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Universidad de san Carlos de Guatemala

Facultad de ciencias medicas


Farmacología
Dr. Moica Rosales

Eric Ricardo Zelaya


201380034
Grupo C-4
Introducción

La neumonía se define como cualquier infección del parénquima pulmonar. La infección del
pulmón es más frecuente que cualquier otro órgano visceral. En general, los microorganismos
son inhalados, pero la neumonía también puede ocurrir por propagación hematógena o
inoculación directa. A menudo dividido en comunidad adquirida, hospital adquirido y neumonía
por aspiración. los signos y síntomas más frecuentes de la neumonía son: dificultad para respirar,
fiebre, tos productiva, malestar, y frotamiento por fricción (si es pleuritis fibrinosa). Los agentes
comunes son:
 Staphylococcus aureus,
 Streptococcus pneumoniae,
 Haemophilus influenzae,
 Moraxella catarrhalis,
 Legionella pneumophila,
 Pseudomonas aeruginosa,
 coliformes.

Este reporte se centra en el caso clínico de un paciente de 10 años


de edad que consulta por fiebre no cuantificada de 2 dias de
evolución. Con signos y síntomas de fiebre y asocia tos por la
noche, secreciones orofaringeas y disminución de la ingesta
habitual de alimentos, hipoactivo, frecuencia cardiaca 140,
Frecuencia respiratoria 50, presión arterial 70/ 30 (45), pulsos
distales débiles, llenado capilar 4 segundos, saturación 78 % aire
ambiente, mucosas semi húmedas sin lesiones, y temperatura 39
grados centígrados. La figura 1. los resultados anormales de los
laboratorios de este paciente. Basado con estos datos se discutió
en clase que el paciente muy probable tenga neumonía comunitaria
típica. Por consiguiente, este informe relato el manejo de la
neumonía típica en infantes.

Objetivo

 Conocer la fisiopatología de la neumonía


 Conocer la sintomatología de la neumonía comunitaria
 Conocer el manejo de la neumonía comunitaria típica en
infantes

Figura 1

Desarrollo de la Discusión
La neumonía adquirida en la comunidad (PAC) se define como neumonía no adquirida en un
hospital o en un centro de cuidados de larga duración. Los pacientes con neumonía adquirida en
la comunidad suelen presentar tos, fiebre, escalofríos, fatiga, disnea, rigores y dolor torácico
pleurítico. Cuando un paciente presenta una sospecha de neumonía adquirida en la comunidad,
el médico debe primero evaluar la necesidad de hospitalización utilizando una herramienta de
predicción de la mortalidad, como el índice de severidad de la neumonía, combinado con juicio
clínico.

Fisiopatología

La neumonía se debe a una alteración de los mecanismos de defensa normales, o a una menor
resistencia del huésped. Los mecanismos normales de defensa son el aclaramiento nasal
(estornudos, soplado, deglución), aclaramiento traqueobronquial (acción mucociliar) y
aclaramiento alveolar (macrófagos alveolares). El deterioro se debe a la inmunosupresión
primaria o adquirida, a la supresión del reflejo de la tos (drogas, virus, coma, anestesia), lesión al
aparato mucociliar (tabaquismo, virus, síndrome de Kartegeners), lesión de macrófagos (tabaco,
alcohol, anoxia) edema o acumulación de secreciones (fibrosis quística). (2,4,5)

Diagnóstico

Los signos y síntomas de la neumonía son a menudo inespecíficos y varían ampliamente en función
de la edad del paciente y de los organismos infecciosos involucrados.

Observar el esfuerzo respiratorio del niño durante un examen físico es un primer paso importante
en el diagnóstico de la neumonía. Los umbrales de la frecuencia respiratoria de la Organización
Mundial de la Salud (OMS) para identificar a los niños con neumonía son los siguientes:

Niños menores de 2 meses: Mayor o igual a 60 respiraciones / min

Niños de 2-11 meses: Mayor o igual a 50 respiraciones / min

Niños de 12-59 meses: Mayor o igual a 40 respiraciones / min

La evaluación de la saturación de oxígeno por oximetría de pulso se debe realizar temprano en la


evaluación cuando los síntomas respiratorios están presentes. La cianosis puede estar presente en
casos severos. La capnografía puede ser útil en la evaluación de niños con potencial compromiso
respiratorio.

Otras pruebas diagnósticas pueden incluir lo siguiente:

 Auscultación por estetoscopio


 Culturas
 Serología
 Recuento completo de células sanguíneas (CBC)
 Radiografía de tórax
 Ultrasonografía
Nuevos datos muestran que la ultrasonografía de punto de atención diagnostica con precisión la
mayoría de los casos de neumonía en niños y adultos jóvenes. La ecografía puede eventualmente
sustituir a los rayos X para el diagnóstico.

Tratamiento
Antes de dar un tratamiento se tiene que tomar en cuenta la valoración inicial de la gravedad de
la neumonía.

