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Centro de

estudios
mexicanos y
centroamericanos
Las fronteras del istmo | Philippe Bovin

Tipología de las fronteras


contemporáneas
Michel Foucher
p. 19-24

Full text
1 Note portant sur l'auteur*
2 Aunque parezca arcaica, la producción de fronteras sigue siendo hoy en día un rasgo
geopolítico común de la vida internacional, tal como en ciertos casos y en varias partes
del mundo se está llevado a cabo una modificación experimental de las funciones de las
fronteras. De tal modo, es un tema que necesita un esfuerzo de renovación intelectual y
práctica. Ahí se habló de ”frontera ejemplar” en cuanto al límite entre México y
Guatemala pero se trata todavía de un horizonte geopolítico; en Budapest, se habla de
”fronteras espiritualizadas” para reducir tensiones ligadas a minorías hungáricas
ubicadas fuera de Hungría sin exigir una modificación de las fronteras impuestas pero la
firma de un tratado con Rumania ha tardado años; en Bruselas, se habló de ”Europa sin
fronteras”, lo que siempre me pareció una falta de cuidado por las realidades geopolíticas
profundas de las naciones de Europa y las opiniones públicas pero el objetivo de
compartir atributos de soberanía y no de separar a los europeos es altamente válido.
3 La frontera es un concepto moderno que tenemos que pensar mejor, sin olvidar que no se
trata de una noción académica sino de un concepto muy ”práctico”, es decir político.

¿PARA QUÉ SIRVEN LAS FRONTERAS?


4 El punto de partida es doble. Por un lado, la cuestión de las fronteras permanece abierta,
con los movimientos de emancipación nacional que se asientan al término de le guerra
fría y, fuera de Europa y del Asia del noreste, con el desgaste de los aparatos políticos
establecidos durante la descolonización. Afectan a los Estados multiétnicos y
multinacionales, que se ven confrontados así, al igual que sus vecinos, a un interrogante
geopolítico crucial y literal: ¿cuál es o cuál será el espacio concreto de aplicación de la
nueva soberanía política adquirida, haya sido negociada, otorgada o conquistada?
¿Cuáles serán sus límites?
5 Por otro lado, en el contexto de los movimientos de integración regional a raíces
económicas, se nota la emergencia de un modelo de frontera lo bastante legitimado como
para quedar abierta a la circulación de los hombres, de los bienes y de las ideas. Al
mismo tiempo, se observa la formación de nuevos frentes, incluso al corazón del sureste
de Europa, y varios procesos de desvaloración y de desplazamiento de las funciones
tradicionales de las fronteras.
6 La historia de los tiempos presentes continúa imprimiendo su huella en el espacio. Pero
no estamos hablando de una frontera política sino de un tiempo grabado en el territorio
o mejor aun de tiempos inscritos en los territorios. El tiempo no es una categoría fija y
estable; tampoco lo es el espacio humanizado. Claro que el proceso definido como la
globalización económica con la formación de redes financieras computarizadas puede
llevar al geógrafo a una crisis existencial, con la amenaza del fin de los territorios ligado
al triunfo de la denominada democracia de mercado. Pero si, dada la modernidad del
concepto frontera, el coloquio sobre ”Las fronteras del Istmo” tiene un interés mucho
más que histórico, ¿cómo definir de manera teórica y también operativa una frontera en
una perspectiva funcional, más allá de la variedad extrema obvia de situaciones
concretas en torno de cada frontera que conforman la materia prima del estudio
geográfico?
7 La frontera funciona como una discontinuidad dotada de una función de señalización
real, simbólica e imaginaria. En francés, la palabra ”frontiére” es, en sus orígenes, el
femenino del adjetivo ”frontier”, frontero, derivado del sustantivo ”front”, frente.
Tenemos, pues, una etimología parecida a la del español, el portugués y otros idiomas.
En un principio, el registro en el que se emplea es militar: ir a la frontera para formar un
frente. Las fronteras han adquirido otras funciones ya no estrictamente militares, que se
reservan el empleo de la noción de ”frente”, o de ”línea de frente”. Pero la etimología
recalca la estrecha relación original entre las palabras ”frente” y ”frontera”; muchas
fronteras, hoy tranquilas, fueron ayer frentes, y lo contrario ocurre también.
8 Las fronteras son estructuras espaciales elementales de forma lineal, con función de
discontinuidad geopolítica y de realización, de referencia, en los tres registros de lo real,
lo simbólico y lo imaginario. La discontinuidad opera entre soberanías, historias,
sociedades, economías y Estados, y también, a menudo aunque no siempre, entre lenguas
y naciones. La función de realidad está constituida por el límite espacial del ejercicio de
una soberanía en sus modalidades propias: línea abierta, entreabierta o cerrada. El
carácter simbólico remite a la pertenencia a una comunidad política inscrita en un
territorio que es el suyo, y tiene relación con la identidad. La dimensión imaginaria
incluye la connotación de la relación con el otro, el vecino, amigo, y por lo tanto de la
relación consigo mismo, con la propia historia y con sus mitos fundadores o destructores.
9 Desde una perspectiva geopolítica, se distingue que las fronteras de un Estado territorial
y nacional, situado por ejemplo en Europa, se constituye según una presentación muy
esquemática.

