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Todo piloto sabe que el momento mas peligroso de un vuelo es, y con mucho , el
aterrizaje, debido a las condiciones siempre cambiantes de los vientos a diversas
altitudes, y a veces a ras de pista ocurren cosas que pueden hacer de esta maniobra
algo tensionante... y a veces catastrófico.
A bordo sólo van dos personas, son los pilotos capitan Kevin Kyle Mosley de 54 años y
con un palmarés de 12,800 horas de vuelo acumuladas desde que ingresó a la FedEx
desde 1996 y su primer oficial Anthony Stephen Pino de 49 años y que desde su
ingreso a la empresa apenas en 2006 ya tenia unas 6,300 horas de vuelo, ninguno de
los dos era novato, sabían volar bien.
El fuego intenso hace que los bomberos se empleen a fondo lanzando espuma
retardante y los socorristas tratan de sacar de ese infierno voraz a los pilotos, están
muy graves y son llevados a un hospital cercano pero no pueden hacer nada, llegan
con paro respiratorio y a pesar de los heroicos intentos de regresarlos a la vida son
declarados muertos poco tiempo despues.
FedEx ya habia tenido accidentes previos pero jamás uno en el que muriera parte de
su personal operativo, éste se convierte así en el primero de su historial.
Asi pues este avion en particular es vendido a la FedEx en Octubre de 2004 y desde
entonces se le sometió a cambios en su configuracion para quedar ya como avion
carguero, entrando como tál a finales de 2006 ahora con la matricula N526FE.
la investigacion aún sigue pero como ya mencioné, la causa principal fue el viento lo
que propició el descontrol de ese aparato y la muerte de sus pilotos.
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ACTUALIZACIÓN 23 DE AGOSTO DE 2014.
Esto también conllevó a creér que existió una pérdida de percepción de los pilotos con
respecto a la velocidád de descenso que deberían llevar, y no lo notarían sino hasta el
momento del primer golpe en tierra.
Resultado final: error de los pilotos, veredicto duro, pero certero, ambos pilotos fallaron
en el momento de intentar posar su MD-11 en tierra.
Fuentes:
http://www.mlit.go.jp/jtsb/eng-air_report/N526FE.pdf [{
Vuelo 80 de FedEx Express
23 de marzoTokioAeropuerto Internacional de Narita
De Wikipedia, la enciclopedia libre
La aeronave siniestrada.
Fallecidos 2[1]
Heridos 0
Implicado
Registro N526FE
Pasajeros 0
Tripulación 2
El Vuelo 80 de FedEx Express era un vuelo de carga efectuado por un jet carguero
de FedEx Express, el 23 de marzo de 2009 entre el Aeropuerto Internacional de
Cantónde la ciudad de Cantón en China y el Aeropuerto Internacional de Narita,
en Tokio, Japón, que, durante su aterrizaje, se estrelló e incendió.
La aeronave
El avión en cuestión era un McDonell Douglas 11 con número de construcción 48600,
que efectuó su primer vuelo el 1 de diciembre de 1993. En octubre de 1996, fue
transferido a Delta Air Lines, quien lo mantuvo en operaciones comerciales de
pasajeros, hasta su transferencia final a FedEx en febrero de 2006, que lo recibió en
configuración de carga el 10 de julio de 2006.[2]
Acontecimientos
El avión efectuaba un vuelo nocturno de carga entre Cantón y Tokio; una ruta que
tiene una distancia de 2923 kilómetros; y un tiempo estimado de vuelo de cinco horas,
comenzando el descenso a las 6:22 hora local (21:22 UTC) y con intención de aterrizar
en la pista 34L de Aeropuerto de Narita.