Factores de riesgo.

Condicionan la gravedad del proceso, valorándose las circunstancias siguientes:

1) La existencia de patologías crónicas que actúen como factor debilitante.

2) Falta de respuesta al tratamiento empírico correctamente utilizado, transcurridas 48-72 horas


del inicio.

3) Imágenes radiológicas sospechosas de un germen no habitual.

4) Presentación inicial muy grave.

Criterios de hospitalización.

Se valoran las circunstancias siguientes:

1) Edad inferior al año.

2) Enfermedades subyacentes (inmunodeficiencia, malnutrición, FQ, cardiopatías).

3) Signos evidentes de gravedad. (Convulsiones, inestabilidad hemodinámica).

4) Sospecha de sepsis, deshidratación.

5) Distrés respiratorio, hipoxia.

6) Complicaciones pulmonares (Derrame pleural, absceso pulmonar, pioneumotórax).

7) Ambiente familiar incapaz de colaborar en el tratamiento.(1,2,5,6)

Terapia antibiótica

La terapia antibiótica para la neumonía adquirida en la comunidad siempre debe seleccionarse


teniendo en cuenta las características del paciente, el lugar de adquisición y la gravedad de la
enfermedad. Muchos expertos creen que la terapia debe seguir siempre la confirmación del
diagnóstico de neumonía y siempre debe ir acompañada de un esfuerzo diligente para identificar
un agente causal. Cuando se identifica un patógeno específico, puede usarse la terapia específica
de patógeno (Tabla 1).
Terapia específica de patógenos para la neumonía adquirida en la comunidad Organismo

Terapia primaria

Streptococcus pneumoniae, susceptible de Penicilina G; Amoxicilina


penicilina

S. pneumoniae, resistente a la penicilina Cefotaxima, ceftriaxona, fluoroquinolona, vancomicina, otros,


basados en estudios de susceptibilidad

Haemophilus influenzae Cefalosporina de segunda o tercera generación, doxiciclina,


inhibidor de beta-lactama o beta-lactamasa, azitromicina, TMP-
SMX

Moraxella catarrhalis La cefalosporina de segunda o tercera generación, el macrolido


TMP-SMX, el beta-lactámico o el inhibidor beta-lactamasa

Legionella spp. Macrólido, tetraciclina, fluoroquinolona sola

Mycoplasma pneumoniae Doxiciclina, macrólido

Chlamydia pneumoniae Doxiciclina, macrólido

Anaerobios Beta-lactama o inhibidor de beta-lactamasa, clindamicina

Bacilos gramnegativos entéricos Cefalosporina ± aminoglucósido de tercera


generación; carbapenem

Pseudomonas aeruginosa Aminoglucósido + ticarcilina, piperacilina, mezlocilina, ceftazidima,


cefepima, aztreonam o carbapenem

Staphylococcus aureus , susceptible a la Nafcilina u oxacilina


meticilina

S. aureus, resistente a la meticilina Vancomicina o linezolid

Bacillus Anthracis Ciprofloxacina o doxiciclina + dos de los siguientes: rifampina,


vancomicina, penicilina, ampicilina, cloranfenicol, imipenem,
clindamicina, claritromicina

Influenza A, dentro de las 48 horas del inicio de Amantidina, rimantadina, oseltamivir, zanamivir
los síntomas o huésped inmunocomprometido

Influenza B, dentro de las 48 horas del inicio de Oseltamivir, zanamivir


los síntomas o huésped inmunocomprometido
Table 1
Neumonías en niños mayores de 5 años.

En estas edades es conocida la elevada incidencia del M. pneumoniae y de la Chamydia pneumoniae,


para los casos de neumonías atípicas. El St. pneumoniae se mantiene como el agente más frecuente
para el grupo de las de etiología bacteriana. El H. influenzae es raro a esta edad.
Tratamiento de elección: macrólidos (eritromicina, claritromicina, azitromicina)

Alternativa: amoxicilina/clavulánico o cefuroxima En las formas graves, que requieran


hospitalización y no exista orientación etiológica: eritromicina + cefuroxima (e.v.)

Tratamiento de soporte

Cuando la gravedad del caso requiera su hospitalización, en función del grado de afectación del
estado general, podemos establecer una serie de medidas entre las que podemos señalar:

1) dieta absoluta para evitar las aspiraciones;

2) reposo relativo, no restrictivo;

3) corrección trastornos hidroelectrolíticos del equilibrio ácido-base;

4) fisioterapia cuando haya cedido la fase aguda.;

5) oxigenoterapia y ventilación en los casos que la gravedad lo requiera;

6) quirúrgico: evacuación de derrames pleurales, neumotórax.(1,3,5)

Complicaciones:

El compromiso respiratorio severo puede requerir intubación y transferencia a una unidad de


cuidados intensivos (UCI) adecuada para un monitoreo y terapia más intensivos. Las indicaciones
para la transferencia incluyen la hipoxia refractaria, el desorden respiratorio descompensado (por
ejemplo, la disminución de la taquipnea debido a la fatiga, la hipercapnia) y complicaciones
sistémicas como la sepsis.

