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CLASES DE PENA EN EL CODIGO PENAL

1. CONSIDERACIONES GENERALES
La pena en sentido naturalistico es un mal que priva o restringe al penado, de
Sus bienes jurídicos. En tanto, que la pena en sentido material es aquel mal que se
Impone a la persona del culpable, luego de haber sido sometido a un proceso penal
Con todas las garantías, en el cual se enerva el principio de presunción de inocencia
y en cuyo fallo jurisdiccional final se le impone una pena q e significa la privación o
Restricción de un bien jurídico de alta significancia social. Para CUELLO CALON la pena
es una privación o restricción de bienes jurídicos establecida por la ley e impuesta
por el Órgano jurisdiccional competente al que ha cometido una infracción penal. La
pena como consecuencia jurídica del delito no siempre ha significado una respuesta
racional a la conflictividad social producida por el delito, en el Ancien Regime y en
los Estados totalitarios, la pena no desplegaba significado alguno para la persona
del penado, únicamente era un castigo que servía de expiación y de tormento en una
lucha mendaz contra la criminalidad, donde la pena se ejecutaba corporalmente,
cometiendo las más graves atrocidades de la humanidad, siendo el infractor concebido como un
objeto ante la vindicta de un Estado orientado a sus fines políticos y
de utilización al penado como un simbolismo que transmitía respeto de los súbditos
hacia los gobernantes.

El sistema de punición adoptado por el Código Penal de 1991 supone una innovación y notable
progreso en relación al sistema de penas establecido en el Código
de Maurtua, un progreso que obedece a la evolución de las ideologías penales que tuvieron un
hito en los pensadores del Iluminismo y la Ilustración, elevándose a la persona humana al mas alto
escalafón categorial; a partir de BECCARIA (“De los delitos y las penas") se abolieron la pena
capital y el tormento en las legislaciones europeas. El estallido de la Revolución Francesa supuso
un rechazo y protesta ante las flagelaciones humanas acontecidas en el antiguo régimen, de esta
forma la tendencia hacia la humanización de las penas era una tendencia insoslayable. Para
MELOSSI y PAVARINI la evolución de las penas tiene su origen en los cambios de las estructuras
económicas, la mutación de las estructuras económicas producen cambios en las estructuras
sociales que originan a su vez nuevas políticas criminales conducentes a reorientar el gasto del
Estado, una alta población carcelaria implica mayor gasto estatal, un Estado agobiado por la crisis
debe siempre economizar sus gastos en el marco de una política de austeridad. En este sentido se
orienta la Exposición de Motivos. al momento de justificar la adopción de nuevas medidas
sancionatorias menos gravosas y económicas que la pena privativa de libertad: “Por otro lado, los
elevados gastos que demandan Ia construcción y sostenimiento de un centro penitenciario,
obligan a imaginar nuevas formas de sanciones para los infractores que no amenacen
significafivamente la paz social y la seguridad colectivas”. Entonces el
replanteamiento del sistema de punición, no sólo se ubica en un contexto ideológico
y programático de las ciencias penales, sino también el iceberg se forma por las
necesidades sociales que deben campear Estados deprimidos económicamente como
el nuestro, en una coyuntura permanente de convulsión social, donde los sectores
sociales y laborales demandan diariamente mejoras salariales y mayores puestos de
empleo, en un país carente de oferta laboral y sumido en una alta crisis política, el
sistema penitenciario no será en la agenda un problema principal al cual hay que
afrontar. Los reformadores de 1991, fueron conscientes de tal situación, aunado al
hecho de la potencialidad de la prisión como factor criminógeno. de sustituir la pena
privativa de libertad en los delitos menos graves (de bagatela) por otras sanciones
que no suponen privación de libertad, por lo tanto. menos disocializadoras y menos
gravosas para las áreas del Estado.

