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Vamos a continuar con el Especial Alimentación Infantil y ahora estamos abordando la cuestión

de como elaborar un menú infantil equilibrado y completo que cubra las necesidades
nutricionales de los niños de uno a dos años.

A los seis meses habremos empezado con la alimentación complementaria, siempre


introduciendo nuevos alimentos de forma paulatina y priorizando la leche que sigue siendo la
base de la nutrición de los bebés.

Al cumplir el año, el bebé ya comerá casi de todo (verduras, cereales, carnes y pescado) y será el
momento de incluir el huevo y algunas verduras o pescados. La recomendación de hacerlo poco
a poco se mantiene, pues serán productos que se retrasan al año por su mayor potencial
alergénico.

Con el huevo, es mejor empezar a partir de los doce meses con la yema, y luego, con precaución,
añadir la clara

La leche materna debería seguir siendo la base de la alimentación del niño y no es necesario, en
principio, si es amamantado, incluir preparados lácteos de continuación. De hecho, debería
seguir con lactancia materna hasta los dos años como mínimo y procurando que la leche no sea
eliminada por otros alimentos, sino complementada.

Para los niños no amamantados tendremos en cuenta que, a partir del año, y con las
precauciones necesarias para detectar intolerancias o alergias, ya pueden tomar leche de vaca y
otros productos lácteos, siempre que no se trate de quesos grasos, muy curados o muy salados.
A partir del año la comida del niño puede llevar algo de sal, pero con mucha moderación y
azúcar, pero siempre tratando de evitarla. Lo que no debemos darles es frutos secos hasta más
adelante.

A esta edad ya pueden, si cocinamos para todos, comer lo mismo que la familia, y sería
conveniente, si no lo hemos hecho ya, darles los alimentos blanditos pero enteros, nada de
papillas.

Verduras

Algunas verduras, por su alto contenido en nitratos, no deberíamos haberlas introducido antes
del año. Ahora, poco a poco y siempre complementadas con las demás, podemos darles
remolacha (mejor natural), acelga, espinaca, nabo, col y espárragos.

La riqueza en fibra, vitaminas, agua e hidratos de otras verduras como la patata, zanahoria,
cebolla, puerro, boniato, calabaza y calabacín deben ser importantes en la dieta del niño y estar
incluídas en la dieta diaria.

Frutas

A partir de los seis meses el niño ya puede tomar frutas, pero es a partir de los doce cuando
iremos ampliando la gama de frutas que le vamos a ofrecer: melocotón, albaricoque y, en mi
opinión, naranja y mandarina. Las fresas y otras bayas es mejor retrasarlas un poco, a los 18
meses o mejor, a los dos años, pues son de los alimentos más alergénicos.

Carnes

Si hemos decidido darle carne a nuestro hijo antes del año deberían ser carnes de bajo
contenido en grasa y, por supuesto, sin añadirles sal. Ahora podemos incluir cordero, vaca y
cerdo, incluso el jamón york (de buena calidad, que no lleve añadidos) y el serrano (siempre
mejor el ibérico por la calidad de su grasa aunque vayamos a retirar el tocino).

Cereales y legumbres

Los niños de doce meses ya pueden comer toda clase de cereales, siempre, mejor, en
preparaciones naturales y sin añadidos de azúcar ni sal. Las papillas industriales, si se las hemos
dado antes, ahora son ya completamente innecesarias. Los niños pueden comer pan, arroz,
galletas, fideos, gurullos, pasta y sémolas de trigo o maíz.

Las legumbres son un alimento importantísimo tanto por su calidad proteíca, su escasez de
grasas saturadas, la fibra y la energía, minerales y vitaminas. Es el momento de ponerlas en el
menú al menos tres veces por semana en diferentes preparaciones.

¿Cuánto debe comer el niño?

requerimientos calóricos

Si revisamos la tabla nos damos cuenta de que las necesidades calóricas del niño son muy
variables, así que, en general, el mejor consejo es no forzar las cantidades y confiar en el apetito
natural.

