinos son muy importantes para conocer lo que las
comunidades primitivas pensaban con respecto al ayuno. En 1 Co. 7:5, 2 Co. 6:5 y 11:27
Pablo muestra una relación muy importante entre el ayuno y la oración. El uso de la
palabra griega que corresponde a ayuno está ligado a la abstención voluntaria de
alimentos por motivos religiosos. Según Ibáñez hay una contraposición entre hambre,
sed y los múltiples ayunos. Esta contraposición no está basada en la identidad de los
términos sino en su correlación59.
En 2 Corintios encontramos una situación muy tensa entre Pablo y esta iglesia,
los problemas estuvieron revestidos de gravedad y afectaron mucho al apóstol. Luego
de su regreso a Éfeso, Pablo volvió a escribir a los corintios con el ánimo aún muy
58 El evangelista puertorriqueño Yiye Ávila dio mucho énfasis en el ayuno. Sus prédicas enfatizaban que
esta era la mejor manera de vencer al maligno, pues esta herramienta que Dios había dado a su pueblo
podía vencer cualquier obstáculo espiritual.
59 Ibáñez: 22.
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afectado, como él mismo lo dice: “Por la mucha tribulación y angustia del corazón os
escribí con muchas lágrimas” (2:4) por eso es conocida así por muchos comentaristas:
La carta de las lágrimas.
Lo que encontramos en los textos anteriormente mencionados es una estructura
argumentativa, ya que el hecho-ayuno forma parte de una enumeración que atestigua
apasionadamente su ministerio apostólico. Hay una relación de causa (su ministerio
apostólico) y efecto (su constancia en el sufrimiento y los ayunos. Estos se constituyen
en la justificación de su argumento, ya que al incluir el ayuno en el listado, revalida la
tradición de los grandes personajes del Antiguo Testamento, quienes practicaban el
mismo en su ministerio y le daban una especial función (Moisés, Jeremías, Daniel,
Miqueas).
Por otra parte, se debe notar que en Jesús encontramos la insistencia en un
ayuno puro, en contra del que sólo refleja una práctica exterior “cuando ayunes”. De lo
expuesto nos damos cuenta que, la asociación del ayuno a la oración para luchar contra
el mal (pecado, enfermedad, demonio) sí está presente en el Nuevo Testamento. Es por
eso que, para los pentecostales, ayuno y oración, son disciplinas claves para el
crecimiento en la fe. Como anota López 60: “La oración pentecostal ni ignora ni evade
los problemas cotidianos. Mas bien, confiando en el poder liberador del Dios de la
vida, la oración traduce una absoluta confianza en su constante guía, protección y
sustento…más que un mero ejercicio espiritual, es un acto espiritual inteligente en la
cual se refleja su fe insobornable en Dios”.
Sin embargo, aunque Pablo y los evangelios hablan del ayuno, su práctica no
recibe tanta importancia como en el Antiguo Testamento 61. Según el Dr. Ibáñez62 esto se
debe a que para los primeros cristianos el ayuno “pertenece a las prácticas derivadas de
la ley, y por tanto recibe el mismo tratamiento que ellas…No debemos dejar de
considerar que estas prácticas se consideraban desprovistas de acción salvífica, las
mismas que estaban dadas en la muerte y resurrección de Jesucristo. A pesar de esto,
ellos siguieron con algunas prácticas judías como la oración, la reunión en la sinagoga
y el ayuno”. Ellos no lo desecharon en ningún momento.
Asimismo, González63 indica que: “El cristianismo primitivo considera que las
buenas noticias del Evangelio, traerán transformaciones reales en la vida de los
pobres”. La práctica de las disciplinas espirituales como el ayuno son fuente de
inspiración y búsqueda de un cambio real. Esta es la línea que siguen los pentecostales.
59
60
64 Juan Wesley, predicador y teólogo inglés del siglo XVIII. Muchas de las disciplinas espirituales y
experiencias tuvieron su asidero durante su ministerio.
