Você está na página 1de 13

2.

Literaturas latinoamericanas: historia y crítica

Robin Lefere: La novela histórica: (re) anterior en el que se centra casi exclusi-
definición, caracterización, tipología. vamente en Lukacs y Anderson Imbert. En
Madrid: Visor Libros 2013. 301 páginas. efecto, Lefere encuentra en una cita de la
obra de este último el germen de la concep-
En realidad, el presente libro necesi- ción de la llamada nueva novela histórica:
taría –y merecería– un extenso artículo y “Llamamos ‘novelas históricas’ a las que
no una breve reseña, lo que se debe, antes cuentan una acción ocurrida en una época
de todo, al ambicioso proyecto de su autor. anterior a la de la novelista. Esa acción,
Su objetivo es nada menos que el de (re) por imaginaria que sea, tiene que entrela-
definir la novela histórica para llegar “más zarse por lo menos con un hecho histórico
allá de fronteras ilusorias y de taxonomías significativo. Los materiales tomados de la
falaces” (p. 10). En otras palabras, Lefere historia pueden ser modificados o no; pero
desea superar las definiciones existentes de aun en los casos que permanecen verdade-
la novela histórica consideradas como insu- ros, al fundirse en una estructura novelesca
ficientes o equivocadas. Esto vale, sobro cambian de valor se ponen a cumplir una
todo, para el concepto de la llanada nueva función estética, no intelectual. Es decir,
novela histórica, que considera como mera que los objetos históricos se transmutan en
“subcategoría” que “no requiere una defi- objetos artísticos” (p. 21).
nición específica” (p. 50); por otra parte, Lefere señala que Seymour Menton,
señala que estas novelas “son muy hetero- en su libro fundacional sobre la nueva
géneas –y a veces radicalmente distintas–” novela histórica, cita solo la primera frase,
(p. 260). En efecto, Lefere parece estar pero es en la tercera donde se encuentran
harto de la “tan cacareada nueva novela las palabras decisivas: “Los materiales
histórica” (p. 251). Sea como fuere, en vez tomados de la historia pueden ser modifi-
de escribir un libro más sobre este género cados o no”, es decir, que Anderson Imbert
novelesco, desea “determinar criterios de indica la posibilidad de que el autor se des-
caracterización intrínseca y tipológica de víe de la llamada verdad histórica. Es en
la NH y, a partir de estos, distinguir ‘fór- este punto donde reside el origen del con-
mulas’ y ‘tipos’, para elaborar in fine una cepto de la nueva novela histórica, intuido
tipología mínima, que funcione como ya por él. Es cierto que Seymour Menton
mapa de orientación” (p. 10). Debajo de y otros han desarrollado y profundizado en
esta intención, el autor confiesa “el deseo el concepto, pero Lefere lo desviste de su
secreto” de “ofrecer, sobre la novela histó- novedad.
rica (y en menor medida la literatura histó- El autor inicia su propio intento de lle-
rica) una perspectiva totalizadora, a la vez gar a una definición satisfactoria con diez
Iberoamericana, XV, 57 (2015)

significativa y original (aunque se nutra de propuestas, esperando presentar al lector,


una vasta bibliografía)” (p. 10). de este modo, “un concepto más preciso
El punto de partida es la tesis de que [...] de la literatura histórica en general,
“no existe ningún consenso acerca de y de la novela histórica en particular” (p.
una definición de la NH (‘tradicional’ 62). Así, apunta que “cabe postular una
o ‘nueva’)” (p. 19), tesis que repite en categoría de Literatura histórica” frente
forma de constatación (p. 27) después de a la “diversidad de los géneros históri-
un breve recorrido por la investigación cos”, categoría que debería subsumir “las

iberoamericana 57.indb 219 09/03/2015 12:23:34


220 Literaturas latinoamericanas: historia y crítica

diversas modalidades literarias de discurso impresión. Mientras que los dos primeros
histórico” (p. 29). En otro contexto, pro- tratan problemas teóricos, los otros seis
pone una definición somera: “Entendemos son interpretaciones. Podemos ver estos
por ‘novela histórica propiamente dicho’ artículos como estudios preliminares a la
una novela que tematiza principalmente la teorización, no de ilustraciones o aplica-
Historia” (p. 166, n. 10). Postula la exis- ciones de esta.
tencia de cuatro tipos distintos de novela La obra de Lefere destaca entre los
histórica “desde el punto de vista de la tantos estudios sobre la novela histórica
orientación temporal” (pp. 45-49); final- por su intento de llegar a una categoriza-
mente, distingue siete subgéneros (non- ción más clara y justificada de este género
fiction novels, testimonio, cuento, teatro, novelesco, pero adolece de un exagerado
poema, ensayo, guión, pp. 52-62). afán de comprimir la infinita diversidad de
Después de estos preliminares, el las novelas en una camisa de fuerza de un
autor pasa a la parte central de su obra, número determinado de tipos. El lector se
es decir, a la “caracterización y tipología pierde en las propuestas, criterios, caracte-
de las novelas históricas”. Empieza con rizaciones, fórmulas y tipos. Comprendo el
una lista de 20 criterios para la tipología hastío del autor frente a una nueva novela
(pp. 65-95), seguida por “caracteriza- histórica convertida en mera moda, pero
ciones” que explica como “lista de che- me parece que se deshace demasiado fácil-
queo” con 17 puntos principales (p. 96), mente de ella. Cito una frase del artículo
cuya parte central es una serie de siete sobre Vigilia del Almirante de Roa Bastos
comparaciones de cada vez dos novelas (pero sin las extensas notas) para hacer ver
históricas (pp. 110-129). Al final, reúne mi punto: “Las dudas del lector acerca de
“catorce fórmulas distintas” y pregunta si la historicidad de lo narrado lo ponen en
estas corresponden con 14 tipos (p. 129). una situación incómoda, incitándolo a una
Si comprendo bien, el autor considera confrontación con los materiales originales
“fórmula” la expresión individual de una (los escritos de Colón y los comentaristas
novela, lo que significa que, en realidad, canónicos) y con los estudios académicos,
habría tantas fórmulas como novelas, de para después volver leer la novela con más
modo que reducir las fórmulas a 14 ya criterio” (p. 179).
constituye una simplificación. El “tipo”, Es decir, que, intrigado por la ficcio-
por el contrario, sería algo objetivo, es nalidad de la narración, el lector se ve
decir, el resultado de la aplicación de obligado a enfrentar la novela con los
los criterios enumerados anteriormente. documentos mismos y los comentarios,
Lefere distingue tres modos esenciales para volver después a una segunda lectura.
(referencial, poético, ideológico), cuyas Un programa para profesores y me pre-
subdivisiones dan como resultado el gunto cuántos se someterán a esta exigen-
número de 14 (o 13 o más). Lamenta- cia (salvo que estén escribiendo un artículo
Iberoamericana, XV, 57 (2015)