1. En primer lugar, las fronteras son el perímetro que delimita un conjunto espacial,
un Estado que ha alcanzado una cohesión política interna y una homogeneidad
económica suficientes como para que las principales líneas divisorias no atraviesen
ya el interior del territorio ni la colectividad humana, sino que se vayan
desplazando, gracias a un cambio de escala, a una posición de límite. Así, las
barreras arancelarias, que tiempos atrás eran interiores y constituían obstáculos
para la organización de un mercado más unificado, se han desplazado al perímetro
fronterizo, adquiriendo además una mayor continuidad. El área de extensión de la
autoridad del aparato del Estado, al igual que la del sentimiento de pertenecer a una
colectividad basada en intereses concordantes, coinciden con un territorio singular
que, de tal modo, se encuentra dotado de un valor de homogeneidad simbólica, la
patria, y de una uniformidad político-administrativa.
2. Las fronteras constituyen, al mismo tiempo, un plano de separación-contacto o, aún
mejor, de diferenciación de las relaciones de contigüidad con otros sistemas
políticos, que no son forzosamente ni de la misma naturaleza ni del mismo grado de
elaboración. Las funciones estratégicas o geomilitares (defensiva/ofensiva) y
diplomáticas, a la par de las de barrera arancelaria, migratoria o sanitaria, se hallan
así aseguradas. Las fronteras políticas, examinadas en los mapas, se presentan como
los perímetros de los Estados. El perímetro se entiende como el límite exterior de un
conjunto espacial. Esta línea envolvente terrestre se compone de diadas en una
frontera común a dos Estados y cada diada se compone de segmentos. El trazado de
una frontera debe analizarse a diversas escalas, según que se interese uno por la
totalidad del perímetro, por una diada en particular, o por un segmento preciso. En
el fondo, el método de análisis consiste en reconstruir las sucesivas etapas del
razonamiento geográfico que ha desembocado en su trazado. Por lo demás, esto
guarda coherencia con el proceso técnico de determinación de una frontera, que
comporta tres etapas: la atribución del territorio, la delimitación de una frontera y
la demarcación del trazado. La primera etapa se realiza sobre mapas a escala muy
reducida, que incluyen a veces porciones enteras de continentes, y en función de
intereses políticos globales. La segunda etapa supone negociaciones más precisas,
que se llevan a cabo a escalas intermedias: tras un acuerdo sobre esas líneas
generales, se nombran comisiones de demarcación. La elaboracion de las fronteras –
desde la decisión hasta el trazado sobre el terreno– se compone así de una sucesión
de razonamientos y de operaciones realizadas a escalas muy diferentes y sobre
conjuntos espaciales de muy diversas dimensiones: se trata de un proceso
fundamentalmente multiescalar.

