GEOGRAFIA BASICA DEL ECUADOR

TOMO V GEOGRAFIAAGRARIA
Volumen 2

PAISAJES AGRARIOS DEL ECUADOR

Charles Hu ttel
Claude Zebrowski
Pierre Gondard

IRD (ex ORSTOM) Institut de Recherche pour le Développement (Instituto de Investigaci6n

para el Desarrollo)
IPGH Instituto Panamericano de Geografia e Historia (Seccién Nacional deI Ecuador)

IFEA Instituto Francés de Estudios Andinos

IGM Instituto Geogrâfico Militar
PUCE Pontificia Universidad Catôlica del Ecuador
 GEOGRAFIA BA8ICA DEL ECUADOR
TOMO V GEOGRAFIA AGRARIA
Volumen 2

PAISAJES AGRARIOS DEL ECUADOR

•
Publicaci6n realizada en el marco deI acuerdo de Cooperaci6n Cientifica entre el Instituto Paname-
ricano de Geografia e Historia -IPGH-, secci6n Nacional deI Ecuador, y el Institut de Recherche
pour le Développement -!RD (ex üRSTüM)-, con el auspicio deI Institut Français d'Études
Andines -IFEA-, el Instituto Geogrâfico Militar -IGM- y la Pontificia Universidad Cat6lica
deI Ecuador -PUCE-.

Comité: Editorial de la PUCE para la revisi6n cientifica y literaria de "Los paisajes agrarios deI
Ecuador":
Dr. Hernân Andrade, Rector
Lic. Emilio Cerezo, Decano de Ciencias Humanas 4.

Lic. Jesus Aguinaga Z., Director deI Centro de Publicaciones

Dr. Nelson Gomez, Director deI Departamento de Geografia

Revisi6n de textos: IFEA, Anne-Marie Brougère.

Imagen de la portada: Fausto Joaquim, 1995.
Impreso en los talleres deI IGM, 1999.

IRD Institut de Recherche pour le Développement, 75480 Paris Cedex 10, Francia
IPGH Instituto Panamericano de Geografia e Historia, Calle Seniergues y General Pazmiiio,
Apartado 3898, Quito, Ecuador

IFEA Institut Français d'Études Andines, Contralmirante Montero J..41, Casilla 18-1217, Lima 18,
Pero
IGM Instituto Geogrâtico Militar, Calle Seniergues y General Pazmiiio,Apartado 3898, Quito,
Ecuador
PUCE Pontificia Universidad Cat6lica deI Ecuador, Avenida 12 de octubre y Carri6n, Apartado
17-01-2184, Quito, Ecuador

•
© 1999 Derechos de la primera edici6n : IFEA, IGM-IPGH, IRD YPUCE
Este libro corresponde al Tomo 119 de la serie "Travaux de l'Institut Français d'Études Andines".
(ISSN 0768-424X) Il

ISBN 9978-92-163-X

Las opiniones expresadas en este libre son de responsabilidad exclusiva de sus autores
 GEOGRAFIA BASrCA DEL ECUADOR
TOMO V GEOGRAFIAAGRARIA
Volum en 2

PAISAJ ES AGRARIOS DEL ECUADOR

Cha rles Huttel

Cla u de Zebrowski
Pi erre Gondard

con la cola bor aci6n de :

