Escolar Documentos
Profissional Documentos
Cultura Documentos
Enron se constituyó en 1985 por la fusión de las empresas Houston Natural Gas e Inter North.
Kenneth Lay, presidente de la ex Houston Natural Gas y luego presidente de Enron, dirigió a la
compañía casi desde su creación hasta poco tiempo antes de su estrepitosa caída. La empresa
originalmente se dedicaba a la administración de gasoductos dentro de los Estados Unidos,
aunque luego expandió sus operaciones como intermediario de los contratos de futuros y
derivados del gas natural y al desarrollo, construcción y operación de gasoductos y plantas de
energía, por todo el mundo, convirtiéndose rápidamente en una empresa de renombre
internacional.
La empresa ENRON con tan solo 15 años creció pasando de ser una empresa pequeña firma
de gas en Texas, hacer el séptimo grupo empresarial de mayor valor en Estados Unidos, con
más de 30000 empleados en más de 40 países, habiendo superado los 100 billones de dólares
de facturación en el año 2000.
(Mulder, 2001, pág. 16) Según el libro de Mulder y Ortiz Afirma que ‘‘la ética en la medida en
que seamos capaces de analizar los comportamientos observables en sus relaciones
generadas, en las pautas apreciables y en las cualidades subyacentes, constituye la única guía
posible de crecimiento para garantizar que la actuación es un presente turbulento anticipa un
mejor posicionamiento en el futuro. La ética no solo busca describir lo que ya ha sucedido,
también aspira a seguir un marco capaz de presidir la actualización de las personas y
lógicamente las de estas en las organizaciones’’
Nos queda claro que Enron no lo llevo a practica la ética de hacer el bien en su empresa y por
eso lo llevo a la quiebra ya que cometió muchos errores por alterar los números de los estados
financieros y así ocultar los pasivos de la empresa. Las consecuencias fueron catastróficas y
también tuvieron problemas legales, crisis financiera y hasta que llego a quiebre de la
compañía.
Ahí vemos también que la empresa Enron no tenía una buena sostenibilidad a largo plazo
debido a que los gerentes especularon sobre los precios de las acciones y también se ve que
Enron no aplica el código de ética establecido debido a que no ofrece a sus clientes ni a sus
accionistas información verídica de sus estados financieros, éstos eran ficticios ya que
mostraban altos ingresos financieros y ocultaban sus pasivos.
Enron, cometió varias infracciones éticas en los negocios ya que aprovechó vacíos legales
para sacar el mayor provecho económico que era encubierto por el silencio de auditores,
abogados, autoridades, expertos inversionistas y banqueros quienes propiciaron que el engaño
durase tanto tiempo.
ORIGEN
Enron, es uno de los fraudes empresariales más conocidos en el mundo. El cual se fue a la
quiebra por sus malos manejos contables y financieros, así como la mala administración de
sus recursos energéticos perjudicando a sus accionistas, empleados y empresas vinculadas.
Según (Martínez, 2010, pág. 1) “El término moral se refiere a un conjunto de principios, valores,
patrones de conducta, prohibiciones e ideales de vida buena que conforman un sistema, propio
de un colectivo humano concreto en un determinado momento histórico”. En este caso, la
moral no fue una de los principios que se aplico en esta compañía, ya que se aprovechó del
poder que tenía y de la confianza que depositaban los trabajadores, accionistas y otros para
realizar todo tipo de fraudes. Además de usar para beneficio propio un recurso preciado como
lo es la energía.
En el año 1995 fue fundada ENRON por Kenneth Lay, tras la fusión de Houston Natural Gas e
Inter North, al principio se dedicaban a la administración de gaseoductos y la transmisión de
energía eléctrica. La dirección de ENRON fue cedida a Jeffrey Skilling un tipo innovador que la
convirtió en la sexta compañía mas valorizada de los Estados Unidos.