blemente, esta última parte, decisiva, es sobre ella). Por lo demás, Vigilia del Almi-
extremadamente corta y abstracta (pp. rante es, por diferentes razones, un exce-
129-137), sin que el autor intente ilustrar lente ejemplo de lo que se llama ‘nueva
los tipos teóricos con obras concretas. novela histórica’. La frase citada encierra
Lefere desarrolla su teoría de la novela paradigmáticamente uno de sus proble-
histórica en la primera parte de su obra; en mas esenciales (hay otros). ¿Sería esta
la segunda, reúne ocho artículos publica- novela destinada a los happy few? Tal vez
dos anteriormente y actualizados para esta hubiera sido preferible que el autor hubiera

iberoamericana 57.indb 220 09/03/2015 12:23:34


Literaturas latinoamericanas: historia y crítica 221

prestado más atención a la tan cacareada magra actividad vanguardista en la lite-


nueva novela histórica. ratura de un país con cierta estabilidad y
bienestar impulsados por la renovación
Karl Kohut del batllismo, a fin de preguntarse por el
(Katholische Universität Eichstätt- papel del escritor en dicho campo litera-
Ingolstadt) rio. Señala las contradicciones existentes
entre su inexistente educación académica
y su papel ambiguo en el campo lite-
Gustavo Lespada: Carencia y literatura: rario: la falta de éxito inicial va a la par
el procedimiento narrativo de Felisberto de la aceptación casi generalizada de los
Hernández. Buenos Aires: Corregidor intelectuales más destacados del medio y
2014 (Colección Nueva Crítica Hispano- su posterior ingreso en el canon de la lite-
americana). 384 páginas. ratura uruguaya. Lespada sigue la senda
de la crítica de Hernández sugerida por
Gustavo Lespada analiza en el pre- algunos representantes de la Generación
sente libro el procedimiento narrativo de Crítica e instaurada definitivamente por
la mayor parte de la obra del escritor uru- José Pedro Díaz, que busca ahondar en los
guayo Felisberto Hernández (1902-1964) procedimientos narrativos y autoconscien-
desde una perspectiva original y teórica- tes de los textos hernandianos y alejarse
mente fundada. La característica central de lecturas que destacan la ingenuidad o
de la narrativa de Hernández radica para el aspecto lúdico de su escritura. Si esta
Lespada en la carencia, un concepto que posición resulta natural para un análisis
se muestra de diversas formas tanto en sus actual de Felisberto, más polémico es su
cuentos como en sus novelas. Carencia no rechazo a adscribir a Hernández dentro de
se refiere sin embargo a las dificultades la literatura fantástica. El rompimiento con
económicas o vitales del autor, excén- el realismo en sus relatos no se fundamenta
trico en vida y en el lugar que ocupa en el así en el ingreso de algo sobrenatural e
canon literario hispanoamericano, sino a la inquietante que abra una brecha en dicho
expresión de una ausencia presente en lo plano, sino que lo extraño cumple funcio-
no dicho de su escritura. El autor reclama nes diversas, entre ellas expandir la expre-
una lectura de Felisberto que reconozca sividad de lo real y romper con lo aceptado
que su obra “es lo que dice y también lo socialmente.
otro” (p. 264). La tesis del autor se sustenta por lo
El libro está dividido en tres capítulos. tanto en un análisis interno extenso y pro-
El primero sitúa la obra de Felisberto en su fundo de la obra de Hernández guiado por
contexto de producción y propone sus cla- la idea de que su obra “dice lo que dice por
ves de lectura, el segundo y más extenso cómo lo dice” (p. 20). Y como ya señalá-
corresponde a un detallado análisis textual ramos, lo que dice refiere siempre a lo que
Iberoamericana, XV, 57 (2015)

de buena parte de la obra del escritor, y el no se dice y a la carencia de la enuncia-


último recoge y sistematiza algunos aspec- ción. La interpretación textual está reali-
tos subrayados en el análisis y la interpre- zada siguiendo cierta cronología desde los
tación textual. primeros textos editados en ediciones que
En el primer capítulo el autor sitúa a en sí mismas subrayan la carencia (valga
Felisberto en el panorama literario nacio- como ejemplo el nombre de su segunda
nal del Uruguay posterior al Modernismo. edición: Libro sin tapas, de 1929), pasando
Recoge la opinión de la crítica sobre la por la época de los textos centrados en la