Jean Bo urliau d
Pi erre Ga s s elin
P atrick Le Goulven
Andrés Struve

Instituto de Investigaci6n Insti tuto Panamericano de

par a el Desarrollo Geografia e Historia

: ~ ' a,

~ ~\6.~
~~~
Institut Français
d'Etud esAndines ~r'rt~", n.t •

Inst ituto Francés de Pontifi cia Universidad

Estudios Andinos Instituto Geografico Militar
Cat6lica del Ecuador
 à notre ami Claude

Claude Zebrowski particip6 en la realizaci6n de este volumen desde el principio.

Su tenacidad y sus estimulos nos han permitido llevar a cabo esta redacci6n.
El queria que esta publicaci6n sea una justa retribuci6n para con los agricultores
y una herramienta para los estudiantes.
 Introducci6n G

.
Indice general

Indice general G
Presentaci6n K
Agradecimientos M

A Condiciones generales de la agricultura en Ecuador 1

• l Factores climaticos 1
1 Pisos altitudinales 1
2 Zonas de humedad 1
3 Otros factores 6
4 Variabilidad interanual 7
II Factores morfoedafo16gicos 8
1 Suelos 8
2 Pendientes 10
III Manejo deI agua 14
1 Inundaciones 14
2 Riego 14
IV Panorama hist6rico de la agricultura en el Ecuador 21
1 Los cazadores-recolectores 21
2 Los inicios de la agricultura 23
3 El sistema de cultivo manual 23
4 El sistema de hacienda 25
5 Ocaso de la gran hacienda 27
V Poblaci6n y ocupaci6n deI espacio 31
1 El crecimiento de la poblaci6n total 31
2 La evoluci6n de la poblaci6n rural y urbana 31
3 Las densidades rurales 32
4 Las migraciones rurales 34
5 La evoluci6n de la poblaci6n rural por regiones 35
VI Tenencia de la tierra 37
1 Tamaiio de las propiedades rurales 37
2 La Reforma Agraria y la Colonizaci6n 41
VII Mano de obra agricola 45
1 Las explotaciones con mana de obra familiar 45
2 Disponibilidad de mana de obra 46
3 Mano de oba permanente 0 estacional 46
4 Cantidad de mana de obra 46
5 Mano de obra y mecanizaci6n 46
6 Calificaci6n de la mana de obra 47
• VIII Acceso al crédito 49
1 Necesidad deI crédito 49
2 Fuentes de crédito 49
.. 3 Evoluci6n reciente deI crédito 55
IX Exportaciones deI sector agrario 58
1 Valor total y destinatarios 58
2 Los productos agricolas en las exportaciones ecuatorianas 58
3 Productos de crianza-pesca y productos forestales 59
4 Destino de los productos exportados 60
5 Perspectivas 60
X Los grandes tipos de uso actual deI suelo 62
1 Localizaci6n 62
2 Repartici6n regional 62
H Paisajes Agrarios deI Ecuador

B Componentes deI paisaje 67

Introducci6n 67
l Bosques, arboles y recolecci6n 68
1 Explotaci6n forestal 68
2 Plantaciones forestales 72
3 Arboles aislados 76
4 Las cercas 76
5 Recolecci6n 77
II Pastos, ganaderia bovina y cria de otros animales 81
1 Las condiciones de la ganaderia 83
2 El ganado 89
3 La alimentaci6n deI ganado 91
4 La producci6n animal 99
5 Perspectivas 102
6 Otras crias para carne 103 1:
III Cultivos principales 105
1 Cultivos nativos y especies introducidas 105
2 Abaca 107
3 Algod6n 110
4 Arroz 114
5 Banano 120
6 Cacao 128
7 Café 133
8 Cana de azucar 139
9 Caucho 143
10 Cebada 146
I l Maiz 151
12 Palma africana 158
13 Papa 163
14 Soya 170
15 Té 174
16 Trigo 177
17 Yuca 183
IV Cultivos secundarios 186
1 Cultivos altoandinos 186
2 Hortalizas (principalmente de la zona fria) 189
3 Flores . 191
4 Frutales de la Sierra 199
5 Frutales de la zona calida 204
6 Otros cultivos secundarios 207
V Superficies de los cultivos principales 210

CLos paisajes y los sistemas de producci6n 211 •

lPaisajes poco 0 nada antropizados 213

1 Paisajes a dominante mineraI 214
2 Paisajes vegetales de la Sierra 220
3 Paisajes vegetales deI pise bajo 228
II Paisajes antropizados de los pisos de altura 240
1 Piso frio 241
2 Piso templado 244
3 Los sistemas de los pisos frio y calido y sus dinamicas 253
III Paisajes antropizados deI piso calido 257
1 Vegetaci6n natural y sistemas indigenas 258
2 Mosaicos vegetaci6n natural-cultivos 260
 Introduccion 1

3 Pastizales 263
4 Cultivos de ciclo corto 265
5 Plantaciones perennes 269
6 Los sistemas deI piso câIido y sus dinâmicas 278

Conclusion general 283

Anexos
Fuentes 1
indice de cuadros XIV
indice de figuras XVI
indice de autores XIX

•
 Introduccion K

PRESENTACIÔN

El volumen V de la geografia basica deI Ecuador trata de geografia agraria. Su objetivo es dar
una vision de la distribucion de las actividades agricolas en el pais, mostrando las diferentes
'". relaciones que mantienen dichas actividades con el medio natural y con el mercado. Constituye la
descripcion deI sector agricola dentro deI panorama que la geografia basica se propone dar deI
pais. Pero es a la vez un complemento indispensable deI mapa de utilizacion actual de los suelos a
escala 1: 1000000.

Este mapa -distribuido con este volumen- resulta de la sintesis de los mapas a mayor escala,
elaborados dentro deI inventario de recursos naturales realizado por el Programa Nacional de
Regionalizacion Agraria -PRONAREG- y el "Institut de Recherche pour le Développement -
IRD- (mejor conocido bajo su precedente denominacion "Institut Français de Recherche Scienti-
fique pour le Développement en Coopération -ORSTOM-). El paso a una escala menor conduce
obligatoriamente a una pérdida de informacion, por la «generalizacion» que suaviza los contomos,
elimina unidades demasiado pequefias y agrupa unidades tematicamente cercanas, ignorando 10
que las diferencia, para no conservar sino las caracteristicas dominantes comunes.

Mapa de las formaciones vegetales y de la utilizaci6n actual

de los suelos

Las unidades de paisajes representados en este mapa a escala 1: 1000000 son

simples 0 compuestas. Las unidades simples se refieren a un solo cultivo 0 a un solo
tipo de formacion vegetal natural (por ejemplo, C41, TH 0 VH, V40 respectiva-
mente). Las unidades tematicamente cercanas se distinguen por:
-presencia!ausencia de uno 0 de varios componentes, coma P33/P34 0 T44fl'45;
-cambios notables en la proporcion de los componentes, coma D32/D33;
-combinacion de estas dos variaciones, casa el mas frecuente.

La clasificacion de las unidades en la leyenda deI mapa se hace a varios niveles:

-intensidad de la antropizacion deI media; desde las unidades Ox de los paisajes
minerales y las notadas Vxx de vegetacion natural, se pasa por los mosaicos de
vegetacion natural con cultivos, Dxx, después a las praderas, Pxx, para llegar a los
cultivos anuales, Cxx, y a las plantaciones permanentes, Txx;
-escalonamiento altitudinal (0 térmico); las unidades estân marcadas xIx para el
piso superior frio, x2x para las unidades deI piso intermedio, y x3x, x4x 0 x5x para
el piso bajo calido;
-diferencias de humedad dentro de cada piso térmico, si las hubiera;
-cultivo dominante en un conjunto de unidades (el maiz en C22 a C24, 0 el cacao en
T42 a T46).

En el texto, para la presentacion de los sistemas de produccion, se ha dado mayor

importancia al escalonamiento altitudinal. Cada piso es objeto de un capitulo sepa-
rado, ya que a pesar de las marcadas similitudes entre las unidades D, P, C 0 T,
existen relaciones mucho mas fuertes entre las diversas unidades de un mismo piso.
Asimismo, si algunas plantas coma el maiz pueden encontrarse en mas de un piso
térmico, su cultivo tiene pocos puntos cornunes entre la region costera y la region
montafiosa.
L Paisajes Agrarios deI Ecuador

Para captal' la diversidad y la riqueza de la agricultura ecuatoriana, para conocer mejor sus
productos y sus sistemas de producci6n, el mapa solo no bastaba; era indispensable una larga nota
explicativa. Para hacerlo de manera satisfactoria, ha sido necesario volver al campo, actualizar las
observaciones, consultaI' las estadisticas, preguntar a los sectores productivos, desde el agricultor
hasta los organismos corporativos u oficiales. También ha habido que tomaI' en cuenta el reciénte
desarroHo de cultivos no mencionados en el mapa, pero que presentan un nuevo interés econ6mico.

Este trabajo de recopilaci6n de datos a veces antiguos y de actualizaci6n parcial, pasando de la

descripci6n a algunas tentativas de explicaci6n, representa en primer lugar la valorizaci6n deI tra-
bajo de un equipo numeroso durante varios anos. Los autores se dieron cuenta pronto de la existe-
ncia de una demanda pOl' este tipo de informaci6n, de parte de un amplio sector: de alumnos y
estudiantes, maestros y profesores, polfticos y responsables, curiosos deI entorno nacional en gene-
l'al. Los autores esperan que este publico tan diverso encuentre aqui bases para satisfacer sus
expectativas.

Las etapas Rucesivas de elaboraci6n deI documento han sido las siguientes:
·Cartografia a gran escala, de 1: 500000 1: 200000 segtin la regi6n, incluyendo primera un reco-
nocimiento samero deI terreno, luego la interpretaci6n de las fotografias aéreas 1, después la actua-
lizaci6n y la verificaci6n sobre el terreno y, finalmente, la restituci6n sobre un fondo cartografico.
Esta primera fase de trabajo se Hev6 a cabo de 1975 a 1985 en el marco de un inventario nacional
de recursos naturales realizado pOl' PRûNAREG-IRD (antes ûRSTûM).
·Sintesis de la informaci6n a escala 1 : 1000000, después de una rapida actualizaci6n en el campo
y de trabajos complementarios en la regi6n ar.:laz6nica (L6pez F.). El mapa fue hecho pOl' Gondard
P., Huttel C., L6pez F., WinckeH A. y Zebrowski C., con la coordinaci6n cientifica de Gondard P.
Fue impreso en 1990 pOl' el IGM.
• Antes de la elaboraci6n de este tomo de la Geografia Agraria, una ultima misi6n pluridisciplina-
ria de campo recogi6 las informaciones necesarias, en 1993. A la misma fecha se reunieron las
estadisticas oficiales publicadas para el ano 1991.
• La redacci6n de este volumen fue larga, con una evoluci6n desde la nota cartografica inicialmente
prevista hasta la obra presente. Las informaciones, que aqui se presentan, estan parcialmente
desactualizadas, debido al dinamismo de ciertos sectores de la agricultura ecuatoriana; sin
embargo, dan una imagen fiel de la situaci6n a principios de la década deI noventa. Nos ha pare-
cido interesante, en aIgunos casos, incluir los ultimos datos hasta 1997. En la redacci6n, hemos
tratado de dar mayor importancia, siempre que ha sido posible, a las ilustraciones, los mapas 2 y
los graficos, para asi facilitaI' la lectura de las informaciones. La confecci6n deI presente volumen,
iniciada pOl' Gondard P., ha estado a cargo de Huttel C. y Zebrowski C., con colaboraciones para
algunos temas particulares. Al final deI volumen hay una lista de los capitulos con sus autores.

Hemos ampliado el campo inicial de la obra, en una progresi6n que va desde las condiciones que
rigen la actividad agricola hasta una tentativa de descripci6n de los sistemas de producci6n,
pasanrl,) pOl' fichas de los cultivos.

La primera parte de la obra presenta entonces las condiciones generales de la agricultura en el

Ecuador. En primer lugal', los factores fisicos limitan la gama de cultivos posibles. Después, la
historia, asi coma las condiciones socioecon6micas, determinan la elecci6n de la utilizaci6n de los
suelos. Algunos de estos temas, a veces lejanos a nuestras competencias, pueden sel' tratados de
manera un tanto superficial.

La segunda parte describe los componentes de los paisajes, bosques, pastos y campos identifi-
cados pOl' las especies que crecen en eHos. Se insiste en los cultivos mas importantes.

La tercera parte presenta los paisajes y los sistemas de producci6n. Se basa en 10 observable,
los paisajes, para abordaI' los tipos de usa deI suelo, los sistemas de producci6n.

1 Fotografias a diferentes escalas, principalmente entre 1:40 000 y 1:80 000, tomadas entre 1956 y 1978.
2 En los mapas de este volumen, los limites deI territorio nacional inc1uyen las delimitaciones acordadas en
octubre 1998 entre Ecuador y Peru
 Introducci6n M

AGRADECIMIENTOS

Los autores agradecen en primer lugar a los equipos, jefes de departamentos y directores deI
Programa Nacional de Regionalizaci6n Agraria -PRONAREG-, cuyos trabajos de inventario
cartogrâfico bâsico se han realizado dentro deI marco de acuerdos celebrados entre el Ministerio de
Agricultura y Ganaderfa -MAG- y el "Institut de Recherche pour le Développement" -IRD-
(antes ORSTOM).

Para conseguir informaciones complementarias a las que se pueden leer en los paisajes, hemos
tenido que solicitar la ayuda de numerosos organismos nacionales 0 regionales, generales 0 espe-
cializados, de derecho publico 0 privado, asf coma la de muchas empresas comerciales 0 agroindus-
triales. Les agradecemos el habernos facilitado sus datos estadfsticos y la visi6n general de los
sectores que cubren.

Las conversaciones con los agricultores constituyen un aporte de gran importancia para la
interpretacion de los paisajes, la conduccion de los cultivas y la comprensi6n de los sistemas de
producci6n. Estas entrevistas improvisadas, a menudo realizadas al borde de las parcelas, s610 han
sido posibles gracias a la amabilidad y paciencia de los campesinos. Agradecemos a todos, tanto al
humilde minifundista serrano 0 montubio coma al hacendado.

La elaboraci6n final de este volumen debe mucho a quienes participaron en la traducci6n y la

revisi6n de los textos redactados en francés 0 en un espaiiol aproximado, especialmente a la seiiora
Brougère A.-M. deI IFEA y al comité editorial de la PUCE. La impresi6n de la maqueta final se
realiz6 en el Laboratorio de Cartograffa deI IRD en Bondy, Francia, y cont6 con la eficaz ayuda de
Peltre P.
 Condiciones de la Agricultura l Condiciones climaticas 1

PARTE A

CONDICIONES GENERALES DE LA AGRICULTURA EN

EI.~ ECUADOR

1 FACTORES CLIMATICOS

La localizaci6n deI pais y su relieve determinan la existencia de regiones contrastadas, cada

una con sus limitaciones fisicas y su propia gama de cultivos posibles. Los dos principales factores
de la distribuci6n de las formaciones vegetales naturales y de los cultivos son la tcmperatura y la
pluviometria.

El Ecuador esta situado en la zona de convergencia intertropical y sujeto a una altemancia de

estaciones humedas y secas. Seglin la distribuci6n de las lluvias a 10 largo deI ano, el clima es de
tipo tropical (con una sola estaci6n lluviosa, en la regi6n costera) 0 ecuatorial (con dos estaciones
lluviosas, en la regi6n interandina) 0 poco contrastado (con lluvias constantes sin un maximo
claramcnte marcado, en la regi6n amaz6nica).

Sin considerar la disminuci6n, con la altitud, de los promedios anuales, las temperaturas son
practicamente constantes a todo 10 largo deI ano (la amplitud de las variaciones cotidianas es
superior a la de los promedios mensuales).

La divisi6n en pisos altitudinales y en zonas de humedad proviene esencialmente de los traba-

jos deI equipo üRSTüM-PRüNAREG sintetizados en 1978, asi coma de algunos trabajos anexos de
Pourrut (1983), Nouvelot (1984) y Huttel (1988). Los trabajos de Canadas (1983) proponen otra
sintesis de las limitaciones climaticas.

1 Pisos altitudinales moderada y no de clima templado), cubre la

El analisis de los datos de las estaciones cli-
matol6gicas muestra una disminuci6n de las
temperaturas promedio anuales deI orden de 1 0
.por cada 300 m de altitud. La vegetaci6n se
• diferencia a 10 largo de un importante gra-
diente altitudinal. La utilizaci6n agricola
alcanza los 3 800 m.s.n.m. y la altitud maxima
deI pais supera los 6 000 m. Los cultivos, al
igual que la vegetaci6n natural, reflejan este
escalonamiento, habiéndose escogido tres pisos
para la elaboraci6n deI mapa de los paisajes
agrarios. El mas bajo, llamado "piso calido»,
tiene coma limite superior el de los cultivos de
cana de azucar; el intermedio, denominado
"templado» (en el sentido de una temperatura
zona montanosa productora de maiz; el piso
"frio» corresponde a la zona de cultivo situada
por encima deI predominio deI maiz. Las cimas
mas elevadas corresponden a un piso mineraI y
abi6tico.
2 Zonas de humedad
El territorio deI Ecuador recibe precipitacio-
nes muy variables que defi!len zonas con condi-
ciones de humedad sumamente contrastadas.
Las precipitaciones anuales varian desde 100 mm
aproximadamente hasta mas de 5000 mm, pero
los regimenes de distribuci6n de tales precipi-
taciones, al igual que las diferencias de altitud,
2 Paisajes Agrarios deI Ecuador

1 Zonas climâticas 1
Esmeraldas

/
/
/
/
/

<,
1

1
(

1
.;
1
 Condiciones de la Agricultura l Condiciones climâticas 3

Pinta

41 Genovesa
Marchena

Santa
Cruz San
Crist6bal

Santa Fe
Puerto Ayora ~
Puerto
Baquerizo
Moreno

Santa Maria ~ Espafiola

(Flore ana) YI

o 100 200 km

Zonas de humedad LImites de los pisos altitudinales

Zona Élrida (12 meses secos) LImite superior dei piso de baja altitud
limite interior dei piso de altitud intermedia
Zona muy seca (10-11 meses secos)
LImite superior dei piso de altitud intermedia
limite interior dei piso de altitud elevada
1 Zona seca (8-10 meses secos)
1

LImite superior dei piso de altitud elevada

Zona humeda (4-8 meses secos) limite interior dei piso de altitud muy elevada

1-------1
! Zona muy humeda (1-4 meses secos)

Zona hiperhumeda (ningun mes seco)

o LImite superior dei piso de muy alta altitud
limite interior de las cumbres sin vegetaci6n

Manglares
1~
Riobamba
Quito y Guayaquil

Capitales provinciales
•
Daule Otras ciudades
•
'-----. Carreteras principales

Figura Al: Pisos altitudinales y zonas de humedad

Temperatura
>20/22° 0-10° <00
romedio anual
Pisos altitudinales CÂLIDO >< TEMPLADO FRIO MUYFRIO MINERAL
(Geograffa Agrarfa)
Zonas Numero de
de humedad meses secos

Arida 12 <300

Muy seca 10-11 300-600 700-1 000 Zonas

Seca 8-10 500-2000 400-1 000 de humedad

no
Humeda 4-8 600-2500 800-1 500 600-1 200 600
identificadas
MuyhUmeda 1-4 1 800-6500 700-3000 600-2000 1000

Hiperhumeda 0 2500-6500 2000-4000 1 000-3000 1 000-2000

Cuadro Al: Los pisos altitudinales y las zonas de humedad con sus precipitaciones anuales promedias

• •
 Condiciones de la Agricultura 1 Factores climâticos 5

1 Heliofanfa y Nubosidad 1

. ~-~,~
,
,
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,
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"

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Limite superior dei

,1 ~ pise bajo y calido
Limite inferior dei·
'-...1
," "" , ' pise de los paramos
.
,
, -, Principales ciudades

•••
,
,
, ,, , Carreteras principales

o 100 200 km
.--~=--===------''''''====--_''!
.......... ,

Numero de horas-sol por ano 90 0 W

Ct menas de 900
Neblinas estacionales o ,'1
(regi6n costera) y nubes
i) mas de 900 hasta 1 200 casi permanentes
(pendientes de los Andes)
• mas de 1 200 hasta 1 500
•
• mas de 1 500 hasta 1 800

• masde1800

Figura A2: Reparticion de las principales zonas

con neblinas 0 nubes -permanentes
o estacionales- y rangos de o
heliofania anual
6 Paisajes Agrarios deI Ecuador
hacen que los totales anuales no reflejen sino
de manera imperfecta su efecto biol6gico. El
parâmetro que mejor corresponde a la distribu-
ci6n de la vegetaci6n natural y de los cultivos
es el numero de meses secos por aIÏo, es decir
aquellos durante los cuales las lluvias no bas-
tan para una adecuada alimentaci6n hidrica de
las plantas. Se estim6 dicho parametro para
todas las estaciones pluviométricas deI pais y,
luego, se 10 relacion6 con los cultivos 0 la vege-
taci6n natural vecina a cada estaci6n. Poste-
riormente, se reunieron los datos de las esta-
ciones en diferentes clases, en funci6n de la
utilizaci6n deI suelo (ver capitulo «Clima y
vegetaci6n» deI tomo de Geografia Fisica).
El mapa de la figura Al representa la divi-
si6n deI pais en pisos térmicos y en zonas de
humedad. Para facilitar la localizaci6n, se han
agregado las principales carreteras, las capita-
les provinciales y otras grandes ciudades. En el
resto de la obra, se daran, muy a menudo,
croquis cartograficos con los mismos elementos
de base (limites deI pais, red vial, ciudades y
limites climaticos).
Para dar cuenta de la distribuci6n de las
formaciones vegetales naturales, se utilizaron 5
Figura B3: Precipitaciones anuales desde la abertura de dos estaciones meteorol6gicas
A Guayaquil desde 1915 B Quito desde 1881 (x == datos faltantes)
mm/afio
4000
3000
2000
1 000
0
1920
mm/afio
2000 8 Promedio
1 000
0 x xx JO( x
1900 1910 1920
pisos térmicos (en el volumen de Geografia
Fisica). El cuadro Al resume las caracteristicas
de los pisos y de las zonas, e indica igualmente
la correspondencia entre la divisi6n en pisos de
la «Geografia Fisica» y la utilizada en este
volumen de la «Geografia Agraria».
3 Otros factores
Otros parametros climaticos pueden tener
importancia en la distribuci6n de los cultivos.
19ual numero de meses secos por aIÏo no tendra
el mismo efecto si las lluvias se reparten en
una 0 dos estaciones lluviosas. Asi, el régimen
pluviométrico incidira también en los calenda-
rios agricolas de varios cultivos.
En la zona calida, muchos cultivos requieren
un elevado numero de horas de insolaci6n. En
la regi6n costera, valores elevados de insolaci6n
se encuentran s610 en la franja litoral y los
valores disminuyen rapidamente tierra
adentro, debido a las neblinas de estaci6n seca
(garda) en los relieves costeros 0 a las nubes
casi permanentes existentes en las vertientes
andinas. El mal estado de las plantaciones de
palma africana en la regi6n costera son conse-
A
Promedio
1930 1940 1950 1960 1970 1980 1990 •
1930 1940 1950 1960 1970 1980 1990
 Condiciones de la Agricultura 1 Condiciones climaticas 7

Figura A4: Frecuencias observadas de ntimeros de meses secos seguidos

A Guayaquil B Quito

50 % 50 %

40 40

30 A 30

20 20

10 10
Numero de meses
0 --.-----, secos seguidos
0 2 4 6 8 10 12 0 2 4 6 8 10 12 porano
•

cuencia de una insuficiencia de insolacion (ver varian muy poco de un afio a otro, no sucede 10
«palma africana» en la parte B 11112). Las mismo con las lluvias en las que inciden las
cuencas interandinas y, en menor medida, la modalidades deI paso deI FIT y sobre todo los
llanura amazonica tienen valores fuertes de eventos excepcionales de El Nifio. La estacion
insolacion (mapa de la figura A2) climatica mas antigua de la regi6n costera,
Guayaquil, tiene registros pluviométricos desde
Los aportes de humedad de las neblinas y 1915 (figura A3A). Tomando coma base una
nubes (figura A2) tienen también un efecto pluviometria media deI orden de 1100 mm y la
positivo, al prolongar la estacion humeda mas distribucion promedio de las l1uvias, se
alla de la estacion lluviosa y al permitir la encontraron 7 a 8 meses secos por afio en esa
ampliacion de ciertos cultivos fuera de su zona estacion, pero estimando el ntimero de meses
climatica optima. La existencia de café arabica secos afio por afio, los valores varian desde 3
fuera de su zona optima de humedad se debe a hasta 10 (figura A4A).
la gartia. La importante nubosidad de los
piedemontes andinos reduce la insolaci6n y Los registros de la estacion climatol6gica
aumenta la humedad atmosférica, 10 que favo- mas antigua deI pais, Quito, se remontan a
rece parcialmente a los pastizales de esas 1891 (figura A3B). Si bien en ella las variacio-
regiones pero, debido a la proliferaci6n de los nes de las precipitaciones anuales son menos
epifitos, perturba la produccion de citricos en importantes (sobre todo porque los eventos de
las plantaciones de piedemonte (ver unidad - El Nifio tienen una incidencia mucho menor),
cartogrâfica T58). la gama deI ntimero de meses secos por afio
sigue teniendo la misma amplitud (figura A4B).

4 Variabilidad interanual Los cultivos pluviales anuales estân enton-

Las estimaciones deI numero de meses secos
se realizaron utilizando parametros climaticos
promedios (temperatura y pluviosidad, dura-
cion de la insolaci6n en ellugar donde es medi-
da). Si bien las temperaturas (0 la insolacion)
•
ces expuestos a dos riesgos, el de un déficit de
agua durante los afios secos y un exceso en oca-
siones perjudicial (caso deI algod6n en 1992,
ver parte B 1113), ademas deI riesgo de inunda-
cion que amenaza a todos los cultivos de las
zonas bajas (ver parte A 1111).
8 Paisajes Agrarios deI Ecuador
II FACTORES MORFOEDAFOL6GICOS
A los factores responsables de la evoluci6n de los suelos se suman las caracteristicas de los
materiales originales y de las pendientes. Es el conjunto de todos esos factores el que determinara
sus potencialidades agricolas.
1 Suelos
Los materiales originales fueron clasificados
en aluviones, proyecciones volcanicas y otros
tipos de rocas. El mapa de la figura A5 muestra
un esbozo de la distribuci6n de los grandes
tipos de suelos deI pais, mientras que el mapa
de la figura A6 esquematiza la distribuci6n de
los principales factores que limitan la agri-
cultura.
1.1 Suelos sobre aluviones
Los suelos que descansan sobre aluviones,
distintos a los deI medio f1uviomarino que
abarcan playas, manglares inundados y sala-
dos, partes situadas detras de los manglares
(localmente Ilamadas salitrales) transformadas
actualmente en piscinas camaroneras, son
generalmente ricos y facilmente cultivables
gracias a su topografia. Pueden sin embargo
presentar algunas caracteristicas desfavorables
tales coma textura arenosa 0 existencia de
piedras en la parte aguas arriba de las zonas
de esparcimiento; pero es sobre todo el exceso
de agua y la consecuente aparici6n de suelos
hidromorfos, frecuentes en las zonas hiperhli-
medas de la Amazonia 0 de Esmeraldas, 10 que
hace dificil e incluso imposible el cultivo, en
particular en el casa de los suelos empapados
en cuyo casa la napa freatica asciende hasta la
superficie.
La textura arcillosa que caracteriza a los
suelos de la baja Ilanura deI Guayas limita el
drenaje, favoreciendo las inundaciones en esta-
ci6n Iluviosa.
La existencia de materiales volcanicos finos
en los aluviones, fuente de nutrimentos (f6s-
foro, potasio, calcio), torna a los suelos limosos
andicos de la Ilanura de Lago Agrio relativa-
>.
•
mente fértiles en esa zona hiperhlimeda, donde
las fuertes precipitaciones tienden a empobre-
cer los suelos al lixiviar los elementos mine-
raIes.
1.2 Suelos sobre materiales volcanicos
•
Los suelos que descansan sobre proyecciones
volcanicas, cenizas y lapilli, cubren cerca de un
tercio de la superficie deI pais. Son ricos, blan-
dos y generalmente profundos y sus caracteris-
ticas estan estrechamente vinculadas al clima
y a la edad de los materiales:
-Cerca de los volcanes cuya actividad subac-
tuaI se remonta maxima a 5 000-8 000 afios, la
textura de los suelos es arenosa debido al
aporte reciente y continuo de cenizas y lapilli
que, por falta de tiempo, no pueden alterarse,
sobre todo en las zonas secas. Los contenidos
de materia organica asi coma la reserva de
agua, indispensables para un desarroIlo ade-
cuado de las plantas, son bajos debido a la
falta de elementos finos en el suelo.
-En las regiones mas hlimedas y alejadas de
los volcanes recientes, la alteraci6n de las
arenas es posible. Los suelos resultantes son
limosos, pardos, con minerales arcillosos en
las regiones con mas de 4 meses secos al ano,
y productos amorfos (andosoles) en las zonas
con menos de 4 meses secos al ano. En la
Amazonia hiperhlimeda, tales andosoles se
toman muy desaturados y perhidratados, con
un contenido de agua de mas deI 200 %. En •
altura, a mas de 3800-4000 m.s.n.m., es decir
en el paramo, aumentan los contenidos de
materia organica, los andosoles son negros,
humiferos, pero son las temperaturas, y no las
caracteristicas de los suelos, las que imposibi-
litan los cultivos. Las cenizas volcanicas no
han cubierto los paramos situados al sur de
Ona, pero aIli los suelos son aparentemente
muy similares, negros y sumamente humi-
Condic.iones de la Agricul ura II Factores morfoedafo16gicos 9

80 0 W

uelos 1

-0°

0 100 200 km

tl 90° W

0 Q

~\C)
0°

~;J0
( a

Suelos aluviales Suelos sobre proyecciones D

volcànicas
Fluvio-~'!éLnos
Poco evolucionados
Suelos sobre materiales indiferenciados
1a Arenosos 0 IImosoe.
&alados y 9lllunKlOS ae agua 21lD Arenosos Poco evolucionados Suelos ferraliticos
Fluviales Pardos con minerai s !lr~lIosos 3aD Poco profundos
Rojos y amarillos, arcillosos,

1 D Da IlIsnosas a limo-arcillosos. 2 b D Umosos

desaturados, toxicîdad aJuminlca

no 0 poco hldrOm<lr1rcoli

1 C1..... :::] Arcrllo609. \1rdromortra

.'. '" . Irecuenlo
Ando~les no

2c
coluvionados
Limosos. pardos
3bD
$J§!Qs..!'èrticos
De limo·arcrliosos
a arcillosos. pli>7
31 Pardos, arcillosos, mas 0
menas desaturados

Arcillosos, desaturados.
39 toxlcidad aluminlca
1 d[[I] Limosos, andicos 2d~ Umosos, pardos,
=:= perhidlalados
3e
De limo-arcJllosos
a arcillosos. pH<7
3h~ Rejuvenecidos, arcillosos, desa-
~ turados. de prolundldad variable
1 eO- Limo·arcillosos.
hidrom6rticos
26
lImosos, negros,
hl/miteras
~fersialiticos
, ::t • •
D 3d Aralllo.os Principales ciudades
11 L mo-arcillosos. salurados Andosol 5 coluvionados
de agua
21 IDII Lîmosos. erosionados
~ Carreteras principales

Figura A : Mapa de los principales tipos de suelos deI Ecuador

Lu siglas bon las nlunciuuadas en el cuadro A2
10
feros, y en el esbozo cartografico (figura A5),
no han sido separados de los andosoles.
• En las pendientes fuertes de las laderas exter-
nas de la Sierra, la cobertura de cenizas ha
sido remodelada en mayor 0 menor medida
por la erosion, y los andosoles coluvionados y
erosionados ceden lugar, en ocasiones, a af1o-
ramientos rocosos.
• En las Galapagos, los suelos, debido a la ari-
dez deI clima, son esencialmente «minerales»,
excepta en los f1ancos humedos de los volcanes
donde las proyecciones volcânicas han podido
alterarse dando nacimiento a andosoles, mien-
tras que las lavas, en tales condiciones, dan
lugar solo a suelos poco evolucionados 0 maxi-
mo a algunos suelos arcillosos fersialiticos,
poco profundos.
1.3 Suelos sobre otros materiales
Los suelos situados sobre otros materiales
(antiguas rocas metamorficas, eruptivas y sedi-
mentarias) presentan igualmente caracteris-
ticas que dependen deI clima, aunque también
deI relieve y, en menor medida, de la natura-
leza deI material original.
• Los suelos calificados de «poco evolucionados»
por ser poco espesos, se encuentran en las
zonas de fuerte pendiente donde la erosi6n
impide la formacion de suelos profundos. Es
sobre todo en las zonas secas de las cuencas
interandinas, de la zona costera y de las Gala-
pagos, donde las condiciones climaticas, conju-
gadas con el limitado espesor deI suelo y los
af1oramientos rocosos, limitan drasticamente
los cultivos.
• Los suelos vérticos, de pH superior a 7, son
caracteristicos de algunos fondos de cuencas
sedimentarias interandinas pero, sobre todo,
de las zonas secas a aridas de la region cos-
tera, en especial sobre rocas sedimentarias
antiguas tales como arcillas y areniscas. Loca-
lizados en colinas de pendientes fuertes a
medianas, su profundidad es tanto mayor
cuanto menor es la pendiente. No presentan
mayores limitaciones salvo en el casa de
aquellos situados en las regiones muy secas y
sobre todo aridas (10-11 y 12 meses secos al
ano), donde la acumulaci6n de sales de calcio,
carbonatos y sulfatos, determina una eleva-
cion deI pH, perjudicial para los cultivos.
• Los suelos pardos y vérticos de pH inferior a 7
se ubican en la parte humeda de la cordillera
costera de fuertes pendientes, localizandose
los segundos sobre todo en los relieves menos
pronunciados. El unico obstaculo a su cultivo
es el importante declive deI relieve.
• En las regiones aun mas humedas, se encuen-
Paisajes Agrarios deI Ecuador
tran s\lcesivamente, a medida que aumentan
las precipitaciones, suelos fersialiticos, arcillo-
sos, saturados, relativamente ricos en nutri-
mentos y, luego, los suelos ferraliticos y
pseudo-ferraliticos, todos desaturados, pobres
y con un pH bajo a muy bajo que provoca una
toxicidad aluminica para los cultivos. Los
suelos ferraliticos rojos y amarillos se locali-
zan en las bajas colinas deI norte de la pro-
vincia de Esmeraldas asi coma en las partes
altas, humedas de la parte meridional de la ..
Sierra. Los suelos pardos ferraliticos son
caracteristicos de las mesas volcano-sedimen-
tarias disecadas de la Amazonia, mientras
que los suelos ferraliticos y pseudo-ferraliticos
cubren todas las colinas sedimentarias de la
parte oriental de esa regi6n y presentan una
toxicidad aluminica particularmente elevada.
Finalmente, los suelos ferraliticos rejuvene-
cidos son suelos erosionados, coluvionados,
ubicados en las pendientes abruptas de la
parte meridional de la vertiente occidental de
la Sierra asi coma en los relieves de fuertes
pendientes de la regi6n suroccidental de la
Amazonia. Alli los cultivos deben proscribirse
dadas la pobreza de los suelos, la existencia de
afloramientos 'rocosos asi coma las fuertes
pendientes.
2 Pendientes
Fuera de la gran llanura costera situada
entre Santo Domingo y Balzar, al igual que las
zonas aluviales, repartidas desigualmente
entre las tres zonas naturales deI pais que son
la Amazonia, La Sierra y la Costa, todo el
relieve es pronunciado (pendientes compren-
didas entre 25 y 70 por ciento) e incluso muy
pronunciado (pendientes superiores al 70 por
ciento) y abrupto cuando se trata de las ver-
tientes extemas de la cordillera andina, donde
las pendientes son a menudo mayores al 100
por ciento.
En estas ultimas, hay serios riesgos de
derrumbes incluso bajo vegetacion natural,
debidos a deslizamientos de terrenos después
de fuertes lluvias 0, afortunadamente de
manera menos frecuente, durante cataclis~os
tales coma el terremoto de 1986 que provoc6 el
derrumbe de miles de hectareas en los alrede-
dores de El Reventador.
Aunque tales derrumbes son muy escasos en
pendientes mas débiles, la erosi6n es frecuente
en cuanto el suelo queda descubierto antes de
su cultivo. Asi, De Noni et al. (1990) mencionan
Condiciones de la Agricultura II Factores morfoedafo16gicos 11

80" W
Limitaciones
edafologicas

l '

/' -
1
1
1
/

o 100

, (

Galà-
o
pagos

Sin Iimitaciones edafol6gicas Regi6n

Limitaciones edafol6gicas
amaz6nica
menores
Limitaciones edafol6gicas Regi6n andina
importantes 100
(Sierra)
Limitaciones edafol6gicas 737

, ..
muy importantes
Miles de Region
hectâreas costera
'. ~ ~
Totalidad
dei pais Region insular
Principales cuidades Carreteras principales Limite de los pisos (Galâpagos)
serranos

Figura A6: Limitaciones edafo16gicas

12 Paisajes Agrarios deI Ecuador

REGION AMAZONICA
Lomas Feraliticos y seudo- Nutrientes escasos 3g
feraliticos desaturados Toxicidad aluminica
Lomas con cobertura Andosoles perhidratados Nutrientes escasos 2d
de proyeccions volcanicas
Mesa disectada Pardos feraliticos Nutrientes escasos 3f
Toxicidad aluminica localizada
Lomas con pendientes Feraliticos rejuvenecidos Pendientes fuertes 3e-3h
fuertes Nutrientes escasos
Toxicidad aluminica
L1anura aluvial Aluviales andicos Nutrientes escasos 1d
Aluviones fluviatiles Hidromôrficos Exceso de agua 1e
Hidrom6r1icos organicos Agua permanente 11

REGION SERRANA
Zona septentrional con proyecciones volcanicas
Vertientes exteriores Andosoles erosionados y Suelos heterogéneos 21
coluvionados Pendientes muy fuertes
Vertientes y cuencas intra-andinas Pardos, limosos Pendientes fuertes 2b
Arenosos Materia organica y 2a
reserva de agua deficientes
Zona meridional sin proyecciones volcanicas
Vertientes exteriores Feraliticos Suelos heterogéneos 3h
orientales rejuvenecidos Nutrientes escasos
1
Toxicidad aluminica
Pendientes muy fuertes
Vertientes exteriores occidentales, cuencas y vertientes intra-andinas
Feraliticos Nutrientes escasos 3e
Toxicidad aluminica
Pendientes fuertes
Fersialiticos Pendientes fuertes 3d
Vérticos pH fuerte 3b
Poco evolucionados erosionados Suelos poco profundos 3a
Parames (altitud superior à los 3 800 m)
Negros, humîferos Temperatura baja 2e

REGION COSTERA
Lomas y mesas Feralîticos rojos y Nutrientes escasos 3e
diseetadas amarillos Toxicidad aluminica
Pendientes tuertes
Feraliticos rejuvenecidos Nutrientes escasos 3h
Toxicidad aluminica
Feraliticos y seudo- Nutrientes escasos 3g
feralîticos Toxicidad aluminica
Fersialiticos Pendientes fuertes 3d
Pardos, vérticos Pendientes fuertes 3c
Poco evolucionados Suelos poco profundos 3a
Lomas de pendientes débiles Vérticos pH fuerte 3b
L1anuras con cobertura de Andosoles 2c
proyecciones volcanicas
Su elos pa rdos 2b
L1anuras sin cobertura de
proyecciones volcanicas
Vérticos pH fuerte 3b
..
L1anura aluvial Aluviales arenosos y Iimosos Textura gruesa 1b 4-

Aluviales arcillosos Textu ra fina 1c

Hidrom6rficos Exceso de agua 1e
Aluviones tluvio-marinos Salados Agua permanente y sai 1a

REGION INSULAR
Volcanes de pendientes fuertes Poco evolucionados Suelos superficiales 3a
Andosoles y suelos feralîticos Suelos poco profundos 2c-3d

Cuadro A2: Los grandes tipos de suelos deI Ecuador y sus limitaciones para la agricultura
 Condiciones de la Agricultura II Factores morfoedafol6gicos
que cerca deI 50 % de las tierras son afectadas
por la erosi6n. Ademas, el importante declive
de las vertientes limita la mecanizaci6n de los
cultivos de modo que, en numerosas zonas agri-·
colas deI pais, la siembra, el mantenimiento de
los cultivos y las cosechas deben realizarse
manualmente.
Aunque factor limitante importante para la
agricultura, el relieve, con la erosi6n de él
derivada, representa un aspecta benéfico en los
. antiguos suelos desaturados, debido al continuo
decapado de los horizontes empobrecidos y al
consecuente afloramiento de las capas profun-
r das mas ricas. Asi, en la Amazonia, los suelos
pardos ferralfticos corresponden en realidad, a
una yuxtaposici6n de suelos profundos, desatu-
rados, en los relieves menos marcados, y de
suelos poco profundos y relativamente ricos en
las pendientes mas fuertes.
La distribuci6n de los suelos en el Ecuador
se presenta en la figura A5, mientras que en el
cuadro A2 se recuerdan, para cada regi6n natu-
raI deI pais, las caracteristicas de los suelos y
de sus factores limitantes para la agricultura,
al igual que el c6digo con el que estan represen-
tados en la leyenda deI mapa.
Al examinar dicho cuadro y la figura AG, se
puede deducir que:
• En la Amazonia, los suelos aluviales ândicos y
aquellos derivados de cenizas volcanicas son
los unicos con factores limitantes poco
importantes. Los demas suelos, aluviales con
problemas de hidromorfia, ferralfticos con sus
deficiencias quimicas, presentan graves
limitaciones para la agricultura y hacen de la
Amazonia un medio particularmente fragil.
13
• En la zona andina, a una altitud inferior a los
3800 m.s.n.m., el principal factor limitante
deI cultivo son las pendientes. A ellas se
suman, en el sur de la Sierra, diversas limi-
taciones propiamente edaficas (pobreza de los
suelos, toxicidad aluminica de los suelos ferra-
liticos). En cambio, la parte septentrional de
la Sierra es mas rica debido a los aportes de
cenizas volcânicas.
• La zona costera, fuera de su parte septentrio-
nal humeda y con limitaciones muy similares
a las observadas en la Amazonia, es una
regi6n potencialmente muy rica. Si bien las
fuertes pendientes de la cordillera costera
constituyen limitaciones ciertas para los culti-
vos, la existencia, entre Quinindé y la frontera
peruana, de una llanura sumamente fértil
permite el desarrollo de una agricultura alta-
mente rentable. Ésta justificaria las inversio-
nes por realizarse para el manejo deI aguaen
la baja llanura deI Guayas y el riego en las
zonas secas de la peninsula de Santa Elena y
deI sur de Machala.
El mapa de las limitaciones edafol6gicas
(figura AG) resume perfectamente esta oposi-
ci6n entre las grandes regiones naturales deI
Ecuador. La zona costera se revela coma la mas
favorecida aunque las partes que no presentan,
o apenas 10 hacen, limitaciones edafol6gicas no
alcanzan el 50 % de su superficie.
Por otro lado, el paralelismo existente entre
el mapa de utilizaci6n deI suelo y el de las limi-
taciones edaficas es sorprendente: las zonas
mas desfavorecidas aparecen cubiertas de bos-
ques primarios mientras que las zonas mas
ricas son las mas intensamente cultivadas
(coniparar los mapas de las figuras AG y C2).
 14
III EL MANEJO DEL AGUA
La producci6n de los cultivos puede verse gravemente disminuida, debido a excesos en el
régimen hidrico -inundaciones y sequias en diferentes sectores deI pais-. El hombre ha tratado
de remediar aquello, entre otras cosas mediante el riego, destinado a suplir déficits hidricos
estacionales. "
1 Inundaciones
Fuera de los manglares y de los suelos hidro-
morfos, saturados de agua, caracteristicos de
las zonas pantanosas de numerosos valles ama-
z6nicos inundados permanentemente, las inun-
daciones son temporales y se localizan en cier-
tos valles de las regiones humedas asi como en
zonas aluviales tales como la llanura deI bajo
Guayas, situada en una regi6n seca, pero recep-
tâculo de una gran cuenca vertiente (figura A7).
Los rios de las zonas humedas, situadas en
"la Amazonia y al norte de Esmeraldas, ven
aumentar rapidamente su caudal al producirse
fuertes lluvias, el nivel de las aguas asciende
velozmente, las inundaciones son violentas
pero las aguas desaparecen tan nipido como
vienen. Los daiios son rara vez catastr6ficos
aunque inevitables pues, actualmente, no se
puede prever protecci6n alguna contra este tipo
de fen6meno. Es importante, en cambio, no
aumentar su frecuencia 0 su intensidad
mediante una deforestaci6n abusiva aguas
arriba de las cuencas vertientes.
Las violentas inundaciones son también
frecuentes en la llanura costera, entre Naranjal
y Machala. Los rios, con un curso torrencial,
ven desplazarse sus lechos después de cada
crecida importante, ocasionando daiios fre-
cuentes pero limitados en las orillas de los rios.
En otras regiones secas,la causa de las inun-
daciones invernales es ante todo el reducido
desnivel entre el mar y una llanura situada a
poca distancia aguas arriba. Asi, el valle de
Chone, cuya altitud es de 6 m en la ciudad deI
mismo nombre, situada a 20 km deI mar, se
inunda cada afi.o.
Este fen6meno se encuentra, a una mayor
escala,en la baja llanura deI Guayas donde
Paisajes Agrarios deI Ecuador
Babahoyo, por ejemplo, ubicada a 30 km de la "
desembocadura, se encuentra a 5 m.s.n.m.
Cada aiio, las inundaciones, cuya extension
es funci6n de la intensidad de la estaci6n
lluviosa, destruyen las cosechas. Durante el
invierno de 1982-1983, las inundaciones fueron
particularmente extensas (mapa de la figura
A8). Las zonas completamente inundadas
cubrian 6 000 km 2 de Babahoyo a Machala. Los
importantes daftos causaron la pérdida no s610
de los cultivos anuales sino de numerosos arbo-
les de cacao. ;En esa llanura, la lucha contra las
inundaciones no puede limitarse al dragado de
los rios 0 a la construcci6n de diques a 10 largo
de su curso. Unicamente un acondicionamiento
integral de la cuenca hidrogrâfica, conclusi6n
de estudios e investigaciones meteorol6gicos,
hidrogeol6gicos, etc., permitirâ un control
eficaz de las inundaciones y, por 10 tanto, una
regularidad de la producci6n agricola.
u "
2 Riego
Mas de la mitad deI pais corresponde a la
zona hiperhumeda sin déficit hidrico. Sin
embargo, un porcentaje significativo, 4,1 %, se
encuentra en regiones con importantes limita-
ciones hidricas (10 a 12 meses secos por afto) y
el 8,4 % deI territorio nacional soporta una
estaci6n seca de 8 a la meses. Las zonas mas
secas se encuentran ya sea cerca deI mar, en la ..
llanura costera, 0 en el fondo de las depresiones
interandinas. Estas zonas, a menudo planas y
soleadas, siempre han atraido al poblamiento
humano.
Superponiendo el mapa de las grandes
unidades cartogrâficas al de las zonas de hume-
dad, se puede establecer el cuadro A3 asi como
la figura A9. Los pastizales y los cultivos de los
frentes pioneros estan situados principalmente
 Condiciones de la Agricultura III Manejo deI agua 15

IlnundaCiones 1

,
,
,

Zonas lolal-
mente inun-
dadas y con dafios
importantes

0'··.. "Zonas lolal-

mente Inun-
dadas y con dafios
menores

-
o
- 100

•
Suelos salados y diariamente inundados, manglares

Riesgo de inundaci6n ocasional, valles costeras bajos

y partes periféricas de la cuenca dei Guayas

Inundaciones anuales, valles de la zona

humeda y cuenca dei Guayas
..
\..•.._~.
Carreteras principales

~
Principales ciudades

Pantanos permamentes

\,.,-"-".... Carreteras principales

:li • • Principales ciudades o 100km

, Figura A7: Zonas inundables Figura A8: Zonas inundadas en 1982-83

Fuente : Acosta & Winckell
16 Paisajes Agrarios deI Ecuador

Arida
12 >1000 0 154 156 48
Muyseca
10-12 850-1000 121 1 061 1098 281
Seca
8-10 500-850 4219 5660 7841 3738
Hûmeda
4-8 250-500 6680 6136 4531 8445
Muy hûmeda y
0-4 <250 6975 27276 5275 6747
hyperhûmeda

Cuadro A3: Superficies (km 2) de las unidades cartograficas segtin las zonas de humedad
* Valores de la zona baja y calida; las cifras de la zona serrana son mas elevadas .

en zonas con pocas limitaciones hîdricas. Estas
actividades, a menudo de bajo rendimiento, uti-
lizan de la mejor manera las condiciones natu-
raIes y no requieren el desarrollo de técnicas
costosas coma el riego. Para el ganado lechero,
el riego permite establecer la producci6n de
forrajes a un nivel constante independiente-
mente de la pluviosidad. Los cultivos perennes
constituyen un casa analogo y solamente las
plantaciones industriales, coma el banano 0 la
cana de azucar, rentabilizan la creaci6n y el
mantenimiento de una red de riego.
Los cultivos anuales son los mejor repre-
sentados en las zonas con limitaciones hîdricas.
Las dos soluciones aplicadas para cultivar tales
zonas son, por un lado, hacer coincidir el perîo-
do vegetativo con el cielo pluviométrico y, por
otro, compensar el déficit hîdrico mediante
riego. Este permite también practicar, en el
mismo ano, dos cultivos de cielo corto, y posibi-
lita asî asegurar y/a intensificar la producci6n
agrîcola.
El agua necesaria para el riego puede
provenir de las aguas superficiales de zonas
mas humedas, u obtenerse gracias al almace-
namiento local deI excedente de la estaci6n
humeda (Poza Honda), 0 a ambiciosos proyectos
de transferencia deI recurso, de una cuenca
hidrografica a otra (Daule-Peripa).
En la regi6n montanosa, las zonas secas
nunca estan muy alejadas - a vuelo de
pajaro- de las partes mas altas que presentan
un balance hîdrico excedentario. Las aguas que
fluyen de las alturas pueden captarse facil-
mente. Mas aguas abajo, en los grandes valles
interandinos, los cursos de agua estan encajo-
nados en profundas quebradas siendo la toma
de agua mas difîcil. En la regi6n costera, los
gradientes son menos cortos y las zonas defi-
citarias en agua pueden estar muy alejadas de
las zonas excedentarias.
En 1987, se estimaba que cerca de 420 000 ha
eran regadas, es decir la cuarta parte de las

Figura A9: Distribuci6n de las superficies de las grandes unidades cartograficas

segtin las zonas de humedad

Pastos Mosaico de cultivos y de Cultivos Plantaciones

vegetaci6n natural anuales perennes
1% 3% 5% 1%

• Limitaciones hidricas muy fuertes (zona arida y zona muy seca; 10- 12 meses secos por ana)

• Limitaciones hidricas fuertes (zona seca; 8 - 10 meses secos por ana)

Limitaciones hfdricas medianas (zona hûmeda; 4 - 8 meses secos por ana)
o Limitaciones hfdricas menores (zona muy hûmeda y hiperhûmeda; 0 - 4 meses secos por ana)
 Condiciones de la Agricultura III Manejo deI agua
superficies cultivadas en esa fecha. Esta cifra,
dudosa en su origen, reaparece en todos los
documentos relativos al riego sin detalles ni
analisis critico: por ejemplo, no se sabe si se
trata de perimetros que disponen de una
infraestructura 0 de perimetros efectivamente
regados. De ese gran total, todos convienen en
atribuir al sector privado una superficie aproxi-
mada de 330000 ha, correspondiendo el.resto al
sector publico.
2.1 El sector privado
Este sector maneja el 80 % de las superficies
regadas deI pais. El Estado, a través deI
INERHI, entregaba una concesi6n de agua a
una 0 varias personas naturales 0 a una
empresa que se encarga de toda la infraestruc-
tura -desde la toma hasta las parcelas rega-
das- y el manejo deI volumen de agua atri-
buido. Las reglas de concesi6n estan definidas
por la Ley de Aguas de 1972, siendo las princi-
pales obligaciones respetar el caudal atribuido
y pagar la cuota correspondiente.
Lo esencial deI riego privado se situa en la
regi6n andina y tiene ya una larga historia (Le
Goulven y Ruf, 1996). La realizaci6n de infra-
estructuras comenz6 a inicios de la colonizaci6n
espaftola y jamas se ha detenido desde entonces.
La mayor parte de la red actual se realiz6 entre
los siglos XVII y XIX. La situaci6n actual resulta
de la superposici6n de realizaciones y adecua-
ciones antiguas y recientes. Se llega incluso a la
interferencia entre el sector publico y el privado,
pues un mismo perimetro regado puede utilizar
aguas provenientes de los dos sectores.
La red tradicional de los Andes es densa,
con 10000 km de canales. Es rustica a todo
nivel: bocatomas en los cursos de agua, siste-
mas de regulaci6n y de repartici6n, acequias de
tierra en un 95 %. El transporte es sin embargo
eficaz y, gracias a su rusticidad y a las caracte-
risticas deI suelo, su mantenimiento puede ser
realizado facilmente por las comunidades de
utilizadores.
• La distribuci6n entre los agricultores se
efectua sobre la base de un «turno de agua» que
establece, para cada utilizador, el caudal y la
frecuencia de agua disponible. Los turnos de
agua son el resultado de costumbres heredadas
y de influencias politicas. Son dificilmente
cuestionados aunque rara vez respetados.
Habitualmente, las dosis son demasiado espa-
ciadas 0 muy elevadas. Los aportes pueden ser
claramente superiores a la capacidad de reten-
ci6n de agua de los suelos, y el tiempo que
17
transcurre entre dos riegos no permite asegu-
rar a las plantas una alimentaci6n hidrica
continua.
El modo de aplicaci6n de agua a la parcela
es diversificado. La mayoria de agricultores
practican el riego en raya y una baja propor-
ci6n utiliza ya sea una técnica mas eficaz
(aspersi6n) 0 mas primitiva (inundaci6n).
Aunque se emprendi6 un censo general de
las obras y las superficies, se dispone de datos
confiables s610 para la cuenca deI rio Mira (Le
Goulven et al., 1992).
En la regi6n costera, el riego privado es
minoritario y no comenz6 a implantarse sino en
el siglo XIX, cuando las grandes propiedades se
orientaron hacia cultivos industriales (banano,
cafta de azucar). El riego y su funcionamiento
se conocen poco y ello por varias razones:
numeroso.s agricultores operan sin autorizaci6n
y, por 10 tanto, no estân registrados; no existen
infraestructuras visibles, las cuales que pueden
limitarse a una bomba que toma agua de un
cauce; casi sistematicamente, las propiedades
estan cerradas mientras que, en la regi6n
montaftosa, son mas facilmente accesibles; no
existe una tradici6n de riego coma en la Sierra.
2.2 El sector publico
La intervenci6n deI sector publico en el riego
es reciente: en 1936, se estableci6 un c6digo
legal a fin de resolver los numerosos confiictos
entre usuarios. Mas tarde, en 1944, se cre6 un
organismo central (Caja Nacional de Riego)
encargado de desarrollar las infraestructuras.
El INERHI, fundado en 1966, se transform6 en
el unico organismo competente en el campo deI
riego y, a partir de 1972, asumi6 dos papeles
mayores:
-manejo de los recursos (planificaci6n nacional,
atribuci6n y control de las concesiones deI
sector privado);
-operaci6n de sistemas de riego (creaci6n y
manejo deI sistema publico).
En el casa de las realizaciones deI sector
publico, todo esta a cargo deI Estado, desde las
obras de construcci6n de bocatomas, y a veces
de grandes reservorios, hasta la ultima red de
distribuci6n deI agua en las parcelas. Los orga-
nismos técnico-administrativos reciben de los
usuarios un pago por el servicio.
El sector publico, que no maneja directa-
mente sino el 20 % de las tierras regadas, esta
18 Paisajes Agrarios deI Ecuador

Regi6n
80 0 W montanosa
o 100 Riego actual 1 San Vicente de Pusir
2 Montufar
3 Salinas
4 Tabacundo 1
5 CAME
6 Pisque
7 Tumbaco
8 MAG
9 Canal dei Norte
10 Pujili
11 Belisario-Ouevedo
12 Jiménez-Cevallos
13 Salcedo
14 Ambato
15 Patate
16 Garcia Moreno
17 Pachanlica
18 Chambo
19 Vinchoa
20 Yurac-Yacu
i 21 Cebadas
i 22 Cooperativa Shuya
1
•
1
23
24
Paute
Gualaceo
/ 25
26
Checa-La Dolorosa
Machangara
i
27 Cochapata
28 Tabl6n de Qna
29 Paquishapa
30 Chucchucchir
31 La Papaya
32 La Era
33 Vilcabamba
34 Ouinara
35 Ellngenio

Regi6n de
=="-'--J baja altitud
36 Ambuqui
37 Poza Honda
38 INIAP
39 Babahoyo
40 Chilintoma 1
41 Milagro
42 Banco de Arena
43 Azucar
,
( 44 Manuel J Calle
45 Pogua
46 Guabo
47 Pasaje-Machala
48 Talaguro·Trabladeras
49 Chacras-Huaquillas
50 Arenillas
51 El Tabl6n
52 Macara

Limites de las
zonas de humedad
Limite superior dei
pise calido
•__\ Carreteras
principales

f
l,.. Principales
~. ciudades
Figura A10: Perimetros actualmente regables - sector pliblico
Fuente: Whitaker & Alzamora, 1990
Condiciones de la Agricultura III Manejo deI agua 19

PROYECTOS EN
80° W -1 . . 1 CONSTRUCCION
o 100 Riego potenclal . . Region montafiosa
1

1 San Isidro EspeJo

2 Monte Olivo
3 Santiaguillo
4 Poalo y Montecallo
5 Pillaro
6 Ambato-Huachi
7 Ouimiag
8 San Lorenzo
9 Santa Fe
10 Marcopamba
11 Patococha
12 Santa Isabel
13 Santiago
14 Campana-Malacatus
15 Palmas Mercadillo
16 Chiriacu-Lucero
17 Airo-Florida
18 JorupeCangochara
19 Sanambay-Jimburo

~ Region de
~ baja altitud
20 Jama
21 Bricefio
22 Poza Honda
(rehabilitacion)
23 Daule-Peripa 1
24 San Vicente
25 Santa Elena 1
26 Ines Maria
27 Ducas Rajaro
28 Jubones 1
29 Tahuin
30 Rio Playas

PROYECTOS EN
ESTUDIO
Region montafiosa
A Mira-El Angel
B Alor-EI Rosai
C Cordova-Pimampiro
D Perucho
E Tabacundo Il
F Cangahua
G Nayon Calderon
H Alurnis
1 Chalupas
J Tambayacu
K Chaupi Paloma
L Nagsiche
" M Mocha-Tisaleo
N Guano
o Licto
Region de
baja altitud
P Carrizal-Chone
o Catarama
R Daule-Peripa Il
S Pedro Carbo
T Santa Elena Il
U Banco de Arena
V Churute
W Jubones Il
X Puyango-Tumbes
',- y Zapotillo Bajo-Alto
Limites de las
() zonas de humedad
/ ''" Limite superior dei
<!./ piso cali do
_.,-\ Carreteras
principales

Figura AlI: Proyectos de nuevos perîmetros regables }~. Principales

Fuente: Whitaker & Alzamora, 1990
f ~. cludades
20
muy disperso, existiendo entidades competen-
tes a nivel nacional (INERHI, ahora desapa-
recido y sustituido por CNRH), regional
(CEDEGE, CRM, CREA, PREDESUR), e
incluso local (consejos provinciales 0 concejos
municipales). Una sola instituci6n, el INERHI,
manejaba por si sola mas de la mitad de las
tierras regadas deI sector publico. Esos orga-
nismos administrativos disponen de archivos
que fueron analizados por Whitaker y Alza-
mora y de los cuales se extrajeron los mapas de
las figuras A10 y AH asi coma las observacio-
nes a continuaci6n.
Se revela claramente una baja rentabilidad.
Las obras son sobredimensionadas, el manejo
es administrativo, el agua mal utilizada, los
servicios remunerados en parte y los progra-
mas estatales de riego participan activamente
en el endeudamiento publico. Los autores
sugieren que, durante los estudios prelimina-
res, ciertos factores (disponibilidad de agua,
pérdidas a 10 largo de las acequias, eficiencia
deI riego) fueron subestimados, 10 que condujo
a realizar obras demasiado imponentes, costo-
sas y subutilizadas. En varios perimetros, los
trabajos se abandonaron en una fase avanzada
de realizaci6n. El manejo de sistemas de riego
por parte de un organismo administrativo
donde, por ejemplo, el personal puede decla-
rarse en huelga 0 paralizar la distribuci6n deI
agua, no crea las mejores condiciones para una
agricultura eficiente.
Paisajes Agrarios deI Ecuador
En promedio, la infraestnictura de una
hectarea regada por el INERHI costaba mas de
2000 US$ (en el casa de proyectos mas recien-
tes, se habla de 15 000 US$). Se utiliza anual-
mente una lamina de agua superior a 1900 mm
y los gastos de operaci6n son cubiertos apenas
en un 4 % por los usuarios.
Pese a estas imperfecciones, los planes deI
INERHI preveian incorporar 400 000 ha suple-
mentarias al campo regable (entre ellos el
ambicioso proyecto Santa Elena), figura AlI. •
Un nuevo organismo creado en 1994, el
Consejo Nacional de Recursos Hidricos (CNRH)
se limitaria a la evaluaci6n de los recursos y a
su atribuci6n en funci6n de las prioridades de
producci6n. El manejo de la red publica pasaria
entonces a manos privadas y el Estado se
contentaria con un papel de administrador sin
ocuparse de la operaci6n.
En el Ecuador, la evoluci6n deI sector
regable puede dificilmente realizarse mediante
nuevos proyectos, pues los sitios facilmente
utilizables ya estan equipados. En cambio, se
pueden buscar ganancias de producci6n
mediante un manejo mas eficaz de los perime-
tros actuales. Sin embargo, no se puede esperar
alcanzar tal objetivo sin un conocimiento a
profundidad de los sistemas actuales (inven-
tario, estudio de los modos de operaci6n, iden-
tificaci6n de los puntos de disfuncionamiento).
•
 Condiciones de la Agricultura IV Panorama hist6rico 21

IV PANORAMA HISTORICO DE LA AGRICULTURA EN EL ECUADOR

Aqui se presentan los grandes periodos de funcionamiento agrario homogéneo asi coma las
rupturas que marcan el final de un modo de explotaci6n deI medio, la recomposici6n de los paisajes
. y de la sociedad, al igual que la consecuente evoluci6n territorial a nivel nacional.

Este analisis cronol6gico se fundamenta en la noci6n de sistema agrario definido coma «un
modo de explotaci6n deI medio constituido hist6ricamente y durable, adaptado a las condiciones
bioclimaticas de un espacio dado, resultantes de la combinaci6n de los factores naturales, sociocul-
." turales, econ6micos y técnicos, y que responden a las condiciones y necesidades sociales deI
momento» (Mazoyer, 1995-96). Para cada una de las etapas deI desarrollo deI agro, resumidas en
la figura A12, se esboza una descripci6n de la organizaci6n, deI funcionamiento y de la renovaci6n
de los ecosistemas cultivados, asi coma deI sistema social productivo.

1 Los cazadores-recolectores (hace 10 000
aiios)
1.1 La llegada deI hombre
El poblamiento deI continente americano es
tardio: se efectu6 durante las glaciaciones deI
Pleistoceno, a partir de migraciones, a través
deI estrecho de Behring, de poblaciones deI
noreste asiatico. La hip6tesis de un acceso
directo a Sudamérica por una navegaci6n
transpacifica no ha sido confirmada (Salazar,
1988). Las modalidades y la velocidad deI
avance deI hombre en el continente no se han
aclarado por completo pero, hoy en dia, se
reconoce que cazadores-recolectores estaban
presentes en Sudamérica a partir de los -11 000
(Wünsch y Piqué, 1995).
Se admite que el poblamiento deI actual
territorio deI Ecuador se efectu6 esencialmente
por el callej6n interandino, habiendo podido
. producirse migraciones menores por la regi6n
costera 0 por la Amazonia (Salazar, 1996). El
reducido numero de estudios que tratan de los
cazadores-recolectores en el Ecuador no da sino
una imagen fragmentada e incierta de esas
sociedades. Desde ese punta de vista, la Ama-
zonia sigue siendo una tierra casi virgen (tra-
bajos de P. Porras, 1980, 1987). . importantes diferencias de los ecosistemas
1.2 El poblamiento deI periodo «arcaico»
En las tres regiones deI pais se han encon-
trado huellas de poblamiento humano antiguo:
herramientas de piedra tallada, puntas de
flecha, raspadores, etc... Los materiales utili-
zados eran piedras duras existentes en ellugar
(obsidiana, andesita, basalto, riolita). La obsi-
diana fue objeto de intercambios a grandes
distancias entre el Norte y el Sur deI pais
(Asaro et al., 1981). Los yacimientos correspon-
dientes han sido datados de hace 8000 a 10000
aiios. Esta época corresponde a un calenta-
miento deI clima, un retroceso de los glaciares
andinos y la declinaci6n de la megafauna deI
Pleistoceno. La caza se dirigia a mamiferos
(conejos, ciervos, tapires), la recolecci6n de los
productos vegetales era completada, en la
regi6n litoral, por la recolecci6n de productos
marinos (conchas).
El poblamiento de la regi6n amaz6nica es
mal conocido, debido a los pocos trabajos
arqueol6gicos realizados (esencialmente en el
sitio de Jondachi). En las otras dos regiones, los
sitios son mas numerosos y han sido mejor
estudiados -volcan Ila16 cerca de Quito en el
casa de la regi6n andina (Salazar, 1980), los
yacimientos de la peninsula de Santa Elena en
la regi6n costera-. La poblaci6n vivi a en
grupos semi-n6mados -familia ampliada- de
30 a 100 individuos (Steward, 1955, citado por
Salazar, 1988), las densidades eran bajas (0,1
habitante por km 2 seglin Dollfus, 1981). Las
entre la zona montaiiosa y la zona costera se
refiejaban ya en las técnicas y las culturas de
las poblaciones de ambas regiones.
Este periodo termina hacia fines de -4 000
con la aparici6n de la piedra pulida, de la cera-
 Figura A12: Resumen historico de la agricultura en Ecuador

1 1 1J 1 1 POBLACI6N DEL PAis

-+----Aumento de la poblacion';"';~--l
1 Millon
i alrededor de 30000 1
1
1 .... ,
1 Disminucion , 10Jmones
1 i 1 ,
I., ~ ide la poblaci6n
1 !,
TÉCNICAS AGRiCOLAS

1
~.l~~_+_-!-!_
1
~ __.._.''.0•.•..•.•..•.•.·•·..T.·.·._........
1
..................•........·······f· .. or
1
····r·····
1
Caza-recolecci6n
zonasbajas
sierra
Agricultura de roza y quema
1
...- - -..-,.""1"" 1..1..1 '11 """""".,
i "1"" "
"T" !
-····r······ zonasbajas
", sierra
i i
Ii. . 1
_ _........_ _...........
' ......
i "1 "" 1"""" "" "l······
l
Agricultura manual
l 11I1 Agricultura con tracci6n animal
l I
illllll
i - Mecanizaci6n
FASES NOTABLES

1
,
!
~

_ ..-
+-+_~ __ 1
.IIII
Ocupaci6n inca
Encomiendas
Haciendas
'ï:I
.....
Il)
rn
~.
CD
rn
1
~
1 1 Despegue de la regi6n Iitoral
1 ! 1
1 1 1 Il)

-10000 -5000 -1000 0 1000 2000

:::t
o
rn
p..
.....
CD

.. ..
Condiciones de la Agricultura IV Panorama hist6rico
mica y de la agricultura. La transici6n se oper6
mas temprano en la regi6n costera que en la
montaftosa, coma 10 han demostrado las exca-
vaciones de los sitios de Valdivia.
2 Los inicios de la agricultura
2.1 Protocultivo y domesticaci6n
La agricultura es la resptiesta al enrareci-
miento de los recursos naturales; corresponde a
la aplicaci6n de técnicas conocidas anterior-
mente pero cuya practica no era sino marginal,
pues el medio natural proporcionaba suficien-
tes recursos (Harlan, 1972). El paso a la agri-
cultura requiere una cierta sedentarizaçi6n y
una fase preliminar de protocultivo y proto-
ganaderia. Esta fase de selecci6n y de domesti-
caci6n precede a la agricultura propiamente
dicha y se desarro1l6 por varios siglos durante
el periodo de caza-recolecci6n. Las primeras
siembras habrian estado localizadas en playas
y vegas de rios tropicales (Marcos, 1983).
Se considera generalmente que en América
existieron tres centros de domesticaci6n, la
regi6n mesoamericana (México, Centroamé-
rica), el Caribe (costa caribe y zona forestal
norte) y los Andes centrales (deI Peru y de
Bolivia).·~
Ciertas plantas pueden haber sido selec-
cionadas simultâneamente en mas de un centro
(capuli, fréjol...), al igual que una li otra puede
haber sido domesticada fuera de ellos -coca,
jicama, naranjilla (piedemonte oriental colom-
biano y ecuatoriano), pallar (Andes orientales),
algod6n (costa deI Peru)-. Se estima que los
amerindios cultivaban alrededor de 150 plan-
tas diferentes (Salazar, 1988), de las cuales
muchas se encuentran en el Ecuador bajo la
forma de restos calcinados 0 representados en
piezas de ceramica (Marcos, 1983).
La alimentaci6n a base de carne provenia
aun en buena parte de la caza (en las excava-
ciones, se encuentran numerosas osamentas de
cérvidos), aunque también de la cria de cuyes y
llamas.
Ademas de la adquisici6n de nuevas técnicas
(ceramica, piedra pulida), aparecen nuevas
herramientas: cuchillo, maja, metate, recipien-
tes. Se construyen también viviendas con mate-
riales vegetales y los primeros pueblos albergan
mas alla del grupo centrado en la familia
ampliada. El algod6n, cultivado en la regi6n
23
costera, es tejido e intercambiado entre los dife-
rentes grupos.
2.2 La agricultura itinerante (de 2000 A.C. a
600 D.C. y hasta hoy en dia)
El sistema de roza y quema y de barbecho
después deI agotamiento deI suelo $ muy
conocido en las zonas forestales. ,En iodo el
mundo, es aun ampliamente practicado en los
tr6picos humedos de baja densidad poblacional.
En el Ecuador, ciertos grupos amerindios de la
Amazonia utilizan este sistema para sus ..
cultivos. Aparte deI uso de la coa no hay
trabajo deI suelo. Los huertos familiares podian
ser ellugar de un cultivo mas permanente. La
caza, la pesca y accesoriamente la recolecci6n
proporcionan los complementos alimentarios.
En la regi6n montaftosa, los cultivos mas
importantes son el maiz y, por encima de los
3200 m.s.n.m., la papa. Los cultivos secunda-
rios son el fréjol, la oca, la quinoa, el melloco, la
zanahoria blanca y el aji. La cabuya propor-
ciona su savia, fibras de multiples usos en
artesania y el tallo de su inflorescencia para la
construcci6n. Los pisos extremos, los valles
secos por debajo de los 2100 m.s.n.m. y las
praderas de altura (paramos) no eran culti-
vados. El habitat se localiza preferentemente
en la orilla de los lagos.
En las zonas calidas, el maiz es también
importante, seguido por la yuca, el camote y el
fréjol. Numel'osos cultivos conocidos sobre todo
por los objetos de ceramica (Jambeli, Guangala,
Bahia, Jama-Coaque, La Tolita) se encuentran
principalmente en la franja litoral, a 10 largo de
los cursos inferiores de los rios y cerca de las
fuentes de agua en las partes mas secas.
Varios autores resaltan la importancia de
intercambios entre las regiones -sal, algod6n,
ajies provenientes de las tierras calidas (Obe-
rem, 1978 - Salomon, 1980 - Ram6n, 1990)-,
incluso la existencia de mercados (Hartmann,
1978 - Salomon, 1980).
3 El sistema agrario de cultivo manual
(600 - fines deI siglo XVI)
La progresiva perpetuaci6n de las parcelas
de cultivo, el empleo de herramientas manua-
les y la intensidad de los intercambios entre las
zonas de producci6n diversa, marcan esta etapa
cronol6gica. El incremento demografico ha
llevado localmente a densidades comparables a
24
las actuales. La sociedad se estructura en
seiiorios sin que se pueda hablar de verdaderos
reinos (Salazar, 1996; Ayala, 1997). La produc-
ci6n de un excedente alimentario permite la
emergencia de nuevas clases sociales. Hasta el
establecimiento de los espaiioles, la gama de
plantas cultivadas se mantiene invariable.
3.1 La organizaci6n preincaica (hasta finales
deI siglo XV)
Las herramientas son de piedra, de madera
ode cobre. En la regi6n montaiiosa, las necesi-
dades de tierras agricolas llevaron a la aplica-
ci6n de nuevas técnicas: construcci6n de terra-
zas, drenaje de las zonas pantanosas -came-
llones (Batchelor, 1980)- y construcci6n de
redes de riego. En: la regi6n costera, se encon-
traron camellones en las zonas inundables y
albarradas en las zonas secas, pero ningun
indice de red de riego propiamente dicha. La
poblaci6n ocupa la costa y el interior de las
tierras. Las huellas de ello son numerosas a 10
largo de los rios mayores (cultura Milagro-
Quevedo).
3.2 La ocupaci6n inca (hasta 1534)
Afect6 sobre todo a la Sierra, con un gra-
diente de intensidad y de duraci6n decreciente
desde el Sur, territorios' de los Paltas y los
Caiiaris (capital Tomebamba), hacia el Norte,
rebelde por mucho tiempo. El sur de la actual
Colombia fue sometido antes de la completa
dominaci6n deI territorio Cara (Gondard y
Lopez, 1983).
La conquista inca acarre6 perturbaciones
demograficas, numerosas migraciones forzadas
de los mitimaes que venian deI actual Peru 0
eran deportados hacia el centro deI imperio,
huida de quienes temian la represi6n (migra-
ci6n hacia ûyacachi), exterminio de los grupos
hostiles (episodio de Yaguarcocha -lago de
sangre-) que sella el final de la conquista
inca. De ello result6 una disminuci6n de la
densidad de poblaci6n en el norie de la regi6n
montaiiosa y una colonizaci6n agraria parcial
deI piedemonte oriental de los Andes. Las
incursiones incas en la regi6n amaz6nica y la
region litoral no tuvieron futuro, con la notable
excepcion de la isla Puna que servia de relevo
mercantil y de la peninsula de Santa Elena.
Aunque integradas al nuévo orden general
deI imperio, las estructuras locales de base se
mantienen, al igual que los jefes que no se
opusieron al ingreso de los nuevos amos. El
Paisajes Agrarios deI Ecuador
territorio es dividido en tierras deI Sol, tierras
deI Inca y lotes individuales. Estos ultimos
sirven al sustento familiar mientras que las
demas tierras, trabajadas por toda la comu-
nidad, cubren las necesidades deI ejército y de
las clases dirigentes. Los excedentes son alma-
cenados en los graneros colectivos, redistri-
buidos a los necesitados de la comunidad 0
transferidos a otras regiones.
Los desplazamientos de poblaci6n, de tropas
o de productos a largas distancias requieren la
creaci6n de una notable red de caminos con
tambos y aposentos, coma otras tantas etapas y
puntos de control entre las ciudades; toda esa
infraestructura es mantenida con el trabajo
obligatorio de todos.
Las técnicas agricolas no recibieron practi-
camente la influencia de la colonizaci6n inca.
La aculturaci6n solo empezaba (lengua que-
chua para las solas élites, vestuario de las
mujeres de la nobleza, influencia en el arte de
la ceramica, queros, etc.) cuando los espaiioles
irrumpieron en escena.
3.3 El sistema colonial de encomienda (de la
conguista hasta inicio deI siglo XVIII)
Los nuevos conquistadores aprovecharon la
infraestructura y la organizaci6n incaicas de
control deI espacio y de la poblaci6n.
En cuanto termin6 la conquista, la corona
espaiiola deiego a los conquistadores el manejo
de la poblaci6n indigena. Estos estaban encar-
gados de «proteger a los indios», de catequizar-
los y de recibir tributo bajo la forma de produc-
tos agricolas, de trabajo 0 de dinero (Ram6n,
1987 - Espinosa Soriano, 1988). Los colonizado-
res no se apropian de la tierra, sino que utili-
zan las estructuras sociales existentes. Si bien
la mita espaiiola diferia de la mita incaica, el
trabajo obligatorio de los 18 a los 50 aiios de
edad aporta la fuerza laboral necesaria para la
economia colonial. El sistema de la encomienda
se aplic6 sobre todo a la regi6n montaiiosa. La
regi6n litoral se convirti6 en una zona de paso,
con raras encomiendas encargadas de reco-
lectar algod6n, azucar y frutas tropicales desti-
nadas a la Sierra y a abastecer a los barcos.
La regi6n amaz6nica, rica en placeres auri-
feros en el piedemonte, fue el lugar de una
intensa pero efimera explotaci6n minera. Ésta
sangr6 a la poblaci6n en el marco de la mita y
disminuy6 la fuerza de trabajo global de la Real
Audiencia en detrimento de la agricultura. En
 Condiciones de la Agricultura IV Panorama hist6rico
30 aftos, el numero de tributarios de las circuns-
cripciones de Cuenca y Zamora disminuy6 en
un 82 y 89 % respectivamente, y en 40 aftos, el
de Quijos en un 90 %. La gran rebeli6n de los
jibaros, quienes destruyen Sevilla de Oro en
1599, acaba con la presencia espaftola efectiva
y pone término al espejismo amaz6nico deI
siglo XVI (Deler, 1981). Las dificultades reales
de las implantaciones amaz6nicas, la baja deI
rendimiento de los placeres y el descubrimiento
de minas mas rentables en Peru y Bolivia
(Potosi) y en Colombia (Popayan y Antioquia)
orientaron la especializaci6n manufacturera de
la Real Audiencia.
La producci6n en los obrajes se inicia alrede-
dor de 1560. Se extiende durante toda esa
mitad de siglo pero es en el siglo XVII cuando
la cantidad y la densidad de obrajes, el numero
de indigenas implicados y la producci6n son los
mas elevados. Contando los obrajes, Tyrer
(citado por Mifto Grijalva, 1983) habla de 56
hacia 1600 y de 174 hacia 1700. Los solos
paramos de Riobamba alimentan, a fines deI
siglo XVI, 800 000 ovejas (Deler, 1981).
En el caso de la agricultura, los aportes de
los espaftoles son herramientas nuevas, la laya,
la hoz, la azada, el arado y sobre todo una
amplia gama de plantas y animales provenien-
tes de Europa (ver parte B III1). El ganado
ovino, en continuo desplazamiento, al igual que
el aumento deI numero de otros animales
domésticos, permiten un inicio de estercoladura
de los suelos.
El sistema de encomienda, pretexto de
muchos abusos -desviaci6n deI impuesto, escla-
vitud de la mano de obra-, pierde importancia
hasta su supresi6n oficial en 1718. FW1cion6 al
mismo tiempo que el sistema de hacienda para
el cual no signific6 sino una etapa de transici6n.
. 4 El sistema de hacienda (fin deI siglo XVI
- primera mitad deI siglo XX)
Se basa en ganaderia y agricultura con trac-
ci6n animal en los Andes, productos tropicales
de renta en la Costa y en los valles andinos.
4.1 La tenencia de la tierra
Desde 1534, el Estado colonial se apropia de
la tierras deI Sol y deI Inca y mas tarde de todas
las tierras yermas por razones de regresi6n
demografica. Las dona 0 las vende a familias
espaftolas acomodadas y a las congregaciones
25
religiosas. Las comunidades pueden igualmente
vender sus tierras para poder pagar el tributo y
mecanismos legales permiten avalar los despo-
jos (Borchart De Moreno, 1981 y 1983; Ram6n,
1987). Las primeras propiedades asi adquiridas
seguian siendo de tamafto modesto -178 ha en
la regi6n de Tabacundo (Cliche, 1995)-. Sin
embargo, la concentraci6n de la propiedad en
pocas manos puede conducir rapidamente a las
12 000 ha de la hacienda Guachala a finales deI
siglo XVIII (Bonifaz Andrade, 1995) 0 a las 111
haciendas pertenecientes a los jesuitas en el
momento de su expulsi6n (Gonzalez Suarez
citado por Mills, 1983).
En la Costa, la apropiaci6n de la tierra fue
aun mas espectacular en el siglo XIX, con el
desarrollo de las haciendas cacaoteras: denun-
cia de tierras baldias y despojo a los pequeftos
campesinos establecidos sin un titulo legal. Las
compras de tierra no se tomaran significativas
sino a finales deI siglo. «En 1920, 4 explotacio-
nes reunian un 13,5 % de las plantaciones de
cacao» (Deler, 1981).
Si bien el sistema de hacienda marc6 una
época e incluso hoy en dia los paisajes, nunca
ha sido el modelo exclusivo de utilizaci6n de
las tierras, habiendo subsistido gran numero
de pequeftas propiedades tanto en la regi6n
montaftosa como en la Costa. A nivel macro es
sin embargo el fen6meno predominante, tanto
por las superficies ocupadas como por los volu-
menes comercializados. Con Ayala (1997), se
puede hablar de «Estado Oligarquico Terrate-
niente» hasta entrado el siglo XX.
4.2 Las nuevas técnicas
Las plantas cultivadas se enriquecen con
pocas especies nuevas con relaci6n al periodo
anterior (cafta de azucar), pero el cultivo de
productos destinados a la exportaci6n ocupa
poco a poco superficies hasta entonces nunca
alcanzadas. Las herramientas manuales siguen
siendo similares a las deI periodo anterior pero
en la regi6n montaftosa, las mayores propie-
dades pasan a la tracci6n animal deI arado. Los
tiempos de barbecho se reducen y la genera-
lizaci6n de la ganaderia favorece un mejor
estercolamiento deI suelo. El riego se genera-
liza y permite estabilizar la producci6n en las
zonas climaticas marginales.
4.3 El manejo de la mano de obra
Ademas deI tributo que podia pagarse en
jomadas de trabajo y de la mita heredada deI
26
siglo anterior y de uso generalizado, el sistema
de hacienda gener6 formas particulares de rela-
ci6n con la mana de obra indigena. Por el meca-
nismo deI concertaje, el terrateniente, deseoso
de mantener una fuerza de trabajo estable,
establece un contrato con un indigena que debe
reembolsar una "deuda hereditaria". En el siglo
XVIII, se generaliza el sistema de huasipungo
donde, a cambio deI usufructo de una parcela
situada en las tierras de la hacienda y un bajo
salario, un indio y los miembros de su familia
entregan de 3 a 6 dias de trabajo por semana al
propietario (Fauroux, 1988). El obrero agricola
o «apegado» recibe un salario superior pero
ningun préstamo de tierras. A su vez, el «huasi-
punguero» puede contratar un «arrimado» que
cultive la parcela prestada pagandole con una
parte de la cosecha, y que pueda eventual-
mente trabajar en la hacienda.
En la Costa, los contratos de redenci6n
garantizaban a la vez el control de la mana de
obra y el acceso a la tierra: el sembrador des-
montaba el bosque e implantaba el cacaotal
que quedaba en propiedad de la hacienda al
cabo de algunos anos. Una vez saldadas sus
deudas en el almacén de la explotaci6n, no le
quedaba sino recibir un magro peculio, mante-
nerse coma obrero agricola de su patr6n 0 reini-
ciar un contrato de redenci6n en otra lugar. Los
esclavos utilizaban también el contrato de
redenci6n coma forma de pago deI precio de su
Figura A13: Ciclos econ6micos en la Costa
elaborado seglin Collin Delavaud A., 1979
1900 1920 1940
Café
Arroz
Banano Gros Michel
Banano Cavendish
Oleaginosas
Camarones
Flores
1890 1910 1930
Paisajes Agrarios deI Ecuador
libertad. En cambio, el mantenimiento de las
plantaciones estaba cargo de trabajadores
asalariados que contimiaban atados a la explo-
taci6n por las deudas contraidas en el almacén
(Deler, 1981).
La trata de negros que se desarro1l6 en los
siglos XVII y XVIII fue otra fuente apreciable
de fuerza de trabajo. Los esc1avos estaban
empleados sobre todo en las haciendas de los
valles calidos de los Andes y en la regi6n cos-
tera. Negros libres y esclavos representaban, •
en 1808, el 8 % de la poblaci6n de la Presiden-
cia de Quito (Mills, 1983).
Esta «reserva cautiva de trabajadores»
(Haubert, 1994), indigenas 0 esclavos, es
dirigida por un reducido equipo de asalariados
mestizos. En cuanto al propietario, casi siem-
pre esta ausente, siendo rentero, empresario,
religioso 0 banquero. Dispone, para mantener
este sistema de semi-servidumbre, de nume-
rosos medios de represi6n: administrativo,
polîtico, policial, militar, religioso, ideo16gico.
4.4 Los ciclos agrarios de las tierras bajas
La economia de la Real Audiencia, que
habia sido impulsada desde finales deI siglo
XVI y durante todo el siglo XVII por la comer-
cializaci6n de telas, sufre numerosos reveses en
el siglo XVIII: la disminuci6n de las minas deI
1960 1980
Importancia dei cultivo
• Muy importante
~ Importante
~
Importancia mediana
Poca 0 ninguna
D importancia
1950 1970 1990
Condiciones de la Agricultura IV Panorama historico
Peru y de Bolivia, las concesiones comerciales
establecidas por las reformas borbonicas a los
ingleses y franceses y el contrabando contri-
buyen a disminuir la demanda externa de
tejidos locales (Saint-Geours, 1980). '
El cacao toma entonces el relevo coma motor
economico principal. Asegura a la vez 10 esen-
cial de los ingresos monetarios y un cambio
sustancial en la organizaci6n deI territorio.
Hasta alli fundamentalmente andino, el pais
adquiere otra base regional que no dejara de
desarrollarse. Es la liberaci6n deI comercio de
la «pepa de oro» -disminucion deI impuesto en
Acapulco (1774) y reforma borb6nica (1789)-
que provoca el vasto movimiento de coloniza-
cion de las nuevas tierras y la explosi6n de las
exportaciones (Gondard, 1989). Estas se cuadri-
plican entre 1765 y 1809 (Collin Delavaud,
1979). Asimismo, la independencia de Guaya-
quil en 1820 libera definitivamente al comercio
de la obligacion de transito por Lima-Callao 0
Espaiia. De 5 000 toneladas en 1855, los volu-
menes exportados pasan a 20 000 toneladas en
1900 y 47000 en 1914. El Ecuador es el primer
exportador de cacao y abastece a una cuarta
parte deI mercado mundial. La caida sera seve-
ra con la disminuci6n de las compras durante
la Primera Guerra Mundial, la extensi6n de las
plantaciones en las colonias europeas y la
consecuente sobreproduccion. En 1920 el precio
deI quintal baja de 26 a 12 d61ares, mientras
que el sucre se devalua de 2,1 a 4,8 por un
d61ar.
La cafta de azucar que, en los valles calidos
de los Andes, habia suplantado a la coca desde
el siglo XVIII y se ubicaba al lado deI algod6n,
se extiende también a la Costa a inicios deI
siglo XX. Grandes ingenios azucareros poseen
las tierras y se ocupan tanto de la produccion
coma de la transformacion. Las exportaciones
nunca fueron muy importantes.
Desde los aiios 1940, el banano toma el
relevo deI cacao para impulsar a la economia
(ver figura A13). La explosion es brutal. Se
trata primeramente de un mercado de susti-
tuci6n para responder a la demanda de las
grandes compaiiias norteamericanas que
sufren muchos sinsabores en Centroamérica.
Se debe también responder a la expansion deI
comercio internacional, después de la Segunda
Guerra Mundial. El consumo aumenta en un
168 % en Europa, entre 1945 y 1949, mientras
que se inician las compras japonesas. El precio
deI racimo pasa de 4 a 18 d61ares (Collin Dela-
vaud, 1979). El frente pionero bananero que se
27
extiende entonces (ver parte A VI) amplifica a
su vez el desmonte de los bosques y la integra-
cion de la region costera al espacio nacional
«util». La poblacion de la region de Quevedo
aumenta en un 140 % entre 1950 y 1962 (Deler,
1981).
Los pequeiios productores son numerosos: el
45 % de las plantaciones tienen menos de 25 ha,
pero su produccion no es mas que un comple-
mento de las entregas de las grandes propie-
dades. Las explotaciones de mas de 100 ha
representan el 15 % de las propiedades yel
46 % de la superficie (Larrea et al, 1988).
Por muy famosos que fueran los ,demas
productos de exportaci6n, nunca ocuparon un
lugar tan importante coma el cacao 0 el banano.
En el primer cuarto deI siglo XX, la tagua
(marfil vegetal, producto de recolecci6n) repre-
senta el 10 % deI valor de las exportaciones, el
'café el 7 % (explotaciones familiares de Manabi
y deI suroeste andino) y la cascarilla 0 quin-
quina 1 %, frente al 72 % en el casa deI cacao
(Deler, 1981). La paja toquilla, recogida en la
region costera, es trenzada para confeccionar
sombreros en Jipijapa (Manabi) y en toda la
provincia deI Azuay, donde esta artesania
procura un ingreso complementario impor-
tante.
5 Ocaso de la gran hacienda e ÏIitegraci6n
territorial (siglo XX)
El primer volumen de Geografia Agraria
(1988) esta enteramente dedicado a mostrar las
transformaciones recientes deI agro. Por 10
tanto, no se trata de retomar esos temas ni
resumirlos. Se abordaran nuevamente solo en
la medida en que permitan avanzar en 10 que
es el prop6sito de este capitulo, una vision
conjunta de las modificaciones de los sistemas
agrarios y de la organizacion deI espacio a largo
plazo.
5.1 De la hacienda tradicional a la explotacion
agricola moderna
El ciclo deI banano nos llevo ya bastante
lejos en el siglo XX costero. Las transforma-
ciones en la regi6n montaiiosa son menos
espectaculares pero los cambios en curso son
muy profundos. «Desde inicios deI siglo XX,
unos grandes propietarios comenzaron a
invertir sus ingresos en la modernizaci6n:
desarrollo deI riego, plantaciones de eucaliptos,
importaci6n de ganado y de semillas seleccio-
28
nadas, aplicaci6n de nuevas practicas de
cultivo, introduccion de maquinaria agricola,
etc... El sur de Quito y el norte de Latacunga
constituyeron la sede de modernizaci6n
agricola mas dinamica de la Sierra, con la
implantacion de una economia lechera notable.
Estas transformaciones iban de la mana con
profundas modificaciones de las relaciones
sociales: desaparicion de las tenencias preca-
rias y aparicion, alrededor de las haciendas
modernizadas, de pequeiias explotaciones, zona
de reserva de mana de obra asalariada ....
Inversamente, en las zonas periféricas de las
cuencas alejadas de los mercados 0 sin buenas
condiciones de acceso, las haciendas mantenian
las técnicas productivas y las relaciones socia-
les tradicionales» (Deler, 1981). Es en esos dos
aspectos donde la Reforma Agraria pretendera
actuar al menos tanto coma en la «distribuci6n
desigual» de las tierras (ver parte A VI).
Estos propietarios novadores, salidos de la
regi6n andina -hay que subrayarlo- antici-
pan el cambio. Percibieron que la demanda
interna comenzaba a cambiar (ver parte A V) Y
que las formas de producci6n precapitalistas,
basadas en arcaicas formas de movilizaci6n de
la mano de obra, eran ya una grave desventaja.
El Estado aporta todo su peso a esta
transformaci6n que va a ser institucionalizada
por los gobiernos militares. Estos promulgaran
no menos de tres leyes de Reforma Agraria y
Colonizaci6n e implantaran 0 reforzarân nume-
rosas instituciones publicas de apoyo a la agri-
cultura (IERAC, Banco de Fomento, INERHI,
etc.). El financiamiento proviene de la
«bonanza petrolera» de los aiios 1970. «Los
gastos destinados al desarrollo deI sector
agropecuario crecieron de un 2 % deI presu-
puesto deI Estado en 1972 al 10 % 1975, para
después estabilizarse alrededor deI 6 %» (Vos,
1988).
Ademas de las inversiones que permiten el
desarrollo de sectores productivos no agricolas
y de una infraestructura de comunicaci6n, los
ingresos deI petr61eo cambian directa e indi-
rectamente la posicion de la agricultura en la
economia nacional. Ya no es el motor principal
deI desarrollo. En 1950, la parte de la produc-
ci6n agricola representaba el 39 % deI PIE y
s610 13 % en 1983 (Vos, 1988; igualmente parte
A IX de esta obra).
La influencia de la hacienda no supera mas
los limites de la propiedad, la cual que por
cierto, en la mayoria de los casos, ha dismi-
Paisajes Agrarios deI Ecuador
nuido considerablemente en superficie (ver
parte A VI). «Todo acontece coma si el antiguo
atractivo ejercido por la hacienda fuera, al
menos parcialmente, ejercido por la atracci6n
de la ciudad mas cercana 0 por las grandes
metr6polis de Quito 0 Guayaquil» (Fauroux,
1988).
5.2 Las infraestructuras de comunicaci6n
El establecimiento de un equilibrio entre el
peso de la regi6n costera y el de la Sierra, asi
coma el abastecimiento de las ciudades y deI
mercado interno, van a acarrear la implan-
tacion de infraestructuras de comunicacion que
iran a su vez en el sentido de la integracion
territorial nacional.
..
La actividad cacaotera se beneficiaba con los
importantes rios de la cuenca deI Guayas. La
gran obra de finales deI siglo XIX es la cons-
trucci6n de la via férrea que suplanta a los
caminos de herradura de Bolivar 0 a la repu-
blicana Via Flores. Es en el eje de la via férrea
donde se instalan los grandes ingenios azuca-
reros de la Costa, es alrededor de él donde se
producen las primeras manifestaciones de
evoluci6n técnica de las haciendas lecheras deI
Cotopaxi, es a través de él donde los guayaqui-
leiios reciben las hortalizas deI piso templado,
mientras que las primeras producciones de
banano y otras frutas tropicales remontan sin
problema hasta las ciudades de la montaiia. La
necesidad de traslado de las mercancias desde
las balsas deI rio a las recuas de mulas, que fue
durante mucho tiempo la fortuna de Babahoyo,
es evitada. Otras vias férreas unen los puertos
secundarios con las tierras deI interior, por
ejemplo Manta con Portoviejo y Santa Ana 0
Machala con Santa Rosa (figura A14). En 1950,
el viejo sueiio colonial de establecer una
comunicaci6n permanente hacia el Pacifico, al
norte de Quito, esta en ejecuci6n con la linea
Ibarra-San Lorenzo.
Sin embargo, las vias férreas comienzan a
ser suplantadas por las carreteras, de utili-
zaci6n mas flexible y menos sensibles al obsta-
culo de los Andes. Los tres principales ejes son
los de Quito-Santo Domingo, Cuenca-El
Triunfo y Latacunga-Quevedo. Este ultimo sera
la primera carretera transandina pavimentada
en el Ecuador. Esos itinerarios son los que mas
drenan la poblaci6n andina hacia las tierras
bajas.
Las carreteras marcan los flujos mas impor-
tantes y en ocasiones los preceden, coma se
Condiciones de la Agricultura IV Panorama histârico 29

80 0 W

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~

Carreteras carrozables
todo el ana (1950)

Vfas férreas (1950)

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LImite superior
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Principales ciudades

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~~d~b'mœ
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Carreteras principales
(red actual)
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.
El Triunfo·
\":\. " . . __ ,d- "'<;.
ri>' Azogues

o 100 200 km

Figura A14: Mapa de infraestructura de comunicaciân en la regiân costera (1950)

Fuente: Mapa vial deI Ecuador, IGM, 1950
30
vera mas adelante (parte A VI). La nueva
frontera esta ahora, ya no al Oeste sino al Este.
Es la integracion deI piedemonte amaz6nico
«abandonado» desde el siglo XVI la que marca
este fin de siglo.
5.3 Los nuevos productos
Las fichas de cultivo (ver parte BIll) permi-
tiran precisar la importancia de varios nuevos
productos. Sera posible remitirse al articulo de
M. Cuvi y R. Urriola (1988), «Oleaginosas, cerea-
les y agroindustria en la Costa ecuatoriana», en
el volumen 1 de la Geografia Agraria. A titulo
de indicacion, citaremos solamente entonces la
soya y la palma africana.
Paisajes Agrarios deI Ecuador
En la Sierra, mientras que las plantaciones
de piretro y de guantug fueron abandonadas, se
debe evocar el éxito de la agroindustria lechera
y de los nuevos cultivos como las fresas, los
esparragos y, sobre todo, las flores (parte B IV3).
La mano de obra es exc1usivamente asalariada,
a menudo periurbana. El capital invertido es
importante. Las técnicas de producci6n son
avanzadas: el desarrollo· de las plantas puede
ser programado en funci6n de los picos de
demanda, y las irÎ:rraestructuras de comunica-
ci6n deben aliar la gran distancia y la rapidez de
expedici6n. El puerto maritimo habia permitido
la exportaci6n deI cacao y deI banano pero la
comercializaci6n de productos frescos requiere •
una infraestructura aeropuertuaria adecuada.
 Condiciones de la Agricultura V Poblaci6n 31

V POBLACION y OCUPACION DEL ESPACIO

La evoluci6n de la poblaci6n influye en las dinamicas agrarias principalmente dé dos maneras,

por el aumento deI numero de habitantes y por la redistribuci6n de las grandes masas de poblaciân
que cambian a la vez de localizaci6n y de caraeteristicas (Gondard, 1983).

El aumento deI numero de habitantes-consumidores amplia el mercado interior. La modifica-

ci6n de la parte respectiva de la poblaci6n rural y urbana y deI peso relativo de los grandes
conjuntos regionales durante los 40 ultimos anos traduce substanciales transformaciones deI
equilibrio territorial deI pais, y hasta una identidad nueva, en continuidad con los cambios
mencionados en el «Panorama hist6rico» (parte A IV).

1 El crecimiento de la poblaci6n total 1974 registra las consecuencias direetas de esta

A finales deI siglo XIX, la poblaci6n total deI
Ecuador era estimada en un mi1l6n de habi-
tantes (Collin Delavaud, 1979). El primer cense
general de poblaci6n registra 3,2 millones de
habitantes en 1950; en 1990, son 9,6 millones
(cuadro A4 y figura AI5).
Este rapido crecimiento se explica por el
mantenimiento de una fuerte natalidad mien-
tras que la mortalidad baja considerablemente.
Entre 1950 y 1974, la poblaciân se duplica. La
tasa de crecimiento anual durante el periodo
1962-1974 colocaba al Ecuador en el tercer
lugar de los pafses de América Latina, después
deI Paraguay (3,36) y México (3,34), y lejos
deIante de Chile (1,78). Se preveia para el ano
2000 una poblaciân de 16 millones de habi-
tantes (Bernard, 1982).
A partir de estadisticas mas recientes,
Delaunay (1990) escribe: «La fecundidad
aumentâ levemente hasta 1965, periodo de mas
fuerte crecimiento natural; en la Costa alcanza
• tasas... de hasta 4 % en Manabi». El cense de
vitalidad mientras que los de 1982 y 1990
traducen la aminoraci6n de la progresi6n. De
todas formas, en 40 anos la poblaci6n se triplicâ
y, en 1960, habia 6,4 millones de habitantes
mas que en 1950.
2 La evoluci6n de la poblaci6n rural y
urbana
La observaci6n de la evoluci6n de la pobla-
ci6n en los dos subconjuntos de quienes viven
en la ciudad y aquellos que viven en el campo
(cuadro A4), revela un importante aumento de
la poblaci6n urbana y por 10 tanto una «desrura-
lizaci6n,) deI Ecuador. Mientras en 1950 el 71 %
de los habitantes deI pais vivian en el campo, en
1990 ya no es sino el casa deI 40 % (figura AI5).
Esta transferencia de poblaci6n disminuye
la presi6n sobre la tierra pero aumenta las
necesidades deI mercado interno en produetos
agricolas.
Tres fen6menos, de peso desigual, convergen
para determinar el incremento de la poblaci6n

Cuadro A4: Poblaci6n total y tasas

anuales de crecimiento
1950 3 202 757
Fuente: Censos INEC
1962 4476007 2,96 25,1 76,4
1974 6521710 3,30 33,5 67,4
1982 8060712 2,77 7,1 47,1
1990 9648189 2,27 5,1 34,7
32
------------------------------------,
10 Millones de personas
5 Fuente: Censos INEC
o
1950 1962 1974 1982
urbana: el crecimiento natural, la inmigraci6n
y una variaci6n de la base censal. Esta ùltima
se opera mediante la inclusi6n, en el perimetro
urbano, de sectores censales que eran clasifi-
cados coma rurales y por la promoci6n adminis-
trativa al rango de ciudad de nuevas cabeceras
cantonales. Sin embargo, la inmigraci6n de la
poblaci6n rural cuenta mucho mas que estos
cambios en la clasificaci6n y también mas que
el crecimiento natural de los citadinos. La gran
diferencia de evoluci6n entre la poblaci6n rural
y la urbana se produce a inicios de los an os
1970. Entre 1982 y 1990, el nùmero de habi-
tantes rurales aumenta en un 5 %, mientras
que el de los citadinos 10 hace en un 35 %.
Sin embargo, la tasa de urbanizaci6n sigue
siendo menor en el Ecuador que en muchos
otros paises de América Latina. El promedio en
el conjunto deI subcontinente es en efecto deI
70 %. En los paises deI Cono Sur y en Vene-
zuela, supera el 80 % (Bataillon et aL, 1991).
En cambio, las densidades rurales en el Ecua-
dor son, des de mucho tiempo atras, las mas
altas de América deI Sur.
3 Las densidades rurales
Entre 1950 Y 1990, la poblaci6n rural deI
Ecuador casi se duplica (+ 88 %). Pese a las
numerosas cantonizaciones, actualmente 4,3
millones de personas viven en el campo en
lugar de 2,2 a mediados de siglo. Su distribu-
ci6n en el territorio nacional es muy desigual.
Portais (1990) reùne las diferentes zonas de
densidad de poblaci6n en 5 conjuntos (figura
AI6):
Paisajes Agrarios deI Ecuador
Figura A15: Evoluci6n de las poblaciones
rurales y urbanas
1990
-Zonas «vacias», densidad inferior a 2 hab/km 2 .
Son los bosques de la Amazonia 0 deI Norocci-
dente, los espacios efectivamente deshabitados
de las altas montanas, las tierras aridas deI
Sur de Manabi y de la peninsula de Santa
Elena. Estas zonas representan en conjunto
aproximadamente el 50 % deI territorio
nacional.
-Zonas de baja densidad, de 2 a 20 hab/km 2. Se
encuentran en la Amazonia (colonizaci6n
reciente), en las partes muy secas de la provin-
cia de Loja y en la vertiente externa de la
cordillera Occidental, entre las latitudes de
Machala y Milagro.
-Las densidades medianas, de 20 a 80 hab/km 2 .
Cubren la mayor parte de la llanura costera y
deI Sur andino, los valles de antiguo
poblamiento de colonizaci6n en la vertiente
occidental y las altas tierras agricolas de las
cuencas andinas.
-Las densidades fuertes, de 80 a 160 hab/km 2 .
Ocupan la mayor parte de las cuencas
andinas, de Cuenca a Ibarra. En la Costa, se
las encuentra en la provincia de Manabi, al
este y al norte de Guayaquil.
-Las muy fuertes, mas de 160 hab/km 2. Corres-
ponden a los centros de las cuencas andinas,
Cuenca-Azogues, Ambato-Latacunga, Quito,
valle de Los Chillos-Tumbaco-Calder6n y San
Pablo-Ibarra. En la Costa, esos valores se
alcanzan ùnicamente en el valle de Portoviejo-
Rio Chico.
Un rapido calculo en base a estas clases
puede inducir al error:
-en la zona de densidad muy fuerte, muchas de
las propiedades no alcanzan ni un hectarea
por 5-6 personas;
 Condiciones de la Agricultura V Poblaci6n 33

'.

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1/< 1 Pisos montaiiosos
.. ,'
:t ,- . Principaies ciudades

Un punta representa 500 habitantes

o 200 km
10--==-_=_..1:::::====-__....1'
100

90 0 W
o
0°

Figura A16: Mapa de distribuci6n de la poblaci6n

empadronada fuera de los centros poblados
Fuente: elaborado seglin Leon, 1997
o

[)
34
SIERRA
/
80215
\ 38111
403Cl
'= CO~(--- ~ 4691
-en la Amazonia, los grupos selvaticos no utili-
zan la tierra coma agricultores.
El contraste entre tierras sobrecargadas de
hombres y «tierras vacias» parecia extrava-
gante. La Reforma Agraria y la Colonizaci6n
(ver parte A VI) apuntaban, entre otros obje-
tivos, a corregir estas desigualdades. La coloni-
zaci6n dirigi6 y estimu16 en parte las migra.,
ciones rurales y la transferencia regional de la
poblaci6n rural hacia las Hamadas tierras
baldias.
4 Las migraciones rurales
Un breve vistazo a las migraciones rurales,
por grandes regiones, permite captar la impor-
tancia de los flujos y su evoluci6n.
-periodo 1943-1974: el estudio de Bernard
(1982) muestra que las migraciones no han
dejado de crecer (cuadro A5), alcanzando la
tasa promedio total de un 22,2 %0 entre 1970 y
1974. Sin embargo, las migraciones son sobre
todo interurbanas. Las tasas de la poblaci6n
rural migrante, aunque creciendo tan rapido
coma las de la poblaci6n urbana migrante, son
dos veces menores. Solamente a partir de
inicios de los anos 1970 se puede hablar de
éxodo rural en el Ecuador.
Tasa promedio
2,7 4,5 5,8 12,2
de migraci6n total
Tasa de poblaci6n
urbana migrante
Tasa de poblaci6n
rural migrante
Paisajes Agrarios deI Ecuador
Figura A17: Saldos migra-
torios intra e inter-regio-
nales, 1943-1974
Fuente:Bernard,1982
~~RIENTG16910
.
Bernard muestra aun la importancia de las
migraciones intrarregioniales con relaci6n a
las interregionales (figura A17). Estas ultimas
corresponden a las migraciones de la Sierra
hacia la Costa y la Amazonia asi coma de la
Costa hacia la Amazonia.
En 1974, el flujo migratorio sigue estando
orientado de manera privilegiada de la Sierra
hacia la Costa. La migraci6n hacia la Amazo-
nia, desde la Sierra y la Costa, representa
cerca de la mitad de las salidas totales de la
Sierra. El movimiento hacia la Amazonia es
ocho veces mayor desde la Sierra que desde la
Costa.
-periodo 1974-1982: las tasas migratorias
100 x (N-R)/N, calculadas por Le6n (1990),
comparando la diferencia entre poblaci6n
nativa (N) y poblaci6n residente (R) con la
poblaci6n nativa, muestran un cambio radical
en los destinos (cuadro A6).
- La colonizaci6n de la Amazonia adquiere
cierta amplitud. Las 4 provincias orientales
alcanzan las mayores tasas de inmigraci6n,
con maximos deI 90 y deI 86 %, cifras
comparables a las deI crecimiento de la
poblaci6n rural deI pais en 40 anos. La
atracci6n de la provincia de Galapagos
resulta deI movimiento de colonizaci6n de
los anos 1973 a 1977 y deI desarroHo deI
turismo.
Cuadro A5: Tasa de poblaci6n
10,6 11,8 22,2
migrante (%0)
Fuente:Bernard,1982
15,4 16,4 29,5
7,3 8,4 16,1
Condiciones de la Agricultura V Poblaci6n 35

Napo 91,0 Manabi -25,3 Napo/Sucum. 43,2 Imbabura -12,0

Zamora Ch. 86,1 Bolivar -25,3 Zamora Ch. 38,1 Cotopaxi -10,3
Morona S. 32,8 Carchi -19,2 Esmeraldas 31,6 Caftar -8,5
Pastaza 30,1 Chimborazo -19,1 Pastaza 24,4 Guayas -6,6
Galapagos 25,8 Azuay -15,6 Pichincha 16,5 Loja -3,0
Pichincha 21,4 Imbabura -12,6 Morona S. 12,7 Bolivar -0,6
Guayas 17,0 Cotopaxi -8,7 Galapagos 9,0
El Oro 13,6 Tungurahua -4,3 Manabi 8,9
Los Rios 13,2 Esmeraldas -2,4 Chimborazo 7,5
Caftar -2,3 Los Rios 6,7
Carchi 5,5
Cuadro A6: Migraciones rurales provinciales Azuay 5,4
(1974-1982) Tungurahua 3,0
Fuente:Le6n, 1990 El Oro 0,8

Cuadro A7: Variaciones de la poblaci6n rural

- En la Costa, las provincias deI Centro y Sur,
de antigua inmigraci6n, siguen siendo
receptoras, mientras que Manabi, con la
mayor tasa negativa, confirma su tradici6n
de foco de emigraci6n.
- De las provincias andinas, son las provincias
«mestizas» de Bolivar y de Carchi las que
presentan las mayores tasas negativas. El
éxodo es muy importante en las provincias
de dominante indigena de Chimborazo,
Azuay e Imbabura. La atracci6n de la pro-
vincia de Pichincha conjuga la de la perife-
ria de Quito y la de las zonas pioneras deI
Noroccidente.
.periodo 1982-1990: Se procedi6 a una esti-
maci6n somera comparando el saldo de la
poblaci6n rural entre los dos ultimos censos
(1990 - 1982) con la poblaci6n rural de 1982
(cuadro A7).
Por la imprecisi6n deI modo de calculo, se
obtiene s6lo una aproximaci6n de los movi-
mientos de poblaci6n en las zonas rurales. Sin
embargo, es posible clasificar las provincias y
hacer un seguimiento de la evoluci6n regional.
- La Amazonia sigue siendo el lugar de mayor
inmigraci6n rural con relaci6n al volumen
de la poblaci6n anterior.
- En la Costa, la provincia de Esmeraldas se
toma receptora, al mismo nivel que las pro-
vincias orientales (ver parte A VI). La
salida de poblaci6n rural de Manabi es
menor que en periodos anteriores: la tasa
positiva deI 9 % no implica una inmigraci6n
clara pues el solo crecimiento natural es
mayor. Es igualmente el casa de las demas
provincias costeras cuyas zonas rurales son
ahora emisoras, pese a tasas de crecimiento
algo positivas.
- En la Sierra, con excepci6n de la provincia
de Pichincha, al igual que en el periodo
anterior, todas las provincias presentan un
(1982-90)
Fuente:Gondard,1996
saldo migratorio rural ampliamente nega-
tivo a pesar de ciertas tasas de crecimiento
ligeramente positivas. La novedad reside en
una desaceleraci6n deI éxodo a partir de
Chimborazo, Azuay y Bolivar. Estas gran-
des tendencias provinciales se encuentran
también en la evoluci6n de la poblaci6n
rural por regiones.
5 La evoluci6n de la poblaci6n rural por
regiones
En 1950, cerca deI 60 % de la poblaci6n
rural censada vivia en las provincias andinas
(cuadro A8). En 1990, este porcentaje ha
disminuido en un 10 %. Durante el mismo
periodo, la proporci6n de la poblaci6n rural que
vive en la Costa y en la Amazonia se ha incre-
mentado en un 4 % (si se incluye el rubro
«otros», esencialmente costero) y en un 4,5 %
respectivamente. Se puede imaginar la trans-
formaci6n que implica esta progresi6n en las
provincias amaz6nicas hasta entonces muy
poco pobladas.
En 1990, la mitad de la poblaci6n rural
nacional vive aun en las provincias andinas,
mientras que la poblaci6n total de la Costa ha
suplantado a la de los Andes desde el censo de
1974.
Se observa sin embargo que la «desrura-
lizaci6n» deI Ecuador se opera efectivamente a
partir de los Andes. Entre 1950 y 1990, la
disminuci6n de la proporci6n de habitantes
rurales con relaci6n a la poblaci6n nacional
total, es deI 20 % en las provincias andinas,
36 Paisajes Agrarios deI Ecuador

Cuadro A8: Poblaci6n rural regional

en relaci6n con la poblacion total y
1950 42,8 27,3 1,3 0,0 59,8 38,2 1,8 0,0
la poblaci6n rural total (%)
1962 34,1 28,4 1,4 0,1 53,3 44,3 2,2 0,0 * otros inc1uye Galapagos y zonas en
1974 29,8 26,2 2,3 0,3 50,8 44,6 3,9 0,5 litigio entre provincias
1982 26,0 21,7 2,6 0,5 51,2 42,7 5,0 1,0 Fuente:Gondard,1996
1990 22,1 18,8 2,8 0,7 49,7 42,2 6,3 1,6

mientras que no es sino deI 8 % en la Costa industrial y la creaci6n de puestos de trabajo

(inc1uyendo el rubro «otros», cuadro A8).
La comparaci6n entre las tasas anuales de
evoluci6n de la poblaci6n total y las de la
poblaci6n rural por regi6n, permite precisar las
fechas de inflexi6n de los flujos (cuadro A9):
·periodo 1950-1962: emigraci6n andina, inmi-
graci6n costera, es el boom bananero y el
inicio de la colonizaci6n organizada.
·periodo 1962-1974: marasmo en la Costa, el
éxodo andino disminuye, el inicio de la inmi-
graci6n en la Amazonia es espectacular, aun-
que se trata de valores absolutos limitados.
El decenio de 1970 marca una ruptura
importante para la poblaci6n rural andina y
costera. Es el inicio deI éxodo rural y de las
importantes transferencias de poblaci6n hacia
las ciudades. Los ingresos provenientes deI
petr61eo permitieron inversiones en el sector
en el sector fabril, de la construcci6n urbana y
de infraestructura asi coma de servicios varios
(Vos, 1988).
El ana 1973 abre el comienzo de 10 que se ha
convenido en llamar la «bonanza petrolera», 0
inc1uso el «auge petrolero», en referencia a los
cic10s bien conocidos de la economia ecuato-
riana cuyo motor hasta ese entonces habian
sido las exportaciones... agricolas.
Las tasas observadas en 1990 para el ultimo
periodo registrado confirman que la «desrura-
lizaci6n» deI Ecuador prosigue activamente y
que es mas dinamica en las provincias andinas
que en la Costa, mientras que la inmigraci6n a
las tierras orientales mantiene un ritmo acele-
rado gracias a la apertura de nuevas carreteras
ya la politica de colonizaci6n.

Cuadro A9: Tasa anual de crecimiento (%) de la

poblaci6n rural regional
Fuente: Gondard, 1996
 Condiciones de la Agricultura VI Tenencia de la tierra 37

VI TENENCIA DE LA TIERRA

A falta de un censo agropecuario completo y reciente, los ultimos datos disponibles a nivel
nacional son los de Bernard (1982), los cuales que retoman las encuestas realizadas por
PRONAREG-ORSTOM en 1975. Mas de 20 aiios han pasado desde entonces. Es evidente que una
comparaci6n con las cifras deI pr6ximo censo seria sumamente interesante.
•
1 Tamaiio de las propiedades rurales A nivel nacional, las Unidades de Produc-
ci6n Agricola (UPA) de menos de 5 ha repre-
El tamaiio de la unidad de producci6n sigue sentan mas de dos tercios deI total de las
siendo un indicador esencial pues, de una explotaciones, pero no ocupan sino el 8 % de la
manera general, es directamente revelador de superficie, mientras que las de mas de 100 ha,
otras caracteristicas de la explotaci6n, coma la que no representan sino el 1,9 % deI total,
capacidad de inversi6n en términos tanto de ocupan el 42,8 % de la superficie total de las
financiamiento propio coma de acceso al explotaciones (cuadro A10 y figura A18).
crédito, 10 que a su vez influye directamente en
el manejo de la explotaci6n. Las encuestas de El minifundio es sobre todo caracteristico
PRONAREG-ORSTOM demostraron igual- de la Sierra puesto que aHi las UPA de menos
mente el vinculo existente entre el tamaiio de de 5 ha representan las tres cuartas partes deI
las unidades de producci6n y los grandes tipos total de las explotaciones, mientras que en la
de utilizaci6n deI suelo. Costa no son sinn un poco mas de la mitad y en

NUMEROS DE UPA
menos de 1 132231 34,1 39814 17,5 1665 6,9 173710 27,0
de 1 a 2 77716 54,1 34439 32,7 691 9,8 112846 44,8
de 2a5 89018 77,1 56212 57,5 1974 18,0 147204 67,8
de 5 a 10 41776 87,9 33692 72,3 2052 26,5 77520 80,0
de 10 a 20 20363 93,1 25527 83,5 3087 39,3 48977 87,7
de 20 a 50 15939 97,2 25186 94,6 8451 74,4 49576 95,5
de 50 a 100 5296 98,6 6422 97,5 5288 96,4 17006 98,1
mas de 100 5506 100,0 5762 100,0 872 100,0 12140 100,0

SUPE RFICIES DE LAS UPA (ha)

menos de 1 52521 1,7 19969 0,5 479 0,1 72969 1,0
de 1 a 2 94910 4,8 44636 1,7 767 0,2 140313 2,8
de 2 a 5 246376 12,8 172057 6,2 6095 1,0 424528 8,3
de5a10 27071221,7 229417 12,1 13281 2,8 513410 15,0
de 10 a 20 268 338 30,4 335 596 20,8 40953 8,3 644887 23,5
de 20 a 50 471 544 45,8 774762 41,0 259350 43,1 1505656 43,1
de 50 a 100 339674 56,9 423498 52,0 313688 85,1 1076860 57,2
mas de 100 1322219 100,0 1845622 100,0 110732 100,0 3278573 100,0

Cuadro A10: Numero de UPA y superficies seglin tamaiio de las explotaciones

Fuente:Bernard,1982
38 Paisajes Agrarios deI Ecuador

Figura A18: Distribuci6n deI numero y de las superficies de las UPA

seglin el tamaïio de la propiedad
Fuente: Bernard, 1982

% 5

Sierra 4 Costa
3
2

< 1- 2- 5- 10- 20- 50- > 100

2 5 10 20 50 100 ha

% Il

Oriente 4
Total pars
•
3

< 1- 2- 5- 10- 20- 50- > 100 < 1- 2- 5- 10- 20- 50- > 100
2 5 10 20 50 100 ha 2 5 10 20 50 100 ha
Porcentaje dei Porcentaje de la
numero total de UPA • superficie total

el Oriente no alcanzan una quinta parte. La
tasa particularmente baja de UPA de tamafio
reducido en esta ultima regi6n se explica por
una menor densidad, una ocupaci6n reciente y
la legalizaci6n por parte deI Instituto Ecuato-
riano de Reforma Agraria y Colonizaci6n
(lERAC) de lotes de colonizaci6n con la norma
te6rica de 50 ha.
La proporci6n de las familias rurales sin
tierra, es decir que tienen menos de 0,1 ha, no
es despreciable. Alcanza el 9,3 % en la Sierra y
se eleva al 17,5 % en la Costa, donde nume-
rosos obreros agricolas no poseen sino su casa a
veces rodeada de un huerto (Bernard, 1982).
1.1 Evoluci6n deI tamafio de las propiedades
La comparaci6n de los datos de los censos
agricolas de 1954 y de 1974 dio lugar a nume-
rosos trabajos, entre ellos los de Chiriboga
(1988) y Fauroux (1988) que fueron publicados
en el primer tomo de la Geografia Agraria. De
alli retomaremos algunos aspectos tales como :
-la disminuci6n de las superficies controladas
por las grandes propiedades y su divisi6n,
-un significativo desarrollo de la mediana pro-
piedad de 20 a 100 ha,
-el considerable incremento de las unidades de
menos de 20 ha que aumentan en cerca de
130000 mientras la superficie que controlan se
incrementa en aproximadamente 200000 ha,
-la disminuci6n deI tamafio promedio de la
pequefia propiedad, de menos de 5 ha, que
pasa de 1,7 a 1,5 ha.
Estos resultados permiten entrever la
influencia deI aumento de la poblaci6n rural
(ver parte A V) Y los primeros efectos de la
Colonizaci6n y de la Reforma Agraria. La inci-
dencia de esta ultima fue probablemente eficaz,
mas por la presi6n que ejerci6 en las grandes
explotaciones que por su intervenci6n directa.
En efecto, dinamiz6 el mercado de la tierra en el
caso de las medianas y grandes explotaciones.
Fauroux (1988) reporta el siguiente caso en el
sector de El Angel-La Libertad: «Racia 1960,
seis enormes haciendas totalizaban algo mas de
10000 ha de tierras cultivables, ademas de ex-
tensos pastizales de altura (paramos) de limites
imprecisos. De esas seis haciendas, una desapa-
reci6 por completo y las otras cinco se transfor-
maron en 18 haciendas «adaptadas» que tota-
lizan 5346 ha en 1976».
El numero de las explotaciones de menor
tamaïio tiende a un constante aumento debido
al fraccionamiento por herencia. Esta situaci6n
no deja de ser preocupante, y ademas se ampli-
fica por el crecimiento demografico. Los traba-
jos deI Instituto de Estrategias Agropecuarias
(lDEA) muestran la amplitud deI fen6meno en
Salcedo. Desde el censo de 1974, «el cambio
mas notorio es el incremento en el numero de
Condiciones de la Agricultura VI Tenencia de la tierra
Sierra 45 46 8 1
Costa 42 27 13 18
Oriente 13 33 45 9 s610 de una parte deI capital de la empresa.
Total pars 41 42 13 4
Cuadro AU: Origen de la propiedad en el
medio rural (%)
Fuente:Bernard,1982
predios, que sube de 5030 a 22262. Las propie-
dades de menos de 5 ha son el 97,9 % de los
predios y abarcan el 27,5 % de las tierras ... »
(Camacho, 1991).
1.2 Modo de adquisici6n de las propiedades
La encuesta de PRONAREG-ORSTOM rea-
lizada en 1975 mostraba el peso de la transmi-
si6n hereditaria de los bienes rurales en las
propiedades campesinas. Ésta representa, en
los Andes y en la Costa, el 45 y el 42 % respec-
tivamente de los origenes de propiedad. A nivel
nacional, tiene igual importancia que las com-
pras (cuadro AU). Se constata también que en
la multiplicaci6n de las pequeiias propiedades,
la proporci6n correspondiente al proceso de
Reforma Agraria y a la Colonizaci6n queda
reducida.
1.3 Acceso a la tierra sin titulo de propiedad
En el panorama hist6rico se han presen-
tado las principales formas pretécnicas de
movilizaci6n de mana de obra aplicadas por
las haciendas tradicionales, cuyas modalida-
des mas representativas han sido la deI "sem-
brador" en la costa y deI "huasipunguero" en
la sierra (ver la parte A IV). Las haciendas
otorgaban también a las comunidades de su
vecindario algunos "beneficios" - pastoreo deI
ganado, uso deI agua de la acequia, recolecci6n
de leiia, transito por caminos 0 senderos, etc.-
que podian suspend erse en cualquier
momento coma medio de presi6n. Uno de los
objetivos de la Reforma Agraria fue la elimi-
naci6n de estas formas preearias de acceso a la
tierra.
Los miembros de las comunidades campe-
sinas tienen todavia acceso a la tierra mediante
su propiedad colectiva, mas no privada, aun
cuando tienen acceso exclusivo a algunas
parcelas individuales de cultivo; los pastos
siguen siendo generalmente de uso comlin.
39
Otras formas de acceso colectivo a la tierra,
todavia en nlimero reducido, son las modernas
sociedades financieras, bajo accionariado u
otras modalidades, en las que ninguno de los
miembros es dueiio de un lote particular sino
Fuera de las comunidades, la forma actual-
mente mas difundida para acceder a la tierra
sin tener titulo de propiedad se hace bajo la
modalidad deI contrato "al partir", 0 aparceria,
en la que dos contratantes asumen la actividad
productiva, compartiendo los aportes de terre-
no, trabajo e insumos. El peso econ6mico de
cada contratante cambia radicalmente el signi-
ficado concreto de la transacci6n. Puede ser un
"campesino sin tierra" que toma una parcela en
arriendo a cambio s610 de su trabajo, mientras
el propietario aporta el terreno, semilla, insu-
mos y herramientas, etc.... Puede ser un "em-
presario" que presta semillas e insumos, mien-
tras el campesino ofrece su tierra, su mana de
obra y la de su familia. En todo caso, los dos
contratantes comparten la producci6n seglin
modalidades variables, entre la mitad y la
quinta parte deI valor de la venta de la cosecha,
en funci6n deI estimado de los aportes respec-
tivos y de las costumbres regionales.
Lo original de la aparceria es la moviliza-
ci6n de los factores de producci6n seglin moda-
lides peculiares, tratese de la tierra, mana de
obra 0 capital productivo (ver parte A VIII).
Estas practicas son frecuentes en todo el pais
pero estan mas representadas en la Sierra
para la producci6n de papas, en la provincia de
Loja para la de la cebolla, en la Costa para el
maiz y en la Amazonia para la producci6n de
naranjilla.
En el medio campesino muchos de los pro-
pietarios no tienen propiedad legalizada, 10 que
representa un inconveniente mayor para algu-
nas transacciones oficiales, coma la obtenci6n
de crédito bancario, pero no impide las transac-
ciones familiares 0 de vecindad en las heren-
cias, migraciones, compra y venta, etc... La
realizaci6n deI programa de titulaci6n de
tierras busca sanear esta situaci6n algo con-
fusa en un catastro rural moderno.
1.4 La utilizaci6n deI suelo segtin el tamaiio de
las propiedades
En el pais en su conjunto (cuadro A12 y
figura A19), las superficies pertenecientes a las
UPA, sin distinci6n de tamaiio, se distribuyen
en tres grupos de similar importancia con un
40 Paisajes Agrarios deI Ecuador

REGION SE RR ANA
menas de 1 48891 93,1 2384 4,5 1246 2,4 52521
de 1 a 2 80837 85,2 9584 10,1 4489 4,7 94910
de 2 a 5 175040 71,1 51900 21,1 19436 7,9 246376
de 5 a 10 151 669 56,0 77690 28,7 41343 15,3 270702
de 10 a 20 119890 44,7 83945 31,3 64503 24,0 268338
de 20 a 50 168340 35,7 158963 33,7 144241 30,6 471 544
de 50 a 100 93527 27,5 124746 36,7 121 401 35,7 339674
mas de 100 161 539 12,2 559571 42,3 601 109 45,5 1322219
•
TOTAL 999733 32,6 1068783 34,9 997768 32,5 3066284

REGION COSTERA
menas de 1 18959 94,9 519 2,6 491 2,5 19969
de 1 a 2 41433 92,8 1 315 3,0 1888 4,2 44636
de 2 a 5 130019 75,6 18432 10,7 23606 13,7 172057
de 5 a 10 153828 67,1 40172 17,5 35417 15,4 ·229417
de 10 a 20 173520 51,7 81925 24,4 80151 23,9 335596
de 20 a 50 293265 37,9 252486 32,6 228811 29,5 774562
de 50 a 100 136424 32,2 139487 32,9 147587 34,9 423498
mas de 100 348883 18,9 934316 50,6 562423 30,5 1 845622
TOTAL 1296331 33,7 1468652 38,2 1 080374 28,1 3845357

REGION ORIENTAL
menas de 1 422 88,1 16 3,3 41 8,6 479
de 1 a 2 500 65,2 110 14,3 157 20,5 767
de2 a 5 1844 30,3 2082 34,2 2169 35,6 6095
de 5 a 10 3313 25,0 5661 42,6 4307 32,4 13281
de 10 a 20 6297 15,4 19944 48,7 14712 35,9 40953
de 20 a 50 26532 10,2 113414 43,7 119404 46,0 259350
de 50 a 100 17176 5,5 117604 37,5 179178 57,1 313958
mas de 100 5027 4,5 45182 40,8 60523 54,7 110732
TOTAL 61 111 8,2 304013 40,8 380491 51,0 745615

TOTALIDAD DEL PAIS

menas de 1 68272 93,6 2919 4,0 1778 2,4 72969
de 1 a 2 122770 87,5 11009 7,9 6534 4,7 140313
de 2 a 5 306903 72,3 72414 17,1 45211 10,7 424528
de 5 a 10 308810 60,2 123523 24,1 81067 15,8 513400
de 10 a 20 299707 46,5 185814 28,8 159366 24,7 644887
de 20 a 50 488137 32,4 524863 34,9 492456 32,7 1 505456
de 50 a 100 247127 22,9 381 837 35,5 448166 41,6 1077 130
mas de 100 515449 15,7 1539069 46,9 1224055 37,3 3278573
TOTAL 2357175 30,8 2841448 37,1 2458633 32,1 7657256
Cuadro A12: Uso deI suelo seglin el tamaiio de la propiedad
Fuente: Bernard 1982
.
ligero predominio de los pastos que ocupan el cultivos perennes y anuales, de cultivos de con-
37 % de las tierras. Llama la atenci6n la impor- sumo interno y de exportaci6n.
tancia deI grupo «otros». Se trata principal-
mente de superficies con vegetaci6n natural La Amazonia es la regi6n mas singular por
(ver parte A X) y en menor medida de vivien- la poca importancia de los cultivos, cuatro veces
das, construcciones de explotaci6n, etc.; son menor que el promedio nacional, y por la impor-
una reserva de tierras 0 representan zonas difi- tancia de la vegetaci6n natural, que representa
ciles de incorporar a la producci6n. mas de la mitad de la superficie de las UPA.
Alli se encuentran pocos cultivos -pues el costo
En los Andes y en la Costa, cultivos y pas- deI transporte disminuye 0 anula su rentabili-
tos estan cerca deI promedio nacional. Entre dad frente a las producciones de la Costa- y
estas dos regiones, las diferencias se sitûan en mucha vegetaci6n natural, coma reserva de
la naturaleza de los cultivos, la proporci6n de tierras en explotaciones implantadas reciente-
 Condiciones de la Agricultura VI Tenencia de la tierra
Figura A19: Uso de la tierra seglin el tamario de la propiedad (promedio nacional)
Fuente: Bernard, 1982
100'.------------------------,
80
60
40
20
1-2 2-5 5-10 10-20 20-50 50-100
• mente en la selva. La Amazonia es el lugar de
mayor avance pionero de estos ultimos arioso
En las tres regiones deI pais asi coma en los
tres grandes grupos de uso deI suelo, existe
una relaci6n m uy marcada con el tamario de
las explotaciones. El porcentaje de las super-
ficies cultivadas es indirectamente propor-
cional al tamario, mientras que el porcentaje
de pastizales y de «otros» aumenta con el
tamario: mas deI 75 % de cultivos en las explo-
taciones de menos de 5 ha, 44 % Y 38 % de
praderas y «otros.. en las explotaciones de mas
de 50 ha.
Se ha dicho que la Reforma Agraria, al
producir el retaceo de las grandes propieda-
des en predios menores, hizo también bajar
drasticamente la producci6n de alimentos
bâsicos. Sin embargo, el cuadro A12 y la
figura A19 que muestran c1aramente el
predominio de los cultivos en estas clases de
tamario, esta opini6n debe ser rechazada. Al
contrario la ampliaci6n de las superficies de
los pastos -crecimiento en un 104 % entre
1965 y 1975 (datos deI MAG cita dos por
Fauroux, 1980)- se produjo en las haciendas'
y en los frentes pioneros. Estas grandes ten-
dencias nacionales muestran apenas algunos
matices regionales.
. La relaci6n existente, a nivel nacional y
regional, entre el tamario deI predio y el uso deI
• suelo no debe ser confundida con una evalua-
ci6n de la eficiencia de la explotaci6n. Asi se
encuentran ejemplos de grandes propiedades
muy bien manejadas y de fincas 0 micropropie-
dades sumamente eficientes. No en vano
Fauroux (1980) clasifica cierto tipo de UPA de
la provincia de Tungurahua coma «minifundio
empresariah, de la misma manera que habla
de «hacienda renovada .. en oposici6n a la
41
o Vegetaci6n natural y
otras zonas sin uso
~!i!~ Pastos artificiales
~ Pastos naturales
G8
a Barbecho
•
> 100 ha
Cultivos
«hacienda tradicionah. Huertos de hortalizas
de 2 a 3 ha pueden ser tan eficientes coma una
muy tecnificada empresa de ganaderia lechera,
y una superficie reducida sembrada con flores
que cuenta con abundante mana de obra puede
generar mas ingresos que un predio mayor que
emplea mucho menos fuerza de trabajo.
2 La Reforma Agraria y la Colonizaci6n (a
partir de 1964)
La exposician de los motivos de las leyes de
Reforma Agraria y Colonizacian destacaba dos
argumentos dobles: por un lado, habia tierras
demasiado pobladas y tierras Hamadas «bal-
dias.. , y por otro, en muchas zonas sobrecar-
gadas de hombres, terrurios de muy alta densi-
dad poblacional colindaban con predios gran-
des, a veces inmensos y de escasa productivi-
dad agricola.
La Reforma Agraria y la Colonizaci6n fueron
entonces dos caras de una misma politica. Se
buscaba solventar importantes limitaciones
para el desarrollo, juntando los objetivos econa-
micos y sociales en un mismo movimiento
fomentado por el Estado. Las tres leyes suce-
sivas (1964, 1973 Y 1979) fueron dictadas por
gobiernos militares, menos ligados a la oligar-
quia terrateniente. En treinta arios de vigencia,
sus efectos, amplificados por las propias dina-
micas deI crecimiento demografico, dejaron
hondas hueHas tanto en los paisajes agrarios
coma en la organizacian deI territorio, aunque
no en las mismas proporciones en las dos moda-
lidades, Colonizaci6n y Reforma Agraria.
A nivel nacional, la superficie total en que
intervino la Reforma Agraria fue de 9026 km 2 ,
es decir el 3,4 % deI territorio deI pais. La Colo-
nizaci6n tuvo un impacta espacial mucho mayor:
42
Figura A20: Superficies entregadas por la Reforma Agraria y la Colonizaci6n
Fuente: Gondard, 1997
Reforma Agrarfa Colonizaci6n
100
A B c 1 500
1000
50
500
o 0
1965 1970 1975 1980 1985 1990
Superficies entregadas por ano
(miles de hectareas)
con 63631 km 2 legalizados, afect6 al 23 % deI
territorio nacional (todas las cifras citadas
provienen de IERAC).
Siendo el numero de beneficiarios similar,
119500 en el casa de la Reforma Agraria y
115 000 en el de la Colonizaci6n, los promedios
de superficie por beneficiario son muy contras-
tados, de 7,5 ha y 53 ha respectivamente. Estas
cifras ocultan a su vez valores muy disimiles
seglin los periodos y las provincias. Tratandose
de la Reforma Agraria se pueden dar dos
ejemplos: en Imbabura 6 123 personas, en su
mayoria ex-precaristas, recibieron 14500 ha
(2,3 ha/persona) y en N apo 4 beneficiarios se
dividieron 170 ha (42,5 ha/persona). La misma
desproporci6n sucede en el casa de la Coloniza-
ci6n, siendo los extremos de 3,5 ha en Chimbo-
razo 0 Tungurahua y de 400 ha en Pastaza. La
Reforma Agraria y la Colonizaci6n tuvieron
una aplicaci6n disimétrica en las diferentes
regiones deI pais y una marcada periodizaci6n.
2.1 Periodos
En ambos procesos, el primer periodo va
desde el inicio con la Junta Militar hasta 1973-
1974; el segundo corresponde a los dos siguien-
tes gobiernos militares y a los primeros anos de
gobierno civil; el tercera empieza hacia 1981-
1982 (fases A, B YC en la figura A20).
Al intenso comienzo con la Junta Militar le
sigue un estancamiento relativo hasta el
Paisajes Agrarios deI Ecuador
Colonizaci6n (total)
Colonizaci6n (sin las \
p"""oc;as ama,6,'oasl ~
5000
•
500
.
•
O-F'T-.--r..,....,...,......TTTT................,....,..,...,,...-,r--r;,,-+O
1965 1970 1975 1980 1985 1990
Superficies cumuladas
(miles de hectareas)
gobierno deI general Rodriguez Lara que da
un nuevo impulso tanto a la Colonizaci6n, con
el tema de las «fronteras vivas», como a la
Reforma Agraria.
Chiriboga (1988) ha Hamado la atenci6n en
cuanto a la diferencia esencial entre el primer
periodo de legalizaci6n de tierras en el marco
de la Reforma Agraria y los siguientes. Aquel
se caracteriza por «la abolici6n deI precarismo
y la entrega en propiedad de las tierras de
usufructo que significan el 61 % deI total de
las afectaciones. En el periodo posterior, las
negociaciones, reversiones y expropiaciones
representan el 68 % deI total, mientras que la
abolici6n deI precarismo se reduce al 16 %». El
analisis de este autor va solamente hasta
1985, pero después no pudo haber grandes
modificaciones ya que no existia precarismo.
El ano 1974 marca entonces el inicio de una
fase mas drastica de la Reforma Agraria y las
luchas campesinas aumentaron al mismo
tiempo que creci6 la resistencia de los terra-
tenientes. Dubly y Granda (1991) dan nume-
rosos ejemplos de violencia en todas las
Il
regiones deI pais.
A partir de 1981, la Reforma Agraria dismi-
nuye en intensidad, en términos tanto de
superficie intervenida coma de numero de
beneficiarios, mientras que, en 1983, la Coloni-
zaci6n entra en su periodo mas activo. Desde
entonces, las cifras oficiales ocultan cierta
ambigüedad.
 Condiciones de la Agricultura VI Tenencia de la tierra 43

Colonizacion y
Reforma Agraria

.,.,
1 .............. '" , , _ ' ... ,"" .. , ...

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~/ • • Principales ciudades

: ...... - <... ~ LImites provinciales

.'
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........
:
. . Reforma agraria

.
•
" , 'i{[[[17 Colonizaci6n
•
f .. · ... '"

,
,'- ...
, .. '
,
o 100 200 km
..
' -==--==-....1===---'
.......... '

---.........,--- 1 504255
o
345949

., 21023

Superficie cumulada 1964 - 1992 (ha)

Figura A21: Reforma Agraria y Colonizaci6n

por provincia
Fuente: Gondard y Mazurek, 1997 D
44
En los datos de 1982, Hama la atencion que
un solo beneficiario de la provincia de Chimbo-
razo reciba 1 546 ha. Se trata en realidad de
una adjudicaci6n colectiva, antecedente de una
pnictica que se ampliara en los aiios poste-
riores, al legalizarse tierras de grupos nativos
en la Amazonia y Esmeraldas. Se formaliza asi
el derecho legal de los pueblos indigenas sobre
su tierra, reconociéndoles la propiedad de la
misma. Por ejemplo, de las 978725 ha legali-
zadas en 1990, 630869 10 fueron en la provincia
de Pastaza, y de ellas 612560 corresponden al
territorio Huaorani (Gondard y Mazurek,
1997).
Pese a este reconocimiento de grandes super-
ficies de tierras a las comunidades nativas, que
atane local mente a pocos individuos, a nivel
nacional el numero de beneficiarios de la Coloni-
zaci6n se incrementa considerablemente a partir
de 1983. Se duplica con relaci6n a la fase
anterior de aplicaci6n, pasando de 3000 a 6000
beneficiarios por ano, y se triplica en compara-
ci6n con la primera fase.
En el campo de la Reforma Agraria, se regis-
tra un promedio de 3300 beneficiarios/ano
hasta 1974, de 7400/ano de 1975 a 1980 y de
3100/ano a partir de 1981. En este casa se pro-
dujo entonces una desaceleraci6n deI proceso.
2.2 Localizacion
Las superficies registradas no dan toda la
medida de los efectos de ambos procesos. La
Colonizacion transformo las zonas afectadas,
integrandolas mejor al espacio vivo deI pais, a
expensas de la vegetacion natural (ver partes C
II 2.1.b Y C III 2). La Reforma Agraria influy6
también en el desmonte en los Andes (unidades
D21 y CU) pero sobre todo impuls6 Ulla vigo-
rosa transformaci6n de los modos de producci6n
mucho mas alla de las superficies intervenidas
(Barsky et al, 1982). Se pueden citar los ejem-
plos de las haciendas renovadas (unidad P21) y
de las fincas arroceras en el Guayas (partes de
las unidades C41 hasta C45).
En efecto, la Reforma Agraria no es un
fenomeno exc1usivamente andino (figura A21).
Guayas y Los Rios son la primera y la cuarta
provincia en superficies legalizadas, antes que
muchas provincias de la Sierra. A nivel nacio-
Paisajes Agrarios deI Ecuador
nal, la Reforma Agraria intervino prioritaria-
mente en el triangulo Sierra Norte - Guayaquil
- Sierra Sur, el nucleo historico deI pais, aHi
donde se asent6 el sistema de hacienda.
La Colonizaci6n, en cambio, ha significado
la expansion de la frontera interna. La c1asifi-
caci6n de las provincias segun la superficie
acumulada 10 refleja claramente. De mayor a
menor legalizaci6n, las provincias se ordenan
de la siguiente manera: Pastaza, Napo/Sucum-
bios, Morona Santiago, Pichincha, Esmeraldas,
Manabi, Zamora Chinchipe, etc.
La Colonizacion abarca principalmente las
zonas extensas y menos densamente pobladas
deI Oriente y deI cuadrilatero noroccidental
costero, limitado al sur par la linea Chone-
Quevedo, en el mismo lugar donde se detuvo el
boom bananero de los aiios 1950.
Por su anterioridad y por el numero total de
beneficiarios, Pichincha es la primera provincia
receptora de colonizaci6n organizada. Fue
inc1uso la primera zona de acci6n deI Instituto
de Colonizaci6n Agricola (INCA) en 1957, entre
Quevedo y 10 que seria Santo Domingo de los
Colorados, incluso antes de que existiera la Ley
de Reforma Agraria y Colonizaci6n (Trujillo,
1988).
Las provincias orientales se destacan a par-
tir de 1973. En ese ano, el primero deI gobierno
deI general Rodriguez Lara, el numero de bene-
ficiarios se duplica tanto en Morona Santiago
coma en Napo. Como en el "limes" romano, la
estrategia geopolitica de «fronteras vivas» es
evidente, aplicada inc1uso en las islas Galapa-
gos donde se legalizo, en 1974, la propiedad de
10900 ha para 231 colonos.
Hay una semejanza bastante grande entre
los efectos espaciales de la Colonizacion y de la
Reforma Agraria: ambas tendieron a colmar el
territorio nacional, horizontalmente hasta las
fronteras internacionales y en altura hasta los
limites asequibles. A partir deI nuc1eo hist6rico
central se expandi6 la colonizaci6n; a partir de ..
las zonas mas densamente pobladas en las
faldas de las hoyas centrales, se dilato la ocu-
paci6n de las tierras andinas y se intensifico el
usa de aqueHas que las haciendas tradicionales
tenian en desuso 0 mal uso.
Condiciones de la Agricultura VII Mano de obra 45

VII· MANO DE OBRA AGRiCOLA

El trabajo como factor de produccion puede ser proporcionado por la mana de obra familiar 0
contratado como mana de obra asalariada. Se la contratarâ si se requiere fuerza de trabajo
adicional y si se la puede remunerar. Se restringe entonces a las explotaciones que presentan al
menos una de las siguientes caracteristicas:
- grandes superficies explotadas,
- importantes trabajos estacionales,
- rendimiento econ6mico suficiente,
- empleo de tecnologia.

En la parte sobre la tenencia de la tierra, se observa que la mayor parte de las explotaciones
son de tamaiio pequeiio y que solamente el 20 % de ellas tienen una superficie mayor a 10 ha. S610
una proporci6n muy reducida de propiedades puede satisfacer la condici6n de tamaiio; sin
embargo, dicha proporci6n se aumenta tomando en cuenta los criterios de rendimiento econ6mico,
de estacionalidad de las taréas y de necesidad de profesionales especializados.

Los modos arcaicos de relaciones laborales (ver parte A IV) tienden a disminuir considerable-
mente bajo las presiones conjugadas de la Reforma Agraria y de los sindicatos. El modo de
contrataci6n de la mana de obra varia segtin el volumen de la demanda. Las propiedades que·
necesitan pocos empleados los contratan directamente, mientras que las grandes explotaciones se
dirigen a un intermediario 0 contratista para disponer de mana de obra no 0 poco calificada. Este
método permite al propjetario disponer de una mayor flexibiiidad: masa laboral siempre adecuada
al trabajo pendiente, leyes laborales menos rigidas y menores problemas sindicales. Al final de
esta parte, el cuadro A13 resume los perfiles de la mana de obra agricola en los principales tipos de
explotaciones deI pais.

1 Las explotaciones con Mano de obra
familiar
Son todas aquellas que no tienen ninguna
de las caracteristicas' mencionadas anterior-
mente. Se las puede describir como pequeiias
explotaciones con pocas ganancias econ6micas.
Se encuentran tanto en zonas donde la agricul-
tura no se ha establecido jtotalmente (zonas
pioneras), como en practicamente todas las
pequeiias explotaciones tradicionales deI pais.
Habitualmente, el nivel técnico es bajo. Se
pueden citar dos excepciones:
-los cultivos de hortalizas de los' valles secos
cerca de Portoviejo,
-los vergeles tradicionales de los fondos mas
secos de los valles andinos (aguacate, tomate
de ârboD.
Las familias de los productores de estas pro-
piedades son generalmente amplias y a la fuerza
de trabajo de los padres se agrega la de los hijos
maYores. En los Andes existe ulla marcada espe-
cializaci6n de género que, por ejemplo, reserva
tradicionalmente el arado al hombre y el cui-
dado deI ganado menor a las mujeres.
Las tareas excepcionales y muy pesadas
pueden realizarse con la ayuda de los vecinos
(prestamano). Cabe también seiialar que una
pequeiia parte de la fuerza de trabajo familiar
pued~ ser movilizada para obras de interés
comunitario (mingas), tales como manteni-
miento de acequias y caminos.
En esas pequeiias explotaciones no hay
exclusion entre las funciones de asalariado y de
propietario: en periodos de poco trabajo, un
propietario puede ser contratado temporal-
mente, y en otro momento deI cielo agricola,
puede a su vez contratar brazos adicionales por
periodos cortos (caso de los pequeiios produc-
tores de café de la regi6n costera).
46
2 Disponibilidad de mano de obra
Los contrastes poblacionales entre regiones
generan desequilibrios entre zonas con exce-
dente y escasez de mana de obra. En la regi6n
montafï.osa, la fuerte densidad de poblaci6n y la
exigüidad de numerosas explotaciones agri-
colas liberan Ulla fuerza de trabajo transferida
a otros sectores productivos (construccion,
etc...) a que es contratada temporalmente para
trabajos agricolas en otras zonas. En las regio-
nes amaz6nica e insular, el mayor atractivo
econ6mico de otras actividades (petrole a y
turismo respectivamente) desvia deI sector
agricola a la mana de ob ra eventualmente
disponible, la que puede entorpecer la agricul-
tura, en particular al momento de la cosecha.
3 Mano de obra permanente 0 estacional
Numerosos cultivos demandan un trabajo
importante solo durante una parte deI ciclo,
mientras otras explotaciones requieren un
esfuerzo continuo a todo 10 largo deI ano. Esta
ultima situacion se encuentra por ejemplo en
las grandes explotaciones ganaderas, las plan-
taciones de palma africana 0 de banano.
Las explotaciones que necesitan un comple-
mento estacional de mana de obra se localizan
sobre todo en la region costera (grandes planta-
ciones de cacao 0 de cana de azucar por ejem-
plo) y, excepcionalmente, en la region mOllta-
nosa (haciendas productoras de papa).
Para ciertos cultivas, el cielo entero es vigi-
lado por una mana de obra extremadamente
reducida (una sola persona) pero la cosecha
demanda la contratacion de un elevado numero
de obreros (plantaciones de abaca). El contraste
estacional puede ser menor coma en el casa de
cana de azucar, donde el efectivo permanente
cuadruplica al momento de la cosecha. Alli,
coma para la cosecha manual deI arroz, la
mana de obra temporal proviene de la Sierra y
a través de contratistas. En la Sierra, las
haciendas paperas deI Carchi contratan cua-
drillas de obreros en Cotopaxi y Chimborazo
para la cosecha; familias enteras se desplazan
de campo en campo con su campamento de lona
alrededor deI cual se organiza la vida.
4 Cantidad de mano de obra
La demanda de mana de obra por hectarea
es muy variable segun la actividad agrope-
Paisajes Agrarios deI Ecuador
cuaria. La ganaderia bovina extensiva (para la
produccion de came) es con certeza el creador
menos importante de empleos, con una
demanda de menas de 0,01 hombre/ha. Esto es
totalmente en adecuacion con el rendimiento
economico de este tipo de explotacion que no
puede remunerar un mayor numero de asala-
riados. En las explotaciones ganaderas mas
tecnificadas y mas rentables (produccion
lechera), el numero de empleados varia entre
0,1 y 2 por hectarea (ver parte B 11).
•
Dentro de los cultivas mas exigentes en
mana de obra, los de flores requieren de 9 a 17
personas por hectarea. Entre estos extremos,
