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CONTRADICCIÓN DE TESIS

336/2013
ENTRE LAS SUSTENTADAS POR
EL PRIMER TRIBUNAL
COLEGIADO DEL TRIGÉSIMO
CIRCUITO Y EL PRIMER
TRIBUNAL COLEGIADO EN
MATERIAS ADMINISTRATIVA Y
DE TRABAJO DEL DÉCIMO
SEXTO CIRCUITO.

PONENTE: MINISTRA MARGARITA BEATRIZ LUNA


RAMOS.
SECRETARIA: GUADALUPE M. ORTIZ BLANCO.

Vo. Bo.

México, Distrito Federal. Acuerdo de la Segunda Sala


de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
correspondiente al día veintidós de enero de dos mil
catorce.

Cotejó:

V I S T O S; y,
R E S U L T A N D O:

PRIMERO. Mediante oficio recibido el dieciocho de


julio de dos mil trece en la Oficina de Certificación Judicial y
Correspondencia de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, el Magistrado Presidente del Primer Tribunal
Colegiado en Materias Administrativa y de Trabajo del
Décimo Sexto Circuito, denunció la posible contradicción de
tesis entre los criterios sustentados por dicho órgano y el
CONTRADICCIÓN DE TESIS 336/2013

Primer Tribunal Colegiado del Trigésimo Circuito, al fallar


los juicios de amparo directo administrativo 212/2013 y
158/2012, respectivamente. El oficio de denuncia en lo
conducente dice:

“Con fundamento en lo dispuesto en los artículos 107,


fracción XIII, párrafo segundo, de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos, así como
226, fracción II, y 227, fracción II, de la Ley de Amparo,
vigente a partir del tres de abril de dos mil trece, y en
cumplimiento a lo ordenado por este órgano
jurisdiccional en el amparo directo 212/2013, remito
testimonio de la ejecutoria de veintisiete de junio del
presente año, en la que se denuncia la contradicción
existente entre los criterios sustentados por este
Primer Tribunal Colegiado en Materias Administrativa
y de Trabajo del Decimosexto Circuito en la sentencia
referida por el Primer Tribunal Colegiado del
Trigésimo Circuito, al resolver el amparo directo
158/2012.
El Primer Tribunal Colegiado del Trigésimo Circuito,
en sesión de quince de marzo de dos mil doce, al
resolver el amparo directo 158/2012, consideró que
con motivo de la reforma al artículo 1o. de la
Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, publicada en el Diario de la Federación el
diez de junio de dos mil once, se rediseñó la forma en
que los órganos del sistema jurisdiccional mexicano
deberán ejercer el control de constitucionalidad, por
lo que ahora todas las autoridades del Estado
Mexicano, en el ámbito de sus competencias, tienen
la obligación para promover, respetar, proteger y
garantizar los derechos humanos reconocidos en la
Constitución y en los tratados internacionales de los
que aquél es parte, de conformidad con los principios
de universalidad, interdependencia, indivisibilidad y
progresividad.
Por ello, indicó, cuando en el juicio contencioso
administrativo se aduce que una norma aplicada en el
acto cuya nulidad se pretende trasgrede algún
principio contenido en la Constitución Federal, el
Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa no
puede válidamente omitir su estudio bajo el
argumento de que las cuestiones de
inconstitucionalidad están reservadas al Poder
Judicial de la Federación.
Lo anterior, en virtud de que en la jurisprudencia

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1a./J. 18/2012 (10a.), de rubro: “CONTROL DE


CONSTITUCIONALIDAD Y DE CONVENCIONALIDAD
(REFORMA CONSTITUCIONAL DE 10 DE JUNIO DE
2011).”, la Primera Sala de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación estableció que en el sistema
jurídico mexicano actual, los juzgadores nacionales,
tanto federales como del orden común, están
facultados para emitir pronunciamiento en respeto y
garantía de los derechos humanos reconocidos en la
Constitución Federal y en los tratados
internacionales, con la limitante de que éstos (entre
los que se ubican analógicamente los que integran
los tribunales administrativos), no pueden declarar la
inconstitucionalidad de normas generales, pero sí
deberán inaplicarlas cuando consideren que no son
conformes con la Constitución o con los tratados
internacionales en materia de derechos humanos.
De lo que concluyó que el Tribunal Federal de Justicia
Fiscal y Administrativa está obligado a efectuar el
control difuso de constitucionalidad y de
convencionalidad.
De esta resolución derivó la tesis aislada XXX.1o.1 A
(10a.), de rubro: “TRIBUNAL FEDERAL DE JUSTICIA
FISCAL Y ADMINISTRATIVA. ESTÁ OBLIGADO A
EFECTUAR EL CONTROL DIFUSO DE
CONSTITUCIONALIDAD Y DE CONVENCIONALIDAD”,
que aparece publicada en la página 2016 del Libro XI,
Agosto de 2012. Tomo 2, Décima Época del
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta.
Criterio que se encuentra en contradicción con el
asumido por este Primer Tribunal Colegiado en
Materias Administrativa y de Trabajo del Decimosexto
Circuito, al resolver, en sesión de veintisiete de junio
de dos mil trece, el amparo directo 212/2013, toda vez
que en él determinó que, en efecto, con motivo de la
reforma publicada en el Diario Oficial de la Federación
el diez de junio de dos mil once, al artículo 1o. de la
Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, se rediseñó la forma en la que los
órganos del sistema jurisdiccional mexicano deben
ejercer el control de constitucionalidad.
Conforme al tercer párrafo de este numeral, todas las
autoridades del país, en el ámbito de sus
competencias, están obligadas a garantizar el respeto
y protección de los derechos humanos reconocidos
en la Constitución Federal y los tratados
internacionales de los que el Estado Mexicano sea
parte.
Así, el control de constitucionalidad ya no es
limitativo de los órganos del Poder Judicial de la
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 336/2013

Federación, a través de los medios legalmente


establecidos, sino que ahora todas las autoridades
del país, incluidas las de carácter jurisdiccional, están
facultadas y obligadas, en el ámbito de sus
respectivas competencias, a observar los derechos
contenidos en la Constitución y en los tratados
internacionales.
En ese orden, el control de constitucionalidad que
antes se concentraba en los órganos del Poder
Judicial de la Federación, ahora se hace extensivo y
obliga a todas las autoridades jurisdiccionales del
país, es decir, que el control de constitucionalidad
conlleva a que los tribunales observen los derechos
reconocidos en la Constitución Federal y los
complementen con el contenido de los tratados
internacionales en materia de derechos humanos
como parte integrante del sistema jurídico mexicano.
No obstante ello, las autoridades jurisdiccionales
ordinarias no tienen posibilidad de hacer declaratoria
de inconstitucionalidad de leyes, sino que únicamente
están facultadas para su inaplicación.
Con base en lo anterior, cuando en una demanda de
amparo se hace valer como concepto de violación
que la autoridad jurisdiccional responsable omitió
ejercer el aludido control respecto de una norma
general relacionada con la litis natural, aun cuando tal
aspecto se le planteó durante el juicio por alguna de
las partes; de resultar fundado ese argumento no es
necesario conceder el amparo solicitado para el
efecto de que la autoridad ejerza, con la libertad de
jurisdicción, sus atribuciones de control a efecto de
determinar si es o no procedente inaplicar la norma,
pues ello a ningún fin práctico conduce, en virtud de
que para salvaguardar el derecho fundamental de
acceso a la justicia pronta y expedita previsto en el
artículo 17 constitucional, el órgano de amparo, por
mayoría de razón, puede realizar ese ejercicio de
control, pudiendo ordenar ─de resultar fundado el
planteamiento─, que se desaplique la norma bajo los
lineamientos de la ejecutoria”.

SEGUNDO. Por auto del seis de agosto de dos mil


trece, el Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación ordenó formar y registrar el expediente con el número
336/2013; requirió a los Tribunales Colegiados involucrados
la remisión de la copia certificada de las respectivas

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CONTRADICCIÓN DE TESIS 336/2013

sentencias ejecutorias y el turno del asunto a la Ponencia


de la Señora Ministra Margarita Beatriz Luna Ramos.

TERCERO. Mediante acuerdo del dieciséis siguiente,


el Presidente de la Segunda Sala de este Alto Tribunal
ordenó que ésta se avocara al conocimiento del asunto y
determinó su competencia legal.

C O N S I D E R A N D O:

PRIMERO. Competencia. Esta Segunda Sala de la


Suprema Corte de Justicia de la Nación es competente
para conocer y resolver la presente denuncia de
contradicción de tesis, suscitada entre Tribunales
Colegiados de distintos Circuitos, de conformidad con lo
dispuesto por los artículos 107, fracción XIII, párrafo
primero, de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos; 216, segundo párrafo, y 226 fracción II, de la
Ley de Amparo en vigor; 21, fracción VIII, de la Ley
Orgánica del Poder Judicial de la Federación y del Punto
Segundo fracción VII, del Acuerdo General 5/2013 del
Tribunal Pleno de esta Suprema Corte de Justicia de la
Nación, en virtud de que la posible contradicción de
criterios versa sobre un tema de la materia administrativa,
en la que esta Sala se encuentra especializada.

SEGUNDO. Legitimación de quien promueve. La


denuncia de contradicción de criterios proviene de parte
legítima, en términos de lo dispuesto en el artículo 227,
fracción II, de la Ley de Amparo, pues fue formulada por el
Magistrado Presidente del Primer Tribunal Colegiado en

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CONTRADICCIÓN DE TESIS 336/2013

Materias Administrativa y de Trabajo del Décimo Sexto


Circuito.

