El documento describe la comorbilidad y etiología de la dependencia de opiáceos. Aproximadamente el 90% de los individuos con dependencia de opiáceos presenta algún trastorno psiquiátrico adicional como depresión, trastornos por consumo de alcohol o trastorno antisocial de la personalidad. La dependencia de opiáceos se ve influenciada por factores psicosociales como la pobreza, familia disfuncional y problemas de conducta, así como factores biológicos y genéticos que aumentan la vulnerabil
El documento describe la comorbilidad y etiología de la dependencia de opiáceos. Aproximadamente el 90% de los individuos con dependencia de opiáceos presenta algún trastorno psiquiátrico adicional como depresión, trastornos por consumo de alcohol o trastorno antisocial de la personalidad. La dependencia de opiáceos se ve influenciada por factores psicosociales como la pobreza, familia disfuncional y problemas de conducta, así como factores biológicos y genéticos que aumentan la vulnerabil
El documento describe la comorbilidad y etiología de la dependencia de opiáceos. Aproximadamente el 90% de los individuos con dependencia de opiáceos presenta algún trastorno psiquiátrico adicional como depresión, trastornos por consumo de alcohol o trastorno antisocial de la personalidad. La dependencia de opiáceos se ve influenciada por factores psicosociales como la pobreza, familia disfuncional y problemas de conducta, así como factores biológicos y genéticos que aumentan la vulnerabil
COMORBILIDAD: Aproximadamente el 90% de los individuos con dependencia
de opiáceos presenta un trastorno psiquiátrico adicional, los más frecuentes son:
- Trastorno depresivo mayor - Trastornos por consumo de alcohol - Trastorno antisocial de la personalidad - Trastorno de ansiedad La elevada prevalencia de comorbilidad con otros diagnósticos psiquiátricos pone de relieve la necesidad de desarrollar un programa terapéutico amplio que aborde también los trastornos psiquiátricos asociados. Aproximadamente el 15% de individuos con dependencia de opiáceos intenta suicidarse por lo menos una vez. ETIOLOGÍA: Factores Psicosociales: La dependencia de opiáceos no se limita a las clases socioeconómicas bajas, aunque la incidencia de ésta sea superior en dichos grupos en comparación con las clases socioeconómicas más altas. Los factores sociales asociados a la pobreza urbana probablemente contribuyen a la dependencia de opiáceos. Aproximadamente el 50% de los consumidores urbanos de heroína son hijos de padres solteros o divorciados y proceden de familias en las que al menos otro miembro sufre un trastorno relacionado con las sustancias. Los niños de dichos entornos presentan un alto riesgo de dependencia de opiáceos, especialmente si también presentan signos de problemas conductuales en la escuela u otros signos de trastorno de la conducta. Algunos patrones conductuales consistentes parecen especialmente acusados en adolescentes con dependencia de opiáceos. Dichos patrones se han denominado el Síndrome de conducta de la heroína: depresión subyacente, frecuentemente de tipo agitado y que se acompaña de síntomas de ansiedad; impulsividad expresada como una orientación pasivo-agresiva; miedo al fracaso; consumo de heroína como ansiolítico para enmascarar los sentimientos de baja autoestima, desesperanza y agresividad; limitación de las estrategias de afrontamiento y baja tolerancia a la frustración, acompañada por la necesidad de gratificación inmediata; sensibilidad a alas contingencias de la droga, con una aguda consciencia de la relación entre las buenas sensaciones y el acto de consumir la droga; sentimientos de impotencia conductuales contrarrestados por el control momentáneo sobre la situación vital por medio de las sustancias, y alteraciones de las relaciones sociales e interpersonales con iguales mantenidas por las experiencias mutuas con la sustancia. Factores Biológicos y Genéticos: Actualmente se dispone de evidencias de los factores de vulnerabilidad transmitidos genéticamente, comunes y específicos de la droga, que aumentan la posibilidad de desarrollar dependencia a la droga. Los individuos que abusan de una sustancia de cualquier categoría presentan una mayor probabilidad de abusar de sustancias de otras categorías. Los gemelos monocigóticos presentan una mayor probabilidad de concordancia para la dependencia de opiáceos que los gemelos dicigóticos. En estudios con gemelos se ha podido calcular la heredabilidad para la adicción a varios tipos de drogas. Por ejemplo: para alucinógenos y estimulantes, es de 0.39; para marihuana, de 0.45; para sedantes, de 0.5; para