los demas cultivos ocupan posiciones inter-
medias; las fichas de cultivos de la parte B y, a
veces, las descripciones de los sistemas en la
parte C dan informaciones al respecto, cuando
fue posible obtenerlas.
5 Mano de obra y mecanizaci6n
La ayuda mecanica a la agricultura va
desde el arado tirado por una pareja de toros
hasta maquinaria muy sofisticada, aviones
para el esparcimiento de productos fitosani-
tari os 0 imponentes segadoras-trilladoras.
Después de la agricultura manual y de la
agricultura con traccion animal, la mecaniza-
cion es otra etapa en la modernizaci6n. Trae
varias ventajas:
-mayor fuerza para los trabajos pesados (moto-
rizaci6n),
-mayor velocidad especialmente para el trans-
porte,
-mayor eficacia, un trabajador con maquina
reemplaza a varios obreros manuales.
Sin embargo su empleo tiene también limi-
taciones:
-fisicas, un tractor s610 puede operar excepcio-
nalmente en pendientes superiores al 30 %,
-técnicas, todavia\existen operaciones que no
se pueden mecanizar por completo (cosecha de
banano, palma africana, etc...),
-economicas, muchas explotaciones no tienen
ni el capital, ni el acceso al capital necesario a
la compra.
La decisi6n de mecanizar 0 no depende de
las opciones deI propietario que tiene que hacer
un balance costo-beneficio en el cual no solo
pesan los aspectos econ6micos sino también los
aspectos juridicos inherentes a los contratos
laborales, asi coma la preocupaci6n deI mante-
nimiento de las maquinas.
 Condiciones de la Agricultura VII Mano de obra 47

Explotaciones pequei'ias
Zonas pioneras
Mano de obra esencialmente familiar
Ganaderia
Posibilidad de intercambio entre vecinos
Minifundio tradicional
Minifundio empresarial Mano de obra familiar y temporal

Cultivos de flores, fresas Abundante mana de obra, permanente y calificada

Explotaciones grandes
Mano de obra poco importante, poco calificada
Ganaderias de carne y permamente
Cultivos de renta en Mano de obra medianamente importante, poco calificada,
la zona calida a veces complementos de mana de obra temporal

• Mano de obra medianamente importante, permanente,

Ganaderias lecheras
de calificaci6n variable

Cuadro A13: Ejemplos de mana de obra agricola seglin tipos de explotaci6n

Cuando las condiciones 10 permiten, la ten-
dencia es de mecanizar, coma se nota en los
cultivos de cielo corto de la llanura baja deI
Guayas (cultivos de maiz, soya, arroz). Para los
pequenos productores, las limitaciones de
tamaiio y de capital puede ser solventadas por
su asociaci6n en cooperativas 0 grupos campe-
sinos. Incluso, la maquinaria pueden ser alqui-
lada a empresas prestatarias de servicios. En
una ocasi6n se mencion6 una negativa a la
mecanizaci6n: la cosecha de la cana de azucar
podria ser mecanizada pero la empresa no opt6
por ello, pues prefiere continuar empleando
mana de obra estaciona1.
El primer esfuerzo de mecanizaci6n se con-
centra en los medios de transporte de la cose-
cha. Por falta de medio de transporte, los pro-
ductores pequenos se ven obligados a recurrir a
intermediarios que pueden aprovecharse de un
monopolio de hecho. Las empresas agroindus-
triales implantaron, en ciertos casos, soluciones
adaptadas para la mobilizaci6n interna deI
• producto: cables para el transporte de los raci-
mos de banano hacia la planta de tratamiento y
acondicionamiento; ferrocarriles de via estre-
cha para el transporte de la cana de azucar a la
refineria.
6 Calificaci6n de la mano de obra
mente superior solamente a los conductores de
maquinas 0 a los jefes de cuadrilla, el que
alcanzan empiricamente. En efecto, entre el
trabajador manual y el profesional altamente
especializado, hace falta técnicos medios
disponibles para trabajar en el campo.
La introducci6n de nuevos cultivos de renta
y de tecnologia demanda una competencia
particular. Los veterinarios fueron los primeros
especialistas solicitados en las explotaciones
ganaderas (producci6n de carne 0 de leche).
Producciones de implantaci6n 0 extensi6n
reciente, coma las de manzanas, las flores 0 las
fresas en cutivo hidrop6nico, demandan una
nueva mana de obra compuesta de grau canti-
dad de obreros cuidadosos y de algunos técnicos
altamente calificados.
La asistencia técnica esta disponible en los
servicios descentralizados deI MAG (delega-
ciones regionales, agencias de servicios
agropecuarios) que son el unico recurso para
las explotaciones pequenas 0 poco rentables .
Unicamente las explotaciones mas eficientes
pueden contar con los servicios permanentes de
personal técnico. Las de situaci6n intermedia
recurren a consultas mas 0 menos peri6dicas de
expertos deI sector privado. En ocasiones,
empresas comerciales que operan en el sector
agricola ofrecen sus consejos.

La mana de obra agricola es tradicional- Los salarios, regidos por la oferta y la

mente poco calificada. Se le pide un trabajo demanda, son variables entre una regi6n y otra
repetitivo, penoso y sin gran responsabilidad y segun épocas deI ano. Ademas se tiene en
(en la zafra por ejemplo). Los conocimientos cuenta la calificaci6n, ubicandose a menudo el
exigidos son limitados. Se pide un nivelligera- salario de los obreros agricolas de base por
48
debajo deI mInImo. Los contratos de tales
obreros son precarios y muchas veces no
incluyen una cobertura social.
El salario Msico Iegal sufre muchas modu-
laciones segûn el tipo de contrato: empleo de
media jornada 0 de jornada completa, pago por
Paisajes Agrarios deI Ecuador
tiempo 0 a destajo, con derecho a comida u
otras ventajas 0 no. Los obreros especializados
y los técnicos calificados son mucho mejor
tratados, y los productores de flores no vacilan
en poner a disposici6n de sus empleados servi-
cios tales coma transporte y seguimiento
médico.
..
Condiciones de la Agricultura VIII Acceso al crédito 49

VIII ACCESO AL CRÉDITO

El crédito es uno de los factores de producci6n de mayor importancia. Se menciona con frecuen-
cia en este trabajo, asi coma en cualquier dialogo con los productores. En si el crédito no decide de
la 10calizaci6n potencial de los cultivos, pero si incide en su 10calizaci6n efectiva, operando una
selecci6n ente los espacios potenciales en funci6n de otros criterios que son principalmente relacio-
nados a la discriminaci6n entre los actores, tal coma ocurri6 con la producci6n de camarones en la
Costa y mas recientemente de flores' en la Sierra centraL

Desde los aiios 60 hasta mediados de los 80, el crédito agropecuario estuvo al servicio de las
politicas intervencionistas estatales. En este modelo de desarrollo bajo la conducci6n deI Estado, el
crédito formaI constituye una herramienta privilegiada de apoyo a la agricultura, con el prop6sito
de incrementar la producci6n nacional, sustituir asi las importaciones yapoyar al sector campe-
sino. La politica de Reforma Agraria fue acompanada deI apoyo a instituciones financieras especia-
lizadas, a fin de dirigir las inversiones necesarias para fomentar la producci6n agropecuaria y rea-
lizar la capitalizaci6n deI desarrollo rural: financiamiento de infraestructuras de comunicaci6n -
en particular en las zonas de colonizaci6n-, de riego (representa ahora cerca deI cuarto de la
deuda naciona1), de salud, educaci6n, electrificaci6n, control deI mercado externo e interno de pro-
ductos basicos y su distribuci6n a través de una instituci6n estatal (Empresa Nacional de Comer-
cializaci6n -ENAC-), creaci6n de una red de silos, etc.

Con las politicas neoliberales de ajuste estructural y el repliegue deI papel deI Estado, el crédito
no es sino un elemento mas deI libre mercado.

1 Necesidad deI crédito llevar a una intensificaci6n marcada de la

Tener acceso a una forma de crédito es un
factor clave de la producci6n en una economia
de mercado.
En la agricultura, se necesita crédito para
distintos fines :
• para conseguir los fondos requeridos para
lanzar nuevas actividades de alto nivel tecno-
l6gico y muy exigentes en capital. S6lo los
empresarios y quienes se han enriquecido en
otros campos, pueden acceder a los préstamos
para este tipo de inversi6n.
• coma la herramienta que requiere la agricul-
tura y ganaderia ya establecidas, para man-
tenerse y operar (reemplazar maquinas, com-
prar ganado fino, créditos de campana para
producci6n a gran escala de arroz, maiz, soya,
etc...)
• puede ser también el elemento que permite
activar el potencial de la agricultura, peque-
na y minifundista, que puede emplear gran
cantidad de la mana de obra disponible y
/
producci6n.
En todo caso, la falta de liquidez se COll-
vierte en una limitaci6n importante de la pro-
ducci6n.
2 Fuentes de crédito
Los préstamos deben ser solicitados a los
organismos financieros oficiales, publicos y
privados, 0 en el sector informaL Este parrafo
debe mucho a las publicaciones de Ramos y
Robinson (1990) y Flores et aL (1995), mas un
contacto privilegiado en el sector asociativo
La intermediaci6n financiera formaI la rea-
lizan las instituciones publicas 0 privadas. Los
sistemas informales de intermediaci6n son un
componente permanente de la economia agra-
ria de las zonas rurales. Algunas instituciones
bancarias, ûNGs 0 simples particulares dirigen
sus fondos seglin sus criterios, su c1ientela, su
50
modus operandi y sus politicas, las cuales que
pueden haber cambiado en las ultimas décadas,
sobre todo en el sector publico.
2.1. Sector estatal
El sector estatal estaba conformado por un
organismo poseedor de fondos, el Banco Cen-
tral deI Ecuador -BCE- y de dos organismos
principales gestores de préstamos, el Banco
Nacional de Fomento y la Corporaci6n Finan-
ciera Nacional a los que se uni6, por un tiempo
limitado y con un objetivo especifico, el Fondo
de Desarrollo deI sector Rural Marginal. Los
fondos provenian deI presupuesto general de la
Naci6n, de préstamos conseguidos en el extran-
jero, de dep6sitos bancarios, 0 de otros organis-
mos financieros ecuatorianos y de la venta de
Bonos en el mercado nacional. Los organismos
gestores otorgaban lineas de crédito seglin las
categorias definidas por el BCE: agricultura y
ganaderia, industria y artesania, proyectos
integrados de "Desarrollo Rural Integral",
incentivo a las exportaciones.
2.1.a El Banco Nacional de Fomento ·-BNF-
El BNF, de creaci6n antigua (1924), ocupa
un lugar especial entre las demas instituciones
financieraspor ser un banco con fines producti-
vas y sociales, en representaci6n deI sector
estatal en el medio rural. Esta instituci6n era
el mayor intermediario fmanciero, tanto por su
infraestructura fisica (el banco con el mayor
numero de agencias en la zona rural) coma por
el volumen de recursos canalizados hacia el
campo; por esta raz6n no existe un proceso de
concentraci6n regional de crédito, salvo para el
cultivo de arroz en Guayas.
Porcentaje dei crédito destinado
a actividades agricolas
40 %
30
Ban. Corn.
priv. Mut. Co~. fin. BNF BE BEV CFN IECE
Bancos privados IIIIIDI Compafiîas financieras
• Mutualistas o Banco Nacional de Fomento
E3 Cooperativas bSS:I Corporaci6n Financiera Nacional
Paisajes Agrarios deI Ecuador
L6gicamente, el BNF reservaba la mayor
parte de su actividad crediticia al financia-
miento de la producci6n deI sector agropecua-
rio, pero este rubro baj6 de un 73 % al inicio deI
decenio de los 90, a un 36 % actualmente
(Figura A22).
En 1993, los créditos destinados a la agri-
cultura por el BNF se repartian de la manera
siguiente:
• 36 % para pequeiios agricultores (menos de
10 ha),
• 40 % para medianos (de 10 a 50 ha),
• 24 % para grandes (mas de 50 ha).
La estructura administrativa deI BNF signi- •
fica para el candidato prestatario la obligaci6n
de entregar un abultado expediente que teuna
documentos a veces dificiles de conseguir, y no
es raro que el crédito no se desbloquee a tiem-
po, comprometiendo asi la producci6n de la
misma manera que la falta de crédito. La nego-
ciaci6n con el Estado para la condonaci6n de
las deudas de los prestatarios explica su pro-
gresiva descapitalizaci6n y su elevada tasa de
morosidad.
Su participaci6n en el sector crediticio agro-
pecuario nacional baj6 fuertement desde el
final de los anos 80, en los que representaba el
36 % de los préstamos, hasta s6lo el 3,7 % en
1997 (cuadro A14 y figura A23).
2.1.b La Corporaci6n Financiera Nacional-
CFN-
La CFN cumple un papel de promoci6n de
inversiones en sectores de alta competitividad
internacional yalta rentabilidad: financia acti-
Figura A22: Porcentajes de los fondos
destinados a la agricultura den-
tro de cada organismo, 1997 •
Fuente: Estadisticas deI Banco Cen-
tral deI Ecuador
 Condiciones de la Agricultura VIII Acceso al crédito 51

Compa. financi. = compalÏias financieras

BNF = Banco Nacional de Fomento
BEV = Banco Ecuatoriano de la Vivienda
CFN = Corporaci6n Financiera Nacional
IECE = Instituto Ecuatoriano de Credito Educativo

Cuadro A14: Crédito destinado a la agricultura, caza, silvicultura y pesca seglin organismos
(millones de sucres), 1997
Fuente: Estadfsticas deI Banco Central deI Ecuador

• vidades deI sector industrial y el sector de bie-
nes de exportacion no tradicionales. Para ope-
rar, capta recursos externos de créditos multi-
laterales, asi coma recursos internos mediante
mecanismos de emision monetaria controlada
por el Banco Central, pero no capta ahorros
privados en el pais: es una entidad de "segundo
nivel" que otorga créditos obtenidos para otros
organismos. La tas a de interés es de nivel
comercial y el monto prestado en cada opera-
cion es muy alto. De esta forma, se intenta evi-
tar un manejo politico deI crédito.
Al inicio de los aiios 90, la proporcion de los
créditos canalizados por la CFN hacia el sector
agropecuario se ha incrementado considerable-
mente, pasando de 8,3 % en 1991 a 21,8 % en
1993 y a 27,4 % en 1997 (figura A22); el sector
agropecuario es el primer sector de actividad,
seguido por el sector seguros (20,3 %) Y deI sec-
tor consumo (13,2 %). Esta fuerte alza se debe a
nuevos recursos, coma la linea de crédito multi-
sectorial de 200 millones de sucres, y al "boom"
de nuevas producciones para la exportacion,
tales coma los camarones y las flores, sectores
donde el tiempo de retomo de la inversion es
muy corto, a diferencia de los productos tradi-
cionales y productos de consumo nacional.
La distribucion deI crédito muestra un alto
grado de concentracion en cuanto a numero de
beneficiarios y localizacion regional: el 15 % de
las operaciones suma el 86 % deI crédito otor-
gado; en efecto, la CNF se ha especializado en
préstamos de mas de 50 millones de sucres,
destinados a la inversion a largo plazo. Los
clientes se concentran en las dos provincias
mas urbanizadas, -Guayas y Pichincha-,
pero esta alta concentracion refleja también el
tipo de prestatarios.
Debido a que la CFN exige garantias banca-
rias a los bancos que prestan dinero, los clien-
tes seleccionados son los que presentan alta

Figura A23: Participacion de los diferentes organismos en el credito para la

agricultura, 1997
Fuente: Estadfsticas deI Banco Central deI Ecuador

Bancos privados

• ~ Cooperativas
ffiIIIIilll Compafiias financieras
•
.. I:':':-::':::} Banco Nacional de Fomento
~ Corporacion Financiera Nacional

Las mutualistas que contribuyen solo

con el 0,18 % no pudieron ser
representadas en este grafico
52
rentabilidad y seguridad, restringiéndose el
crédito en el sector rural a los grandes produc-
tores y agroexportadores empresariales.
2.1.c El Fondo de Desarrollo Rural Marginal
-FODERUMA-
El FODERUMA merece ser mencionado -a
pesar de su desaparicion en 1993- porque
durante los 14 aiios de su funcionamiento otor-
go crédito a la poblacion rural marginada. Ali-
mentado por los recursos petroleros, contribuy6
durante los aiios 80 al financiamiento de nume-
rosas infraestructuras y obras productivas y
sociales en beneficio de campesinos pobres y
zonas marginales. Desapareci6 debido a su mal
manejo y por estar en contradicci6n con los
principios liberales. Al término de su actividad
se condonaron las deudas, haciendo hincapié en
la dificultad de otorgamiento de crédito publico
hacia actividades arriesgadas y de reducida
rentabilidad financiera.
A pesar de no ser una entidad financiera, en
los aiios 80, los Proyectos de Desarrollo Rural
Integral (DRl) movilizaron créditos financiados
por el Banco Mundial, a favor de zonas margi-
nadas.
Actualmente operan solo dos organismos
estatales un tanto especializados en el crédito a
las actividades agricolas, coma 10 muestra la
figura A22 que proporciona los porcentajes de su
crédito total que los organismos formales desti-
nan a la agricultura. Las demas entidades publi-
cas no intervienen en el sector agricola y atien-
den a otros sectores (construcci6n de viviendas
-BEV- 0 becas de estudios -IECE-).
2.2. Sector formaI privado
Esta integrado por bancos, compaiiias finan-
cieras y cooperativas de crédito y mutualistas
que las fuentes deI Banco Central no elasifican
entre los bancos privados. Los objetivos de cada
uno difieren notablemente.
2.2.a Los bancos privados
Dada la disminuci6n de la actividad deI sec-
tor publico, los bancos privados se convierten
casi en la unica fuente de financiaci6n de las
actividades agricolas; representan el 87 % de
los créditos otorgados en 1997 (cuadro A14 y
figura A23).
Paisajes Agrarios deI Ecuador
El sector bancario privado esta muy atomi-
zado; a fines deI decenio de los 80, contaba con
32 instituciones bancarias y los 5 bancos mas
importantes representan en 1998 apenas la
mitad de la actividad deI ramo. Los bancos
privados participan poco en el financiamiento
de la produccion, interviniendo mas bien en la
comercializaci6n. Algunos se interesan mas por
un producto, banano para el Banco deI Pacifico,
cacao para Filanbanco.
•
Los préstamos de los bancos privados tienen
una tasa de interés ligeramente superior a la
de los organismos publicos, pero ya que los gas-
tos conexos son menores, las dos opciones resul- •
tarian equivalentes. La duraci6n de los présta-
mos es cada vez mas corta y se adapta casi uni-
camente a los cultivos de cielo corto 0 a las ope-
raciones de comercializaci6n. Los bancos priva-
dos prefieren atender pocas solicitudes de prés-
tamo para un numero reducido de clientes, pero
en cada casa por un monto elevado.
2.2.b Las compaiiias financieras
Estas compaiiias -principalmente la Corpo-
racion Financiera Ecuatoriana, COFIEC- no
pueden captar ni el ahorro privado ni los fondos
subvencionados deI BCE. A fines de la década
de los 80, menos de la cuarta parte de su acti-
vidad iba dirigida al sector agricola y en 1997
esta proporci6n fue inferior al5 % (figura A22).
Su blanco preferencial es el sector industrial y
el de la construcci6n y, en el sector agricola, sus
préstamos se destinan a las producciones agro-
industriales de la leche, came, palma africana
o al camar6n. Los créditos son caros, debido
tanto a los intereses elevados coma al monto de
los gastos conexos.
2.2.c Las mutualistas y las Cooperativas de
Ahorro y Crédito -CAC-
La participaci6n deI millar de cooperativas
de crédito en la agricultura esta limitada por
su autofinanciamiento, unicamente a partir de
los aportes de sus miembros, y también por su
orientaci6n preferencial hacia el comercio, la •
pequeiia industria y la construcci6n. Su partici-
paci6n financiera sigue siendo muy reducida •
(cuadro A14).
Sin embargo, para el sector rural pobre las
cooperativas constituyen una altemativa a las
deficiencias deI sistema financiero, gracias a su
experiencia en materia de gesti6n deI crédito:
destino, garantia, plazo, etc. La demuestra su
 Condiciones de la Agricultura VIII Acceso al crédito
grado de solvencia, muy superior al de los ban-
cos. La viabilidad de las CAC se debe a sus
fines sociales orientadas a favorecer el ahorro,
que les permiten vincular las dos funciones, el
ahorro y los dep6sitos, coma recursos de corto
plazo, y el crédito. Pero padecen de falta de
recursos de mediano y largo plazo y de las
grandes diferencias entre tasa pasiva y tasa
activa.
El principio de funcionamiento de las coope-
rativas es de redistribuir los fondos captados
entre sus adherentes. Este sistema, que funcio-
naba sobre todo en las ciudades, ha sido trans-
ferido a zonas campesinas alejadas y con parti-
cipantes que no ofrecen garantias formales. Asi
se crearon cooperativas a partir de la imple-
mentaci6n de cajas comunitarias, a iniciativa
de los mismos campesinos 0 con el apoyo de
algunas ONGs.
2.2.d FINAGRO
Este organismo, creado en 1989, tiene coma
objetivo compensar la falta de atenci6n al agro
de parte de las instituciones financieras,
mediante programas especificos de crédito para
pequefios y medianos agricultores. Pero no se
trata s610 de distribuir créditos sino de hacer
deI crédito una herramienta que, junto con los
programas de asistencia técnica, permita
elevar la productividad, la producci6n y la
rentabilidad de la actividad y, finalmente, los
ingresos deI agricultor. Con este fin, se favo-
recen cultivos no tradicionales y de exporta-
ci6n, con la introducci6n de cambios técnicos
(semillas certificadas, riego, etc.), y se mejora
la relaci6n con la agroindustria. Su actividad
agropecuaria iniciada en el Oro se ha ampliado
rapidamente en el Guayas para cultivos coma
la soya, el arroz y el maiz, pero se ha limitado a
la costa.
Lo especifico de FINAGRO es llegar a ope-
rar con pequefios campesinos y medianos agri-
cultores (menos de 30 has) en las mismas con-
diciones de crédito deI mercado: el productor
• paga los costos de gesti6n deI crédito y la asis-
tencia técnica; no hay subsidios en los pro-
•
gramas.
La actividad de la instituci6n creci6 rapida-
mente desde su creaci6n, hasta convertirse en
banco en 1994 con una cartera de créditos para
la agricultura y la agroindustria deI 37 % deI
total de préstamos otorgados. Estos dos secto-
res constituyen su principal area de interven-
53
ci6n, a diferencia de las demas instituciones deI
sistema financiero formaI, orientadas sobre
todo hacia el sector terciario.
En conclusi6n, cabe recalcar la importancia
deI crédito formaI privado para el sector agro-
pecuario, cada vez mas involucrado en la eco-
nomia de mercado, y a la vez los grandes vacios
deI sector estatal para dar acceso al crédito a
sectores completos deI campesinado, a los
pequefios y medianos agricultores, asi coma a
un gran numero de zonas rurales que por esta
raz6n resultan marginadas.
2.3 Las Organizaciones No Gubernamentales
-ONGs-
Las ONGs que actuan en el sector rural
tienen a veces una actividad crediticia impor-
tante que, en algunos casos, puede representar
su componente principal. Como disponen de
fondos extranjeros -donaciones, préstamos 0
compra de la deuda exterior- no pasan por el
control monetario nacional. Generalmente los
créditos se destir.an a productos de bajos pre-
cios y a productores de poca experiencia y con
escaso respaldo de capital.
Las ONGS tienen las siguientes estrategias
de trabajo:
• cubrir los espacios donde no llega el crédito
formal -estatal 0 privado-, y ofrecer prés-
tamos con mejores condiciones que las de los
prestamistas particulares;
• integrar el crédito coma componente de un
conjunto de intervenciones;
• llevar alternativas a zonas marginadas para
desarrollar un potencial que las politicas
nacionales no han tomado en cuenta;
• capacitar a la gente;
• generar un proceso de aprobaci6n y manejo
deI crédito;
• iniciar el establecimiento de sistemas alter-
nativos y autogestionados de intermediaci6n
financiera.
El ambito de intervenci6n y el modo de
actuar de las ONGs varia de un organismo a
otro; algunas, coma el FEPP (Gallard, 1997) y
el ECLOF, procuran brindar una asistencia
integrada.
• El Fondo Ecuatoriano Populorum Progreso
-FEPP- inici6 sus actividades en los afios
80 para acompafiar los procesos de reforma
agraria; ofrece créditos a los minifundistas
54
para la compra de tierras en el marco de la
Reforma Agraria, para apoyar la producci6n
y la comercializaci6n, para la creaci6n de
pequeiias empresas comunales y el mejora-
miento de las condiciones de vida.
La cartera total deI FEPP llega a los 15 mil
millones de sucres distribuidos en cerca de
800 créditos comunitarios. De las 900 organi-
zaciones con las que trabaja, 300 son coope-
rativas de crédito y ahorro 0 Cajas Comunita-
rias.
• A un nivel menor, el Comité Ecuatoriano deI
Fondo Ecuménico de Préstamos -ECLOF-
es otra ONG internacional especializada en
crédito. No actua directamente en el campo
sino que distribuye créditos a las ONGs vin-
culadas a pequeiios productores de cacao,
cf tric os en la costa y otros frutales coma
tomate de arbol 0 mora en la Sierra. En la
Sierra, también apoya a grupos de mujeres
para la crianza de cuyes. Los montos presta-
dos son bajos (menos de 500 d61ares) y las
tasas de interés son las deI mercado finan-
ciero. El ECLOF interviene también en el
sector urbano marginal.
Otras ONGs tienen objetivos mas limitados
y se interesan por un producto en especial,
desde el mejoramiento de la producci6n -in-
cluyendo uso de semillas seleccionadas, mejora-
miento de las técnicas de cultivo- y hasta la
comercializaci6n deI producto final.
• FUNALGODON -Fundaci6n Algod6n- (Gal-
lard 1997) nace de una iniciativa privada en
Manabi para abastecer de algod6n de calidad
a la industria nacionaI. Tiene éxito gracias al
seguimiento riguroso de un crédito adminis-
trado por grupos solidarios que pagan los gas-
tos de gesti6n y parte de la asistencia técnica.
Los fondos originales -75,9 millones de su-
cres- provenian de bancos privados. En 1997,
FUNALGODON administraba 6 500 millones
de sucres, distribuidos entre 1100 agricultores
que representan 3 500 ha.
• El Consejo Nacional Cafetalero -COFENAC-,
apoyado por una ONG de cooperaci6n técnica
belga, "Islas de Paz - compaiieros constructo-
res para la cooperaci6n" -VECO, anterior-
mente COOPIBO-, trata de intervenir en
forma similar entre los pequeiios y medianos
productores de café, sector muy sensible a las
variaciones de los precios de venta, sujetos a
la competencia internacionaI. La experiencia
en el terreno ha mostrado que los producto-
res prefieren dedicar los créditos recibidos al
mejoramiento de la producci6n, mediante la
incorporaci6n de técnicas provenientes de
Paisajes Agrarios deI Ecuador
Colombia y la renovaci6n de las viejas plan-
taciones. Los intermediarios realizan el aco-
pia deI producto y las primeras fases de pro-
cesamiento de la cosecha de manera mas
rentable que los pequeiios agricultores, que
no utilizan esta nueva capacidad financiera
para crear su propio circuito de comercializa-
ci6n.
• Maquita Cusunchic y Comercializamos coma
Hermanos -MCCH- interviene en forma
similar en el sector cacaotero. .
2.4 Los intermediarios particulares
Son el ultimo recurso de los campesinos que •
no tienen ni las relaciones, ni el tiempo ni las
garantias para tramitar un crédito formaI. Su
existencia es sintomatica de la deficiencia deI
sector financiero frente a los pequeiios produc-
tores y a los campesinos de las comunidades.
Las modalidades varian, pero tienen caracte-
risticas comunes: montos reducidos, tramites
cortos y costo muy elevado.
• Los prestamistas 0 "chulqueros" son personas
particulares que actuan coma intermediarios
financieros, a veces especializados. Los cam-
pesinos recurren a ellos para completar un
crédito formaI, para gastos excepcionales
(matricula escolar, viaje, fiesta, entierro),
pagar insumos agricolas indispensables para
asegurar la producci6n 0 comprar productos
destinados a la venta en los mercados (caso
de los Chibuleos, que compran ajo para ven-
derlo en las ciudades).
El préstamo se basa en una relaci6n persona-
lizada, ya que el prestamista conoce bien su
zona de influencia y sus clientes; sin embargo,
se desarrolla una relaci6n de dependencia
codificada por el compadrazgo.
Los intereses son elevados, 10-15 % en la Sie-
rra y 15-20 % en la Costa. Para los préstamos
a muy corto plazo -los mas numerosos-, los
intereses pueden llegar a un 2 % por dia.
• Los comerciantes intermediarios deI campo 0
de pequeiias ciudades desarrollan con los
campesinos una relaci6n de préstamo y
deuda a 10 largo de la campaiia agricola. El ..
crédito puede ser en efectivo 0 en especie
(alimentos, insumos y semillas). El cobro se
hace después de la cosecha, ya sea directa-
mente, aplicando una tasa de interés de 10 a
15 % mensual, 0 mediante modalidades que
ocultan el precio real deI crédito: no se aplica
tasa de interés al préstamo, pero se aumenta
el precio de los insumos y se rebajan el precio
 Condiciones de la Agricultura VIII Acceso al crédito
y el peso de la cosecha. Asi, el productor
puede tener la ilusion de que esta pagando
un precio bajo esta facilidad crediticia y man-
tiene estrecha esta relacion, para no correr el
riesgo de perder su fuente de frnanciamiento.
• Las piladoras de arroz y café desarrollan una
relacion similar: en los meses que preceden
la cosecha, proporcionan un anticipo al
campesino cuando no tiene mas fondos
disponibles y muchas veces sin precisar las
condiciones deI crédito. Asi aseguran su
abastecimiento y recuperan sus fondos a mas
de rebajar la calidad y el peso verdaderos de
los granos entregados.
. • Se menciona el trabajo "al partir" 0 aparceria
en la parte A VI Tenencia coma una forma
precaria de acceso a la tierra. Es igualmente
un modo de financiacion de la actividad agri-
cola, ya que el propietario, el empresario y el
trabajador se prestan mutuamente la tierra,
los insumos y el trabajo hasta remunerarse
con el reparto deI precio de la venta de la pro-
duccion, el que se hace en proporciones varia-
bles entre la quinta parte y la mitad de la
cosecha.
3 EvoIuci6n reciente deI crédito
3.1 Reduccion deI crédito publico
Durante los ultimos 10 anos el aumento deI
volumen total deI crédito otorgado ha sido prac-
ticamente continuo. Aun transformando estos
montos en US $, Y a pesar de algunos periodos
de merma (figura A24), la tendencia al incre-
mento sigue siendo apreciable; en el periodo
1987-1998 este incremento alcanzo el 332 % (en
US $).
Sucres (miles de
millones CI)
80000
•
60000
. y US $, 1987-1998
40000
20000
o Q=.=ijJ::~~~+---+--+---+---+-f------J.
1987 1990 1995 1998 Ario
En los anexos, ellector encontrara una curva de evoluci6n de la tasa de cambio US $-Sucre
55
Si comparamos con el crédito para el finan-
ciamiento de las actividades agricolas, vemos
que el aumento solo ha sido deI 190 % Y el ori-
gen de los montos disponibles ha evolucionado
enormemente (figura A25). El sector estatal
-principalmente el BNF y la CFN- que
representaba alrededor de la tercera parte deI
financiamiento deI crédito agricola en 1987,
solo ha proporcionado el 11 % deI mismo en
1997 y 1998.
Esta caida se debe principalmente a la
drastica regresion de la participacion deI BNF;
la limitada progresion deI otro ente estatal, la
CFN, no compensa sino parcialmente el regre-
so. Cuando era mas activo, el BNF disponia de
una red de agencias hasta en los pequenos cen-
tros urbanos donde los bancos privados no se
establecian. Las tasas de interés eran neta-
mente inferiores a las de los organismos priva-
dos. La desventaja deI sistema radica en su
escasa capitalizacion.
Los bancos privados, que ya proporcionaban
la mitad de los créditos a principios deI periodo
1987-1998, entregan ahora el 86 % deI volumen
de créditos otorgados (figura A25).
TaI situacion no es exclusiva deI sector agri-
cola; coma se desprende deI cuadro A15, el sec-
tor estatal se encuentra ya desvinculado de la
actividad crediticia en general.
3.2 Deterioro deI crédito agricola
Como el crecimiento de los créditos destina-
dos a la agricultura es inferior al deI crédito
total, cada ano la agricultura capta una menor
proporcion deI total de los créditos disponibles.
Figura A24: Créditos totales en sucres
Fuente: Superintendencia de
Bancos
10
0
56 Paisajes Agrarios deI Ecuador

Figura A25: Créditos destinados a la agricultura; aportes de los diferentes organismos, 1987-1997
Fuente: Superintendencia de Bancos

Porcentajes otorgados
por cada organismo

100m~~~~~~~~~ ~ Corporacion Financiera Nacional

iil\ill:"lIlW»:"'~:':':::;:'" (':':':.:.:.::.j Banco Nacional de Fomento

IIIIIIIIII Compaiifas financieras

• Cooperativas
50 "
Bancos privados

.
Las mutualistas que contribuyen con
porcentajes reducidos no pudieron
ser representadas en este gratico
o
1987 1990 1993 * 1997 * 1994 sin datos
Ano

Desde ya hace algunos aIÏos este porcentaje
esta por debajo deI 10 % (figura A26).
Este lento deterioro deI financiamiento no es
exclusivo deI sector agricola. Si observamos el
destino de los créditos seglin el tipo de activi-
dad (figura A27), advertimos que otros dos
sectores también reciben menos créditos, con
una disminucion lenta y constante para la in-
dustria y una restriccion mas reciente para el
comercio. Sin embargo, vemos que en el rubro
"otros" y en el campo de la construccion la pro-
porcion deI crédito total permanece mas 0
menos constante. El unico sector que acapara
una proporcion de fondos cada vez mas cre-
ciente es el de las actividades no especfficas,
término que cubre principalmente los créditos
al consumo. Esta creciente diferencia entre el
apoyo a la produccion y el apoyo al consumo es
el sintoma de un profundo deterioro de la
economia nacional.
Esta evolucion se acompaIÏa de un aumento
apreciable de las tasas de interés deI crédito
que perjudica efectivamente al sector produc-
cion. El crédito se hace escaso y caro. Para la
actividad agricola, en la que el retomo sobre la
inversion no es muy rapido, las consecuencias
son graves. Sin garantias solidas ya no se pue-
de conseguir crédito. Es imposible financiar
proyectos a largo plazo (infraestructuras, equi-
pamientos productivos, plantaciones forestaIes,
etc.). Para el pequeIÏo 0 mediano productor
existen muy pocas posibilidades de conseguir
un crédito deI sector formaI, sea estatal 0 pri-
vado. El crédito informaI, con sus modalidades

Figura A26: Evolucion deI porcentaje deI cré-

dito total destinado a la agricultura,
Bancos privados 90,70 1987-1998
Mutualistas 0,45 Fuente: Superintendencia de Bancos
Cooperativas de ahorro y crédito 1,10
Compaiifas financieras 2,38 Porcentaje dei crédito total
Banco Nacional de Fomento 0,89 destinado al sector agrario
Banco dei Estado 1,57 15
Banco Ecuatoriano de la Vivienda 0,05
Corporacion Financiera Nacional 2,79
I.E.C.E. 0,07
•
Total Sector Publico 5,37 10
Total Sector Privado 94,63

Cuadro A15: Créditos totales otorgados, 1997 (%) Aiio

Fuente: Estadisticas deI Banco Cen- 5 +---+-I--+--+-I--+---+-+--+--f---/
tral deI Ecuador 1987 1990 1995 1998
 Condiciones de la Agricultura VIII Acceso al crédito 57

Figura A27: Evoluci6n deI destino deI crédito nacional, 1987- 1998
Fuente: Superintendencia de Bancos

Porcentaje de cada sector

100 Ctros (minerfa, energfa,
créditos comunales)
Construcci6n

Industria manufacturera
Comercio, restaurantes
50 y hoteles
Actividades no especificadas
(a menudo créditos de consumo)
Agricultura, silvicultura
ypesca

o
1987 1990 1995 1998 Ario

draconianas, es la norma en el minifundio. A No se pretende haber dicho todo respecta al

nivel nacional, la falta de créditos adaptados a
amplios componentes deI sector agropecuario
accelera la exclusi6n deI sector minifundista y
de pequeiios productores, al mismo tiempo que
disminuye la capacidad productiva deI pais que
sigue siendo meramente agricola.
crédito, ya que el tema sale bastante deI campo
geogrâfico. Aqui se busc6 solamente orientar al
lector sobre 10 que constituye unD de los mayo-
res problemas para la actividad agropecuaria y,
de esta manera, completar el cuadro deI ambito
socioecon6mico de la agricultura.

•
58 Paisajes Agrarios deI Ecuador

IX EXPORTACIONES

Desde la época precolombina, la costa deI actual Ecuador era famosa por sus entregas de muHu
(Spondylus princeps) a todas las culturas surenas, costenas 0 andinas. En la época colonial, la
Audiencia de Quito -el territorio deI actual Ecuador- exportaba productos codiciados coma los
tejidos de lana 0 la corteza deI arbol de quina. En la época republicana, los mal Hamados sombre-
ros de Panama y los cacaos finos representaban la excelencia de los productos deI pais; hasta los
anos 1920 Ecuador conserv6 el primer rango mundial coma exportador de cacao. La banana, el
café, el atun y mas tarde el petr61eo (l mill6n de US d61ares en 1971, primer ano de exportaci6n de
este producto), a los que se juntaron los camarones a partir de los allOS 1980, constituyen 10 esen- •
cial de las exportaciones.

1 Valor total y destinatarios
El valor total de las exportaciones, de 1 000
roillones de VS d61ares en 1971, pas6 a 2 100
millones en 1979; luego se estabiliz6 durante
casi una década antes de experimentar una
progresi6n espectacular, elevandose de 2200
millones en 1988 a 3100 millones en 1992 y a
4 800 millones en 1996 (figura A28).
Esta expansi6n se vi6 acompanada de una
diversificaci6n y un reajuste de los paises de
destino. En 1994, el 40 % deI comercio exterior
se hacia con los Estados V nidos, el 25 % con el
resto de América, el 20 % con la Comunidad
Econ6mica Europea y el 10 % con Asia, 10 que
significaba un mayor equilibrio. En compara-
ci6n con la situaci6n diez anos atras, se observa
sobre todo una menor dependencia con relaci6n
al mercado de los Estados Vnidos (figura A29).
2 Los productos agricolas en las exporta-
ciones ecuatorianas
El petr61eo, que representaba el 63 % de las
exportaciones en 1980, s610 representaba el
52 % en 1990 y el 32 % en 1995 (figura A28).
Dificultades de exportaci6n debido a la rotura
deI oleoducto a raiz deI terremoto de 1986, el
continuo aumento deI consumo nacional y la
baja deI precio intemacional deI crudo durante
los ultimos anos son los causantes de la dismi-
nuci6n constante de la participaci6n porcentual
de este producto en el comercio exterior deI
pais.

Porcentaje de las exportaciones Exportaciones

Valores FOS Valores FOS Miles de
(éireas) miliones US$ (curva)
100 Otros 5

80 4
Figura A28: Exportaciones anuales y
.
porcentajes de los grandes
60 3 grupos de productos
Fuente: Estadfsticas deI Banco
Central deI Ecuador, 1971-1996
40 2 •

20

1975 1980 1985 1990 1995

En los anexos, ellector encontrara una curva de evoluci6n de la tasa de cambio US $-Sucre
 Condiciones de la Agricultura IX Exportaciones
1984
Estados Unidos ~ Uni6n europea
Pacto Andino ~ Resto de Europa
• Resto de las Américas f:::·::·:::·::·:::·l Asia
• Resto dei mundo
Entre las producciones agricolas, las expor-
taciones tradicionales de los productos de la
zona costera -banano, cacao y café- se vieron
complementadas por una vasta gama de pro-
ductos denominados "no tradicionales", a
menudo cultivados en la zona andina: frotos y
verduras fuera de temporada para el hemisfe-
rio norte -fresas, esparragos, brocolis-, pro-
ductos autoctonos -papas para Colombia,
babaco, tomate de arbol para mercados mas
lejanos- y flores (ver parte B IV 3).
La multiplicacion de los criaderos de cama-
rones a partir de 1980 ha permitido que los
productos agroalimenticios retomaran su posi-
cion predominante en la estructura deI comer-
cio exterior. Si bien estos nuevos productos se
benefician de un mercado en expansion, la irre-
gularidad de los precios internacionales tiene
una fuerte incidencia en las ventas deI café y
. 1 000 Millones US $
(valorFOB) Cl Banano
• Camarones
800
o Cacao
• lCFlores
600
400
200
o.ft;lfl;;;:p!...~~~~"""""-~--r--o""""'-""""""""~~~"""
1971 1975 1980 1985
59
1994
Figura A29: Destino de las exporta-
ciones 1984 y 1994
Fuente: Estadisticas deI Banco
Central deI Ecuador
cacao. La progresi6n de las exportaciones de
banano ha sido mucho mas sostenida (grafico
A30 y las fichas correspondientes en la seccion
B III). En 1998, a pesar deI impacta deI feno-
mena deI Niiio, sus ventas han superado las deI
petroleo, cuyo precio habia caido hasta menos
de 7 US dolares por barril.
3 Productos de crianza-pesca y productos
forestales
El rubro crianza-pesca comprende sobre
todo los productos deI mar. En el pasado eran
principalmente las conservas de pescado, cuyas
exportaciones hacia los Estados Unidos se ven
afectadas por esporâdicas suspensiones, bien
por razones politicas -represalias contra la
decIaracion deI limite de las aguas territoriales
a 200 millas- 0 por presion de grupos ecolo-
Figura A30: Variaciones de las exporta-
tiones de algunos productos
Fuente: Estadisticas deI Banco
Central deI Ecuador, 1971-1996
1990 1995
60
Figura A31: Destino de algunos productos de exportaci6n, afio 1994
Fuente: Estadisticas Banco Central deI Ecuador
Porcentaje dei valor FOS
100
80
60
40
20
o
Total Petréleo Banano Cacao Café
gistas -técnicas de pesca que no respetan a los
mamiferos marinos-. Actualmente los camaro-
nes de criadero constituyen la mayor parte de
este rubro: su participaci6n ha pasado de
menos deI 30 % en 1971 a alrededor deI 50 %
en 1980 y a mas deI 80 % en 1991 (ver también
grafico A30). Este nuevo producto, que también
se vende principalmente a la UE y a los Esta-
dos Unidos (grafico A31) esta afectado por la
cOITlpetencia de la producci6n de América Cen-
tral, mas pr6xima al mercado norteamericano y
por la de los paises asiaticos que proporcionan
un producto mas barato.
Los productos forestales nunca han formado
parte de las grandes exportaciones deI pais. El
sector esta en expansi6n con el eucalipto -en
forma de madera rollizada 0 de aserrin- desti-
nado a las industrias de papelera deI Lejano
Oriente y Europa. Los volumenes exportados
hacia los paises deI pacto andino, mercado tra-
dicional de estos productos, varian en funci6n
de las alternancias de apertura y cierre de las
fronteras a los productos ecuatorianos.
4 Destino de los productos exportados
Si pormenorizamos, no todos los productos
se distribuyen de manera homogénea hacia las
diferentes zonas importadoras (figura A31).
El mercado de los Estados Unidos, vasto,
rico y cercano, constituye aun la principal sali-
da para las exportaciones nacionales. Adcmas
de los camarones, bananas y madera, absorbe
grandes proporciones de las exportaciones de
otros sectores, sobre todo flores, cacao y café.
Paisajes Agrarios deI Ecuador
• Resto dei mundo
!':::'::.J Asia
~ Resto de Europa
~ Uni6n Europea
• Resto de las Américas
III Pacto Andino
Estados Unidos •
Madera Flores
Los demas paises riberefios deI Pacifico -
hasta Asia- compran la mayor parte de las
disponibilidades de petr6leo. Fuera deI petr6-
leo, Asia se caracteriza por demandas muy
reducidas de flores y productos tropicales. Los
miembros de la Comunidad Andina son gran-
des compradores de madera, pero esta deman-
da no es constante afio tras afio. La Uni6n .
Europea participa en gran medida en las com-
pras de camarones, flores y productos tropica-
les clasicos; en cambio, no compra el petr6leo
ecuatoriano y muy poca madera. El resto de
Europa, mercado marginal, compra principal-
mente bananas, flores y café.
5 Perspectivas
La renovaci6n de la estructura de las expor-
taciones ha tenido un efecto muy importante en
la organizaci6n deI territorio ecuatoriano.
Mientras que hasta 1970 la casi totalidad de
las exportaciones provenia de las provincias
costeras, la llegada deI petr6leo provoc6 un
primer cambio a beneficio de la regi6n amaz6-
nica y deI Estado central; la apertura de las .
carreteras para la exploraci6n y posterior
explotaci6n de las zonas petroleras arrastr6
una fuerte ola migratoria hacia la Amazonia
(ver A IV 2 Reforma Agraria y Colonizaci6n), y
las regalias beneficiaron sobre todo a la capital
que experiment6 una expansi6n considerable.
Un segundo cambio se esta produciendo con
la incorporaci6n de las empresas agricolas en el
sector deI comercio internacional, las de la Sie-
rra -especialmente las que estan cerca a los
aeropuertos equipados para el flete internacio-
 Condiciones de la Agricultura IX Exportaciones
nal-, de Quito y recientemente de Latacunga.
Desde hace una década, la diversificacion y
especializacion de las producciones de mercan-
cias frescas para la exportacion (fresas, verdu-
ras fuera de estacion, flores) completan los
procesos de modemizacion de las haciendas deI
Norte y Centro de la Sierra, iniciados hace 20 0
30· aiios y mayormente dedicadas hasta nues-
tros dias a la produccion de leche. Los nuevos
cultivos, por su alta rentabilidad, compiten
ahora con las inversiones en el sector lechero
que podria sin embargo convertirse en un sec-
tor dinamico (quesos) de las exportaciones
nacionales no tradicionales.
La mayor parte de las exportaciones ecua-
torianas sigue siendo conformada por produc-
ciones primarias, ya se trate deI petroleo 0 de
productos de la agricultura, de la pesca 0 de la
acuacultura. Estas mercancias presentan poco
•
61
valor agregado y tienen que competir con las
producciones de otras partes deI mundo. La
floricultura, de reciente expansion y cuyo
aporte es relativamente modesto en el conjunto
de las exportaciones, alin se ve beneficiada con
ciertas ventajas pero otros paises con condicio-
nes climaticas y sociales similares empiezan
tambien a competir en esta actividad (ver B IV 3
Flores).
Finalmente, la firma deI acuerdo de paz con
el Pern abre nuevas perspectivas, entre ellas el
incentivo al comercio bilateral, hasta ahora
sujeto a los azares de la politica y a las tensio-
nes fronterizas. Estas posibilidades de aumen-
tar los flujos comerciales forman parte de las
potencialidades regionales, ya que los inter-
cambios entre los paises andinos fluctuan
desde 1993 alrededor deI 10 % solamente deI
total de sus exportaciones.
62 Paisajes Agrarios deI Ecuador

X LOS GRANDES TIPOS DE USO ACTUAL DEL SUELO

La repartici6n general de los grandes tipos de uso actual deI suelo traduce los efectos de todos
los factores antes descritos. Las condiciones fisicas (sobre todo clima y relieve) delimitan zonas
favorables a diferentes gamas de cultivo. La evoluci6n deI agro ecuatoriano, autoconsumo, cornple-
tado mas tarde por cultivos de renta, deja también hondas huellas en el espacio agrario nacional.
La desiguai distribuci6n de la poblaci6n lleva a zonas agricolas contrastadas, desde las con uso
intensivo hasta otras sin aprovechamiento ninguno. En la época actual, la abertura de nuevas
zonas productivas amplia el espacio agrario deI pais.

1 Localizaci6n franjas, en las que predominan los mosaicos

El mapa A32 que presenta los grandes tipos
de uso deI suelo corresponde a una sintesis deI
mapa a escala 1: 1000000 en el cuallas unida-
des han sido reunidas en cinco categorias: sin
utilizaci6n agricola notable, mosaicos cultivos-
vegetaci6n natural, pastizales, cultivos anuales
y plantaciones permanentes.
1.1 Vegetaci6n natural y otras zonas sin uso
agricola (unidades V)
vegetaci6n natural-cultivos, subrayan la red de
comunicaci6n, rios y carreteras.
1.3 Pastizaies (unidades P)
Las zonas donde predominan los pastizales
se limitan a las regiones relativamente hume-
das y se distribuyen de manera aparentemente
aleatoria. Se las encuentra tanto en la regi6n
montanosa coma en las tierras bajas, con una
cierta predilecci6n por estas ultimas.

Las partes no cultivadas y que conservan 1.4 Cultivos anuales (unidades C)

una vegetaci6n natural importante se localizan,
en el mapa, en cuatro grandes zonas: Constituyen el principal modo de explota-
-el archipiélago de Galapagos, regi6n seca, ci6n de las tierras altas. En la regi6n costera,
poco poblada y ademas Parque Nacional; los cultivos anuales forman dos manchas, una <

-la peninsula de Santa Elena, la isla Puna y la
regi6n costera cercana a la frontera peruana,
que tienen también un clima muy seco;
-el norte de la regi6n costera, zona forestal sin
una red importante de vias de penetraci6n;
-el macizo amaz6nico, comparable a la zona
anterior.
A las dos zonas forestales se suman las ver-
tientes de los Andes con una mejor cobertura
vegetal natural dellado amaz6nico que dellado
deI Pacifico.
1.2 Mosaicos vegetaci6n natural-cultivos (uni-
dades D)
Las partes donde existen sistemas pioneros
se situan generalmente en la periferia de las
zonas forestales, coma una transici6n entre las
tierras no deforestadas y sistemas agricolas
mas evolucionados. En la regi6n amaz6nica,
en el bajo valle deI Guayas, caracterizada por el
cultivo deI arroz regado, y la otra en zonas mas
secas y dedicadas al cultivo deI maiz.
1.5 Plantaciones permanentes (unidades T)
Este modo de agricultura no existe sino en
las zonas bajas y relativamente humedas. For-
ma, deI norte al sur de la regi6n costera, una •
franja practicamente continua a 10 largo deI
piedemonte andino. Se encuentran macizos
discontinuos mas al Oeste, en los relieves cos-
teros mas humedos de las llanuras vecinas.
•
2 Repartici6n regional
La repartici6n de las superficies de los
grandes tipos de utilizaci6n de los suelos en
cada regi6n deI pais se representa en la figura
A33 (columna de la izquierda). De todo el terri-
 Condiciones de la Agricultura X Los grandes tipos de uso actual deI suelo 63

80 0 W

1 Tipos de use dei suelol

00

., ,
",1"..

•
\i ;
,,
,

.,,
,
,

,
.'

.,
,

,
.... '

~~ 0 0 Principales ciudades

\"'__ Carreteras principales

o........
~=~-===>o.......l_l====-
100 200 km
!

Zonas con vegetaci6n natural y otras \l:I 90 0 W

zonas sin uso agricola notable Ci) Q

Mosaicos de cultivos con vegetaci6n natural

00
Pastos

Cultivos anuales

• Plantaciones permanentes

Figura A32: Mapa de los grandes grupos de

unidades cartograficas
64 Paisajes Agrarios deI Ecuador

Figura A33: Reparticion de los grandes grupos de unidades cartogrâficas en las

grandes regiones deI pais.
Las cifras indican los porcentajes de cada clase para cada gnifico

Repartici6n de los grandes tipos de uso Participaci6n de las diferentes regiones

en cada regi6n dei pafs en cada tipo de uso dei suelo
% de cada uso en cada regi6n % de cada regi6n para cada uso

Totalidad dei pais Vegetaci6n natural V

•

Costa Mosaicos D

Amazonfa

1,2 0,8

Galapagos Cultivos
anuales C
98,0

1,5

Plantaciones
Sierra pennanentes T

Vegetaci6n
D natural V • MosaicosD Dcosta Amazonfa

;:':;;';:';;;'0";:1 Pastos P
1':;;'0"." IIDDII Cultivos anuales C • Galapagos mSierra
Plantaciones
• permanentes T
 Condiciones de la Agricultura X Los grandes tipos de uso actual deI suelo
torio nacional, alrededor de dos tercios estân
aun cubiertos de vegetaci6n natural, las unida-
des P, C y T ocupan porcentajes similares cer-
canos al 7 %, mientras que los mosaicos (unida-
des D) totalizan un 15 %.
Las tres zonas de la regi6n calida muestran
aspectos diferentes, siendo la regi6n costera la
mas desmontada con solamente un 36 % de
cobertura vegetal natura1. En la regi6n costera
las zonas aprovechadas muestran proporciories
iguales (poco mas deI 20%) de zonas pioneras y
de cultivos permanentes, mientras que los cul-
tivos anuales y los pastos suman casi la misma
proporci6n. El uso de la regi6n amaz6nica reve-
la el caracter pionero de la agricultura con un
fuerte predominio de zonas de mosaico (unida-
des 0). S6lo el 2% de la regi6n se encuentra con
us os ya asentados, pastos y plantaciones
permanentes. En la regi6n insular las superfi-
cies aprovechadas llegan apenas al 2%.
•
65
La regi6n montaiiosa presenta una tasa de
antropizaci6n equivalente al promedio nacional,
pero se destaca de las demas regiones por la
importancia de los cultivos anuales que cubren
cerca de la mitad de las areas utilizadas.
La columna de la derecha de la misma ilus-
traci6n A33 resume la distribuci6n de cada tipo
de uso deI suelo en las regiones deI pais. La
mitad de la vegetaci6n natural deI pais corres-
ponde a la regi6n amaz6nica. Los mosaicos se
encuentran principalmente en las regiones cos-
tera y amaz6nica y s6lo un 10 % corresponde a
la regi6n serrana. Los pastos presentan propor-
ciones similares pero una distribuci6n diferente,
abundancia en la Costa y la Sierra y s6lo un 9,5
% en la Amazonia. Los cultivos anuales estan
compartidos por dos regiones, la costera y la
serrana, con un ligero predominio para esta
ultima. Por fin, las plantaciones permanentes
son casi exclusivas de la Costa.
 Componentes deI paisaje 67

PARTEB

COMPONENTES DE.L PAISAJE

INTRODUCCI6N

Los componentes deI paisaje agricola son los remanentes de vegetacion natural, cuando existen,
y las parcelas de cultivo. Este capitulo describe, bajo la forma de fichas técnicas, los diferentes cul-
tivos encontrados en el pais, con una ficha por cada uno. Éstas son de extension variable segu.n la
importancia de los cultivos.

En primer lugar se presentan dos textos mucho mas extensos que reu.nen informaciones propor-
cionadas generalmente por las fichas de cultivo pero que, dada la importancia deI asunto tratado,
no pueden redactarse de la misma manera. Se trata de textos relativos, por una parte a la explota-
cion deI medio natural (unidades V) y, por otra, a los pastizales y a la ganaderia (unidades P).

En el casa de los otros cultivos (unidades C y T), la ficha comprende informaciones generales
coma su origen, sus cultivares y sus requerimientos c1imaticos y edaficos, igualmente informacio-
nes especificas al pais tales coma la zona de cultivo, el tamaiio de las explotaciones, los modos de
cultivo, la produccion, las perspectivas, etc. Se adjunta un mapa a pequeiia escala de las unidades
cartograficas en las que esta presente el cultivo. Tales mapas se derivan directamente de aquel a
escala 1/1000000 y presentan a veces informaciones adicionales. La base utilizada es la deI mapa
Al tomado en su totalidad 0 solo en parte, cuando el cultivo es localizado. No se mencionan los
nombres de las ciudades, para cuya identificacion habra que remitirse al mapa mencionado. Segu.n
los casos, cuadros y graficos aportan informaciones complementarias.

El primer grupo de fichas (parte B Ill) se refiere a cultivos 10 suficientemente importantes coma
para caracterizar un paisaje 0 un sistema de cultivo, 0 10 suficientemente extensos coma para ser
representados por una unidad cartografica a la escala de 1/1 000 000. Las fichas se presentan en
orden alfabético. El segundo grupo (parte B IV) reune observaciones menos detalladas sobre culti-
• vos que pueden ocupar superficies a veces importantes pero demasiado diseminadas coma para
conformar una unidad cartografica 0 marcar el paisaje. Comprende igualmente cultivos de desa-
•
rrollo reciente, coma la floricultura, que no aparecen en el mapa. Mediante informaciones sobre las
superficies de los principales cultivos, la ultima parte permite balancear sus importancias rela-
tivas.

Salvo que se indique 10 contrario, los precios mencionados en ciertas fichas son valores recogi-
dos en 1991.
68 Paisajes Agrarios deI Ecuador

1 BOSQUES, ARBOLES y RECOLECCION

En este capitulo, se trata de describir modos de utilizaci6n deI medio que marcan los paisajes
pero que, casi siempre, estân representados de manera imperfecta en el mapa a escala 1/1 000 000.
Tales modos se caracterizan por una fuerte proporci6n de formaciones vegetales naturales, de
plantas nativas y rara vez de especies introducidas. En esa descripci6n, los ejemplos escogidos
estân clasificados en capitulos que tratan de dar cuenta de la disminuci6n de su importancia en el
paisaje. Para cada uno se presenta toda la informaci6n sin dividirla en los rubros utilizados para
los cultivos.

Se pasarâ de la explotaci6n de los bosques naturales (esencialmente V31 y V23 deI mapa) a las
plantaciones forestales (representadas en parte por TIl y T21, pero que superan ampliamente
eSl;iS dos unidades) y luego a los ârboles aislados en los campos y praderas, para continuar con los
setos vivos y terminar con la recolecci6n. Los ârboles aislados, los setos y las actividades de
recolecci6n no estân representados en el mapa, forman parte de sistemas de cultivo descritos en la
parte C.

1 Explotaci6n forestal de grupos indfgenas que no reconocen los

En la zona tropical htimeda, la tala de ârbo-
les es, conjuntamente con la explotaci6n mine-
ra, la primera actividad econ6mica practicada
por la poblaci6n a16gena. Precede a la utiliza-
ci6n agricola y las carreteras abiertas por los
explotadores forestales sirven habituaI mente
de vias de penetraci6n a los colonos agriculto-
res (en el Ecuador, esta funci6n es cumplida
particularmente por las carreteras abiertas
para la actividad petrolera). En el Ecuador, la
explotaci6n forestal no debe confundirse con la
deforestaci6n. Esta tiltima, que es la tala de
ârboles sin una utilizaci6n racional de la made-
ra, puede producirse después de la explotaci6n
forestal pero también independientemente de
la misma. Se abordarâ sobre todo la explota-
ci6n realizada por empresas 0 personas cuya
actividad principal es la tala y las primeras
transformaciones de la madera. Al lado de este
tipo de utilizaci6n se practica la recuperaci6n,
dm'ante el desmonte forestal, de madera para
la construcci6n 0 de leÏla para las necesidades
particulares de los habitantes (sobre todo de los
colonos).
permisos de explotaci6n emitidos por el Estado.
Las pendientes externas de los Andes son
otro campo explotado (V23) y en ellas se buscan
los pies de cedro (diversas Cedrela) 0 el romeri-
110 (Podocarpus). En las regiones secas, las es-
pecies utilizables no es 10 que falta: guayacân
(Tabebuia div. sp.,), Fernân Sânchez (Tripla-
ris), beldaco (Bombax), pero las reservas explo-
tables han sido muy disminuidas debido a talas
excesivas, y la regeneraci6n ya no es posible a
causa de las manadas de cabras que pacen los
retonos.
Es dificil evaluar la reserva forestal explo-
table: por una parte, parece muy limitada debi-
do a las pendientes, las Reservas 0 Parques
Nacionales (ver figura C3) y las tierras atribui-
das a comunidades indigenas 0 cooperativas de
colonizadores y, por otra, las tierras atribuidas
presentan atin una importante cobertura fores-
tal cuyos volumen de madera explotable y ex-
tensi6n se desconocen.
1.1.b Especies explotadas

1.1 El campo forestal explotable En 1993, el Centro de Desarrollo deI Ecuador

1. La Localizaci6n
Se trata esencialmente deI bosque denso
siempreverde (V31) de los dos grandes macizos
de la regi6n costera (Esmeraldas) y de la llanu-
ra amaz6nica (provincias de Napo y Sucum-
bios). La explotaci6n forestal es mâs importan-
te en el macizo de la provincia de Esmeraldas,
pues la regi6n Amaz6nica presenta una serie
de caracteristicas desfavorables: volumen
explotable y accesibilidad limitados, presencia
(CENDES) efectu6, para la Asociaci6n de In-
dustriales Madereros (AIMA), una encuesta a
todos los profesionales de la madera. Se les •
pidi6 entonces citar las especies que utilizan, y
los resultados correspondientes (a partir de los
cuales se elaboraron el cuadro BI y las figuras
BI y B2) son producto deI tratamiento de 297
respuestas de explotadores forestales, aserra-
deros, fâbricas de madera contrachapada 0
aglomerado, fabricantes de paletas, de parqués
o de cajas para camiones, comerciantes, carpin-
teros y ebanistas.
 Componentes deI paisaje l Bosques... 69

Cordia 231 Laurel

Nectandra 109 Canelo, canel6n, jigua, calade
Cedrela 106 Cedro, cedrela
Eucalyptus 72 Eucalipto
Protium 65 Copal
Tabebuia 60 Guayacan
Humiriastrum 54 Chanul
Cedrelinga 53 Seique, chuncho Cuadro BI: Especies maderables
Brosimum 49 Sande, lechero mas mencionadas por los tra-
Carapa 49 Figueroa, tangare bajadores deI sector maderero
Pouteria 38 Caimitillo, colorado Fuente: encuesta CENDES, 1993
Juglans 34 Nogal, tocte
Triplaris 34 Fernan Sanchez
Platymiscum 29 Caoba
Pinus 27 Pino
.. Virola
Calophyllum
27
24
Chalviande, doncel, rojo, sangre de gallina
Bela Marra
Myroxylum 23 Balsamo
Ficus 21 Higuer6n, matapalo
Symphonia 21 Machare

Numero total 297

de respuestas

Los bosques tropicales son ricos en especies.
Muchas son explotadas, mas de un centenar,
pero la mitad de ellas no se mencionan sino de
una a 3 veces en la encuesta (figura BI). La
mas utilizada, Cordia alliodora, es citada por
mas de las tres cuartas partes de los profesio-
nales y la clasificada en segunda posici6n ya no
es mencionada sino en el 36 % de las respues-
tas. En total, solamente 13 especies son citadas
por al menos 10 % de los utilizadores.
La mayor proporci6n de tales especies pro-
viene de los bosques naturales y en particular
de los bosques siempreverdes de las llanuras
costera y amaz6nica (figura B2). Los nombres
proporcionados por los profesionales son evi-
dentemente los comunes que han sido traduci-
dos a nombres cientificos. Este trabajo enfrento
ciertas dificultades: los 129 nombres comunes
citados se redujeron a 121, debido a los sinoni-
mos, y 102 pudieron ser identificados al menos
hasta el nivel de género. Para ello, se utilizaron
los trabajos de Campuzano y Valencia, 1974, de
Pasaca Mora, 1983 y de Lescure et al., 1987.
Las especies extraidas de plantaciones re-
presentan el Il % de las citadas en la encuesta.
La principal es Eucalyptus globulus, especie
australiana e introducida en 1896 a través de
Francia. Ciertas especies nativas coma Cordia
alliodora y Ochroma lagopus (balsa) -que sera
tratada en el capitulo «Recolecci6n»- son
también plantadas (las plantaciones forestales
son objeto deI siguiente capitulo).
1.2 Los modos de explotaci6n
En los dos macizos de bosque siempreverde,
principales fuentes de madera de construccion,
la explotacion forestal se realiza segUn una mo-
dalidad original. En una parcela virgen inter-
viene primeramente una empresa que tala so-

Numero de especies

25
20 Figura BI: Numero de especies se-
glin el numero de citaciones por
15
trabajadores deI sector maderero
10 Fuente: encuesta CENDES, 1993
5
o 21- 31~ 51- 101- NNumero de
1 2-3 4-5 30 50 100 200 >200 citaciones
70
VEGETACION NATURAL 89 %
Region cali da 78 %
Bosques siempreverdes
o Bosques secos
2 • Bosques litorales
Region serrana 9 %
~ Bosques de las vertientes
Origen indeterminada 2 %
•
PLANTAC/ONES FORESTALES 11 %
~":j.":j.l
bre todo las especies que permiten la fabrica-
ci6n de contrachapado -sande (Brosimum
utile) y chalviande (varios Virola); en el bosque
costero, se estima en 30-40 m 3/ha esta primera
reserva explotable. Luego, una segunda empre-
sa tala los arboles de madera preciosa, especies
mas numerosas pero que proporcionan un volu-
men menor, de alrededor de 10-15 m 3/ha. Am-
bas empresas intervienen con maquinaria pe-
sada para el transporte de los arboles: son tro-
zos de madera sin desbastar de 2,5 m de largo
llevados a las plantas de transformaci6n en
chapas 0 de aserradura. Finalmente, empresas
menores, que operan con serrerias m6viles,
realizan una tercera tala y obtienen aproxima-
damente 30 m 3/ha de especies de madera ordi-
naria exportada bajo la forma de madera ase-
rrada de diferentes diametros. Operan a una
distancia de 1,5 a 2 km desde las carreteras.
Los volumenes indicados corresponden a los
promedios observados en el macizo de la pro-
vincia de Esmeraldas y, en el casa de la regi6n
amaz6nica, las cifras deberian reducirse en un
20 a 30 %.
Otro tipo de explotaci6n es el de los colonos,
sobre todo los de la regi6n amaz6nica. En ese
caso, es el propietario deI lote quien corta la
madera, tronzandola aUi mismo en tablas. Des-
tina una parte a su usa personal -sobre todo
para la construcci6n de su casa- y vende la
otra seglin sus necesidades de liquidez, en es-
pera, en particular, de las primeras cosechas.
El transporte de la madera aserrada se realiza
utilizando mulas 0 cabaUos pudiéndose operar
de esa manera hasta 3 km de una carretera.
Es practicamente imposible estimar las su-
perficies afectadas por la explotaci6n made-
rera. Por un lado, las talas realizadas por los
colonos escapan a cualquier conteo. Por otro,
el seetor de las empresas es regido por regla-
Paisajes Agrarios deI Ecuador
Figura B2: Origen de las especies
maderables
Fuente: encuesta CENDES, 1993
,
mentos que falsean las estadisticas: los permi-
sos de explotaci6n pueden atribuirse tres veces
para la misma parcela, una vez para cada
modo de tala, los controles deI transporte de la
madera no verifican todos los volumenes des-
plazados. El consumo de madera anual se esti-
ma en 8 millones de m 3 , 3 de madera de cons-
trucci6n y 5 de lerra. Oficialmente, las super-
ficies sometidas anualmente a la explotaci6n
serian de 140000 ha y la deforestaci6n deberia
situarse entre las 150000 y 300000 ha.
1.3 Los productos
La lerra es el principal producto foresta1. En
1985 y segun la FAO (1988), las necesidades
energéticas deI pais estaban cubiertas en sus
dos terceras partes por la madera y en 1986 ese
consumo fue superior a 6 millones de metros
cubicos. Esta utilizaci6n tiende a disminuir len-
tamente, tanto por las dificultades de abasteci-
miento coma por la extensi6n de la red de venta
de gas en tanques. En las vertientes andinas 0
en los bosques secos, la fabricaci6n de carb6n es
una actividad que permite elaborar un pro-
ducto facilmente transportable y hacer rentable
una reserva de arboles pequerros 0 de especies
poco interesantes.
La madera de construcci6n es, en gran par-
te, transformada en el pais (ver mas adelante
•• 1.4 Exportaciones»). Los tableros aglomerados,
de contrachapado y de listones son la principal
producci6n. Se utiliza para eUo sobre todo la
madera de los bosques siempreverdes y sola-
mente tres fabricas tratan especies de planta-
ci6n -pino y eucalipto- para hacer aglomera-
dos. La segunda producci6n es la de derivados
de madera de balsa -madera aserrada y table-
ros-. Los muebles y elementos para la cons-
trucci6n ocupan el tercer lugar (AIMA, corn.
pers.).
 Componentes deI paisaje l Bosques... 71

ValorFOB
millones de US $
(histograma)
% dei total de las
exportaciones
30
(curva) Figura B3: Evoluci6n de las exportaciones
deI sector maderero
20 2 Fuente: estadisticas deI Banco Central
1971-1991

10

0
["lm~ ~
1975 1980 1985 1990
o
~

Seg'Un la FAO (1988), el 72,4 % de la madera
cortada es de uso doméstico 0 se pierde, el
23,3 % es aserrada, el 2,4 % industrializada en
tableros, el 1 % utilizada para postes y el 0,9 %
exportada para pulpa de papel. Las elevadas
pérdidas son imputables al modo de explotaci6n
de los colonos 0 de las pequeiias empresas. Los
otros factores de pérdida son la no recuperaci6n
de los troncos que caen de los camiones, el tra-
bajar de los troncos con motosierra e incluso con
hacha, el bajo rendimiento deI aserrado de pie-
zas de madera muy pequeiia y el secado de la
madera sin precauciones. La reducida industria
papelera nacional emplea viejos papeles 0 tra-
pos y no existe explotaci6n forestal para esa
industria.
Los productos forestales no participan sino
en un 1,1 % en el PIE y las industrias madere-
ras representan deI 4 al 5 % deI sector indus-
trial. El sector forestal en su conjunto emplea
alrededor de 90 000 personas (sin incluir los
colonos que cortan la madera en sus tierras).
1.4 Exportaciones (figura B3)
El sector forestal no contribuye sino en un
bajo porcentaje al total de las exportaciones
(ver igualmente figura A28), entre un 0,42 %
coma minimo y un 1,79 % como maximo, y con
valores inferiores al 1 % en los ultimos aiios. De
1971 a 1981-1982, los valores FOB han aumen-
tado considerablemente de 3,55 a 33,6 millones
de US$, 10 que se debe a la evoluci6n de la
industria nacional que ha podido poner a la
venta cantidades crecientes de tableros, de
contrachapado sobre todo. La caida posterior se
debe a las limitaciones de exportaciones de ta-
bleros impuestas por los paises andinos, Colom-
bia y Venezuela en particular.
El CENDES y la Corporaci6n para el desa-
rroUo deI sector forestal y maderero deI Ecua-
dor (CORMADERA) han publicado estadisticas
que permiten diferenciar algunas especies y
tipos de tratamiento de la madera (cuadro B2).
Tales estadisticas son compatibles s6lo parcial-
mente con las utilizadas en la figura B3. La
madera de balsa representa, para el periodo
considerado, un total de la a 13 millones de
US$ equivalentes a la mitad 0 los dos tercios de
las exportaciones deI sector. Los tableras son el
segundo rubro con valores muy variables pero
aun considerables. Las exportaciones de
madera sin desbastar y la madera aserrada son
poco importantes, pues el Ecuador nunca ha
podido imponerse en el mercado internacional
coma productor de madera. Los bajos volu-

.
Balsa 10739 10485 13407 11750 11299
Bambu 90 421 163 198 223
Otras especies Cuadro B2: Evoluci6n de las exportaciones
madera rollizada 0 7 100 82 0 deI sector maderero; FüB (millones de
madera aserrada 88 142 256 71 61
tableros' 4131 9504 7236 7746 10068
US $)
madera laborada" 1 021 1 462 2 081 2 170 515 Fuente: CENDES - CORMADERA, 1991

TOTAL 16069 22021 23243 22017 21166

• Tableros de particulas 0 contrachapeados
•• Muebles, madera de construcci6n, parquet, artesania de madera
72
menes ofrecidos y la falta de constancia en la
calidad de los productos son los responsables de
tal situaci6n. Ese tipo de exportaci6n es hoy en
dia restringido y se limita a las especies pro-
venientes de las plantaciones (en particular
troncos de eucaliptos para pulpa de papel).
Estas exportaciones no compensan las im-
portaciones en el rubro «productos forestales»
pues éste incluye el papel y el cart6n, ambos
altamente deficitarios.
1.5 Perspectivas
Por su participaci6n en el PIB y en las expor-
taciones, asi coma por su capacidad de empleo,
este sector esta lejos de ser despreciable. Por
otro lado, esta bastante organizado alrededor de
algunos industriales dinamicos, y al inicio deI
decenio 90 se realiz6 un gran estudio deI
potencial forestal con el apoyo de ITTü (orga-
nizaci6n internacional de comerciantes de
madera). Sin embargo, el mercado interno de
productos de madera no es muy interesante
pues los precios son bajos. La exportaci6n es
limitada por la competencia de paises que dis-
ponen de mayores macizos forestales y de una
fuerte tradici6n de proveedor de maderas apre-
ciadas. Actualmente, las autoridades ecuato-
rianas buscan la preservaci6n de una reserva de
especies de madera preciosa (restricci6n de las
exportaciones), y desarrollan las plantaciones
forestales para abastecer de madera para usos
corrientes de la poblaci6n (medidas incitativas).
2 Plantaciones fore stales
Los objetivos de las plantaciones forestales
pueden ser varios: crear 0 reconstituir una
fuente de madera utilizable (madera de cons-
trucci6n), crear 0 reconstituir una fuente de
lena, crear 0 reconstituir una cobertura de
arboles en zonas desprovistas de e110, 0 recons-
tituir el bosque original. En el Ecuador, la pri-
mera preocupaci6n es de lejos la mas impor-
Provincias
5298 (94,7 %) 56058 (93,3 %)
de la Sierra
Provincias 204 (3,7 %) 3655 (6,1 %)
de la Costa
Provincias 90 (1,6 %) 359 (0,6 %)
de la Amazonfa
TOTAL 5592 (100 %) 60072 (100 %) 25425
Paisajes Agrarios deI Ecuador
tante. La segunda ha conducido a forestar las
dunas de Palmira 0 los paramos deI Cotopaxi.
2.1 Superficies y localizacion
Algunas plantaciones forestales de gran ta-
mana pudieron representarse en el mapa a es-
cala 1/1000 000 (unidades Tll y T21), pero en
realidad estan mucho mas diseminadas que 10
que muestra el mapa. El cuadro B3 presenta su
distribucion en las tres grandes regiones. Son
las provincias de la regi6n montaftosa las que
presentan el mayor numero y la mayor superfi-
cie. Este desequilibrio es real pero probable-
mente menos marcado que 10 que dicen las •
cifras. En la Sierra, muchas plantaciones se
realizan con ayuda deI Estado y, por 10 tanto,
son registradas mas facilmente que las em-
prendidas con los duenos de la regi6n costera
con sus propios fondos. Las plantaciones fores-
tales de la region andina han gozado tradi-
cionalmente de mayor apoyo deI Estado y de los
organismos internacionales 0 no gubernamen-
tales que las de las zonas calidas. La deforesta-
ci6n, claramente mas avanzada en el ca11ejon
interandino, plantea desde hace tiempo proble-
mas para el abastecimiento de lena. Seglin el
inventario realizado en 1989, E. Cabrera de
ITTü (comunicaci6n personal) plantea la
siguiente reparticion: regi6n andina, 71 %;
regi6n costera, 26 %; regi6n amaz6nica, 3 %.
Al interior de cada region, las superficies
promedio varian considerablemente entre las
provincias. Las de la Sierra van de 5,4 a 61,5 ha
por plantaci6n. Se trata sobre todo de plan-
taciones familiares, salvo en el casa deI mayor
valor de la provincia deI Cotopaxi donde se en-
cuentran las grandes plantaciones de pino. En
la Costa, las superficies promedio son superio-
res, con algunas plantaciones manejadas por
empresas de explotaci6n forestal en la provin-
cia de Esmeraldas.
El crecimiento registrado en 5 anos, de 1976 .
a 1981, es espectacular habiéndose duplicado
Cuadro B3: Distribuci6n de las planta-
23660
ciones forestales en las tres regiones
1765
en 1981 y 1976 (datos en italicos)
Fuentes: CENDES-CORMADERA, 1991 y
Narvaez, 1976
0
 Componentes deI paisaje 1 Bosques...
Superficies (miles de hectareas)
A* Eucalyptus globulus
30 B* Pinus radia ta
C* Pinus patula
D Cordia alliodora
E* Eucalyptus saligna
20 F Schizolobium parahibum
G* Eucalyptus sp
H* Tectona grandis
1* Cupressus macrocarpa
J Cedrela, Pseudosamanea,
10 Virola
Especies introducidas
o F G* H* 1*
.. • Datos 1976 D Es~ecies de la L2l Especies de
regl6n serrana, 1985" la regi6n calida, 1985
las superficies, sin que el contraste entre las
dos principales regiones deI pais haya variado
en ese periodo. El inventario no publicado de E.
Cabrera menciona, para 1989, una superficie
de 96000 ha, entre ellas 6000 de balsa. Asi, de
1981 a 1989 se produjo un aumento importante
de las superficies.
2.2 Especies utilizadas
La figura B4 representa las superficies plan-
tadas con diversas especies. Las plantaciones
forestales de la Sierra son las mas extensas,
con dos especies que ocupan las mayores super-
ficies: Eucalyptus globulus (eucalipto) y Pinus
radiata (pino) -ver también los comentarios
de las unidades Tll y T21-. Los otros Euca-
lyptus proveen también lefia y madera a bajos
precios. Entre las especies secundarias de este
género, figura E. citriodora, plantada a veces
en la Costa y que produce, en otros paises, acei-
tes esenciales. El ciprés, Cupressus macrocar-
pa, pas6 de ser arbol ornamental para las ala-
medas de entrada a ser objeto, bajo el impulso
de la moda, de plantaciones destinadas a la fa-
bricaci6n de muebles de estilo escandinavo
para el mercado local. La ultima especie que
cubre una superficie notable es Cedrela odorata
(cedro), de crecimiento medianamente rapido,
mientras que todas las anteriores son de creci-
• miento mas bien rapido. Produce una madera
• rojiza utilizada en carpinteria y en artesania
(uso tradicional para la fabricaci6n de cajas de
lujo para cigarros).
En las regiones bajas, la especie mas abun-
dantemente plantada es Cordia alliodora
(laurel) que se encuentra en las zonas litoral y
amaz6i1ica. A menudo es plantada en los pas-
tizales, puede ser explotada a los 20 afios y
73
Figura B4: Repartici6n de las especies
sembradas en 1976 y 1985
Fuentes: CENDES-CORMADERA, 1991 y
Narvaez, 1977
J
provee una madera ligera, de duramen pardo,
facil de trabajar y muy apreciada para muebles
de ebanisteria de mediana calidad. La segunda
en iinportancia es, en 1985, Schizolobium para-
hibum (pachaco), de crecimiento muy rapido y
que en 5 afios produce una madera blanca y
suave utilizada para la confecci6n de cajas. El
pachaco parece estar mas difundido en la Ama-
zonia que en la Costa. Por otra parte, su forma
original, alargada y sin ramificaciones cuando
joven, hace de él también un arbol ornamental.
La tercera especie es Tectona grandis (teca)
plantada en zonas mas secas que las especies
anteriores pues soporta hasta 10 meses secos.
Se la encuentra sobre todo en la cuenca deI
Guayas y en las partes bajas de las provincias
de Loja y El Oro. Su crecimiento es mas lento
pero su madera mas codiciada. Dos especies
muy secundarias pero que aparecen en los
inventarios son Pseudosamanea guachapeli
(guachapeli) y Virola dixonii (chalviande). La
primera, frecuente en las zonas humedas y
secas, provee una madera medianamente dura
utilizada en las construcciones de madera de la
regi6n costera. La segunda encontrada en las
zonas muy humedas y hiperhumedas se utiliza
para la fabricaci6n de contrachapado.
Tradicionalmente, las plantaciones de Ochro-
ma lagopus (balsa), no se toman en cuenta entre
las plantaciones forestales. Cubren 6000 ha
aproximadamente, y ocuparian el primer lugar
en la zona baja y calida.
Es notable que en la regi6n andina predomi-
nen los arboles introducidos y de crecimiento
rapido, mientras que en la zona baja, las espe-
cies nativas -con excepci6n de la teca- y de
velocidad variable de crecimiento, proveen 10
esencial de los arboles plantados.
74
Cordia alliodora - Laurel 23
Tectona grandis - Teca 35-45
Schizolobium parahibum - Pachaco 18
Eucalyptus globulus - Eucalipto 17
Pinus radiata - Pino radiata 30
Pinus patula - Pino patula 25
Cuadro B4: Rendimiento de plantaciones forestales Fuente: elaborado seglin Mc Cormick, 1987
La producci6n y la rentabilidad de planta-
ciones de especies corriente's han sido
analizadas por divers os autores editados por
McCormick (1987) y los principales resultados
se resumen en el cuadro B4.
2.2.a Especies nativas e introducidas
La investigaci6n de especies por utilizarse
en las plantaciones forestales tiene dos orienta-
ciones. La primera, llevada a cabo con el aus-
picio de organismos internacionales, consiste
en probar material vegetal de multiples orige-
nes en las diferentes condiciones deI pais. La
segunda, desarrollada con el impulso de los
grupos ecologistas, se interesa sobre todo en las
especies nativas y tenderia a reconstituir la
cobertura forestal original.
La introducci6n de especies extranjeras pre-
senta ciertas ventajas: coma ya han sido proba-
das en otros lugares, se conocen sus caracteris-
ticas, necesidades y velocidad de crecimiento,
por 10 que es facil limitar las especies por pro-
barse segun las necesidades que se desean
satisfacer y las limitaciones locales. Existen sin
embargo también ciertos inconvenientes: las
especies introducidas no participan sino dificil-
mente en las biocenosis locales y crean desequi-
librios visibles tales coma la acumulaci6n de la
litera de hojas 0 la eliminaci6n de algunos ve-
getales 0 animales. Las plantaciones ecuatoria-
Crecimiento 0 Buddleja incana
m/anD! . Polylepis incana
<> Buddleja coriacea
0,5 0 Polylepis reticulata
li Gynoxis sp
• Prunus serotina
O'+------.---r----..,---i'~-...,---------+'-----,
3 500 4 000 altitud m
Paisajes Agrarios deI Ecuador
* Producciones variables se-
glin los sitios
220-330 2,4 - 9,5 ** Rendïmientos variables
-300 5,4 - 12,0 seglin la producci6n, los
280-420 3,3 - 12,6 costos de mana de obra y de
280-440 6,3 - 16,3 los precios de venta (cal-
190-410 0,5 - 20,2 culos en moneda constante)
200-380 3,5 - 13,0
nas de eucalipto, pino, teca y ciprés ilustran
perfectamente esta dualidad.
Entre las especies nativas, las de la Sierra y
de las alturas superiores a 3 000 m.s.n.m. fue-
ron primeramente objeto de investigaci6n con
miras a su plantaci6n. Los primeros trabajos
consistieron en la realizaci6n deI inventario de
las especies leIÏosas presentes y en ensayos de
multiplicaci6n mediante semillas, esquejes 0
trasplante de regeneraci6n natural (Spier y
Biederbeck, 1980; Brandbyge y Holm Nielsen,
1987; CESA, 1989). Luego, se procedi6 a eva-
luar, en vivero, su supervivencia y su creci-
miento en los estadios iniciales (CESA, 1991).
La figura B5, elaborada seglin los datos de esta
ultima referencia, muestra su lento crecimiento
y la disminuci6n deI mismo con la altitud, de
manera que para alcanzar una producci6n si-
milar a la de las especies mencionadas en el
cuadro B4, harian falta grandes superficies de
arboles nativos, las que deberian ademas estar
cerca de las poblaciones que viven en un medio
deforestado y a mayor altitud.
En la zona câlida, se plantan abundante-
mente s610 algunas especies aut6ctonas. La di-
versificaci6n sigue limitandose a algunos pro-
pietarios curiosos 0 a explotaciones que prue-
ban a veces una gama mas amplia de especies.
Se espera que esas plantaciones cumplan va-
rias funciones: por un lado, protecci6n y rege-
•
Figura B5: Crecimiento en altura durante •
los 30 primeros meses de algunas
especies andinas
Fuente: CESA, 1991
 Componemtes deI paisaje 1 Bosques...
neraci6n deI suelo, y por otro, producci6n de
madera y frotos. Pareceria que, en la elecci6n
de especies disponibles, hay cierta influencia de
la moda. Se ha visto también crecer (y a menu-
do decaer nuevamente) el interés por Eugenia
stipitata (araza), Caryodendron orinocense
(mani de arbo1), Pollalesta karstenii (pigüe).
Borja y Lasso (1990) han inventariado cerca de
250 especies nativas que proveen madera.
2.3 Modos de plantaci6n
Las plantaciones forestales pueden realizar-
se de varias maneras: en grandes bloques mo-
noespecificos, en lineas a 10 largo de los limites
de las parcelas (asimilables a rompevientos),
enriquecimiento en bosques explotados (mucho
mas raro... ) 0 mezcladas con cultivos y pastos.
Las cifras deI cuadro B3 y las ilustradas en
la figura B4 se refieren s6lo a las plantaciones
en bloques. Narvaez (1976) presenta datos so-
bre las plantaciones en lineas y las estima en
mas de 7 millones de arboles, 10 que correspon-
de a aproximadamente 4000 ha, es decir cerca
deI 15 % de la superficie plantada en bloques
en esa época. En la regi6n andina, los eucalip-
tos son plantados frecuentemente al borde de
las parcelas. Conjuntamente con pinos y cipre-
ses, se los encuentra igualmente al borde de las
alamedas de acceso a las grandes propiedades.
En las regiones bajas, a menudo se plantan asi
la teca y el pachaco.
La plantaci6n de especies interesantes en
bosques empobrecidos por la explotaci6n fore-
stal tiende a reconstituir, a mediano 0 largo
plazo, la reserva explotable. Segu.n la legisla-
ci6n, los explotadores forestales deberian plan-
tar nuevamente las zonas forestales que han
sido objeto de explotaci6n, pero prefieren esta-
blecer plantaciones en bloques. Este método es
empleado también por los colonos de la regi6n
amaz6nica con buenos resultados de crecimien-
to (Boese, 1992).
Las plantaciones forestales mezcladas, en la
parcela, con otros cultivos agricolas de especu-
laci6n, forman los sistemas agrosilvicolas, sil-
• vopastoriles 0 agrosilvopastoriles. Son nume-
rosos, aunque practicamente restringidos a la
regi6n calida, y mas diversificados en las zonas
humedas. Los sistemas tradicionales (indi-
genas de la Amazonia), empiricos (plantadores
«blancos••) 0 cientificos (granjas experimenta-
les) tienen todos un componente foresta1. Los
indigenas de la Amazonia plantan, al mismo
tiempo que la yuca y el banano, arboles frutales
75
creando asi un barbecho forestal productivo.
Los ganaderos de las zonas humedas pueden
plantar, al mismo tiempo que la graminea de
pastizal, especies forestales explotables. El
crecimiento y la producci6n son menores que en
el casa de plantaciones en bloques 0 en lineas
de enriquecimiento, pues los sistemas radicales
pueden verse afectados por el pisoteo deI gana-
do. La plantaci6n de arboles de sombra para las
plantaciones de café 0 cacao son otro sistema
agricola que incluye una producci6n arb6rea.
Los sistemas agrosilvopastoriles son mas com-
plejos y se practican en las granjas experimen-
tales.
Se han implantado diversos modos de parti-
cipaci6n deI Estado para favorecer la extensi6n
de las plantaciones forestales. En el 70 % de los
casos, los propietarios prefieren que los orga-
nismos oficiales s6lo les entreguen las plantas y
se ocupen deI seguimiento sanitario de las
plantaciones. Otra altemativa consiste en una
repartici6n deI trabajo de la plantaci6n entre el
propietario y el Estado.
2.4 Perspectivas
Se debe disociar la producci6n de lefia de la
de madera de obra. La provisi6n de lefia es
indispensable en las zonas no forestales, es
decir las mas secas y las mas altas. Es igual-
mente necesaria en las zonas donde se desea
disminuir la presi6n sobre las formaciones le-
fiosas naturales. Esas plantaciones deben en-
tonces ubicarse cerca de la poblaci6n y tal vez
su distribuci6n actual no corresponde alin a las
necesidades, particularmente en las zonas mas
secas. Por otro lado, en el casa de la poblaci6n
que habita en las mayores alturas, por razones
climaticas, dificilmente puede satisfacerse la
demanda de combustible.
El mercado interno de madera de construc-
ci6n es abastecido satisfactoriamente y el exce-
dente seria exportable. Segun E. Cabrera (co-
municaci6n persona!), el desarrollo de las plan-
taciones depende primeramente de la existencia
y luego de la cercania de un mercado. Habria
posibilidades de exportaci6n a condici6n de que
el Ecuador pueda crear y mantener un abasteci-
miento adecuado en cantidad y calidad. Sin
embargo, coma los exportadores buscan reducir
los gastos de transporte, habria que cuidar de
disminuir las distancias entre la plantaci6n, el
taller de tratamiento y el punto de exportaci6n.
En 1989, segu.n el MAG, todo el sector fo-
restaI ---explotaci6n deI bosque natural y de las
76
plantaciones, transporte y elaboraci6n de los
productos-emplearia alrededor de 80000 perso-
nas. Nuevos incentivos a la plantaci6n forestal
estarian siendo estudiados a fin de aumentar la
oferta de madera de construcci6n.
3 Arboles aislados
Las plantaciones pueden también realizarse
no en parcelas sinn en lineas que marquen los
limites y los caminos. Otros arboles aislados
son reliquias de la vegetaci6n natural preexis-
tente.
Los campesinos de la Sierra mantienen ape-
nas algunos arboles en las parcelas cultivadas y
a menudo estan relegados a sus limites. El mas
frecuente es Prunus serotina syn. P. capuli (ca-
pull) cuyos frutos son comestibles. En las partes
relativamente altas y humedas se encuentran
muchos ejemplares de dos Solanaceae, Brug-
mansia arborea (floribundio) de flores blancas,
yB. sanguinea (guantug) de flores rojas. Son
bastante abundantes debido a su uso medicinal
y ritua1. En la regi6n septentrional, Juglans
neotropica (nogal 0 tocte) es cultivado por su
madera utilizada para escultura. En las zonas
secas, se puede aun citar Tara spinosa (gua-
rango) deI que se extraen colorantes y taninos.
Sin embargo, los paisajes andinos estan marca-
dos esencialmente por lineas de Eucalyptus que
subrayan la parcelaci6n.
En la regi6n calida, numerosos arboles son
preservados durante la deforestaci6n. Las gran-
des palmeras -lriartera (pambil), Phytelephas
(tagua), Ynesa (palma real)- parecen ser parti-
cularmente protegidas. Sobre todo en los pas-
tizales donde se encuentran arboles que se
mantienen para dar sombra al ganado -por
ejemplo Samanea (saman) 0 Erythrina (poroti-
llo)-. Otras especies se preservan debido a su
producci6n frutal, su utilizaci6n ornamental 0
su potencial de producci6n de madera de cons-
trucci6n. La especie introducida mas frecuente
es Tectona grandis (teca) que se encuentra, al
igual que el Eucalyptus de la Sierra, a 10 largo
de los limites de las parcelas.
4 Las cercas
Los limites entre las parcelas se marcan con
setos vivos, cercas de postes vivientes 0 cercas
enteramente «muertas». Este ultimo tipo es fre-
cuente en las regiones mas altas (cercados de
alambre de puas fijado a postes de madera de
Paisajes Agrarios deI Ecuador
Polylepis) 0 alrededor de las propiedades mas
tecnificadas, donde los postes son de madera 0
de hormig6n (plantaciones industriales de ba-
nana en particular).
4.1 Los setos vivos
Poco frecuentes, estan constituidos unica-
mente de plantas y limitados a ciertas condicio-
nes particulares.
Los pastizales de la parte mas alta de la re-
gi6n montaiiosa estan delimitados por anchos
setos que contienen muchas reliquias de la ve"
getaci6n natural: pequeiios arboles coma Oreo-
panax y otras Araliaceae, Eugenia-Myrtaceae,
Hesperomeles-Rosaceae, arbustos coma Fuch-
sia-Oenotheraceae.
En el paramo cultivado de Zumbagua, sub-
sisten, sobre todo alrededor de las parcelas cer-
canas a las casas, cercas compuestas unica-
mente de cactus, Opuntia cylindrica.
En el piso intermedio, se encuentra un tipo
de cerca que incluye un seto vivo. Alli se em-
plean Fourcroya andina y Agave americana
(cabuya y penco), plantados directamente en
la tierra 0 sobre muretes de adobe mas 0 menos
altos, 0 plantas aisladas 0 en linea de Eucalyp-
tus que marcan el limite de la parcela. De
Fourcroya se extraen fibras para cuerdas tos-
cas y de la savia de Agave se obtiene ademas
una bebida ligeramente alcoholizada, el cha-
guarmishqui.
En el piso câlido, se puede apenas mencio-
nar el casa de una cerca densa de una Brome-
liaceae, probablemente un Aechmea, en las zo-
nas secas.
En ciertos casos, el seto vivo es plantado en
una cerca «muerta». En las zonas secas deI sur
de la Sierra, grandes esquejes de un cactus,
Monvillea (?), son plantados en linea a 10 largo
de una cerca de alambre de puas fijado a postes
de madera.
4.2 Las cercas con postes vivos
Es la f6rmula mas frecuentemente utilizada.
Varias filas de alambre de puas son sostenidas
por los postes vivientes que pueden mezclarse,
sobre todo al momento de la implantaci6n de la
cerca, con postes «muertos».
En la regi6n montaiiosa, la especie prepon-
derante es Euphorbia latescens (lechoso), co-
 Componentes deI paisaje 1 Bosques...
mûn sobre todo en las zonas mas hûmedas. En
el piso calido, las especies son mas diversifica-
das aunque con predominio de Jatropha curcas
(pi'n6n). Entre las especies anexas, se pueden
mencionar sobre todo leguminosas (Gliricidia,
Erythrina, Cassia) y otras especies ûtiles tales
tales coma Crescentia cujete (mate) que produce
las calabazas. También se utiliza frecuente-
mente ciruela u hobo, Spondias mombin en las
zonas hûmedas 0 Spondias purpurea en las
zonas mas secas.
5 Recolecci6n
Aunque numerosos productos cultivados, en
la zona calida sobre todo, pueden considerarse
coma productos de recolecci6n en plantas culti-
vadas, algunos se encuentran en un grado de
agricultura aûn menor. Son recogidos en plan-
tas silvestres a menudo protegidas durante el
desmonte y, en ocasiones, plantadas. De esos
productos, algunos han dado renombre interna-
cional al pais, coma los sombreros llamados «de
Panama», tejidos con fibras de una Cyclantha-
ceae nativa, la balsa, cuyo principal proveedor
mundial es el Ecuador, y la semilla de tagua 0
marfil vegetal que tuvo su época de gloria has-
ta inicios de este siglo y cuyo cornercio puede
esperar un nuevo repunte gracias a la prohibi-
ci6n deI de colmillos de elefante.
La recolecci6n es un componente fundamen-
tal de los sistemas tradicionales de ciertos gru-
pos indigenas de la Amazonia. Es también el
principal modo de abastecimiento de plantas
medicinales presentes en todos los mercados
locales. Estos dos empleos de la recolecci6n, am-
pliamente descritos por numerosos autores, no
marcan el paisaje y no seran presentados aqui.
5.1 Balsa -Ochroma lagopus-
Es un arbol de crecimiento rapido, comûn en
los bosques secundarios de las zonas seca, hû-
meda e hiperhûmeda. En condiciones normales,
no alcanza sino a los 1000-1200 m.s.n.m., pero
• se la puede encontrar plantada como arbol
ornamental hasta 2300 m.s.n.m. Aunque se la
encuentra en zonas de humedad muy diversa,
es explotada sobre todo en las regiones mas
hûmedas, pues en las zonas secas su creCimien-
to es mucho mas lento y su madera se torna
dura y tenida, siendo eliminada al escogerse las
piezas por utilizarse.
Esta madera sumamente liviana es emplea-
da sobre todo como el alma de los cascos de bar-
77
cos ligeros de recreo, 0 de cisternas, coma ais-
lante térmico (en el casco de los barcos metane-
ros), coma madera para muebles (bajo la forma
de tableros cubiertos por maderas mas duras 0
maciza para los muebles de estudios de cine).
Sin embargo, su utilizaci6n mas popular es
para la construcci6n de maquetas de aviones 0
de barcos, 10 que no representa sino el 15 % de
las exportaciones deI Ecuador, siendo el resto
exc1usivamente tableros entoldados utilizados
para los cascos de barcos 0 las aImas de las cis-
ternas. La madera de balsa sigue siendo un
material costoso, que tiene un mercado reduci-
do y estable desde hace varios anos.
Los arboles de balsa talados provienen esen-
cialmente de bosques naturales, y las plantacîo-
nes ocupan apenas 6000 ha. La tala es efectua-
da por el propietario de la parcela y los troncos
transportados y vendidos a la serreria mas cer-
cana. Se trata, casi siempre, de talleres poco
equipados y que no trabajan sino esa madera.
Alli, los troncos son aserrados en bloques 0 ta-
blones segûn el destino de la madera. En este
estado deI tratamiento, las pérdidas se estiman
en 50-60 % (corteza, cilindro central de médula,
nudos). Existirian mas de 250 serrerias de este
tipo, entre ellas algunas m6viles. La madera
aserrada es entonces transportada y vendida a
las fabricas 0 industrias de transformaci6n
(una decena, todas situadas en Guayaquil).
Esas empresas necesitan cantidades relativa-
mente importantes de mana de obra entrenada
para la selecci6n de las piezas de esta madera
fragil, sensible a la humedad y a los ataques de
insectos xil6fagos. Esta selecci6n produce un
nuevo desecho deI 20 %.
Las talas son estacionales en funci6n deI ca-
lendario agricola (fuera de la estaci6n de traba-
jos en el campo) y deI cielo c1imatico (imposibili-
dad de sacar la madera en estaci6n lluviosa si
no fuera por via fluvial). La venta proporciona
en promedio 6 000 sucres por un arbol de 4
anos. La presencia de arboles de balsa en una
pequena propiedad es como una alcancia en pie
que permite obtener a pedido un ingreso mone-
tario sin trabajo preliminar. Las plantaciones
de balsa, que a veces pertenecen a empresas
exportadoras de tableros de esa madera, se
realizan a partir de semillas con tasas de éxito
variables (germinaci6n escasa, lenta y sobre
todo irregular, pero que puede mejorarse ya sea
con un paso de fuego 0 mediante la siembra en
fundas de plastico). Se mantienen 1500 plantas
por hectarea el primer ano para no conservar
después sinD 1 000 a 1200. Se puede entonces
esperar una producci6n por hectarea deI orden
78
de 6 millones de sucres al cabo deI cuarto ano.
Los industriales que utilizan la balsa serradiza
se lamentan por las reducidas dimensiones de
las piezas recibidas, atribuibles a la poca edad
de los arboles talados. Para ellos, el arbol ideal
para la tala tendria de 5 a 6 aiios, 10 que permi-
tiria aumentar la fracci6n utilizable. Ârboles
mas viejos deben evitarse pues su madera, en
proceso de duraminizaci6n, se torna dura, se
colorea y ya no es apreciada. Las informaciones
de este parrafo y deI anterior fueron proporcio-
nadas por la empresa BALSAPAC de Guaya-
quil.
Parece existir un equilibrio espontaneo
entre la oferta de los propietarios a las serre-
rias, la oferta de éstas a las empresas y la posi-
bilidad de exportaci6n de estas ultimas. La re-
glamentaci6n actual prohibe la exportaci6n de
la madera de balsa sin tratar, por 10 que se
debe obligatoriamente trabajarla localmente.
No existe utilizaci6n local de esa madera, a no
ser para la escultura tradicional de barcos co-
mo souvenirs y mas recientemente de anima-
les, todo para la venta a turistas.
Una estadistica ya antigua deI CENDES
(1984) presenta datos de producci6n y de expor-
taci6n de madera de balsa, representadas en la
figura B6. La tendencia general es mas bien a
la baja, estando el mercado ampliamente abas-
tecido. La diferencia entre la producci6n (arbo-
les talados) y la exportaci6n es deI 30 al 40 %
hasta 1980 y aumenta rapidamente después de
esa fecha, sin que se pueda atribuir tal fen6me-
no a la imposibilidad de exportar mas 0 al au-
mento de los desechos por explotaci6n de arbo-
les muy pequenos.
Figura B6: Producci6n y exportaci6n de
madera de balsa
Fuente: estadisticas CENDES, 1984
Miles de toneladas
1975 1980
Paisajes Agrarios deI Ecuador
5.2 Higuerilla -Ricinus communis
Informaciones obtenidas en la empresa CASTOR
ECUADOR en Manta
En condiciones naturales, la higuerilla es un
arbusto perenne comun en todas las formacio-
nes arbustivas de la regi6n costera. Es una
planta que se encuentra au.n a altitudes deI or-
den de los 2000 m. Su gran dispersi6n se debe
probablemente a la elevada demanda de aceite
de ricino durante la segunda guerra mundial.
De sus semillas se extrae un aceite muy estable
cuyas cualidades pueden mejorarse aun por
hidrogenaci6n. Es utilizado tradicionalmente
en farmacia, pero entra cada vez mas en la •
composici6n de lubricantes para motores 0 en
la fabricaci6n de materias tan diversas coma
cera, plasticos termoresistentes 0 cuerdas para
raque tas de tenis. El Ecuador cuenta con
alrededor de 30 variedades, pero s610 2-3 de
ellas son muy difundidas.
Una planta de extracci6n de aceites de Man-
ta dedica parte de su actividad al tratamiento
(complicado, seglin se dice, y secreto) deI aceite
de ricino. Ha implantado una red de recolecci6n
de semillas en la que trabajan usualmente mu-
jeres y ninos. Esta red es densa sobre todo cer-
ca de la planta, en la parte seca de la provincia
de Manabi. Dicha planta es propietaria de una
plantaci6n de 300 ha pero compra todos las se-
millas de ricino que le son ofrecidas (a raz6n de
30000 sucres el quintal). Introduce progresiva-
mente variedades anuales que pueden rebrotar
de un ano a otro si las lluvias son suficientes y
que presentan la ventaja de ser mas producti-
vas (producci6n de semillas hasta 2 tlha/ano y
con contenidos de aceite hasta el 50 %). Ade-
mas deI aceite, el tratamiento provee las tortas
utilizadas localmente 0 exportadas. Una baja
proporci6n es tratada para la alimentaci6n
local deI ganado pero se exporta también coma
abono en horticultura 0 coma soporte de cultivo
de champinones.
El cultivo de la higuerilla 0 la recolecci6n de
las semillas de las plantas espontaneas ofrece
un ingreso adicional a los cultivadores de maiz
de las regiones muy secas. La producci6n ecua-
toriana de aceite de ricino es baja (6000 tlano •
en decenio 1980, 9000 t previstas para 1993) y
exportada en un 90 %.
5.3 Las palmeras
Son utilizadas de diversas maneras. Dos
productos extraidos de palmeras llegan al mer-
cado internacional, los palmitos y los botones
 Componentes deI paisaje 1 Bosques...
de tagua. Otros son objeto de un pequefio co-
mercio coma las semillas de palma real, las fi-
bras de Aphandra, las j6venes hojas de Ceroxy-
lon, mientras que un ultimo grupo es utilizado
s6lo localmente, coma las fibras de chambira.
En todos los casos se explotan formaciones
naturales. En algunos casos, las plantas de las
especies interesantes se conservan en los des-
montes y se las encuentra bajo la forma de
arboles aislados en los pastizales.
..
Dos especies de las zonas calidas y muy hu-
medas proveen los palmitos (Borgtoft-Pedersen,
1991). En los bosques de la provincia de Esme-
raldas, son las formaciones naturales de Euter-
pe chaunostachys (palmito) las que abastecen
a la industria de conservas, mientras que las
de Prestoea trichoclada deI piedemonte costero
estan destinadas mas al consumo local. Las re-
comendaciones de recolecci6n formuladas por la
empresa que compra los palmitos tienden a
mantener la producci6n de las formaciones na-
turales.
El marfil vegetal, tagua 0 corozo es produ-
cido por otra palmera (Phytelephas aequato-
rialis) frecuente en las zonas humeda, muy
humeda e hiperhumeda de la regi6n costera
calida. El mesocarpio de los frutos inmaduros
es comestible y las pepas maduras son suma-
mente duras con un endospermo blanco de
aspecta similar al deI marfil, al que sustituye
en la fabricaci6n esencialmente de botones y
accesoriamente de figuritas 0 piezas de
ajedrez.
Las formaciones naturales explotadas son
arboles preservados durante el desmonte.
Seglin Barford (1991), coma tales formaciones
no se regeneran, estan condenadas, a largo
plazo, a desaparecer, por 10 que se recomienda
plantar esa palmera a fin de mantener la oferta
de materia prima que seria la principal limita-
ci6n para la producci6n industrial. Los talleres
compran los racimos (4000 a 7000 sucres por
pieza) 0 las semillas descascaradas (10000 a
14000 sucres el quintal) y los intermediarios
• ofrecen a los campesinos aproximiadamente la
mitad de esos precios.
La exportaci6n de las pepas sin laborar no
esta autorizada, exportandose productos semi-
elaborados. Los tratamientos (selecci6n y ase-
rrado de las pepas en placas, corte, confecci6n y
pulido de los discos) se realizan en plantas 0
pequefios talleres familiares. Estas actividades
ocupan a alrededor de 2 000 familias, de ellas
1500 en Manta.
79
Los aserrines y los desechos molidos se uti-
lizan en la elaboraci6n de alimentos balancea-
dos para el ganado. Por otro lado, se utilizan
las hojas coma material de cubierta de las ca-
sas, el palmito es comestible, las fibras de la
base de las hojas sirven para fabricar escobas y
los estipites que se descomponen albergan lar-
vas comestibles de cole6pteros (Barford, 1991).
A inicios de 1993, las exportaciones anuales
eran estimadas en algo menos de 100000 li-
bras, es decir 44 toneladas. El ingreso estimado
es de 3,6 a 4,8 millones de US$.
De las semillas de Attalea colenda (palma
real) se extrae un aceite alimentario de uso do-
méstico 0 empleado en la industria jabonera.
Esta palmera crece en la regi6n costera, en las
zonas muy humedas a hiperhumedas. Las for-
maciones naturales "explotadas tienen el mismo
origen que las de Phytelephas y coma en el casa
anterior se observa, en los pastizales, unica-
mente algunos individuos adultos y ninguna re-
generaci6n (Balslev y Blicher-Mathiesen, 1991).
Las fibras de la base de las hojas de Aphan-
dra natalia (fibra) sirven para la confecci6n de
escobas. Aunque la tagua provee una fibra uti-
lizable con el mismo fin, Aphandra es la espe-
cie mas codiciada. Esta palmera crece en el sur
de la regi6n amaz6nica y se cosechan las fibras
tanto en plantas de bosque como en plantas
mantenidas en los pastizales. Por los cuidados
que se dan a la planta asi coma por las técnicas
utilizadas para favorecer una regeneraci6n na-
tural, se esta en una situaci6n intermedia entre
el cultivo y la recolecci6n en el sena de un siste-
ma silvopastoril. El ingreso obtenido mediante
la venta de las fibras supera ampliamente al
obtenido de la ganaderia bovina en la misma
superficie (Borgtoft-Pedersen, 1991).
Se explota también Ceroxylon andicola (pal-
ma de ramos), planta de la parte media de las
estribaciones exteriores de los Andes. Las hojas
j6venes que aun no se han abierto, de color
amarillo, son cortadas y con los foliolos se tejen
trenzas con motivos religiosos utilizadas el
domingo de ramos en toda la regi6n montafio-
sa. Se explotan las plantas riaturales y una
planta, a la que se le han retirado las hojas
centrales, tiene pocas probabilidades de sobre-
vivir, por eso, seglin conversaciones manteni-
das con habitantes de las estribaciones, esa
palmera tiende naturalmente a desaparecer.
Las fibras de dos especies sirven, la una,
Astrocaryum chambira (chambira), a la fabri-
80
caci6n de cesteria, bolsos, canastos y hamacas
de los indigenas de la regi6n amaz6nica, y la
otra, Astrocaryum standleyanum (mocora), a la
confecci6n de sombreros en la provincia de Es-
meraldas. En ambos casos, se trata de utiliza-
ci6n de formaciones naturales.
Otras palmeras sirven localmente para la
cubierta de las casas 0 la extracci6n de aceite
de uso doméstico, sin que tales usos alcancen
niveles similares a los observados en el casa de
las especies presentadas en este capitulo.
5.4 Paja toquilla -Cardulovica-
Los sombreros de paja toquilla, sumamente
flexibles y que estuvieron muy a la moda hasta
finales de la segunda guerra mundial, son teji-
dos con las fibras tomadas de una Cyclantha-
ceae de las formaciones secundarias de las zo-
nas humedas a hiperhumedas de baja altitud,
Cardulovica palmata. Se recogen las hojas j6-
venes aun no desplegadas y que son enriadas y
luego tejidas sobre un molde. El trabajo de la
fibra no se realiza en la zona de crecimiento de
Cardulovica. La planta es abundante en la
parte septentrional de la regi6n costera y los
artesanos mas renombrados trabajan en hlS
regiones de Jipijapa y de Cuenca.
La materia prima proviene de plantas sil-
vestres pero, en la regi6n muy humeda de San-
to Domingo-El Carmen-Los Bancos, se encuen-
tran numerosas plantaciones pequefias. Las
hojas j6venes se recogen al inicio de la estaci6n
lluviosa y se transportan a las regiones en que
seran trabajadas.
Estos sombreros fueron por largo tiempo el
unico producto elaborado exportado por el
Ecuador y, en 1946, participaron en un 20 % en
el total de las exportaciones. La competencia de
materias nuevas y los cambios de la moda han
relegado a este producto prestigioso a un pIano
secundario pero aun significativo, con ventas
en el exterior de algo mas de 5 millones de US$
en 1991,10 que represent6 el 1,7 % deI total de
las exportaciones.
5.5 Las quinquinas -Cinchona-
Las cortezas de diversas especies de Chin-
chona (quina) fueron el primer medicamento
Paisajes Agrarios deI Ecuador
conocido contra el paludismo. Este género
arborescente comprende numerosas especies
que crecen en los bosques siempreverdes de las
estribaciones medias; sobre todo en la parte
meridional deI Ecuador. Las quinquinas atra-
jeron rapidamente la atenci6n de las autorida-
des y de los cientificos y, después de la primera
descripci6n cientifica realizada por La Conda-
mine seglin notas de Jussieu en 1738, el rey de
Espafia envi6 a sus posesiones en América
Latina expediciones que multiplicaron los
descubrimientos de nuevas especies: Mutis, en
1772, Tafala en 1805-1806 (Estrella, 1991).
Spruce se interes6 también en este género .
durante su paso por el Ecuador en 1859-1860
(Spruce, 1908).
Dos especies son particularmente ricas en
quinina y han sido buscadas activamente. Cin-
chona succirubra (cascarilla dorada) y Cincho-
na ledgeriana (cascarilla amarilla). Como el re-
tiro de la corteza de las raices determina la
muerte deI arbol, ha habido que explotar for-
maciones cada vez mas alejadas. La aparici6n
en el mercado de antipaludicos de sintesis ha
disminuido considerablemente la demanda de
cortezas de quinquina y la recolecci6n es muy
limitada, a pedido de laboratorios farmacéuti-
cos en busca de nuevas moléculas.
5.6 Otros productos de recolecci6n
Entre los productos de recolecci6n que se
encuentran comunmente en el comercio, se
puede mencionar un producto de la regi6n
montafiosa, el mortiiio (Vaccinium div. sp.) y
un falso azafran que es la raiz de Escobedia
grandifiora (azafran 0 azafran de tierra), hier-
ba perenne de las vertientes medianas y bajas
externas de los Andes. En el valle muy seco deI
Chota, se recogen los frutos de Opuntia Soeder-
stromiana (tuna).
La regi6n calida provee muchas frotas reco-
gidas en las formaciones vegetales naturales:
.
Hylocereus polyrhizus (pitahaya) en los bosques
de la provincia de Esmeraldas, Caryodendron
orinocense (mani de arbol), Grias caulifiora (pi- •
to) 0 Pourouma sapida (uva) en la regi6n ama-
z6nica. En las zonas muy secas de la regi6n cos-
tera, se ha abandonado s610 recientemente la
recolecci6n de las fibras de las semillas de Cei-
ba pentadra (ceibo).
 Componentes deI paisaje II Pastos... 81

D PASTOS, GANADERiA BOVINA y CRiA DE OTROS ANIMALES

Sobre todo unidades

P21,22,33,31,32,33,34,35,36,
D23, 33, 37,
C44y T34
accesoriamente unidades
D31,32,34,35
C21, 31, 42, 43, 45,
T37, 43, 45, 43, 48, 50, 51 Y53

Introducci6n

Los pastos destinados al ganado bovino son la principal forma de utilizaci6n deI suelo: en 1991
y segu.n las estadisticas deI SEAN, ocupaban casi 50000 km 2 , es decir el 19 % deI territorio nacio-
nal y cerca deI 60 % deI espacio utilizado. Son inexistentes unicamente bajo ciertas condiciones
muy particulares (mapas B9 y BIO): las zonas selvaticas inhabitadas (Amazonia, el norte de la
regi6n costera, vertientes de los Andes), las tierras deI callej6n interandino destinadas mas a la
agricultura que a la ganaderia, las regiones sumamente secas de la llanura occidental (aunque alli
las formaciones herbaceas naturales sirven de pastizales estacionales extensivos) y las tierras
altas donde los paramos (alrededor de 15000 km 2 ) pueden ser utilizados por el ganado, pero mas
bien ovino que bovino. Salvo en el callej6n interandino, tal inexistencia se debe a factores deI
medio y no a una opci6n deliberada de los agricultores.

El ganado bovino representa algo menos de 4 millones de cabezas y, durante el decenio 1980-90,
aument6 regularmente en un 2,2 % anual (figura B7). En el decenio 1980, la producci6n anual de
carne bovina fue de aproximadamente 100000 toneladas. Las otras fuentes de carne son los pollos
(de 50000 a 60000 toneladas por aiio) y los puercos (50000 toneladas), mientras que las cabras y
ovejas no proveen sino un complemento reducido (6000 toneladas).

El consumo de carne bovina corresponde a una tasa de extracci6n que fluctua de manera al
parecer circunstancial entre 14,6 y 17,3 % (figura B7). La producci6n nacional cubre las
necesidades deI pais e incluso las supera y cantidades significativas de ganado pasan de con-
trabando a los dos paises vecinos donde los precios son mas atractivos. La producci6n de leche

Figura B7: Evoluci6n de indicadores deI sector ganadero 1980-90

Fuente: estadisticas deI Banco Central deI Ecuador

Escala de izquierda
4
4
- ~ ....
0---0
Poblaci6n bovina
(millones de cabezas)
•
3 ~~ 3 0--0 Animales sacrificados
• (millones de cabezas por ana)

2 2 ~ Producci6n de leche (miles

de millones de litros por ana)
.~ ..1

Escala de derecha

~
~ ..--e Litros de leche/dia/vaca

0 0
1980 1982 1984 1986 1988 1990
82 Paisajes Agrarios deI Ecuador

Millanes de litras par ana

1500

1000

Figura B8: Destino de la producci6n

500
lechera
Fuente: estadisticas MAG
O+-.--,--,---,----,----,---,----,----,--,r--,..--.---.---.-----,--,----j
1975 1980 1985 1990

D Cansumida par
el praductar . . Leche pasteurizada .
Transfarmada par
el productar Transfarmada
• industrialmente
..,ventade
'0, ',J; leche cruda

alcanza 1 500 millones de litros por aiio con una tasa de incremento anual deI 3,6 % entre 1980 y
1990 (figuras B7 y B8) -seglin la Asociaci6n de Ganaderos de la Sierra y deI Oriente (AGSO)-.
Mas de la mitad de ella (55 a 60 %) esta destinada a la alimentaci6n humana (figura B8),
utilizandose el resto para la alimentaci6n de los terneros. El consumo promedio anual seria de 75-
83 litros/habitante, valor c1aramente inferior a los 120 litros recomendados habitualmente. El
déficit cr6nico de leche implica importaciones anuales de leche en polya y permite un alza regular
deI precio de este producto, mas rapida en promedio que la deI precio de la carne.

La doble utilizaci6n deI ganado bovino, coma productor de leche y de carne, es el primer factor
de distinci6n entre los tipos de ganaderia. La gama varia desde explotaciones dedicadas a la
producci6n de leche donde la venta de becerros y vacas dadas de baja no representa sino deI 10 al
15 % de los ingresos, hasta propiedades que no proveen sino ganado de carniceria y donde la leche
sirve solo para criar a los terneros. Entre estos dos extremos se situa toda la diversidad de explo-
taciones de doble prop6sito que tratan de producir carne y leche en proporciones variables.

La variabilidad tanto de las condiciones fisicas coma de las condiciones socioecon6micas de los
ganaderos determina una gran variabilidad de los pastizales, de las razas bovinas utilizadas y de
los modos de producci6n empleados. Ademas de la producci6n de carne y de leche, la ganaderia
parece tener una funci6n social complementaria: en el casa de los pequeiios propietarios, la posesi6n
de ganado les da un cierto estatus; tratandose de los grandes propietarios, la ganaderia es signo de
ocupaci6n deI suelo 0 de perpetuaci6n de un modo de funcionamiento vinculado tradicionalmente a
la noci6n de poder. Por cierto, estos ultimos se han organizado en poderosos grupos de presi6n.

En este capitulo sobre los pastos, se describiran, en una secuencia l6gica, las limitaciones
responsables de la diversidad de los pastizales en si, el ganado utilizado, los alimentos disponibles
y la producci6n obtenida.

Los datos recogidos para la redacci6n de este capitulo son de calidad variable. El ultimo censo ..
bovino se remonta a 1974, y desde ese entonces se publican cifras sobre la evoluci6n anual deI
ganado basadas en extrapolaciones. Inc1uso las estadisticas establecidas con base en encuestas
son, seglin los autores de éstas, dudosas debido a una fuerte tendencia de los ganaderos a subes-
timar el numero de cabezas. El usa de nombres locales para los forrajes puede llevar a errores: por
ejemplo, la bibliografia, tanto extranjera coma nacional, seiiala que el «pasto miel» es Paspalum
dilatatum, pero se trata en realidad de una Setaria (S. sphacelata).

La informaci6n, sumamente dispersa, obtenida a través de entrevistas a los ganaderos 0 encon-

trada en publicaciones sobre casos locales no habria podido ser ubicada en el contexto regional si
no fuera por dos entrevistas con las asociaciones de ganaderos, la de la Sierra y el Oriente (AGSO,
 Componentes deI paisaje II Pastos... 83

en particular con Carlos Letort) y la de la Costa -Asociaci6n de Ganaderos deI Litoral (AGL, con
Manuel Baquerizo)-. En ambas asociaciones, la inscripci6n es voluntaria y la cuota correspon-
diente se basa en la producci6n lechera en la primera (AGSO) 0 es fija (AGL). Las asociaciones pro-
porcionan asistencia técnica y dan acceso a una cooperativa para cornpras de insumos. La primera
es mâs poderosa y mejor organizada. Retine a casi el 80 % de los ganaderos de su zona de influen-
cia mientras que la AGL s610 cuenta con 300 miembros (datos de 1993), pero en ambos casos, los
responsables, ademas de seguir la evoluci6n de la ganaderia en otros paises a fin de identificar las
mejoras que podrian trasladarse al Ecuador, conocen perfectamente los tipos de ganaderia practi-
cados en sus respectivas zonas.

Dos publicaciones generales sirvieron para apoyar las observaciones de campo: INIAP-
PROTECA, sin fecha y MAG-GTZ, 1991. En 10 que a producci6n lechera se refiere, informaciones
necesarias fueron encontradas en Lasso y Robayo, 1990, IDEA, 1990 Y De Walt et al., sin fecha.
Informaciones adicionales pueden ser conseguidas en documentos coma los numerosos folletos
editados por INIAP.

1 Las condiciones de la ganaderia pastizales de la regi6n montaftosa, los de los

1.1 Condiciones climaticas
1. La Zonificaci6n de las praderas
Las praderas para la ganaderia bovina se
encuentran bajo casi todas las condiciones
climaticas deI pais. Se pueden distinguir algu-
nas grandes zonas homogéneas esquemati-
zadas en el mapa BIO. De acuerdo con su com-
posici6n floristica, se pueden distinguir los
segmentos medianos y bajos de las vertientes
externas humedas y final mente los de las
partes bajas y câlidas. Estos ultimos pueden
aun subdividirse seglin la zona de humedad a
la que pertenecen. El perfil esquematico de la
figura BU representa la localizaci6n de los
principales tipos de praderas. Esta zonificaci6n
corresponde parcialmente a los diferentes tipos
de ganaderia encontrados, y el cuadro B5
resume las caracteristicas de la ganaderia
bovina en las diversas zonas.

Region calida Piedemonte de las Axonopus Leche si en zona de

vertientes andinas scoparius recoleccién, sine carne Bajo a mediano
Pequeiias et Axonopus
Zona hiperhûmeda Centro de la cuenca micay
medianas
de Esmeraldas
Carne Bajo
Pennisetum
Llanura amazénica purpureum

Zona muy hûmec1a Regién de Medianas Pennisetum Carne y leche Bajo a alto
Santo Domingo y grandes purpureum

Sobrante de la regién Grandes,

Zona. hûmeda-seca Iitoral exceptando la medianas et Panicum Carne, raramerlte leche Bajo a mediano
zona muy seca pequeiias maximum

• Peninsula de Santa Vegetacién

Zona muy seca Elena y Loja Grandes natural Carne Bajo

Region serrana Setaria

Zonas hiperhûmeda Pequeiias y sphacefara
• y muy hûmeda
Vertientes exteriores
medianas Mefinis
Leche y carne Bajo a mediano
minutiflora

Pennisetum
Zonas muy hûmeda Cuencas internas Medianas cfandestinum Leche Bajo a alto
y hûmeda y pequeiias Loliumsp
Trifoliumsp

Zonas hiperhûmeda Partes altas = Grandes y Vegetacién Carne Bajo

y muy hûrr,eda 'Paramos" medianas natural Toros de Iidia Alto

Cuadro B5: Localizaci6n y caracteristicas de los tipos de ganaderia bovina en Ecuador

84 Paisajes Agrarios deI Ecuador

l -
, 1pastosl

/ ,

:: '- r ::;
\
\

1
1

./'-,JI Limite superior dei pise càlido

/
- )
~ ; •• Principales ciudades

~ Carreteras principales

o 100 200 km

NB : Los lImites de las zonas de humedad

no estan representados

Pastos predominantes Pastos secundarios

Sin ve etaci6n natural notable
Asociaci6n con plantaciones permanentes
Unidad T34
Asociaci6n con cultivos anuales
Unidades P22, 23, 35, C44
Sin cultivos asociados Unidades P21, 33, 36
Presencia secundaria de ve etaci6n natural
Asociaci6n con plantaciones permanentes y
cultivos anuales Unidades P31, 32, 037, 38
Asociaci6n con cultivos anuales
Unidad 023
Sin cultivos asociados Unidad P34
-::..::..:--=-,,-e.::-t::::a::::c:.=i6n natural notable
Asociaci6n con plantaciones permanentes y
cultivos anuales Unidades T37, 51
Asociaci6n con plantaciones permanentes
__ Unidades T43, 45 46,48,50,53
r i Asociaci6n con cultivos anuales
L------.J Unidades C21, 31, 42, 43, 45
P!!§encia importante de va etaci6n natu~
Asociaci6n con plantaciones permanentes y
D cultivos anuales Unidades 0 31,32,33,34
Asociacion con cultivos anuales
D Unidad 035

Figllra B9: Mapa de las unidades cartogrâficas con pastizales

Componentes dei paisaje II Pastos ... 85

80 0 W

astos 1

/ ,

f' -
1

Limite superior dei pise calido

/
)
Limites de las zonas
de humedad

Principales ciudades

Carreteras principales

o 100 200 km

Region calida c\ 90'W

Zonas hiperhumedas; predominio de
gramalote (Axonopus scoparius)
Zonas muy humedas; predominio de O'
pasto elefante (Pennisetum purpureum)

o Zonas secas y humedas; predominio

de pasto saboya (Panicum maximum)

o
Region serrana

Pastizales de las vertientes exteriores humedas Q'

o Pastizales de·las cuencas intraandinas

Figura BIO: Mapa simplificado de los principales tipos de pastas

 5 000 m altitud

4 000
Regi6n castera Regi6n amaz6nica
3 000

2 000

1 000

OJ-----==----=========::::::::.---:-~~-____+_-+------+_+_-+___+____:_______;_---=====
Piso minerai
Paramo ---------------~~---7___7-------~
,-, - _ 1 - 1
---+-----tl-o 1 __ 1
Holcus + Trifolium repens
Dactylus + Trifolium repens
Lolium + Trifolium pratense
Pennisetum clandestinum
- - - - - + - - - - + - 1-

~
1
1
1

1
1
--.---------r-
1 1

1
---------
-
-
-:
1

1
i
-... 1 1

1
1

:
1 1 1 1
Medicago sativa 1 1 1 1
1 1 1 1
Melinis minutiflora 1 1 1 1
Setaria sphacelata -------
1 1
- - 1- r - . - - - . - - - - , - - - - - , - - - - - - - - - - - . - - - , - - -
1 1
1 - , - - - - - - , - -1; - I1- - -1- < _
Pennisetum purpureum
Panicum maximum -----1------------;----;----;----;----:-:--;- -------i:---+-----i:---j-: -i--- - - - - - - - -
Brachiaria humidicola - - - - - ; ----7-----'-----'----'-;--'----- : -~--~:-+-:----<p..- -------_
Axonopus scoparius + micay------ 1 --:-~--~'- ~'~~--p..--------
Cynodon plectostachyus 1
1 1
1
Andropogon bicornis 1 1

Vegetaci6n natural seca ----------------r------r------r-+-------;--i-------- 1

1

1 000 4 000 4 000 3 000 3 000 4 000 4 000 1 000 m altitud

Figura 811: Perfil esquematico Este-Oeste con la ubicaci6n de los principales tipOS de pastos

• • •
 Componentes deI paisaje II Pastos... 87

Se observara que las precipitaciones anua-

Zona muy seca 10-11 366 0,5
Zonaseca 8-10 11478 16,0
Zona humeda 4-8 20155 28,3
Zona muy hUmeda 1-4 16370 22,9
Zona hiperhumeda 0 23146 32,4
Cuadro B6: Superficies de las unidades cartogni-
ficas P (pastos) seglin las zonas de humedad
1.1.b. Estaci6n seca y disminuci6n de la
producci6n de forraje
• Los pastizales se encuentran en diversas
zonas de humedad. La planimetria esquematica
de las unidades deI mapa de distribuci6n de las
praderas seg(m dichas zonas, permiti6 obtener
los valores presentados en el cuadro B6.
Mas de la mitad de las superficies de las
unidades que contienen praderas se encuentran
en zonas donde la duraci6n de la estaci6n seca
no supera los 4 meses. Una fracci6n lige ra-
mente inferior debe soportar periodos de déficit
hidrico que pueden alcanzar, maximo, alrededor
de 10 meses. Siendo 6ptima la producci6n de
forraje solamente cuando la humedad deI suelo
se mantiene cercana a su capacidad maxima de
almacenamiento, el ganado ya no dispone de la
misma cantidad de alimento des pués de un
periodo de mas de 15 dias sin lluvia. En las
praderas de las zonas secas de la regi6n monta-
nosa, el déficit de forraje ha sido estimado en 30
a 35 % de la producci6n normal (Molina, 1978).
El estudio de la producci6n de Panicum maxi-
mum en diferentes sitios de la regi6n costera
(Huttel, 1981) permiti6, en el casa de los verti-
soles, elaborar el cuadro B7.
les influyen en la producci6n de materia seca,
pero que otros factores pueden reducirla en
condiciones climaticas aparentemente favora-
bles (Pedro Carbo comparado con Canuto y Ses-
me). La distribuciôn de las lluvias a 10 largo deI
ano es uno de esos factores (ver figura B12),
aunque también la estructura de la formaciôn
vegetal (densidad de matas de Panicum, mIme-
ro promedio de tallos por mata, etc.. ). La pro-
ducci6n, ya relativamente limitada, es, ade-
mas, parcialmente desperdiciada pues el gana-
do consume maximo un 80 % Y minimo un
40 % (Huttel, 1981).
Seg11n su grado de tecnicidad, las diversas
formas de ganaderia recurren a soluciones
diferentes para resolver el problema deI déficit
estacional de forraje. Yendo deI mas rUstico al
mas sofisticado, se pueden mencionar los
siguientes modos:
• conservaci6n, todo el ano, de una carga ani-
mal adaptada a las peores condiciones (en
estaci6n sin lluvias, pastoreo de paja seca en
pie);
• venta deI ganado excedentario al finalizar la
estaci6n humeda y reducci6n deI hato para
ajustarlo a las pocas posibilidades de alimen-
taci6n en los pastos secos;
• utilizaci6n, dentro de la misma propiedad, des-
de las lomas en estaci6n lluviosa a de los bajos
Figura B12: Relaci6n producci6n/pluviometria en
pastizales de Panicum maximum
Fuente: Huttel, 1981
Crecimiento kg/ha/dia o Viche n =66
A -t Sesme r= 0,544
60 CICanuto
x Pedro Carbo
6 Isla de Bejucal
• Chongon

40

Viche 1357 4026

Isla de Bejucal 1 192 4226
Pedro Carbo 728 1 113
20
Canuto 669 3007
Sesme 645 3669
Chongon 393 75
•
o
Cuadro B7 : Producci6n anual de pastos de Pa-
nicum maximum (saboya) seg11n las precipi- Precipitaciones mm/dia
x
taciones 1 1 i

Fuente: Huttel, 1981 o 10 20

* Segun el cuadro, la superficie total seria de mas de 7000000 hectareas, mientras que los organismos
oficiales (SEAN, MAG) dan valores muy inferiores. Sin embargo, se observara que la planimetria incluye
zonas representadas por unidades D (frentes pioneros), C (cultivos anuales) y T (cultivos permanentes)
donde los pastizales estan presentes pero no representan sino una fracci6n reducida, variable e indetermi-
nada de la superficie de cada unidad cartografica.
88 Paisajes Agrarios deI Ecuador

en estaci6n seca; migraciones mas lejanas son época seca. Alli se encuentran gramineas tales
menos corrientes: desde las zonas secas de la coma Erioehloa polystaehya y Leersia hexan-
llanura hasta el piedemonte siempre humedo, dra. Actualmente, se han convertido en arroza-
o en las vertientes deI Sur (Gondard, 1983); les con trasplante en estaci6n seca.
• aporte de forraje, fresco 0 heno, adquirido en
otras zonas, 0 de alimentos balanceados; Las grandes zonas inundables tienen una
• riego, habiendo sustituido progresivamente el fisionomia variada, siendo sobre todo la parte
riego por gravedad al riego por aspersi6n con tierras adentro deI estuario deI rio Chone las
can6n 0 pivote. que puedes considerarse coma pastizales. Alli se
planta Erioehloa polystaehya y Braehiaria mu-
1.2 Condiciones edaficas tiea, proveedoras de un buen forraje que el ga-
nado va a buscar a nado. Los mayores estanques
Como la ganaderia se practica en todo el son utilizados en la estaci6n lluviosa coma
pais, se la encontrara en suelos muy diversos, piscina de engorde de un pez anfibio, el chame
algunos de los cuales pueden tener efectos (Dormitator latifrons)*. •
negativos.
Circunstancialmente, se pueden mencionar,
Los suelos compactos y superficialmente .en estaci6n seca, las trampas para alimanas
acidos de las antiguas formaciones sedimenta- que constituyen las grietas de los suelos arcillo-
rias de la regi6n costera (formaci6n Balzar) no sos con montmorillonita (vertisoles) en los que
soportan las especies forrajeras que se adaptan el ganado puede llegar a romperse las patas.
Dien a suelos mas ricos, y unicamente Andropo-
gon bieornis puede producir una cantidad apre- 1.3 Condiciones socioecon6micas
ciable de forraje.
Al igual que en el casa de muchos productos,
En el Sur de los Andes, donde no existe la existencia y la accesibilidad de un mercado
cobertura de cenizas vo1canicas, los suelos son condicionan el tipo de producci6n. En el casa de
frecuentemente acidos. En este casa particular, la ganaderia, ese factor incide en el paso de la
y cuando la estaci6n seca se prolonga (mas de producci6n de carne a la lechera. La tendencia
6-8 meses), los pastizales estan formados por a este cambio es fuerte pues la producci6n de
una cobertura graminea baja y rala de Paspa- leche permite obtener ingresos constantes y
lum humboldteanum (tapa-tapa). asegurados (importante déficit de leche en el
pais) mientras que la venta de carne es circun-
En la Amazonia, las fuertes y constantes stancial y menos rentable. En un inicio, la
precipitaciones serian a priori un factor favo- leche, alimento de delicada conservaci6n, era
rable a la producci6n de forraje, pero las carac- comercializada s610 si su producci6n se reali-
teristicas de los suelos son limitantes. Estos zaba a proximidad inmediata de un mercado
pueden, a grosso modo, dividirse en suelos anti- urbano. Mas alla debia ser transformada en
guos lixiviados y acidos (ferraliticos) y en suelos queso (fresco, prensado 0 salado) para soportar
recientes aluviales con cenizas vo1canicas (alu- el tiempo de transporte. La generalizaci6n de
viales andicos). En el primer caso, la poca ferti- turnos de recolecci6n de la leche dos veces al
lidad quimica de los suelos limita la utilizaci6n dia en la regi6n andina ha permitido la exten-
pastoral de las tierras, y en el segundo, el piso- si6n de la ganaderia lechera. Recientemente,
teo transforma los pastizales en lodazales tales turnos, aunque una sola vez por dia, se
debido a un drenaje insuficiente. han extendido a las vertientes externas de los •
Andes a 10 largo de las principales vias de
Los pastos de las partes bajas inundables de comunicaci6n (Baeza en la vertiente oriental;
la regi6n costera (P36) son un casa particular Los Bancos, Alluriquin, Pedro Vicente Mal- •
que se encuentra, en superficies reducidas, en donado en la vertiente occidental).
toda la llanura deI Guayas (bajios). Esas peque-
nas depresiones que acumulan agua en la esta- Por otro lado, el capital disponible y el
ci6n lluviosa eran utilizadas coma pasto de acceso a la tecnologia son otros factores que
* El«chame» de la familia de los Gobiideae 0 Eleotridae es un pez de agua dulce, salobre 0 salada de los es-
tuarios deI Pacifico, desde el sur de California hasta el norte deI Peru. Es capaz de respirar a través de una
macula muy vascularizada situada en la parte dorsal de su cabeza. Los peces javenes son capturados en las
piscinas camaroneras 0 en el estuario vecino y colocados en los charcos naturales 0 artificiales donde su cre-
cimiento es mas rapido que en condiciones naturales. Alli se alimentan de plantas flotantes (Eichhornia y
Pistia) 0 sumergidas (Ceratophyllum) y alcanzan su tamaiio comercial en 5 a 8 meses (Bonifaz et al., 1985)
 Componentes deI paisaje II Pastos...
determinan el tipo de ganaderia practicado. La
mayoria de ganaderos que manejan su explota-
ci6n adecuadamente desde varios aiios atras,
son personas que han podido, durante sus
estudios, visitar ganaderias en otros paises.
Las transformaciones necesarias para la
obtenci6n de buenos rendimientos requieren
disponer de un capital, ya sea para invertir 0
para apoyar una solicitud de crédito, por 10 que
una cria de animales bien manejada se limita
a propietarios de grandes y medianas explota-
ciones. Sin embargo, la difusi6n de una gana-
deria lechera en las explotaciones mixtas de
tamaiio reducido ha sido favorecida por la
recolecci6n cotidiana de leche y el mejoramien-
to genético de los rejos.
Finalmente, coma la mayor parte de los
ganaderos hoy en dia son herederos de las pro-
piedades y deI ganado de sus padres, el interés
que se ponga en esa actividad dependera de la
voluntad deI heredero. La ganaderia es la
explotaci6n que mejor se presta al absentismo
de los propietarios que ejercen otra profesi6n.
Encargan la explotaci6n a un empleado de con-
fianza y se contentan con un rendimiento
mediocre.
2EIganado
2.1 Diversidad
A partir de un hato basico, bastante homo-
géneo, resultado de la adaptacion de los prime-
ros bovinos introducidos por los espaiioles, la
diversificaci6n se ha orientado hacia una espe-
cializaci6n seglin la producci6n buscada, carne
y/o leche. Se puede mencionar también una
ganaderia mas marginal, la practicada por
algunas haciendas de tierras altas de la regi6n
montaiiosa, de toros de lidia, cuyos primeros
genitores fueron animales importados de
Espaiia e indultados en corridas realizadas en
el Ecuador.
2.1.a Ganado «criollo»
fi
En las dos grandes regiones deI pais, la
•
ganaderia tradicional, que existia hasta inicios
de siglo, trabajaba con una raza desarrollada
localmente a partir de ganado europeo (Bos tau-
rus) traido por los espaiioles al momento de la
colonizaci6n. Dicha raza, que se ha tornado
muy rUstica, es poco diferente entre la regi6n
montaiiosa y la llanura costera. Estaba perfec-
tamente acostumbrada a las condiciones loca-
les, podia alcanzar 700 kg en 5 6 6 aiios y pro-
89
veer hasta 10 litros de leche por dia en periodo
de lactancia.
La «racionalizaci6n», por parte deI poder
central, deI uso deI espacio agricola nacional ha
conducido a una especializaci6n, mediante la
introducci6n de razas especificas: la regi6n
andina en ganaderia lechera y la regi6n costera
en producci6n de carne.
2.1.b Ganado lechero
Es a finales de la segunda guerra mundial
cuando el Ecuador comienza a introducir razas
europeas productoras de leche. La raza mas di-
fundida es la frisona (Holstein) importada ini-
cialmente de los Estados Unidos. Casi siempre
se la utiliza cruzada en 7/8 con ganado «criollo» y
es la favorita pues ha revelado ser muy adaptada
a todas las altitudes deI Ecuador. La segunda en
importancia es la suiza parda (Brown Swiss) que
no se ha adaptado a alturas importantes ni al
fuerte calor, prefiriéndose utilizarla a una alti-
tud mediana. La Jersey seria la tercera raza en
importancia pero su incidencia es totalmente
circunstancial.
2.1.c Ganado de carne
La raza por excelencia para la producci6n de
carne en las regiones calidas es la Brahma,
llamada cornunmente cebu y existe en el pais
desde hace aproximadamente 40 aiios. Se trata
de cebues de la especie Bos indicus y la raza
comtin en Ecuador, la Indo-Brasil proviene deI
cruce de Gir x Kangej realizado en los Estados
Unidos a partir de ganado deI Brasil. Reciente-
mente, ganaderos u organismos ecuatorianos
han introducido animales de Centroamérica 0
variedades de las Indias (sobre todo razas
Guzerat, Ongole y Gir). Este ganado provee
poca leche pero se adapta bien al calor, a una
alimentaci6n rustica y es resistente a las enfer-
medades y parasitos. Los cebues, que en su
pais de origen son animales de tiro, no son
empleados para el trabajo. Los Brahmas se
utilizan ya sea en raza pura 0 cruzados con el
ganado «criollo».
En las zonas mas humedas se pueden encon-
trar algunos ejemplares de otras tazas: Santa
Gertrudis, Charolais, Simmenthal, Normande.
Éstas son igualmente cruzadas con.ganado
«criollo» para aumentar un tanto su rusticidad.
Cruces en proporciones variables con la raza
frison a (Holstein) producen un ganado de doble
producci6n, leche y carne. Una vaca FI Frisona
90
x Brahma puede proveer una decena de litros
de leche diarios. El croce con la Brown Swiss es
menos comlin.
Menos de 10 ganaderias de la regi6n costera
utilizan bUfalos asiaticos (Bubalus) para pro-
ducir came y en este casa tampoco se los hace
trabajar. Una pequena manada introducida en
la regi6n amaz6nica no suscit6 interés alguno.
Divaga en semi-libertad a los largo de las orillas
de los rios Coca y Napo, mientras que experien-
cias similares en el vecino pais de Peru han
dado buenos resultados.
2.2 Seguimiento deI ganado
Para obtener una importante producci6n por
animal (de came, de leche 0 en reproducci6n) se
requiere un seguimiento veterinario, el cual es
funci6n de la tecnicidad de la ganaderia.
2.2.a Reproducci6n
En las ganaderias mas rusticas, el hato es
mezclado y la reproducci6n se realiza al azar sin
seguimiento ni control. Las ganaderias de
engorde medianamente tecnificadas separan los
sexos y utilizan de la mejor manera sues) toro(s)
para obtener un pico de reproducci6n al inicio de
la estaci6n lluviosa y perpetuar las caracteris-
ticas interesantes descubiertas en los genitores.
La inseminaci6n artificial es algo u tilizada
en la ganaderia de carne pero es sistematica en
las explotaciones lecheras y de doble produc-
ci6n. Las explotaciones mas modernas practi-
can incluso el trasplante de embriones. Para
ser eficaces, estas técnicas de reproducci6n
deben acompanarse de la separaci6n de los
sexos y hasta de la eliminaci6n de los toros, de
un riguroso seguimiento de los periodos de celo
asi coma de un buen estado sanitario de las
vacas. El trasplante embrionario es muy reco-
mendable pero poco practicado, incluso en las
explotaciones mas modernas.
En la ganaderia lechera, los j6venes terne-
ros son utilizados para estimular la producci6n
de leche de sus madres, pero son alimentados
con leche s610 en las explotaciones poco tecnifi-
cadas. En las demas, antes de pasar al forraje,
se los alimenta con sustitutos de leche comple-
tados con alimentos balanceados.
2.2.b Enfermedades y parasitos
Solamente las explotaciones tecnificadas
recurren a los servicios de un veterinario, ya
Paisajes Agrarios deI Ecuador
sea permanente, cuando el tamano de la explo-
taci6n 10 justifica, 0 peri6dico.
Las tres enfermedades principales son la
brucelosis, la leptospirosis y la fiebre aftosa.
Las dos primeras son relativamente graves
pues provocan aborto y esterilidad en las vacas.
Son facilmente controlables con vacunaci6n. La
tercera no alcanza, en el Ecuador, niveles alar-
mantes (existencia de solamente dos razas deI
pat6geno, epidemias de poca intensidad) no es
controlada sino por presi6n de los paises
vecinos.
Otras enfermedades secundarias afectan
sobre todo al ganado de la regi6n costera:
mamitis de las vacas lecheras, despeadura
en estaci6n lluviosa y, circunstancialmente,
rabia transmitida por los vampiros.
En la Sierra, los parasitos internos (pulmo-
nares, intestinales y hepaticos) predominan
sobre los externos que son mas importantes en
las zonas calidas (garrapatas y gusanos de la
piel «nuche» = larvas de Dermatobia). Los in-
ternos son muy mal controlados y provocan
pérdidas de apetito y descenso de la produc-
ci6n. Para evitar estos problemas se recomien-
da una desparasitaci6n hasta tres veces al ano.
Los pequenos ganaderos reemplazan a menudo
