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PRINCIPIO DE DIGNIDAD DE LA PERSONA HUMANA

Nuestro sistema constitucional ha elevado también a valor jurídico fundamental la dignidad de


la persona, que, sin perjuicio de los derechos que le son inherentes, se haya íntimamente
vinculada con el libre desarrollo de su personalidad y los derechos a la integridad física y moral.
Sentencias 972-90, 2665-94

Todo el derecho de los Derechos Humanos está fundado sobre la idea de que éstos últimos,
como inherentes a la dignidad intrínseca de la persona humana, para decirlo en términos de
la Declaración Universal, son atributos del ser humano, de todo ser humano en cuanto tal,
anteriores y superiores a toda autoridad, la cual, en consecuencia, no los crea, sino que los
descubre, no los otorga sino que simplemente los reconoce, porque tiene que reconocerlos. De
allí que sólamente el ser humano, de carne y hueso, pueda ser el verdadero titular de esos
derechos; determinado en el artículo 1.2 de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos. Sentencias 972-90, 2665-94

principio de dignidad de la persona humana, valor espiritual y moral inherente a la persona, que
se manifiesta singularmente en la autodeterminación consciente y responsable de la propia
vida y que lleva consigo la pretensión de respeto por parte de los demás. Estrechamente
relacionado con el libre desarrollo de la personalidad y los derechos a la integridad física y
moral, a la libertad de ideas y creencias, al honor, a la intimidad personal y familiar, y a la
propia imagen; y que es universal, al no caber ninguna excepción ni discriminación, en tanto ha
de permanecer inalterado, cualquiera que sea la situación en que la persona se encuentre -
aplicable por igual a los procesados, condenados, absueltos, reo, y por supuesto, a los sujetos
que únicamente hayan sido detenidos por las autoridades administrativas, sin que esa
detención motive una causa penal en su contra-, constituyéndose de este modo, en un mínimo
invulnerable que todo estatuto jurídico debe asegurar, de modo, sean unas u otras las
limitaciones que se impongan en el disfrute de los derechos individuales, no conlleven
menosprecio para la estima que, en cuanto ser humano, merece toda persona. Sentencias
9576-05, 5605-06, 1389-07, 9112-07, 10285-08

Esta Sala ha desarrollado en múltiples ocasiones el contenido de la libertad como derecho


fundamental, inseparable de la dignidad de la persona humana, básica para la efectividad de
otras libertades públicas y derechos. Por ello la detención se presenta como una excepción a la
libertad, defendida por dos principios: a) La libertad debe ser siempre la regla general y la
detención, la excepción; y, b) la presunción de inocencia, como efecto y consecuencia del valor
fundamental de la libertad. Sentencia 17270-08

“… la Sala se ha referido a la protección especial que merecen las personas con capacidad
diferente de acuerdo a lo dispuesto en el artículo 51 de la Constitución Política y lo
señalado en la Ley número 7600, que existe una protección especial para que éstas
puedan desenvolverse normalmente dentro de la sociedad en igualdad de
condiciones y en resguardo del principio de dignidad humana…” Sentencia 15770-11

La libertad personal es una libertad pública (libertad-límite), un derecho fundamental,


inseparable de la dignidad de la persona humana, básica para la efectividad de otras libertades
públicas. Sentencia 1749-12

“Con base en este criterio técnico, la Sala tiene por acreditado que existe una amenaza
demostrada a la salud y bienestar de los toros por utilizar en la actividad de marras, lo que a su
vez vulnera los derechos a un ambiente sano y ecológicamente equilibrado, así como la
dignidad. Como se indicó supra, la inclusión de los animales dentro del concepto de ambiente
se hace con base en el papel que estos juegan en el desarrollo de la vida humana, que los
hace merecedores de protección y un trato digno.” Sentencia 4620-12

“para esta Sala los alcances del principio de reserva legal deben ser entendidos en este caso,
de la siguiente manera, la regulación del ejercicio de la libertad de experimentación clínica –
libertad que involucran derechos tales como el derecho a la vida, la dignidad humana y el
derecho a la salud- está reservada al legislador. Lo mismo respecto del derecho a disponer de
su propio cuerpo para someterlo a experimentaciones científicas, la regulación de su ejercicio
queda librada al legislador. En reiterada jurisprudencia constitucional se ha considerado que el
régimen de los derechos y libertades fundamentales, es materia de reserva de la ley; por esta
razón, un tema como la experimentación con seres humanos, que incluye derechos tan
importantes y esenciales como la vida, la salud, la dignidad y la intimidad de los seres
humanos, exige su regulación mediante una ley, no sólo porque se encuentra previsto dentro
del sistema de libertad que garantiza el artículo 28 de la Constitución Política, sino que,
además, se trata de un principio material que forma parte del régimen democrático, condición
que le da un rango intrínsecamente fundamental (ver en este sentido, sentencias número 2002-
01764 de las 14:37 horas del 20 de febrero del 2002 y número 2008-017305 de las 14:58 horas
del 19 de noviembre del 2008, así como el voto 13.605-2009). El principio de reserva legal no
sólo garantiza la libertad frente al resto de los ciudadanos, sino que constituye una garantía de
control frente al poder público (ver voto 1635-90), que en el caso de la experimentación clínica
con seres humanos, exige que su regulación, autorización, limitación y control, provenga de la
cámara legislativa, que es a quien le corresponde proteger o intervenir los derechos
fundamentales del ciudadano.”Sentencia 1668-10

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