De las innovaciones que aporta el Código Penal de 1991. se coligen medidas


sustitutivas a la pena privativa de libertad. La Exposición de Motivos testimonia que
la pena privativa de libertad mantiene su actualidad como respuesta para las deli-
tos que son incuestionablemente graves. De esta premisa agrega la exposición de
motivos se desprende la urgencia de buscar otras medidas sancionadoras para ser
aplicadas a los delincuentes de poca peligrosidad, o que han cometido hechos delictuosos que no
revisten mayor gravedad. De aquello se maniflesta la reforma emprendida, de racionalizar la
respuesta punitiva estatal y morigerar el régimen san cionatorio, haciendo una distinción de la
gravedad del injusto y del contenido de
reproche jurídico. La reforma ha dado nacimiento a la prestación de servicios a la
comunidad; limitación de días libres e inhabilitación, como la pena de multa (bajo
un nuevo prisma); conversiones de la pena privativa de libertad; suspensión de la
ejecución de la pena, que permite la suspensión si la condena privativa de libertad
sea no mayor de cuatro años; reserva del fallo condenatorio y exención de pena,
estos últimos destinados a evitar la imposición de penas cortas de prisión. Urgía
una necesidad de buscar nuevos mecanismos sancionadores alternativos a la pena
privativa de libertad, pues su descrédito como mecanismo resocializador había quedado al
descubierto ya hace varias décadas atrás, desde el Segundo congreso de Criminología en Paris
donde se proclamo a la prisión como “factor criminógeno”,
una estancia en prisión que provoca efectos perniciosos ante las calidades inhumanas sobre las
cuales se desarrolla la Vida en los muros del encierro penitenciario. La tendencia en la legislación
comparada es una política criminal tendencialmente orientada a la despenalización, a utilizar a la
pena como ultima ratio, acudiéndose en primer termino a otras sanciones de menos contenido
aflictivo. Como brillantemente expone el maestro PEÑA CABRERA, el ideal de humanización delos
sistemas penales enarbolado por el gran movimiento internacional de reforma del Derecho penal,
sobre todo, más intensa a partir de la mitad del presente siglo (hace alusión al
pasado), ha motivado que no se comprenda positivamente; en un inicio; la pena de
muerte en el Código Penal, ahora, de lamentable inclusión la reforma significa
reservar la pena privativa de libertad para los injustos más graves y la procura de
imposición de mecanismos menos disociaiizadores para los injustos que provocan
menor alarma social. El alejamiento a una tendencia paliativo-represiva por la adopción de una
política criminal preventiva, más orientada a la evitación de delitos que
a una represión indiscriminada, de seleccionar aquellas conductas que no ameritan
ser alcanzados por una pena. La reforma penal de 1991 fue producto de una corriente liberal
despenalizadora que se inició en 1984 y que concluyó con la sanción del Código Penal de1991, que
tuvo como señala PRADO SALDARRIACA una clara vocación despenalizadora que fue la que guió al
legislador nacional.
El sistema de punición se regula en el Código Penal de 1991 dentro del Libro Primero de la Parte
General bajo la denominación “De las penas" (arts. 28°-70°), título que a su vez, se divide en Siete
capítulos: el Capítulo I, dividido en cuatro secciones, clasifica a las penas (Art; 28°) en: -Privativa de
libertad; restrictivas de libertad, limitativas de derechos y multa. En la sección I “Pena privativa de
libertad” (art. 29°); Sección II"“Penas restrictivas de libertad" (art. 30°), Sección III "Penas
limitativas de derecho” (arts. 31'°-40°),-Secesión IV “Pena de multa”. El Capitulo II
bajo la denominación “Aplicación de la pena” (arts. 45°-51°), el Capitulo III denominado “De las
conversiones”; dividido en tres secciones: Sección I “Conversiones de la
pena privativa de libertad" (arts. 52°- 54°), Sección II “Conversión de la pena de
prestación de servicios a la comunidad y limitativas de días libres” (art. 55°); Sección III
“Conversión de la pena de multa” (art. 56°), el Capítulo IV rotulado “Suspensión de la ejecución de
la "pena" (arts. 57°-61°), el Capítulo V denominado “Reserva del fallo condenatorio” (arts. 62°-
67°), el Capítulo VI que se denomina “Exención de pena” (art. 68°) y finalmente el Capítulo VII
rotulado “Rehabilitación” (arts. 69°-70°}. Asimismo, nuestro sistema de punición regido por el
Sistema Vicarial, también comprende a las Medidas de Seguridad como sanciones que se imponen
únicamente a los agentes inimputables y a los semiinimputables, disposiciones contenidas en el
Título IV “De las Medidas de "Seguridad” comprendidas en los artículos 71° bis 77°
del Código Penal. En concordancia con estas disposiciones habrá que remitirse al
artículo IX del Título Preliminar de este cuerpo codificativo, como el principio rector
que funcionaliza teleológicamente todo el sistema de punición: “La pena tiene por
función protectiva, preventiva y resocializadora. Las medidas de seguridad persiguen fines de
curación; tutela y rehabilitacion”, son estos ultimos fundamentos que justician y legitiman la
imposición de la pena y medida de seguridad, Como presupuestos dogmáticos y filosóficos. .

