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El proceso de la reproducción Humana

La creación de la vida humana ocurre gracias a que el hombre y la mujer tienen órganos
reproductores capacitados para generar la vida.
La reproducción es un proceso donde se unen un espermatozoide y un óvulo a través
del acto sexual. Esto sucede porque tanto el cuerpo del hombre como el de la mujer están
adaptados para este proceso. Ambos tienen sistemas reproductores únicos, con órganos
especializados en el depósito y conducción de las células sexuales que ellos mismos
producen.
Si la relación sexual se efectúa cerca del momento de la ovulación, es muy probable que
haya concepción. Esto porque los espermatozoides que fueron depositados en
la vagina inician de inmediato su viaje ascendente hasta cruzar el cuello uterino y llegar hasta
el útero.
Los espermios se propulsan gracias al movimiento enérgico de sus colas, pero no todos llegan
hasta el final del viaje, ya que muchos se deterioran y mueren debido a la acidez vaginal.
Acto sexual
También llamado coito, es el acto procreador y la forma
más efectiva que tiene la naturaleza de transferir los
espermatozoides desde el cuerpo masculino al
femenino. Este desencadena una serie de acciones
voluntarias e involuntarias. Entre las primeras, destaca
el deseo consciente de la pareja por unirse físicamente,
mientras que entre los actos inconscientes se
encuentran todos los procesos que preparan a ambos
cuerpos para una efectiva unión. Al hombre se le erecta
el pene, debido a que el tejido esponjoso se llena de
sangre.

Eyaculación
Es la expulsión del semen en la vagina de la mujer. En
este proceso, el hombre deposita entre 120 y 600
millones de espermatozoides en las proximidades del
cuello uterino. Estos nadan hacia arriba por los
movimientos de sus colas y por las prostaglandinas
(ácido prostanoico), que disuelven el tapón mucoso de
la entrada del útero.

Espermios en el útero
Al llegar al útero, los espermatozoides se encuentran con un medio ambiente rico en glucosa
que les ayuda a llegar a las trompas uterinas, donde, si la mujer ha ovulado en las 48 horas
precedentes, encontrarán un óvulo maduro. El primer espermio que alcance el óvulo y penetre
su superfi cie libera una enzima llamada hialuronidasa.
Luego, se abre paso a través del revestimiento químico
del óvulo y ambas células se fusionan.

La fecundación
El viaje reproductivo comienza por la vagina, lugar donde
es depositado el semen. Desde ahí, los espermios del
semen ingresan al útero por el cérvix y luego prosiguen
hasta las trompas de Falopio, lugar exacto de la
fecundación.
La cola de los espermatozoides facilita su
desplazamiento, pero también colaboran diversas
contracciones de las paredes de la vagina y el útero.
Al encuentro reproductivo solo llegan,
aproximadamente, doscientos espermios. Estos
rodean al óvulo y comienzan a liberar una enzima
proteica, llamada hialuronidasa, que modifica la
superficie del gameto femenino, rompiendo las capas
que lo constituyen. Uno solo es capaz de ingresar por
completo; cuando esto ocurre, activando sustancias
que anulan la entrada de los demás gametos
masculinos.
División e implantación
Tras la fecundación, el cigoto desciende lentamente a
lo largo de la trompa de Falopio para llegar a su destino
final: el útero. Como la nueva célula carece de
movimiento propio, es ayudada por los cilios o
pequeñas vellosidades que recubren el interior de la
mucosa tubárica, las que se mueven de un lado a otro
como verdaderos brazos, empujándolo hacia la pared
uterina. Durante este viaje, que dura cerca de ocho o
nueve días, el cigoto sufre numerosos cambios. Si bien
ya contiene todo el material genético necesario para
desarrollarse, se sigue dividiendo y modificando.

Diferenciación y formación
Una vez implantado el blastocisto en la pared uterina
comienza otra importante etapa. Pero al contrario de
las anteriores, este período será determinante en la
formación y localización de las estructuras que
conformarán la anatomía del nuevo individuo. Las
células específicas de cada sistema corporal
comienzan a diferenciarse y toman ubicación. Por
ejemplo, aquellas que constituirán el esqueleto se
dirigen hacia afuera, mientras que las células que
formarán los órganos internos se posicionan en el
interior.
Crecimiento microscópico
Durante los primeros meses de vida, claramente el
embrión no posee un aspecto humano. De ser una
pequeña esfera celular, durante la primera quincena
de gestación, evoluciona hasta adquirir, al final del
primer mes, una forma similar a la de una larva. En ella
es posible percibir un esbozo de cabeza, una pequeña
cola curvada (que desaparecerá con el tiempo) y, en
su porción media, un incipiente corazón, que desde el
día 22 funciona como una bomba propulsora. En la
parte externa del embrión se ubica su porción más
dura, un pequeño atisbo de lo que será su espina
dorsal.

Sexo del óvulo fecundado


El sexo del futuro ser humano se decide en el
momento de la concepción según sea el
cromosoma sexual que lleve el espermatozoide,
que puede ser X o Y, porque el óvulo siempre
contiene un cromosoma X. Si el espermio lleva un
Y, el bebé será hombre, y si el espermio va con
cromosoma X, será una mujer.

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