El vuelo intentó aterrizar mientras era embestido por fuertes vientos cruzados de hasta
72 km/h. Al tocar tierra con la rueda del morro (6:48 hora local, 21:48 UTC), el avión
escoró a la izquierda golpeando con su ala a la pista. Tras la colisión con el terreno, el
avión comenzó a arder, continuando su rodaje sin detenerse, hasta salirse de pista,
quedando detenido a unos 40 metros a la izquierda de esta. El aeropuerto tuvo que
ser cerrado tras el accidente por varias horas.[3][4]
El piloto, Kevin Kyle Mosley de 54 años, y el copiloto, Anthony Stephen-Pino de 49
años, ambos de nacionalidad estadounidense fueron extraídos de la cabina en estado
crítico, pero luego fueron declarados muertos. Fueron las únicas víctimas. El Comité
Nacional de Seguridad de Transporte (NTSB) dijo que enviaría un equipo a Japón para
asistir en las investigaciones. Finalmente se determinó que el accidente se ocasionó
debido a un piloto cansado, el diseño alargado del avión y condiciones climáticas
adversas. Se determinó que se instale un sistema que le indique a los pilotos si el
avión ha rebotado en el contacto con tierra y se desactiven las válvulas de regulación
automática de velocidad. [4][5][6] Ha sido el primer accidente fatal de un avión de
FedEx al igual que el primer accidente sufrido en el Aeropuerto de Narita.[4][7]
http://www.wikiwand.com/es/Vuelo_80_de_FedEx_Express#/Acontecimientos
http://aviation-safety.net/database/record.php?id=20090323-0 []
La tragedia del vuelo 123: cuatro milagros entre la desolación y 520 muertos
Hace 30 años, un avión de Japan Airlines protagonizaba el peor accidente de la
aviación comercial, en un único vuelo, en la historia. Una mezcla de mala fortuna,
negligencia y decisiones equivocadas llevó a un saldo de más de 500 muertos.
El asesino de Golden State fue detenido tras una búsqueda que duró 40 años
4
(55) comentarios
JAL 123
accidente aéreo
¿Qué hacer si se tiene la certeza de morir en pocos minutos? Hace 30 años, muchos
de los pasajeros del vuelo 123 de Japan Airlines aprovecharon los minutos de agonía
para escribir mensajes para sus familiares. Textos breves, urgentes, garabateados con
letras desprolijas mientras el avión corría desbocado entre las nubes. Fue la mayor
tragedia en la historia de la aviación comercial, con 520 muertos. Sólo cuatro
pasajeros, pequeños milagros, sobrevivieron al impacto del avión contra una montaña
y la oscura noche que le siguió.
Ocurrió el 12 de agosto de 1985. Un Boeing 747 partió poco después de las 18 del
aeropuerto de Haneda con destino a Osaka. Era un vuelo nutrido justo en la época de
la tradicional festividad del O-Bon. Pero la calma tras el despegue duró apenas 12
minutos.
Entonces, el mamparo de presión trasero falló, se perdió el estabilizador vertical y la
sucesión de problemas que generó llevó a un estallido, la despresurización y la
pérdida de las cuatro líneas hidráulicas de la nave. Así, el avión se convirtió en un
animal salvaje e indomable, subiendo y bajando de altitud al azar y sin más destino
que estrellarse.
Los pilotos buscaron controlar la nave con una medida desesperada, en busca de un
milagro, usando la reacción de las turbinas para mantener al menos unos minutos el
avión en el aire. Lo lograron durante media hora, en la que muchos pasajeros,
conscientes de la cercanía de la muerte, escribieron notas de despedida.
"A mis tres hijos: cuidad de vuestra madre. El avión está cayendo en picado. No hay
esperanza", escribió Hiroji Kawaguchi, un pasajero de 52 años, directivo de una
compañía naviera. Otro, Masakatsu Taniguchi, un empresario de 40, escribió:
"Machiko, cuida de los niños". La breve nota fue encontrada en un bolsillo junto a su
identificación.
La grabación de los pilotos en esa media hora enloquecida por los aires termina con la
frase "Arriba, arriba". Después, sólo silencio. El avión finalmente chocó contra el monte
Takamagahara, en una zona boscosa y de difícil acceso, y quedó destrozado en la
ladera.
Siguiendo el drama en desarrollo, la Fuerza Aérea estadounidense sacó un avión C-
130 de la cercana base de Yokota para tratar de encontrar los restos. Tomó contacto
20 minutos después del accidente. Los efectivos les dieron las coordenadas a las
autoridades japonesas y también aprestaron un helicóptero para llegar al lugar. Una
orden, cuyo origen aún está poco claro, impidió salir a los rescatistas. Las fuerzas de
Defensa japonesas se hicieron cargo exclusivamente del operativo.
Fue una mala decisión, pero no fue la peor. Un helicópero japonés se acercó al lugar
del accidente, pero ya era de noche. Con poca visibilidad, el piloto reportó desde el
aire que no veía signos de sobrevivientes, por lo que los equipos de rescate
demoraron el operativo hasta la mañana siguiente. El piloto del helicóptero estaba
trágicamente equivocado.