Las penas restrictivas de libertad (art.30°); son las siguientes a) la expatriación tratándose de
nacionales; y, b) la expulsión, tratándose de condenados extranjeros. Penas que son criticadas por
PEÑA CABRERA, al considerarse que violan elprecepto constitucional (artículo 2°, inciso l l) no
permite que la persona sea separada de su lugar de residencia y no es conveniente afirmar que el
texto constitucional lo permite Sin duda, ambas medidas sancionatorias suponen la imposición de
un doble castigo sobre la persona del culpable, vulnerándose las más importantes
garantías de un derecho penal liberal, que debe poner límites a la pretensión punitiva del Estado,
en este caso, se violenta el principio del non bis in idem, pues ambas penas restrictivas de libertad
se aplicarán después de cumplida la pena privativa de libertad. Con aquello el Estado ejercita
doblemente el ius imperium sobre el individuo, una doble criminalización que vulnera los
principios del Derecho intenacional y un sistema de punición asentado sobre la estructura de un
Derecho Penal del acto.

Bajo la humanización de las penas -dice LÓPEZ BARJA DE QUIROGA- se encuentra


un desplazamiento del punto de mira del ejercicio del poder, la pena ya no concebida como el
despliegue de una fuerza fisica destinada a quebrantar la voluntariedad
del penado, sino un castigo revestido de legalidad que encubre una finalidad manipuladora del
Estado, de someter al penado a una determinada ideología con el fin de
encuadrarlo en los fines del régimen político tal como lo hemos reseñado en las
doctrinas de la prevención general y de la prevención especial. ASÍ ya no son necesarias las viejas
penas intimidatorias por lo crueles, que deben ser sustituidas por
todo un sistema más sutil, económico y efectivo Por lo tanto, a la necesidad de
humanización de las penas, no sólo recoge una demanda ideológica y de carácter
dogmática. sino también la pretensión de un Estado de mantener a sus asociados
conforme a determinados baremos conductuales, de ahí tenemos los disidentes políticos, aquellos
que son recluidos por no someterse a las exigencias de gobiernos dictatoriales, donde la pena es la
forma más eficaz para apartados del escenario político para garantizar la estabilidad del régimen;
sea como fuere, la humanización de las penas es una realidad inevitable aunque el auge de la
criminalidad cotidiana
y el andamiaje de fenomenologías criminales -de raíces tan complejas- como el terrorismo
provocan voces sociales que demandan respuestas punitivas más severas.
de lo cual se colige una respuesta política únicamente dirigida a fines cortoplacistas: la pena de
cadena perpetua.

2. NOTAS IDENTIFICATIVAS PARA LA APLICACIÓN DE UNA PENA

Para que una pena pueda ser legítimamente aplicada en el marco del Estado de
Derecho, deben confluir conjuntivamente los siguientes presupuestos:

2.1 Principio de Legalidad


Es al penalista aleman FEUERBACH que se le debe este principio garantizador que
irradió todas las codificaciones punitivas modernas desde el siglo XIX, quien señalaba que el juez
sólo puede imponer las penas legalmente reconocidas, no teniendo
la potestad de buscar nuevos males penales. Incluso en las penas arbitrarias, únicamente puede
elegir entre las que la legislación conmina o las que están establecidas en la costumbres, el
famoso nullum poena Sine lege previae, como una simbolización de un crisol de garantías que
irradia todo el sistema penal y que protege al ciudadano frente a pretensiones arbitrarias y
desproporcionadas de las agencias criminalizadoras. En tal sentido consagra el principio de
legalidad la Constitución
politica del Estado “Nadie será procesado ni condenado por acto u omisión que al
tiempo de cometerse no esté previamente calificado en la ley, de manera expresa e
inequívoca, como infracción punible, ni sancionado con pena no prevista en la ley”,
a consonancia con el articulo II del Título Preliminar del Código Penal “Nadie será
sancionado por un acto no previsto como delito o falta por la ley vigente al momento
de su comisión, ni sometido a pena o medida de seguridad que no se encuentren
establecidas en ella”. En el ámbito de la legalidad únicamente se puede imponer
pena de la forma prevista por la ley al momento de la comisión del injusto, es
deciir, sólo la sanción en su contenido tal como conocía el agente al momento de suinfracción
normativa, sus márgenes conminatorios no pueden ser rebasados al momento de su imposición
judicial.

