Escolar Documentos
Profissional Documentos
Cultura Documentos
Célula señalizadora: son secretadas por células o bien en la superficie celular. Produce un
tipo particular de molécula que es detectada por otra célula denominada célula diana.
Mediante una proteína receptora que reconoce la molécula señal y responde
específicamente a ella.
Célula blanco: recibe la señal y tiene la capacidad de responderá una señal extracelular,
para esto posee receptores y enzimas correspondientes.
Ligando: es una molécula que se une a otra molécula. Particularmente es una molécula
pequeña que se une a una más grande para inducir un efecto biológico. Se une a sitios
específicos de un receptor de la membrana plasmática y es capaz de disparar procesos
complejos que conducen una respuesta.
Receptor: es una estructura que permite la interacción de determinadas sustancias con los
mecanismos del metabolismo celular. Se unen específicamente a las moléculas
señalizadoras para desencadenar una serie de reacciones en el interior de las células.
Los segundos mensajeros son moléculas que se producen en el interior de las células, cuya
concentración puede variar en respuesta a señales ambientales transmitida a la célula por un
primer mensajero.
Por ejemplo, cuando se produce adrenalina que funciona como primer mensajero llega a los
receptores beta adrenérgicos de las membranas celulares que activan una señal interna que
causa el aumento de la concentración interna del AMP cíclico (segundo mensajero) que
transduce la señal en el interior de la célula activando cinasas y otros efectores.
A nivel químico:
1° mensajero: proteínas(hormona del crecimiento)
Adrenalina
Neurotransmisores (dopamina, doreprinefrina)
2° Mensajero:
3',5'-AMP cíclico
3',5'-GMP cíclico
1,2-diacilglicerol (DAG) e
Inositol 1,4,5-trifosfato (IP3),
El calcio (Ca2+)
Con base a la naturaleza química, los mensajeros pueden ser proteínas, péptidos,
aminoácidos, nucleótidos, derivados de ácidos grasos, esteroides, vitaminas, retinoides y
pequeñas moléculas inorgánicas como el óxido nítrico.
2. Receptores que están asociados dentro de la célula a las proteínas G (unen e hidrolizan
GTP). Los receptores que interactúan con las Proteínas G tienen una estructura que se
caracteriza porque atraviesa la membrana celular 7 veces, por lo que estos receptores tienen
7 dominios transmembrana. Estos receptores se llaman receptores Serpentina. Ej.
receptores adrenérgicos, receptores del olor, y ciertos receptores de hormonas (Ejemplo:
glucagón, angiotensina, vasopresina y bradicinina).
3. Receptores que están dentro de la célula y que luego de su unión con su respectivo
ligando migran al núcleo en donde el complejo ligando-receptor afecta directamente la
trascripción de genes.
4. Canales iónicos con portones en la membrana plasmática, que abren y cierran (por eso el
término "portones"), en respuesta a la interacción de ligandos químicos o cambios en el
potencial transmembrana. Aquellos son los transductores de señal más simples. El canal
iónico del receptor de acetilcolina es un ejemplo de este mecanismo (Sección 12-6).
5. Receptores de adhesión, que interactúan con componentes macromoleculares de la
matriz extracelular (como el colágeno) y transmiten instrucciones para sistema del
citoesqueleto sobre migración o adhesión a la matriz. Las integrinas ilustran este tipo de
mecanismo de transducción (Sección 12-7).
BLOQUE II
Somatostatina (1-12)
Ser-Ala-Asn-Ser-Asn-Pro-Ala-Met-Ala-Pro-Arg-Glu
Péptido liberador de prolactina
Ser-Arg-Thr-His-Arg-His-Ser-Met-Glu-Ile-Arg]-Thr-Pro-Asp-Ile-Asn-Pro-Ala-Trp-Tyr-
Ala-Ser-Arg-Gly-Ile-
Arg-Pro-Val-Gly-Arg-Phe-NH2
Grelina
Gly-Ser-Ser-Phe-Leu-Ser-Pro-Glu-His-Gln-Arg-Val-Gln-Gln-Arg-Lys-Glu-Ser-Lys-Lys-
Pro-Pro-Ala-Lys-Leu-
Gln-Pro-Arg
HIPOFISIS
La glándula pituitaria (Hipófisis) se encuentra formada por el lóbulo anterior predominante
(adenohipófisis), un lóbulo posterior (neurohipofisis) y un lóbulo intermedio vestigial.
La glándula se encuentra dentro de la silla turca y se superpone por el diafragma de la silla
de la duramadre, a través del cual el tallo se conecta a la eminencia media del hipotálamo.