TERCERO. Criterios materia de la contradicción.


Para verificar la existencia de la contradicción de tesis
denunciada, resulta necesario atender a las
consideraciones de las ejecutorias emitidas por los
Tribunales Colegiados contendientes:

I. El Primer Tribunal Colegiado en Materias


Administrativa y de Trabajo del Décimo Sexto Circuito, al
resolver, el veintisiete de junio de dos mil trece, el amparo
directo 212/2013 sostuvo, en lo que interesa al caso, lo
siguiente (fojas 4 a 26 del expediente):

“Sexto. En este apartado se analiza la porción del


sexto concepto de violación ─que es ineficaz─, en la
que se plantea la omisión, por parte de la autoridad
responsable, en el estudio del concepto de
impugnación vertido, en el sentido de que el párrafo
segundo del artículo 151, fracción VII, de la Ley
Aduanera, en contravención al principio de
inmediatez, no establece un plazo cierto para emitir la
orden de embargo.

En efecto, la Primera Sala de la Suprema Corte de


Justicia de la Nación, en la jurisprudencia 18/2012
(10a.), consultable en la página 420, Libro XV,
Diciembre de 2012, Tomo 1, Décima Época del
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta,
intitulada: “CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD Y
DE CONVENCIONALIDAD (REFORMA
CONSTITUCIONAL DE 10 DE JUNIO DE 2011)”, precisó
que con motivo de la reforma publicada en el Diario
Oficial de la Federación el diez de junio de dos mil
once, al artículo 1o. de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, se rediseñó la forma en la
que los órganos del sistema jurisdiccional mexicano
deberán ejercer el control de constitucionalidad.

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CONTRADICCIÓN DE TESIS 336/2013

De esta reforma destaca ─precisó el Alto Tribunal─,


que conforme al tercer párrafo de ese numeral todas
las autoridades del país, en el ámbito de sus
competencias, están obligadas a garantizar el respeto
y protección de los derechos humanos reconocidos
en la Constitución Federal y los tratados
internacionales de los que el Estado Mexicano sea
parte.

Así, el control de constitucionalidad ya no es


limitativo de los órganos del Poder Judicial de la
Federación, a través de los medios legalmente
establecidos, sino que ahora todas las autoridades
del país, incluidas las de carácter jurisdiccional, están
facultadas y obligadas, en el ámbito de sus
respectivas competencias, a observar los derechos
contenidos en la Constitución y en los tratados
internacionales.

En la ejecutoria se considera que actualmente existen


dos grandes vertientes dentro del modelo de control
de constitucionalidad en el orden jurídico mexicano, a
saber:

a) El control constitucional que deben ejercer los


órganos del Poder Judicial de la Federación con
vías directas de control: acciones de
inconstitucionalidad, controversias
constitucionales y juicio de amparo directo e
indirecto; y,
b) El control constitucional que deben ejercer el resto
de los Jueces del país en forma incidental durante
los procesos ordinarios en los que son
competentes, esto, sin necesidad de abrir un
expediente por cuerda separada.

En ese orden, el control de constitucionalidad que


antes se concentraba en los órganos del Poder
Judicial de la Federación, ahora se hace extensivo y
obliga a todas las autoridades jurisdiccionales del
país, es decir, que el control de constitucionalidad
conlleva a que los tribunales observen los derechos
reconocidos en la Constitución Federal y los
complementen con el contenido de los tratados
internacionales en materia de derechos humanos
como parte integrante del sistema jurídico mexicano.

No obstante ello, las autoridades jurisdiccionales


ordinarias no tienen posibilidad de hacer declaratoria

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CONTRADICCIÓN DE TESIS 336/2013

de inconstitucionalidad de leyes, sino que únicamente


están facultadas para su inaplicación.

Además ─finalizó la Sala─, para determinar la


competencia de los órganos jurisdiccionales de
primera instancia del país, sea que se trate de
órganos del Poder Judicial Federal o del Poder
Judicial Local, resulta irrelevante clasificar si la
pretensión jurídica llevada a los órganos
jurisdiccionales se funda en argumentos de
constitucionalidad o no, pues con base en la reforma
señalada de diez de junio de dos mil once, los jueces
del país, al igual que todas las demás autoridades del
Estado Mexicano, deben interpretar el orden jurídico a
la luz y conforme a los derechos humanos
establecidos en la Constitución y en los tratados
internacionales de los que el Estado Mexicano sea
parte, favoreciendo en todo tiempo a las personas la
protección más amplia.

Con base en lo anterior, tal como lo consideró el


Primer Tribunal Colegiado de Circuito del Centro
Auxiliar de la Octava Región en la tesis XXVII.1o. (VIII
Región) 9 K (10a.), visible en la página 2001, Libro XVI,
Enero de 2013, Tomo 3, Décima Época del Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta, de rubro:
“CONTROL DE CONVENCIONALIDAD EX OFFICIO EN
UN MODELO DE CONTROL DIFUSO DE
CONSTITUCIONALIDAD. EN EL JUICIO DE AMPARO
ES INNECESARIO CONCEDER LA PROTECCIÓN
SOLICITADA PARA QUE LA AUTORIDAD
JURISDICCIONAL RESPONSABLE LO EFECTÚE, PUES
EL ÓRGANO DE AMPARO PUEDE ASUMIR TAL
ANÁLISIS.”, cuando en una demanda de amparo se
hace valer como concepto de violación que la
autoridad jurisdiccional responsable omitió ejercer el
aludido control respecto de una norma general
relacionada con la litis natural, aun cuando tal
aspecto se le planteó durante el juicio por alguna de
las partes; de resultar fundado ese argumento no es
necesario conceder el amparo solicitado para el
efecto de que la autoridad ejerza, con libertad de
jurisdicción, sus atribuciones de control a efecto de
determinar si es o no procedente inaplicar la norma,
pues ello a ningún fin práctico conduce, en virtud de
que para salvaguardar el derecho fundamental de
acceso a la justicia pronta y expedita previsto en el
artículo 17 constitucional, el órgano de amparo, por
mayoría de razón, puede realizar ese ejercicio de
control, pudiendo ordenar ─de resultar fundado el
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 336/2013

planteamiento─, que se desaplique la norma bajo los


lineamientos de la ejecutoria.

Cabe destacar que la Primera Sala de la Suprema


Corte de Justicia de la Nación, al resolver el amparo
directo en revisión 3200/2012, consideró que
cualquier autoridad judicial que no se pronuncie en
ningún sentido de que la norma que va a aplicar ha
pasado por el control ex officio, muestra una actitud
de indiferencia ante el nuevo paradigma, el que se ha
ampliado el catálogo de los derechos humanos para
conformar un nuevo universo formado por los
reconocidos en la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos más los reconocidos por
los tratados internacionales en los cuales el Estado
Mexicano sea parte.

Además que ─como se dijo en el Expediente Varios


912/2010─, todas las normas gozan de una
presunción de constitucionalidad que puede ser
derrotada, para lo cual, precisamente, se lleva a cabo
el control ex officio en tres pasos: interpretación
conforme en sentido amplio, interpretación conforme
en sentido estricto e inaplicación.

Lo anterior supone ─acotó la Corte─ que, en este


nuevo paradigma, cuando un juez aplica una norma
en el ámbito de su competencia, es porque la referida
presunción no fue derrotada; es decir, porque no
advirtió que la norma violase, en principio, ningún
derecho humano contenido en la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos, ni en los tratados
internacionales en los que el Estado Mexicano sea
parte.

Razón por la cual tal situación queda resuelta


mediante una mención expresa de la autoridad en la
que registre que realmente hizo el control, aun
cuando no desarrolle toda una justificación en ese
sentido y, por ende, si una norma no generó
sospechas de invalidez en el juzgador por parecer
potencialmente violatoria de derechos humanos,
entonces el análisis de constitucionalidad y
convencionalidad exhaustivo no se actualiza, porque
ni siquiera se considera que se puso en entredicho la
presunción de constitucionalidad de que gozan todas
las normas jurídicas. En esos casos ─concluyó el Alto
Tribunal─, bastará con que el juez mencione en una
frase expresa que no advirtió que la norma fuese
violatoria de derechos humanos.
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 336/2013

En el caso concreto, en una porción del tercer


concepto de nulidad (foja 25), la quejosa planteó que
“…como lo sostienen la autoridad demandada, para que
proceda el embargo precautorio de las mercancías en los
casos señalados en las fracciones VI y VIII del artículo
151 de la Ley Aduanera se requiere una orden emitida, ya
sea por el Administrador General de Aduanas o por el
Administrador Central de investigación Aduanera
dependiente de la primera autoridad aduanera, sin
embargo, el segundo párrafo del citado ordinal que prevé
esta condicionante no establece un plazo cierto en el cual
deberá emitirse la orden de embargo en comento, lo cual
viola en perjuicio de mi poderdante la garantía de
seguridad jurídica, además del principio de inmediatez…”.

Impugnación que evidentemente conlleva un análisis


de constitucionalidad, pues parte de la omisión
legislativa en torno a la previsión de un plazo que
dote de certeza jurídica a los gobernados respecto al
momento en que aquella autoridad aduanera debe
expedir la orden de embargo respectiva.