“Pero con ello no basta; la pena legal requiere que sea impuesta tras el correspondiente juicio, en
el que se hayan preservado todas las garantías; además, el principio de legalidad también abarca
la forma de ejecutar la pena, pues ésta ha de realizarse de acuerdo con lo legalmente establecido,
las penas se encuentran conminadas en abstracto, es decir, se dirigen de forma imperativa a los
ciudadanos a fin de que adecuen su dirigibilidad conductual conforme a Derecho, pero, para que
esta se imponga a la persona del culpable, necesitan ser instrumentalizadas en un
proceso penal rodeado con todas las garantías para los justiciables. El Debido Proceso (Due
Process) significa priorizar las libertades civiles con el fin de asegurar la
absolución del inocente, únicamente el proceso penal regido por el principio acusatorio puede
encuadrarse bajo las aristas del Debido Proceso, donde las partes confrontadas : imputado y
agente fiscal se sitúan en un plano de igualdad y donde, sólo el juez competente (juez natural) es
el legitimado para imponer una pena, una pena que para poder efectivizarse en los bienes
jurídicos del imputado, necesita adquirir calidad de “sentencia firme consentida y/o ejecutoriada
(nemo damnetur nisi per legale iudicium) como señala GÓMEZ ORBANEJA para que pueda
imponerse una pena, no sólo es necesario que haya infracción (delito o falta), sino también es
necesario que haya proceso, es una garantía que se deriva del principio de jurisdiccionalidad . La
pena no es sólo un efecto (jurídico) del delito, sino a la vez es un efecto
del proceso. Al respecto el artículo V del Título Preliminar del Código Penal consagra
el principio del “Debido Proceso” al señalar “Sólo el juez competente puede imponer
penas o medidas de seguridad, y no puede hacerlo sino en la forma establecida en la
ley”. Y una vez impuesta, sólo podrá ejecutarse en la forma prescrita por la ley y
reglamentos que la regulen, es decir, de conformidad a la legalidad imperante, tal
como lo prescribe el artículo VI del título Preliminar del Código Penal “No puede
ejecutarse pena alguna en otra forma que la presenta por la ley y reglamentos que la
desarrollen. En todo caso, la ejecución de la pena será intervenida judicialmente”.
Este principio garantiza que la pena sea ejecutada dentro del marco legal que la
Constitución de 1993 ha graficado en el artículo 2, inc. 24, literal h, a fin de que el
condenado no sea “sometido a torturas o tratos inhumanos o humillantes”, en tal
sentido las penas deben ejecutarse de acuerdo a los parámetros garantizadores de
la Constitución y del Código de Ejecución Penal.

El constitucionalismo social que impregna toda nuestra normatividad, impide


que el imputado sea mellado en suhonor y vejado -tanto moral como fisicamente la
búsqueda de la verdad en el proceso penal no implica que ésta se pueda llegar
mediante cualquier método, la prohibición de la tortura y del suplicio significó el
destierro de prácticas inquisitivas que expresaban un oscurantismo punitivo plagado de
infortunios y de sacrosantos males al condenado. Un Estado Social y Democrático de Derecho.
implica límites y garantías, y esta banderola se encuentra flameada por los derechos
fundamentales de la persona humana.

Parte 2
2.2 Principio de Culpabilidad

La imposición de una pena necesita de un sujeto culpable (nulla poena Sine


culpa), es decir, debe acreditarse la concurrencia de dolo o culpa en la sique del
agente al momento de la comisión del hecho punible, como garantía del principio de
culpabilidad. En ese sentido se proclama el principio de culpabilidad en el artículo
VII del título Preliminar del Código Penal “La pena requiere de la responsabilidad
penal del autor. Queda proscrita toda forma de responsabilidad objetiva", de esta
forma el dolo y la imprudencia como elementos subjetivos del injusto, garantizan el
nexo subjetivo del autor con la antijuridicidad (tanto del desvalor de la acción como
el desvalor del resultado), prohibiéndose la estructuración normativa de los delitos
preterintencionales -lamentablemente sancionados en varios tipos penales de la Parte
Especial-, pues cuando sobreviene un resultado no previsto en la esfera cognoscitiva del agente, lo
adecuado es resolverlo mediante un concurso ideal de delitos: -dolo
en la acción inicialmente desarrollada por el agente y culpa por el resultado lesivo
producido-; asimismo, descartándose la punición de resultados fortuitos -aquellos
que son producto de la casualidad, del destino u obra de la naturaleza- como consecuencia de una
imputación subjetiva de alcance restrictiva. Consecuentemente, en los casos en que se acredite
ausencia de tipicidad subjetiva, no podrá imponerse una pena.