CRÍTICA DE LAS REPRESENTACIONES Y DE LOS FALSOS


DILEMAS
10 Sobre la base de esta definición funcional de las fronteras parece necesario evocar, en
forma crítica, las tipologías clásicas. Éstas, en realidad, no son más que representaciones
y falsos dilemas en los que, con mucha frecuencia, se encierran los debates sobre las
fronteras. Por ejemplo, en la literatura jurídica se distinguen fronteras ”naturales” y
fronteras ”artificiales”.
11 En el primer caso, se trata de segmentos fronterizos que coinciden con soportes de tipo
hidrográfico o topográfico. En derecho internacional público, las fronteras ”naturales” se
oponen a las llamadas fronteras ”artificiales” para cuya demarcación no existen puntos
de referencia física. En realidad, todas las fronteras son ”artificiales”, ya que quienes las
trazaron tuvieron que escoger entre varios ríos o entre varias montañas posibles. La
naturaleza no ofrece trazados predeterminados, sino configuraciones físicas que pueden
tener, en un contexto dado, interés particular para una delimitación.
12 Suele hablarse también de fronteras arbitrarias y de fronteras convencionales, con
referencia a las modalidades de los trazados. Claro que muchos pueblos se han visto
cortados en dos o más por decisiones adoptadas desde lejos, antaño, en las oficinas del
Foreign Office, del Quai d'Orsay, de la Friedrichstrasse, del Escorial, del Departamento
de Estado o en una ciudad turística del Mar Negro, en Yalta, o, hace poco también, en la
base militar de Dayton. He calculado que menos del 2 % del total de las fronteras
trazadas en Europa durante el siglo XX resultan de un plebiscito. Tampoco los Estados
implicados son siempre objeto de consulta. Pero un método arbitrario de delimitación no
conduce necesariamente a trazados arbitrarios, es decir carentes de significación. Todas
las fronteras contienen una parte de arbitrariedad. No hay que cotejarlas con un trazado
ideal, sino valorarlas en lo que son: construcciones geopolíticas con fecha. El modo
convencional, que la tradición opone al modo arbitrario, tampoco constituye una
garantía de validez.
13 Hay también un tema recurrente que es el de la frontera colonial. Ésta se presenta desde
el exterior como injusta y tal argumento se esgrime, a veces, desde el interior, en caso de
litigio, y eso desde América Central hasta China. Muchas fronteras de África son
fronteras de cancillería. Lejos de ser los resultantes de procesos internos de formación
territorial, estas fronteras han sido impuestas por agentes exteriores y lejanos como
límites imperiales o subdivisiones administrativas durante el periodo colonial. Pero se
han operado numerosas remodelaciones en América Latina en el siglo XIX, en Asia en el
siglo XX, así como en ciertas partes de África (Etiopía, Marruecos) después de las
independencias, en un contexto de luchas nacionales y también de violencia política
interna. Además, las zonas fronterizas fueron propicias a la formación de frentes político-
militares y de contrafrentes, que muestran la falta de integración nacional aceptada o
negociada. Eso vale de Guatemala y México a Myanmar y las Filipinas, pasando por
Mozambique y Liberia.
14 Las herencias están más o menos asumidas. En estos casos, las fronteras ya no son
coloniales, pero son, por ello, conforme al modelo geopolítico de referencia, el del Estado-
Nación, tal como está representado en las Naciones Unidas. Las fronteras nacionales son,
antes que nada, una estructura tipo, o sea, la expresión de un objetivo en el horizonte, de
una meta que alcanzar, como escribe Raymond Aron (en su libro mayor, Guerre et paix
entre les Nations), el Estado nacional del que proceden en Europa. En numerosos
Estados de África y de Asia así como en América Central y Andina, lo que está en juego,
en la actualidad, es la formación del Estado territorial: ”unidad de acción de una unidad
política, soberana dentro de los límites trazados en el mapa”.
El soberano –el rey, o sus sucesores burgueses– tiene la capacidad de imponer su voluntad
sobre toda la extension del territorio. O dicho de otro modo, se ha asegurado el monopolio de
la fuerza militar en el interior, con lo que, en el exterior, aparece como el representante de la
colectividad, en cuyo nombre tiene el derecho de hablar, al proteger su independencia
mediante una fuerza irresistible en contra de los rebeldes y capaz de afrontar a los enemigos.
El Estado es, por lo tanto, territorial y nacional.

