Escolar Documentos
Profissional Documentos
Cultura Documentos
para ayudar a otras personas a identificar cuáles son las dificultades y aplicar los principios sobre las
relaciones humanas a los problemas que surgen en cualquier nivel de experiencia “
Para Peplau la ENFERMERIA es un proceso interpersonal y terapéutico que funciona en términos de
cooperación con otros procesos humanos, haciendo de la salud una posibilidad para los individuos en las
comunidades. Basa este planteamiento en que las PERSONAS son seres humanos que viven una especie
de equilibrio inestable de manera que, cuando ese equilibrio se altera, aparece la ENFERMEDAD.
Define SALUD como palabra símbolo que implica el movimiento d avance de la personalidad y otros
procesos humanos hacia una vida creativa, constructiva, personal y comunitaria
La relación interpersonal entre enfermera y paciente puede llevarse a cabo en diferentes ENTORNOS:
hospital, escuela, comunidad, etc., con el objetivo de mejorar la salud, aumentar el bienestar y atender a las
enfermedades.
En la relación enfermera y paciente describe cuatro fases.
1. Orientación: En esta fase el paciente tiene “una necesidad insatisfecha” y por tanto precisa apoyo
profesional. La enfermera le ayuda a reconocer y entender sus problemas.
2. Identificación: El paciente se relaciona e identifica con quienes pueden ayudarle. La enfermera le ayuda
a desarrollar fuerzas positivas para llegar a satisfacer sus necesidades
3. Explotación: El paciente intenta aprovechar al máximo todo lo que se le brinda a través de su relación
con la enfermera.
4. Resolución: Los objetivos iníciales van cambiando progresivamente, y en la medida que el paciente se
hace menos dependiente se va liberando de su identificación con el enfermero/a.
En la relación de enfermería con el paciente, Peplau llega a describir seis funciones diferentes a
desarrollar.
1. Papel del extraño: El enfermero es, en primera instancia, para el paciente, un extraño. Es necesario
establecer con el paciente una relación aceptándolo tal y como es, sin juicios de valor sobre su persona. En
esta fase la relación enfermero – paciente no está aún personalizada, y se correspondería con la
identificación.
2. Papel de persona-recurso: La enfermera da respuestas específicas a las preguntas del paciente en lo
relativo a su salud, es muy importante que estas se den de acuerdo con la personalidad y capacidades
intelectuales del paciente.
3. Papel docente: La autora habla de dos categorías de enseñanza a los enfermos: enseñanza instructiva,
basada en dar a las personas la información necesaria, y enseñanza experiencial basada en utilizar la
experiencia del paciente como base para el aprendizaje (aprender la propia experiencia).
4. Papel conductor: El profesional de enfermería ayuda al paciente enfermo a través de una relación de
cooperación y de participación activa.
5. Papel de sustituto: El profesional de enfermería desarrolla un papel de sustituto de alguien.
Posteriormente es necesario ayudarle a diferenciar, puesto que hay que establecer los campos de
dependencia e independencia en la relación enfermero- paciente.
6. Papel de consejero: es el papel que Peplau le da mayor importancia en la enfermería psiquiátrica. El
consejo funciona en la relación, de manera que las enfermeras/os responden a las necesidades de sus
pacientes, ayudando a que recuerden y entiendan completamente lo que le sucede en la actualidad, de modo
que pueda integrar esa experiencia en vez de disociarla de las demás experiencias de su vida.
Concluimos que el modelo de Hildegard Peplau, es un modelo de interacción donde enfermera- paciente
unidos pueden aprender y crecer personalmente.
El aprendizaje de cada paciente cuando recibe cuidados de enfermería será sustancialmente distinto según
el tipo de persona que sea el enfermero/a.
Estimular el desarrollo de la personalidad hacia la madurez es una función de la enfermería y de la
formación en enfermería.La enfermería emplea principios y métodos para guiar el proceso hacia Ia
resolución de los problemas interpersonales.
Un supuesto implícito seria que "la profesión de la enfermería tiene la responsabilidad legal de aplicar de
forma eficaz la enfermería y de sus consecuencias sobre los pacientes".
JEAN WATSON
esto que se basa en siete supuestos básicos:
1. El cuidado sólo se puede manifestar de manera eficaz y sólo se puede practicar de manera interpersonal.
2. El cuidado comprende factores de cuidados que resultan de satisfacer ciertas necesidades humanas.
3. El cuidado eficaz promueve la salud y el crecimiento personal o familiar.
4. Las respuestas derivadas del cuidado aceptan a la persona no sólo como es, sino como la persona puede
llegar a ser.