cafeína, nicotina y alcohol, aproximadamente de 0.55; para opiáceos, de 0.65 y por último, para cocaína, de 0.7.3 Cabe destacar que la cocaína y los opiáceos, además de ser las drogas más adictivas son también las más dependientes de factores heredables. Por otro lado, los alucinógenos, además de ser los menos adictivos, son también los menos dependientes de factores heredables. En la actualidad se conocen varios de los genes que están involucrados en la adicción a distintos tipos de fármacos. Debido a que la mayoría de las drogas son metabolizadas en el hígado por el sistema de citocromos P450 (CYP450), los polimorfismos en estos son de los más importantes y estudiados, ya que pueden modificar la respuesta a las drogas de abuso en general o inclusive la respuesta a los fármacos que se utilizan como tratamiento contra las adicciones. Sin embargo, existen también genes específicos que están involucrados en ciertas adicciones. La adicción a la heroína ha mostrado tener un alto componente genético. Existen diversos genes que se han relacionado con esta adicción. Un estudio reciente ha identificado al gen DRD2 como uno que produce una fuerte susceptibilidad para la dependencia a heroína en chinos pero no en alemanes, lo que sugiere que el riesgo que produce este gen puede ser inhibido por otros que sean propios de la raza.23 Por otro lado, en sujetos con dependencia a opioides se encontró un polimorfismo en el citocromo P450 2D6 que fue asociado a un metabolismo alto de opioides.24 Esto sugiere que un sujeto que carezca de este polimorfismo, es decir con un pobre metabolismo de opioides, estará protegido de alguna manera contra la adicción a opioides. Las técnicas de modelado multifactorial indican que no sólo la contribución genética al abuso de heroína es alta en este grupo, sino que también lo es la proporción de la varianza porque los factores genéticos no se compartían con el factor de vulnerabilidad común, es decir, era específico para los opiáceos. Un individuo con un trastorno relacionado con opiáceos puede presentar una hipoactividad genéticamente determinada del sistema opiáceo. Se está investigando la posibilidad de que dicha hipoactividad pueda deberse a la reducción del número o de la sensibilidad de los receptores opiáceos, por la liberación de una cantidad excesiva de opiáceos endógenos o por concentraciones excesivas de un teórico antagonista de los opiáceos endógenos. Una predisposición biológica a un trastorno relacionado con los opiáceos puede asociarse también a una alteración funcional del sistema neurotransmisor dopaminérgico o noradrenérgico Teoría Psicodinámica: En la bibliografía psicoanalítica, la conducta de los adictos a los narcóticos se ha descrito en términos de fijación libidinal, con una regresión a la etapa pregenital, oral o incluso a niveles más arcaicos del desarrollo psicosexual. La necesidad de explicar la relación de abuso de drogas, los mecanismos de defensa, el control de los impulsos, los trastornos afectivos y los mecanismos adaptativos ha propiciado el cambio de los planteamientos psicosexuales a los planteamientos que enfatizan la psicología del yo. Se considera que los trastornos graves del yo, que con frecuencia se creen asociados al abuso de sustancias, indican trastornos profundos del desarrollo. Los problemas de la relación entre el yo y los afectos se erigen como un área problemática clave. Elementos psicodinámicos del proceso adictivo a) El ansia: Las primeras hipótesis psicodinámicas de la adicción consideraban que el afán de drogarse correspondía no solamente a la simple búsqueda de placer, sino además a una tendencia patológica a la regresión y fijación en la fase oral de desarrollo de la personalidad. De hecho, el intenso deseo que el adicto experimenta por su sustancia de consumo tiene un matiz de necesidad imperiosa (el "craving" de los anglosajones) que recuerda más a la desesperación del bebé hambriento que a la delectación anticipada del sibarita. Las características principales del ansia adictiva son: Intensidad anormalmente exacerbada. Reacción anormal ante la frustración del deseo, tanto en su calidad como en su intensidad. Rigidez e incapacidad para modificar el deseo (por ejemplo, renunciando a él, atenuando sus exigencias, aceptando un sustituto). b) La compulsividad: La sensación de obligatoriedad e inevitabilidad, fenómeno por otra parte común a otras manifestaciones de la psicopatología general, es un acompañante habitual del ansia adictiva y un componente clásico de la conducta del adicto. La acción de toma de droga tiene que ser realizada de manera inescapable, y es totalmente