tal practica con una purga por exceso de saI 0
agregaci6n de sulfatos a la dieta, 10 cual no
seria eficaz sino con los parasitos intestinales.
Los parasitos externos debilitan igualmente a
los animales, danan su piel y los ganaderos
conscientes deI problema aplican tratamientos
mediante pulverizaci6n, banos de aceite 0 de
insecticidas fosforados. Ademas, las garrapatas
pueden transmitir los agentes de enfermeda-
des infecciosas (Babesia en el casa de la piro-
plasmosis y Anaplasma en el de la anaplas-
mosis).
En el casa de suelos acidos y de cornpIemen-
tos minerales inadecuados, algunas carencias •
pueden provocar trastornos de mineralizaci6n
de los huesos.
2.3 Carga animal
Se trata deI numero de cabezas de ganado
que se alimentan en una hectarea de pastos y
es muy variable. En la Sierra, va de 1 a 6 ani-
males por hectarea. Las menores cargas se en-
cuentran en los paramos y en las praderas de
Holcus + Trifolium pratense que soportan coma
maximo 1,5 animal por hectarea. Las tradicio-
nales praderas de Lolium presentan una carga
Componentes deI paisaje II Pastos...
de 3 a 4 cabezas por hectarea y se puede llegar
a cifras de 5 06 si se aportan complementos de
alimentacion.
Las vertientes andinas tienen cargas que
pueden alcanzar 2 animales por hectarea en los
mejores casos, pero los mas corn unes son
valores cercanos a 1.
En la regi6n amaz6nica, las condiciones no
son muy favorables para la ganaderia y ésta es
muy poco tecnificada. Rara vez las cargas por
hectarea llegan a 1.
Es en la Costa donde la gama de valores es
mas amplia. El minimo seria inferior a 0,1 en
la peninsula de Santa Elena, zona muy seca a
arida donde el ganado no dispone sino de gra-
mineas estacionales y de ramos de legumino-
sas. En el otro extremo, se pueden mencionar
cargas de hasta 9 animales por hectarea en
pastizales regados, cortados y con aportes
complementarios de alimento (hacienda «Chi-
veria»). Las cifras promedio en esta regi6n
serian de 2-3 en las explotaciones lecheras y
de alrededor de 1 en el caso de la ganaderia
productora de carne.
El promedio nacional se situa aproximada-
mente en 1, valor sumamente bajo debido tal
vez a la subestimacion de la cantidad de gana-
do existente, pero 10 mas Inquietante es cons-
tatar que esta carga practicamente no ha
variado, 10 que indicaria una seria dificultad
de mejorar el rendimiento de la ganaderia a
nivel nacional.
3 La alimentaci6n deI ganado
3.1 Pastizales
Todos los estudios sobre la ganaderia 0 la
utilizaci6n de los suelos en el Ecuador hacen
referencia a dos grandes tipos de pastizales, los
naturales y los artificiales. En la mente de las
personas que utilizan esta distinci6n s610 rara
vez se consideran los criterios genéticos que
implican tales términos.
Se debe entender por pastizal natural una
formacion herbacea, de origen natural 0 artifi-
cial, instalada varios anos atras y degenerada.
Este tipo presenta una serie de caracteristicas
que revelan un mal manejo: falta de divisiones
o divisi6n en parcelas grandes, falta de plantas
forrajeras de alta productividad, abundancia de
adventicios, falta de trabajos como cortes de
91
igualacion, dispersion de las bostas, aportes de
abono. Va de la mano con hatos mal manejados,
carga animal baja y produccion reducida.
De manera opuesta, un pasto artificial es
una pradera, en este caso siempre de origen
antropico, en la que se encontraran las carac-
teristicas contrarias y un hato mejor cuidado y
mas productivo. Si el pasto llamado natural es
propio de ciertas explotaciones de carne, los
pastizales artificiales se encuentran a nivel
tanto de la produccion de came como de la de
leche.
Si se quiere dar a las palabras su verdadero
sentido, se puede decir que en el Ecuador los
pastos son artificiales con dos grandes excepcio-
nes: los paramos 0 praderas naturales de altura
y las sabanas, a veces con bosques 0 arboles
dispersos, estacionalmente verdes, de las partes
mas secas de la regi6n costera. En todos los
demas casos, la vegetaci6n climacica era forestal
con una incidencia muy limitada de las especies
herbaceas, y no es sino después deI desmonte
cuando pudo instalarse una cobertura grami-
nea, espontanea 0 plantada por el hombre.
3.1.a Plantas utilizadas
Las figuras B13 y B14, al igual que el corte
esquematico (figura Bll) presentan la lista de
la mayoria de plantas forrajeras deI pais, asi
como su reparticion seglin los dos factores pri-
mordiales, altitud y humedad.
En la Costa (figura B13), al menos el 90 %
de las praderas son de Panicum maximum
(saboya, paja chilena, guinea, cauca). Esta gra-
minea introducida de Âfrica deI Este compren-
de, en el Ecuador, algunas variedades diferen-
ciadas por su altura, el grosor de los tallos y el
ancho de las hojas. En las zonas humedas pre-
dominan las variedades robustas de tallo grue-
so y hojas anchas «<comun») 0 de tallos y hojas
mas finos y mas tiernos «<pichilingue»). Las
variedades de menor altura se encuentran en
las zonas mas secas. El éxito de Panicum maxi-
mum se debe a su excelente resistencia al pas-
toreo, al pisoteo, a las enfermedades y a las pla-
gas, al fuego y a la sequia. Su producci6n es
satisfactoria tanto en masa verde como en ele-
mentos nutritivos. Gracias a su crecimiento en
matas, permite un facil control (manua1) de las
adventicias y puede asociarse facilmente a legu-
minosas tales como Centrosema, Pueraria y Des-
modium. Es posible ademas asociarla a grami-
neas de porte postrado (Brachiaria, Cynodon)
que ocupan los espacios entre las matas. Los
92 Paisajes Agrarios deI Ecuador

Figura B13: Repartici6n de las principales plantas forrajeras de la zona calida de

acuerdo con el ntimero de meses secos
Nombres comunes sacados de Benitez, 1980
0 2 4 6 8 10 12
Gramfneas importantes
Axonopus sp Micay, Gramalote
Pennisetum purpureum Elefante
Melinis minutiflora Pasto gordura
Panicum maximum Pasto saboya
Gramfneas secundarias
Echinoch/oa po/ystachya Pasto Aleman
Brachiaria humidico/a Brachiaria
Setaria sphace/ata Pasto miel
Paspa/um fascicu/atum Gramalote
Tripsacum /axum Pasto Guatemala
Cynodon dacty/on Pasto Bermuda
Ch/oris gayana Pasto Rhodes
Digitaria decumbens Pangola •
Cynodonpœctosœchyus Pasto estrelia
Pennisetum ciliare Pasto buffel .
Andropogon bicomis Yaragua
Brachiaria mutica Pasto Para
Erioch/oa po/ystachya Pasto Janeiro Sitios inundables

Leguminosas importantes
Desmodium sp Pega pega
Leguminosas secundarias
Pueraria phase%ides Kudzu
Sty/osanthes guyanensis AIIalfa tropical
Leucaena g/auca Leucaena
Ca/apogonium mucunoides Rabo de iguana
Centrosema pubescens Centrosema

UnICOS inconvenientes que presenta son la
intolerancia frente a la inundaci6n, la baja
capacidad germinativa que obliga a menudo a
plantarla por esquejes (operaci6n costosa) y,
en las variedades mas resistentes a la sequîa,
la importante pilosidad -la que puede inco-
modar al ganado-.
La segunda posici6n es ocupada por un con-
junto de gramîneas comunes de las zonas muy
htimeda e hiperhtimeda. En las zonas mas hti-
medas de la regi6n oriental, deI piedemonte occi-
dental de los Andes y de la parte norte de la
regi6n litoral, predominan Axonopus scoparius
(gramalote) y Axonopus micay (micay). Son
gramîneas de tallos caidos y rastreros, que se
arraigan en los nudos produciendo otros tallos
erguidos. Su principal caracterîstica comtin es
un muy elevado contenido de agua (90 %) y, por
10 tanto, un bajo valor alimentario (8 % de pro-
teînas totales). Ademas, estas dos especies son
facilmente atacados por larvas de hom6pteros
que provocan el «salivazo» y por gomosis bacte-
rianos que reducen considerablemente su pro-
ducci6n. Son igualmente muy sensibles al piso-
teo y la técnica usual de pastoreo al sogueo -ver
mas adelante "Los modos de utilizaci6n de los
pastos"- implica largos periodos de reposo entre
dos pastoreos, de 100 a 120 dîas. La ventaja deI
sobrepastoreo es que el ganado come también las
hojas de la base de los tallos controlando asî el
«salivazo». Cada vez mas, los Axonopus son
reemplazadas por especies mas productivas
coma Brachiaria humidicola, por ejemplo. En
una franja intermedia entre la zona de Axono-
pus y la de Panicum maximum, se encuentra con
bastante frecuencia Pennisetum purpureum-
pasto elefante. Esta gramînea de porte similar al
de los Axonopus soporta una corta estaci6n seca
y provee un alimento mas rico a condici6n de
utilizarlo antes de la floraci6n.
Finalmente, en la zona baja y calida, algu-
nas gramîneas ocupan ciertos lugares particu-
lares, como zonas inundables y suelos acidos
(ver parte «Condiciones edaficas» en B II 2.2) Y
otras gramîneas son segadas (ver mas adelante
la parte «Los modos de utilizaci6n de los pas-
tos» en B II 4.1.c).
Las partes bajas de las vertientes andinas "
presentan algunos pastizales originales. En las
zonas mas htimedas se emplea comtinmente
Setaria sphacelata (pasto miel) y, en las regio-
nes con una estaci6n seca, predomina Melinis
minutiflora (pasto gordura). Esta tiltima gra-
mînea no es muy apreciada pues darfa un sa-
bor desagradable a la leche. Los pastos mal ma-
nejados de las vertientes mas secas de la regi6n
austral presentan una cobertura baja de Pas-
 Componentes deI paisaje II Pastos... 93

Figura B14: Reparticion de plantas forrajeras de acuerdo con la altitud

Nombres comunes sacados de Benitez, 1980

a 1000 2000 3 000 4000m

Gramrneas importantes
Axonopussp Micay, Gramalote
Panicum maximum Pasto saboya
Pennisetum purpureum Elefante
Melinis minutiflora
Pennisetum c/andestinum
Pasto sordura
Kikuyo . ....
Lolium multiflorum Ray grass italiano
Lolium perenne Ray grass inglés ....
• Avena byzanthina Avena forrajera
Festuca pratensis Festuca de los prados
Gramrneas secundarias
Digitaria decumbens Pangola
Cynodon p/ectostachyus Pasto estrella
Tripsacum /axum Pasto Guatemala
Echinoch/oa po/ystachya Pasto Aleman
Paspa/um fascicu/atum Gramalote
Andropogon bicornis Yaragua
Pennisetum ciliare Pasto buffel
Setaria sphace/ata Pasto miel
Ch/oris gayana Pasto Rhodes
Cynodon dacty/on Pasto Bermuda
Eragrostis curvu/a Pasto lIor6n
Ho/cus /anatus Holco
Agropyron sp Agropiro
Poa pratense
Agropyron e/ongatum
Arrhenatum e/atius
Poa de los prados
Agropiro alargado
Avena
-
Bromus inermis Cebadilla perenne
Festuca rubra Festuca roja
Pha/arissp Falaris
Festuca arundinaceae Festuca alta
Agrostis a/ba Agrostis
Bromus catharticus Cebadilla criolla
Dactylis g/omerata Pasto azul
Festuca ovina Festuca ovina ~

Leguminosas importantes
Desmodium sp Pega pega
1

Medicago sativa Alfalfa

Trifolium repens Trébol blanco
Vicia sativa Vicia comun
Trifolium pratense Trébol rojo
Leguminosas secundarias
Leucaena g/auca Leucaena
Sty/osanthes guyanensis Alfalfa tropical
Ca/apogonium mucunoides Rabo de iguana
Pueraria phase%ides Kudzu
Melilotussp Meliloto ....
Lotus cornicu/atus Loto corniculado
Coronilla varia Coronilla
Trifo/ium hybridum Trébol hrbrido
Trifolium incamatum Trébol encarnado

palum humboldtianum (tapa-tapa), graminea
poco productiva.
En la region andina, los dos tipos de pastos
predominantes son las praderas mixtas de ray
grass <Lolium multiflorum y L. perenne) y las de
kikuyo (Pennisetum clandestinum). El kikuyo
era, al momento de su introducci6n en los aftos
1940, la planta forrajera milagrosa para la
Sierra, pero actualmente las opiniones son mas
matizadas. Aunque provee un buen pasto hasta
aproximadamente los 2800 m.s.n.m. (en algu-
nos casos con riego), debe proscribirse en alti-
tudes superiores debido a su sensibilidad a las
heladas. Se ha extendido fuera deI callej6n
interandino, formando hermosos pastizales en
las vertientes exteriores hasta alrededor de los
2000 m de altitud. Si es bien manejado, es decir
94
con tallos erguidos, puede ser asociado al tré-
bol. Por sus tallos rastreros, forma una espesa
cobertura que protege bien al suelo y que ha
resistido al pisoteo, pero esa misma caracteris-
tica 10 torna extremadamente agresivo coma
adventicio en los cultivos 0 los pastizales de
otras especies.
Los Latium forman praderas destinadas ya
sea a la siega 0 al pastoreo directo. Siempre estan
asociados, un ray grass anual con un perenne, a
veces con Dactylis y con leguminosas, trébol rojo
o blanco y a veces una alfalfa baja. Esas prade-
ras que proveen un mejor alimento son, debido a
su riqueza especifica, mas dificiles de manejar,
sobre todo en pastoreo directo. Presentan otra
ventaja con relacion al kikuyo, la de resistir
mejor a las heladas por 10 que se los puede en-
contrar a altitudes superiores.
Las praderas de Avena bizantina y Vicia sa-
tiva son de origen mas reciente (alrededor de
20 afios). Son implantadas en rotacion con los
pastos de ray grass y se prefiere segarlas. Es
esa misma combinacion la escogida para el
ensilado.
Gramineas secundarias se emplean en ex-
plotaciones menos tecnificadas 0 en las marge-
nes altas de los pastizales acondicionados. En
este ultimo caso, se encuentra sobre todo Hol-
eus mezclada con Trifolim pratense aunque tam-
bién con gramineas originarias deI paramo
(Stipa, Calamagrostis y Festuea).
Las praderas sembradas solamente con le-
guminosas son pocas. La alfalfa se planta en el
fondo de algunas cuencas andinas donde es
cortada para darla a los animales, mas frecuen-
temente a los cuyes en las pequefias propie-
dades que a los bovinos. Los precios de venta de
la alfalfa asi coma su elevada productividad
justifican el riego. En la region calida, ese seria
el casa solo de las coberturas de Pueraria a
veces utilizadas coma pasto (ver mas adelante
la parte «El pastoreo informaI» en B II 4.1.D.
Las mezelas con leguminosas son posibles en
el casa de todas las gramineas forrajeras, pero
el manejo de una pradera mixta requiere mas
cuidados que el de una pradera monoespecifica,
entre otros corte de igualacion y nuevas siem-
bras periodicas. En la realidad, esta técnica,
que aumenta considerablemente el valor
nutritivo deI forraje, no se praetica sino a una
cierta escala en la ganaderia lechera serrana.
En el Litoral, los ganaderos rechazan las legu-
minosas recomendadas comu.nmente por varias
Paisajes Agrarios deI Ecuador
razones: por su porte a menudo trepador
podrian invadir la pradera y disminuir la pro-
porcion de gramineas, el ganado no mostraria
sino poca apetencia por ellas y se terne el timpa-
nismo cuando son consumidas mojadas.
3.1.b Implantacion de las praderas
Los trabajos difieren seglin el punta de par-
tida, bosque natural u otros cultivos. La defo-
restacion para la implantacion de una pradera
se practica esencialmente en los frentes pione-
•
ros de las tierras b.1jas 0 de las vertientes
donde subsisten aun macizos forestales. El des-
monte es seguido de un cultivo de cielo corto ..
intermedio, de papa 0 de haba en altitud, y de
maiz 0 arroz pluvial en la zona calida. En esta
ultima, los cereales se siembran al mismo
tiempo que se implanta, siempre por esquejes,
la graminea forrajera.
En las zonas ya incorporadas a la produc-
cion, la implantacion deI pastizal se realiza
mas facilmente. En la region montafiosa, era
habituaI practicar previamente uno a dos culti-
vos de papa. Ello tiene la ventaja de limpiar
bien el suelo de las malas hierbas y dejar un
remanente de abono que favorece el desarrollo
de la pradera. La labranza que a menudo pre-
cedia a la siembra de la pradera se reemplaza
actualmente por un rastrillaje. En las zonas
calidas, el unico trabajo preliminar es la lim-
pieza de la parcela, casi siempre manualmente.
Es usual, en todas las zonas, plantar los pas-
tos de manera que las plantas jovenes se bene-
ficien de la estacion lluviosa. Las jovenes pra-
deras se mantienen sin pastoreo direeto el tiem-
po necesario para que las plantas se implanten
adecuadamente. En la ganaderia lechera, se
procede a 1 6 2 cortes antes de abrir la nueva
parcela al pastoreo direeto.
Los costos de implantacion de un pasto
varian seglin la vegetacion preexistente aunque
también en funci6n deI tipo de planta forrajera
sembrada. Los pastizales mixtos de la Sierra
demandan una inversion mayor (500000 sucres/ •
ha en enero de 1991; 580000 sucreslha en octu-
bre deI mismo afio) que un pasto simple de la
zona calida (100000 sucres/ha en febrero de
1990, seglin COFIEC, corn. pers.).
3.1.c Los modos de utilizaci6n de los pastos
Difieren esencialmente seglin el grado de
tecnicidad de las explotaciones. Se pueden dis-
tinguir los siguientes:
 Componentes deI paisaje II Pastos...
• corte deI forraje: es una técnica empleada y
encontrada tinicamente tratandose de la ga-
naderia lechera muy tecnificada con ganado
estabulado. Casi siempre el forraje es picado
antes de darlo a los animales. En la Sierra, la
mezcla Avena bizantina-Vicia sativa, asi coma
el maiz cortado en el estado de grano lechoso
pueden utilizarse de esa manera.
En la llanura occidental, este método se res-
tringe a las explotaciones lecheras mas avan-
10 zadas. Se conoce, cerca de Portoviejo, una
explotaci6n lechera que cultiva asi una mezcla
de Tripsacum laxum con Pueraria phaseo-
loides. Otras gramineas pueden utilizarse de
esta manera -Echinochloa polystachya, Cyno-
don plectostachyus, Brachiaria, King Grass
hibrido de Pennisetum purpureum x P. typhoi-
des-. Sin embargo, la gran mayoria de gana-
deros practican el pastoreo directo segtin las
modalidades descritas a continuaci6n.
• pastoreo continuo: el hato dispone de grandes
parcelas en las que permanece durante largos
periodos y es casi siempre mezclado, vacas y
toros, temeros y animales adultos, vacas pro-
ductoras y secas. El forraje se consume de
manera desigual, habiendo zonas de sobrepas-
toreo junto a sitios no utilizados. La pradera
esta entonces sujeta a fuertes degradaciones
por pisoteo local, acumulaci6n de bostas en los
lugares de reposo, coma a la sombra de los
arboles por ejemplo. En este caso, el ganado
no utiliza sino una fracci6n deI forraje dispo-
nible, deI 30 al 60 % segtin el estado de la
pradera el cual depende de la estaci6n. Este
modo de utilizaci6n de los pastos permite
conservar parcelas grandes (varias decenas de
hectareas) reduciendo asi los gastos de cer-
cado, pero admite tinicamente bajas cargas
por hectarea (inferiores aI).
Es comtin en las explotaciones intensivas des-
tinadas a la producci6n de carne en la regi6n
costera y amaz6nica, aunque también en las
tierras mas altas de la regi6n andina. En la
zona montaftosa, esta en vias de desapari-
ci6n, pues es tipico de las grandes propieda-
des las cuales se encuentran diminuyend6 en
importancia.
• rotaci6n peri6dica: a fin de que el ganado con-
suma una mayor proporci6n deI forraje
disponible, se practica una sobrecarga de
alrededor de 85 cabezas por hectarea durante
5 dias. Se obtiene una mejor utilizaci6n de los
recursos pero esta practica requiere una cui-
dadosa planificaci6n de la parcelaci6n de la
propiedad, basada en el tamafto deI hato y el
tiempo necesario para el rebrote de la pra-
dera. Este es deI orden de 60 dias en la regi6n
montaftosa y esta comprendido entre 35 dias
95
y la floraci6n (45-60 dias) en la Costa, pero
las condiciones climaticas perturban a menu-
do al esquema ideal. En la Sierra, ta! tiempo
puede llegar a 120 dias en las mayores altu-
ras, pero excepcionalmente puede ser redu-
cido a 45 dias en casa de necesidad. Este
modo de utilizaci6n de las praderas implica
mayores costos de cercado y es practicado en
las ganaderias de engorde mas tecnificadas,
al igual que en gran parte de las explotacio-
nes lecheras.
• rotaci6n cotidiana: es una variante mas sofis-
ticada de la técnica anterior y consiste en im-
poner una sobrecarga todavia mayor, de 100
a 125 cabezas por hectarea, pero durante un
solo dia. La delimitaci6n de la franja de pas-
toreo se realiza con cercado eléctrico. Este sis-
tema es mas flexible, pues permite adaptar
cada dia la superficie puesta a disposici6n deI
ganado en funci6n deI estado de crecimiento
deI pasto y de las necesidades variables deI
hato. Sin embargo, requiere, coma en el casa
anterior, un adecuado manejo de las parcelas.
• pastoreo al sogueo: esta técnica, que puede
parecer mas eficaz que las dos anteriores, es
en realidad un método utilizado por los
pequeftos ganaderos de la Sierra que no
poseen pastizales (ver mas adelante "El
pastoreo informaI"). Se explotan entonces los
bordes de las carreteras. Permite igualmente
obligar al animal a consumir enteramente el
forraje disponible en un radio limitado. Es el
método habituaI de utilizaci6n de Axonopus
scoparius. Si bien por un lado el forraje es ex-
plotado de la mejor manera, este sobrepasto-
reo localizado puede debilitar a las plantas y
favorecer un pisoteo intensivo.
• pastoreo «al repelo»: consiste en hacer pastar
a un segundo hato después de un pastoreo
normal. Se 10 reserva a los bovinos improduc-
tivos (vacas viejas) 0 a ganado menos exi-
gente (caballos y mulas). Parcialmente, tiene
el efecto de un corte de igualaci6n al eliminar
los restos de forraje utilizable, pero si se
toma demasiado intensivo, puede reducir en
gran medida la capacidad de rebrote deI
pasto.
3.1.d Cuidados aportados a los pastizales
La conservaci6n deI pasto a un nivel de pro-
ducci6n adecuado requiere ciertos trabajos ane-
xos. El aporte de abono es atin una practica ca-
si inexistente (salvo al momento de instalaci6n
de las praderas andinas 0 en el casa deI ganado
estabulado donde se recupera el agua de estiér-
col y las aguas de limpieza de las plataformas).
Las demas praeticas tienden a favorecer la con-
96 Paisajes Agrarios deI Ecuador

Cuadro B8: Rangos de producci6n de

materia seca (tlha) de tres grami-
neas forrajeras segtin edad deI re-
21 0,2-0,8 0,8-1,4 0,7-2,4 2,1-3,8 0,2-0,8 0,4-1,5 brote y humedad
35 0,5-2,0 1,5-3,3 1,5-5,7 5,3-7,8 0,4-1,5 0,9-2,6 Fuente: elaborado seglin INIAP-
56 1,0-3,5 3,6-5,8 5,4-9,4 22,6-30,8 0,7-3,0 3,1-7,7 PRüTECA, 1989

servaci6n de los pastos y a estimular el rebrote
de las gramineas:
• limpieza con machete de las malas hierbas,
sobre todo en la Costa;
• limpieza con fuego que controla las malas
hierbas y la incidencia de los parâsitos inter-
nos en la regi6n castera;
• control de los adventicios que rara vez se rea-
liza con herbicidas;
• corte de igualaci6n después deI pastoreo para
uniformizar el rebrote, sobre todo en la
Sierra;
• dispersi6n de las bostas de vaca para evitar,
durante el siguiente pastoreo, que el ganado
evite ciertas zonas, 10 que también permite
disminuir la incidencia de los parasitos inter-
nos al exponer al sol una mayor cantidad de
sus huevos. Esta practica es mas comun en la
ganaderia lechera de la regi6n montaiiosa
que en la zona câlida.
La duraci6n de vida de la pradera varia en
funci6n de su composici6n floristica, aunque
también de los cuidados de que ha sido objeto.
Las praderas de Lolium deben renovarse cada
4-6 aiios mientras que los pastos de Panicum
maximum 0 de kikuyo pueden durar mas de 20
anos. Como los pastos de gramalote son bastan-
te fragiles a causa de su modo de utilizaci6n,
deben ser readecuados a menudo pero s610 local-
mente. El mantenimiento de las praderas de
Lalium se realiza anualmente mediante una
nueva siembra de las especies mas fragiles y la
renovaci6n se efectua por siembra después de
pasar una rastra. Al cabo de 4 a 6 aiios, el
pasto es reemplazado por un cultivo, habitual-
mente de papa.
3.1.e Producci6n de los pastizales
Debido a la gran diversidad de especies em-
pleadas y a la importante variabilidad de las
condiciones c1imaticas y de utilizaci6n, la pro-
ducci6n de forrajes se situa dentro de una gama
sumamente amplia. En las zonas calidas, la se-
quia limita en gran medida el crecimiento de
las plantas (ver cuadros B7 y B8). Alli coexis-
ten especies mas 0 menos productivas (cuadro
B8) y, en las explotaciones, la producci6n anual
de materia seca va de menos de una tonelada
por hectarea hasta aproximadamente 10 tlha.
Los datos presentados en el cuadro B8 se obtu-
vieron en estaciones de investigaci6n y por 10
tanto no representan sino maximos posibles.
En la Sierra, la producci6n esta limitada por el
frio y los mejores valores son de aproximada-
mente 4 tlha/aiio. Localmente, la sequia limita
estacionalmente la producci6n, utilizandose
riego en las explotaciones lecheras tecnificadas.
En todos los casos, la biomasa consumible au-
menta con el tiempo transcurrido entre dos
pastoreos 0 dos siegas (cuadro B8).

Poreentaje
de protefnas
o 0 en periodo humedo
• • en periodo seeo
(O.)
Digestibilidad
in vitro %
(O.)
Figura B15: Evoluci6n deI contenido protei-
nico y de la digestibilidad in vitro de pasto 1
Saboya segu.n la edad deI rebrote y de las
60 condiciones c1imaticas .
Fuente: INIAP-PRüTECA, 1989

55

50
21 28 35 42 56
Edad dei rebrote (dias)
 Componentes deI paisaje II Pastos...
Sin embargo, la producci6n de materia seca
no da cuenta sino de manera imperfecta de la
calidad deI forraje. El contenido nutritivo varia
segful las especies: las proteinas totales repre-
sentan deI 5 al 12 % de la materia seca en el
casa de las gramineas, aproximadamente deI
20 % tratândose de las leguminosas, y los forra-
jes producidos por praderas mixtas tienen
tasas intermedias.Éstas varian igualmente con
la edad de las plantas y las condiciones climati-
.. cas (figura B15). El manejo de los pastos debe
tener en cuenta dos factores que evolucionan de
manera opuesta con el tiempo: por una parte el
aumento de la masa de forraje y, por otra, la
disminuci6n de su valor alimentario.
3.1.fEl pastoreo informaI
En los minifundios de la Sierra, las encues-
tas setialan la posesi6n de algunas cabezas de
ganado con total carencia de pastos. TaI ganado
es una fuente de leche para autoconsumo 0
destinada a la venta, aunque también consti-
tuye una reserva de capital que puede utilizar-
se en casa de necesidad aguda. Los animales se
alimentan en parte de los restos de las cosechas
(ver parrafo siguiente) 0 en las parcelas en bar-
becho, pero sobre todo pastan amarrados en los
bordes de las carreteras, de los arroyos 0 de las
acequias.
Un casa particular de pastoreo informaI es
la utilizaci6n de la cobertura herbacea de las
plantaciones permanentes. Es sobre todo el
casa de Pueraria phaseoloides (kudzu) en las
plantaciones de palma africana. Durante los 2
a 3 primeros atios de implantaci6n, las plantas
de la palmera no forman sino una cobertura
parcial que permite aun un abundante creci-
miento de kudzu. Es entonces tentador hacer
pastar el ganado que se beneficiara con una
producci6n vegetal normalmente perdida y que
paralelamente controla a la planta de cober-
tura que tiende a invadir a las palmeras. Esta
manera requiere una precauci6n, pues el kudzu
mojado 0 consumido en exceso provoca el tim-
panismo. Presenta también el inconveniente de
entorpecer, por el pisoteo deI ganado, el creci-
miento de las raices de la palmera y general-
mente es desaconsejado.
Otros pastos que no corresponden a prade-
ras implantadas son, por un lado, las parcelas
que permanecen en barbecho (sobre todo en la
regi6n andina donde a veces el campesino se
abstiene de desherbar los cultivos al final deI
cielo para aumentar la cantidad de forraje dis-
ponible) y, por otro, la utilizaci6n en tierras de
97
pastoreo libre de formaciones vegetales natura-
les coma los paramos 0 las formaciones secas de
los fondos de los valles andinos 0 dellitoral.
Los paramos no proveen sino un alimento
limitado tanto por el reducido crecimiento de
las plantas, debido al frio coma por la poca pala-
tibilidad de la graminea predominante, Stipa
ichu. Como los j6venes brotes de Stipa son mas
tiernos y mas apreciados por el ganado, el
«pasto» es a menudo mejorado con fuego que
impulsa el rebrote. La carga sigue siendo elara-
mente inferior a 1 cabeza por hectarea.
Las formaciones vegetales secas no son utili-
zables sino estacionalmente y casi siempre uti-
lizadas por los caprinos. La producci6n de fo-
rraje herbaceo es reducida: Cortaderia y Cala-
magrostis en los valles andinos, Cenchrus,
Chloris y Eragrostis en la regi6n litoral. Los
animales se alimentan también con legumino-
sas arborescentes (Acacia, Prosopis, Mimosa,
Libidibia), es decir con vainas caidas, 0 ramas
a veces cortadas con ese fin (ramoneo).
3.1.g En el casa de no tener pastos
Muchos pequetios ganaderos, tanto de la
regi6n andina coma deI litoral, poseen algo de
ganado pero ninglin pasto. Para ellos existen
varios medios de alimentar a sus animales,
entre ellos el pastoreo informal. En otros casos,
sobre todo tratandose de empleados agricolas
de las grandes propiedades, se pueden estable-
cer acuerdos de derechos a pastoreo para cierta
cantidad de cabezas, elausula prevista en los
contratos entre empleador y trabajador. En
otros casos incluso, el alquiler se realiza sobre
una base econ6mica, repartici6n de la produc-
ci6n 0 pago de un alquiler en funci6n deI
numero de cabezas.
3.2 Reno y ensilado
La conservaci6n de forraje por henificaci6n 0
ensilado sonpracticas recientes, restringidas a
los sectores mas tecnificados de la ganaderia
lechera.
Por razones climaticas, la henificaci6n no
puede practicarse sino en las zonas muy secas
con largos periodos sin lluvia. En la Sierra, se
ha identificado su empleo solamente en una
explotaci6n deI valle de Salinas (Imbabura) y
se la realiza con alfalfa cultivada bajo riego.
El producto es utilizado localmente por algu-
nos ganaderos lecheros, pero sobre todo ven-
dido en pacas a otras explotaciones lecheras
98
de la regi6n montaftosa. En la Costa, en con-
diciones naturales, el pico de producci6n se
produce durante la estaci6n lluviosa; los para-
metros de humedad no permiten secar el heno
sino mediante uso de secadoras, técnica des co-
nocida en el pais. Se notaron algunos casos de
henificaci6n en partes secas de la Costa: la
producci6n de forraje bajo riego permite secar
heno durante la estaci6n seca.
El ensilado es mas frecuente. Es, en ciertas
explotaciones tecnificadas, otra respuesta a la
falta estacional de forraje verde. En la Sierra,
la combinaci6n Avena bizantina-Vicia sativa
se ha difundido principalmente para este uso.
Se emplea también el maiz ya sea cultivado
expresamente para este efecto, en cuyo casa
es cortado en cl estadio de grano lechoso, 0
sus hojas secas y rastrojos después de la cose-
cha. En todos los casos, el forraje fresco, des-
pués de un ligero secado, es picado, se le agre-
ga melaza y a veces urea, y luego se 10 com-
pacta en silos-zanjas. Los silos son cubiertos
de chambas, alfombras de tierra con una co-
bertura de kikuyu. En la Costa, las fuentes de
forraje para ensilado son un tanto mas diver-
sificadas: hojas secas de maiz, de soya, raquis
de banano. Sin embargo, la praetica deI ensi-
lado sigue siendo sumamente limitada.
3.3 Otros alimentos
Los complementos alimentarios van desde
desechos agricolas a alimentos industriales
enriquecidos con proteinas.
La utilizaci6n mas simple es la deI desecho
agricola que queda en el campo después de la
cosecha. POl' ejemplo, el ganado es enviado a
pastar en los campos de maiz 0 de arroz. En la
regi6n andina, es comûn llevar al ganado ama-
rrado el produeto de los primeros deshierbes y
no realizar los ûltimos para aumentar el ali-
mento disponible después de la cosecha. Las
pajas deI maiz y de la cebada pueden sel' reu-
nidas en haces, dadas al ganado cerca de la
casa 0 vendidas. También se alimenta al gana-
do con el follaje verde de ciertos cultivos (camo-
te, calabaza, extremidades de los tallos de la
cafta de azûcar).
Un grado mas avanzado consiste en la utili-
zaci6n de fracciones desechadas durante el
tratamiento de las cosechas. El afrecho de los
cereales, las cascaras de los granos de algod6n
o incluso los granos enteros, las tortas de soya
o de ricino, la harina de palmiste, la melaza de
* Salvo indicaciones contrarias, los precios indicados se refieren a los anas 1991-1992
Paisajes Agrarios deI Ecuador
cana de azûcar son algunos ejemplos de ello.
En el casa de este ûltimo producto, el Ministe-
rio de Agricultura y Ganaderia ha implantado
todo un sistema de almacenamiento y de
distribuci6n tanto en la regi6n costera coma en
la Sierra, pero la demanda de melaza para la
industria deI alcohol, asi coma su pre cio,
hacen que este prcducto sea dificil de adquirir
y utilizado casi ûnicamente en las explotacio-
nes lecheras.
En ocasiones, se utiliza coma alimento para
el ganado el producto entero de la cosecha. La
producci6n actual y la limitada venta de
banano liberan grandes cantidades de ese froto
que son regaladas 0 vendidas a precios muy
bajos pOl' los plantadores. POl' ello, el banano ha
entrado en la dieta bovina no solo en las zonas
de producci6n sino también en la regi6n
interandina. Los camiones que abastecen a la
zona costera con legumbres de la Sierra,
regresan cargados de bananos de desecho a un
precio de 200000 sucres* pOl' cargamento. Los
pequenos ganaderos de la regi6n costera
hûmeda, que no disponen de pastos, alimentan
parcialmente a su ganado con banano verde
cultivado con ese fin. Esto es igualmente un
medio de paliar la falta de forraje en estaci6n
seca.
Aparte deI empleo de alimentos balancea-
dos, el aporte de nitr6geno, elemento poco
abundante en la gran mayoria de los forrajes
comunes, puede realizarse de varias maneras:
mediante forraje de leguminosas, mediante
ensilajes amoniacales (con agregaci6n de urea),
o incluso mediante la inclusi6n de estiércol de
ave en la dieta de los animales productores de
carne.
Los alimentos compuestos y enriquecidos
pueden sel' elaborados en la explotaci6n cuan-
do ésta es 10 suficientemente grande y tecnifi-
cada, 0 comprados ya preparados. En su com-
posici6n entran sales minerales, aportes ener-
géticos (desechos de maiz, de arroz, tortas de
ricino 0 algod6n) y, sobre todo, complementos
de proteinas (tortas de soya). POl' su elevado
costo, son utilizados sobre todo en las explota-
ciones lecheras mas tecnificadas 0 se reservan ..
a casos particulares coma las vacas a inicios de
la pri~era~ lactancia 0 la sobrealimentaci6n
, . de
vacas lechera~ cuando el alto preclO de venta
de la leche haC'e rentable esta practica. Las
explotaciones lecheras utilizan también susti-
tutos de la leche para la alimentaci6n parcial
de los terneros.
 Componentes deI paisaje II Pastos...
menos de 10 ha 83 41 28
de 10 a 50 ha 13 22 20
mas de 50 ha 4 37 52
4 La producci6n animal
4.1 Localizaci6n (mapas B9 y BIO)
Aunque la ganaderia esta difundida en todo
el pais, se pueden distinguir zonas donde esta
actividad es mas importante 0 mas productiva.
Las zonas lecheras de mayor importancia
son, en la Sierra, los alrededores de Cayambe,
de Machachi y de Lasso (al norte de Lata-
cunga). Se trata de las zonas de influencia de
las mayores plantas pasteurizadoras y de
embalaje de leche. En las vertientes externas
de los Andes, las zonas productoras de leche de-
penden, para la recolecci6n y el tratamiento de
la producci6n, de empresas localizadas en la
Sierra. En las partes bajas y calidas, no se
puede hablar de zona de producci6n lechera
salvo en las orillas deI rio Daule, al norte de
Guayaquil. Las explotaciones lecheras estan
diseminadas y dependen de la proximidad de
una aglomeraci6n donde se pueda vender el
producto. Sin embargo, las provincias de la
Sierra, es decir que se extienden mucho mas
alla en el piedemonte occidental de los Andes,
proveen deI 70 al 75 % de la producci6n lechera
nacional registrada.
La producci6n de came se realiza sobre todo
en la regi6n costera y es mas importante en las
zonas hlimedas. La regi6n de Santo Domingo-
El Carmen es la zona donde se encuentra la
mayor variedad de plantas forrajeras y de ra-
zas bovinas. Es alli donde los productores de
carne parecen ser mas dinamicos y se revela
una tendencia a la transformaci6n de las explo-
taciones hacia la producci6n lechera. En la re-
gi6n amaz6nica, la ganaderia provee algo de
carne, pero esta actividad presenta otras ven-
• tajas:
• la de poner a la venta animales vivos, es decir
un producto que puede, inversamente a la
mayor parte de productos vegetales, esperar
bastante tiempo el paso de compradores que
ofrezcan un precio justo;
• la de justificar, después deI desmonte y la
posterior plantaci6n de pastos, la incorpora-
ci6n a la producci6n y, por 10 tanto, la pose-
si6n de la parcela otorgada por los organis-
mos de colonizaci6n.
99
Cuadro B9: Algunos parame-
tros de la ganaderia
lechera en las provincias
3,3 serranas
4,5 Fuente: elaborado seglin
6,8 Sere, 1991
4.2 Tamano de las propiedades (cuadro B9)
La ganaderia bovina se practica en propieda-
des de todo tamano. El campesino deI minifun-
dio de los Andes mantiene una 0 dos vacas que
le proveen leche y reserva de capital. En el otro
extremo de la gama se encontraban haciendas
de varios miles de hectareas donde divagaban
una cantidad desconocida de animales.
En la regi6n montanosa, las grandes propie-
dades que no representan sino un porcentaje
reducido deI numero de explotaciones y poseen
mas de un tercio deI ganado, producen aproxi-
madamente la mitad de la leche de la regi6n.
Es en esas explotaciones donde se observa la
mayor producci6n por cabeza (cuadro B9).
En la Costa, las linicas estadisticas son las
que se pueden obtener de los registros de la
AGL, muestra probablemente no representa-
tiva, y estan ilustradas en la figura B16. La
ganaderia se practica esencialmente en las
grandes propiedades: el 70 % de las explota-
ciones que la practican tienen mas de 200 ha.
Figura B16: Repartici6n de los tipos de gana-
deria y carga animal seglin c1ases de super-
ficie de las propiedades en la regi6n costera
Fuente: elaborado seglin registros de AGL
% dei numero Carga animal
de propiedades (histograma) cabezas/ha (curva)
30 4
3
20
2
10
menos de 50 de 100 de 200 de 500 mas de
de 50 a100 a 200 a 500 a 1000 1000 ha
•
Ganaderia exclusi- Ganaderia de
D vamente de carne doble proposito
Ganaderia principal-
mente de carne
• Ganaderia lechera
100
La producci6n lechera no se realiza sino en
explotaciones de mediano tamano. Por otro
lado, en esos mismos registros, se observa que
el porcentaje de las superficies dedicadas a los
pastos no parece estar ligado significativa-
mente al tamano de las explotaciones. En
cambio, la carga animal decrece rapidamente
en el caso de las propiedades de hasta 200 ha
para estabilizarse en las de mayor superficie.
En la regi6n litoral, no se observa entonces la
intensificaci6n de la tecnicidad con el tamano
como se ha revelado en la regi6n andina.
4.3 Producciones asociadas
En las tres principales regiones deI pais, la
ganaderia puede ser la unica actividad produc-
tiva de la explotaci6n.
Ineluso en el archipiélago de las Galapagos,
es la unica actividad agropecuaria que subsiste
frente a la reorientaci6n deI trabajo hacia el
turismo. Los pastos y el ganado no reciben
practicamente cuidado alguno, los animales se
consumen localmente y el reducido excedente
se exporta al continente.
En la regi6n amaz6nica, las explotaciones
que no practican sino ganaderia se encuentran
a menudo ya sea en las antiguas haciendas
cerca de los rios 0 en las parcelas recientemen-
te atribuidas a los colonos. En este ultimo caso
se observa, allado de los pastos, huertos fami-
liares y otras plantaciones de subsistencia.
En la Sierra, las explotaciones dedicadas
exelusivamente a la ganaderia son de tamano
mediano 0 grande, muy tecnificadas y produc-
toras de leche. Puede ocurrir 10 mismo en la re-
gi6n costera pero, en ese caso, vienen a sumar-
se otras propiedades de tamano variable donde
la ganaderia no es sino una manera de ocupar
el suelo sin esfuerzo para alcanzar una produc-
ci6n significativa.
Sin embargo, en la mayoria de los casos, los
pastos representan una porci6n variable de la
superficie de las propiedades.
En la Costa, apenas estan ausentes en las
grandes plantaciones de caracter' industrial
(cana de azucar, banano, grandes propiedades de
cultivos de cielo corto). En otras partes, la pro-
porci6n y la importancia de los pastos se situan
entre extremos que pueden ilustrarse mediante
dos situaciones tipo. En numerosas pequenas
propiedades se llega a conservar un pequeno
* Salvo indicaciones contrarias, los precios indicados se refieren a los aiios 1991-1992
Paisajes Agrarios deI Ecuador
terreno de pasto destinado a la mula 0 al caballo
y el pasto se conserva ineluso cuando el animal
es vendido. Por el contrario, la yuxtaposici6n de
pastizales con una plantaci6n bananera permite
dar al ganado las frutas descartadas.
En la regi6n interandina, los pastizales son
inexistentes generalmente en las propiedades
mas p~quenas (minifundios). Sin embargo se
encuentran praderas en las zonas de agricultu-
ra mixta de los tipos P23 y C21. Los pastos na- ..
turales que se observan entonces corresponden
a barbechos herbosos.
4.4 Leche *
Un rejo de producci6n lechera debe ser mane-
jado racionalmente para mantener un equilibrio
entre vacas en lactancia y vacas secas (propor-
ci6n de 4 al). Como los periodos de lactancia se
distribuyen entre 2/3 aiios y 10/12 anos de edad
de las vacas, se debe igualmente prever un equi-
librio entre vacas en edad de lactancia y j6venes
animales de reemplazo (proporci6n de 3 a 1).
En la Sierra, las explotaciones poco tecnifica-
das producen de 4 a 5 litros por dia y por vaca.
En el caso de las mas modernas, se registran 8
litros por dia y por vaca y, con aportes adiciona-
les de alimento, se pueden alcanzar 10 a 12
litros. En la Costa, los valores de 4-5 litros/va-
ca/dia corresponden a explotaciones poco tecnifi-
cadas. En las explotaciones bien manejadas se
llega facilmente a 10 litros/vaca/ dia, pudiéndose
obtener 35 litros/ vacaldia con animales excep-
cionales e importantes aportes de alimento. En
esa regi6n, las variaciones de las condiciones
c1imaticas pueden hacer decaer la producci6n de
leche en un 40 % durante la estaci6n lluviosa y
calida.
La leche producida en la explotaciones
tiene diversos destinos (figura B8). Aparte de
la leche reservada al ternero (l a 2 pezones),
el resto puede ser consumido 0 transformado
•
en queso localmente, 0 vendido. La figura B8
representa los datos estadisticos obtenidos en
18 anos. La parte consumida por el productor
-autoconsumo y alimentaci6n de los terne-
ros- permanece constante en 32 %, 10 que
muestra la incapacidad deI sector ganadero de
aumentar la fracci6n de la producci6n destina-
da al mercado. Los rubros que componen esta
fracci6n muestran algunos cambios, sobre todo
la disminuci6n de la parte vendida como leche
pasteurizada (deI 24,8 al 14,2 %) y crecimien-
tos variables en los demas rubros.
 Componentes deI paisaje II Pastos...
La leche es vendida por el productor de dos
maneras, ya sea a las plantas pasteurizadoras
u otras empresas de transformaci6n (mantequi-
lIa, yoghurt, quesos) 0 directamente al consu-
midor. La primera manera es propia de la re-
gi6n andina y de las estribaciones inc1uidas en
las areas de recolecci6n por parte de las plantas
pasteurizadoras. En este caso, el precio de com-
pra de la lecha varia seglin la distancia hasta
la planta y ademas es regulado en funci6n deI
contenido de materia grasa. Se situa entre 350
y 500 sucres por litro (mayo de 1993). La venta
directa de leche cruda es sobre todo practicada
en la regi6n litoral y los precios obtenidos son
c1aramente superiores, de 600 a 750 sucres por
. litro e inc1uso hasta mas de 1 000 sucres en un
casa cerca de Guayaquil (mayo de 1993).
El tratamiento de la leche en la explotaci6n,
mediante la elaboraci6n de queso, aporta una
plusvalia de aproximadamente 30 % con rela-
ci6n al precio de venta directa de la leche
fresca.
Retomando los grandes tipos de ganaderia
lechera por zona geografica y por nivel de tecni-
cidad, se puede elaborar el cuadro BIO.
Si a los valores de la ultima columna se
agregan los ingresos por la venta deI ganado
dado de baja y eventualmente la plusvalia por
transformaci6n de la leche en la finca, se con-
stata que la ganaderia lechera puede ser una
actividad rentable. Los valores deI cuadro BIO
deben compararse a el de 175000 sucres/ano/
ha obtenidos por la ganaderia de carne (ver
adelante). Las variaciones son muy importan-
tes entre los dos extremos deI cuadro, pero
coma el costo de la tecnicidad (gran parte de los
costos de producci6n) no fue evaluado, no es
posible estimar la tasa de rentabilidad neta de
los casos presentados (grandes zonas deI pais y
niveles de tecnificaci6n).
\ .
, 1,5 4-5 400
3-4 8 400
5-6 10-12 400
Vertientes exteriores
casos mas frecuentes 1 4-5 400
casos mas favorables 2 4-5 400
Region litoral
tecnificacion liviana 2-3 4-5 700
tecnificacion alta 9 10-12 700
101
4.5 Carne
La venta de ganado puede no representar
sinD una reducida fracci6n (5 a 15 %) de los
ingresos en las explotaciones lecheras que, de
esta manera, se deshacen de los becerros y de
vacas dadas de baja. En las ganaderias de
carne y mixtas, la venta de ganado es una
fuente variable, a menudo preponderante, de
los ingresos deI ganadero.
La venta sehace siempre a un intermedia-
rio. El tipo de intermediario depende de la
cantidad de cabezas por venderse. El pequeno
ganadero que no vende sino un animal a la
vez 10 cede a un negociante local que reune
'asi el ganado en su zona de influencia. A su
vez, cuando dispone de un numero suficiente
de cabezas, las vende a un segundo interme-
diario que dispone de un medio de transporte.
Este lleva los animales a una aglomeraci6n
que cuenta con un camaI y 10 vende a un
comerciante al por mayor que 10 hace matar.
La cadena de comercializaci6n de la carne
cuenta igualmente con un buen numero de
intermediarios, 10 que hace que el circuito sea
unD de los mas complejos y costosos que hay.
En el casa de los ganaderos que venden un
mayor numero de animales, el circuito puede
ser simplificado hasta la venta directa al
ultimo intermediario antes deI camaI. Exis-
ten otros casos que dependen de las circun-
stancias. La matanza por parte deI ganadero
tiene poca importancia en el casa de provisi6n
a un pequeno mercado local, pero puede
adquirir cierta dimensi6n tratandose de
ganaderia acoplada a una estructura· propia
de transformaci6n y comercializaci6n.
Los animales en pie se pagan a raz6n de 500
a 700 sucres por libra (1200 a 1500 sucres el
kg) y este precio es relativamente homogéneo
en el pais (1993). Las variaciones se producen a
985000
4088000
Cuadro BIO: Estimaci6n de la
8833000 rentabilidad de la ganaderia
en diversas regiones deI pais
Fuente: e'aborado con encuestas
657000 proprias
1 314000
2875000
27594000
102
nivel de la evaluaci6n deI peso y de la aprecia-
ci6n de la calidad deI animal. El precio indicado
anteriormente se refiere al animal en pie y
pesado en una balanza. Como este instrumento
no esta siempre a la mano, el primer cornpra-
dor procede a una evaluaci6n en dos etapas. Se
estima primeramente el peso total deI animal,
luego su rendimiento una vez destripado (lige-
ramente superior al 50 % en el mejor de los
casos) para llegar al numero de arrobas (uni-
dad de 25 libras, es decir 11,5 kg) pagadas a
aproximadamente 30000 sucres cada una. Los
terneros de engorde 0 de carniceria se venden a
60000 sucres por cabeza pero alcanzan valores
de 300 000 sucres si son de buena raza y estân
destinados a la reproducci6n.
Como un animal de carniceria necesita apro-
ximadamente 4 anos para alcanzar su peso
comercial (alrededor de 1 000 libras en balanza)
y la carga es cercana a 1 animal por hectarea, la
producci6n en bruto es de (1000 x 700 : 4) 0 sea
175000 sucres por hectarea y por ano. Si se con-
sideran gastos de vacunas y de mana de obra, la
amortizaci6n de la propiedad, riesgos de muerte
de los animales, se deduce que la ganaderia de
carne es una actividad poco rentable.
4.6 Subproductos
En el matadero, los animales proveen, ade-
mas de la carne, las visceras y el cuero. Estos
subproductos de un valor no despreciable (el
conjunto de visceras de un animal yale 60000
sucres, cada pata de res 1500 sucres y un cuero
25000 sucres) son propiedad deI ultimo inter-
mediario que encuentra aUi una fuente de
ingresos que se suma al margen de ganancia
obtenido con la carne.
4.7 Mano de obra
La diversidad de situaciones no permite sino
dificilmente dar cifras validas para toda la acti-
vidad ganadera. Los menores valores corres-
ponden a las explotaciones de carne donde se
observan valores tan bajos coma 1 empleado
por 100 ha (aparte de la mana de obra fami-
liar). La busqueda de una producci6n mas ele-
vada determina un aumento de la mana de
obra. La implantaci6n de una infraestructura
adecuada (banos de insecticidas en lugar de
pulverizaci6n de los animales, conservaci6n deI
rejo lechero cerca de las plantas de ordeno,
empleo de cercas eléctricas) permite minimizar
el volumen de personal necesario. En la regi6n
andina, la AGSO piensa que una explotaci6n
lechera puede manejarse eficazmente con 1
Paisajes Agrarios deI Ecuador
hombre por 10 ha, pero la baja calificaci6n pro-
fesional de los empleados hace que en realidad,
esa cifra sea mucho mas elevada, hasta un
hombre por 2 ha.
5 Perspectivas
En raz6n deI déficit de leche en el Ecuador y
de la rentabilidad de esta producci6n, la gana-
deria lechera puede aun extenderse en el pais.
El aumento de la producci6n de leche no debe-
ria realizarse solamente mediante la multipli-
caci6n de las explotaciones sino también
mediante la busqueda de la elevaci6n de la
producci6n individual. Esto permitiria dismi-
nuir la proporci6n de leche consumida in situ y
..
liberar proporciones superiores para el merca-
do. TaI aumento depende sobre todo de los
esfuerzos de los pequenos ganaderos que pu ,-
den mejorar en gran medida la calidad genética
de sus rejos y la alimentaci6n de su ganado. La
actual tendencia de desarrollo de explotaciones
lecheras en la regi6n litoral deberia permitir
abastecer mas facilmente a los mercados
importantes de esa regi6n.
El mercado de la carne es, debido a los
precios que siguen siendo bastante bajos con
relaci6n a los de la leche, mucho menos atrac-
tivo. Las explotaciones orientadas unicamente
hacia esta producci6n no pueden ser algo renta-
bles sino en superficies muy grandes y con cos-
tos de producci6n muy bajos. Tales criterios
econ6micos conducirian a recomendar la sub-
utilizaci6n de las tierras ... En la Costa, la
ganaderia de doble producci6n (de la que no se
tienen datos estadisticos) seria una soluci6n si
se puede alcanzar, con un moderado grado de
tecnicidad, cargas de aproximadamente 2 cabe-
zas por hectarea y una producci6n de leche
superior a 5 litros/dia/vaca. Refiriéndose al
cuadro BIO anterior, eUo corresponderia,
grosso modo, al casa de las mejores explotacio-
nes de las vertientes andinas, resultados que • 1
no parecen imposibles de obtener. En ese caso,
la producci6n de carne proveeria 350000 sucres
por hectarea y por ano, 10 cual, sumado a los
1300000 sucres producidos por la venta de
leche, proporcionaria un ingreso decente a las
explotaciones de mas de 20 ha.
6 Otras crias para carne
La ganaderia bovina es el unico tipo de
ganaderia que, a través de los pastos, marca
profundamente casi todos los paisajes deI Ecua-
 Componentes deI paisaje II Pastos... 103

Bajo Desechos domésticos Cria casera en todo el pais

Polios Mediano id + granos Cria familiar mejorada
Alto Alimentos balanceados Cria industrial en zonas secas Cuadro BU: Otras crias
de came
Porcinos Bajo Desechos domésticos Cria casera en todo el pais
Mediano id + balanceados Cria comunitaria (Sierra)

Ovinos Bajo Vegetaci6n natural Paramos

Caprinos Bajo Vegetaci6n natural Zonas secas
Cuyes Bajo Desechos domesticos Paramos

dor, pero, coma se indicô en la introducciôn,
• existen otras crias de animales que proveen
came. Nos limitaremos aqui a hacer brevemen-
te menciôn de ellas y seran tratadas en los sis-
temas en los que participan. El cuadro BU 1"e-
sume algunas de sus caracteristicas.
6.1 Los polIos
La producciôn de came de pollo a1canzaria
de 50000 a 60000 toneladas por ano, es decir la
mitad de la producida por los bovinos.
Muchas familias campesinas y periurbanas
mantienen algunas aves de corral para su
propio consumo 0 la venta de los excedentes en
el mercado local. Dichas aves yerran en
libertad en los alrededores de la casa, no
disponen de un gallinero y se alimentan de los
desechos domésticos ademas de 10 que pueden
encontrar en el huerto 0 vergel cercano. No
reciben ningun cuidado en particular y son
muy sensibles a las condiciones climaticas, en
particular a la altitud y a la humedad.
En ciertos casos, se puede distinguir un tipo
de cria familiar semi-tecnificada con un numero
mayor de aves, un gallinero, aportes adicionales
de alimento coma granos desechados u otros
desechos agricolas y una intervenciôn en casa
\ ~
de epidemia. La vocaciôn de esas crias es mas la
venta local que el autoconsumo y prosperan
mas en las zonas secas que en la humedas.
1
Los grandes mercados urbanos son abasteci-
dos esencialmente por crias industriales que
mantienen varios miles de aves en hangares
ventilados y con un seguimiento veterinario. A
fin de evitar los problemas sanitarios ligados al
exceso de humedad, esas crias se implantan
preferentemente en las zonas secas. Para la . (Yorkshire, por ejemplo), una tecnologia mas
producciôn de huevos, las gallinas son criadas
en bateria.
A través de todo el pais, numerosos pequefios
criadores mantienen la tradiciôn de los gallos de
pelea con razas seleccionadas minuciosamente y
cuidados cotidianos de sus animales.
6.2 Los puercos (segUn Dubly, 1985)
Los porcinos eran, antes deI desarrollo de
las plantaciones de palma africana, la unica
fuente de materia grasa y su cria es tradicional
en todo el Ecuador. Se desarrolla particular-
mente en la regiôn montafiosa. A fines de los
afios 1980, las estadisticas deI Banco Central
deI Ecuador estimaban ese ganado en mas de 2
millones de cabezas y la producciôn de came es
mas 0 menos equivalente a la de los polIos, es
decir 50000 toneladas/afio.
La mayor parte es producida por pequefios
criadores que poseen menos de 10 animales.
Los propietarios de menos de 5 ha poseian en
1974 cerca de la mitad deI ganado porcino deI
pais. Los animales divagan cerca de las casas 0
son llevados con las vacas, y a veces las ovejas,
a pastar en praderas 0 formaciones herbosas
naturales (paramos, borde de la carretera,
barbechos). Esta cria tradicional utiliza razas
locales altas y longilineas desarrolladas a
partir de los animales introducidos por los
colonizadores espanoles. Durante el periodo de
cebo, se da un complemento alimentario
(afrecho, granos de mala calidad, bananos,
cana de azucar, papa china, etc.) y los puercos
cebados son sacrificados para festejos 0 para_
satisfacer alguna necesidad imprevista de
dinero.
Para la producciôn de carne se utilizan ra-
zas anglosajonas de reciente introducciôn
avanzada y manadas mas numerosas. Este
tipo de cria se encuentra ya sea coma activi-
104
dad de especulaci6n anexa en ciertas explota-
ciones lecheras 0 coma fuente de ingresos
para grupos de campesinos. La alimentaci6n
con desechos es completada con aportes de
suera lacteo 0 alimentos balanceados. La utili-
zaci6n de estos ultimos grava fuertemente el
precio de producci6n y se emplean s610 en casa
de fuerte rentabilidad.
6.3 Las ovejas
Fueron introducidas esencialmente para la
producci6n de lana en la regi6n montaiiosa.
Aunque las ovejas son una parte importante de
los sistemas de la zona fria -producci6n de
came y de lana, fertilizaci6n. en el sitio de los
corrales-, su cria sigue siendo muy marginal
y localizada. Este ganado representaba, en
1990, 1400000 cabezas (Banco Central deI
Ecuador). Los rebaiios son mantenidos en los
paramos, encerrados durante la noche en
cercados precarios que comprenden un abrigo
para el pastor.
Paisajes Agrarios deI Ecuador
Se puede mencionar la introducci6n, suma-
mente reciente, de razas tropicales sin lana
para la producci6n de came en las zonas de co-
lonizaci6n de la regi6n amaz6nica.
6.4 Las cabras
Se trata de un ganado reducido -de acuerdo
al Banco Central deI Ecuador, 300000 cabe-
zas-, presente en las zonas secas tanto de la
Sierra coma de la Costa. A menudo estan en
semi-libertad en los bosques secos; en la pro-
vincia de Loja, los campesinos deben cercar las
parcelas para salvaguardar los cultivos.
"
6.5 Los cuyes ..
Esta cria, estrictamente doméstica -dentro
de las casas- es propia de los grupos indigenas
de la regi6n montaiiosa. Los animales son ali-
mentados con desechos y, en ocasiones, con al-
falfa. Su carne es muy apreciada, costosa y con-
sumida s610 en las grandes ocasiones.
,,)
,
 Componentes deI paisaje III Cultivos principales
III CULTIVOS PRINCIPALES
1 Cultivos nativos y especies introducidas
Si bien la agricultura estaba muy desarro-
llada antes de la llegada de los espaiioles, éstos
introdujeron rapidamente animales y numero-
sas plantas para tratar de conservar en los
Andes sus costumbres alimenticias.
El cuy y la llama eran los animales domesti-
cados por los grupos prehispanicos. Los coloni-
zadores introdujeron primeramente el caballo,
instrumento esencial de dominacion militar, y
luego todos los demas animales domésticos
existentes ahora en el pais: reses, ovejas, ca-
bras, aves de corral, perros y gatos.
1.1 Cultivos prehispanicos
Los pueblos prehispanicos disponian ya de
una gama de plantas alimentarias de las cuales
algunas aun subsisten sobre, todo en la region
andina. Estas plantas endémicas comprenden
principalmente frutas como Cyphomandra beta-
cea (tomate de arboD, Solanum quitoense (na-
ranjil1a), Carica pentagona (babaco), C. chry-
sopetala (chamburo), C. cundinamarcensis (chi-
hualcan), etc. Los tubérculos son otro grupo
importante entre las especies andinas: Sola-
num andigenum (papa), Arracacia zanthor-
rhiza (zanahoria blanca), Oxalis tuberosus
(oca), Ullucus tuberusus (melloco), Tropaeo-
lum tuberosum (mashua). Otro alimento propio
de los Andes son las plantas de granos ricos en
proteinas como Lupinus mutabilis (chocho),
Chenopodium quinoa (quinoa) y Amaranthus
sp (bledo). Aunque la papa se ha expandido
mundialmente, otras de estas plantas han cai-
• do poco a poco en el olvido y solo recientemente
se han desplegado esfuerzos de investigacion,
preservacion de variedades e industrializacion
en el caso de la quinoa 0 deI chocho y, en menor
medida, de los amarantos.
1.2 Plantas introducidas
En el caso de las plantas, el proceso de acli-
matacion fue mucho mas importante que en el
caso de los animales, pues los colonizadores
105
trajeron con que satisfacer sus necesidades mas
variadas: trigo para el pan, vinas (oficialmente
para el vino de consagrar... ), plantas medicina-
les para curaciones, etc.
Si se consideran las seis plantas alimentarias
mas utilizadas hoy en dia -arroz, banano, trigo
(toda la poblacion), maiz (mas en la Sierra),
cebada (partes mas altas), yuca (Amazonia)-, se
observa que solo dos de ellas, el maiz y la yuca,
son cultivos prehispanicos. Entre los cultivos
industriales 0 de renta, las principalesespecies
nativas son el cacao y el algodon -la hevea (cau-
cho), especie amaz6nica, puede también consi-
derarse como especie local-. Los demas produc-
tos (banano, azucar, café, aceite de palma 0 de
soya, fibras de abaca y té) provienen de especies
introducidas, a veces en épocas muy recientes.
Las estadisticas por cultivo publicadas por
el SEAN (1992) enumeran 28 especies nativas
que ocupan 1102 160 ha, mientras que las plan-
plantas introducidas representarian un total de
35 y 1472630 ha. De acuerdo a un inventario
mas amplio (Huttel, 1983), de los 149 productos
que se encontraron en el mercado en Quito, so-
lamente 60 provienen de plantas nativas.
1.2.a Historia de las introducciones
Para una gran parte de las plantas introdu-
cidas fue posible, utilizando trabajos recopila-
dos por Patifio (1964, 1967 y 1969), encontrar
las fechas de introduccion, exactas en ciertos
casos, aproximadas en otros. Aunqu~ el inven-
tario de plantas alimentarias (que no incluye
las medicinales) de los mercados de Quito no
constituye una lista exhaustiva de las plantas
utilizadas en el Ecuador, se 10 emple6 para
estimar la importancia relativa de las plantas
nativas y de las plantas introducidas.
Fuera de las plantas nativas, entre las cua-
les las endémicas representan una fraccion im-
portante, las introducidas fueron clasificadas
segun su siglo de introduccion (figura BI7).
Desde inicios de la colonizaci6n, se introduje-
ron plantas alimentarias esenciales como el
106 Paisajes Agrarios deI Ecuador

Plantas indi enas 42% %

ll!R Endémicas andinas 14

[::·:ia ütras plantas nativas 28

Plantas introducidas (58%) Figura B17: Ürigen de las plan-
D SigloXVI 14 tas alimenticias de los merca-
D SigloXVIl 7 dos de Quito
DSigloXVll1 Fuente: Huttel, 1983
11
Siglo XIX 6
Siglo XX 6
Fecha de introducci6n
14
indeterminada

trigo, la cebada, la col y el banano. Los misio-
neros introdujeron la vina. En el siglo XVI se
pueden mencionar también frutales coma la
higuera, el naranjo, el limonar 0 el membrillo.
En el siglo siguiente, se trata de plantas ali-
mentarias secundarias coma la remolacha, los
esparragos, el apio y la espinaca que se aclima-
taron al nuevo continente. Los condimentos
formaron igualmente parte de 10 que se intro-
dujo en el siglo XVII: cebolla, ajo, jenjibre. Esta
tendencia prosigui6 en el siglo XVIII con
alimentos accesorios coma la judia, la alcacho-
fa, el hinojo 0 la zanahoria, pero es también la
época de introducci6n de dos plantas que
tuvieron un desarrollo extraordinario, una
coma alimento basico, el arroz, la otra coma
cultivo de renta, el cafetal arabica. Durante los
siglos XIX y XX, la afluencia de plantas exte-
riores parecen disminuir y no se observan sino
legumbres secundarias coma el calabacin
(suquini) 0 la lenteja, aunque también plantas
para cultivos de renta como el cafetal cane-
phara 0 la soya. Estos aportes se mantienen
aun actualmente y es asi como se ha visto
aparecer a inicios de los afios 1990 frutas como
el kiwi (Actinidia chinensis) cultivado en el
valle de Patate.
Si bien el continente sudamericano se ha be-
neficiado con a introducci6n de plantas deI Vie-
jo Mundo, también ha aportado mUltiples culti-
vos actualmente ampliamente difundidos coma
la papa, el tomate, el tabaco, algunos fréjoles.
•
1.2.b Ürigen y uso
Las especies introducidas provinieron prime-
ramente de Espana, tratandose tanto de plan-
tas cultivadas usualmente (garbanzo, haba,
trigo e hi go pOl' ejemplo), coma de cultivos
ex6ticos de ese pais (arroz, cana de azucar, na-
ranja y banano, por ejemplo). S610 hay pocos
ejemplos de plantas introducidas provenientes
de otros continentes: tamarindo y mango de
Asia, guandul de Arrica, pimienta de India pero
introducida desde Brasil, y soya, de origen chi-
no pero introducida desde estaciones agron6-
micas de los Estados Unidos.
Cuando se trata de clasificar las plantas en-
contradas seglin su tipo de uso (figura B18), se
observa que los principales aportes se refieren a
las legumbres (col, lechuga, etc.), categoria en la
que, al menos actualmente, las plantas nativas
desempenan un papel menor. Es en el rubro de
las frutas (no en el sentido botanico sino en el
sentido de postre 0 dulce), donde las especies
locales siguen siendo ampliamente predominan-
tes. En el casa de féculas, tubérculos 0 granos,
el nUillero ya importante de las especies locales
se ha duplicado pOl' la introducci6n de especies
ex6ticas.

30 Numero de plantas 1III1IIIII1 Productos de origen

llWllIlU indeterminado
~ Plantas endémicas
~andinas
20
f;:.:.:::.:.:.j, ütras plantas nativas
Plantas introducidas
Productos importados
10

Figura B18: Uso de las plantas

alimenticias de los mercados
de Quito
FecuJentos OIeagiîosffi R"l1os Legurrbres
Fuente: Huttel, 1983
 Componentes deI paisaje III Cultivos principales 107

2 Abaca Musa textilis Nees

Unidad T39

En el Ecuador, el cultivo de este platano productor de fibras comenz6 en los anos 1950 durante
la colonizaci6n intensiva de la parte baja de la provincia de Pichincha, y no ocupa sino 10000 ha
aproximadamente. La fibra de Musa textilis tiene propiedades excepcionales, coma por ejemplo
una longitud de ruptura de 50 a 70 km y, después de haber servido para fabricar cuerdas de mari-
na, es necesaria para la elaboraci6n de papel especial resistente al agua (billetes de banco, boIsas
para infusiones, por ejemplo). La producci6n ecuatoriana es exportada en su totalidad sin que se
,. efectue tratamiento local alguno. Las Filipinas son de lejos el principal productor mundial de aba-
ca (96 %, Encyc10pedia Universalis).

2.1 Variedades esporadicos con Furadan (nematicida). La

Se utilizan una docena de variedades introdu-
cidas de las Filipinas, al igual que remanentes
de un primer intento de ac1imataci6n realizado
por un colono aleman cerca de Quevedo, en los
anos 1930. La elecci6n se realiza sobre todo en
funci6n de la resistencia a los nematodos.
2.2 Exigencias
Como todo platano, demanda suelos bien
drenados, relativamente ricos y una abundante
pluviometria distribuida a todo 10 largo deI ano.
2.3 Zona de cultivo (mapa B19)
Todas las plantaciones se localizan dentro
de un perimetro limitado, al oeste de Santo Do-
mingo, donde se satisface la demanda de hume-
dad deI cultivo.
2.4 Tamano de las explotaciones
Musa textilis se cultiva principalmente en
parcelas de 2 a 100 ha y en propiedades deja-
das al cuidado de un empleado. No esta aso-
ciado a ningun otro cultivo en la parcela. A
nivel de la explotaci6n, otras actividades agri-
limpieza deI pie de las plantas mediante el
retiro de las hojas muertas es una practica
cornun. Se controla el numero de tallos por pie
para no dejar sino 8 a 10.
2.5.c Enfermedades
El abaca sufre los mismos ataques y plagas
que los demas platanos tropicales, pero los mas
temidos y combatidos son los nematodos.
2.5.d Cosecha
Al cabo de 18 meses de plantaci6n, se puede
realizar la primera cosecha. Se escoge, en cada
mata, los tallos mas maduro dejando en pie los
demas para pr6ximas cosechas. Éstas se efec-
tuan cada 2 a 3 meses. Los tallos cortados son
partidos longitudinalmente antes de ser raspa-
dos para eliminar los tejidos blandos. Las
fibras asi aisladas son clasificadas seglin su co-
lor y posteriormente secadas. Las mas oscuras
y menos cotizadas son las de la periferia deI es-
tipite, mientras que las deI centro, blancas,
alcanzan mejores precios. En los centros de
recolecci6n (tres situados cerca de Santo Do-
mingo) se preparan bultos de fibras listos para
la exportaci6n.

,. colas -de renta- frecuentes son el banano y

los pastizales. 2.5.e Rendimiento

2.5 Cultivo El rendimiento promedio es de una tonelada

• 2.5.a Plantaci6n
La plantaci6n se realiza con densidades com-
parables a las de las bananeras (ver BIll 5).
2.5.b Modos de cultivo
Los cuidados a la plantaci6n son pocos: se
han observado aplicaciones ocasionales de
abono con urea, al igual que tratamientos
de fibras por hectarea y por ano. Las fibras se
compran en el mercado internacional a 900 US$
la tonelada, precio que se ha mantenido desde
hace mas de 20 afios.
2.5.f Mano de obra
Una plantaci6n de 50 ha requiere 10 em-
pIeados para todos los cuidados, las cosechas
permanentes de pies maduros y el despulpe de
las fibras.
108 Paisajes Agrarios deI Ecuador

•
80 0 W

1 Abaca 1 1 ...._ #' ...

Plantaciones de
abaca

-
Unidad T39

,....,,
• __ t ,
,"
,- Plantaciones de
abaca dispersas

\V\
Limite superior
dei piso calido

'"'---!
Limites de las zonas
de humedad

Principales ciudades

Carreteras principales

,,
<
"

...
,

,
.,
,

o 100

Figura B19: Mapa de distribuci6n de las unidades cartogrâficas de abaca

 Componentes deI paisaje III Cultivos principales 109

2.6 Perspectivas han experimentado notables variaciones desde

hace muchos afios, y la saturaci6n de mercado
Las superficies ocupadas por este cultivo mundial no permite prever una pr6xima amplia-
totalmente circunstancial en el Ecuador, no ci6n de las plantaciones de Musa textilis.

,.

•
110 Paisajes Agrarios deI Ecuador

3 Algod6n Gossypium hirsutum L.

Unidades C37, C38 y P 35

El algod6n es un arbusto perenne cuyas especies cultivadas provienen deI Asia Menor y de
América Latina. El Ecuador se encuentra en el area natural de Gossypium barbadense, mientras
que otra especie, G. hirsutum, cubre la franja costera atlantica colombo-venezolana.

El algod6n era cultivado esporadicamente antes de la llegada de los espanoles. Inmediatamente

después de la conquista, su cultivo se desarroll6, sobre todo en los fondos calidos de los valles
interandinos donde existia ya y se mantuvo hasta 1945 en el valle deI Chota. En el siglo XVII, el •
cultivo se implant6 en la regi6n costera (Patino, 1967). Por su plantaci6n, su hilado y su tejido, que
demandan una importante mana de obra, el algod6n ha requerido la instalaci6n de infraestructu-
ras similares a las destinadas al tratamiento de la lana «<obrajes»). Incluso en las zonas humedas
coma la Amazonîa 0 la provincia de Esmeraldas, este cultivo siempre estaba presente pero con una
importancia limitada.

Actualmente, el cultivo de algod6n cubre de 10000 a 30000 ha. El volumen de producci6n varia
seglin las superficies plantadas aunque también en funci6n de las condiciones elimaticas, entre
12000 Y mas de 40000 toneladas de algod6n-semilla (figura B20). La demanda nacional esta esti-
mada en 45000 toneladas, es decir 17000 toneladas de algod6n-fibra.

3.1 Cultivares 3.2 Exigencias

El algod6n silvestre es un arbusto perenne
que se encuentra en zonas tanto humedas coma
secas, pero las plantaciones actuales se restrin-
gen a las zonas secas y el cielo de cultivo es
anual. Las liltimas plantaciones de algod6n deI
Mira eran regadas durante la fase de creci-
miento, los pies se resecaban después de la co-
secha y eran podados antes deI riego, para ini-
ciar otro cielo de producci6n.
Actualmente, las variedades preferidas per-
tenecen a los grupos «Cocker» y «8toneville» (G.
hirsutum) cuyo cielo es de 5 meses y producen
fibras de mediana longitud.
Para el cultivo de algod6n, los suelos deben
ser profundos, permeables y ricos. Se observa
una notable tolerancia a la saI.
Las exigencias climaticas son mas comple-
jas. Ademas de temperaturas elevadas, este
cultivo demanda una importante insolaci6n y
una gran humedad atmosférica. La pluviome-
tria debe ser suficiente coma para garantizar el
crecimiento de la planta hasta su floraci6n pe-
ro, cuando las capsulas alcanzan la madurez, la
sequia deberia ser absoluta para no danar las
fibras. En 1992, al igual que en 1983 -ver fi-
gura B20- se perdi6 buena parte de la cose-

Superficies sembradas
(miles de hectareas) = curva
Cosecha de algodén en semilla
(miles de toneladas) = histograma
.,
40
Figura B20: Evoluci6n de las
30 superficies sem bradas en
algod6n y de la producci6n
ft 20 de 1971 a 1991
:.';;:' ;;-
Fuente: Programa Nacionai deI
10 Algod6n

o
1975 1980 1985 1990
 Componentes deI paisaje III Cultivos principales 111

Sembrios de algod6n
80 0 W importantes
Sembriœde

IAIg od6n l
• a1god6n predo-
minantes Uridad C':Jl

==== Sembriœ de
;;;;;; a1god6n Yreslos
de bosque semi-deciduo
Unidad C38

,. Sembrios de 81godén
secundarios

Asociados con
otros cLilivos anuales
y pastos Unidad P35
r-:l Aoociados con
~ olros cultivos anuales
dentro de formaciones
arbustivas Unidad D36

~ Aoociados con
~ otros cultivos anuaJes
y pastos dentro de forma-
ciones forestales
Undad D35
~ Asociados con
1 ~ pastos, otros cLitivos
y restes de bosque
Uridad D37

Otras zonas
' .. ,
1" ..,
a1godorleras

\V\..
Limite superior
dei pise calido

Umites de las zonas

dehumedad

Pmcipales dudades

"

Carreeras pmcipales

•
,
,
,
o 100 200 km

Figura B21: Mapa de localizaci6n de las unidades cartograficas con plantaciones de algod6n
112
cha, debido a la excepcional duraci6n de la
estaci6n lluviosa.
3.3 Zona de cultivo (mapa B21)
Las 30000 a 32000 ha (plantadas en 1992) se
distribuyen principalmente entre las provincias
deI Guayas (10 000) y de Manabi (20000). Estas
zonas soportan de 7 a 10 meses secos por ano. Si
de los 150 dias necesarios para el cic10 completo
deI algod6n se restan los 50 a 80 correspondien-
tes a la fase de madurez, se obtiene una dura-
ci6n de estaci6n humeda de 70 a 100 dias, es
decir 8,5 a 9,5 meses secos. Se observa entonces
que, en la regi6n de Tosagua por ejemplo, el
algodôn se cultiva con riesgo. En otras regiones,
el cultivo puede estar sujeto a otras limitacio-
nes, como lluvias tardias en Atacames (donde
ensayos a gran escala no han sido conc1uyentes),
o suelos degradados en Pedro Carbo donde el
cultivo es abandonado progresivamente.
Rasta 1992, las superficies plantadas con
algod6n aumentaban regularmente, pero en
1993 disminuyen considerablemente (cosecha
1992 perdida) y los créditos se perdieron.
3.4 Tamano de las explotaciones (figura B22)
Los histogramas muestran c1aramente que
el algod6n se cultiva preferentemente en peque-
nas parcelas. Éstas pertenecen a pequenos y
medianos propietarios. Algunos pequenos pro-
ductores alquilan un terreno para sembrar.
Existen muy pocas propiedades grandes, de
aproximadamente 200-250 ha, y una sola de
1 200 ha adquirida por una empresa textil para
cultivar algod6n cerca de Bahia de Caraquez.
3.5 Cultivo
3.5.a Plantaci6n
Se realiza por siem bra directa, escogiéndose
el momento en que presumiblemente ha comen-
80
60
%
1.'
•
Porcentaje de los cultivadores
Porcentaje de las superficies
40
Clases de
20
superficies
sembradas
0
menos deS de 10 de 20 "'--m-'as-'" en algod6n
deS a10 a20 aSO de SO
Paisajes Agrarios deI Ecuador
zado la estaci6n lluviosa. Se recomienda espe-
rar que transcurra un mes de lluvias a fin de
que el suelo esté bien humectado. Los algodo-
neros saben que son las primeras siembras las
que proporcionan la mejor cosecha.
La siembra es manual y requiere 7 kg de se-
millas por heetarea. Se realiza en lineas con una
distancia de 0,5 a 1,2 m (habitualmente 1 m)
entre si. El espacio entre los huecos de plan-
taci6n es de 0,2 a 0,4 m (comunmente de 0,4 m)
con dos semillas por hueco. La densidad de
plantaci6n es de 50000 plantas por heetarea.
3.5.b Modos de cultivo
Con el fin de limitar que pululen insectos
daninos, la parcela que ha sido cultivada el ano
anterior debe ser limpiada perfectamente, reco-
giéndose y quemandose el material vegetal se-
co. La aplicaci6n de un herbicida de preemer-
gencia se realiza en alrededor deI 90 % de los
casos.
El raleo de las plantas j6venes se efeetua si
se considera excesiva la densidad de siembra.
Se recomienda un segundo deshierbe, eventual-
mente manual. La aplicaci6n de abono (urea y
abono completo) no es sistematica. Es imperati-
vo, en cambio, efec~uar 4 6 5 Y hasta 6 aplica-
ciones de insecticidas.
Actualmente, el algod6n no es regado salvo
en una gran plantaci6n deI valle de Santa Ana,
pero en los futuros perimetros de la peninsula
de Santa Elena (10 a 12 meses secos por ano),
la CEDEGE ha previsto implantar cultivos de
algod6n con riego.
3.5.c Plagas y enfermedades
El algod6n es una planta extremadamente
sensible a los ataques de innumerables insectos
que pueden aniquilar la producci6n. Las princi-
pales plagas son los minadores de tallo, los «gu-
Figura B22: Distribuci6n de los campe-
sinos y de las superficies sembradas en
algod6n segun clases de tamano (%),
1991
Fuente: Programa Nacional deI AIgod6n,
Guayaquil
 Componentes deI paisaje III Cultivos principales
sanos rosados» y los insectos picadores-chupa-
dores.
Los tallos perforados por una larva de una
mariposa ("minador de tallo», «polilla minado-
ra», Gasterocercodes) pueden morir si el ataque
se produce en plantas j6venes.
El "gusano rosado» (Pectinophora) destruye
todos las semillas de una capsula e impide el
desarrollo de las fibras.
1-
Los insectos picadores-chupadores (Aphis,
Thrips, Tatranychus) se alimentan de la savia
de las plantas, las debilitan y reducen su pro-
ducci6n.
3.5.d Cosecha
Es manual y deberia realizarse cuidadosa-
mente de modo que se recoja unicamente un
producto maduro, seco y sin impurezas. Actual-
mente no es posible pensar en una mecaniza-
ci6n pues la gran mayoria de las plantaciones
se encuentran en pendientes fuertes.
3.5.e Rendimiento
Varia segun las condiciones topograficas.
Los algodoneros cosechan en promedio de 0,9 a
1,4 t/ha en las colinas y hasta 1,8 t/h en los fon-
dos de valle mas humedos (algod6n-semilla). El
SEAN senala, para 1989, un rendimiento de
1,1 t/ha. Los precios establecidos en principio a
inicios de cada campana eran de 63000 sucres
por quintal en 1991 y de 76000 en 1992. En fe-
.'
•
113
brero de 1993, cuando la estaci6n lluviosa ya
habia iniciado, los precios aun no habian sido
fijados y solamente se habian sembrado 6200 ha
y en junio de ese mismo ano, las semillas de
algod6n se ofrecian a raz6n de 15 sucres el kg
coma alimento para el ganado...
Los subproductos deI desfibrado deI algod6n
tienen también un mercado. El aceite de las
semillas, una vez sometido a una destoxica-
ci6n, puede mezclarse con otros aceites alimen-
tarios (producci6n de 3300 toneladas en 1991-
1992). Las tortas y cascaras proporcionan un
complemento alimentario para el ganado.
Dada la prolongada estaci6n seca en las zonas
de cultivo de algod6n, este complemento es
muy apreciado.
3.6 Perspectivas
La producci6n de las plantaciones ecuato-
rianas esta destinada unicamente al mercado
local. Las condiciones climaticas (sequias 0 llu-
vias excesivas), el elevado costo de producci6n
(importante consumo de productos fitosanita-
rios), la lentitud en la obtenci6n de créditos
oficiales indispensables para este cultivo y,
finalmente, la existencia de un excedente mun-
dial de algod6n a bajo precio proveniente de la
ex Uni6n Soviética son otros tantos factores
limitantes no s610 deI desarrollo de las planta-
ciones de algod6n en el pais sino de su manten-
ci6n. Este cultivo corre entonces el riesgo de
seguir la evoluci6n observada en Colombia
donde las superficies plantadas con algod6n
pasaron recientemente de 220000 a 60000 ha.
114 Paisajes Agrarios deI Ecuador

4 Arroz Oriza sativa L.

Unidades C41, C42, C43, C44, C45

Las superficies cultivadas con arroz, poco importantes en 1930 (15000 ha), aumentaron regu-
larmente hasta 1949 (62000 ha) disminuyendo luego, al final de la segunda guerra mundial, antes
de repuntar nuevamente a partir de 1970 (77 000 ha en 1970, 103000 ha en 1977) para alcanzar
188000 ha en 1991 -segUn el Programa Nacional deI Arroz (PNA), aunque 290000 ha seglin el
SEAN; en ambos casos las cifras contabilizan dos veces las superficies que producen dos cosechas
al ano-.
•
La productividad también ha aumentado: los rendimientos pasaron de 1,6 t en 1977 a 3,6 t de
arroz cascara (0 paddy)lha en 1991, es decir 2,3 t de arroz blanco.

El arroz es actualmente uno de los alimentos basicos deI Ecuador. En efecto, su consumo es de
32 kg per capitalano (40 en Quito, 72 en Guayaquil). Una superficie de 120000 a 140000 ha se des-
tina a su cultivo. En aproximadamente la mitad de esa superficie se efectua una segunda cosecha
anual. De aHi una producci6n de 500000 a 600000 t de paddy/ano que no siempre satisface inte-
gramente la demanda nacional, viéndose el Ecuador obligado a menudo a importar una cantidad
que representa deI 10 al 15 % de su propia producci6n.

4.1 Exigencias
Duraci6n dei cielo (dfas) 118-130 97-110
El arroz es poco exigente desde el punto de
Rendimiento (sacos de 200 libras) 43-67,7 60,5-74,5
vista edafico, pero los suelos de textura arci-
Hosa con una buena retenci6n de agua son par- Resistencia a Sogatodes débil buena

ticularmente aptos para su cultivo. Su imper- Resistencia a Pyricularia débil mediana

meabilidad, aumentada mediante la técnica deI
«fangueo» (formaci6n de lodo por medio de trac- Cuadro B13: Algunas caracteristicas de las dos
tores con ruedas-canasta), es primordial para el principales variedades de arroz
arroz regado. Fuente: INIAP

Las variedades obtenidas por el INIAP re-
quieren una temperatura constante y elevada
(25 a 35°) durante su cielo de cultivo.
El arroz es una planta que requiere gran
cantidad de agua y no puede cultivarse sino en
las zonas con al menos 3 6 4 meses l1uviosos
por ano 0 bajo riego. En la regi6n costera, rara
vez es posible una segunda cosecha de arroz
pluvial, debido a las limitadas precipitaciones
de finales de la estaci6n humeda.
4.2 Variedades
la mayoria de las variedades mejoradas provie-
nen deI INIAP. Las mas cultivadas con actual-
mente INIAP 415 e INIAP 11 creadas en 1984
y que poco a poco reemplazaron a las va,rieda-
des INIAP 6, 7 y 10.
INIAP 415 representa por si sola el 58 % de
las superficies cultivadas en estaci6n l1uviosa
(como cultivo pluvial pero sobre todo regado) y
el 32 % de las superficies cultivadas con riego
en estaci6n seca. Al igual que INIAP 6, 7 Y 10,
es poco resistente a Sogatodes oryzicola y a Py- -1
ricularia oryzae.

La utilizaci6n de variedades mejoradas no
ha dejado de crecer. Mientras en 1987 se utili-
zaban linicamente en el 57 % de las superficies
cultivadas, en 1994 cubren el 92 % de eHas
(cuadro B12). Aparte·de la variedad «Donato»,
INIAP 11, variedad que fue creada esencial-
mente para las zonas donde el cultivo deI arroz
es pluvial sin riego (cultivo poco tecnificado),
presenta, en cambio, una mejor resistencia a
esas enfermedades que INIAP 415 (cuadro B13).

Cuadro B12: Porcentajes de superficies

sembradascon diferentes cultivares
de arroz
Fuente: INIAP
 Componentes deI paisaje III Cultivos principales 115

Guayas 3282 1 4004 472 5330 196 5715 96 13236 79 31567 2181
Los Rios 3619 1205 10925 890 11043 337 11215 154 26479 172 63281 2758
Canar 83 32 147 18 133 4 109 2 0 0 472 56
Loja 277 83 313 30 205 8 0 0 0 0 795 121
Manabi 1336 506 805 83 133 3 0 0 0 0 2274 592
Esmeraldas 1877 656 1805 202 0 0 0 0 0 0 3682 858
El Oro 325 235 15 2 0 0 0 0 0 0 340 237
Amazonia 1535 1336 0 0 0 0 0 0 0 0 1535 1336

• TOTAL 12334 5391 18014 1697 16844 548 17039 252 39715 251 103946 8139
l
Cuadro B14: Superficies sembradas con arroz (N. ha) y numero de arrozicultores (N. cult.) por
provincia y clases de superficie sembrada en arroz en cada propiedad
Fuente: Programa Nacional deI Arroz y de Control de Piladores, MAG, 1991

4.3 Zonas de cultivo (mapa B23) 4.4 Tamaiio de las explotaciones

Tradicionalmente, el area arrocera es la Las estadisticas establecidas por el PNA

zona baja de la llanura deI Guayas (94 % de la
produccion de arroz se localiza en las provin-
cias deI Guayas y de Los Rios), asi como los
alrededores de Macara. El arroz regado, con 2
y hasta 3 cultivos por ano, es practicado en las
zonas mas bajas, y el arroz pluvial 0 de secano
en las zonas altas. El cultivo de este ultimo se
ha extendido recientemente al centro y al nor-
te de la provincia de Los Rios a expensas de
los cultivos de café, cacao y soya asi como
maiz.
para 1991 (distribucion por provincias en el
cuadro B14 y resumen nacional en la figura
B24) presentan, bajo la denominacion de
explotaci6n, no el tamaiio total de la misa sino
la superficie cultivada con arroz en cada una de
ellas. En la zona arrocera deI Guayas, donde el
monocultivo de arroz es frecuente, la superficie
cultivada es a menudo igual al tamaiio de la
explotaci6n, pero ese no es el casa en otras
regiones donde el arroz no es sino unD de los
cultivos de la explotaci6n.

El cultivo de arroz se practica también, de En todo el pais, el 65 % de los arroceros cul-

manera muy puntual y para el consumo fami- tivan superficies reducidas, inferiores a 5 ha, el
liar, en toda la zona tropical calida donde, 87 % tienen arrozales inferiores a 20 ha, mien-
conjuntamente con el maiz, es unD de los tras que solo el 3 % poseen cultivos de mas de
primeros cultivos en zona de desmonte. 100 ha.

40 Miles de hectareas

30
20

10

o menos Clase de Figura B24: Distribuci6n de las super-

de 50 superficie (ha) ficies y de los campesinos segun
.. de5 a 100 clases de surperficies sembradas en
.. 6 000 Numero de arroceros arroz por cada productor
Fuente: Programa Nacional deI Arroz y de
Control de Piladores, MAG, 1991
4000

2000

o menos .....--J~~..,......E!EŒ!!;ll!!I-,....Iill~m....,Clase de
de 50 mas superficie (ha)
de5 a 100 de 100
116 Paisajes Agrarios deI Ecuador

80 0 W

1 Arroz 1

"

"

.f'."JI Limite superior dei pise ca.lido

?l ~ 0 ° Principales ciudades

Carreteras principales

Los limites de las zonas de humedad no estan

representados
r El archipiélago de Galapagos no esta representado,
,,'"-'"
,
o/y
,
"
J.-,
...
no se cultiva arroz en él.

o _=~~=_",='===~
o.'
100
__"'200
" km

Arrozales predominantes Arrozales secundarlos

Sin cultivos asociados Asociados con pastos

Unidad C41 Unidades P31, 32,35
_ Asociados con pastos
Unidades C42, 43, 45
Asociados con plantaciones permanentes y
cultivos anuales Unidades T37, 46, 51
.
.
mu Asociados con pastos y otros cultivos
anuales Unidad C44
Asociados con otros cultivos anuales
O Dentro de cultivos anuales en los frentes
pioneros Unidades D31 , 32, 33, 36

Unidad C47

Figura B23: Mapa de las unidades cartograficas con cultivos de arroz

 Componentes deI paisaje III Cultivos principales
En la regi6n arrocera deI Guayas y de Los
Rios, los arrozales de mas de 100 ha represen-
tan el 36 % de la superficie arrocera total y los
inferiores a 5 ha apenas el 10 y el 5,7 % respec-
tivamente. Ademas, los agricultores que poseen
s6lo reducidas superficies arroceras estân agru-
pados generalmente en cooperativas.
En el resto de la zona costera, en cambio, asi
coma en la provincia de Loja, los arrozales son
• mas pequeiios, inferiores a 50 ha e incluso a 20
ha.
Finalmente, en la regi6n amaZOlllca, el
arroz, que es un cultivo de autoconsumo, ocupa
apenas superficies inferiores a 5 ha en propie-
dades que cubren alrededor de 50 ha.
4.5 Cultivo
Seglin las técnicas de cultivo, la época y el
lugar deI cultivo, se pueden distinguir:
• el arroz con riego que se practica todo el aiio
(2 cultivos anuales) con
- siembra directa,
- 0 siembra en vivero con trasplante;
• el arroz pluvial cultivado unicamente en in-
vierno (estaci6n lluviosa)
- en las zonas altas, con siembra directa,
- en las zonas bajas inundables con:
* siembra directa,
* 0 siembra en vivero con trasplante.
En realidad, en el Ecuador, el PNA estable-
ce la siguiente clasificaci6n tomando en cuenta
el grado de tecnificaci6n:
• arroz con riego (siempre tecnificado)
- siembra directa,
- siembra en vivero;
• arroz pluvial (0 de secano)
- tecnificado,
- tradicional, es decir poco tecnificado (modos
de cultivo manuales, pocos tratamientos y
cuidados).
El arroz regado es cultivado en el 27,7 % de
la superficie arrocera deI bajo Guayas, siendo
• el 72,3 % restante arroz de secano. Los costos
de producci6n son de 1,5 a 2 veces menores en
el sistema pluvial tradicional que en los demas
(ver mas adelante el cuadro B17).
Sembrfo directe
Trasplante
Cuadro B15: Porcentajes de campesinos seglin el método de sembrio
Fuente: INIAP - PNA - ClAT, 1987
117
En las zonas favorables, es decir aquel1as
con mas de 7 meses humedos al ano, la cosecha
deI arroz cultivado en estaci6n lluviosa es sè-
guida de un segundo cultivo anual, menos exi-
gente en agua, de maiz 0 soya.
4.5.a Siembra
La siembra en vivero seguida de un tras-
plante no es una practica generalizada. Se rea-
liza en las zonas bajas donde, a menudo, un de-
ficiente control deI agua impide una siembra
directa y se debe esperar un retiro de las aguas
antes deI trasplante. Representa apenas el
15 % de las superficies cultivadas en invierno,
pero mas de la mitad (65 %) de las superficies
cultivadas en verano.
La siembra directa se practica de manera
muy diferente seglin el grado de tecnologia de
las explotaciones. Casi siempre es mecani-
zada. Asi, el 70 % de las superficies culti-
vadas en invierno son sembradas de esa
manera en las grandes propiedades al igual
que donde los pequeiios agricultores que
pueden acceder a la mecanizaci6n gracias al
cooperativismo. En ocasiones, se la realiza
desde un avi6n.
Segtin INIAP-PNA-CIAT (1987), el Ecuador
es uno de los pocos paises de América Latina
donde se practica el trasplante mas frecuente-
mente que la siembra directa en arrozales tec-
nificados con riego. Esto es ilustrado por los re-
sultados de una encuesta realizada en los can-
tones de la provincia deI Guayas, donde el tras-
plante es minoritario s6lo en los cantones de El
Triunfo y Naranjal con predominio de las pro-
piedades de tamaiio mediano a grande (cuadro
B15).
La siembra manual, efectuada sobre tàdo en
las explotaciones tradicionales, se practica tan-
to al voleo coma por enterramiento directo de
algunas semillas. En este ultimo método, cuan-
do se ha podido arar el campo, las semillas son
dispuestas en los surcos. De 10 contrario, son
depositadas en los huecos alineados realizados
con una estaca y luego cubiertos con el pie.
Esta siembra en lineas facilita las labores pos-
teriores.
118
Las cantidades de semillas recomendadas
por el INIAP son de 80 kg/ha en siembra directa
y de 25 a 50 kglha en vivero.
4.5.b Tratamientos y cuidados
AI igual que la siembra, dependen deI grado
de tecnologia de las explotaciones.
El aporte de abonos, esencialmente nitro-
genados en dosis fraccionadas aunque a veces
también fosfatados y potasicos, es generali-
zado en las explotaciones de la gran zona
arrocera de la llanura deI Guayas. El abono
nitrogenado mas utilizado es la urea. Las
dosis que permitieron obtener los mayores
rendimientos durante los ensayos efectuados
por el INIAP son de 120 a 160 kg/ha. Las
practicadas por los agricultores varian de 50 a
300 kg/ha.
Los tratamientos con fungicidas y el
empleo de herbicidas e insecticidas son
igualmente frecuentes en toda esa zona. El
agricultor, en cambio, para quien el arroz no
representa sinD un producto de consumo fami-
liar, se contenta a menudo con rendimientos
bajos y no aporta abonos ni cuidado particular
alguno al cultivo.
4.5.c Plagas y enfermedades
Los daiios mas importantes se deben a in-
sectos tales coma Rupela albinela, Spodoptera
frugiperda y Sogatodes oryzicola, este ultimo
vector deI virus que provoca la enfermedad
conocida como «hoja blanca».
Un hongo, Pyricularia oryzae, es también
frecuente, sobre todo en el arroz pluvial.
Los tratamientos particularmente onerosos
no se justifican sino cuando los ataques son
importantes, pero la mayoria de los agricultores
ignoran las normas a partir de las cuales es
razonable tratar, y efectuan a menudo trata-
mientos preventivos excesivos.
Rendimiento
t/halafio de paddy 5,04 3,91
Producci6n miles de
toneladas de paddy 8,18 33,04
Cuadro B16: Rendimiento y producci6n de zonas arroceras (paddy/arroz blanco = 100/63)
Fuente: Programa Nacional deI Arroz y de Control de Piladoras, MAG, 1991
Paisajes Agrarios deI Ecuador
4.5.d Cosecha
La cosecha mecanizada es practicada linica-
mente en el 60 % de la superficie cosechada. Es
manual tratandose de los productores que
poseen superficies limitadas de arroz, sobre todo
si no estân agrupados en cooperativas. La cose-
cha mecanizada es mas frecuente en Los Rios
que en el Guayas, 10 que se explica en parte por
el hecho de que en esa provincia la cosecha es
efectuada a menudo en tierras alin inundadas. •
4.5.e Rendimientos (cuadro B16)
Son muy variables seglin el modo de cultivo
(los rendimientos deI arroz regado son general-
mente superiores a los deI arroz pluvial) y los
cuidados practicados. Algunos ensayos han
mostrado, en cambio, que el modo de siembra
no incide en los rendimientos, los cuales se
situan en la gama de los promedios mundiales
citados comunmente.
Tradicionalmente, los rendimientos mas ele-
vados, de 5 t/ha (arroz con cascara), son los obte-
nidos en los arrozales de la llanura de Macara.
Les siguen los obtenidos en la baja llanura deI
Guayas (3,7 a 3,9 t/ha), mientras que los de las
demas regiones no superan las 3 t/ha.
4.6 Comercializaci6n
La mayor parte de la cosecha (alrededor deI
85 %) se dirige a las piladoras, llevada por el
mismo agricultor, por un intermediario y mas
recientemente casi siempre por el propietario
de la piladora quien va a comprar directamente
la producci6n. El arroz es entonces secado y
pilado.
Seglin INIAP-PNA-CIAT (1987), el aumento
deI precio deI arroz entre el agricultor y el con-
sumidor seria de apenas el 26,8 %. En realidad,
el precio de cornpra al productor se duplica
seglin las estaciones y es mas 0 menos cons-
tante para el consumidor. Como el agricultor
rara vez puede almacenar el arroz, es la pilado-
•
3,69 2,90 2,95 2,85
30,15 12,19 7,40 6,73
 Componentes deI paisaje III Cultivos principales 119

Cuadro B17: Costos de pro-

ducci6n deI arroz en Amé-
Preparaci6n 324 724 620 460 309 rica Latina y en Ecuador
Sembrio 309 310 570 292 323 (evaluados en equivalente
Tratamientos 422 1008 736 1065 408 de kg de paddy por ha)
Fertilizaci6n 423 394 285 302
Cosecha 412 1296 861 993 527 Fuente: INIAP-PNA-CIAT,
Transporte 160 144 120 1987
Riego 307 187 168

Costo total 2357 4076 3179 3248 1986

ra la que, al comprar al momento de la cosecha, la puesta en marcha de la primera etapa deI

es decir cuando los precios estan en su nivel
mas bajo, obtiene el mayor margen de ganancia.
4.7 Perspectivas
Uno de los objetivos deI PNA es asegurar la
autosuficiencia nacional. Meta mas 0 menos
cumplida durante los aÎios c1imato16gicamente
normales, ya no 10 es si las lluvias son deficita-
rias 0 por el contrario excesivas, en cuyo caso se
pierde una cierta superficie de arroz sembrado.
Unicamente un perfecto control deI agua per-
mitiria una regularidad en la producci6n. Cons-
cientes de tal problema, organismos tales como
la CEDEGE trabajan en este sentido, al igual
que 10 hacia el INERHI en su tiempo. En 1993,
proyeeto Daule-Peripa (riego total previsto de
100000 ha) permitira regar 17000 ha entre Pa-
lestina y Petrillo. Sin embargo, es sobre todo el
control de las inundaciones en toda la baja lla-
nura deI Guayas 10 que permitira evitar las
pérdidas debidas a las catastr6ficas crecidas de
los rios.
Por otro lado, el cuadro B17 muestra que los
costos de producci6n tecnificada de arroz son
mayores en el Ecuador que en el resto de Amé-
rica Latina. Los autores deI informe de INIAP-
PNA-CIAT (1987) destacan la necesidad de re-
ducir los costos de producci6n y particularmen-
te aquellos que se refieren a la preparaci6n deI
suelo, los tratamientos y la cosecha.

•
120 Paisajes Agrarios deI Ecuador

5 Banano Musa div sp

Unidades T35, 36, 37, 49,50,51

Y accesoriamente
C31,48
D31, 32, 33,36,38
P31,32,33,34,35
T34,42,43, 44, 45,47,48,52

El banano, coma producto de consumo local, es tradicional en las regiones calidas deI Ecuador.
Su rapida difusiôn hizo incluso creer a los espaiioles de la segunda ola de colonizaci6n que se
trataba de una planta nativa, mientras que es originaria deI Extremo Oriente. Fue cultivada para
la exportaciôn desde 1920, pero no alcanz6 su auge sino en los aiios 1950. Las superficies
cultivadas no dejaron de crecer hasta 1966, fecha en la que cubrian mas de 163000 ha.

Debido al mal de Panama, que afecta a la variedad Gros Michel, la unica ntonces cultivada, las
superficies disminuyeron, y la variedad Cavendish reemplaz6 poco a poco a la anterior para
estabilizarse en alrededor de 60000 ha de 1978 a 1987 (figura B25).

Debido a un aumento deI precio deI banano en el mercado internacional, la extensi6n de las
plantaciones de banano de exportaci6n repunt6 en esa fecha de tal manera que las superficies se
multiplicaron por mas de dos entre 1987 (61400 ha) y 1992 (134400 ha). El consumo interno de
banano se estima en un 30 % de la producci6n. El platano cultivado para el autoconsumo 0 la
comercializaci6n a nivel nacional (alrededor de 100000 ha seglin el SEAN) tiene desde hace poco
salida al exterior (Estados Unidos, otros paises de América Latina) y mas de 10000 ha son culti-
vadas para la exportaci6n.

Figura B25: Evoluciôn de 1948 a 1992 de las exportaciones anuales de bana-

no (*1992 = valor estimado) y de las superficies sembradas para
la exportaci6n desde 1958 hasta 1992
Fuentes: Programa Nacional deI Banano y Larrea, 1987

Exportaciones anuales Superficies de bananeras

de banano (miles de toneladas) sembradas para la exportaci6n
= curva (miles de hectareas)
3.000 = histograma

150

2.000
100

1.000
50

o-'o-,..--,---,--,r-r-....
--,--,---Y-y...y--Y-';J....Y--J-;'--Y-~'-Y-\
.............,.....,.'+'-'-r'-Y-Y-Y~""""I'-"i"-, -'fi,--"1',,--,!,LO.l"-'1'-,-'l"-,-""'-'l.LJII'-. lf'-'-,
1'"-. 0
1950 1960 1970 1980 1990
Itil Variedad "Gros Michel" III Variedad "Cavendish"
 Componentes deI paisaje III Cultivas principales 121

IBananol

'~-""
-~::--'
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!..

"

)c
'~,
,
t:-
- '-
,
,
,
,

./'--jI LImite superior dei pise calido

ïJ ~ 0 0 Principales ciudades

Carreteras principales

NB .- Los limites de las zonas de humedad

no estan representados
Par el tamaiio de la leyenda, el archipiélago de
Galapagos no consta en este mapa - Ver figura B27

Le
._==--==_-----'_1.0=0====-__..;2;,j9 0 km

Bananeras predominantes Bananeras secundarias (continuaci6n)

Sin pastos Presencia de pastos
'., Sin cultivos asociados Unidad T35 Asociaci6n con plantaciones permanentes
Asociaci6n con plantaciones permanentes
D Unidades T 34, 44
Unidades T36, 49 ~ Asociaci6n con plantaciones permanentes y
.. Presencia secundaria de pastos
~. cultivos anuales Unidades P35, T 43, 45, 46

Asociaci6n con cultivos anuales mmnn Asociaci6n con cultivos anuales, restos de
Unidades T37, 51 WJlillJJ vegetaci6n natural Unidades 031, P34
Sin cultivos asociados Unidad T50 Asociaci6n con plantaciones permanentes, restos
~ de vegetaci6n natural Unidades P31, 32
Bananeras secundarias
Associaci6n con cultivos permanentes yanuales,
Sin pastos
Asociaci6n con plantaciones permanentes
D restos de vegetaci6n naturalUnidades 032,33,36,38

Unidades T42, 47, 48, 52, C48

~ Asociaci6n con plantaciones permanentes
E:iE33 y cultivos anuales Unidades C31, P33 Figur B26: Mapa de las unidades cartogrâficas
con bananeras
-Agropamiento seglin actividades anexas-
122
5.1 Cultivares
El banano cultivado pertenece a cruces tri-
ploides estériles de dos especies fértiles: Musa
acuminata (genoma AA) y M. balbisiana (geno-
ma BB).
El banano dulce (esencialmente genoma
AAA) comprende variedades para la exporta-
ci6n y otras para el mercado local. Las destina-
das a la exportaci6n son todas deI grupo de los
Cavendish: «Lacatan», de 4 a 6 m de altura,
poco plantada debido a su gran tamaiïo; "Poyo»,
de 3 a 4 m de altura; «Gran Cavendish» y
«Grande Naine» que alcanzan 3 m. Después de
1965, éstas reemplazaron a «Gros Michel»
sensible al mal de Panama, pero que sigue
siendo apreciada en el mercado local (aunque
solamente cubre 334 ha, segun Alvarez y
Chang, 1992). Variedades secundarias coma el
«orito» (genoma ABB) 0 «higo dulce» (genoma
AA) de carne rosada, son producidas igual-
mente para el consumo nacional .
Los bananos de cocinar se reparten en dos
grupos principales, el platano (genoma ABB)
consumido verde 0 maduro y cuya variedad
mas difundida es «Harton» y el «maqueno»
(genoma AAB), mas grueso, mas corto, de sabor
dulce y uso menos frecuente.
5.2 Exigencias
El banano requiere suelos homogéneos,
profundos y de textura franca. Es exigente en
nitr6geno y en potasio y necesita gran cantidad
de agua. De alli que se 10 cultiva en regiones de
pluviometria regular (120 a 150 mm/mes) 0
bajo riego. El banano soporta insolaciones muy
variadas, pero su producci6n (y su demanda de
agua) aumenta con el numero de horas de sol
por ano.
5.3 Zonas de cultivo (ver figuras B26 y B27)
La figura B26 representa el conjunto de las
unidades cartograficas en las que esta presente
este cultivo, las que se clasifican seglin la den-
sidad de las plantaciones de banano y luego
seglin los demas cultivos 0 rasgos deI paisaje.
La figura B27 es una simplificaci6n de la ante-
rior, que muestra s610 dos clases de densidad
pero permite representar, coma fondo deI
mapa, los limites de las zonas de hu~edad.
El banano cuyos frutos estan destinados a la
exportaci6n, es cultivado sobre todo en la Ila-
nura costera, sin riego de Quinindé a Quevedo,
Paisajes Agrarios deI Ecuador
y bajo riego al sur de esta ultima ciudad y
hasta Arenillas. Los suelos, ricos, formados a
partir de cenizas volcanicas 0 desarrollados
sobre aluviones le son propicios. Al noroeste de
Quinindé, hasta Esmeraldas y Atacames, las
plantaciones cubren la mayoria de las zonas
aluviales. El banano esta presente en todos los
huertos familiares (con una preferencia por la
variedad Gros Miche!), incluso en las zonas
relativamente secas. Por otro lado, es cultivado
de manera extensiva hasta 1800 m.s.n.m. (ex- •
cepcionalmente 2000 m.s.n.m.) en las vertien-
tes externas de los Andes.
El platano se cultiva principalmente en la
regi6n de El Carmen, con 14000 ha de las cua-
les 12000 estân destinadas a la exportaci6n, en
especial hacia los Estados Unidos. Esta pre-
sente igualmente, para consumo local, en los
vergeles ubicados alrededor de las casas, en
toda la zona tropical calida.
Se observara que los perimetros de inter-
venci6n deI Programa N acional deI Banano
(PNB) abarcan esencialmente las regiones de
fuerte densidad de plantaciones de banano, al
igual que otras pequenas zonas que no pre-
sentan esas plantaciones en la figura B27,
donde la densificaci6n y la orientaci6n hacia la
exportaci6n son recientes.
5.4 Tamano de las explotaciones (figura B28)
Las plantaciones son de tamaiïo muy varia-
ble. Las de mas de 30 ha representan cerca deI
60 % de las superficies cultivadas, las de 16 a
30 ha y las de 1 a 15 ha, el 20 % en cada caso.
Cerca deI 50 % de las explotaciones tienen
menos de 10 ha de plantaciones de banano,
pero no representan sino el 13 % de la super-
ficie sembrada. Las superficies mas frecuentes
se situan entre 20 y 6Q ha que corresponden al
24 % de las explotaciones y al 36 % de la super-
ficie. Las propiedades muy extensas se tornan •,
raras, siendo el tamano mayor reconocido por
Alvarez y Chang (1992) de 1 700 ha -hacienda
La Clementina-. •
Segun Charvet (1987), mas deI 60 % deI
banano exportado es producido por las explo-
taciones de mas de 200 ha. Las encuestas de
ese mismo autor senalan que los plantadores
de banano pueden poseer varias explotaciones
unicamente bananeras en las clases de las
mayores superficies, mientras que cultivos
anexos coma el cacao 0 los cultivos alimenticios
se encuentran sobre todo en las plantaciones
 Componentes deI paisaje III Cultivos principales 123

80 0 W

1 Bananol

, .

".
'.
f
. t.
)L'~,
, ... -'-
,
,
,
,
,

Limite superior dei pise calido

Limites de las zonas

de humedad

Principales ciudad es

Carreteras principales

0, 100 200
, km

Bananeras predominantes,
zonas incluyendo las plantaciones para exportaci6n
, 90 W 0

0> Q

• Bananeras secundarias, zonas sobretodo de cultivos

o familiales de banane dulce y de platano para el autoconsumo

o la venta en el mercado nacional 0°

~
.. ~
( " ' \ Zonas de intervenci6n dei Programa Nacional dei Banano, 1992
..........

Figura B27: Localizaci6n de las zonas bananeras

-Agrupamiento seglin la importancia
y el destino deI cultivo-
124 Paisajes Agrarios deI Ecuador

Figura B28: Repartici6n de las explotaciones y de las superficies (en %) seglin

clases de tamaiio de las explotaciones bananeras
Fuente: Alvarez & Chang, 1992

30 %

20

10
•
Clases de superficie
o œ1 'œ5 œ10 œ15' œ2)' œ4)' œOO.,.a,œ"""""OO"-."·œ""""'100œ"'-;--'-1'--SO"""-œ-'2)()""'-;'-œ---'2iQ"""'-I11é6"""'' -'-,dè (hectareas) de las
a5 a10 a15 a2) a4) aOO aOO a1CD a15:l à2JJ a2:D a3J) :DO explotaciones bananeras
•
• Porcentaje dei numero de las explotaciones Porcentaje de las superficies
f

de menor superficie y de un nivel de tecnicidad
menor.
5.5 Cultivo ~banano de exportaci6n-
(Alvarez y Chang, 1992; Pozo, 1992)
5.5.a Plantaci6n
Se la realiza después de cavar canales de
drenaje en las zonas donde la napa freatica es
poco profunda, en particular en los suelos
aluviales de la baja llanura deI Guayas hasta
Arenillas. La plantaci6n es efectuada mediante
rebrotes dispuestos en cuadrados 0 hexagonos,
forma que presenta la ventaja de lograr una
mejor ocupaci6n deI suelo (1374 a 1534 plan-
tas/ha) y una mejor insolaci6n de cada pie.
Estas plantaciones no son renovadas y los
Cavendish que reemplazaron a los Gros Michel
se perpetuan por sus hijuelos.
El riego, necesario en las regiones secas si-
tuadas al sur de Quevedo y al oeste de Esme-
raldas, se realiza de acuerdo con el grado de
tecnicidad (ver cuadro BI8): por gravedad, pero
sobre todo por aspersi6n. La alimentaci6n hidri-
ca 6ptima seria de 160 a 180 mm al mes, compl-
etandose las precipitaciones con riego. En perio-
do seco, éste debe aplicarse cada semana.
5.5.b Formas de cultivo y cuidados
El Programa Nacional deI Banano (PNB)
reconoce tres grados de tecnicidad de las
plantaciones (entre paréntesis se dan los
porcentajes de las superficies de cada cate-
goria): las plantaciones tecnificadas (33,2 %),
semi-tecnificadas (19,4 %) Y no tecnificadas
(47,4 %). El cuadro B18 presenta los modos de
cultivo empleados en las tres categorîas. Los
cuidados dispensados son tanto mas intensos

Figura B29: Repartici6n de las bananeras (en %) seglin el grado de

tecnificaci6n y clases de superficie
Fuente: Alvarez & Chang, 1992

%
100 •
80

60
.
40

20 Clases de superficie
(hectareas) de las
0-+-'!'""!"-........
d...e5~del0 de15 de20 de40 de60 de80œl00œl50 explotaciones
a10 a15 a20 a40 a60 a80 a 100 a15:l a2)() bananeras

1<1 Plantaciones no Plantaciones Plantaciones

...... tecnificadas • semi-tecnificadas • tecnificadas
 .,..
• ~
~ .
--

Ci
o
S
"C
§
CD
Presencia de todos los elementos siguientes
Criterios de Riego por aspersi6n
Presencia de algunos elementos Ausencia de todos los elementos
~
00
Red de drenaje
definici6n
Funicular para el transporte
Instalaci6n de fumigaci6n yempacadora
de la lista de la columna de la izquierda de la lista de la primera columna
-....
j;l.,
CD
"C
~
00
Densidad promedio de
~.

--
1482 1309 1 174
plantaci6n (matas/ha) CD

Buen control sea por herbicidas de contacto Esencialmente con machete Con machete. Los herbicidas son usados
DeshiertJe (aplicaciones todas las 4-6 semanas) 0 por Si uso de herbicidas, las dosis son con frecuencias insuficientes y con Ci
~
herbicidas sistémicos (todas las 12-16
semanas)
insuficientes dosis excesivas. Control ineficaz ....<
:=;:'

@
Corte de las hojas viejas Todas las semanas Todas las 1 a 2 semanas Todas las dos semanas hasta 1 mes ~
S'
Corte de los rebrotes Todas las 8 a 10 semanas Mas 0 menos todas las 12 semanas Todos los 3 meses
....
n
"C
~

Fertilizaci6n
En promedio 7,5 aplicaciones por ano En promedio 3,7 aplicaciones por ano En promedio 2,1 aplicaciones por ano ro-
00
nitr6geno 315 kg/ha - potasio 311 kg/ha nitr6geno 223 kg/ha - potasio 197 kg/ha 161 kg/ha N, 72 kg/ha K

En promedio 1,3 aplicaciones por ano En promedio menos de una aplicaci6n

Control de nematodos Dos y mas aplicaciones por ano
y con dosis reducidas porano

Verificaci6n cada semana Verificacion cada semana Verificacion cada semana

Apuntalamiento
87 % de los racimos son apuntalados 80 % de los racimos son apuntalados 71 % de los racimos son apuntalados

Por aspersi6n sobretodo suprafoliar Por aspersion 0 gravedad Por gravedad 0 sin riego
Riego
49 ciclos por ano 14 ciclos por ano (en las zonas humedas)

97 % de los racimos - en 50 % de los casos
Enfundamiento
con fundas tratadas con insecticidas
Cortes todas las semanas
Cosecha
Racimos de 10 a 13 semanas de edad
Producci6n anual
1 845 (36)
cajaslha (toneladas/ha)
91 % de los racimos - en 20 % de los 94 % de los racimos - ningun uso de
casos con fundas tratadas fundas tratadas
Cortes todas las dos semanas
Cortes todas las semanas
Racimos cortados inmaduros y con frutos
Racimos de edad menor
pequenos
Transporte usualmente a espaldas
Transporte a espaldas
1 294 (25) 1094 (21)

Cuadro B 18: Caracteristicas de la plantaciones bananeras Fuente: elaborado segun Alvarez & Chang, 1992 ......
t'V
01
126
cuanto es elevado el grado de tecnicidad de las
plantaciones, coma es el casa de las de gran
tamaiio. La figura B29 muestra c1aramente la
relaci6n entre el tamaiio de las plantaciones y
su grado de tecnicidad.
El cultivo deI banano demanda numerosos
trabajos que condicionan directamente los
rendimientos. La limpieza de las plantas (retiro
de las hojas muertas, corte de los rebrotes imi-
tiles) son tareas unicamente manuales y se las
realiza con machete. El deshierbe es manual 0
quimico, pero el respeto de la frecuencia de
intervenci6n (definida por los ciclos de los
adventicios) y de las dosis de herbicidas condi-
ciona la eficacia de los tratamientos.
La aplicaci6n de abonos y nematicidas varia
enormemente segun el grado de tecnicidad.
Entre los dos extremos observados, los aportes
de nitr6geno pueden fluctuar deI simple al
doble y los de potasio pueden variar deI simple
al cuadruple.
El riego y su modo de aplicaci6n forman
parte de la definici6n de los grados de tecni-
cidad. La técnica mas apropiada seria la asper-
si6n infrafoliar, pues el riego gota a gota no da
buenos resultados a causa de la carga s6lida de
las aguas. La técnica mas usual sigue siendo,
sin embargo, la aspersi6n suprafoliar con
caiion, pues la infrafoliar demanda inversiones
y manipulaciones demasiado importantes.
El apuntalamiento y el enfundado se hacen
de manera similar en los tres casos. El primera
es indispensable para evitar la curvatura y la
caida de la planta por el peso deI racimo. El
segundo protege a los racimos de los ataques de
insectos, de la aplicaci6n de pesticidas y favo-
rece el crecimiento de las frutas.
La cosecha se realiza segun criterios pre-
cisos (edad y tamaiio de los frutos) en las plan-
taciones tecnificadas y de manera mas alea-
toria en las demas. El transporte a lomo de
hombre a distancias que superan los 50 m
puede daiiar a los frutos.
5.5.c Enfermedades y plagas
El mal de Panama, provocado por Fusarium
oxysporum, no afecta a la variedad Cavendish,
actualmente plantada para exportacion. La en-
fermedad de Moko (Pseudomonas solanacea-
rum), que ataca igualmente al platano, afecta
sobre todo a las plantaciones situadas en la
Amazonia.
Paisajes Agrarios deI Ecuador
La Sigatoga amarilla (Mycosphaerella musi-
cola y Cercospora musae) esta presente en todas
las plantaciones deI Ecuador. La Sigatoga
negra (Mycosphaerella (ijiensis), que aparecio
en 1987 en la provincia de Esmeraldas, afecta
actualmente a practicamente todas las planta-
ciones deI pais y es mucho mas maligna que la
amarilla. No ocasiona la muerte de las plantas
pero los frutos son mas tardios, mas pequeiios,
menos numerosos por racimo y su pulpa se
toma blanda. El control fitosanitario se realiza
bajo la direcci6n deI Programa Nacional deI .
J.
Banano (PNB), esencialmente en las explota-
ciones pequeiias, 0 bajo la forma de contrato
libre.
Las raices deI banano son consumidas y atro-
fiadas por nematodos (Radolophus, Meloydogyne
y Pratylenchus); estos ataques pueden llegar
hasta matar las plantas afectadas. La selec-
ci6n de rebrotes sanos para la plantacion y
aplicaciones de nematicidas permiten contro-
lar sus efectos.
Numerosos insectos atacan al banano, ya
sea cavando galerias en el estipite (pseudo-
tronco formado por las vainas foliares) que se
vuelve fragil y puede caer (Cosmopolites), con-
sumiendo las hojas 0 picando los frutos (Thirps
y Colapsis). Los daiios de este ultimo tipo pue-
den evitarse mediante un enfundado precoz
usando fundas tratadas con insecticidas. En el
casa de los otros insectos, cuya principal acci6n
es facilitar la infestaci6n mngica 0 microbiana,
se recomienda favorecer sus parasitos especi-
ficos 0 aplicaciones de insecticidas en el casa de
pululacion.
5.5.d Cosecha
Se hace en plantas de 9 a 10 meses de edad
(aproximadamente un aiio para la primera
produccion), 0 de racimos que tienen de 10 a
13 semanas. La eleccion deI momento deI
corte se realiza también seglin el calibre deI
fruto, siendo los valores mas comunes de 45- •
48 puntos en estaci6n lluviosa y de 42-45 en
estacion seca (como un punto de calibre
corresponde a 1/32 de pulgada, los diametros
indicadores son de 36-38 y 33-36 mm respec-
tivamente).
Un pe6n entalla el estipite mientras que un
segundo recibe el racimo en sus hombros. El
racimo es separado deI estipite que es a su vez
cortado. El transporte se realiza a lomo de
hombre ya sea hasta el funicular 0 hasta la
unidad de tratamiento y embalaje.
 Componentes deI paisaje III Cultivos principales
5.5.e Procesamiento de la cosecha
Debido a la fragilidad de los frotos, el trata-
miento debe l'ealizarse en ellugar mismo. Los
racimos son recortados en manos que son clasi-
ficadas, lavadas, desinfectadas, escurridas,
pesadas y embaladas en cartones listos para la
exportllci6n. Las manos que comprenden frutas
fuera de calibre 0 manchadas (mas deI 20-50 %)
son desechadas y se destinan ya sea al consu-
mo local 0 a la alimentaci6n deI ganado.
5.5.f Rendimientos
Segtin un estudio de la Uni6n de Paises Ex-
portadores de Banano, los rendimientos son
.. muy bajos. Numerosos paises de América Lati-
na registran valores que duplican los obtenidos
en el Ecuador. Asimismo, éstos se ubican en la
parte baja de la gama de 20 a 60 tlha/aiio indi-
cada en las obras de referencia.
5.5.g Mano de obra
Charvet (1987) cita necesidades de mana de
obra de alrededor de 2,1 a 2,5 hombreslha. Los
valores mas bajos se encuentran en las explota-
ciones mas tecnificadas. En ese caso, el perso-
nal permanente representa aproximadamente
el 55 % deI total de la mana de obra. Esta cifra
varia entre 50 y 75 en las demas explotaciones.
Es particularmente elevado en las plantaciones
mas pequeiias donde predomina la mana de
obra familiar. A nivel nacional, ese autor
estima en 26000 el numero de personas que
trabajan en las plantaciones y en 6000 el de los
empleos generados por el sector (3000 personas
en el transporte y 3 000 en la manutenci6n
portuaria). Las actividades que utilizan mas
tiempo de trabajo son, en ese orden: el
embalaje, la limpieza de las plantaciones y la
cosecha.
,
127
5.6 Comercializaci6n (ver parte A IX)
La mayor parte de la producci6n (aproxima-
damente el 70 %) se destina a la exportaci6n.
Después deI embalaje en la plantaci6n misma,
o al menos 10 mas cerca posible de ella, los
cartones son transportados en cami6n al puerto
mas pr6ximo (Esmeraldas, Guayaquil 0 Puerto
Bolivar).
Las grandes companias exportadoras for-
man parte de empresas de dimensi6n nacional,
y mas frecuentemente internacional, propie-
tarias de sus plantaciones. Asi, es su produc-
ci6n la que se exporta prioritariamente. Seglin
la demanda deI mercado, esas compaiiias
compran la producci6n a plantadores indepen-
dientes y tales adquisiciones son en ocasiones
objeto de contratos. En cuanto disminuye la
demanda exterior, los plantadores indepen-
dientes que no mantienen contratos con las
empresas exportadoras, tienen dificultades en
colocar sus productos.
5.7 Perspectivas
El reciente e importante aumento de la
producci6n ha revelado los limites deI mercado
deI banano. La oferta ecuatoriana se ha enfren-
tado a la vez a la mayor rentabilidad de las
plantaciones de Centroamérica y a la protec-
ci6n deI mercado europeo -ya vinculado a sus
propias regiones productoras (Antillas, Cana-
rias), 0 apaises africanos-. Los productores de
banano que no han establecido contratos de
venta de su fruta no siempre logran colocarla
en el mercado. Estas dificultades provocan la
reconversi6n parcial de bananeras en cacaota-
les; cabe seiialar que hace poco tiempo prevalia
la tendencia contraria, arranque de antiguas
plantaciones de cacaoteros para establecer
bananeras...
128 Paisajes Agrarios deI Ecuador

6 Cacao Theobroma Cacao L.

Unidades T36, T45, T46, T47, T48

secundariamente T52

Este pequeno arbol originario de las zonas humedas de América Latina es, en superficie, el
segundo cultivo deI pais con mas de 300000 ha registradas. Su cultivo experiment6 un constante
desarrollo entre 1860 y 1900, una fuerte expansi6n entre 1900 y 1925 con una producci6n que lleg6
casi a las 50000 toneladas y una fuerte crisis de 1920 a 1950. Luego el cultivo tuvo una recupera-
ci6n frenada por las inundaciones de 1982-1983, por el inicio de la producci6n de las plantaciones .
de Malasia en 1984 y por una segunda ola de expansi6n deI cultivo de banano que, por si solo,
habria hecho disminuir las superficies plantadas con cacao en 35 000 a 38000 ha, seglin el Pro-
grama Nacional deI Cacao. Los volumenes exportados (figura B30) reflejan esta evoluci6n.
•
6.1 Cultivares dedor deI 7 % de las superficies. Se ha multipli-
cado por esquejes y es utilizado sobre todo en
Rasta finales deI decenio de 1910, s610 se las plantaciones recientes, con un buen nivel de
plantaban cultivares locales reunidos bajo el tecnologia. Su producci6n es mayor, pero el
nombre genérico de «nacionai» 0 «criol1o», que cacao que provee no tiene el aroma fino de la
forman parte deI grupo botanico Criollo. Se in- variedad Criollo 0 de sus hibridos.
trodujeron otras variedades en busca tanto de
una buena producci6n en tierras menos fértiles 6.2 Exigencias
coma de una mayor resistencia a las enferme- ,
dades mas frecuentes, la moniliosis y la escoba El cacao requiere esencialmente suelos bien
de bruja. drenados y relativamente fértiles. El clima
debe ser calido con temperaturas minimas
La clasificaci6n de los cultivares plantados absolutas superiores a 10°. Se recomienda una
aetualmente es confusa (existencia de hibridos pluviometria anual superior a 1250 e incluso
naturales) y variable de un autor a otro. Se 1 500 mm. El cacao puede soportar una esta-
debe retener que «nacional» ya no subsiste sino ci6n seca si no es demasiado intensa 0 dema-
en el 6 % de las superficies plantadas, pero que siado prolongada. Las fuertes lluvias de 1982-
con sus hibridos representa mas deI 90 % de las 1983 tuvieron un efeeto negativo en las cose-
mismas (Moyersoen, 1993). Trinitario es la se- chas de esos anos, pero un efecto benéfico en la
gunda variedad plantada representando alre- deI ano siguiente (ver figura B30).

Figura B30: Evoluci6n de las exportaciones de cacao y variaciones deI precio internacional
Fuentes: Programa Nacional deI Cacao, Collin-Delavaud, FAü y Gill & Duffus

Exportaciones anuales de
cacao en grano (miles de toneladas)
100
Precio internacional
(miles de US $ por
tonelada)

1 o
1850
 Componentes deI paisaje III Cultivos principales
6.3 Zonas de cultivo (ver figura B3l)
El cacao es un cultivo deI piso calido y no se
10 encuentra sino a altitudes inferiores a los
300 m, salvo en las mesetas de Manabi donde
puede alcanzar los 400 m.s.n.m.
Ocupa principalmente la zona climatica
humeda. En la zona seca, su presencia esta
subordinada ya sea a la existencia de un nivel
freatico cercano a la superficie deI suelo 0 al
riego. En las zonas humeda e hiperhumeda, el
• impacta de las enfermedades rungicas es dema-
siado importante coma para que el cultivo
pueda, en tales condiciones, alcanzar rendi-
mientos interesantes.
• darios, en los conos deI Guayas, mesetas de
Los bancos de la cuenca deI Guayas fueron
la primera zona de extension deI cultivo (Craw-
ford de. Roberts, 1980). Alli ya casi no se 10 en-
cuentra y las mayor abundancia de cacaotales
se localiza en la parte sur, asi coma mezclado
con otros cultivos en las partes humedas deI
piedemonte de la cordillera andina y de las
mesetas de la Costa. En la region amaz6nica
existen superficies reducidas de este cultivo
(algo mas de 10000 ha, seglin el SEAN, 1991).
El reciente boom bananero ha desplazado al
cacao en numerosas plantaciones deI centro y
deI sur de la llanura costera, en las explota-
ciones medianas y grandes. En esa misma
region, se encuentran sin embargo plantaciones
renovadas, asi coma plantaciones jovenes. Es
también alli donde el Programa Nacional deI
Cacao cuenta concentrar sus esfuerzos aprove-
chando las infraestructuras de riego y drenaje
instaladas para el banano.
6.4 Tamafio de las explotaciones
A inicios de siglo, las plantaciones de cacao
de la llanura deI Guayas pertenecian a un
reducido numero de familias y las propiedades
, de mas de 1 000 ha eran la norma (Moyersoen,
1993). Entre 1950 y 1980, su desmembramien-
to debido a la Reforma Agraria y las nuevas
. propiedades entregadas por la Colonizacion
permitio diversificar los tamafios de las planta-
• ciones.
Hoy en dia, se 10 cultiva tanto en pequefias
(5-10 ha) y medianas (10-40 ha), coma en gran-
des (mas de 100 ha, hasta 800 en el Guayas y
El Oro) propiedades. Las pequeiias y medianas
representan el 90 % de las superficies planta-
das con cacao y aproximadamente el 65 % de la
produccion.
129
Las zonas de cacao forman dos paisajes muy
diferentes. El primero, de grandes superficies
de monocultivo de cacao, corresponde a varias
situaciones: grandes haciendas tradicionales
(llanuras deI Guayas y de El Oro), pequefias y
medianas propiedades, en ocasiones producto
deI retaceo de esas haciendas, propiciado por la
Reforma Agraria, 0 de los vestigios de zonas de
colonizacion deI piedemonte andino.
El segundo paisaje esta formado de peque-
fias superficies incluidas entre otros cultivos
(café, banano, mango, cultivos anuales que
predominan sobre el cacao en los bancos deI rio
Guayas 0 en las bajas terrazas de Manabi;
cacao predominante sobre los cultivos secun-
Manabi).
6.5 Cultivo
6.5.a Plantacion
Se realiza con plantas derivadas de semillas
o de esquejes. En el primer caso, la produccion
se inicia al cabo de 5-6 afios, pero la duracion
de vida de la plantacion puede superar los 60
afios. Estas plantaciones son poco densas para
permitir el desarrollo de las copas -de 400
pies/ha (poco comun) a 1 110 pies/ha-. En el
casa de los esquejes, la primera cosecha se
obtiene al cabo de 3-4 afios (incluso 18 a 20
meses tratandose de las varie da des mas
recientes; sin embargo, la produccion intere-
sante no se logra antes de los 5 afios), pero la
duracion de vida es apenas de 25 afios. La plan-
taci6n es mas densa, hasta 1 370 pies/ha. Los
pies faItantes en las plantaciones en produccion
no son reemplazados por plantas de cacao, pues
no podrian desarrollarse adecuadamente. Por
ello,para controlar las malas hierbas, se planta
banano en los espacios vacios.
Las viejas plantaciones abandonadas e im-
productivas pueden ser regeneradas mediante
una poda severa (los retofios florecen 1-2 afios
después de la operacion). Las plantaciones jove-
nes son poco numerosas y no se encuentran
sino en el sur deI pais donde el cacao retoma,
en explotaciones de tamafio pequefio y media-
no, algo deI espacio que habia perdido en bene-
ficio deI banano.
Las plantaciones de edad predominan (mas
deI 50 % de las plantaciones tienen mas de 30
afios), y no son pocas aquellas que alcanzan 80
afios de edad (vestigios deI boom de inicios de
siglo).
130 Paisajes Agrarios deI Ecuador

Cacaotales
dominantes
1Cacao 1 ,, Asociados con
• plantaciones
perennes Unidades
T 44,47

Asociados con
bananeras
'- - Unidad T 36

Asociados
lDIID con pastos
Unidades
T48

Cacaotales
secundarios

D Cafetales predomi-
nantes Unidad T42

~ Asociados con
~ cafetales y pastos
Unidad T 45

Vegetaci6n natu-
• rai y pastos domi-
nantes Unidad P31

1'-Jl
LImite superior
dei pise calido
-------/
LImites de las zonas
de humedad

~DO
Principales ciudades

1 Carreteras principales
(".,
"" -'," , ,
/

-j.:
l' \,

,
,
,,
,
,

o 100
.
,
200 km

Figura B31: Mapa de las unidades cartogrâficas con cacaotales

 Componentes deI paisaje III Cultivos principales
mas de 60 34000 10,5
30 - 60 130000 41,0
15 - 30 90000 28,0
4- 15 50000 15,5
menos de 5 16000 5,0
Cuadro B19: Edades de las plantaciones de
cacao
• Fuente: Programa Nacional deI Cacao
6.5.b Sombra
Se la obtiene de dos maneras diferentes: en
el sur deI pais y sobre todo en las parcelas bajo
riego, el cacao se cultiva en plantaciones bana-
neras y aprovecha la sombra unicamente du-
rante las primeras etapas de su crecimiento,
luego los bananeros son dominados 0 cortadas.
En las zonas mas humedas, la sombra es per-
manente y proviene ya sea de arboles planta-
dos unicamente con ese prop6sito (Inga, Sama-
nea, Erythrina), 0 de especies lenosas utiles sem-
bradas en mezcla con los cacaoteros.
La sombra, la fuerte densidad y la no prac-
tica de poda y de limpieza de los arboles crean,
por falta de luz y de ventilaci6n, las condiciones
ideales para la proliferaci6n de las enferme-
dades cript6gamas.
6.5.c Cuidados al cultivo
Las plantaciones de cacao reciben pocos cui-
'dados, dos y rara vez tres deshierbes con ma-
chete por ano y, de ser necesario, una limpieza
de las copas cuando la incidencia de los parasi-
tos (Loranthaceae) es muy importante. Los ar-
boles y el suelo casi no son limpiados, la pre-
sencia de viejas mazorcas resecadas forma en-
tonces un reservorio para las enfermedades
cript6gamas y los insectos; pero entre las lar-
• vas de estos ultimos, que se desarrollan en las
mazorcas descompuestas en el suelo, se en-
cuentran las de un diptero, Ceratopogonidae,
polinizador de las flores deI cacao (Prance,
1985) y no se puede luchar indiscrimadamente
en contra de la fauna de insectos
No se aplican abonos y el nivel general de
tecnologia es sumamente bajo, tanto mas
cuanto la plantaci6n es pequena. El cultivo deI
cacao puede considerarse mas coma una reco-
lecci6n en arboles plantados (casi siempre no
por quien los explota), que coma una verdadera
agricultura.
131
6.5.d Enfermedades y plagas
De las tres principales enfermedades que
afectan a las plantaciones de cacao en el Ecua-
dor, dos disminuyen considerablemente la pro-
ducci6n: la «escoba de bruja» (Marasmus perni-
ciosus) y la pudrici6n de las mazorcas (Monilia
Roreri). La tercera, el «mal de machete» (Cera-
tocystis (imbriata) provoca la muerte subita de
las plantas afectadas. No se aplica tratamiento
antifungico alguno. Actualmente se investigan
razas resistentes (FUNDAGRO, INIAP). Los
cacaoteros de tipo Criollo serian mas resisten-
tes a la moniliosis y a la «escoba de bruja», que
los deI tipo Trinitario.
Una Loranthaceae parasita (Struthanthus
leptostachyus) es particularmente molestosa
pues sus largas ramas lianescentes pueden
invadir rapidamente las copas de varios
arboles.
6.5.e Cosecha
Se la realiza manualmente y en un periodo
variable s"eglin la humedad de las zonas y las
variedades. El cacao Trinitario produciria todo
el ano mientras que los Criollo tendrian un pe-
riodo improductivo. La producci6n sufre varia-
ciones estacionales mas marcadas en las zonas
menos humedas. Registrarfa dos maximos, el
mas importante entre enero y julio y un segun-
do entre septiembre y diciembre. La recolecci6n
de las mazorcas maduras se realiza cada 15
dias aproximadamente y ellas son tratadas
inmediatamente por el cultivador.
6.5.f Tratamiento en los lugares de producci6n
Las mazorcas son abiertas y las pepas toda-
via envueltas en una pulpa dulce son puestas a
fermentar ya sea en montones sobre un enca-
nado de bambu 0 en cajas perforadas. Esta ope-
raci6n, que permite al cacao desarroll~r todo su
aroma, rara vez es bien manejada. Después de
la eliminaci6n de la pulpa, las pepas son pues-
tas a secar al sol en terraplenes de cemento 0
en el asfalto al borde de la carretera. Todas
estas operaciones toman de 3 a 8 dias para que
las pepas secas estén listas para la venta. En
las zonas muy humedas, las pepas pueden ser
despachadadas fuera de la zona de producci6n
para su tratamiento, en cuyo casa son, excep-
cionalmente, vendidas frescas.
Un tratamiento mal realizado disminuye la
calidad deI producto y, consecuentemente, su
precio de venta. Los principales defectos son
132
proporciones inaceptables de pepas enmohe-
cidas, vacias 0 insuficientemente secas.
6.5.g Rendimiento
Es muy variable. Los menores valores se
observan en las zonas mas hlimedas mientras
que los mayores se obtienen en las plantaciones
bajo riego. La regi6n de Caluma, Zhumiral,
produce 0,18 a 0,28 toneladas de pepas/ha/ano,
mientras que en la provincia de El Oro se citan
cifras de 0,8 a 1,1, e incluso excepcionalmente
de 1,6 t/ha/ano. Enriquez (1993) menciona
hasta mas de 2 tlha/ano en una pequena explo-
taci6n tecnificada. El promedio nacional es de
alrededor de 0,3 (SEAN) 0 de 0,35 t/ha/ano
(Programa Nacional deI Cacao).
El precio pagado al productor por los inter-
mediarios varia, con la estaci6n, de 76 000 a
150000 sucres por quintal. El Programa Nacio-
nal de Cacao fija el precio nacional en funci6n
de una ponderaci6n de los precios de los merca-
dos de Nueva York y Londres. En marzo de
1993, era de 175000 sucres por quintal. Los
productos de las dos variedades son comprados
al mismo precio a los pequenos productores; por
10 tanto, no les conviene sembrar cacao Criollo
ya que tiene un rendimiento menor al de los
hibridos. Ûnicamente grandes productores y
exportadores que tienen un acceso directo a un
mercado selectivo pueden cultivar cacao Criollo
que da un producto mas codiciado en el merca-
do intemacional. Como en el casa de otros pro-
ductos, para el pequeno 0 mediano productor es
mas interesante entregar él mismo su cosecha
a los grandes comerciantes de los pueblos.
* Salvo indicaciones contrarias, los precios indicados se refieren a los aftos 1991-1992
Paisajes Agrarios deI Ecuador
6.6 Perspectivas
Las superficies que habian disminuido por
las inundaciones de 1982-1983 y mas recien-
temente en beneficio de un nuevo boom bana-
nero, deberian aumentar nuevamente seglin
las proyecciones y los deseos de las autoridades
ecuatorianas enfrentadas al control deI banano,
en Europa en particular. El mejor cacao ecua-
toriano goza de un renombre de buena calidad,
10 que le permite ingresar en el mercado inter-
nacional fuera de cualquier cuota. Los precios
establecidos en funci6n de la calidad de las
pepas secas son también una incitaci6n a un
buen manejo de la fermentaci6n y deI secado.
El inicio de la producci6n, en 1984, de las
grandes plantaciones de Malasia ha tenido
gran repercusi6n en los precios internacionales
pero no ha afectado al mercado deI cacao ecua-
toriano, deI cual los mejores lotes se siguen
vendiendo a los europeos. Esfuerzos de investi-
gaci6n tanto sobre el cacao Criollo de la regi6n
costera coma sobre el Forastero amaz6nico, y de
mejoramiento deI producto, hacen pensar que
este cultivo se mantendra y que puede alin
extenderse.
Se observa un notable cambio en el proceso
de comercializaci6n al exterior. En 1975, aproxi-
madamente el 20 % de las exportaciones se
realizaban bajo la forma de pepas y el resto bajo
forma de productos elaborados, sobre todo pasta
de cacao. En 1991, cada una de las dos formas
representaba la mitad de las exportaciones; al
parecer esta tendencia se debe sobre todo a la
mala calidad de los productos elaborados por las
fabricas locales (Soria, 1993).
..
.
•
 Componentes deI paisaje III Cultivos principales 133

7 Café Coffea sp

Unidades T42, T43, T44, T45, T46, D31, D32, D33

secundariamente T49, T52

El café se cultivaba en el Ecuador desde mediados deI siglo XVIII (Patino, 1969), pero s610 en
los ultimos decenios ha ocupado un lugar importante en la producci6n agricola. Constituye unD de
los principales cultivos deI pais, cubriendo actualmente mas de 400 000 ha con 130 000 produc-
tores. En superficie, es el principal cultivo de exportaci6n y proporcion6 110 millones de US$ en
.. 1991. El mercado mundial deI café esta saturado y la repartici6n de las cuotas nacionales es objeto
, de arduas negociaciones anuales. Ûni(lamente cuando las heladas disminuyen la producci6n de
Brasil, los demas paises pueden esperar colocar facilmente su producci6n en el mercado.

•
7.1 Variedades (figura B32)
En el Ecuador se cultivan Coffea arabica, de
antigua introducci6n y la variedad «Robusta»
deI Coffea canephora, introducida a inicios de
siglo.
El primero, llamado «Nacional» 0 «Criollo»
tiene a su vez dos variedades, la «Tipica», tradi-
cional de la regi6n costera y la «Caturra»,
hibrido introducido desde Colombia hace s610
aproximadamente 20 anos. «Tipica» representa
mas de la mitad de las superficies plantadas. C.
arabica provee un café de contenido relativa-
mente bajo en cafeina pero de un sabor sutil,
que 10 transforma en la especie mas codiciada
por el mercado internaciona1. Los principales
productores mundiales se encuentran en Amé-
rica Latina, sobre todo en Brasil (por la canti-
dad), en Colombia (por la reputaci6n) y en Cen-
troamérica.
El segundo variedad pertenece a una espe-
cie mas productiva, Coffea canephora. Provee
un café rico en cafeina pero de un sabor mas
rustico, 10 que hace que se 10 utilice para la
elaboraci6n de café instantaneo. Los princi-
pales productores se encuentran en Africa
occidental.
7.2 Exigencias
Los cafetos son tolerantes en 10 que se re-
fiere a la fertilidad deI suelo, y prosperan en
suelos tanto ricos coma pobres y acidos.
Las exigencias c1imaticas difieren seglin la
especie.
C. arabica, originaria de las montanas deI
este africano, es un café de altura plantado
habitualmente, en las mas bajas latitudes, en-
tre 1300 y 2000 m.s.n.m. El numero de meses
secos por ano puede ir hasta 4-5 y las precipita-
ciones deberian ser de 1500 a 1800 mm. por
ano. Las temperaturas promedio deben ser de
20 a 25° con minimos absolutos no inferiores a
4-5°. Por debajo de esos valores se habla de
helada de los cafetales.

C. Canephora var. «Robusta», originaria de

Figura B32: Proporciones de las variedades de
café sembradas en Ecuador
Fuente: Programa Nacionai deI Café, 1983
..
• una estaci6n seca que no supere 1 a 2 meses.
las llanuras forestales humedas deI Africa,
demanda condiciones c1imaticas mas calidas y
humedas. Sin embargo, una corta estaci6n seca
favorece el reagrupamiento de la floraci6n (y
por 10 tanto de la fructificaci6n y la cosecha) en
un maximo relativo. Se recomiendan general-
mente precipitaciones de al menos 1 500 mm y
Las temperaturas deben ser practicamente
constantes a 10 largo deI ano y deI orden de 22
a 26°. Una fuerte y constante humedad atmos-
férica es igualmente necesaria.

~
7.3 Zona de cultivo (figura B33)
c. ara!ca C. arabica
olras variedades var. Calurra C. arabica (alrededor de 250000 ha) esta
0,5% 2,6% restringida a altitudes inferiores a los 400 m en
134 Paisajes Agrarios deI Ecuador

80 0 W
C. arabica ""'<-----1

,-
....
~.- ,..
•
,
"

.
..

Limite superior dei piso cà lido

Limites de las zonas

de humedad

2J ~ D 0 Principales ciudades

Carreteras principales

o 100 200 km

Cafetales predominantes
• Asociaci6n con plantaciones permanentes Unidades T42, 44
90 0 W

Asociaci6n con pastos Unidad T43 o Q

' . Asociaci6n con plantaciones permanentes y pastos

Unidad T45
00

o
~
Cafetales secundarios
Predominio de bananeras Unidad T49
Asociaci6n con otras plantaciones permanentes, cultivos
~ anuales y pastos Unidad T46
~ Predominio de pastos y algunos otros cultivos Unidades P31, 32
Predominio de vegetaci6n natural, algunos otros cultivos y
O pastos Unidades D32, 33
"
'" Limite aproximativo de predominio de las dos especies de café

Figura B33: Mapa de localizaci6n de las unidades

cartogrâficas con cafetales
 Componentes deI paisaje III Cultivos principales 135

25 % de las explatacianes
20 Figura B34: Porcentajes de las
15 explotaciones segun la
superficie sem brada con
10 Clases de superficies
sembradas en caletas cafetos
5 Fuente: Programa Nacional
(ha)
o deI Café, 1983
rrenos dei de2 de3 de4 de5 cielO de15 de20 de50 de 100 rffisde
dei a2 a3 a4 a5 al0 a15 a20 a50 aloo a200 200

• la regi6n costera, pero supera ese lîmite en la
zona sur de la Sierra donde, en las provincias
de El Oro y 1.,oja (Gondard, 1983), las plantacio-
nes de café prosperan hasta los 1800 m.s.n.m.
Matas ais lad as pueden encontrarse excepcio-
nalmente hasta los 1800 m.s.n.m. en el valle
deI Chota.
Si C. arabica se encuentra a menudo en las
asociaciones de arboricultura de la regi6n cos-