5. Un entorno de cuidado ofrece el desarrollo del potencial, a la vez que permite elegir para la persona la
mejor acción en un momento determinado.
6. El cuidado es más “salud-genético” que la curación. La práctica del cuidado integra el conocimiento
biofísico al conocimiento de la conducta humana para generar o promover la salud y ofrecer cuidados a los
enfermos. Así pues, una ciencia del cuidado complementa perfectamente una ciencia de curación.
7. La práctica del cuidado es fundamental para la enfermería.
Premisa 1. “El cuidado (y la enfemería) han existido en todas las sociedades. La actitud de asistencia se ha
transmitido a través de la cultura de la profesión como una forma única de hacer frente al entorno. La
oportunidad que han tenido enfermeras(os) de obtener una formación superior y de analizar, a un nivel
superior, los problemas y los asuntos de su profesión, han permitido a la enfermería combinar su orientación
humanística con los aspectos científicos correspondientes.
Premisa 2. “La claridad de la expresión de ayuda y de los sentimientos, es el mejor camino para
experimentar la unión y asegurar que algún nivel de comprensión sea logrado entre la enfermera persona y
paciente perso na”. El grado de comprensión es definido por la profundidad de la unión transpersonal
lograda, donde la enfermera y el paciente mantienen su calidad de persona conjuntamente con su rol.
Las premisas básicas expuestas son un reflejo de los aspectos interpersonales – transpersonales –
espirituales de su obra, reflejando la integración de sus creencias y valores sobre la vida humana y,
proporcionan el fundamento para el desarrollo ulterior de su teoría:
ENTREVISTA
El rapport terapéutico es el entendimiento compartido y empático de las diferentes perspectivas desde las
que uno mismo y la otra persona abordan un problema que debe ser solucionado por ambos. Es un marco
de relaciones en la que se establece un entendimiento mutuo entre varios agentes con el objetivo de abordar
una problemática de manera colaborativa.
Resumiendo, el rapport terapéutico es la sintonía psicológica entre el terapeuta y paciente que permite la
colaboración necesaria entre ambos. Sus dos pilares fundamentales son la mutua confianza y la
comunicación fluida (que no simétrica, pues lo ideal es que el paciente se exprese mucho más que el
terapeuta).
FASES DE LA ENTREVISTA:
1. Estabiecer el rapport. Este termino que significa simpatla, tiene como proposito disminuir las tensiones del
solicitante. Eiste, generalmente, se lleva a cabo a traves de actitudes mostrandose cordial y amistoso, en virtud
de que el candidato es una persona que no se conoce.
2. Cirna de la entrevista. Consiste en la realization propiamente dicha de esta y en la que van a explorarse las
areas que se mencionaron de manera general en la solicitud de empleo. Esta consta de: - Historia laboral. -
Historia educativa. - Tiempo libre. - Proyectos a corto y a largo plazo.
3. Cierre. Cinco o diez minutos antes de dar por terminada la entrevista, se anuncia el final de la misma dando
oportunidad al solicitante para que haga las preguntas que estime pertinentes. Es importante hacer sentir al
solicitante que la entrevista valid la pena, se le da a conocer el siguiente paso a realizar y si no es aceptado se
le debe orientar. La extensi6n y profundidad de la entrevista depende del nivel que se vaya a seleccionar.
Fármacos utilizados en los trastornos psicóticos
El tratamiento de los trastornos psicóticos es farmacológico y psicosocial. Se recomienda empezar con
programas individuales y comunitarios para reaprender viejas habilidades y desarrollar de nuevas, y para
aprender a enfrentarse con la enfermedad. Los grupos de antipsicóticos son fenotiacinas (por ejemplo
clorpormacina), butirofenonas (por ejemplo haloperidol), tioxantenos (por ejemplo flupentixol) y los
nuevos antipsicóticos "atípicos" como clozapina y risperidona. En general, los diferentes fármacos
antipsicóticos no difieren en su actividad antipsicótica, pero se diferencian en el grado y la calidad de
efectos adverso
Los síntomas extrapiramidales son los más molestos y se asocian con mayor frecuencia con las fenotiacinas
piperacínicas como la flufenacina, las butirofenonas como el haloperidol y los preparados depot. Aunque
son fáciles de identificar, son más difíciles de predecir porque dependen en parte de la dosis y de la
susceptibilidad del paciente, así como del tipo de fármaco. Sin embargo, en general se considera que los
fármacos de baja potencia producen menos efectos adversos extrapiramidales, mientras que los de alta
potencia como el haloperidol producen más efectos extrapiramidales pero menor sedación y efectos
anticolinérgicos (mejor denominados antimuscarínicos). La sedación y los efectos anticolinérgicos suelen
disminuir con el uso continuado. Los síntomas extrapiramidales son de tipo parkinsoniano, como temblor
que puede aparecer gradualmente; distonía (movimientos anormales de la cara y el cuerpo) y discinesia,
que pueden aparecer tras sólo unas pocas dosis; acatisia (agitación), que puede aparecer tras dosis iniciales
altas y puede parecer una exacerbación de la misma enfermedad que se está tratando; y discinesia tardía
(una discinesia orofacial), que suele tardar más en aparecer, pero puede producirse en tratamientos cortos
y a dosis bajas; puede aparecer una discinesia tardía de corta duración tras la retirada del fármaco. Los
síntomas parkinsonianos son habitualmente reversibles con la retirada del fármaco y se pueden suprimir
con fármacos anticolinérgicos (antimuscarínicos), aunque éstos pueden enmascarar o empeorar una
discinesia tardía. La discinesia tardía se suele asociar a tratamiento prolongado y dosis altas de un
antipsicótico, sobre todo en pacientes de edad avanzadda (véase la sección 9.2). No existe un tratamiento
establecido para las discinesias tardías, que pueden ser irreversibles al retirar el tratamiento. Sin embargo,
la retirada del fármaco ante los primeros síntomas de discinesia tardía puede detener su desarrollo completo.
