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Contestan demanda.
S. J. L.
Asimismo, hacemos presente que esta parte fue notificada de la demanda el día 5
de septiembre de 2017, mediante cédula dejada en su domicilio por la receptora
doña Virginia Araya. Junto con la demanda, se notificó también a esta parte de las
siguientes modificaciones o ampliaciones de la misma: (i) ampliación de fecha 18
de julio de 2017, mediante la cual la demanda fue ampliada respecto de 100 nuevos
demandantes; (ii) ampliación de fecha 19 de julio de 2017, mediante la cual la
demanda fue ampliada respecto de 232 nuevos demandantes; (iii) ampliación de
fecha 19 de julio de 2017, mediante la cual la demanda fue ampliada respecto de 2
nuevos demandantes; (iv) ampliación de fecha 3 de agosto de 2017, mediante la
cual la demanda fue ampliada respecto de 29 nuevos demandantes; (v) ampliación
de fecha 17 de agosto de 2017, mediante la cual la demanda fue ampliada respecto
de 12 nuevos demandantes; (vi) ampliación de fecha 22 de agosto de 2017,
mediante la cual la demanda fue ampliada respecto de 31 nuevos demandantes.
1
Conforme a lo prescrito por el artículo 261 del Código de Procedimiento Civil
(“CPC”), cualquier otra modificación se considera como una “demanda nueva para
los efectos de su notificación”. Dado que esta parte no ha sido notificada
válidamente de ninguna otra ampliación o modificación de la demanda, no podría
tenérsele por emplazada de otras eventuales modificaciones.
I.
ANTECEDENTES GENERALES
Las cláusulas cuya nulidad se demanda, por considerar que serían cláusulas
abusivas contrarias a la Ley N°19.496 (“Ley del Consumidor”), son las siguientes:
(i) cláusula décima, que establece que el deudor del crédito debe probar los pagos
o abonos al respectivo crédito; y (ii) cláusula décimo quinta, que otorgaría a Itaú
Corpbanca un mandato especial irrevocable para suscribir pagarés a nombre del
deudor –según los demandantes se trataría de un mandato en blanco– y libera a
nuestro representado de la obligación de rendir cuenta.
En cuanto a la cláusula décimo quinta, se señala que sería contraria a los artículos
16 letras g)2 y 17 B letra g) de la Ley del Consumidor3, debido a que se establecería
1 “No producirán efecto alguno en los contratos de adhesión las cláusulas o estipulaciones que: (…)
d) Inviertan la carga de la prueba en perjuicio del consumidor”.
2 “No producirán efecto alguno en los contratos de adhesión las cláusulas o estipulaciones que: (…)
g) En contra de las exigencias de la buena fe, atendiendo para estos efectos a parámetros objetivos, causen en perjuicio del
consumidor, un desequilibrio importante en los derechos y obligaciones que para las partes se deriven del contrato. Para ello
se atenderá a la finalidad del contrato y a las disposiciones especiales o generales que lo rigen. Se presumirá que dichas
cláusulas se encuentran ajustadas a exigencias de la buena fe, si los contratos a que pertenecen han sido revisados y
autorizados por un órgano administrativo en ejecución de sus facultades legales”.
3 Conforme a esta norma, en los contratos referidos a productos o servicios financieros “Se prohíben los mandatos en blanco
2
la facultad irrevocable de Itaú Corpbanca de suscribir un pagaré a nombre del
deudor, con amplias facultades para llenar las menciones del respectivo pagaré.
Lo que no señalan los demandantes es que los Contratos de Créditos CAE fueron
celebrados en virtud de lo establecido por la Ley N°20.027 que Establece Normas
para el Financiamiento de Estudios de Educación Superior. Conforme a dicha ley,
el Ministerio de Educación convocó a una licitación pública en la cual nuestro
representado participó y se adjudicó el otorgamiento de los Créditos CAE.
Pues bien, según lo exigido por la Ley N°20.027, para llamar a dicha licitación, el
Ministerio de Educación aprobó y publicó las respectivas Bases de Licitación, de las
cuales se tomó razón por la Contraloría General de la República4. Dichas Bases de
Licitación fueron elaboradas por el Ministerio de Educación –a través de la
denominada “Comisión Ingresa”– conforme a lo dispuesto por el artículo 22 de la
Ley N°20.027.
Como veremos más adelante, en virtud de la norma recién citada, las cláusulas
cuestionadas por la contraria forman parte de las Bases de Licitación y no pueden
ser alteradas unilateralmente por Itaú Corpbanca. Es decir, al celebrar los Contratos
de Créditos CAE, esta parte simplemente cumplió con lo establecido en la ley y en
las Bases de Licitación, de las cuales no se podía apartar.
II.
EXCEPCIONES Y DEFENSAS
II.1.