Tras una serie de malas inversiones en el sector financiero, Andrew Fastow con Jeffrey Skilling
lograron crear siento de empresas especiales con estados financieros falsos Sin embargo,
(Martínez, 2010, pág. 4) señala que, “La ética es un propósito activo de excelencia en la vida”.
Pero, en cierto sentido, Fastow y Skilling sobre valuaron sus ganancias para que la compañía
sea más atractiva para la bolsa, logrando que muchos invirtieran en sus acciones, sin
preocuparles lo poco ético que estaban actuando.
Lo impresionante es que la empresa tenía un grupo de ejecutivos que por medio de lagunas en
la contabilidad e informes financieros falsos lograron maquillar o esconder miles de millones
que la empresa tenía en deudas y pérdidas en general. (Martínez, 2010, pág. 109), señala que
“Responsabilidad significa hacer bien y a tiempo lo que sabemos que nos corresponde sin que
nadie nos lo ordene asumiendo las consecuencia”. Queda claro que los ejecutivos de Enron
utilizaron sus aprendizajes en operaciones negativas que solo beneficiarían a los altos mando
de la compañía.
Pero en 2001 todo fue revelado llevando a juicio a Lay y a Skilling por fraudes. El 02 de
diciembre de ese mismo año, quebró, dejando que más 20,000 trabajadores perdieron sus
empleos, sus fondos de jubilación, sus inversiones, seguros médicos y mucho más. Además,
causo el suicidio del ex ejecutivo que sufrió la presión de los problemas de la empresa.
Para concluir, este suceso fue el detonante que permitió establecer la ley Sarbanes Oxley,
cuyo objetivo es establecer más rígidas y eficientes las normas para evitar que las compañías
realicen fraudes en la bolsa.
Las crisis más difíciles de solucionar son aquellas que surgen por una falta de ética de los
directivos de empresa. Y peor aun cuando esta crisis surge a consecuencia de prácticas
fraudulentas que solo buscan el enriquecimiento propio.
Los controles en cuanto a la gestión de sus dos máximos responsables, Kenneth Lay
(presidente) y Jeffrey Skilling (CEO), no fueron debidamente vigilados por el equipo
directivo de la compañía.
Los medios de comunicación no cuestionaron los resultados económicos que la empresa
publicaba periódicamente. Incluso Enron fue nombrada durante seis años por la
revista Fortune la empresa más innovadora del país.
Es una ley de Estados Unidos del año 2001. También conocida como el Acta de Reforma de la
Contabilidad Pública de Empresas y de Protección al Inversionista, es la ley que regula las
funciones financieras contables y de auditoría y penaliza en una forma severa, el crimen
corporativo.
También es llamada SOX, SARBOX O SOA, la ley toma su nombre del Senador del partido
demócrata Paul Sarbanes y el congresista del partido republicano Michael G. Oxley.
Ésta ley federal de Estados Unidos nace como respuesta a escándalos financieros de algunas
grandes corporaciones, como los de ENRON, TYCO INTERNATIONAL, WORLDCOM Y
PEREGRINE SYSTEMS en el año 2011. Estos escándalos hicieron caer la confianza de la
opinión pública en las empresas de auditoría y contabilidad. En tanto, (Martínez, 2010, pág. 77)
“El Estado tiene la obligación de promover el bien común y, por lo mismo, el derecho de exigir
de sus miembros los medios necesarios para ello”: Se entiende que esta Ley fue promulgada a
causa de los grandes fraudes que se venían realizando por empresas que cotizaban en bolsa y
que eran de “confianza”.
Nace con el fin de monitorear a las empresas que cotizan en bolsa, evitando que las acciones
de las mismas sean alteradas de manera dudosa. Su finalidad es evitar fraudes y riesgo de
bancarrota, protegiendo al inversor.
Esta ley, afecta a todas las empresas que cotizan en NYSE (Bolsa de Valores de Nueva York),
así como a sus filiales.
Bibliografía
Martínez, H. (2010). Responsabilidad Social y ética empresarial (Primera ed.). Bogotá: Ecoe
Ediciones.