Se requiere una vigilancia cuidadosa y regular del tratamiento de todos los pacientes tratados con
antipsicóticos.
El síndrome neuroléptico maligno (hipotermia, fluctuaciones del nivel de conciencia, rigidez muscular y
disfunción autonómica con palidez, taquicardia, labilidad tensional, sudoración e incontinencia urinaria) es
un efecto adverso raro del haloperidol y la clorpromacina. Se trata con la interrupción del antipsicótico, la
corrección de las alteraciones hidroelectroíticas, y la administración de bromocriptina y, a veces,
dantroleno..
Haloperidol
Contraindicaciones: alteración de la conciencia por depresión del SNC; depresión de médula ósea;
feocromocitoma; porfiria; enfermedad de los ganglios basales
TAREAS ESPECIALIZADAS. Puede afectar la capacidad para realizar tareas especializadas, por ejemplo
manejar maquinaria peligrosa, conducir
Posología:
Esquizofrenia y otras psicosis, manía, agitación psicomotora, comportamiento violento, y ansiedad grave
(adyuvante), por vía oral, ADULTOS inicialmente 1,5-3 mg 2-3 veces al día o bien 3-5 mg 2-3 veces al
día en pacientes muy afectados o resistentes (hasta 30 mg al día en la esquizofrenia resistente); ADULTOS
(o debilitados) inicialmente la mitad de la dosis de adulto; NIÑOS inicialmente 25-50 microgramos/kg al
día distribuidos en 2 tomas (máximo 10 mg al día)
Episodios psicóticos agudos, por inyección intramuscular, ADULTOS inicialmente 2-10 mg, dosis
subsiguientes cada 4-8 horas según la respuesta (hasta cada hora si es necesario) hasta una dosis máxima
total de 18 mg; en pacientes muy afectados puede ser necesaria una dosis inicial de hasta 18 mg; EDAD
AVANZADA (o pacientes debilitados) inicialmente la mitad de la dosis de adulto; NIÑOS no se
recomienda
Efectos adversos: como la clorpromacina (véase antes), pero es menos sedante y produce menos síntomas
hipotensores y anticolinérgicos; pigmentación y reacciones de fotosensibilidad raras; los síntomas
extrapiramidales son frecuentes, sobre todo distonía aguda y acatisia (especialmente en pacientes
tirotóxicos); raramente, pérdida de peso, hipoglucemia, secreción inadecuada de hormona antidiurética
Los antipsicóticos se utilizan para tranquilizar a los pacientes que atraviesan una fase aguda de algún
trastorno en la que presentan gran agitación y nerviosismo.
Pueden utilizarse en pacientes con lesión cerebral, manía, delirium por intoxicación, depresión con
agitación o ansiedad grave –en este último caso, durante un periodo de tiempo reducido-.
Sin embargo, el trastorno para el que más se han empleado los antipsicóticos es para laesquizofrenia –
especialmente para aliviar los síntomas positivos-. Se trata de una de las enfermedades más devastadoras
que existen, en términos de coste personal y social.
Actualmente podemos encontrar dos grandes tipos de antipsicóticos: los neurolépticos clásicos y los
neurolépticos atípicos.