15 Es preciso, pues, contextualizar la cuestión de la frontera en el momento histórico


particular a cada Estado en cuanto al grado de ”integración” nacional y, antes, territorial
que ha conseguido. Eso nos lleva al problema de la ”buena frontera”. De hecho, las
nociones clásicas evocadas antes funcionan como conceptos que obstaculizan la
comprensión de los fenómenos geopolíticos. Pero la persistencia de su empleo responde a
una preocupación más general, la ”calidad” de los trazados fronterizos que, según se ha
creído a menudo, sería mejor cuanto más coincidiera con líneas ”dispuestas” de
antemano. ¿Por quién? Por ello el acto de trazar fronteras participa de modo temible de
lo sagrado.
16 Juristas y diplomáticos siguen aferrados a la idea que se hacen de la ”geografía”, que sólo
es para ellos una geografía física, inmutable. Y conceden poca consideración a la
geografía humana de las zonas donde decisiones, sentencias, arbitrajes de trazados están
en juego. Del mismo modo, se refieren, de manera lógica, a los textos antiguos. Eso
complica después la toma en cuenta de los rasgos humanos concretos del presente
cuando se trata de demarcar fronteras hoy en día. No se puede prejuzgar la calidad de
una frontera. Lo que importa es la calidad de la interacción humana, económica y
política, que se construye en torno de la díada existente. En realidad, no existe une buena
frontera en absoluto y menos aún una frontera ideal, sino fronteras reales que o son
reconocidas de modo simétrico como legítimas por ambos vecinos –gobiernos y
sociedades– o presentan más ventajas políticas, económicas, estratégicas para los unos
que para los otros, en un momento dado.
17 Parece loable entonces que nos desprendamos de un antropomorfismo que consiste en
tranformar los trazados –inertes– en protagonistas de la vida colectiva con fórmulas
tales como: ”la frontera une, separa, hiere...” Desde este punto de vista, no hay problemas
de fronteras en sí; no existen sino problemas de relaciones entre Estados contiguos y
pueblos vecinos en torno de dichas fronteras. Lo importante a considerar es la ”calidad”
de la interacción construida. Una geografía de las fronteras tiene como objetivo dilucidar
los motivos, los agentes y sobre todo los efectos de los trazados y analizar las
interacciones externas e internas que los poderes y los pueblos establecen en torno a
ellas, así como los discursos y las representaciones que les acompañan y sustentan.

UNA TIPOLOGÍA CONTEMPORÁNEA DE LAS INTERACCIONES


FRONTERIZAS

Discontinuidades geopolíticas
18 Después de la caída de la cortina de hierro que todavía subsiste en la pensínsula de
Corea, nuevas fronteras políticas han aparecido, que señalan una función básica de
discontinuidad geopolítica. Vale recordar que el 55 % del kilometraje de las fronteras
europeas ha sido fijado durante el siglo XX y que después de 1989 14,000 kilómetros han
sido establecidas, pero en muchos casos no en forma definitiva. El viejo continente es, a
este respecto, el más nuevo de todos. El fenómeno de fragmentación geopolítica (cf.
Fragments d'Europe, Atlas de l'Europe médiane et oriéntale, París, 1994) sobre una base
nacional o etnonacional no está todavía concluido.
19 La mayoría de los problemas se plantean cuando no hay huellas, trazados anteriores, y
sobre todo cuando hacen falta prácticas democráticas para manejar los inevitables
desacuerdos, de tal modo que las ambiciones nacionalistas de los dirigentes dominan la
escena y conducen a tragedias tales como la que se observó en la antigua Yugoslavia.
Aquí se insiste sobre el hecho de que la democracia debería tener también un campo de
aplicación en las relaciones propiamente llamadas ”internacionales”, porque lo que
mejor define la democracia es un modo de manejar el desacuerdo.

Discontinuidades geoeconómicas
20 Un segundo tipo de interacción fronteriza, de importancia creciente, consiste en las
discontinuidades que existen a raíz de una disimetría económica. La frontera funciona
como un plano de separación/contacto en un contexto de interacción disimétrica o
asimétrica, según los casos. El ejemplo más estudiado, es por supuesto, el de la diada
Estados Unidos con México. Pero no es el único caso. Estructuras similares existen a
torno de la frontera Oder-Neisse, en el Mediterráneo entre Italia y Albania, en este caso
reforzado por los medios que difunden imágenes idealizadas de la modernidad, también
entre Grecia y sus vecinos así como entre Francia y Argelia, Hong Kong y el Guandong o
entre Singapur y la Indonesia del Norte y, mañana, entre las dos Coreas. El acceso más
fácil a informaciones sobre lo que pasa –supuestamente– ”del otro lado” amplifica una
percepción de discontinuidad que juega un papel eminente en las migraciones y las
frustraciones en contra de los gobiernos de los países más pobres. Además, la dialéctica
entre apertura económica e ideológica de un lado y el cierre migratorio del otro puede
provocar tensiones estructurales y permanentes en un mundo mejor informado. La
Unión Europea está enfrentada a ese dilema, sobre todo en su franja sur. Esa tendencia
”pesada” parece sumamente importante en un contexto de integración regional
acelerada.