Mientras el helicópero pasaba, Hiroko Yoshizaki, de 34 años, intentaba tranquilizar a
su hija Mikiko, de 8. Estaban atrapadas en un segmento milagrosamente intacto del
fuselaje. Al mismo tiempo, una nena de 12 años, Keiko Kawakami sufría por sus
heridas y por la muerte de su mamá, pero respiraba. Atrapada entre los asientos, Yumi
Ochai, una ex azafata de la misma aerolínea, pedía inútilmente socorro al ruido lejano
de los rotores.
Las cuatro pasaron la noche entre los restos del avión. No fueron las únicas que
estaban vivas al anochecer, pero sí las únicas que resistieron hasta la mañana
siguiente.
Una cifra no determinada de pasajeros había sobrevivido al impacto al comienzo de la
noche, entre los hierros retorcidos y la espesura del monte. Es probable que fueran
decenas. Días después, desde la cama de un hospital, la azafata Ochai relató que
escuchó muchos gemidos y pedidos de auxilio, que se fueron apagando con el correr
de las horas hasta que no quedó más que el silencio. Y Keiko contó que su hermana
de 7 años y su padre habían sobrevivido al choque. Su testimonio helaba la sangre.
Las agencias internacionales lo esparcieron por el mundo, y así lo
publicó Clarín. Keiko aseguró que tras el impacto durante un largo rato "nos alentamos
y nos dijimos que estábamos bien, pero en un momento me extrañó que papá hubiera
dejado de hablar, entonces le pregunté a mi hermana si podía tocarlo y ella lo hizo.
"Papá está frío", me dijo. Un rato después, cuando ella estaba por decirme algo hizo
un ruido con su garganta como si hubiera vomitado y también dejó de hablar".
Con la luz del día, los rescatistas llegaron hasta las dos mujeres y las dos nenas
sobrevivientes. También a los cuerpos de los 505 pasajeros y 15 miembros de la
tripulación para los que no hubo milagros.
Y después...
La investigación posterior determinó que el problema que causó el accidente había
estado siete años madurando la tragedia. En 1978, la aeronave había tenido un
pequeño incidente en el aeropuerto de Osaka: la cola del avión había tocado el suelo
al aterrizar y se había dañado el mamparo de presión trasero. La reparación fue
defectuosa y Boeing estimó después que ese arreglo sólo le permitía 10.000
despegues. Llevaba más de 12 mil cuando ocurrió la tragedia. Cientos de japoneses
se reúnen los 12 de agosto, cada año, para recordar a las víctimas
Algunos pasajeros del Boeing 747 de la compañía aérea japonesa Japan Air Lines
(JAL) que se estrelló el pasado lunes causando la muerte de 520 personas
garabatearon notas de despedida para sus familias mientras el avión caía dando
bandazos, según recogía ayer la Prensa japonesa. "A mis tres hijos: cuidad de vuestra
madre. El avión está cayendo en picado. No hay esperanza" escribió Hiroji Kawaguchi,
de 52 años, directivo de una compañía naviera.
"Un humo blanco entra por atrás. Puede que ya sólo tengamos otros cinco minutos.
No quiero volver a subir a un avión nunca jamás" escribió también con dificultad
Kawaguchi en la agenda de su compañía. A continuación se despedía de su esposa,
dos hijas e hijo y concluía: "Tuve una vida feliz. Gracias a todos. Tsuyoshi [su hijo],
cuida de todos. Dios nos ampare. Adiós".Otra nota decía simplemente: "Machiko,
cuida de los niños". Su autor, Masakatsu Taniguchi, de 40 años, que regresaba a
Osaka tras un viaje de negocios a Tokio, puso el mensaje dirigido a su esposa en un
bolsillo junto a su carné de conducir.
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Una de las cuatro supervivientes del accidente, Keiko Kawakami, de 12 años, declaró
ayer a los investigadores en el hospital que su padre y su hermana habían sobrevivido
algún tiempo después del accidente. Keiko, que viajaba con sus padres y hermana,
precisó que tras el choque gritó: "¡Ayúdame, papá!". Eiji Kawakami, de 41 años, le
contestó: "No puedo moverme, no puedo ayudarte".
Más tarde Keiko le preguntó a su hermana Sakiko, de siete años: "¿Qué hace papá?",
y Sakiko le respondió: "Papá y mamá están fríos". Posteriormente, a lo largo de la
noche, Sakiko vomitó y murió, según relató Keiko.
