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Agrópolis

La agrópolis ofrece el paradigma de la ciudad regional, rural-urbana, viable y sostenible, sobre


un agro recuperado para su función productiva y una configuración 3 urbanística
descentralizada y ordenada, cuyo destino es mejorar, de manera real e integral, las condiciones
de vida de la población.
La agrópolis, por definición, naturaleza y necesidad vital, está destinada a rescatar el agro,
rediseñar las ciudades, cuidar y fomentar el medio; restablecer flora y fauna y mejorar el
ambiente en que vive el hombre.
La agrópolis significa acción biosostenida, incorpora conceptos de bioagricultura en el campo y
de biourbanismo y bioarquitectura en la ciudad; la agrópolis estará regida por reglas de
ruralidad, urbanidad y civilización, vinculada a la voluntad de crear un hecho superior de
naturaleza y cultura. Una configuración habitada que deja de ser hostil para el habitante al
transformarse en espacio amable.
http://observatoriogeograficoamericalatina.org.mx/egal6/Geografiasocioeconomica/Geografiaec
onomica/830.pdf
Crisis alimentaria mundial

El Banco Mundial, el Fondo Monetario, la FAO, la Unión Europea y hasta el gobierno de


Estados Unidos decidieron darse por enterados de lo que está sucediendo en el mundo con los
alimentos. Se habla de crisis, lo que no es nuevo pese a que ahora le dicen global, y aunque no
se ha pronosticado aún una hambruna como las que

hemos visto en el pasado en algunos países africanos, hay un problema real que no se puede
seguir abordando con las mismas recetas fracasadas, unos culpan a los biocombustibles, otros
dicen que no radica ahí el problema sino en el alza de precios y también se sostiene que la
situación actual se debe al desarrollo de China e India, lo que ha determinado que muchos
millones de personas más se incorporen al consumo. Cada uno de estos factores puede influir,
pero todavía no se sabe exactamente frente a qué estamos y por eso es importante mirar hacia
situaciones similares del pasado, hay innumerables informes internacionales, de organismos de
las Naciones Unidas, de fundaciones y de instancias tan serias como lo fue el Diálogo Norte-Sur
o Comisión Brandt, como también se le conoció, que en documentados estudios señalaron que
no existía escasez de alimentos, sino que éstos estaban mal e inequitativamente distribuidos a
nivel mundial. Y eso no ha cambiado, por el contrario, porque los alimentos son un muy buen
negocio en el modelo globalizador, De ahí que los llamados a actuar en forma “urgente” contra
la crisis alimentaria formulados por la FAO, que es la Organización de las Naciones Unidas para
la Alimentación y la Agricultura, o la decisión del Banco Mundial y del Fondo Monetario para
lanzar un “Nuevo Acuerdo” y reunir 500 millones de dólares para evitar que 100 millones de
personas “se hundan aún más en la pobreza”, o los 200 millones de dólares que Estados Unidos
destinó a ayuda de emergencia o los 160 millones de euros (237 millones de dólares), que la
Unión Europea destinará ayuda humanitaria, sólo representen paliativos insuficientes.
Los orígenes de la crisis alimentaria: ¿Toda la culpa fue del petróleo?

El espectacular aumento del precio de los alimentos que se ha producido el año 2008 en todo el
mundo es lo que llamamos claramente como Crisis Alimentaria. El precio del trigo ha
aumentado un 130% el último año, el del arroz se ha duplicado en 2 años y el Maíz un 50%. Si
bien una crisis ha afectado a todo el mundo, ha impactado especialmente sobre los países
pobres, como Haití, Camerún o Filipinas, donde la gente ha salido a la calle protestando por el
desmedido aumento de precios.

En estos tiempos, los organismos multilaterales como la FAO- la Organización de las Naciones
Unidas para la Agricultura y la Alimentación- y el Banco Mundial, así también como los
medios de comunicación masivos, han apuntado a las siguientes causas como responsables de la
Crisis Alimentaria:

 Malas Cosechas y Reducción de las Reservas de Granos


 Crisis Energética y Biocombustibles
 Aumento de la Demanda Mundial
 Cambio Climático

Si prestamos atención, la mayoría de las causas son externas al modo de producción de


alimentos. El aumento en la demanda mundial de alimentos es consecuencia del aumento de la
población, el cambio climático es un proceso generado por la actividad humana y las malas
cosechas son provocadas por la sequía, las plagas, etc... También la crisis energética tiene sus
orígenes en el aumento del precio del petróleo.

Por lo tanto, para los organismos internacionales y los medios de comunicación masivos, la
culpa de la Crisis Alimentaria no la tiene el modo de producir alimentos si no otros
factores externos a la agricultura y la ganadería.

Las organizaciones campesinas y de agricultores de pequeña escala de La Vía Campesina, con


presencia en más de 40 países, apuntan a otros motivos como responsables del aumento mundial
del precio de los alimentos: El actual modelo agroindustrial exportador de alimentos en manos
de las empresas transnacionales.