Incompetencia Absoluta del Tribunal de S.S.
4Copia de dichas bases se acompañaron en el segundo otrosí del escrito de fecha 10 de octubre de 2017, mediante el cual
esta parte solicitó reposición de la resolución que declaró admisible la demanda de autos.
3
Las dos cláusulas impugnadas en la demanda se encuentran contenidas en dichas
Bases de Licitación. En efecto, en el Anexo B 2 de las Bases Técnicas consta el
texto del contrato que nuestro representado debía celebrar con los solicitantes de
los Créditos CAE. Basta revisar el Anexo B 2 para concluir que el texto de las
cláusulas décima y décimo quinta es exactamente el mismo que el que cuestionan
los actores5.
Los demandantes estiman que las cláusulas décima y décimo quinta de los
Contratos de Créditos CAE son contrarias a la ley y, en razón de ello, demandan la
nulidad de las mismas.
Pues bien, dado que las cláusulas cuya legalidad se impugna en autos están
contenidas en las Bases de Licitación, el tribunal competente para conocer de
cualquier impugnación de las mismas es el Tribunal de Contratación Pública
establecido por la Ley N°19.886. Conforme al artículo 24 de la Ley N°19.886, dicho
tribunal “será competente para conocer de la acción de impugnación contra actos u
omisiones, ilegales o arbitrarios, ocurridos en los procedimientos administrativos de
contratación con organismos públicos regidos por esta ley”. Es más, el inciso
segundo de dicha norma establecen específicamente lo siguiente:
5 Páginas 62 y siguientes del documento acompañado en el segundo otrosí del escrito de reposición de fecha 10 de octubre
de 2017.
6 Al respecto, el artículo 2° de la Ley N°20.027 establece: “El Estado, por intermedio del Fisco, garantizará los créditos
destinados a financiar estudios de educación superior, siempre que éstos hayan sido concedidos en conformidad con las
normas de esta ley y su reglamento.
El monto garantizado por el Estado en cada año, no podrá exceder el máximo de recursos que determine la Ley de
Presupuestos respectiva.
Los créditos objeto de garantía estatal no podrán ser otorgados por el Fisco”.
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Cabe agregar que nuestra jurisprudencia ha fallado sistemáticamente que, en
aquellos casos en que existan reparos respecto de la legalidad de las bases de
licitación, se debe reclamar expresamente de ellas, pues de lo contrario se entiende
que se aceptó su contenido7. En otras palabras, no se puede impugnar un contrato
celebrado posteriormente, como consecuencia de las bases de licitación, si es que
éstas no fueron impugnadas en su oportunidad.
Por último, hacemos presente que el inciso tercero del artículo 24 de la Ley
N°19.886 establece que la impugnación “podrá ser interpuesta por toda persona
natural o jurídica, que tenga un interés actualmente comprometido en el respectivo
procedimiento administrativo de contratación”. Es decir, cualquier persona que
tenga interés –incluyendo a los actores– puede reclamar contra la legalidad del
contenido de las bases de licitación respectivas.
De esta manera, si los actores estimaban que las cláusulas décima y décimo quinta
de los Contratos de Créditos CAE eran contrarias a la ley, lo que debían hacer era
presentar su demanda de impugnación ante el Tribunal de Contratación Pública, el
cual –por tratarse de cláusulas que ya están definidas en las Bases de Licitación–
tiene competencia exclusiva y excluyente para pronunciarse sobre la validez de las
mismas. Así lo establece expresamente el artículo 24 de la Ley N°19.886.
II.2.
La Ley del Consumidor no se aplica en este caso a Itaú Corpbanca
La demanda parte del presupuesto fáctico de que las cláusulas décima y décimo
quinta de los Contratos de Créditos CAE son cláusulas abusivas. Las denominadas
7A modo de ejemplo, Tribunal de Contratación Pública, sentencia de fecha 28 de julio de 2017, causa Rol N°341-2015,
Considerandos 25° a 28°.
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cláusulas abusivas están definidas en el artículo 16 de la Ley del Consumidor, el
cual exige que éstas se encuentren contenidas “en los contratos de adhesión”.
Es decir, para que una cláusula pueda considerarse abusiva –en los términos de la
Ley del Consumidor– necesariamente debe estar incluida en un contrato de
adhesión. Pues bien, el artículo 1° N°6 de dicha ley define a los contratos de
adhesión los siguientes términos:
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Financiera. Este ejemplar servirá a la Institución Financiera de respaldo
para los Créditos que deban ser desembolsados en los años posteriores
del plan de estudios de la carrera de los Estudiantes.
8Páginas 31 y 32 del documento acompañado en el segundo otrosí del escrito de fecha 10 de octubre de 2017, mediante el
cual se solicitó reposición contra la resolución que declaró admisible la demanda de autos. Énfasis original.