El caso Enron nos ayuda a comprender las operaciones que están en la génesis de una
burbuja especulativa y la cadena de fraudes que corroe el sistema hasta que este colapsa. Se
menciona muchas veces al Titanic, los botes salvavidas, los atrapados en el barco y los
ahogados en el mar; se repite la misma historia en Enron y sus directivos, que solo les
importaba salvarse ellos y los demás a su suerte. La quiebra de Enron dejó a 20.000 personas
sin trabajo, y con 2.000 millones de dólares en pérdidas de pensiones y jubilaciones no
pagadas.
Es importante por lo tanto al momento de dirigir una empresa tener una visión amplia y de
conjunto que ocasiona tener cuidado de las implicaciones de las acciones y decisiones a la luz
de la ética, considerando a todos los involucrados y buscando el bienestar de la empresa en el
largo plazo.
La falta de ética, de los directivos involucrados generan prácticas contables que manipulan las
utilidades, llevando al límite la contabilidad “Mark to market” y ocultando información mediante
la compleja red de SPE’s. Adicional a todo ello, los directivos aprovecharon información
confidencial para salvar sus intereses personales.
SPE’s (Special purpose entities) son compañías afiliadas, establecidas para tomar proyectos
muy específicos y limitados por lo que tienen actividades restringidas. Se utilizan para disminuir
el riesgo de los inversionistas, aislando algunos proyectos de la compañía.
En definitiva, las faltas de Enron son consecuencia directa de la conducta no ética de sus altos
directivos y su falta de honestidad y transparencia, que es crucial para el trasfondo de
confianza que sustenta las operaciones en el mercado de capitales.
Ética en la empresa
Dentro del ámbito de los negocios, el comportamiento ético consiste en tener en mente que es
lo importante y esencial en última instancia, y que no lo es, que sirve al conjunto de las metas
de nuestra carrera y que no, que es parte del negocio y que está prohibido en el negocio,
incluso cuando está en juego el incremento de las utilidades.
La razón de peso por la que la calidad ética de las acciones de la empresa resulta relevante
reside en que los valores éticos de una organización que influyen considerablemente en su
capacidad de desempeñarse eficazmente.
Muchos son los que sostienen que es el punto de vista de la eficacia empresarial, el
comportamiento ético no causa diferencia alguna y hasta manifiestan que a menudo las
organizaciones honradas no logran el éxito en los negocios mientras que quienes hacen a un
lado el comportamiento ético, son las más lucrativas.
La gran apuesta al respecto consiste en considerar a la ética como un factor que de manera
individual contribuye positivamente al éxito de una empresa. De manera preliminar podemos
afirmar que el comportamiento ético:
+ Es difícil de imitar y por lo tanto puede aportar una ventaja competitiva sostenida. No
productos y servicios, eficientes sistema de producción enfocados a la reducción de costos,
estrategias de mercadotecnia, maquinaria con tecnología de punta, son factores que pueden
proporcionar en un momento dado una ventaja competitiva. Sin embargo, La reputación,
confianza, dedicación a los empleados, dado que derivan del hecho que una compañía se
dirige de manera ética, son factores que además de ser altamente deseable, resultan muy
difíciles de imitar por lo que constituye una ventaja competitiva que perdura.
Según Ildefonso Camacho Laraña en su libro Ética de la empresa 6a, indica un punto
importante para gestionar una empresa:
Las ciencias de la dirección señalan insistentemente que el proceso directivo requiere una serie
de destrezas y exige del profesional ciertas habilidades, algunas de las cuales ofrecen
aspectos más técnicos (y, por consiguiente, susceptibles de ser enseñados y aprendidos,
mediante el estudio) y otros menos “racionalizables”, que más tendrían que ver con el “arte” o
con las capacidades innatas de liderazgo. Con todo, el proceso directivo, viene conformado por
tres grandes funciones, interconectadas entre sí (“planificación”, “organización” y “control”),
sobre las que se anclan una serie de “tareas continuas”, menos racionalizables tales como:
formulación del propósito, análisis de problemas, tomas de decisiones, comunicación,
motivación, liderazgo, negociación, innovación, creatividad, responsabilidad ética, etcétera. Se
trata, por lo demás, de un proceso dinámico y abierto.