Otra superviviente, la azafata Yumi Ochiai, de 26 años, que viajaba libre de servicio en
el vuelo 123 de la JAL, declaró que los pasajeros gritaban aterrorizados y que los
niños llamaban entre sollozos a sus padres cuando el avión empezó a inclinarse y
sacudirse violentamente y a perder altura.
Ochiai ya había señalado anteriormente que, tras el accidente, había oído a "niños que
hablaban alto" y que las voces "se habían ido apagando progresivamente".
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Fisuras en los 747
Por otra parte, la agencia de prensa japonesa Jiji informó ayer que en enero y febrero
de 1984 fueron descubiertas fisuras en tres Boeing 747-SR, el mismo modelo que
el jumbo siniestrado la semana pasado.
La agencia precisaba que las fisuras, se debían, según el constructor de Boeing, a un
exceso de presión en el interior de la cabina presurizada. La JAL, por su parte, negó
esta explicación y aseguró que las placas de aluminio que presentaban fisuras en el
exterior del aparato fueron sustituida! y reforzados sus remaches, informa Jiji.
Según los primeros datos de la investigación, el avión chocó contra el monte Okura, en
el centro de Japón, después de que el aire presurizado de la cabina se filtrara hacia el
empenaje (planos de estabilización) no presurizado, a través de supuestas fisuras en
el tabique separador, que provocaron su estallido.
Hasta el momento se han recuperado 468 cadáveres, de los que sólo 311 han sido
identificados. La búsqueda de los restantes 52 cuerpos en la escabrosa falda del
Okura continúa siendo muy difícil, dado que los cuerpos está muy mutilados, según
declaró el vicepresidente de la JAL, Naoshi Machida.
Machida, que visitaba un centro de socorro al pie del monte Okura, anunció a los
periodistas que la JAL ofrecerá una prima de 1,5 millones de yens (en torno al millón
de pesetas) por cada víctima, pero señaló que de momento la compañía aérea no
había entablado ninguna negociación sobre la indemnización a las familias.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 19 de agosto de 1985
https://elpais.com/diario/1985/08/19/internacional/493250409_850215.html
2. Factores humanos:
. Toma de decisión equivocada del capitán encargado
. Los directivos y personal encargado en cuanto al mantenimiento y reparación de la
aeronave, estos hicieron caso omiso a los diferentes daños que esta venia
presentando, lo pasaron por alto por falta de liderazgo y comunicación.
CRM II
INTEGRANTES
ANDREA JARAMILLO HOYOS
EVELYN
MARÍA ISABEL ALZATE ORTIZ
STEFANY
CÉSAR HOYOS
NILSA LILIANA ROSERO GUERRERO
JESSICA ANDREA RAMIREZ
Batalla en el nuevo
aeropuerto de Tokio
Otros
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AGENCIAS
https://elpais.com/diario/1978/02/08/internacional/255740410_850215.html
https://www.proceso.com.mx/123377/a-todo-costo-los-aviones-aterrizan-en-narita
El Aeropuerto Internacional de Narita, en Tokio, fue proyectado, partiendo desde cero y se inauguró
parcialmente en 1978. El plan se topó con algunos de los problemas comunes a todos los aeropuertos,
pero aquí tomaron importancia dramática.
El primero fue el del terreno disponible, escaso en Japón, lo que obligó a llevar la terminal a Narita, una
localidad ubicada a unos 60 kilómetros del centro de Tokio y a 53 minutos utilizando el tren más eficiente.
El segundo fue la oposición violenta de la población del lugar. Hubo todo tipo de manifestaciones
populares y cuestionamientos legales que retrasaron las obras, al punto que de las 1.065 hectáreas
previstas (una superficie exigua para la magnitud de la obra), en la primera etapa solamente se pudieron
ocupar 550, porque los agricultores realizaron todo tipo de construcciones para impedir la materialización
del aeropuerto, lo que se solucionó judicialmente más de diez años después de la inauguración. En las
manifestaciones que se hicieron para impedir la construcción hubo muertos y muchos lesionados. Incluso
después de la inauguración del aeropuerto los enfrentamientos continuaron con gran virulencia.
http://www.gacetaeronautica.com/gaceta/wp-101/?p=26698
https://elpais.com/diario/1994/09/04/cultura/778629611_850215.html