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El Caso de Sansón, del pecado y la vergüenza a una fuerza sobrenatural

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Jueces 16:15-17 NBLH

(15) Así que ella le dijo: “¿Cómo puedes decir: ‘Te quiero,’ cuando tu corazón no está conmigo?
Me has engañado estas tres veces y no me has declarado dónde reside tu gran fuerza.”

(16) Y como ella le presionaba diariamente con sus palabras y le apremiaba, su alma se angustió
hasta la muerte.

(17) El le reveló, pues, todo lo que había en su corazón, diciéndole: “Nunca ha pasado navaja sobre
mi cabeza, pues he sido Nazareo para Dios desde el vientre de mi madre. Si me cortan el cabello,
mi fuerza me dejará y me debilitaré y seré como cualquier otro hombre.”

¿Qué es lo que viene a tu mente cuando oyes la palabra Sansón? Alguna vez escuché a alguien que
dijo: “Sansón es igual a Sonsón”. Podríamos pensar así, tal vez; pero no podremos negar que
alguna vez en nuestra vida nosotros mismos hemos actuado como nos narra la Biblia que actuó
Sansón. Nos encontramos luchando contra nuestra carne y deseos, somos pasionales, las
emociones nos ganan y no podemos vencer al pecado en nuestra vida.

Sabemos que el Espíritu Santo nos ayuda a vencer el pecado; pero vivimos bajo una conciencia en
laque apartamos la realidad del Espíritu Santo y estamos débiles ante esa bestia en nuestras vidas.
Terminamos entregándole el corazón a Dalila y somos presas.

En Jueces 16 nos encontramos con la historia trágica de sansón. ¿Tú quisiera ser como Sansón?
¿Quisieras que alguno de tus hijos se llamara Sansón? No he oído que alguien se llame Sansón
actualmente, bueno si, un día en un circo le llamaban Sansón a uno de los leones; pero hasta ahí.

La vida de Sansón es sobrenatural desde antes que naciera, Dios tenía un plan para él y por eso lo
hizo nacer, sin embargo, Sansón tuvo la oportunidad de ser responsable ante Dios. Dios lo usaría
para terminar con la opresión de los filisteos sobre Israel, sí; pero no sería responsable de los
pecados de Sansón. (Jueces 13:3-5). la Biblia dice que Sansón fue juez sobre Israel (Jueces 15:20) y
que tenía una debilidad muy grande por las mujeres (Jueces 14:14). Era su lado frágil, y es en esa
área donde tomaba las más pobres decisiones de su vida (Jueces 16:1).

Es en el asunto de las debilidades que debemos poner más atención en nuestra vida. Me he
encontrado con personas que dicen: “Soy enojón”, “Soy egoísta”, “Soy mujeriego” y, a veces como
si esto fuera algo digno de reconocimiento o alabanza, se ufanan de sus debilidades. No saben que
es ahí donde el enemigo los toma y procura destruir sus vidas.

Es muy probable que el enemigo esté observando nuestras vidas y de manera estratégica ataque
nuestras debilidades queriendo acabarnos. No olvidemos que el diablo anda como león rugiente
dispuesto a destruirnos y hacer de nuestra vida una piltrafa. En el caso de Sansón, Satanás puso a
Dalila en el camino de Sansón (Jueces 16:4). Los jefes de los filisteos le ofrecieron a Dalila una gran
cantidad de dinero para que hiciera que Sansón viniera a menos y su fuerza acabara. Lo que
sucedió es que satanás tomó la debilidad de Sansón como una manera de llevarlo a maldición.

¿Qué te parece si aprendemos tres cosas de la vida de Sansón? Tres cosas que nos pueden ayudar
para no caer si ponemos la atención adecuada y nos fortalecemos en el poder de Dios. Veamos:

El Pecado de Sansón. El problema de Sansón se dio cuando él hizo a un lado a Dios de su vida. Uno
puede decir es que Sansón tenía áreas débiles y si todos las tenemos entonces hay la posibilidad
que nosotros caigamos también. No, ese no es el argumento, porque la Biblia dice: SI Dios con
nosotros, ¿quién contra nosotros?. El punto es que, efectivamente nosotros no somos dioses ni
somos superfuertes, que somos débiles y frágiles en contra del ataque del pecado; pero que si
dependemos de Dios tenemos espíritu de poder , amor y dominio propio. Entonces, con Dios y
sólo con Dios podremos vencer al enemigo, a la tentación por muy fuerte que venga. Regresando
a Sansón, si, estaba débil y no pudo con Dalila porque su corazón estaba lejos de Dios. Sansón le
dio a conocer lo que había en su corazón a Dalila (Jueces 16:17) y ahí fue donde perdió todo. Sile
das tu corazón al pecado, las consecuencias serán devastadoras. Acuérdate que toda decisión trae
consecuencias.

Tenemos la tendencia hacia el pecado. Génesis 6:5; Proverbios 20:9; Jeremías 17:9

Cuando hablamos del pecado, sabemos que éste no empieza por fuera, sino que de adentro
mismo, eso dijo el Señor Jesús en Marcos 7:21-22.