A este principio no se le puede confundir con el principio de responsabilidad


Penal, que presupone un agente que según sus capacidades psico-fisicas y sociales.
estaba en posibilidad de motivabilidad normativa según su conocimiento del injusto
(imputable), pues ante sujetos que manifiesten déficits en dicha estructura (inimputable), la
sanción adecuada no será una pena sino una medida de seguridad. A este nivel se le denomina
imputación individual, pues el juicio valorativo se sujeta a las capacidades y conocimientos del
autor al momento de la comisión del delito
(actio libera in causa).

2.3 Privación o Restricción de Bienes Jurídicos

Toda pena implica per se la privación o restricción de un bien jurídico, este es


un dato derivado de la homogeneidad de la naturaleza retributiva de la pena. Sea o
no una función preventiva la asignada a la pena en el derecho positivo, ésta siempre
va a significar para la persona del culpable un mal que significa una pérdida de su
porción de su libertad al haber vulnerado una norma jurídico-penal en un ambiente
también de libertad, es un mal que ha de empeorar la situación personal del sujeto
que la recibe”. En nuestra clasificación categorial de penas, aparte de la pena privativa de libertad
se incluyen otras penas que significan el recorte o limitación de otros
derechos distintos a la libertad personal, como la prestación de servicios a la comunidad, la
limitación de días libres, la inhabilitación y la pena de multa; estas suponen una afectación o
restricción, ora a una libertad personal en sentido lato, ora al
patrimonio personal, ora al derecho al trabajo, etc. Por lo tanto, el Código Penal de
1991, creyó conveniente incluir otras penas aparte de la pena privativa de libertad,
que también significan un coste gravoso para la persona del infractor, orientadas
funcionalmente a la prevención especial.

3. CLASES DE PENAS

Las penas no siempre han sido orientadas hacia un fin preventivo o dícese


funcionalmente dirigidas a fines ajenos a la realización de la justicia, pues en los
regímenes absolutistas y del antiguo régimen, las penas únicamente significaban la
expresión de un poder político sin límites, ante un monarca o rey que ejercía todos
los poderes públicos de forma omnímoda e inconmensurable. La pena entonces, era
destinada a producir sufrimiento y dolor a la persona del culpable y de servir de
simbolización ejemplificativa hacia los demás miembros de la sociedad, por lo tanto
más que una pena era realmente un castigo sin límites, un mal que agazapaba un
interés tiránico de imponerse coactivamente sobre los súbditos sin dar razones para
ello -como puro poder político-, se ejecutaban castigos sumamente severos, en puridad de Ia
verdad penas estrictamente corporales, como el garrote, la tortura, el ahorcamiento, la
flagelación, etc. En tal sentido, una clasificación de penas sólo puede comprender aquellas que
respetan la dignidad humana y que se condicen con la necesidad de desplegar efectos hacia
futuro, la intención de evitar la comisión de delitos tomando como base las capacidades
rehabilitadoras del sujeto.

CARRARA, clasificaba las penas en razón al coste gravoso que aquellas suponían
en los bienes jurídicos del condenado, es decir, al grado de afectación o de perjudicialidad en su
persona -tanto fisica como moral-, clasificación que sirve únicamente como precedente histórico,
mas no como recogimiento de un sistema de sanciones bajo el marco del Estado Social y
Democrático de Derecho, que supone el destierro de penas que signifiquen un mal irreparable y
que atenten contra la dignidad humana y el respeto a su ontologismo. CARRARA distinguía cuatro
clases de penas:
a) Penas capitales, que son las que privan de la vida al delincuente,
b) Penas aflictivas, que son las que hacen sufrir fisicamente al culpable, sin llegar a quitarle
la vida, en este rubro se comprenden las penas corporales.
c) Penas infamantes, que son las que lesionan al delincuente en el patrimonio de honor, vendrían
a ser aquellas de naturaleza moral e humillantes, como la amonestación; y,
d) Penas pecuniarias, que es cualquier disminución de nuestras riquezas, sancionada por Ley,
como castigo de un delito.