65 Esta es una frase común entre los hermanos Metodistas y Nazarenos.
66 Sudgen, Edward (ed.). Sermones de Wesley. Sermón No. 53 El sermón de la Montaña:334, 344.
67 Ibid: 342.
68 Segura, Harold. Hacia una espiritualidad evangélica comprometida: 20.
60
61
Bibliografía
61
62
62
63
CAPITULO III
EL FUTURO DEL PENTECOSTALISMO Y
LA UNIDAD DE LA FE
Introducción
72 Salinas, Maximiliano. Historia del Pueblo de Dios en Chile, Santiago, Ediciones Rehue, 1987, p. 27.
63
64
73 Ortiz, Juan. Historia de los Evangélicos en Chile 1810 – 1891: De Disidentes a Canutos. Concepción,
Ceep Ediciones. 2009, pp. 69-107.
74 Véase el libro: Protestantes, liberales y francosmasones: Sociedades de ideas y modernidad en América
Latina, siglo XIX. Jean-Pierre Bastian (compilador). Cehila: Comisión de Estudios de Historia de la Iglesia
en América Latina, México, Fondo de Cultura Económica 1993.
64
65
del continente era deprimente en las primerias del siglo XX, y durante el desarrollo
del siglo lo será accidentada, brutal, convulsionada y con explicitas intervenciones de
potencias extranjeras y que socialmente abrieron las venas del continente y lo hicieron
sangrar. Al respecto, desde las ciencias sociales, la literatura, y la teología, la
intelectualidad latinoamericana ha buscado permanentemente dar una explicación
racional y científica a esta pavorosa realidad del continente. Por tanto, es justo
preguntarse como ciudadano de esta parte del mundo por la actitud asumida por las
misiones y los misioneros protestantes ante tan trágica realidad. Por tratarse de un
aspecto religioso relevante, me permito recomendar la obra del historiador
costarricense Arturo Piedra “Evangelización Protestante en América Latina” tomo I y
II, él autor en forma magistral, entre otras, hace la afirmación siguiente:
Desde la perspectiva de un receptor de la evangelización protestante, no es
difícil llegar a la conclusión de que los misioneros y las misiones protestantes, en su
mayoría, dieron la espalda a las condiciones duras, sociales y económicas, que
caracterizaron el contexto de su trabajo religioso75.
A partir de los años sesenta las principales sociedades misionera de los
Estados Unidos de Norte América (aunque no todas) recapacitaron sobre el
significado de su labor evangelizadora en el continente. Esta actitud generosa aunque
no ajena de conflictos abrió nuevos espacios para la reflexión teológica, la lectura de la
biblia, y la búsqueda de un sentido más amplio por la misión de la iglesia en
contextos de miseria, explotación e injusticia. Pero en forma muy especial, la reflexión
y producción teológica tuvo como tema eje el sujeto latinoamericano y su realidad
circundante. Allí, está la génesis del pensamiento teológico protestante
latinoamericano y que dio paso a toda una generación de teólogos, biblistas y
pastoralistas y a una rica y amplia producción teológica. Sin embargo, un amplio
sector del protestantismo histórico opto por continuar con su dependencia de sus
instituciones madres fuera del continente, pero con una escasa productividad
teológica y con un pensamiento ajeno que en muchos casos no han tenido relevancia
para el contexto latinoamericano76.
Las sociedades latinoamericana entre los años 1909 y 1990 vivieron densos
conflictos políticos, socioeconómicos, populares y culturales, sin embargo, el conjunto
de creencias religiosas se mostraron estables y auténticamente legitimadas. Las
utopías religiosas, en forma especial del catolicismo popular y del emergente
protestantismo, eran alternativas socialmente aceptadas para enfrentar los altos
índices de mortalidad que generaban temor e inseguridad en la población, como
también, los diversos proyectos políticos que se han disputado el acceso al poder. Los
diferentes y variados intentos de liberación que van desde la Revolución mexicana, a
la cubana pasando por las seguidillas de golpes de estados e intervención militar de
75 Piedra, Arturo. Evangelización Protestante en América Latina. Quito, CLAI – UBL, 2002, p. 72.
76 Bastian, Jean-Pierre. Historia del Protestantismo en América Latina, México, Casa Unidad de
Publicaciones S.A., 1990, pp. 178- 188.
65
66
77 Míguez Bonino, José. Rostros del protestantismo latinoamericano. Buenos Aires, Nueva creación. 1995,
p. 58.
78 Gaxioloa, Mauel. La Serpiente y la Paloma. Pasadena, California, William Carey Library.1970, pp. 3-10.
79 Para el caso peruano véase: cf. Campos, Bernardo. De la Reforma Protestante a la Pentecostalidad de
la Iglesia. Quito: CLAI, 1997.
