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Agemonia del estado español

Según la RAE, una hegemonía es una “supremacía de cualquier tipo” o la


“supremacía que un Estado ejerce sobre otros". Con respecto a la lingüística, este
fenómeno ocurre muchas veces dentro de un estado o como resultado del
contacto lingüístico. En esta hegemonía, una lengua poderosa domina a una
región o país por encima de los otros idiomas. Es relacionada a la idea de
imperialismo lingüístico, que es la transferencia de una lengua dominante a un
pueblo, y también una hegemonía lingüística frecuentemente resuelta en esta
transferencia por diversas razones. La lengua es parte de la identidad de las
personas y significativa por razones étnicas, religiosas, nacionalistas, y más.
Como resultado hay sugerencias de que el derecho lingüístico es uno de los
derechos humanos. Como una hegemonía cultural, una presión de actuar o hablar
como parte de la mayoría es posible.

La hegemonía lingüística puede reflejarse en preconceptos lingüísticos o la


discriminación hacia otras lenguas activa o pasiva. Se puede ver la discriminación
pasiva en los estereotipos o en burlas de acentos. En la discriminación más fuerte
se priva de servicios a la gente que no puede hablar una lengua, o se trata de
crear leyes para crear un idioma oficial con un tipo de una política lingüística. Esta
hegemonía también se relaciona históricamente a la creación de un país como
instrumento para conformar una identidad cohesiva.

Se denomina hegemonía al dominio de una entidad sobre otras de igual tipo. Se


puede aplicar a diversas situaciones con el mismo significado: un bloque de
naciones puede tener hegemonía gracias a su mayor potencial económico, militar
o político, y ejerce esa hegemonía sobre otras poblaciones, aunque estas no la
deseen. Por «hegemonía mundial» se entiende el dominio del mundo por parte de
una sola nación o un grupo de naciones.

Estados con hegemonía lingüística


Un ejemplo histórico es la unificación lingüística de Francia. En una revolución
nacionalista trataron de eliminarlas lenguas minoritarias con una lengua estándar.
De esta manera, las lenguas minoritarias y dialectos convierten en ser ‘inferiores’ y
no lenguas de poder poco. Uso de la lengua mayoritaria francesa era necesario
para la movilidad social y más. Este ejemplo también muestra el uso de crear una
identidad relacionada al país e idioma. Actualmente la lengua francesa es la
lengua oficial de Francia, y también existe la Organización Internacional de la
Francofonía, que promueve el uso del francés internacionalmente, como misión.

En los Estados Unidos la lengua de uso común actualmente es el inglés, aunque


no es natural de las Américas. Históricamente había muchas lenguas nativas
como las lenguas muskogi, pero con el poder político que ganaron los ingleses, su
lengua también ganó poder. El poder político está estrechamente relacionado con
el lingüístico, porque la lengua poderosa muchas veces recibe el prestigio también
y la lengua de un pueblo que se discrimina a muchas veces también es víctima de
la discriminación. Tradicionalmente en los EE. UU. lenguas inmigrantes
desaparecen en dos o tres generaciones, con la rápida asimilación cultural.
Más recientemente en los EE. UU. Había discriminación hacia los inmigrantes
hispanohablantes que no hablan inglés, que ha extendido a la lengua española.
Este sentimiento tiene raíces en la inmigración indocumentada (especialmente de
México), miedo sobre trabajo y la economía, y más. Se puede ver esta hegemonía
políticamente en el English-only movement, que propone el uso de inglés como la
única lengua oficial.

Estados multilingües
La mayoría de personas no son monolingües y realmente estudios muestran los
beneficios de ser bilingüe. Aunque los estados bilingües no todos tienen lenguas
oficiales, algunas tienen múltiples. Las razones de tener lenguas oficiales múltiples
pueden incluir la protección de una lengua minoritaria o simplemente porque hay
más que una lengua que se habla. Los idiomas de Suiza incluyen cuatro lenguas
oficiales, el alemán, el francés, el italiano, y el retorrománico.

Bolivia reconoce más que treinta lenguas oficiales, aunque el español es la lengua
franca. Según su constitución, el gobierno tiene que usar por lo menos dos
lenguas oficiales, uno castellano y el otro dependiente de las circunstancias. Unas
de las lenguas indígenas más extendidas incluyen el quechua y el aimara, pero
hay muchas más, no todas con mucha extensión.