Argumento que, en efecto, no fue abordado en la


sentencia reclamada porque, aunque la Sala
consideró que no se viola el principio de inmediatez
por el hecho de que el embargo precautorio y el
levantamiento del acta de inicio del Procedimiento
Administrativo en Materia Aduanera se realicen con
posterioridad a la fecha en que se emitió la orden
respectiva, toda vez que una vez que se detecta la
subvaluación, la Aduana tiene que esperar a que
arribe materialmente la orden de embargo a sus
instalaciones para notificarle personalmente y así
reanudar la verificación de mercancías en transporte.

Sin embargo, tal forma de resolver, evidentemente, no


afronta el disentimiento que se destaca, pues es
precisamente la incertidumbre que dice resentir la
parte quejosa, al no existir previsión legal respecto al
lapso que debe mediar para recibir, en su caso dicha
orden de embargo.

No obstante lo anterior, al ser este órgano de amparo


el encargado por antonomasia de realizar ese análisis
constitucional, en aras de la justicia pronta, lo que
procede es emprender dicho análisis, sin necesidad
de devolver el expediente a la Sala para que ejerza el
control difuso de constitucionalidad que también le
corresponde.

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CONTRADICCIÓN DE TESIS 336/2013

Antes de ello, debe precisarse que el Primer Tribunal


Colegiado del Trigésimo Circuito en la tesis XXX. 1o.1
A (10a.), visible en la página 2016, Libro XI, Agosto de
2012, Tomo 2, Décima Época del Semanario Judicial
de la Federación y su Gaceta, de rubro: “TRIBUNAL
FEDERAL DE JUSTICIA FISCAL Y ADMINISTRATIVA.
ESTÁ OBLIGADO A EFECTUAR EL CONTROL DIFUSO
DE CONSTITUCIONALIDAD Y DE
CONVENCIONALIDAD”, ponderó que cuando en el
juicio contencioso administrativo se aduzca que una
norma aplicada en el acto cuya nulidad se demanda
trasgrede algún principio contenido en la
Constitución Federal, el Tribunal Federal de Justicia
Fiscal y Administrativa no puede válidamente omitir
su estudio bajo el argumento de que las cuestiones
de inconstitucionalidad están reservadas al Poder
Judicial de la Federación.

De ahí que ─acotó ese tribunal─, aunque mediante la


aplicación del control difuso de constitucionalidad,
dicho órgano jurisdiccional no pueda declarar la
inconstitucionalidad de normas generales, sí está
facultado para inaplicarlas cuando consideren que no
son conformes con la Constitución; razón por la cual,
cuando en amparo directo ─como en el caso─, se
esgrime como concepto de violación el hecho de que
la Sala fiscal no atendió algún argumento que
conlleva el ejercicio del control difuso de
constitucionalidad, el tribunal colegiado, aunque
propiamente es el órgano encargado de desplegar, de
manera directa, tal control, no puede asumir dicho
análisis, pues le corresponde a la Sala fiscal.

Sin embargo, este criterio evidentemente se opone a


lo aquí resuelto pues, se insiste, en aras del respeto al
derecho de acceso a la justicia, el tribunal colegiado
debe reasumir el análisis de los conceptos de nulidad
que corresponden a la Sala fiscal quien, en su caso,
habrá de inaplicar la norma controvertida.

Ante ello, en razón de que es necesario se preserve la


seguridad jurídica sobre el tópico de referencia, con
fundamento en el artículo 197-A de la Ley de Amparo,
procede se efectúe la denuncia correspondiente ante
la Suprema Corte de Justicia de la Nación, para lo que
tenga a bien resolver.”

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CONTRADICCIÓN DE TESIS 336/2013

II. El Primer Tribunal Colegiado del Trigésimo Circuito,


al resolver el quince de marzo de dos mil doce, el amparo
directo 158/2012, sostuvo, en lo que interesa al caso, lo
siguiente (fojas 92 a 104 del expediente):

“Concretamente la quejosa estima que la Sala


responsable sí estuvo en aptitud de dar respuesta al
argumento que formuló en su demanda de nulidad
respecto a la inaplicabilidad del citado precepto legal,
es decir, el que formuló en su demanda en el sentido
de que el artículo 51 de la Ley del Instituto de
Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores
del Estado, sí establecía las reglas de compatibilidad
en tratándose del disfrute de varias pensiones, pero
que con la entrada en vigor de la nueva ley del citado
Instituto ya no se contemplaba, pues en el artículo 48
de esa norma se dice que las pensiones a que se
refiere tal ley son compatibles con el disfrute de otras
que se reciban con el carácter de familiar
derechohabiente; así, el artículo 12 del citado
reglamento “es contrario a derecho porque se limita y
restringe un derecho otorgado por ley, violando los
principios de subordinación y jerarquía de los
reglamentos, por lo que deberá de ser declarado ilegal e
igualmente ilegal el oficio o resolución impugnada por
basarse en un dispositivo ilegal e inexistente” (foja 18 del
juicio de nulidad).

En el presente caso, la actora en el juicio de nulidad


no pidió la declaración de inconstitucionalidad del
precepto reglamentario en comento, sino que solicitó
su inaplicación por resultar contrario a lo que prevé
la Norma Suprema y, por ende, ese pronunciamiento
no es competencia exclusiva del Poder Judicial de la
Federación, sino que corresponde a todas las
autoridades, incluida la Sala responsable, de
conformidad con lo que dispone el actual artículo 1o.
de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos.

En consecuencia, se presenta la disyuntiva de


avocarse al estudio del precepto que la quejosa tilda
de inconstitucional, o bien, atender al reclamo de que
la Sala responsable incumplió con el principio de
congruencia y exhaustividad, bajo el argumento de
que no es competente para pronunciarse sobre

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CONTRADICCIÓN DE TESIS 336/2013

cuestiones de constitucionalidad y que ello compete


exclusivamente al Poder Judicial de la Federación.

Luego, debe evaluarse cuál de esas alternativas


resulta más conveniente a la peticionaria de amparo,
pues al decidir cuál es el argumento que debe
atenderse preferentemente, es necesario considerar
cuál de ellos traería mayor beneficio a la aquí
quejosa.

Así se obtiene de la jurisprudencia P./J. 3/2005, que


sustentó el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de
la Nación al resolver la contradicción de tesis
37/2003-PL, publicada en la página 5, del Tomo XXI,
correspondiente al mes de febrero de dos mil cinco,
de la Novena Época del Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta y también con el número de
registro 179637 (sic), que dice:

“CONCEPTOS DE VIOLACIÓN EN AMPARO DIRECTO.


EL ESTUDIO DE LOS QUE DETERMINEN SU
CONCESIÓN DEBE ATENDER AL PRINCIPIO DE
MAYOR BENEFICIO, PUDIÉNDOSE OMITIR EL DE
AQUELLOS QUE AUNQUE RESULTEN FUNDADOS,
NO MEJOREN LO YA ALCANZADO POR EL QUEJOSO,
INCLUSIVE LOS QUE SE REFIEREN A
CONSTITUCIONALIDAD DE LEYES.” (Se transcribe).

De resultar fundado el argumento en el que tilda de


inconstitucional al artículo 12 del Reglamento para el
Otorgamiento de Pensiones de los Trabajadores
Sujetos al Régimen del Artículo Décimo Transitorio,
la inconforme obtendría únicamente la inaplicación
de ese numeral en el caso a estudio —a diferencia de
lo que sucede en el amparo indirecto, en el que la
declaración de inconstitucionalidad implica que el
precepto impugnado no le volviera a ser aplicado en
ninguna otra ocasión—.

Similar resultado se obtendría de estimar fundado el


diverso argumento de la quejosa, en el que afirma
que la Sala responsable indebidamente omitió
pronunciarse sobre la inaplicación del mencionado
precepto reglamentario, pues también en ese caso
existiría el deber de inaplicarlo en el caso concreto.

Sin embargo, en el supuesto en el que se decida que


la Sala responsable debe hacer el pronunciamiento
que pide la quejosa, se otorgaría a ésta la posibilidad
de obtener una solución a su reclamo ante la
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 336/2013

autoridad del orden común, que es uno de los


propósitos del actual artículo 1o. de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos y, en caso
de que ésta no le fuera favorable, nada impide que
acuda a esta instancia constitucional y efectúe
razonamientos tendentes a evidenciar la
inconstitucionalidad del precepto en comento, los
que, incluso, podrían ser distintos a los que fueron
sometidos a consideración de la autoridad
responsable, con lo que se le otorga a la inconforme
una posibilidad más de obtener la inaplicación del
artículo que estima infringe los preceptos de la Carta
Magna.

Esto último es lo que motiva a este Tribunal a


avocarse al estudio del argumento hecho valer en el
apartado “B” del “único” concepto de violación, el
que se estima fundado.

En efecto, tal como aduce la peticionaria de amparo,


la Sala responsable sí se encontraba en aptitud de
dar respuesta a su planteamiento, pues en el caso,
contrariamente a lo que se sostuvo en la sentencia
que constituye el acto reclamado (foja 130), aquélla
no solicitó que declarara la inconstitucionalidad del
artículo 12 del Reglamento para el Otorgamiento de
Pensiones de los Trabajadores Sujetos al Régimen
del Artículo Décimo Transitorio, sino que en el caso
pedía su inaplicación ante la reforma que sufrió la ley
de la que deriva el reglamento aludido y, aun cuando
lo que la motiva es esencialmente la transgresión a
un principio contenido en la Constitución Federal,
eso no es motivo suficiente para que la responsable
no lleve a cabo su estudio bajo el pretexto de que las
cuestiones de inconstitucionalidad están reservadas
al Poder Judicial de la Federación.