Neurolépticos clásicos
Los tipos de neurolépticos clásicos más comunes que podemos encontrar son:
Haloperidol (Butiferronas). A pesar de los efectos beneficiosos que este fármaco tiene sobre los
síntomas positivos de la esquizofrenia, deben sopesarse sus efectos secundarios debilitantes –
como trastornos del movimiento, aumento de peso, falta de motivación, etc.-.
También existen neurolépticos clásicos con acción “retard” o depot, que permiten realizar dosis más
espaciadas en el tiempo:
Flufenazida (Modecate).
Pipotiazida (Lonseren).
Zuclopentixol (Cisordinol).
En los dos primeros casos, se administra una dosis cada 3 semanas y, en el último caso, cada 2 semanas.
Psicosis.
Dolor crónico.
Deprivación etílica.
Sedación.
Somnolencia.
Incoordinación.
Convulsiones.
Efecto epileptógeno.
Hipotensión ortostática.
Estos fármacos se basan en la hipótesis dopaminérgica, según la cual los síntomas psicóticos positivos están
relacionados con la hiperactividad de las neuronas dopaminérgicas, especialmente la vía mesolímbica.
Por tanto, los fármacos antipsicóticos que se utilizan para tratar los síntomas positivos actúan bloqueando
los receptores de dopamina, particularmente los receptores de dopamina D2.
Los síntomas negativos de la esquizofrenia, descritos anteriormente, pueden implicar otras regiones del
cerebro, como la corteza prefrontal dorsolateral y otros neurotransmisores –puede estar relacionada con la
hiperactividad excitatoria del glutamato-.
Neurolépticos atípicos
Por otro lado, encontramos el grupo de los neurolépticos atípicos, que son aquellos desarrollados más
recientemente.
Constituyen un grupo heterogéneo de sustancias que actúan sobre los síntomas positivos y negativos de la
esquizofrenia –a diferencia de los neurolépticos clásicos, que sólo actúan sobre los positivos-.
Los datos obtenidos hasta ahora ponen de manifiesto que puede ser tan efectiva como el haloperidol para
la esquizofrenia, aunque tiene el inconveniente de causar náuseas y vómitos.
La forma inyectable tiene el inconveniente añadido de causar más dolor en el lugar de la inyección que el
haloperidol.
Aún es necesario llevar a cabo más estudios que comparen este fármaco con los demás neurolépticos
atípicos para poder sacar conclusiones sobre su eficacia real.
Aunque estos neuropsicóticos causan menos efectos extrapiramidales que los clásicos, y mejoran los
síntomas negativos de la esquizofrenia, también presentan algunos efectos secundarios:
Taquicardia.
Mareos.
Hipotensión.
Hipertermia.
Sialorrea.
Los antagonistas serotonin-dopaminérgicos actúan como antagonistas de la dopamina –en receptores D2-,
aunque también actúan sobre la serotonina –especialmente en los receptores 5HT2a-.
En la esquizofrenia, los antipsicóticos convencionales o clásicos siguen siendo a día de hoy los fármacos
de primera elección en la esquizofrenia.
A pesar de sus efectos secundarios y sus limitaciones, se ha demostrado que son muy efectivos en el
tratamiento agudo y de mantenimiento, siendo bien tolerados por muchos pacientes.
Una ventaja adicional de estos antipsicóticos es la disponibilidad de alguno de ellos en formas farmacéuticas
parenterales, de corta duración o preparados “depot”.
Sin embargo, en aquellos casos en los que los antipsicóticos clásicos no son bien tolerados por sus efectos
extrapiramidales, los antipsicóticos atípicos constituyen una alternativa adecuada.
Las razones por las que no se les considera aún fármacos de primera línea en la esquizofrenia son:
A pesar de que algunos autores justifican el uso de los nuevos antipsicóticos en el «primer» episodio agudo
de la esquizofrenia y durante la enfermedad, basándose en las hipótesis de un descenso de las tasas de
recaída y de la morbilidad asociada y de una mejoría en los resultados a largo plazo, no hay ensayos clínicos
adecuados que valoren estos hechos.
También hay hipótesis sobre las ventajas de los antipsicóticos atípicos en la reducción de costes (estancias
hospitalarias más cortas, menos rehospitalizaciones, etc.). Aunque varios estudios con clozapina y
risperidona han mostrado evidencias sobre el menor coste asociado con su uso en comparación con los más
antiguos, sus resultados han sido criticados por las limitaciones en el diseño experimental.
Debido al aumento de los gastos sanitarios, para la selección de un fármaco, es necesario considerar no sólo
su eficacia y seguridad sino también el coste de las distintas alternativas mediante estudios fármaco-
económicos.