En Kenia hay dos lenguas nacionales, el inglés y el suajili, que se usa como
lengua franca, porque según Ethnologue hay 68 lenguas que se habla allí.
Aunque hay tensiones entre los dos idiomas ya mencionados, no eliminaron
ninguna lengua minoritaria. La mayoría de la gente habla dos o tres lenguas:
inglés y/o suajili, y su lengua materna.

Otra situación interesante es las lenguas de China. Hay un tipo de chino estándar,
conocido como putonghua, o la ‘lengua nacional’, pero también hay dialectos del
chino y lenguas minoritarios. Aunque se refiere a los dialectos chinos, la realidad
es que muchos de los dialectos no son mutuamente inteligibles porque son de
familias diferentes. Según Ethnologue, China tiene casi 300 lenguas.

Su efecto en lenguas
Como se ve con las hegemonías políticas, una hegemonía lingüística puede
resultar en una situación de menos prestigio en el grupo o lengua minoritario.
Muchas veces hay discriminación hacia lenguas minoritarias o sus hablantes,
como ya discutido en el caso de los EE. UU. Y la lengua española. En casos
extremos ocurre un fenómeno que se llama glotofagia. Es la muerte de una
lengua, y lenguas con poco prestigio son mucho más propensas a este fenómeno.
Una lengua es muerte cuando nadie la habla, y entonces es posible que haya
hablantes y no la hablan.

Muchas veces cuando hay dos lenguas, una de poco prestigio y la otra con más
prestigio, padres animan a sus hijos a hablar la lengua de prestigio porque tiene
más importancia en su sociedad. Entonces la generación tiene menos fluidez en la
lengua que habla sus padres, posiblemente solamente la entienden y no hablan.
La próxima generación no habla esta lengua. No es un proceso violente en estas
circunstancias, sino una pérdida tras desgaste, pero también hay circunstancias
en que la hegemonía activamente trata de disuadir el uso de la lengua minoritaria.

Un ejemplo del primero tipo de la pérdida de una lengua ya se describe. En los


EE. UU. Muchos inmigrantes pierden su lengua tras dos generaciones. La
glotofagia más violente ocurre en situaciones violentes y no es muy similar a este
desgaste. Por ejemplo, después de la invasión de las Américas de los europeos,
los europeos aplicaron el uso de una lengua para el gobernante o la religión.
Aunque podía ser una lengua indígena como quechua o una lengua europea como
español, los europeos también reprimieron otras lenguas indígenas, que causó la
desaparición de lenguas no favorecidas.

Hegemonía mundial
A lo largo de la historia moderna, sólo tres Estados han alcanzado la hegemonía
en el sistema-mundial: las Provincias Unidas, Gran Bretaña y España. Dichas
hegemonías, al igual que todos los fenómenos sociales, han tenido períodos de
determinada duración: para este caso, han sido nombrados como ciclos
hegemónicos o ciclos de las hegemonías mundiales. Ahora bien, los ciclos
hegemónicos constan de cinco fases: 1) emergencia o ascenso, 2) despliegue, 3)
apogeo, 4) declive, y 5) extinción.1 Dichas fases han sido ampliamente estudiadas
desde la dimensión económica, pero menos desde la dimensión política.

Ahondar en el examen de las fases políticas por las que atraviesa el hegemón
mundial es de suma importancia, puesto que si se conjetura que la gobernanza
internacional es ejercida principalmente por los Estados con mejor
posicionamiento en la estructura internacional gracias a sus capacidades
nacionales, entonces el hegemón –que por definición es la potencia que sobresale
por su máximo cúmulo de poder nacional- será el actor más determinante en la
gobernanza del sistema.

Cada fase del ciclo hegemónico se corresponde con la promoción de ideas y


valores orientados por determinada ideología. Esto quiere decir que conforme
evolucionan las capacidades nacionales de un Estado hegemónico, éste tiende a
favorecer u obstruir ciertas ideologías, lo que se traduce en un posicionamiento
internacional frente a determinadas políticas, Estados y organizaciones. Dichas
fases por las cuales atraviesa el hegemón según su ideología han sido nombrados
como ciclos políticos hegemónicos y son fundamentales para comprender la
dirección política internacional que el hegemón imprime en la gobernanza
internacional.

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