tera, C. canephora es abundante sobre todo en
los frentes pioneros de las zonas muy hurnedas
de esa misma regi6n 0 de la Arnazonia.
7.4 Tamaiio de las explotaciones

La mayoria de las plantaciones de esa especie El café se cultiva esencialmente en peque-

se encuentran a altitudes claramente inferiores
a las normas usuales. Se admite que la relativa
frescura de la estaci6n seca, la presencia de
neblinas frl'cuentes durante esa estaci6n y la
sombra permiten su implantacion en condiciones
de temperatura supuestamente desfavorables.
En muchos casos, las plantaciones estan
también situadas en zonas de pluviometria
muy inferior a la recomendada habitualmente.
La presencia de garua durante la estaci6n seca
y un exceso de sombra pueden también reme-
di al' parcialmente, en este caso, la excesiva
sequedad, pero eUo incidid. en la producci6n.
C. canephora (alrededor de 200 000 ha) es
cultivada en las zonas muy humedas, al norte
de El Carmen-Santo Domingo y sobre todo en
la Amazonia. Esas plantaciones de «Robusta»
se localizan en la zona 6ptima para esta
variedad.
fias y medianas propiedades, de menos de la ha
o de la a 50 ha (ver figura B34). Raramente los
grandes propietarios explotan directamente sus
plantaciones, pero es bastante comun que un
pequefio productor se encargue de una planta-
cion de un mediano 0 gran propietario con el
que comparte la coseeha a medias. En una
explotaci6n, las superficies de cafetales l'ara
vez superan la a 20 ha; el promedio nacional es
de 3,3 ha.
7.5 Cultivos asociados
El amplio inventario realizado pOl' el Pro-
grama N acional deI Café (1983) permite apre-
cial', en las propiedades que incluyen cafetales,
la importancia relativa de este cultivo en
funci6n deI tamafio de la explotaci6n (figura
B35). En el casa de los tamafios menores (hasta
una decena de hectareas), la fracci6n de tierra
plantada con café es preponderante. Mas alla,

1- %
100
D Irnproductiva
80 [Sj Basque Figura B35: Porcentajes
f::::.::::.) Pastas de cultivos asociados
60 ~ Otras cultivas con cafetales segun
_Maiz classes de tamafio
40
o Cacaa
Fuente: Programa Na-
cional deI Café, 1983
20 mu Banano
'-Calé
0
rnems dei de5 de 10 de20 de 50 del<D de2aJ mas Clases de tarnafia de
de1 a5 al0 a20 a50 aloo a200 a 500 de5<D las explatacianes (ha)
136
el primer lugar 10 ocupan los pastizales que
demandan menos mana de obra. Se pue de
también anotar la poca importancia del banano
que, en estas explotaciones que producen café,
es apenas un cultivo alimentario para el auto-
consumo. Asimismo, la poca importancia de las
plantaciones de cacao pareceria indicar que los
productores de café plantan poco cacao y que
existiria un cierto grade de exclusion entre
estos dos cultivos.
7.6 Cultivo
7.6.a Plantacién
C. arabica es un arbusto y se planta, debido
a su reducido desarrollo, con densidades de 625
a 2500 pies/ha en el casa de «Tipica» (casi siem-
pre 1100 pies/ha) y de 2500 pies/ha en el casa
de «Caturra». La primera variedad puede plan-
tarse con semillas mientras que la segunda
debe serlo mediante esquejes. C. canephora,
que forma pequenos arboles, es plantada con
una densidad de 625-833 pies/ha, se multiplica
principalmente mediante semillas.
Al implantar un cafetal, es frecuente un
cultivo intercalado de maïz tanto en el casa de
C. arabica coma en el de «Robusta». El banano
es la planta asociada mâs frecuente seguido de
lejos del cacao en las zonas 10 suficientemente
hùmedas.
Los cafetales empiezan a producir en su
cuarto afio «<Caturra» es un tanto mas pre-
coz). La producciôn sigue siendo rentable
hasta los 15·20 anos, excepcionalmente hasta
los 25.
Cuando se llevé a cabo cense cafetero de
1983 (figura B36), se constata que una fuerte
proporciôn de plantaciones de C. arabica habia
superado los 20 anos de edad -edad limite
para una buena producciôn-i-y que las jévenes
Miles de hectàreas
• Coffea arabica
100
Coffea canephora
50
o (anas)
3 - 10 10 - 15 15 - 20 20 - 25
Paisajes Agrarios del Ecuador
plantaciones no eran suficientes para asegurar,
a plazo, el mantenimiento de las superficies
actuales. C. canephora presentaba, en esa
época, una estructura en clases de edad mas
dinamica gracias a las nuevas plantaciones de
los frentes pioneros de las zonas hümedas en la
Costa y la Amazonia.
7.6.b Sombra
La variedad «Robusta» no necesita sombra y
ésta no existe en las plantaciones ecuatorianas
salvo al momento de la plantaciôn y del inicio
del crecimiento de las plantas. Se limpia el
sotobosque, se instalan las plantulas de café y
solo después se cortan los ârboles. En la region
am az ônica, se mantienen a veces algunos
arboles, esencialmente de leguminosas 0 de
laurel -Cordia.
C. arabica cuenta siempre con sombra,
incluso para su variedad «Caturra» que no la
requiere. Sin embargo, se la aconseja, de
alrededor del 30 %, a fin de limitar los trabajos
de mantenimiento (poda, deshierbe). La som-
bra, al reducir la produccién, reduce igual-
mente las grandes exigencias de abono de esta
variedad.
Los arboles de sombra son ya sea seleccio-
nados en la vegetacién natural preexistente 0
plantados antes del café. Un arbol de sombra
debe reunir varias cualidades: no entrar en
competencia (a nivel de las raices) con las
plantas de café, conservar su follaje durante la
estaciôn seca, no proporcionar una sombra
demasiado importante y, de ser posible, apor-
tar un complemento a la plantaci6n. Los arbo-
les utilizados son ya sea frutales (banano, gua-
ba, mange), ârbolesmaderables (cedro-Cedre-
la, laurel-Cordia), 0 leguminosas (guaba-
Inga ,samân-Samanea, porotillo-Erythrina).
A menudo se puede constatar que la sombra es
excesiva.
Figura B36: Distribuciôn de las
plantaciones por clases de
edad
Fuente: Programa Nacional deI
Café,1983
Clases de edad
mas de 25
 Componentes deI paisaje III Cultivos principales
7.6.c Modos de cultivo
La limpieza con machete es el unico cuidado
generalizado, 2 a 3 veces por aiio, una de ellas
justo antes de la cosecha. La poda es poco
comun. Los diferentes tratamientos contra las
enfermedades y el aporte de abono, nunca muy
difundidos, no son posibles debido a la irregula-
ridad deI precio deI café frente al encarecimien-
to continuo de los productos fitosanitarios. Un
mediano nivel de tecnologia es actualmente
mas interesante que un nivel alto.
7.6.d Enfermedades y plagas
• La broca minadora de granos esta presente
desde hace tiempo en el pais. Sus ataques se
limitaban a las plantaciones de C. arabica; el
largo periodo sin fruto permite interrumpir el
cielo de la peste, limitar su pululacion y reducir
su impacto. «Robusta», en cambio, que fructifica
mas 0 menos abundantemente a todo 10 largo
deI aiio, provee un soporte continuo a este
parasito. Existen los tratamientos eficaces con
insecticidas pero su costa (con relacion al de
venta deI café) y la facil invasion de la broca
desde parcelas vecinas no tratadas los hacen
poco rentables.
La roya deI café (Hemileia), enfermedad que
puede afectar gravemente a C. arabica, estaria
presente en el Ecuador sin causar daiios nota-
bles. El excesivo desarrollo deI micelio de la
«aranera» (Colletotrichum) en la superficie de
las hojas puede provocar la muerte de estas por
asfixia.
7.6.e La cosecha *
Esta mas 0 menos alargada en el tiempo
seglin la humedad de la region, con un minimo
2 a 3 meses iniciandose en junio-julio en las
zonas menos hlimedas. En las mas humedas, la
cosecha es continua, tratândose de «Robusta».
• seca. Se 10 aplica sobre todo a los productos de
Se realiza manualmente por pares de recoje-
dores y el rendimiento diario es deI orden de 45
« kglhombre, pero varia seglin la topografia de la
plantacion. El jornal es de 5000 sucres. Esta
mana de obra es a menudo familiar en las plan-
taciones de «Robusta» de las zonas pioneras y
contratada en las de C. arabica.
En todos los casos, son necesarias varias
pasadas para no cosechar sino las bayas madu-
ras «<pepiteo»). Una reduccion deI numero de
. pasadas proporciona una cosecha con fuertes
* Salvo indicaciones contrarias, los precios indicados se refieren a los aiios 1991-1992
137
proporciones de granos verdes que disminuyen
el valor deI producto fmal. La técnica usual de
«sobado» que consiste en despojar de una sola
mana toda una rama, retira todos los granos
independientemente de su grado de madurez,
asi como fragmentos de hojas 0 de ramillas.
Aunque este método permite una cosecha
rapida, el producto resulta de calidad mediocre
(FUNDAGRO, 1992).
7.6.fTratamiento de la cosecha
Una baya de café 0 cereza comprende, deI
exterior hacia el interior, primeramente un
tegumento rojo en la madurez, luego una pulpa
dulce, blanca 0 translucida y dos granos cubier-
tos por una envoltura coriacea (el parche) y una
fina pelicula (el pergamino). Los tratamientos
aplicados a la cosecha despojan a los granos de
esas envolturas para proveer el café comercial
verde, listo para la exportacion 0 la industria-
lizacion local.
En las regiones mas humedas y, sobre todo,
en el casa de «Robusta», la cosecha se vende
bajo la forma de cerezas frescas en cuanto se
cosechan.
C. arabica de las zonas mas secas puede ser
tratada y vendida bajo diferentes formas. La
venta de cerezas frescas es mucho menos fre-
cuente que en el casa de «Robusta». Después de
la elasificacion de las cerezas frescas, las mas
maduras pueden tratarse por la via humeda, es
decir, despulpado mecanico, fermentacion,
lavado y secado deI café con su parche. Este
puede venderse tal cual (<<pergamino seco») a
las piladoras donde se quitara parche y pelicula
y los granos seran pulidos para dar el café
comercial (café lavado). El productor no realiza
estas operaciones sino para la reserva de café
de su uso personal.
El segundo método de tratamiento es la via
menor calidad que comprenden numerosas
bayas verdes u otras impurezas. Simplemente
se pone la cosecha a secar al sol obteniéndose
café seco (bola seca) que se vende tal cual a las
piladoras que 10 transformaran en café comer-
cial (café pilado).
Estos tratamientos implican pérdidas de
peso. Para obtener 100 kg de café comercial, se
necesitan:
·por la via humeda, 500 kg de cerezas frescas
que producen 165 kg de pergamino ~eco,
138 Paisajes Agrarios deI Ecuador

·por la via seca, 600 kg de cerezas frescas que
producen 220 kg de bola seca.
Aunque la via humeda es mas interesante,
los productores tratan a menudo toda su produc-
ci6n por la via seca por razones de comodidad.
quintal de café en: cereza, de 43000 a 54000 el
quintal de café seco. Fluctuan también estacio-
nalmente siendo mas bajos durante el periodo
de mayor producci6n (se han sefialado varia-
ciones de 1 a 3).

7.6.g Rendimientos 7.7 Perspectivas

Los rendimientos son bajos, de aproximada-
mente 340 kglha de café comercial (SEAN), con
variaciones seglin la variedad.
La mayoria de las plantaciones de café de
tipo arabica tienen una producci6n inferior a
500 kg/halafio (cuadro B20), mientras que en
otros paises y con cul tivo normal, se citan
valores de 500 a 800 kg/halafio. En el Ecuador,
en las mejores condiciones, se han observado
rendimientos de 900 a 1 500 kg/ha/afio y los
valores mas bajos corresponden a las zonas
mas secas. Los rendimientos son mas elevados
en el casa de «Robusta" pero siguen siendo infe-
riores a los 1000-1500 kg/halafio de las planta-
ciones campesinas africanas.
Los precios pagados al productor dependen
deI tipo de producto: de 11 000 a 13 000 sucres el
Las enfermedades y, sobre todo, la baja de las
cotizaciones internacionales, determinan el
desinterés de los agricultores por este cultivo
que cede su lugar a cultivas anuales, a la palma •
africana en las zonas humedas y a los pastizales.
Por otro lado, los precios deI café no han seguido
la misma progresi6n que los costos de la mana
de obra. A mediados de los afios 1980, éstos no
representaban sino el 20 % deI precio de venta,
•
. mientras que a principios de los afios 1990, hubo
una paridad entre los dos. Esto prohibe la explo-
taci6n de plantaciones de café de cierta impor-
tancia, que demandarian la contrataci6n de
mana de obra para la cosecha. Asi, la producci6n
de café se veria restringida a los cultivadores
que se limitan a superficies explotables sola-
mente con la ayuda de la mana de obra familiar
e, incluso en ese caso, el ingreso por hectarea,
que no deja de bajar, es desalentador.

Cuadro B20: Repartici6n de los productores

C. arabica (%) en clases de producci6n (quintaleslhal
var. tipica 33,1 37,4 17,3 6,6 3,2 2,5 afio) para los principales cultivares
var. caturra 66,1 14,1 7,1 3,7 3,1 4,9 Fuente: Programa Nacional deI Café, 1983
C. canephora
var. robusta 14,9 6,7 20,3 14,8 23,6 19,7

•
 Componentes deI paisaje III Cultivos principales 139

8 Cafta de azucar Saccharum sp

Unidades T32, T33, T34 YC32

La cana de azucar es una graminea vivaz originaria de Nueva Guinea y que se cultiva en todos
los paises tropicales. En el actual territorio ecuatoriano, habria sido introducida a inicios deI siglo
XVI expandiéndose en los fondos calidos de los valles interandinos (Patino, 1969). Es apenas desde
hace aproximadamente un siglo cuando se han desarrollado en la regiôn costera grandes complejos
agroindustriales. Éstos comprenden vastas plantaciones de varios miles de hectareas y una planta
de extracciôn y de tratamiento deI azucar. Con la especie original, Saccharum officinarum, se ha
realizado una hibridaci6n utilizando otras especies cercanas de Saccharum para responder a la
• demanda de cultivares productivos y resistentes a parasitos y enfermedades.

8.1 Variedades entonces necesario durante una parte de la fase

En la gran gama de variedades disponibles,
los agricultores buscan las que mejor se adap-
tan a sus exigencias: los pequenos productores,
que exprimen su cana con trapiches artesana-
les accionados por mulas, buscan variedades
.que, ademas de ser ricas en azucar, sean poco
duras y por 10 tanto mas faciles de moler; las
grandes explotaciones, donde la cosecha ma-
nuaI puede entorpecer el proceso, prefieren las
variedades de porte rectilineo que se prestan
mejor al corte. Las variedades utilizadas en el
Ecuador provienen esencialmente de estaciones
de investigaciôn de las Antillas y de los Estados
Unidos.
8.2 Exigencias
Pese a una cierta preferencia por las tierras
blandas, la cana de azucar es bastante tole-
rante en cuanto al suelo, siempre y cuando sea
profundo y esté bien drenado. Como en el casa
de todos los cultivos muy productivos, el suelo
debe ser rico 0 el aporte de abono debe compen-
sar las exportaciones de elementos mineraIes
que se producen con la cosecha.
El c1ima, en cambio, debe ser calido y humedo
con 100 a 120 mm de lluvia por mes durante la
• fase de crecimiento. De alli la necesidad de riego
• fuera de las zonas c1imaticas muy 0 hiperhume-
das. Una intensa insolaciôn favorece la produc-
ciôn y la acumulaciôn de azucar en los tallos.
" dos grandes tipos de plantaciones de cana de
• 8.3 Zonas de cultivo (figura B37)
Tres tipos de zona de cultivo corresponden a
otros tantos tipos de plantaci6n y de utilizaci6n
de la cana de azucar.
Las plantaciones industriales de la regiôn
costera, unidad T32, se ubican en las zonas
seca y, accesoriamente, humeda. El riego es
de crecimiento. Se produce azucar, melaza,
alcohol industrial y bagazo.
Las de los valles interandinos, unidad T33,
se localizan en las zonas muy seca y arida y, en
eIlas, el riego es permanente salvo en la fase de
maduraciôn. La cana, producida en terrenos que
no pertenecen al ingenio, es adquirida por éste y
tratada industrialmente. Esas plantaciones pro-
porcionan entonces los mismos productos que
las grandes plantaciones deI bajo Guayas.
Finalmente, las plantaciones familiares de
las zonas muy humedas y forestadas de la ver-
tiente occidental de los Andes y de la regi6n de
Puyo, unidad T34, proveen, gracias a una ela-
boraci6n artesanal en el sitio mismo, el azucar
tradicional -la panela- 0 alcohol que escapa,
en parte, al control deI Estado.
Sin embargo, en los huertos de todo el piso
calido se encuentran algunos pies de cana de
azucar plantados por golosina. La pequena uni-
dad T34 de Puyo es un remanente de una zona
mas vasta de cultivos de cana de azucar para
elaborar panela y alcohol, pero la intensiva
deforestaciôn de esa regiôn ha causado la esca-
sez de combustible para concentrar el jugo de
cana y destilar el alcohol, transformando la pro-
ducci6n que se destina ahora a canas frescas
vendidas en Banos coma golosina a los turistas.
Seglin las estadisticas deI SEAN (1993), los
azucar ocupan superficies similares: en 1992,
50000 ha en el casa de la producci6n industrial
de azucar y 47000 en el de las plantaciones
familiares.
8.4 Tamano de las explotaciones
Las plantaciones industriales de la regiôn
costera son sumamente extensas,con mas de
140 Paisajes Agrarios deI Ecuador

Plantaciones
agroindustriales

1 Cana de azucar 1 UnidadT32

~Asociadas
~conmarz
Unidad C32

./'-Jl
Umite superior
dei piso calido

~
Umites de las zonas
de humedad

~~oo
Principales ciudades

\ ...
. .<.-

Carreteras principales

,,

, --- .. ~ .
,
,

,,
,

)
z
l'
o 100 200 km

Figura B37: Mapa de las unidades cartogrâficas con caiiaverales

 Componentes deI paisaje III Cultivos principales
10 000 ha, y disponen de una planta de trata-
miento. Alrededor de esa estructura agro-in-
dustrial (ingenio) gravitan plantaciones priva-
das, de menor importancia, de 10 a 200 ha (e
induso una unica explotaci6n de 1 000 ha) que
venden su cosecha al ingenio.
En los valles interandinos, los ingenios no
disponen sino de limitadas superficies propias
y, mediante contrato, adquieren la producci6n
de cana de azucar a los agricultores de la
.. cuenca. Éstos tienen plantaciones de tamano
'Il
variable, desde algunas hectareas a alrededor
, de 100 ha en las haciendas.
Las plantaciones de las laderas muy hume-
• das son pequenas, de 2 a 5 ha.
En los dos primeros casos, la cana de azucar
es a menudo un monocultivo, mientras que en
el ultimo casa coexiste, en la misma propiedad,
con cultivos anuales y sobre todo con pastizales.
Las tres grandes explotaciones industriales
de la regi6n costera proporcionan por si solas
aproximadamente el 80 % de la producci6n na-
cional, repartiéndose el resto entre las planta-
ciones de los fondos de valle interandinos y la
panela de las vertientes.
8.5 Cultivo
8.5.a Plantaci6n
Es igualmente muy diferente entre los tres
tipos de zonas.
En las plantaciones con riego, la cana de
azucar es cultivada coma una planta vivaz cor-
tada en su totalidad cada ano y renovada cada
5 anos. En los valles interandinos, una planta-
ci6n puede soportar de 5 a 10 cortes antes de
ser renovada. En las zonas humedas, es trata-
da coma una planta vivaz permanente.
. sar problemas. En las grandes plantaciones
En las grandes explotaciones industriales
se procede, al realizar la primera plantaci6n,
a importantes trabajos de preparaci6n deI
. terreno: subsoleo, labranza, levantamiento
topografico y acondicionamiento de los desni-
veles; aporte de abonos para paliar las defi-
ciencias detectadas mediante los analisis de
suelos, implantaci6n de la red de drenaje y
riego. La plantaci6n se realiza de enero a
diciembre. En las pequenas plantaciones saté-
lite de los ingenios de la regi6n costera, tal
preparaci6n es menos esmerada. En los valles
interandinos, la plantaci6n de las parcelas
141
tecnificadas se realiza después de la labranza,
el rastrillaje y el acaballonamiento. En el casa
de las plantaciones familiares de las zonas
humedas en cambio, no se realiza preparaci6n
alguna.
En todos los casos, la plantaci6n se efectua
enterrando esquejes (hasta 10 tlha para las
plantaciones industriales). La aplicaci6n de un
herbicida de preemergencia limita la compe-
tencia de los adventicios, sobre todo grami-
neas, al momento deI crecimiento de las nue-
vas plantas.
8.5.b Labores de cultivo
En las plantaciones regadas se efectua un
acaballonamiento en lineas. Éstas llevan el
agua de riego al tiempo que protegen la base de
los tallos. Una aplicaci6n adicional de herbici-
das puede ser necesaria.
Las grandes plantaciones siguen un calen-
dario precisa de fertilizaci6n con abonos com-
pletos y urea. La aplicaci6n de los abonos a una
reducida profundidad aumenta su eficacia. Las
plantaciones de los valles interandinos son
fertilizadas al momento de su implantaci6n
(NPK) y durante la fase de crecimiento (urea).
El deshierbe es manual 0 con yunta.
El riego se aplica cada 15 dias salvo en la
regi6n de Santa Isabel (unidad T33) donde la
periodicidad se extiende hasta 40-45 dias
debido a la poca cantidad de agua disponible.
En las plantaciones familiares de las ver-
tientes humedas no se realiza ninguna de estas
practicas.
8.5.c Plagas y enfermedades
Ocasionalmente, algunas larvas lepid6pte-
ras minadoras de hojas 0 de tallos pueden cau-
industriales, se tiende a abandonar los contro-
les quimicos en favor de un control bio16gico
mediante la introducci6n de himen6pteros
parasitos de esas orugas.
En las plantaciones industriales, el corte
total precedido de la quema de las hojas muer-
tas provoca una interrupci6n en los cidos de
reproducci6n de las plagas, pero ese no es el
casa de las plantaciones familiares donde, gra-
cias a la presencia continua de cafta a diferen-
tes grados de madurez, los parasitos encuen-
tran siempre su alimento.
142
8.5.d Cosecha (zafra)
En las plantaciones regadas, las canas se
cortan en su totalidad al momento de la madu-
rez. En las plantaciones familiares de las zonas
humedas, se retiran, cada 15 dias, las canas
maduras dejando asi a la parcela siempre
cubierta de matas de cana con tallos en diferen-
tes estados de crecimiento.
En las plantaciones industriales, después de
la quema, se cortan al machete todas las canas
que deben transportarse 10 mas rapidamente
posible al ingenio para su tratamiento. Aunque
se estan realizando ensayos de cosecha mecani-
zada, no se abandonara la cosecha manual por
razones sociales.
En la regi6n costera, la cosecha se efectua
de julio a diciembre. En las plantaciones inter-
andinas, la fecha de la primera cosecha asi
coma los intervalos entre las siguientes, depen-
den de la altitud: en el valle deI Chota, la pri-
mera se realiza a los 18 meses y las siguientes
a intervalos de 14 meses; en las zonas mas
aItas se habla de hasta 3 anos. En las planta-
ciones de las laderas muy humedas se cosecha
a todo 10 largo deI ano.
8.5.e Rendimiento *
Las grandes plantaciones industriales tie-
nen rendimientos elevados, de 93 t/ha de cana
y 9 tlha de azucar. Las plantaciones satélite tie-
nen una producci6n que varia entre 60 y 94 tlha.
Su producci6n es adquirida al precio promedio
de 20 000 sucres por tonelada de cana. Tomando
una producci6n promedio de 85 t/ha, el rendi-
miento de una hectarea es de 1 700 000 sucres,
* Salvo indicaciones contrarias, los precios indicados se refieren a los afios 1991-1992
Paisajes Agrarios deI Ecuador
mientras que el costo anual de los trabajos se
evalua en 100000 a 150000 sucres por hectarea.
En los valles interandinos, los rendimientos
de cana son de 80 a 100 t/ha/cosecha con un
maximo posible de 150 tlha/cosecha.
Las plantaciones destinadas a la producci6n
oficial de alcohol deben proporcionar de 4000 a
5 000 litros por hectarea de cana al organismo
deI Estado encargado deI correspondiente con-
trol. Siendo la producci6n promedio de 6000
..
litros e incluso de 8000 litros en las parcelas
bien manejadas, el excedente abastece al mer-
cado paralelo de alcohol. ,
La fabricaci6n de azucar proporciona sub-
productos. El bagazo 0 residuo de las canas
después de molidas sirve coma complemento de
combustible en la elaboraci6n de la panela. Las
explotaciones industriales no llegan a quemar
la totalidad de residuos y el excedente puede
servir a la elaboraci6n de tableros de fibras 0 de
papel. La melaza, desecho deI refinamiento deI
azucar, se utiliza para la fabricaci6n de alcohol
aunque también coma complemento alimenta-
rio deI ganado (ver parte B ID.
8.6 Perspectivas
La producci6n local no satisface la demanda
nacional de azucar sino en un 80-90 % Y exis-
tiria la posibilidad de extender este cultivo.
Como la producci6n de panela requiere gran
cantidad de lena, no podra extenderse a menos
que se ocupen espacios aun totalmente foresta-
dos. Asi, al parecer, son las plantaciones indus-
triales las que estarian en capacidad de acre-
centar la producci6n de azucar.
 Componentes deI paisaje III Cultivos principales 143

9 Caucho Hevea brasiliensis Muell. Arg

Unidad T31

Este ârbol, originario deI bosque amazonico, cuyas poblaciones naturales han sido explotadas
por recoleccion, es cultivado sobre todo en Extremo Oriente. Fue diseminado a finales deI sig10 XIX
y dio origen a las grandes plantaciones de Malasia e Indonesia que todavia son, hoy en dia, los
principales productores de caucho natural. En Ecuador, plantaciones experimentales fueron
realizadas en la primera mitad de este siglo (Patino, 1967) y, hace mas de 25 anos, una fabrica
nacional de neumaticos establecio una pequena plantacion que paso luego a manos de propietarios
• particulares. Mas recientemente, una filial de esta compania, AGICOM, ofrece el material vegetal
para promover las plantaciones privadas. Se proyecto que de las 4000 ha de 1992 pasarân a 8000
en los proximos 5 anos.

9.1 Variedades banano, piensan en convertir sus plantaciones

en cultivos de hevea.
AGICOM importo 90 clones de Malasia, deI
Brasil y de Guatemala. De los 7 clones escogidos 9.5 Cultivo
después de las primeras pruebas de produccion,
uno solo fue seleccionado para las plantaciones. 9.5.a Plantacion

9.2 Exigencias Las plantas son preparadas en viveros por

La hevea necesita un clima calido y humedo.
El minimo de precipitaciones anuales es de
1500 mm si éstas son repartidas regularmente
a 10 largo de todo el ano, pudiendo una estacion
seca provocar una sensible disminucion de la
produccion. Una fuerte insolacion es favorable.
Se necesitan suelos profundos y bien drena-
dos para un buen desarrollo deI cultiva; tierras
ricas y planas permiten obtener una mayor
produccion.
AGICOM. Los patrones nacidos de semillas en
plena tierra reciben un injerto en escudete que
proviene deI clon escogido; una vez que el injerto
ha prendido, los j6venes arboles son trasplan-
tados en fundas de plastico por 5-6 meses antes
de ser plantados en el campo. Se colocan los
«stumps» a raz6n de 300 pies por ha; se aconseja
la instalacion preliminar de una planta de
cobertura (Kudzu-Pueraria). La duracion de
vida de una plantacion es de 30-35 anos.
9.5.b Labores

9.3 Zona de cultivo (figura B38) El linico trabajo en la plantacion consiste en

La primera plantacion esta ubicada cerca de
La Concordia, en la zona muy humeda entre
Santo Domingo y Quinindé. Las plantaciones
mas recientes se situan a 10 largo de este eje al
igual que hacia Quevedo. La actual zona de
desarrollo de este cultivo corresponde entonces
a las exigencias de la hevea, salvo en 10 que
respecta al asoleamiento.
9.4 Tamano de las explotaciones
Este cultivo de renta, que en el Ecuador se
encuentra aun en sus inicios, se dirige sobre
todo a los grandes propietarios que disponen de
un capital suficiente coma para poder esperar
los primeros ingresos que se obtendran en el
quinto ano. No existe una linea de crédito para
este cultiva; sin embargo, grandes terrate-
nientes, desanimados por la mala venta deI
bajar con machete el rebrote forestal y la Pue-
raria entre los pies. La aplicacion de abonos no
parece tener efectos sobre la produccion y, por
tanto, no se la recomienda.
9.5.c Enfermedades
Aparte de los ataques de Colletotrichum en
los patrones, AGICOM no senala enfermedades
graves en la hevea. Los principales danos pue-
den ser ocasionados por las hormigas deshoja-
doras <Atta sp). Es el panel de incisi6n que es la
parte mas fragil deI arbol e incisiones mal rea-
lizadas (demasiado profundas) pueden hasta
provocar la muerte deI arbol.
9.5.d Cosecha
La primera indsi6n puede ser realizada al
cabo de 6-7 anos de plantacion con las varie-
144 Paisajes Agrarios deI Ecuador

80° W

....... , ... , Plantaciones

Icauchol • de hevea
Unidad T 31

-..
~.. Plantaciones
.... : de hevea
dispersas

0°
.JVI
Limite superior
dei pise calido "
"J
Limites de las
zonas de
humedad

/'. ..
Principales
ciudades

"-
Carreteras
principales

"

" '

"
•
" -

o 100

Figura B38: Mapa de las unidades cartogrâficas con plantaciones de caucho

 Componentes deI paisaje III Cultivos principales
dades antiguas y a los 4-5 anos con los nuevos
clones. AGICOM ofrece su asistencia técnica
para la capacitaci6n deI personal. Se practica la
incisi6n en paneles de media circunferencia;
cada arbol es incisado pasando un dia, tem-
prano en la manana y ello a todo 10 largo deI
ano. Cada obrero, ayudado de un portador, se
encarga de 1200 arboles.
La recolecci6n puede realizarse en latex coa-
gulado (anadiendo acido f6rmico en el recipien-
te; industria deI neumatico) 0 en latex liquido
t.
(anadiendo amoniaco; otros usos). La aplicaci6n
de estimuladores sobre la corteza -por debajo
de la incisi6n- retarda la obturaci6n de los
canales laticiferos y aumenta el volumen de
latex derramado.
9.5.e Rendimiento*
Para el clon retenido, aumenta deI primer
ano de producci6n al quinto desde 700 kg latex
seco/ha para establecerse en 2 tlha; el promedio
nacional es claramente inferior y se encuentra
alrededor de 0,7-0,8 tlha/ano.
•
.
* Salvo indicaciones contrarias, los precios indicados se refieren a los aiios 1991-1992
145
Si ellâtex no es vendido liquido a los fabri-
cantes de objetos de caucho, es necesario dispo-
ner de una unidad de tratamiento de los coagu-
los. AGICOM dispone de tal unidad y compra
los productos; los precios pagados al productor
son ligeramente inferiores al precio interna-
cional (1 560 sucres -es decir 0,84 US $- por
kg de latex contra 0,90 US$). La producci6n de
las plantaciones instaladas por AGICOM es
comprada totalmente por este organismo.
9.6 Perspectivas
La demanda nacional de caucho requiere
20000 ha de plantaciones de hevea, es decir
multiplicando por 5 las superficies existentes
en 1992. Los precios pagados al productor, la
ausencia de intermediarios en la comercializa-
ci6n de los coagulos y la baja proporci6n de los
gastos anuales (25 % deI rendimiento) hacen
deI hevea un cultivo interesante para la susti-
tuci6n de las bananeras. Pero, coma no existe
ninglin tipo de crédito para este tipo de planta-
ci6n, solamente los grandes propietarios esta-
rân interesados por esta especulaci6n.
146 Paisajes Agrarios deI Ecuador

10 Cebada Hordeum vulgare L.

Unidad C12
y accesoriamente CU, C24 y C25

La cebada es originaria deI Medio Oriente, de la misma area geografica que el trigo. Fue intro-
ducida en América por los espaftoles y fue adoptada por la poblaci6n indigena coma planta basica a
la vez en los sistemas de cultivo de altitud y en la dieta cotidiana de los campesinos deI piso mas
frio. Desde mediados deI siglo :XX, la poblaci6n en su conjunto consume cebada bajo la forma de
cerveza. •

10.1 Variedades riego. Estas zonas estân frecuentemente mar-

La epidemia de roya amarilla, que afect6 a
todos los paises andinos en los decenios de 1970
y 1980, ha eliminado practicamente las varie-
dades locales.
cadas por la conjunci6n de suelos arenosos y de •
precipitaciones reducidas (de 500 a 700 mm).
Se la encuentra también en suelos muy erosio-
nados donde es unD de los ultimos, si no el ulti-
mo cultivo posible.

Todas las variedades cultivadas en el Ecua-
dor son de tipo primaveral, menos resistentes
al frio y de cielo mas corto que las variedades
de invierno. Se distinguen Clipper, que sirve
para la elaboraci6n de cerveza, y variedades
sembradas para el consumo en grano 0 harina.
Entre éstas, Dorada (INIAP 72) 0 Ducicela
(igualmente deI INIAP) son las mas difundidas.
La primera representaria el 80 % de las siem-
bras campesinas. Franciscana y Boliviana, que
son cultivadas mas localmente, en Chimborazo
y en el norte de la provincia de Pichincha
respectivamente, tienen una filiaci6n incierta y
"podrian provenir de «préstamos» elandestinos
en parcelas experimentales" (INIAP, comunica-
ci6n persona!). La nueva variedad deI INIAP,
Shyri 89, esta bien recibida por los grandes y
medianos productores.
10.2 Exigencias
10.3 Superficies cultivadas y zonas de cultivo
La superficie t~tal sembrada con cebada
seria de 63500 ha en 1992 (SEAN).
La evoluci6n de las superficies sembradas
recopilada por el INIAP (1993) muestra curio-
sas variaciones. De 113 000 ha estimadas por el
MAG en 1965, se habria pasado a 75000 en
1974, a 26000 en 1980, para aumentar des-
pués. En esta serie, el salto de 32000 a 68000
ha observado entre 1985 y 1986 corresponde al
cambio de operadores estadisticos con el paso
de las estimaciones deI MAG al sistema de
sondeo areolar deI INEC-SEAN. Si se tienen en
cuenta los ajustes necesarios para todo nuevo
método de estimaci6n, los ultimos datos presen-
tados mostrarian la recuperaci6n de las super-
ficies que fueron sumamente afectadas por la
roya.

Por 10 que se puede observar en el Ecuador,
la cebada puede adaptarse a condiciones extre-
mas. Es una de las plantas cultivadas a mayor
altitud. Se la encuentra en altitudes superiores
a los 3750-3800 m.s.n.m., aunque los técnicos
preconizan que no se la cultive mas alla de los
3600 m.s.n.m. La cebada soporta el frio y las
heladas mientras aUn no ha espigado. Se estân
probando variedades invemales aptas a crecer
a altitudes alrededor de los 4 000 m para obte-
ner un material adaptado a la fuerte expansi6n
en altura de las zonas cultivadas.
Se la encuentra igualmente en la zona seca
deI piso intermedio (2800 a 3000 m.s.n.m.), sin
Las principales zonas de cultivo correspon-
den a la 10calizaci6n de los sistemas de produc- •
ci6n de mayor altura (C12) los que estân mas
difundidos en las provincias de Chimborazo y
Cotopaxi (mapa de la figura B39). El SEAN
proporciona, para esas dos provincias, 18990 Y •
13 150 ha de cebada en 1992 respectivamente.
Les sigue Pichincha (10410 ha), Bolivar (5490
ha) e Imbabura (4940 ha). La inclusi6n de
estas ultimas provincias y el reciente desarrollo
deI cultivo de cebada en el norte deI pais -Car-
chi por ejemplo- reflejan un fenomeno nuevo
de sustituci6n en los sistemas de producci6n
que hasta ahora reposaban en parte sobre el
trigo.
 Componentes deI paisaje III Cultivos principales 147

Cultivas anuales dei

pisa fria
1 Cebada 1 Cultivas de cebada
predominantes con
• parce las de papa y haba
Unidad C 12
Cultivos de cebada
secundarios dentro de
cultivos de papa y haba
Unidad C 11

• Cultivas anuales dei

pisa templado
Cultivos de cebada

•
•
El secundarios dentro de
campos de maiz, habilla
y chocho Unidad C 24
Cultivos de cebada
secundarios dentro de
• parce las de trigo, lenteja
y arveja Unidad C 25

Limite inferior dei piso

templado

Limite inferior dei piso

............ de los paramos

~ l[I 0 Principales ciudades

" . _ Carreteras principales

- NB: Los /fmites de las zonas de

humedad no estan representados

~" --. <, ,

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?
r-./{
"

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,
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1 ..... -
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t

CI

o 100 200 km

Figura B39: Mapa de las unidades cartograficas con cultivos de cebada

148
10.4 Tamano de las explotaciones
En 1975, la encuesta PRONAREG-ORSTOM
(Bernard, 1982) estimaba en 40440 el numero
de explotaciones agricolas que cultivaban
cebada, con un promedio de 1,7 ha por explo-
taci6n.
El informe deI INIAP (1993) elasifica a los
productores de 1991 en 3 grupos, segun el
tamano de la explotaci6n. Las propiedades de
menos de 10 ha representan el 70 % de los
productores y el 30 % de la producci6n. Las
medianas y grandes explotaciones (de 10-50 ha
y de mas de 50 ha respectivamente) no repre-
sentan sino el 18 y el 12 % de los productores
pero proporcionan el 70 % de la producci6n.
10.5 Calendario agricola (figura B40)
El establecimiento de un calendario agrfcola
deI cultivo de la cebada en el Ecuador es extre-
madamente dificil y esta sujeto a numerosos
errores pues las practicas campesinas y los
Figura B40: Calendario agricola de la cebada (porcentaje deI numero de campesinos por mes)
Fuente: MAG - PRONAREG 1994
81EMBRA
1 1 1 1
50
1 1
MAMJJASO
Paisajes Agrarios deI Ecuador
cielos de cultivos son diferentes entre una zona
y otra; varian con el ritmo anual de las preci-
pitaciones y con la altitud. El principal periodo
de siembra se situa en el ultimo trimestre. El
principal periodo de cosecha va de mediados de
julio a mediados de septiembre, con un maximo
en agosto.
La duraci6n promedio deI cielo es estimada
por los técnicos en 5,5 meses, pero coma las
principales zonas de cultivo estan situadas a •
una altitud importante, hay un elaro alarga-
mien to deI cielo. Por encima de 3 400 m de
altitud, este supera los 6 meses y puede ineluso
alcanzar 9 meses. A 2 500 m.s.n.m. es s6lo de
4,5 meses.
El calendario es igualmente perturbado por
la originalidad elimatica local. En la provincia
de Carchi, donde el ritmo estacional deI cultivo
es poco marcado, las siembras se realizan al
lado de parcelas que estan siendo cosechadas.
En Tungurahua, en las alturas al oeste de Am-
bato (Quizapincha), las siembras se realizan de
C08ECHA
~ ~ Carchi
Imbabura
Pichincha
Cotopaxi
Chimborazo
Bolivar
Canar
Azuay
o +--"-~,----;r--"--"--"--r--tff Loja
1 i i i
SONDEFMAMJJASO
1 Iii i i i i
 Componentes deI paisaje III Cultivos principales
julio a septiembre y la cosecha en febrero. Esta
inversi6n deI calendario agricola comlin se debe
a influencias deI regimen amaz6nico de las
lluvias.
10.6 Cultivo
El cultivo varia seglin el tipo de productor y
el cielo de producci6n. Las indicacidnes siguien-
tes corresponden a la practica mas comlin, la
de los pequeiios productores, y se seiialaran
algunas variantes ligadas al tamaiio de la ex-
plotaci6n y a la disposici6n de capital.
10.6.a Siembra
• El cultivo de cebada sigue generalmente a
otro cultivo, de haba 0 de tubérculos andinos.
La labranza es el unico trabajo realizado para
establecer ellecho de siembra. Se efectua con un
arado, y rara vez con tractor. La siembra se rea-
liza al voleo. La densidad, entre 90 y 130 kg/ha,
varia en funci6n deI tamaiio y deI peso de la
semilla, apreciados empiricamente por el culti-
vador. Se trata casi siempre de semillas con-
servadas de un aiio al otro 0 compradas en el
comercio, sin certificado de origen. Los media-
nos y grandes productores compran semillas
certificadas (Shyri 89). Son ellos igualmente
los que cultivan la variedad Clipper, cuya
semilla es proporcionada directamente por las
cervecerias.
El rastrillaje puede realizarse con un ras-
trillo de punta de hierro, pero a menudo los
pequeiios productores 10 hacen con una viga 0
tronco de arbol, que rompe los terrones, y al
que se atan largas ramas que, al frotar la su-
perficie deI suelo, entierran las semillas. En las
zonas de monocultivo de cebada, la siembra se
efectua directamente sin preparaci6n deI terre-
no. Le sigue luego una unica labranza con ara-
do que escarifica el suelo, destruye las malezas
y entierra los granos.
10.6.b Mantenimiento deI cultivo
Los pequeiios productores no practican sino
• un deshierbe manual, al parecer destinado mas
• a alimentar a los animales domésticos de la
explotaci6n que a favorecer el desarrollo de la
cebada. La lengua de vaca (Rumex sp) y el nabo
son las adventicias mas frecuentes.
En las grandes explotaciones y donde los
proveedores de las cervecerias, la aplicaci6n de
abonos (l0-30-10 y menos frecuentemente 18-
149
46-0) es sistematica y el deshierbe quimico se
realiza eficazmente con 2-4D.
En los sistemas intensivos de la provincia de
Carchi, la cebada sembrada después de la papa
se beneficia de los residuos deI intense abona-
miento deI tubérculo. S610 se emplea urea si la
parcela presenta los sintomas de una carencia
caracterizada (amarillamiento, desarrollo insu-
ficiente, etc.).
10.6.c Enfermedades y tratamientos
La roya, identificada por primera vez en
Colombia en 1977 (INIAP, 1993), afect6 consi-
derablemente a la producci6n ecuatoriana en
los ultimos aiios deI decenio de 1970 y a inicios
de los aiios 1980. Los daiios siguen siendo
importantes tratandose de los pequeiios pro-
ductores que no tienen los medios financieros
para tratar sus parcelas. Se necesita controlar
la roya «<polvillo») de la hoja (Puccinia hordei),
la roya lineal, llamada igualmente roya ama-
rilla (Puccinia striiformis) y èl resecamiento de
la hoja 0 «escaldaro», provocado por Rhyncho-
sporium secalis.
Atacan también a las hojas otros organis-
mos tales coma Helminthosporium sp. y Fusa-
rium. El control deI carb6n, importante en el
casa de Shyri 89, se realiza sobre todo fumi-
gando las semillas.
10.6.d Cosecha
En la mayoria de las pequeiias explotacio-
nes, si la mecanizaci6n fuera econ6micamente
posible, las fuertes pendientes la excluirian.
La movilizaci6n de mana de obra se realiza en
el marco de los sistemas de prestamano entre
vecinos.
El corte se realiza con una hoz, al ras deI
suelo, para aprovechar al maximo tanto la
paja coma el grano. Los manojos de cebada se
reunen en pequeiios montones. No hay haces,
los montones se agrupan en brazados mante-
nidos por una cuerda. Éstos son transporta-
dos, a lomo de hombre 0 con burro, hasta la
hacina ubicada cerca de la vivienda. La cose-
cha espera asi el paso de la trilladora meca-
nica que va de caserio en caserio. La trilla
mediante el pisoteo de los animales va dismi-
nuyendo pero se observan todavia algunas de
esas éras circulares y horizontales, insertadas
en las vertientes. El aventamiento es igual-
mente manual.
150
En las grandes propiedades, todas estas ope-
raciones son mecanizadas.
10.G.e Rendimientos
El promedio de la producci6n nacional fluc-
tua alrededor de 1 t/ha. Es mas bajo tratandose
de los pequenos productores, debido a las condi-
ciones de cultivo. Es deI orden de 3 t/ha en las
explotaciones tecnificadas y en los mejores
casos (productores de semilla) puede alcanzar
5,5 a Gt/ha.
10.7 Comercializaci6n*
Paea la campafia de 1992, el precio de refe-
rencia fijado por el MAG era de 13500 sucres el
quintal. Subi6 a 18000 sucres antes de la cose-
cha, en el mes de mayo. Al iniciarse las cose-
chas, el precio baj6 a 15 000 para caer conside-
rablemente en julio-agosto, en plena cosecha,
coma cada ano. Si bien aquellos que pudieron
entregar su producci6n directamente a los moli-
nos recibieron 13000 sucres/quintal, los peque-
nos productores que venden su excedente a los
intermediarios transportadores, vieron descen-
der el precio hasta 8000 sucres el quintal. A
inicios de 1993, antes de la cosecha, se situa en
20000 sucres.
Existe un sistema particular en la provincia
de Carchi donde los compradores colombianos
hacen pagos adelantados para asegurarse la
cornpra de la cosecha. La llevan a Colombia, en
grano trillado y a veces descascarado, benefi-
ciandose con el diferencial de precio entre los
dos paises.
10.8 Utilizaci6n de la producci6n*
Segun el INIAP (1993), la producci6n de
cebada para cerveceria satisface el 30 al 40 %
de las necesidades nacionales a finales de los
aiios 1980 y principios de los 1990. El saldo deI
GO al 70 % se cubre con importaciones.
El consumo culinario de la cebada se limita
a la regi6n andina, en gran parte para autocon-
sumo. El grano es molido en los pequenos cen-
tros de puebla a raz6n de 2000 sucres por quin-
tal. El plato mas comunmente preparado es el
«chapo», colada mas 0 menos espesa y mas 0
menos dulce, seglin el gusto aunque también
* Salvo indicaciones contrarias, los precios indicados se refieren a los anos 1991-1992
Paisajes Agrarios deI Ecuador
seglin el nivel econ6mico de la familia. Se 10
sirve en el desayuno y en el almuerzo. Se pre-
para con «machica», harina obtenida a partir de
granos que han sido tostados antes de ser mo-
lidos. El tostado es doméstico. Mientras el
«chapo» se consume sobre todo en las familias
campesinas, la sopa conocida coma «arroz de
cebada» es también apreciada en la ciudad. El
elemento principal es la cebada en grano per-
lado, descascarado y molido grueso, al que se
agregan otros ingredientes para completar el •
sabor. La «arepa» 0 pan de cebada es hecha de
harina amasada con agua, un poco de manteca
de puerco y saI.
La paja de la cebada tiene varios usos posi-
.'.
bles en las unidades domésticas de producci6n.
•
Casi siempre se la da coma forraje a los ani-
males. Puede servir igualmente de combusti-
ble, en esas zonas de altura que no cuentan con
suficiente lena. Picada, se la mezcla al barro
para fabricar ladrillos de tierra. Puede ademas
utilizarse en lugar de la paja de Stipa para re-
parar los techos de las viviendas.
10.9 Perspectivas
Por su rusticidad, la cebada ocupa un lugar
que pocos cultivos, 0 incluso ninguno, podria
ocupar en los sistemas de producci6n campe-
sinos. Es entonces indispensable para su equi-
librio aunque no sea muy rentable. Las condi-
ciones fisicas y econ6micas de la producci6n
limitan ademas la utilizaci6n deI potencial de
productividad deI pais.
El 70 % de la producci6n, que se debe a pro-
ductores medianos y grandes, es sensible a los
efectos deI mercado y la apertura actual de las
fronteras somete la producci6n nacional a la
confrontaci6n con el precio internacional. Éste
era de 13240 sucres el quintal en 1991. La
inflaci6n nacional deja entonces aun un mar-
gen que los importadores colombianos recono-
cen y saben aprovechar. A diferencia deI trigo
que ha sido reemplazado progresivamente por •
el grano importado, la cebada exige menos
insumos y es por 10 tanto mas atractiva en esta
competencia abierta. i,Podra por ello mante-
nerse durablemente frente a la competencia •
internacional, en las grandes y medianas
explotaciones? Ello depende en gran parte deI
mercado. .
 Componentes deI paisaje III Cultivos principales 151

11 Maiz Zea mays, L.

Unidades C21, 22, 23, 24, 32, 33, 34, 35, 36, 37, 38, 43, 44,46,47
P23,31,32, 33, 34,35
T37, 43, 45, 46, 48, 51
D31, 32, 33,34,35,36, 37,38,41, 42

• Originario de Centroamérica, el maiz es el cereal caracteristico de América coma el arroz 10 es

de Asia. Se cultiva en el Ecuador tanto en el piso de altitud intermedia (maiz suave 0 amilaceo,
unidades C21 a C24, P23, cosechado en grano seco 0 tierno -choc1o-) coma en las regiones
calidas y bajas (maiz duro, las demas unidades). Mientras que el maiz suave esta reservado a la
alimentaci6n humana, el maiz duro Integra la composici6n de alimentos para el ganado.

El maiz ocupa el primer lugar por el numero de hectareas sembradas: 524000 ha de 2528630
(es decir el 20,7 % de la superficie cultivada), de las cuales, seglin el SEAN (1992),315000 produ-
cen maiz duro, 187310 maiz suave en grano y 21580 maiz suave en choc1o.

11.1 Cultivares En las regiones calidas, las variedades

La utilizaci6n, por los agricultores, de una
variedad tradicional 0 mejorada 0 inc1uso de
hibridos esta estrechamente vinculada a la zona
de cultivo y al nivel de tecnicidad: un bajo grado
de tecnicidad va generalmente de la mana con
el empleo de una variedad no mejorada.
En la zona andina, el maiz proporcionado
por el INIAP, ya sea maiz suave (0 amilaceo),
forrajero (INIAP 180) 0 duro (INIAP 160 0
«morocho blanco»), provienen deI mejoramiento
de las variedades tradicionales.
En el norte y el centro de la Sierra, INIAP
131 0 INIAP 101, mas precoz, conocido con el
nombre de «blanco suave», son, entre las nue-
vas variedades, las mas difundidas. De Cuenca
a Loja, es INIAP 153, proveniente deI mejora-
miento de la variedad tradicional Zhima, apre-
ciada por su sabor y su riqueza en proteinas.
En realidad, los campesinos de. la Sierra
emplean muy poco las nue vas variedades
creadas por el INIAP y prefieren las tradicio-
.. nales de las cuales las mas frecuentes son
Chillo, Mishca, Huandango, Chaucho y Chalpi
tradicionales, cultivadas hasta los anos 1970,
eran de tamano grande (3 m de altura total, la
mazorca a 2 m), eran sensibles al encamado y
presentaban bajos rendimientos. Las investi-
gaciones deI INIAP desembocaron, a partir de
variedades nacionales y variedades introdu-
cidas provenientes deI CIMYT, en la creaci6n
de cultivares nacionales mejorados, tales coma
Pichilingue 504 e INIAP 515, que presentan
rendimientos de 80-90 quintaleslha (qlha). La
introducci6n, por parte de empresas privadas,
de hibridos de mayor rendimiento, incit6 al
INIAP a crear sus propios hibridos. Asi, INIAP
H 550, con una producci6n ligeramente supe-
rior a 100 q/ha, fue difundido en 1985. Ha sido
reemplazado, en la zona costera central (provin-
cia de Los Rios y alto Guayas), por INIAP H551,
particularmente adaptado al cultivo en estaci6n
lluviosa. Con un rendimiento de 140 qlha, este
hibrido es, en esta regi6n donde el grado de tec-
nicidad de los productores es particularmente
elevado, el cultivar mas empleado conjunta-
mente con INIAP 526 (variedad mejorada) y
algunos hibridos comercializados por AGRIPA,
tales coma Pacîfico adaptado a condiciones mas
secas.

• (Moreno, 1992). Practicamente, cada zona
tiene su propio conjunto de variedades adap-
tadas a las condiciones c1imaticas y edaficas
locales. Ademas, los diferentes grupos etnicos
tienden a mantener una colecci6n especifica de
variedades coma se 10 puede apreciar en los
mercados rurales. Por fin, cada tipo de usa
alimentario requiere de cultivares de cali-
dades distintas.
En las regiones costeras mas secas, la adop-
ci6n, por parte deI campesino, de variedades
mejoradas 0 de hibridos ha sido mas lenta pero
mas segura. Asi, en la provincia de Manabi, si
bien en 1985 el 60 % de los agricultores culti-
vaban variedades tradicionales, en 1993 ya no
es el casa sino de un 12 %. Sin embargo, los
hibridos siguen poco difundidos (el 1 % de los
agricultores siembran INI1\P H551 yel 16 %
152 Paisajes Agrarios deI Ecuador

Altura total (cm) 216·230 205 241 248

Altura de la mazorca (cm) 114·120 137·144 112 123 127
Cielo (dias) 120 115·125 115 120 120
Rendimiento (t/ha) 7,27*·6,44** 4,32 4,56 4,65 5,58
* en estacién lIuviosa •• en estacién seca

Cuadro B21: Hibridos y variedades mejoradas mas usadas en la zona calida

Fuente: INIAP, com. pers.
Pacifico) con relacion a las variedades mejora-
das. Entre estas ultimas, se deben citar dos
variedades resistentes a la sequia (INIAP 540 Y
542), asi coma una variedad de maiz suave
(INIAP 528) que se esta extendiendo, cultivada
en periodo seco bajo riego. Algunas de las
caracteristicas de los cultivares mas utilizados
entre los introducidos por el INIAP se presen-
tan en el cuadro B21.
11.2 Exigencias
El maiz es una planta exigente en agua a 10
largo de todo su cielo vegetativo, pero especial-
mente en el espigueo, durante el cual requiere
alrededor de 6 mm de agua por dia. Demanda
una temperatura relativamente elevada, sin la
cual su cielo vegetativo se prolonga. Las prue-
bas realizadas en los terrenos de la estacion
Santa Catalina deI INIAP muestran una pro-
longacion deI cielo en 73 dias entre el maiz
cultivado a 2750 m.s.n.m. y el mismo cultivado
a 3050 m.s.n.m.
•
elaramente elimatico. Sin embargo, el interés
de los campesinos por este cereal les hace sem-
brarlo hasta las ultimas posibilidades locales,
llegando a veces a 3 200 m.s.n.m. A estas alti-
tudes mayores, hay un excesivo alargamiento
deI cielo debido al descenso de la temperatura,
siendo la altitud optima comprendida entre
2400 Y 2700 m.s.n.m.
11.3.b En zona calida (cuadro B23)
El maiz duro es cultivado, en aproximada-
mente 300000 ha, en todas las regiones situa-
das a una altura inferior a 1800 m.s.n.m., ya
sea en la Amazonia (8,2 % de la superficie
tota!), en la provincia de Loja (15,1 %) 0 en la
zona costera donde las provincias de Manabi,
Los Rios y Guayas totalizan el 64,6 %. En las
regiones humedas, con menos de 5 a 6 meses
secos por ano, es posible realizar dos cosechas
anuales sin riego.
Il.4 Tamaiio de las explotaciones

El maiz necesita suelos ricos y responde En la Sierra, son pequenas. El 16 % de las

bien a los abonos nitrogenados y fosfatados. explotaciones tienen menos de una hectarea, el
50 % de 1 a 5 ha, el 14 % de 5 a 10 ha y el 20 %
11.3 Zona de cultivo (figura B41) una superficie mayor a 10 ha.

11.3.a En zona templada (cuadro B22) La produccion de maiz suave corresponde

entonces, a excepcion de unas pocas haciendas,
El maiz suave es cultivado en una franja al- a pequenos productores que poseen menos de
titudinal comprendida entre 2200-2400 Y 2800- 10 ha de tierra.
3000 m.s.n.m. En el limite inferior de esta zona, •
el maiz enfrenta la competencia de otros culti- En la zona calida, no sucede 10 mismo con el
vos mas rentables. El limite superior es mas maiz duro que esta ampliamente integrado a
•
l ....·'l#
Cosechado
en grano
10,32 20,17 26,33 18,97 6,45 20,91 17,14 10,85 39,23 5,59 3,00 180,96

Cosechado
en chodo 1,68 1,32 3,35 0,65 2,10 2,08 ·5,62 1,63 1,00 0,91 0,27 20,83

Cuadro B 22: Superficies de maiz suave cosechadas en la region serrana (miles de hectareas)
Fuente: SEAN 1992
 Componentes deI paisaje III Cultivos principales 153

80 0 W

. ~'
1t . ~"
.~,
1 ..... -

.···
.
..
D

,
/

LImite superior dei pise calido

LImite inferior dei piso

de los paramos

~~ 0 0 Principales ciudades

'\.
'-.~~ Carreteras principales

o 100 200 km
1......_==--==-"""='====-
.. '

Por la complejidad deI mapa. las zonas de humedad

no estfm representadas
El archipiélago de Galapagos no esta representado ya
que el cultivo deI mafz es anecd6tico

Presencia de pastos
Ausencia de pastos Vegetaci6n natural ausente
Vegetaci6n natural ausente Presencia de cultivos anuales

•
Predominio de los cultivos anuales
Unidades C21, 22, 23, 24, 34, 36, 47
Predominio de las plantaciones permanentes
Unidad C32
• Vegetaci6n natural preseote
• W'HA Presencia de cultivos anuales
WUAl Unidades C33, 35, 38
Figura B41: Mapa de las unidades cartograficas
con campos de maiz
~ Unidades P23, C37, 43, 44, 46
Presencia de plantaciones penmanentes
~ Unidades P33, C31, T43, 45, 48, 51
Presencia de cultivos anuales y de
~ plantaciones permanentes Unidades P35, T37, 46
Vegetaci6n natural presente
Presencia de cultivos anuales
O Unidades 035, 37, 41, 42
~ Presencia de plantaciones permanentes
bS::=l Unidades 038, P34
I;'~~~:;I Asociaci6n con cultivos anuales y plantaciones
'" ." permanentes Unidades 031, 32, 33, 34,36, P31, 32
154 Paisajes Agrarios deI Ecuador

Cuadro B23: Superficies

de maiz duro cosecha-
Superficies (ha) 24020 44380 73430 67280 48700 35480 das en el piso calido (ha)
Superficies (%) 8,2 15,1 25,1 22,9 16,6 12,1 Fuente: SEAN 1992
Rendimiento 0,99 1,03 1,42 2,15 1,17 0,93

los sistemas de producci6n de las pequeiias y l1.5.a Siembra

grandes propiedades. Sin embargo, las explota-
ciones de menos de 10 ha quedan mayoritarias,
en particular en la provincia de Manabi, donde
el promedio por agricultor es alrededor de 3 ha,
generalmente distribuidas en varias parcelas.
11.5 Cultivo
En el pais, el grado de tecnicidad es general-
mente bajo, sobre todo en los Andes; la excep-
ci6n mas notable es la parte central de la regi6n
costera. En las regiones calidas, la red vial
secundaria, no asfaltada ni empedrada, restrin-
ge el trafico durante la estaci6n lluviosa, 10 que
perturba el transporte de los insumos.
La época de siembra esta ligada al inicio de
la estaci6n lluviosa.
En los Andes comienza con la preparaci6n
deI terreno entre agosto y septiembre. Las tres
cuartas partes de los agricultores la realizan
aun mediante un arado tirado por una yunta.
Las primeras siembras se efectuan a partir deI
15 de septiembre. La fecha de siembra tiene en
cuenta la duraci6n deI cielo vegetativo (funci6n
de la variedad sembrada y de la temperatura
promedio). En 10 esencial, la siembra se esca-
lona de mediados de septiembre a noviembre,
situandose la mediana a inicios de octubre

Figura B42: Calendario agricola deI maiz suave (porcentaje deI numero de campesinos por mes)
Fuente: MAG - PRüNAREG, 1994
SIEMBRA COSECHA

l Carchi

Imbabura

Pichincha

'-.'
1 1

l , Cotopaxi

Tungurahua

Chimborazo

Bolivar

•
Canar .

Azuay

5~i ,, 1 1

~_)f''>' Loja

i i i i
FM À M J JAS DNDEF
i i 1 i 1

FMAMJJA E F
 Componentes deI paisaje III Cultivos principales
(figura B42). En Tungurahua, no se respeta
dicha estacionalidad; se trata de sem brios
regados para cosechar choelo en sistemas muy
intensivos.
La siembra es siempre manual, en hoyos, y
esta generalmente asociada a una 0 varias
leguminosas (fréjol, haba, arveja, habilla, cho-
cho, garbanzo). La densidad recomendada es de
50 000 pies por hectarea, en lineas distantes de
80 a 90 cm y una distancia de 50 a 60 cm entre
los hoyos con dos semillas cada uno (Moreno,
s.f.). En situaci6n campesina, este patr6n sufre
mucha variaci6n (ver figura C6).
" En las regiones calidas, el maiz es sembrado
coma monocultivo salvo en las zonas secas
donde esta frecuentemente asociado al frejol
(Vigna sp), al haba pallar (Phaseolus lunatus) 0
la sarandaja (Dolichos Lablab) en el sur de la
provincia de Loja. Es, salvo raras excepciones,
sembrado también manualmente. En las explo-
taciones mecanizadas, la preparaci6n deI suelo
comprende una labranza con arado de discos
seguida de una pasada de rotavator. La siem-
bra se realiza en cuanto comienzan las prime-
ras lluvias, es decir de la segunda quincena de
octubre a finales deI mes de enero, en la zona
central de la llanura costera. En esa misma
zona, se puede realizar un segundo cultivo a
partir deI 15 de mayo. El maiz se siembra en
lineas separadas por 90 a 100 cm con una dis-
tancia de 20 a 25 cm entre hoyos, 10 que resulta
en una densidad comprendida entre 44 000 Y
50 000 pies! ha (Moreno, s.f.).
11.5.b Cuidados a los cultivos
El aporte de abono completo (N, P, K) es
recomendable en el casa de los hibridos, pero
los agricultores se limitan a la aplicaci6n de
nitr6geno (60 U) y de f6sforo (30 U). El abona-
miento es mas raro en la zona interandina y en
las regiones secas costeras que en la parte
central y humeda de la Costa donde hay mas
grandes productores. En 1993, en la provincia
de Manabi, s610 el 20 % de los agricultores
fertilizan el maiz.
• El deshierbe se realiza con azad6n en la
Sierra y machete en la Costa. A menudo se
hacen varias pasadas: 15 dias después de la
siembra, 15 a 25 dias después de la primera y
tres meses después. Puede también ser quimico
con aplicaci6n de Atrazina 80. En la regi6n
costera, la casi totalidad de los agricultores
realizan un deshierbe quimico de preemer-
gencia deI maiz.
155
El aporque, util para asegurar la estabilidad
de los tallos y favorecer el crecimiento de las
raices que salen de los primeros nudos, es una
practica comun en la regi6n andina (CESA,
1986) pero casi inexistentè en la Costa.
1I.5.c Plagas yenfermedades
Se censaron pocas enfermedades, en parti-
cular porque la mayoria de variedades son
resistentes. Se observan sin embargo ataques
de roya (Puccinia polysora), la presencia deI
carb6n de la mazorca (Ustilago maydis) y, en
las zonas humedas, algunos danos en los gra-
nos, causados por hongos tales coma Diplodia y
Fusarium (Carrillo y Limongi, 1995).
El ataque deI "gusano cogollero» (Spodoptera
(rugiperda), llamado también «langosta», es ge-
neralizado. Las larvas de esta mariposa noc-
turna ocasionan importantes danos en las hojas
y las yemas. Los controles, practicados sobre
todo en la zona costera y menos en los Andes,
pueden realizarse mediante tratamiento de las
semillas con Furadan, deI suelo con Lorsban 0
mediante la aplicaci6n en el follaje -10 que con-
trola al mismo tiempo una larva que penetra en
la base de los tallos, cava galerias y asciende
hacia la mazorca de la que come los granos,
"barrenador deI tallo» (Diatraea sp)-.
11.5.d Cosecha
La cosecha deI maiz, de cualquier variedad
que sea, se realiza siempre manualmente, salvo
en las explotaciones muy grandes de la regi6n
costera.
En la Sierra, el maiz suave es cosechado en
seco para su conservaci6n en vista deI autocon-
sumo a 10 largo deI ano. Pocas mazorcas son
cogidas tiernas para el consumo familiar en
choelo. Algunas parcelas en cambio son sem-
bradas principalmente para la venta en choelo.
Unas zonas se hari especializado en esta pro-
ducci6n que apunta sobre todo al consumo
urbano y que tiene ademas la ventaja de deso-
cupar rapidamente el terreno para un segundo
cultivo de cielo corto en el ano (unidad C22).
En la Costa, el maiz duro se cosecha siempre
en seco, salvo una minima proporci6n recogida
por el cultivador para su propia alimentaci6n.
11.5.e Rendimientos
Los rendimientos son bajos. Han sido esti-
mados por el SEAN (1992) en 1,39 tlha en el
156
Superficies
(ha) 263290 180960 20830
Producci6n
(toneladas) 408120 110610 41430
Rendimiento
(toneladas/ha) 1,39 0,61 1,99
casa deI maiz duro, en 1,99 t/ha en el deI maiz
suave en choclo y en 0,61 tlha en el deI maiz
suave en grano seco (cuadro B24). Los resulta-
dos mas bajos se registrarian en las tres pro-
vincias de los Andes donde este cultivo es mas
frecuente: 0,46 tlha en Imbabura, 0,45 tlha en
Cotopaxi y 0,49 tlha en Pichincha.
En el casa deI maiz duro, los rendimientos
promedios mencionados tanto por los técnicos
deI Programa Nacional deI Maiz coma por los
agricultores, varian de 2 a 2,3 tlha y se situa-
rian entonces muy por encima deI promedio
nacional indicado por el SEAN. En realidad, si
bien algunos rendimientos alcanzan excepcio-
nalmente 4 tlha, y aunque la provincia de Los
Rios registra efectivamente un promedio de
2,15 tlha, todas las demas provincias presentan
resultados mucho menores a esa cifra. El Oro y
Esmeraldas, que siguen siendo marginales por
los volumenes producidos, también 10 son en tér-
minos de rendimientos, con solamente 0,83 tlha.
Manabi, que cuenta con las mayores superficies
cultivadas con maiz duro (26 % deI total nacio-
nal), produce 1,42 tlha. Estos resultados son el
reflejo de una doble variaci6n, de las condicio-
nes naturales de la producci6n y de la tecnici-
dad de las explotaciones. La naturaleza deI
suelo, pero sobre todo las condiciones climati-
cas son mucho mas limitantes en la parte seca
de Manabi que en la rica llanura de Los Rios,
donde puede desarrollarse una agricultura
capitalista de alto rendimiento.
l1.5.f Comercializaci6n
La producci6n de maiz suave satisface la
demanda deI mercado interno. Las capacidades
Cuadro B25: Rendimientos de maiz (tlha) en paises deI pacto andino (1972-73)
Fuente: Frere et al, 1975
Paisajes Agrarios deI Ecuador
Cuadro B24: Superficies de maiz cosechadas y
producci6n
Fuente: SEAN 1992
de almacenamiento en la propiedad son suma-
mente limitadas y los precios bajan considera-
blemente al momento de la cosecha, a menudo
en un 50 %. Por otro lado, a falta de un almace-
namiento adecuado, las pérdidas por ataque de •
gorgojo pueden representar, en casos extremos,
mas deI 90 % de 10 almacenado de modo tradi- •
cional por el campesino. Una parte minima es
al parecer exportada c1andestinamente a
Colombia.
La comercializaci6n deI maiz duro fue
controlada durante largo tiempo por la Asocia-
ci6n de Fabricantes de Alimentos Balanceados
(AFABA) que compraba, a través de 2 6 3 inter-
mediarios, toda la producci6n, imponiendo sus
precios. Un reciente acuerdo entre los pro-
ductores de maiz y dicha asociaci6n, asi coma la
cornpra directa, por parte de los comerciantes
colombianos, han permitido romper este mono-
polio y garantizar al agricultor el pago de un
precio mas remunerador por su producto.
11.6 Perspectivas
En el casa deI maiz suave, las superficies
pueden tender a aumentar en funci6n tanto de
la densificaci6n de las zonas rurales y de las
periferias urbanas, coma de la divisi6n de las
haciendas. El mayor cambio parece consistir en
un importante desarrollo de la producci6n de
choclo. Esta tendencia deberia mantenerse
para abastecer a los mercados urbanos en
expansi6n.
Fuera de los Andes, donde el maiz es culti-
vado sobre todo para el consumo familiar, las
superficies sembradas dependen deI precio deI
 Componentes deI paisaje III Cultivos principales
grano. Las superficies cultivadas con maiz
duro aumentaron a partir de 1976, a expensas
de las de cacao y banano, para alcanzar un
maximo en 1986. A partir de 1987-1988, dismi-
nuyeron en favor de la soya cuyo precio era
mas interesante. Actualmente, los dos cultivos
presentan igual rentabilidad y en las zonas 10
suficientemente humedas como para soportar
dos cultivos por aiio, la elecci6n entre el maiz 0
la soya como segundo cultivo depende en parte
de su precio de compra que varia de un aiio a
otro.
"
"
157
En el marco de la apertura oficial deI mer-
cado hacia Colombia, el diferencial de precio en
beneficio deI Ecuador puede provocar un fuerte
impulso a los tres tipos de producci6n de maiz y
provocar menos que una extensi6n de las super-
ficies, sobre todo en los Andes donde el espacio
es limitado, que unamayor tecnificaci6n de la
producci6n. En efecto, la productividad nacional
queda baja. En 1972-1973, los rendimientos deI
maiz en el Ecuador eran inferiores a los obte-
nidos en los paises vecinos (cuadro B25) y ape-
nas se han modificado desde entonces.
158 Paisajes Agrarios deI Ecuador

12 Palma africana Elaeis guineensis L.

Unidad T38

La palma africana, originaria de los bosques humedos deI Arrica Occidental es una de las
principales fuentes de aceite alimentario deI mundo. En el Ecuador, las primeras plantaciones
datan de 1964, pero hubo que esperar 1970 para superar las 1000 ha (<<El Palmicultor», N° 2). A
inicios de 1993, la superficie plantada con palma africana representa alrededor de 80000 ha de las
cuales 12000 estan ubicadas en la regi6n amaz6nica y 68000 en la Costa. El aceite de palma
africana es la principal produccion de materia grasa deI pais (aproximadamente 150000 t/ano). La
segunda fuente nacional de aceite alimentario, la soya, representa menos de 20000 t/ano. Los
principales productores de aceite de palma se encuentran en el Asia (Malasia e Indonesia, con 5,5
y 2,0 millones de toneladas de aceite por ano respectivamente).

La mayoria de los cultivadores estan ?grupados en la Asociaci6n Nacional de Cultivadores de

Palma Africana (ANCUPA) que ofrece asistencia técnica -con un laboratorio de analisis de
suelos-, cuida de la fijaci6n deI precio deI aceite en el mercado intemo y busca actualmente salidas
para los excedentes de producci6n.

12.1 Variedades nindé y el otro centrado en la carretera Santo-

Las semillas seleccionadas tienen tres orige-
nes (IRHO, Costa Rica e INIAP), pero todas
corresponden al cruce de las variedades dura x
pisifera, conocida como «tenera» y escogida por
su elevado porcentaje de pulpa. Las antiguas
variedades de «tenera» caracterizadas por un
rapido crecimiento en altura tienden a ser
reemplazadas, en las nuevas plantaciones, por
cultivares de crecimiento mas lento que permi-
ten por mayor tiempo una recoleccion facil de
los racimos.
12.2 Exigencias
Sus exigencias climaticas son un tanto con-
tradictorias: demanda una fuerte pluviosidad
(1800 mm), bien repartida a 10 largo deI ano y
una heliofania elevada (2 000 horas por ano
seria 10 ideal). Para un desarrollo optimo de la
palma africana, los suelos deben ser bien dre-
nados.
12.3 Zonas de cultivo (ver figura B43)
Una reducida fracci6n de las plantaciones
de palma africana, el 15 %, se encuentra en la
regi6n amazonica, donde el régimen pluviomé-
trico es 6ptimo y la heliofania relativamente
satisfactoria (de 1 000 horas/sol por afio en el
piedemonte a 1400 horas/sol anuales en la lla-
nura). Sin embargo, la mayor parte de las
plantaciones de palma africana se situa en la
regi6n costera, en dos grandes bloques, el uno
a 10 largo de la carretera Santo Domingo-Qui-
Domingo-Quevedo.
En esos dos bloques, las plantaciones de
palma africana no solo soportan algunos meses
secos (4-5 como maximo), sino que sufren sobre
todo de un importante déficit de heliofania (con
los datos de las estaciones que rodean a la zona
de cultivo de la palma africana, se puede esti-
mar de horas/sol anuales en 600-850). La re-
ciente extension (ver datos de ANCUPA en la
figura B43) se realiza aun en condiciones de
humedad aceptables en el caso deI bloque deI
Norte, pero el deI Sur se extiende ampliamente
en la zona humeda donde el numero de meses
secos es superior a 4 (existe incluso una planta-
ci6n al oeste de Quevedo, en una regi6n con 7
meses secos por ano: ies regada!).
12.4 Tamaiio de las explotaciones (figura B44)
Para el cultivo de la palma africana se reco-
mienda un tamano minimo de 50 ha de planta-
cion. En la realidad, las superficies plantadas
pueden ir de una decena de hectareas, en el
caso de los productores mas pequefios, hasta
mas de 5 000 ha en el de las grandes plantacio-
nes industriales de la region amazonica. El
promedio nacional es de 110 ha. Las grandes
plantaciones de mas de 1000 ha representan el
30 % de las superficies en palma africana y
solamente el 1 % de las explotaciones. En con-
traste, el 57 % de los palmicultores cultivan
menos de 50 ha y totalizan el 13 % de la super-
ficie (en esta clase de tamaiio, el promedio es de
25 ha).
 Componentes deI paisaje III Cultivos principales 159

80 0 W
"
'.
1 Palma africana 1

..,
, _....

•
.

-.. ~....
•••••:
Palma africana
Unidad T38

Extension de las
plantaciones en la
regi6n castera
1990ANCUPA

LImite superior dei

,,
..
pise bajo y calido
LImites de las zonas
de humedad

'~\
-l,
i
:. \:P t ) o
; 'i
\...

100
Iiiil

'-
CD Principales ciudades

Carreteras principales

200 km
. -- , o.' _-===-_-===-_.1::'====- d

Figura B43: Localizaci6n de las plantaciones de palma africana

160
ha
20000
400
300
200
Superticie sembrada
100
en palma africana (ha)
0
œ1 œ51 œ101 œ2:l1 œ!D1 mffide'
a!D a 1CD a a:JO a!DO a 10CD 1an
12.5 Cultivo
12.5.a Plantaci6n
Se la realiza después de la preparaci6n deI
terreno que, en el casa de las plantaciones in-
dustriales, comprende la instalacion de una red
vial densa y, si las condiciones 10 requieren, de
canales de drenaje. Para evitar la erosi6n deI
suelo y mantener su fertilidad, se recomienda
la implantaci6n preliminar de una planta de
cobertura, 10 que se cumple en la mayor parte
de los casos. Casi siempre se siembra una legu-
minosa, el kudzu (Pueraria phaseoloides). Cuan-
do el palmeraI viene a reemplazar a un pasti-
zal, la planta de cobertura es una graminea,
habitualmente el pasto saboya (Panicum maxi-
mum).
Las plantulas criadas en vivero se trasplan-
tan en el campo a raz6n de 143 pies por hecta-
rea en el medio de circulos abiertos en la cober-
tura de kudzu.
La edad maxima recomendada para la reno-
vaci6n de una plantaci6n es de 20 afios. Aun-
que a esa edad la producci6n no disminuye, el
gran tamafio de los arboles de las variedades
clasicas dificulta la cosecha y, por 10 tanto, au-
menta los gastos correspondientes.
Para instalar una plantaci6n de palma en
condiciones normales se debe desembolsar de 3
a 3,5 millones de sucres por los tres afios, es
decir en espera de la primera producci6n. Los
créditos preferenciales para la instalaci6n de
plantaciones de palma africana fueron suprimi-
dos en 1993 yahora son capitales privados los
que fomentan la implantaci6n de nuevos pal-
meraIes.
Paisajes Agrarios deI Ecuador
Figura B44: Distribuci6n de las superficies
y de los palmicultores (1990)
Fuente: "El Palmicultor" n° 2
12.5.b Labores de cultivo
Habitualmente, la palma africana se planta
sola, pero en ciertos casos puede efectuarse un
cultivo de soya entre las palmeras durante los
tres primeros afios de la plantaci6n. La planta
de cobertura (Pue raria 0 Panicum) es, a veces
veces, utilizada como pastizal para bovinos que
son soltados en la plantaci6n. Estas practicas,
poco comunes, son desaconsejadas, pues el piso-
teo es peIjudicial para las raices, muy superfi-
ciales, de la palma africana.
Durante los primeros allOS, mientras las co-
pas de las palmas no han formado un dossel
cerrado, el principal trabajo consiste en la lim-
pieza de los circulos de plantaci6n para evitar
la invasi6n por parte deI kudzu.
La aplicaci6n de abono es realizada por la
mayoria de palmicultores pero, a menudo, es
un tanto aleatoria. Vna reducida, aunque cre-
ciente, fncci6n de productores utiliza los servi-
cios de los laboratorios de ANCVPA para deter-
minar la periodicidad y las dosis deI abona-
miento. Los elementos mas frecuentemente
utilizados son la urea, el potasio, el magnesio y
el boro. Estos dos ultimos elementos son correc-
tivos para combatir deficiencias deI suelo que
producen, en el casa deI magnesio, un amarilla-
miento en estaci6n seca y, en el casa deI boro, J
hojas en forma de bayoneta.
La palma africana, planta monoica, lleva
una proporci6n variable de flores hembras y
machos. Si bien se busca una fuerte proporci6n
de flores hembras que den frotos, se debe man-
tener una tasa de masculinidad suficiente para
asegurar la fecundaci6n. En las plantaciones
amaz6nicas, las condiciones climaticas (falta de
 Componentes deI paisaje III Cultivos principales
estacionalidad marcada de las lluvias y de las
temperaturas) hacen que esa tasa sea muy baja
por 10 que ha sido necesario proceder a la poli-
nizaci6n manual antes de la introducci6n de
insectos polinizadores eficaces.
12.5.c Plagas y enfermedades (Chavez, 1986)
Las dos principales enfermedades son locali-
zadas, la una propia de la regi6n amaz6nica
aunque presente en la Costa con una incidencia
menor, y la otra restringida a la Costa.
• bajo crecimiento se cosechan mas facilmente
La pudrici6n deI cogollo es una enfermedad
fatal en la Amazonia y sues) agente(s) respon-
sablees) es(son) atin desconocido(s), pese a un
importante esfuerzo de investigaci6n. El tinico
remedio es cortar y quemar toda planta infec-
tada. El mantenimiento de un cord6n sanitario
de kudzu entre la plantaci6n y el bosque natu-
ral, la eradicaci6n de las palmeras nativas deI
bosque cercano a la plantaci6n, el control de las
gramineas en los circulos de plantaci6n y en la
red de caminos son otras tantas practicas que
parecen disminuir la incidencia de la enferme-
dad. Ésta habia afectado en las plantaciones
industriales al 7 % de las plantas al décimo
tercer mes de plantaci6n en la Amazonia, pero
solamente a un 1% al tercer aiio de plantaci6n
en la regi6n costera.
En la Costa, el amarillamiento de las hojas
puede reducir en un 40 % la producci6n de las
palmeras afectadas. Es provocado por un dese-
quilibrio mineraI magnesio/potasio y se 10 ob-
serva s610 en periodo seco. Un aporte equilibra-
do de magnesio corrige esta deficiencia que se
manifiesta estacionalmente.
Otras enfermedades secundarias como la
pudrici6n de la flecha, la marchitez sorpresiva,
las manchas anulares, asi como esporadicos ata-
ques de insectos como los de Sagalassa (picador-
chupador de raices), se controlan ya sea me-
diante aplicaciones locales de insecticidas 0 por
medio de practicas de cultivo (mantenimiento
de la planta de cobertura, limpieza de los
arboles).
••
Cuadro B26: Produccion (toneladas de racimos
por ha) seglin regi6n y tecnologia
Fuente: ANCUPA
* Salvo indicaciones contrarias, los precios indicados se refieren a los aiios 1991-1992
161
En las grandes plantaciones industriales se
efecttia un seguimiento cuidadoso de la pulula-
cion de insectos, prefiriéndose favorecer el
desarrollo de depredadores espontaneos en
lugar de aplicar insecticidas.
12.5.d Cosecha
La cosecha se practica a 10 largo de todo el
aiio. Es manual y la mecanizacion s610 puede
intervenir en el transporte. Al cabo de una
decena de aiios de plantaci6n, las variedades de
que aquellas de un desarrollo mas vigoroso.
Como la cosecha debe ser llevada 10 mas rapi-
damente posible a la planta de extraccion y sin
demasiados golpes, las plantaciones de palma
africana deben disponer de una red vial densa
de buena calidad (alrededor de 40 m lineales
por hectarea de plantacion).
12.5.e Rendimiento*
Es muy variable, dependiendo principal-
mente de dos factores: la zona de producci6n y
los cuidados dispensados a la plantacion (cua-
dro B36).
La oposicion de rendimiento entre las dos
regiones es mas marcada en el caso de las
pequeiias plantaciones mal manejadas. La
ANCUPA y el SEAN (1991) concuerden en
seiialar una producci6n promedio nacional de
12,5 tlha/aiio. Esta cifra se acerca mas al valor
inferior de los rendimientos pues numerosas
plantaciones registran valores bajos haciendo
disminuir considerablemente el promedio na-
cional, mientras que las plantaciones tecnifi-
cadas obtienen resultados netamente encima
deI promedio.
La cosecha es vendida en racimos a las plan-
tas de extraccion a raz6n de 120 000 sucres la
tonelada de racimos. La tonelada de aceite rojo
(tasa de extraccion alrededor deI 20 %) se ven-
de en el mercado nacional a 800 000 sucres, es
decir, un precio ligeramente inferior al deI mis-
mo aceite importado.
Plantaciones industriales
20 23
con alta tecnologfa
Plantaciones familiares
7-8 20
con tecnologfa reducida
162
12.5.fTratamiento
Para obtener un producto de buena calidad,
los racimos deben ser recogidos en su grado
6ptimo de madurez, transportados en buenas
condiciones y tratados el mismo dia de la cose-
cha. Como consecuencia de la reciente apertura
de las importaciones de materia grasa, los pro-
ductores, al igual que las plantas de extracci6n,
llevan mas atenci6n al proceso de cosecha-tra-
tamiento y controlan mejor la acidez deI aceite:
era deI 8,5 % y ha disminuido al 4,5 % (toleran-
cia internaciona1: 3,5 %).
El principal subproducto de las plantas de
tratamiento son los palmistes de las que, des-
pués deI machacado y la trituraci6n, se extrae
el aceite de palmiste utilizado en jaboneria
(producci6n de algunos miles de toneladas por
ano). Los residuos s6lidos, cascaras de los pal-
mistes, Îmeden ser quemados en las calderas de
las plantas de extracci6n pero otros, aguas
servidas y desechos de decantaci6n, plantean un
problema de almacenamiento y de tratamiento.
12.6 Otras grasas de origen vegetal
Ademas de la soya y deI algod6n, de los cua-
les se presenta una ficha descriptiva en esta
obra, y de la palma africana que nos ocupa, el
Ecuador produce cantidades reducidas de ma-
terias grasas a partir de otras fuentes vegeta-
les. Se trata de aceites de mesa de mani, de
girasol y de ajonjoli con una producci6n entre
250 y 680 t en 1991-1992 mientras que se im-
portaba cantidades c1aramente superiores,
entre 270 y 2940 t.
El mani, Arachis hypogea, es una planta
anual de origen amaz6nico, cultivada en peque-
nas parcelas en estaci6n lluviosa, sobre todo en
la zona maizicola de la provincia de Manabi 0
coma cultivo de decrecida en el extremo sur deI
pais (unidad C47).
Paisajes Agrarios deI Ecuador
El girasol, Helianthus annuus, es una plan-
ta de reciente introducci6n de la que se culti-
van 1 000 a 2 000 ha, en la zona seca de la re-
gi6n costera.
Otras plantas oleiferas estan siendo proba-
das actualmente, en particular Caryodendron
orinocense, arbol amaz6nico que proporciona el
«mani de arboh, y Elaeis melanococca, palmera
de porte postrado de la Amazonia, de la que se
estan probando hibridos con E. guineensis.
12. 6 Perspectivas
La multiplicaci6n de las plantaciones de
palma africana lleg6 a saturar el mercado local
y a determinar la busqueda de mercados exte-
riores (necesidades deI pais de materias grasas
evaluadas en 165 000 t/ano, producci6n de
aceite de palma de alrededor de 150 000 tlaiio;
6 000 t de aceite exportadas entre diciembre de
1992 y febrero de 1993). Sin embargo, seglin
ANCUPA, las superficies continuan aumentan-
do en particular en la zona de colonizaci6n al
este de Quinindé. La zona de plantaci6n de la
regi6n amaz6nica aumentara poco pues, pese a
que la producci6n es mayor, los costos de insta-
laci6n son mucho mas elevados y desaniman a
los pequenos inversionistas.
La Asociaci6n Nacional de Cultivadores de
Palma Africana, después de haber utilizado
largo tiempo sus medios de presi6n para acer-
car el precio nacional a niveles cercanos al pre-
cio internacional, tiende actualmente a mane-
jar los excedentes abriendo mercados exterio-
res. Las exportaciones enfrentan la competen-
cia de la importante producci6n asiatica y por
el momento s610 mercados regionales cercanos
son abiertos al aceite ecuatoriano (Centroamé-
rica y México). Para garantizar mejor su pre-
sencia en esos mercados, los productores ecua-
torianos se han asociado con sus hom610gos
colombianos.
•
.
 Componentes deI paisaje III Cultivos principales 163

13 Papa Solanum tuberosum L.

Unidades D21, D22, P22, CU, C12, C21 y C22

El centro de domesticaci6n de la papa se situa entre los Andes centrales deI Pero y los deI norte
de Bolivia. Hoy en dia cultivada en la costa peruana y en todos los paises templados, la papa sigue
siendo en el Ecuador un producto de altura, especificamente andino. Esta asociada a otras activi-
dades, cultivos 0 pastizales, para constituir diferentes sistemas de producci6n agricola, seglin las
condiciones elimaticas 0 edaficas y el tamano de las explotaciones.

La papa constituye una de las bases esenciales de la alimentaci6n campesina en los Andes y,
~ para muchos pequeiios y grandes productores, el principal cultivo comercial.

13.1 Cultivares 13.2 Exigencias

En el Ecuador, donde la papa amarga esta
totalmente ausente, se distinguen dos grandes
subgrupos, los cultivares nativos -derivados de
S. tuberosum andigenum-, y los elaborados en
los centros de investigaci6n deI INIAP ecuato-
riano, deI IICA colombiano 0 deI CIP en Pero.
La papa es una planta muy exigente en
agua, elemento que necesita durante todo su
cielo vegetativo. Demanda suelos ligeros, pro-
fundos y ligeramente acidos. Los cultivares
presentes en el Ecuador son adaptados al piso
frio y relativamente humedo.

Los cultivares nativos se utilizan en el 60 %
de las superficies sembradas con papa (Uqui-
lIas, 1992). La colecci6n ecuatoriana cuenta con
300 variedades (Moreno J., corn. pers.). Chola,
Uvilla 0 Bolona, Leona, Chaupi, Rubi y Violeta
son los mas conocidos. Por sus variaciones de
forma, tamaiio, color de la piel y de la carne,
sabor y USD, la papa es unD de los productos
nativos mas diversificados.
Los nuevos hibridos se obtienen por cruce de
variedades nativas, con descendencias produci-
das en los paises templados. El INIAP lanz6 5
cultivares nuevos (cuadro B27). Al norte deI
pais, se siembran algunas variedades de origen
colombiano (lcahuila, Roja, Parda Pastuza).
13.3 Zonas de cultivo (figura B45 y cuadro B28)
Fuera de los Andes, practicamente no hay
cultivo de papa. En orden de importancia de las
superficies sembradas por provincia se elasifi-
can Carchi, Chimborazo, Tungurahua, Coto-
paxi y Pichincha. Ninguna de las otras provin-
cias alcanza el 5 % deI totaL La producci6n se
concentra entonces esencialmente en las zonas
norte y centro de los Andes, en el piso frio
(altura superior a los 3 100-3200 m.s.n.m.), en
suelos negros, ligeros y profundos.
La provincia de Carchi esta marcada por
una gran tradici6n «papera». Goza todo el ano
de un clima bastante humedo y sin gran riesgo

0-

f.

Duraci6n dei
(
cielo (dfas) 210 210 180-195 165 180 150-160
.,
Resistencia
al mildiu sensible mediana mediana moderada buena sensible
a la roya sensible sensible mediana moderada buena
a las heladas sensible
a la granizada moderada
al nematodo dei kiste tolerante tolerante
a los virus sensible
Cuadro B27: Caracteristicas de algunos cultivares ecuatorianos de papa
Fuente: Andrade 1991b
164 Paisajes Agrarios deI Ecuador

Cultivos de papa
• predominantes
dentro de campos de haba
y cebada Undad C 11

~ Cultivos de papa
~ secundarios dentro
de otros cultivos y pastos
Unidades D 21, P 22 Y C 12

~ Escasos cultivos de
~ papa dentro de otros
cultivos y pastos.
Unidades D 22 Y C 22

LImite inferior dei piso

templado

LImite inferior deI pise

.. .......
' de los paramos

1 BI 0 Principales ciudades

"-... Carreteras principales

NB : Los limites de las zonas

de humedad no estan
representados

.
~

., ,
,
,- .

o 100
, 200 km

Figura B45: Mapa de localizaci6n de las unidades cartogrâficas con cultivos de papa
 Componentes deI paisaje III Cultivos principales 165

Carchi 15570 28,50 182467 49,01 11,78

Imbabura 2490 4,56 5817 1,56 2,35
Pichincha 5360 9,81 41800 11,23 8,16
Cotopaxi 6060 11,09 31841 8,55 5,74
Tuungurahua 7450 13,64 48431 13,01 7,20
Chimborazo 11970 21,91 41768 11,22 3,66 Cuadro B28: Superficies
Bolivar 1 310 2,40 2858 0,77 2,39 sembradas en papa y
Cafiar 2760 5,05 12633 3,39 4,69 producci6n en 1991
Azuay 1260 2,31 3474· 0,93 2,82 Fuente: SEAN, 1992
Loja 120 0,22 317 0,09 2,75

Total regi6n serrana 54350 99,49 371 411 99,76 7,14

Total regi6n costera 210 0,38 432 0,12 3,43

• (El Oro)
Total regi6n amaz6nica 70 0,13 448 0,12 6,20
• (Sucumbios)

TOTAL NACIONAL 54630 100,00 372291 100,00 7,13

de heladas. El vecino mercado colombiano
desempeiia desde hace mucho tiempo un papel
estimulante en la producci6n. El empleo de
grandes cantidades de insumos, incluso a veces
de manera exagerada, refleja un importante
vinculo con el mercado e ingresos elevados.
Mientras algunos cultivadores se especializan
en la papa, las haciendas lecheras la integran
coma planta de escarde al renovar los pasti-
zales (Gondard, 1986).
En la zona central, las haciendas le reser-
van el mismo papel pero ya no hay productores
especializados. Ademas, en los sistemas de pro-
ducci6n tradicionales de altura, los bajos rendi-
mientos obtenidos se reflejan en los rendimien-
tos promedios provinciales (cuadro B28).
En la zona sur, s610 pequeiias explotaciones
incluyen la papa en sus sistemas de cultivo.
Los rendimientos son alli sumamente bajos,
probablemente a causa tanto de las dificiles
condiciones socioecon6micas de la producci6n
coma de los suelos menos fértiles y deI clima
.. mas seco.
ciona ni las superficies sembradas ni las canti-
dades cosechadas para cada una de las clases.
Se puede estimar que es en el grupo de 5 a 50 ha
donde se encuentra la mayor parte de la pro-
ducci6n nacional.
13.5 Cultivo
13.5.a Preparaci6n deI suelo
La preparaci6n deI suelo es a menudo muy
laboriosa, pues la papa encabeza la rotaci6n de
cultivos después deI barbecho 0 deI desmonte.
Los trabajos se inician unos meses antes de la
siembra, cuando se trata de un terreno muy
enyerbado y algunas semanas antes en el casa
de un campo con s610 residuos de la cosecha
precedente (Muiioz, 1978).
• La labranza se realiza con tractor, cuando el
tamaiio y la pendiente de la parcela 10 permi-
ten, incluso tratandose de los pequeiios agri-
cultores quienes alquilan la maquinaria. En
ciertos casos de pendiente extrema, 10 unico
posible es el empleo deI azad6n. Los terrones

13.4 Tamaiio de las explotaciones

A falta de un censo agricola actualizado (el

• ultimo data de 1974), las unicas cifras disponi- Menos de 1 6270 15,2
bles son las deI MAG-PRSA (1992), cuyos de 1 hasta 5 20850 50,8
autores mismos seiialan que deben manejarse de 5 hasta 20 10910 26,6
con cierta precauci6n, debido a la falta de una de 20 hasta 50 1 510 3,7
de 50 hasta 100 980 2,5
base estadistica 10 suficientemente amplia. mas de 100 520 1,3

El cuadro B29 muestra la clara preponde- Cuadro B29: Tamaiio de las explotaciones con
rancia de los pequeiios productores (explota- cultivos de papa
ciones de menos de 5 ha). Esta fuente no men- Fuente: MAG - PSRA 1992
166
tienen que ser desmenuzados, pero en menor
grado que para otros cultivos, ya que la se-
milla de la papa es mas gruesa.
• La desinfecci6n deI suelo, aunque muy reco-
mendada para eliminar las larvas de insectos
y en particular las deI gusano blanco, no es de
practica frecuente. Las rotaciones, comunes
en el caso deI cultivo de papa, s610 constituyen
una altemativa parcia1.
13.5.b Siembra
• La semilla consiste en papas escogidas en fun-
ci6n de su aspecto, redondeado, liso y sano, y
de su tamaiio, cercano al de un huevo de galli-
na. La demanda de semilla certificada es sa-
tisfecha por la producci6n nacional-Peterson
(1992) y Uquillas (1992)-, pero corresponde
s610 al 1-3 % de las superficies sembradas con
papas.
Sin embargo pretender que los cultivadores
producen siempre ellos mismos sus semillas
seria falso. Ello depende en gran parte de los
precios al momento de la cosecha. Si estos son
altos, la venta es casi total y habra una com-
pra complementaria para sembrar, la cual se
realiza ya sea en el mercado 0 a los vecinos. Si
los precios son bajos, los pequenos productores
escogen parte de su producci6n como semilla.
Asi, los precios influyen a la vez en el origen y
en la calidad de la semilla.
Se estima entre 3 y 5 aiios el intervalo prome-
dio de renovaci6n de la semilla. Es mas largo
en las pequenas explotaciones que en las
grandes que venden mas frecuentemente toda
su cosecha.
• La apertura de los surcos se realiza con el
arado si la pendiente 10 permite, 0 de 10 con-
trario, con el azad6n. Se efectua en el sentido
de la mayor longitud de la parcela, para
facilitar los trabajos posteriores que pueden
ser mecanizados. En las vertientes, se reco-
mienda orientar los surcos en sentido perpen-
dicular a la pendiente, pero con una ligera
inelinaci6n que permita el flujo de las aguas
de lluvia.
• La densidad promedio de siembra es de 22 000-
25 000 pieslha. La separaci6n entre las filas
varia de 1 a 1,5 m seglin la variedad utilizada
y la pendiente. Las variedades nativas que
tienen un radio de tuberizaci6n mayor que las
variedades seleccionadas exigen una separa-
ci6n mayor. Asimismo, en pendiente, se deben
separar las filas para compensar la inestabili-
dad deI terreno y la dificultad deI aporque.
La distancia entre las plantas en las filas in-
fluye directamente en el tamano de los tubér-
culos cosechados. Con intervalos reducidos
Paisajes Agrarios deI Ecuador
(25-30 cm), se obtendrân tubérculos de tama-
no semilla, mientras que con intervalos mayo-
res se obtendran tubérculos de tamaiio comer-
cial, mediano 0 grande (Andrade, 1991a).
• La profundidad de la siembra cambia seglin la
época, la humedad deI suelo y el tamano de
las semillas (Andrade, 1991a). Esta compren-
dida entre 5 y 15 cm. Una siembra superficial
que favorece una emergencia rapida de los
tallos es posible cuando no hay riesgo de hela-
da ni de sequia. Se la recomienda en periodo
de gran humedad. La siembra profunda
permite una mejor resistencia a la sequia. ..
13.5.c Abonos
El estiércol es utilizado sobre todo por los •
pequenos productores. Por comodidad, se 10
esparce en seco por 10 que pierde parte de sus
cualidades. Proviene de los animales de la
explotaci6n 0 a veces es comprado ya sea a los
criadores de ovejas deI paramo 0 a los criaderos
de polIos de la regi6n costera.
Los abonos quimicos son empleados por
todos pues el aporte de estiércol no basta para
compensar la exportaci6n de nutrientes por la
cosecha. Las cantidades utilizadas varian,
desde 10 6ptimo recomendado hasta 10 posible,
en funci6n de las disponibilidades financieras,
por ejemplo de 900 a 270 kglha de 12-38-12 0
de 10-30-10 y de 180 a 90 kglha de urea (Cace-
res, 1991).
13.5.d Trabajos durante el cielo vegetativo
• El rascadillo, que se realiza de 30 a 45 dias
después de la siembra, cuando los primeros
tallos salen de la tierra, tiene como objetivo
primeramente mantener la humedad deI
suelo. Se diferencia deI deshierbe porque la
presencia de las adventicias es en ese momen-
to poco importante, puesto que el suelo estaba
limpio al momento de la siembra.
• El deshierbe se torna imperativo alrededor de ..
los 2-2,5 meses. Como los herbicidas son poco
utilizados, se 10 practica con azad6n 0 mecâni-
camente y se acompaiia de un primer aporque
o medio aporque.
·El aporque, realizado manual 0 mecanica- .
mente, se efectua hacia los 3-3,5 meses.
Varios son sus efectos: ablandar el suelo,
mantener su humedad, sostener a la planta y
sobre todo favorecer la tuberizaci6n mediante
aporte de tierra encima de los estolones.
• El riego, inutil en la mayor parte de las zonas
de producci6n que se encuentran en el piso
mo, generalmente bastante humedo, se toma
 Componentes deI paisaje III Cultivos principales
indispensable en las zonas mas bajas, particu-
lannente en los suelos arenosos de Tungura-
hua, donde la papa puede ser integrada a rota-
ciones de sistemas agricolas muy intensivos.
- La defoliaci6n se recomienda para la produc-
ci6n de semilla, a fin de evitar que demasiados
tubérculos crescan mas alla de las normas de
50 a 70 g. Practicada a la mano, presenta el
inconveniente de dejar la hojarasca alli mismo,
con grandes riesgos de difusi6n de las virosis.
13.5.e Enfermedades y plagas
La lista de enfermedades y plagas que pue-
den afectar a la papa es larga. Esta planta, al
igual que la mayoria de solanaceas, esta sujeta
• a numerosas infecciones (CESA 1986, Gallegos
1991, Muftoz 1978, Oleas 1991, Orellana 1991,
Vega 1991).
- Plagas deI suelo
Nematodos y larvas de cole6pteros atacan a la
base de los tallos, a las raices y a los tubércu-
los. Premnotrypes vorax (gusano blanco) es el
insecto mas temido, con daftos que pueden al-
canzar el 90 % de la cosecha en casa de infes-
taci6n severa. Baritheus (cutzo) y Agrotis ipsi-
Zon (gusano negro trozador) pueden provocar
pérdidas menores. Su infestaci6n se controla
mediante insecticidas y, sobre, todo con la rota-
ci6n de cultivos. Heterodera div. sp., entre ellos
el nematodo deI quiste, son combatidos con ne-
maticidas, la rotaci6n de los cultivos y la selec-
ci6n de cultivares tolerantes.
- Insectos deI follaje
El insecto mas daftino es Epitrix (pulguilla),
cole6ptero que ataca tanto a las partes aéreas
coma a las subterraneas. FrankZinieZa (trips),
Copitarsia (gusano de la hoja) y Proba sallei
(chinche de la hoja) se alimentan deI follaje y
pueden daftarlo considerablemente en esta-
ci6n seca. Insectos chupadores, Macrosiphum
euphorbiae y Myzus persicae (pulg6n) son vec-
tores de virus. El primero ataca también a los
gérmenes 0 yemas de la papa almacenada.
Ûnicamente la utilizaci6n de insecticidas per-
mite luchar eficazmente contra estas plagas.
-Hongos
La incidencia de las enfermedades fUngicas es
la mas importante en estaci6n humeda. El
empleo de semillas sanas, de cultivares resis-
tentes y la eliminaci6n de las partes infecta-
das son los medios cornunes de lucha.
El mildiu y la roya son las enfennedades mas
difundidas. Phytophtora infestans, agente deI
mildiu 0 lancha, afecta primeramente al folla-
je y luego a los tubérculos. Los tratamientos
quimicos pueden prevenir la diseminaci6n deI
hongo. La roya es provocada por Puccinia pit-
167
tieriana que forma pustulas anaranjadas en
las hojas.
Enfennedades secundarias pueden reducir la
producci6n: Rhizoctonia soZani (sarna negra 0
costra negra) provoca el marchitamiento deI
follaje y la aparici6n de costras negras en los
tubérculos; Alternaria soZani, lancha tempra-
na, produce necrosis en las hojas; Dermatho-
phora 0 Rosellinia ataca a las raices provo-
cando su pudrimiento y a los tubérculos que
cubre con una pelicula micélica blanca.
-Bacterias
Atacan a los tubérculos y provocan en ellos
ya sea el pudrimiento de las partes afectadas
-Erwinia, podredumbre deI tubérculo, pata
negra-, 0 lesiones localizadas, superficiales 0
profundas -Streptomyces scabZes, sarna
comun 0 morena-.
-Virus
Se identificaron tres mosaicos de la papa, de
los cuales el mosaico leve, causado por el virus
X de la papa, es el mas comun. Los otros dos
estan menos difundidos: el mosaico severo
debido a otras razas deI virus X y al virus Y y
el mosaico rugoso, resultado de la interacci6n
de los virus X y Y. Como en el casa de los
hongos, la elecci6n de variedades resistentes,
de semillas sanas y la eliminaci6n de las
partes afectadas son los mejores medios de
lucha.
El enrollamiento de las hojas de la papa es
provocado por el virus EH. El amarillamiento
de las venas se debe probablemente a un virus,
que por el momento no ha sido identificado.
13.6 Cosecha
La cosecha de papa se inicia en marzo y se
distribuye en el tiempo hasta el mes de diciem-
bre. Los bajos volumenes cosechados en enero
corresponden a las escasas siembras deI periodo
estival Gunio a septiembre), limitadas por la
ausencia de humedad (figura B46). La amplitud
deI periodo de cosecha se explica principalmente
por el alargamiento deI cielo vegetativo con la
altitud (160 dias a 2800 m.s.n.m., 180 dias a
3000 m.s.n.m., 210 dias a 3500 m.s.n.m. en el
casa de la variedad Gabriela).
Ûtil para satisfacer una demanda constante
en un pais donde los sistemas de conservaci6n
son poco 0 nada u~ilizados, este alargamiento
deI cielo acarrea un aumento considerable de
los costos y una menor rotaci6n deI capital.
Varias practicas tienden a modificar el ritmo de
la cosecha para avanzar <:> retrasar la colocaci6n
en el mercado, segun el nivel de los precios
(L6pez 1987, FUNDAGRO 1991).
168 Paisajes Agrarios deI Ecuador

Figura B46: Calendario agricola de la papa (ordenada = porcentaje deI numero total de campesinos)
Fuente: MAG-PRüNAREG, 1994

1,.,-'.,. SIEMBRA COSECHA

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1

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1

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Imbabura

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Pichincha

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Cotopaxi

Tungurahua

, Chimborazo
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Bolivar

Canar

Azuay

i 1 i i i i i i i i i i i , i , , , , , i , , ,
ASONDEFMAMJJA MA M J J A SON D E F M

La cosecha es manual y constituye la fase la cosecha contratando un equipo de trabajado-

mas exigente en mana de obra de todo el cielo
de cultivo (cuadro B30). Las cosechadoras
mecanicas no son utilizadas sino muy excep-
cionalmente. Es muy comun, en cambio, sobre
todo en las parcelas grandes, abrir los surcos
con el arado. El cavado se hace luego con el
azad6n.
Las formas de movilizaci6n de mana de obra
difieren sensib1E~mente segun el tamaiio de la
explotaci6n. En las pequeiias unidades de pro-
ducci6n, el trabajo es realizado por los miem-
bros de la familia 0 por el sistema de presta-
mana de los vecinos. Las grandes explotaciones
de Carchi contratan cuadrillas de trabajadores
migrantes provenientes de las provincias de
Cotopaxi y de Chimborazo. Frecuentemente,
las grandes explotaciones venden su produc-
ci6n en pie, en cuyo casa el comerciante realiza
res temporales. .
La selecci6n de la papa cosechada es inme-
diata. Ineluye dos operaciones, la selecci6n pro-
piamente dicha que separa los tubérculos afec-
tados por enfermedad, podridos 0 daiiados por
la cosecha, y una clasificaci6n en funci6n deI
calibre.
13.7 Rendimientos
El rendimiento promedio nacional es rela-
tivamente bajo, 7 t/ha (cuadro B28). Los rendi-
mientos provinciales mas elevados se registran
en el Carchi que entrega cerca deI 50 % de la
producci6n ecuatoriana. Unicamente Pichincha
y Tungurahua superan también el promedio
nacional. La fuerte proporci6n de sistemas de
producci6n de altura en Cotopaxi explica los

Preparaci6n dei terreno 2 4 7

Siembra 4 4 10 Cuadro B30: Tiempos de trabajo (dia/ha)
Cuidados al cultivo 52 20' 40 en el cultivo de la papa
Cosecha 50 40 40
Fuentes:UNIAP--1992,Lopez--1987
Trabajos postcosecha 50 4
• El deshierbe manual no esté. incluido por la tuente
•• Tiempos incluidos en ·cosecha"
 Componentes deI paisaje III Cultivos principales
menores rendimientos de esta provincia. Las
demas provincias presentan rendimientos
menores de 5 tiha (hasta 2,35), 10 que es muy
bajo.
13.8 Destino de la producci6n
La papa es un cultivo de renta. Lo esencial
de la producci6n se comercializa en el mercado
interior. Sin embargo una proporci6n no despre-
ciable de las cosechas de Carchi esta destinada
al mercado deI vecino pais.
En las grandes explotaciones, la proporci6n
deI autoconsumo esta limitada a la alimenta-
ci6n de los trabajadores durante la cosecha y a
la reserva de semillas para la campafia si-
guiente; pero, si el precio de venta es 10 bas-
tante atractivo, toda la producci6n tendra una
salida inmediata.
En las pequefias explotaciones, la propor-
ci6n de la producci6n consumida en la finca es
relativamente mas importante. Si una parte de
la cosecha se destina al mercado, se escoge los
tubérculos mas gruesos para la venta. Si los
precios son interesantes, las reservas de se-
millas seran también vendidas.
13.9 Conservaci6n
En el Ecuador, el escalonamiento posible
de las cosechas durante casi todo el afio no ha
favorecido el desarrollo de numerosas técnicas
de conservaci6n tradicional que se conocen en
los Andes peruanos y bolivianos. Las varieda-
des nativas precoces (<<chauchas») no tienen
•
169
dormancia y no pueden, por 10 tanto, conser-
varse.
Para la comercializaci6n, las papas son colo-
cadas en sacos. La ventilaci6n es indispensable
para una buena conservaci6n. En las grandes
explotaciones, en espera deI mercado y por un
corto periodo, los sacos son almacenados bajo
grandes carpas blancas, que constituyen unD de
los elementos deI paisaje caracteristicos de los
grandes sistemas de producci6n de papa.
13.10 Perspectivas
Una mas amplia utilizaci6n de las semillas
certificadas, 0 al menos una desinfecci6n mas
frecuente de las semillas, tendrian probable-
mente efectos inmediatos de aumento de los
rendimientos.
La gran variaci6n de los precios de la papa
es unD de los problemas mayores de la produc-
ci6n nacional. Es un mercado de alto riesgo
para los productores. A falta de una flexibilidad
de la oferta y la demanda, los precios pueden
generar beneficios sustanciales 0 pérdidas
catastr6ficas cuando el precio de venta no cubre
los costos de producci6n que siempre son eleva-
dos. La regulaci6n deI mercado es tanto mas
dificil cuanto que no hay una real posibilidad
de almacenamiento: ésta es casi nula a nivel de
las explotaciones e inexistente a nivel nacional.
La demanda de papa es y seguira siendo
fuerte en el Ecuador, donde el tubérculo se
mantiene coma unD de los elementos particu-
larmente apreciados de la dieta comUn.
170 Paisajes Agrarios deI Ecuador

14 Soya Glycine max (L.) Merill.

Principalmente unidad C31

y accesoriamente partes de la unidades P31, C43, C44, T37 y T45

La soya es una planta de clima templado, originaria de China. Las variedades adaptadas a los
dias cortos fueron seleccionadas en los Estados Unidos e introducidas luego en los paises tropica-
les, entre ellos el Ecuador en 1971, a fin de paliar el déficit de aceite alimentario deI pais. En 1973,
el MAG cre6 un Programa Soya-Maiz. Rasta 1987, el cultivo se desarro1l6 rapidamente gracias a
una politica de subvenci6n deI precio de compra de la cosecha. A partir de esa fecha, las superficies
se mantuvieron mas 0 menos estables hasta 1992 cubriendo, segllil los a:fi.os, de 60000 a 70000 ha
(Programa de la Soya). Sin embargo, seglin el SEAN, las superficies cultivadas serian mas exten-
sas, alcanzando 92360 ha en 1991. Con un rendimiento promedio de 1,8 t/ha, la producci6n era de
105570 t de grano en 1992 (Programa de la Soya).

14.1 Variedades (cuadro B31) 14.3 Zonas de cultivo (figura B45)

Las variedades cultivadas en el Ecuador
derivan de cultivares de los Estados Unidos,
deI Brasil y de Centroamérica.
La variedad «Americana», seleccionada a
partir de un cultivar introducido a finales deI
decenio de 1950, dio lugar a otros cultivares
tales coma «Manabi», precoz y resistente al
encamado, y «Jupiter», recomendado en 1974
para los cultivos mecanizados. El INIAP em-
prendi6 investigaciones con el objetivo de crear
variedades de mayor rendimiento, resistentes
a los nematodos, pero, sobre todo, adaptadas a
una amplia gama climatica. Se trat6 de la
serie INIAP 301 a 305. Esta ultima fue creada
a partir de un material introducido deI Brasil
en 1988.
De todas las variedades existentes, INIAP-
Jupiter e INIAP 303, 304 y 305 son las mas di-
fundidas.
14.2 Exigencias
La soya es exigente en agua pero no soporta
el exceso de humedad. Durante el Nino de
1982-1983, se perdi6 toda la cosecha. Las
temperaturas deben ser elevadas y regulares.
Prefiere los suelos ricos y ligeros.
Al area de cultivo de soya, seglin las previ-
siones iniciales muy extensa en toda la regi6n
costera, se restringi6 rapidamente a la zona
central, humeda, de la llanura deI Guayas que
corresponde a la provincia de Los Rios, entre
Babahoyo y Quevedo.
En 1991, segun el SEAN, el 96 % de las
superficies cultivadas de soya estaban localiza-
das en esa regi6n. Alli, los suelos, desarrollados
sobre cenizas volcanicas 0 aluviones recientes,
son particularmente fértiles.
14.4 Tamaiio de las explotaciones
La soya se cultiva en parcelas de gran tama-
no, a menudo superiores a 20 ha, en explotacio-
nes medianas a grandes, algunas de las cuales
superan las 200 ha (ver la distribuci6n en el
cuadro B32 y figura B48). Sin embargo, en
1991, segun la Divisi6n de Estadisticas deI
,MAG, de los 3400 productores de soya, el 66,3 %
poseia explotaciones inferiores a 20 ha, repre-
sentando el 23 % de las superficies cultivadas.
Esta transferencia relativa deI cultivo, de las •
grandes explotaciones hacia las pequeiias,
resultaria en parte deI reemplazo de la soya
por el banano por parte de los propietarios de
las grandes explotaciones.
•

Ano de difusiôn 1976 1985 1988 1993

Cuadro B31: Caracteris-
Aceite (% dei granD) 23 24,7 23,3 18
Proteina (%) 43 42,2 41 36 ticas de los principales
Rendimiento 2270 2800 3000 2080' 3 830' cultivares de soya
Periodo de cultivo EstaCÎôn luviosa y seca Estaciôn seca Fuente: INIAP
• Cuenca alta dei Guayas
•• Cuenca baja dei Guayas (con riego)
 Componentes deI paisaje III Cultivos principales 171

80 0 W

Cultivas de soya
relativemente
frecuentes
'- - ,-~, Asociados

)- ", , . . con cultivos

f"
anuales Unidad C31
',
..
, __. 1

0°
1

~ Arboricultura
~ predominante
Unidades T37, 45

,
~ Maiz predominante
~ Unidades C43, 44
1

f AJf
1 Limite superior
(f dei piso caMo

"'J
Limites de las zonas
de humedad

Principales ciudades

Carreteras principales

"
"

,
,
,
,
o 100 200 km

Figura B47: Mapa de las unidades cartogrâficas con cultivos de soya

172 Paisajes Agrarios deI Ecuador

Cuadro B32: Reparticion de

1977 los cultivos de soya seglin
Numero de cultivadores 0 121 70 56 23 8 278 el tamaiio de las explota-
Superficies 0 1543 2576 4741 3581 2393 14834 ciones
Fuente: Programa Nacional
1982
Numero de cultivadores 0 258 142 96
deI Maiz y de la Soya
51 271 574
Superficies 0 3716 5381 7233 7041 9954 33325

14.5 Cultivo La siembra se practica en lineas separadas

La soya es cultivada casi siempre camo
segundo cultivo anual, después deI maiz 0 deI
arroz pluvial. Se emplea un alto grado de tecni-
cidad. Las siembras, tratamientos y cosechas
son siempre mecanizadas. Los productores que
disponen de maquinaria propia poseen el 70 %
de las superficies cultivadas con soya. Los
demas deben alquilar los equipos 0 contratar el
servicio, 10 que a menudo retrasa la fecha de la
siembra.
14.5.a Siembra
Se efectua de inicios de maya a mediados de
junio, después de la eliminacion 0 el entierro de
los desechos de la cosecha anterior. Los agricul-
tores que poseen su propia maquinaria pueden
sembrar temprano y aprovechar, par 10 tanto,
una mayor cantidad de agua, 10 que garantiza
una mejor cosecha.
La siembra es precedida de una labranza
efectuada generalmente par medio de un arado
de discos, seguida de 2 0 3 pasadas de culti-
vator.
por 0,45 a 0,50 cm, la que representa una den-
sidad final de 150000 a 200000 plantaslha.
14.5.b Cuidados y labores de cultivo •
Las necesidades en fosforo y potasio pueden
ser satisfechas mediante un aporte directo de
esos elementos al cultivo, pero casi siempre
éste aprovecha el remanente de abono deI cul-
tivo anterior.
Ninguna enfermedad afecta seriamente a la
soya. Los cuidados se limitan a la aplicaci6n, a
veces desde un avi6n, de insecticidas y herbi-
cidas.
14.5.c Cosecha y rendimientos
La cosecha se efectua entre septiembre y
diciembre. Los rendimientos, estrechamente
ligados a la disponibilidad de agua durante el
cielo, son tanto mas elevados cuanto mas precoz
es la siembra. Pueden alcanzar 2,3 a 3 tlha,
pero el rendimiento nacional, ligeramente infe-
rior, se acerca a 1,8 tlha y representa actual-
mente el umbral de rentabilidad deI cultivo.

% dei numero de cultivadores

40
I l 1977
_1982
30

20
Figura B48: Reparticion de los cultivadores y •
10 de las superficies seglin las superficies sem-
0+--....-'= bradas
Fuente: Programa Nacional deI Maiz y de la Soya
% de las superficies
30

20

10

0-1-;-;-.-"
 Componentes deI paisaje III Cultivos principales
14.6 Mercado y perspectivas*
La producci6n nacional de aceite (18 % deI
grano) es de 20000 t/ano. Doce industrias nacio-
nales producen aceite de soya a partir de granos
comprados directamente al productor. Cuatro de
ellas son mas importantes y la primera de ellas
- la Favorita- procesa, por si sola, 50000 t de
grano por ano.
La producci6n de aceite es deficitaria y el
pais debe importar 55000 t/ano (el aceite de
• soya, con 75000 t/ano, representa el 25 % de los
aceites refinados en el Ecuador). Otrora
provenientes de los Estados Unidos, actual-
mente las importaciones tienen coma origen el
* Salvo indicaciones contrarias, los precios indicados se refieren a los aiios 1991-1992
173
Brasil y la Argentina que ofrecen precios mas
atractivos
Las tortas resultantes deI procesamiento re-
presentan alrededor deI 75 % deI grano. Son des-
tinadas a la alimentaci6n animal y la produc-
ci6n anual de aproximadamente 80000 t cubre
las necesidades nacionales.
En 1992, el precio de compra de las semillas
al productor era de 540000 sucres/tonelada,
precio adecuado para el mercado interno, sien-
do el costo de producci6n de 470000 sucres/to-
nelada para un rendimiento promedio de 1,84
tiha, pero que no es competitivo en el mercado
internaciona1.
174 Paisajes Agrarios deI Ecuador

15 Té Camelia sinensis (L.) Ktze.

Unidad T 40

El té es cultivado en el Ecuador desde 1965. Localizado en la regi6n deI Puyo, representa, en

1993, con un poco menos de 1 000 ha sembrados, una parte significativa de las plantaciones de
América Latina. Dos explotaciones privadas, APROANDES -antiguamente Té Zulay-, C9n
participaci6n de capitales suizos, y Té Sangay, con capitales ingleses, comparten este cultivo con
alrededor de 500 ha cada una.
15.1 Variedades
La variedad cultivada en el Ecuador se rela-
ciona al tipo "Assam".
15.2 Exigencias
El té exige una pluviometria superior a
1 000 mm al ano y con repartici6n homogénea;
los suelos deben ser profundos y ligeramente
acidos. Las variedades de tipo Assam necesitan
de temperaturas relativamente elevadas, de 20
a 25°.
15.3 Zona de cultivo (figura B49)
La regi6n deI Puyo, situada cerca de 1600 m
de altitud, tiene muchas caracteristicas favora-
bles al cultivo deI té: precipitaciones anuales
superiores 4000 mm, suelos acidos, con un
fuerte contenido en agua y desarrollados sobre
una espesa capa de cenizas. Sin embargo, las
temperaturas relativamente bajas debido a la
altitud (temperatura promedia anual en Puyo:
20,3°; promedio mensual de las minimas: 15,7°
a 16,BO) limitan a veces el crecimiento vegeta-
tivo y, por tanto, los rendimientos.
15.4 Cultivo
•
dejar solamente un tronco de unos treinte
centimetros de alto.-poda de renovaci6n de
la plantaci6n-.
Para prevenir infecciones por los hongos, se
hacen aplicaciones peri6dicas de sulfato de
cobre. El aporte de abono completo (N, P, K) se
practica cada tres a cuatro meses. El manteni-
miento de la plantaci6n consiste en un des-
hierbe quimico 0 manual. Los trabajos de man-
tenimiento requieren de 50 a 60 personas en
una plantaci6n de 400 ha.
15.4.c Cosecha
Se la efectua cada 15 dias manualmente con
la ayuda de cizalla. Cada obrero puede cose-
char de 130 a 150 kg de té en hoja por dia.
Vuelve siempre en las mismas filas de té de las
cuales él es responsable para un mejor mante-
nimiento de la plantaci6n. Es pagado por el
rendimiento, ponderado por la pureza deI pro-
ducto -ausencia de ramillas-. APROANDES
emplea 160 personas por ano para la cosecha.
15.4.d Rendimientos
Son ligeramente superiores a B/tlha de té en
hojas, 10 que corresponde a 1,6 t de té negro.

15.4.a Plantaci6n 15.5 Elaboraci6n deI té

Esta comprende cerca de 11 000 plantaslha. La elaboraci6n, efectuada en la plantaci6n

Los arbustos son mantenidos a una altura de
alrededor de un metro con el fm de facilitar la
cosecha.
15.4.b Labores
La poda de producci6n es efectuada cada
tres anos: los arboles son cortados a unos
cincuenta centimetros para dejar solamente
algunas ramificaciones secundarias. Cada 15-
20 anos se practica un desmoche severo para
misma, 10 que evita los problemas ligados al
transporte, llega al té negro.
Después de ser cosechadas, las hojas de té
son pesadas, luego secadas al aire seco sobre
enrejados donde pierden una parte de su agua.
Las hojas asi marchitadas son enseguida pica-
das y enrolladas a fin de romper las células y
poner las enzimas en contacto con los taninos,
10 que permite la fermentaci6n. Esta fase dura
45 minutos.
Componentes deI paisaje III Cultivos principales 175

80 0 W
-,
- -'. ,,
,
Plantaciones
• agroindustriales
de té Unidad T40
-..

0°

~
Limite superior
deI piso câlido

"-..1
Limites de las zonas
de humedad

1'.··
Principales ciudades

Carreteras principales

,
. ,

.., , . "
'
,, '

. ,.
o 100 200 km ~!

Figura B49': Mapa de localizaci6n de las plantaciones de té

176
Luego las hojas pasan a un secador cuya
temperatura es de 100° a la entrada y de 50° a
la salida. Finalmente son tamizadas y c1asifica-
das en funci6n de su tamaiio.
La totalidad de la producci6n de té negro de
APROANDES, entre 650 y 800 t/aiio, es destina-
da a la exportaci6n (esencialmente para té en
bolsita). Té Sangay, cuya producci6n es mas 0
menos idéntica, reserva el 10 % de su producci6n
para el consumo nacional y el resto es exportado.
Paisajes Agrarios deI Ecuador
15.6 Perspectivas
El 90 % de la producci6n nacional es expor-
tado hacia Europa. Habria una apertura deI
mercado latinoamericano en particular en
Colombia y Chile que reclamarian respectiva-
mente 1200 y 2400 toneladas por arlo, cantida-
des c1aramente superiores a la totalidad de la
producci6n nacional. Si estas aperturas se con-
firman, las superficies de plantaciones podrian
triplicarse.
•
 Componentes deI paisaje III Cultivos principales 177

16 Trigo Triticum sativum Lmk.

Unidades C21, C25 y P22

El trigo es originario deI Medio Oriente, de la misma area geografica que la cebada. Fue intro-
ducido en América por los espalloles a inicios de la colonizaci6n. Constituia en efecto unD de los
tres elementos esenciales deI sistema alimentario mediterrâneo y, coma tal, formaba parte integral
deI bagaje cultural de los conquistadores. La tradici6n quitena, basada en la opini6n de Gonzalez
Suarez entre otros autores, atribuye al hermano franciscano Jodoco Rique la siembra de las
primeras semillas en 10 que se convirti6 en la plaza de San Francisco. Patino (1969) emite serias
reservas en cuanto a esta opini6n y establece que el primer cultivo en Quito dataria de 1541 y no
de 1534. Una acta deI Cabildo en octubre de 1541 prohibe «la reventa de trigo hasta que se coja la
f
sementera primera que se cogera en esta ciudad".
•
La reciente urbanizaci6n y la elevaci6n general deI nivel de vida hasta los allOS 1980, han favo-
recido la adopci6n cada vez mayor de productos a base de trigo por todos, incluso en el campo. En
todas las tiendas de puebla se encuentran pan, galletas, fideos, tallarines...

Mientras que la proporci6n deI trigo en la dieta alimentaria ecuatoriana se duplicaba durante
los ultimos treinta allOS, pasando de 20 a 40-45 kg por habitante (Peltre-Wurtz, 1988), las super-
ficies sembradas con trigo disminuyeron a la mitad en 20 allos. A principios de los anos 1990, la
producci6n nacional no cubre el 5 % de las necesidades internas. Lo esencial deI trigo consumido
en el pais es entonces importado (figura B50).

16.1 Variedades precoces y de mayor rendimiento. Por orden

Todas las variedades de trigo cultivadas en
el Ecuador producen trigo de harina panificable
con contenidos de gluten ligeramente inferiores
a los de los granos importados.
Las variedades introducidas de Espana
fueron suplantadas durante el siglo XIX por
otras variedades europeas 0 americanas. Las
cultivadas hoy en dia han sido seleccionadas
por el INIAP, privilegiando descendencias
menos sensibles a la roya y al encamado, mas
crono16gico de entrega, se pueden citar:
- Bonza y Crespo en 1963
- Napo en 1966
- Atacazo, Ruminahui y Amazonas en 1969
- Cayambe y Romero en 1974
- Chimborazo y Antisana en 1979
- Altar y Tungurahua en 1982
- Cotopaxi en 1988.
Como se desarrollan sin un reposo provo-
cado por un periodo frio, pueden asimilarse a
los trigos de primavera de los proses templados.

500 Miles de toneladas/aflo

producci6n importaciones
• nacional
..
l
400

300 Poblaci6n Figura B50: Producciones, importaciones

millonesde de trigo (escala de izquierda) y pobla-
habitantes ci6n (escala de derecha)
200 -10 Fuentes: INIAP, SEAN, INEC

100 5

0 .L---.----.----.-----,------."'""'""L..J....L.O
1970 1980 1990
178 Paisajes Agrarios deI Ecuador

Seglin el INIAP (1993), ya no se encontrarian
en el Ecuador variedades criollas. Frere et al.
(1975) sefialaban una, la 150, seleccionada por
un agricultor por su resistencia a las heladas.
16.2 Exigencias
Su cielo vegetativo dura de 5 a 7 meses,
seglin el cultivar y la altitud que influye direc-
tamente en las temperaturas. El trigo ya crece
ni por debajo cie 5 a 6°, ni por encima de los 28°
de temperatura promedio.
El trigo es unD de los cereales mas exigen-
tes. Necesita, para su optimo desarrollo, una
lamina de agua comprendida entre 600 y 700
mm que puede ser aportada por las precipita-
ciones 0 por el riego, y una insolacion deI orden
de 1050 horas anuales (Frere et al., 1975). Las
precipitaciones deben repartirse durante el
cielo ya que se requieren 350 mm de la siembra
a la floracion y 300 mm adicionales al momento
de la cosecha. Una deficiente distribucion de
las lluvias puede ser compensada en parte
mediante suelos con una buena capacidad de
retenci6n de agua; pero fuertes precipitaciones
son perjudiciales pues la planta no soporta los
excesos de humedad. Asimismo, los suelos no
deben tornarse demasiado compactos bajo el
efecto de la sequia.
16.3 Zonas de cultivo
El primer trigo cultivado en Sudamérica 10
fue probablemente en la costa peruana (Frere et
al., 1975), pero se adapta mucho mejor en el piso
templado por la altitud. El programa de cerea-
les deI INIAP, que emprendi6 investigaciones
para conocer las posibilidades de su difusi6n en
la region litoral ecuatoriana, menciona (1993)
que no existe futuro «debido a un costo elevado
de producci6n, una menor rentabilidad que en
los Andes y la falta de infraestructura de riego».
Los técnicos deI PRONAREG, citados por el
INIAP (1993) Y UITiola & Cuvi (1986), estima-
ron que las zonas de produccion potencial de
trigo en los Andes cubren aproximadamente
135 000 ha, de las cuales 80 000 no presentan
limitaciones particulares. Estân ubicadas entre
los 2200 Y los 3100 m.s.n.m. Es en esta franja
de altitud donde se ubica efectivamente 10
esencial de los campos de trigo, pero no es raro
encontrar algunos hasta los 3300 m.s.n.m.
Las superficies provinciales sembradas con
trigo no superan las la 000 ha sino en Bolivar
donde representan, desde 1986, deI 25 al 35 %
deI total nacional. Son deI orden de 6 000 a
7 000 ha en Chimborazo (14 a 19 %). Las pro-
vincias de Imbabura y Pichincha, y en algunos
afios de Carchi, representan cada una un la %.
Las zonas representadas en el mapa (figura
B5l) reflejan esta distribucion pero desde otro
punta de vista, puesto que se trata de la repre-
sentaci6n de los sistemas de producci6n que
ineluyen al trigo entre otras utilizaciones deI
suelo. Asi, se observa que no aparece zona de
monocultivo especifico alguna. En cambio, la
10calizaci6n de C21 en la provincia de Bolivar y
en las partes altas de las cuencas deI Chota y
deI Jubones subraya la existencia de zonas de
importante poblacion mestiza (Gondard, 1988;
Pouille, 1993).
16.4 Tamafio de las explotaciones
En 1986, el 87 % de las propiedades que sem-
braban trigo tenian una superficie inferior a las
la ha. S610 representaban el 52 % de las superfi-
cies cultivadas (lNIAP, 1993).
16.5 Cultivo
Los modos de cultivo son muy similares a
los descritos en el casa de la cebada. Se encuen-

.
..
Carchi 2,77 6,8 364S 1S,2 1,33
Imbabura 4,1S 10,1 40S2 16,9 0,98
Pichincha S,OS 12,3 4123 17,2 0,83 Cuadro B33: Superficies cultiva-
Cotopaxi 1,S3 3,7 624 2,6 0,42 das en trigo, producci6n y ren-
Tungurahua 0,63 1,S 364 1,S 0,S8
Bolivar 14,12 34,S 7066 29,4 O,SO
dimiento por provincia, 1992
Chimborazo 7,76 19,0 2 SOS 10,4 0,32 Fuente: SEAN 1993
Caiiar 0,28 0,7 201 0,8 0,77
Azuay 1,98 4,8 527 2,2 0,27
Loja 2,45 6,4 842 3,S 0,3S
El Oro 0,16 0,4 46 0,2 0,28

TOTAL 40,88 23995 0,S9

 Componentes deI paisaje III Cultivos principales 179

Cultivos de trigo
importantes
ITrigo 1 Asociacién con campos
• de mafz-fréjol, pastos y
aigunos campos de papa
Unidad C 21

Asociacién con campos

D de cebada, lenteja
y arveja Unidad C 25

Cultivos de trigo
secundarios
~ Pastos predominantes
~ y algunos cultivos de
papa Unidad P 22

LImite inferior dei piso

templado

LImite inferior dei pise

............. de los paramos

Principales ciudades

'- Carreteras principales

NB : Los limites de las zonas de

humedad no estan representados

.
,

, .
*

o.'_-===-_==:11_I11III:::'=====-
100 200 km
'

Figura B51: Mapa de las unidades cartogrâficas con cultivos de trigo

180 Paisajes Agrarios deI Ecuador

tran bâsicamente las mismas prâcticas y la
misma diferencia entre las grandes y pequenas
explotaciones. Sin embargo, se deben anotar
algunas especificidades, tratandose sobre todo
de la aplicaci6n de abonos.
16.S.a Abonamiento y rotaci6n
Mas que en el casa de la cebada, el aporte de
abonos es indispensable para una buena pro-
ducci6n. Ahora bien, s610 el 42 % de los agricul-
tores abonarian sus parcelas y aun 10 harian
con aportes que no representan sino la cuarta
parte de las dosis recomendadas (200 kglha de
18-46-0 y SO kg/ha de urea); 0 con una abona-
dura menos apropiada pero de uso mas comun
(10-30-10) y todavia en subdosis (INIAP, 1993).
En la rotaci6n papa-trigo-pastos, tal coma se
la practica en la parte humeda de la provincia
de Carchi, el cereal se beneficia excepcional-
mente de los restos deI abono aplicado para el
tubérculo (Gondard, 1986). Esta rotaci6n puede
ser considerada coma la rotaci6n tipo en la que
se introduce el cultivo de trigo. Casi siempre, el
cereal sigue en efecto a la papa que encabeza el
cultivo.
En la provincia de Bolivar, la rotaci6n se
basa en la sola altemancia deI trigo y el maiz,
de un ano a otro (Pouille, 1993). En los siste-
mas campesinos deI sur deI Azuay, en suelos
relativamente pobres y en un contexto hidrico
menos favorable, el trigo sigue a menudo al
maiz al mismo titulo que la papa, a veces antes
de ella, pero mientras esta planta recibe 10
esencial de la estercoladura doméstica disponi-
ble (estiércol de gallina), el trigo es poco 0 nada
estercolado.
16.S.b Siembra y cosecha
La fecha de siembra es determinada en
funci6n de la de la cosecha, que debe tener
lugar en estaci6n seca, y de la duraci6n deI
cielo. Asi, el cultivo se beneficia con las preci-
pitaciones invernales para su crecimiento, y •
puede haber un desfase de una provincia a
otra (figura BS2).
De una manera general, enero y febrero
son los meses de la siembra mientras que
julio y agosto son los de la cosecha. Las excep-
ciones son los calendarios de cultivo originales
de Carchi y Tungurahua, muy alargados en el
casa deI Carchi y casi fuera de tiempo para el
Tunguruhua. Esto refleja los regimenes plu-
viométricos particulares, estaci6n seca poco
marcada en Carchi y una estaci6n lluviosa
suplementaria a mediados deI ano (influencia
amaz6nica) en ciertas zonas de Tungurahua
(ver parte B lIllO).

SIEMBRA COSECHA
~

~ •
.' ...
1 1

...:.
l

~
• 1 1

1 1
Carchi

Imbabura

Pichincha

Il.
•
1
1 1 1 1

~ ] Cotopaxi

.• •
1 1
~
1 1
1 11
1 1
al Tungurahua Figura BS2: Calendario agricola
deI trigo (ordenada = porcenta-
~ Chimborazo
je deI numero de campesinos)
Fuente: MAG - PRONAREG, 1994
..

1 1
.. ~
1 1
Bolivar

Caiiar
.
]
+
1
Azuay
1

5gi
-+ •
1 1

Loja

SON DE FMAMJ JASO SONDE FMAM J JAS 0

 Componentes deI paisaje III Cultivos principales 181

Seglin el INIAP (1993), en 1986, el 25 % de

los agricultores habria preparado sus campos
empleando medios mecanicos, el 12 % habria 1970 76230 81230 1,06
utilizado herbicidas y el 9 % solamente habria 1971 75560 68493 0,91
empleado semill~s seleccionadas. Para ser 1972 56054 50640 0,90
1973 46504 45189 0,97
mejor interpretados, estos porcentajes deberian
1974 56084 54875 0,98
ser relacionados con el tamaiio de las explota- 1975 70233 64647 0,92
ciones que cultivan trigo. 1976 52349 46422 0,89
1977 40900 39800 0,97
16.5.c Enfermedades 1978 26878 28904 1,07
1979 30366 31248 1,03
1980 32100 31 113 0,97
Las principales enfermedades que pueden 1981 37187 41431 1,12
afectar a la producci6n son la roya amarilla, la 1982 32752 38320 1,17
roya de la hoja y la roya deI tallo causadas por 1983 30000 36000 1,20
• Puccinia striiformis, P. recondita y P. graminis
respectivamente (INIAP, 1993).
1984
1985
24499
18116
25172
18464
1,03
1,02
• 1986 41100 33000 0,80
1987 39400 31368 0,80
16.5.d Rendimientos 1988 39440 34200 0,87
1989 38460 25634 0,67
Los rendimientos promedios observados 1990 37540 29907 0,80
son bajos, deI orden de 800 kg/ha (cuadro 1991 37610 24613 0,66
B34). Ciertas grandes explotaciones en condi- 1992 40880 23995 0,59
ciones 6ptimas de cultivo, en suelos fértiles y Cuadro B34: Evoluci6n de la producci6n nacional
que siguen las recomendaciones deI INIAP, de trigo y deI rendimiento
alcanzarian rendimientos de 3 a 4 tlha, pero el Fuentes: INIAP 1993, SEAN 1993
promedio de las explotaciones tecnificadas se
situa solamente en 2 a 2,5 t/ha. En cuanto al precio mas bajo que los importados podria
promedio de los rendimientos en las pequeiias explicar el aumento de los rendimientos obser-
explotaciones con suelos poco favorables y vados en la mitad de la serie (figura B53); su
practicas de cultivo poco tecnificadas,-a me- descenso corresponderia al alza deI precio de
nudo por falta de capital-, seria mas bien deI los abonos y a la suspensi6n de su fabricaci6n
orden de 500 a 600 kg/ha, con resultados fre- en Ecuador -a mediados de los aiios 1980-.
cuentemente mas bajos. Un cambio radical en la elaboraci6n de las
estadisticas agricolas se produce en esta
Las variaciones de rendimiento que se misma época. Pasaron deI MAG al SEAN y el
pueden observar en la serie cronol6gica deI empleo por SEAN de un nuevo método podria
cuadro B34 deben interpretarse con pruden- también tener una real incidencia en los
cia. Se cruzan dos fen6menos cuyos impactos datos. Sea coma fuere, con un rango de 600 6
son dificiles de separar: la politica de difusi6n 800 kg/ha, la producci6n ecuatoriana no puede
de fertilizantes y cambios en la elaboraci6n de competir con el mercado internaciona1. El
las estadisticas agricolas al nivel nacional. A trigo importado es entregado en los puertos
partir de mediados de los aiios 1970, la difu- deI pais a un precio inferior al costo de produc-
si6n de abonos de fabricaci6n nacional a un ci6n deI trigo nacional.

Rendimientos tlha
1,2

1,0
........----.... Figura B53: Evoluci6n de los rendimientos
0,8
de trigo
0,6 Promedios moviles calculados con
los datos deI cuadro B34
0,4

0,2
Aiios
O+-.---,....,.......,..--r-~-.-...,.-,....,r-T----.---.---.--...,.-r-r--,.----.-,
1975 1980 1985 1990
182
16.6 Perspectivas*
Urriola et Cuvî (1986) sefialan que el precio
oficial establecido por decreto en 1985 era de
220 US$ por tonelada, para tener en cuenta los
costos reales de producci6n en el Ecuador, mien-
tras que el precio oficial de una tonelada de tri-
go importado era de 143,28 US$ en Guayaquil y
de 153,67 US$ en Quito. Para sostener la pro-
ducci6n nacional, la industria molinera tenia la
obligaci6n de comprar toda la producci6n ofre-
cida por los cultivadores.
La liberalizaci6n de los precios y el abando-
no de la preferencia nacional disminuyen fuer-
temente el interés de la producci6n de trigo,
salvo que esta sea directamente transformada
y panificada en el campo (Pouille, 1993). Asi,
una parte notable de los vohlmenes cosechados
* Salvo indicaciones contrarias, los precios indicados se refieren a los
Paisajes Agrarios deI Ecuador
en la provincia de Bolivar -variedad Crespo-
es consumida aHi mismo, pues su harina pro-
porciona un pan mas denso y tradicionalmente
mas apreciado que el obtenido con harinas
importadas. Éstas representan sin embargo el
95 % de los vohlmenes consumidos en el pais.
Aun mas que la disminuci6n de la produc-
ci6n nacional, es el consumo total de trigo en el
pais el que experimenta un cambio espectacu-
lar, coma 10 muestra la figura B50. Éste es
provocado mas por una modificaci6n sustancial
de las costumbres alimentarias que por el cre-
cimiento demogrâfico. De 1970 a 1990, la pobla-
ci6n pasa de 5790000 a 9648000 habitantes, la
producci6n nacional de 81230 a 29907 tonela-
•
das y las importaciones de 90499 a 370000 to-
neladas, de las cuales 10 esencial proviene de
los Estados Unidos.
allOS 1991-1992
 Componentes deI paisaje III Cultivos principales 183

17 Yuca Manihot utilissima Crantz

Parcialmente en las unidades C31, 32,34,35,36,46,47,48

P31, 32, 33,34,35
T34,37, 46,48,50, 51,52
D31, 32, 33, 34, 38

La yuca, arbusto originario de la Amazonia, es cultivado en la totalidad de la zona tropical

calida, donde cubre, seglin el SEAN, una superficie cercana a las 20000 ha. Sus raices tuberizadas
constituyen uno de los alimentos basicos de la poblaci6n amaz6nica.

17.1 Cultivares mo. Se cultiva en parcelas de superficie inferior

Alrededor de cuarenta cultivares de diferen-
tes color, cielo y resistencia han sido agrupados
bajo el nombre de «blancas», «negras», «amari-
nas» y «moradas». Las «negras» proporcionan
los rendimientos mas elevados y presentan una
mejor resistencia al envejecimiento y la pode-
dumbre de los tubérculos. Estos cultivares son
variedades dulces de cielo largo 0 corto. Los
cultivares amargos, de tubérculos ricos en
compuestos cian6genos, son cultivados por
ciertos grupos indigenas de la Amazonia.
al hectarea 0 en los huertos familiares alrede-
dor de las viviendas.
En cambio, en las grandes propiedades de la
zona noroccidental de la Costa, la yuca es culti-
vada a menudo industrialmente con miras a su
comercializaci6n. Las plantaciones ocupan su-
perficies entre 10 y 100 ha.
17.5 Cultivo
17.5.a Plantaci6n

17.2 Exigencias En las parcelas pequenas, la yuca es cultiva-

En el Ecuador, la yuca es cultivada bajo pre-
cipitaciones que van desde 500 hasta 3000 mm
por ano. Los cultivares de cielo largo proporcio-
nan rendimientos 6ptimos bajo un elima tropi-
cal humedo, con temperaturas de 23-24 Y con
0
una pluviometria anual de 1 200 a 1 500 mm y
no mas de 2 a 3 meses de estaci6n seca. Aun-
que tolerante en cuanto a la naturaleza deI
suelo, prefiere suelos ligeramente acidos y,
coma todos los tubérculos, es exigente en pota-
sio. Por otro lado, es sensible a los excesos de
agua en el suelo.
17.3 Zonas de cultivo (figura B54)
. La preparaci6n deI suelo antes de la planta-
Se situan en la regi6n baja y calida que re-
cibe mas de 400 mm de precipitaciones anua-
les en la regi6n costera, asi coma en toda la
regi6n amaz6nica (alrededor de la cuarta parte
de la superficie total deI cultivo), e igualmente
en la provincia de Loja, a una altitud inferior a
los 1600 m.
17.4 Tamano de las explotaciones
En el casa de los pequenos y medianos agri-
cultores, que poseen propiedades inferiores a
10 ha, la yuca es un cultivo para el autoconsu-
da en asociaci6n sobre todo con maiz, aunque
también con otros cultivos coma el fréjol, el
mani 0 la pina. En los huertos alrededor de las
casas, se la mezela con numerosos cultivos, y en
particular en las regiones humedas, con la pa-
paya y el platano. En estos casos la densisdad
de plantaci6n es alrededor de 2500 plantas por
hectarea.
En las grandes propiedades, la yuca es un
monocultivo y la densidad de siembra varia
entre 6700 a 7400 plantas por hectarea.
17.5.b Labores de cultivo
ci6n es somera en numerosas regiones donde el
productor se contenta con limpiar el suelo con
machete dos a tres meses antes de la siembra y
quemar el desmonte. La labranza mecanizada
no se practica sino en ciertas explotaciones de
la zona de Santo Domingo.
La siembra, por estacas de 15-20 cm hasta
40 cm, se realiza, en las regiones d~ clima con-
trastado de la Costa, en cuanto llegan las pri-
meras lluvias -entre diciembre y febrero-. En
las regiones donde las lluvias son permanentes
se siembra todo el ano.
184 Paisajes Agrarias deI Ecuadar

IVucal
,
,
.

"
~'

~
..."
"";' l
•
., . -"- -'t'
o
• ,"

. ,
"

.,.

"

~ Limite superior dei piso calido

~~ 0 c Principales ciudades

~_ Carreteras principales

o 100 200 km
....-===-_-==-........I_'=====-__.....l'

Los limites de las zonas de humedad

no estan representados

Ausencia de vegetaci6n natural Presencia de vegetaci6n natural

Pastos ausentes 0 secundarios Pastos ausentes 0 secundarios
Predominio de los cultivos anuales Presencia de plantaciones permanentes
Unidades C31, 32, 34, 35, 36,46,47,48 Unidad 033

• Predominio de las plantaciones permanentes

Unidades T34, 50, 52
Asociacion con cultivos anuales y de
plantaciones permanentes Unidades T37, 46, 48, 51

Pastos Predominantes
~

~ Presencia de cultivos anuales Unidad P 35
Asociacion con cultivos anuales y
plantaciones permanentes Unidad P33
~
Presencia de cultivos anuales y de
plantaciones permanentes Unidad 038
Pastos importantes
Presencia de cultivos anuales
Unidad 034
Presencia de plantaciones permanentes
D
•
Unidades 031, 32, P31,32
Asociacion con cultivos anuales y
plantaciones permanentes Unidad P34

Figura B54: Mapa de lacalizaci6n de las unidades cartagraficas can cultivas de yuca
 Componentes deI paisaje III Cultivos principales
El empleo de abonos, nitrogenado y potasico,
no se practica sino en las grandes explotaciones
tecnificadas.
Los tratamientos fitosanitarios son general-
mente inexistentes. El control de las malezas
se realiza mediante tres 0 cuatro pulverizacio-
nes de herbicidas -gramoxone- en las explo-
taciones tecnificadas, y manualmente al ma-
chete en las demâs.
17.5.c Plagas y enfermedades
,
Son numerosos: virus ,bacterias, hongos, co-
• chinillas y roedores la afectan durante todo su
cielo vegetativo. Mientras que la lucha contra
• los insectos recurre a la aplicaci6n de insectici-
das, la busqueda de variedades resistentes y el
empleo de técnicas de cultivo, tales como la ro-
taci6n y la aporcadura en las regiones hume-
das, permiten evitar ciertas enfermedades.
17.5.d Rendimientos y producci6n
Los rendimientos promedio, en cultivo tradi-
cional, varian de 3 a 6 tlha pero pueden alcan-
zar 20 a 25 tlha en monocultivo intensivo. Los
mas elevados alcanzados por el INIAP (1990)
en la estaci6n experimental de Portoviejo fue-
ron de 30 t/ha. El peso de la yuca seca repre-
senta el 30-55 % deI de la yuca fresca.
Las estadisticas nacionales son variables
seglin las fuentes, el cuadro B35 ilustra las dife-
rencias. Seglin FUNDAGRO (1992), en 1985, la
producci6n nacional fue de 228 808 toneladas en
22212 ha. Las superficies totales han aumenta-
do probablemente desde esa fecha puesto que,
Amazonra 7890 2547 43370 16005
, Loja 1840 1610 5470 15513
Manabi 3590 7646 11250 84624
Costa salvo Manabi 5800 4729 4729 58642
Total nacional 19200 22212 90280 228808
