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ESCUELA NACIONAL DE CIENCIAS Y HUMANIDADES

VALLEJO

CURSO: “MIRADAS FILOSÓFICAS SOBRE EL ARTE DE VIVIR Y EL


CUIDADO DE SÍ”

COMENTARIO

Marco Aurelio dijo que “El arte de vivir se asemeja más a la lucha que a la danza”. Con lo
anterior quiero asentar que, en mi lectura, uno de los propósitos del curso giró en torno a la
presentación de una serie de Estrategias de Aprendizaje que dieran cuenta de la importancia
de arraigar en los alumnos de la asignatura de Filosofía el arte de vivir como un amor a la
vida en contraposición a las prácticas tóxicas que inundan a nuestros jóvenes.

En las diversas presentaciones se insistió sobre “el arte de vivir y el cuidado de sí”
como la columna vertebral que debe conducir el desarrollo de los aprendizajes estipulados
en el Programa Indicativo del Colegio para la asignatura de Filosofía. Cada exposición
estuvo marcada por el sello y la personalidad de cada ponente, lo que a su vez dio muestra
del variopinto y heterogéneo estilo de enseñanza con el que cuenta el Colegio.

La Profesora Virginia Sánchez, por ejemplo, desarrolló una estrategia cuyo interés
se centró en el papel de la Filosofía como instancia para el auto consideración e interés por
los otros. La línea argumentativa de la profa sugería que a partir de identificar las prácticas
de riesgos de los estudiantes es plausible proponer a éstos que la Filosofía puede ayudarles
a entender las situaciones de conflicto que les genera estados de ánimo de tristeza, por
ejemplo. La profa insistió en lo que denominó la “cura” y/o “terapia” que puede ser una de
las tareas de quehacer de la filosofía. En este mismo orden de ideas, el propósito de la
estrategia es afín a lo que Epicuro decía respecto, a saber:

“Vana es la palabra del filósofo que no cura algún padecimiento del


hombre. Pues así como de nada sirve la medicina si no expulsa las
enfermedades del cuerpo, tampoco hay provecho alguno en la filosofía si no
expulsa el sufrimiento de la mente”.

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En este sentido, la pertinencia del tema propuesto para el curso consistió en resaltar
que la asignatura de Filosofía debe enfocarse al desarrollo de aspectos cercanos a las
prácticas que viven cada día nuestros alumnos, por una parte. Pero, también, en que se debe
trabajar tópicos filosóficos con un lenguaje accesible y que permita construir aprendizajes
significativos en los alumnos.

Por último, un aspecto de la Estrategia de la profa Virginia, que me llamó más la


atención, es en lo que denominó “terapia” y/o “cura”, como tarea ineludible del quehacer de
la Filosofía. Y no es que considere que la Filosofía no puede conducir a que los hombres a
través de la conducción de ideas adecuadas pueda ayudar a éstos a tomar decisiones
favorables. La Filosofía puede ayudar a que los hombres diluyan aquellas ideas que los
conduzcan hacia acciones e ideas que más que traerles beneficios, los perjudican.
Seguramente en esta línea va el argumento de la profa. Y estoy de acuerdo, siempre y
cuando no se confunda a la práctica de la Filosofía como una suerte de sesiones
psicológicas y/o club de amigos –cercano a un taller de Alcohólicos anónimos- y se olvide
el rigor y seriedad tributo de años de la piedra filosofal.

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