M. Cono DEL ROSAL y T.S. VIVES ANTÓN, señalan que las penas pueden clasificarse
en base a muy distintos criterios. Así, puede atenderse a su gravedad, dividiéndolas
en graves, menos graves (en el caso de que se adopte una división tripartita de las
infracciones) y leves y a su posición funcional según la cual puede hablarse de
penas principales (que se aplican directamente en razón del delito) y accesorias (que
se aplican al delito en razón de haberse impuesto otra principal, que las conlleva),
esta clasificación puede encuadrarse en parte, en un sistema de punición que se
sujete a los postulados de un Estado Social de Derecho. Una comprensión clasificatoria según su
gravedad adoptaba el Código Penal de 1924. que en su Título IV,
artículo 10 establecía que “Las únicas penas y medidas de seguridad que puede
imponerse son las de muerte, internamiento, penitenciaria, relegación, prisión, expatriación,
multa e inhabilitación”. Desde una perspectiva político-criminal podrían
clasificarse a las penas en humanas e inhumanas, en las primeras el penado es
sometido a una sanción bajo la premisa de posibilitarse su enmienda o rehabilitación, Y de esperar
mediante el tratamiento penitenciario individualizador reinsertar
al penado no bajo una manipulación ideológica, sino de dotarle de mecanismos
viabilizadores de poder reafirmarse en los valores comunitarios de una sociedad
democrática; asimismo, supone rebajar la pena a los límites legales de la pena justa
en razón de consideraciones preventivas e incluso prescindirla. Mientras, que en las
penas inhumanas comprendemos a la pena capital (de muerte) y la segregación
perpetua, su legalidad únicamente encaminada a imponer la fuerza coactiva de las
normas, de someter al penado a un castigo irreversible en aras de afirmar una
política criminal funcionalmente dirigida a la política de la Seguridad Nacional y de
utilizar la ejemplificación del castigo, como puro efecto cognitivo, de amedrentamiento hacia el
colectivo social, donde el condenado es sólo un objeto de los fines
políticos del Estado, rebajado en su dignidad y desconociéndolo como un sujeto de
derechos, como un ser de segundo nivel -política criminal irreconducible en el Estado Social y
Democrático de Derecho.
4. CLASIFICACIÓN DE LAS PENAS EN EL CÓDIGO PENAL DE 1991

Las penas en nuestro corpus punitivo, pueden clasificarse: 1. Según su posición funcional; 2. Según
su incidencia aplicativa; y, 3. Según el bien jurídico que afectan o de contenido material.

4.1 Según su Posición Funcional


a. penas principales.- son aquellas que se aplican o imponen directamente por la realización del
hecho punible, estas gozan de una atomía impositiva de lege lata, la pena privativa de libertad, las
penas limitativas de derecho previstas en el articulo 31° son susceptibles de aplicación
autonómicamente cuando están específicamente señaladas para cada delito
(Art. 32°)”.

b. Penas Accesorias.- Las penas accesorias son aquellas que acompañan impositivamente a las
penas principales, se aplican bajo un régimen de simultaneidad, ante aquello cabe el axioma “lo
accesorio sigue la suerte de lo principal", es decir, su aplicación se encuentra subordinada a la
aplicabilidad de la sanción principal. Tanto la expatriación como la expulsión (art. 30°), se aplican
luego de cumplida la pena privativa de libertad, asimismo la pena de inhabilitación puede ser
impuesta como principal o accesoria (art. 37°).

4.2 Según su Incidencia Aplicativa


a. penas acumulativas.- son aquellas penas que se imponen conjuntivamente, es decir, en
simultáneo. En la Parte Especial del Código Penal, algunos tipos penales establecen la posibilidad
de aplicar -tanto una pena privativa de libertad como una limitativa de derechos (inhabilitación)-:
arts. 117, I2l-A, 122-A, 141,142, 153, ISS-A, 167, 174, ete; de privación de libertad y días-multa:
Arts. 132,150, 165.

b. Penas Alternativas.» Las penas alternativas son sometidas a la potestad


discrecional del juzgador, quien tiene la facultad de decidirse por una o por otra
según su criterio de conciencia determinativo. V.gr., las penas privativas de libertad
o las penas limitativas de derecho (prestación de servicios comunitarios o limitación
de días libres), como los arts. 130. 143, 149, 175, etc.

c. Penas Sustitutivas.- Son aquellas penas que pueden ser sustituidas unas
por otras, sobre todo aquellas que suponen una menor dosis de afectación a los
bienes jurídicos del condenado. El Código Penal en sus arts. 32-33, prevé la posibilidad cie aplicar
como penas sustitutivas a la pena privativa de libertad, las penas de
prestación de servicios a la comunidad y limitativa de días libres.