66
67
67
68
81 Ibídem.
82 Gaxiola, 3-112.
83 Vease: “Siete décadas del pentecostalismo en Cuba” de Rhode González en Daniel Chiquete - Luis Orellana
(Editores) Voces del Pentecostalismo Latinoamericano I, Concepción, 2003: 71-83.
68
69
84 Lalive d'Epinay. Christian. El Refugio de las Masas, Santiago, Editorial del Pacifico S. A., 1968.
69
70
“cura divina” es un agente moral que trae prosperidad y estabilidad. Posee una
autoridad mesiánica, que se extiende a su poderío económico… funciona como un
gran negocio de fe internacional. Hay evangelista de este tipo en Brasil, Puerto Rico, y
Venezuela que poseen grandes propiedades en Estados Unidos y Europa 85.
a) El pentecostalismo institucional
85 Álvarez, Carmelo. Alborada de Tiempos Fecundos. Quito, CLAI. 2006, pp. 30-31.
86 López, Darío. Pentecostalismo y Transformación social. Buenos Aires, Kairos Ediciones, 2000, pp. 9-31.
70
71
b) El pentecostalismo popular
87 Iglesias de Alemania. Declaración de Berlín. Septiembre 15 de 1909. En este documento las iglesias
germanas emitieron su opinión crítica y de rechazo a la aparición del pentecostalismo en Europa.
http://www.bibelkreis.ch/charism/berliner.htm
88 Hoover, W. C. Historia del Avivamiento Pentecostal en Chile. 6ª edición, Concepción, Ceep Ediciones,
2008, pp. 67-69.
89 Regional Conferences in Latin America. New York: The Missionary Education Movement, 1917, pp. 99-
110. Citado por Juan Sepúlveda De Peregrinos a Ciudadanos. Santiago. Editores, Fundación Konrad
Adenauer y Comunidad Teológica Evangélica de Chile, 1999, p. 123.
71
72
c) El pentecostalismo ilustrado
Durante los últimos 40 años diferentes esfuerzos confluyen por que un número
creciente de pentecostales accedan a una formación teológica profesional de alto nivel.
Esto ha significado la génesis de la sistematización de la experiencia socio religiosa,
bíblica teológica, pastoral e histórica del pentecostalismo en el continente. El camino
no ha sido fácil para esta nueva generación de líderes que en contextos de dictaduras
militares encontró espacios para su formación profesional en entidades del más alto
nivel del continente, tales como ISEDET en Buenos Aires, Comunidad Teológica
Evangélica de Chile, Seminario Bíblico Latinoamericano hoy Universidad Bíblica
Latinoamericana, Seminario Teológico de Matanza, Universidad Metodista de Sao
Pablo, Brasil, entre otros. Además, un número apreciados de pentecostales han
accedido a estudios doctoral en prestigiosas facultades de teología en Europa. Hoy
bien se puede afirmar, que en esas instancias académica se perfilo el “pentecostalismo
ilustrado”. También, se destacan pentecostales profesionales de las ciencias sociales
que están realizando distintos estudio sobre el pentecostalismo Latinoamericano. Este
pentecostalismo ilustrado está haciendo unos valiosos aportes al desarrollo de un
pensamiento propio del movimiento y a su vez es un ojo avizor de las nuevas
tendencias de los desconocidos movimientos religiosos que asolan el continente. En
los círculos pentecostales hay un mayor interés, y hasta lo que podemos llamar
hambre intelectual, por acceder a un mayor conocimiento bíblico y teológico y de
como la fe pentecostal puede ser más eficaz en tierras latinoamericana. Se abre así,
una nueva etapa en su reflexión y producción cada vez más profunda y sólida. El
pentecostalismo ilustrado es una corriente de pensadores críticos que se verá
acrecentadas en las próximas décadas. Esto se hará visible en las cátedras de teología
pentecostal, tesis doctorales, publicaciones de alto nivel que le permitirá al
movimiento contar con una elite pensante capaz de dialogar con otras tradiciones y
religiones que buscaran también un espacio en el continente. Pero por sobre todo, a la
90 Maldonado, Luis. Para comprender el Catolicismo Popular. Navarra, Editorial Verbo Divino, 1990, p.
125.