Sin embargo, si hablamos de composición del menú, debemos tener en cuenta que una buena
nutrición será la que favorezca hábitos sanos, priorice los alimentos naturales no industriales, se
base en las frutas, verduras, cereales y legumbres e introduzca la proteínas animales en
cantidades adecuadas y no necesariamente en todas las comidas.

Las proteínas, fundamentales pero sin excesos

Hay que tener en cuenta, entonces, la idea de que nosotros mismos y nuestros hijos comemos
demasiadas proteínas y eso causa problemas en nuestros huesos y nuestros riñones.

La OMS y el Comité de Nutrición de la Academia Americada de Medicina (Food and Nutrition


Board) recomiendan un consumo de 1,6 g/Kg/día de proteínas o 20 g/día en los bebés de entre
6 y 12 meses de edad y se estima que pueden estar tomando alrededor de unos 30 g/día.

Los niños de entre 2 y 5 años, que necesitan aún menos proteínas que los bebés porque ya no
tienen que crecer tanto (precisan entre 14,5 y 16 gramos de proteínas al día) están tomando
nada menos que 65 gramos diarios.
Es decir, los niños deberían comer solo una ración de proteínas animales al día, no en la comida
y la cena, y tampoco tomar de postre lácteos si ya han comido carne o pescado. Además,
podemos jugar con el contenido proteíco de las legumbres y cereales, con lo que bastaría
ofrecer a los niños proteínas animales como mucho en una comida diaria o menos si usamos
legumbres dos o tres veces a la semana. Tengamos en cuenta que unos 100 gramos de carne
tiene, como promedio, 20 gramos de proteína y unos 15 los 100 gramos de pescado o huevo. Los
cereales tienen un contenido de unos 8 gramos de proteína cada 100 gramos y las legumbres y
quesos llegan a un promedio semejante al de la carne.

Un menú adecuado para un niño de entre uno y dos años debería ser, respetando los tiempos de
introducción de los nuevos alimentos, parecido al menú adulto. Muchas verduras, frutas y
cereales, leche como base y proteínas animales con control.

En Bebés y más | Los bebés y los niños toman demasiadas proteínas, Alimentación
complementaria: ¿Cuánto tiene que comer mi hijo? (I), Alimentación complementaria: ¿Cuánto
tiene que comer mi hijo? (II)

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ALIMENTACION COMPLEMENTARIA DEL LACTANTE 6 A 24 MESES

El concepto de alimentación complementaria es relativamente reciente. Se dice de aquella que


complementa a la lactancia materna, pero sin anularla. Revaloriza a la lactancia materna como
un alimento óptimo para los primeros tiempos de la vida y establece la necesidad de estudiar
científicamente la alimentación con objeto de cubrir las necesidades del niño a partir de los seis
meses de edad.

El momento oportuno para introducir la alimentación complementaria es a los seis meses de


edad, cuando se deben cubrir los requerimientos nutricionales y se ha alcanzado un adecuado
desarrollo de las funciones digestivas, renal y la maduración neurológica. En relación con la
nutrición, porque los niños pueden mantener un aumento de peso normal, y tener al mismo
tiempo un déficit en vitaminas y minerales, sin manifestación clínica. Por ello se hace necesario
la introducción de otros alimentos que aporten aquellos nutrientes que la lactancia suministra
en poca cantidad.. Como componente madurativo, porque desde los cuatro meses de edad el
niño adquiere capacidades necesarias para asimilar una dieta más variada.
A partir de los 6 meses de edad de la niña o niño además de continuar con lactancia materna
necesita iniciar alimentación complementaria.

Cuando el niño(a) empieza a comer otros alimentos diferentes a la leche materna, es necesario
tener mucha paciencia, no forzarlo, gritarlo, ni asustarlo. El momento de comer debe ser
tranquilo y lleno de cariño.

Una comunicación permanente a través del canto, palabras tiernas y las caricias en la piel son las
mejores formas de estimular esta relación afectiva entre los niños(as) y sus padres cuidadores.

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