ajena a su esfera de decisiones voluntarias. El adicto no solamente no es capaz de controlar sus ansias, sino que permite que toda su vida sea controlada por ellas, poniendo de manera incondicional a su disposición lo mejor de su inteligencia, de su simpatía y de todas sus dotes personales. Demostrando el grave defecto en su estructuración superyoica, y con absoluta falta de moralidad y respeto, el adicto no se detiene ante nada hasta lograr la sustancia de consumo, aunque para ello tenga que recurrir, en el mejor de los casos, al engaño y manipulación descarada de todos los que le quieren o confían en él, y en el peor, a la prostitución, el robo y la violencia. c) La Externalización: Este es el mecanismo de defensa característico de los adictos, aunque también es altamente operativo en los psicópatas antisociales. Técnicamente, se define como “la acción de tomar mágicamente control sobre lo incontrolable”, y consiste en la tentativa de solucionar problemas psíquicos difusos mediante actuaciones externas concretas. Constituye una instancia particular de la llamada "actuación" o "paso al acto", defensa mucho más generalizada, en la que determinadas conductas o actos físicos son realizados para escapar de sentimientos desagradables, o por lo menos para encontrarles cierto sentido. Ejemplos frecuentes son el enamorado que rompe las relaciones porque no soporta el temor de no ser correspondido, o el sujeto con sentimientos de culpa que inicia una pelea o comete un delito para lograr ser castigado. La externalización del adicto se diferencia porque añade dos elementos esenciales: La necesidad de control sobre el agente externo, y la relativa especificidad del objeto o procedimiento en cuestión. Además, cuando la externalización actúa de manera masiva, suele estar acompañada de dos defectos básicos en la formación del carácter que no son tan corrientes en el paso al acto: la irresponsabilidad afectiva, que consiste en considerar los propios sentimientos como inducidos por agentes externos ("La gente me deprime", "Ese tío me puso nervioso", etc.) y la deshumanización, que consiste en considerar a los demás como meros instrumentos sin vida ni derechos propios. La necesidad de control proviene, de las profundas heridas narcisistas tempranas y de los importantes defectos en el desarrollo de estructuras mentales. El adicto es un convencido en el poder mágico de su objeto adictivo, al que atribuye la solución de todas sus carencias emocionales y cuya posesión ha de permitirle el control absoluto de todo su mundo. d) El círculo vicioso: Una de las características más importantes del proceso adictivo es su tendencia a agravarse con cada ocasión de consumo. No sólo tiene lugar un deterioro progresivo en las relaciones sociales, la actividad laboral, y el funcionamiento mental, sino que el sufrimiento psíquico y el ansia adictiva que iniciaron el proceso son cada vez más intensos fuera de los estados de intoxicación. Entendemos por círculo vicioso o "bucle de retroalimentación positiva" a un proceso circular en el que los fenómenos producidos por determinado evento son a su vez causa de la intensificación o repetición del mismo. En ocasiones, el automantenimiento del proceso puede continuar indefinidamente, aunque desaparezca la causa inicial que lo puso en movimiento. La "farmacotimia" o “deseo persistente e irreprimible de drogarse", que existe ya en predisposición antes de la primera toma de droga, teniendo como base psicodinámica previa la presencia de fuertes sentimientos de frustración, desesperanza y depresión. La primera toma de droga incide sobre esta base como una experiencia mágica de liberación, iniciándose así el círculo vicioso. Si en un momento en que la tensión psíquica es intensa el individuo tiene la primera experiencia con la droga apropiada, se puede desencadenar el mecanismo adictivo psicológico. La sensación pasiva placentera y la vivencia omnipotente de un mundo fantástico carente de frustraciones aportan exactamente todo lo que el toxifílico consideraba que le era debido para su felicidad. Pero al terminar los efectos de la droga la realidad se presenta aún más duramente frustrante, por contraste con la reciente experiencia de felicidad. BIBLIOGRAFÍA: - Alejandra E. Ruiz Contreras, Mónica Méndez Díaz, Bertha Prieto Gómez, Antonio Romano, Oscar Prospéro García, EL CEREBRO, LAS DROGAS Y LOS GENES, Salud Mental, Vol. 33, No. 6, diciembre 2010.
Todo acerca del consumo de las drogas y sus consecuencias en la salud, como superar la adicción a las drogas - Como superar las adicciones - Parte 2: Como superar las adicciones, #2