La hipófisis del adulto pesa alrededor de 600 mg y mide alrededor de 13 mm en el diámetro
transversal más largo, de 6 a 9 mm verticalmente, y aproximadamente 9 mm en sentido
anteroposterior. Pueden existir variaciones estructurales en mujeres multíparas y durante el
ciclo menstrual.
REGULACION HIPOTALAMO-HIPOFISIS
Todas las hormonas del eje hipotálamo-hipófisis son péptidos con la notable excepción de
la dopamina, que es una amina biogénica y el factor principal inhibidor de prolactina (PIF).
Para comprender la regulación de cada eje hipotálamohipófisis- órgano diana, es importante
entender algunos conceptos básicos de los sistemas homeostáticos. Uno de ellos es el
control de retroalimentación que se presenta en la regulación neuroendocrina. Los sistemas
hormonales forman parte de un eje de retroalimentación en el cual el nivel de la hormona
en la sangre o algún sustituto bioquímico de la hormona determinan la tasa de secreción de
la hormona. En los sistemas de retroalimentación negativa, la variable controlada inhibe la
producción de hormonas y en los sistemas de control de retroalimentación positivos, la
variable controlada aumenta la secreción de la hormona.
Ambos sistemas de control de retroalimentación endocrina negativos y positivos pueden ser
parte de un eje cerrado, en el cual la regulación está completamente restringida a las
glándulas reguladoras que interactúan, o un eje abierto, en el que el sistema nervioso
influye en el eje de realimentación. Todos los sistemas de retroalimentación hipofisiaria
tienen entradas en el sistema nervioso que, o bien alteran la puesta a punto del sistema de
control de retroalimentación o introducen elementos al eje abierto que pueden influir o
alterar temporalmente los elementos de control. (fig. 2).
El control hipotalámico está mediada por las hormonas hipofisiotróficas, (recordar que es
una hormona trófica) que se secretan en el sistema portal e inciden directamente sobre los
receptores de la superficie celular de la hipófisis anterior. A nivel de la adenohipófisis
existen muchos receptores de la superficie celular ligados a la proteína G los cuales son
altamente selectivos y específicos para cada una de las hormonas hipotalámicas, y que
provocan señales positivas o negativas que median la transcripción génica de las hormonas
hipofisiarias y su secreción. Las Hormonas periféricas también participan en la mediación
de la función celular de la adenohipófisis, principalmente por la regulación por
retroalimentación negativa de las hormonas tróficas por sus respectivas hormonas diana.
Factores de crecimiento solubles paracrinos y autocrinos intrahipofisiarios y citoquinas
actúan a nivel local regulando el desarrollo y la función celular. El resultado neto de estos
tres niveles de señales intracelulares complejas es la secreción pulsátil controlada de las
hormonas pituitarias: Hormona Adrenocorticotrópica (ACTH), Hormona del crecimiento
(GH), Prolactina (PRL), Hormona estimulante del tiroides o tirotropina (TSH), Hormona
folicoestimulante (FSH), Hormona luteinizante (LH). Dentro de las anteriores existen
hormonas con estructura glucoproteica: LH, FSH,
TSH, que comparten homología estructural, después de haber evolucionado a partir de un
gen ancestral común, teniendo en común sus cadenas α y difiriendo en las cadenas β. El
conocimiento sobre el control temporal y cuantitativo de la secreción de las hormonas de la
hipófisis es crítico para comprender la integración fisiológica de los sistemas hormonales
periféricos, tales como el metabolismo basal, termogénesis, conducta alimentaria, ciclo
menstrual, entre otros.
SEGUNDO NIVEL: está formado por las glándulas endocrinas, denominadas periféricas,
donde podemos encontrar algunas que aparentemente no está bajo el control del primer
nivel. De este nivel salen mensajeros químicos que interactúan con el tercer nivel.
Neurohipofisis
Hormonas Adenohipofisiarias:
Hormona luteinizante (LH) gonadotropas
Hormona foliculoestimulante (FSH) gonadotropas
Hormona tiroestimulante (TSH) tirotropas
Hormona de crecimiento (GH) somatotropas
Prolactina (PRL) lactotropas
Hormona adrenocorticotropa (POMC-ACTH) corticotropas.
TERCER NIVEL: corresponde con los órganos diana, objetivo final de todo el eje. En
algunos ejes, el mismo órgano diana transforma la hormona en otra de mayor potencia. El
resultado de estos tres niveles de señales intracelulares complejas es la secreción pulsátil
controlada de las seis hormonas tróficas pituitarias:
Las hormonas se sintetizan en órganos separados designados sólo para este propósito
específico, como la tiroides (triyodotironina), las suprarrenales (glucocorticoides y
mineralocorticoides), y la hipófisis (TSH, FSH, LH, GH, prolactina, ACTH).