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A modo de conclusión
Para finalizar, el futuro del pentecostalismo estará marcado por una fuerte
institucionalización de sus iglesias que en muchos aspectos transitara por el mismo
camino que hizo el protestantismo histórico en siglos anteriores, debido al proceso de
secularización y modernización que se continuara desarrollando en el continente. Los
pentecostales buscaran alianza con los poderes políticos y económicos del continente
cuya relación se requebrará en momento de crisis social. Estas crisis sociales,
económicas y éticas desataran discusión interna en las iglesias y que serán estimulado
por los distintos enfoques del pensamiento teológico o de interpretación bíblica que
harán sus actores. El pentecostalismo ilustrado tendrá un rol relevante, pues será el
sector donde se articularán propuestas teológicas y nuevas paradigmas para la
misión, sus aportes en momentos de crisis serán orientadores y refrescantes. Por otra
parte, en la medida que la pobreza continúe, especialmente en las grandes urbes, el
pentecostalismo con características de religión popular, su multiplicación y
autonomía se mantendrá. El pentecostalismo popular será una vertiente autónoma,
profética, esperanzadora y factor de renovación del pentecostalismo latinoamericano
en la medida que este se vincule con el sector ilustrado del movimiento.
Bibliografía
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Este puente fue construido por los japoneses en El Salvador, Centroamérica. Hace unos años hubo una
inundación y se el río trasladó. Muchas iglesias son un hermoso puente que conduce a un río que ya no
existe o pasa por otro lado.
Uno de los relatos bíblicos que más me impresionan es el de Ezequiel 47. Israel
había tenido su tiempo de esplendor y grandeza. Lo que empezó siendo una familia
desarraigada siguiendo una visión y continuó siendo un pueblo esclavo, llegó a ser una
nación poderosa. Su mejor momento, sin lugar a dudas, fue al final del reinado de
David y en el reino de su hijo Salomón. El templo con su lujo y belleza fue el emblema
de una nación próspera. Fue tan así que Dios mismo había puesto su casa en el lugar
santísimo.
Pero, pasaron los años, pasaron los reyes y también pasó la gloria. Vinieron días
difíciles y de aquella estructura majestuosa no quedó nada. Jerusalén destruida y el
templo en ruinas fue el triste final. El pueblo, sin embargo, siguió soñando con
recuperar su antiguo esplendor. Perdieron los sueños y visiones; el gran desafío era
volver al pasado. Llegar a ser lo que alguna vez habían sido.
En cuanto las circunstancias históricas cambiaron emprendieron su camino al
pasado y decidieron reedificar el templo. Ya no era lo mismo. Los que habían conocido
el primer templo lloraban al compararlo. De todos modos se ilusionaban con que Dios
volvería a habitar aquel lugar. Al fin y al cabo Él les había permitido reconstruirlo y era
lógico pensar que Jerusalén volvería a ser la “ciudad de Dios” porque en ella estaba la
“casa de Dios”. Otra vez todo el que quisiera encontrarse con Dios debería peregrinar a
Jerusalén y someterse bajo quienes tenían el poder del manejo de los asuntos divinos.
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Obreros del templo, músicos, sacerdotes y aun los cambistas estaban listos para la
gloria postrera.
Pero, de repente, Dios habló. Trajo una visión a Ezequiel. En ella estaba el
templo y en el templo la gloria. Pero la gloria salía del templo y formaba un rio cada
vez más caudaloso a medida que se alejaba del templo. Era un rio de vida y todo lo que
se acercaba a ese río, no al templo, vivía. Allí había frutos y hojas perennes. Dios les
estaba diciendo: “Ustedes han hecho todo lo posible por recuperar mi gloria pero se
han equivocado, no es mirando hacia atrás sino aventurándose a lo nuevo. Quédense
con el templo, pero si me quieren encontrar métanse en el rio”.
Joel, en nombre de Dios, dijo algo similar pero con otro lenguaje: “Cuando mi
Espíritu se derrame será sobre toda carne, aun sobre aquellos menos dignos, como
mujeres y esclavos, y los sueños y visiones dejarán de ser monopolio de los profetas
para pasar a ser vivencias compartidas de jóvenes y ancianos”.