iberoamericana 57.indb 221 09/03/2015 12:23:34


222 Literaturas latinoamericanas: historia y crítica

memoria y culminando con los cuentos social, etc.– de Hernández, su rechazo sin
breves de la última época. más de la hermenéutica se debe más bien a
De la primera época destaca Lespada una concepción, en la línea de Susan Son-
la fragmentariedad de los relatos y el papel tag, a quien cita, algo reduccionista de la
programático de los mismos en cuanto a hermenéutica. Si la hermenéutica se define
la estética hernandiana. Por un lado pro- como la afirmación de un sentido exclu-
ponen una estética no tanto de lo intrans- yente, como la resolución del misterio (p.
cendente, como ha señalado la crítica, 133), no es difícil rechazarla. La cuestión
sino de lo que no puede expresarse, de lo yace en si la hermenéutica es solo eso.
otro que subyace a la presentación desde De la segunda etapa de la literatura
lo intrascendente: “un arduo trabajo des- hernandiana y sus textos de la memoria,
tinado a desenmascarar las convenciones, Lespada recoge el guante de determinar
impugnar las jerarquías y poner en eviden- el carácter de estos textos retrospectivos,
cia la realidad latente debajo de sus cás- a menudo leídos como autobiográficos.
caras” (p. 62). Lespada recoge el impulso De Por los tiempos de Clemente Colling
de la crítica que reconoce en esta parte del (1942), donde predomina un yo narra-
libro la cercanía conceptual del principal dor-personaje, señala Lespada que “el énfa-
filósofo uruguayo del siglo xx, Carlos Vaz sis está puesto en los propios mecanismos
Ferreira, y de la escritura hernandiana. discursivos, en la producción de imágenes
Sobre todo el papel de lo inacabado, de lo estéticas, es decir, que se trata de un texto
que, como diría el filósofo, sirve como fer- en el que predomina la función estética o
mentario, pero permanece fragmento y no literaria” (p. 127). Esta especificidad se
se resuelve en la totalidad de un sistema. contrapone a la función referencial propia
En este periodo aparece una constante en de la autobiografía. Aunque Lespada deja
la prosa hernandiana que Lespada subraya clara su posición respecto a formas híbridas
con claridad en su análisis, a saber, el papel de la autobiografía y lleva razón en que la
de actantes que toman los objetos y, de función de los relatos de esta etapa de Felis-
manera algo más tenue, el aspecto meta- berto no es primariamente autobiográfica,
diegético de los mismos. Con un análisis cabría preguntarse si los discursos posibles
del papel de las figuras retóricas en dichos respecto a la autobiografía y a la biografía
textos (p. ej. prosopopeya, p. 72; zeugma, no pueden formar parte también de esta fun-
p. 88; iteración, p. 93; sinécdoque, p. 101) ción literaria que resalta, no ya como mera
y del procedimiento de mise en abyme, el referencialidad, sino como construcción
autor resalta la intención de los textos de de un discurso en torno al texto. El crítico
ir más allá de la norma –lingüística, narra- mismo defiende su lectura de Hernández en
tiva– mostrando su validez y su fragilidad, la línea de Roland Barthes como una perí-
señalando la carencia y creando un meca- frasis del texto que no excluiría una posi-
nismo de compensación. Rechaza en este bilidad tal. Lespada trabaja cuidadosamente
Iberoamericana, XV, 57 (2015)

tenor, lo que será una constante en todo el aspecto metadiegético del texto men-
el análisis, cualquier interpretación her- cionado, que profundiza en el análisis del
menéutica que proyecte un simbolismo o relato El caballo perdido (1943). En este
pretenda fijar el sentido. Si bien Lespada sentido señala que el texto mismo plantea
censura con pertinencia las lecturas que un rechazo de la mímesis realista, aspecto
dejan de lado la interrelación significativa característico de toda la obra hernandiana.
de los diferentes niveles textuales y pro- Más bien se plantea según Lespada un res-
ponen una lectura simbólica –psicológica, quebrajamiento del significante respecto a

iberoamericana 57.indb 222 09/03/2015 12:23:34


Literaturas latinoamericanas: historia y crítica 223

su significado normativo y el deslizamiento o del texto como objeto de sí mismo que


hacia nuevas significaciones, hecho que se actúa como una devastación de todo rea-
demuestra sobre todo en el particular uso lismo. Lespada ataja con pertinencia el
de Hernández de la prosopopeya. Objetos intento de cerrar los textos de esta etapa
e individuos se funden, el papel de actante con lecturas simbólicas o psicoanalíticas.
se desliza. Este aspecto de precariedad de la Más bien se trata de un juego de espejos.
perspectiva recae sobre el yo-narrador y las A pesar de que en algunos relatos, como
condiciones mismas de su relato, que en El es el caso de “El acomodador”, se resalta
caballo perdido se retoma explícitamente el fracaso de toda resolución definitiva
en cuanto dificultad de acceder a los hechos de los planos textuales y de la unidad
de la memoria en una línea que puede tra- del narrador, Lespada sugiere en algunos
zarse hasta las Confesiones agustinianas y pasajes que “la única capaz de revelarnos
que evidencia que “lo anecdótico recordado la desnuda integridad de las cosas” es la
no es lo importante”, sino “cómo” se pro- percepción estética (p. 328). Este punto de
cesan dichos recuerdos (p. 183). Si Her- vista, más deudor de las ascendencias teó-
nández no responde a las vanguardias de la rico discursivas del autor que fruto de su
primera mitad del siglo, crea independiente- análisis textual, tiende a postular una uni-
mente de ellas una literatura que descentra dad resolutiva que parece imponerse desde
la perspectiva y en la que el foco narrativo fuera sobre la obra de Hernández.
se vuelve autorreferencial, es decir, se pro- En el capítulo final, Lespada resalta a
clama el carácter de “invención” del relato modo de condensación los cuatro aspec-
y se rompe con la unidad del sujeto, lo que tos más salientes de su análisis, a saber,
desemboca en el fracaso del mismo relato el mecanismo de animación del objeto y
sobre la memoria. “Lo paradójico es que cosificación del sujeto (p. 331), las figuras
este ‘fracaso’ resulta narrado por el propio retóricas en movimiento (p. 336), el oni-
texto, que recurre a un metalenguaje para rismo como lógica y no como simbología
dar cuenta de lo irreversible de la existencia (p. 340) y el registro metadiegético (p.
y de todo lo inefable que atraviesa al len- 342) de las narraciones de Hernández. Los
guaje. Siempre habrá lo no dicho, el resto, aspectos recogidos en este último capítulo
la falta” (p. 201). dan cuenta de la originalidad y profun-
Los textos posteriores de Hernández didad del trabajo consciente de la prosa
recogidos en Nadie encendía las lám- hernandiana, en la que se encuentra una
paras (1947), que llevan a los límites la estética que rompe con una serie de valo-
estructura narrativa, están, según Lespada, res arraigados en la narrativa anterior a él
caracterizados por un extrañamiento, al ser de una manera harto original y coincidente
“casi relatos sobre nada” (p. 202), donde en parte con las propuestas vanguardistas,
se expresa la carencia, hasta tal punto que aunque excéntrica a ellas. La carencia que
los mismos no se corresponden con una resalta Lespada se transforma así en expe-
Iberoamericana, XV, 57 (2015)

estructura de principio-medio-fin. No solo riencia estética que pone en cuestión desde