Algunos órganos están diseñados para desempeñar dos funciones distintas pero
estrechamente relacionadas. Por ejemplo, los ovarios producen oocitos maduros y las
hormonas de la reproducción, estradiol y progesterona. Los testículos producen
espermatozoides maduros y testosterona. Las hormonas también se producen en células
especializadas dentro de otros órganos, como el intestino delgado (péptido parecido a
glucagón), la tiroides (calcitonina) y los riñones (angiotensina II). Finalmente, la síntesis de
algunas hormonas requiere las células parenquimatosas de más de un órgano; por ejemplo,
la piel, el hígado y los riñones se necesitan para la producción de 1,25(OH)2D 3 (calcitriol).
Muchas hormonas son polipéptidos o glucoproteínas, las cuales varían de tamaño desde la
pequeña hormona liberadora de tirotropina (TRH), un tripéptido, hasta polipéptidos de
cadena única como la hormona adrenocorticotrópica (ACTH; 39 aminoácidos), hormona
paratiroidea (PTH; 84 aminoácidos) y
GH (191 aminoácidos) (figura 412).
La insulina es un heterodimero de cadena AB de 21 y 30 aminoácidos, respectivamente.
La hormona estimulante del folículo (FSH), la hormona luteinizante (LH), la hormona
estimulante de la tiroides (TSH), y la gonadotropina coriónica (CG) son hormonas
glucoproteínicas de estructura heterodimérica αβ. La cadena α es idéntica en todas estas
hormonas, y las cadenas β distintas imparten la singularidad hormonal. Estas hormonas
tienen una masa molecular dentro del rango de 25 a 30 kDa dependiendo del grado de
glucosilación y de la longitud de la cadena β.
BLOQUE III
cAMP:
CATECOLAMINAS Y β ADRENERGICOS
ACTH
ADH
CALCITONINA
FSH
GLUCAGON
LIPOPROTEÍNA
LH
MSH
PTH
SOMATOSTATINA
TSH
cGMP:
ACETILCOLINA
HORMONA ANTIDIURETICA
CATECOLAMINAS
Liberación de Ca+:
ACETILCOLINA
CATECOLAMINAS
ANGIOTENSINA II
HORMONA ANTIDIURETICA
GASTRINA
HORMONA LIBERADA DE LA GONADOTROPINA
OXITOCINA
FACTOR DE CRECIMIENTO DERIVADO DE LAS PLAQUETAS
SUSTANCIA P
HORMONA LIBERADA POR TIROTROPINA
Así, mientras que una concentración normal de TSH indica que un paciente es eutiroideo,
un valor bajo sólo no es indicativo de persistencia del hipertiroidismo. Existen tres
opciones para tratar la tirotoxicosis: los fármacos antitiroideos, el yodo radiactivo y la
cirugía (tiroi- dectomía parcial). El tratamiento con bloqueantes betaadre- nérgicos
proporciona un alivio sintomático temporal, pero no tiene efecto sobre el proceso
patológico subyacente.
En muy raras ocasiones los pacientes con tirotoxicosis sufren una crisis hipertiroidea o
tormenta tiroidea, urgencia médica que comprende fiebre, deshidratación e insuficiencia
cardíaca. El diagnóstico de crisis hipertiroidea tiene bases médicas, y aunque tendrían que
hacerse algunas pruebas de funcionamiento para confirmarlo, no hay que retrasar el
tratamiento mientras se esperan los resultados. A menos que presenten un bocio de grandes
dimensiones, lo habitual es tratar a los pacientes más jóvenes con enfermedad de Graves
con fármacos antitiroideos. Éstos inhiben la síntesis de las hormonas tiroideas pero no la
secreción de la hormona preformada y, por lo tanto, suele tardar en observarse una
respuesta al tratamiento. Si bien es cierto que uno de los fármacos más utilizados, el
carbimazol, es inmunosu- presor, no es seguro que tenga un efecto importante sobre el
proceso patógeno subyacente en la enfermedad de Graves. Al principio, los fármacos
antitiroideos se dan en dosis altas, pero una vez que el paciente vuelve a estar eutiroideo
muchas veces es posible disminuir la dosis (régimen de mantenimiento). Otro criterio
posible es continuar con dosis altas del fármaco escogido y administrar tiroxina como dosis
de sustitución, por ejemplo 150 (J-g/día (régimen de bloqueo y sustitución). La historia
natural de la enfermedad de Graves comprende remisiones y recaídas. Algunos pacientes
(30-40%) presentan un único episodio de hipertiroidismo. Es habitual administrar
antitiroideos durante un período de entre 18 meses y 2 años. Durante este tiempo se vigila