De los frentes a las fronteras


21 Un tercer tipo corresponde a los frentes político-militares activos que, en Bosnia como en
el Cáucaso, coinciden con frentes étnicos impuestos por partidos nacionalistas. Guerras
político-étnicas han afectado a muchos países, de Bosnia a Sri Lanka, incluyendo
Myanmar, Kashmir, Tayikistán, Chechenia, Azerbaiyán, Sudán, Rwanda y Burundi. En
los últimos cuarenta años, 27 guerras étnicas se han terminado. De las 27 consideradas,
12 fueron ganadas por un lado –generalmente el grupo central del Estado–, 5 se
terminaron con una partición, 2 por la ocupación militar por un tercer país y una
partición de hecho; sólo 8 acabaron con un acuerdo que evitara la partición del país. En
la mayoría de los casos, la guerra tiene también como objetivo modificar a fuerza la
distribución geográfica de la población y ”adaptarla” a los nuevos frentes.

De las fronteras a los frentes


22 Una cuarta categoría implica fronteras políticas reconocidas por la llamada comunidad
internacional pero que siguen siendo consideradas como injustas por el imaginario
colectivo y como desiguales por los gobiernos. Dos ejemplos para ilustrar el proceso de
retroversión: la larga frontera entre India y Paquistán está consolidada como frente
militar permanente, lo que impide cualquier tipo de integración económica regional en
la Asia Meridional. En América Latina, el conflicto armado entre Perú y Ecuador en los
inicios de 1995 participa también de una representación frustrada de uno de los dos
Estados en cuanto al resultado del Protocolo de Río de 1942, aunque dicho protocolo
ofrece acceso libre a los tributarios del río Amazonas después de una demarcación del
segmento litigioso de la cordillera del Cóndor. Eso indica bastante claro que el estatuto
de frontera internacional, definida con tratado de límites, no garantiza relaciones
pacíficas cuando hay intereses que conspiran para mantener una situación de tensión.

Las fronteras indecisas


23 Este quinto tipo es una categoría bastante amplia y frecuente. Es el caso a lo largo del
perímetro del Estado ruso cuyo trazado resulta tanto de decisiones político-
administrativas del siglo XX en el marco del sovietismo como del uso de trazados
históricos anteriores. De un cierto modo, se podría estimar que la nueva Rusia es un
Estado que no sabe dónde están sus fronteras políticas, lingüísticas, nacionales y
estratégicas. Eso explica las tentativas para reorganizar una comunidad más integrada
con los nuevos Estados, la denominada ”comunidad de los Estados independientes”,
sucesores de la Unión Soviética. En la misma categoría se prodrían incluir a las fronteras
pendientes donde el trazado permanece en forma provisional.
24 En el caso muy complejo del Oriente Próximo, criterios de seguridad para Israel se
combinan con una estrategia de ”colonización” de tipo urbano en Cisjordania y en los
alrededores de Jerusalén, con nuevos suburbios de ”colonias de poblamiento” situados
voluntariamente al Este de la ”línea verde” que separa Israel de la Cisjordania. Es una
forma moderna de control territorial basada en argumentos bíblicos, estratégicos y
urbanísticos. Dos pueblos para una sola tierra, donde cada uno se refiere a ”derechos
históricos” obvios y a una semántica geográfica específica. La superposición espacial de
las representaciones geopolíticas de cada nación no permite encarar un arreglo
equilibrado sin renuncia mutua a objetivos incompatibles. Se puede también identificar
una situación específica de fronteras indecisas cuando el trazado internacional no
coincide todavía con una ocupación humana efectiva y ni siquiera con un control real por
el aparato del Estado. Es el caso de muchas zonas fronterizas en América Central y en la
cuenca del Amazonas. Así existe un espacio intermedio entre el límite externo y la franja
de ocupación humana y administrativa efectiva, donde frentes pioneros pueden
expandirse. Dinámicas pioneras se observan en América Latina como en Asia del sureste.
25 Ocurre a veces que los frentes agrícolas pioneros transgreden la frontera política como se
nota en las zonas orientales de Paraguay y Bolivia por parte de los colonos brasileños. El
estudio de la interacción entre la frontera política y los frentes pioneros constituye desde
luego un campo de análisis importante para elaborar, como parece que se desea hoy en
América Central, formas de cooperación transfronterizas en áreas periféricas pero no
siempre en sus propios Estados.

