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Las galletas son sumamente populares, dulces, saladas, rellenas, cubiertas con chocolate

y almendras, de soda, con fibras e insumos integrales; presentes en tiendas, bodegas y


autoservicios, en la casa y la oficina, en el colegio y la universidad.
Este producto tradicional, ha servido como fuente de energía a miles de generaciones, se
lo acusa hoy de afectar la salud de los niños y adultos que lo disfrutan. Según la
Asociación Peruana de Consumidores y Usuarios (Aspec), la ingesta excesiva de galletas
puede ser la causante directa de que algunos tengan el colesterol alto, hipertensión y
obesidad.

De acuerdo con una investigación de Aspec, trabajada a partir de la etiqueta de estos


productos, de 70 empaques de galletas analizados el 60% contiene un alto nivel de azúcar,
el 89% de grasas, el 78% presenta niveles altos de grasas saturadas y el 44% niveles altos
de sal.

El mercado de galletas está formado por una gran variedad, dirigida a públicos y
necesidades diferentes y con evoluciones distintas.

Según el Instituto de la Galleta, Nutrición y Salud de España, no son las galletas sino los
malos hábitos y la falta de ejercicio los culpables directos de las enfermedades que se
desarrollan en las personas

Una posición que comparte de alguna manera el médico nefrólogo Enrique Pérez Pozo,
quien señala que los hábitos alimenticios perjudiciales hacen que nuestros niños sean
gordos, con los consiguientes problemas de salud.

“La fructosa —presente en cierta clase de galletas— es un monosacárido que, junto con
la glucosa, son componentes del azúcar de mesa o también llamada sacarosa y ha sido
vinculada al incremento de la obesidad, síndrome metabólico, hipertensión arterial y
diabetes mellitus tipo 2”.
Evite el consumo constante de productos azucarados, salados, con elevada cantidad de
sal y poca fibra.

Es muy importante observar la etiqueta completa de los productos alimenticios. La tabla


nutricional nos ofrece un panorama completo de lo que contienen.
Una alimentación sana implica el consumo de solo una porción. No siempre el contenido
íntegro de un paquete de galletas es una porción, puede ser más de una, quizá el doble.

Para que las galletas sean realmente saludables, debemos tener en cuenta su etiqueta
cuando las compramos. Muchas contienen grasas saturadas y azúcares añadidos que, para
nada son galletas buenas para la salud. Así que, cuando las compremos deberemos tratar
de elegir las que contienen un nivel bajo de esos ingredientes.
Las galletas caseras, son las más saludables, ya que puedes elaborarlas y personalizarlas
como quieras con los productos más sanos y beneficiosos. Puedes añadirles chocolate sin
azúcar, frutas o frutos secos. Además, no hay nada más bueno que unas galletas hechas
en casa por nosotros mismos.

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