el estado de la glándula, y en adelante también. Si el paciente recae, se indica otro ciclo
farmacológico u otra modalidad de tratamiento. Es fundamental establecer un seguimiento
prolongado de los pacientes tratados por enfermedad de Graves. Los tratados con fármacos
antitiroideos pueden recaer, en ocasiones después de muchos años, en tanto que otros se
vuelven hipotiroideos. La enfermedad también suele recurrir en pacientes tratados por
cirugía o por yodo radiactivo. Hasta el 35% de los tratados por cirugía y la mayoría de los
que han recibido yodo radiactivo en algún momento se volverán hipotiroideos, aveces hasta
diez años después del tratamiento. El hipotiroidismo que se presenta dentro de los 6 meses
posteriores a la intervención quirúrgica o al yodo radiactivo quizá sea temporal, pero
pueden persistir anomalías en las pruebas de funcionamiento de la tiroides, especialmente
una TSH ligeramente elevada, y unas concentraciones de fT4 y fT3 en el plasma normales,
aunque médicamente el paciente esté eutiroideo. La figura 9.12 ilustra esto. El
autoanticuerpo patógeno que estimula la tiroides en la enfermedad de Graves es una
inmunoglobulina IgG. En una embarazada con enfermedad de Graves la inmunoglobulina
es capaz de atravesar la placenta y causar hipertiroidismo neonatal, aun cuando la madre
sea eutiroidea. La medición de la concentración materna de anticuerpo antineceptor de la
TSH al comienzo del tercer trimestre tiene valor pronóstico. El hipertiroidismo neonatal es
un fenómeno transitorio debido a que las inmunoglobulinas maternas se eliminan poco a
poco de la circulación del neonato, pero a corto plazo es posible que se necesite un
tratamiento. El hipertiroidismo bioquímico transitorio (pero generalmente asintomático)
aparece en hasta el 5% de las mujeres después del embarazo. Las alteraciones suelen
alcanzar su máximo entre 1 y 3 meses después del parto, y muchas veces las sigue un
hipotiroidismo sintomático (que en ocasiones es persistente) a los 4-6 meses.
Hipotiroidismo
Son muchas las causas del hipotiroidismo primario (fig. 9.13), pero también puede aparecer
como consecuencia de una disminución de la estimulación trófica tanto en la insuficiencia
adenohipofisaria como en la enfermedad del hipotálamo. Sin embargo, es raro que los
pacientes con insuficiencia hipofisaria presenten solamente características clínicas de
hipotiroidismo. La causa más común del hipotiroidismo en los países desarrollados es el
mixedema atrófico, que es el resultado final de la destrucción autoinmunitaria de la
glándula. La insuficiencia de yodo es una de las causas principales de hipotiroidismo en los
países en vías de desarrollo, especialmente en zonas montañosas, si bien se ha logrado
disminuir su incidencia por medio de programas de complementación de la ingesta de yodo.
Como resultado del aumento de la secreción de TSH, las personas afectadas suelen sufrir de
bocio. En la deficiencia fronteriza, el aumento de las exigencias a la tiroides quizá baste
para prevenir la aparición de un hipotiroidismo manifiesto. Entre los fármacos que causan
hipotiroidismo es de especial importancia el litio: los pacientes que se tratan con este
fármaco deben hacerse controles periódicos de la función tiroidea. Las manifestaciones
clínicas del hipotiroidismo (v. fig. 9.13) son variables y pueden dar lugar a que se derive al
paciente a prácticamente cualquier especialista del hos- © pital. El diagnóstico médico se
confirma por medio del
hallazgo de una alta concentración plasmática de TSH (a menos que la enfermedad sea
secundaria a una insuficiencia adenohipofisaria) y baja de fT4. Medir la T3 no tiene valor
diagnóstico en el hipotiroidismo (v. pág. 156). El hipotiroidismo se trata con sustitución de
las hormonas tiroideas, generalmente de la T4. Lo habitual es comenzar con una dosis
reducida (p. ej., 50 (ig/día) e ir aumentándola a intervalos de 4-6 semanas de acuerdo con
los resultados de las pruebas de funcionamiento de la tiroides. En los ancianos y en las
personas con una car- diopatía isquémica se debe emplear una dosis inicial más baja aun (p.