Así, la Vía Campesina, como muchas otras ONG y movimientos sociales afines, apuntan a
cuestiones mucho más estructurales. Apuntan a la forma actual de agricultura y ganadería como
culpable de la Crisis Alimentaria y del hambre en el mundo. Las principales consecuencias de
este modelo agroindustrial son:

 Los países han perdido la capacidad de producir alimentos por ellos mismos

Con las políticas neoliberales, los países en vías de desarrollo han abierto las fronteras a
la importación de productos agrícolas provenientes de EEUU i Europa (productos
subvencionados que se venden por debajo del costo de producción ), destruyendo las
producciones locales y se han visto obligados a destinar sus tierras agrícolas a la
producción de alimentos para la exportación ( soja, café, bananas....) para tener divisas
y comprar alimentos.

Los alimentos viajan miles de kilómetros para ir des del país productor hasta nuestra
mesa, y alimentos que antes producíamos a pocos kilómetros, ahora los importamos de
otros continentes...

 Especulación con los alimentos


El precio mundial de los alimentos se decide en gran parte en el Mercado de Futuros de
Chicago. Desde hace tiempo, el capital financiero ha entrado a especular con los
alimentos. Este 2008, año de crisis, las grandes empresas de alimentos han
incrementado sus beneficios en un 45% de media. Mientras que millones de personas
mueren de hambre anualmente, las multinacionales de la alimentación no paran de
acumular beneficios.

 Control de la Producción Mundial de alimentos por parte de Transnacionales

Con la irrupción de los transgénicos, se ha consolidado un modelo mundial de


producción de alimentos en el que unas pocas empresas venden las semillas, los
fertilizantes y los pesticidas al productor; después le compran la producción y las
mismas empresas la transportan a la otra punta del mundo hacia las grandes cadenas de
distribución: los supermercados Carrefour o Wal-Mart, presentes en todo el mundo, que
también monopolizan la distribución de alimentos y nos imponen qué comprar y cómo
comprar. Todo el circuito está en manos privadas y los gobiernos han perdido
prácticamente cualquier posibilidad de definir que alimentos tiene que producir un país.

 Agrocombustibles

Los agrocombustibles llevan al límite este modelo agrícola. Las mejores tierras que
producen alimentos están siendo usadas para sembrar soja, colza, palma,... cultivos a
partir de los cuales fabricar agrocombustibles. Es decir, la producción de alimentos está
perdiendo terreno frente a la fabricación de combustibles. El aumento del precio del
petróleo ha disparado las inversiones en fábricas de agrocombustibles, la compra de
tierras y las inversiones de futuro, la cual cosa representa una gran amenaza para la
producción de alimentos en muchos países.

 Modelo agrícola dependiente del petróleo

Como comentábamos antes, la revolución verde convirtió la agricultura y la ganadería


en una producción con una alta demanda energético, con alta dependencia del petróleo.
Se calcula que producir bajo criterios agroecológicos ( es decir, sin pesticidas, de
manera sostenible y para mercados locales) consume entre 6 y 7 veces menos energía
que hacerlo de manera intensiva industrial. En el actual modelo, sin petróleo no hay
agricultura. Necesario para los fertilizantes, para el transporte, para la maquinaria... El
Banco Mundial estima que en el incremento de precios de los alimentos, el aumento del
precio del petróleo ha sido responsable en un 15%. Igualmente, durante la última Crisis
Financiera, el precio del petróleo bajó dramáticamente y nadie notó una bajada en los
precios de los alimentos.

Si bien el petróleo no es el único ni el menos importante responsables de la suba de los precios


de los alimentos, si que es preocupante la dependencia que la producción de alimentos tiene del
petróleo y la previsión de los problemas que tendremos en los próximos 10 años cuando se
empiecen a agotar las reservas de petróleo.

PERSPECTIVAS

Actualmente, el fenómeno que está de moda es el surgimiento o resurgimiento de bajas


sensibles en la producción mundial de alimentos básicos para el consumo humano,
especialmente los granos, y por supuesto, esta crisis alcanza también a los productos cárnicos, al
pollo y otros similares. Las explicaciones y declaraciones de los gobiernos de diversos países
difieren en puntos de vista, y por tanto en el manejo de las políticas idóneas para el caso. Y este
fenómeno cíclico ya hizo acto de presencia en especial en los países pobres en América Latina y
está amenazando seriamente a los pueblos africanos y asiáticos, grandes consumidores de mijo y
de arroz, base fundamental de su dieta alimentaria tradicional, los motivos, decíamos, son
variados, pero incongruentes entre sí, ya que en realidad se cierne en un primer plano el
fantasma de la especulación, y también de manera significativa los daños causados a los suelos
agrícolas, provocados por el deterioro climático y causas también de otra índole. De no atender
de manera seria y formal este problema por parte de los países afectados y con injerencia de las
organizaciones internacionales involucradas en este caso, como la FAO, y la OME, el problema
causará fuertes tensiones políticas de gran magnitud, porque simple y sencillamente se trata de
ataques directos a todo aquello que significa el sustento humano.