7
Créditos CAE, sin posibilidad alguna de apartarse de su contenido. Pues bien, basta
revisar el Anexo B 2 para concluir que el texto de las cláusulas décima y décimo
quinta es exactamente el mismo que el que cuestionan los actores9.
En otras palabras, Itaú Corpbanca no hizo sino celebrar los contratos tal y como
fueron aprobados en las Bases de Licitación, las cuales a su vez fueron elaboradas
conforme a la Ley N°20.027. Es decir, lo que hizo nuestro representado fue cumplir
con la ley y celebrar contratos cuyo contenido ya había sido definido por la Comisión
Ingresa del Ministerio de Educación.
Así pues, dado que las cláusulas no fueron “propuestas unilateralmente por el
proveedor” sino que por la autoridad, no estamos ante un contrato de adhesión y,
en consecuencia, no se cumple el presupuesto necesario para que exista una
cláusula abusiva en los términos de la Ley del Consumidor10.
9 Páginas 62 y siguientes del documento acompañado en el segundo otrosí del escrito de fecha 10 de octubre de 2017, mediante
el cual se solicitó reposición contra la resolución que declaró admisible la demanda de autos.
10 Es más, si alguien debió acatar el contenido de los Contratos de Créditos CAE sin posibilidad de modificarlo, fue
otorgados en conformidad con esta ley, podrán, de manera individual o colectiva, o representados por las organizaciones
estudiantiles formalmente constituidas en cada institución, presentar reclamos o solicitudes de reconsideración en contra de
las decisiones adoptadas por la Comisión en el ejercicio de sus funciones”.
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1. Para declarar la nulidad de una cláusula abusiva es necesario que el
contenido de ésta sea propuesto o elaborado unilateralmente por el
proveedor. Así lo exige la Ley del Consumidor.
II.3.
Falta de Legitimación Pasiva
“La calidad de la acción dice relación con que ésta debe ser intentada
por el titular del derecho y contra la persona obligada, es decir, las partes
en la relación jurídica sustancial. Llámase legitimatio ad causam, la
demostración de la existencia de la calidad invocada, que es activa
cuando se refiere al actor y pasiva cuando al demandado.
Correspondiendo al actor la prueba de las condiciones de su acción, a él
incumbe demostrar su calidad de titular del derecho y la calidad de
obligado del demandado. La falta de calidad, sea porque no existe
identidad entre la persona del actor y aquella a quien la acción está
concedida, o entre la persona del demandado y aquella contra la cual se
concede, determina la procedencia de la defensa por falta de legitimidad,
que debe ser opuesta al contestar la demanda y apreciada en la
sentencia definitiva.
Por consiguiente, la legitimación de la calidad de obrar no es un requisito
para el ejercicio de la acción, sino para su admisión en la sentencia. Si
de la prueba no resulta la legitimación activa o pasiva, la sentencia
rechazará la demanda, no porque ésta haya sido mal deducida, sino
porque la acción no corresponde al actor o contra el demandado”12.
12Iltma. Corte de Apelaciones de Santiago, sentencia de fecha 24 de agosto de 2004, causa Rol N°5647-1996 (Considerando
4°).
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Conforme a lo anterior, Itaú Corpbanca no ha ejecutado la conducta que constituye
el presupuesto fáctico de la demanda, razón por la cual no existe identidad entre
esta parte y aquel en contra de quien debiera intentarse la demanda. Si a alguien
desea demandar la contraria, debiera ser al organismo que elaboró las Bases de
Licitación y no a esta parte.
Cabe destacar, en todo caso, que al celebrar los Contratos de Créditos CAE nuestro
representado se limitó a cumplir lo establecido por la Ley N°20.027 y las Bases de
Licitación. Es decir, dichos contratos fueron celebrados en los términos prescritos
por la ley, por lo que se trata de actos autorizados por el Derecho, los cuales no
pueden considerarse ilegales. Al respecto se ha señalado lo siguiente: “En
circunstancias que la culpa es ilicitud, los actos expresamente permitidos u
ordenados por la ley no pueden ser culpables. Ello vale tanto respecto de
potestades jurídicas, como de derechos reconocidos por la Constitución o la ley (…)
el ejercicio de un derecho subjetivo en sentido estricto (como, por ejemplo, el
derecho de libre expresión o a desarrollar una actividad económica) usualmente
excluye la ilicitud”13.
En conclusión:
13 Barros Bourie, Enrique, “Tratado de Responsabilidad Extracontractual”, Editorial Jurídica, Santiago, 2006, págs. 134-135.
10
II.4.