quedan fragmentos narrativos, sino que la la propia duda sobre la narración los valo-
focalización misma actúa sobre el recorte, res sociales establecidos y las formas usua-
desvirtúa al yo narrador (p. 203) y se aden- les de representar y significar.
tra en el terreno de lo onírico. Vuelve aquí Por la variedad de temas centrales de
Lespada a ahondar en el papel discursivo la narrativa de Felisberto tratados con pro-
de las figuras retóricas (asíndeton, p. 206; fundidad en el libro de Lespada, por su pre-
prosopopeya, p. 216; catacresis, p. 217) ciso repaso del uso de las figuras retóricas

iberoamericana 57.indb 223 09/03/2015 12:23:34


224 Literaturas latinoamericanas: historia y crítica

en dicha obra y por el diálogo y propuesta de manera que ofrece una nítida y extensa
de lectura original de la misma, Literatura imagen de los comienzos periodísticos del
y carencia se convertirá sin lugar a dudas autor en España, a la vez que arroja luz
en un libro fundamental de la investiga- sobre su proceso formativo como narrador.
ción sobre Felisberto Hernández. Máxima conocedora de la obra de
Novás, Romero condensa cuantiosa y
Agustín Corti jugosa información en el prólogo que pre-
(Universität Salzburg) cede a la compilación. Da cuenta de su tra-
yectoria vital y profesional mencionando
los hitos fundamentales que lo convirtie-
Lino Novás Calvo: España estremecida ron en uno de los cuentistas principales, si
(Crónicas en la revista Orbe). Edición no en el más importante, de los narradores
de Ciro Romero. Sevilla: Renacimiento cubanos de los años cuarenta del siglo xx.
2013. 444 páginas. Recorre las claves de su incorporación al
periodismo y los detalles más sobresalien-
La espléndida y amplia labor de recu- tes de su carrera dentro de este ámbito: los
peración de textos inéditos de Lino Novás periódicos con los que colaboró en Cuba y
Calvo a manos de Cira Romero se continúa fuera de Cuba, antes y después de su exilio
con este volumen dedicado al periodismo en 1960 (tras la llegada de la Revolución
realizado por el cubano-español como castrista) o los premios obtenidos gracias
corresponsal del semanario habanero a la excelencia de su trabajo. Nos informa
Orbe en España. Romero recopila, intro- de cómo la amistad con Fernández de Cas-
duce y anota las colaboraciones que Novás tro y la inestabilidad económica sufrida
envió a José Antonio Fernández de Castro en La Habana fueron los detonantes prin-
–redactor jefe de la revista– desde Madrid cipales del nombramiento del incipiente
(principalmente) a La Habana durante los narrador como corresponsal en Madrid.
dos años de existencia de la publicación, Romero, que ha editado un significativo
entre 1931 y 1933. A través de este libro, número de las cartas que el autor intercam-
la investigadora cubana da a conocer parte bió con notorios intelectuales cubanos de
de la importante y extensa obra periodís- su tiempo (José María Chacón y Calvo,
tica de Novás, cuyos artículos, reporta- Manuel Navarro Luna o José Antonio Por-
jes y crónicas resultan fundamentales en tuondo) en Laberinto de fuego. Epistola-
el acercamiento crítico a su trayectoria rio de Lino Novás Calvo (2008), pone en
como escritor y en el deseo de compren- enriquecedora relación la correspondencia
der los entresijos de su devenir vital. Como que Novás sostuvo con Fernández de Cas-
único precedente del volumen editado por tro durante los años que duró su colabo-
Romero, puede citarse Lino Novás Calvo: ración con Orbe. Como explica Romero,
periodista encontrado (2004), con prólogo las sinceras palabras dirigidas a su jefe de
Iberoamericana, XV, 57 (2015)

de Norge Céspedes, que selecciona cuatro redacción y amigo ofrecen nítida infor-
textos periodísticos de Novás pertenecien- mación en torno a la perspectiva que el
tes a distintas publicaciones: Orbe, Medio- autor tenía sobre sus artículos: la selección
día y Bohemia. Romero, por su parte, en de los asuntos y personajes, la dificultad
España estremecida reúne la totalidad de para conseguir fotografías, la calidad del
las colaboraciones de Novás para Orbe resultado final o, incluso, la conveniencia
(a excepción de una entrevista a Victoria de publicarlos o no. Paralela y sucesiva-
Kent, que no ha podido ser localizada), mente, tras finalizar su vinculación a Orbe

iberoamericana 57.indb 224 09/03/2015 12:23:34


Literaturas latinoamericanas: historia y crítica 225

por el cierre del semanario en los primeros y en el resto del mundo” recogiendo
meses de 1933, Novás continuó su labor en “informaciones plenas de interés humano,
otras publicaciones y finalmente, durante las palpitaciones más intensas de la vida
la Guerra Civil, actuó como cronista del nacional y extranjera” (Romero, p. 13).
frente en varios de los periódicos alineados En su prólogo, Romero destaca la cali-
con el bando republicano. dad del periodismo literario de Novás y
Tomado de uno de los artículos origi- pone de manifiesto alguno de sus rasgos
nales, el título que da nombre al conjunto más sobresalientes. Según subraya, su
sintetiza con eficacia el momento en que estilo lo emparenta con el “nuevo perio-
Novás retorna a su patria. La recientemente dismo” americano iniciado bajo el signo
inaugurada Segunda República española del cruce de la prosa periodística con la
es el motivo que convulsamente, en primer literaria a principios del siglo pasado. En la
plano o en el fondo, late en los reporta- totalidad de los textos publicados en Orbe,
jes, entrevistas y artículos. Los textos de y en otras revistas y periódicos donde cola-
Novás reflejan una España estremecida en boró a lo largo de su estancia en España,
lo político que proyecta esa agitación hacia Novás desarrolló una escritura de hondo
lo social, económico e intelectual durante aliento artístico a través de la que, sin duda,
el primer bienio republicano. Sus anota- se fue forjando el narrador que por aque-
ciones y descripciones, presentadas como llos años daría a conocer algunos de los
parte de una mirada testimonial, translu- mejores relatos de la cuentística cubana.
cen una obvia simpatía por el gobierno del Felizmente, en España estremecida, para
momento, a la vez que una honda preocu- el lector actual, el valioso trabajo investi-
pación por los obstáculos dispuestos en su gativo de Romero, recupera la visión que
camino y un crítico escepticismo ante el Novás, emigrado a Cuba en su juventud y
probable alcance final de sus logros revo- de regreso varios lustros después, redactó
lucionarios. La prosa periodística de Novás sobre España en 50 artículos durante dos
recorre la realidad del país con la intención años de brillante, intenso y, a menudo, difi-
de ofrecer una radiografía de algunos de cultoso, desempeño periodístico.
sus espacios, gentes, costumbres y hechos
más llamativos de manera que la actuali- Jesús Gómez de Tejada
dad española se ofrezca vibrante ante sus (Universidad de Sevilla)
lectores del otro lado del Atlántico. Entre
los textos publicados, llama la atención
las diversas entrevistas realizadas a algu- Brantley Nicholson / Sophia A. McClen-
nas figuras prominentes de la época. La nen: The Generation of ’72. Latin Ame-
importancia que Novás daba a las mismas rica’s Forced Global Citizens. Raleigh:
queda recogida en el epistolario sostenido Contracorriente 2013. 288 páginas.
con Fernández de Castro. A través de ellas,
Iberoamericana, XV, 57 (2015)