La transferencia puede necesitar ser iniciada en un umbral más bajo para bebés o niños pequeños,
ya que la descompensación puede ser rápida. La transferencia de lactantes o niños pequeños muy
enfermos a una UCI pediátrica se realiza mejor con un equipo especializado de transferencia
pediátrica, aunque conlleva una espera ligeramente más larga que el transporte médico
convencional o incluso el transporte aéreo.

La tos severa, especialmente en el contexto de neumonías necrotizantes o formación de bullas,


puede conducir a neumotoracos espontáneos. Estos pueden o no requerir tratamiento
dependiendo del tamaño del neumotórax y si está bajo tensión y compromete la ventilación y el
gasto cardíaco.(2)

Otras complicaciones son las siguientes:

 Derrame pleural
 Empiema
 Pneumatocele
 Absceso pulmonar
 Neumonía necrotizante
 Infección sistémica con focos metastásicos
 Hipertensión pulmonar neonatal persistente
 Síndrome de fuga de aire, incluyendo neumotórax, pneumomediastino, neumopericardio y
enfisema intersticial pulmonar
 Lesión de las vías aéreas
 Secreciones obstructivas de las vías respiratorias
 Hipoperfusión
 Enfermedad pulmonar crónica
 Lesión de órgano terminal con lesiones hipóxico-isquémicas y citocinas
 Septicemia (3,4)

Conclusiones:

Existe amplia evidencia de que una radiografía de tórax es útil para confirmar el diagnóstico de
neumonía. Varios estudios han demostrado la falta de sensibilidad y especificidad de los hallazgos
en la toma de historia y el examen físico. Los signos y síntomas que tienen un alto grado de
sensibilidad (por ejemplo, fiebre y taquipnea) carecen de especificidad, y aquellos con un alto grado
de especificidad (por ejemplo, rales y dolor pleurítico) carecen de sensibilidad. Las radiografías de
tórax que muestran infiltrados lobulares consolidados, en particular si hay un gran derrame pleural
o cualquier necrosis parenquimatosa, son indicativos de una causa bacteriana. Cuando el recuento
de células blancas, el recuento diferencial y el nivel de proteína C reactiva son muy anormales,
también tienen un valor predictivo con respecto a la neumonía bacteriana y pueden corroborar un
diagnóstico basado en información clínica e histórica.

Estas consideraciones, junto con el conocimiento de los patrones predominantes de susceptibilidad


a los antimicrobianos, pueden usarse para determinar la necesidad y la naturaleza del tratamiento
farmacológico empírico. La siguiente tabla es un resumen del medicamento por edad. (1,2,6)

Tabla 2
Referencias

1. Jokinen C, Heiskanen L, Juvonen H, Et al. Incidencia de neumonía adquirida en la


comunidad en la población de cuatro municipios del este de Finlandia. Am J
Epidemiol1993; 137: 977-988. Disponible en:
http://cel.webofknowledge.com/InboundService.do?mode=FullRecord&customersID=atyp
oncel&IsProductCode=Yes&product=CEL&Init=Yes&Func=Frame&action=retrieve&SrcApp
=literatum&SrcAuth=atyponcel&SID=2CALquQWVVwJAXxHLNK&UT=WOS%3AA1993LJ317
00008
2. Antibiotic Treatment Strategies for Community-Acquired Pneumonia in Adults — NEJM
[enlinea]. New England Journal of Medicine. 2017 [citado 1 Sept 2017]. Disponible en:
http://www.nejm.org/doi/full/10.1056/NEJMoa1406330#t=article
3. Lutfiyya M, Henley E, Chang L, Reyburn S. Diagnosis and Treatment of Community-Acquired
Pneumonia [enlinea]. Aafp.org. 2017 [citado 1 Sept 2017]. Disponible en:
http://www.aafp.org/afp/2006/0201/p442.html
4. Community-Acquired Pneumonia [Internet]. Clevelandclinicmeded.com. 2017 [citado 1
Sept 2017]. Disponible en:
http://www.clevelandclinicmeded.com/medicalpubs/diseasemanagement/infectious-
disease/community-acquired-pneumonia/#t0045
5. Pediatric Pneumonia: Practice Essentials, Background, Pathophysiology [enlinea].
Emedicine.medscape.com. 2017 [citado 1 Sept 2017]. Disponible en:
http://emedicine.medscape.com/article/967822-overview
6. Brit-thoracic.org.uk. 2017 [citado 1 Sept 2017]. Disponible en: https://www.brit-
thoracic.org.uk/document-library/clinical-information/pneumonia/adult-pneumonia/a-
quick-reference-guide-bts-guidelines-for-the-management-of-community-acquired-
pneumonia-in-adults/

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