Esto es así pues mediante reforma publicada en el


Diario Oficial de la Federación el diez de junio de dos
mil once, se modificó el artículo 1º de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos,
rediseñándose la forma en la que los órganos del
sistema jurisdiccional mexicano deberán ejercer el
control de constitucionalidad.

Es verdad que con anterioridad a la reforma


apuntada, de conformidad con el texto del artículo
103, fracción I, de la Constitución Federal, se
entendía que el único órgano facultado para ejercer
un control de constitucionalidad lo era el Poder
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 336/2013

Judicial de la Federación, a través de los medios


establecidos en el propio precepto.

Sin embargo, en virtud del reformado texto del


artículo 1o. constitucional, se da otro tipo de control,
ya que se estableció que todas las autoridades del
Estado mexicano, en el ámbito de sus competencias,
tienen la obligación de promover, respetar, proteger y
garantizar los derechos humanos reconocidos en la
Constitución y en los tratados internacionales de los
que el propio Estado mexicano es parte, de
conformidad con los principios de universalidad,
interdependencia, indivisibilidad y progresividad.

Es preciso destacar que la Primera Sala de la


Suprema Corte de Justicia de la Nación, al resolver la
contradicción de tesis 259/2011, consideró que en el
sistema jurídico mexicano actual, los jueces
nacionales tanto federales como del orden común,
están facultados para emitir pronunciamiento en
respeto y garantía de los derechos humanos
reconocidos en la Constitución Federal y en los
tratados internacionales.

Lo anterior tendrá como limitante que los jueces


nacionales, en los casos que se sometan a su
consideración distintos de las vías directas de
control previstas en la Norma Fundamental, no
podrán hacer declaratoria de inconstitucionalidad de
normas generales, pues únicamente los órganos
integrantes del Poder Judicial de la Federación,
actuando como jueces constitucionales, podrán
declarar la inconstitucionalidad de una norma por no
ser conforme con la Constitución o los tratados
internacionales, mientras que las demás autoridades
jurisdiccionales del Estado mexicano sólo podrán
inaplicar la norma si consideran que no es conforme
a la Constitución Federal o a los tratados
internacionales.

Los anteriores razonamientos de la Primera Sala de la


Suprema Corte de Justicia de la Nación, quedaron
plasmados en la jurisprudencia 1ª./J. 18/2012, que
derivó de la contradicción de tesis 259/2011, resuelta
el treinta de noviembre de dos mil once, misma que
aún se encuentra pendiente de publicarse en el
Semanario Judicial de la Federación, pero cuyo rubro
y texto son los siguientes:

15
CONTRADICCIÓN DE TESIS 336/2013

“CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD Y DE
CONVENCIONALIDAD (REFORMA CONSTITUCIONAL
DE 10 DE JUNIO DE 2011).” (Se transcribe).

Lo anterior significa que en virtud del marco


constitucional generado con motivo de la entrada en
vigor del Decreto por el que se modifica la
denominación del Capítulo I del Título Primero y
reforma diversos artículos de la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos, publicado en el
Diario Oficial de la Federación de diez de junio de dos
mil once, las autoridades están obligadas a efectuar
un control difuso de la Constitución.

Así se obtiene de la tesis P. I/2011 (10a.), del Pleno de


la Suprema Corte de Justicia de la Federación,
publicada en la página 549, del Libro III,
correspondiente al mes de diciembre de dos mil
once, Tomo I, de la Décima Época del Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta y también con
el número de registro 2000008, que dice:

“CONTROL DIFUSO.” (Se transcribe).

Pero además, es pertinente destacar que el propio


Pleno de nuestro Máximo Tribunal ha sostenido que
de conformidad con lo previsto en el artículo 1o. de la
Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, todas las autoridades del país, dentro del
ámbito de sus competencias, se encuentran
obligadas a velar no sólo por los derechos humanos
contenidos en la Constitución Federal, sino también
por aquéllos contenidos en los instrumentos
internacionales celebrados por el Estado Mexicano,
adoptando la interpretación más favorable al derecho
humano de que se trate, lo que se conoce en la
doctrina como principio pro persona.

Añadió el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la


Nación, que estos mandatos contenidos en el artículo
1o. constitucional, reformado mediante Decreto
publicado en el Diario Oficial de la Federación de 10
de junio de 2011, deben interpretarse junto con lo
establecido por el diverso 133 para determinar el
marco dentro del que debe realizarse el control de
convencionalidad ex officio en materia de derechos
humanos a cargo del Poder Judicial, el que deberá
adecuarse al modelo de control de constitucionalidad
existente en nuestro país.

16
CONTRADICCIÓN DE TESIS 336/2013

Señaló el Tribunal Pleno de nuestro órgano superior


de justicia, que es en la función jurisdiccional, como
está indicado en la última parte del artículo 133 en
relación con el artículo 1o. constitucionales, en
donde los jueces están obligados a preferir los
derechos humanos contenidos en la Constitución y
en los tratados internacionales, aun a pesar de las
disposiciones en contrario que se encuentren en
cualquier norma inferior.

Concluyó el Pleno de la Corte, que si bien los jueces


del orden común no pueden hacer una declaración
general sobre la invalidez o expulsar del orden
jurídico las normas que consideren contrarias a los
derechos humanos contenidos en la Constitución y
en los tratados (como sí sucede en las vías de control
directas establecidas expresamente en los artículos
103, 105 y 107 de la Constitución), sí están obligados
a dejar de aplicar las normas inferiores dando
preferencia a las contenidas en la Constitución y en
los tratados en la materia.

Las anteriores consideraciones del Pleno de la


Suprema Corte de Justicia de la Nación, dieron lugar
a la tesis P. LXVII/2011(9a.), visible en la página 535,
del Libro III, correspondiente a diciembre de dos mil
once, Tomo 1, de la Décima Época del Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta y también con
el número de registro 160589, que dice:

“CONTROL DE CONVENCIONALIDAD EX OFFICIO EN


UN MODELO DE CONTROL DIFUSO DE
CONSTITUCIONALIDAD.” (Se transcribe).

Luego, las autoridades no sólo tienen que hacer una


confronta de las disposiciones en debate con el texto
de la Constitución (control difuso) sino también
deben efectuar el contraste de esas mismas
disposiciones con las normas contenidas en los
instrumentos internacionales celebrados por el
Estado Mexicano (control de convencionalidad),
haciendo uso del principio pro persona, esto es,
adoptando la interpretación más favorable al derecho
humano de que se trate.

Puntualizado lo anterior, es claro que de conformidad


con lo que dispone el nuevo texto del artículo 1° de la
Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, la Sala Regional del Centro I del Tribunal
Federal de Justicia Fiscal y Administrativa estaba
17
CONTRADICCIÓN DE TESIS 336/2013

obligada a pronunciarse sobre la inaplicación del


artículo 12 del Reglamento para el Otorgamiento de
Pensiones de los Trabajadores Sujetos al Régimen
del Artículo Décimo Transitorio del Decreto por el que
se expide la Ley del Instituto de Seguridad y
Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado,
pues respecto de éste debe efectuar tanto control
difuso de su constitucionalidad, como control
convencional.

En efecto, para llevar a cabo ese pronunciamiento, la


Sala responsable no tenía que declarar la
inconstitucionalidad del numeral sujeto a debate,
sino que en caso de encontrar que éste contraviene
alguno de los derechos fundamentales establecidos
en la Constitución o en alguno de los tratados
internacionales de los que el Estado Mexicano sea
parte, deberá inaplicarlo.

En consecuencia, como la Sala responsable no


procedió en esos términos, transgredió el principio
de congruencia contenido en el artículo 50 de la Ley
Federal de Procedimiento Contencioso
1
Administrativo , a que se refiere la quejosa en su
demanda de amparo (último párrafo de la foja 16).

De acuerdo a lo previsto en tal artículo las sentencias


emitidas por la Sala se fundarán en derecho y
1
“Artículo 50. Las sentencias del Tribunal se fundarán en derecho y resolverán sobre la
pretensión del actor que se deduzca de su demanda, en relación con una resolución
impugnada, teniendo la facultad de invocar hechos notorios.
Cuando se hagan valer diversas causales de ilegalidad, la sentencia de la Sala deberá
examinar primero aquéllos que puedan llevar a declarar la nulidad lisa y llana. En el caso
de que la sentencia declare la nulidad de una resolución por la omisión de los requisitos
formales exigidos por las leyes, o por vicios de procedimiento, la misma deberá señalar
en que forma afectaron las defensas del particular y trascendieron al sentido de la
resolución.
Las Salas podrán corregir los errores que adviertan en la cita de los preceptos que se
consideren violados y examinar en su conjunto los agravios y causales de ilegalidad, así
como los demás razonamientos de las partes, a fin de resolver la cuestión efectivamente
planteada, pero sin cambiar los hechos expuestos en la demanda y en la contestación.
Tratándose de las sentencias que resuelvan sobre la legalidad de la resolución dictada en
un recurso administrativo, si se cuenta con elementos suficientes para ello, el Tribunal se
pronunciará sobre la legalidad de la resolución recurrida, en la parte que no satisfizo el
interés jurídico del demandante. No se podrán anular o modificar los actos de las
autoridades administrativas no impugnados de manera expresa en la demanda.
En el caso de sentencias en que se condene a la autoridad a la restitución de un derecho
subjetivo violado o a la devolución de una cantidad, el Tribunal deberá previamente
constatar el derecho que tiene el particular, además de la ilegalidad de la resolución
impugnada.
Hecha excepción de lo dispuesto en fracción XIII, apartado B, del artículo 123
Constitucional, respecto de los Agentes del Ministerio Público, los Peritos y los Miembros
de las Instituciones Policiales de la Federación, que hubiesen promovido el juicio o medio
de defensa en el que la autoridad jurisdiccional resuelva que la separación, remoción,
baja, cese, destitución o cualquier otra forma de terminación del servicio fue injustificada;
casos en los que la autoridad demandada sólo estará obligada a pagar la indemnización
y demás prestaciones a que tengan derecho, sin que en ningún caso proceda la
reincorporación al servicio.”.
18
CONTRADICCIÓN DE TESIS 336/2013

resolverán sobre la pretensión que la actora deduzca


en su demanda, por lo que en el caso la omisión de la
responsable de atender a lo que se planteó en la
demanda implica la transgresión al principio de
congruencia que debe haber en las resoluciones que
dicta y amerita la concesión del amparo para reparar
tal violación.