el corresponsal buscó transmitir la voz de The Generation of ’72 es un libro com-


algunos de los protagonistas de la política, puesto por 11 capítulos editados por los
la sociedad y la cultura española, siempre profesores Brantley Nicholson y Sophia
con la intención de satisfacer los presu- A. McClennen. Dicha obra persigue el
puestos bajo los cuales se había fundado el doble objetivo de contribuir a la definición
semanario: informar “gráfica y detallada- y visibilización de la llamada “Generación
mente a los lectores […] de cuanto acon- del 72” y de analizar una de sus principa-
tece en los días actuales, en Cuba, España les características, esto es, su naturaleza

iberoamericana 57.indb 225 09/03/2015 12:23:34


226 Literaturas latinoamericanas: historia y crítica

transitoria e incómoda en el proceso de Dorman (1942), Fernando Vallejo (1942),


asunción literaria del proceso globalizador Osvaldo Soriano (1943), Reinaldo Arenas
durante las últimas décadas del siglo xx. En (1943), Diamela Eltit (1949) o César Aira
el prólogo de la obra (pp. 11-27), los edito- (1949).
res exponen las líneas básicas de su defini- En el primer capítulo, titulado “Lite-
ción de “Generación del 72”, en edificante rary futures: Crimes fictions, global capi-
diálogo con las consideraciones al respecto talism and the history of the present in
de Cedomil Goic, Donald Shaw e Idelber Ricardo Piglia” (pp. 29-48), Patrick Dove
Avelar. Según Nicholson y McClennen, estudia el itinerario intelectual de Ricardo
dicha generación reúne a autores latinoa- Piglia, tras su regreso, desde París, a una
mericanos nacidos entre 1935 y 1949, que Argentina convulsa políticamente. En
tendrían en común el haber experimentado dicho contexto, Ricardo Piglia asumirá, en
el paso de las dictaduras a las democracias la línea de los autores del boom, la novela
neoliberales, así como el haber sufrido una como una exploración alegórica acerca de
primera vivencia del exilio y la globaliza- la modernidad latinoamericana (“¿Cuándo
ción menos positiva que la de sus prede- se jodió el Perú?”, Conversación en la
cesores y sucesores (p. 14). Ciertamente, Catedral, de Vargas Llosa). Sin embargo,
la Generación del 72 está compuesta por en el caso de Piglia, la respuesta va a ser
autores que se hallan a medio camino entre de tipo escéptico, llegando a caer en un
el paradigma literario nacional o regional, pirronismo histórico (“¿Hay una histo-
que representarían los autores del boom, y ria?”, Respiración artificial) que ya atacó,
el posnacional, que asumiría plenamente en 1702, Jacob Perizonius al afirmar la
la generación del postboom, representada necesidad de una certeza histórica para no
por los autores del Crack o de McOndo. caer en el escepticismo universal: “Valeat
La “estética incómoda” (p. 21) que carac- tandem Pyrrhonismus!” A continuación,
teriza a la Generación del 72 se debería a Dove se centra en el estudio de las novelas
que dichos autores, tras la ola de dictadu- negras de Ricardo Piglia, recordando, con
ras latinoamericanas de los años setenta Mempo Giardinelli, que, frente a la novela
y ochenta, no habrían podido gozar ni de negra estadounidense, la latinoamericana
la centralidad política, ni siquiera edito- muestra una total falta de fe respecto de la
rial, de la que sí gozaron los escritores del posibilidad de luchar contra el crimen y la
boom, ni tampoco de la experiencia privi- corrupción. Finalmente, el crítico se cen-
legiada, en ocasiones elitista y lúdica, de tra en la novela Blanco nocturno en tanto
los escritores del postboom, en su mayor que metáfora del giro desde el paradigma
parte exiliados voluntarios con aires de nacional al posnacional, con sus proble-
globe-trotters. Con una imagen feliz, mas neoliberales, culturales, filosóficos e
Nicholson y McClennen afirman que los identitarios.
autores de la Generación del 72 no se verán En el capítulo “Itinerant citizens: Ima-
Iberoamericana, XV, 57 (2015)

ni en los cenáculos de Carmen Balcells ni gining global citizenship in the Works of


en la blogosfera de los escritores posnacio- Osvaldo Soriano” (pp. 49-73), Leila Leh-
nales actuales (p. 22). Algunos de los auto- nen estudia el concepto de ciudadanía glo-
res que se incluyen en dicha generación y bal aplicándolo a las novelas La hora sin
que se estudian directa o indirectamente sombra y Una sombra ya pronto serás, de
en el libro son Luisa Valenzuela (1938), Osvaldo Soriano. En opinión de la autora,
Antonio Skármeta (1940), Ricardo Piglia dichas novelas serían representativas de las
(1941), Cristina Peri Rossi (1941), Ariel traumáticas experiencias –predictatoriales,