185
para la sola provincia de Manabi habrian pasa-
do de 7 000 ha en 1985 a 13 000 ha en 1988.
Sin embargo, seglin el SEAN, la producci6n
nacional no seria sino de 90 280 toneladas en
1991 para una superficie cosechada de 19120 ha
(jsolamente 3590 ha en la provincia de Manabi!)
y el rendimiento nacional promedio de 4 tlha, es
decir un valor inferior a la mitad deI indicado
por FUNDAGRO.
17.5.e Comercializaci6n y utilizaci6n
La mayor parte de la producci6n de yuca esta
destinada a la alimentaci6n humana y se con-
sume en estado fresco, principalmente en auto-
consumo. Una parte menor llega a los mercados
deI pais, en especial en Quito y Guayaquil, asi
como en algunas ciudades fronterizas deI Pero y
de Colombia. La producci6n es comprada al
agricultor por transportistas que la revenden a
mayoristas, que a su vez la venden luego a mi-
noristas, que la ofrecen a los consumidores cita-
dinos. Asi, el precio de la yuca se multiplica por
cuatro entre la compra al agricultor y la venta al
consumidor, en parte por cubrir pérdidas debi-
das a la fragilidad deI producto que debe comer-
cializarse rapidamente, de ser posible tres a
cuatro dias después de su cosecha.
La yuca se destina también a la alimenta-
ci6n de animales, particularmente bajo la forma
de harina, en especial en la cria de camarones.
El almid6n de yuca se utiliza en la industria
alimentaria (pastas, salsas, sopas, helados,
etc.), asi como en las industrias textil y de car-
t6n, localizadas en Quito, Ambato y Cuenca.
Cuadro B35: Superficies
sembradas con yuca y
5,45 6,67
producci6n (tubérculos
2,97 9,63 frescos) en 1985 y 1991
(datos en itâlicos)
3,13 Il,07
5,15 12,40 Fuentes: SEAN, 1992 Y
FUNDAGRO, 1992
4,00 10,30
186 Paisajes Agrarios deI Ecuador

IV CULTIVOS SECUNDARIOS

1 Cultivos altoandinos

Unidades D21, cn, C12

* Chocho Lupinus mutabilis Sweet
Haba Vicia faba L.
* Melloco Ullucus tuberosus H. B. K.
* Oca Oxalis tuberosus Mol.
* Quinua Chenopodium quinoa Willd.
* Zanahoria blanca Arracacia zanthorrhiza Bancroft

* El asterisco sefiala las especies aut6ctonas. •

•
Algunos cultivos alimenticios secundarios son propios de los pisos montafiosos y, en la mayoria
de casos, esas plantas ya eran explotadas antes de la colonizaci6n espafiola, siendo la haba (Vicia
faba) la unica especie introducida. Tres especies proporcionan tubérculos mas 0 menos ricos en fé-
culas y las otras tres, granos ricos en aminoacidos.

A esta lista habria que afiadir Tropaeolum tuberosum (mashua), una capuchina tuberosa cuyo
cultivo, en el Ecuador, ya no subsiste sino cerca de las casas en las tierras agricolas mas altas (re-
gi6n de Zumbahua, provincia de Cotopaxi). Se pueden citar aun tres especies andinas en vias de
regresi6n y que ya no se encuentran sino en algunos pocos huertos, un tubérculo, Polymnia sonchi-
folia (jicama) y dos seudocereales, otra especie de quenopodio, Chenopodium pallidicaule (cafia-
hua), y los amarantos Amaranthus div. sp. (bledo, amaranto).

La mayoria de productos de esta lista estan destinados esencialmente al consumo familiar y

accesoriamente a la venta en el mercado local. La quinoa, que puede afiadirse en la fabricaci6n de
pastas alimenticias 0 galletas, cuenta con un circuito de comercializaci6n y de tratamiento agro-
industrial mas estructurado. Este producto es también exportado a los Estados Unidos y a Europa,
para los almacenes de productos dietéticos.

Las principales caracteristicas de estos cultivos se resumen en el cuadro B36.

1.1 Diversidad agua, remojo de hasta 8 horas en el casa deI

La riqueza en cultivares de estas especies es
muy variable. Es sorprendentemente limitada
en la zanahoria blanca pero muy importante en
oca, melloco y quinoa. Los cultivares se dife-
rencian por el color deI follaje, la forma, el ta-
mafio y el color de los tubérculos (oca y mello-
co), el color de los granos (quinoa). Otras carac-
teristicas coma la resistencia a las heladas, el
contenido en proteinas 0 la duraci6n de los
ciclos pueden ir de la mana con variaciones de
aspecto.
La variabilidad intraespecifica es sobre todo
interesante de explotar en dos especies, el cho-
cho y la quinoa. Sus granos contienen princi-
pios t6xicos, un alcaloide amargo en el chocho y
una saponina en la quinoa, los que deben ser
eliminados antes deI consumo. Ello se realiza
tradicionalmente mediante un tratamiento con
chocho y hasta 10 lavados sucesivos en el casa
de la quinoa. Sin embargo, estas dos especies
presentan variedades dulces, es decir con con-
tenidos bajos, e incluso nulos, de principios
t6xicos. Sus semillas ya no necesitan sino un
tratamiento limitado, pero en cambio son ata-
cadas mas facilmente por los insectos.
1.2 Requerimientos
La exigencia comun a estas especies es un
•
largo periodo humedo para su desarrollo y no
se las puede cultivar en las zonas bajas, relati-
vamente calidas y secas. El riesgo de heladas
marca su limite superior en altitud. La dura-
ci6n de los ciclos es prolongada y puede alcan-
zar los 12 meses hacia el limite superior. En las
zonas dedicadas usualmente a estos cultivos,
los suelos son profundos y ricos en materia
organica.
 Componentes deI paisaje IV Cultivos secundarios 187

Especie usualmente cultivada a

Arracacia zanthorriza Cerca de 400
Vegetativo de 6 a 10 meses 5-7 altitudes menores que los cultivos
zanahoria blanca 60-160
siguientes (2 000-2 500 m)
1000-2000
Chenopodium quinoa 4-6 meses a 1 750 m 0,6 - 0,7 Existencia de variedades con 0
(27 - 1 070) Semillas ++
quinua 12 meses a 3 300 m (2,2) sin saponina
1070-2260
Oxalis tuberosa Cerca de 1 000 7 meses a 2 500 m 6,0 Relativemente resistente a
Vegetativo ++
oca 550 - 1 740 10-12 meses a 3 500 m (20) las heladas
2500 Tubérculo andino todavia
Ullucus tuberosus 7 meses a 2 000 m 4,8
(470 - 1 900) Vegetativo ++ comunmente consumado
melloco 12 meses a 3 500 m (13)
• 520 - 610 en el ambiente urbano
4000-9000 Sensible a la roya y la antracnosis.
Lupinus mutabilis
(600 - 4 900) Semillas + 12 meses 0,8 - 1,0 Existencia de variedades dulces y
4 chocho
4100-4370 amargas, sin 0 con alcaloides
Existencia de variedades de cielo
Viciahaba 30 000 - 35 000 6-7 meses a 2 000 m 0.5-0,6 corto (4 meses), mas productivas y
Semillas +
haba 13900 - 18020 9-10 meses a 3 000 m (2 - 3) con mayor contenido en proteinas
(25 % dei peso seco)

Cuadro B36: Caracteristicas de cultivos andinos secundarios

Sin embargo, coma esta lista reune especies
bastante diferentes, no podian faltar las excep-
ciones: el chocho y la zanahoria blanca pueden
ser cultivados a menores altitudes, es decir en
zonas mas secas. El chocho puede también
adaptarse a suelos arenosos de textura mas
gruesa.
1.3 Modo de cultivo
1.3.a Superficies
Las superficies totales indicadas tanto por
Frere et al. (1975) coma por Nieto et al. (1992)
o por el SEAN, son reducidas. Debido a su dis-
persi6n, su caracter familiar y su 10calizaci6n
en zonas a veces retiradas, estos cultivos
cubren superficies dificiles de estimar. Sin
embargo, las habas se destacan elaramente con
superficies netamente superiores a la 000 ha.
1.3.b Tamaiio de las explotaciones
Estos cultivos son casi siempre cultivos se-
cundarios en las explotaciones basadas sobre
todo en la cebada y la papa. Se encuentran
esencialmente hacia el limite superior de las
• tierras cultivadas, siendo mas frecuentes en las
regiones donde se mantienen los grupos indige-
nas mas tradicionales, en el norte y el centro de
los Andes.
productores de melloco, por ejemplo, la muestra
estudiada por Peralta y Nieto (1991) enseiia
que mas de la mitad de ellos no cultiva mas de
1000 m 2 . La quinoa es cultivada a veces en su-
perficies mayores, en grandes propiedades que
tienen acceso a los nuevos mercados.
Algunas de estas plantas, coma chocho,
haba 0 quinoa, son cultivadas a menudo en aso-
ciaci6n, en forma lineal, alrededor 0 al interior
de otros cultivos. Todas forman siempre parte
de rotaciones.
1.3.c Cielo
Los calendarios de cultivo estân determina-
dos por la duraci6n de los cielos y por el régi-
men de precipitaciones. Se busca sobre todo no
tener que cosechar en plena estaci6n lluviosa.
Peralta y Nieto (1991) publicaron datos relati-
vos al cultivo deI melloco (figura B55): coma en
el casa de los demas cultivos de la zona monta-
iiosa (trigo, maiz, cebada, papa), las estaciones
secas poco marcadas en la regi6n Norte se tra-
ducen en épocas de siembra y cosecha dispersas
a 10 largo deI aiio, mientras que la estaci6n
humeda, mas corta y mas marcada en la regi6n
sur, provoca una concentraci6n de estas activi-
dades agricolas.
1.3.d Trabajos agricolas

En el casa de la mayoria de estos cultivos, Las labores dedicadas a estos cultivos son
las parcelas en si son pequeiias. Los producto- limitadas: dos labranzas cruzadas, uno a dos
res poseen reducidas propiedades explotadas deshierbes manuales, aporcadura en el casa de
por la mana de obra familiar. Tratândose de los los tubérculos. Los cuidados, son también rela-
188
Figura B55: Calendario agricola deI melloco (ordenada = porcentaje deI numero de campesinos)
Fuente: elaborado segti.n Peralta & Nieto, 1991
SIEMBRA
50
O+--.---........EiiB_--.--......e'E
EFMAMJJ ASOND EFMAMJJASOND
tivamente reducidos: la estercoladura esta lige-
ramente mas difundida que el abonamiento
mineraI y, en ocasiones, s610 se cuenta con los
aportes realizados para el cultivo anterior (casi
siempre de papa). Asimismo, aun, especies bas-
tante expuestas a enfermedades fungicas (cho-
cho y haba), no reciben sino rara vez un trata-
miento apropiado.
1.3.e Producci6n
La producci6n es, en el casa de los tubércu-
los, de 5 a 7 tlha, mientras que en parcelas ex-
perimentales los rendimientos son de alrededor
de 20 tlha. Las especies productoras de granos
dan cosechas de 0,5 a 1 t/ha, mientras que se
puede esperar una producci6n de 2 a 3 tlha en
parcelas experimentales. Los bajos rendimien-
tos observados reflejan a la vez el mediocre
nivel de tecnicidad y el rigor de las condiciones
climaticas de las zonas de cultivo.
Para ser consumibles, algunos de estos pro-
ductos deben ser objeto de tratamientos ya
mencionados. Los tubérculos de oca requieren
igualmente un tratamiento particular: son ex-
Paisajes Agrarios deI Ecuador
COSECHA
Region Norte: Carchi,
Imbabura y Pichincha
Region Central: Cotopaxi
y Tungurahua
Region Sur: Chimborazo
y Cafiar
puestos durante varios dias seguidos al sol
para destruir los cristales de oxalato.
1.4 Perspectivas
Las perspectivas de estos productos siguen
siendo reducidas para la mayoria de especies,
esencialmente a causa de un mercado restrin-
gido. Unicamente las habas ocupan un lugar
importante en la alimentaci6n tanto de la po-
blaci6n urbana como de los habitantes rurales.
Los tubérculos secundarios, en cambio, sirven
sobre todo para el autoconsumo de la poblaci6n
rural y estarian en regresi6n, salvo tal vez el
melloco.
Un programa de investigaci6n especifico deI
Instituto Ecuatoriano de Investigaciones Agro-
pecuarias (INIAP) se dedica al establecimiento
de una colecci6n de variedades tradicionales y a
su evaluaci6n. Algunos productos pueden en-
contrar una salida al exterior gracias a la boga
de los productos «naturales» 0 ex6ticos, como es
el casa actualmente de la quinoa y tal vez, a
mas largo plazo, de Chenopodium pallidicaule,
los amarantos y el chocho.
 Componentes deI paisaje IV Cultivos secundarios 189

2 Legumbres (principalmente de la zona fria)

Unidades C25, C26

C46, C47 y C48 en la zona câlida

Cultivos en pleno campo

ajo Alium sativum L. 400 ha
arveja Pisum sativum L + de 20000 ha
cebolla Alium cepa L. 12000 ha
col Brassica div sp 800 ha
espârrago Asparagus officinalis L. 500 ha
* fréjol Phaseolus vulgaris L. var communis 60000 ha
guandul Cajanus indicus (L.) Spreng.
habilla Lathyrus sativus L.
lenteja Lens esculenta Moench. 3000 ha
sarandaja Dolichos lablab L.
. * tomate Lycopersicum esculentum Mill. 7000 ha
Hortalizas en pequeiias parcelas
acelga Beta cicla L.
* achocha Cyclanthera div sp
alcachofa Cynara scolymus L.
apio Apium graveolens L.
berenjena Solanum melolonga L.
cebolla, cebollino Allium div sp
endivia Cichorium endivia L.
garbanzo Cicer arietinum L. 180 ha
lechuga Lactuca sativa L.
papa nabo, nabo chino Brassica Napus (L.) Metzger
puero Allium Porrum L.
râbano Raphanus raphanistrum L.
remolacha Beta vulgaris L. var rapacea 400 ha
vainita Phaseolus vulgaris L. var nana
zanahoria Daucus carota (L.) Paoletti 3000 ha
* zapallo, zambo Cucurbita div sp

* El asterisco seiiala las especies aut6ctonas.

Las superficies indicadas son las
publicadas por SEAN, 1993. La lista no pretende ser exhaustiva.

El cultivo de legumbres se desarrolla sobre todo en la regi6n andina. Estâ prâcticamente ausen-
te en la Amazonia y, en la Costa, se limita a los huertos familiares y a unas pocas unidades carto-
grâficas de superficie reducida (C46, C47 y C48). En la regi6n andina se encuentran evidentemen-
te los huertos cercanos a la vivienda aunque también cultivos en pleno campo. En este ultimo caso,
se deben separar las legumbres cultivadas en asociaci6n con el maiz (principalmente fréjo1) de
aquellas cultivadas en parcelas de un solo cultivo.

Los frejoles cultivados en campo abierto en
asociaci6n con el maiz son cultivares trepado-
res (variedad communis). Utilizan el maiz coma
tutor y le proporcionan el aporte de nitr6geno.
Son cosechados en seco y consumidos en grano.
Existen numerosas variedades que se pueden
reconocer por sus formas y colores. Phaseolus
vulgaris es el fréjol clâsico deI norte y deI centro
de la regi6n montaiiosa. En la provincia sureiia
de Loja, el féjol es reemplazado por la saranda-
ja, Dolichos lablab, a veces cultivada en mono-
cultivo.
Las demâs leguminosas de campo abierto se
encuentran en zonas relativamente secas y en
suelos arenosos. La segunda leguminosa en
importancia es la arveja que se cultiva de dos
maneras diferentes, ya sea para la venta en
grano fresco en los sistemas hortenses (C26), 0
para la cosecha en grano seco (C25). Seglin los
datos deI SEAN, estos dos modos ocupan apro-
ximadamente la misma superficie, entre la 000
y 15 000 ha. La lenteja y el haba menor (0 ha-
billa) se cultivan también en las depresiones
secas de los Andes centrales. El guandul estaba
190
restringido al valle calido deI Mira, y su cultivo
parecia estar ligado a la presencia de poblaci6n
negra, pero se puede observar una reciente
extensi6n de este cultivo en la regi6n de Pedro
Carbo. Estas tres ultimas especies se cosechan
unicamente en granD seco.
Los cultivos de cebolla y de ajo en campo
abierto (incluidos en C26) se practican en tie-
rras mas altas, alrededor de los 3000 m.s.n.m.
Esta 10calizaci6n se debe tanto a las condicio-
nes sanitarias benéficas encontradas en este
piso coma a la tradici6n de ciertos grupos indi-
genas. Pese al aspecta de campos abiertos, es-
tos cultivos se asemejan claramente a los huer-
tos: la mana de obra es importante, asi coma la
utilizaci6n de insumos (productos fitosanitarios
yabonos).
Entre los demas cultivos de legumbres en
pleno campo, se pueden citar las pequefias par-
celas de col (zonas humedas alrededor de Qui-
to) 0 de tomate (zonas secas y medianamente
calidas de Pimampiro, deI valle de Guaylla-
bamba, etc.). Mas recientemente, el cultivo de
esparragos para la exportaci6n ha adquirido
cierta importancia al norte de Quito (zonas me-
dianamente humedas con suelos arenosos).
El cultivo de hortalizas se practica mas en
parcelas pequefias que en pleno campo. El ta-
mafio es, sin embargo, suficiente coma para
producir un volumen comercializable. Al con-
trario de los cultivos en pleno campo, un pro-
ductor hortense tendera a cultivar varios pro-
ductos en su propiedad. Las parcelas de horta-
lizas se caracterizan también por la proximidad
de un mercado, habitualmente un centro
urbano, aunque también por una posibilidad de
comercializaci6n: tradicionalmente, gran parte
de la producci6n de Riobamba se destina a
Guayaquil.
Las técnicas de cultivo son esencialmente
manuales. Son sin embargo intensivas con el
empleo de productos fitosanitarios y abonos,
rotaciones entre las parcelas y a menudo riego.
Los suelos escogidos deben tener una textura
Paisajes Agrarios deI Ecuador
equilibrada y ser faciles de trabajar (terrenos
pIanos). La necesaria fertilidad se obtiene habi-
tualmente mediante una importante abona-
dura de fondo completada con aportes peri6di-
cos de fertilizantes. Todas las operaciones (pre-
paraci6n de la tierra, eventualmente germina-
ci6n en vivero y trasplante, control de las en-
fermedades y plagas, deshierbe y cosecha) se
realizan a la mana y demandan una atenci6n
constante. El trabajo es 10 suficientemente in-
tenso coma para limitar las explotaciones fami-
liares a superficies reducidas, pues un hombre
no puede manejar sino 0,15 ha. ..
Este tipo de explotaci6n agricola tiende a
extenderse para satisfacer una creciente de-
manda, debida tanto al incremento demografico •
coma a la modificaci6n de las costumbres ali-
mentarias de una clase acomodada de la pobla-
ci6n. Se comercializan sobre todo productos
frescos vendidos en los mercados de las aglome-
raciones 0 a través de cadenas de supermerca-
dos. Una reducida proporci6n se destina a las
fabricas de conservas 0 a la exportaci6n de
productos frescos durante el inviemo boreal.
El cul tivo de hortalizas en zona calida,
mucho menos desarrollado que en la regi6n
andina, comprende, ademas de especies culti-
vadas en la regi6n montafiosa, algunos cultivos
mas exigentes en calor. El pallar (Phaseolus lu-
natus) y el caupi (Vigna unguiculata), comple-
tan la gama de frejoles secos y la segunda espe-
cie proporciona igualmente vainitas. El cultivo
deI pimiento (Capsicum annuum) esta bastante
difundido en el valle de Santa Ana, y el aji
(Capsicum frutescens) se encuentra en todos los
huertos caseros.
La temperatura mas elevada amplifica los
problemas sanitarios de estos cultivos, a menu-
do sensibles. Tales problemas se convierten en
un verdadero freno a la implantaci6n de este
tipo de cultivos en las regiones mas humedas,
cuando las enfermedades criptogamicas vienen
a sumarse a las otras plagas. En la Costa, se
encontraran cultivos de hortalizas, sobre todo
en las zonas secas regadas.
 Componentes deI paisaje IV Cultivos secundarios 191

3 Flores

Especies principales
aster Aster acuminatus Michx., A. alpinus Lin., A. Amellus Lin., A. cassiarabus
Maund., A. cf cordifolius Lin., A novae angliae Lin., A. novi belgii Lin., A.
thomsonii Clarke
clavel Dianthus barbatus Lin., D. caryophyllus Lin., D. plumarius Lin.
clavelin Dianthus chinensis Lin.
gerbera Gerbera aurantiaca Sch. Bip., G jamesonii Bolus, Gerbera viridifolia Sch.
Bip.
gypsophila Gypsophila elegans M. Bieb., G. muralis Lin., G. oldhamia Miq., G. pani-
culata Lin., G. repens Lin.
rosa Rosa x grandifiora Hort., Rosa spp.

Flores de veranD
agapanthus Agapanthus africanus Hoff.
• alheli Cheiranthus cheiri Lin., C. kewensis Hort
astilbe Astilbe x arendsii Arends, A. chinensis Franch. & Sav., A. crispa Arrends,
A. glaberrima Nakai
alstromeria Alstroemeria aurantiaca D. Don, A. caryophyllacea Jacq., A. haemantha
Ruiz & Pavon, A. versicolor Ruiz & Pavon
azucena Lilium amabile Palibin, L. auratum Lindl., L. cf hansonii Leichtl. ex
Moore, L. henryi Baker, L. longifiorum Thunb.
bouvardia Bouvardia spp.
campanula Lisianthus spp. 0 Eucomia spp.
dalia Dahlia x pinnata Hort.
delphinium Delphinium consolida Lin., D. elatum Lin., D. formosum Hort ex Beaton,
D. grandifiorum Lin., Delphinium perigrinum Lin.
clavel Dianthus caesius Sm., D. deltoides Lin.
eryngium Eryngium alpinum Lin., E. cf amethystinodes Kuntze, E. x olivieranum
Hort.
fresia Freesia refracta (Jacq.) Klatt, F. x hybrida Bailey
girasol Helianthus annuus Lin., H debilis Nutt., H. mollis Buchoz.
hypericum Hypericum spp.
jacinto Hyacinthus orientalis Lin.
leatherleaf fem cf Rumohra adiantiformis (F.) Ching
liatris Liatris pycnostachya Michx.
limonium Limonium latifolium Kuntze, L. sinuatum (Lin.) Miller, L. tataricum Mill.
margarita Chrysanthemum maximum Ramond
snapdragon Antirrhinum majus Lin.
solidago Solidago canadensis Lin., S. virga aurea Lin.
solidaster x Solidaster luteus Hort.
statice Statice cf reticulata Lin.
trachelium Trachelium spp

Flores 0 plantas tropicales

• aloe Aloe abyssinica Lam., A. brevifolia Mill., A. ciliaris Haw., A. ferox Mill.,
A. humilis Mill.
anturio Anthurium aureum Engl.
banano Musa ensete Gmel
bromelia Aechmea fulgens Brongn. A. polystachya Mez.
calla Zantedeschia elliottiana Engl.
costus Costus spp
curcuma Curcuma longa Lin.
ginger Zingiber spectabile Griff.
heliconia Heliconiajuruana Loes., H. obscura Dodson & Gentry, H. reticulata Winck-
1er, H. stricta Huber
orquideas numerosas especies sobre todo introducidas
palma cf Archontophoenix spp
tree fem cf Cyathea
192 Paisajes Agrarios deI Ecuador

El surgimiento de la floricultura de exportaci6n en los Andes ecuatorianos se produce a media-

dos de los afios 80 cerca de Quito. No obstante, la producci6n de flores en el Ecuador es anterior a
este boom exportador. Ambato, ciudad de las flores y de las frutas, y otros sitios coma Cumbaya en
la provincia de Pichincha fueron, durante mucho tiempo, abastecedores deI mercado nacional.
Actualmente, la floricultura participa deI desarrollo de las exportaciones no tradicionales. El
numero de plantaciones, su tamafio y el numero de activos dedicados a esta producci6n, asi coma el
volumen y el valor de la producci6n floral no han cesado de crecer. Hoy en dia se nota todavia
numerosos proyectos de extensi6n y de intensificaci6n de las unidades de producci6n.

Esta dinamica se produce no solamente en el Ecuador, sino también en otros paises coma
Kenya, India y Mozambique, donde las condiciones climaticas y los bajos costos de trabajo son los
principales motores de una explosi6n de la producci6n de flores frescas cortadas de clima templa-
do. Holanda, tradicional y primer productor mundial de flores cortadas, esta hoy forzada a aban-
donar la rosa y el clavel para dedicarse a la producci6n de otras especies.

3.1 Candiciones deI auge de la floricultura
Todo un conjullto de factores favorables per-
mitieron el desarrollo de esta especulaci6n
nueva para el pais.
Las condiciones climaticas son favorables
para el cultivo de flores de clima templado:
-temperaturas estables durante todo el afio,
-temperatura suficientemente alta para no
necesitar calefacci6n, ni aislamiento térmico
de los invernaderos,
-temperatura suficientemente baja para limi-
taI' las enfermedades.
-iluminaci6n estable de 12 horas pOl' dia todo
el ano.
Estos factores permiten obtener productos
de alta calidad (tallos grandes, colores inten-
sos).
Las condiciones socioecon6micas son otro
factor favorable:
- bajos costas de la tierra en relaci6n a otras
regiones coma la de los p6lderes holandeses
(tierras ganadas en el mal') 0 la periferia de
Bogota,
- bajos costos de la mana de obra; pOl' ejemplo,
un dia de trabajo en el sector de Quito tiene el
mismo costo que una hora de trabajo en Esta-
dos Unidos, 6 US$,
- bajos costos de los invernaderos, los cuales
pueden sel' realizados con estructuras livianas
de madera 0 de metal cubiertas de plastico
gracias a un clima suave,
- bajos costos de los insumos energéticos (diesel
y electricidad) en un pais productor de petr6leo,
- gastos de productos fitosanitarios reducidos
en comparaci6n con zonas mas humedas y
calidas,
-reducida presi6n de la legislaci6n de protec-
ci6n deI medio ambiente y poca vigilancia
sanitaria,
-exportaciones favorecidas pOl' la politica deI •
cielo abierto que atrae numerosas compafifas
aéreas, multiplica los vuelos y reduce el precio
deI flete.
Gracias a sus bajos costos de producci6n, las
flores ecuatorianas pueden llegar a los merca-
dos deI hemisferio norte con precios competiti-
vos, a pesaI' deI transporte aéreo. Ademas, el
Ecuador puede exportaI' en épocas de fuerte
demanda (Navidad, San Valentin) mientras
que la producci6n europea esta en su mas bajo
nivel (estaci6n inverna1).
Otro factor favorable al desarrollo de la flo-
ricultura en el Ecuador es la posibilidad legal
de facturaI' la producci6n a unos precios infe-
riores a los reales y asi tener la oportunidad
de realizar una evasi6n fiscal hacia los parai-
sos fiscales (Gasselin, 1996). A pesaI' de la efi-
cacia econ6mica de la floricultura para gene-
l'al' una riqueza nacional, este sistema conta-
Figura B56: Evoluci6n de las proporciones de
especies exportadas
Fuente: Banco Central deI Ecuador, 1998
100°;'
•
50
Or----,---.,--
1983 1985 1988 1991 1994 1997
li 1 Rosas f:-:::":':::'~J Claveles
• Gypsophila .Otras
 Componentes deI paisaje IV Cultivos secundarios 193

estaban plantadas a inicios de los afios 90 y en

1998 este ntimero sobrepasa los 50.
Rosas 1695,78 58
Gysophila 384,00 13 3.3 Exigencias
Flores de verano 158,93 5
Plantas de rosas 57,84 2 Las exigencias varian segtin la especie, cada
Claveles 159,24 5 una teniendo sus propios requerimientos. Un
Miniclaveles 102,37 4 periodo de frio es necesario para algunas espe-
Flores tropicales 180,71 6
cies coma statice, alheli y eryngium. En este
Otras 208,03 7
Total 2946,90 100 caso, el frio de las noches de la Sierra basta
coma impulso. Otras plantas requieren de un
Cuadro B37: Superficies cultivadas por periodo de frio mas marcado en cuarto frio,
• especie en 1997 . sobre todo para romper la dormancia en casa de
Fuente: EXPOFLORES, 1998 muchos bulbos -liatris, lilio, nerine- y plan-
tas perennes -astilbe, campanula, echinops,
paeonia- (Heussler, 1991).
ble ocasiona, para la naci6n, la pérdida de una
gran parte de la riqueza creada. Solamente los Sin embargo, cualquiera que sea la especie
salarios y eventuales retornos bajo la forma de escogida, la floricultura exige que varias condi-
inversiones escapan a esta evasi6n. Este dis- ciones sean satisfechas. Las condiciones clima-
positivo financiero provee de fuerte ganancias ticas optimas son sobretodo insolaci6n impor-
a los capitales invertidos y atrae a nuevos in- tante y temperatura templada y estable. Los
versionistas. suelos deben tener un buen drenaje y una alta
fertilidad. Aun para la floricultura en campo
3.2 Especies cultivadas abierto, el riego es obligatorio para compensar
las escasas precipitaciones caracteristicas de
La floricultura, tradicional 0 moderna, inte- las cuencas interandinas.
resa un gran ntimero de especies. Ya en los
jardines de Ambato coexisten muchas especies. Las inversiones son elevadas y varian de
Las exportaciones ecuatorianas se iniciaron 50000 a 350000 US$ por hectarea. Se reparten
principalmente con claveles para después di- en compra deI terreno y de su adecuaci6n (nive-
versificarse y, finalmente, ver el predominio de laci6n, instalaci6n de redes de irrigaci6n y de
las rosas (figura B56 y cuadro B37). drenaje, aportes para la correcci6n de la textu-
ra y la elevaci6n de la fertilidad deI suelo), en
Cada una de las plantaciones ecuatorianas construcciones (invernaderos, camaras frias y
mantiene una fuerte diversificaci6n de las espe- plantas para la clasificaci6n y el empaque, alo-
cies y variedades plantadas, mientras que la jamientos para los trabajadores); finalmente en
empresas colombianas practican a menudo el la compra de materiales (plantas eléctricas y de
monocultivo. Al nivel nacional, s6lo 10 especies camiones frigorificos).

Figura B57: Evoluci6n deI ntimero de plantaciones de flores por provincia

Fuente: EXPOFLORES, 1998

Numero de f1oricultores afiliados

•

.1986
.1987
.1994
11 1998

Imbabura Pichincha Cotopaxi Chimborazo Guayas Caiiar Azuay Loja

194
Numero
1985 1990 1995
Una importante y minuciosa mana de obra
(ver adelante 3.6.f) asi coma facilidades para la
exportaci6n por via aérea son otros requeri-
mientos para el desarrollo de una plantaci6n de
flores.
3.4 Zona de cultivo y superficies sembradas
Una de las particularidades de la floricul-
tura ecuatoriana es la de haberse desarrollado
principalmente en el espacio periurbano de
Quito pùr la cercania al aeropuerto. Sin embar-
go, la floricultura tiende hoy en dia a extenderse
a otras provincias serranas -particularmente
Cotopaxi, Imbabura y Azuay, figura B57-: el
precio de la tierra mas barato que en las inme-
diaciones de la capital y el reconocimiento de
las aptitudes c1imaticas y edafol6gicas de estas
regiones son elementos que influyen en la ex-
tension de las zonas productoras. En 1985, la
floricultura era casi exc1usivamente en la pro-
vincia deI Pichincha; en 1994, el 65 % de las
138 plantaciones de flores en el Ecuador esta-
ban instaladas cerca de Quito; en 1997, esta-
proporci6n sigue manteniénciose en un 67 % de
las plantaciones y el 70 % de las superficies.
Superficie (ha)
3000
2000
1000
1985 1990 1995
Paisajes Agrarios deI Ecuador
Figura B58: Numero de plantaciones
afiliadas a EXPOFLORES
Fuente: EXPOFLORES, 1998
•
Cabe senalar que existe también en el Ecua-
dor una producci6n de flores tropicales repre-
sentando 6 % de las superficies cultivadas en
1997 (cuadro B37) y ubicada en las regiones de
la costa (figura B57) y deI oriente (CFN, 1995a
y PROEXANT, 1992).
Desde su inicio el numero de plantaciones
(figura B58) asi como las superficies dedicadas
a la floricultura (figura B59) han aumentado de
manera exponencial. En enero de 1985, EXPO-
FLORES et al. (1996) registraban 3 empresas
exportadoras, cifra que pasaba a 320 en enero
de 1998 (EXPOFLORES, 1998). Las superficies
sembradas muestran una evoluci6n similar: de
96 ha en 1986 pasan a 2947 ha al inicio deI ano
1998 (figura B59).
3.5 Tamano de las explotaciones
La floricultura se observa principalmente
en medianas y grandes explotaciones (4 a 40
ha) muy a menudo dedicadas solamente a este
producto. El principal objetivo de los duenos de
las plantaciones es rentabilizar de la mejor
manera el capital invertido. El propietario 0
•
Figura B59: Evoluci6n de las superficies
dedicadas a la floricultura
Fuente: EXPOFLORES, 1998
Componentes deI paisaje IV Cultivos secundarios
los accionistas buscan optimizar su tasa de
ganancia. Si las relaciones de precio 0 las pro-
ductividades deI trabajo se tornan estructural-
mente mas favorables en otros sectores de acti-
vidades (construcci6n, comercio, especulaci6n
de bienes rafces e inmobiliaria... ), los "agricul-
tores" capitalistas colocaran alli sus capitales.
La identificaci6n de estos objetivos es funda-
mental en la comprensi6n de las estrategias
aplicadas por los responsables de unidades de
producci6n para administrar los recursos y
medios de producci6n de los cuales ellos dis-
ponen.
Cabe anotar que el desarrollo de estas gran-
des plantaciones dia el impulso a la aparici6n
de una producci6n campesina en pequeÏias
superficies (0,01 a 0,5 ha), asociada a las tradi-
cionales producciones de autoconsumo y de
venta. Estos campesinos aprovechan deI aseso-
ramiento técnico y de las redes de comercializa-
ci6n de las grandes plantaciones; ademas, ase-
guran una reserva de producci6n titil para res-
ponder rapidamente a un aumento coyuntural
de los pedidos, 0 hacer frente a accidentes de
producci6n 0 de comercializaci6n.
Sin embargo, es necesario precisar que las
10 empresas mayores concentraron el 54,3 % de
las exportaciones en 1995; es decir, el carâcter
muy relativo de la atomicidad de la oferta na-
cional en un contexto que se le puede calificar
de oligopolio.
3.6 Cultivo
.3.6.a Preparaci6n deI terreno.
El terreno tiene que ser preparado minucio-
samente. Necesita ser nivelado con un tractor.
En el casa de terreno de cangahua sera subso-
lado y en otros tipos de suelo se utilizara arado
profundo a unos 40 cm. Después se realizan
arada y rastra con el fin de tener una tierra
pulverizada. El analisis fisico-quimico deI suelo
permite determinar las correcciones de textura,
estructura -incorporaci6n de piedra p6mez-,
acidez y el nivel de fertilizaci6n inicial -incor-
poraci6n de abonos organicos como el estiercol
de gallina, la cascara de arroz, el aserrin y
fertilizantes quimicos-. También se desinfecta
el suelo para prevenir los ataques de hongos y
nematodos (Heussler, 1991).
Las labores preculturales se acaban por la
delineaci6n deI area de cultivo y la formaci6n de
las camas. Todas estas operaciones salvo la sub-
solaci6n pueden ser realizadas antes 0 después
195
de la construcci6n de los invernaderos cuando
se 10 necesita. Desagües son a veces necesarios
para permitir un drenaje superficial y prevenir
la pudrici6n de las raices y la falta de aireaci6n
que provocaria el amarillamiento de las plan-
tas, una menor asimilaci6n de nutrientes y
mayores ataques de bacterias/hongos).
Los invernaderos tienen cubiertas de plas-
tico de tipo especial para proteger a la planta
de los rayos infrarojos -fuertes en altura-.
Las estructuras pueden ser de metal, de made-
ra 0 mixta. Recién aparecieron sistemas auto-
maticos de control de la temperatura y de la
humedad interna de manera pasiva -i.e. sin
fuente de calor adicional, sino con apertura de
cortinas laterales-.
3.6.b La siembra
Seglin las especies, las plantas pueden repro-
ducirse sexualmente por semilla, asexualmente
por divisi6n de la planta 0 esquejes coma para
gypsophila, incluso por medio de cultivo de
meristemos (CFN, 1993). Previamente a la siem-
bra, los patrones (plantas que recibiran los in-
jertos) son tratados con hormonas que favorecen
su enraizamiento y anclaje en el suelo, El mate-
rial vegetal se importa a veces de paises como
EEVV, Holanda, Israel y Francia. Pero ya exis-
ten en el pais empresas floricultoras especializa-
das en la producci6n de patrones para la venta a
las plantaciones nacionales, quienes importan
s610 la yema necesaria para cada variedad.
La distancia de siembra entre plantas de-
o pende de la especie y de la variedad. Los mejo-
res rendimientos se obtienen, en el casa de la
rosa, con 69000 plantas por hectarea. La den-
sidad de sembrio para la gypsophila es s610 de
30000 plantas por hectare a en 175 camas
(CFN,1993).
La duraci6n de producci6n de una parcela
hasta su renovaci6n es variable de acuerdo con
la especie (8 aÏios para rosas, 3 aÏios para clave-
les). La empresa escoge las especies sembradas
de manera que se pueda cumplir con su estra-
tegia econ6mica.
3.6.c Cuidados al cultivo.
El riego es una condici6n imprescindible deI
desarrollo de la floricultura (para todas las es-
pecies). El agua puede provenir de capas frea-
ticas a través de pozo particular, coma de aguas
superficiales a través de acequias y sistemas de
riego colectivos. Pero, en ambos casos, se nece-
196
sita agua limpia, 10 que requiere a veces un
tratamiento con cloro y/a filtros.
La fertilizaci6n se realiza de acuerdo con
los analisis quimicos deI suelo, a veces a tra-
vés deI riego. Los quimicos son entonces
disueltos en el agua y conducidos por sistemas
-computarizados 0 no- de microaspersi6n
y/a goteo. En este casa se necesitan reser-
vorios, tanques y bombas para la distribuci6n
deI agua en el terreno.
Las podas permiten ajustar los calendarios
de producci6n a los picos de producci6n para
satisfacer la gran demanda de San Valentin,
deI dia de las madres, dia de la mujer 0 de la
Navidad. Son de varios tipos: pinchar el tallo,
eliminaci6n de las flores pequenas 0 danadas,
deshojado ---eliminaci6n deI exceso de hojas-,
corte de algunas partes terminales de los
tallos a fin de promover la brotaci6n secunda-
ria y tener unas flores de mejor calidad y faci-
litar la cosecha. El mantenimiento consiste
también en tutorar con postes de madera y
alambre.
El control de malezas se realiza en forma
continua para evitar la competencia entre las
plantas y problemas sanitarios. Los trata-
mientos fitosanitarios -en contra de insectos,
hongos, bacterias, nematodos, acaros, molus-
cos, roedores- se aplican con bomba rnochila
y requieren medidas apropiadas. Entre otras
cosas se necesita prohibir el consumo de ali-
mento, no fumar, no masticar chicle y llevar
un equipo especial de protecci6n -guantes de
puno largo de caucho, gafas, mascarilla con
filtros para pesticidas, botas de goma 0 PVC y
ropa impermeable con capucha-.
La frecuencia de aplicaci6n y la toxicidad de
los productos usados son un peligro para el
medio ambiente y la salud de los trabajadores
(enfermedades neuro16gicas, cardiovasculares,
respiratorias, gastro-intestinales, dermato16gi-
cas). Algunas plantaciones estan probando sis-
temas de control bio16gico, otras tratan de con-
trolar el uso de los plaguicidas y de los pestici-
das con el fin de obtener los "Sellos Verdes"
europeos 0 americanos. Todas las grandes em-
presas floricultoras realizan determinaci6n de
los niveles de colinesterasa por medio de anali-
sis de sangre peri6dicos, para prevenir y dia-
gnosticar las intoxicaciones. Es un tema de gran
importancia en el desarrollo repentino de la
floricultura en el Ecuador: todas las consecuen-
cias ambientales y sanitarias de la floricultura
aun no estan bien conocidas (Struve, 1998).
Paisajes Agrarios deI Ecuador
Los costos de mantenimiento pueden ser
elevados y llegar hasta 70000 US$ por hectarea
y por ano en el casa de las rosas (CFN, 1995b).
3.6.d Cosecha.
La cosecha es siempre manual. Su fecha se
determina por el estado feno16gico de la planta
-normalmente apertura deI bot6n pero varia-
ble seglin la especie-, y por el destino de la
planta -de acuerdo con el tiempo para llegar
hasta el florero deI consumidor final-.
El transporte hacia la sala de postcosecha se
realiza en baldes y mallas plasticas especiales,
llevadas a mana 0 por medio de rieles con
..
canastillas metâlicas, para evitar todo dano a
las flores.
Los rendimientos son variables segun las
flores y se expresan de diferentes maneras
seglin 10 que se quiere medir (bunches/ha/cose-
cha, toneladas métricas/ha/cosecha, botones/
planta/cosecha, botones/planta/mes ... ). Las
flores desechadas (5-10 %) pueden ser vendidas
en el mercado nacional a precios inferiores a los
costos de producci6n 0 utilizadas para el com-
post.
3.6.e Tratamientos postcosecha
Casi todas las etapas de la postcosecha son
manuales. Las flores son colocadas en recipien-
tes con agua, para su hidrataci6n, y productos
fitosanitarios, para aumentar el tiempo de con-
servaci6n y matar los insectos que podrian
dafiar el bot6n y/a provocar el rechazo de la flor
durante la expedici6n 0 en la venta. Posterior-
mente se clasifican las flores tomando en cuen-
ta la calidad deI producto -tamafio y apertura
deI bot6n, mancha en los pétalos, verde de la
hojas, colores, perfumes, tamafio, consistencia
y rectitud deI tallo-, y su caracteristica: bou-
quet 0 acompanamiento. Se eliminan algunas
hojas de la parte baja de los tallos. Después se
forman bunches de conformaci6n variable ,
seglin la especie, el tamano de las flores y el
pedido deI comprador.
Después de la clasificaci6n los bunches se
colocan en cubetas con una soluci6n nutritiva y
preservantes. Éstas son introducidas en el
cuarto frio, a una temperatura de 2-4 grados
centigrados (las flores tropicales no entran en
cuarto frio). El tiempo de preenfriamiento de-
pende de la resistencia y durabilidad de cada
especie, coma deI tiempo requerido para el
transporte.
 Componentes deI paisaje IV Cultivos secundarios 197

_ Valor FOS (miles de US$)

100 0--0 Volumen (toneladas métricas)

Figura B60: Evoluci6n de las

exportaciones de flores
Fuente: Banco Central, 1998
5

•
O+.....a.,..al........~~~~,.---,----.:.--.-----r--r--.-----r---,
1980 1985 1990 1995

Por ûltimo, se realiza el empaque: se escu- deros y de infraestructuras de riego, construc-

• rren los bunches y se los cubren con plâstico,
para después colocarlos en cajas de cart6n de
medidas que varian segûn la especie y el largo
deI tallo de la flor. Se introducen a veces boIsas
de hielo para mantener una temperatura baja y
permitir una mayor conservaci6n. El transpor-
te de las flores hasta el escaparate debe hacer-
se respetando una estricta cadena de frio para
no daiiar la flor y prolongar su vida en casa deI
consumidor.
ci6n inmobiliaria para los nuevos trabajadores
que vienen de todas las regiones deI Ecuador,
venta de insumos, de materiales agricolas, ase-
soramiento técnico. Para 14000 obreros impli-
cados directamente en la producci6n a inicios
deI aiio 1995, en total 64000 trabajadores de-
pendian de la floricultura (EXPOFLORES et
al., 1996).
3.7 Exportaciones

3.6.f Mano de obra El desarrollo de las exportaciones es para-

En todas sus etapas, la floricultura es una
actividad muy intensiva en trabajo y altamente
tecnificada. La tecnologia fue, por 10 menos en
los inicios de la floricultura, importada a través
de la contrataci6n de especialistas colombianos
o israelis.
Los trabajos corrientes se realizan con una
abundante mana de obra, de 9 hasta 17 traba-
jadores/ha segûn las especies cultivadas. Por su
destreza, se prefiere la mana de obra femenina
y las mujeres representan el 70 % deI personal
directamente empleado Œuitron, 1992).
Ademâs de la fuerte demanda de mana de
obra directa, el adelanto de la floricultura inci-
de en otros sectores de actividades que emplean
numerosos trabajadores asi coma: fâbricas de
cart6n, de plasticos, plantaciones de eucaliptos
para los invernaderos, construcci6n de inverna-
•
lelo a la evoluci6n deI nûmero de plantaciones
y/a de las superficies. Desde 1988 hasta 1994,
la tasa de crecimiento anual de las exportacio-
nes se mantiene casi en el 40 % (figura B60). La
participaci6n de las flores en las exportaciones
nacionales qued6 por debajo deI 1 % hasta
1992; en 1996, este porcentaje sobrepas6 los
2 % (ver parte A IX). El Ecuador es hoy en dia
el segundo exportador hacia los Estados-Uni-
dos, después de Colombia.
La producci6n se dirige principalmente
hacia los Estados Unidos (70 % en valor), Eu-
ropa (15%) y Asia (10%) -cuadro B38-. Exis-
ten plantaciones especializadas en la exporta-
ci6n hacia un solo pais.
3.8 Perspectivas
El desarrollo reciente de la floricultura en el
Ecuador establece un nuevo contexto en la

Estados Unidos 76 73 70 69
Canada ? ? 2 2 Cuadro B38: Repartici6n de las exportaciones (%)
Europa 17 16 15 14 Fuente: Banco Central deI Ecuador, 1998
América dei Sur 4 2 2 2
Asia 2 6 9 10
Otros 1 3 2 3
198
apropiacion de los recursos naturales y medios
de producci6n agricolas. Tales como la exigen-
cia de un abastecimiento regular en agua de
riego limpia y la demanda en tierras planas de
buena calidad cercana a los ejes de comunica-
cion, la floricultura introduce nuevas reglas de
juego en la dinamica agraria de las zonas
donde se instala.
La floricultura induce la aparici6n de nue-
vas relaciones salariales con los campesinos
anteriormente atados a la hacienda u obligados
a migrar hacia las ciudades. El campesino
doble activo representa una mano de obra libre-
mente comprada y despedida segu.n las fluctua-
ciones deI mercado. Ademas, se observa un
incremento de los salarios de la mano de obra
agricola que pone en riesgo la estabilidad de las
explotaciones campesinas y de las haciendas
lecheras. Las consecuencias economicas, socia-
Paisajes Agrarios deI Ecuador
les, politicas y ambientales deI desarrollo re-
pentino de este nuevo sistema de produccion
justifican estudios mas profundizados.
A pesar de su desarrollo explosivo, la flori-
cultura tiene sus lados vulnerables. Siendo el
resultado de fuertes inversiones buscando la
mejor rentabilidad, la floricultura sera descar-
tada por los inversionistas si alguna otra activi-
dad puede proveer mayores ganancias. Por otro
lado, las buenas condiciones climaticas y socio-
econ6micas no son exclusivas deI Ecuador y
otros paises, vecinos 0 lejanos, pueden interve-
nir en la oferta y propiciar une fuerte compe-
tencia en este nuevo mercado de producto de
lujo. Sin embargo, gracias a la gran diversidad
de especies cultivadas, el sector floricultor
ecuatoriano puede responder rapidamente a
variaciones mas 0 menos conyunturales deI
mercado.
 Componentes deI paisaje IV Cultivos secundarios 199

4 Frutales de la Sierra

parcialmente representados en las unidades T23 y T41

chirimoya Annona cherimola Mill.

* chamburo Carica chrysopetala Heilborn
* chihualcan Carica pubescens (DC) Solms
* babaco Carica pentagona Heilborn
mandarino Citrus reticulata BL
membrillo Cydonia oblonga Miller
* tomate de ârbol Cyphomandra betacea Sendt.
acerola Douyalis x hybrida
nispero Eriobotryajaponica (Thunb.) Lindl.
* higo Ficus carica L.
frutilla Fragaria sp
anis estrellado Illicium anisatum L.
* nogal, tocte Juglans honorei Drude
* arrayân Myrtus foliosa H. B. & K.
* granadilla Passiflora ligularis Juss.
* taxo Passiflora mollissima Bailey
* aguacate Persea americana Mill.
pera Pirus communis L.
manzana Pirus malus L.
* uvilla Physalis peruuiana L.
albaricoque Prunus armeniaca L.
ciruela, claudia Prunus domestica L.
durazno Prunus persica (L.) Sieb. & Z.
* capuli Prunus serotina Ehrh.
ruibarbo Rheum rhabarbarum L.
* mora Rubus sp
* pepino Solanum muricatum Ait.
* naranjilla Solanum quitoense Lam.
uva Vitis uinifera L.

* El asterisco seiiala las especies aut6ctonas. La lista no pretende ser exhaustiva.

De la larga lista anterior que trata de men-
cionar incluso las frutales menores cultivadas
en la regi6n montaiiosa, se deben separar de
entrada las especies que no se encuentran sino
en los jardines y que no aparecen en las listas
publicadas por el SEAN.
- El chamburo y el chihualcan son dos especies
andinas, de las cuales la primera seria un
hibrido entre Carica pubescens y C. stipulata
(Badillo, 1983). Los frutos, relativamente pe-
queiios, se consumen cocidos en almibar. El
• chamburo se encuentra sobre todo en los jar-
dines de la regi6n de Baiios y en otros valles
câlidos, mientras que el chihualcan es culti-
vado a menudo a mayor altitud.
-El membrillo, el nispero, el higo y el arrayân
se encuentran en los jardines de las zonas re-
lativamente câlidas y preferentemente hacia
los 2 300 m.s.n.m. El membrillo y el arrayân
son los menos difundidos y las otras dos espe-
cies son también plantadas en los jardines
urbanos.
- El acerola es una introducci6n reciente aun
limitada a los jardines de los alrededores de
Quito.
- El anis estrellado no es cultivado sino en su-
perficies muy reducidas en el valle câlido deI
Chota. Sus semillas sirven para perfumar
ciertos alcoholes locales.
- El nogal se encuentra en toda la zona humeda
deI callej6n interandino, pero es particular-
mente abundante en el norte deI pais. Sus
magras nueces, envueltas en una câscara re-
lativamente espesa, sirven para preparar dul-
ces, pero el principal interés de esta especie es
su madera codiciada para la escultura y la
carpinteria de lujo. .
-Las dos Passiflora. el taxo y la granadilla son
especies andinas de las cuales la primera pa-
rece estar restringida a los jardines, mientras
que la segunda es objeto de pequeiias planta-
200
ciones en la regi6n de Banos. La uvilla, el
ruibarbo y el pepino estan en una situaci6n
similar a la deI taxo.
- El albaricoquero parece ser la rosacea menos
difundida pese a la creciente presencia en el
mercado de jugos 0 mermelada de esa fruta; el
albaricoquero se encuentra en la zona de las
otras rosaceas de clima templado, casi
siempre en los alrededores de Ambato.
-El capuli es muy comun en las altitudes media-
nas deI callej6n interandino; es plantado en
los limites de parcelas 0 cerca de las casas y
ademas de sus frutos, proporciona una lena
apreciada.
- La vid, aunque forma parte de las primeras
plantas introducidas durante la Colonizaci6n,
no es muy comun. Pequenos vinedos producen
ya sea vino (sobre todo al norte de Quito) 0
uvas de mesa (valle deI Chota y deI Patate) y
son regados. Una pequeîia colonia chilena pro-
b6 la implantaci6n de vinedos cerca de Pedro
Carbo, en la llanura costera, pero la tentativa
fracas6 rapidamente.
Los demas cultivos frutales de la regi6n
montanosa se presentan con algunas de sus
caracteristicas en el cuadro B39. Se trata, en
principio, de cultivos de una superficie sufi-
ciente coma para poder ser considerados en el
método de estimaci6n utilizado por el SEAN.
Tres de ellos, las naranjillas, las fresas y las
moras tienen modos de cultivo originales que
permiten separarlos de los otros. Los manza-
nos, perales, ciruelos y duraznos forman un
conjunto homogéneo al igual que el tomate de
arbol, el babaco y la mandarina por una parte,
y el aguacate y la chirimoya, por otra.
La naranjilla es una solanacea arbustiva deI
sotobosque 0 de espacios abiertos de los
bosques de mediana altitud de la vertiente
oriental de los Andes ecuatorianos. Su fruto se
utiliza sobre todo para jugos 0 sorbetes.
Se trata de una planta muy exigente en fer-
tilidad y no puede ser cultivada sino al inicio de
la explotaci6n, después deI desmonte deI bosque.
Por otro lado, no soporta los cambios bruscos de
temperatura ni los vientos violentos; finalmente
es muy sensible a plagas yenfermedades.
Este cultivo es practicado por pequenos agri-
cultores que practican un sistema pionero ori-
ginal en las partes bajas de las pendientes
hacia la Amazonia. Como sus plantaciones no
son permanentes y es imposible replantarlo en
la misma parcela, se 10 reemplaza por cultivos
alimenticios 0 pastizales.
Paisajes Agrarios deI Ecuador
Las parcelas son pequenas y, después deI
desmonte, las j6venes plantas de naranjilla
obtenidas de germinaciones en vivero, son im-
plantadas en 2 x 2 m aproximadamente. Una
plantaci6n dura normalmente 2 anos y, con
cuidados particulares, se puede prolongar su
producci6n hasta los 4 anos.
El cultivo esta sujeto a todo tipo de ataques
en todas sus partes. Los agentes pat6genos y
las plagas son numerosos (nematodos, bacte-
rias, hongos e insectos), y las pérdidas pueden
ser totales.
Para mantener una producci6n satisfactoria,
se exploran tres soluciones. La mas tradicional
es el tratamiento con productos fitosanitarios, •
fungicidas, nematicidas e insecticidas. En el
mismo orden de ideas, un aporte de calcio, ade-
mas deI mejoramiento deI pH deI suelo, dismi-
nuye los ataques de nematodos (Valarezo y
Samaniego, 1982a). Si bien estos tratamientos
son de una cierta eficacia, su costo y su deli-
cado manejo los coloca fuera deI alcance de los
pequenos productores. Una segunda soluci6n
consiste en modificar el modo de cultivo, pues
los frutos de S. quitoense producto de una plan-
taci6n mezclada con cultivos alimenticios no
son atacados, pero en tal casa la producci6n es
inferior a la obtenida en una plantaci6n tra-
dicional (Valarezo y Samaniego, 1982b). Final-
mente, 10 que ha llevado a la mejor soluci6n ha
sido el mejoramiento de la especie. Un cultiva-
dor de la regi6n de Mera realiz6 un hibrido de
Solanum quitoense x S. sessiliflorum, estéril
pero mas resistente a las enfermedades y pla-
gas. Su multiplicaci6n puede hacerse mediante
esquejes y sus frutos tienen las propiedades
organolépticas de la naranjilla (Camacho,
1981). Desde entonces, el INIAP ha lanzado un
programa de investigaci6n de descendencias
resistentes y de hibridos, en particular con S.
hirtum CEguiguren et aL, 1985).
La diseminaci6n deI hibrido permiti6 un
nuevo auge de las superficies plantadas con ,.
naranjilla que, después de un periodo de decli-
naci6n debido a problemas fitosanitarios, se du-
plicaron entre 1989 y 1992 (1800 ha en 1986,
5300 ha en 1989 y 10780 ha en 1992). Los
numerosos intentos de elaboraci6n de jugos 0
concentrados apuntan a conquistar mercados
mas amplios, en particular de exportaci6n, que
no pueden abastecerse con productos frescos
debido a la fragilidad de los frutos.
La fresa tiene igualmente un modo de pro-
ducci6n original. Tradicionalmente, el mercado
 ..
Componentes deI paisaje IV Cultivos secundarios 201

Naranjilla Vertientes amaz6nicas Colonos, pequenos x x 12220

Tradicionales, pequenos
Manzano Regi6n de Ambato y medianos; inversionistas x x 5490
medianos y grandes
Tradicionales, pequenos
Mandarina Regi6n de Patate
y medianos
x 4440

Tradicionales, pequenos
Aguacate Cuencas secas
y medianos
x 3900
~
Tradicionales, pequenos
Tomate de arbol Zonas de Banos y de Patate
y medianos
x x x x 2280

~ Tradicionales, pequenos
Durazno Regi6n de Ambato y medianos; inversionistas x 2610
medianos y grandes
Pera Regi6n de Ambato id x 2540

Partes bajas e intermedias

Mora Tradicionales, pequenos x x 2200
de las vertientes

Ciruela, claudia Region de Ambato Pequenos y medianos x x 2030

Tradicionales, pequenos
Chirimoya Cuencas secas x 870
y medianos
Tradicionales, pequenos
Babaco Regi6n de Banos x x x x 120
y medianos
Inversionistas, medianos
Frutilla Alrededores de Quito x x x x 70
y grandes

• «Pequeno». «mediano» y «grande» incluye, ademas dei tamano de la explotaci6n, el volumen de capital
y otros medios de producci6n movilizados
cons. = trutos procesados por conserverfas: jugos. trutos en almibar, concentrados, mermeladas

Cuadro B39: Cultivos frutales de la regi6n serrana

local de frutas frescas 0 para la elaboraci6n de
mermeladas era abastecido por una producci6n
en pleno campo de variedades de frutos gran-
des, suaves y odoriferos en su madurez. La
apertura deI mercado de exportaci6n acarre6
cambios. La exportaci6n de frutas frescas de-
manda variedades de frutos calibrados, colori-
dos y mas consistentes. Se deben también obte-
ner frutas limpias; de alli el cultivo en camas
cubiertas de plastico, e incluso una tentativa de
cultivo hidrop6nico en columnas Ilenadas de
. escorias volcânicas en las que un sistema auto-
matizado aporta el agua, el abono y productos
fitosanitarios.
dante mana de obra, 10 que 10 reserva a un re-
ducido numero de cultivadores de tipo empre-
sarial. Sin embargo, la rentabilidad neta es
elevada, de 11200000 sucres/ha anuales, seglin
Ortega (1985).
La mora es cultivada por algunos pequeiios
productores en las provincias de Pichincha
(San José de Minas) y de Tungurahua (Huachi
Grande). Aunque los Andes ecuatorianos dispo-
nen, entre 1200 y 3000 m.s.n.m., de una dece-
na de especies reconocidas (An6nimo, 1985), la
mas cultivada es Rubus glaucus Benth., Ilama-
da sin raz6n «mora de Castilla».

La fresa era cultivada en suelos arenosos,
sobre todo en la periferia de la depresi6n de
Guayllabamba, aunque también en la regi6n de
Ambato. Sin embargo, se ha desarrollado y
concentrado particularmente en las zonas me-
dianamente secas, al norte de Quito.
Este cultivo de renta, muy tecnificado, de-
manda inversiones importantes y una abun-
En las islas Galapagos se introdujo una es-
pecie de mOTa que se muestra particularmente
agresiva en la isla San Crist6bal. Tentativas de
elaboraci6n familiar de mermelada han tratado
en vano de sacaralglin provecho de esa peste.
Se trata de un cultivo de las zonas humedas
y frescas y se dispone de pocas informaciones a
su respecto.
202
Los frutos son sumamente fragiles y en las
condiciones habituales de comercializaci6n, las
pérdidas pueden a1canzar el 100 % en tres dias.
Se recomienda el transporte en bandejas (Fer-
nandez y Moreno, 1985).
Todos los arboles frutales de clima templado,
manzano (5500 ha), peral (2500 ha), ciruelo
(2000 ha) y duraznero (2600 ha) y albaricoque-
ro son cultivados desde hace tiempo. Ellos for-
maban parte de sistemas de cultivo bajo riego,
multiespecificos y multiestratos a la imagen de
los oasis deI Viejo Mundo (T23). Se trataba de
vergeles mantenidos por pequenos propietarios
que manejaban su producci6n variada con un
verdadera mentalidad empresarial. Mas recien-
temente, se han creado vergeles de mayor
tamano, particularmente en la provincia de
Imbabura y en la periferia de las plantaciones
tradicionales de Ambato. Se trata casi siempre
de inversiones de personas ajenas al sector
agricola que buscan en esta actividad la renta-
bilidad de sus fondos.
En 1985, las manzanas representaban el
70 % de la producci6n de este grupo de frutales.
La variedad mas antiguamente difundida es
Emilia, una manzana similar a la reineta deI
Canada y, durante los 40 ultimos anos, se han
introducido variedades tales coma Golden Deli-
cious, Rome Beauty, Winter Banana 0 incluso
Granny Smith. En los vergeles de las partes
mas bajas de los valles interandinos, se prefie-
re la variedad Anna, poco exigente en horas-
frio -350 frente a 850 en el casa de Granny
Smith por ejemplo (Granges y Barahona,
1985)-. La elecci6n de las variedades para es-
tas especies se realiza en funci6n de este impe-
rativo fisio16gico, aunque también en funci6n
deI destino deI producto (consumo en estado
fresco 0 industrializaci6n), y de la precocidad de
la cosecha, conviniéndole a cada productor, pa-
ra distribuir su producci6n en el tiempo, mez-
clar variedades precoces y tardias. Debido a las
incompatibilidades entre polen y estigma, se
debe procurar también la utilizaci6n de varie-
dades compatibles.
Estos arboles demandan en general suelos
blandos, profundos y bien drenados. Se reco-
miendan aportes de abono organico y mineral.
Las condiciones climaticas son rara vez 6pti-
mas en esos espacios (insolaci6n limitada, llu-
vias y humedad excesivas, heladas tardias). La
inexistencia de las horas-frio necesarias para el
inicio de la floraci6n y la sincronizaci6n de las
fases feno16gicas, debe ser reemplazada por
productos Hamados «compensadores de frio».
Paisajes Agrarios deI Ecuador
Éstos, asociados a la suspensi6n deI riego, si-
mulan el periodo invernal de reposo. Los ata-
ques, sobre todo de hongos, son frecuentes en
las raices, las hojas y los frutos. Aumentan
hacia el limite superior deI cultivo. Los trata-
mientos fitosanitarios sistematicos aumentan
considerablemente la producci6n y la calidad
de los frutos (Orellana et al., 1984; Tamayo,
1985). Este ultimo autor detect6 igualmente
enfermedades por carencias minerales, impu-
tables sobre todo a deficiencias en hierro y ma-
gnesio.
•
El mal estado de los frutos al momento de la
cosecha es la principal causa de las pérdidas de
producci6n, siendo poco importantes las pérdi-
das de la comercializaci6n. Como el durazno es •
una fruta bastante delicada, debe conservarse
en bandejas y de preferencia en camara refri-
gerada (Caicedo, 1983).
La amplia variedad de estas especies fruta-
les y de padrones y la diversidad de métodos
paliativos deI invierno de las regiones templa-
das, permiten numerosas combinaciones, de las
cuales algunas pueden ser productivas y renta-
bles (Erez, 1987). Los frutos son esencialmente
consumidos frescos y en el mercado nacional.
Las superficies plantadas, en ligero pero cons-
tante aumento, han permitido disminuir consi-
derablemente las importaciones provenientes
de Chile.
El tomate de arbol. el babaco y, en menor
medida. la mandarina estan bastante difundi-
dos en las partes de mediana y baja altitud, en
un clima relativamente humedo. Sin embargo,
la mayor concentraci6n se encuentra en la
regi6n de Patate-Banos. El mandarino es el
citrico cuyo cultivo a1canza la mayor altitud y
se 10 encuentra también a todo 10 largo deI
valle deI Pastaza. Su producci6n esta destinada
unicamente al mercado nacional y al consumo
camo fruta fresca.
Las otras dos son plantas andinas y el baba-
co no se encuentra sino en el Ecuador. De ella
no existe sinD una sola variedad y, debido a su
esterilidad, su propagaci6n se hace mediante
esquejes tomados en los rebrotes de cepas vie-
jas. El tomate de arbol deI que se conoce una
variedad local y dos introducidas, una de Co-
lombia y otra de Nueva Zelanda (Morant, 1991),
se propaga mediante plantulas producto de
germinaci6n.
Estos cultivos son casi siempre manejados
por pequenos propietarios y en superficies re-
 Componentes deI paisaje IV Cultivos secundarios
ducidas. Su desarrollo se opera en detrimento
de plantaciones de caiia de azucar, cultivo de
las antiguas haciendas actualmente divididas,
y de los cultivos alimenticios de rendimiento
economico menor. La plantacion se realiza en
densidades que van de 1 x 1 a 2 x 2 m. Al inicio,
cuando la cobertura no esta cerrada, es posible
realizar un cultivo asociado de plantas
alimenticias (hortalizas y en particular fréjol).
Los tratamientos fitosanitarios son necesarios
para luchar contra los hongos patogenos y ne-
matodos. Al plantar, se aporta abono organico
(estiércol de ave) y, periodicamente, abonos
minerales. El riego contribuye a satisfacer las
necesidades hidricas. Una plantacion de babaco
no dura sino de 1,5 a 3 aiios, mientras que
Cyphomandra puede ser explotada durante 10
aiios aproximadamente. Son cultivos rentables:
en 1991, una hectarea de tomate de arbol podia
arrojar un beneficio de cerca de 5 millones de
sucres (Morant, 1991) y, en 1992, una hectarea
de babaco permitia obtener un beneficio neto de
mas de 17 millones de sucres (Viteri, 1992).
Los frutos son relativamente delicados y de
conservacion limitada. Las pérdidas alcanzan
facilmente un 20 % durante el transporte. En el
casa deI tomate de arbol, pueden aun ser im-
portantes si los frutos han sido golpeados por la
co secha mediante vara (Mata y Velastegui,
1985; Femandez y Moreno, 1985).
.
203
El tomate de arbol y el babaco son vendidos
en gran parte para el consumo coma fruta fres-
ca y una reducida proporcion se destina a con-
servas en almibar. Una parte aun menor es
exportada coma fruta fresca (en 1989, se expor-
taron 15 toneladas de una produccion total de
7000 toneladas de Cyphomandra). Los Estados
Unidos y, en Europa, Alemania, son los princi-
pales clientes para estos nuevos productos de
exportacion (las exportaciones comenzaron a
inicios de los aiios 1980).
El aguacate y la chirimoya son cultivados en
zonas relativamente calidas y claramente mas
secas que los frutales anteriores. Esos vergeles
siempre son regados y presentan a menudo
cultivos asociados, de los cuales la alfalfa es el
mas comun. Son de tamaiio pequeiio a
mediano.
Las plantaciones de aguacate son mucho
mas importantes que las de chirimoya (3810 ha
de aguacate frente a 120 ha de chirimoya,
segun el SEAN, en 1992). Este cultivo esta
siendo relativamente abandonado a causa de
los bajos precios pagados, debido a la mala cali-
dad de los frutos atacados por la mosca de las
frutas, Anastrepha sp (Farre y Hermoso, 1987).
El aguacate es un producto de renta tradi-
cional en los fondos calidos y secos de las cuen-
cas interandinas.
204 Paisajes Agrarios deI Ecuador

5 Frutales de la zona calida

parcialmente representados por las unidades C46, T52 y T53

* araza Eugenia stipitata

* badea Passiflora quadrangularis L.
carambola Averrhoa carambola L.
* ciruela, hobo Spondias mombin L
Spondias purpurea L.
cocotero Cocos nucifera L.
* chirimoya Annona squamosa L.
frutipan Artocarpus communis Forst.
grosela Phyllanthus acidus (L.) Skells.
* guaba Inga div. sp.
* guajaba Psidium guajava (L.) Radd.
* guanabana Annona muricata L.
lima Citrus limon (L.) Burm. •
limon Citrus aurantifolia (Chr.) Sw.
* mamey Mammea americana L.
mango Mangifera indica L.
* maracuya Passiflora edulis Sims.
* marafion Anacardium occidentale L.
melon Cucumis melo L.
naranja Citrus sinensis (L.) Obs.
* papaya Carica papaya L.
* pina Ananas sativus Schultes f.
pomarosa Eugeniajambos L.
pomelo Citrus paradisi Macf.
sandia Citrullus vulgaris Schrad.
toronja Citrus grandis (L.) Obs.
* zapote Matisia cordata H. & B.

* El asterisco senala las especies autoctonas. Ésta lista no exhaustiva fue

elaborada apoyandose en Fouqué s.f.

Esta lista trata de proporcionar los nombres de especies efectivamente cultivadas, omitiendo
aquellas que proporcionan un producto recogido directamente en las formaciones vegetales natu-
raIes y que son abordados en la parte B 1. Se encuentran sobre todo en los vergeles cercanos a las
casas. Es en las unidades cartograficas de plantaciones permanentes mezcladas, donde se encon-
trara la mayor diversidad de estas especies frutales secundarias. Las pequenas explotaciones poco
tecnificadas son ampliamente mayoritarias. Ûnicamente algunos cultivadores de pina y de mango
practican el cultivo a gran escala y con medios técnicos. Son igualmente los tinicos que producen
para el mercado exterior.

Numerosas especies de esta lista no forman
plantaciones muy extensas:
• El frutipan, el mamey y el zapote son especies
de las zonas humedas. Estos arboles jamas
forman plantaciones pero se pueden encontrar
algunos pies delante de las casas.
• El maranon es plantado en forma diseminada
en las partes humedas de la region costera. No
se comercializa sino el «falso-fruto» que es el
pedunculo floral inflado y carnoso pero las al-
mendras comestibles encontradas en el mer-
cado nacional son importadas.
• La guanabana es el fruto de un arbol frecuen-
te en los jardines de la region costera. Los fru-
tos, cuya recoleccion se efectua en junio-julio,
estan destinados al mercado local. Existen sin
embargo, en las provincias de El Oro y Guayas, •
entre 200 y 500 ha de plantaciones cuyos
frutos estân destinados a la exportaci6n bajo
la forma de pulpa. La chirimoya es una fruta •
mas fragil. Los arboles son plantados en las
zonas câlidas de la Sierra y estan destinados
al abastecimiento de los mercados urbanos
locales.
• La carambola y la grosela, el primera un pe-
queno arbol y el segundo un arbusto, son par-
ticularmente frecuentes en las porciones rela-
tivamente secas de la provincia de Manabi. La
 Componentes deI paisaje IV Cultivos secundarios
carambola, que hasta inicios deI decenio de
1990, no se encontraba sino en el mercado de
Portoviejo, ahora se comercializa hasta Quito.
-El papayo, se encuentra practicamente en
toda la regi6n calida. Inc1uso en las zonas mas
secas, es plantado en huertos regados. Algu-
nas plantaciones de la zona humeda (el SEAN
menciona mas de 1 000 ha), cerca de Santo
Domingo 0 en la regi6n amaz6nica, abastecen
a los mercados urbanos.
- La pomarosa se encuentra en plantaciones
ubicadas a 10 largo de las carreteras deI sur
deI pais. Sus frutos se consumen alli mismo.
- El araza es un pequeno arbol de la regi6n ama-
z6nica donde se han plantado algunos peque-
nos vergeles. El fruto, sumamente acido, no es
• comido fresco y sirve sobre todo para la prepa-
raci6n de sorbetes.
-Varias especies de Inga (guaba) producen gran-
des vainas con semillas rodeadas de un arilo
esponjoso con un jugo dulce. Como el guayabo,
son especies comunes en las formaciones se-
cundarias, pero presentan una distribuci6n
diferente: prefieren las zonas humedas a muy
humedas. Ciertas especies pueden encontrar-
se mas alla de los 2000 m.s.n.m. Los frutos de
Inga no son sino una producci6n secundaria,
siendo la utilizaci6n principal de estos arboles
la sombra para los cafetales 0 cacaotales. S610
hacia los limites de su zona de distribuci6n
natural se plantan especies de este género,
aisladas en los jardines coma arbol de orna-
mento.
- La badea, una liana, es plantada en cenador
cerca de las casas de la zona seca 0 hümeda.
Sus frutos se consumen alli mismo y son obje-
to de un comercio muy limitado.
- El guayabo es una especie frecuente de las
formaciones vegetales secundarias. Este pe-
queno arbol se encuentra tanto en las zonas
humedas coma en las relativamente secas. Es
plantado en un numero reducido de pies cerca
de las viviendas y a menudo utilizado para la
cria doméstica de gallinas, pues sus frutos son
invadidos por larvas de insectos apreciados
por las aves de corral. Fue introducido en las
• islas habitadas deI archipiélago de Galapagos,
pero sus semillas, facilmente diseminadas por
los pajaros, 10 transformaron en una especie
. invasora de los barbechos y las formaciones
vegetales abiertas.
- Las dos especies de hobos, Spondias mombin
y Spondias purpurea, el primero se encuentra
preferentamente en las zonas humedas mien-
tras que el segundo es mas abundante en las
regiones mas secas, no forman sino rara vez
vergeles y se encuentran sobre todo coma pos-
tes vivientes en los cercados. Los frutos, poco
205
carnosos pero muy perfumados, son vendidos
al borde de la carretera y en el mercado urba-
no mas cercano. El mas difundido es Spondias
purpurea y se 10 encuentra particularmente en
la peninsula de Santa Elena y en el valle deI
Chota.
Otras especies frutales que ocupan superfi-
cies mas extensas pueden proporcionar produc-
tos para la agroindustria nacional y/o para la
exportaci6n.
Los cftricos forman el grupo mas importante
de los frutales secundarios de la zona calida.
Unicamente el mandarino (mas de 3000 ha) es
cultivado en los valles calidos de la regi6n mon-
tanosa. Esos arboles frutales, originarios deI
Sur de China, fueron introducidos por los espa-
noIes que los recibieron de sus invasores moros.
Las diferentes especies de este grupo ocupan
superficies muy desiguales. El naranjo, que
cubre de 10000 a 12000 ha seglIn el SEAN, es
la especie mas comun y sus plantaciones son
localmente 10 suficientemente densas coma
para justificar la creaci6n de una unidad carto-
grafica (T53); se localiza en la parte baja de la
provincia de Bolivar y reüne la mitad de las
superficies. El pequeno lim6n verde, con
aproximadamente 3 000 ha, es la segunda
especie en importancia y su cultivo esta difun-
dido en toda la zona calida. La producci6n de
toronjas y de grandes limones amarillos ocupa
superficies reducidas, 50 y 350 ha respectiva-
mente.
La pina es cultivada sobre todo en la Costa
(75 % de la superficie total de ese cultivo), en la
Sierra (22 %) Y muy poco en la regi6n amaz6-
nica. En la regi6n costera, el cultivo era prac-
ticado tradicionalmente en las zonas relativa-
mente secas de la cuenca deI Guayas (en espe-
cial en la regi6n de Milagro), al igual que en la
provincia de El Oro. En los anos 1980, el culti-
vo se extendi6 a la regi6n mas humeda, parti-
cularmente en los alrededores de Santo Domin-
go. Alli, pese a las condiciones c1imaticas menos
favorables a este cultivo dada la limitada inso-
laci6n, se encuentran las mayores plantaciones
(hasta 200 ha) y las mas tecnificadas. La pro-
ducci6n se destina principalmente a la expor-
taci6n.
La superficie total de los pinales es cercana
a las 3 000 ha. La producci6n, de 33 580 t en
1990, estaba destinada principalmente al con-
sumo local puesto que s610 1 900 t se exporta-
ban, esencialmente a Chile y a Argentina. Para
1997, Promoci6n de Exportaciones Agricolas No
206
Tradicionales (PROEXANT) previ6 30000 t de
pifias exportadas.
El me16n y la sandia son cultivos anuales
frecuentes en los perimetros bajo riego de la
parte seca de la regi6n costera y particularmen-
te en la unidad cartografica C46. Cada uno de
ellos ocupa de 3000 a 4000 ha. Se trata de plan-
tas introducidas cuya expansi6n es reciente y
ligada a la generalizaci6n deI riego en esta
parte deI pais. La producci6n depende en gran
medida de los cuidados dispensados al cultivo
(deshierbe, pero sobre todo control de las enfer-
medades cript6gamas).
Tradicionalmente, las plantaciones de coco-
teros (3000 a 4000 ha) se encontraban al borde
deI mar, sobre todo en la provincia de Esme-
raldas. En 1993, esta no totaliza sino aproxi-
madamente el 20 % de las superficies planta-
das, siendo en la provincia de Manabi donde se
encuentra la mayor parte de las plantaciones
(70 %). Ademas, el cocotero es también cultiva-
do en pies aislados 0 pequefios grupos, y ello
tierras adentro.
El mango es el componente caracteristico de
los vergeles en las vegas (T52), pero se 10 en-
cuentra en densidades variables en los jardines
de la zona humeda. La importante sombra que
proyecta hace que se 10 plante cerca de las
casas.
Los mangos ocupan 2 700 ha en 1991,de los
cuales 1600 con variedades locales y 1100 con
Paisajes Agrarios deI Ecuador
variedades seleccionadas (Tommy Atkins, sobre
todo) para una producci6n destinada a la expor-
taci6n de frutas frescas (PROEXANT, 1992).
Las plantaciones para exportaci6n son parcelas
grandes, de reciente instalaci6n y tecnificadas.
El riego por goteo es practicado en mas deI 50 %
de la superficie. Los frutos frescos se exportan
actualmente a los Estados Unidos, Canada y
Europa. Estas plantaciones, de las cuales mas
de la mitad se situa en la provincia deI Guayas,
no estan aun en plena producci6n pero antes
deI afio 2000, PROEXANT preve cantidades
exportables deI orden de las 40000 t por afio, 10
•
que es perfectamente factible puesto que, seglin
el Departamento de Planificaci6n-Hortifruticul-
tura deI MAG, habrian 7500 ha plantadas en 1
1995 con un rendimiento de 10 tiha, de las cua- .
les la mitad es exportable.
La maracuya es producida por una liana
cuyo cultivo se restringia a plantaciones case-
ras para el consumo doméstico y algunas plan-
taciones semi-industriales para el abasteci-
miento de pequefias plantas de extracci6n de
jugos. Para aumentar la producci6n con miras
a la exportaci6n, se lanz6 un ambicioso plan de
desarrollo basado en préstamos bancarios y
precios de compra garantizados. La exportaci6n
nunca pudo alcanzar los objetivos fijados pues
el mercado internacional fue saturado por la
imponente producci6n brasilefia. Los precios
ofrecidos bajaron entonces y los numerosos pe-
quefios propietarios, seducidos por esta nueva
especulaci6n, se encontraron endeudados.
•
 Componentes deI paisaje IV Cultivos secundarios 207

6 Otros cultivos secundarios

* achiote Bixa orellana L. 1500 ha

* achira Canna edulis Ker.
avena Avena sativa L. 1800 ha
* cabuya Furcraea cubensis (Jacq.) Vent. 2300 ha
* camote Ipomea batatas Lmk. 980 ha
cardamomo Elettaria cardomomum Maton
centeno Secale cereale L. 600 ha
* chonta Bactris gasipaes H. B. K.
jengibre Zingiber officinale Rose
* mani Arachis hypogea L. 8500 ha
marigold Calendula sp. 100-200 ha
* penco Agave americana L.
pimienta Piper nigrum L.
• piretro Chrysanthemum cinerariaefolium Trel.
* sacha naranjilla Solanum marginatum L.
sorgo Sorghum vulgare L. 2 - 3 000 ha
* tabaco Nicotiana tabacum L. - 1000 ha

* El asterisco senala las especies aut6ctonas. Las superficies indicadas son

las publicadas por SEAN, 1993. La lista no pretende ser exhaustiva.

En el pais en su conjunto, se pueden encontrar aun otros cultivos netamente secundarios

aunque ocupen, localmente, un lugar importante en los sistemas de producci6n. Fuera de los ya
mencionados, se describiran brevemente algunos de ellos, sin tratar de establecer una lista
exhaustiva.

El achira y la chonta son dos cultivos secun-
darios de la regi6n amaz6nica. De la primera
especie se utiliza el rizoma consumido cocido
directamente, deI que se puede extraer harina
para pan. La segunda es una palmera disemi-
nad a en toda América tropical humeda. La
carne de los frutos cocidos en agua salada es
muy apreciada. Se puede igualmente utilizar el
apice coma palmito. Recientemente, un esfuer-
zo internacional de prospecci6n ha permitido
crear colecciones donde se evahian los cultiva-
res, que son muy variables (presencia/ausencia
de espinas, numero de retonos, color y tamaiio
de los frutos, etc.).
• El camote es un tuberculo también amplia-
mente difundido en la Amazonia pero se en-
cuentra igualmente en las zonas hUmedas de la
Costa.
El mani, aunque de origen amaz6nico, se
encuentra en pequeiias parcelas de las zonas
secas de las provincias de Loja y Manabi, y
accesoriamente de El Oro. La superficie total es
de 8400 ha (1993), que baja regularmente
desde hace algunos aiios. Se produce esencial-
mente mani para consumo casera con reducidas
ventas en el mercado.
En el sur deI pais, se 10 encuentra en los cul-
tivos de decrecida (C47 y C48), mientras que en
Manabi, se 10 cultiva ya sea en estaci6n lluvio-
sa 0 en estaci6n seca con riego (valle de Porto-
viejo). En todos los casos, se trata de un cultivo
familiar en pequeiias parcelas que requieren
importante mana de obra. Las variedades loca-
les son bastantes sensibles a las enfermedades
y poco productivas. Las variedades mejoradas
introducidas por el INIAP tienen caracteristi-
cas mas interesantes pero su difusi6n esta limi-
tada a los cultivos mas rentables en zonas bajo
riego. El mani es casi siempre asociado con el
maiz 0 la yuca y se 10 cultiva al inicio de la
rotaci6n.
Dos cereales secundarios, avena y centeno,
cultivados para el consumo familiar, ocupan
superficies que disminuyen constantemente: en
1993, 1880 ha de avena (en las provincias andi-
nas centrales) y 600 ha de centeno (unicamente
en la provincia de Chimborazo).
Las sorprendentes plantaciones de marigold
se encuentran tanto en la parte baja coma en la
de mediana altitud, siempre en zonas relativa-
mente humedas. El objeto deI cultivo es las in-
florescencias, mas precisamente. las ligulas de
las flores que, una vez secadas, son incorpora-
208
das a la dieta de las gallinas criadas industrial-
mente. El caroteno, colorante natural responsa-
ble deI color naranja de las flores, refuerza en-
tonces la coloraci6n de las yemas de huevo.
El piretro (unidad T22) era cultivado por sus
cabezuelas que, una vez secas y trituradas, pro-
porcionan un insecticida apreciado por su efec-
to fulminante y su ausencia de remanencia. El
cultivo, muy extensivo, se practicaba en las
partes mas altas de la regi6n montaiiosa inva-
diendo los paramos. Este cultivo de renta ha
desaparecido pues el producto natural ha sido
reemplazado por insecticidas a base de piretri-
nas de sintesis mas baratas.
Igualmente en la regi6n montaiiosa, la ca-
buya y el penco, cultivos incipientes en super-
ficie, marcan fuertemente el paisaje. Se trata
de dos lileaceas de porte idéntico, una roseta de
largas hojas en un estipite corto en el casa de
las plantas mas viejas. Las hojas mas espesas y
de color azul-verde, corresponden a la cabuya y
después de apaleo, enriamiento y lavado, se
extraen fibras para elaborar cuerdas u objetos
artesanales (en particular las shigras, bolsos
hechos de fibras tinturadas y cosidas con agu-
ja). El penco tiene hojas mas delgadas y de co-
lor verde claro. Por excisi6n de su bot6n termi-
nal, se recoge la savia que fermenta en el re-
ceptaculo obtenido recortando en la cima deI
tallo y que es bebido asi (shahuarmishqui) 0
destilado (pulque).
Las dos especies se encuentran sobre todo
en las zonas de sequia mediana y marcan habi-
tualmente los limites de las parcelas. No es
raro observarlas también plantadas sobre los
muretes construidos por apilamiento de blo-
ques de cenizas endurecidas (cangahua). En
zonas mas humedas y en particular en la ver-
tiente amaz6nica, se pueden encontrar parcelas
exclusivas de cabuya.
El cardamomo. la pimienta y el jengibre,
condimentos extraidos de plantas introducidas,
tienen estatus muy diferentes. El cardamomo,
introducido mas recientemente que los otras
dos especies, es objeto de cultivos de prueba en
los alrededores de Santo Domingo. Se apunta a
la exportaci6n hacia los paises arabes. La de-
manda de pimienta es satisfecha parcialmente
por la producci6n nacional, localizada en esa
misma zona, que enfrenta una fuerte compe-
tencia con la deI Brasil. En cuanto al jengibre,
su introducci6n es la mas antigua y se encuen-
tra en toda la zona humeda de poca altura. Es
el unico ejemplo exitoso de introducci6n de un
Paisajes Agrarios deI Ecuador
condimento oriental durante el periodo colonial
espaiiol. Como se habla de especies, es precisa
mencionar dos plantas locales ampliamente
difundidas en las regiones calidas, el achiote y
el aji. Otros condimentos son extraidos de plan-
tas nativas a menudo explotadas por recolec-
ci6n (azafran de tierra).
El tabaco, aunque de origen andino, puede
ser considerado coma un cultivo introducido
nuevamente pues se siembran variedades nor-
teamericanas produciendo tabacos poco fuertes
de tipo Virginia. Las plantaciones son a menu-
do manejadas por las empresas fabricant~s de
cigarrillos y ocupan aproximadamente 1 000 ha.
El cultivo esta restringido a las zonas humeda
a seca de la regi6n costera. Las practicas de
.
•
cultivo son bastante rudimentarias y la indis-
pensable abonadura es reemplazada por despl-
zamientos en busca de tierras mas fértiles. La
casi totalidad deI tabaco producido sirve para
la fabricaci6n local de cigarrillos con licencia
extranjera. Una baja fracci6n se destina a la
elaboraci6n artesanal de cigarros, y algunos
plantadores producen tabaco de envoltura ex-
portado hacia Europa.
La sacha naranjilla, planta de los terrenos
baldios de las zonas de altura, es cultivada para
extraer de la pulpa de sus frutos la saisodina,
un precursor quimico para la sintesis de hor-
monas corticoesteroides de uso médico. La fir-
ma farmacéutica alemana que maneja esa explo-
taci6n es propietaria tanto de los cultivos coma
de la planta de extracci6n.
El cultivo de sorgo comenz6 en el Ecuador a
fines de los aiios 1970 para satisfacer la deman-
da de alimentos para el ganado. Es menos exi-
gente que el maiz y se 10 encuentra en la regi6n
costera con precipitaciones anuales entre 300 y
600 mm. En las zonas un tanto mas humedas,
puede ser el segundo cultivo anual (después deI
arroz pluvial). Los cultivos aumentaron regu-
larmente hasta mediados deI decenio de 1980,
(lNIAP, 1986) para disminuir luego, también •
regularmente (aproximadamente 4000 ha en
1991, seglin MAG-PRSA).
La variedad nacional (lNIAP 201) Y las va-
riedades americanas difundidas por las empre-
sas tienen rendimientos te6ricos similares, deI
orden de las 4 t/ha. El sorgo ocupa grandes par-
celas adaptadas al cultivo mecanizado. Las ma-
quinas utilizadas en el cultivo de arroz sirven
también para su siembra y cosecha. Los rendi-
mientos son comparables a los deI maiz (a par-
tir de 80-100 quintaleslha, promedio nacional
 Componentes deI paisaje IV Cultivos secundarios
de 1,52 tlha en 1991) y los precios de venta
garantizados s6lo inferiores en un 10 % a los
deI maiz.
Pese al esfuerzo de asistencia técnica de
parte de las empresas de alimentos y servicios
deI MAG, este cultivo fue un fracaso relativo
por varias razones: las cosechas pueden ser
destruidas por los pajaros, los rebrotes de sorgo
•
209
en el siguiente cultivo hacen considerar a esta
planta como peste, las técnicas de cultivo han
evolucionado de manera demasiado rapida
como para poder ser asimiladas por los cultiva-
dores, los rendimientos siguen siendo bajos,
inferiores en un 50 % a los obtenidos en Colom-
bia. Junto con el trigo y el girasol, el sorgo
pertenece a la ultima clase de prioridad y el
INIAP ya no le dedica investigaci6n alguna.
210 Paisajes Agrarios deI Ecuador

V SUPERFICIES DE LOS CULTIVOS PRINCIPALES

La observaci6n deI mapa puede dar cuenta
de la importancia relativa de los cultivos. La
planimetrîa de las unidades permite evaluar
sus superficies y, eventualmente, relacionarlas
con un cultivo. Datos cifrados sobre los diferen-
tes cultivos no pueden obtenerse sino a través
de un censo agrîcola (el ûltimo tuvo lugar en
1974), 0 estadîsticas agrîcolas. Se encuentran
ciertas informaciones en las fichas dedicadas a
los principales cultivos. Aquî se pretende resu-
mir datos a fin de permitir allector ponderar la
importancia relativa de los principales cultivos.
Informaciones sobre las superficies por cul-
tivo pueden encontrarse en las dependencias
deI MAG pero, segûn los propios responsables,
sedan poco confiables. Algunas organizaciones
agrîcolas disponen de sus propios datos, pero a
menu do se refieren a un solo cultivo 0 a los
miembros de la misma. A partir de 1986, las
estadîsticas agrîcolas nacionales son realizadas
pOl' el SEAN (Sistema de Estadîsticas Agrîcolas
Nacionales). El «sondeo areolar» practicado por
este organismo se basa en una estratificaci6n
deI espacio a partir de los mapas de utilizaci6n
deI suelo elaborados por PRONAREG-ORSTOM.
El método da buenos resultados en el caso de
los productos principales, pero sigue siendo in-
satisfactorio en 10 que se refiere a todos los cul-
tivos que ocupan superficies reducidas, a pesaI'
de estaI' muy difundidos, 0 a los que, pOl' el con-
trario, son muy localizados.
Las cifras publicadas para 1993 pOl' el SEAN
pe"'mitieron elaborar la figura B61 donde se han
clasificado los cultivos pOl' superficies decre-
cientes. Cinco cultivos se destacan c1aramente
con superficies superiores a las 300000 ha cada
uno. El primer lugar corresponde al maîz, culti-
vo de consumo nacional, para el hombre y para
el ganado. El arroz, alimènto de base de la po-
blaci6n ecuatoriana, ocupa el tercer lugar de la
lista. De los tres demas cultivos muy importan-
tes, dos -el café y el cacao- estan orientados
principalmente hacia la exportaci6n. El ûltimo
gran cultivo -el banano- esta orientado par-
cialmente hacia el mercado exterior pero una
parte importante, sobre todo el platano, se de-
dica al consumo nacional.
Todos los cultivos que siguen representan
menos de 100000 ha cada uno. Sus productos
estan destinados esencialmente al mercado
nacional, incluso si algunos cultivos se practi-
can en grandes propiedades individuales 0 en
complejos agroindustriales. La clase «otros cul-
tivos» reûne 69 cultivos censados pOl' SEAN Y
con superficies inferiores a los 20000 ha para
cada uno. El total de sus superficies llega ape-
nas a los 229000 ha.

Figura B61: Superficies ocupas pOl' los principales cultivos

Fuente: SEAN 1993.
Superficies (miles de hectareas)

500

400

300

200

100

0 N .Q) N 0 0
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 Los paisajes y los sistemas de producci6n 211

PARTEe

LOS PAISAJES y LOS SISTEMAS DE PRODUCCIÔN

,
Después de describir la actividad agricola cultivo por cultivo, es decir a nivel de la parcela, este
ultimo capitulo se refiere a segmentos mas amplios que agrupan los cultivos en unidades de
paisaje y sistemas agricolas.

Un sistema puede comprender una sola actividad agricola 0 una combinaci6n de varias activi-
dades. Los sistemas pueden ser puestos parcialmente en paralelo con las unidades cartograficas,
pero una misma unidad cartografica puede abarcar dos sistemas, 0 un mismo gran sistema puede
operar en varias unidades cartogrâficas. Ademas de la 10calizaci6n y de los productos explotados,
se tratara de destacar otras caracteristicas tales como el empleo de mana de obra 0 de medios
técnicos.

Aparte de la divisi6n en pisos altitudinales y en zonas de humedad, otros dos factores influyen
en la variaci6n de los sistemas de cultivo, sobre todo en la regi6n calida donde la gama de
productos de especulaci6n es mas amplia: el tamaiio de las propiedades y, en las zonas mas secas,
el riego.

La noci6n de tamaiio de la propiedad incluye parametros de orden econ6mico coma la facilidad

de acceso al crédito, al riego 0 a un mercado interesante. La elecci6n de la actividad agricola, asi
coma el destino deI producto, varian igualmente en funci6n deI tamaiio de la explotaci6n. En
efecto, la utilizaci6n deI suelo en las pequeiias propiedades buscara primeramente la satisfacci6n
de las necesidades familiares con una elecci6n de actividades tendientes a asegurar un ingreso
estable, mientras que las grandes propiedades deben primero asegurar la conservaci6n deI
patrimonio y la rentabilidad de un capital. Esta diferencia de tamaiio repercute también en las
posibilidades de comercializaci6n, debiendo los pequeiios productores pasar por una larga y voraz
cadena de intermediarios, mientras que las grandes explotaciones tienen a menudo un acceso mas
directo a los mayoristas 0 a los exportadores. En el caso deI piso calido, la gama de superficies de
las explotaciones es muy amplia, pudiéndose establecer coma tamaiio maximo de las pequeiias
• explotaciones una superficie de 50 ha. En el piso montaiioso, esa gama es mas restringida y no se
consideran coma pequeiias propiedades sino aquellas que tienen menos de 10 ha, pero, en esa
categoria, la superficie mas frecuente es 5 ha e incluso menos.

Una caracteristica importante y cornun a todas las pequeiias explotaciones es el empleo prepon-
derante de la mana de obra familiar, mientras que las grandes explotaciones necesitan una fuerza
de trabajo exterior (ver también parte A VII).

Con algunas excepciones, el tamaiio de la propiedad repercute también en el grado de tecnici-

dad. Si bien el uso de abonos es generalizado en el pais, al menos para los cultivos cuyo nivel de
rentabilidad permite ese gasto, su empleo razonable no se observa sino en algunas grandes propie-
dades, contentândose los pequeiios propietarios con aportes a menudo insuficientes ya sea de urea
o de alglin abono completo. El deshierbe quimico es mas frecuente en las grandes propiedades que
en las pequeiias y ocurre 10 mismo en cuanto a los controles fitosanitarios.
"212 Paisajes Agrarios deI Ecuador

El riego permite superar las limitaciones hidricas. Su impacto en el paisaje es evidente, sobre
todo en estacion seca. Incide en los sistemas aumentando el nivel de inversion, de tecnicidad y de
trabajo necesarios para la obtencion de una buena produccion.

Los sistemas agricolas de las dos grandes regiones (llanura y montaiia) fueron clasificados se-
glin una dinamica, partiendo de los sistemas pioneros hacia sistemas evolucionados. Esto se adap-
ta particularmente bien a la region câlida donde, ademas, los sistemas pueden reorientar facilmen-
te su produccion. En las zonas ma y templada, se encuentra efectivamente un frente y sistemas
pioneros pero su importancia es menor: no se producen transformaciones profundas sino bajo el
efecto de eventos mayores como una reforma agraria.

En la region montaiiosa, es tradicional oponer el minifundio allatifundio. Las grandes propie-

dades desarrollan dos actividades principales:
• ganaderia bovina extensiva e intensiva;
• cultivos comerciales de trigo y cebada.

En cuanto a las pequeiias propiedades, se pueden distinguir:

• cultivos comerciales;
• cultivos para el consumo familiar.

En la zona calida y en funcion de su tamaiio y de su produccion, las explotaciones pueden clasi-

ficarse en grandes grupos. Entre las grandes explotaciones se distinguieron:
• las plantaciones de tipo industrial con tendencia al monocultivo;
• las haciendas de ganaderia extensiva;
• las propiedades mecanizadas que practican cultivos anuales.

Las explotaciones menores son mas diversificadas y se establecieron categorias un tanto mas
arbitrarias:
• los sistemas satélites, es decir que dependen en mayor 0 menor medida de grandes plantaciones
dé tipo industrial;
• las haciendas de ganaderia extensiva;
• las propiedades de cultivos anuales;
• las propiedades con arboricultura mezclada;
• los sistemas locales, es decir aquellos cuya existencia y localizacion dependen de factores histo-
ricos 0 de condiciones particulares deI medio.

Los tres capitulos de esta parte tratan, en primer lugar, de los paisajes poco antropizados, es
decir de las amplias zonas donde la actividad agricola actual no es la marca predominante deI
paisaje. Los dos capitulos siguientes se dedican a los paisajes agricolas, separando el pais en sus
pisos térmicos mayores; los dos pisos serranos, el frio y el templado, conforman el segundo capitulo
y el piso calido es el objeto deI ultimo capitulo.
 Los paisajes y los sistemas de producci6n 1 Paisajes poco 0 nada antropizados 213

1 PAISAJES POCO 0 NADA ANTROPIZADOS

INTRODUCCI6N

En este capitulo se describen los grupos 0 y V de las unidades cartogrâficas correspondientes a

las zonas sin uso agricola, salvo los pastos naturales de altura (pâramos). Los primeros criterios de
clasificaci6n son los mismos que en las demâs unidades, inicialmente la divisi6n entre pisos de al-
titud y luego una clasificaci6n seglin un gradiente decreciente de humedad. A los parâmetros cli-
mâticos se suman dos criterios morfo16gicos de la formaci6n vegetal, su altura que permite distin-
guir los bosques, las malezas y las formaciones herbaceas y la densidad que separa las formaciones
densas y las abiertas.

Esta clasificaci6n climatica y morfo16gica da cuenta adecuadamente de las grandes formaciones

climacicas, pero tiende a multiplicar la cantidad de formaciones secundarias antr6picas y a clasi-
ficar bajo la misma sigla formaciones vegetales similares aunque de origen diferente. El cuadro Cl
resume las principales caracteristicas de las unidades V de vegetaci6n natural y 0 deI piso mine-
raI. Estas ultimas, sin tener una cobertura vegetal notable, presentan a menudo algunas plantas
muy caracteristicas. La figura Cl clasifica esas mismas unidades seglin los gradientes de altitud y
de humedad.

En el volumen de Geografia Fisica, el lector interesado encontrara un texto. que presenta las
grandes formaciones vegetales deI Ecuador, clasificadas en funci6n de los principales factores
climaticos que rigen su repartici6n. Alli se describen, cada vez que es posible, los usos encontrados
en las unidades de paisaje. Algunos de ellos estân mas ampliamente descritos en la parte BI.

El mapa C,2 da cuenta de la repartici6n de las principales formaciones vegetales naturales,

mientras que el mapa C3 sintetiza esa informaci6n y muestra la 10calizaci6n de las zonas prote-
gidas (parques nacionales, parques naturales y otras reservas).

Referencias bibliograficas generales sirvieron de apoyo para las numerosas observaciones de

campo. Varias publicaciones abarcan todo el territorio nacional y no son mencionadas en el texto.
• La «Flora of Ecuador», obra de base para la floristica deI pais sigue publicando unos pocos tomos
cada ano bajo la coordinaci6n cientifica de Harling y Anderson. Los autores de esta flora se ayudan
con los trabajos de varios grupos de botanistas daneses y sus colaboradores nacionales que reco-
rrieron todos los ambitos deI Ecuador (Ollgaard y Balslev, 1979, Brandbyge y Azanza, 1982, Jara-
millo y Coello, 1982). Indices simplificados de la flora ecuatoriana son editados por Naranjo (1981
y 1983). La historia de las investigaciones botânicas fue registrada por Estrella (1191) y Steele
(1982). Monografias regionales describen la vegetaci6n en zonas de interés particular, la provincia
de Pichincha (Acosta-Solis, 1982), las provincias deI Sur (Espinoza, 1949), los bosques norocciden-
tales (Freire, 1968), las islas Galapagos (Huttel, 1988). Publicaciones destinadas a un publico mas
214 Paisajes Agrarios deI Ecuador

amplio tratan, a través de ediciones ilustradas, de difundir conocimientos bâsicos (Patzelt, 1985,
Sarmiento, 1987). Acosta-Solis (1977) también resumi6 sus conocimientos en une obra de gran
difusi6n.

Una atenci6n particular se dedic6 a trabajos tratando de zonificaci6n de las formaciones vegeta-
les y de su cartografia. El conocido dibujo de Humboldt (1805) da una primera visi6n deI escalona-
miento de las especies en el Cotopaxi. Ellenberg (1975) generaliz6 la noci6n de pisos en los Andes
tropicales. Los primeros mapas de Wolf (1892) y Troll (1932) fueron completados par Canadas
(1983) que anadi6 al mapa una descripci6n botânica de las zonas identificadas. Finalmente, los
mapas publicados por PRONAREG-ORSTOM (1978-85) para el Ecuador continental y, para la
regi6n insular, por INGALA-ORSTOM-PRONAREG (1987 y 1989) dan la ultima versi6n de la dis-
tribuci6n de las grandes formaciones vegetales naturales.

La correspondencia entre los nombres latinos y espafioles de las plantas se indica al final de
esta parte.

1 Paisajes a dominante mineraI En 1892, Wolf menciona un gran glaciar en

1.1 Cimas cubiertas de hielo 0 de nieve
-UnidadOO-
Las cimas mas altas estân cubiertas de un
casquete de nieves perpetuas y de glaciares. Su
limite inferior no es constante y se observa una
diferencia sistemâtica de alrededor de 300 m
entre las vertientes expuestas al Este y las
orientadas hacia el Oeste: en las vertientes
orientales que reciben todo el ano las precipita-
ciones provenientes de la Amazonia, los casque-
tes se extienden hasta altitudes menores que
en las vertientes occidentales (4400 m.s.n.m.
versus 4700 m.s.n.m.).
la vertiente oriental deI Cotacachi. En 1906,
Enock (1914) cita a Whymper (1892) quien
establece el limite de las nieves en 14500 pies,
es decir 4419 m.s.n.m. Este testimonio es difi-
cilmente refutable, en raz6n de la exactitud de
las observaciones de este andinista dotado de
un ingenio cientifico reconocido. Hoy en dia, el
Cotacachi ya no estâ nevado sino ocasional-
mente y s610 durante pocos dias seguidos.
En el ultimo cuarto deI siglo XIX, Wolf
(1892), otra fuente confiable, menciona, en el
paso que separa a las dos cimas deI Iliniza, un
glaciar que proviene deI pico Sur. Hoy en dia,
este lugar no presenta hielo en absoluto.

Con relaci6n a los mapas a escala 1:200000
(PRONAREG-ORSTOM, 1978-1985), las super-
ficies clasificadas coma 00 han sido restringi-
das. A escala 1:1000000, nos limitamos a la re-
presentaci6n de las montanas cubiertas efecti-
vamente de nieves perpetuas, los nevados. Los
glaciares, sin ocupar necesariamente toda la
superficie de la cima, cubren sin embargo una
gran parte. Por otro lado, no se puede represen-
tar a escala 1:1000000 todo 10 que es posible
hacerlo a escala 1:200000. El minusculo glaciar
deI Cotacachi, por ejemplo, no es representable
a escala 1:1000000. Por esa misma raz6n, el Ili-
niza Sur 0 el Chiles no aparecen dentro de la
unidad 00.
Enock, refiriéndose a los trabajos de Reiss y
Stübel entre 1870 y 1874, da coma limite infe-
rior de las nieves 4770 m.s.n.m. en la cordillera
Occidental y 4285 m.s.n.m. en la cordillera
Oriental. Actualmente, incluso las lenguas
glaciares que pueden descender por debajo deI
limite de las nieves perpetuas, no alcanzan ya
altitudes tan limitadas, coma 10 confirman los
mapas a escala 1:50000 deI IGM y las observa-
ciones de campo.
La convergencia de estos testimonios que
podrian multiplicarse parece favorecer clara-
mente la hip6tesis de un lento calentamiento
global deI clima.

La exclusi6n de numerosas cimas que apare-
cen en la lista de nieves perpetuas publicada
por Villavicencio (1858) plantea la cuesti6n de
la evoluci6n deI clima. Esa lista era probable-
mente ya muy larga, pero informaciones de
otros autores vienen a confirmar la mayor im-
portancia de las zonas congeladas en el siglo
pasado.
Esta evoluci6n es sumamente lenta pero un
brusco calentamiento deI cono puede provocar
la fusi6n subita deI casquete con un efecto ca-
tastr6fico en las llanuras densamente pobladas
ubicadas al pie de los nevados. La fusi6n de las
nieves libera un enorme volumen de agua que
acarrea gran cantidad de elementos s6lidos. El
agua lodosa puede arrastrar grandes bloques,
 Los paisajes y los sistemas de producci6n 1 Paisajes poco 0 nada antropizados 215

Cumbres con
00 Sin Frio intenso Sin vegetaci6n 215
hielo 0 nieve (nevados)

Rocas y arenales de gran Cobertura vegetal muy Compuestas y

01 Frio 411
altitud abierta; rocas dominantes gramineas bajas

Zonas eriosonadas por el Paramo empobrecido Leguminosas,

02 Viento, frio 251
viento; dunas yarenales yabierto Helichrysum, Nicotiana

Formaci6n herbacea 0 Suelos arenosos, lpomoea, Heliotropium,

03 Playas 88
arbustiva baja brumas marinas gramineas
Derrames lavicos Uquenes, Jasminocereus,
04 Plantas esparcidas Edad de los terre nos 208
de las islas Galapagos Bursera, Scalesia

Paramos dei centro

4 V11 Prade ras naturales densas Frio, humedad Gramineas, sobre todo Stipa 14390
Y dei sur dei pais

Pâramos dei norte

V12 id id id mas Espeletia 399
dei pais
/1
Transici6n entre parame Araliaceas, Rosaceas,
~
V13 Maleza alla y densa Frio, humedad 3755
Y bosque = matorral Weinmannia, Escallonia

Matorral dei sur Maleza alla, poca densa de las Frio, suelos acidos
V14 Clusia, Embotryum 613
dei pais vertientes menos hûmedas y sequia estacional

Basque climacico Bosque denso, siempreverde Lauraceas, Meliaceas,

V21 Humedad, frescura 1 031
de allitud intermedia de las vertientes intemas Vallea, Freziera

Formaci6n intermedia Bosque denso de siempreverde Allitud y humedad Linociera, Zanthoxylum,

V22 71
entre V21 y V 32 a semi-deciduo dei Sur intermedias Jacaranda

Bosque climacico id V21 pero en las vertientes Palmeras, Melastomataceas, incluido

V23 Humedad, frescura
de allitud intermedia exteriores Saurauia en V31
Vegetaci6n de las Formaciones densas, arbustivas Lantana, Duranta,
V24 Pendiente, sequia 388
grandes quebradas o mixtas, explotadas Baccharis

Vertientes secas, des- Formaciones abiertas, Suelos compactos, Margyricarpus, Dodonea,

V25 1009
montadas y erosionadas mixtas, bajas sequia Cortaderia

Vertientes desmontadas Formaciones secundarias, densas Humedad intermedia Solanaceas, Lobeliaceas,

V26 1 479
dei Sur allas, arbustivas 0 arborescentes y pendientes fuertes Baccharis
Formaci6n secundaria, densa, Pleridium aquilinum,
V27 id id 1078
herbacea Melinis minutiflora
Formaci6n herbacea primaria en las Galapagos

116948
Bosques de las zonas Bosque allo, denso, Palmeras, Sapotaceas, incluyendo
V31 Humedad, calor
calidas y hûmedas siempreverde Euphorbiaceas, etc...
V23

Bosques de las zonas Bosque allo, denso, Caler, humedad Leguminasas, palmeras,
V32 2485
menos hûmedas semi-decfduo intermedia Moràceas

Malezas de zonas de Arbustos poco densos, Unidad cartografica sintética;

V33 id 879
humedad intermedia y herbaceas estacionales ausencia de especies
Formaci6n secundaria en el continente comunes a todas las zonas
Formaci6n pionera en las Galapagos

Bosques de las zonas Bosque allo, denso, Ceiba y otras Bombacàceas,

V34 calidas y muy secas deciduo Calor, sequia Bursera 4278

Formaciones mixtas de Bosque clare 0 maleza

V35 id Mimosaceas, Cactaceas 4147
las zonas calidas yaridas a veces densa
Formaci6n secundaria en el continente
• Formaci6n pionera en las Galapagos
1
V36 Mesclas indisociables de unidades V35 y V37 552

Prade ras de las Formaci6n herbacea, abierta y id mas Gramineas estacionales,

V37 805
zonas calidas y secas estacional, de origen secundaria suelos arcillos Luffa, Altemanthera

Formaciones abiertas, mixtas,

• V38
Malezas de las
zonas calidas y secas
herbaceas y arbustivas, con Caler, sequia Cordia, Croton, Vallesia 2470
pocos arboles, estacionales
Formaci6n secundaria en el continente
Formaci6n pionera en las Galapagos

Malezas de las zonas Scutia, Waltheria,

V39 Formaciones mixtas, densas id 163
calidas Croton, Lantana
Formaci6n secundaria en el continente
Formaci6n pionera en las Galapagos

Bosques Iilorales Bosques densos, Calor, aguas

V4Q Rizophora, Avicennia 2993
= manglares siempreverdes saladas

Cuadro Cl: Principales caracteristicas de las unidades 0 y V. Ver igualmente la figura Cl

216
Figura Cl: Clasificaci6n, seglin la altitud y la humedad, de las unidades cartograficas 0 y V
Las siglas de las unidades constan en la esquina superior derecha de su caj6n representativo
A la izquierda, las formaciones cercanas al climax; a la derecha, las formaciones secundarias (gris)
pioneras (rayas)
Altitud
PISO
FRIO
PISO
TEMPLADO
Humedad
coma los que se pueden observar alrededor deI
Cotopaxi, hasta las tierras agricolas, tanto al
sur como al norte de ese volcan. El valle de
Latacunga conoci6 tales trastornos en 1534,
1742, 1743, 1768, 1877 Y 1904. Las coladas de
lodo (avenidas) son responsables de mas dafios
y muertes que la erupci6n volcanica propia-
mente dicha. Las fumarolas todavia activas re-
cuerdan que la actividad volcânica y el peligro
persisten.
La utilizaci6n de estos grandes espacios de
altura y silencio corresponde esencialmente a
la actividad turistica. Humboldt fue el primera
en hablar de la avenida de los nevados... que
ahora alaban los folletos. Los andinistas, y des-
de hace aproximadamente 15 afios, esquiadores
cada vez mas numerosos siguen las huellas de
Whimper.
La actividad de los vendedores de hielo, muy
dinamica durante el siglo pasado para abastecer
a las casas burguesas de bloques de hielo toma-
dos en los glaciares, ya no es casi sino un recuer-
do plasmado en la pelicula «Los hieleros deI
Chimborazo». Actualmenté (1993), no existen
sino dos hieleros en actividad.
1.2 Rocas yarenas de altura -Unidad 01-
Entre glaciares y pastos naturales de altura
se extiende un paisaje predominantemente
mineraI, compuesto esencialmente de paredes
rocosas y de extensiones arenosas.
Paisajes Agrarios deI Ecuador
0
Altitud
Humedad
La cobertura vegetal de esta unidad es dis-
continua, baja y poco densa. Localmente, se la
denomina «supraparamo», «paramo superior» 0
«nivel andino alto» (Acosta-Solis, 1984). El mo
y la sequia agravados por las insolaciones ins-
tantaneas a veces fuertes y vientos a menudo
violentos son los principales factores limitantes
de este piso. Las zonas rocosas estân desprovis-
tas de faner6gamas (plantas su periores con
flores aparentes) y alli se encuentran apenas
unos pocos liquenes incrustados. En los terre-
nos mas blandos, las plantas estan restringidas
a sitios que ofrecen ya sea un buen abasteci-
miento de agua (al pie de barrancos, por ejem-
plo), 0 una cierta protecci6n, contra el viento en
particular (al pie de las rocas). Las plantas de
este piso han desarrollado procesos fisio16gicos
de adaptaci6n (resistencia a la sequia, a las
heladas cotidianas) que se traducen en ciertas
particularidades morfo16gicas (pilosidad impor-
tante 0 cuticula espesa, formas recogidas en
roseta, etc.).
Apenas se encuentran plantas herbaceas 0
escasas. plantas lefiosas muy bajas con tallos
trepadores 0 subterraneos. La familia que pre- .
domina c1aramente es la de las compuestas de
numerosos géneros --Culcitium, Gnaphalium,
Hieracium, Hypochoeris, Senecio, Werneria-.
Otras plantas notables son, entre otras, las gra-
mineas bajas Bromus y Poa, las rosetas de Lysi-
pomia y Viola, las leguminosas lefiosas rastre-
ras Astragalus y Lupinus y la minuscula lefiosa
Ephedra.
 Los paisajes y los sistemas de producci6n 1 Paisajes poco 0 nada antropizados 217

80 0 W

1 Vegetaci6n atural

<
,~ • •
Carreteras principales

Principales ciudades

100 200 km

~ 90 0 W

~ "

Vegetacion natural exclusiva 0 ominante

Bosques densos siempreverdes de las Ilanuras y de la Sierra
Unidades V21, 22, 23, 31
_ Bosque siempreverde dei litoral =manglar Unidad V40
CI Bosque denso semi-deciduo Unidad V 32
Bosque denso deciduo Unidad V34
Formaciones abiertas (arbustivas, herbaceas, arb6reas 0
mlxtas) de las zonas secas Unidades V33, 35, 36, 37, 38, 39
Formaciones arbustivas de altura =matorral Unidades V13,
..
Vegetacion natural presente, menos importante
,-------. Restos de vegetaci6n natural dentro de pastizales,
L----l cultivos 0 plantaciones Unidades D21, 22, 23, 31, 32,
33,34,35,36,37,38,41,42, P31, 32, 34
14

o Formaciones herbaceas de altura =paramo Unidades V11, 12

Formaciones secundarias (arbustivas, herbaceas, arb6reas
O mixtas) de la regi6n serrana Unidades V24, 25, 26, 27
0
Vegetacion natural ausente
Zonas sin cobertura vegetal natural notable: partes
[ <1 altas de los Andes -Unidades 00, 01, 02; playas -03;
1 coladas de lava -04 y zonas iotalmente cultivadas
-C, T y parte de P

Figura C2: Distribuci6n de las formaciones vegetales naturales

218
La utilizaci6n de estas tierras es marginal y
no concierne sino el pastoreo totalmente cir-
cunstancial de alguna oveja 0 llama extraviada.
1.3 Zonas erosionadas por el viento y dunas
(arenales) -Unidad 02-
Dos unidades cartograficas remiten a este
paisaje: la una, zona masiva de 150 km 2 aproxi-
madamente, al oeste deI volcan Chimborazo, a
alturas superiores a los 4 000 m, y la otra, mas
dividida, de 110 a 120 km 2 , alrededor deI pue-
blo de Palmira, entre 3200 Y3500 m.s.n.m.
Estas dos zonas tienen una situaci6n similar
en la parte aguas arriba de la cuenca deI rio
Pastaza, en la linea divisoria de aguas entre la
regi6n amaz6nica y la llanura occidental. Mas
alla de estas unidades, la bajada hacia la re-
gi6n costera es brusca por los valles de los rios
Chimbo y Chanchan. Alli, la circulaci6n gene-
raI de las masas de aire es acelerada, por la di-
ferencia de presi6n, debida al fuerte desnivel
entre la regi6n montaiiosa y el golfo de Guaya-
quil. Los vientos violentos secan superficial-
mente a los suelos vo1canicos poco estructura-
dos y movilizan sus elementos arenosos.
Cuando una importante mata de vegetaci6n
llega a proteger el suelo subyacente, el viento
deja monticulos testigos que llegan a tener 2 m
de alto en la zona de Totoras Palmira y 1 m al
pie deI Chimborazo. Los materiales desprendi-
dos pueden depositarse relativamente cerca
bajo el viento de un obstaculo -micro-relieve,
planta, etc.-, en una zona de acumulaci6n
coma el fondo deI valle de Palmira donde sor-
prendentes dunas se desplazan, bajo el efecto
deI viento, cortando 0 limpiando la carretera y
la via férrea.
La vegetaci6n natural es escasa, pero difiere
mucho de una unidad a otra asi coma entre las
zonas de partida y las de acumulaci6n.
En el arenal deI Chimborazo, estamos en el
piso de paramo, unidad Vll (ver mas adelante)
y la ablaci6n, asi camo el dep6sito, de arenas
finas provocan la muerte, por desca1ce 0 por en-
terramiento, de gran parte de la vegetaci6n. Las
mayores matas de Stipa 0 las mas grandes almo-
mohadillas logran resistir al descalce. Algunas
plantas leiiosas bajas tratan de luchar contra el
enterramiento alzando sus ramas frondosas y
emitiendo raiees adventicias en las arenas acu-
muladas (fen6meno visible en Ephedra y Astra-
galus). Plantas de tallos rastreros coma ciertos
Lupinus y Geranium pueden igualmente adap-
Paisajes Agrarios deI Ecuador
tarse a variaciones positivas deI nivel deI suelo.
Las capas inferiores denudadas son de textura
gruesa y muy compactas, y ninguna planta se
instala en ellas.
En el valle de Palmira, la zona de ablaci6n
se asemeja a un paramo empobrecido, en parti-
cular por la ausencia de las gramineas, donde
predominan las formas rastreras 0 pegadas al
suelo: Trifolium, Lupinus, Plantago, euforbia-
ceas y lamiaceas. Las dunas presentan una
planta caracteristica aunque existe s6lo ocasio-
nalmente, una compuesta (probablemente un
Helichrysum) cuyas matas emiten numerosas
ramas laterales de las cuales algunas seran
siempre funcionales. En las arenas fijas 0 poco
m6viles se observa una maleza abierta y mono- •
especifica de Nicotiana glauca.
La utilizaci6n de los suelos es muy margi-
nal. Alrededor deI Chimborazo no pacen sino
ovejas y algunas llamas, pero el valle de Palmi-
ra esta en el piso cultivable, y algunas comuni-
dades cultivan los paramos vecinos. Los suelos
dejados al desnudo antes deI cultivo son inme-
diatamente barridos por los vientos que se lle-
van la tierra fina, permitiendo asi la rapida ex-
tensi6n de las superficies erosionadas. La acti-
vidad agricola constituye con seguridad un fac-
tor adicional de inestabilidad para un medio
natural sumamente fragil.
Se han emprendido programas de fijaci6n de
las arenas m6viles, utilizando Opuntia y, con
mayor éxito, Pinus radiata. Los pinos se im-
plantaron bien, y son al parecer mas sanos que
en las plantaciones deI Cotopaxi. Como esta
cobertura forestal sigue siendo abierta, los ar-
boles pueden desarrollarse satisfactoriamente,
pero el viento puede atm arrastrar la tierra de
alrededor de los troncos en un radio de 2 a 4 m.
Aunque las raices principales son puestas al
desnudo, los arboles no parecen sufrir por esta
situaci6n. Las plantaciones comenzarOll en
1982 en el fondo deI valle y prosiguen hasta
ahora en las vertientes.
Este tipo de erosi6n se encuentra, con efec-
tos menores, a altitudes inferiores en el piso
agricola, particularmente en la meseta de Mal- •
chingui, al norte de Quito.
1.4 Playas -Unidad 03-
Este tipo caracteristico de las orillas deI mar
tiene una extension reducida (menos de 9000 ha
en el mapa a escala 1:1000000). En realidad,
las playas son mucho mas numerosas pero, por
Los paisajes y los sistemas de producci6n l Paisajes poco 0 nada antropizados
su reducido ancho, no pueden representarse a
esta escala. Las arenas son esencialmente de
origen mineraI, solamente en Galapagos se
pueden encontrar playas de arenas de origen
bio16gico, de pedazos de conchas y corales. El
relieve a veces acentuado de la fachada mari-
tima no permite tales dep6sitos de arena. Ade-
mas, las zonas relativamente planas, principal-
mente localizadas en las desembocaduras de
los rios, estan colonizadas por los manglares
(unidad V40).
Por debajo deI limite de la marea alta, la
vegetaci6n no puede implantarse a causa de las
mareas y de las concentraciones de saI. Las pri-
meras plantas encontradas tienen todas la mis-
ma fisonomia: son herbaceas con tallos rastre-
ros 0 cepas espesas, pertenecen a las familias
de las convolvulaceas (lpomoea pes-caprae),
borraginaceas (Heliotropium curassavicum),
aizoaceas (Sesuvium), compuestas, ciperaceas y
gramineas. Un tanto mas arriba, pero aun en
la franja sometida a las brumas, se puede en-
contrar una maleza litoral con plantas lenosas
entre las que predominan las formas mas 0
menos sarmentosas coma en los géneros Cae-
salpinia, Cryptocarpus 0 Maytenus. Hippomane
es el arbol mas frecuente en esta franja de tran-
sici6n entre las formaciones litorales y la vege-
taci6n de tierra firme.
En marea baja, los vehiculos utilizan ciertas
grandes playas coma vias de comunicaci6n pues
gracias a su perfil pIano, la circulaci6n es facil
mientras que las carreteras equivalentes, cuan-
do existen, presentan un recorrido accidentado.
Aparte deI turismo y de la utilizaci6n ocasional
de arena, las playas no tienen otra utilizaci6n.
Se debe senalar que la arena recogida en las
playas es utilizada a menudo sin tratamiento
para la construcci6n. La saI que contiene acele-
ra la corrosi6n de las vigas de hierro y dismi-
nuye considerablemente la calidad y la longevi-
dad de las edificaciones. ' car a las rocas por sus excreciones acidas, hacen
1.5 Campos de lava -Unidad 04-
Esta formaci6n no presenta unidl;l.des repre-
sentables cartograficamente sino en el archi-
piélago de Galapagos. En efecto, en la parte
continental deI Ecuador, los terrenos recientes
o contemporaneos de origen volcanico no faltan
pero, ya sea se trata de extensiones muy redu-
cidas coma para poder ser representadas a esta
escala (domo de la cima deI volcan Reventador),
o estan situadas a altitudes que impiden un
desarrollo normal de la vegetaci6n (volcan San-
gay), 0 formadas de materiales blandos rapida-
219
mente colonizados por las plantas (lahares deI
volcan Cotopaxi). Incluso las coladas rocosas
relativamente recientes coma las de Pintag 0 de
Papallacta tienen, pese a su reducida edad (220
a 260 anos), una cobertura densa, mixta, her-
bacea/arbustiva, gracias a las condiciones cli-
maticas sumamente humedas.
En las Galapagos, el volcanismo es activo,
sobre todo en las islas occidentales, y las ulti-
mas coladas registradas datan de abril de 1991
(caldera de la isla Fernandina) y de agosto de
1992 (isla Marchena). De 1797 a 1981 se han
censado 53 erupciones (Richards, 1962, ECCD,
corn. pers.). Las coladas mas recientes estan
formadas de basaltos. Se trata de amontona-
mientos ca6ticos de bloques que van de 0,4 m a
mas de 2 m de diametro (lavas «aa») 0 de gran-
des superficies subhorizontales, planas y com-
pactas (lavas «pahoehoe»). Al momento de la
erupci6n, los materiales de esas coladas matan
a todos los organismos presentes en su trayecto
y crean un medio nuevo y estéril. Las proyec-
ciones de cenizas pueden, cuando su capa no es
demasiado espesa, permitir la supervivencia de
plantas lenosas que rebrotaran.
La sequia reinante en las partes bajas deI
archipiélago no permite una rapida implanta-
ci6n de una cobertura vegetal y, en las zonas
climaticas arida, muy seca y seca, las coladas
que tienen hasta varios siglos de edad estan, a
primera vista, desprovistas de vegetaci6n. En
ésta formaci6n se reunieron las zonas efectiva-
mente sin vegetaci6n alguna, asi coma aquellas
donde esta es muy discreta (cobertura inferior
al 10 %). Estos paisajes sombrios, abi6ticos y
hostiles evocan inevitablemente un paisaje ex-
traterrestre 0 el tercer dia de la Creaci6n.
En las zonas bajas, las primeras plantas en
instalarse son liquenes incrustantes que, alata-
posible la implantaci6n de plantas mas exigen-
tes en los productos de alteraci6n asi formados.
Vienen luego herbaceas, gramineas y ciperaceas,
asi coma plantas especializadas y a menudo en-
démicas de las Galapagos, -Mollugo, Jasmino-
cereus, Brachycereus y, sobre todo, cier.tas espe-
cies de Scalesia-. Cuando la cobertura vegetal
se torna mas densa, es arbustiva y luego arb6-
rea (Bursera es abundante) y comparable"a la
vegetaci6n de los terrenos mas antiguos.· Sin
embargo, la mediocre capacidad de retenci6n de
agua de las coladas determina una sequia eda-
fica y las formaciones vegetales son alli mas
similares a las de los terrenos antiguos de las
220
zonas mas secas que a las de la misma altitud
-() zona de humedad- (Huttel, 1995).
En las zonas mas altas y que reciben mayor
humedad, esta vegetaci6n pionera esta consti-
tuida de liquenes foliaceos (Parmelia) 0 ramifi-
cados (Cladonia) y de diversas especies de hele-
chos. La evoluci6n hacia formaciones compara-
bles a las de los terrenos antiguos es mas ra-
pida.
La utilizaci6n de estas tierras es muy limi-
tada no s610 a causa de su catalogaci6n, al igual
que la casi totalidad deI archipiélago, coma Par-
que Nacional y Patrimonio Cientifico de la Hu-
manidad, y su falta de recursos, sino, sobre
todo, debido a las dificultades de acceso y al
avance nada fâcil en las coladas de tipo «aa".
En las islas con una importante presencia de
cabras (animales introducidos que viven en es-
tado salvaje), sirven de zonas de refugio donde
los cazadores pueden encontrar una fuente
segura, pero difîcilmente explotable, de carne.
Cuando las lavas se dividen naturalmente en
bloques de tamafio apropiado, pueden, después
de ser transportadas, utilizarse coma material
de construcci6n.
2 Paisajes vegetales de la Sierra
2.1 Paramo deI centro y deI sur deI pais y
Pâramos deI extremo norte deI pais
Unidades -Vll y V12-
Los paramos son formaciones vegetales natu-
raIes, originales (Mena y Balslev, 1986) esen-
cialmente de gramineas, casi siempre densas y
bajas (Acosta-Solis, 1984). Salvo en condiciones
excepcionales, los ârboles estân ausentes y los
arbustos son escasos y de pequefio tamafio. Su
extensi6n ha variado enormemente durante los
recientes episodios glaciares e interglaciares
(Van Der Hammen, 1988). Naturalmente, su
limite inferior seria el superior de las formacio-
nes lefiosas, pero su extensi6n actual estâ con-
dicionada mucho mâs por la actividad humana
que por las condiciones climaticas (ver la parte
final de este punto). Estas ultimas marcan, sin
embarg, su fisonomia; entre los Andes humedos
de Venezuela y de Colombia al Norte y los An-
des secos de Bolivia y deI Peru al Sur, los pâra-
mos ecuatorianos reflejan esta posici6n climâti-
camente intermedia que es la de todo el pais.
Los limites inferiores de los paramos son ex-
tremadamente variables. En el valle interan-
Paisajes Agrarios deI Ecuador
dino, estân a menudo en contacto con zonas
cultivadas y el limite habitualmente situado
alrededor de los 3600 m.s.n.m. puede ascender
bajo la presi6n de los frentes pioneros.
Cuando se puede observar un contacto con
una formaci6n vegetal natural, V13, V14, V21 0
V23, la altitud deI limite varia en funci6n de
varios factores:
• la latitud: en el caso de la vertiente oriental, el
limite se situa alrededor de los 3800 m.s.n.m.,
excepcionalmente en los 4000 m.s.n.m. entre 0
y ION, mientras que en los 3° S se 10 encuen-
tra alrededor de los 3200-3400 m.s.n.m., y
raras veces en los 3600 m.s.n.m.;
• la situaci6n: el gradiente altitudinal es un
tanto menos marcado en el casa deI limite
inferior de los pâramos en las vertientes inter-
nas que en las vertientes externas. Rara vez
se ubica mas alla de los 3600 m.s.n.m. al nor-
te deI pais para alcanzar 3 200-3400 m.s.n.m.
en los 3° S;
• la exposici6n: a una misma latitud, los pâra-
mos tienen un limite inferior a mayor altura
en la vertiente externa oriental que en la ver-
tiente externa occidental.
Los paisajes de pâramo son cimas suave-
mente redondeadas de relieves cubiertos, en las
regiones central y septentrional, por espesas
capas de cenizas vo1cânicas, sacudidas por vio-
lentos vientos 0 envueltas en brumas. El mismo
panorama, muchas veces repetido, bajas tem-
peraturas (frecuentes heladas y nieves noctur-
nas), la incesante ondulaci6n de la hierba, la
ausencia de ârboles y la rudeza de los escasos
habitantes, contribuye a esa impresi6n mezcla-
da de soledad e inmensidad que experimentan
quienes atraviesan esos parajes.
En la vegetaci6n predominan las gramineas.
La mâs importante es Stipa ichu cuyas espesas
matas cubren todas las pendientes. Gramineas
secundarias pertenecen a los géneros Agrostis,
Bromus, Calamagrostis y Festuca. Entre las ma-
tas no prosperan sino otras pocas especies y la
riqueza al igual que la belleza de la flora deI
pâramo deben buscarse en las variantes panta-
nosas 0 degradadas. Alli se pueden encontrar
las espectaculares formas en almohadilla perte-
necientes a diferentes géneros -Azorella, Dis-
tichia, Hypochaeris, Plantago-; plantas en ro-
seta de los géneros Draba, Lysipomia, Phyllac-
tis, Viola, herbaceas de flores vistosas, Gentiana
tiana y Gentianella, Ranunculus, Werneria, for-
mas enanas rastreras de los géneros Pedicularis,
Ephedra, Lupinus 0 Geranium.
 Los paisajes y los sistemas de producci6n l Paisajes poco 0 nada antropizados
Las escasas plantas lefiosas pueden repar-
tirse en dos grupos. Por un lado, estan las espe-
cies arbustivas bajas, dispersas entre las grami-
neas 0 que forman a veces manchas en la cober-
tura herbacea; se trata sobre todo de compues-
tas de los géneros Baccharis, Chuquiragua, Di-
plostephium, Ribes, Valeriana 0 de ericaceas
muy variadas. El otro componente lefioso, los
arboles, se localiza a 10 largo de los rios, en que-
bradas profundas 0 al pie de los acantilados. Al
parecer, la persistencia, a esta altura, de forma-
ciones forestales requiere condiciones hidricas
particulares 0 una protecci6n eficaz contra los
vientos. La rosacea Polylepis (con numerosas
especies) es el arbol mas frecuente en estas re-
liquias forestales. Forma bosques monoespeci-
ficos cuya particularidad es la inexistencia de
regeneraci6n natural de Polylepis. En los linde-
ros de estos bosquecillos se pueden encontrar
otras especies arb6reas bajas como Hesperome-
les 0 Baccharis.
El paramo presenta numerosas variantes
(Balslev y De Vries, 1982, Mufioz et al., 1985)
seglin el grado de drenaje y de perturbaci6n. El
paramo de Silvan, entre los rios Rurcay y Le6n
de 3000 a 3200 m.s.n.m., al Sur de Columbe,
debe probablemente su existencia mas a los
repetidos incendios y a los violentos vientos que
al frio. Se pueden igualmente distinguir otros
seglin el grado de humedad (climatica y/o eda-
fica): el paramo entre Zumbahua y el Quilotoa,
implantado en un suelo muy filtrante desarro-
llado sobre cenizas y materiales piroc1asticos
gruesos, tiene, con su estrato herbaceo abierto,
una fisonomia que recuerda a la de las punas
deI altipIano boliviano 0 peruano. La fitogeo-
grafia es responsable de otra diversificaci6n de
esta formaci6n vegetal. Al norte deI pais, la
cobertura herbosa esta dominada por una com-
puesta arborescente monocaula, Espeletia hart-
wegiana -frailej6n-, que imprime una fisono-
mia particular a los paramos de esta regi6n
(distinguida con la sigla V12). Esta especie es
la unica representante en el Ecuador de un gé-
nero mas diversificado en Colombia y Venezue-
• la, y los paramos de la provincia deI Carchi cor-
responden al avance extremo meridional deI gé-
nero Espeletia. Se debe también anotar que los
paramos de la cordillera Oriental son mas hu-
medos que los de la cordillera Occidental. En el
gradiente general de disminuci6n de la pluvio-
sidad hacia el sur, el paramo de Espeletia ocupa
la zona mas humeda de este piso.
La principal producci6n natural de los para-
mos es el agua: la conjunci6n de condiciones
c1imaticas humedas y de una capa a menudo
221
espesa de cenizas volcanicas hacen de ellos el
«arca de agua» natural para las hondonadas
interandinas. Alli nacen los principales rios y
los paramos, a manera de esponja, garantizan
la regulaci6n de los caudales. Numerosos cana-
les, en ocasiones muy antiguos, Bevan las
aguas hacia las tierras habitadas y cultivadas,
mas bajas y mas secas. Obras mas recientes
permiten inc1uso captar las aguas de las ver-
tientes externas de estas tierras altas. A veces
abastecen, al paso, pequefias instalaciones
hidroeléetricas.
Tradicionalmente, la graminea predominan-
te, Stipa ichu, proporcionaba a la vez el mate-
rial para el techo de las viviendas, cada vez
mas suplantada por la chapa en altura y por
las tejas en la llanura, y es el linico combustible
vegetal disponible en estas zonas casi siempre
desprovistas de plantas lefiosas.
La principal utilizaci6n de estas praderas
naturales sigue siendo la ganaderia extensiva:
ganaderia bovina en las zonas humedas y de
tendencia latifundista, mas bien localizada en
la cordillera Oriental; ganaderia ovina mas
frecuente en la cordillera Occidental mas seca,
donde predominan las comunidades indigenas
y un sistema de minifundio. La practica de una
quema estacional para favorecer el rebrote es
generalizada tanto en las grandes coma en las
pequefias propiedades.
Los bovinos son criados por su carne y, en
algunos casos de haciendas especializadas,
para las corridas 0 la participaci6n en fiestas
populares. Los ovinos proveen esencialmente
lana; nunca se los ordefia. Cuando los rebanos
son 10 suficientemente importantes 0 estan
concentrados, la recolecci6n deI estiércol en los
corrales de estabulaci6n nocturna y su venta a
las explotaciones de hortalizas de la llanura
proporciona un ingreso complementario.
Las familias de ganaderos especializados
que viven en el paramo son pocas. Se encuen-
tran algunas agrupadas en minusculos caserios
por encima de Pujili, en el paramo deI Chimbo-
razo y hacia Ozogoche. Las casas estan semi-
enterradas en el suelo para dar menor poder al
viento y el techo de balago es estibado con cuer-
das trenzadas de Stipa.
Con cerca de 15000 km 2 , estas tierras re-
presentan mas de un tercio de los pisos monta-
fiosos. Sus aptitudes agricolas son reducidas,
debido a las bajas temperaturas. El avance bas-
tante generalizado de la agricultura, que se
222
observa en todo el perimetro de los paramos
(ver CIl) remite nuevamente a la hip6tesis deI
calentamiento deI clima evocado anteriormente
(00). Se debe entonces subrayar aqui el carac-
ter sumamente artificial deI limite inferior de
los paramos, particularmente en la Sierra cen-
tral donde las formaciones leiiosas que 10 conti-
nuaban hacia abajo han sido todas borradas en
grandes distancias. Como las especies deI para-
mo tienen un poder de regeneraci6n mayor que
las especies leiiosas de matorral, se observan
en numerosas regiones, praderas semi-natura-
les donde se mezclan las especies deI paramo y
las introducidas para el mejoramiento de los
pastizales. En las vertientes externas, la per-
sistencia de brumas reduce considerablemente
la actividad humana y la extensi6n deI paramo,
asi coma su limite inferior, son mas cercanos a
las normas naturales.
Por encima de los 4000 m.s.n.m., los para-
mos son, en principio, controlados por el Esta-
do. Grandes superficies forman parte de reser-
vas de diferente categoria -Cotopaxi, Sangay,
Cotacachi-Cayapas, Cayambe-Coca, Cajas (ver
figura C3)- donde se intenta orientar las acti-
vidades de recreaci6n (caza, pesca, paseo) hacia
un turismo «ecoI6gico». La reserva deI Chimbo-
razo es utilizada por un proyecto de cria de
Ilamas en semi-libertad.
2.2 Transici6n entre paramo y el bosque
-Unidad V13-
El matorral es la formaci6n vegetal situada
inmediatamente por debajo de los paramos. Se
trata de una maleza, a veces con algunos arbo-
les, que realiza la transici6n entre el bosque y
el paramo. Forma parte de los «bosques de ne-
blina» de los fitoge6grafos (mist forest, Nebel-
wald). La altura de la vegetaci6n varia de 2 a 4 m
y las ramificaciones bajas y tortuosas tornan la
vegetaci6n dificilmente penetrable. La prolife-
raci6n de las plantas epifitas, favorecida por la
fuerte humedad, da un aspecta particular al
sotobosque. Espesos manguitos de musgo, que
hacen parecer las ramas mucho mas gruesas de
10 que son en realidad, sirven de mantillo a or-
quideas, helechos y Peperomia que sobrecargan
a las ramas. La composici6n floristica deI piso
leiioso puede ser variada. En su lindero con el
paramo se pueden encontrar Polylepis y Hespe-
romeles. En otros lugares abundan especies de
los géneros Escallonia, Miconia, Brachyotum y
Bernadesia. No faltan las lianas con Passiflora,
Bomarea 0 Mutisia.
En esta unidad se reunieron los escasos bos-
ques de alta montaiia que subsisten aun en este
Paisajes Agrarios deI Ecuador
piso. El mejor conservado es el deI flanco sur-
oeste deI volcan Tungurahua, que es un bosque
alto y de hojas persistentes. Alli se pueden ver
grandes arboles de diversas araliaceas, asi como
representantes de los géneros Buddleja, Frezie-
ra, Hedyosmum, Vallea y Weinmannia (Pare-
des, 1942). Se incluyeron también algunos islo-
tes de bosque denso siempreverde (unidad V21)
deI perimetro de la hoya de Cuenca, demasiado
reduciqos para ser representados cartografica-
mente a esta escala, pero ellector podra encon-
trarlos facilmente en los documentos originales
de PRONAREG-ORSTOM a escala 1:50000 6
1:200000.
En efecto, el matorral es una vegetaci6n
cuya forma original ha desaparecido practica-
mente deI caIlej6n interandino. La busqueda de
tierras cultivables asi coma de leiia han degra-
dado esta formaci6n coma otras formaciones
leiiosas. Localmente, ha sido sustituida por una
maleza secundaria 0 matorral de reemplazo que,
aunque con una fisonomia similar a la cobertu-
ra natural, tiene una composici6n floristica dife-
rente. Las formas bajas estan representadas
por ericaceas y los arbustos 0 las herbaceas gi-
gantes pertenecen a géneros tales coma Baccha-
ris, Fuchsia, Cleome y Syphocampylus. Se en-
cuentran hojas mas grandes que las deI mato-
rral original. Es en los terrenos mas escarpa-
dos, en las quebradas mas profundas y aguas
arriba de las tierras de hacienda, es decir en
condiciones protegidas, donde se pueden encon-
trar las mayores superficies que, sin embargo,
no pueden ser representadas cartograficamente
a esta escala.
En las vertientes externas, se pueden iden-
tificar franjas de transici6n 10 suficientemente
amplias entre el bosque siempreverde y el para-
mo, principalmente en el norte de la vertiente
occidental y en toda la vertiente oriental. La
humedad es alli mas elevada, las pendientes
mas fuertes, las vîas de comunicaci6n menos
densas y la presi6n humana reducida.
2.3 Matorral deI sur deI pais -Unidad VI4-
Esta unidad no concierne sino una variante
particular deI matorral, restringida a una parte
deI sur deI pais, en las provincias de Azuay y
de Loja. Difiere fison6micamente de V13 por un
estrato leiioso mas abierto y mas bajo, asi coma
por las caracteristicas de la vegetaci6n de una
zona mas seca (hojas reducidas y coriaceas mas
frecuentes, menos plantas epifitas). La compo-
sici6n floristica es también diferente y se la
podria caracterizar por la abundancia, entre las
 Los paisajes y los sistemas de producci6n l Paisajes poco 0 nada antropizados 223

80° W

1 Zonas protegidas 1

Carreteras principales

Principales ciudades

o 100

Vegetaci6n natural exclusiva 0 dominante

o Vegetaci6n natural presente, menos importante

*
o Vegetaci6n natural ausente
(plantaciones, cultivos, pastos y terrenos ba/dios)
•
~.
,.. Zonas protegidas (parque nacional, reserva, zona de recreaci6n)

* Todo el archipiélago de Galâpagos es Parque t

Nacional (con excepci6n de las zonas de
co!onizaci6n senaladas 0, sumando 22 000 ha
distribuidas entre 4 islas).

Figura C3: Distribuci6n de las zonas protegidas

Fuente: CLIRSEN-DINAF, 1990
224
lelÎosas mas altas, de Embothryum, Clusia y
Weinmannia. El estrato bajo comprende nume-
rosas ericaceas, helechos e incluso la rosacea
tipica de las zonas secas erosionadas, Margyri-
carpus setosus.
Estas diferencias pueden tener varias cau-
sas: el umbral de Tiocajas es conocido como un
limite fitogeografico; hacia el sur, la capa de
cenizas vo1canicas disminuye hasta des.apare-
cer para ceder lugar a suelos rojos, acidos y
poco fértiles; el contraste estacional es alli mas
marcado (paso de un régimen de dos estaciones
humedas a un régimen de una sola). Esta for-
maci6n vegetal es, por estas razones edafo16gi-
cas y c1imaticas, mas sensible que V13, y una
presi6n humana comparable no le permite
regenerarse como la formaci6n hom610ga que
goza de condiciones mas favorables.
2.4 Bosgues de mediana altitud - Vertientes
internas -Unidad V21-
En el callej6n interandino, los bosques den-
sos siempreverdes deI piso montaiioso dan con-
tinuaci6n, en el escalonamiento altitudinal, a
los matorrales (unidad V13). Su ubicaci6n en
los altos rebordes de algunas cuencas andinas
se debe a un numero muy reducido de meses
secos, aunque también a una fuerte insolaci6n.
Este bosque puede caracterizarse por una rique-
za floristica mediana, arboles de altura media-
na y una fuerte proporci6n de plantas de hojas
coriaceas. La estratificaci6n no es facil de obser-
var debido a las fuertes pendientes donde pros-
pera esta formaci6n vegetal. Alli se pueden dis-
tinguir arboles predominantes, arboles mas
bajos y una coberlura herbacea discontinua. Las
epifitas son abundantes (Peperomia, araceas,
bromeliaceas, helechos, gesneriaceas y varias
orquideas).
La composici6n floristica varia deI limite su-
perior al inferior. En el contacto con el matorral
o los escasos bosques deI piso frio, se encuentran
aun, entre los arboles, especies de los géneros
Vallea (unico arbol de hojas caducas en esta
formaci6n), Buddleja, Freziera 0 Hedyosmum.
Racia altitudes menores, la riqueza floristica se
incrementa y abundan los arboles pertenecien-
tes, sobre todo, a las familias de las araliaceas,
c1usiaceas, lauraceas, meliaceas, mirtaceas y
mirsinaceas. La rubiacea Palicourea y repre-
sentantes de la familia de las boraginaceas son
los arbustos mas frecuentes deI sotobosque. Las
formaciones secundarias muy frecuentes pue-
den caracterizarse por la abundancia de las
ericaceas, melastomaceas y proteaceas.
Paisajes Agrarios deI Ecuador
Un tipo de bosque particular es el de los
lechos mayores de los principales rios, en las
partes mas altas de este piso (yen parte en
V13): son alisales -Alnus jorullensis-, mien-
tras que mas abajo, asi como en las unidades
de menor humedad c1imatica, se trata de sau-
cedales -Salix humboldtiana- que forman
estos bosques-galeria.
Esta formaci6n, que debia ocupar los peri-
metros de todas las cuencas andinas, ya no
subsiste bajo la forma de unidades represen-
tables cartograficamente, sino localmente en la
parte norte delos Andes ecuatorianos. El au-
mento de las superficies cultivadas y la bus-
queda de leiia y de madera de construcci6n son
las responsables de su desaparici6n. Sin em- •
bargo, numerosos islotes, a menudo minusculos
y perturbados, pueden encontrarse a todo 10
largo de las cuencas andinas, dando testimonio
de una vasta extensi6n antigua de este tipo de
bosque. Las cr6nicas de los conquistadores y
viajeros no pueden dar sino indicaciones locali-
zadas y a menudo contradictorias sobre la pro-
bable fecha de desaparici6n de estos bosques
(Acosta-Solis, 1973). Los primeras espaiioles se
quejaban de las dificultades en abastecerse de
maderas en los alrededores de Quito mientras
que viajeros de finales deI siglo pasado cuentan
haber atravesado espesos bosques (infestados
de bandoleros, por supuesto), alli donde ya no
subsiste ni un solo arbol hoy en dia. La intro-
ducci6n, en 1865, de Eucalyptus globulus per-
miti6 remediar la falta de leiia y disminuir la
demanda de madera proveniente de los bosques
naturales.
De los tres macizos naturales representados,
el mayor, el deI alto valle deI rio Mira, esta con-
siderablemente mermado, debido a operaciones
de desmonte para cultivos, sobre todo de papa.
Sucede 10 mismo con el situado al oeste de Mo-
janda. El deI Pasochoa, en cambio, ha sido con-