La profecía se cumplió, y el escándalo de Pentecostés no fue tanto lo que
sucedió sino dónde sucedió, con quienes sucedió y cómo sucedió.
Hace algo más de un siglo se volvió a escuchar de manera estruendosa el soplo
del Espíritu. Desde distintos rincones de la tierra, y casi al mismo tiempo, llegó un
nuevo Pentecostés. La iglesia, atrapada en su religiosidad vacía, camino hacia la muerte
en las garras de la modernidad y dueña de Dios y sus designios, fue sacudida por un
viento incontrolable. Los carismas operaron sin pedir permiso a los teólogos; los
ministerios se multiplicaron sin ajustarse a los requisitos de la estructura; los milagros
ocurrieron a pesar de ser irracionales; la misión se puso en manos de todo el pueblo de
Dios y la fe volvió a ser una celebración gozosa. El rio salió del templo y los que se
acercaron al rio vivieron.
América Latina fue uno de los lugares, no el único, donde el Espíritu sopló con
más fuerza. Lo necesitábamos. Un pueblo cristianizado a la fuerza, que se subleva en
su fe en el sincretismo de la religiosidad popular, y al que se le enseñó a someterse bajo
el peso insoportable de la cruz, necesitaba del viento liberador del Espíritu. Esto ha
sido el movimiento pentecostal en América Latina. Su aporte hoy está más allá de
cualquier discusión. Lo que la iglesia es en América Latina se debe en gran medida, ya
sea por apoyo o confrontación, al movimiento pentecostal.
Hace dos años se publicó en Argentina el resultado de la investigación más
seria y confiable sobre la religiosidad de los argentinos. Entre sus conclusiones está que
el 10% de la población es protestante/evangélica. Pero, lo interesante es que el 9% de la
población se reconoce como pentecostal. Es decir, todo el universo protestante
evangélico del país solo alcanza al 1%. Quienes hemos estudiado el movimiento
pentecostal bien sabemos que esto no es fruto del entusiasmo y la capacidad
movilizadora de sus miembros. Hay razones muchas más profundas que solo se
explican a partir de la libertad provocadora de la acción del Espíritu. Asumo que no es
este un lenguaje académicamente correcto, pero es mi íntima convicción.
¿Quién es el padre del movimiento pentecostal? ¿Quién es su ideólogo? ¿En qué
catecismo se definen sus creencias? ¿Quién puede explicar lo que es un pentecostal? No
hay categoría sociológica ni teológica que lo abarque en su totalidad. Sin embargo fue
el pentecostalismo el que dio contención y luego se apropió de las masas
desencantadas de los populismos, el que canalizó de manera liberadora las fuerzas de
la religiosidad popular, el que del amasijo de barro produjo líderes de oro, el que
cambió la cara del Cristo sufriente en una ilusión esperanzadora.
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Solo a manera de ejemplo, uno más de los cientos que cada uno de nosotros
pudiera aportar, menciono el caso del movimiento pentecostal entre los indígenas del
Noreste argentino. La eclesiología pentecostal y su estilo de ministerio sirvieron para
legitimar el poder tribal establecido. El concepto de un líder carismático fuerte con
poderes sobrenaturales coincidía con el modelo de shaman y cacique. Por esta razón
fueron los líderes indígenas los primeros en aceptar la nueva religión y en usarla para
consolidar su poder. La oración comunitaria por los enfermos llevada a cabo en los
cultos pentecostales, generalmente en voz alta y usando palabras ininteligibles
(glosolalia), era común a los ritos de curación usados por los Tobas. Entre los
indígenas, cuando alguien estaba enfermo era rodeado por su familia y amigos y ellos
participaban activamente en el acto de curación mediante cánticos, lamentos y danzas.
En el caso de los indígenas convertidos ponían la Biblia sobre los enfermos creyendo
que tenía poderes curativos. La pneumatología y demonología pentecostal se
adaptaban fácilmente a la espiritualidad Toba y su inclinación a manipular el mundo
de los espíritus. En conclusión, el pentecostalismo les proporcionó a las comunidades
indígenas elementos psicológicos, sociológicos y espirituales que les fueron útiles para
enfrentar la crisis de adaptación.