Detectar necesidades
Fijar con precisión el objetivo
Establecer alternativas
Elaborar los planes concretos.
Obviamente, el punto más relevante desde el punto de vista ético en esta gran función directiva
está en la definición y articulación de los objetivos. Es éste un aspecto de gran importancia,
que nos lleva a hacer las siguientes consideraciones. En primer lugar, nunca se debería perder
de vista que los objetivos de la empresa no son ni tienen porqué ser idénticos a los objetivos
particulares de sus directivos, propietarios o de cualquiera de los otros grupos de personas
legítimamente interesados en la misma. Son los objetivos de todos, siendo, de nuevo, aquí, el
todo mayor que la suma de las partes.
En segundo término, los objetivos de la empresa deberían estar enfocados siempre al mundo
de las necesidades de la sociedad en la que aquélla se desenvuelve. Como decíamos en un
capítulo anterior, la empresa, objetivamente, está para atender necesidades y satisfacerlas
adecuadamente. Detectarlas y jerarquizarlas es un complejo asunto de innegable calado ético;
como fomentar el consumismo y el materialismo, al margen del valor añadido, tampoco deja de
ser una grave paradoja que habríamos de ver a quién está beneficiando y a quién perjudica.
¿Qué tipo de sociedad queremos? ¿Qué tipo de relaciones consideramos deseables? ¿Cuál es
el modelo de vida en común que consideramos más humano? En modo alguno la respuesta a
estas cuestiones es ajena a la fijación de objetivos empresariales, ni mucho menos a la
responsabilidad social de la empresa. Por lo que hace referencia al tema de la organización, el
punto central hacia el que hay que dirigir las consideraciones éticas es el del ejercicio del
poder. Y como en la función de control el directivo tiene que enjuiciar los actos y el resultado
del trabajo de los demás, el punto más problemático desde la vertiente ética es el de la justicia
y la objetividad.
A tono con lo que va dicho, cabría proponer siete principios que podrían ser tenidos por
criterios de moralidad en toda la acción directiva. Son los siguientes: (1) legalidad; (2)
profesionalidad; (3) confidencialidad; (4) fidelidad a responsabilidades con- cretas; (5) buena fe;
(6) evitar conflicto de intereses; (7) respeto a la integridad de las personas.
1. EL PRINCIPIO DE LEGALIDAD
Una gestión que aspire a ser considerada como ética, debe partir del firme suelo de la legalidad
vigente y cumplir con ella de manera estricta, no sólo “a la letra”, sino en espíritu. Recuérdese a
́ mos en el capítulo primero acerca de la necesidad de “legalizar” las
este respecto lo que decia
aspiraciones éticas en lo tocante a la dinámica empresarial.
2. EL PRINCIPIO DE PROFESIONALIDAD
Resulta complicado definir precisamente qué es una profesión y más difícil aún acotar en
términos generales los requerimientos éticos de los “profesionales” (HORTAL 2002). Con todo,
no cabe duda de que quienes desempeñan una profesión en nuestro caso, los directivos, están
sujetos a responder ante la sociedad con elevados niveles de competencia técnica, que les
lleve a poner todo su saber y diligencia en sus acciones.
3. EL PRINCIPIO DE CONFIDENCIALIDAD
5. EL PRINCIPIO DE BUENA FE
Quienes desempeñan un papel más o menos importante en el mundo de los negocios y los
que, por razón de su cargo, están en situación de ver aparecer ante sí un potencial conflicto de
intereses, deberían tratar de evitar en lo posible dichas situaciones y no dejar que sus tomas de
decisión se vean mediatizadas por motivos estrictamente personales, siempre que de ahí
derive un per- juicio real o potencial para la propia organización o para los intereses de sus
clientes.
RECOMENDACIÓN
REFERENCIA
-
-