ej., 25 fig). Existe el riesgo de que el aumento del metabolismo y de la demanda de oxígeno
que impone la terapia de sustitución hormonal precipite una angina o un infarto de
miocardio. La rapidez de comienzo de la acción de la triyodotironina hace que se la prefiera
para el tratamiento inicial de pacientes en coma mixedémico (v. más adelante). En el
laboratorio es posible vigilar el tratamiento hormonal sustitutivo con determinaciones
plasmáticas de la TSH y, si ésta no es normal, con las concentraciones de la fT4 (o de la
ÍT3 si se trata al paciente con T3). Lo ideal es que la dosificación sea la suficiente para
mantener la TSH dentro del intervalo de referencia. Una concentración demasiado alta
señala a un tratamiento insuficiente; una TSH inhibida indica un tratamiento excesivo y el
riesgo de provocar una fibrilación auricular y posiblemente osteoporosis. En los pacientes
tratados con T4, las concentraciones plasmáticas relacionadas con un estado general
eutiroideo suelen ser algo más altas de lo normal porque laT3 segregada no contribuye a la
actividad de la hormona endógena. Si se cambia la posología, puede que los resultados de
las pruebas de funcionamiento de la tiroides no vuelvan a alcanzar un nuevo estado
estacionario hasta varias semanas después.
los pacientes que no cumplen con el tratamiento pero que toman correctamente sus
comprimidos algunos días antes del análisis, quedarán en evidencia al tener una TSH
elevada pero una fT4 normal e incluso también elevada. Hay ocasiones en que algunos
pacientes con hipotiroidismo se presentan en urgencias con letargo e hipotermia. Este coma
mixedémico conlleva una alta mortalidad. Además de la reposición de hormona tiroidea,
generalmente T3, la posible insuficiencia suprarrenal coexistente se tratará con
hidrocortisona y se tomarán las medidas adecuadas para tratar infecciones, insuficiencias
cardíacas o desequilibrios electrolíticos y para devolver al cuerpo su temperatura normal.
BLOQUE IV
a. Glucosa: las células B son las células sensibles a la glucosa más importantes del
organismo. Como el hígado, las células B contienen transportadores GLUT-2 y tienen
actividad glucocinasa y, por tanto, puede fosforilar la glucosa en cantidades proporcionales
a su concentración real en la sangre. La ingestión de glucosa o de comidas ricas en
carbohidratos induce un aumento de la glucemia, que constituye una señal para aumentar la
secreción de insulina (así como disminuir la síntesis y la liberación de glucagón, fig. 23-5).
La glucosa es el estímulo más importante para la secreción de insulina. [Nota: la glucosa
también incrementa la expresión del gen para la insulina.]
Figura 23-4
Movimientos intracelulares de la insulina y sus precursores. RER, retículo endoplásmico rugoso
BLOQUE V
Síntesis de glucocorticoide
La síntesis de cortisol requiere tres hidroxilasas ubicadas en las zonas fasciculada y
reticular de la corteza suprarrenal que actúan secuencialmente sobre las posiciones C17,
C21 y C11. Las primeras dos reacciones son rápidas, mientras que la hidroxilación de C11
es relativamente lenta. Si la posición C11 se hidroxila primero, la acción de la 17α-
hidroxilasa queda obstaculizada, y se sigue la vía de mineralocorticoide (lo que forma
corticosterona o aldosterona, dependiendo del tipo de célula). La 17αhidroxilasa es una
enzima del retículo endoplásmico liso que actúa sobre la progesterona o, con mayor
frecuencia, sobre la pregnenolona.
La 17αhidroxiprogesterona se hidroxila en C21 para formar 11desoxicortisol, que a
continuación se hidroxila en C11 para formar cortisol, la hormona glucocorticoide natural
más potente en seres humanos. La 21hidroxilasa es una enzima del retículo endoplásmico
liso, mientras que la 11βhidroxilasa es una enzima mitocondrial. De esta manera, la
esteroidogénesis involucra el transborde repetido de sustratos hacia adentro y hacia afuera
de las mitocondrias.
Una vez que estos problemas se han superado y se ha comprobado el exceso de cortisol, el
lugar anatómico del problema puede ser investigado mediante diferentes pruebas, entre las
que están la determinación de ACTH, la prueba de supresión con dexametasona (un
glucocorticoide sintético) y el cateterismo venoso selectivo de la hipófisis o de las
glándulas suprarrenales. La base de esta prueba de supresión es que los tumores que se han
convertido en autónomos no mostrarán una supresión completa normal de la actividad
secretora al administrar una dosis de un glucocorticoide potente. El tratamiento definitivo
suele ser quirúrgico y debe dirigirse a la causa primaria del trastorno. No obstante,
normalmente se usan algunos medios para reducir la síntesis de cortisol para la preparación
de la intervención quirúrgica.