Ya sea por su pneumatología, eclesiología o teología; por su adaptabilidad o
haberse adelantado a la crisis de la modernidad; el movimiento pentecostal ha dejado
su huella indeleble en la religiosidad del siglo XX. Desde ser el “refugio de las masas”,
en los años 60, a las “sectas de Reagan”, de los 90´, no existe un movimiento religioso
contemporáneo más estudiado, analizado, temido y amado que el Pentecostal.
Pero, el Pentecostalismo está en crisis y debemos admitirlo. Es una crisis de
identidad ¿Qué es hoy un pentecostal? ¿Alguien que habla en lenguas? ¿Alguien que
canta alegre? ¿Alguien que grita en un culto o dice tres ¡Gloria a Dios!? ¿Alguien que
saca demonios u ora por los enfermos? ¿Acaso no vemos todo eso hoy en otros grupos?
El espíritu se ha escapado del “lugar santísimo” que le construyeron los
pentecostales. La tentación, como en toda crisis, es aferrarse a lo seguro, volver al
pasado. Hace un mes, FECEP, la entidad que nuclea a los pentecostales de Argentina
organizó un acto por el día de Pentecostés. En los años 70 y 80 esta celebración fue muy
importante y era una convocatoria multitudinaria del pueblo pentecostal. Luego, cayó
en desuso. Ahora se intentó resucitarla. Entre los argumentos estuvieron: “Tendremos
una banda y coro como los de antes”, “volvamos a pentecostés”, “mostremos lo que
somos los pentecostales”, “es la fiesta de la unidad pentecostal”. A la convocatoria
nacional asistieron unas 3000 personas, muchas de ellas miembros de la iglesia del
predicador. Los pentecostales viven hoy esta tensión entre un pasado glorioso y un
futuro incierto. La clave sería recuperar la identidad, pero ¿qué es esa identidad?
El pentecostalismo, a diferencia de otras denominaciones, no nació a partir de
una afirmación teológica que le diera identidad o un hecho histórico determinado.
Tampoco fue engendrado en la mente de un líder ni ha sido producto de un contexto
específico. El pentecostalismo ha sido una expresión, la más dinámica y visible en
América Latina, del mover del Espíritu Santo durante el siglo pasado. Su máxima
contribución ha sido la manera en que fue capaz de captar las necesidades y
expectativas del pueblo latinoamericano y canalizarlas a través de una experiencia de
fe. Su aporte a la iglesia fue esa “plasticidad” para dejarse moldear por las
peculiaridades de cada situación pero a partir de posturas sólidas y firmes. De cara al
futuro, el pentecostalismo deberá entender que su mayor contribución no estará en la
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“Gracias por nuestros hermanos pentecostales. Gracias por darnos tantos de ellos que
ya no hemos podido ignorarlos como lo hicimos al principio... Señor, tu has levantado
este pueblo Pentecostal y lo estás usando. No permitas que otros lo usen. Dales
sabiduría para aprender de sus hermanos sin copiar sus faltas”.
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PROYECCIONES
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Norberto Saracco propone hacer una reflexión inicial sobre los grandes objetivos que
busca el Foro Pentecostal Latinoamericano, entendido como una mesa de diálogo, sin
representaciones oficiales de sus miembros. Señala que se busca fundamentalmente
facilitar el encuentro, conocimiento y reflexión de las iglesias pentecostales
latinoamericanas. Se quiere un foro abierto, flexible, de dialogo entre iglesias
pentecostales de América Latina, animándolas a que se involucren en iniciativas
regionales y mundiales, tales como el próximo CLADE V a realizarse en Costa Rica del
09 al 13 de Julio 2012.
Visión:
Misión:
Objetivos
1. Elaborar una agenda temática útil para los espacios de reflexión sobre los
desafíos del pentecostalismo contemporáneo y futuro
2. Auspiciar consultas congresos y foros entre pentecostales y entre estos y los
miembros de otras confesiones
3. Crear un archivo histórico del pentecostalismo latinoamericano
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Estrategias
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Subregiones:
- México, Centro América y el Caribe
- Brasil 4
- Andina
- Cono Sur
La estrategia general de acción supone que cada uno de los cuatro temas prioritarios se
tratará en cada una de las cuatro subregiones.
Publicación
Habrá una publicación con los aportes de cada encuentro subregional
Categorías de participantes
Contactar para reuniones subregionales: con las siguientes categorías de participantes:
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CONCLUSIONES FINALES
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