Al respecto es aplicable la jurisprudencia de la


Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, consultable en la página 123, Volumen 157-
162 Tercera Parte, Séptima Época del Semanario
Judicial de la Federación, que dice:

“SENTENCIA FISCAL. DEBE COMPRENDER TODOS


LOS CONCEPTOS DE NULIDAD. LA OMISION DEL
ESTUDIO DE ALGUNO DE ELLOS AMERITA QUE EN
EL AMPARO SE OBLIGUE A LA SALA RESPONSABLE
A PRONUNCIAR NUEVO FALLO.” (Se transcribe).

En tal virtud, se impone conceder el amparo que


solicita **********, para el efecto de que la Sala
Regional del Centro I del Tribunal Federal de Justicia
Fiscal y Administrativa, deje insubsistente la
sentencia que pronunció el dieciséis de noviembre de
dos mil once, en el juicio contencioso administrativo
60811-08-01-6, y en su lugar dicte otra en la que, sin
perjuicio de que reitere lo que no fue materia de esta
concesión, atienda y dé respuesta al argumento que
hizo valer la quejosa en su demanda de nulidad, en lo
relativo a que es ilegal el artículo 12 del Reglamento
para el Otorgamiento de Pensiones de los
Trabajadores Sujetos al Régimen del Artículo Décimo
Transitorio, porque limita y restringe un derecho
otorgado por ley, violando los principios de reserva
de ley y subordinación jerárquica de los reglamentos,
y una vez hecho lo anterior, resuelva como legalmente
proceda.”

CUARTO. Determinación de la existencia de la


contradicción de criterios. Esta Segunda Sala determina
que existe la contradicción de tesis denunciada, pues los
tribunales colegiados involucrados se ocuparon de la
misma cuestión jurídica, tomaron en consideración
elementos similares y llegaron a conclusiones distintas,

19
CONTRADICCIÓN DE TESIS 336/2013

con lo que están satisfechos los requisitos para que exista


contradicción de criterios.

El propósito para el que fue creada la figura de la


contradicción de tesis es salvaguardar la seguridad jurídica
ante criterios opuestos y realizar la función unificadora de la
interpretación del orden jurídico nacional.

Esta Suprema Corte de Justicia de la Nación ha


determinado que se precisa de la reunión de los siguientes
supuestos, para que exista contradicción de tesis:

a. La presencia de dos o más ejecutorias en las que se


adopten criterios jurídicos discrepantes sobre un mismo
punto de derecho, independientemente de que las
cuestiones fácticas que lo rodean no sean exactamente
iguales, y

b. Que la diferencia de criterios emitidos en esas


ejecutorias, se presente en las consideraciones,
razonamientos o respectivas interpretaciones jurídicas.

Al respecto, resulta ilustrativa la jurisprudencia del


Tribunal Pleno cuyos rubro y datos de identificación se
reproducen:

“CONTRADICCIÓN DE TESIS. EXISTE CUANDO


LAS SALAS DE LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA
DE LA NACIÓN O LOS TRIBUNALES COLEGIADOS
DE CIRCUITO ADOPTAN EN SUS SENTENCIAS
CRITERIOS JURÍDICOS DISCREPANTES SOBRE
UN MISMO PUNTO DE DERECHO,
INDEPENDIENTEMENTE DE QUE LAS
CUESTIONES FÁCTICAS QUE LO RODEAN NO
20
CONTRADICCIÓN DE TESIS 336/2013

SEAN EXACTAMENTE IGUALES.” (Semanario Judicial


de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XXXII, agosto
de 2010, tesis P./J. 72/2010, página 7).

Pues bien, como se advierte de las transcripciones


hechas en el considerando anterior, en los casos que
analizaron los Tribunales Colegiados de Circuito
involucrados se presentan los siguientes hechos comunes:

Un particular promovió demanda de nulidad ante el


Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa,
dentro de los conceptos de nulidad planteó
expresamente la inaplicación de un precepto legal,
por considerarlo contrario a la Carta Magna (en un
caso se impugnó el artículo 151 de la Ley Aduanera y,
en el otro, el artículo 12 del Reglamento de la Ley del
Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los
Trabajadores del Estado).

Al resolver, el tribunal administrativo omitió el estudio


del planteamiento expreso de inaplicación de la ley
(en un caso fue una omisión formal y, en el otro,
argumentó que no era competente para conocer de
“inconstitucionalidad de leyes”). Declaró la validez del
acto impugnado en nulidad.

En contra de esa sentencia se promovió juicio de


amparo directo, en el que el quejoso adujo, en sus
conceptos de violación, la falta de estudio del
argumento de inaplicación del precepto impugnado,
como una transgresión al mandato contenido en el
artículo 16 constitucional.

Al resolver, los Tribunales Colegiados de Circuito


consideraron:

El Primer Tribunal Colegiado en Materias


Administrativa y de Trabajo del Décimo Sexto
Circuito.

El control de constitucionalidad ya no es limitativo de


los órganos del Poder Judicial de la Federación, a
través de los medios legalmente establecidos, sino
que ahora todas las autoridades del país, incluidas las
21
CONTRADICCIÓN DE TESIS 336/2013

de carácter jurisdiccional, están facultadas y


obligadas, en el ámbito de sus respectivas
competencias, a observar los derechos contenidos en
la Constitución y en los tratados internacionales.
La Sala Fiscal efectivamente omitió el estudio del
concepto de anulación en el que se planteó la
inaplicación de un precepto que se consideró contrario
a la Constitución.

No obstante lo anterior, al ser este órgano de amparo


el encargado por antonomasia de realizar ese análisis
constitucional, en aras de la justicia pronta, lo que
procede es emprender su estudio, sin necesidad de
devolver el expediente a la Sala para que ejerza el
control difuso de constitucionalidad que también le
corresponde.

El Primer Tribunal Colegiado del Trigésimo


Circuito.

Los jueces nacionales, tanto federales como del orden


común, están facultados para emitir pronunciamiento
en respeto y garantía de los derechos humanos
reconocidos en la Constitución Federal y en los
tratados internacionales. Lo anterior tendrá como
limitante que, en los casos que se sometan a su
consideración distintos de las vías directas de control
previstas en la Norma Fundamental, no podrán hacer
declaratoria de inconstitucionalidad de normas
generales, sólo podrán inaplicar la norma si
consideran que no es conforme a la Constitución
Federal o a los tratados internacionales.

La Sala Fiscal omitió el estudio del concepto de


anulación en el que se planteó la inaplicación de un
precepto que se consideró contrario a la Constitución,
estudio que no implicaba declarar su
inconstitucionalidad, sino su no aplicación.

La decisión de que la Sala responsable debe hacer el


pronunciamiento que pide la quejosa, otorga a ésta la
posibilidad de obtener una solución a su reclamo ante
la autoridad del orden común, que es uno de los
propósitos del actual artículo 1º. de la Constitución y,
en caso de que ésta no le fuera favorable, nada
impide que acuda a esta instancia constitucional y

22
CONTRADICCIÓN DE TESIS 336/2013

efectúe razonamientos tendentes a evidenciar la


inconstitucionalidad del precepto, con lo que se le
otorga a la inconforme una posibilidad más de obtener
la inaplicación del artículo que estima infringe los
preceptos de la Carta Magna.

Como la Sala Fiscal omitió el estudio, transgredió el


principio de congruencia contenido en el artículo 50 de
la Ley Federal de Procedimiento Contencioso
Administrativo, lo que amerita la concesión del
amparo para reparar tal violación, a efecto de que se
estudie el argumento propuesto por el quejoso.

La anterior relación evidencia que existe la


contradicción de criterios denunciada, pues los Tribunales
Colegiados analizaron un mismo punto jurídico y, al
resolver, sostuvieron posiciones distintas.

El Primer Tribunal Colegiado en Materias


Administrativa y de Trabajo del Décimo Sexto Circuito
consideró que, si bien, la Sala Fiscal omitió el estudio de un
argumento en el que se planteó la inaplicación de una
norma, por considerarla contraria a la Constitución, al ser
dicho Tribunal Colegiado de Circuito el encargado de
realizar ese análisis constitucional, en aras de la justicia
pronta, lo que procede es emprender el estudio del
tema, sin necesidad de devolver el expediente a la Sala
para que ejerza el control difuso de constitucionalidad
que también le corresponde.