vertido en reserva natural y sirve de lugar de
recreaci6n, de ensenanza y de capacitaci6n.
2.5 Formaci6n intermedia entre V21 y V32
-Unidad V22-
Este tipo de bosque denso ya no ocupa sino
superficies restringidas en el sur deI pais y el
mapa representa apenas dos unidades en dos
crestas al norte de Macara y al sur de Caria-
manga. Sin embargo, otras reliquias, a veces
muy degradadas 0 de tamafio reducido, pueden
identificarse en las pendientes de los valles deI
Puyango y deI Catamayo. Éstas se localizan
lejos de las carreteras principales, en las pen-
 Los paisajes y los sistemas de producci6n l Paisajes poco
dientes mas abruptas 0 en los valles mas enca-
jonados.
Las condiciones climaticas son diferentes a
las reinantes en V21 y se caracterizan por pre-
cipitaciones menores, pero sobre todo por la
concentraci6n de las lluvias en una sola esta-
ci6n humeda. La unica estaci6n seca es enton-
ces mas marcada, tanto en duraci6n coma en
intensidad (igual contraste que el existente en-
tre las unidades V13 y V14). El piso altitudinal
. ocupado es igualmente mas bajo, entre 1500 y
2000 m.s.n.m., y tales condiciones climaticas
originales determinan variaciones que diferen-
cian claramente a este bosque de los de la uni-
dad V21. Se observa sobre todo la disminuci6n
en importancia de las familias bien representa-
das en esa unidad: melastomaceas, proteaceas,
clusiaceas y ericaceas.
Las formaciones vegetales de la unidad V22
pueden definirse coma una mezcla de especies
de las zonas seca y humeda, de los pisos de baja
y mediana altitud. Entre los arboles, el mas
abundante es un Jacaranda y el mas notable,
por su floraci6n rosada, Linociera. Los acompa-
nan otros arboles de los géneros Allophyllus,
Rapanea y Zanthoxylum, pero en toda la uni-
dad predominan actualmente las formaciones
arbustivas de degradaci6n cuyas dos variantes
mas representativas son una de Poiretia y Mi-
mosa y la otra de Cantua y Donodea.
En los barrancos humedos, la composici6n
floristica se asemeja a la de la unidad V21, con
arboles de las familias de las araliaceas, clusia-
ceas, mirtaceas y moraceas.
La clasificaci6n de este tipo de bosque es
poco clara (Espinoza, 1949, Emperaire y Ar-
naud, 1987). Ciertos autores, al constatar su
posici6n entre los bosques siempreverdes (V2l)
y bosques mas secos y deciduos (V34) y obser-
var la existencia de especies de hojas caducas,
10 han clasificado en las formaciones semi-deci-
duas y 10 consideran coma la variante monta-
nosa de la formaci6n V32 (ver mas adelante la
definici6n y la descripci6n de estas unidades).
Otros, tomando en cuenta la presencia ocasio-
• nal de especies claramente siempreverdes y
admitiendo que son sobre todo las formaciones
secundarias las que le confieren el aspecta deci-
duo a la vegetaci6n, 10 han clasificado entre los
bosques siempreverdes. Parece mas acertado
de considerar esta unidad coma una forma de
transici6n entre los bosques siempreverdes de
altitud y los bosques deciduos de la llanura,
opci6n adoptada para este mapa.
0 nada antropizados 225
Estan sometidos a la deforestaci6n para el
establecimiento de pastizales, pero éstos no son
al parecer utilizados demanera intensiva, y
rapidamente se ven invadidos por las malezas
mencionadas anteriormente. Alli no se encuen-
tran cultivos sino esporadicamente y se trata
ya sea de vergeles tropicales 0 de campos de
maiz.
Aqui se puede plantear el problema de la
inexistencia de bosques claramente semi-deci-
duos en el piso intermedio deI Ecuador. La defo-
restaci6n de las tierras incluidas en la zona cli-
matica correspondiente a este tipo de formaci6n
es intensa y antigua. En el centro y el norte deI
pais, las reliquias se limitan a pies aislados de
Cassia y de Tecoma, a menudo mezclados con
formaciones de plantas claramente secundarias
coma Croton, Dodonea, mimosaceas y solana-
ceas. Sin embargo, coma en V21, predominan
dos especies arborescentes introducidas, Pru-
nus capuli y Eucalyptus globulus. Por otro lado,
no se debe excluir que la distribuci6n de los
meses secos en dos periodos a 10 largo deI ano
permitiria, gracias al almacenamiento de agua
retenida por el suelo, el mantenimiento de for-
maciones siempreverdes en lugares donde el
numero total de meses secos implicaria la pre-
sencia de formaciones semi-deciduas. Esto es
valido para el norte deI pais donde no se obser-
van formaciones semi-deciduas, y en el Sur, es
esta unidad V22 la que representaria una for-
maci6n semi-decidua.
2.6 Bosques de mediana altitud y Vertientes
externas -Unidad V23-
Estos bosques son el equivalente, en las ver-
tientes externas, de la unidad V21. Las condi-
ciones térmicas son comparables pero la hume-
dad es mayor debido a neblinas persistentes y,
por 10 tanto, a una insolaci6n menor. La compo-
sici6n floristica estamarcada por la de los ma-
cizos forestales de las dos llanuras adyacentes
y se observa una evoluci6n continua de las
caracteristicas fison6micas y floristicas desde
su limite superior hasta los bosques densos .
siempreverdes de baja altitud. Muy rapidamen-
te, las hojas se tornan cada vez menos coriaceas,
aumenta el tamano de las mismas y el de los
arboles.
La riqueza floristica se incrementa igual-
mente hacia altitudes menores y presenta pro-
bablemente un maximo en las primeras estri-
baciones de los Andes, con un numero de espe-
cies mayor en la vertiente oriental que en la
occidental. Se estima actualmente que los bos-
226
ques deI piedemonte amazonico son las forma-
ciones vegetales mâs ricas en especies deI mun-
do. La transicion hacia bosques siempreverdes
deI piso câlido se realiza de manera tan poco
sensible que no se pudo trazar un limite entre
esta formacion y la de la unidad V31.
En la parte mâs alta de la unidad, los bos-
ques estân marcados por los Podocarpus, por la
abundancia de las especies de la familia de las
melastomâceas que alcanza aqui su mayor di-
versificacion y por Saurauia que estâ restringi-
da a estos bosques. Aparecen también numero-
sos representantes de familias de plantas tropi-
cales: bignoniâceas, burserâceas, meliâceas, sa-
potâceas, palmeras (en particular de los géneros
Ceroxylon, !riartea y Wettenia) y ciateâceas (he-
lechos arborescentes).
La formacion secundaria mâs notable es una
maleza monoespecifica, densa y siempreverde
de un pequeiïo bambu (Chusquea) que coloniza
los derrumbes 0 los terrenos desmontados y
abandonados. TaI maleza es pobre en especies
y al parecer no es capaz de evolucionar hacia
una formacion c1imâcica.
Los bosques siempreverdes de las dos ver-
tientes externas se han conservado de manera
desigual pues la historia de la penetracion en
esas zonas difiere considerablemente entre el
oeste y el este de los Andes. La penetracion y la
deforestacion de la vertiente occidental, de pen-
dientes menos fuertes que la oriental, comenza-
ron en la época historica, cuando los intercam-
bios entre la region montaiïosa y los puertos deI
Pacifico, Guayaquil en particular, se tornaron
importantes. La explotaci6n agricola de este
piedemonte data de la misma época con la in-
stalacion de plantaciones de naranjos. Mâs
tarde, los sucesivos booms deI cacao y deI bana-
no, relevados por una politica de colonizacion
lanzada después de la segunda guerra mundial,
favorecieron la defores"Laci6n a 10 largo de esta
vertiente.
La ocupacion, inicialmente lineal a 10 largo
de los ejes, tiende a tornarse coalescente bajo el
efecto de una progresiva densificacion de la po-
blaci6n. Las comunicaciones hacia la llanura
amaz6nica, aunque ya existian en la época pre-
colombina coma 10 certifican los desmontes en
forma de vastos calveros alargados, no se desa-
rrollaron sino bajo la influencia de la explota-
ci6n petrolera y la colonizaci6n de la llanura
durante los aiïos 1970-1980. Los desmontes que
acompaiïan a los nuevos ejes de penetraci6n
siguen siendo limitados, subsistiendo impor-
Paisajes Agrarios deI Ecuador
tantes macizos forestales en esta vertiente. En
ambos casos, 10 esencial deI uso es para pasto-
reo, apoyado por eficaces redes de recoleccion
de leche.
Algunas fracciones de estos bosques forman
parte de las grandes reservas que van desde los
pâramos hasta las llanuras -Cotacachi-Caya-
pas, Cayambe-Coca (ver figura C3)-. Por su
extensi6n, este tipo de reserva es dificilmente
controlable. La reserva de Podocarpus, en cam-
bio, en el flanco oriental meridional de los An-
des, corresponde s610 a este tipo de bosque de
mediana altitud.
2.7 Cobertura de las grandes quebradas
-Unidad V24-
En las cuencas interandinas, las grandes
quebradas de origen tect6nico 0 fluvial tienen
una cobertura vegetal compleja y condicionada,
tanto por factores edâficos (esencialmente la
pendiente), coma por la acci6n deI hombre (de-
forestaci6n para obtenci6n de leiïa, pastoreo de
las cabras). La vegetaci6n que persiste, aunque
natural, estâ muy degradada y secundarizada.
Es variable seglin las condiciones c1imâticas
generales deI lugar. Casi siempre forma una
cobertura completa. El mapa no representa
sino las unidades V24 mâs extensas, aunque
muchas otras quebradas mâs estrechas recor-
tan las cuencas interandinas pero no pueden
ser representadas a la escala 1:1000000.
En las zonas relativamente humedas, la
vegetaci6n predominante es arbustiva y alcan-
za en promedio un metro de altura. Los escasos
remanentes arborescentes son sobre todo mimo-
sâceas y excepcionalmente se pueden encontrar
algunos pies, a veces viejos, de Buddleja 0 Teco-
ma. El estrato arbustivo, mejor desarrollado,
garantiza la cobertura deI suelo. Las especies
mâs abundantes son de los géneros Baccharis,
Barnadesia, Croton, Duranta y Lantana. Local-
mente, se pueden encontrar especies herbâceas,
pero no constituyen un componente importante
de esta formaci6n. Las pendientes de estas que- •
bradas humedas son el lugar predilecto de la
orquidea Epidendrum secundum.
En las zonas secas, los arbustos son a la vez
mâs pequeiïos y menos abundantes, predomi-
nando las herbâceas. Los ârboles estan prâctica-
mente ausentes. Los arbustos mâs comunes son
Croton, Dodonea, Cleistocactus y varios Opun-
tia. En el estrato herbâceo predominan las gra-
mineas, de las cuales la mâs grande es Corta-
deria, acompaiïadas de numerosas especies de
 Los paisajes y los sistemas de producci6n l Paisajes poco 0 nada antropizados
otras familias: amarantaceas, bromeliaceas,
compuestas, fabaceas, helechos, gesneriaceas,
solanaceas y urticaceas. Cuando el fondo de las
quebradas secas es 10 suficientemente ancho, se
desarrolla alli un bosque-galeria formado esen-
cialmente de Schinus.
Estas tierras abruptas son mas un estorbo
para la circulaci6n que una zona de utilizaci6n.
El usa se limita al pastoreo de los caprinos.
2.8 Vertientes secas, desmontadas y erosio-
nadas -Unidad V25-
Las grandes vertientes erosionadas tienen,
a semejanza de la unidad V24, una cobertura
• vegetal compleja. Se pueden encontrar especies
comunes con ella, pero dos caracteristicas la
diferencian claramente: las grandes vertientes
tienen una cobertura vegetal mucho mas abier-
ta y el estrato herbaceo puede transformarse
en el primer componente.
Los factores determinantes de esta vegeta-
ci6n son, al igual que en V24, de tipo antr6pico
(desmonte) y edafo16gico. En las zonas donde la
erosi6n ha dejado al desnudo una capa de ceni-
zas volcânicas endurecidas (cangahua), la mala
calidad fisica deI suelo impide la regeneraci6n
de una cobertura vegetal mas densa y mas alta
(caso frecuente en el norte deI pais). En otras
partes, las fuertes pendientes rocosas no pue-
den soportar una vegetaci6n mas evolucionada.
Las variantes de vegetaci6n son extremada-
mente variadas y pueden clasificarse segUn su
altura.
La cangahua esta a menudo desprovista de
vegetaci6n y fuertemente erosionada, pero pue-
de presentar también una formaci6n baja, abier-
ta y siempreverde donde predomina Margyri-
pus, una pequeiia rosacea caracteristica de los
suelos endurecidos. Una formaci6n un tanto
mas alta, de clara a densa, seria la conformada
•
por un conjunto de gramineas a veces perennes
... -de las cuales la mas grande es Cortaderia-
y otras plantas herbaceas, anuales 0 perennes,
de las familias de las compuestas, euforbiaceas
y lamiaceas, entre otras. Las formaciones ar-
bustivas serian las siguientes en esta clasifica-
ci6n segUn el tamaiio. Son abiertas 0 rara vez
densas, siempreverdes a deciduas y de composi-
ci6n floristica muy variable. Las especies prin-
cipales pertenecen a los géneros Agave, Croton,
Dodonea, Duranta, Fourcroya, Lantana, Sola-
num y Spartium. Faltan las formaciones arbo-
rescentes naturales, con la sola excepci6n de
227
bosquecillos de Nicotiana glauca en la cuenca
de Ambato-Riobamba. Los pocos arboles encon-
trados, Albizia, Eucalyptus, Prunus y Tara, son
plantados en linea 0 coma pies aislados en los
cercados.
Las pendientes rocosas localizadas en las
zonas humedas pueden albergar en sus grietas
algunas plantas que nunca formaran una cober-
tura notable. Se pueden citar en particular ma-
tas de gramineas y de orquideas, aunque tam-
bién bromeliaceas amarillas (una Tillandsia)
que marcan fuertemente el paisaje.
La utilizaci6n de estas tierras es marginal y,
cuando la pendiente 10 permite, de pastoreo
intensivo. Algunas plantas tienen una utiliza-
ci6n anexa: madera de los arboles plantados,
frutos de Prunus, tanino de las vainas de Tara,
vino de cabuya, fibras de Fourcroya. Su cultivo
e incluso las plantaciones de Eucalyptus se en-
frentan con el obstaculo fisico de la dureza de
la cangahua. Estas tierras pueden servir ya sea
para cultivos de cebada con una productividad
muy baja 0 para ser acondicionadas a gran cos-
to (labranza profunda y riego) para cultivos
intensivos. En ambos casos, son muy sensibles
a la erosi6ne6lica e hidrica.
2.9 Vertientes desmontadas deI sur deI pais-
Formaciones principalmente leiiosas
-Unidad V26-
Esta formaci6n de degradaci6n de los bos-
ques de la unidad V22 (y parcialmente de V23)
no se encuentra sino en las vertientes occiden-
tales de la parte sur deI pais. El aspecta gene-
raI es el de una maleza salpicada de bosqueci-
llos forestales y de escasos pastizales. Es una
formaci6n secundaria que cubre varias zonas
de humedad climatica. Las unidades situadas
al norte de 3° 30' S estan bajo un régimen
humedo y las formaciones vegetales que aIli se
encuentran se derivan de un bosque siempre-
verde (V23), mientras que al sur de ese limite,
la formaci6n original corresponde en gran parte
a V22.
Si bien el aspecta es comparable en toda la
unidad, la composici6n floristica varia. En las
zonas mas humedas persisten reliquias de bos-
que siempreverde con Cedrela y Weinmannia.
Las malezas comprenden especies secundarias,
entre las cuales predominan las solanaceas altas,
acompaiiadas de lobeliaceas gigantes, melasto-
maceas, tiliaceas, Sambucus, Baccharis y Bocco-
nia. En las pendientes mas fuertes se encuen-
tran formaciones densas deI bambu Chusquea.
228
Las partes mas bajas, mas secas y a menudo de
pendientes mas débiles son mas intensamente
utilizadas y, muchas veces, las reliquias de ve-
getaci6n natural no se presentan sino bajo la
forma de pies aislados. Los arboles son caduci-
folios con la prescncia de Jacaranda, Tabebuia
y una bombacacea. Los arbustos dispersos son
Croton, Cantua y Mimosa. Aparecen también
especies secundarias propias deI pisa calido
comolas d.· los gêneras Ochroma y Cecropia.
Estas formaciones, que son barbechos mez-
dados con jirones de la formaciôn V27 y prade-
ras mal manejadas. son a menudo limpiados
para agrandar los pastîzales Los cultivos no
tienen importo.ncia a19una sino en las partes
mas bajas. Se trsta dp parcelas familiares de
café, pifia y carla de azûcar. En la provincia de
El Oro, un organisme regional de desarrollo ha
realizado campafias masivas de reforestaci6n,
la mayoria con Tectona.
2.10 Vertientes desmontadas deI sur deI pais -
Formaciones esencialmente herbaceas
--Unidad V27-
Se trata de una formaci6n casi exclusiva-
mente herbacea que presenta facies muy dife-
rentes de una zona a la otra y de origen varia-
ble seglin la regiôn.
En un solo caso, en las islas Galapagos, se la
puede considerar coma primaria, aunque su
extensi6n actual puede verse favorecida pOl' el
pastoreo de las cabras. Estas praderas natura-
les llamadas «pampas» que gozan, gracias a la
altitud, de condiciones humedas, tienen una
composici6n floristica muy rica. Predominan las
gramineas pero estan acompanadas pOl' repre-
sentantes de numerosos géneros no gramineos:
Centella, Cuphea, Cyperus, Jaegeria y Lycopo-
dium, asi como muchas especies de helechos.
En la parte continental deI Ecuador, esta
formaci6n es muy heterogénea. Resulta deI des-
monte de formaciones forestales siempreverdes
o semi-deciduas de las pendientes medianas de
los Andes y de su posterior abandono. Se pre-
senta bajo dos formas principales, cada una ca-
racterizada pOl' el predominio de una sola espe-
cie. En el sur deI pais, se trata de una grami-
nea, Melinis minutiflora; en las vertientes de
los Andes deI centro deI pais y bajo condiciones
climaticas mas humedas, predomina un hele-
cho, Pteridium aquilinum. Esta cobertura vege-
tal debe compararse con las malezas de bambu
mencionadas en V23 (tal vez una formaci6n
vicariante 0 propia de las regiones menos hume-
Paisajes Agrarios deI Ecuador
das). La existencia en el suelo, tanto bajo Meli-
nis coma bajo Pteridium, de una espesa capa de
materia orgânica poco evolucionada puede cer-
tificar la antigüedad de estas formaciones, y la
poca importancia de las especies que la acom-
pafian hace suponer la poca posibilidad de evo-
luci6n de esas coberturas vegetales. La unidad
V27, representada en el norte deI pais, es com-
parable fison6micamente a las formaciones
anteriores pero la graminea predominante es
un Paspalum.
Sin un nuevo desmonte preliminar para el
cultivo, estas tierras no sirven. Pteridium no es
apreciado pOl' el ganado y los ganaderos evitan
utilizar Melinis coma pasto pues esa graminea,
pOl' su secreci6n recinosa, daria un sabor desa- .,
gradable a la leche. POl' cierto, los pastizales de
Melinis, despiden, bajo el sol, un 0101' fuerte y
caracteristico.
3 Paisajes vegetales dei piso bajo
3.1 Bosques de las zonas calidas y humedas
-Unidad V31-
Esta unidad abarca los dos grandes macizos
forestales deI Ecuador, el deI Noroeste y el de
la llanura amazônica. Cubre las nociones vagas
y misteriosas de «selva virgen» 0 «selva tropi-
cah, <~ungla», «infierno verde».
La «virginidad» de una formaciôn vegetal no
es sino una apreciaci6n de su estado de conser-
vaci6n y no podria, en ninglin caso, sel' exclusi-
va de un solo tipo de bosque. Asimismo, el adje-
tivo «tropicah se refiere a un criterio climatico
que puede aplicarse a todas las formaciones
vegetales de la zona intertropical y, en el casa
deI Ecuador, a todas las mencionadas aqui. Los
términos <~ungla» 0 «infierno verde» utilizados
pOl' los viajeros 0 los periodistas pretenden uni-
camente impresionar al lector. De una manera
mas austera, los fitoge6grafos denominan a es-
ta formaci6n «bosque ombr6filo» (rain forest,
Regenwald) y la definen coma un bosque denso, •
siempreverde, con varias estratos y de gran di-
versidad floristica (con la particularidad adicio-
nal de que ninguna especie predomina clara- ..
mente sobre las demas). A veces es Hamada
higr6fila y no se encuentra sino en las zonas de
estaci6n seca corta, poco marcada 0 inexistente.
La transici6n hacia el piso superior (unidad
V23) se hace de manera tan graduaI que renun-
ciamos a trazar un limite entre esas dos forma-
ciones cuando estan en contacto.
 Los paisajes y los sistemas de produccion l Paisajes poco 0 nada antropizados
La estratificàcion da urra impresion majes-
tuosa. Grandes arboles emergentes forman una
boveda discontinua bajo la cual un estrato ar-
borescente practicamente continuo cubre los es-
tratos inferiores, discontinuos, que son los de
los arboles de tamaiio mediano. Vienen luego
arbustos y finalmente herbaceas. Algunas lia-
nas unen a los diferentes estratos y, seglin su
especializacion, plantas epifitas ocupan los si-
tios altos 0 bajos en este conjunto. Sorprenden-
tes formas de las bases de los arboles, raices
zancas y raices tabulares, la existencia de flo-
res en los troncos de los arboles, las cortinas de
raices aéreas y la aparente falta de cambios es-
tacionales aumentan aun la rareza de estos
bosques. La oscuridad deI sotobosque, la calma
y la tufarada deI aire no procuran un gran
confort.
La complejidad deI edificio no es solo arqui-
tectural, la riqueza floristica contribuye amplia-
mente a desorientar al observador. Numerosas
familias encuentran aqui su expresion optima y
a veces son exclusivas de esta formacion. POl'
ejemplo, entre los arboles, las lecitidaceas (géne-
l'OS Grias y Lecythis), las sapotaceas (Chryso-
phyllum, Pouteria) no se encuentran sino en los
bosques muy humedos. Otras familias han de-
sarrollado alli su mayor diversidad: las palme-
ras emergentes 0 deI sotobosque, las rubiaceas
deI sotobosque. Aparecen aun otras familias a
través de sus representantes mas grandes coma
las euforbiaceas (Hyeronima y Sapium) 0 viola-
ceas (Rinorea). Los arbustos pertenecen a espe-
cies de las familias de las flacourtiaceas, ocna-
ceas, rubiaceas y esterculiaceas, entre otras.
Las numerosas epifitas pertenecen a las fami-
lias de las araceas, cic1antaceas, orquideas y
helechos, y las lianas 0 arbustos sarmentosos
son bignoniaceas, connaraceas, marcgraviaceas
y sapindaceas (Freire, 1968).
Esta unidad cubre numerosas variantes indi-
vidualizadas pOl' varias razones:
• fitogeograficas; oposicion deI macizo costero y
deI macizo amazonico; en el pie oriental de
los Andes se encuentran huellas de las reli-
quias forestales durante los periodos secos de
las oscilaciones Iluvias-sequia deI Cuaterna-
• rio (Prance, 1978)
• pOl' condiciones edaficas particulares; con-
traste entre los bosques relativamente pobres
en especies en suelos antiguos y lixiviados y
aquellos mas diversificados en suelos recien-
tes y ricos, bosques en suelos bien drenados y
aquellos de las zonas periodica 0 constante-
mente inundadas (Gentry, 1986).
Estas variantes, cuya cartografia implicaria
229
un estudio detallado a mayor escala, no estan
representadas. Sin embargo, la cartografia eda-
fologica incluida en el volumen de Geografia Fi-
sica describe los principales factores de varia-
cion ligados al suelo. Tampoco figuran las nu-
merosas pero muy pequeiias manchas de rege-
neracion forestal, después deI abandono de los
cultivos (ver igualmente los comentarios sobre
la unidad V39).
Una unidad equivalente existe en las islas
Galapagos. En las partes altas expuestas a los
vientos humedos, se encuentra un bosque den-
so siempreverde, fisonomica y floristicamente
diferente a los bosques ombrofilos deI continen-
te: es mas bajo, de estratificacion muy discreta
y, sobre todo, pobre en especies. El aislamiento
geografico deI archipiélago es responsable de su
pobreza floristica general (alrededor de 1000
especies frente a probablemente mas de 20000
en el casa deI Ecuador continental). Esta pobre-
za, sumada a una fuerte tasa de endemismo, ha
Ilevado al desarrollo de formaciones originales
en condiciones climaticas comparables sin em-
bargo. El estrato arboreo esta compuesto de Sca-
lesia mesofilas y en las islas, donde estas espe-
cies son inexistentes, las reemplaza Zanthoxy-
lum {agara. Otras pocas especies arborescentes
las acompaiian, Acnistus, Solanum y Toume{or-
tia. La humedad permite la presencia de nume-
rosos helechos terrestres 0 epifitos.
En la parte continental deI pais, los bosques
ombrofilos estan sujetos a fuertes presiones. La
explotacion forestal encuentra alli una amplia
gama de especies utilizables (en las familias de
las burseraceas, meliaceas 0 miristicaceas, en-
tre otras). Ademas de proporcionar madera
aserrada, abastecen pequeiias instalaciones de
fabricacion de madera contrachapa. La exigüi-
dad deI mercado nacional, las dificultades de
acceso a numerosas zonas, el reducido tamaiio
y la gran dispersion de las especies utilizables
son otros tantos factores que determinan que la
explotacion forestal industrial no ha ya adqui-
rido las dimensiones de sus homologos africa-
nos 0 asiaticos. A menudo la tala de la madera
es realizada pOl' quienes ocupan las parcelas
recibidas en el marco de los programas de
colonizacion. En ambos casos, explotacion pOl'
parte de una empresa 0 familial', las pérdidas
alcanzan un 50 % de la madera cortada. La
extraccion de madera es sumamente selectiva y
no pone en peligro a la formacion vegetal (ver
la parte B 1.5).
El primer estado de utilizacion agricola en
esta unidad es el sistema indigena deI cultivo
230
itinerante. Este modo de cultivo en parcelas
sumamente pequeiias, chacras que seran colo-
nizados nuevamente por el bosque, no es prac-
ticado sino por algunos grupos indigenas de la
Amazonia (ver mas adelante "Sistemas indige-
nas tradicionales» en la presentaci6n de los sis-
temas de cultivo deI piso caIido).
El estadio siguiente es la incorporaci6n, al
sistema tradicional, de cultivos de renta, maiz
en el caso de ciertos indigenas de las orillas deI
Putumayo, cacao y café, en el de los indigenas
Colorados de la regi6n costera 0 los indigenas
amaz6nicos mas integrados al mercado. Estos
tipos de utilizaci6n deI suelo aparecen en el
mapa (incluidos en D31, D32 Y D33), pero son
los desmontes, por parte de grupos al6ctonos
para la implantaci6n de pastizales 0 de cultivos
esencialmente perennes, familiares 0 industria-
les (P31, P32, T43 Y T38, T40 respectivamente),
los responsables de las mayores superficies
desaparecidas deI bosque ombr6filo.
El mapa muestra que vastas extensiones de
estos bosques estan aun intactas. Constituyen
la reserva de suelo deI pais, ampliamente mer-
mada por la politica de los ultimos decenios que
la ha abierto a la colonizaci6n agricola y ha rati-
ficado la ocupaci6n espontanea por parte de los
nuevos colonos. Los derechos de ciertos grupos
indigenas han sido reconocidos en adjudicacio-
nes colectivas realizadas en 1990 (612560 ha
para los Huaoranis) y 1992 (1300 000 ha para
otros grupos de la Amazonia y de la provincia
de Esmeraldas) -ver también la parte A VI Y el
mapa de la figura ClO-.
Zonas protegidas que cubren varias forma-
ciones vegetales conciernen parcialmente estos
bosques. Otras estan localizadas unicamente
en los bosques siempreverdes - Yasuni, Limon-
cocha, Cuyabeno (ver figura C3)-. Estas vas-
tas extensiones de bosque, controladas por un
personal muy restringido y sin un poder real
frente a los cazadores furtivos, actores de la
prospecci6n petrolera 0 inmigrantes no son, a
menudo, sino reservas virtuales. Pequeiias re-
servas privadas, creadas para el turismo 0 por
un profundo deseo de conservaci6n deI propie-
tario, gozan de una mejor protecci6n, pero en
superficies demasiado limitadas.
En Galapagos, los bosques ombr6filos son,
en las islas habitadas, parcialmente incluidos
en las zonas reservadas a la utilizaci6n agrico-
la. Alli son por 10 tanto objeto de desmonte, so-
bre todo para la implantaci6n de pastizales y
también estan amenazados indirectamente con
Paisajes Agrarios·del Ecuador
desaparecer debido a la fuerte competencia de
las especies introducidas por el hombre, guaya-
bos, quinos y moras. En las islas no habitadas,
su estado de conservaci6n depende de la pre-
si6n de las manadas de cabras salvajes que han
llegado a eliminar este tipo de bosque en la isla
Santiago (San Salvador).
3.2 Bosques de las zonas calidas mas secas
-Unidad V32-
El bosque semi-deciduo es, coma su nombre
10 sugiere, una formaci6n intermedia entre los
bosques siempreverdes (V31) y los bosques de-
ciduos (V34), y constituye la respuesta a un au-
mento moderado deI numero de meses secos
durante el aiio. Se trata alin de un bosque den-
so, alto, estratificado y rico en especies, pero de
ellas, la mayor parte de leiiosas pierden sus
hojas durante la estaci6n seca. La caida de ho-
jas es marcada sobre todo en los arboles gran-
des, pues los de estratos inferiores pueden
conservar su follaje. Por oposici6n a los bosques
ombr6filos, forman parte, con los bosques deci-
duos (V34), de los bosques trop6filos y, en dife-
rentes nomenclaturas, también son llamados
bosques mes6filos (dry evergreen forest, halb-
immergrüner Wald).
Entre los arboles representativos de este
bosque se pueden mencionar Centrolobium,
Guazuma, Vitex, Sapindus y algunos Ficus. La
familia de las palmeras esta aun representada
por especies de los géneros Astrocaryum, Phy-
telephas e Ynesa. En la maleza se encuentran
diversas Tournefortia. Las numerosas forma-
ciones secundarizadas se caracterizan por Ce-
cropia, Ochroma y Cordia. En las Galapagos, la
mayoria de estos bosques estan formados de
Psidium galapageium y de Pisonia. En el Sur
de la isla Isabela predomina Sapindus.
El macizo de las colinas de Chong6n es el
mas extenso de los bosques semi-deciduos, en-
contrandose bloques mas pequeiios disemina-
dos en la regi6n litoral. Estos bosques estan
situados en regiones de condiciones climaticas
intermedias entre las de las regiones muy
humedas con su cortejo de insalubridad y de
suelos empobrecidos y las regiones demasiado
secas con sus riesgos de pérdida de cosechas.
Han sido, y ello desde hace tiempo, derribados
y quemados para liberar espacios agricolas
(D33 a D38, C32 a C38, C41 a C45, T32 a T37,
por ejemplo). Las actuales reliquias estan en-
tonces muy amenazadas y es probable que, en
este punto, el mapa ya no corresponda a la rea-
lidad, debido a desmontes operados desde los
 Los paisajes y los sistemas de produccion l Paisajes poco 0 nada antropizados
ultimos trabajos de foto-interpretacion y de
campo.
Las tres colinas deI macizo de Churute, al
norte de Naranjal, presentan una cobE;rtura
parcial de bosques semi-deciduos protegidos
(reserva de Manglares-Churute, ver figura C3).
En las islas habitadas de Galapagos, este tipo
de bosque practicamente ha desaparecido,
mantieniéndose unicamente en las otras islas.
•
3.3 Malezas de la zona de humedad intermedia
-Unidad V33-
En esta. unidad artificial se agruparon tres
formaciones vegetales muy diferentes: la de la
llanura situada al este y al sur de Duran, la de
la parte baja de la cuenca de Zaruma-Pifias y la
de numerosas manchas en las islas Galapagos.
Estas tres zonas tienen un régimen de hume-
dad comun y una fisonomia similar: la sequia
es en ellas relativamente moderada y el aspecta
corresponde a una mezcla de arbustos y de her-
baceas de desarrollo estacional.
El origen de estas malezas y su composicion
floristica difieren de un lugar a otro. En los dos
primeros sitios, este tipo de vegetacion es de
origen antropico y corresponde a zonas anti-
guamente desmontadas y actualmente ocupa-
das por un mosaico de reliquias de vegetacion
natural y pastizales. En las Galapagos, en cam-
bio, esas malezas son naturales y corresponden
a terrenos muy pedregosos donde la vegetacion
no ha evolucionado aun hacia una formacion
forestal climacica (V32).
La llanura de Duran es un vasto pantano es-
tacional con numerosas asociaciones vegetales
repartidas seglin la micro-topografia. La forma-
cion vegetal original era probablemente una va-
riante inundable de V32 (algunas Samanea sub-
sisten en las colinas mas elevadas). Los desmon-
tes aguas arriba tornan las crecidas de los rios
cada vez mas catastroficas, las inundaciones
escapan a todo control y ello favorece al cornpo-
•
nente herbaceo de la vegetacion: en los panta-
nos mas 0 menos permanentes se desarrollan
plantas flotantes -Eichhornia, Pistia-y alre-
• dedor de esos pantanos se forman cinturones de
altas hierbas -Echinodorus, Canna, Sesbania,
Thalia y Typha- (Bravo Velasquez y Balslev,
. 1985). Gramineas y ciperaceas bajas se encuen-
tran en las zonas menos frecuentemente inun-
dadas. El componente arbustivo, al no soportar
las inundaciones prolongadas, solo se mantiene
en las tierras emergidas de manera permanen-
te 0 casi, donde constituye una maleza baja de
231
cesalpiniaceas (Cassia), malvaceas (Malachra),
mimosaceas (Neptunia) y papilionaceas (Cro-
talaria).
La utilizacion de estas tierras, un pastizal
extensivo de bovinos que no temen chapotear e
incluso nadar para alimentarse, sugiere una
comparacion de esta zona con la unidad P36 deI
valle de Chone. La diferencia entre estas dos
unidades reside en la intensidad de la explota-
cion que es mayor en P36 (gramineas introdu-
cidas, produccion mas elevada). La proximidad
de Guayaquil, la ciudad mas importante y di-
namica deI pais, determina, en la parte mas
occidental de la unidad, una utilizacion coma
zona industrial (después deI levantamiento ar-
tificial de las tierras), 0 coma zona de habitat
marginal.
El valle medio deI Puyango tiene un relieve
mas contrastado que la llanura de Duran, y la
fisonomia y la composicion floristica de la vege-
tacion son alli variables. En las vertientes ex-
puestas al Oeste, por 10 tanto a los vientos car-
gados de humedad, se encuentran, diseminados
entre los cultivos y los pastizales, remanentes de
de una maleza alta dominada por Eugenia con
otras grandes plantas lefiosas coma Cassia, Cro-
ton, Jacaranda, Zanthoxylum y una melïacea.
Entre los arbustros de la maleza, se pueden
mencionar Baccharis, Cantua, Dodonea y melas-
lastomaceas. La exposicion a los vientos hume-
dos permite el desarrollo de bromeliaceas y de
orquideas epifitas pero se observa la casi ausen-
cia de helechos. Los islotes de vegetacion no
degradada de las pendientes protegidas de esos
vientos son esencialmente un bosque denso de
Acacia con escasas plantas de Trema, Spondias
y Ziziphus. Los arbustos son sobre todo Cassia
y Tournefortia.
Estas formaciones secundarias que se deri-
van deI bosque semi-deciduo (V32) estan someti-
das a un intenso desmonte para la implantacion
de pastizales de Panicum maximum en las ver-
tientes secas y de cultivos perennes (vergel tro-
pical de café, banano y citricos, a veces con Inga
para la sombra) en las vertientes mas humedas.
En el archipiélago de las Galapagos, esta
unidad contiene chaparros propios de las zonas
rocosas de altitud mediana. Esos chaparros,
estacionalmente verdes, comprenden arbustos
de los géneros Croton, Gossypium, Chiococca y
Tournefortia. Croton, asi coma algunos Tourne-
fortia pueden alcanzar el tamafio y el aspecta de
arboles. Esta formacion vegetal no tiene utili-
zacion alguna.
232
3.4 Bosques de las zonas calidas y muy secas
-Unidad V34---
En el gradiente de humedad decreciente, el
bosque deciduo es la tiltima formaci6n arb6rea
densa. Estos bosques, que se pueden clasificar
en dos grandes tipos floristicos, presentan pun-
tos cornunes: durante la estaci6n seca, todos los
arboles y gran parte de los arbustos deI soto-
bosque pierden todas sus hojas durante varios
meses (hasta 8 meses al ano, de julio a febrero);
la floraci6n de los arboles se opera antes de la
emisi6n de las hojas; el sotobosque es abierto,
estacionalmente frondoso y parcialmente espi-
noso; la riqueza floristica disminuye considera-
blemente en comparaci6n con V31 y V32; las
lianas y epifitas son escasas. Lo mas destacado
es el contraste entre el aspecta de estaci6n seca
(arboles desnudos y color gris dominante) y el
de la estaci6n htimeda (apariencia de frondosi-
dad con una amplia paleta de verdes claros).
Los bosques deciduos forman parte de los bos-
ques trop6filos y son designados con los térmi-
nos de «bosque seco» (0 bosque de monz6n, dry
deciduous 0 wet deciduous forest, regengrüner
Wald).
Dos grandes tipos de bosques secos pueden
distinguirse por la especie arb6rea mas abun-
dante. En las zonas mas secas predomina Bur-
sera, mientras que en los bosques que estan en
contacto con zonas menos secas abundan las
bombacaceas, Ceiba, Cavanillesia y Bombax.
Entre los bosques de bombacaceas, se pueden
atin distinguir variantes: diferenciaciones geo-
graficas coma los bosques con sotobosque de
.Bougainvillea e Ipomoea vargesiana deI Sur
opuestos a los de diversos cactus y Erythrina de
la regi6n costera central; variantes debidas a
factores climaticos como los bosques de Ceiba en
las regiones de sequia mediana y los de otras
bombacaceas en las formaciones de transici6n
hacia la unidad V32 0 V22.
Las demas especies arborescentes secunda-
rias pertenecen a los géneros Cochlospermum,
Loxopterigium, Geoffroea y Ziziphus; el sotobos-
bosque arbustivo esta compuesto de bromelia-
ceas que resisten bien a la sequia, pero se en-
cuentran igualmente algunas orquideas y cac-
tus adaptados a la vida en las ramas. Como lia-
na se puede mencionar Cardiospermum, parti-
cularmente frecuente en los linderos. En las for-
maciones vegetales secundarias derivadas de los
bosques deciduos predominan Croton y las mi-
mosaceas (Prosopis y Acacia), y la propagaci6n
de los representantes de esta tiltima familia
podria ser favorecida por el ganado. Una degra-
Paisajes Agrarios deI Ecuador
daci6n mayor conduciria a la fisonomia de la
unidad V38.
En el archipiélago de Galapagos, esta uni-
dad no esta representada sino por los bosques
de Bursera, siendo las bombacaceas totalmente
inexistentes.
Por su reducido tamano 0 su madera ligera,
los arboles que crecen en estos bosques son, en
su mayoria, de poca utilidad. Unicamente los re-
presentantes deI género Tabebuia proporcionan-
una madera apreciada, pero hoy en dia practi- •
camente ya no se encuentran arboles explota-
bles. Las especies de madera dura, pero de ta-
mana reducido, son explotadas coma combusti-
ble, a veces después de la transformaci6n arte-
sanal en carb6n.
Pese al riesgo de sequia que no permite man-
tener ni pastizales ni, a falta de riego, cosechas
aseguradas de los cultivos de cic10 corto (maiz 0
algod6n por ejemplo), este bosque retrocede ra-
pidamente en las regiones muy pobladas coma
la provincia de Manabi. Al parecer, la probabi-
lidad de una cosecha cada 3 a 5 allOS bastaria
para justificar desmontes rapidamente abando-
nados posteriormente (ver V38). La extensi6n
de los cultivos de secano de jojoba (Simmondsia
sinensis) habria podido amenazar a los bosques
deciduos, pero los fracasos registrados en los
cultivos de prueba pueden permitir esperar la
conservaci6n de este tipo de bosque a largo
plazo. En cambio, los proyectos de riego vincu-
lados al desvio de las aguas deI rio Daule hacia
la peninsula de Santa Elena deberian provocar
alli, al menos en las zonas planas, desmontes
masivos.
Por el momento, estas formaciones siguen
siendo 10 que fueron desde la introducci6n de la
ganaderia, un vasto terreno de recorrido, cam-
po abierto, para manadas de caprinos 0 bovinos
éticos. Este modo de ganaderia demanda una
total libertad de circulaci6n en los extensos
espacios de los grandes dominios 0 de las comu-
nidades, y la colocaci6n de cercados que mate-
rialicen la parcelaci6n es incompatible con su
mantenimiento.
Como productos anexos, se debe citar la reco-
lecci6n de un (falso) miraguano proporcionado
por algunas bombacaceas y, en el sur de la pro-
vincia de Loja, el de las vainas de algarrobo
(Prosopis, mimosaceas), coma forraje para el
joven ganado durante periodos de empalme
entre dos cultivos 0 para la elaboraci6n de un
licor, la algarrobina.
 Los paisajes y los sistemas de producci6n l Paisajes poco 0 nada antropizados
El Parque Nacional Machalilla, establecido
para proteger un yacimiento arqueo16gico, ga-
rantiza el mantenimiento de una zona cubierta
de bosques deciduos (figura C3).
En las partes habitadas de las islas Galapa-
gos, la principal utilizaci6n de esta unidad es la
explotaci6n de Piscidia cuya madera dura es co-
diciada coma combustible, estaca para cercado y
elemento de construcci6n tanto para casas coma
para barcos. La sobreexplotaci6n de esta especie
ha conducido a la extinci6n deI stock de plantas
• utilizables.
3.5 Formaciones mixtas de las zonas calidas y
aridas -Unidad V35-
Esta formaci6n arbustiva, caracteristica de
las zonas de sequia muy marcada, se encuentra
en varios lugares, ya sea en los vaHes interan-
dinos calidos, 0 en la regi6n litoral, incluyendo
las islas Galapagos. El punta comun a todas
estas formaciones es ser predominantemente
arbustivas y comprender un importante compo-
nente de especies espinosas, principalmente de
las familias de las mimosaceas (Prosopis y Aca-
cia) y de las cactaceas. Diferencias locales se
refieren a la densidad de la maleza que varia
desde muy abierta a impenetrable. La estruc-
tura y la composici6n floristica varian tambiên
seglin la 10calizaci6n.
En la Hanura litoral deI Ecuador continen-
tal, se encuentra una maleza relativamente
alta, pero abierta. Es un cactus candelabro (Ar-
matocereus cartwrightianus), que marca el as-
pecto de la cobertura vegetal. En esta regi6n,
esta ultima se singulariza igualmente por un
componente arborescente no despreciable, di-
versas mimosaceas, cesalpiniaceas y Tabebuia.
Los arbustos comprenden igualmente mimosa-
ceas y cesalpiniaceas, aunque tambiên cappari-
daceas, bignoniaceas, Croton, Jacquinia, Wal-
theria y Ziziphus.
Los fondos de los vaHes andinos se distin-
•
guen por una vegetaci6n mas baja, a menudo
mas densa, y la menor frecuencia de arboles,
pero las cactaceas tienen aHi una mayor diver-
sidad. Por ejemplo, en la depresi6n de Cata-
mayo, esta familia cuenta con 7 especies repar-
tidas en 5 gêneros, entre ellos el unico cactus
en «bola» deI Ecuador, un Melocactus. En el
otro extremo deI pais, en el vaHe deI Chota, ya
no se encuentran sina 4 especies deI género
Opuntia incluyendo O. tunicata, un cactus in-
troducido. Los arboles son aHi menos importan-
tes que en la llanura litoral. Se trata sobre todo
233
de mimosaceas y de cesalpiniaceas. Los arbus-
tos son el componente principal y presentan va-
riaciones locales. Croton y Dodonea son los gê-
neros principales. Localmente, los acompaiian
Jatropha asi como otras euforbiaceas, compues-
tas, capparidaceas (Capparis), rutaceas (Zan-
thoxylum), escrofulariaceas (Capraria) y ester-
culiaceas (Waltheria). El componente herbaceo
es estacional, poco importante, sobre todo gra-
mineas, convolvulaceas yeuforbiaceas.
En las islas Galapagos, estas malezas com-
prenden igualmente una fuerte proporci6n de
especies espinosas: mimosaceas, Bcutia, Opun-
tia y Jasminocereus. Entre los arbustos no espi-
nosos se pueden citar Tournefortia, Alternanthe-
ra y Lantana peduncularis. Los arboles son es-
casos e igualmente espinosos (Acacia, Parkinso-
nia y Prosopis).
En las formaciones vegetales deI Ecuador
continental, la existencia de reliquias arb6reas
sugiere un origen secundario de estas forma-
ciones. Un bosque deciduo mas 0 menos denso
podria ser la formaci6n climacica que no puede
regenerarse después de la reforestaci6n. En las
islas Galapagos, en cambio, esta formaci6n es
un estadio pionero propio de las zonas rocosas,
bajo condiciones extremas de sequia. Es pre-
visible una evoluci6n hacia un bosque de Bur-
sera.
Debido a la gran sequedad de estas zonas, la
utilizaci6n es muy reducida. Unicamente las
pocas partes planas y que disponen de suficien-
te cantidad de agua son cultivadas bajo la for-
ma de huertos (C48), 0 de plantaciones de caiia
de azucar (T32) cuando la tierra y el agua son
un tanto mas abundantes. Las demas utilizacio-
nes de estas zonas son la extracci6n familiar de
leiia (a veces transformada aHi mismo en car-
b6n), asi como el pastizal itinerante de caprinos
en los Andes 0 de caprinos y bovinos en la regi6n
litoral.
3.6 Praderas y mezcla de praderas con V35
-Unidades V36 y V37-
La formaci6n herbacea V37, abierta y esta-
cional, esta limitada a las zonas mas arcillosas
de la parte mas arida de la peninsula de Santa
Elena. Se trata de una pradera de desarroHo
estacional cuyo aspecta varia de un ano al otro
segun las precipitaciones recibidas. Normal-
mente predominan las gramineas y se encuen-
tran Cenchrus, Chloris, Eragrostis y Panicum.
Localmente y seglin las precipitaciones anua-
les, se pueden producir pululaciones de espe-
234
cies lianescentes, Ipomoea 0 Luffa. Con precipi-
taciones aun mas importantes, Alternanthera
publifiora puede alcanzar tamanos y densida-
des notables; debido a su prolifaraci6n durante
El Nino de 1982-83, sus restos eran aun visibles
10 allOS después bajo la forma de tallos seme-
jantes a los de un pequeno bambu seco.
Estas formaciones, llamadas «sabanas», se
presentan bajo la forma, ya sea de grandes ex-
tensiones exclusivamente herbaceas, 0 de pra-
deras mezcladas con manchas de plantas leno-
sas arborescentes 0 arbustivas. Las plantas le-
nosas que forman estas inclusiones son las men-
cionadas en V35. Cuando estas praderas no tie-
nen plantas lenosas, fueron representadas bajo
la sigla V37, mientras que las que comprenden
un componente lenoso 10 fueron coma V36. Esta
ultima unidad no es entonces sino un mosaico
de las dos formaciones vegetales identificadas
con las siglas V35 y V37.
Como V32 esta situada en zonas aun mas
secas que las que corresponden a V35, su utili-
zaci6n es practicamente nula. S6lo se puede
mencionar el pastizal extensivo y estacional de
ganado proveniente de regiones mas clementes.
3.7 Malezas claras de las zonas calidas y secas
-Unidad V38-
Esta formaci6n arbustiva es una cobertura
vegetal secundaria que corresponde a los bos-
ques deciduos de Ceiba 0 Bursera (V34).
En la parte continental deI Ecuador, el mapa
no menciona sino una unidad al sur de Manta,
pero superficies mas 0 menos importantes se
encuentran en las margenes de la mayoria de
las unidades V34. Se trata en este casa de una
formaci6n de degradaci6n que se presenta coma
una maleza alta, de densidad variable y carac-
terizada por la abundancia de Cordia lutea, la
presencia de capparidaceas, cesalpiniaceas, mi-
mosaceas, Croton, Ipomoea, Vallesia y remanen-
tes de Armatocereus. Cuando la intensidad de la
estaci6n lluviosa 10 permite (en allOS de Nino
por ejemplo, se desarrollara un estrato arbusti-
vo bajo, con malvaceas y, en los lugares abier-
tos, proliferaran las gramineas.
En las Galapagos y en la misma zona clima-
tica, esta formaci6n es. pionera en los substratos
mas j6venes que los ya ocupados por los bosques
de Bursera. Las malezas son aHi mas bajas que
las deI continente, pero se encuentran igualmen-
te Croton, Cordia lutea, Vallesia, mimosaceas,
aunque también Scutia y Waltheria entre otras.
Paisajes Agrarios deI Ecuador
Las plantas estacionales son esencialmente gra-
mineas. Esta formaci6n es mas abierta y por 10
tanto probablemente mas joven que las malezas
de la unidad V35.
Los terrenos desmontados en el Ecuador
continental pueden ser objeto de un segundo
desmonte para una nueva tentativa de cultivo
(V34) y, entretanto, servir de tierra de pasto
itinerante y estaciona1. Las malezas de las islas
Galapagos no tienen usa alguno.
Las dos siguientes formaciones ocupan un
lugar aparte en esta leyenda. En efecto, esta
ultima esta organizada, en el piso calido, segUn
un gradiente de humedad y el determinismo de
esas dos ultimas formaciones nada debe a la
humedad climatica de la zona. La existencia de
la una, V40, esta estrictamente vinculada a
substratos finos sometidos al vaivén de las ma-
reas, mientras que la otra, V39, mas compleja,
reune formaciones de fisonomia original que
expresan ya sea una degradaci6n de una cober-
tura vegetal c1imacica, 0 un estadio pionero
relativamente avanzado en la constituci6n natu-
raI de tal cobertura vegetal climacica.
Se debe senalar también la existencia de
otras formaciones azonales que, en raz6n de su
reducida extensi6n, no pueden representarse a
la escala deI mapa, coma por ejemplo las comu-
nidades vegetales ligadas a la presencia perma-
nente de agua: bosques inundados, vegetaci6n
flotante y ripicola.
3.8 Malezas de la zona calida -Unidad V39-
Estas formaciones arbustivas, densas, siem-
preverdes, localizadas en zonas donde la forma-
ci6n vegetal climacica es forestal, representan
estadios pioneros 0 de degradaci6n.
En la parte continental deI Ecuador, son
esencialmente formaciones secundarias que se
desarrollan en barbechos después de la practica
de cultivos. Numerosas unidades de barbechos
arbustivos pueden encontrarse en las tierras
bajas, pero su reducida extensi6n no permite
una representaci6n cartografica.
•
Los estadios pioneros en cambio son mas es-
casos y no se encuentran sino en los terrenos
volcanicos recientes -cima deI Reventador,
coladas de lava de Papallacta, de Pintag, de
Tungurahua, por ejemplo-. Sin embargo, esas
unidades estân localizadas en pisos superiores
y fueron representadas, cuando la escala 10 per-
mitia, coma V13.
 Los paisajes y los sistemas de producci6n l Paisajes poco 0 nada antropizados
Solamente en las Galapagos aparece esta
unidad en el mapa. Alli se encuentran también
tanto formaciones degradadas coma formacio-
nes pioneras relativamente antiguas.
La degradaci6n de las formaciones originales
puede deberse a la proliferaci6n de especies
vegetales al6ctonas (Lantana camara en la isla
Floreana) 0 al efecto negativo, en los j6venes ar-
boles, de herbivoros introducidos (cabras en la
isla Pinta) 0 nativos (tortugas en la isla Pinz6n).
• En la isla Isabela, las unidades V39 corres-
ponden a formaciones pioneras implantadas en
campos de edad intermedia entre los terrenos
antiguos -con arboles- y los muy recientes,
-sin vegetaci6n-. Esas unidades correspon-
den igualmente a las zonas climaticas seca a
humeda no cubiertas por las otras unidades de
la leyenda. Estas malezas densas cornprenden
especies siempreverdes como Scalesia xer6fitas,
Castela, Croton, Waltheria y Scutia. Son arbus-
tos bajos dominados por escasos arboles de
Bursera.
Las formaciones pioneras se encuentran en
terrenos demasiado j6venes y demasiado pedre-
gosos coma para soportar un bosque 0 cualquier
utilizaci6n agricola y deberian, a largo plazo,
evolucionar hacia la formaci6n climacica de la
zona. Las malezas de Lantana de la isla Florea-
na plantean dos problemas: en la zona de uso
agricola, constituyen una real peste que invade
los pastizales y los cultivos y debe controlarse
y, en la reserva deI Parque Nacional, tienden a
eliminar las formaciones vegetales originales y
a constituir un serio estorbo para la anidaci6n
de los petreles.
3.9 Bosques litorales -Unidad V40-
El manglar es el bosque propio de las arillas
deI mar. Para su implantaci6n, necesitan agua
salada, movimiento de las mareas y prefieren
los substratos de sedimentos fin os caracteristi-
cos de los estuarios u otros sitios protegidos de
•
los oleajes mas fuertes. Es una formaci6n tropi-
cal pero que puede desarrollarse en cualquier
zona de humedad. S610 las formaciones de las
• tierras saladas situadas detras de los mangla-
res muestran una diferenciaci6n segûn las pre-
cipitaciones.
Este bosque es denso y siempreverde. A dife-
rencia de V31, el numero de estratos se limita a
menudo a uno. El numero de especies es tam-
bién limitado. Se observan, en cambio, numero-
sos procesos de adaptaci6n a este medio particu-
235
lar -neumat6foros en Avicennia, glandulas
que secretan saI en Laguncularia, raices zancas
y germinaci6n de semillas en el arbol-madre en
Rizophora, hojas coriaceas en varias especies
coma Conocarpus-. Aparte de algunas germi-
naciones, el sotobosque es vacio, las lianas son
inexistentes pero los arboles deI borde de los
canales estan cubiertos a veces de largas colga-
duras de un epifito, Tillandsia usneoides.
Tradicionalmente, los mangles son explota-
dos tanto por el tanino de su corteza que por su
madera imputrescible. En los manglares se
cogen igualmente cangrejos y camarones. Esta
explotaci6n artesanal era poco intensa para no
ocasionar graves perturbaciones al medio, pero
dos nuevos modos de utilizaci6n de esas tierras
conducen a su desaparici6n local: la extensi6n
deI habitat marginal (principalmente al sur de
Guayaquil) y, sobre todo, la instalaci6n de pis-
cinas de cria de camarones (estuarios de los
rios Guayas y Chone, costa de la provincia de
El Oro).
A inicios deI decenio de 1980, esta ultima
actividad se revel6 extremadamente lucrativa y
las superficies aumentaron rapidamente. Ac-
tualmente, el fen6meno tiende a estancarse, a
causa de las dificultades en obtener larvas, los
problemas de contaminaci6n deI agua y la com-
petencia de los productores de Centroamérica 0
de Asia.
La figura C4 representa el estado de los bos-
ques litorales tal coma se desprende deI inven-
tario establecido por CLIRSEN-DINAF (1991)
y la figura C5 ilustra variaciones de superficies
desde hace cerca de 20 allos. Seglin ese infor-
me, las 115 000 ha de piscinas camaroneras no
se habrian desarrollado sinn parcialmente a
partir de los manglares, los cuales que no ha-
brian perdido sino 30000 ha. Las otras tierras
salinas (ver el sentido de este término en el si-
guiente parrafo) habrian disminuido en cerca
de 40 000 ha y las 45 000 ha restantes habrian
sido ocupadas por otras formaciones vegetales
u objeto de otro tipo de utilizaci6n.
Las demas tierras salinas 0 zonas salinas
deI informe CLIRSEN-DINAF (1991) cubren
dos paisajes diferentes. Por una parte, las pis-
cinas de evaporaci6n de agua de mar destina-
das a la recolecci6n de saI y, por otra, una for-
maci6n vegetal natura1. Esta ultima no fiwra
en el mapa a escala de 1:1000000 pero se la en-
cuentra en los mapas a escala 1:200000. Se
trata de una vegetaci6n hal6fila baja y abierta
que ha sido ampliamente reemplazada por las
236 Paisajes Agrarios deI Ecuador

\ IBosques litoralesl
o SOkm
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:...., Escala de las tarjetas
.....
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Manglares
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Otras tierras saladas .-;' \
" ,- " l
• Camaroneras ,, ,'" ... ,
-,' \ .,-
\
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Figura C4: Mapa de usos de la zona de los bosques litorales

Fuente: simplificado seglin CLIRSEN-DINAF,1991
 Los paisajes y los sistemas de producci6n l Paisajes poco 0 nada antropizados 237

Superficie (miles de hectareas)

300

200 Figura CS: Evoluci6n de las superficies

de los grandes paisajes en el area
de los bosques litorales
Fuente: CLIR8EN-DINAF 1991
100

0+---
1969 1987
Anos
otras tierras ~
Manglar • 1d Camaroneras
sa a as

piscinas camaroneras. Es comparable a los y Sporobolus, se reparten muy estrictamente

«sansouires» de la Camargue francesa y ocupa-
ba, en las zonas climaticas secas, las llanuras
situadas detras deI manglar. Las pocas espe-
cies presentes y adaptadas a esas condiciones,
Batis, Portulaca, Alternanthera albotomentosa
de acuerdo con la micro-topografia: Batis en las
partes mas bajas y A. albotomentosa en las mas
altas. En las zonas humedas, esas tierras estan
cubiertas ya sea de un bosque inundable, 0 de
una maleza deI helecho (Acrostichum ?).

Nombres cientificos usados en la parte C l

A continuaci6n se dan los nombres cientificos con sus nombres cornunes correspondientes. La
traducci6n fue obtenida a través de informaciones de campo coma de la revisi6n de publicaciones
que constan en la bibliografia. Para ciertos casos, la correspondencia entre los dos nombres puede
ser dudosa y, en otros casos, no fue posible encontrarla.

Nombre cientifico Nombre comun Nombre cientifico Nombre comun

Acacia faique Bombax payaso

Acrostichum ? Bougainvillea papelillo
Acnistus cogojo Brachycereus cactus de lava
Agave cabuya Brachyotum sarcilleja
Agrostis agrostide Bromus sacha cebada
Albizia guachapeli Buddleja quishuar
Allophyllus sabaleta Bursera palo santo
Alnus jorullensis aliso Caesalpinia
Alternanthera alternantera Calamagrostis paj a de paramo
Armatocereus candelabro Canna atzera
Astragalus astragalo Cantua pepizo
• Astrocaryum chambira Capraria hierba de chivo
Avicennia mangle iguanero Capparis zapote de perro
Azorella Cardiospermum farolito
Baccharis chilca Cassia vainillo
Barnadesia yangue Cavanillesia pretino
Batis Cecropia guarumo
Bocconia sandalla Cedrela cedro
Bomarea veneno de perro Ceiba ceibo
238 Paisajes Agrarios deI Ecuador

Nombre cientifico Nombre comun Nombre cientifico Nombre comun

Cenchrus cadillo Hieracium vellosilla

Centella Hippomane mancenilla manzanillo
Centrolobium amarillo Hyeronima motilon
Ceroxylon palma de cera Hypericum romerillo
Chiococca espuela de gallo Hypochoeris achicoria
Chloris pata de gallina Inga guaba
Chrysophyllum caimitillo IpoT}loea pes caprae
Chuquiragua chuquiragua Ipomoea vargesiana
Chusquea suro Iriartea pambil
Cladonia liquen de los renos Jacaranda arabisco
Cleistocactus Jasminocereus cirio
Cleome tagma Jacquinia barbasco •
Clusia copal, matapalo Jaegeria
Cochlospermum bototillo Ja tropha pinon
Conocarpus manglejeli Laguncularia mangle blanco
Cordia laurel Lantana camara supirosa
Cortaderia sigse Lecythis salero
Crotalaria crotalaria Linociera arupo
Croton mosquero, chala Loxopterigium guasango
Cryptocarpus monte salado Luffa esponja vegetal
Culcitium cachu-taruga Lupinus sacha chocho
Cuphea hierba deI toro Lycopodium licopodio
Cyperus coquito Lysipomia
Diplostephium Malachra malva espinuda
Distichia Margyricarpus setosus nigua
Dodonea chamana May tenus rompe olas
Draba Melinis minutif/ora pasto gordura
Duranta espino Melocactus san pedrillo
Echinodorus Miconia colca
Eichhornia jacinto de agua Mimosa mimosa
Embothryum cucharillo MollllgO molugo
Ephedra Mutisia mutisia
Epidendrum secundum Neptunia
Eragrostis eragrostide Nicotiana glauca eucaliptillo
Erythrina porotillo Ochroma balsa
Escallonia chachacomo Opuntia tuna
Espeletia hartwegiana frailejon Palicourea aji de monte
Eucalyptus globulus eucalipto Panicum maximum pasto saboya
Eugenia arrayan Parkinsonia palo verde
Festuca festuca Parmelia liquen crustaceo
Ficus higueron Paspalum paspalum
Freziera turo aliso Passif/ora pasiflora
Fuchsia zarcillo Peperomia matico
Furcraea cabuya Pedicularis hierba deI gallo
Gentiana genciana Piscidia matazarno
Gentianella Pistia lechugilla
Geranium geranio Phyllactis
Geoffroea seca Phytelephas tagua
Gnaphalium lechugilla Pinus radiata pino monterrey
Gossypium algodon Pisonia pega pega
Grias pito Plantago llantén
Guazuma guazmo Poa poa
Hedyosmum tarqui Podocarpus romerillo
Helychrisum Poiretia
Heliotropium cuassavicllm mote blanco Polylepis pantza, quinua
Hesperomeles pujin Portulaca verdolaga
 Los paisajes y los sistemas de producci6n l Paisajes poco 0 nada antropizados 239

Nombre cientifico Nombre comun Nombre cientifico Nombre comun

Pouteria lucuma Stipa ichu ichu

Prosopis algarrobo Siphocampylus pucunero
Prunus capuli capuli Tabebuia guayacan
Psidium galapageium guayabillo Tara guarango
Pteridium aquilinum chontilla Tecoma cholan
Rapanea gualache Tectona teca
Ranunculus ranunculo Thalia
Rhizophora mangle rojo Tillandsia huicundo
Ribes grosella Tillandsia usneoides barba salvaje
Rinorea Tournefortia
Salix h umboldtiana sauce Trema sapan de paloma
. Samanea saman Trifolium trébol
Sambucus sauco Typha totora
Sapindus jaboncillo Valeriana guasilla
Sapium caucho Vallea sacha pera
Saurauia almizcle Vallesia peralillo
Scalesia lechoso Viola violeta alcachofa
Scutia espino Vitex pechiche
Senecio cubillin Waltheria walteria
Sesbania Weinmannia sarar, matache,
Sesuvium verdolaga Werneria chicoria blanca
Simmondsia sinensis jojoba Wettenia gualte
Solanum hierba mora Ynesa palma real
Spartium retama Zanthoxylum fagara ufta de gato
Spondias ciruela Ziziphus ebano
240 Paisajes Agrarios deI Ecuador

II PAiSAJESANTROPlZADOS DE LOS PISOS DE ALTURA

INTRODUCCION

Después de la presentaci6n de los paisajes poco antropizados, la presente parte se centra en la

exposici6n de los paisajes antropizados, es decir, moldeados por las sociedades agrarias. El papel
de los aetores no es sin embargo total mente libre. Se desenvuelve en marcos mas 0 menos rigidos
que son las limitaciones biofisicas y el funcionamiento global de la sociedad con sus demas sectores
econ6micos, sus herencias y su organizaci6n.

La cordillera, por su elevaci6n y el correspondiente enfriamiento, introduce un factor de

diferenciaci6n de primer orden. Entre las tierras bajas y las serranias, la gama de cultivos posibles
cambia drasticamente. Es entonces el primer nivel de clasificaci6n. Asi también, se puede decir
que el limite superior deI piso frio es el de la actividad agricola, visible en los paisajes. Depende de
un conjunto de factor es entre los cuales resaltan la ocurrencia de las heladas y la capacidad de
expansi6n de la sociedad. La altitud de este limite no es fija, varia con ellugar y el tiempo.

Dentro de los paisajes antropizados de altura se distingue de igual modo entre un piso templa-
do y un piso frio, éste con paisajes y agricultura Hamados «de mayor altura», especificando asi su
posici6n mas elevada en altitud. Al interior de esos dos pisos, la estructura general de la leyenda
deberia organizarse en 4 partes: paisajes de mosaicos de vegetaci6n natural, los de praderas, los de
cultivos anuales y los de plantaciones perennes. Sin embargo, s610 los de cultivo respetan esta
divisi6n ya que, en el mapa el piso frio fue caracterizado unicamente por la presencia de cultivos
de mayor altura (unidades CIl y C12) y que, en esta obra, la discriminaci6n se hiz6 a base de
criterios adicionales (ver cuadro Al), acercandose a la divisi6n establecida en la «Geografia Fisica».
Este arreglo permiti6 ademas evitar un desmenuzamiento cartografico exagerado.

El piso templado se caracteriza también por el predominio deI maiz. Este cereal no puede crecer
en la zona fria con riesgos de helada pero esta siempre presente en los sistemas de cultivo de la
zona templada. Del mismo modo, entre el piso templado y el de las tierras bajas y calidas, el limite
se fija en el paso de las variedades de maiz suave a las de maiz duro y en la aparici6n deI cultivo
de cana de azucar.

El tamano de la propiedad, legible en los paisajes a través el tamano de las parcelas de cultivo y
el riego concurren tambien a individualizar los sistemas de producci6n dentro de una misma gama
de cultivos posibles. Constituyen el segundo nivel de clasificaci6n.

Algunos sistemas, con superficies bastante amplias, pueden ser individualizados y conforman
una unidad cartografica homogénea. Es el caso, por ejemplo, de la unidad P21 constuitida por los
pastos regados de las haciendas lecheras. En otros casos el gran desmigajamiento de los paisajes
andinos nos oblig6 a agrupar elementos algo disimiles en una misma unidad para no multiplicar
excesivamente su numero. Si los elementos comunes, en particular desde el punta de vista deI
modo de funcionamiento, de los cultivos sembrados 0 de la organizaci6n social, permiten hablar de
una unidad, distinguiremos, sin embargo, sus variantes geograficas coma tantas fisionomias
peculiares de un mismo paisaje.

Por fin, la ultima parte dara indicaciones de los mayores cambios en proceso en los pisos frio y
templado.
 Los paisajes y los sistemas de produccion II Paisajes antropizadas de los pisos de altura
1 Piso frio
El piso frio, localizado en altitudes compren-
didas entre 2900-3200 Y 3700-3900 m, repre-
senta 16926 km 2 0 sea 6,4 % de la superficie
deI paîs. Las condiciones climaticas limitan la
elecciôn de los cultivos. En efecto, las tempera-
turas promedio anuales son poco elevadas (10 a
13° C) y las precipitaciones anuales pueden ser
bajas, inferiores a 600 mm (ver cuadro An
Los cultivas practicados son todos anuales.
.. 1.1 Agricultura de mavor altura--Unidadcs
Cll y C12
• Este piso no presenta sino dos tipos de utili-
zaciôn deI ~melo, cn y C12. caraeterizadas por
el cultiva estacional de las plantas que crecen a
mayor altura, fundamentalmente papa, c(~bada
y haba, a las que se agrcgan de manera muy
secundaria la oca (Oxalis tuberosG), cl mellaca
(Ullucus tuberusus), la cebolla, el ajo y la qui-
noa (Chenopodium quinoa). Se pueden encan-
tral' aun algunas plantas de mashua (Tropaeo-
lum tuberosum).
En efecto, el piso frîr) es par excelencia el de
los tubérculos que han sida domcsticados a par-
tir de especies silvestres andinas. La cebada, el
haba, el ajo y la cebolla, introducidos por los
espanoles, representan ahora una parte impor-
tante de la r roducci6n de mayor altura y deI
régimen alimentario llamado «tradiciona!».
Los paisajes agrarios son vastos, los campos
abiertos. Ûnicamente algunos muretes, cubier-
tos de Opuntia cylindrica, bordean a veces los
caminos para encauzar los movimientos de los
rebanos de ovejas. Es notoria la inexistencia de
ârbolés. Ir.cluso los arbustos son bastante raros
y de poca altura. Solo algunas manchas de for-
maciones arbôreas de altura subsisten en los
lugares menas accesibles. Se pas a entonces
directamente de los cultivos al pâramo, sin la
•
transiciôn lenosa que se encuentra en otras
.. zonas de los Andes ecuatorianos (par encima de
la unidad D21 y, en ocasiones, de P21 0 de P22).
POl' supuesto, las heladas no bastan para expli-
. car esta inexistencia, se deben también evocar
las talas para la construcciôn y las necesidades
domésticas de combustible.
El mosaico de la parcelaci6n se organiza
segun dos modelos principales: conjuntos en
forma de damero con campos de forma rectan-
gular 0 trapezoidal y conjuntos alargados en los
que el ancho de las franjas puede sel' un indica-
241
dor visual de la densidad de la poblaciôn rural
o de la antigüedad de utilizaciôn de la zona
observada.
Las parcelas, que se alargan en el sentido
de la mayor pendiente, se subdividen en cada
generaci6n con la misma orientaci6n, para dar
a los herederos ventajas comparables. En el
casa de una parcelaciôn perpendicular a la
pcndiente, un heredero de la parte aguas
arriba, mâs erosionada, se verîa desfavorecido
con relaciôn a los de la parte aguas abajo. De
eIlo rcsulta un gran estiramicnto de las par-
celas y un paisaje caraeteristico. Los pies de
penco azulado (Agave americana) marcan de
trecho en trecha los lîmites de la propiedad.
Estas figuras se observan c1aramente en par-
ticular en el Chimborazo, el Tungurahua y el
Cotopaxi.
Los lîmites de las parcelas en este piso pre-
sentan a menudo otra caraeterîstica singular.
Es frecuente que el paso cie una parcela a
otra se realice mediante un resalto perpendi-
culaI' a la pendientc. El origen de tales des-
niveles se debe mâs a prâcticas de cultivo
rcpetidas durante un largo periodo que a un
acondicionamiento voluntario en terrazas. Se
trata de territorios indîgenas de muy antigua
ocupaciôn, por ejemplo en San Juan, entre el
camino deI Inca y el pueblo, y entre Tigua y
Zumbahua.
1. La Unidad cn
El sistema de cultivo de esta unidad corres-
ponde a los freates pioneros de altitud, es decir
a un avance de los terrenos agrîcolas interan-
dinos hacia la parte alta de las vertientes, a
partir de las zonas cultivadas mâs bajas (C12).
Este fen6meno se explica par la creciente
presi6n demogrâfica y pOl' la disponibilidad de
tierras de pâramo, resultante de la Reforma
Agraria (ver parte B VI) que condujo al paso de
la gran propiedad a la pequena y mediana.
Estas franjas pioneras son frecuentes por
encima de todas las zonas tradicionales de
agricultura de mayor altura pero su exigüidad
no siempre pennite representarlas a la escala
1:1000000. Sin embargo, cubren,en altitudes
superiores a 3600 m.s.n.m., una superficie de
30800 ha, esencialmente en el Chimborazo y en
el Cotopaxi y, en menor proporci6n, en el Tun-
gurahua y el Canar. Entre Pujilî y Zumbahua
sobrepasan los 3900 m.s.n.m.
En la unidad en el cultivo estâ basado pri-
meramente en la papa. Dentro de la gama de
242
plantas que es posible cultivar en el piso frio, es
la que permite obtener los mayores ingresos. El
desmonte deI paramo ya no se efectua manual-
mente como otrora, sino con tractor. Los suelos
con alOfanos, ricos en materia organica, son
sanos. No existen ni plagas en el suelo, ni gér-
menes deI hongo de la lancha-mildiu (Phyto-
phtora). Asi, el uso de insumos (abonos, produc-
tos fitosanitarios) y, por 10 tanto, los costos de
produccion, se reducen al minimo. Los rendi-
mientos son muy elevados en los primeros anos
de cultivo, considerablemente superiores a los
que se obtienen en las parcelas de los terrenos
antiguos. Los volumenes comercializados son
importantes, proporcionando una real bonanza
financiera, y declinan luego.
Los demas cultivos, haba y cebada, aparecen
solo mas tarde, cuando los rendimientos de la
papa bajan. Los otros tubérculos andinos tradi-
cionales, la oca y el melloco, no son sembrados
sino de manera muy marginal. Con el tiempo,
CH se transforma en C12 que sigue siendo la
situacion mas ampliamente difundida.
1.1.b Unidad C12
Se caracteriza por los cultivos de cebada,
haba y papa, cubre una superficie de 236 100 ha,
esencialmente en las zonas aItas y con una
estacion seca marcada. Se localiza en las pro-
vincias centrales, entre los confines de Imba-
bura y Pichincha al Norte, y los de Canar y
Azuay al Sur. Alli los suelos son profundos y
relativamente ricos en nutrimentos pero sensi-
bles a la erosion cuando estan cultivados, debi-
do a los fuertes declives (pendientes a menudo
superiores al 50 por ciento).
El vinculo con el mercado a través de la pro-
duccion agricola esta muy poco desarrollado en
los minifundios. Bernard (1982) ha establecido
que la mayor parte de los ingresos de las UPA
menores provienen de actividades desarrolla-
das fuera de la propiedad, principalmente me-
diante la migraci6n para trabajo temporal 0
estacional.
Si bien la mada cebada-haba-papa caracte-
riza a 10 que se podria definir coma la base
comun deI sistema de cultivo de altura, pues
esas tres plantas representan la produccion
clave en la explotacion 'de los medios andinos
mas altos, existen variantes vinculadas a las
condiciones locales. Mientras en la unidad CH
la preponderancia de la papa sobre cualquier
otra utilizaci6n corresponde casi a un monocul-
tivo, en los sistemas de policultivo que se agru-
Paisajes Agrarios deI Ecuador
paron en C12, el predominio de los 3 cultivos
basicos es notorio, pero sus respectivas propor-
ciones, en términos de superficie, coma la deI
barbecho, son muy variables. A ellos se agregan
a menudo otros cultivos coma la oca, el melloco,
la mashua, la quinoa, la cebolla 0 el ajo.
En el sistema simplificado (papa, cebada,
haba), la papa siempre encabeza la rotacion de
los cultivos. Ocupa la parcela un ano 0 dos ma-
ximo. Le sigue luego el haba durante uno 0 dos
anos. Se siembra luego cebada, durante dos 0
tres anos y a veces cuatro 0 mas. Posteriormen-
te el campo se deja en barbecho (Gondard 1986).
La papa es objeto de todos los cuidados.
Recibe abonos organicos 0 quimicos y varios ...
tratamientos fitosanitarios durante su cielo,
aunque con diferencias importantes seglin los
recursos financieros de los cultivadores. Incluso
los pequenos campesinos intentan al maximo
asumir tales gastos pese a su elevado costo, con
la esperanza de obtener una ganancia conse-
cuente al momento de la comercializacion. Por
experiencia saben que sin esa atencion particu-
lar, la produccion seria irrisoria pues la planta
es exigente en elementos fertilizantes y muy
sensible a las plagas y enfermedades. Desgra-
ciadamente, por falta de dinero y sin tener
acceso al crédito (ver parte A VIII), a menudo
se ven obligados a aminorar las dosis, 10 que
incide negativamente en los rendimientos.
Las técnicas de cosecha son generalmente
manuales. Se puede ver cohortes de un cente-
nar de campesinos cavando las papas en las
grandes parcelas de las haciendas. Bajo la
mirada vigilante deI mayordomo quien conta-
biliza la produccion, los sacos que se van lle-
nando son almacenados en las carpas blancas
que marcan temporalmente esos paisajes de
altura.
El haba recibe menos atencion. Le sigue a la
papa y aprovecha un suelo enriquecido. En las
grandes propiedades se siembra poca haba,
salvo a veces con fines especulativos, para una
cosecha en verde. En este caso, la fecha de
siembra se decide en funci6n de una cosecha
programada antes de la semana santa. En
efecto, el haba es uno de los ingredientes esen-
ciales de la fanesca, plata tipico de cuaresma, y
en ese periodo la demanda aumenta considera-
blemente determinando un alza significativa de
los precios.
Los minifundistas cosechan mas bien el haba
en grano seco pues gran parte de la produccion
 Los paisajes y los sistemas de producci6n II Paisajes antropizados de los pisos de altura
se destina al autoconsumo a 10 largo deI ano.
Recogen igualmente los tallos que almacenan en
hacinas cerca de las casas, coma reserva de
combustible doméstico.
La cebada se siembra en un suelo muy ablan-
dado por varias labranzas anteriores. Salvo en
el casa de las parcelas mas pequeiias, donde es
manual, la labranza se realiza con poderosos
tractores. Esta maquinaria, a la que se engan-
cha arado de discos, no puede labrar en subida,
pues, a 3 000 m de altitud, pierden alrededor deI
30 % de su potencia, ni perpendicularmente a
. la pendiente, pues se volcarian. Asi, s610 traba-
jan en bajada, en el sentido de la pendiente y
vuelven a subir con los arados levantados por
el borde deI campo. Como la siembra se realiza
en el mismo sentido, en cada bajada las ruedas
dejan hondas huellas y la parcela presenta
rayas de arriba hacia abajo que funcionan
como regueras, por los que fluye el agua de
Iluvia. En funci6n de las ondulaciones deI
terreno, se sobrecavaran barrancos, sobre todo
en las grandes parcelas, pues alli la distancia
de flujo y, por 10 tanto, la concentraci6n de las
aguas, es mayor.
La erosi6n hidrica no es el unico peligro de
un excesivo ablandamiento deI suelo. La ero-
si6n e61ica también se Ileva su parte. Los vio-
lentos vientos que soplan en las cordilleras
tienen un efecto erosivo importante. Este fen6-
mena es frecuente, pero particularmente mar-
cado en la vertiente sur deI Chimborazo y en el
cant6n de Guamote. Hemos observado en las
alturas de la hacienda de Totorilla una abla-
ci6n de mas de un metro de espesor.
En los sistemas campesinos, la paja de la
cebada es conservada en hacinas cerca de la
casa y sirve de alimento complementario para
el ganado. El grano es ya sea autoconsumido 0
vendido en el mercado. Todas las etapas de
cultivo siguen siendo poco tecnificadas y la
• cebada no recibe practicamente atenci6n
alguna entre la siembra y la cosecha.
En los sistemas aplicados por las mayores
explotaciones, y, menos frecuentemente, por
comunidades campesinas mas bien organizadas
por la Iglesia 0 las ONGs, las cervecerias desem-
peiian un papel importante a través de los con-
tratos de producci6n. Éstos preven la provisi6n
de semillas seleccionadas, la asistencia de un
técnico que efectua un seguimiento deI proceso
de cultivo y aconseja la aplicaci6n de los trata-
mientos fitosanitarios mas adecuados, y final-
mente la compra de la cosecha. Pese a la apli-
243
caci6n de estas medidas, la producci6n nacional
de cebada cervecera no es suficiente y es nece-
saria la importaci6n de ese producto.
Al término de la rotaci6n tipo, se produce un
periodo de barbecho. Su duraci6n es mas 0 me-
nos larga seglin las disponibilidades de tierra.
Corresponde en el paisaje a superficies mas 0
menos importantes que son dejadas en reposo.
Mas amplias en las haciendas, dada la superfi-
cie total de cultivo, disminuyen a medida que
se reduce el tamaiio de la explotaci6n y aumen-
ta la densidad poblacional.
Una cobertura herbacea se reconstruye de
manera bastante rapida en los rastrojos que no
son incorporados después de la cosecha sino
dejados coma pasto para las ovejas. S610 elulti-
mo aiio, justo antes de un nuevo cultivo de
papa, la parcela es sistematicamente esterco-
lada con el redileo nocturno deI rebaiio fami-
liar, antes de ser labrada. Los ovinos son ence-
rrados todas las noches en un corral que los
agricultores de las provincias centrales llaman
«talanquera». Se 10 desplaza cada 5 a 8 dias,
dejando en el suelo su huella cuadrada repetida
y benéfica.
La exigüidad de las propiedades puede Ile-
var a la desaparici6n deI barbecho. Es el caso,
por ejemplo, de las comunidades que ocupan
las tierras altas entre Punin, Flores y la laguna
de Colta. La densida.d de la poblaci6n ha condu-
cido a una divisi6n maxima de la tierra y en
cada propiedad toda la superficie es cultivada.
La integraci6n de la ganaderia, aun de ovinos,
es muy dificil, pues los cultivos ocupan el
espacio que podria haber sido pasto natura1.
Pocas ovejas pacen en el borde de los caminos y
ciertas parcelas de cebada no son sembradas
sino para ser cosechadas en·hierba, coma com-
plemento forrajero. La no reconstituci6n de la
fertilidad de los suelos ya no permite el cultivo
de papa por falta de estiércol, salvo en muy
pequeiias cantidades. La cebada tiende a ocu-
par 10 esencial de las superficies, con rendi-
mientos bajos. Por eIlo, no es sorprendente que
esas zonas de densidades de poblaci6n relativa-
mente elevadas sean también lugares de fuerte
emigraci6n.
Los tubérculos andinos secundarios son
cultivados en pequeiias propiedades indigenas.
Se trata de una supervivencia cultural que no
es mantenida por la demanda deI mercado. Las
poblaciones urbanas ya casi no los consumen.
Para dar un orden de magnitud, las estadisti-
cas deI INEC-SEAN estiman en 388700 tonela-
244
das la producci6n de papa y solamente en 5600
Y 3900 toneladas la de melloco y oca. La de la
mashua no es ni siquiera estimada. Practica-
mente ha desaparecido deI agI'O ecuatoriano. Se
encuentran a veces algunas plantas dispersas,
en el borde de una parcela 0 mezcladas con un
cultiva principal coma la papa. El meHoco es
mas frecuente que la oca, tal vez mas de 10 que
permiten pensaI' las estadisticas de superficies
cultivadas. Se la integra entonces a la rotaci6n
después deI haba 0 en reemplazo de cHa, pero
siempre antes de la cebada, ya que coma
tuberculo es mas exigente.
El ajo y la cebolla pueden estaI' presentes en
diminutas panelas, en vista del ingreso moneta-
rio que da su comercializaci6n (ver unidad C26).
La quinoa, que es un cuJtivo nativo de las tierras
frias, esta mas presente en los sistcmas de maiz,
deI piso templado (unidat!es C22 y C21).
2 Piso templado
Este piso se extiende d(~ 2000-2200 a 3000-
3200 m.s.n.m. Cubre l'1 16,7 Ù dd pais sea °
una superficie de 44170 km 2 . Se caracteriza pOl'
temperaturas que van de 1:1 a 20-22° C y pOl'
una gama muy variada de condicioncs hidricas
puesto que, segun los lllgares, el clima va de
muy seco a hiperhûmedo (ver cuadro Al).
Comprende diversas unidades correspon-
dientes a cultivos anuales (unidades C) y cul-
tivos perennes (unidacles T), unidades de mosai-
cos de vegetaciôn al'bôrea con pastos y algunos
cultivos (unidades D) y unidades en las que
predominan las pastos (unidades Pl. Si bien las
primeras, con excepci6n de pequefias parcelas
de ajo de la unidad C26, est6n localizadas uni-
camente en el piso templado, Jas unidades D y P
fueron dibujadas sin respetar el limite de piso
pOl' simplificaciôn cartogrâfica (ver figura cn
2.1 Mosaico vegetaciém natural y cultivos-
Unidades D21_a D23
Estas unidades correspond en a paisajes par-
cialmentc cultivados donde la cobertura vegetal
natural ocupa vastas superficies.
2.1.a Unidad D21
Es similar a la unidad cn pOl' su caracter
planera de expansi6n de la frontera agrîcola y
pOl' el predominio de la papa; se distingue de
eHa pOl' el medio en el que se inserta, el origen
de los campesinos y su evoluciôn posterior.
Paisajes Agrarios deI Ecuador
Esta localizada en la franja arbôrea 0 arbus-
tiva de lugares donde hasta entances no habia
presencia humana, otrora tierras de haciendas,
deI Carchi y deI Azuay. Cubre una superficie de
87400 ha. Los campesinos son sobre todo mesti-
zos y han adquirido sus lotes a raiz de la Refor-
ma Agraria. Las explotaciones son de tamaiio
reducido y cuentan a veces con un terreno adi-
cional en el valle.
El sistema comienza con el desmonte ca si
siempre con fuego. Le sigue la implantaci6n de
un cultivo de papa, menos frecuentemente de
haba, que limpia el suelo pOl' las numerosas
escardas que requiere. Viene luego la implanta-
ciôn de un pasto artificial, invadido rapidamente
pOl' hierbas silvestres y siempre soporte de una
ganaderia lechera de tipo familial' cuya produc-
ci6n se transforma en el Jugal' en queso fresco, 0
quesillo, destinado a los mercados urbanos.
Con el paso deI tiempo y las consecuentes
extcnsiôn de la deforestaciôn y densificaci6n de
la poblaciôn rural, el tipo D21 tiende a evolu-
cionar hacia los tipos P 23 Y C21 (figura cn
2.1.b Unidades D22 y D23
Ocupan superficies de 154600 Y 66400 ha
respectivamente y estan situadas en la parte
alta de las vertientes externas de los Andes.
Este poblamiento, a veces antiguo a 10 largo de
los ejes de comunicaciôn, se expande fuerte-
mente pOl' el impulso de la Colonizaciôn (ver
parte A VI). Los cultivos y pastos forman islo-
tes en el bosque. La proporciôn de este ultimo
es predominante en D22 y menor en D23. Las
propiedades son pequefias 0 medianas. La pro-
ducciôn agricola, que sufre deI exceso de hume-
dad, esta destinada en gran parte al autocon-
sumo. Sin embargo, se comercializa papa 0
m&iz, seglin los casos, y leche.
La abundancia de pastizales revela la posi-
ci6n dominante de la ganaderia. En estas loca-
lizaciJnes apartadas, el ganado es mas facil- •
mente llevado a los mercados que los productos
inertes. Aumenta rapidamente la producciôn de
leche con el mejoramiento de la vias de comuni-
caci6n y de la recolecci6n pOl' parte de la agro-
industria. POl' su ubicaciôn en las vertientes
externas y su ocupaciôn humana, estas unida-
des se distinguen c1aramente de P 21.
2.2 Praderas-Unidades P21 a P23
Estas praderas, sobre todo las unidades P21
y P22, corresponden a las mayores zonas de
 Los paisajes y los sistemas de producci6n II Paisajes antropizados de los pisos de altura
producci6n de leche de los Andes, las cuencas
lecheras deI Carchi, Pichincha y Cotopaxi.
2.2.a Unidad P21
Cubre 336900 ha, desde la provincia deI Car-
chi hasta el Noreste de la provincia de Loja.
Las zonas mas representativas son las de los
cantones San Gabriel, Cayambe, Quito, Macha-
chi y Latacunga. En Riobamba y Cuenca, las
• haciendas lecheras se localizan bajo los para-
mos y bajo el cintur6n forestal, en condiciones
de mayor humedad.
El paisaje agrario de este tipo es el de gran-
,. des parcelas herbosas, siempre verdes, con
perimetros geométriccs, marcadQs por filas de
Eucalyptus globulus y cauces de abundantes
acequias.
Los pastos son casi siempre naturales. Algu-
nos estan sembrados con ray grass y varias
mezclas de gramineas, menos frecuentemente
alfalfa. Son invadidos progresivamente par las
malas hierbas, en particular el kikuyo (penni-
setum clandestinum). No son renovados regu-
larmente y se mantienen tanto tiempo que diff-
cilmente se los puede distinguir de las praderas
naturales. Todos estas pastos estan regados. El
ganado pace directamente en el campo, en par-
celas subdividadas con alambre de puas 0 a
veces con cercas eléctricas.
La estructura agraria es la de la hacienda
renovada (ver parte A IV). Las grandes propie-
dades se dividieron por el mecanismo de las
herencias y de las ventas, bajo la presi6n conju-
gada deI mercado y de la Reforma Agraria. Las
propiedades ganaderas estan localizadas fre-
cuentemente en las llanuras aluviales de las
cuencas andin as, en las mejores condiciones
fisicas para la producci6n agropecuaria y cuen-
tan con abundante riego. En funci6n de su
superficie se dividen en: fincas de 20 a 50 ha;
• pequenas haciendas de 50 a 80 ha; haciendas
de tamano superior, entre las cuales las de 80 a
120 ha son las mas frecuentes.
Estas explotaciones renovadas se han espe-
• cializado en la ganaderia lechera que garantiza
un buen ingreso con la expansi6n deI mercado
interno, consecuencia directa deI incremento de
la poblaci6n total y deI aumento de la propor-
ci6n de productos lacteos en la dieta alimenta-
ria de las clases medias.
Ciertas explotaciones han realizado impor-
tantes inversiones en tecnologias modernas,
245
coma ordeno mecanico para disminuir el perso-
nal empleado, riego par aspersi6n, renovaci6n
regular de los pastos, rotaci6n temporal con
otro cultivo, generalmente de papa (Machachi).
El acceso al crédito era mas facil en el casa de
los ganaderos que en el de los cultivadores, y
para las grandes explotaciones mas que para
las pequenas.
A mediados de los anos 1990, la tendencia
modernizadora de unos empresarios serranos
propici6 la conversion a la floricultura de pocas
hectareas en algunas haciendas ganaderas.
La mayor parte de la producci6n lechera se
destina a los mercados urbanos, grandes consu-
midores, de Quito y Guayaquil, sobre todo bajo
la forma de leche fresca. Un sistema regular de
tanqueros garantiza el transporte desde los An-
des hasta la zona costera. La otra parte es trans-
formada en quesos de diversos tipos que son
una excepcional producci6n en América Latina.
2.2.b Unidad P22
Se localiza sobre todo en el Carchi, con una
poblaci6n mestiza (étnica y culturalmente),
esta conformada de pequenas y medianas pro-
piedades al lado de algunas haciendas. Cubre
una superficie de 53600 ha en suelos negros,
ricos y profundos.
El sistema de cultivo, solamente complemen-
tario de la producci6n lechera en las haciendas,
pero prioritario en las medianas y pequenas
explotaciones, comprende la papa (sobre todo),
el trigo y un barbecho. Existen algunos cultivos
secundarios coma el haba destina da al autocon-
sumo.
La papa encabeza la rotaci6n de los cultivos,
coma en todos los sistemas donde esta pre-
sente. Aprovecha un suelo «descansado» por un
barbecho pastado durante algunos anos. La
abonadura quimica es abundante, 20 quintales
de abono y 20 quintales de semillas por hecta-
rea. El cultivo requiere también numerosos cui-
dados para los aporques y los repetidos trata-
mientos fitosanitarios. Exige entonces una
abundante tesoreria. Al cambio, el beneficio
obtenido puede ser elevado, si no ha habido
problemas climaticos (helada, sequia), fitosani-
tarios (mildiu en periodo de excesiva humedad,
infecci6n deI suelo con gusanos blancos, etc.), 0
comerciales (falta de salida momentanea al
mercado). Hay un notorio matiz especulativo en
esta producci6n, también estimulada por el
vecino mercado colombiano.
246
Aunque es muy exigente en nutrientes, el
trigo sigue a la papa en la rotaci6n y no recibe
abono en este sistema, pues utiliza los restos de
los esparcimientos realizados para la papa. Su
inserci6n refuerza la connotaci6n mestiza de
este sistema de cultivo.
El barbecho es una pradera artificial de ray
gr'ass 0 de pasto azul. Sirve de soporte a la
ganaderia lechera y permite limpiar el suelo de
larvas (gusano blanco) que se instalan alli
cuando se cultiva la papa.
2.2.c Unidad P23
Se encuentra esencialmente en el sur de la
Sierra, en particular en el Azuay, en la perife-
ria de la zona de fuertes densidades poblacio-
nales. Se asemeja a un subtipo de los tipos
maizicolas en el que predominan los pastos y,
por 10 tanto, la ganaderia. Ocupa una superficie
de 237 100 ha. Los pastizales permiten la inte-
graci6n de la ganaderia familiar al sistema de
producci6n y pueden ser considerados coma una
reserva de tierra.
El movimiento cotidiano deI ganado, que
sube y baja deI maizal a las praderas, dibuja un
cuadro caracteristico deI paisaje de la zona. Al
mismo tiempo es esencial para la «durabilidad»
deI sistema por la transferencia de fertilidad de
las praderas hacia los campos de maiz, coma 10
es el «talanqueo» en la unidad C12.
Con la densificaci6n de la poblaci6n P23 evo-
luciona hacia los tipos de las unidades C21 0
C22 (figura C7).
2.3 Cultivos anuales-Unidades C21 a C26
Este estrato, localizado entre 2200 - 2400 y
3000 - 3200 m.s.n.m., corresponde, por excelen-
cia, al piso deI maiz. No existe terruiio 0 sistema
de cultivo que no 10 integre en mayor 0 menor
medida, ya sea en asociaci6n con otros cultivos
en la mis ma parcela (maiz-fréjol, maiz-haba,
maiz-alfalfa, maiz-frutales, por citar s610 las
mas caracteristicas), 0 en complementariedad de
rotaci6n entre parcelas (cultivo de hortalizas,
maiz y trigo, maiz y cebada, maiz y chocho).
El eucalipto acompaiia al maiz: bordea los
campos y rodea a las casas. Los paisajes son los
de un boscaje mas 0 menos abierto segun el
tamaiio de las explotaciones y la densidad de la
poblaci6n.
Habria sido necesaria mas de una docena de
tipos para expresar mejor la diversidad de las
Paisajes Agrarios deI Ecuador
asociaciones de cultivos en el piso templado. A la
escala de 1:1000000 hubo que generalizar con
apenas 6 que no dan cuenta, sino de manera
imperfecta, de su gran variedad y complejidad.
El maiz caracteriza a las unidades C21,
C22, C23 y C24, el trigo y la cebada a la unidad
C25 y las hortalizas a la unidad C26 (cuadro
C2).
2.3.a Unidad C21-Predominio deI maiz y
fuerte presencia de trigo
Entre todos los tipos de utilizaci6n deI suelo
en el piso templado, este es el que tiene la mas
amplia variaci6n interna. La unidad cubre apro-
ximadamente 147700 ha situadas principalmen- •
te, al Norte, en la cuenca alta deI Chota, en
Mariano Acosta, San Gabriel y El Angel, en el
centro en la cuenca de Guaranda, y al Sur, en
la franja que bordea a la alta cuenca de los rios
Jubones y San Pedro. Son zonas donde predo-
mina la poblaci6n mestiza, ya sea deI punta de
vista cultural 0 bio16gico. Las propiedades son
siempre pequeiias.
La unidad C21 se caracteriza por un tipo de
policultivo original que incluye el trigo y el
maiz casi siempre asociado al fréjol, asi coma
parcelas reservadas a pastos y en ocasiones la
papa. Se distingue sin embargo muy claramen-
te de los otros tipos que incluyen también estos
cultivos. Por ejemplo, en el norte de la Sierra,
la unidad P22 corresponde a una zona mas
humeda, con mejores suelos y propiedades mas
extensas en las cuales dominan la ganaderia y
el cultivo de papa. En el centro, la unidad C25
esta en zonas mas secas y tiene poco maiz
mientras la unidad C22 esta casi exclusiva-
mente maizicola.
El aspecta de los pastizales, el cultivo de la
papa y la intensidad de la erosi6n son elemen-
tos reveladores de las dos variantes que pre-
senta C21 y que forman el fondo deI paisaje. En •
el Norte, mas humedo y en un suelo de buéna
calidad, los pastizales son mas ricos (Holcus la-
natus es frecuente), pues no deben soportar
una larga sequia, y la papa esta presente en
todas partes. En el Sur, el cultivo de la papa
desaparece incluso en las regiones aun hume-
das. En efecto, aHi los suelos son ferraliticos y
pobres, contrariamente a los ricos suelos volca-
nicos deI Norte. En las regiones mas secas de
Nab6n y de Nieves, las praderas de grama se
secan en el verano. La erosi6n de los suelos es
mas intensa, debido a una mayor fragilidad
deI medio y deI sistema de cultivo en general.
 Los paisajes y los sistemas de producci6n II Paisajes antropizados de los pisos de altura
C21 Maiz, trigo Fréjol, papa
C22 Maiz Fréjol, chocho, papa
C23 Maiz Fréjol
C24 Maiz Chocho, cebada, habilla
C25 Trigo, cebada Lenteja, arveja, maiz
- varias hortalizas
C26
- ajo, cebolla
Cuadro C2: Unidades de cultivo deI piso templado
Los suelos son muy claros, los sètos poco den-
sos, el cultivo de trigo sigue siendo bastante
importante y localmente puede predominar
sobre el de maiz.
Si bien los trigales son uno de los componen-
tes principales deI sistema de cultivo C21, ya
no ocupan en el conjunto de la unidad el lugar
primordial que pudieron tener en otros tiem-
pos. i,Depende esta evoluci6n solamente de las
caracteristicas econ6micas con el aumento ma-
sivo de las importaciones de trigo deI extran-
jero y alza rapida deI costo de los abonos, sin
cuya aplicaci6n los rendimientos siguen siendo
irrisorios? El alza deI precio de los abonos ha
tenido probablemente una incidencia muy
fuerte en la regresi6n de la producci6n de trigo
por parte de los pequeftos cultivadores. Otra
explicaci6n complementaria -el reducido
tamafto de las propiedades que es uno de los
elementos estructurales de la unidad C21- no
permitiria una rentabilidad suficiente frente al
precio deI trigo importado.
El incremento de la poblaci6n en terrenos
limitados espacialmente acarrea una variaci6n
de los elementos deI sistema de cultivo, privile-
giando los cultivos mas productivos. Esta ten-
dencia trae consigo entonces, a medida que
aumenta la densidad poblacional, un abandono
progresivo deI trigo en beneficio deI maiz. En
• este caso, la evoluci6n se orienta hacia C22
(maiz-fréjol) si el maiz se torna predominante
-presi6n demografica fuerte-, 0 hacia el tipo
P23 si las praderas contimian ocupando un
lugar importante -presi6n demografica redu-
cida por mayor emigraci6n. Esta diferenciaci6n
concuerda con la oposici6n entre las variaciones
de la unidad C21, en el norte y el sur de los
Andes.
247
Si Trigo en regresi6n
Si
alfalfa Riego
No Zona mas seca que las precedentes
No Zona seca, trigo en regresi6n
No Variante exclusiva dei pise templado
No Variante localizada en ambos pisos
2.3.b Unidades C22 a 24-Predominio
exclusivo deI maiz
En todas estas zonas predomina amplia-
mente el maiz; las parcelas son muy fragmen-
tadas y los setos vivos numerosos. Estos ele-
mentos deI paisaje reflejan estructuras comu-
nes de poblamiento, con una amplia mayoria
indigena, y de tipo de propiedad exclusivamen-
te minifundista.
El aspecta frondoso generalizado por la pre-
sencia de numerosas cortinas de eucaliptos en
estos tres sistemas maizicolas, ve variar, sin
embargo, su fisonomia seglin los lugares, al
igual que cambian los cultivos que acompaftan
al maiz. Los factores explicativos de estos cam-
bios deben buscarse en las condiciones de hume-
dad y de temperatura, correspondiendo las pri-
meras a la vez al total y a la distribuci6n anual
de las precipitaciones aunque también a la capa-
cidad de retenci6n de los suelos, y estando las
segundas directamente ligadas a la altitud.
Existen en los Andes mas de 300 variedades
de maiz con cualidades particulares y de una
gran adaptabilidad a los micro-medios. En un
mismo puebla no se siembra el mismo maiz en
los terrenos regados y en los campos de secano,
maiz blanco en donde se podra regar, maiz
amarillo (morocho) en las colinas secas.
La duraci6n deI ciclo deI maiz es muy varia-
ble. Entran en cuenta no solamente las varie-
dades cultivadas sino también la altitud de la
parcela. De una manera general, se puede
decir que las siembras tienen lugar en octubre-
noviembre y la cosecha en junio-julio-agosto, es
decir aproximadamente 8 a 9 meses después.
Se constata sin embargo que no son raros los
ciclos de 10-11 meses, pues el interés que atri-
248
buyen las sociedades campesinas andinas al
maiz les hace sembrar hasta los ultimos limi-
tes eco16gicos posibles.
Asi, el maiz se revela coma el cultivo esencial
deI piso templado, que es el mas densamente
poblado e, hist6ricamente, el mas intensamente
utilizado en los Andes ecuatorianos.
El sistema ref:'rencial deI cultivo deI maiz se
encuentra en la unidad C22 que es la mas am-
pliamente difundida. Con relaci6n a eHa sera
definida C23, marcada por el cultivo bajo riego
de la alfalfa, y C24 que representa un medio
mucho mas seco.
La unidad C22 es la mas ampliamente difun-
dida. Ocupa 304600 ha en todas las cuencas an-
dinas, desde el Carchi hasta Loja, pero es mas
frecuente en las provincias de Imbabura,
Pichincha, Cotopaxi, Bolivar y Azuay.
La asociaci6n del maiz con el fréjol es muy
generalizada y corresponde a 10 que se podri&
llamar la situaci6n comun deI cultivo deI maiz
en los Andes. El fréjol, que fija el nitr6geno, se
apoya en el maiz que le sirve de tutor. En reali-
dad, es raro que haya s610 maiz y fréjol en una
parcela. Se puede igualmente encontrar haba,
chocho, habilla, calabaza, zam bo, alfalfa, qui-
noa' arveja, cebada, papa ... Lo que de lejos
aparece como un campo fison6micamente muy
homogéneo, pues el m aiz predomina a la vez en
volumén de material vegetal y en altura sobre
las demas especies asociadas, es en realidad
una parcela de cultivo de gran heterogeneidad
como 10 ilustra la figura C6.
Las asociaciones alrededor deI maiz no son
casuales. La calabaza, por ejemplo, se extiende
generalmente alrededor de las casas, donde uti-
liza el estiércol, mas abundante, que necesita.
Las constantes que se observan en los paisajes
reflejan una adaptaci6n y a veces una especia-
lizaci6n de los sistemas. Asi, en el tipo C22 se
pueden distinguir dos variantes.
Figura C6: Dos lineas de cultivo en dos parcelas de la unidad C22 (San Pablo deI Lago - Imbabura)
~ ~ ~ oen ~ DO ~ _ ~~ til ,.:
~ If B :.3- ~ ~ ~ B~ • .,gu •.:
'" Maiz + Fréjol • Haba • Quinoa"" Papa .. Chocho" Zapallo
Paisajes Agrarios deI Ecuador
• En los medios frescos y humedos, situados
entre los 2800 Y 3200 m.s.n.m., el maiz y el
fréjol coexisten con:
-la papa (en parcelas distintas),
-el haba (co-plantada con el maiz y el fréjol),
-el chocho (sobre todo en los bordes deI campo,
ubicado ahi por su sabor amargo para los
animales) y
-la quinoa (en parcelas distintas 0 co-plan-
tada).
En esta variante se observa igualmente la
existencia de algunos pastos. La rotaci6n se
hace entonces preferentemente deI pasto a la
papa y luego al maiz. Rara vez se efectua deI
maiz a la papa. En efecto, salvo que se rea-
lice un aporte importante de abono, 10 que
financieramente no pueden asumir los mini-
fundios en estos sistemas maizicolas, la pro-
ducci6n es muy baja. En cambio, el pasto, 0
barbecho herboso, que ha permitido al suelo
reposar yser enriquecido con el estiércol deI
ganado, constituye un excelente precedente
de cultivo.
• En los meûios tf~mplados y mas secos, entre
los 2200-2400 Y 2900 m.s.n.m., no existe, alre-
dedor del maiz-frejol, otra asociaci6n caracte-
ristica. La gama de especies co-plantadas es
muy amplia, pero hay pocas pm'celas reser-
vadas a estos cultivos y el «monocultivo» de
maiz-fréjol ocupa la casi totalidad deI espa-
cio agricola. En las partes altas de la zona
maizicola de la cuenca Azogues, se puede
incluso encontrar frecuentemente una aso-
ciaci6n con] a cebada sembrada en !ineas
intercaladas. Al parecer, esta segunda va-
riante corresponde también a una densifica-
ci6n mayor deI espacio agricola, marcada en
el paisaje por la desaparici6n deI pastolbar-
becho.
En las dos variantes, pero mas en zonas mas
templadas, algunas parcelas reciben un
se!:,'Undo cultivo anual, de arveja, después de la
cosecha deI maiz en choclo. La ganaderia esta
asociada al sistema, pero en menor grado que
en la unidad C23.
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5 m
 Los paisajes y los sistemas de producci6n II Paisajes antropizados de los pisos de altura
La unidad C23 cubre apenas 31000 ha en las
provincias de Cotopaxi, Tungurahua y Chimbo-
razo, entre 2300 Y 2800 - 2900 m.s.n.m. Se loca-
liza en suelos arenosos y recibe aproximada-
mente 500 mm de precipitaciones promedio
anuales. Esta unidad se singulariza por la
presencia de numerosas parcelas de alfalfa bajo
riego y en pequenas propiedades.
La alfalfa nunca es sembrada al voleo por
los pequenos campesinos andinos. Se trans-
planta, coma en practica horticola, a partir de
un almacigo 0 de esquejes tomados de viejas
plantas. Puede ser cultivada en terrenos de
secano pero casi siempre goza de abundante
riego que garantiza una buena productividad.
•
La parcela es cosechada progresivamente
seglin las necesidades de forraje de la explota-
ci6n, calculando que sea posible un nuevo corte
cuando termine el corte en curso.
El cultivo de la alfalfa permite el desarrollo
de una pequena ganaderia doméstica y soporta
una densidad de poblaci6n mayor que las
demas asociaciones deI maiz. El ganado mayor
es estacado cerca de las habitaciones y con-
sume también los residuos de cosecha y hierba
de los bordes de caminos 0 acequias.
La alfalfa adquiere a veces un caracter de
cultivo de renta. Los excedentes de la cosecha
se venden en el mercado y alimentan a una
ganaderia «urbana», frecuente en la mayoria
de los pueblos y hasta en las ciudades de los
Andes.
No todas las zonas que asocian el cultivo deI
maiz y el de la alfalfa pudieron representarse
cartograficamente a la escala de 1:1000 000, ya
que se trata a veces de franjas estrechas que,
sin ser estrictamente ripicolas, estan ligadas a
la proximidad inmediata de un rio. Las aguas
se movilizan entonces gracias a pequenas des-
viaciones faciles de realizar y los terrunos ser-
pentean al igual que el rio, sin poder extender-
se mas alla de los limites que impone la morfo-
•
logia y el relieve deI fondo de valle. Las zonas
de Totoras-Rosario, en la provincia de Tungu-
rahua, y de Guano en la provincia de Chimbo-
• razo, y min muchas otras, ilustran este vinculo
entre alfalfa y riego que dibuja estrechas cintas
de verdura de un lado y otro de un cauce de
agua.
Por la diversificaci6n y la intensificaci6n que
implica en el sistema maizicola, el tipo C23
constituye una transici6n hacia los tipos C26 y
T23.
249
La unidad C24 ocupa una superficie de
39 000 ha. Se situa, coma la unidad C23, en el
centro de las cuencas de las provincias de Coto-
paxi, Tungurahua y Chimbor·azo. Las precipi-
taciones son similares (inferiores 0 iguaJes a
500 mm) y los suelos igualmente arenosos. Por
falta de riego, el pedodima es alli muy seco y el
cultivo de alfalfa es inexistente. Las legumino-
sas asociadas al maiz son el habilla, el chocho,
la lenteja y a veces el garbanzo. La cebada se
cultiva en parcelas distintas que entran en rota-
ci6n con el maiz. Entre Cusubamba y Pujili, en
una meseta muy seca, arenosa y sometida a
una fuerte erosi6n e61ica, se puede observar
igualmente vicia y linaza, cultivada coma plan-
ta medicinal.
La habilla es sembrada alli en asociaci6n
con el maiz y el fréjol, 0 simplemente en lugar
de este ultimo ya que soporta dificilmente la
sequedad deI medio. De la misma manera que
el fréjol, se enrolla alrededor deI pie de maiz
que le sirve de tutor. Esta leguminosa esta poco
difundida fuera de las provincias de Cotopaxi y
Tungurahua.
El chocho puede co-plantarse con el maiz 0
sembrarse en una parcela distinta. Sorprende
la adaptabilidad de esta planta que puede en-
contrarse en zonas frias y humedas 0 en esas
zonas secas donde, a la limitaci6n agron6mica
mayor de la sequia, se anade la de las heladas.
Los fen6menos de inversi6n térmica son muy
frecuentes en estas zonas que, par ser suma-
mente secas, tienen noches muy daras y por 10
tanto muy frias, puesto que la radiaci6n noctur-
na deI suelo es maxima. Por 10 demas, es proba-
blemente una de las explicaciones de la espe-
cializaci6n de la zona de San Marcos y Alaquez
(Cotopaxi) en el cultivo de chocho en detrimen-
to deI deI maiz, a 2900-3 000 m.s.n.m.
Las practicas de cultivo deI chocho siguen
siendo bastante someras y ello conviene a los
«campesinos absentistas» de esta regi6n de
fuerte emigraci6n temporal hacia Quito 0 a los
de Calder6n, al noreste de la capital: labranza
preparatoria, siembra con algo de abono, a
menudo muy poco -de medio a un quintal por
hectarea-, sin deshierba ni tratamiento algu-
no, y se espera la cosecha la 6 11 meses mas
tarde.
La cebada en la unidad C24, siempre es sem-
brada sola, en parcelas distintas. El aumento de
su proporci6n en el espacio y la presencia de
algunos campos de arveja marcan la transici6n
hacia el tipo C25.
250
La cabuya (Fourcroya andin a) era igual-
mente integrada al sistema maizicola en la
parte central de la provincia de Chimborazo. En
San Gerardo, Guano, La Providencia, Gua-
nando e Ilapo, se ven todavia algunas parcelas.
Los rendimientos son muy inferiores a los que
se obtienen en las plantaciones de los valles de
Apuela 0 de Lita. Las hojas rara vez alcanzan
un metro de largo, mientras que miden de 1,5 a
2,3 m en la vertiente noroccidental mucho mas
humeda, 10 que garantiza una productividad y
una calidad (longitud) de fibra muy superiores.
Las plantaciones de la provincia de Chimborazo
son entonces abandonadas progresivamente.
Después deI despulpado, las fibras son lava-
das a mana y blanqueadas al sol. Luego son
trenzadas en sogas 0 tejidas para elaborar cos-
tales 0 el soporte de las alfombras de Guano. Ya
no se hacen costales y casi se ha abandonado la
sogueria, reemplazada por cuerdas de nylon. La
mana de obra masculina parte a la ciudad en
busca de un empleo temporal, mientras que
muchas mujeres se ocupan en la confecci6n de
alfombras de pura lana, anudadas a mano.
La introducci6n de especies que soportan las
condiciones de sequia no es la unica inonvaci6n
en estos sistemas maizicolas. Se realiza también
en la elecci6n de las variedades cultivadas. Los
campesinos de la zona de Chingaso-Santa Rosa
de Cullog, entre Guano e Ilapo, en la provincia
de Chimborazo, siembran un maiz cuyas plantas
se mantienen enanas, sin superar los 70-80 cm
de altura. No por ello dejan de tener una bella
mazorca. Este maiz crece en pesimas condicio-
nes agron6micas, 500 a 600 mm de precipitacio-
nes promedio anuales, vientos violentos y suelos
arenosos afectados por una fuerte erosi6n e61ica.
Tales resultados positivos son el fruto de una
variedad local particularmente adaptada a estas
condiciones extremas.
Se sabe que los campesinos recogen de su
cosecha las semillas que utilizaran en la
siguiente estaci6n. Las mejores mazorcas de
maiz, desgranadas cuidadosamente, se conser-
van hasta la siembra. Ano tras ano y por un
largo periodo, esta selecci6n empirica habria
dese.mbocado en la creaci6n de una variedad
excepcionalmente resistente a la sequia.
2.3.c Unidad C25-Predominio de trigo y
cebada
En zona también seca, la unidad C25 cubre
una superficie de 42000 ha. Se encuentra sola-
mente en dos zonas, la una al noroeste de Rio-
Paisajes Agrarios deI Ecuador
bamba en el triangulo entre San Andrés-San
Juan-Calpi, a 3200 m.s.n.m., y la otra entre
Guasuntos-Alausi-Tixan, entre 2400 y 3000-
3200 m.s.n.m. Corresponde a dos variantes
diferentes con suelos, tamanos de las propieda-
des y paisajes distintos. Las precipitaciones son
inferiores a 500 mm al ano.
La gama de cultivos de C25 es amplia. Pue-
de ser similar a la de C24 distinguiéndose sim-
plemente por una mayor frecuencia de parcelas
de cebada que de maiz, coma es el casa al nor-
oeste de Riobamba, 0 diferenciarse claramente,
coma en el cant6n Alausi. En este sistema de
cultivo, la lenteja y la arveja entran en rotaci6n
con el trigo 0 la cebada. La arveja es cosechada
en seco, a la inversa de 10 que sucede general-
.
mente cuando es sembrada justo después deI
maiz (ver la unidad C22).
En la lIanura arenosa de Calpi, donde pre-
domina el minifundio, los campos son abiertos,
coma en el piso frio. Los paisajes son marc ados
por el predominio deI cultivo de la cebada y por
la abundancia de capulies, unico arbol de la
zona. Los limites de las parcelas son materia-
lizados, de trecho en trecho, por matas de penco
ode sigse.
En Tixan, Alausi y Guasuntos, cuando las
parcelas estan cercadas, se trata de muros edi-
ficados con piedras 0 bloques de cangahua ex-
traidos en ellugar. En la vertiente, el desnivel
entre las parcelas es subrayado por resaltos,
algunos de los cuales parecen haber sido cons-
truidos efectivamente para cortar la vertiente
y limitar el escurrimiento (terrazas). Los euca-
liptos que segmentan los campos andinos deI
callejon ya no se ven sino cerca de los pocos
pueblos donde también se encuentran algunas
parcelas de maiz, coma huertos caseros, hacien-
do mas notable el vinculo habitat-maiz-euca-
lipto ya senalado. La zona era una zona de alta
producci6n de trigo en hacienda 0 propiedades
medianas. Este tiende a ser reemplazado por .
la cebada.
Entre Tixan y Guasuntos, las densidades de
poblaci6n son muy bajas y pueden probable-
mente ser relacionadas con la antigua estruc-
tura agraria muy marcada por extensas hacien-
das con pocos reductos indigenas de proximidad.
De una manera general, ya sea a causa de la
sequia y de la falta de riego, 0 de las pendientes
o incluso de las bajas densidades de poblaci6n,
estas zonas son bastante marginales en la agri-
cultura andina.
 Los paisajes y los sistemas de produccion II Paisajes antropizados de los pisos de altura
2.3.d Unidad C26-Cultivos de hortalizas a
campo abierto
Esta unidad, de una superficie de 24000 ha,
comprende también dos variantes: las explota-
ciones que basan su produccion en una diver-
sidad de plantas (col, zanahoria, lechuga, remo-
lacha, etc.), y las que se especializan en una
sola produccion, de cebolla 0 de ajo.
Las explotaciones con hortalizas diversifica-
das se encuentran, a altitudes inferiores a los
3000 m, en la cuenca de Ambato, en San Luis y
Chambo, cerca de Riobamba, en Machachi, cerca
de Quito, y en San Vicente, cerca de Cuenca.
Garantizan el abastecimiento de verduras a las
0-
grandes ciudades andinas asi coma a los merca-
dos de la Costa. Su localizacion se debe mas a
la proximidad de un gran mercado urbano y a
las vias de comunicacion que a una calidad
peculiar deI medio. La zona cercana a Riobam-
ba se dinamizo porque era el primer mercado
andino en la via ferrea que unia Sierra y Costa
con flete cotidiano. Ambato esta en un cruce de
carreteras que unen la Sierra con la Costa y la
Amazonia.
Las explotaciones que cultivan cebolla 0 ajo
estan mas dispersas y no pudieron ser repre-
sentadas a nivel de este trabajo, con excepcion
de las zonas contiguas a Tisaleo, en el casa deI
ajo, y de Mocha en el de la cebolla. Estas dos
zonas se situan en su mayor extension a una
altura por encima de los 3 000 m. Alcanzan los
3400 e incluso 3600 m.s.n.m. en Yanaurcu, por
encima de Mocha.
La concentracion deI ajo en una sola zona se
explica por el monopolio de hecho que los indi-
genas Chibuleos han mantenido a la vez sobre
el cultivo y el comercio. Aparte de este terruiio
donde la superficie sembrada en ajo es muy
importante, el cultivo es casi siempre difuso. Se
integra a los sistemas domésticos de altura en
los que aporta un ingreso monetario que, por
minimo que sea, es importante para el precario
equilibrio deI sistema.
Si bien la zona de Mocha sigue siendo, a
justo tftulo, la mas renombrada por la calidad y
la superficie de la produccion de cebolla, la difu-
sion deI cultivo en otras regiones es hoy en dia
muy efectiva. Como el ajo, desempeiia el papel
de cultivo de renta. El término puede parecer
exagerado si se consideran los minimos ingresos
monetarios que permiten las reducidas areas
que le estan reservadas en numerosas explota-
ciones de altura. Sin embargo, se trata bien de
251
la busqueda de ingresos monetarios por medio
de la comercializacion, en el mercado mas cer-
cano, el de la cabecera cantonal.
Se encuentran también algunas parcelas
aisladas de cebolla en los valles aluviales al sur
de la provincia de Loja, cuya produccion es
exportada al Peru. Por su tamaiio no pudieron
ser cartografiadas.
Los cultivos de hortalizas a campo abierto
corresponden a pequeiias e incluso muy peque-
iias explotaciones. Las técnicas de cultivo son
las de huerto, con una gran cantidad de mana
de obra por unidad de superficie y un aporte
importante de insumos, ya sean productos
fitosanitarios, semillas seleccionadas 0 incluso
estiércol. Este ultimo es sobre todo cornprado a
los ganaderos ovinos deI paramo. Existe enton-
ces una importante transferencia de fertilidad
de arriba hacia abajo, de una zona de vegeta-
ci6n natural hacia una zona de cultivo inten-
sivo. Los ingresos que da el tipo C26 son impor-
tantes, sin comparaci6n con los de los cultivos
mayores de cebada en altura 0 de maiz en el
piso templado.
El crecimiento deI consumo, vinculado al
aumento de la poblacion y a la modificacion de
las costumbres alimentarias (verduras) princi-
palmente en las ciudades, acarrea, coma en el
casa de la ganaderia lechera, un incremento de
la producci6n. El mercado de los cultivos de
hortalizas esta en expansi6n y las areas de pro-
ducci6n especializadas se extienden, sobre todo
por dilatacion de las ya existentes: imitacion de
proximidad, experiencia y conocimientos téc-
nicos en la zona; redes de comercializacion ya
establecidas actuan en el mismo sentido.
Existe también una gran difusion de la pro-
duccion de hortalizas en el campo. Los proyec-
tos de desarrollo publicos 0 privados incluyen
muy a menudo el huerto, ya sea para mejorar
la alimentacion de la familia 0 para que los
pequeiios campesinos desarrollen la utilizacion
intensiva deI suelo y la agricultura comercial.
El resultado de la primera politica se refleja en
la aparicion de pequeiios huertos familiares en
el paisaje. Campaiias populares de sensibiliza-
cion existen igualmente en las periferias urba-
nas sobre este mismo tema. Los resultados de
la segunda tendencia, la deI desarrollo comer-
cial, son menos visibles: productores aislados
no se vinculan facilmente con el mercado que
requiere cierto volumen y los circuitos de comer-
cializacion rapida, necesarios para estos pro-
ductos altamente perecederos, no son genera-
252
lizados. A pesar de esas limitaciones, la unidad
C26 es un tipo de uso deI suelo en marcada pro-
gresi6n.
2.4 Cultivos perennes-Unidades Tll a T23
Se reunen bajo este titulo las plantaciones de
arboles 0 silvicultura y la arboricultura frutal. El
piretro no es citado sino a titulo de informaci6n.
En el mismo parrafo se menciona el guanto.
2.4.a Unidades Tll y T21-Silvicultura
Estos dos tipos representan los bosques de
pino (Tll) y de eucalipto (T21), con un limite
altitudinal promedio a 3200-3300 m entre e11os.
Las especies ex6ticas constitutivas fueron in-
troducidas hace mas de un siglo en el casa de
Eucalytus globulus y mas de medio siglo en el
de Pinus radiata. La forestaci6n es sin embargo
reciente. Empieza con fuerza a partir deI dece-
nio de 1970. Los vistosos bosques de pino en el
paramo no deben hacer olvidar la plantaci6n de
parcelas y de bosques de eucaliptos en el ca11e-
j6n interandino. Marcan ahora el paisaje an-
dino y desde hace algunos aiios se desarolla la
exportaci6n de madera hacia paises deI sureste
asiatico.
Las plantaciones forestales estan general-
mente localizadas en grandes propiedades. No
son raros sin embargo los casos de grupos cam-
pesinos que han plantado algunos con participa-
ci6n laboral comunitaria; igualmente propieta-
rios que, por una parte, pueden reforestar pen-
dientes y parcelas poco productivas 0, por otra
parte, buscan asi incrementar sus ingresos a
largo plazo.
La plantaci6n de bosque en tierras inculti-
vables, erosionadas 0 de fuerte pendiente y la
campaiia de promoci6n que la acompaiia, mar-
can la toma de conciencia colectiva de otro tipo
de relaci6n con el medio ambiente y una mejor
conservaci6n de recursos naturales. Sin embar-
go la implantaci6n de algunos bosques puede
corresponder a otra preocupaci6n, la de prote-
ger el dominio sobre la tierra frente a una posi-
ble expropiaci6n por la Reforma Agraria 0 ries-
gos de invasi6n predial en las cercanias de las
ciudades. El «cintur6n verde» de Quito no es
s610 un espacio buc61ico, es ademâs el campo de
batalla de la especulaci6n periurbana.
2.4.b Unidad T22-Plantaci6n de piretro
Las plantaciones de piretro (Chr:ysanthemum
cinerariaefolium) cartografiadas --una unica
Paisajes Agrarios deI Ecuador
zona al sur deI Chimborazo- son plantaciones
de hacienda. Necesitan una mana de obra nu-
merosa para la siembra y la cosecha. Después
deI secamiento, las flores son entregadas a una
planta extractora. Es una economia «industria1>,
en la cual todo esta centrado en el mercado y
orientado hacia la exportaci6n.
La producci6n fue muy importante en los
aiios 1970, en grandes haciendas de Chimbo-
razo, Cotopaxi y Pichincha. El piretro era bus-
cado por ser muy eficiente coma insecticida y
rapidamente biodegradable al sol. Tiene pues
una utilizaci6n autorizada en cultivos alimen-
tarios a pocos dias de la cosecha. La sustituci6n
deI insecticida natural por su sintesis quimica ..
arruin6 el cultivo. Algunos pequeiios producto-
res continuaron en el marco de la explotaci6n
familiar hasta inicios de los aiios 1980, en el
Norte de la Sierra y en Tungurahua. El cultivo
disminuy6 hasta no existir en nuestros dias.
El guanto (Brugmansia sanguinea), fuente
de atropina, cultivado en Carchi, corri6 una
suerte idéntica. Un cultivo de rasgos similares,
el de la sacha naranjilla (Datura sp), se insta16
mas tarde (ver parte B IV6).
2.4.c Unidad T23-Arboricultura
Los vergeles andinos de especies de clima
templado constituyen las grandes zonas fru-
teras de los Andes: en Ambato-Quero (Tungu-
rahua) con la claudia, la manzana, la pera y el
durazno, en Matus-Penipe (Chimborazo) con la
manzana, y mas modestamente en Gualaceo
(Azuay) con el durazno. Esta unidad totaliza
una superficie de 21400 ha.
La producci6n corresponde generalmente a
pequeiias explotaciones familiares. La fruticul-
tura es s610 uno de los componentes deI sistema
que casi siempre tiene una doble orientaci6n,
frutera y hortense. Bajo el estrato arb6reo, el
estrato herbaceo de hortalizas 0 de alfalfa
aporta complementos importantes. Cerca de
Ambato, se encuentran también parcelas de
flores cuya producci6n soporta mal la compe-
tencia de los rechazos de las nuevas planta-
ciones para exportaci6n (ver B IV3). En todos •
los casos, por supuesto, el maiz esta presente.
La intensidad de estos sistemas se marca
por la diversidad de la producci6n, la duplica-
ci6n de los estratos productivos, la regularidad
de las rotaciones, la continuidad de los cultivos.
El suelo esta ocupado todo el aiio gracias al
riego y a la estercoladura con abono comprado
Los paisajes y 10 sistemas de producci6n II Paisajes ant opizados de los pisos de altura
en los pat'amos 0 producido n la explotaci6n.
En efecto, ID chas de estas pequeiias explota-
ciones agricola. integran una redueida gana-
dena, manteniendo uno 0 dos bovinos y algunos
ovinos, al igual que se ha visto en la unidad
C23.
La rentabilidad ecou6mica es elevada y po-
dria sel' todavia aumeutada, mediante mayores
cuidados a los ârboles --la poda pOl' ejemplo e
poco 0 usda practicad -, y manejo ma." adc-
cuado de los turnos de agua, cuyo ritmo y volu-
men plantean serio pl' blemas.
Fundado en aIta participaciôn de mana de
obra, la intensividad dell:'listem se traduce en
las densidade de poblaci6n elevadas y se lee
en el paisaje pOl' la densidad deI habitat. Se h
podido calificar a esta· explotaeione. de «mini-
fundios empre. ari les».
3 L()s si temas de los piso frio y templado
y sus dinamicas
Los sistemas de producci6n, tal . coma sc
de mieron en estas pisos, dependen estre ha-
mente de las condicioues flsicas deI medi
anclino y de la ev luci6n de la sociedades
productora '. A pesar de la l'elativa estabilidad
de los sist 11a ,varias tendencias -de .fi ndo-
tienden a u progresiva tran formaci6n.
Figura C7: Distribuci6n esquemâtica de los si tem
Pi os Verti13r)tes ! Vertjentes internas
térmicos extemas Sn r~-Riego cO""Iet1'lenta,io(*)- Rlegoauseoteaunque neœsario (0)
Muy Fria
F"o nff
D22
m
D2"f-1------l':"O':'.....- - <
m
Templado
Calida
Cultivos daminantes
r.::.:.:l
~1
Dapa ~~~,,~
[]]]] Pastas
D Maiz
Laextensi:5n vertical decaœ capn sab p-eienœ represenar el rargo I9rmK;oOQJpadoy no es rela::onroo oonlas~erli:iede cadassterm
253
A los sistemas que asocian re tos de vege-
tacion primaria (D2l a D2 se oponen todos
los dema sistemas, ex.lusivamente agropecua-
rios. La mayor parte esta defmida p r asocia-
cione de cultiva, especificas deI entomo clima-
tico, en funci6n, sobre todo, de las temperatu-
ras Y, en egundo lugar, de la humedad (ver
cuadro Al y figura C7) Son, eutonees, menos
sujetos a cambios que los sistema de las regio-
nes caliùas regidos Unicamente por factores de
humedad (ver parle CIll). El tamano de la pro-
piedad l'epl'e entativo de cada tipa de usa de la
tierra y la disponibilidad de l'iego son factores
adicionales de clasificacion (Gondard, 1988).
- Los si tem as que integran a la papa coma
componente principal estan situado en el
piso trio (unidades Cll y P22-ver introduc-
c' 6n) 0 en el pis templado cerea dellîmite con
el piso frio (D21 a D23). Varian el c1ima, de
muy hUmedo a seco, y 1tamaiio de la propie-
dades, pequeiio (CU), pequefio a mediano
(D21 22 Y23) Y mediano a grande (P22).
-Los sistem' s que cuentan con una fuert pro-
poreion de cebada se ubican en condiciones
extremas de tho (C12), mayoritariam nte en
p queiias propiedades, a de seq edad (C24),
exclu ivamente en pequeiias propiedades.
-Los "istemas que tienen coma cultiva princi-
pal el maiz se sitûan todas en el piso templa-
do, con un c1ima hÛIDedo a seco; el riego inter-
A en la Sierra
y hoyas intera.ldlnas
__,r-----------1
Gradie ,1 de ~
Cebada Tamana de la propiedad
Evoluci6n por
Plantaciones y . . . . . . . . P pequeno
- - : - ' densificaci6n
cultivas perennes m mediano
Hortalizas
de la poblaci6n d
9 gran e
254
viene coma factor discriminante de clasifica-
ci6n (C23, C24). El tamafio de las propiedades
es reducido.
• Los pastos, exclusivos 0 asociados a cultivos,
estan localizados en zonas humedas, frias (P22)
o templadas (parte de P23) y secas con abun-
dante riego (P21). En este casa el tipo de tenen-
cia de la tierra es s610 de hacienda, mientras
que el tamafio preponderante de la propiedad
es mediano 0 grande en P22 y pequefio en P23.
En las vertientes externas, los pastizales re-
presentan superficies importantes en fincas
medianas (D22 y D23).
• Los sistemas orientados hacia la arboricultura
(T23) se encuentran en clima seco, relativa-
mente calido y bajo riego. Las propiedades per-
tenecen en su mayoria a «minifundistas empre-
sariales», término que se puede aplicar tam-
bien a muchas explotaciones horticolas (C26)
de pequefia superfice.
• Los sistemas que integran el trigo (P22, C21 y
C25) parecen tener una connotaci6n étnica: la
poblaci6n campesina que 10 siembra es esen-
cialmente mestiza. Los indigenas siembran
preferentemente el maiz. La distribuci6n de
las zonas C21 es reveladora a este respecta;
son todas zonas de poblaci6n mestiza. El can-
t6n Saraguro es, desde este punto de vista,
ejemplar. La comunidad indigena de ese nom-
bre se ubica en la cabecera cantonal y en
algunos pueblos y caserios pr6ximos. Ahi se
practica casi un monocultivo de maiz (C22).
POl' el contrario, los pueblos mestizos deI
Oeste se encuentran en terrenos frumentarios
(C21).
3.2 Factores de evoluci6n
La regresi6n deI cultivo deI trigo, muchas
veces sefialada en los parrafos anteriores, hace
presentir la existencia de modificaciones de
fondo de los sistemas de producci6n.
3.2.a i,Modificaci6n climatica?
Es probable que la colonizaci6n de las tie-
l'ras mas frias, en el casa de C11, sea favore-
cida pOl' el calentamiento general deI clima (ver
unidad 00 de la parte C I).
3.2.b La Reforma Agraria (ver parte A VI)
Sin embargo tal progresi6n no habria sido
posible sin la liberaci6n juridica de la tierra pOl'
la Reforma Agraria (C11 y D21). Directa 0 indi-
rectamente, ella incidi6 en la desaparici6n deI
latifundio, el fraccionamiento y la moderniza-
ci6n de la hacienda (P21, P22) e incluso favore-
Paisajes Agrarios deI Ecuador
ci6 la extensi6n de las plantaciones forestales
(T11, T21).
3.2.c Reducci6n de la cobertura vegetal natural
La reforestaci6n no compensa, sin embargo,
ni en superficie ni en calidad, la destrucci6n de
los bosques naturales, cuya desaparici6n en el
callej6n interandino (D2l) y a 10 largo de los
ejes viales de las vertientes externas (D22 y
D23), es cada dia mas importante. Alli, se nota
la incidencia fuerte de la entrega de tierras en "
Colonizaci6n (ver parte A VI).
3.2.d Densificaci6n de la poblaci6n rural (ver
parte A V)
"
La evoluci6n de los sistemas pioneros puede
sel' rapida. Con el aumento deI desmonte, D21
evoluciona hacia P23 y C21, en el interior deI
callej6n interandino, mientras D22 se convierte
en D23, en las vertientes externas. Con el tiem-
po y la disminuci6n de los rendimientos de la
papa, C11 evoluciona hacia C12.
La evoluci6n de los sistemas caracterizados
pOl' el cultivo deI trigo es muy evidente en la
disminuci6n de las superficies dedicadas a él.
Es asi como, con el tiempo, los trigales de las
provincias de Bolivar y de Carchi han experi-
mentado una considerable regresi6n; C21 evo-
luciona hacia C22, en especial en las zonas de
densidad poblacional mas fuerte, como, pOl'
ejemplo, en la alta cuenca deI Rio Chota. Otro
casa es el de la unidad P23 que evoluciona
hacia C22 con aumento poblacional.
En el trasfondo de esas transformaciones
existe una fuerte dinamica global de evoluci6n
de la poblaci6n rural. La densificaci6n de los
terrunos es notoria en los Andes y tiene una
influencia decisiva en las evoluciones. Se la
observa al inicio de casi todos los cambios men-
cionados (ver las relaciones flechadas en la
figura C7).
Otro efecto deI aumento de la poblaci6n, a
nivel nacional, y mas especificamente de la po-
blacion urbana, es la ampliaci6n deI mercado
interno.
3.2.e Mercado
La orientaci6n hacia la ganaderia lechera,
que se observ6 en los ultimos decenios, es una
consecuencia directa deI crecimiento de la po-
blaci6n total y deI cambio de los patrones de
Los paisajes y los sistemas de producci6n II Paisajes antropizados de los pisos de altura
consumo alimentario. Su incidencia se observ6
primera en los tipos P21 y P22, en haciendas
mas tecnificadas y capitalizadas, pero se hizo
sentir seguidamen te con importancia decre-
ciente en los tipos D21, D22, D23, P23 Y C21,
en propiedades medianas 0 pequeiias. Esta
evoluci6n fue favorecida pOl' la mejora de los
sistemas de recolecci6n. POl' la misma senda va
la ampliaci6n de las superficies cultivadas con
hortalizas (C26) y el aumento de los frutales
(T23), mientras es notable la disminuci6n de
los cultivos tradicionales en particular de los
tubérculos andinos men ores (Cn y C12).
El golpe que el mercado internacional asest6
a la producci6n nacional de trigo (P22, C21 y
C25) fue fatal. Desde hace varios decenios,
mas deI 90 % deI consumo nacional esta impor-
tado. También se via afectado el cultivo deI
piretro y deI guanto (T22).
Las practicas de trueque entre comunidades
de pisos eco16gicos distintos, antaiio comunes
en la regi6n andina, se observan aûn en la hoya
de Ambato, en la tan comercial provincia de
Tunguraha, entre Salasacas y Chibuleos, con
muy pequeiios volûmenes de papa y de capulî.
El mercado de Salar6n, en las alturas de Junin
(Chimborazo) funcionaba todavia en los aiios
1970 con base en el trueque. Lo que es anecd6-
tico aqui, marca el fin de un sistema.
La figura CS permite visualizar la imporlan-
cia de la relaci6n de cada sistema con el mer-
cado. Simplifica la realidad para destacar mejor
los rasgos principales segûn el tamaiio de la
propiedad.
Participaci6n
en el mercado Cultivos
comerciales
1 T23, C11, C26,
importante D21
mediana
o Policultura + pocos
cultivos comerciales
C21,C23,C25,D22,D23
reducida Policultura
C12, C22, C24, P23
1 .--
pequefias grandes
255
En muchos minifundios, la orientaci6n pre-
ponderante queda, pOl' necesidad, la deI auto-
consumo. Se vende s610 escasos excedentes de
producci6n siempre y cuando existen.
Se trata sobre todo de los sistemas maizico-
las (C22, C24, P23) deI piso templado y deI sis-
tema C12 (cebada, haba, papa, a veces ajo) deI
piso frio. Estas unidades cubren el 45 % de las
tierras agricolas de la Sierra.
POl' supuesto, la inc1usi6n en las unidades
cartograficas de algunas haciendas que perte-
necen al sistema de agricultura de altura (uni-
dad C12) relativiza esta c1asificaci6n. Los volu-
menes comercializados pOl' las haciendas - en
este caso, todos los productos salen al merca-
do- representan la producci6n de numerosas
pequeiias propiedades; se trate ya sea de la
papa 0 de la cebada cervecera.
Algunos sistemas de producci6n minifundis-
tas inc1uyen un cultivo de renta que permite
cierta participaci6n al mercado. Puede sel' la
cebada cervecera, la lenteja 0 la arveja en C25,
el trigo en C21, la alfalfa en C23, la papa en el
franja superior de D22 y D23. Las unidades
D22 y D23 integran propiedades medianas con
producci6n de leche y la unidad C25 unas
haciendas trigueras.
Los sistemas minifundistas orientados hacia
una especulaci6n comercial cubren s610 el 9 %
de las tierras agricolas de los pisos templado y
frio. Se destacan las frutas en T23, la papa en
cn, la papa y la leche en D21 y las hortalizas
en C26.
Ganaderia lechera
P21, P22
Figura CS: Los sistemas en fun-
Grado de
capitalizaci6n
alto
mediano
ci6n deI tamaiio de la explota-
ci6n y de su participaci6n en el
mercado.
(la superficie de cada disco es pro-
porcional a la superficie ocupada
pOl' el conjunto de los sistemas que
o bajo
representa)
Tamafio de las
propiedades
256
La unidad P21 identifica e~ sistema de las
grandes explotaciones lecheras que dependen
totalmente deI mercado por la comercializaci6n
de sus productos. Se le aiiadi6 la unidad P22
conformada de medianas y grandes propieda-
des igualmente orientadas hacia el mercado
por la venta de leche y papa. Estas explotacio-
nes que cubren cerca de 400 000 ha, es decir
mas de la quinta parte de la superficie agrope-
Paisajes Agrarios deI Ecuador
cuaria total, no funcionan sino con un capital
importante.
Sin embargo, es evidente que actualmente
son las explotaciones de flores y los nuevos ver-
geles frutales los que, en superficies extrema-
damente reducidas y con un muy elevado ratio
capital/ha, constituyen por excelencia el sis-
tema mas orientado hacia el mercado.
 Los paisajes y los sistemas de producci6n III Paisajes antropizados deI piso bajo y calido 257

III PISO BAJO y CALIDO

INTRODUCCI6N

•
El piso bajo y câlido representa aproximadamente las tres cuartas partes de la superficie deI
pais y se reparte esencialmente entre la llanura amaz6nica (alrededor deI 52 % de la zona calida) y
la regi6n costera (44 %), Yel archipiélago de Galapagos.

El cuadro Al presenta las principales caracteristicas climaticas imperantes en este piso. Las
condiciones de humedad clasificadas en 6 zonas para la comprensi6n de su diversidad, pueden ser
agrupadas en 3 clases a fin de dar cuenta de la distribuci6n de los cultivos, de las unidades carto-
graficas y de los sistemas de cultivos. Estas tres grandes zonas de humedad corresponden a dura-
ciones de la estaci6n seca de menos de 4-5 meses (zona A, sin limitaciones hidricas importantes),
de 4-5 a 8-9 meses (zona B, con limitaciones hidricas medianas) y de mas de 8-9 meses (zona C, con
fuertes limitaciones hidricas). La figura C9 representa la 10calizaci6n de estas zonas en el piso
calido y el cuadro C3 resume las caracteristicas que permiten identificarlas facilmente en el
campo.

Las unidades cartograficas presentes en el piso calido, clasificadas seglin esas grandes zonas de
humedad, constan en el cuadro C4. En este, ciertas unidades cartograficas no aparecen en la zona
de humedad donde el analisis de los mapas parece localizarlas. Esto se debe esencialmente a la
escala de la figura C9: por ejemplo, relieves costeros incluidos en la zona C, que reciben importan-
tes precipitaciones ocultas, y que pertenecen en realidad a la zona B, no pueden individualizarse.

Las unidades cartograficas de los sistemas de cultivo, después de ser descritas seglin el orden
en el que estan clasificadas en la leyenda deI mapa a escala 1:1000000, son presentadas, al final
de este capitulo, en tres graficos (figuras C12, C13 y C14) en los cuales se destacan las principales
tendencias de su evoluci6n.

Porcentaje de la
superficie dei 70 22,5 7,5
pisocalido

Vegetaci6n Bosques Bosques siempreverdes Formaciones

natural siempreverdes y semi decfduos decfduas
•
Pastizales Siempreverdes Estacionalmente verdes Ausentes
Cuadro C3: Algunas caracte-
rîsticas de los paisajes de
Sobre todo café Exclusivamente de las tres grandes zonas de
Café Ausente
de tipo robusta tipo arabica humedad

Cacao Producci6n baja Producci6n regular Ausente

Banano Posible sin riego Riego necesario Ausente

Posibilidad de dos Una sola cosecha Aleatorios 0

Cultivos anuales
cosechas sin riego sin riego regados
258
1 Vegetacion natural - Sistemas indigenas
tradicionales
Aunque la vegetaci6n natural es tratada es-
pecificamente en un capitulo aparte, ella abar-
ca este sistema original de utilizaci6n de las
tierras que son los sistemas indigenas tradicio-
nales. El reducido tamaiio de las parcelas des-
montadas, su dispersi6n, su movilidad y, por 10
tanto, su limitado impacto a nivel de los paisa-
jes, impiden representarlas en ese mapa. Los
claros temporales estan diseminados en el bos-
que denso siempreverde (unidad V31), sobre
todo en la llanura amazonica, donde los grupos
indigenas, que niantienen un modo de vida cer-
cano a sus tradiciones, son los mas numerosos.
Tales grupos, cuya repartici6n se presenta
en la figura CIO, conservan un modo de utiliza-
cion deI espacio que ocupa grandes extensiones
de bosques para la caza, la pesca 0 la recolec-
ci6n de frutos u otros productos silvestres; tam-
Paisajes Agrarios deI Ecuador
Sin limitaciones de humedad
..
O. -zona A con 0 hasta
4-5 meses secos
Limitaciones hidricas medianas
-zona B con 4-5 hasta
8-9 meses secos
Limitaciones hidricas fuertes
-zona C con 8-9
hasta 12 meses secos
1~ .. Principales ciudadees
L~,-" Carreteras principales
o 100 200 km
Figura C9: Localizaci6n de las grandes
zonas de humedad deI piso calido
bién practican la agricultura en pequenas
parcelas (de I a 3 ha por familia). Estas son
cultivadas después deI desmonte y de la quema
deI bosque y abandonadas por largo tiempo en
condiciones de barbecho forestal después de
una utilizaci6n por 2 a 3 aiios. Las plantas mas
cultivadas son la yuca, el maiz y el banano,
pero también se plantan en esas parcelas arbo-
les frutales -dtricos, frutales forestales loca-
les-, cuyos frutos seran cosechados mucho
mas alla deI periodo de cultivo de las plantas
alimenticias principales.
Sin embargo, ciertos grupos han diversifi-
cado sus sistemas mediante la introduccion
mas 0 menos importante de cultivos de renta y
de la ganaderia. El casa mas cercano al estilo
de vida tradicional es el practicado por los
Huaoranis de la Amazonia ecuatoriana central.
La agricultura ocupa aIli solo un lugar reduci-
do al lado de los modos de utilizaci6n de los
recursos naturales deI medio. Otros grupos han
Los paisajes y los sistemas de producci6n III Paisajes antropizados deI piso bajo y calido 259

80 0 W

1 Grupos indfgenasl

...

"

~_ Carreteras principales

a =-__=_-==:::1
",1
100
__==--==- 200 km
...........

Numero de
Simbolo Grupo étnico
personas

..D Chachi 0 Cayapas ?

Tsachila 0 Colorados '" 1 000

Quechua de la Amazonia 60 000

• • Siana y Secoya 200 + 300 Figura CIO: Repartici6n de los grupos

[[Illll œ Colan '" 500 indigenas deI piso bajo y câlido
Fuente: elaborado segun PayaI y Sosa, 1993
~ €l Huaorani 960 • 1 200

§lm Achuar y Shiwiar 2 500 . 3 000

~0 Shuar 40 000
260
incorporado una actividad agricola de renta:
arboricultura mezclada tratandose de los Colo-
rados 0 Tsachilas de la regi6n costera (al sur de
Santo Domingo), pastizales y ganaderia bovina
en el casa de los Jibaros 0 Shuaras deI sur de la
regi6n amaz6nica. Esta evoluci6n acarrea la
extensi6n de las superficies explotadas y la
reducci6n deI barbecho forestal hasta su elimi-
naci6n.
Los grupos indigenas soportan numerosas
presiones que tienden a modificar su modo de
vida ancestral. La busqueda de nuevas tierras
por parte de los colonos reduce los territorios
forestales disponibles para la caza y la recolec-
ci6n de frutas silvestres. Los esfuerzos de inte-
graci6n de estos grupos humanos por parte de
los poderes civiles u organismos varios -misio-
neros y otros- crean necesidades que no pue-
den ser satisfechas por las actividades tradicio-
nales. Se observan entonces cambios en los
modos de utilizaci6n deI suelo y una regresi6n
espacial. Consciente de este problema, el Esta-
do, por medio deI Instituto Ecuatoriano de