En subsidio, las cláusulas impugnadas no son abusivas
Sin embargo, dicha cláusula no hace sino reproducir la regla general del artículo
1698 del Código Civil, toda vez que, acreditada la existencia de una obligación
contractual, corresponde al deudor probar su extinción, sea mediante el pago u otro
modo de extinguir las obligaciones. Al respecto se ha señalado lo siguiente: “Como
es sabido cuando el acreedor ha demostrado la existencia de un contrato (esa es
su carga de la prueba según el 1698, ya que es un hecho constitutivo), cae en el
deudor probar su extinción o cumplimiento (nuevamente por el 1698 al ser un hecho
extintivo) y se presume que dicho incumplimiento es culpable en función del artículo
1547 inciso tercero del Código Civil”15.
De esta manera, no se divisa cómo, por el solo hecho de reiterar la regla general en
materia probatoria (artículo 1698 del Código Civil), se estaría invirtiendo la carga de
la prueba en perjuicio del consumidor.
Tal como señala la doctrina, “pareciera existir una noción comúnmente compartida
por los consumidores de que el proveedor debe probar absolutamente todos los
hechos y que el consumidor no debe probar nada, ya que es el sujeto protegió (sic)
por la legislación especial. Esto no es correcto y, por el contrario, el consumidor sí
debe probar los hechos fundantes de su pretensión”16.
14 “No producirán efecto alguno en los contratos de adhesión las cláusulas o estipulaciones que: (…)
d) Inviertan la carga de la prueba en perjuicio del consumidor”.
15 Claudio Fuentes Maureira, “Artículo 16 D”, en La Protección de los Derechos de los Consumidores, Íñigo de la Maza Gazmuri
y Carlos Pizarro Wilson, Thomson Reuters, Santiago, 2013, pág. 326. Énfasis agregado.
16 Ibíd., pág. 323.
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Queda en evidencia, entonces, que una cláusula que meramente consagra la regla
general en materia de carga probatoria, no puede estimarse contraria a la Ley del
Consumidor.
En cuanto a la cláusula décimo quinta, se señala que sería contraria a los artículos
16 letras g)17 y 17 B letra g) de la Ley del Consumidor18, debido a que se establecería
la facultad irrevocable de Itaú Corpbanca de suscribir un pagaré a nombre del
deudor, con amplias facultades para llenar las menciones del respectivo pagaré.
Ello no es efectivo, toda vez que: (i) el mandato a que se refiere esta cláusula no es
un mandato en blanco; y (ii) dicho mandato puede ser revocado en la forma que
establece la ley. Veamos:
Pues bien, los contratos en cuestión no contienen mandatos en blanco, puesto que
en ellos se contienen reglas que permiten determinar las obligaciones a contraer
por el deudor, las cuales se encuentran plenamente determinadas (salvo la fecha y
monto de la deuda, lo cual dependerá de la conducta posterior del deudor). De esta
forma, las obligaciones a contraer se encuentran determinadas o, al menos, son
determinables en virtud de lo pactado en los mismos contratos. Además de ello, la
finalidad de los mandatos conferidos a Itaú Corpbanca es, precisamente, el
cumplimiento de la obligación emanada del crédito. Por algo se trata de un mandato
“especial” y no general, según consta en el ya citado Anexo B 2 de las Bases
17 “No producirán efecto alguno en los contratos de adhesión las cláusulas o estipulaciones que: (…)
g) En contra de las exigencias de la buena fe, atendiendo para estos efectos a parámetros objetivos, causen en perjuicio del
consumidor, un desequilibrio importante en los derechos y obligaciones que para las partes se deriven del contrato. Para ello
se atenderá a la finalidad del contrato y a las disposiciones especiales o generales que lo rigen. Se presumirá que dichas
cláusulas se encuentran ajustadas a exigencias de la buena fe, si los contratos a que pertenecen han sido revisados y
autorizados por un órgano administrativo en ejecución de sus facultades legales”.
18 Conforme a esta norma, en los contratos referidos a productos o servicios financieros “Se prohíben los mandatos en blanco
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Técnicas. Y si se trata de un mandato especial, pactado en los Contratos de
Créditos CAE, no podría extenderse a otras obligaciones distintas.
Es decir, los mandatos conferidos a esta parte son revocables en la medida que se
cumpla el requisito básico de que “estén totalmente extinguidas las obligaciones a
favor” de Itatú Corpbanca. Ello es del todo lógico, puesto que el mandato no sólo
interesa al deudor del crédito, sino también a quien lo otorga.
POR TANTO,
Cristian Américo
Firmado digitalmente por
Cristian Américo Gandarillas
Paulo Antonio Paulo
Rettig
Antonio Montt
Gandarillas Serani
Serani
Fecha: 2017.11.02 20:38:17 Montt Rettig Fecha: 2017.11.02 20:36:44
-03'00' -03'00'
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