Por otro lado, es una enfermedad que produce un enorme sufrimiento personal y familiar y una gran
incapacidad en los individuos afectados. Todos estos hechos apoyan la necesidad de llevar a cabo estudios
fármaco-económicos adecuados (evaluando la relación coste-efectividad, coste-utilidad), así como
de ensayos clínicos de larga duración para ayudar a definir el lugar de los nuevos antipsicóticos en la
esquizofrenia.
Alucinaciones
Ideas delirantes
Comportamiento extravagante
Afecto embotado
Alogia
Abulia-apatía
Anhedonia-insociabilidad
Atención
FARMACOS ANTIDEPRESIVOS
En la actualidad existen numerosas drogas antidepresivas de eficacia terapéutica demostrada, aún para las
formas mas graves de depresión. Se cuentan con agentes antidepresivos tricíclicos, los mas antiguos pero
aún no superados en eficacia específica, los tetrac íclicos de reciente aparición, los inhibidores de la
recaptación de serotonina o 5-HT, cuya principal ventaja es la disminución de la incidencia de varios efectos
adversos, los inhibidores de la MAO, algunos específicos de la MAO-B, de acción reversible, y las sales
de litio de acción profiláctica o preventiva de los trastornos bipolares mixtos y de la depresión mayor o
endógena. También tiene aplicación terapéutica la terapia electroconvulsiva, que aunque muy limitada,
posee indicaciones precisas. Finalmente debe considerarse especialmente a la psicoterapia como un arma
terapéutica mas. En la casi totalidad de los pacientes con depresión psiquica, la psicoterapia actúa
sinergísticamente con las drogas antidepresivas.
ORIGEN, QUÍMICA Y FARMACOCINÉTICA. Antidepresivos tricíclicos: Las drogas de este grupo son
todas derivadas de la dibenzoacepina o iminodibencilo, nucleo heterocíclico con dos anillos bencénicos,
semejante a la fenotiazina en el que se reemplaza el átomo de azufre de ésta por un puente de etileno en la
estructura cíclica central. Al igual que las fenotiazinas el iminodibencilo tiene una cadena lateral ligada al
nitrógeno, con 3 átomos de carbono y un nitrógeno terminal. La imipramina tiene 2 grupos metilos en el N
terminal. Huhn describió en Suiza en el año 1957, que la imipramina carece de efectos en la esquizofrenia,
para la que originalmente fué sintetizada, pero en cambio resultó sumamente efectiva en el tratamiento de
la depresión psíquica mayor, iniciando otra línea de avance terapéutico en psiquiatria de gran tras cendencia.
77 Imipramina Amitriptilina Tranilcipromina CF3 O CH CH2- CH2 - NH - CH3 N (CH2) - N 3 CH CH 3
3 1 2 3 6 5 4 7 8 10 9 CH - CH2 - CH2- N CH2 CH - CH - NH2 Mianserina Fluoxetina N N CH2 CH CH
3 3 1 2 3 6 5 4 7 10 8 9 Pequeñas modificaciones en la cadena lateral de la imipramina, que determinan
cambios de tipo farmacocinético principalmente, dan lugar al resto de los componentes del grupo. El
agregado de un Cl en posición 7, origina la monoclorimipramina. La supresión de un metilo en la cadena
lateral de la imipramina, demetilación, da origen a la desipramina. El agregado de un metilo en la cadena
lateral da lugar a la trimipramina. El reemplazo en la molécula de la imipramina del puente de nitrógeno
( N-CH2- ...), en posición 5 por un puente de carbono (C=H2-....), origina la amitriptilina y la demetilación
de ésta la nortriptilina. Estos agentes son inhibidores de la recaptación axonal de NA y 5-HT que constituye
el principal mecanismo de inactivación fisiológica de los neurotransmisores, con distinta potencia y
selectividad. También son antagonistas de los receptores muscarínicos, de los Alfa 1 y de los
histaminérgicos H1 y H2, con potencia de moderada a elevada. Se absorben bien por via oral. Debido a su
elevada lipofilia se distribuyen ampliamente. La máxima concentración plasmática se alcanza en 8 a 12
horas. Poseen una vida media en general, prolongada, de 20 a 30 horas. La vida media de los derivados
demetilados, como la desipramina o la nortriptilina es por lo menos el doble de los congéneres metilados.
Los tricíclicos se metabolizan en hígado, con la participación de enzimas microsomales. El mecanismo mas
importante es la oxidación y posterior conjugación con ácido glucorónico. Un paso intermedio también
muy importante es la demetilación ya que los metabolitos, como la desipramina por ejemplo, poseen
acciones farmacoló- gicas y adquieren mayor capacidad de inhibición de recaptación de NA, que los
congéneres iniciales.