El Primer Tribunal Colegiado del Trigésimo Circuito,


ante la misma omisión de la Sala Fiscal responsable,
resolvió que implica una transgresión al principio de
congruencia que debe respetarse en las resoluciones y que
amerita la concesión del amparo para el efecto de que
23
CONTRADICCIÓN DE TESIS 336/2013

se estudie el argumento de inaplicación de la ley


propuesto por el quejoso, pues de esa manera se hace
efectiva la amplia protección que consagra el artículo
primero constitucional.

Cabe precisar que en las dos sentencias que se


analizan se está de acuerdo en que los tribunales del país,
no sólo el Tribunal Federal de Justicia Fiscal y
Administrativa, tienen el deber de ejercer un control difuso
de constitucionalidad, en lo que difieren es en la forma de
reparar la violación que se comete cuando la Sala Fiscal
omite el análisis de un planteamiento de esa naturaleza
expresamente formulado en la demanda de nulidad, pues
mientras un Tribunal consideró que ningún sentido práctico
tiene devolver jurisdicción a la Sala responsable, el otro,
por el contrario, resolvió que debe concederse el amparo
para que se dicte una nueva sentencia en la que la
autoridad se ocupe de dar respuesta al concepto cuyo
análisis omitió.

Así, la materia de la contradicción de tesis versa sobre


la manera de proceder en amparo, cuando el particular
plantea en sus conceptos de violación que propuso en la
demanda de nulidad un argumento que implica control
difuso de constitucionalidad y el Tribunal Federal de
Justicia Fiscal y Administrativa omitió su análisis.

QUINTO. Determinación del criterio que debe


prevalecer. Debe regir, con el carácter de jurisprudencia, la
tesis sustentada por esta Segunda Sala, conforme a la cual
la omisión de estudio de los conceptos de nulidad que

24
CONTRADICCIÓN DE TESIS 336/2013

planteen la inaplicación de una norma por ser contraria al


texto constitucional o convencional en materia de derechos
humanos, no amerita que en el amparo se obligue a la Sala
Fiscal responsable a pronunciar un nuevo fallo en el que se
ocupe del análisis de ese tema, debido a que el Poder
Judicial de la Federación tiene competencia primigenia
respecto del control de constitucionalidad y
convencionalidad de normas generales.

Las razones que sustentan esta determinación son las


siguientes:

Control difuso de constitucionalidad. El criterio


del Tribunal Pleno.

Esta Suprema Corte de Justicia de la Nación, con


motivo de la interpretación de la reforma constitucional de
diez de junio de dos mil once, estableció, entre otros, el
criterio mayoritario relativo a que los jueces del país están
obligados a dejar de aplicar las normas inferiores, cuando
sean contrarias a las contenidas en la Constitución y en los
tratados internacionales en materia de derechos humanos.

Bajo este esquema, surgió la figura denominada


control de convencionalidad ex officio, misma que fue
conceptualizada por el Alto Tribunal, al resolver el
expediente Varios 912/2010, en los términos siguientes:

“CONTROL DE CONVENCIONALIDAD EX OFFICIO


EN UN MODELO DE CONTROL DIFUSO DE
CONSTITUCIONALIDAD. De conformidad con lo
previsto en el artículo 1o. de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos, todas
25
CONTRADICCIÓN DE TESIS 336/2013

las autoridades del país, dentro del ámbito de sus


competencias, se encuentran obligadas a velar no
sólo por los derechos humanos contenidos en la
Constitución Federal, sino también por aquellos
contenidos en los instrumentos internacionales
celebrados por el Estado Mexicano, adoptando la
interpretación más favorable al derecho humano
de que se trate, lo que se conoce en la doctrina
como principio pro persona. Estos mandatos
contenidos en el artículo 1o. constitucional,
reformado mediante Decreto publicado en el
Diario Oficial de la Federación de 10 de junio de
2011, deben interpretarse junto con lo establecido
por el diverso 133 para determinar el marco dentro
del que debe realizarse el control de
convencionalidad ex officio en materia de
derechos humanos a cargo del Poder Judicial, el
que deberá adecuarse al modelo de control de
constitucionalidad existente en nuestro país. Es
en la función jurisdiccional, como está indicado
en la última parte del artículo 133 en relación con
el artículo 1o. constitucionales, en donde los
jueces están obligados a preferir los derechos
humanos contenidos en la Constitución y en los
tratados internacionales, aun a pesar de las
disposiciones en contrario que se encuentren en
cualquier norma inferior. Si bien los jueces no
pueden hacer una declaración general sobre la
invalidez o expulsar del orden jurídico las normas
que consideren contrarias a los derechos
humanos contenidos en la Constitución y en los
tratados (como sí sucede en las vías de control
directas establecidas expresamente en los
artículos 103, 105 y 107 de la Constitución), sí
están obligados a dejar de aplicar las normas
inferiores dando preferencia a las contenidas en la
Constitución y en los tratados en la materia.”
TA. 10a. Época; Pleno; S.J.F. y su Gaceta; Libro III, Diciembre de
2011, Tomo 1; Pág. 535.
VARIOS 912/2010. 14 de julio de 2011. Mayoría de siete votos;
votaron en contra: Sergio Salvador Aguirre Anguiano, Jorge Mario
Pardo Rebolledo con salvedades y Luis María Aguilar Morales con
salvedades. Ausente y Ponente: Margarita Beatriz Luna Ramos.
Encargado del engrose: José Ramón Cossío Díaz. Secretarios:
Raúl Manuel Mejía Garza y Laura Patricia Rojas Zamudio.

26
CONTRADICCIÓN DE TESIS 336/2013

Este criterio abrió una nueva forma de control


constitucional, al permitir que los juzgadores inapliquen
aquellas normas que consideren contrarias a los derechos
humanos establecidos en la Constitución y en los tratados
internacionales: el denominado control difuso.

A partir de la reforma al artículo 1o. de la Constitución


Federal quedó establecido, en la interpretación mayoritaria
del Tribunal Pleno, entre otros aspectos fundamentales,
que:

Al resolver los asuntos sometidos a su competencia,


los jueces nacionales, de conformidad con lo resuelto
en la contradicción de tesis 293/2011 2, deben
inicialmente observar los derechos humanos
establecidos en la Constitución Federal y en los
tratados internacionales de los que el Estado
mexicano sea parte, utilizando el método de
interpretación establecido en el párrafo segundo del
artículo 1o. constitucional. En el entendido de que
ante la existencia de antinomias entre la Constitución
Federal y los tratados internacionales, debe estarse a
lo previsto en nuestra Constitución, tal como lo
determina el primer párrafo de su artículo primero.

Todas las autoridades del país, dentro del ámbito de


sus competencias, se encuentran obligadas a velar,
no sólo por los derechos humanos contenidos en la

2
Contradicción de Tesis entre los criterios sostenidos por el Primer Tribunal
Colegiado en Materias Administrativa y de Trabajo del Décimo Primer Circuito y el
Séptimo Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito, resuelta en
sesión del Tribunal Pleno de fecha tres de septiembre de dos mil trece.(Engrose
pendiente de publicar).
27
CONTRADICCIÓN DE TESIS 336/2013

Constitución, sino también por los derechos humanos


contenidos en los instrumentos internacionales
firmados por el Estado mexicano, adoptando la
interpretación más favorable al derecho humano de
que se trate (lo que se entiende en la doctrina como el
principio pro persona), pero respetando, en todo caso,
las limitaciones y las restricciones a los derechos
humanos establecidos exclusivamente en la
Constitución.

Si bien, los jueces ordinarios no pueden hacer una


declaración general sobre invalidez o expulsar del
orden jurídico las normas que consideren contrarias a
los derechos humanos contenidos en la Constitución y
en los tratados internacionales (como sí sucede en las
vías de control directas establecidas expresamente en
los artículos 103, 105 y 107 de la Carta Magna), sí
pueden dejar de aplicar estas normas inferiores,
dando preferencia a los contenidos de la Constitución
y de los tratados internacionales en esta materia.

Así, el control de constitucionalidad que antes se


concentraba en los órganos del Poder Judicial de la
Federación, ahora ─con sus marcadas diferencias─ se
hace extensivo y obliga a todas las autoridades
jurisdiccionales del país, a fin de que verifiquen si las leyes
inferiores a la Constitución y a los tratados internacionales
en materia de derechos humanos respetan, protegen y
garantizan las prerrogativas de las personas.