iberoamericana 57.indb 226 09/03/2015 12:23:35


Literaturas latinoamericanas: historia y crítica 227

dictatoriales y postdictatoriales– que obra, sino también de la orfandad simbó-


Soriano compartiría con otros miembros lica sufrida por la Generación del 72.
de la Generación del 72, y que le habrían En “El legado del exilio de Cristina
llevado a negar todo tipo de unidad o Peri Rossi: Un mapa para géneros e iden-
identidad, y al mismo tiempo a echarla de tidades” (pp. 119-146), de María Rosa
menos. La escritura sería, para Soriano, Olivera-Williams, se estudia, a partir del
el único, y a la vez insuficiente, modo de análisis de la novela La nave de los locos
contrarrestar esa dispersión: “Una novela (1984), el “foco epistémico del exiliado”
es como una tormenta en el océano, pasa y (p. 143), agravado por la marginalidad de
no deja huella” (La hora sin sombra). la mujer en nuestras sociedades patriar-
En el capítulo de John Riofrio, titulado cales. En el interesante apartado final se
“Connecting septiembre 11’s: Hemisphe- presenta dicha particularidad epistémica
ric historical ambiguity in Ariel Dorfman’s como el paradigma de la literatura escrita
Americanos: Los pasos de Murieta” (pp. por los autores de la Generación del 72.
75-95), se estudia cómo la Generación En “Radiografía de un pueblo enfermo:
del 72 hereda el uso de la novela como la narrativa de Diamela Eltit” (pp. 147-
alegoría de síntesis nacional-postnacio- 180), J. Agustín Pastén estudia el trato que
nal, así como la asimilación y superación Diamela Eltit brinda en su obra, particular-
que dichos autores realizaron de algu- mente en las novelas Jamás el fuego nunca
nos postulados postmodernos como, por (2007) e Impuesto a la carne (2010), a
ejemplo, el rechazo de los metarrelatos. temas como la violencia, el trauma, la polí-
A continuación, Riofrio se centra en la tica y la poética, así como sus relaciones
novela Americanos (2009), del chileno con la novelística de la Generación del 72.
Ariel Dorfman, ambientada en el México En la conclusión se afirma que una de las
del siglo xix. Como en el caso de Osvaldo principales diferencias que la autora chi-
Soriano, Dorfman apostaría por un pirro- lena presenta respecto de la Generación
nismo histórico, según el cual todo hombre del 72 es que no puede ser considerada
sería incapaz de conocer la historia o ser una escritora global, ya que se centra fun-
mínimamente neutral. La gran diferencia damentalmente en problemas nacionales
es que, para Dorfman, dicho escepticismo –como también harán, por otra parte, otros
podría ser una vía para romper con el ciclo escritores de la Generación del 72, como
de la violencia, ya que la asunción modesta Luisa Valenzuela, Fernando Vallejo o Rei-
de dicha incapacidad cognoscitiva nos lle- naldo Arenas–. Ciertamente, el tema fun-
varía a renunciar a una historia verdadera, damental de la autora chilena parece ser
con lo cual nadie se vería justificado para siempre el de “Chile como país enfermo
imponer, normalmente con la violencia y (…) a pesar de las exitosas cifras macro-
la represión, su propia versión de la histo- económicas” (p. 173).
ria (p. 79). En “Antonio Skármeta’s uniqueness”
Iberoamericana, XV, 57 (2015)

En el capítulo “The psychosoma- (pp. 181-203), Randolph D. Pope estudia


tic text: Re-reading Psychoanalysis and el progresivo éxito global de las obras de
semiotics in Como en la guerra, or, The Antonio Skármeta, que se explicaría por
sister(s) of Oedipus” (pp. 97-118), Geo- haber sabido incluir las modificaciones
ffrey Kantaris utiliza la reformulación necesarias para poder saltar de la literatura
lacaniana de la teoría de Edipo para ver a otras formas más masivas de divulga-
en la novela Como en la guerra, de Luisa ción (cine, teatro, ópera). Las estrategias
Valenzuela, un paradigma, no solo de su estudiadas por Pope parecen dibujar una

iberoamericana 57.indb 227 09/03/2015 12:23:35


228 Literaturas latinoamericanas: historia y crítica

estética de la traductibilidad que será vista excelentemente editado, que responde a un


como una de las sendas posibles de los vacío teórico, como es el de la definición y
autores de la Generación del 72. visibilización de la Generación del 72.
En “Gazing Backwards in Fernando
Vallejo” (pp. 205-227), de Juanita Cris- Bernat Castany Prado
tina Aristizábal, se estudia la voz narra- (Universidad de Barcelona)
tiva de las novelas del escritor colombiano
Fernando Vallejo. Aristizábal muestra el
carácter anacrónico del personaje, que se Lurgio Gavilán Sánchez: Memorias de
presenta como un dandi nihilista, erudito, un soldado desconocido. Autobiografía y
heterodoxo y polémico, que, siendo una antropología de la violencia. Lima: Ins-
especie de caricatura de un personaje fin tituto de Estudios Peruanos 2013. 178
de siècle, no deja de testimoniar una expe- páginas.
riencia de la ciudadanía global forzada y
de los fallos de la globalización neoliberal Lejos —muy lejos— de toda exége-
de las últimas décadas del siglo xx y pri- sis antropológica, Memorias de un sol-
meras del xxi. dado desconocido es un relato valiosísimo.
En “The King’s Toilet: Cruising lite- Estaré de acuerdo con quien lo vea sobreco-
rary history in Reinaldo Arena’s Before gedor, impactante y, sobre todo, revelador;
night falls” (pp. 229-256), Lázaro Lima, pero agregaré que también es imperfecto,
inspirándose en la teorización de Jorge irregular y monótono. La edición es solo
Mañach acerca del “libertinaje mental”, la reproducción de una edición mexicana
eleva a la categoría de estética el motivo universitaria; muchas anotaciones a pie de
del cruising en la obra de Reinaldo Arenas. página resultan innecesarias para un lector
Finalmente, en la “Postdata” del libro “nacional”. Irregular, porque lo más com-
se incluyen dos interesantes textos. En el plejo y dramático se concentra en el primer
primero, “Apuntes sobre el espacio en las capítulo; en los otros, la perspectiva del
novelas de Diamela Eltit” (pp. 259-271), autor estará marcada siempre por la expe-
J. Agustín Pastén estudia la poética del riencia dura y apasionante de su juventud
espacio en las novelas de la autora chilena, subversiva. De ahí que, en las últimas pági-
para concluir que en dicha obra “el espacio nas, el regreso al terruño no tenga otro sen-
nacional en sus textos se representa siem- tido que el de rememorar años en los que
pre como bajo la amenaza de una fuerza el autor creía pelear por una causa justa.
transnacional” (p. 266). En el segundo, Monótono, porque la visión científica de
María Rosa Olivera-Williams estudia, en la que se nos dice procede no es más que
“Cristina Peri Rossi bajo la lente de la un blindaje editorial: el libro es mucho más
Generación del 72” (pp. 273-282), la ubi- que una autobiografía ordenada y un tra-
cación de la escritora de origen argentino tado atípico de antropología de la violencia.
Iberoamericana, XV, 57 (2015)