4.3 Por el Bien Jurídico Afectado

Las penas en este rubro son clasificadas según la naturaleza jurídica del interés
jurídico afectado por la sanción punitiva, y son:

a) Penas Privativas de Libertad.- Son aquellas que suponen la privación del


bien Jurídico “libertad personal" del afectado con la medida sancionatoria, consistentes en el
internamiento efectivo del condenado en un establecimiento penitenciario Según el artículo 29°
del Código Penal la pena privativa de libertad puede ser temporal o de cadena perpetua. En el
primer caso tendrá una duración mínima de dos días y una máxima de treinta y cinco años, este
dispositivo legal fue modificado por el Decreto Legislativo N° 895 del 23/05/1998 (Ley de
terrorismo agravado), luego declarada “inconstitucional” por el Tribunal Constitucional (Expo N°
005-2001-AI/TC). La inclusión de la pena de cadena perpetúa en nuestro sistema punitivo
codificador implica a su vez una subdivisión, en consideración a su duración:

1) Perpetuas.- Son aquellas penas indeterminadas, que no tienen fijación temporal en su etapa de
culminación, ejemplo palmario en nuestro derecho positivo es la pena de cadena perpetua“.

2) Temporales.- Es la pena privativa de libertad que viene fijada y limitada por


unos contornos temporales legalmente definidos.

b. Restrictivas de Libertad: Son las que disminuyen apenas el ejercicio de un


derecho personal, limitando cualquiera de sus manifestaciones: se sufre en libertad, residiendo el
penado en un lugar determinado o fuera de un ámbito territorial dado. V. gr. la expatriación y
expulsión (art. 30, I y 2 del Código Penal).
c. Privación de Derechos.- Algunas penas suponen la limitación o suspensión
de determinada actividad funcionarial -que fue objeto de prevalimiento para la comisión del
hecho punible-, limitan al delincuente del goce de ciertos derechos civiles y políticos o del ejercicio
de un arte o profesión“. la inhabilitación del cargo público
en el caso de los delitos contra la administración pública (infracción de deber), la
suspensión del ejercicio de la patria potestad según el literal b] del artículo 83° del
Código de los Niños y Adolescentes, la suspensión de la licencia de conducir (Código
Nacional de Tránsito), así como otra clase de medidas que afectan derechos y ejercicios
reconocidos constitucionalmente.

d. Penas Pecuniarias.- Son todas aquellas sanciones de contenido dinerario


que implica una afectación al patrimonio del condenado y se hace efectiva a través
del pago de una determinada suma dineraria que se le obliga a sufragar al penado
(Art. 41° - pena de multa}.

parte de sol:

. a que pueden preverse ara los del't d


la Parte Espectal del Código Penal y, por aplicación suplïtoria (mui-3:);

nal), para los delitos tipificados en las


a su imposición. estas clases de penas

rmas en cada tipo penal. En primer lugar.


pueden presentarse como una pena única, es decir, como la única pena

de determinada naturaleza que puede imponerse al delitolm”. Pero tam-


bién el tipo penal puede contemplar varias penas para el delito. pudiendo
imponerse éstas de forma cumulativa (pena compuesta) o alternativa‘”‘.
Por otra parte, el delito puede admitir la imposición de dos penas. pero no
como penas cumulativas, sino una como principal y la otra como accesoria.
En nuestro Código Penal se contempla la pena de inhabilitación como pena
accesoria si el delito cometido constituye abuso de autoridad, de cargo, de
profesión, oficio, poder o violación de un deber inherente a la función pú-
blica, comercio, industria, patria potestad, tutela. curatela o actmdad regu-

lada por ley (artículo 39). Hay que precisar que lapena accesoria
que el juez la imponga expresamente en la sentencna condenatoria .

Las clases de penas previstas en el articulo 28 del CP son las sige!)-


tes: Pena privativa de libertad, penas restrictivas de liberlt‘ad, psi?
tivas de derechos y pena de multa. Con este articulo, se ace p

de la determinación de la pena (¡I


¡”"l Es cierto que en la doctrina se incluye una tercera fase de ¿“món de h W

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determinación administrativa). constituida paz“. Bm mm “Mi

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Anima. en Estudios críticos.