EL LABORATORIO GEOPOLÍTICO EUROPEO


26 En Europa se desarrolla, desde unos cuarenta años, una experiencia bastante original e
inédita de ”devaluación” de ciertas funciones de las fronteras políticas. Es una evolución
que contradice el movimiento histórico mencionado al inicio que se definía como un
esfuerzo estatal para juntar todas las funciones de una frontera en el mismo y único
perímetro: control migratorio y sanitario, barrera arancelaria, límite de defensa y de
definición de los intereses ”vitales” y por supuesto perímetro del mercado interno
protegido. Con la integración europea, se puede observar una disociación espacial del
ejercicio de las funciones principales. Es decir que no están suprimidas sino que se
ejercen en límites distintos. Por ejemplo, en el caso francés, el sistema de defensa se
limita a considerar el territorio nacional, pero la frontera migratoria ya se ubica en el
límite externo de los nueve Estados que se conjuntan para manejar en forma concertada
los flujos de origen externo. Las reglas del mercado único se aplican a quince Estados
pero a fines del siglo el área de la moneda única, la zona Euro, se limitará a seis o siete
países que conformarán un ”núcleo duro” de estabilidad monetaria, lo que implica
discontinuidades internas en la Unión a este respecto. La geometría variable configura
con precisión la nueva geografía de la Unión. En cuanto a sus relaciones con los demás en
el continente, hay claramente una nueva diferenciación entre los Estados que podrán
integrar la Unión en los años 2000-2002, como los Estados de Europa Central, y los
demás. Eso indica que el avance de la Unión, como polo de reorganización del continente,
puede al mismo tiempo inducir nuevas fronteras institucionales según el ritmo de
ampliación hacia el Este.
27 Para manejar la presión migratoria, la Unión tiende a transferir la función de control a
los perímetros orientales de los futuros miembros de tal modo que la frontera oriental de
Polonia, por ejemplo, funciona como frontera migratoria efectiva de Alemania. Una
perspectiva similar se perfila en cuanto a los futuros límites de la seguridad de la Unión,
con la OTAN. La administración arancelaria modifica su disposición espacial: ella cierra
muchos puestos de control ubicados en la frontera pero se establece en las zonas de
producción industrial para la exportación y en los grandes nodos de comunicación, así
que se puede hablar de un proceso de ”fronterización” del territorio útil.
28 El proceso de integración económica y política modifica en forma radical la geografía
efectiva de las funciones fronterizas con una disociación espacial. Es demasiado
temprano para saber si, siguiendo un proceso secular de agrupación de las funciones en
un límite único, la Unión Europea tendrá en las décadas que vienen un perímetro externo
único y multifuncional, donde el área monetaria, el espacio de defensa, la integración
política acabarían por coincidir en una confederación de Estados-Naciones en acuerdo
para transferir en una base voluntaria atributos mayores de soberanía.
29 Al final, tenemos un panorama contrastado. Más allá de los problemas técnicos, la
cuestión de las fronteras evoca como un espejo el desafío de la relación con el Otro y
también a sí mismo, con los mitos fundadores y destructores de la identidad nacional.
Como lo subraya el escritor italiano y fronterizo –él vive en Trieste– Claudio Magris, ”la
frontera es un ídolo que exige sacrificios humanos”. Al mismo tiempo, la experiencia
europea parece indicar que se puede rebasar, en un contexto democrático –condición
imprescindible– el carácter de frente que contiene cada frontera y transformar líneas
imaginarias en lugares de interacción positiva. Entre el frente étnico-político y la
frontera pacificada, legitimada, ”ejemplar” y por tanto abierta –sin dejar de existir como
marco simbólico y de identidad–, se ubica un abanico tipológico bastante amplio. Ojalá
que los que estén a cargo del bien común se atrevan a promover la frontera como lugar
de interacción civilizada.

Endnotes
* L'Observatoire Européen de Géopolitique Lyon, Francia.

Author

Michel Foucher

© Centro de estudios mexicanos y centroamericanos, 2005

Terms of use: http://www.openedition.org/6540

Electronic reference of the chapter


FOUCHER, Michel. Tipología de las fronteras contemporáneas In: Las fronteras del istmo: Fronteras y
sociedades entre el sur de Mexico y America Central [online]. Mexico: Centro de estudios mexicanos y
centroamericanos, 2005 (generated 29 January 2014). Available on the Internet:
<http://books.openedition.org/cemca/655>. ISBN: 9782821828155.

Electronic reference of the book


BOVIN, Philippe (ed.). Las fronteras del istmo: Fronteras y sociedades entre el sur de Mexico y America
Central. New edition [online]. Mexico: Centro de estudios mexicanos y centroamericanos, 2005 (generated
29 January 2014). Available on the Internet: <http://books.openedition.org/cemca/641>. ISBN:
9782821828155.

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