Al respecto, se emitió la siguiente tesis:


28
CONTRADICCIÓN DE TESIS 336/2013

“PASOS A SEGUIR EN EL CONTROL DE


CONSTITUCIONALIDAD Y CONVENCIONALIDAD
EX OFFICIO EN MATERIA DE DERECHOS
HUMANOS. La posibilidad de inaplicación de
leyes por los jueces del país, en ningún momento
supone la eliminación o el desconocimiento de la
presunción de constitucionalidad de ellas, sino
que, precisamente, parte de esta presunción al
permitir hacer el contraste previo a su aplicación.
En ese orden de ideas, el Poder Judicial al ejercer
un control de convencionalidad ex officio en
materia de derechos humanos, deberá realizar los
siguientes pasos: a) Interpretación conforme en
sentido amplio, lo que significa que los jueces del
país -al igual que todas las demás autoridades del
Estado Mexicano-, deben interpretar el orden
jurídico a la luz y conforme a los derechos
humanos reconocidos en la Constitución y en los
tratados internacionales en los cuales el Estado
Mexicano sea parte, favoreciendo en todo tiempo
a las personas con la protección más amplia; b)
Interpretación conforme en sentido estricto, lo
que significa que cuando hay varias
interpretaciones jurídicamente válidas, los jueces
deben, partiendo de la presunción de
constitucionalidad de las leyes, preferir aquella
que hace a la ley acorde a los derechos humanos
reconocidos en la Constitución y en los tratados
internacionales en los que el Estado Mexicano sea
parte, para evitar incidir o vulnerar el contenido
esencial de estos derechos; y, c) Inaplicación de
la ley cuando las alternativas anteriores no son
posibles. Lo anterior no afecta o rompe con la
lógica de los principios de división de poderes y
de federalismo, sino que fortalece el papel de los
jueces al ser el último recurso para asegurar la
primacía y aplicación efectiva de los derechos
humanos establecidos en la Constitución y en los
tratados internacionales de los cuales el Estado
Mexicano es parte.”
PLENO. VARIOS 912/2010. 14 de julio de 2011. Mayoría de siete
votos; votaron en contra: Sergio Salvador Aguirre Anguiano, Jorge
Mario Pardo Rebolledo con salvedades y Luis María Aguilar
Morales con salvedades. Ausente y Ponente: Margarita Beatriz
Luna Ramos. Encargado del engrose: José Ramón Cossío Díaz.
Secretarios: Raúl Manuel Mejía Garza y Laura Patricia Rojas
Zamudio.

29
CONTRADICCIÓN DE TESIS 336/2013

El control de la constitucionalidad y convencionalidad


de normas generales por vía de acción está depositado en
exclusiva en los órganos del Poder Judicial de la
Federación, quienes deciden en forma terminal y definitiva
si una disposición es o no contraria a la Constitución
Federal y a los tratados internacionales sobre derechos
humanos; ya sea porque así lo declaren con efectos
permanentes en amparo indirecto, o bien, tratándose de la
vía directa, ordenando solamente su inaplicación al caso
concreto; todo ello mediante el análisis exhaustivo de los
argumentos que propongan los quejosos en su demanda, o
en los casos en que así proceda, en suplencia de la queja.

El control difuso que ejercen los tribunales


administrativos.

El control difuso que realizan las demás autoridades


del país, en el ámbito de su competencia, tal como lo
determinó el Tribunal Pleno, se ejerce de manera oficiosa,
sí y solo sí, encuentran mérito para ello, escudándose en el
imperio del cual están investidos para juzgar conforme a la
Constitución.

El control ordinario que ejercen estas autoridades en


su labor cotidiana, es decir, su competencia específica,
se constriñe a dilucidar un conflicto en materia de legalidad,
con base en los hechos, argumentaciones jurídicas,
pruebas y alegatos propuestos por las partes, dando
cumplimiento a los derechos fundamentales de audiencia,
legalidad, debido proceso y acceso a la justicia. Es aquí,
donde el juzgador ordinario, al aplicar la norma, puede

30
CONTRADICCIÓN DE TESIS 336/2013

realizar de oficio un contraste entre su contenido y los


derechos humanos que reconoce el orden jurídico nacional
(es decir, llevar a cabo un control difuso) en ejercicio de una
competencia genérica. Esta reflexión que realiza el juez
común no forma parte de la disputa entre actor y
demandado, es decir, no forma parte de la litis; el control de
constitucionalidad y convencionalidad difuso nace de la
obligación derivada del criterio interpretativo que la
Suprema Corte de Justicia de la Nación realizó sobre el
contenido y alcances del artículo 1o. de la Carta Magna.

Esto es así, porque los mandatos contenidos en el


artículo 1o. constitucional deben entenderse en armonía
con el diverso 133 del mismo cuerpo normativo, para
determinar el marco dentro del cual debe realizarse tal
cometido, el que resulta esencialmente distinto al control
concentrado que tradicionalmente opera en nuestro
sistema jurídico, y explica que en las vías indirectas de
control, la pretensión o litis no puede consistir en
aspectos de constitucionalidad, pues ello sería tanto
como equiparar los procedimientos ordinarios que buscan
impartir justicia entre los contendientes, a los diversos que
fueron creados por el Poder Constituyente y el Poder
Revisor de la Constitución con el propósito fundamental de
resguardar el principio de supremacía constitucional.

La diferencia toral entre ambos medios de control


(concentrado y difuso) estriba, esencialmente, en que en el
juicio de amparo es decisión del quejoso que el tema de
inconstitucionalidad o inconvencionalidad de la ley forme
parte de la litis, al plantearlo expresamente en su demanda;

31
CONTRADICCIÓN DE TESIS 336/2013

en el control difuso, en cambio, tal tema no integra la litis


que, según se explicó en párrafos anteriores, se limita a la
materia de legalidad, pero por razón de su función, por
decisión propia y prescindiendo de todo argumento de las
partes, el juez ordinario puede desaplicar la norma que a su
criterio no resulte acorde con la Constitución o con los
tratados internacionales en materia de derechos humanos.

El control difuso que realizan los jueces ordinarios, en


el ámbito de sus competencias, constituye una herramienta
más en su importante labor de decir el derecho conforme a
la Ley Suprema. Esta facultad se ha entendido en sentido
de que el órgano judicial puede ejercerla ex officio, es decir,
por razón de su oficio jurisdiccional y sin que medie petición
alguna de parte.

Sin embargo, es factible que en el juicio de nulidad el


actor formule argumentos en los que solicite al juzgador
que ejerza control difuso respecto de una norma
determinada.

En ese caso, al existir un argumento de nulidad


expreso, pueden suceder dos posibilidades: una, que el
órgano jurisdiccional opine de manera coincidente con el
actor y considere que ha lugar a inaplicar la norma y, otra,
que no coincida con lo solicitado.

En este último supuesto, si el tribunal considera que


la norma no es contraria a la Constitución o a los tratados
internacionales en materia de derechos humanos, bastará
con que mencione en una frase expresa que no advirtió

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CONTRADICCIÓN DE TESIS 336/2013

que la norma fuese violatoria de derechos humanos,


para que se estime que realizó el control difuso y
respetó el principio de exhaustividad que rige el
dictado de sus sentencias; sin que sea necesario que
desarrolle toda una justificación jurídica exhaustiva en ese
sentido, pues la norma no le generó convicción que pusiera
en entredicho la presunción de constitucionalidad de que
gozan todas las normas jurídicas de nuestro sistema.

Esto es, no puede imponerse al tribunal contencioso


la obligación de contestar de fondo los argumentos de
inconstitucionalidad o inconvencionalidad que le hagan
valer en la demanda, ya que tal proceder implicaría que la
vía se equipare al control concentrado, desvirtuándose, con
ello, la distinción entre los dos modelos de control, que
─como antes se explicó─ están perfectamente
diferenciados en nuestro sistema.

No debe perderse de vista en este análisis que, a


diferencia del juicio de amparo, que es un medio de control
concentrado de constitucionalidad y convencionalidad, en
el juicio ordinario, las partes no gozan de la titularidad de
la acción para demandar la inconstitucionalidad de normas;
en el ejercicio del control difuso, es al propio juzgador, en la
vía ordinaria, a quien le compete en exclusiva emitir, en su
caso, un juicio de inaplicación de una determinada
disposición legal, cuando advierta que para poder decidir
con respeto a la Constitución Federal, tiene que dejar de
observar aquélla.

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CONTRADICCIÓN DE TESIS 336/2013

Consecuentemente, si bien esta Suprema Corte de


Justicia de la Nación ha interpretado que, de acuerdo con
el artículo 1°, en relación con el 133 constitucionales, existe
en nuestro sistema el control difuso, a través del cual
cualquier órgano jurisdiccional puede inaplicar una ley, para
hacer respetar los derechos humanos establecidos en la
propia Constitución y en los tratados internacionales
celebrados por México; no debe perderse de vista que en
nuestro país prevalece un control concentrado, pues la
propia Constitución Federal establece procedimientos de
control constitucional directo, como son: el juicio de
amparo, la acción de inconstitucionalidad y la controversia
constitucional, en los que, vía impugnación de normas,
pueden plantearse temas de violación a derechos
humanos, acerca de los cuales, el Poder Judicial Federal,
debe realizar un pronunciamiento expreso.

Esto quiere decir que cuando se trata de


procedimientos de control centralizado, el tema de
inconstitucionalidad o de inconvencionalidad de leyes,
forma parte de la litis, por petición expresa del promovente,
y el juez federal está obligado a pronunciarse de forma
directa sobre el mismo, pero cuando se refiere al ejercicio
del control difuso, si bien se autoriza a las autoridades
jurisdiccionales a realizar un análisis de constitucionalidad
o de convencionalidad de normas, tal estudio es ajeno a la
litis ordinaria, por lo que, en el caso de considerar que la
ley no es contraria a la Constitución ni a los tratados
internacionales en materia de derechos humanos, no
puede exigirse al juzgador que desarrolle toda una
justificación en ese sentido, pues esto equivale a convertir

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CONTRADICCIÓN DE TESIS 336/2013

el control difuso en control concentrado de


constitucionalidad; y solo en los casos en que, motu
proprio, considere la necesidad de inaplicar una norma de
jerarquía inferior, podrá hacerlo.

Como lo sostuvo el Tribunal Pleno, la posibilidad de


inaplicación de leyes por los jueces del país, en ningún
momento supone la eliminación o el desconocimiento de la
presunción de constitucionalidad de ellas, sino que,
precisamente, parte de esta presunción, al permitir hacer el
contraste previo a su aplicación; por ello, el ejercicio del
control difuso en el caso de que el órgano jurisdiccional
considere que no existe mérito para inaplicar la ley no
implica que los juzgadores desarrollen en su sentencia el
estudio de la constitucionalidad de las normas que revisen,
pues para cumplir con el principio de exhaustividad basta
con que el concepto de nulidad sea declarado inatendible o
inoperante.