Reforma Agraria y Colonizaci6n (IERAC), ha
reconocido a esos grupos la propiedad comuni-
taria de vastos espacios forestales (por ejemplo,
1,2 mill6n de hectareas atribuidas en 1992 a los
Huaoranis en la provillcia amaz6nica deI Pas-
taza -ver parte A VI-).
Sin
limitaciones
hfdricas
(zona A)
Limitaciones
hfdricas
medianas
(zona B)
Limitaciones
hfdricas
fuertes
(zona C)
Cuadro C4: Las unidades cartograficas deI piso bajo y calido
Paisajes Agrarios deI Ecuador
2 Mosaicos vegetacion natural - cultivos
(Unidades D31 a D42)
Estas unidades, que corresponden a paisajes
parcialmente modificados por el hombre y la
agricultura y donde la cobertura vegetal natu-
raI, mas 0 menos primaria, cubre aun vastos
sectores; sus 37376 km 2 representan el 47,5 %
deI espacio antropizado deI piso calido (ver
también la parte A X). Las tierras agricolas se
extienden a expensas de las formaciones vege-
tales naturales y la evoluci6n de los sistemas
de cultivo pasa por una fase en la cual hay una
baja proporci6n de tierras desmontadas.
Esas unidades, clasificadas en funci6n de la
humedad climatica y deI grado de desmonte en
la figura CIl, presentan caracteristicas muy
diferentes seglin se situen en una zona sin limi-
taciones hidrkas, zona A (unidades D31 a D33
que suman la mayor superficie), en una zona
intermedia (D34 a D38), 0 en una zona de fuer-
tes limitaciones hidricas, zona C (D41 y D42).
Las propiedades son siempre pequefias, reci-
biendo cada familia un lote de 50 ha que es a
veces dividido.
La explotaci6n de esas propiedades se rea-
liza con un bajo nivel de tecnicidad y con mana
de obra familiar.
•
 Los paisajes y los sistemas de producci6n III Paisajes antropizados deI piso bajo y câlido
Intensidad dei desmonte
creciente
>
Humedad creciente
2.1 Zona A
Cuando no existen limitaciones hidricas im-
portantes, se encuentran las unidades D31,
D32 Y D33. Su superficie alcanza mas de 3 mi-
llones de hectareas con 675000 ha en el casa de
D31, 1304000 en el de D32 y 1165000 ha en el
de D33. Casi siempre se trata de zonas de re-
ciente colonizaci6n donde los paisajes, inicial-
mente forestales, son carcomidos por el des-
monte.
El casa mas tipico es el de D31. Esta unidad,
que se localiza unicamente en la regi6n amaz6-
nica, abarca las zonas de colonizaci6n actual
situadas mas alla de aquellas de colonizaci6n
mas antigua, localizadas al borde de las carre-
teras. La atribuci6n de las tierras por parte deI
IERAC se realiz6 en lotes familiares de 50 ha
(a veces s610 30 ha). En una primera etapa, el
bosque es explotado para extraer madera que
proporciona el primer ingreso monetario, asi
coma materiales para la construcci6n de las
viviendas. La deforestaci6n es igualmente una
obligaci6n administrativa para poder obtener el
titulo de propiedad definitivo. El desmonte de
las parcelas, iniciado al emplazamiento de la
vivienda, es seguido, por una parte, de cultivos
alimenticios (maiz y/a arroz pluvial, platano) y
• por otra, de pastizales. Algunas partes desmon-
tadas pueden quedar sin usa si el colono no dis-
pone de capital 0 de crédito para la explotaci6n
(pastos sin ganado). Sin embargo, una super-
ficie no despreciable se conserva como reserva
de suelo y fuente de madera y leiia.
En la zona costera, el equivalente de esta
unidad es D32, al menos en la provincia de Es-
meraldas que presenta semejanzas innegables
261
Figura CH: Clasificaci6n de las unidades
cartograficas D (mosaicos de cultivos
en la vegetaci6n natura!)
con la Amazonia desde el punta de vista tanto
de la dinamica de poblamiento coma deI clima,
muy humedo -mas de 3000 mm/aiio-, y de la
pobrcza de los suelos. En cambio, en las
regiones mas occidentales, fronterizas entre
Manabi y Guayas, menos humedas y en suelos
menos pobres que los de la parte nororiental de
la zona costera, la colonizaci6n es mas antigua.
Alli la unidad D 32 representa una yuxtaposi-
ci6n de zonas suavemente onduladas, y por ello
desmontadas prioritariamente, y de zonas con
pendientes mas fuertes todavia, con bosques.
Las zonas desmontadas han sido plantadas con
pastizales con, cerca de los lugares de habita-
ci6n, algunos campos de cultivos alimenticios:
maiz, yuca, platano. En las colinas de pendien-
tes fuertes, 10 poco de arboricultura tropical
existente aprovecha la sombra de las especies
forestales naturales.
La evoluci6n de estas zonas se realiza seglin
las posibilidades de comercializaci6n de los
productos. La proximidad de un mercado 0 de
un eje vial permite una diversificaci6n de los
productos agricolas. Después de la boga deI
café robusta detenida por la fuerte incidencia
de la broca, los cultivadores se orientaron hacia
cultivos anuales de los cuales el mas frecuente
es el maiz. Pequeiias parcelas de papaya 0 piiia
pueden proporcionar un ingreso apreciable. En
las zonas de dificil acceso, la ganaderia bovina
es la unica practica que da un producto facil de
llevar hasta la carretera y que puede esperar,
en pie y sin sufrir daiios, un comprador. La
plantaci6n de arboles en los pastizales 0 en
plantaciones densas constituye otra posibilidad
para esos pequeiios finqueros. En ciertas zonas
pioneras, la especulaci6n podria ser la unica
raz6n de la adquisici6n de algunas propiedades.
262
El primer ocupante, después de haber desmon-
tado el terreno y construido una vivienda,
vende la propiedad para lograr una ganancia y
vuelve a instalarse en un frente pionero mas
j6ven.
La unidad D33 corresponde a una coloniza-
ci6n mas antigua, a un desmonte mas avanza-
do y, por 10 tanto, a un porcentaje mayor de cul-
tivos pero, sobre todo, de pastos. En la Amazo-
nia, al igual que en el norte de la provincia de
Esmeraldas, bosques y zonas plantadas de
arboles parecen disponerse un poco al azar. En
la provinda de Manabi, la repartici6n de los
componentes de las unidades en funci6n de la
morfologia, tal coma se observ6 en el casa de
D32, es aun mas marcada. Las zonas menos
accidentadas corresponden a los pastizales, a
menudo con propiedades de mayor tamano. Los
relieves de pendientes fuertes siempre estan
aun forestales con algo de arboricultura y pocos
cultivos anuales alrededor de un habitat muy
disperso.
2.2 La zona intermedia B
Comprende sobre todo las unidades de D34
hasta D38 presentes s610 en la regi6n costera.
En conjunto ocupa algo menos de 460000 ha
con, en ese orden y para cada una de las uni-
dades cartograficas, superficies aproximadas
de 51000, 82000, 250000, 65000 y 12000 ha.
Las condiciones climaticas constituyen factores
limitantes para los pastizales que se amarillean
en la estaci6n seca. Salvo ciertas diferencias flo-
risticas, el aspecta de estas unidades es compa-
rable al de las unidades D de la zona A. Sin em-
bargo, si bien en la zona sin limitaciones hidri-
cas importantes representan un estado de tran-
sici6n en la evoluci6n de la utilizaci6n de los
suelos, aqui unicamente las propiedades de las
partes mas humedas pueden evolucionar hacia
sistemas mas intensivos y mas productivos. En
las partes mas secas y en el casa de los propie-
tarios menos favorecidos -tierras pedregosas 0
escarpadas, falta de capital 0 de crédito-, esta
evoluci6n puede no producirse y la vegetaci6n
natural, a menudo utilizada para el pastoreo
suelto, sigue siendo importante en superficie.
Las unidades D34 y D37 son, desde el punta
de vista de la intensidad deI desmonte, los
equivalentes respectivos de D32 y D33 de la
zona anterior. A la vegetaci6n natural, mejor
representada en D34 que en D37, se asocian
esencialmente pastizales y pocos cultivos tales
coma el maiz de subsistencia y algo de mani. Es
ante todo el relieve el que ha limitado la exten-
Paisajes Agrarios deI Ecuador
si6n de los pastizales en esta primera unidad.
Localizada al oeste de Manabi, al norte de la
ciudad de Bahia de Caraquez, abarca en efecto
las primeras estribaciones muy escarpadas de
la cordillera costera en las que apenas es muy
dificil extender los pastos. La unidad D37 se
situa de un lado y otro de Pedro Carbo y sobre
todo en la franja litoral norte, de ambos lados
de la desembocadura deI rio Esmeraldas; los
relieves son menos acentuados y el clima es
mas humedo, 10 que ha permitido una mayor
extensi6n de los pastizales.
La unidades D35 y D36 se distinguen de las
unidades anteriores por la presencia relativa-
mente mas importante de cultivos. La unidad
D35 se localiza en la peninsula de Santa Elena,
al norte de la carretera Guayaquil-G6mez Ren-
d6n, al noroeste de Jipijapa, asi coma en la
meseta localizada al este deI cabo San Lorenzo.
Las altitudes relativamente importantes de
esos lugares determinan una humedad atmos-
férica suficiente para permitir la presencia de
pastizales artificiales. Los cultivos estân repre-
sentados por el maiz, el mani, la higuerilla y,
muy localmente, el algod6n.
La unidad D36 se localiza entre Pueblo Vie-
jo, Balzar, Pedro Carbo y Daule, en el extremo
suroeste de las bajas mesetas llamadas de Bal-
zar. Corresponde a relieves muy poco marca-
dos, pero con suelos arcillosos y compactos, que
contrastan con la riqueza de las otras tierras de
la llanura deI Guayas. La vegetaci6n natural es
sobre todo arbustiva. Los pastizales, parcial-
mente abandonados, estân degradados y no son
productivos sino durante una reducida parte
deI ano. Antes deI rebrote, el ganado debe aco-
modarse con forraje seco en pie. Los cultivos
son el maiz, sembrado bastante tarde a fin de
protegerlo de una estaci6n lluviosa muy fuerte
que, al embeber los suelos arcillosos, haria
podrir las plântulas, algo de algod6n y de arroz
en los bajios. Las explotaciones son de tamano
muy variado, en general mediano, pero muy
recientemente se han creado numerosas gran-
des plantaciones de mango al sur de Balzar.
Los bancos limosos de los rios, numerosos en
esta unidad cartografica, pero de anchura muy
•
reducida coma para destacarse a la escala deI
mapa, son el campo de los tradicionales verge-
les tropicales con predominio deI mango (uni-
dad T52).
Finalmente, la uunidad D38 se caracteriza
por la presencia de algo de arboricultura con
predominio de cafetales que prosperan gracias
a condiciones hidricas localemente favorables.
 Los paisajes y los sistemas de producci6n III Paisajes antropizados deI piso bajo y caIido
2.3 Zona C
Cuando las limitaciones hidricas se toman
fuertes, con 10 a Il meses secos y menos de
600 mm de lluvia al ano, los pastizales ya no
son sino campos abiertos donde el ganado
bovino, pero sobre todo caprino, se alimenta,
fuera de la breve estaci6n humeda, de hojas
arrancadas a los arbustos y de frutos caidos.
Los cultivos -maiz, higuerilla y mani- no son
posibles sino hacia el limite de las zonas mas
humedas. En esta zona, toda evoluci6n de las
unidades D esta excluida, a menos que exista
riego.
Las superficies son reducidas y representan
aproximadamente 135 000 ha, de las que la
mayor parte corresponde a la unidad D41 con
123 000 ha y s610 12 000 ha a la unica unidad
cartografica D42.
En D41, situada al oeste de la provincia de
Loja y al oeste de Portoviejo y Jipijapa, los cam-
pesinos poseen alrededor de 20 ha, de las que
tres 0 cuatro son parcelas de cultivo itinerante,
cercadas, pues el ganado pace suelto. Esas
parcelas son cultivadas durante 3 a 4 anos y
luego dejadas en barbecho: a falta de fertiliza-
ci6n, los suelos se empobrecen. Los rendimien-
tos en maiz son muy aleatorios de un ano al
otro. Sin embargo, esas zonas, aun poco des-
montadas en los anos 1980, en nuestros dias 10
estan practicamente por completo y los ceibos,
caracteristicos de esta regi6n, se toman escasos.
La unidad D42 esta situada cerca de Manta,
es decir en una regi6n aun mas seca. El estrato
arb6reo, suprimido con el desmonte, no se ha
regenerado y s610 algunos pocos arbustos y una
cobertura herbacea discontinua representan la
vegetaci6n naturai. En esas zonas de recorrido
de los caprinos, los cultivos de maiz son escasos
y muy aleatorios. Esta invadida parcialmente
por las construcciones precarias de los habitan-
• tes menos afortunados de Manta.
..
3 Pastizales (Unidades P31 a P36)
Estas unidades, excepta la P35, tienen en
comun un amplio predominio de los pastizales.
Se trata casi siempre de praderas Hamadas
usualmente «artificiales», es decir implantadas
después deI desmonte, plantadas con especies
forrajeras introducidas y divididas en potreros.
La actividad esencial es la ganaderia con una
marcada especializaci6n en la producci6n de
carne, aunque la ganaderia lechera tiende a
263
extenderse en ciertos sectores de la zona costera
(ver parte B II). Las unidades P ocupan una su-
perficie de 9847 km2 que representan el 15,6 %
de las tierras utilizadas deI piso calido.
3.1 Zona A
Las unidades P31 y P32 corresponden a
pastos con algunos restos de bosques mas nu-
merosos en P31 que en P32. En el mapa a es-
cala 1:1000 000, estas dos unidades totalizan
menos de 800000 ha con una clara preponde-
rancia de P31 sobre P32 (771 000 ha frente a
27000 ha).
En la Amazonia y en el noroeste de la pro-
vincia de Esmeraldas, ambos tipos representan
el estado ultimo deI desmonte y dan, por 10
tanto, continuaci6n, en un proceso de coloniza-
ci6n, a D33. En las demas regiones de la zona
costera, P31 es el resultado de operaciones de
desmonte mas antiguas y abarca grandes zonas
de ganaderia bovina. Alli también, al igual que
en el casa de D33, los pastizales estan situados
en los relieves menos marcados, que pueden sin
embargo presentar pendientes deI 40 al 70 por
ciento, mientras que los terrenos mas escarpa-
dos han sido poco 0 nada desmontados. Como
complemento de la ganaderia, los cultivos de
maiz, arroz y yuca, y las plantaciones de bana-
no, café y cacao pueden diversificar la produc-
ci6n, pero esas actividades corresponden gene-
ralmente a explotaciones distintas. En las
pendientes humedas de las islas habitadas de
Galapagos, los pastizales, abandonados pro-
gresivamente, son parcialmente invadidos por
los guayabos.
Los pastizales contienen casi siempre
numerosos arboles de divers os usos. Son, la
mayor parte deI tiempo, arboles preservados
cuando el desmonte y a menudo se trata de
arboles de sombra para el ganado. En ocasio-
nes, proporcionan secundariamente algun
producto y pueden incluso tener una funci6n
decorativa -en el casa deI clavelin (Brownea) 0
jacaranda-. En el paisaje, los pastizales plan-
tados con especies forestales -laurel (Cordia
alliodora) por ejemplo- no se distinguen de los
pastos con arboles remanentes sino por su
alineaci6n.
Entre las especies protegidas durante la de-
forestaci6n y que aportan una fuente de ingre-
sos 0 de alimentos, las palmeras ocupan un
lugar preponderante y algunas coma la palma
real (Attalea colenda) 0 la tagua (Phytelephas
aequatorialis) se presentan en la parte B II5. A
264
estas dos especies se pueden agregar el pambil
(1riartea deltoides) cuyo tronco se utiliza ya sea
coma pilar de vivienda 0 como tutor en las
bananeras 0 incluso para laminas de parquet
de un negro brillante. Entre los frutales, se
pueden mencionar el pechiche (Vitex gigantea),
la uva (Pourouma cecropiaefolia) y el mani de
arbol (Caryodendron orinocense).
La zona A es la predilecta de las grandes
explotaciones que superan ampliamente el
centenar de hectareas. La ganaderia es alli la
actividad mas facil de arrancar y de mantener.
Esas propiedades disponen frecuentemente de
tierras forestales. La tala deI bosque y la im-
plantaci6n deI pastizal son a menudo confiadas
a mana de obra exterior que, a cambio de su
trabajo, puede sembrar para su uso maiz 0,
mas rara vez, arroz de secano. El cultivo es
implantado concomitantemente con la cober-
tura forrajera.
El conjunto de la explotaci6n esta cercado y
subdividido en parcelas de gran tamafio. La
ganaderia se destina sobre todo a la carne y la
carga se mantiene alrededor de un animal por
hectarea. Los hatos son seguidos por un mime-
ro muy reducido de vaqueros a caballo cuyo
principal trabajo es cambiar a las bestias de
parcela. La ventaja de esta practica es poder
sustraer a la Reforma Agraria grandes super-
ficies de tierra y no utilizar sino poca mana de
obra, ademas no especializada. En esos casos,
el propietario esta usualmente ausente de sus
tierras.
Este sistema presenta variantes. La mas
interesante es la transici6n hacia la ganaderia
lechera. Esta mutaci6n, aun poco expandida, no
es posible sino por la existencia de un sistema
de comercializaci6n. Implica la intensificaci6n
de las practicas ganaderas: cambio de raz a
bovina (cruces Holstein 0 Brown Swiss), vacu-
naci6n deI ganado, mejoramiento de la alimen-
tad6n (introducci6n de leguminosas en los
pastizales, aporte de complementos), divisi6n
de los pastos en parcelas mas pequefias para
explotar mejor la producci6n forrajera, aumen-
to deI numero de empleados, vigilancia acre-
centada de la reproducci6n (inseminaci6n arti-
ficial) y seguimiento de la producci6n de cada
animal. Como este tipo de ganaderia demanda
mas cuidados, no es emprendido sino por pro-
pietarios-ganaderos profesionales y no puede
ser confiado a un empleado. En contraparte, la
carga podria llegar a hasta 3 cabeûls por
hectarea y los ingresos por unidad de superficie
aumentar espectacularmente.
Paisajes Agrarios deI Ecuador
Otro cambio tiende a mejorar la alimenta-
ci6n deI ganado criado para la carne. Esos
ganaderos aportan, ademas de las sales, un
complemento en forma de melaza, urea 0 estiér-
col de aves, bananas no coniercializables (pro-
venientes a veces de la misma explotaci6n). Se
realizan igualmente la vacunaci6n y un segui-
miento de la reproducci6n, pero sin alcanzar el
nivel técnico de la ganaderia lechera.
3.2 Zona B
Las unidades de pastizales ocupan una su-
perficie total de 374 000 ha, principalmente en
las unidades P33 y P34, 149 000 Y 128 000 ha
respectivamente, y partes mas reducidas para
las unidades P35 y P36, 97000 Y 58 000 ha res-
pectivamente.
Estos pastos comprenden también arboles
aislados, esencialmente para dar sombra al ga-
nado. Los principales arboles son Erythrina y
los Samanea en las partes mas humedas, y Cei-
ba hacia la franja mas seca. Los arboles de
sombra estan totalmente ausentes en la unidad
de los pastizales inundables, P36.
Las unidades P33 y P34, localizadas esen-
cialmente en Manabi y en la franja litoral deI
norte de Esmeraldas, se distinguen por la
presencia de algunos islotes forestales en P34.
La unidad P33 corresponde a las grandes pro-
piedades de ganaderia extensiva que padecen
de la falta de forraje al final de la estaci6n seca.
La unidad P35 esta situada entre Balzar y
Ventanas, en una zona climatica de transici6n
entre las zonas secas deI Sur, con pocos pastiza-
les bien manejados por falta de humedad, y la
regi6n mas humeda deI Norte donde los cafeta-
les hacen su aparici6n. Predominan los pastiza-
les pero asociados a cultivos, sobre todo de maiz
y, en, menor grado, de algod6n y de arroz plu-
vial 0 de arroz de decrecida en las hondonadas.
La unidad P36 (58000 ha) corresponde ,a un
tipo particular cuya presencia no esta ligada a
las condiciones pluviométricas. Situada en la
zona seca, en partes muy ligeramente c6ncavas
y con drenaje deficiente, sefiala praderas inun-
dadas durante la esta.ci6n lluviosa. Todas estan
ubicadas en tierras aluviales, en la cuenca de
subsidencia de las provincias de Guayas y de El
Oro, en el valle deI Chone, asi como en la lla-
nura situado al sur de BorbOn. La inundaci6n no
impide la ganaderia pues los bovinos chapotean
en el agua, 0 nadan, y se alimentan de un pasto
acuatico.
 Los paisajes y los sistemas de producci6n III Paisajes antropizados deI piso bajo y calido 265

Las ganaderias son muy similares a las de Chiveria, se observ6 la complementariedad

la zona anterior, pero la ocurrencia de nume-
rosos meses secos limita la producci6n de
forraje. La falta de un almacenamiento de
(heno 0 ensilado) restringe el alimento dispo-
nible para el ganado que, en la estaci6n seca,
esta reducido a alimentarse de la hierba reseca
en pie. La carga por hectarea debe tener en
cuenta esta disminuci6n estacional deI forraje.
Ventas masivas y obligadas se realizan durante
. prolongados periodos sin lluvia.
La evoluci6n hacia un tipo de ganaderia
lechera mas tecnificada no es posible sino con
riego y la proximidad de un mercado urbano
que pueda absorber la producci6n que, casi
siempre, es vendida bajo la forma de leche
fresca. La alimentaci6n deI ganado es objeto de
mayores cuidados que en el casa de la ganade-
ria de carne. Generalmente, los animales no
ingresan en las parcelas regadas y el forraje
fresco picado es llevado al comedero. Se trata
habitualmente de gramineas. S610 una vez se
observ6 una mezcla de leguminosas y grami-
neas, cerca de Portoviejo. El excedente de
forraje puede ser vendido a otras explotaciones
ganaderas que no disponen de riego. El forraje
fresco es a menudo completado con alimentos
balanceados. En un caso, en la hacienda La
entre agricultura y ganaderia, cuando se da al
ganado la hojarasca fresca de un maiz de 45
dias cultivado para la producci6n de mini ma-
zorcas destinadas a una fabrica de conservas.
Estas explotaciones se derivan habitual-
mente de grandes haciendas de ganaderia de
carne. El paso a la ganaderia lechera se tra-
duce en una reducci6n de la superficie que sera
trabajada mas intensamente y, por 10 tanto, con
un personal mas numeroso y mejor calificado.
4 Cultivos de cielo corto (Unidades C31 a
C48)
En el piso calido, las unidades C suman casi
9850 km 2 , es decir el 12,5 % de las superficies
aprovechadas. La mayor diversidad y abun-
dancia de los cultivos anuales se encuentran en
la zona climatica intermedia B. En la zona A,
mas humeda, se observ6 una clara tendencia
reciente a su extensi6n y, en la zona C, mas
seca, se trata de explotaciones marginales. Las
unidades cartograficas donde predomina este
tipo de agricultura pudieron clasificarse seglin
el cultivo dominante 0 caracteristico, distin-
guiéndose las zonas de maiz, de algod6n, de

Yuca, banano,
C31 Mafz X Unidad muy heterogénea
soya, pina
C32 Mafz Cana de azucar Unidad en disminuci6n
C33 Mafz X
C34 Mafz Higuerilla, manf
C35 Mafz Higuerilla, manf X
C36 Mafz Sarandaja
Unidad en disminuci6n 0
C37 AIgod6n Mafz, higuerilla X
con nuevas localizaciones
C38 AIgod6n Mafz, higuerilla X X idem
C41 Arroz
C42 Arroz X
C43 Arroz Mafz X
C44 Arroz Mafz X
C45 Arroz X Pastos inundables
Pastos localmente
C46 Hortalizas Mel6n, sandfa X
predominantes
C47 Hortalizas Manf
C48 Mafz, hortalizas Frutales

Cuadro C5: Las unidades de cultivos anuales deI piso bajo y calido
266
arroz, asi coma los cultivos mezclados de las
parcelas deI fondo de los valles.
Los cultivos anuales constituyen el elemento
predominante de los paisajes pero se pueden
encontrar min algunas reliquias de vegetacion
natural (C33, C35 y C38) y mas a menudo pas-
tizales (C31, C37, C38, C42, C43, C44, C45 y
C46). Estas particularidades se presentan en el
cuadro CS. La presencia de pastos en estas
unidades puede provenir tanto de la inclusion
en ellas, por razones de representacion carto-
grafica, de explotaciones ganaderas, como de la
presencia de pastizales en explotaciones dedi-
cadas principalmente a los cultivos de ciclo
corto. En efeeto, en numerosas pequefias explo-
taciones subsisten parcelas reducidas de prade-
ra para la cria de un bajo numero de vacas le-
cheras 0 de algunos animales de carga 0 de
silla. Sucede incluso que esos pastos se encuen-
tran temporalmente sin ganado, debido a una
descapitalizacion, habiéndose vendido la ultima
mula 0 siendo el deseo deI campesino el de colo-
car alli, alglin dia, una vaca.
4.1 Unidades donde predomina el maiz
(Unidades C31 a C36)
Cubren zonas situadas tanto en la region
costera (C31, C34 y C35) coma en las tierras
calidas de la provincia de Loja, donde el des-
censo de la cordillera confunde Sierra y Costa
(C32, C33 y C36). En la region costera, las uni-
dades cartograficas caracterizadas por el maiz
coma cultivo predominante incluyen siempre
una proporcion no despreciable de pastizales y
otros cultivos. La superficie total de estas
unidades es de alrededor de 473000 ha.
4.1.a Zona A
A esta zona pertenecen unicamente las uni-
dades C31 (103 000 ha) y C32 (72000 ha) que
se encuentran también en la vecina zona B. Se
dara aqui su descripcion completa incluso de
los paartes incluidas la zona c1imatiica B, mas
seca.
La unidad C31 corresponde a un conjunto de
asociaciones de cultivos cuya unica caraeteris-
tica comun es el predominio deI maiz. Los cul-
tivos asociados son muy variables:
-en la region de Quevedo, con suelos profundos
y ricos, y sin importantes limitaciones hidri-
cas, se practican dos cosechas anuales, casi
siempre una de maiz seguida de otra de arroz
o de soya;
-mas cerca de los relieves, en zonas aun mas
Paisajes Agrarios deI Ecuador
humedas, los pastizales y la yuca son las pro-
ducciones mas frecuentemente asociadas;
-la pifia es cultivada tradicionalmente en los
suelos arenosos a areno-lîmosos de la region
de Milagro-Naranjito (zona B); este cultivo,
asi coma el de yuca, tienden a desarrollarse en
la zona humeda de Santo Domingo-Quevedo.
En la unidad C31 se encuentran tanto pe-
quefias coma grandes explotaciones. Las mas
pequefias (de 4 a 10 ha) resultan de la division •
de propiedades de 50 ha inicialmente. Alli la
mana de obra es esencialmente familiar y la
tecnicidad limitada -salvo en el casa deI cul-
tivo de pifia-. Las grandes explotaciones,
mecanizadas y muy tecnificadas, son producto
de la reciente reconversion de las haciendas
ganaderas 0 de arboricultura. En ambos casos,
la produccion esta destinada esencialmente al
mercado local y nacional y accesoriamente a la
exportacion -yuca y pifia-.
Desde 1986, las zonas de cultivos anuales se
han extendido, en particular en la region de El
Empalme-Quevedo, con el reemplazo de los pas-
tizales y de la arboricultura por el cultivo deI
maiz, de modo que la unidad C31, que cubre
aproximadamente 103000 ha en el mapa, seria
actualmente mucho mas amplia.
La unidad C32 se encuentra a 10 largo de la
vertiente occidental de los Andes, en la provin-
cia de Loja (Amaluza-Alamor), en la parte baja
de las provincias de Chimborazo y de Azuay,
asi coma en Santa Isabel-Giron donde debe
compararse al tipo T33. Se distingue de C31
por la inclusion de parcelas de cafia de azucar a
veces bajo riego y cultivada para la produccion
atesanal de alcohol 0 de azucar no refinada
(panela). Las explotaciones son de tamafio me-
diano 0 pequefio. Puede tratarse, coma en Ama-
luza, de parcelas obtenidas en el marco de la
Reforma Agraria, producto de la division-venta
de grandes dominios. En Santa Isabel, se trata
de explotaciones familiares antiguas. Otrora, el
dominio de la cafia de azucar era mas extenso
en los Andes. Hoy en dia tiende a disminuir
considerablemente (ver unidad T32).
4.1.b Zona intermedia B
Elle abarca las demas unidades cartograficas
donde predomina el cultivo de maiz. Tiene dos
centros de concentraci6n, uno en el seetor seco
de las provincias de Manabi y Guayas, el otro en
la provincia de Loja donde desbordan hasta la
zona C con importantes limitaciones hidricas.
Sin riego, solo es posible una cosecha anual.
 Los paisajes y los sistemas de producci6n III Paisajes antropizados deI piso bajo y calido
Las unidades C34 y C35 (29000 y 116000 ha)
estan situadas en la parte centro-occidental de
la regi6n costera, principalmente en los alrede-
dores de Tosagua, al oeste de Jipijapa, asi coma
en el sur de Manglaralto y a 10 largo de la
carretera Guayaquil-G6mez Rend6n. Alli los
suelos son ricos pero presentan texturas un
tanto pesadas.
Aunque el maiz es el cultivo mas difundido,
esta de todas formas asociado en el paisaje al
"
algod6n, al ricino y al mani. Las unidades C34
y C35 se diferenciaban inicialmente por una
ocupaci6n agricola completa en el casa de C34,
mientras que C35, localizada en zonas mas
secas 0 de relieve mas accidentado, y por 10
tanto menos colonizadas, presentaba algunos
restos de bosque. Éstos han desaparecido casi
por completo actualmente.
Las explotaciones son de tamafio muy va-
riable, en general pequefias a medianas, pu-
diendo algunas alcanzar un centenar de hecta-
reas. Las explotaciones grandes son numerosas
en la regi6n de Tosagua, donde las casas de los
obreros agricolas constituyen el habitat disper-
so caracteristico de la zona. Los obreros alqui-
lan, a un precio promedio comprendido entre
30000 Y 40000 sucres/cuadra/afio*, algunas hec-
tareas de tierra (2 a 6) para sus propios culti-
vos de subsistencia.
En la provincia de Loja, las unidades carto-
graficas C33 y C36 son muy similares. Alli se
cultiva el maiz ya sea solo (C36 con 71 000 ha) 0
asociado, en la misma parcela 0 en parcelas dis-
tintas, con sarandaja (C33 con 82000 ha). La
producci6n esta destinada esencialmente al mer-
cado de la agroindustria de alimentos para el
ganado 0 para aves de corral. En la regi6n de
Catacocha, la producci6n de maiz es transforma-
da en parte en el lugar para la cria de cerdos
destinados a la venta.
. Las parcelas son vastas, a menudo de una 0
varias hectareas. La tierra puede pertenecer a
pequefias propiedades 0 a haciendas. En las
haciendas, el cultivo es casi siempre practicado
en aparceria, con prohibici6n para el aparcero
de realizar el segundo deshierbe deI maiz, a fin
de que el hato, una vez efectuada la cosecha,
encuentre alli un forraje mas abundante (zona
de Pindal). La siembra asociada de sarandaja
no tiene otro fin: algunas vainas pueden cose-
charse en verde, coma se 10 puede hacer igual-
mente con las mazorcas de maiz, pero 10 esen-
cial se destinara al forraje que se mantiene en
pie para la alimentaci6n deI ganado.
* Salvo indicaciones contrarias, los precios indicados se refieren a los afios 1991-1992
267
4.2 Unidades caracterizadas por la presencia
de campos de algod6n (Unidades C37 y C38)
Aunque el algod6n es cultivado de manera
esporadica en casi toda la zona tropical seca, en
el mapa, se privilegi6 la zona de Pedro Carbo
que era aun, en los afios 1980, la gran regi6n
algodonera deI pais. En el mapa anexo a escala
1:1000000, la superficie total de la zona algo-
donera es de 38000 ha, 12000 ha en el casa de
C37 y de 26000 ha en el de C38.
La unidad C37 corresponde esencialmente a
una franja situada al noroeste de Pedro Carbo,
de un lado y otro de la carretera Pedro Carbo-
Jipijapa, donde el algod6n era practicamente el
unico cultivo de las propiedades familiares que
son de tamafio pequefio a mediano. La unidad
C38 correspondia a una zona en via de desmon-
te, en la que el algod6n era el cultivo pionero.
Asi, se encontraban islotes forestales residuales
allado de campos de algod6n y algunos de maiz.
Las caracteristicas de estas zonas corres-
pondian bastante bien a este cultivo. Los suelos
son profundos, ligeros y ricos pero, debido a la
abundancia de pendientes fuertes, la erosi6n es
importante al inicio de la estaci6n lluviosa,
cuando el suelo, recientemente labrado, esta
atin al desnudo.
Actualmente, el cultivo de algod6n se des-
plaza hacia la regi6n de Bahia-Tosagua, y los
agricultores de Pedro Carbo tienden a reempla-
zarlo por el de maiz y de mani, asociados a la
ganaderia en las colinas, y al arroz en los bajios.
La cosecha deI algod6n es manual y las par-
celas son pequefias a fin de poder ser trabaja-
das con una limitada mana de obra, sobre todo
familiar. Sin embargo, este cultivo requiere
numerosos tratamientos fitosanitarios, consti-
tuyendo uno de los pocos casos de pequefias
explotaciones que emplean una cierta tecnici-
dad y bastante insumos.
4.3 Unidades caracterizadas por cultivos de
arroz (Unidades C41 a C45)
La mayor fracci6n de la producci6n de arroz
deI Ecuador proviene de la llanura deI Guayas,
la cual esta sometida a frecuentes inundaciones
en su parte mas baja. La superficie total es de
aproximadamente 385000 ha.
Los arrozales se encuentran en su totalidad
en la zona climatica intermedia B y sufren de
un exceso de agua en la estaci6n lluviosa en las
268
partes mas bajas, mientras que el déficit hidri-
co de la estacion seca debe compensarse con
riego. Como el control deI agua no es perfecto,
el cultivo de arroz se ha adaptado a la topogra-
fia local.
4.3.a Las zonas aluviales bajas
Son zonas de monocultivo de arroz. Los sue-
los, ricos y muy arcillosos, son particularmente
propicios para el cultivo de arroz bajo riego.
Las explotaciones son generalmente pequefias
y los equipos necesarios para los trabajos meca-
nizados pertenecen ya sea a pequefias empre-
sas especializadas, 0 a cooperativas de agricul-
tores. En algunas explotaciones muy grandes,
los medios utilizados incluyen hasta aviones
para la siembra y el esparcimiento de abonos 0
de productos fitosanitarios. Los rendimientos
son elevados y pueden alcanzar 3 t de paddy
por hectarea y por cosecha.
Cerca de los grandes rios (unidad C41 con
98 000 ha), el bombeo permite un abastecimien-
to regular de agua y, por 10 tanto, dos cosechas
anuales. En las zonas ligeramente c6ncavas
(unidad C45 con 81000 ha), el cultivo deI arroz
es limitado en extensi6n, estando las zonas
bajas ocupadas por praderas inundadas tempo-
ral 0 permanentemente. Las zonas suavemente
onduladas (unidad C42 con 26 000 ha) ofrecen
una asociaci6n de praderas naturales no inun-
dables en las partes convexas y de cultivos de
arroz en las partes c6ncavas.
4.3. b Las zonas aluviales un tanto mas elevadas
Son situadas aguas arriba y consecuente-
mente en la periferia de las anteriores. El cul-
tivo de arroz esta asociado a praderas artificia-
les (unidad C43, 128 000 ha) 0 a praderas y a
cultivos anuales entre los cuales el maiz repre-
senta el elemento principal (51000 ha en la
unidad C44). En esas zonas, aun parcialmente
inundables, el arroz da lugar generalmente a
una sola cosecha anual. Es sembrado en seco, al
inicio de la estacion lluviosa y le sigue un segun-
do cultivo que puede ser de soya, un cultivo
hortense 0 de maiz (como en partes de la unidad
C31). Este segundo cultivo aprovecha la hume-
dad residual de la inundacion y la proximidad
de la napa freatica. Los rendimientos deI arroz
son un tanto menores que en el caso anterior.
Fuera de esta gran zona aluvial arrocera, se
deben citar:
- el arroz bajo riego cultivado de manera inten-
siva, con hasta 5 cosechas cada 2 afios, en la
Paisajes Agrarios deI Ecuador
regi6n de Macara;
-el cultivo tradicional de arroz en la zona seca
de Balzar (unidades P38 y D36) con siembra
en vivero, transplante en las pequefias hondo-
nadas y cosecha manual;
-la extension relativamente reciente deI cultivo
de arroz pluvial en la regi6n mas humeda de
Quevedo-El Empalme, a expensas de la arbo-
ricultura y deI cultivo de soya;
-el cultivo localizado de arroz en todas las par-
tes muy humedas de Esmeraldas y de la regi6n
amazonica: arroz pluvial, poco tecnificado, cul-
tivado generalmente sin abono ni cuidados.
Por cierto, es solo en esa situacion donde el
arroz se cultiva para el consumo familiar. Este
cultivo, que habia disminuido considerable-
mente, tiende a extenderse de nuevo con la
seria crisis economica que afecta a las unida-
des domésticas.
Todos los demas productores venden su cose-
cha y contribuyen a la existencia de un vasto
sector de intermediarios, transportadores y
piladoras de arroz.
4.4 Cultivos de fondo de valle (Unidades C46 a
C48)
Las unidades cartograficas reunidas bajo
este rubro se encuentran en las partes planas
de las tres grandes zonas de humedad. Los sue-
los, generalmente de origen aluvial, son profun-
dos, francos y ricos, aunque a veces presentan
carencias de materia orgânica.
Las superficies presentadas en el mapa son
muy exageradas, pues las unidades cartografi-
cas debieron ser agrandadas para poder repre-
sentarlas a escala 1:1000 000. La totalidad se
acercaria a las 90 000 ha, pero la cifra real es
claramente inferior.
4.4.a Zona A
La unidad C46 (55 000 ha) llamada «cultivo
de hortalizas» corresponde a dos ubicaciones en
la zona A. Son las unicas que no se encuentran
totalmente en el fondo de un valle y represen-
tan tentativas de cultivos intensivos en condicio-
nes totalmente diferentes. La cercana a Chun-
chi, en la vertiente occidental de los Andes,
corresponde a un fondo de valle andino que
goza de un microclima seco, donde se localiza
un conjunto de pequefias parcelas de produc-
ci6n de tomates destinados al mercado de
Guayaquil, mientras que aquella ubicada entre
Santo Domingo y Quevedo corresponde a una
sola hacienda, Agrolandia. En ella se producian
casi industrialmente frutas y legumbres para
 Los paisajes y los sistemas de producci6n III Paisajes antropizados deI piso bajo y câlido
los supermercados «La Favorita", propietarios
de esta explotaci6n. Sin embargo, los proble-
mas fitosanitarios, abundantes en la zona
htimeda, dieron cuenta de esa tentativa y hoy
en dia esas tierras se utilizan para el engorde
deI ganado.
4.4.b Zonas B y C
En estas zonas, la unidad C46 esta mejor
representada. La pequena parte situada en el
fondo deI valle septentrional deI Chota se
distingue no s610 por su situaci6n sino también
por su producci6n (tomate, fréjol, tomate de
arbol y otras frutas). En las demas unidades, la
fisonomia es bastante heterogénea y los culti-
vos de renta variados. Las partes bajas de estos
pequenos valles costeros estaban destinadas a
ser regadas gracias a embalses situados aguas
arriba, pero la estructura predial de las tierras
regables, la irregular disponibilidad de agua
-condiciones climaticas, danos en los cana-
les- hacen que coexistan sistemas tan diferen-
tes como la ganaderia bovina en las mayores
propiedades (sin riego) y el cultivo de hortalizas
bajo riego en las explotaciones mas pequenas.
En la zona C, la extensi6n de los pastos es limi-
tada. Entre las hortalizas se cultivan sobre todo
tomates, pimientos y vainitas (Vigna), pero se
practican también, en estaci6n htimeda, cultivos
de cielo corto sin riego coma el me16n y la san-
dia 0 ineluso el maiz.
Aparte de la ganaderia que tiene las mismas
caracteristicas que en otras partes, las otras
explotaciones utilizan la mana de obra familiar
en muy pequenas parcelas pero con un empleo
racional de insecticidas, nematicidas, fungici-
das y abonos. La producci6n es comercializada
en su mayor parte.
Los cultivos de la unidad C47 (15000 ha) for-
man un sistema totaImente original. Se encuen-
tran s610 en la regi6n de Zapotillo, cerca de la
frontera peruana. Alli se cultiva ellecho de los
• rios temporales a fin de aprovechar la humedad
residual. La producci6n se destina ya sea a la
venta (cebolla para el comercio fronterizo con el
Pern), 0 al autoconsumo (arroz, mani y horta-
lizas como el tomate).
Los huertos de vega de la unidad C48 (su-
perficie 20 000 ha) no forman un sistema pro-
piamente dicho sino que son complementarios
de las actividades de cultivadores que pro-
ducen sobre todo maiz en las unidades C21,
C33 y C35. En diminutas parcelas, se siembra
algo de maiz y de cana de azticar, algunas
269
hortalizas (tomate, fréjol) asi como pies dis-
persos de citricos y papayos. El riego no com-
prende obras importantes y el agua es simple-
mente tomada aguas arriba mediante peque-
nos canales de tierra y a veces, cuando los
caudales son excesivamente bajos, acumulada
en pequenos estanques para permitir el riego
directo.
Excepto los pastizales que pueden estar
presentes en la unidad C46, los sistemas de
cultivo practicados aqui se caracterizan por
parcelas pequenas y un intenso trabajo de la
familia: ya sea que los cultivos exijan frecuen-
tes controles y cuidados --cultivo de hortalizas
de C46-, 0 las camas utilizadas en C47 deben
ser reconstruidas después de cada crecida 0 se
deben mantener las miniredes de riego de
C48.
5 Plantaciones perennes (Unidades T31 a
T53)
Bajo este nombre se reunieron las unidades
cartograficas caracterizadas por plantas que no
deben volverse a sembrar después de cada cose-
cha. Éstas pueden ser herbaceas (cana de azti-
car, banano) 0 lenosas de tamano variado -ba-
jas en el casa deI café arabica 0 deI té, media-
nas en el casa deI cacao 0 los citricos, altas
tratandose deI caucho--. En el mapa, las uni-
dades marcadas por cultivos perennes totalizan
una superficie de mas de 19000 km 2 y repre-
sentan el 24,3 % de las tierras utilizadas deI
piso calido.
Por su mejor presentaci6n, los numerosos
tipos de plantaciones y de asociaciones reco-
nocidos en los paisajes fueron ordenados, a
veces arbitrariarnente, en tres temas:
.silvicultura: concieme las unidades de arboles
plantados ya sea por su madera 0 por su latex;
.plantaciones: retine las unidades donde predo-
minan los cultivos monoespecificos 0 maneja-
dos con una cierta tecnicidad;
• arboricultura: abarca las unidades donde los
cultivos perennes estan mas 0 menos mez-
clados y donde el· nivel de tecnicidad es muy
bajo.
Las plantas perennes marcan profundamen-
te los paisajes pero no exeluyen la presencia de
pastizales 0 de cultivos anuales, como 10 mues-
tra el cuadro C6. Las reliquias forestales que
pueden atin estar presentes en las unidades C
de cultivos anuales, ya no existen en el grupo T
de los cultivas perennes.
270 Paisajes Agrarios deI Ecuador

T31 Caucho Partes de haciendas

T32 Cana de azucar Agroindustrias
T33 Cana de azucar X Producci6n familiar
T34 Cana de azucar X X id.
T35 Banano Para exportaci6n
T36 Banano Cacao id.
T37 Banano X X id. ~

T38 Palma africana Agroindustrias

T39 Abacâ Partes de haciendas •
T40 Té Agroindustrias
T41 Aguacate y cftricos Alfalfa
T42 Café Banano
T43 Café X Banano
T44 Café y cacao Banano
T45 Café y cacao X
T46 Café y cacao X X
T47 Cacao Banano, café
T48 Cacao X X
T49 Banano Café, cacao Para autoconsumo
T50 Banano X Café, yuca id.
T51 Banano X Café id.
T52 Mango X Arboricultura
T53 Cftricos X X Banano

Cuadro C6: Las unidades de cultivos perennes deI pise bajo y câlido

5.1 Silvicultura (Unidad T31) A las plantaciones de hevea se deben agre-

Las plantaciones de hevea mas antiguas deI
Ecuador datan de finales deI decenio de 1960.
Estan presentes en la zona humeda de la re-
gi6n costera (zona de humedad A). De tamafio
relativamente pequefio, no fueron representa-
das en el mapa sino mediante una sola unidad
de 2 500 ha situada al oeste de la carretera
Santo Domingo-Quevedo, en suelos vo1canicos
ricos, profundos y bien drenados. Siempre en el
mismo tipo de suelo, hay algunas plantaciones
al borde de la carretera Santo Domingo-Esme-
raldas, al norte de la Concordia.
Estas plantaciones representan solamente
parte de grandes propiedades. Constituyen, para
sus propietarios, una tentativa de diversifica-
ci6n complementaria de otras actividades de
renta. Las plantaciones de hevea demandan
una mano de obra relativamente importante
(0,5 hombrelhectarea) y experimentada, a fin
de no d'afiar los arboles.
gar las numerosas, aunque demasiado peque-
fias, plantaciones forestales dispersas en la
regi6n câlida (ver parte B 1.2).
5.2 Plantaciones (Unidades T32 a T40)
5.2.a Plantaciones de cafia de azucar (Unidades
T32 a T34)
Las plantaciones de cafia de azucar totali-
zan 208 000 ha y fueron reunidas en dos tipos
principales segtin la 10calizaci6n y el modo de
producci6n:
-T32 (82 000 ha) corresponde a grandes explo-
taciones de la regi6n costera y de los fondos
câlidos de algunos valles andinos. Se localiza
en la zona de humedad intermedia B y goza
de riego. Se organiza alrededor de una unidad
de extracci6n y refinaci6n de azucar;
-T33 y T34 (5 000 Y 121000 ha respeetivamen-
te), se ubica en la vertiente occidental de los
Andes y muy accesoriamente en el piedemon-
Los paisajes y los sistemas de producci6n III Paisajes antropizados deI piso bajo y calido
te oriental, es decir, principalmente en la zona
mas humeda (zona A). Retine plantaciones no
regadas que son explotadas por familias, para
una producci6n artesanal de azucar y de
alcohol.
Lo esencial de la unidad T32 se situa en la
zona costera, en las tierras aluviales deI
Guayas oriental, donde tres empresas (Valdez,
Aztra y San Carlos) totalizan cerca de 40000 ha.
Esas empresas agricolas poseen la tierra, y
realizan la producci6n agricola y la transforma-
ci6n deI producto. Funcionan con una mano de
obra muy abundante que migra desde las pro-
vincias andinas, en particular al momento de la
zafra. Por ejemplo, el ingenio San Carlos -con
cerca de 14000 ha cultivadas- contrata, para
la cosecha, 4000 a 4500 -hasta excepcional-
mente 6 000) empleados temporales coma com-
plemento de sus 1 500 trabajadores permanen-
tes. Las fabricas adquieren y procesan igual-
mente la cana de azucar producidas por algu-
nos productores menores que cultivan propie-
dades vecinas (sistema satélite).
Las dos zonas representadas en los Andes,
en las cuencas deI Chota-Mira y deI Catamayo,
tienen un funcionamiento muy diferente. Las
refinerias no son propietarias de las tierras
sino que se ocupan unicamente deI procesa-
miento de las canas que compran a productores
independientes. En Catamayo, para asegurarse
la materia prima indispensable, el ingenio pro-
porciona a los cultivadores una asistencia téc-
nica global a través de un contrato que signi-
fica practicamente un alquiler de tierras. En la
cuenca deI Chota-Mira, subsisten dos refine-
rias, una privada que forma parte de la hacien-
da San José y que procesa esencialmente las
canas de su propia producci6n, y el ingenio
Tababuela que reune la cosecha de los otros
numerosos productores. El grave problema de
esta zona es la disminuci6n de las superficies
de cana, debido a la competencia de la produc-
ci6n de la zona costera.
Las dos unidades T33 y T34, donde se pro-
duce artesanalmente alcohol y azucar, son a
primera vista, muy similares; sin embargo
difieren profundamente, desde el punto de
vista agron6mico, por su 10calizaci6n y por las
limitaciones naturales que pesan sobre ellas.
T33 corresponde a las pequenas explotacio-
nes de las bajas tierras de las cuencas andinas,
que no se reestructuraron en torno a una refi-
neria de azucar ---coma fue el casa en la unidad
T32-. Los, restos de este sistema alrededor de
271
Gualaceo y Paute no pudieron representarse.
No solamente son poco extensos, sino que estan
en vias de acelerada regresi6n, pues la princi-
pal destileria, la de Uzhupud, ha dejado de
funcionar, subsistiendo tinicamente una u otra
empresa familiar. Este tipo ha desaparecido
completamente aguas abajo de Banos.
En Santa Isabel el cultivo de cana de azucar
esta atin bien representado y la producci6n esta
orientada principalmente hacia la destilaci6n
bajo control y monopolio deI Estado. Esta uni-
dad esta situada al interior de la zona de hume-
dad limitante (C) y los campos deben ser rega-
dos. Alli se cultiva accesoriamente maiz para el
autoconsumo y las plantaciones de cana de azu-
car pueden disminuir en beneficio de los culti-
vos de hortalizas.
T34 corresponde también a pequenas y me-
dianas explotaciones familiares, producto de
antiguos frentes pioneros de desbordamiento de
la poblaci6n andina hacia la vertiente occiden-
tal externa. El medio es humedo (zona A), las
precipitaciones abundantes y no existe estaci6n
seca. La cana de azucar, aunque es el cultivo
mas llamativo de estas zonas, s610 es uno de los
elementos deI sistema agricola que incluye
igualmente la ganaderia. Las fincas tienen en-
tonces una actividad agropecuaria mixta, de
agricultura comercial y de ganaderia de engor-
de 0 lechera, completamente orientada hacia el
mercado, ya sea tradicional en el casa deI alco-
hol 0 de la panela, 0 conectado a los circuitos
modernos en el casa de la carne y de la leche.
A todo 10 largo de la cordillera se pueden
seguir estas zonas tradicionales de contacto
entre las altas tierras andinas, templadas por
su altitud, y las vertientes externas mas cali-
das. La elaboraci6n artesanal de panela y la
destilaci6n clandestina de alcohol llamado de
«contrabando» son tradicionales, y ambos pro-
ductos encuentran una sali da segura en el
consumo de la poblaci6n deI callej6n interan-
dino.
Las canas, cortadas durante todo el ano, son
llevadas al trapiche que el agricultor alquila
para extraer el jugo. Usualmente, el trapiche
consiste simplemente en dos rodillos de madera
accionados por una mula. El jugo es calentado
en tanques metalîcos para 10 cual se utiliza
coma combustible el bagazo (canas molidas
secas) y lena. Este sistema requiere la proximi-
dad de importantes reservas de lena (a raz6n
de 2 a 3 ha de bosque por hectarea de cafta de
azucar).
272
5.2.b Plantaciones de banano (Unidades T35 a
T37)
Corresponden a explotaciones especializa-
das en el banano de exportaci6n. En el mapa,
las unidades cubren 155000 ha. Son propieda-
des medianas a grandes, donde el grado de tec-
nicidad es proporcional al tamano de la explo-
taci6n. Se escalonan desde la regi6n septentrio-
nal humeda (zona de humedad A) hasta la lla-
nura de la provincia de El Oro, en suelos alu-
viales ricos y bajo un clima seco, donde el bana-
no necesita un complemento hidrico por riego.
Unicamente la unidad T35 (23000 ha) cor-
responde a zonas donde las bananeras ocupan
la principal parte de la superficie y hasta la to-
talidad de la unidad cartografica. Se encuentra
en pequenos bloques en la provincia de El Oro,
en suelos aluviales, ricos y bajo un clima seco
en el cual el banano requiere un complemento
hidrico por riego.
Las unidades T36 y T37 (51000 y 81000 ha
respectivamente) corresponden a una asocia-
ci6n de plantaciones de banano-cacao, en el pri-
mer caso, y de banano-pastos y cultivos anuales
en el segundo. Estas asociaciones no consti-
tuyen sistemas de producci6n particulares en
los que las bananeras estarian ligadas a otros
cultivos de renta; resultan de imposiciones car-
tograficas resultando de las sucesivas reduccio-
nes de escala. Asi, T36 es una asociaci6n espa-
cial de plantaciones de banano y de cacao.
Cubre una importante superficie de las tierras
aluviales al este de Machala. Durante el boom
bananero iniciado en 1988, el cacao fue reem-
plazado en gran parte por el banano y esa
unidad se asemeja notablemente a T35.
La unidad T37 esta localizada de un lado y
otro de la carretera Quevedo-Santo Domingo-
Quinindé. Los suelos ya no son aluviales aun-
que siguen siendo ricos pues se han desarrolla-
do a partir de cenizas vo1canicas recientes. Bajo
el clima htimedo que caracteriza a esta zona,
los pastos artificiales son abundantes asi coma
los cultivos de maiz, yuca, etc. En esta regi6n,
algunas otras plantaciones destinadas al bana-
no de exportaci6n, pero de extensi6n demasiado
reducida coma para poder ser representadas,
fueron incluidas en las unidades de arboricul-
tura mixta, T49, T50 0 T51.
La producci6n de banano para la exporta-
ci6n, que se desarroll6 después de la Primera
Guerra MUIidial, se realiza sobre todo en explo-
taciones de tipo agroindustrial. Éstas compren-
Paisajes Agrarios deI Ecuador
den las plantaciones asi coma las unidades de
acondicionamiento de las frutas. A menudo
forman parte de conglomerados agrocomercia-
les que tienen acceso directo a los mercados
exteriores. Alrededor de estas grandes planta-
ciones gravitan pequenos productores familia-
res cuya cosecha es acondicionada y comerciali-
zada por los grandes vecinos. A causa de la
deficiente venta adual deI banano, esas peque-
nas explotaciones satélites deberan, a corto
plazo, orientarse hacia otra actividad de renta.
La instalaci6n de la plantaci6n, el desmonte
(antiguo cacaotal a menudo), el trazado de
redes -vial, de riego y de drenaje- y la nivela-
ci6n de las parcelas se realizan mecanicamente.
Luego de la plantaci6n, los trabajos son efectua-
dos por un equipo reducido de asalariados per-
manentes, en el casa de las tareas corrientes, y
por grupos de trabajadores temporales contra-
tados para obras determinadas tales coma la
limpieza de las plantas, el esparcimiento de
abono 0 de pesticidas y la cosecha. A menudo, el
funcionamiento de la unidad de acondiciona-
miento esta a cargo de mana de obra femenina.
Al momento deI acondicionamiento de las
frutas, se hace una elecci6n muy severa: las
manos que contienen un banano manchado 0 de
tamano fuera de la norma son rechazadas.
Estos desechos tienen dos destinos: el consumo
humano nacional y sobre todo el complemento
alimentario para el ganado bovino. TaI comple-
mento es particularmente codiciado en las
zonas menos htimedas donde los pastizales son
improductivos durante un largo periodo deI
ano. Parte de esos bananos desechados es ven-
dida a las explotaciones lecheras de la regi6n
serrana.
5.2.c Plantaciones de palma africana (Unidad
T38)
Es alrededor de los anos 1960 cuando se
multiplicaron las plantaciones de palma amca-
na a 10 largo de la carretera Santo Domingo-
Quinindé. Si bien los suelos de esta regi6n, pro-
fundos y relativamente ricos por ser producto
de cenizas volcanicas, son apropiados para la
palma amcana, la nubosidad sumamente im-
portante afecta a los rendimientos. Sin embar-
go, el desarrollo de la red vial, asi coma el im-
pulso de los gobiernos a la producci6n de olea-
ginosas han favorecido la extensi6n, en parti-
cular hacia el norte y el sur de Santo Domingo.
Las plantaciones cubren actualmente cerca de
70000 ha en la regi6n costera (80000 ha seglin
la planimetria de las unidades en el mapa a es-
 Los paisajes y los sistemas de producci6n III Paisajes antropizados deI piso bajo y calido
cala 1:1000 000). En esta regi6n, las plantacio-
nes de palma africana se han desarrollado a
expensas de pastizales 0 de bananeras y, mas
recientemente, de bosques naturales.
A fines deI decenio de 1970, se iniciaron plan-
taciones en la Amazonia, en respuesta al déficit
de la producci6n nacional de grasas. Si bien el
clima, mas soleado que el de Santo Domingo, es
mas favorable a la palma (ver figura A2), los
suelos son mas pobres. Dos grandes plantacio-
nes se han instalado en esa regi6n, una cerca de
Coca (Palmoriente, con 5500 ha), la otra en los
alrededores de Shushufindi (Palmeras deI
Ecuador, con 5 000 ha). Estas dos plantaciones
se instalaron desmontando la selva y son mane-
jadas por sociedades an6nimas. Estân rodeadas
de productores satélites que totalizan 1500 ha.
Los modos de producci6n son variables de
acuerdo al tamaiio de la explotaci6n. En las
grandes plantaciones, la palma africana es el
unico cultivo de la explotaci6n. Las mayores,
coma las de la regi6n amaz6nica, disponen de
su propia planta de extracci6n que permite
procesar la producci6n alli mismo. Como en el
casa de las plantaciones de banano, la instala-
ci6n de la plantaci6n se realiza con poderosos
medios mecanicos. Los demas trabajos son
manuales con un equipo permanente, ademas
de la mano de obra contratada a destajo para el
deshierbe de los circulos de plantaci6n, la lim-
pieza de los arboles, el esparcimiento de abono
o la cosecha. En promedio, se necesita 0,4 hom-
brelha.
En las plantaciones mas pequeiias, la palma
africana puede asociarse a otra actividad, de las
cuales la mas frecuente es la ganaderia. La
familia constituye el nucleo laboral permanente
y los trabajos mayores son realizados por mana
de obra temporal. Estas pequeiias plantaciones
no disponen de una planta de extracci6n y lle-
van sus racimos a la gran empresa vecina --casa
deI Oriente-, 0 a pequeiias plantas dispersas
en toda la zona de producci6n -caso de la
• costa-. Éstas son independientes 0 manejadas
por cooperativas de plantadores. Para obtener
un aceite de buena calidad, los racimos, una vez
cosechados, deben llegar el mismo dia a la plan-
ta sin sufrir muchos golpes. La mayor parte de
las plantas extractoras son antiguas, adquiridas
de segunda mana en otras partes deI mundo y
estan, por 10 tanto, sujetas a frecuentes desper-
fectos que penalizan al productor.
Las plantaciones satélites de las grandes
explotaciones de la regi6n amaz6nica tienen un
273
estatus un tanto particular. Son propiedad de
colonos independientes 0 de empleados de la
empresa vecina cuya planta de procesamiento
es la unica salida para la producci6n local. En
las condiciones particulares de la regi6n ama-
z6nica (presi6n por la propiedad de las tierras,
parasitos y enfermedades provenientes de la
selva), conviene a las grandes plantaciones
mantener un cord6n sanitario y «social» de este
tipo.
5.2.d Plantaciones de abaca (Unidad T39)
Representando una decena de miles de hec-
tareas en todo el Ecuador, estan localizadas en
la zona humeda de la alta llanura deI Guayas,
donde se han implantado desde hace aproxima-
damente 50 aiios. Una sola unidad cartografi-
ca, de menos de 2 000 ha de superficie, es re-
presentada en el mapa a escala 1/1000 000;
corresponde a una concentraci6n particular-
mente elevada de esas plantaciones, al suroeste
de la carretera Santo Domingo-La Concordia.
Otras plantaciones, no representadas en el
mapa, estan dispersas en toda la zona humeda
abarcando el norte de la provincia de Los Rios
asi coma la parte costera de Pichincha (en las
unidades T49, T50 y T51).
Las plantaciones, de algunas decenas de
hectareas hasta varias centenas, estân general-
mente incluidas en explotaciones de gran
tamaiio donde los propietarios estân ausentes y
que son manejadas por mayordomos. Si bien
este cultivo puede parecer semejante al deI
banano, su rendimiento econ6mico es clara-
mente inferior y se le dedican menos esfuerzos
en cuanto a tratamientos fitosanitarios, mana
de obra y abono. Las fibras, limpiadas en la
plantaci6n, son clasificadas y comercializadas
por cooperativas exportadoras.
5.2.e Plantaciones de té (Unidad T40)
El té esta representado, en el piedemonte
amaz6nico, por dos unidades cartograficas que
totalizan cerca de 3 000 ha seglin la planime-
tria. Como en el casa de los cultivos de fondo
de valle, estas superficies son muy exageradas
para su mapaficaci6n yen realidad se trata de
dos plantaciones de aproximadamente 500 ha
cada una, una cerca de Puyo que corresponde
a la plantaci6n Aproandes (antiguamente Té
Zulay), y la otra, en Palora, a la plantaci6n Té
Sangay. Las plantaciones siguiendo las curvas
de nivel de arbustos cuidadosamente tallados
constituyen un paisaje «peinado» caracteris-
tico.
274
En los aiios 1970, alrededor de 30 explota-
ciones, de 5 a 10 ha cada una, creadas con la
ayuda de créditos deI Banco de Fomento, gravi-
taban en un radio de aproximadamente 20 km
alrededor de Té Zulay a la que proveian su pro-
ducci6n (sistemas satélites). En 1992 habian
desaparecido, debido a las dificultades financie-
ras de Té Zulay en 1981. Esta empresa no pudo
pagar el precio de la cosecha a los pequeiios
campesinos, quienes se vieron obligados a
reembolsar sus deudas al Banco de Fomento.
Las dos explotaciones actuales pertenecen a
grupos financieros que las manejan a la mane-
ra de las grandes plantaciones de cafia de azu-
car 0 de banano. Parte importante de la mana
de obra es contratada especialmente para la
cosecha la cual es procesada en el lugar en
pequefias plantas que entregan un producto
listo para su uso en el mercado nacional 0 a la
exportaci6n.
5.3 Arboricultura (Unidades T41 a T53)
Bajo el nombre de «arboricultura tropical»
se reunen paisajes agricolas donde predomina
el cultivo mezc1ado de plantas perennes lefio-
sas, arbustivas y sobre todo arborescentes. Las
unidades cartogrâficas correspondientes tota-
lizan 1 457000 ha.
Algunas son originales y se individualizan
facilmente. Se trata de sistemas muy localizados
debido a condiciones particulares: los vergeles de
la franja mas alta deI piso calido (T41) y los
caracterizados por el mango (T52) 0 por los citri-
cos (T53). Las unidades restantes constituyen
una mezc1a, en proporciones variables, de plan-
taciones de café, cacao, pIatano y banano (cuya
producci6n no esta destinada a la exportaci6n).
A estos cultivos perennes predominantes pueden
agregarse otros cultivos de especulaci6n que
complejizan el sistema, coma especies arbores-
centes secundarias, cultivos alimentarios de
cielo corto y pastizales. La presencia y la propor-
ci6n de los diferentes componentes son determi-
nantes en la caracterizaci6n de las unidades.
Entre los cultivos arborescentes secundarios,
se encuentran en estas unidades numerosos
frutales a veces agrupados en un vergel mezela-
do, situado cerca de la vivienda. La producci6n
de esos arboles es destinada primeramente al
autoconsumo y los eventuales excedentes se
ofrecen a la venta al borde de la carretera.
Es en las partes mas humedas de la regi6n
baja (zona A), donde tales vergeles estan mas
Paisajes Agrarios deI Ecuador
difundidos y son los mas ricos en especies. Los
tres arboles frutales secundarios que mas mar-
can el paisaje son el papayo (Carica papaya), el
frutipan (Artocarpus incisa) y el zapote (Mati-
sia cordata). Del frutipan no se consumen sino
las semmas tostadas; la pulpa no es utilizada.
Excepcionalmente, se pueden encontrar peque-
fias plantaciones de papayos para la venta a
mediana escala. Otras especies son de menor
importancia: el guayabo (Psidium guajava), el
mamey (Mammea americana), la guanabana
(Annona muricata) y la pomarrosa (Eugenia
jambos).
En las regiones mas secas de la zona B, se
encuentran otras especies de las cuales la mas
comun es el tamarindo (Tamarindus indicus)
deI que se consume en jugo la pulpa que rodea
a las semmas. Entre las especies secundarias,
se pueden mencionar dos particularmente bien
difundidas en la provincia de Manabi, grosella
(Phyllantus acidus) y carambola (Averrhoa ca-
rambola). En esta zona, el maraii6n (Anacar-
dium occidentale) es plantado por su pedunculo
carnoso, mientras su semma no se consume. En
las partes mas secas coma en la peninsula de
Santa Elena, el ciruelo (Spondias mombin) es
plantado en vergeles monoespecificos 0 en las
cercas.
Se puede igualmente c1asificar en este rubro
a las plantaciones de coco (Cocos nucifera) fre-
cuentes en las playas aunque también, en una
menor medida, tierras adentro. En la regi6n
costera, el mango (Mangifera indica) ocupa un
lugar aparte. Es comun en los vergeles de las
zonas seca y humeda y puede ser abundante
localmente (llanura deI Rio Guayas, regi6n de
Zaruma). Gran parte de la producci6n se vende
al borde de la carretera donde los transportado-
res cargan las cajas y este modo de comerciali-
zaci6n no podra sinD disminuir cuando empie-
cen a producir las grandes plantaciones mono-
especificas mencionadas en la unidad D36,
aunque se ha previsto exportar la mayoria de
la producci6n.
5.3.a Vergeles de la franja alta (Unidad T4l)
Se encuentran en los bajos valles interan-
dinos, tales coma los de Guayllabamba y Patate
donde ocupan 14000 ha seglin el mapa. Tratan-
dose de zonas con mas de 5 meses secos al ano,
el riego es necesario para asegurar la pro-
ducci6n y estos cultivos pueden asimilarse a un
oasis (sobre todo en el casa de la regi6n de
Guayllabamba). Como a menudo en los oasis,
las parcelas comprenden varios estratos: el
Los paisajes y los sistemas de producci6n III Paisajes antropizados deI piso bajo y calido
estrato arb6reo esta constituido de ârboles fru-
tales (aguacate y citricos). Los aguacates culti-
vados en estas tierras corresponden a varieda-
des tradicionales que dan frutos relativamente
pequeiios con una pepa grande, pero con una
carne sin fibra y un sabor muy fino; son muy
codiciados pese a la presencia, en el mercado,
de los aguacates grandes, cultivados en la lla-
nura costera. Los citricos son esencialmente
mandarinos que soportan el mo relativo mejor
que los naranjos. El estrato bajo es herbaceo
con cultivos de fréjol de mata, lechuga 0 alfalfa
vendida en el mercado. Al crecer, las coronas de
los aguacates pueden formar una b6veda conti-
nua que, por su sombra, elimina los estratos
bajos.
La producci6n esta sobre todo a cargo de
pequeiias explotaciones familiares, salvo en
Patate donde, en las pocas fincas mas importan-
tes, ademas deI aguacate y deI mandarino, se
han desarrollado mas recientemente plantacio-
nes puras de una especie arbustiva, el tomate
de arbol (Cyphomandra betacea). En todos los
casos, este tipo de explotaci6n requiere numero-
sos cuidados ademas de riego, controles fitosa-
nitarios y fertilizaci6n.
5.3.b Arboricultura con predominio de cafetales
(Unidades T42 y T43)
Las unidades ocupan una superfice total de
520000 ha,alrededor de 130000 ha para la uni-
dad T42 y 390 000 ha para T43. Se distinguen
por la abundancia de los pastizales en T43. En
ambos casos, los bananos y platanos para la ali-
mentaci6n familiar son la segunda planta en
importancia.
La repartici6n de las zonas cafeteras se
explica por condiciones elimaticas e hist6ricas:
• En la zona de humedad A de la Amazonia y de
la regi6n costera (al norte de Santo Domingo y
al pie de la Sierra), se cultiva ante todo el café
robusta, sin sombra. La fuerte humedad
impide el cultivo de la variedad arabica y deI
cacao, aunque se encuentran algunos pies ais-
lados. En esas zonas de colonizaci6n reciente a
muy reciente, las propiedades son general-
mente de 50 ha. El café ocupa apenas una
decena de hectareas de la explotaci6n, reser-
vândose el resto a los pastos y a algunos culti-
vos de subsistencia tales coma el maiz, la
yuca, el banano y el platano -unidad T43-.
En la regi6n costera, al igual que en la Ama-
zonia, en las zonas de colonizaci6n mas anti-
guas y con suelos relativamente ricos, entre
Nueva Loja y Shushufindi, el café, atacado
275
por la broca de los granos tiende a desapare-
cer. En las zonas de colonizaci6n mas reciente,
en las colinas de suelos pobres de la Amazo-
nia, en especial al sur de Coca, se mantiene
pese a la broca, pero presenta notables defi-
ciencias.
• En las zonas relativamente secas de la lla-
nura deI Guayas, al sur de Quevedo-El Em-
palme (zona B, de humedad intermedia), las
grandes zonas representadas por una asocia-
ci6n cafetal-pasto (T43) se han transformado
paulatinamente, en los ultimos aiios. El café
arabica, aunque bien adaptado a la zona, ha
cedido lugar poco a poco, al igual que otras
formas de arboricultura, a cultivos anuales y
sobre todo a la producci6n de banano para la
exportaci6n.
• La zona humeda de Manabi (zona de hume-
dad intermedia B), tradicionalmente dedicada
al café, sigue siendo la gran zona productora
de café deI Ecuador. Por si sola, esta provincia
posee los dos tercios de la superficie cultivada
actualmente con café arabica. Los suelos son
ricos y la garua en los relieves asegura un
abastecimiento regular de agua manteniendo
los suelos humedos durante la estaci6n seca.
Los principales cultivos asociados al café son
el banano, el platano y el maiz que es el culti-
vo de cielo corto mas frecuente. Los pastizales
representan un porcentaje bajo de la super-
ficie en las explotaciones de pequeiio tamaiio,
pero pueden cubrir la mitad e ineluso los dos
tercios de las explotaciones medianas. Son
predominantes (70 a 90 %) en las pocas explo-
taciones de gran tamaiio (ver figura B35).
• En las provincias de Loja y El Oro, el cafetal
arabica es cultivado en las vertientes orienta-
das hacia el mar, desde los primeros relieves
hasta los 1600 m.s.n.m. Alli los suelos son
medianamente ricos, presentando algunos pH
bajos y toxicidad aluminica. Al igual que en
Manabi, gran parte de la alimentaci6n hidrica
esta asegurada por las precipitaciones ocultas
de la garua. La producci6n de esta regi6n,
aunque goza de una reputaci6n de calidad,
sigue siendo marginal, por su volumen, y pro-
viene sobre todo de explotaciones familiares
con pequeiias parcelas, en ocasiones bajo la
forma de huertos.
• En la provincia insular de Galapagos, las
pocas plantaciones de cafetales arabica son
reliquias de un pasado mas agricola de esta
regi6n, cuando el café representaba, conjunta-
mente con el ganado, la principal exportaci6n
hacia el continente.
El café, tanto robusta coma arabica, se culti-
va en pequeiias parcelas (l a 10 ha en explota-
276
ciones de 10 a 50 ha). La tecnicidad aplicada es
limitada e ineluso inexistente, pese a los ata-
ques de plagas y enfermedades que soporta.
Como el bajo rendimiento econ6mico, debido al
descenso de los precios a nivel mundial, no per-
mite contemplar el desarrollo 0 el manterumien-
to de este cultivo, las mutaciones observadas en
la llanura deI Guayas deberian extenderse.
El reemplazo, a 10 largo deI gradiente decre-
ciente de humedad, deI café robusta por el café
arabica, determina un cambio drastico en el
modo de utilizaci6n de la mana de obra. La
floraci6n y fructificaci6n deI café robusta estan
distribuidas a todo 10 largo deI ano. La cosecha
es igualmente fraccionada y coma cada opera-
ci6n atafie s610 cantidades reducidas, los miem-
bros de la familia bastan para realizar el traba-
jo. El café arabica, en cambio, tiene periodos
cortos de floraci6n y de fructificaci6n; la cose-
cha se realiza de una a tres veces solamente.
Es necesario entonces contratar mana de obra
exterior.
5.3.c Arboricultura donde predomina el cacao
(Unidades T47 y T48)
Estas unidades estan situadas en la zona
humeda de la llanura deI Guayas. Se encuen-
tran frecuentemente en la zona de humedad
intermedia B y en ocasiones en la zona A, hacia
su limite con la primera. Su superficie es de
137 000 ha aproximadamente.
La unidad T47 (96000 ha), en la que el cacao
es ampliamente predominante, esta situada en
los conos de deyecci6n deI borde oriental de la
llanura costera, desde La Mana hasta Areni-
Has. Al norte de una horizontal que pasa por
Ventanas, los conos, cubiertos por cenizas vo-
lcanicas, ofrecen suelos ricos, mientras que los
localizados al sur· de ese limite son mas pobres;
arcillosos a areno-pedregosos, presentan, sin
embargo, una permeabilidad conveniente para
el cacao. Los cultivos asociados son de cielo
corto con algunas parceles de café y banano.
La unidad T48 (41000 ha), situada principal-
mente al oeste de Quevedo, en suelos particu-
larmente ricos, derivados de cenizas volcânicas,
corresponde a una asociaci6n en el paisaje de
grandes parcelas de cacao y de pasHzales. A
mas de pastizales, se pueden encontrar parce-
las de cultivos de ciClo corto, de café y banano.
Sin embargo, la importancia deI cacao esta dis-
minuyendo, siendo reemplazado progresiva-
mente por pastos 0 cultivos de cielo corto coma
arroz y/o maiz.
Paisajes Agrarios deI Ecuador
Ineluso en las propiedades que tienen su-
perficies inferiores a las 50 ha, el cacao ocupa
superficies mayores (deI orden de algunas
decenas de hectareas) que las plantaciones de
café en las explotaciones correspondientes.
En la parte meridional de la unidad T47
subsisten algunas grandes explotaciones cacao-
teras, de varios centenares de hectâreas. Algu-
nas de estas propiedades utilizan modos de
producci6n antiguos coma una abundante mana
de obra poco 0 nada calificada. Otras han opta- •
do por la modernizaci6n y una mayor tecnici-
dad, instalan una red de drenaje y hasta de
riego, plantan variedades seleccionadas y esta-
blecen una eficaz comercializaci6n de sus pro-
ductos, apreciados en el exterior.
En esta misma unidad T47, las pequenas
propiedades que corresponden a la gran mayo-
ria de los productores de cacao, pueden llegar a
formar un paisaje similar al de las grandes
plantaciones, es decir a dar una impresi6n de
un vasto monocultivo. Es el caso, por ejemplo,
en las primeras colinas de piedemonte, por
debajo de los 800 m.s.n.m., donde el cacao,
unico cultivo de numerosas pequenas explota-
ciones, parece constituir una sola y extensa
plantaci6n. En este caso, todos los trabajos
(cuidados a la plantaci6n, cosecha, procesa-
miento en ellugar) son realizados por mana de
obra familiar. La producci6n aHi es baja y la
calidad deI producto mediocre a causa, tanto de
las condiciones elimaticas marginales para el
cultivo, coma deI inadecuado procesamiento de
la cosecha.
5.3.d Arboricultura de café y cacao (Unidades
T44 a T46)
Esta localizada, al igual que la arboricultura
con cacao predominante, en suelos ricos, en las
zonas humedas de la Hanura deI Guayas, aun-
que también en las mesetas de Manabi, en par-
ticular las situadas al este de Canoas y al sur
de Flavio Alfaro, asi coma entre Quinindé y
Esmeraldas. La mayor parte se situa en la zona
de humedad intermedia B y una parte mas
reducida en la zona humeda A. Las propieda-
des son de tamafio pequeno a mediano. El con- .,
junto de estas unidades ocupa una superficie de
497000 ha.
En la unidad T44 (153000 ha), la proporci6n
de café y cacao es mas 0 menos la misma. Sin
embargo, a nivel de las explotaciones, se
observa una tendencia a la especializaci6n en
una u otra de estas producciones de renta, a la
 Los paisajes y los sistemas de producci6n III Paisajes antropizados deI piso bajo y calido
que se asocian cultivos alimenticios tales coma
el platano. Estas zonas de café y cacao pueden
estar asociadas, en el paisaje, a pastizales (T45
con 282 000 ha) y a zonas donde los cultivos
anuales son notables (T46 con 62 000 ha), en
especial en la regi6n oriental de Quevedo. Alli,
la arboricultura ha disminuido considerable-
mente, en beneficio de los cultivos primeramen-
te de cielo corto (arroz, soya y maiz), y luego,
mas recientemente, de banano.
" 5.3.e Arboricultura donde predomina el banano
(Unidades T49 a T51)
El banano para el consumo local es una pro-
ducci6n permanente de la arboricultura en la
regi6n calida. En efecto, el banano esta siempre
asociado, en las pequeiias y medianas explota-
ciones, al café y al cacao, al igual que a cultivos
de cielo corto coma el maiz y la yuca. El banano
dulce, y aun mas el platano, son parte impor-
tante de la dieta cotidiana de la poblaci6n rural
y urbana de la zona calida. En los paisajes, no
es fâcil distinguir el banano dulce deI platano y
a continuaci6n el término banano se aplicara a
ambos variedades.
Se trata, casi siempre, de explotaciones fa-
miliares, de tamaiio pequeiio a mediano; resul-
tan de la evoluci6n de antiguos frentes pione-
ros. Segllil sus tipos de producci6n y su locali-
zaci6n, la cosecha se orientarâ hacia el autocon-
sumo 0 hacia el abastecimiento de los grandes
mercados locales. Las unidades cartograficas
de arboricultura donde predomina el banano
totalizan 249000 ha.
En la zona A el banano predomina a menu-
do sobre los demas cultivos perennes. En la
zona B, de humedad intermedia, existe una
yuxtaposici6n de parcelas de arboricultura de
cacao y café asi coma de parcelas de banano
para la exportaci6n que la escala deI mapa no
permite separar. Asi:
-La unidad T49 (63000 ha) se situa en la zona
A, al oeste deI eje Santo Domingo-Quevedo.
Cacao y café robusta estaban asociados al cul-
tivo deI banano. Gran parte de las superficies
correspondientes se han convertido a la fecha
• en plantaciones de banano para la exporta-
ci6n. Una reducida superficie, en una zona
sumamente humeda, al sur de San Francisco
de Onzole (Esmeraldas), sobre los aluviones
deI rio Cayapas, sigue siendo caracteristica de
esta asociaci6n en la que el banano y el café
robusta son los principales elementos.
- La unidad T50 (154 000 ha) abarca zonas
igualmente muy humedas en los alrededores
277
de Santo Domingo y al este de Pasaje. El
banano y el café estân alli asociados a pastiza-
les y al cultivo de yuca.
- En la regi6n de Quevedo -parcialmente en la
zona intermedia-, la unidad T51 (superficie
32000 ha), caracterizada inicialmente por una
asociaci6n banano-café-cacao-pastos y cultivos
anuales, ha perdido esa fisonomia, debido a la
extensi6n, en esa zona, de las superficies de
banano para la exportaci6n.
5.3.f Arboricultura caracterizada por el mango
(Unidad T52)
Representada en el mapa solamente por tres
unidades que totalizan 29000 ha -valor exage-
rado por la cartografia- en la baja Ilanura deI
Guayas, este tipo de arboricultura es caracte-
ristico de la mayoria de bancos con suelos limo-
sos y ricos de las regiones secas 0 humedas,
donde la proximidad de la napa freatica garan-
tiza una adecuada alimentaci6n hidrica de las
plantas. La arboricultura aparece coma un
verdadero enredo en el que el mango cumple la
funci6n de planta de sombra para el cacao, el
banano y el café. Es en este tipo de arboricul-
tura don de estan mejor representados los
arboles frutales secundarios, (citricos, frutipân,
zapote, etc.). Algunos cultivos alimentarios
coma la yuca y el maiz garantizan la alimenta-
ci6n familiar deI agricultor que posee s610 algu-
nas hectareas de tierra. La riqueza especifica y
la producci6n de estos sistemas de producci6n
se deben tanto a las cualidades de los suelos
aluviales coma a la proximidad de la napa frea-
tica pero, en contraparte, se corre el riesgo de
destrucci6n de las plantaciones al producirse
crecidas excepcionales (1982-1983, por ejemplo).
Practicado tradicionalmente en este con-
texto, se debe anotar sin embargo que el cultivo
de mango toma una forma completamente dis-
tinta en las plantaciones recientes de grandes
explotaciones en la Ilanura deI Guayas (ver
unidad D36).
5.3.g Arboricultura caracterizada por los
citricos (Unidad T53)
Se encuentran en las partes bajas de anti-
guos ejes de comunicaci6n entre la regi6n coste-
ra y las cuencas interandinas. Las unidades car-
togrâficas correspondientes totalizan 11 000 ha.
Durante la época colonial, se habia estable-
cido este cultivo en la zona calida pero 10 mas
cerca posible de su mercado andino, en la sali-
da de los principales ejes de circulaci6n entre la
278
region montaiiosa y la llanura costera. Se trata
entonces de reliquias de un sistema local ya
bastante antiguo. Las frutas, tradicionalmente
renombradas (naranjas de Echeandia 0 de Calu-
ma) enfrentan la competencia de las plantacio-
nes mas recientes en zonas mas favorables
coma el noroeste de Quevedo 0 la parte septen-
trional de la provincia de Manabi. Alli la nebli-
na es menos frecuente y las epifitas no tienden
a asfixiar las copas de los ârboles.
En esta unidad, formada de explotaciones de
tamaiio pequeno, la produccion parece orientar-
se hacia productos especializados con nuevas
variedades de citricos (limon verde 0 de carne
anaranjada, toronjas, mandarinas), 0 hacia pas-
tizales con un importante componente lechero
si la comercializacion deI producto es posible.
6 Los sistemas deI piso calido y sus
dimimicas
Los sistemas, tal coma han sido esbozados a
partir de las unidades cartograficas, no son
fijos y los cambios pueden ser bastante rapidos
seglin la densificacion de la poblacion, la crea-
cion de infraestructura y, sobre todo, la evolu-
cion deI mercado de los productos. En el piso
calido y en particular en las zonas de humedad
A y B, se pudieron observar variaciones muy
significativas de la actividad agropecuaria
practicada. Las figuras C12 a C14 muestran
una elasificacion de los sistemas de produccion
identificados y una tentativa de representacion
de los cambios observados 0 probables.
6.1 Criterios de elassificacion
A mas de los criterios principales ya mencio-
nados -zona de humedad, tamano de la pro-
piedad, riego, cultivo predimonante-, algunos
criterios secundarios permitieron afinar la
elasificacion.
6.1a Tamaiio de la propiedad
Ciertos proprietarios de extensas tierras
pueden satisfacerse con bajos rendimientos por
hectarea coma en el casa de la ganaderia exten-
siva 0 deI cultivo deI abaca. También son pro-
piedades que tienen todavia superficies nota-
bles con bosques naturales.
Por otra parte, los duenos de grandes pro-
piedades son a veces abiertos a cambios tecno-
16gicos, capaces de captar creditos y atentos a
la evolucion de los mercados. Desde cacaoteros
Paisajes Agrarios deI Ecuador
tradicionales, pudieron cambiarse a bananeros
o palmicultores 0 se volcaron hacia cultivos de
cielo corto. Son también los unicos en probar
actividades nuevas coma el cultivo de la palma
africana, deI cauchu 0 deI mango para la expor-
tacion. Las grandes propiedades en busca de
altas producciones proveen trabajo a una nume-
rosa mana de obra.
Las grandes propiedades incluyen un amplio
sector empresarial manejado por sociedades
coma es el casa de la palma africana 0 de la •
cana de azucar.
Las explotaciones mas pequenas tienen un
acceso reducido al credito y a mercados renta-
bles. También su fuerza de trabajo es comlÎn-
mente restringida al circulo familial. Los culti-
vos practicados son a menudo diversificados y
orientados a la satisfaccion de la necesidades
personales.
6.1.b Presencia de riego
Con las limitaciones hidricas -zonas B y
C-, la gama de cultivos posibles sin riesgos de
perdida de cosecha se reduce. Para ciertos cul-
tivos, el riego es impredecible si se buscan pro-
ducciones industriales; en el Ecuador, es el
casa de la cana de azucar, por ejemplo. La posi-
bilidad de riego es igualmente el modo de ase-
gurar el nivel de produccion de las bananeras y
de los arrozales. Para les pequenas explotacio-
nes, el riego da la posibilidad de cultivos inten-
sivos de alto rendimiento economico coma el de
las hortalizas.
6.1.c Factores locales
Bajo este termino se hace referencia a sis-
temas cuyo modo de produccion depende estre-
chamente deI entorno de la explotacion. Las
figuras C12 a C14 presentan dos modalidades
de tales sistemas: los sistemas satélites y los
sistemas locales. Se trata siempre de explota-
ciones pequenas.
Los sistemas satélites son aquellos cuya
actividad agricola esta ligada a la de de las
grandes explotaciones vecinas. El cultivo prin-
cipal, siempre un cultivo de renta, es el mismo
en ambos tipos de propiedad, pero el pequeno
productor depende deI mas grande para la
valoracion de su produccion, sea por el uso de
infraestructura (planta extractora en el casa de
palma africana 0 de cana de azucar), 0 por el
acceso al mercado (banano).
Los sistemas locales existen unicamente en
 Los paisajes y los sistemas de producci6n III Paisajes antropizados deI piso bajo y câlido 279

Figura C12: Ordenaci6n de las unidades cartograficas de la zona

de humedad A y sus probables relaciones dinâmicas
Vegetaci6n natural

Haciendas con cultivas

anuales ArlJoricultura

Grandes explotaciones Pequenas exploitaciones

sitios especificos y su presencia se debe a facto- -la posibilidad de un comercio con·substancia-

res mas circunstanciales. Esos pueden ser de
tipo fisico:
-climaticos, altitud moderada para los vergeles
• de la unidad T41,
-topohidrograficos, pastos inundables, unidad
P36,
-edâficos, suelos pobres de la unidad D36, mo-
saico de vegetaci6n natural con cultivos,
• -facilidad de riego sin infraestructure pesada
en los jardines de vega de la unidad C48.
En otros casos, los modos de explotaci6n
agricola reflejan factores humanos:
-el pasado de la zona, vergeles de citricos de la
unidad T53 asi coma el cacao de las unidades
T47 y T48,
-la existencia de un cultivo local, la sarandaja
en la provincia de Loja, unidad C36,
les ganancias, cafta de azucar de la unidad
T34.
6.1.d Niveles de evoluci6n de los sistemas
Los sistemas de uso agricola deI suelo pue-
den ordenarse también seglin un gradiente de
evoluci6n 0 complejidad. El incremento de la
complejidad va de la mana con una perdida de
flexibilidad: en este casa se pone enfasis en. la
dinâmica interna deI sistema y, de cierto modo,
en su capacidad de repuesta mas 0 menos rapi-
da a las incitaciones deI mercado.
Los sistemas selvaticos de recolecci6n y caza
forman el primer nivel de uso en autarcia. Los
sistemas pioneros (unidades D) son sistemas
280 Paisajes Agrarios deI Ecuador

sencillos con poca tecnicidad, insumos reduci-
dos, escasas necesidades de mana de obra y una
reducida participaci6n en el mercado. La gana-
deria extensiva tradicional tiene todavia mu-
chas caracteristicas de un sistema sencillo, pero
requiere un acceso mas importante al mercado.
Los sistemas basados en cultivos de cielo
corto representan un nivel intermedio de evolu-
ci6n. Son sistemas todavia flexibles ya que, de
un afio al otro, existe la posibilidad de cambiar
de cultivo sin la necesidad de arrancar cultivos
perennes en plena producci6n. El paso a la ga-
naderia es también posible sin perdidas
mayores.
Las propiedades con cultivos perennes in-
dustriales y la ganaderia lechera requieren un
cambio radical deI modo de producci6n. Repre-
sentan el nivel de mayor evoluci6n y rigidez. El
grado de tecnicidad es alto, las inversiones de
infraestructura son importantes y, dentro de la
mano de obra, se constituye un mieleo de perso-
nas capacitadas y especializadas. Por 10 tanto,
los cambios de cultivo son mas dificiles que en
los otros casos y s610 se conocen las idas y
vueltas entre el cacao y el banano.
Los sistemas locales se caracterizan por su
reducida flexibilidad para cualquier cambio ya
que los factores que determinaron su existencia
son los mismos que impiden su transformaci6n.
Por su parte, los sistemas satélites son estricta-
mente ligados a la evoluci6n deI uso deI suelo
de los grandes productores vecinos. Los peque-
fios productores practican los mismos cultivos
que los grandes pero son mas expuestos a las
fluctuaciones deI mercado: en el casa deI té, la

Figura C13: Ordenaci6n de las unidades cartograficas de la zona

de humedad A y sus probables relaciones dinamicas
Vegetaci6n natural Sistemas pioneros
ès. dènsos semi-deciduos ]- ---,.{.{{
sièrnpreverdes
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1
1 Sistemas locales
Grandes explotaciones 1 PequelÏas exploitaciones
 Los paisajes y los sistemas de producci6n III Paisajes antropizados deI piso bajo y calido
Vegetaci6n natural
, cartograficas de la zona de humedad C
Sin riego
.
Con riego
saturaci6n deI mercado produj6 la desaparici6n
de las pequeIÏas plantaciones familiales, pués
la producci6n de la empresa era comercializada
prioritariamente.
6.2 Factores de evoluci6n
Varios factores, algunos externos al proceso
"natural" de evoluci6n de los sistemas, pueden
orientar la elecci6n de los productores y poner a
prueba la flexibilidad de los sistemas.
6.2.a Abastecimiento nacional
A mas de la producci6n para el autoconsumo
familiar, el satisfacer la creciente demanda
nacional de productos basicos es un factor de
desarrollo para ciertos cultivos. La politica de
autosuficiencia ha llevado desde varios dece-
nios a impulsar el cultivo deI arroz y de la cana
de azucar. Mas recientemente, ocurri6 10 mismo
para la palma africana y la soya en 10 que a
• grasas se refiere.
La transformaci6n de haciendas ganaderas
de carne hacia ganaderas lecheras cerca de las
grandes ciudades es también una respuesta
para satisfacer la demanda de leche fresca. De
manera menos marcada, cambios en la dieta de
la clase media y aumentos de los niveles de
consumo propiciaron el desarrollo deI cultivo de
281
Figura C14: Ordenaci6n de las unidades
y sus probables relaciones dinamicas
hortalizas.
La politica nacional de autoabastecimiento
no s610 tuvo exitos: por su necesidad de insu-
mos, el cultivo deI algod6n no puede ser em-
prendido por pequeIÏos propietarios sin partici-
paci6n deI credito. El Estado facilit6 tales cre-
ditos y garantiz6 la compra de la cosecha a un
precio preestablecido. Condiciones elimaticas
adversas aruinaron el proceso ya que los culti-
vadores no pudieron desembolsar los creditos
recibidos.
6.2.b Cambios de mercados
Las variaciones de los grandes rasgos de los
paisajes agrarios de la regi6n costera son es-
trictamente relacionados a la variaci6n de la
acceptaci6n de los productos en el mercado ex-
terior. Se arrancan bananeros y se siembran
cacaotales cuando el banano tiene precios bajos
y dificuldades de colocaci6n. Pero, si el mercado
deI banano se mejora, ya son los cacaotales los
que seran arrancados.
Durante los dos ultimos decenios, el Ecua-
dor ha tratado de comercializar nuevos produc-
tos llamados "no tradicionales". Frutas, hortali-
zas y recientemente flores de la zona serrana
son ejemplos exitosos. El piso bajo participa en
menor grado en este nuevo cielo de exportacio-
282
nes agicolas con la piiia, la yuca y el platano.
Las nuevas plantaciones de mango son también
parte de este esfuerzo. El intento -fracasado-
de multiplicaci6n de la cultura de la maracuya
en la zona de Quevedo particip6 deI mismo
deseo de lanzar un producto nuevo al mercado
exterior.
6.2.c Cambios locales de densidad poblacional
La tala de los bosques para la instalaci6n de
colonos en la Amazonia y el piedemonte occiden-
tal de los Andes es el ejemplo mayor deI cambio
inducido por este factor. En la zona de coloniza-
ci6n amaz6nica, las partes mas antiguas y mejor
conectados a la red vial tienen una mayor den-
sidad poblacional y usos de las tierras mas in-
tensivos.
La Reforma Agraria tuvo impactos menores
en el piso bajo que en las tierras altas. Sin em-
bargo, las haciendas exentivas transformadas
por parcelaci6n dieron lugar, por una parte, a
propiedades de tamaiio intermedio explotadas
con mejores rendimientos, incorporando una
tecnologia mas avanzada y, por otra parte, pro-
piedades pequeiias orientadas hacia el autocon-
sumo y una mezcla de cultivos de renta (arbori-
cultura con cultivos anuales -unidades T37,
T46, T48 y T51-, 0 con pastos).
Cerca de las grandes ciudades de la regi6n
costera, el espacio periurbano pierde a menudo
su vocaci6n agricola y se transforma en urbani-
Paisajes Agrarios deI Ecuador
zaciones espontaneas donde s610 subsisten
pequeiios jardines caseros.
6.2.d Zonas secas y riego
En el Ecuador, se ven pocas alternativas
para el uso agricola de las zonas secas: se siem-
bran unas variedades de maiz de ciclo muy
corto y el ricino -silvestre 0 sembrado-puede
proporcionar alglin ïngreso econ6mico. Ensayos
de cultivos semi-industriales de ricino y de
jojoba (Simmondsia chinensis) fueron abando-
nados sobre todo debido a la importante varia-
bilidad interanual de las precipitaciones. Sin
embargo, la bibliografia no carece de listas de
plantas para alimentos, aceites, resinas, tani-
nos, gomas, caucho, fibras, productos medici-
nales que podrian ser probados.
También los perimetros regados son poco
extensos: los embalses pequeiios -peninsula
de Santa Elena- son rapidamente llenados por
los aluviones- y las obras mayores -Poza
Honda- no llegan a cumplir con las metas fija-
das. El gran proyecto de trasvase de las aguas
deI Daule hacia las tierras fértiles pero aridas
de la peninsula de Santa Elena permite espe-
rar, a corto plazo, un radical cambio deI paisaje
agricola en esta regi6n. Reducidas zonas rega-
das muestran que propiedades pequeiias con-
tando unicamente con mana de obra familiar
pero con un buen nivel tecnologico pueden
sacar un provecho importante de este aporte.
Los paisajes y los sistemas de producci6n III Conclusi6n general 283

PARA CONCLUIR, ALGUNAS IMPRESIONES GENERALES

Partimos de la observaci6n atenta de los paisajes, los que hemos cartografiado minuciosamente,
en varias escalas, avanzando met6dicamente hacia la generalizaci6n (dell/200 000 -a veces deI
1150 000- hasta el 111 000 000) para cumplir con los requisitos deI MAG y con los términos de los
acuerdos suscritos entre el MAG y el ûRSTûM (hoy el IRD). El mapa de los paisajes agrarios deI
Ecuador es la sintesis de estos trabajos sobre el uso deI suelo y los paisajes vegetales.

Si bien los paisajes son la expresi6n deI equilibrio local de las fuerzas naturales, sociales y
econ6micas que se ejercen en un lugar, no son sino su apariencia visible. Por 10 tanto, nos pareci6
necesario enfrentar un nuevo reto. Hemos emprendido este libro para explicitar 10 que reflejan
pero no dicen los paisajes y explicar por qué varian de un lugar a otro.

A 10 largo deI estudio hemos tenido que abordar multiples campos, algunos de ellos alejados de
nuestras disciplinas iniciales. Lo hemos hecho debido a la coherencia que ésto le da a nuestra
tematica general de la estructuraci6n deI espacio rural mediante numerosos sistemas de pro-
ducci6n agricola.

En efecto, la caracteristica mas destacada de los sistemas de producci6n deI Ecuador es su

extraordinaria diversidad, que refleja en primer lugar la gran variedad de condiciones fisicas de su
territorio: las altitudes llegan -y sobrepasan- el limite superior de las plantas vasculares y las
precipitaciones anuales fluctuan entre 200/300 mm y varios metros. Estas variaciones deI clima, a
las que se agregan la multiplicidad de los substratos geol6gicos y la variedad de las pendientes,
inducen a su vez grandes diferencias de potencialidades agricolas de los suelos, que van desde la
categoria mas desfavorable hasta algunas de nivel poco comun en la zona tropical.

La larga y desigual evoluci6n deI espacio agricola deI pais es otra fuente de diversidad cuya
huella se puede observar aun en nuestros mas. Las variaciones locales de la densidad poblacional
se traducen en la yuxtaposici6n de zonas "vacias", a menudo pobladas de arboles y de zonas inten-
samente cultivadas. La oposici6n entre los sistemas basados en las grandes propiedades (hacien-
das) y los que se reducen a escasas superficies (minifundios) refleja la heterogeneidad social y
econ6mica de las estructuras de tenencia de la tierra; la voluntad politica de facilitar el acceso a la
propiedad al mayor numero de agricultores ha hecho posible la emergencia de unidades de produc-
ci6n de tamaiio mediano -resultado de la reducci6n deI tamaiio de l~s haciendas y de la coloniza-
ci6n de las tierras bajas-, sin detener el aumento deI numero de las pequeiias propiedades. Final-
mente, es muy notable el hecho de que la evoluci6n de las técnicas de producci6n, desde la agri-
cultura itinerante hasta los grandes cultivos mecanizados, haya dejado muestras de cada etapa en
los sistemas de uso de las tierras deI pais.

La gran variedad de plantas que pueden cultivarse en Ecuador es otro poderoso factor de diver-
sificaci6n de la agricultura y una de las manifestaciones mas claras de un profundo mestizaje cul-
tural. La presencia en el mismo pais de los clasicos cultivos tropicales y de otros propios de la zona
templada se debe tanto a las posibilidades climaticas coma a la larga colonizaci6n espaiiola. Hubo
cruce de los patrimonios genéticos a través de adopciones reciprocas. En las tierras altas, los dos
cultivos predominantes son el de la papa en primer lugar, de origen andino, y el segundo, una gra-
minea introducida, la cebada. En ambos casos se encuentran cultivares locales que resultan de la
conservaci6n de antiguas cepas 0 bien de la adopci6n de nuevas variedades que responden a las
condiciones culturales y a la demanda de las poblaciones. En estas mismas zonas subsisten algu-
nos cultivos de plantas andinas endémicas. En la Amazonia, algunos grupos aun practican la agri-
cultura tradicional de roza y quema.
284 Paisajes Agrarios deI Ecuador

La diversidad de los sistemas de produccion se caracteriza también por grandes disparidades de

productividad. En las fichas de cultivo hemos comparado ejemplos de rendimientos nacionales con
los que se obtienen en otros paises; en el casa de los principales cultivos alimenticios, los rendi-
mientos son generalmente inferiores a las referencias internacionales. Es probable, sin embargo,
que en este sector agricola encierre un fuerte potencial de incremento de la productividad.

Los niveles satisfactorios de rendimiento agronomico y economico son alcanzados principal-

mente por algunos cultivos de exportacion; entre las producciones para el mercado nacional, las
principales excepciones se encuentran en algunas especializaciones: fruticultura de la Sierra,
ganaderia lechera y cultivo de hortalizas.

Este contraste corresponde parcialmente a la disparidad de tamaiios de las unidades de pro-

duccion y, aun mas, a las grandes diferencias de recursos econ6micos disponibles. Se trata sobre
todo deI acceso al capital, propio 0 prestado, y deI acceso a circuitos de comercializacion cortos,
eficaces y no expoliadores, cuyos efectos son esenciales en la diversificacion y adaptacion de los
sistemas de produccion agricolas a las nuevas condiciones.

Algunos sistemas de produccion parecen estancados en la reproduccion de los mismos cultivos

con practicas de cultivo inmutables, frente a la flexibilidad de otros sectores. Encontramos parcial-
mente aqui el antagonismo seiialado anteriormente. De manera esquematica, podria traducirse en
una oposicion entre los cultivos alimenticios, a menudo destinados al autoconsumo y orientados
unicamente al mercado nacional -cuando existen excedentes-, y los grandes cultivos de renta
destinados a la exportacion 0 a la agroindustria.

La causa de este bloqueo, si es que existe, no debe buscarse en una hipotética cuestion de men-
talidad de los campesinos sino, mas bien, en las condiciones estructurales de la produccion, parti-
cularmente en el tamaiio de las propiedades y la disponibilidad de capital. En efecto, hemos mos-
trado que aun los pequeiios productores andinos dan pruebas de dinamismo cuando cuentan con
los recursos necesarios: extension de las propiedades a raiz de la liberacion de las tierras por la
reforma agraria; progresion de la produccion lechera a fin de aprovechar el alza de los precios, a
veces en perjuicio de su propia alimentacion; aumento de la proporci6n de la cosecha de choclo con
la adopcion de nuevas variedades de maiz; introduccion de nuevos cultivos coma la cebolla, en los
sistemas de altitud y utilizacion de sus escasos recursos financieros para el cultivo de la papa,
cuando esperan vender parte de la produccion. En la mayoria de los casos se trata de una agricul-
tura de subsistencia.

En cambio, otros sectores practican un modo empresarial de explotacion, apuntando principal-

mente a una buena rentabilidad deI capital invertido. La agricultura para la exportacion es ya
antigua en Ecuador y los diferentes ciclos deI cacao y deI banano son un ejemplo de la capacidad de
este sector para adaptar su produccion a las demandas deI mercado internacional. La sustitucion
deI banano por el cacao 0 viceversa son los ultimos avatares de este sector. Durante la década deI
90, la extension de los cultivos anuales y de la palma africana en la zona calida, de las huertas e
invernaderos para la floricultura en la regi6n montaiiosa, asi como la expansion de la ganaderia
lechera en todo el pais son otras respuestas al aumento de la demanda deI mercado, nacional en la
mayoria de los casos mencionados.

En varias oportunidades hemos seiialado en el texto este aspecta fundamental de las evolu-
ciones recientes de la agricultura ecuatoriana, ligado al incremento de la poblacion. Este factor
permanecera vigente mucho tiempo mas, pero rapidamente se cruzara con otro nuevo, el que a su
vez influira cada vez mas en las dinamicas agrarias: la limitacion deI espacio. La tierra, coma
factor de produccion, sera un bien escaso.

Rasta ahora, parte de los grandes ciclos agricolas se fundaron en la integracion de nuevas
superficies, frentes pioneros de altura 0 desmonte de los bosques de las tierras bajas, desde una
perspectiva a menudo proxima al extractivismo 0 a la agricultura minera, tan poco preocupada por
la conservacion deI medio ambiente coma de su sustentabilidad. Esta expansi6n colonizadora no
puede extenderse indefinidamente; el espacio tiene sus limites, que han sido alcanzados en
Los paisajes y los ... III Conclusion general 285

muchas zonas y pronto 10 seran en otras. La intensificacion, que dispone de buenas margenes de
incremento, caracterizara sin duda las nuevas etapas de la agricultura nacional.

Ademas, cabe recordar que la intensificacion no se fundamenta unicamente en aportaciones de

capital, las que indudablemente seguiran en un sector exportador activo. La intensificacion puede
también basarse en la movilizacion de una mana de obra mas numerosa, tal coma 10 han demos-
trado los agricultores al dedicarse al cultivo de hortalizas y a la fruticultura 0 adjuntando la crianza
de animales domésticos. Si esta revalorizacion deI trabajo, entre los factores de produccion, es
efectiva, no solo ocasionara una mayor diversidad de los sistemas de produccion, sino que permi-
tira que mas pobladores permanezcan en el campo, mientras los demas sectores no creen suficien-
tes puestos de trabajo para acogerlos decentemente en la ciudad.

El porvenir de la agricultura ecuatoriana nos parece multiple, tan diverso coma sus actuales
sistemas de produccion. Se enfatizan a menudo los logros deI sector exportador _1 mundial en
0

banano, 1 mundial en camarones, expansion de la floricultura y otros productos no tradiciona-

0

les- pero el papel social de la agricultura de subsistencia sigue siendo inmenso y todavia con
amplias potencialidades. Al par deI crecimiento de las exportaciones, el reto deI aumento de la
productividad deI sector campesino parece coma una nueva frontera agricola poco explorada.
Anexos; fuentes 1

ANEXOS

Fuentes 1
Entrevistas II
Estadisticas II
Bibliografia II
Referencias generales II
Referencias especificas III
Parte A III
Parte B VI
Parte C XI
Tasa de cambio US $ - Sucre XIII
Indice de cuadros XIV
Indice de figuras XVI
Indice de autores XIX

FUENTES

Las fuentes mencionadas en los textos fueron clasificadas de acuerdo a su tipo: entrevistas,
estadisticas y referencias publicadas. Éstas ultimas se distribuyen en referencias generales, es
decir las utilizadas en varias partes de la obra, y las especificas, las mismas que se dan de acuerdo
a las grandes divisiones deI texto.

ENTREVISTAS (sobre todo parte B)

AGICOM - multiplicaci6n y difusi6n de plantas de cauchu

AGL - Asociaci6n de Ganaderos deI Litoral y de Galapagos (Ing. Manuel Baquerizo)
AGSO - Asociaci6n de Ganaderos de la Sierra y deI Oriente (Ing. Carlos Letort)
APROANDES - plantaci6n y procesamiento de té
AIMA - Asociaci6n de Industriales de la Madera
ANCUPA - Associaci6n Nacional de Cultivadores de Palma Africana
Associaci6n de productores de abaca, Santo Domingo
BALSAPAC - Fabrica de tablas y paneles de balsa (Dr Mauricio von Buchwald)
Bravo Juan Carlos (Ing.), procesamiento de la Tagua
CASTOR ECUADOR - Planta extractora de aceites, Manta
CEDEGE- Centro para el Desarrollo de la cuenca deI Guayas
CENDES - Centro de Desarrollo deI Ecuador
COFIEC - Corporaci6n Financiera Ecuatoriana
CORMADERA - Corporaci6n de Desarrollo para el Sector Forestal y Maderero deI Ecuador
CREA - Centro de Reconversi6n deI Austro
CRM - Centro de Rehabilitaci6n deI Manabi
Evansexport, Santo Domingo (abaca)
EXPOFLORES - Asociaci6n de productores de flores para la exportaci6n
FUNDAGRO - Estaci6n de campo La Buseta
II Paisajes Agrarios deI Ecuador

INIAP - Estaciones experimentales Santa Catalina, Santo Domingo, Pichilingue, Portoviejo, Boli-
che, Napo
Ingenio San Carlos, plantaci6n y procesamiento de caiia de azucar
ITI'O - International Timber Trade Organization (Ing Ermel Cabrera)
MADEXPO - Exposici6n de industriales de la madera 1993
PROEXANT - Promoci6n de Exportaciones No Tradicionales
MAG - Programa Nacional deI Algod6n, Portoviejo, Guayaquil
MAG - Programa Nacional deI Banano, Guayaquil
MAG - Programa Nacional deI Cacao, Guayaquil
MAG - Programa Nacional de Cereales, Santa Catalina
MAG - Programa Nacional deI Café, Portoviejo
MAG - Programa Nacional deI Maiz y de la Soya, Guayaquil ....
MAG - Programa Nacional de la Papa, Santa Catalina
MAG - PRSA, Proyecto para la Reorientaci6n deI Sector Agropecuario
PREDESUR - Programa de Desarrollo deI Sur
SENECA - Semillas Nacionales CA
TÉ SANGAY - plantaci6n y procesamiento de té
...y varios organismos y empresas olvidados en esta lista
...y numerosos agricultores de todo el pais entrevistados durante mas de 10 aiios de trabajo de
campo

ESTADfsTICAS (sobre todo parte B)

Ban~o Central deI Ecuador, indicadores generales, crédito agricola y exportaciones

CENDES, estadisticas deI sector maderero
EXPOFLORES, estadisticas deI sector de la f10ricultura
IERAC, adjudicaciones de tierras en reforma agraria y colonizaci6n
INAMHI, datos c1imaticos
INEC, censos de poblaci6n 1950, 1962, 1974, 1982 y 1990
SEAN, estadisticas agricolas anuales
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Pastos
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IDEA, 1990: Condiciones de la producci6n lechera en la zona centro norte de la sierra ecuatoriana
y sus principales procesos de comercializaci6n. Memorias deI seminario y documento técnico.
Quito, 2 vol, 158 + 234 p.
INIAP - PROTECA, sin fecha: Manual Ganadero. Quito, 79 p.
INIAP - PROTECA, 1989: Manual de Pastos Tropicales. Quito, 53 p.
Lasso R y Robayo J., 1990: Condiciones de la producci6n lechera en la zona centro norte de la sierra
ecuatoriana y sus principales procesos de comercializaci6n. Fundaci6n IDEA, Quito, 158 p.
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Cultivos principales
* Cultivos nativos y especies introducidas
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Patino V. M., 1964: Plantas cultivadas y animales domésticos en América Equinoccial. Tomo 2
Plantas alimenticias. Cali, Imprenta Departamental, 364 p.
Patino V. M., 1967: Plantas cultivadas y animales domésticos en América Equinoccial. Tomo 3
Fibras medicinas, miscelâneas. Cali, Imprenta Departamental, 569 p.
Patino V. M., 1969: Plantas cultivadas y animales domésticos en América Equinoccial. Tomo 4
Plantas introducidas. Cali, Imprenta Departamental, 573p.
* Arroz
MAG - PNA, 1991: Estadistica arrocera, ano agricola 1991, MAG PNA, Guayaquil.
INIAP - PNA - ClAT, 1987: Plan nacional para mejorar la situaci6n deI cultivo de arroz en Ecuador.
* Banano
Alvarez R y Chang J. F., 1992: El Estado de tecnificaci6n de las bananeras ecuatorianas en 1989.
FUNDAGRO, Doc. Tec. n° 6,26 p.
VIII Paisajes Agrarios deI Ecuador

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Larrea C. M., 1987: Empresas exportadoras y concentraci6n econ6mica in "El banano en el Ecua-
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Pozo T. C., 1992: El cultivo deI Banano. Programa Nacional deI Banano, 48 p.
* Cacao
Crawfod de Roberts L., 1980: El Ecuador en la época cacaotera. Editorial tJniversitaria, Quito, 276 p.
Enriquez G. A., 1993: Cost production analysis of six farming systems of "National" cocoa (Ecua-
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Gill y Duffus, varias fechas: Cocoa statistics. (datos parciales proporcionados por CIRAD, Mont-
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Prance G. T., 1985: The pollinisation of amazonian plants. In "Amazonia" Prance & Lovejoy ed.,
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Soria V. J., 1993: Market and production prospectives for "Arriba" cocoa of Ecuador. Paper 07/WS
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* Café
Programa Nacional deI Café, 1983: Primer Censo Cafetero, Resumen Nacional. MAG - PNC, 530 p.
FUNDAGRO, 1992: Sistemas de producci6n agropecuaria y de alimentaci6n familiar alrededor de
café en âreas selectas de la Costa ecuatoriana. Documento técnico n° 8, Quito, 66 p.
* Cebada
INIAP, 1993: Inventario tecnol6gico, Trigo y cebada. Quito, 71 p.
* Maiz
Carrillo R. y Limongi R., 1995: Diagn6stico sobre problemas fitosanitarios en el cultivo de maiz en 8
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CESA, 1986: El maiz. CESA, Quito, 30 p.
Moreno F., sin fecha: El cultivo deI maiz en El Ecuador. INIAP, no publicado, Quito.
Moreno F., 1992: Inventario tecnol6gico, maiz Sierra. INIAP, Quito, 44 p.
* Palma africana
Chavez F. M., 1986: Enfermedades de palma africana en Ecuador y su combate. INIAP, Manual
n08, Quito, 18 p.
El Palmicultor, revista de ANCUPA, n02 y n06
* Papa
Andrade H., 1991a: Labores de siembra, cultivo y cosecha. In "Proyecto Kellog", FUNDAGRO,
Quito, 81-87.
Andrade H., 1991b: Algunas caracteristicas de las variedades liberadas por el programa de papa
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Caceres J., 1991: Fertilizacion. In "Proyecto Kellog", FUNDAGRO, Quito, 89-105.
CESA, 1986: Las papas. Quito, 30 p.
FUNDAGRO, 1991: El cultivo tradicional de la papa en Cafiar. Quito, 32 p.
Gallegos P., 1991: Insectos y plagas en el cultivo de papa. In "Proyecto Kellogg", FUNDAGRO,
Quito, 145-149.
INIAP, 1992 : Tecnologias disponibles de los principales cultivos deI Ecuador, Coeficientes técni-
cos, costos, Quito.
Lopez, F., 1987: Breves apuntes sobre la producci6n y comercializaci6n de la papa en Tungurahua.
PRONAREG-MAG, Quito, 42 p.
Mufioz, F., 1978: Manual de cultivo de papa. INIAP, 4 p.
 Anexos; bibliografia IX

Oleas A, 1991: Enfermedades de la papa por bacterias. In "Proyecto Kellog", FUNDAGRO, Quito,
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Orellana H., 1991: Enfermedades de la papa causadas por hongos. In "Proyecto Kellog", FUNDA-
GRO, Quito, 107-119.
Peterson W., 1992: El sistema tecno16gico de la papa en El Ecuador. FUNDAGRO, Quito, 109 p.
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Vega J. G., 1991: Enfermedades deI cultivo de la papa- por virus. In "Proyecto Kellog", FUNDA-
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* Trigo
INIAP, 1993: Inventario tecno16gico, Trigo y cebada. Quito, 71 p.
Patiiio V. M., 1969: Plantas cultivadas y animales domésticos en América Equinoccial. Tomo N
Plantas introducidas. Cali,.573 p.
Peltre-Wurtz J., 1988: Le blé en Équateur, ou le prix de l'indépendance alimentaire. Cah. Sci.
Hum. 24(2), 213-223.
Pouille F., 1993: Étude préliminaire de l'utilisation, de l'évolution et de la dégradation des sols
andins dans les Andes équatoriennes. Exemple de la province de Bolivar. Document préli-
minaire, Université de Bordeaux III, CNRS - ORSTOM - IFEA, Bordeaux, 73 p + anexos.
Urriola R. y Cuvi M., 1986: La agroindustria alimentaria en El Ecuador en los aiios ochenta.
ILDIS - CEPLAES, Quito, 172 p.
*Yuca
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FUNDAGRO, 1992: El cultivo de la yuca en El Ecuador. R. Velastegui ed., Documento técnico n° 5,
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Cultivas secundarios
* Cultivos altoandinos
Nieto C. C., Vimos C. N., Caicedo C. V., Monteros C. J. y Rivera M. M., 1992: Inventario tecno16-
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mecanogr., 29 p.
Peralta E. 1. Y Nieto C. C., 1991: Diagn6stico agrosocioecon6mico a productores de melloco (Ullucus
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* Flores
Buitron P., 1992: Impacto socio-econ6mico de las exportaciones en la mana de obra y mas efectos
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lica deI Ecuador (PUCE), Quito.
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gerencia de promoci6n de inversiones y proyectos, CFN, Quito, 35 p.
Corporaci6n Financiera Nacional, 1995a: Producci6n comercial de Rosas para exportaci6n. Informe
• de la gerencia de promoci6n, CFN, Quito, 59 p.
Corporaci6n Financiera Nacional, 1995b: Estudio deI sector floricola en el Ecuador. Informe de
gerencia de divisi6n de planificaci6n y evaluaci6n corporativa, CFN, Quito, 66 p.
EXPOFLORES - Fundaci6n Natura - MAG - PROEXANT, 1996: Manual para el manejo de pestici-
das en floricultura. Asociaci6n de exportadores de flores (EXPOFLORES) - Fundaci6n Natu-
ra - Ministerio de agricultura y ganaderia (MAG) - Promoci6n de exportaciones agrfcolas no
tradicionales (PROEXANT), Quito, 27 p.
Gasselin P., 1996: La explosi6n de la floricultura de exportaci6n en la regi6n de Quito: una nueva
dinamica agraria periurbana. Congreso Internacional de los Americanistas, Quito, 7-11 de
julio 1997, 13 p.
Heussler P, 1991: Producci6n de flores para corte. Informe EXPOFLORES, Quito, 7 p.
PROEXANT, 1992: Generalidades deI cultivo de flores tropicales. Promoci6n de exportaciones
agrfcolas no tradicionales (PROEXANT), Quito, 112 p.
x Paisajes Agrarios deI Ecuador

Struve A, 1998: Caracterizaci6n geografica deI desarrollo de la floricultura alrededor de Quito.

Tesis de Geografia y Estudios Ambientales, Facultad de Ciencias Humanas, Pontificia
Universidad Cat6lica deI Ecuador (PUCE), Quito, por publicarse.

* Frutales de la Sierra
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Badillo V. M., 1983: Caricaceae in "Flora of Ecuador vol n° 20". Swedish Research Council Publi-
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Caicedo M. E., 1983: Estudio deI almacenamiento de durazno rosado de Sevilla en diferentes condi-
ciones. Jornadas Ecuat. de Ciencia y Tecnologia de alimentos, Ambato, Memorias 2, 108 - 116. ,
Camacho B. S., 1981: Fitomejoramiento de naranjilla. INIAP, Carta de frutales n° 14, 2 p.
Equiguren C. R., Defaz T. M., Revelo M. J., Cedefio R. G. y Zambrano D., 1985: Busqueda de resis-
tencia al nematodo deI nudo Meloidogyne spp.. INIAP, Quito, informe anual1984, 23 - 27.
Erez A, 1987: Arboles frutales caducifolios en Ecuador. Misi6n de evaluaci6n deI proyecto "Fruti-
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Farre Massip J. M. Y Hermoso Gonzalez J. M., 1987: Informe deI viaje de exploraci6n sobre la
chirimoya, realizado a Ecuador y Peru entre el 1 de abril al 15 de mayo de 1987. Instituto
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Fernandez B. O. y Moreno M. 1. 1985: Evaluaci6n de pérdidas post-cosecha de tomate de arbol y
mora e inventario de embalajes utilizados. Tesis Ing. Alim., Ambato, 126 p.
Granges E. y Barahona E. M., 1985: Guia deI cultivo deI manzano. INIAP, Quito, Boletin divulga-
tivo n° 173, 19 p.
Mata B. A YVelastegui E. F., 1985: Evaluaci6n de pérdidas post-cosecha de babaco y mandarina e
inventario de embalajes utilizados. Tesis Ing. Alim., Ambato 171 p.
Morant B., 1991: Le développement de la culture de tomate d'arbre dans la vallée de Patate.
Mémoire CNEARC, Montpellier, 117 p + anexos.
Orellana AH., Padilla B. F. Y Mora C. E., 1984: Evaluaci6n de pérdidas que ocasionan las enfer-
medades rona y cenicilla deI manzano en la provincia de Tungurahua. INIAP, Informe téc-
nico anual1983, Quito, 13 - 17.
Ortega Arias J. O., 1985: Plasticultura y su incidencia en el cultivo de fresa, variedad Tufts ytres
distancias de plantaci6n. Tesis Ing. Agr., Quito, 90 p.
Tamayo G. 1. A, 1985: Estudio de las enfermedades deI peral Pirus communis en el cant6n Pillaro.
Tesis Ing. Agr., Ambato, 96 p.
Valarezo M. C. y Samaniego R. V., 1982a: Respusta de naranjilla a la aplicaci6n de N-P-K y cal.
Memorias de la 1° Conferencia internacional de naranjilla, INIAP, Quito, 109 - 113.
Valarezo M. C. y Samaniego R. V., 1982b: Estudio de los sistemas de cultivo de naranjilla y control
de la pudrici6n deI fruto causado por Colletotrichum sp. Memorias de la 1° Conferencia in-
ternacional de naranjilla, INIAP, Quito, 95 - 102.
Viteri P. D., 1992: El cultivo deI babaco en el Ecuador. INIAP ~ PROTECA - Programa de frutales,
Manual n° 19, 14 p.
* Frutales de la zona câlida
Fouqué A, sin fecha: Espèces fruitières d'Amérique tropicale. IFAC. Recolecci6n de articulos publi-
cados desde 1972 en la revista Fruits, IFAC, Paris, sin paginaci6n.
PROEXANT, 1992: Manual deI mango.
* Otros cultivos secundarios
INIAP, 1986: Cultivo deI sorgo granifero, guia breve.
MAG - PRSA, 1993: El sector agropecuario: comportamiento en 1992 y perspectivas para 1993.
 Anexos; bibliografia XI

Parte C

Paisajes no antropizados
Acosta-Solis M., 1973: El paisaje y la cubierta vegetal deI reino de Quito al arribo de los conquis-
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Acosta-Solis M., 1977: Conferencias fitogeograficas. Pub!. IPGH, Quito, 294 p.
Acosta-Solis M., 1982: Fitogeografia y vegetaci6n de la provincia de Pichincha. Consejo Provincial
de Pichincha, Quito, 131 p.
Acosta-Solis M., 1984: Los paramos andinos deI Ecuador. Publicaciones cientificas MAS, Quito, 222 p.
Balslev H. y De Vries T., 1982: Diversidad de la vegetaciôn en cuatro cuadrantes en el paramo
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Brandbyge J. y Azanza A, 1982: Report on the 5th and 7th danish-ecuadorean botanical expedi-
tions. Hep. Bot. Inst. Univ. Aarhus (Dinamarca), n° 5, 138 p.
Bravo Velasquez E. y Balslev H., 1985: Dinamica y adaptaciones de las plantas vasculares de dos
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Caiiadas L., 1983: El mapa bioclimâtico y ecolôgico deI Ecuador. Banco Central deI Ecuador Quito,
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CLIRSEN - DINAF, 1990: Mapa forestal deI Ecuador.
CLIRSEN - DINAF, 1991: Inventario de manglares deI Ecuador continental. CLIRSEN, Quito, 437 p.
EIlenberg H., 1975: Vegetationsstufen in perhumiden bis perariden Bereichen der tropischen
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Emperaire L. y Arnaud B., 1987: Végétation et flore. In "Loja préhispanique". Edit. Recherches sur
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(Quito) 24a, 221 - 233.
Huttel Ch., 1995: Vegetaci6n en coladas de lava; islas Galapagos, Ecuador. FCD - ORSTûM,
Quito, 178 p.
INGALA-ORSTûM-PRûNAREG, 1987:
- Mapa de formaciones vegetales y uso actl;lal deI suelo, zonas agricolas de las islas Floreana,
Santa Cruz y San Crist6bal (escala 1/50 000)
- Mapas (6) de formaciones vegetales deI archipiélago de Galapagos; escala 1/100 000.
Ir
INGALA-ORSTûM-PRûNAREG, 1989: Inventario cartogrâfico de los recursos naturales, geomor-
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XII Paisajes Agrarios deI Ecuador

Mufioz L., Balslev H. y De Vries T., 1985: Diversidad de la vegetaci6n en cuatro cuadrantes en el
paramo pajonal deI Antisana, Ecuador. Revista deI Museo Ecuatoriano de Ciencias
Naturales, 4, 21- 33.
Naranjo P., 1981: Indice de la flora deI Ecuador. Tomo 1. Casa de la Cultura Ecuatoriana, Quito,
334p.
Naranjo P., 1983: Indice de la flora deI Ecuador. Tomo 2 Casa de la Cultura Ecuatoriana, Quito,
228p.
Ollgaard B. y Balslev H., 1979: Report on the 3rd danish botanical expedition to Ecuador. Rep.
. Bot. Inst. Univ. Aarhus (Dinamarca), n° 4, 141 p.
Paredes A., 1942: Una excursi6n botanica al Tungurahua. Bol. Inst. Bot. 8. r
Patzelt E., 1985: Flora deI Ecuador. Banco Central deI Ecuador, Quito, 192 p.
Prance G. T., 1978: The origin and evolution of Amazonian flora. Interciencia, 3, 451- 463.
Richards A. F., 1962: Active volcanoes of the archipielago de Colon. In "Catalog of the active volca-
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Sarmiento F. R., 1987: Antologia ecol6gica deI Ecuador. Publ. Museo de Ciencias Naturales, Quito,
Monografia 7(2), 382 p.
Steele A. R., 1982: Flores para el Rey; la expedici6n de Ruiz y Pav6n y la Flora deI Peru (1777-
1788). Serbal, Barcelonne, 347 p. Traducido deI ingles "Flowers for the King; the expedition
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Troll C., 1932: Vegetation map of the coastal regions of Ecuador and northern Peru. Fig 23 of
Suppl. l Coll. Geogr. Bd. 9.
Van Der Hammen T., 1988: Historia de la vegetaci6n y deI clima en la regi6n norandina. Cultura
(Quito), 24 à, 203 - 209.
Villavicencio M., 1984: Geografia de la Republica deI Ecuador. Corporaci6n Editora Nacional,
Quito, 505 p + mapas. 1 edici6n, 1858, Nueva York.
0

Whymper E., 1987: Travels amongst the great Andes of the Equator. Peregrine Smith, Layton -
USA, 456 P + 1 mapa. 1 edici6n, 1892.
0

WolfT., 1975: Geografia y Geologia deI Ecuador. Casa de la Cultura Ecuatoriana, Quito, 798 p. 1 0

edici6n, 1892, Leipzig.

 Anexos; bibliografia XIII

TASA DE CAMBIO US $ .. SUCRE

Ano Sucre!US$ Ano Sucre!US$ Ano SucrelUS$

1948 17,98 1965 18,70 1982 49,81

1949 18,33 1966 19,95 1983 84,79
1950 18,60 1~67 20,19 1984 98,09
1951 17,45 1968 22,26 1985 116,29
1952 17,44 1969 21,95 1986 148,51
1953 17,44 1970 21,75 1987 193,80
1954 17,42 1971 26,96 1988 436,19
1955 17,43 1972 26,13 1989 568,18
1956 18,49 1973 24,95 1990 821,91
1957 17,69 1974 25,13 1991 1100,85
1958 16,71 1975 25,54 1992 1587,72
1959 17,50 1976 27,65 1993 1919,41
1960 17,61 1977 27,18 1994 2197,78
1961 20,19 1978 26,45 1995 2556,00
1962 22,73 1979 27,60 1996 3191,34
1963 20,49 1980 27,78 1997 3998,96
1964 18,69 1981 30,75 1998 5441,43

Evoluci6n deI cambio US D6lar - Sucres. Promedios anuales, venta,de d6lares,en el mercado libre
Fuentes: Guzman P. A. Y Arroba R. A., 1988; Estadisticas BeE, 1984-1998

Sucres par D61ar

1999, primer ~ ~
10000 t'nmesre
t - -::&
-
-=
--

1000
-

:: ,.1
/
--
•
100
-
=
= po
J
-
- . ./
- .n..
~
Ana
10
1950 1960 1970 1980 1990
XIV Paisajes Agrarios deI Ecuador

INDICE DE CUADROS

A CONDICIONES GENERALES P

1 Pisos altitudinales y zonas de humedad 4

2 Grandes tipos de suelos y sus factores limitantes para la agricultura 12
3 Superficies (km2) de las unidades cartogrâficas seglin las zonas de humedad 16
4 Poblacion total y tasas anuales de crecimiento 31
5 Tasa de poblacion migrante 34 "
6 Migraciones rurales provinciales (1974-82) 35
7 Variaciones de la poblacion rural (1982-90) 35
8 Poblacion rural regional en relacion a la poblacion total y a la poblaci6n rural total 36
9 Tasa anual de crecimiento de la poblacion rural regional 36
10 Numero de UPAs y superficies seglin el tamano de las explotaciones 37
11 Origen de la propiedad en el medio rural 39
12 Uso deI suelo seglin el tamano de la propiedad 40
13 Ejemplos de mano de obra agricola seglin tipos de explotacion 47
14 Crédito para la agricultura seglin organismos 51
15 Créditos totales otorgados 56

B COMPONENTES DE LOS PAISAJES P

1 Especies medrables mas mencionadas por los trabajadores deI sector maderero 69
2 Exportaciones deI sector maderero 1986-90 71
3 Distribucion de las plantaciones forestales en 1981 y 1976 72
4 Rendimiento de plantaciones forestales 74
5 Localisacion y caracteristicas de los tipos de ganaderia bovina en Ecuador 83
6 Pastos: superficies de acuerdo con las zonas de humedad 87
7 Pastos: produccion anual de forrage y precipitaciones (Panicum maximum) 87
8 Pastos: rangos de produccion de materia seca (tlha) de tres gramineas 96
9 Pastos: algunos panimetros de la ganaderia lechera en la Sierra 99
10 Pastos: estimacion de la rentabilidad de la ganaderia lechera 101
11 Pastos: otras crias de carne 103
12 Arroz: porcentajes de las superficies sembradas con las diferentes variedades 114
13 Arroz: algunas caracteristicas de las dos principales variedades 114
14 Arroz: superfices sembradas y numero de arrozicultores 115
15 Arroz: porcentajes de campesinos seglin el método de sembrio 117
16 Arroz: produccion y rendimiento de zonas arroceras en 1991 118
17 Arroz: costos de producci6n en América Latina 119
18 Banano: caracteristicas de las plantaciones 125
19 Cacao: edades de las plantaciones 131
20 Café: productores por clases de producci6n para las principales variedades 138
21 Maiz: hibridos y variedades mas usadas en la zona calida 152
22 Maiz: superficies de maiz suave cosechadas en la Sierra 152
23 Maiz: superficies de maiz duro cosechadas en el piso calido 154
24 Maiz: superficies cosechadas y produccion 156
25 Maiz: rendimientos en paises deI pacto andino 156
26 Palma africana: produccion seglin region y tecnologia 161
27 Papa: caracteristicas de algunos cultivares ecuatorianos 163
28 Papa: superficies sembradas y produccion 165
29 Papa: tamarlo de las propriedades 165
30 Papa: tiempos de trabajo 168
31 Soya: caracteristicas de los principales cultivares 170
 Anexos; indice de cuadros xv
32 Soya: repartici6n de los agricultores y de las superficies 172
33 Trigo: superficies sembradas y producci6n por provincia 178
34 Trigo: evoluci6n de la producci6n nacional y deI rendimiento 181
35 Yuca: superficies sembradas y producci6n 185
36 Cultivos andinos: caracteristicas de algunos cultivos andinos secundarios 187
37 Flores: superfices cultivadas por especie 193
38 Flores: repartici6n de las exportaciones 197
39 Frutales de la Sierra 201

C PAISAJES y SISTEMAS DE CULTIVO p

1 Principales caracteristicas de las unidades 0 et V 215

2 Unidades de cultivo deI piso templado 247
3 Algunas caracteristicas de los paisajes de las tres grandes zonas de humedad 257
4 Las unidades cartogrâficas deI piso bajo y câlido 260
5 Las unidades de cultivos anuales deI piso bajo y câlido 265
6 Principales cultivos de las unidades T 270

•
XVI Paisajes Agrarios deI Ecuador

ÎNDICE DE FIGURAS

A CONDICIONES GENERALES p

1 Pisos altitudinales y zonas de humedad (mapa) 2-3

2 Zonas con neblinas 0 nubes y rangos de heliofania (mapa) 5
3 Precipitaciones anuales Guayaquil, Quito 6
4 Frecuencias observadas de numero de meses secos seguidos 7
5 Principales tipos de suelos (mapa) 9
6 Limitaciones edafo16gicas (mapa) 11
7 Zonas inundables (mapa) 15
8 Zonas inundadas en 1982-83 (mapa) 15
9 Superficies de las grandes unidades cartogrâficas segtin las zonas de humedad 16
10 Perimetros actualmente irrigables - sector publico (mapa) 18
11 Proyectos de nuevos perimetros irrigables - sector publico (mapa) 19
12 Resumen hist6rico de la agricultura en Ecuador 22
13 Ciclos econ6micos en la Costa 26
14 Infraestructura de comunicaci6n en la régi6n costera -1950-(mapa) 29
15 Evoluci6n de las poblaciones rurales y urbanas 32 .
16 Distribuci6n de la poblaci6n dispersa (mapa) 33
17 Saldos migratorios intra y interregionales 34
18 Numero y superficies de las UPA de acuerdo al tamaiio de la propiedad 38
19 Uso de la tierra segûn el tamaiio de la propiedad 41
20 Superficies entragadas por la Reforma Agraria y la Colonizaci6n 42
21 Reforma Agraria y Colonizaci6n por provincia (mapa) 43
22 Porcentaje deI crédito destinado a la agricultura segtin los organismos 50
23 Participaci6n de los diferentes organismos en el crédito para la agricultura 51
24 Evoluci6n deI crédito total, 1987-1998 55
25 Crédito para la agricultura; aportes de los organismos, 1987-1998 56
26 Porcentaje deI crédito total ototgado a la agricultura, 1987-1998 56
27 Destino deI crédito nacional por sectores, 1987-1998 57
28 Exportaciones anuales y porcentajes de los grandes grupos de productos 58
29 Destinaci6n de las exportaciones, 1984 y 1994 59
30 Variaciones de las exportaciones de algunos productos 59
31 Destinaci6n de algunos productos de exportaci6n 60
32 Los grandes grupos de unidades cartogrâficas (mapa) 63
33 Repartici6n de los grupos de unidades cartogrâficas en las regiones deI pais 64

B COMPONENTES DE LOS PAISAJES p

1 Numero de especies segu.n el numero de citaciones por trabajadores deI sector 69

2 Origen de las especies maderables 70
•
3 Evoluci6n de las exportaciones deI sector maderero 71
4 Repartici6n de las especies sembradas en 1976 y 1985 73
5 Crecimiento en altura de algunas especies andinas 74
6 Producci6n y exportaci6n de madera de balsa 78 •
7 Pastos: evoluci6n de indicadores deI sector ganadero 81
8 Pastos: destino de la producci6n de leche 82
9 Pastos: unidades cartogrâficas con pastizales (mapa) 84
10 Pastos: principales tipos de pastos (mapa) 85
11 Pastos: perfil de 10calizaci6n de los principales tipos de pastos 86
12 Pastos: relaci6n producci6n/pluviometria de Panicum maximum 87
 Anexos; indice de figuras XVII

13 Pastos: repartici6n de plantas forrageras de la zona calida seglin la humedad 92

14 Pastos: repartici6n de plantas forrageras de la zona serrana seglin la altitud 93
15 Pastos: contenido proteinico y disgestibilidad deI pasto saboya 96
16 Pastos: tipos de ganaderia y carga animal seglin el tamano de la propiedad 100
17 Origen de las plantas alimenticias de los mercados de Quito 106
18 Uso de las plantas alimenticias de los mercados de Quito 106
19 Abaca: mapa de 10calizaci6n de las unidades cartograficas 108
20 Algod6n: superficies sembradas en algod6n y producci6n 1971-1991 110
21 Algod6n: mapa de 10calizaci6n de las unidades cartograficas 111
22 Algod6n: distribuci6n de campesinos y de superficies sembradas 112
23 Arroz: mapa de 10calizaci6n de las unidades cartograficas 116
r
24 Arroz: distribuci6n de los campesinos y de las superficies sembradas 115
25 Banano: evoluci6n de las exportaciones anuales de banano 120
121
'. 26
27
Banano: mapa de 10calizaci6n de las unidades cartograficas
Banano: mapa seglin la importancia yel destino deI cultivo 123
28 Banano: repartici6n de las superficies sembradas seglin el tamano 124
29 Banano: repartici6n de las bananeras seglin tamano y grado de tecnificaci6n 124
30 Cacao: exportaciones de cacao desde 1850 y variaciones deI precio intemacional 128
31 Cacao: mapa de 10calizaci6n de las unidades cartograficas 130
32 Café: proporciones de las variedades sembradas 133
33 Café: mapa de 10calizaci6n de las unidades cartograficas 134
34 Café: porcentajes de las explotaciones seglin la superficie sembrada 135
35 Café: porcentajes de cultivos asociados seglin clases de tamano 135
36 Café: edades de las plantaciones 136
37 Cana de azucar: mapa de 10calizaci6n de las unidades cartograficas 140
38 Cauchu: mapa de 10calizaci6n de las unidades cartograficas 144
39 Cebada: mapa de 10calizaci6n de las unidades cartograficas 147
40 Cebada: calendario agricola 148
41 Maiz: mapa de 10calizaci6n de las unidades cartograficas 153
42 Maiz: calendario agrfcola deI maiz suave 154
43 Palma africana: mapa de 10calizaci6n de las unidades cartograficas 159
44 Palma africana: distribuci6n de las superficies y de los palmicultores 160
45 Papa: mapa de 10calizaci6n de las unidades cartograficas 164
46 Papa: calendario agrfcola 168
47 Soya: mapa de 10calizaci6n de las unidades cartograficas 171
48 Soya: repartici6n de los agricultores y de las superficies seglin el tamano 172
49 Té: mapa de 10calizaci6n de las unidades cartograficas 175
50 Trigo: evoluci6n de la producci6n y de las importaciones 177
51 Trigo: mapa de 10calizaci6n de las unidades cartograficas 179
52 Trigo: calendario agricola 180
53 Trigo: evoluci6n de los rendimientos 181
54 Yuca: mapa de 10calizaci6n de las unidades cartograficas 184
55 Melloco: calendario agricola 188
56 Flores: evoluci6n de las proporciones de especies exportadas 192
57 Flores: numero de plantaciones por provincia 193
58 Flores: numero de plantaciones afiliadas a EXPOFLORES 194
.. 59
60
Flores: evoluci6n de las superficies dedicadas a la floricultura
Flores: evoluci6n de las exportaciones de flores
194
197
61 Superficies de los cultivos predominantes 210

C PAISAJES y SISTEMAS DE CULTIVO p

1 Clasificaci6n de las unidades seglin altitud y humedad 216

2 Distribuci6n de las formaciones de vegetaci6n natural (mapa) 217
3 Distribuci6n de las areas protegidas (mapa) 223
4 Vegetaci6n y uso de la zona litoral (mapa) 236
XVIII Paisajes Agrarios deI Ecuador

5 Evoluci6n deI uso de la zona litoral 237

6 Dos lineas de cultivo en dos parcelas de la unidad C22 248
7 Distribuci6n esquematica de los sistemas en la Sierra 253
8 Los sistemas seg6.n el tamaiio de la explotaci6n y de su participaci6n en el mercado 255
9 Distribuci6n de las grandes zonas de humedad en el piso câlido (mapa) 258
10 Repartici6n de los grupos indigenas de las partes bajas y câlidas (mapa) 259
Il Clasificaci6n de las unidades cartogrâficas D 261
12 Ordenaci6n de las unidades cartograficas de la zona de humedad A 279
13 Ordenaci6n de las unidades cartograficas de la zona de humedad B 280
14 Ordenaci6n de las unidades cartogrâficas de la zona de humedad C 281

tI

. ,
 Anexos; indice de autores XIX

INDICE DE AUTORES

A CONDICIONES GENERALES
1 Factores climaticos Huttel
II Factores morfo-edafoI6gicos Zebrowski
III Control deI agua
1 Inundaciones Zebrowski
2 Riego Huttel, Le Goulven
• IV Panorama hist6rico Gondard, Gasselin
y Poblaci6n........... Gondard, Zebrowski
VI Tenencia........................ Gondard, Zebrowski
VII Mano de obra agricola Huttel
VIIIAcceso al crédito Huttel, Gondard, Bourliaud
IX Exportaciones......... Gondard, Huttel
X Los tipos mayores de uso Huttel

B COMPONENTES DEL PAISAJE

1 El bosque, los arboles y la recolecci6n.......................................................................... Huttel
II Pastos y ganaderia bovina............................................................... Huttel
III Cultivos principales
1 Cultivos indigenas y especies introducidas............ Huttel
2 Abaca.................................................................................................................... Zebrowski
3 Algod6n.................................................................... Zebrowski, Huttel
4 Arroz..................................................................................................................... Zebrowski
5 Banano.......................................... Huttel, Zebrowski
6 Cacao............................................................................................. Huttel, Zebrowski
7 Café................................................................................................ Zebrowski, Huttel
8 Cafta de azuca.......................................... Zebrowski, Huttel
9 Cauchu....................................................... Huttel
10 Cebada..................................................................................................................... Gondard
Il Maiz Zebrowski, Gondard
12 Palma africana Huttel
13 Papa..... Gondard
14 Soya Zebrowski
15 Té.......................................................................................................................... Zebrowski
16 Trigo Gondard
17 yuca Zebrowski
IV Cultivos secundarios
1 Cultivos andinos.. Huttel
2 Hortalizas, sobretodo de la zona templada....................................... Huttel
3 Flores................... Gasselin, Struve

. . 4 Frutales de la zona fria.............................................................................................. Huttel

5 Frutales de la zona calida.......................................................................................... Huttel
6 Otros cultivos secundarios.......... Huttel
V Superfices de los cultivos principales........................................................................... Huttel

CLOS PAISAJES y LOS SISTEMAS DE PRODUCCI6N

1 Paisajes poco 0 no antropizados Huttel
II Paisajes antropizados de los pisos serranos.......... Gondard, Zebrowski,
III Paisajes antropizados deI piso calido........................................................ Huttel, Zebrowski

CONCLUSI6N GENERAL Gondard, Huttel

Los cuadros y las ilustraciones -graficos y mapas- fueron realizados por Huttel
 GEOGRAFlA BAsICA DEL ECUADOR

TomoI Geografia Histôrica

TomoI! Geografia de la Poblaci6n
Vol. 1: Transici6n Demografica en el Ecuador
Vol. 2: Geografia de la Salud en el Ecuador
Tomo III Geografia Urbana
TomoIV Geografia Fisica
Vol. 1: Las Condiciones Generales deI Medio Natural (en prensa)
Vol. 2: Las Regiones y Paisajes' deI Ecuador
TomoV Geografia Agraria .
. Vol. 1: Transformaciones Agrarias en el Ecuador
Vol. 2: Paisajes Agrarios deI Ecuador (este volumen)

....".J

Paisajes Agrarios deI Ecuador

Charles Huttel
Claude Zebrowski
Pierre Gondard

con la colaboraci6n de:

Jean Bourliaud
Pierre Gasselin
Patrick Le Goulven
Andrés Struve

La GEOGRAFIA BAsrCA DEL ECUADOR es un proyecto de amplios horizontes y de especial actua-

lidad. Teniendo coma eje de reflexi6n la cuesti6n deI espacio, pretende abordar los mas variados aspectos
de la realidad ecuatoriana.

J
Sintética y vasta a la vez, es una obra que estâ Hamada a satisfacer una necesidad de conocimiento y de
acci6n para todo ecuatoriano. Su objetivo no es otro que estudiar explicitamente todo 10 que en el pais es
testimonio de una relaci6n elemental: la deI hombre y su entomo fisico y social.
:1 Con el presente volumen, segundo deI tomo dedicado a la GEOGRAFIA AGRARIA, se concluye la publi-

1\. caci6n de este ambicioso proyecto.

PAISAJES AGRARIOS DEL ECUADOR presenta los componentes y la articu1aci6n de los paisajes
agrarios. Analiza las condiciones naturales, sociales, econ6micas e hist6ricas de la agricultura y ganderia;
\i incluye nutridas fichas de cultivo para los principales productos; esboza la organizaci6n de los sistemas de
producci6n agropecuaria.
. 1,
~ Dos caracteres peculiares hacen de esta investigaci6n una obra bastante original: -liga siempre las
, condiciones naturales y la inserci6n social y econ6mica de los productores, -se fundamenta en una amplia
. 1
• experiencia de la realidad nacional, adquirida par los autores a 10 largo de muchos aiios de trabajo en el
\ campo y de su recorrido por todas las parroquias rurales deI pais.
!