en el seno de la Generación del 72, mucho Como el propio autor advierte al inicio, el
menos cohesionada que la del boom, lle- lector solo va a encontrarse con “relatos de
gando a afirmar que “su ética como escri- la vida cotidiana” (p. 49).
tora y forzada ciudadana global” puede ser Es necesario acotar que la violencia
vista como “el denominador común de la vivida en el Perú (1980-2000) vino de
Generación del 72” (p. 280). dos sangrientas organizaciones terroris-
Nos hallamos, pues, ante un libro tas, el Partido Comunista Peruano Sen-
interesante, cohesionado, documentado y dero Luminoso (PCP-SL) y el Movimiento

iberoamericana 57.indb 228 09/03/2015 12:23:35


Literaturas latinoamericanas: historia y crítica 229

Revolucionario Túpac Amaru (MRTA); de retiró de la vida religiosa y estudió Antro-


las Fuerzas Armadas, verdaderos ejércitos pología en la Universidad de San Cristóbal
de aniquilación; y de grupos de autode- de Huamanga. Luego de ganar una beca
fensa campesinos. La Comisión de la Ver- de la Fundación Ford, viajó a México para
dad y Reconciliación nos dejó un Informe estudiar en la Universidad Iberoamericana.
de varios tomos. Hoy, nos quedan defen- Tiene un hijo, al que le dedica el libro. Esta
sores de atrocidades, del caos político, la es, en pocas palabras, la vida que Gavilán
masacre al más pobre y la indiferencia más Sánchez quiere contarnos.
soez. También defensores de la paz y la En medio de las montañas la natu-
justicia; pero sobre todo pobreza, discrimi- raleza parece pintar un “mundo maravi-
nación y desigualdad. lloso” y apacible (p. 59), un universo en
Tenía 12 años cuando Lurgio Gavilán constante armonía con sus criaturas donde
Sánchez, nuestro autor, se unió a las filas la vida sonríe (p. 68) y no se tiene miedo.
del PCP-SL. Buscaba entonces a su her- Pero, para el autor, la naturaleza —su geo-
mano, pero fue llevado más bien, advierte logía infranqueable— es también la única
con nostalgia, por un deseo de cambio testigo de la muerte. Las “quebradas oscu-
social que latía con vehemencia en su cora- ras, las retamas, las frías aguas que baja-
zón. Luego de presenciar y formar parte de ban desde las alturas del Mayu” (p. 71),
masacres y asesinatos de gente inocente, saben en realidad qué ocurrió. Si las rocas
fue herido en combate y capturado por hablaran –pero por supuesto no lo hacen,
militares en las rocosas faldas del (toda- advierte, pues tienen la insensibilidad de
vía nevado) cerro Razuhuillca. Visto como los jefes senderistas (p. 99)–, el mundo
terruco (subversivo), fue llevado a la base podría venirse abajo.
Los Cabitos, en Huamanga, Ayacucho, Esto es muy interesante, pues uno de
lugar de torturas y hornos crematorios. los hallazgos que los estudios preliminares
Entonces no hablaba español, sino que- insisten pervive en el libro es su afán hacia
chua, y era un adolescente escuálido y mal- cierta verdad social e histórica, oscurecida
tratado por la dura disciplina guerrillera. durante todos estos años. Pero esto no es
Pronto se convirtió en un “niño-soldado”, así. El libro no trata sobre verdad alguna,
pero esta vez en las tropas del ejército, es mucho menos sobre la verdad de Gavilán
decir: en un agente estatal armado en favor Sánchez. El libro es la reinvención (y rei-
del ejercicio de la –tantas veces incom- vindicación) de una realidad que le tocó
prendida– “lucha contrasubversiva”. vivir, de manera cruda y sin escape. Alre-
Bajo el amparo castrense aprendió a dedor del protagonista gira todo un mundo
leer y escribir (en español) en una escuelita (o varios mundos) en permanente desor-
rural, donde leyó también mucho sobre his- den y destrucción. Estamos frente a una
toria del Perú, de la que quedó fascinado. narración dirigida por la subjetividad más
Tiempo después, mientras la vida como fiel, la visión de mundo más apasionada y
Iberoamericana, XV, 57 (2015)

instructor militar parecía satisfacerlo, su ambigua, pero también por el imperio de la


destino cambió otra vez de rumbo: moti- escritura y la lectura monográfica.
vado por monjas apacibles, se convirtió La ruta ideológica de nuestro personaje
en novicio bendecido por monjes francis- se perfila de manera rotunda. El espíritu
canos en el viejo convento limeño de la de cambio social no se quebrará cuando es
Alameda de los Descalzos. Leyó la Biblia, capturado ni cuando vista sotana. Hay un
estuvo solo y empezó a escribir. Con el deseo de lucha intestina que no puede sola-
tiempo, y como si esto no fuera poco, se par mientras escribe. La huella de la utopía

iberoamericana 57.indb 229 09/03/2015 12:23:35


230 Literaturas latinoamericanas: historia y crítica

senderista no lo dejará tranquilo: el sol problemas de identidad o de cualquier otra