Forma de proceder en amparo.

Cuando se impugna en juicio de amparo directo la


sentencia emitida por el Tribunal Federal de Justicia Fiscal
y Administrativa y se argumenta, como concepto de
violación, que el tribunal responsable dejó de analizar (por
omisión absoluta o porque expresó razones para no
hacerlo) el concepto de nulidad relativo al ejercicio de
control difuso respecto de determinada norma, tal
planteamiento es ineficaz, pues aun cuando sea cierto
que la Sala responsable cometió la omisión, tal proceder no
amerita que se conceda el amparo para que se dicte un

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CONTRADICCIÓN DE TESIS 336/2013

nuevo fallo en el que se ocupe de dar respuesta a ese


tema, debido a que el Poder Judicial de la Federación tiene
competencia primigenia respecto del control de
constitucionalidad de normas generales y, por ello, puede
abordar su estudio de manera directa al emitir sentencia.

Lo anterior, si en opinión del juez de amparo existe


mérito para inaplicar el artículo que se acusó de
inconstitucional o inconvencional ante la autoridad
responsable, en uso de las amplias facultades con que
también cuenta para ejercer control difuso puede hacerlo
directamente, en aras de la justicia pronta, sin que sea
necesario ordenar la devolución de los autos al tribunal
administrativo.

Es así que en el juicio de amparo deben calificarse de


ineficaces los conceptos de violación en los que se alegue
la falta de ejercicio del control difuso de la autoridad
responsable, que se tradujo en la omisión de análisis de
fondo de la presunta inconstitucionalidad o
inconvencionalidad de normas generales aplicadas en el
acto cuya nulidad se hubiese demandado.

Máxime que al pedir amparo el particular puede


reiterar los mismos argumentos con los que pretendió
gestionar el ejercicio de control difuso ante la Sala
responsable, con el beneficio adicional de que podrá
proponer algunos otros conceptos que demuestren la
contravención a la Constitución Federal o a los tratados
internacionales en materia de derechos humanos, en que a
su juicio incurran las normas aplicadas en el procedimiento

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CONTRADICCIÓN DE TESIS 336/2013

contencioso administrativo, o en la sentencia con la que


éste culmine, cuestiones que, por razones cronológicas, no
estaría en condiciones de plasmar desde el escrito que
originó el juicio natural.

Por todo ello, la tesis jurisprudencial que debe


prevalecer es la siguiente:

CONTROL DIFUSO. SU EJERCICIO EN EL JUICIO


CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO. Si bien es cierto que,
acorde con los artículos 1o. y 133 de la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos, las autoridades jurisdiccionales
ordinarias, para hacer respetar los derechos humanos
establecidos en la propia Constitución y en los tratados
internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte,
pueden inaplicar leyes secundarias, lo que constituye un control
difuso de su constitucionalidad y convencionalidad, también lo
es que subsiste el control concentrado de constitucionalidad y
convencionalidad de leyes, cuya competencia corresponde en
exclusiva al Poder Judicial de la Federación, a través del juicio
de amparo, las controversias constitucionales y las acciones de
inconstitucionalidad. La diferencia entre ambos medios de
control (concentrado y difuso), estriba en que, en el primero, la
competencia específica de los órganos del Poder Judicial de la
Federación encargados de su ejercicio es precisamente el
análisis de constitucionalidad y convencionalidad de leyes, por
tanto, la controversia consiste en determinar si la disposición de
carácter general impugnada expresamente es o no contraria a
la Constitución y a los tratados internacionales, existiendo la
obligación de analizar los argumentos que al respecto se
aduzcan por las partes; en cambio, en el segundo (control
difuso) el tema de inconstitucionalidad o inconvencionalidad no
integra la litis, pues ésta se limita a la materia de legalidad y,
por ello, el juzgador por razón de su función, prescindiendo de
todo argumento de las partes, puede desaplicar la norma. Ahora
bien, en el juicio contencioso administrativo, la competencia
específica del Tribunal Federal de Justicia Fiscal y
Administrativa es en materia de legalidad y, por razón de su
función jurisdiccional, este tribunal puede ejercer control difuso;
sin embargo, si el actor formula conceptos de nulidad expresos,
solicitando al tribunal administrativo el ejercicio del control
difuso respecto de determinada norma, de existir coincidencia
entre lo expresado en el concepto de nulidad y el criterio del
tribunal, éste puede inaplicar la disposición respectiva,
expresando las razones jurídicas de su decisión, pero si
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 336/2013

considera que la norma no tiene méritos para ser inaplicada,


bastará con que mencione que no advirtió violación alguna de
derechos humanos, para que se estime que realizó el control
difuso y respetó el principio de exhaustividad que rige el dictado
de sus sentencias, sin que sea necesario que desarrolle una
justificación jurídica exhaustiva en ese sentido, dando respuesta
a los argumentos del actor, pues además de que el control
difuso no forma parte de su litis natural, obligarlo a realizar el
estudio respectivo convierte este control en concentrado o
directo, y transforma la competencia genérica del tribunal
administrativo en competencia específica. Así, si en el juicio de
amparo se aduce la omisión de estudio del concepto de nulidad
relativo al ejercicio de control difuso del tribunal ordinario, el
juzgador debe declarar ineficaces los conceptos de violación
respectivos, pues aun cuando sea cierto que la Sala
responsable fue omisa, tal proceder no amerita que se conceda
el amparo para que se dicte un nuevo fallo en el que se ocupe
de dar respuesta a ese tema, debido a que el Poder Judicial de
la Federación tiene competencia primigenia respecto del control
de constitucionalidad de normas generales y, por ello, puede
abordar su estudio al dictar sentencia. Si, además, en la
demanda de amparo se aduce como concepto de violación la
inconstitucionalidad o inconvencionalidad de la ley, el juzgador
sopesará declarar inoperantes los conceptos de violación
relacionados con el control difuso y analizar los conceptos de
violación enderezados a combatir la constitucionalidad y
convencionalidad del precepto en el sistema concentrado.

Por lo expuesto y fundado, es de resolverse y se


resuelve:

PRIMERO. Existe la contradicción de tesis


denunciada.

SEGUNDO. Debe prevalecer con el carácter de


jurisprudencia, el criterio sustentado por esta Segunda Sala
de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en los
términos precisados en el último considerando de esta
resolución.

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CONTRADICCIÓN DE TESIS 336/2013

Notifíquese; con testimonio de esta resolución a los


Tribunales Colegiados de Circuito contendientes; envíese la
jurisprudencia que se sustenta al Pleno y a la Primera Sala
de la Suprema Corte, a los Tribunales Colegiados de
Circuito y Juzgados de Distrito, en acatamiento a lo previsto
por el artículo 219 de la Ley de Amparo; remítanse de
inmediato la indicada jurisprudencia y la parte considerativa
de este fallo a la Coordinación de Compilación y
Sistematización de Tesis para su publicación en el
Semanario Judicial de la Federación y en su Gaceta y en
su oportunidad, archívese el expediente como asunto
concluido.

Así lo resolvió la Segunda Sala de la Suprema Corte


de Justicia de la Nación, por unanimidad de cinco votos de
los señores Ministros Margarita Beatriz Luna Ramos, José
Fernando Franco González Salas, Sergio A. Valls
Hernández, Alberto Pérez Dayán y Ministro Presidente Luis
María Aguilar Morales. Fue ponente la señora Ministra
Margarita Beatriz Luna Ramos.

Firman el Ministro Presidente Luis María Aguilar


Morales y Ministra Ponente con el Secretario de Acuerdos
de la Segunda Sala que autoriza y da fe.

MINISTRO PRESIDENTE:

_____________________________________
LUIS MARÍA AGUILAR MORALES.

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CONTRADICCIÓN DE TESIS 336/2013

MINISTRA PONENTE:

_________________________________
MARGARITA BEATRIZ LUNA RAMOS.

SECRETARIO DE ACUERDOS:

___________________________________
LIC. MARIO EDUARDO PLATA ÁLVAREZ

Esta hoja corresponde a la última de la sentencia relativa a la


CONTRADICCIÓN DE TESIS 336/2013. ENTRE LAS SUSTENTADAS
POR EL PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO DEL TRIGÉSIMO CIRCUITO
Y EL PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIAS ADMINISTRATIVA
Y DE TRABAJO DEL DÉCIMO SEXTO CIRCUITO. Fallada en sesión del
día veintidós de enero de dos mil catorce por unanimidad de cinco votos
en el sentido siguiente: “PRIMERO. Existe la contradicción de tesis
denunciada. SEGUNDO. Debe prevalecer con el carácter de
jurisprudencia, el criterio sustentado por esta Segunda Sala de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación, en los términos precisados en el último
considerando de esta resolución.” Conste.

En términos de lo dispuesto por el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la


Nación en su sesión del veinticuatro de abril de dos mil siete, y conforme a lo
previsto en los artículos 3, fracción II, 13, 14 y 18 de la Ley Federal de
Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental, así como
en el segundo párrafo del artículo 9° del Reglamento de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación y del Consejo de la Judicatura Federal, en esta versión
pública se suprime la información considerada legalmente como reservada o
confidencial que encuadra en esos supuestos normativos.

GMOB/nar.

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