Al respecto, la crítica mundial ha opinado de diversas maneras, pero lo cierto es que la amenaza
no ha desaparecido, seguramente el problema puede estribar en el hecho de que se han
desatendido las actividades primarias, en aras de la especulación financiera, la industria, el
comercio internacional de servicios que son sectores de muy alta densidad económica, ante una
verdadera situación de emergencia y de vulnerabilidad nacional e internacional, en días pasados
tuvo lugar una reunión en Managua, donde asistieron representantes de alto nivel de 15 países
latinoamericanos, reunión que bajo el rubro de Cumbre de Soberanía y Seguridad Alimentaria,
cuyo fin fue para declarar una especie de estado de emergencia, así como el fomento de la
unidad regional, para hacer frente a esta crisis de escasez y carestía de alimentos, en especial de
granos básicos, que amenaza a todo el mundo, aunque con consecuencias dramáticas para los
países pobres, donde ya se cierne la amenaza de hambrunas que puede revertirse en
convulsiones políticas y desestabilidad gubernamentales. Hay el anuncio de otras reuniones en
el transcurso del mes de mayo, en una de ellas participará el grupo Alternativa Bolivariana para
las Américas, pero consideramos que para resolver en el corto plazo esta cuestión que de no
atenderse a tiempo podría tener graves consecuencias, siempre y cuando no haya voluntad
política por parte de los países que integran el bloque de naciones industrializadas, y se
rediseñara el modelo neoliberal y las políticas de libre comercio.

Agricultura urbana
El rápido crecimiento de las ciudades en los países en desarrollo somete a grandes exigencias a
los sistemas de suministro de alimentos de las ciudades.
La agricultura -incluida la horticultura, ganadería, pesca, silvicultura y la producción de forraje
y leche- se está extendiendo cada vez más a pueblos y ciudades. La agricultura urbana
proporciona alimentos frescos, genera empleo, recicla residuos urbanos, crea cinturones verdes,
y fortalece la resiliencia de las ciudades frente al cambio climático.
Seguridad alimentaria
La AUP puede hacer una importante contribución a la seguridad alimentaria de las familias, sobre
todo en tiempos de crisis y escasez de alimentos.
La producción es consumida por los productores, o se vende en mercados urbanos, como los
mercados de agricultores de fin de semana cada vez más populares y que se encuentran en muchas
ciudades. Dado que los alimentos producidos a nivel local requieren menos transporte y
refrigeración, puede abastecer a los mercados cercanos con productos más frescos y nutritivos a
precios más competitivos.
Los consumidores —especialmente los residentes de bajos ingresos— disfrutan de un acceso más
fácil a productos frescos, una mayor oferta y mejores precios.

La agricultura urbana
Las hortalizas tienen un ciclo de producción corto, algunas se pueden recolectar a los 60 días de la
siembra, lo cual se adecua a la agricultura urbana.
Los huertos pueden ser hasta 15 veces más productivos que las fincas rurales. Un espacio de apenas
un metro cuadrado puede proporcionar 20 kg de comida al año. Los horticultores urbanos gastan
menos en transporte, envasado y almacenamiento, y pueden vender directamente en puestos de
comida en la calle y en el mercado. Así obtienen más ingresos en vez de que vayan a parar a los
intermediarios.
La agricultura urbana proporciona empleo e ingresos para las mujeres pobres y otros grupos
desfavorecidos.
La horticultura puede generar un empleo por cada 100 metros cuadrados de huerto con la
producción, suministro de insumos, comercialización y el valor añadido del productor al
consumidor.
Sin embargo, en muchos países, la AUP no obtiene reconocimiento en las políticas agrícolas y la
planificación urbana. Los productores operan a menudo sin permisos.
Dado que oficialmente es "invisible", el sector no recibe asistencia o supervisión pública en muchas
ciudades.
La agricultura urbana conlleva riesgos para la salud y el medio ambiente: olores y contaminación
acústica, o el uso inadecuado de pesticidas y abonos orgánicos en bruto que puede filtrarse a las
fuentes de agua.
Sin embargo, las aguas residuales —si se tratan adecuadamente para su reutilización agrícola—
pueden ser ideales para la AUP.

Papel de la FAO
La FAO apoya la transformación de la AUP hacia un uso del suelo urbano y como actividad
económica reconocida, integrada en las estrategias nacionales y locales de desarrollo agrícola, los
programas de alimentación y nutrición y la planificación urbana.
Ayuda a los gobiernos nacionales y regionales y a las administraciones urbanas a optimizar sus
políticas y servicios de apoyo a la agricultura urbana y periurbana y a mejorar los sistemas de
producción, elaboración y comercialización.
Sus programas técnicos apoyan el trabajo de muchos socios de la AUP en ciudades y áreas urbanas.
La FAO ayuda a sus países miembros a desarrollar el sector obteniendo datos sobre la contribución
de la AUP a la seguridad alimentaria.
Global Food Security Index

http://foodsecurityindex.eiu.com/Country

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