morirá todos los días tiñendo el cielo de rojo índole; aunque ser campesino, como dice
como la bandera comunista (p. 63). Para el Gavilán Sánchez, sea “vivir con los pies en
partido no existirá el perdón: muerte o fide- la sementera” (p. 168)–. Inserta cantos y
lidad (p. 77). Esta consigna va a acompa- oraciones, a la manera de Cervantes en sus
ñarlo toda la vida. La volverá a interpretar Novelas ejemplares. El cambio entonces
luego en el ejército, al cumplir órdenes sin es brutal, pero cumple su cometido: situar-
llanto ni murmuraciones (p. 120), al golpear nos tanto en la avalancha de la narración
a reclutas desertores (p. 119) o al buscar con como en la marcialidad o bondad del canto
sus compañeros comida en los pueblos, de militar y el verso. Existe para él un amor
casa en casa, como guerrillero (p. 127). irracional, inexplicable tanto como lo fue
También al ser fraile franciscano, un sol- la ideología misma del PCP-SL, e inten-
dado de Dios (p. 67). tará explicarlo desde los salmos bíblicos
La vida religiosa conectará sobre todo (p. 167).
con esas aspiraciones de transformación de Apelo por supuesto al estatuto de fic-
aquellos a quienes Gavilán Sánchez con- ción que el libro posee de manera múltiple.
fiesa haber maltratado (p. 127). Él seguirá No solo porque en los párrafos prelimina-
en lucha por el comunismo, esta vez, por res el autor confiese que lo ha guiado el
vía de la paz (p. 131). Entonces su maes- deseo de satisfacer recuerdos (esos demo-
tro espiritual será “igual que un oficial del nios) o que haya trabajado en el manus-
Ejército” (p. 134); rotará de convento en crito durante varios años, completando
convento como soldado (p. 137) y leerá “espacios vacíos” (p. 49), sino porque la
salmos y rezos reflexionando sobre su obra quiebra esa visión monocorde de la
pasado, concibiendo su testimonio en pri- violencia –en cualquier parte del mundo–,
mera persona. Castro Neira, en sus comen- siempre vista maligna e inexplicable, con
tarios, afirma que la primera parte del libro la reactualización de la muerte, la soledad,
está en quechua y la segunda, en español; el miedo. La violencia es tan humana como
pero olvida que nuestro autor escribió su ambigua y destructiva. No se equivocan
historia en el intercalado del sermón y la por ello Carlos Iván Degregori (fallecido
liturgia. en 2011) ni Castro Neira al hablar de la
Gavilán Sánchez —el personaje—, multiplicidad de la vida del personaje
hace recordar ciertas narraciones de José –“su biografía se le parece” (p. 13)–, ni
María Arguedas: le gusta hablar con anima- al advertir que su mérito fundamental es
les (p. 107); siente por ellos lo que Argue- ayudarnos a comprender la ambigüedad
das sentía: paz, cariño, deshumanidad. Su del ser humano (p. 27). Nada más cierto:
visión de un Perú semifeudal no escapa al nuestro protagonista defiende una causa,
de Walter Vargas Cárdenas en Camino de luego contraataca, luego lucha por la sal-
Ayrabamba y otros relatos (2007)7. Verán vación de las almas, y en todo momento
Iberoamericana, XV, 57 (2015)

algunos críticos que sus afectos cumplen late en él el salvaje y el indefenso. No solo
con claridad con lo que los sociólogos cuando formó parte de las labores del Par-
llaman “mundo andino” –el IEP creerá tido Comunista en la montaña, sino cuando
por ello que al denominar “indígena que- sintió hambre y cazó vizcachas y venados
chua” al autor (convertido, al final de su “como los hombres más primitivos” (p. 87)
vida, en un letrado), se salvan de inmediato o comió con sus colegas carne de caballo
no como buitres, sino como “guerrilleros
7
Lima: Canta Editores.
hambrientos” (p. 91).

iberoamericana 57.indb 230 09/03/2015 12:23:35


Literaturas latinoamericanas: historia y crítica 231

Es un torpe cliché decir que Memo- agregar una más: la universidad. Parece
rias de un soldado desconocido hace más importar demasiado que, por primera vez
humano al subversivo, al militar, al monje. en el Perú, un libro logre atravesar todas
Si hay algo en la guerra de verdad (aunque esas regiones tristes pero poderosas del
las sociedades se encarguen con el tiempo llamado «conflicto armado interno». Pero
de esconderlo, maquillarlo o descono- estas memorias son mucho más que un
cerlo) es su humanidad irrenunciable. Uno documento, mero estudio de campo, teoría
no puede sentir empatía por las memo- etnográfica. Memorias de un soldado des-
rias de Gavilán Sánchez, como no siente conocido es la incansable lucha contra esas
empáticas autobiografías con las de Rudolf inmensas huellas de terror que ha dejado la
Höß8, comandante nazi en Auschwitz, que, violencia en el Perú.
luego de una infancia solitaria, una familia
profundamente religiosa y deseos de trans- Erick Ramos Solano
formación política en la Alemania de entre (Universität Hamburg)
guerras, dirá en los juicios que solo cum-
plía órdenes.
Lo que leemos en el relato del peruano
es su denodado intento por captar una
realidad en sí inaprensible a través del
lenguaje y de cualquier lengua. No deseo
repetir lo mismo que los lacanianos (resal-
tar residuos excrementicios en las dinámi-
cas de cualquier narración en su relación
con lo que ellos llaman “lo real”), sino
advertir que la narración de Gavilán Sán-
chez importa porque es la más pura ficción
de la violencia.
La vida es, como él mismo advierte,
una pompa de jabón, y en eso se basa todo
su relato: contar el trayecto de la burbuja
hasta que desaparece en el aire. A pesar
de haber sido militante de Sendero Lumi-
noso, militar, sacerdote y luego antropó-
logo, solo una palabra marca la totalidad
del libro: “soldado”. Y esto no es gratuito.
En todo momento, Gavilán Sánchez creerá
(sentirá) estar recibiendo órdenes. El
narrador es pues un personaje en perma-
Iberoamericana, XV, 57 (2015)

nente conflicto.
Se nos dice que nuestro autor ha pasado
por las tres instituciones más importantes
pero también más nocivas del país. Faltó
8
Höß, Rudolf: Kommandant in Auschwitz. Auto-
biographische Aufzeichnungen. Herausge-
geben von Martin Broszat. München: Deutscher
Taschenbuch Verlag, 1989.

iberoamericana 57.indb 231 09/03/2015 12:23:35

Você também pode gostar