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La teoría económica tradicional toma como dadas las instituciones y supone que éstas se
adaptan a las condiciones que fijan los mercados, asumiendo que estos siempre obtendrán de
su dinámica resultados eficientes dado que todos los agentes poseen información completa,
y considera exógenos los procesos políticos. No obstante, este enfoque es limitado, dado que
considera que el mercado es el único que permite mejorar la asignación de los recursos, por
lo que no considera que dicha asignación es el resultado de las decisiones y estructuras delas
instituciones que pueden organizar la dinámica de la sociedad y los mercados.
En el mismo sentido, North (1993) plantea que "las instituciones son las reglas de juego en
una sociedad o, expresado más formalmente, las instituciones serian las limitaciones ideadas
por las personas que dan forma a la interacción humana". Estas reducen la incertidumbre y
proporcionan una estructura a la vida diaria. Las instituciones, son pues los determinantes
fundamentales del desempeño económico en el largo plazo. North distingue entre
instituciones formales e informales y analiza el modo en que éstas se aplican y evolucionan.
Las instituciones formales comprenden las leyes, los reglamentos y los gubernamentales,
mientras que las informales incluyen las ideas, las creencias, las actitudes y los valores de las
personas, o sea la cultura dc una sociedad determinada. Utiliza un marco analítico que "es
una modificación de la teoría neoclásica, conservando el supuesto básico de escasez, y por
consiguiente de la competencia, al igual que las herramientas analíticas de la teoría
microeconómica. Pero a su vez añade la dimensión del tiempo".
Por otra parte, el Departamento Nacional de Planeación (2012), define los criterios para la
asociatividad territorial los cuales se basan en los desarrollos conceptuales contenidos en las
disposiciones legales y las políticas nacionales, en las buenas prácticas internacionales y su
objeto consiste, fundamentalmente, en aportar elementos de juicio para que las entidades
territoriales puedan tener en cuenta a la hora de asociarse y de escoger el esquema asociativo
más apropiado de acuerdo con sus intereses y necesidades. Para este efecto, la asociatividad
territorial toma en consideración criterios como: conservación de biodiversidad para el
bienestar humano, equidad territorial, responsabilidad territorial, política de interés común
inter-jurisdiccional y perspectiva global para el desarrollo y planeación estratégica para la
sostenibilidad y logro de sus objetivos.
Al 30 de julio de 2013, según el Balance de los procesos asociativos documentados, se
consolidó un listado de 49 procesos de asociatividad municipal y 5 procesos de asociatividad
departamental. De los 49 procesos de asociatividad municipal, se identificó que 42 se
encuentran conformados bajo la figura de las asociaciones de municipios de acuerdo con la
Ley 136 de 1994, mientras que los otros 7 se encuentran en proceso de formalización. La
mayoría son asociaciones tienen entre 3 y 7 miembros, existen 3 asociaciones que cuentan
con más de 40 afiliados, que a su vez respaldan procesos de integración regional de amplia
trayectoria, como lo son el Litoral Pacífico, el eje cafetero y el macizo colombiano (Comité
Técnico Intersectorial de Asociatividad Territorial, 2013)
No obstante, aunque en Colombia las entidades territoriales cuentan con funciones propias y
autoridades para tomar las decisiones de su territorio, en la mayoría de los casos los recursos
son insuficientes. Por ello, aunque la Constitución reconoce la autonomía territorial, no la
garantiza, en especial porque no garantiza que los recursos coincidan con el nivel de
responsabilidades asignadas, conduciendo a la existencia de autonomía a niveles demasiado
bajos e insignificantes. A las limitaciones introducidas por la rigidez del marco normativo
territorial se suma el énfasis puesto en la gestión organizacional introducido por la Nueva
Gestión Pública, y el que la escasez de los recursos ha convertido al municipio, en la mayoría
de los casos, en una entidad meramente ejecutora de políticas y programas nacionales.
(Duque Cante, 2017)
Asociatividad Territorial entre Bogotá y Cundinamarca
El Distrito Capital, el Departamento de Cundinamarca y sus municipios, cuentan con un
importante cúmulo de experiencias, estudios y documentos sobre sus interrelaciones
regionales, los cuales han servido como base para la formulación de políticas públicas,
lineamientos y orientaciones, que complementan las iniciativas que se han llevado a cabo en
la última década. Muchas de estas acciones han tratado de buscar alternativas a la inexistencia
de un marco de políticas regionales claro en el país con el fin de fortalecer alianzas entre las
entidades territoriales de la región, a través de instrumentos y mecanismos que estimulen el
trabajo conjunto, lo cual se relaciona con el vacío que intenta llenar el presente documento
de lineamientos de política (Secretaría de Planeación, 2011)
En este sentido, para determinar las variables que inciden en la formulación de políticas para
el establecimiento de lineamientos de asociatividad, es importante reconocer las
características propias de Bogotá y Cundinamarca, para determinar la importancia que cada
una de estas entidades territoriales tiene.
Por una parte, según la Secretaria Distrital de Planeación (2010) la región Capital comprende
a Bogotá y Cundinamarca con sus 116 municipios. En el 2010 la población regional
corresponde a una quinta parte del agregado nacional (21.6%)1 en una extensión 25.846
km2. Su área de influencia inmediata involucran seis municipios (La Calera, Chía, Cota,
Funza, Mosquera, Soacha) denominados de "borde urbano", con los que el distrito tiene una
dinámica de movimientos de población diaria por servicios. Estos municipios concentran el
31.6% de la población del departamento, tienen una extensión territorial de 799.8 Km (3.6%
del total departamental) y aportan el 27.6 % del PIB departamental. Sobre esta área, el
Distrito debe establecer proyectos conjuntos y concertados sobre las actividades que se
generan en sus áreas limítrofes.
Referencias Bibliográficas