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didaque se establecenlas diversasclasesdepenas que el legado,“
prever para castigar los delitos de la Parte Especial. Se trata, porfin".
de una norma que asume un sistema de 'numerus clausus de las dm ¿e
pena, de manera que no podrá castigarse con una clase de pena ¿Minha
las previstas en el articulo 28 del CP. Así, pues. este dispositivo pena] no
constituye una norma superficial de carácter puramente declarativomino,
más bien, una expresión del mandato de certeza derivado del prima!”o

de legalidad.

a. La pena privativa de libertad

La pena privativa de libertad consiste en la limitación coactiva de la


libertad de movimiento mediante el internamiento en un establecinúm-
to penitenciario"‘°°’. Como lo reconoce expresamente la exposición de t
motivos del actual Código Penal, la pena privativa de libertad se ha uni. l
ficado"‘°", no diferenciándose diversas formas de privación de la libertad,
como sí lo hizo, por ejemplo, el Código Penal de 1924, en el que se
guían el internamiento, la penitenciaria, la relegación y la prisiónm‘m. La
diferencia se encuentra solamente en la ejecución de la pena privativade
libertad, en donde se prevén tres regímenes distintos: El régimen cerrado,
el régimen semiabierto y el régimen abierto (artículo 97 del Código de Se.
cución Penal). En el actual Código Penal se diferencian solamente entre
penas temporales y cadena perpetuamml.
del mah“
didaque se establecenlas diversasclasesdepenas que el legado,“
prever para castigar los delitos de la Parte Especial. Se trata, porfin".
de una norma que asume un sistema de 'numerus clausus de las dm ¿e
pena, de manera que no podrá castigarse con una clase de pena ¿Minha
las previstas en el articulo 28 del CP. Así, pues. este dispositivo pena] no
constituye una norma superficial de carácter puramente declarativomino,
más bien, una expresión del mandato de certeza derivado del prima!”o

de legalidad.

a. La pena privativa de libertad

La pena privativa de libertad consiste en la limitación coactiva de la


libertad de movimiento mediante el internamiento en un establecinúm-
to penitenciario"‘°°’. Como lo reconoce expresamente la exposición de t
motivos del actual Código Penal, la pena privativa de libertad se ha uni. l
ficado"‘°", no diferenciándose diversas formas de privación de la libertad,
como sí lo hizo, por ejemplo, el Código Penal de 1924, en el que se
guían el internamiento, la penitenciaria, la relegación y la prisiónm‘m. La
diferencia se encuentra solamente en la ejecución de la pena privativade
libertad, en donde se prevén tres regímenes distintos: El régimen cerrado,
el régimen semiabierto y el régimen abierto (artículo 97 del Código de Se.
cución Penal). En el actual Código Penal se diferencian solamente entre
penas temporales y cadena perpetuamml.
c. Las penas‘lünitadvas de derechos

Las penas limitativas de derechos constituyen una restricción a m


derechos constitucionalmente reconocidos. como. por ejemplo. ei dem,
a la libertad de trabajo. a la libertad personal, a los derechos politica, m
El Código Penal reconoce, como penas lirnitativas de derechos, la pena d,
prestación de servicios a la comunidad, la limitación de dias libres y [a m.
habilitación. Un sector de la doctrina penal destaca la excesiva general“
de la denominación utilizada para caracterizar a esta clase de pena. Pero
es evidente que en este plano no pueden ofrecerse mayores niveles de
cisión, dado el aglutinamiento que el legislador penal ha hecho de restric.
ciones o privaciones de derechos de muy diversa indole"““. La precisión
deseada solamente se puede conseguir si se entra en cada una de las distin-

tas penas englobadas en la denominación general de “penas limitativas de


derechos”.

Las penas de prestación de servicios a la comunidad y de limitación


de días libres tienen como rasgo común el constituir restricciones de dere-
chos durante los fines de semana y dias feriados, sea obligando al conde-
nado a trabajos gratuitos en entidades asistenciales, hospitalarias. escuelas.
orfanatos u otras instituciones similares, o en obras publicas (prestación
de servicios a la comunidad), sea manteniéndolo en un establecimiento
organizado con fines educativos (limitación de dias libres)""". Estaspems
están contempladas, por lo general, para delitos de mediana gravedad. SCI
de forma exclusiva o como pena alternativa a otra clase de pena (pm
de libertad o multa). Pero debe indicarse además que, aun cuando ¡toméIl
expresamente contempladas en un tipo penal de la Parte Especial. e51”
penas pueden imponerse en sustitución de penas privativas de libemdd‘
hasta cuatro años. con la finalidad de evitar el internamiento del COMP

nado en prisión con los efectos desocializadores por todos conocidos‘m"

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