El pecado empieza en nuestros corazones (Santiago 1:12-15) y encuentra sus raíces en la


incredulidad (Hebreos 3:12-13). Es por eso que Dios nos dice que sobre toda cosa guardada
guardemos nuestros corazones. (Proverbios 4:17). Nosotros le damos nuestro corazón a aquello
que amamos y adoramos. Por eso no podemos servir a dos amos. No podemos servir a Cristo y
decir que amamos las riquezas. Nuestros corazones deben estar enfocados a Cristo y sólo a Cristo.
(Romanos 10:9)
Sansón permitió que su corazón se llenara de pecado, así como Judas Iscariote permitió que su
corazón se llenara de amor al dinero para traicionar a Jesús, Sansón amó a Dalila traicionando a
Dios y su llamado. ¿Quién es el amo de nuestros corazones? (Romanos 6.16).

Lo más triste en Sansón fue que dijo: Jueces 16:20 NBLH

(20) Ella entonces dijo: “¡Sansón, los Filisteos se te echan encima!” Y él despertó de su sueño, y
dijo: “Saldré como las otras veces y escaparé.” Pero no sabía que el SEÑOR se había apartado de
él.

Sansón no sabía que ya Dios no estaba con él. Esto es lo que hace el pecado con nosotros, nos
perdemos al grado que no nos damos cuenta que ya Dios se apartó de nuestro camino. Así hay
muchas iglesias y personas que piensan que están en Dios; pero no están en Dios, ya el Señor no
les visita y las consecuencias serán catastróficas. Cuando sansón entregó su corazón, se entregó al
pecado.

La Vergüenza de Sansón. El pecado siempre te lleva a vergüenza. En el caso de Sansón su pecado


le trajo vergüenza a Dios, ya que le dio la gloria al enemigo con sus decisiones. (Jueces 16:23-24).
Nuestros pecados le dan gloria al enemigo. Cuando la gente comete pecado, los dioses de este
mundo son los que se glorifican.

De ser el juez de Israel, Sansón cayó hasta ser un esclavo de los filisteos (Jueces 16:25). Su pecado
le trajo ceguera y esclavitud (Jueces 16:21). Alguien que no ve (falta de visión, ceguera, estupidez),
pudiendo hacerlo y que es esclavo de una adicción, lo es, por la simple y sencilla razón de que está
en pecado y ha dejado de darle la gloria a Dios.

Esto es lo que sucede cuando abrimos el corazón al pecado, llegamos a ser ciegos y esclavos. Por
fuera nos podríamos ver muy bien; pero por dentro estamos inmersos en lujuria, envidias, orgullo,
egoísmo y amargura. Por fuera asistimos a la iglesia, vamos a las reuniones de oración, cantamos
las alabanzas, levantamos nuestras manos y decimos Amén cuando un predicador dice algo
interesante; pero por dentro nuestros corazones están infestados de malldición porque amamos
nuestros pecados. Vemos pornografía, llenamos nuestros ojos de lujuria y tenemos exceso de
televisión. Ya no leemos nuestra Biblia, pasamos tiempo en el mundo. Confesamos con nuestras
bocas que amamos a Jesús; pero por dentro amamos al mundo. (Santiago 4:4; 1 Juan 2:15-17)

Dios sabe lo que hay en nuestro corazón, lo ve. (2 samuel 11:27). Dios vio el corazón de Sansón y
que éste se había decantado por Dalila y no por Dios. Diosle permitió a Sansón que siguiera lo que
había en su corazón. El pecado de Sansón trajo vergüenza a Sansón y al nombre de Jehová (Isaías
59:2). Lo que nos dice que el pecado no sólo te afecta a ti sino a los que están a tu alrededor
también.

La fuerza sobrenatural de Sansón. La fuerza de Sansón no provenía de su cabello, sino de Dios. Su


cabello sólo representa su voto nazareo como señal de su devoción a Dios (Números 6:1-8). El
Espíritu de Dios le dio esa fuerza extraordinaria (Jueces 13:25; 14:6; 15:14). Sansón fue rapado
para vergüenza propia.

Sansón sabía y ahora tenía que reconocer que el origen de su fuerza era Dios, él y solamente él
(Dios), podría darle la victoria sobre los filisteos, por eso oró para que Dios le diera una vez más
fuerzas (Jueces 16:28). Ahora Sansón quería darle la gloria a Dios y vencer a sus pecados. Dios le
responde dándole fuerza sobrenatural para que saliera vencedor y matara así a los filisteos,
muchos más de los que había matado durante toda su vida. (Jueces 16:30). Sus últimos momentos
fueron de más gloria que ninguno otro en su vida y no pudo verlo. ¿Es necesario estar ciegos y en
los últimos minutos de tu vida para obedecer a Dios?

La única manera en que podemos salir victoriosos sobre nuestro pecado y enemigos es
dependiendo del Espíritu Santo. El Espíritu santo nos da poder para ser testigos de Jesús (Hechos
1:8) para hablar y para tener vidas ejemplares. En Hebreos 12:14 vemos que debemos seguir la
santidad porque no podremos ver a Dios si no somos santos. Pienso que nos hemos equivocado
pensando que el asunto de la santidad se refiere a que no debemos hacer ciertas cosas. NO, la
santidad es algo muy profundo por lo cual vivir, tiene que ver en cómo hacemos las cosas que sí
hacemos. Si yo me declaro una persona fiel a Dios, entonces estoy haciendo un voto y un
compromiso equivalente al del nazaerato. Eso implica que Jesús lo es todo para mí en mi vida.
(Colosenses 3:1-3) Jesús es mi Señor y Dios. (Juan 20.28) ¿Cómo llamarle Señor a Dios y no hacer lo
que Él me dice que haga? Lucas 6:46-49.

Vale recordar a David y pedir tener un corazón como el de él. (Salmos 51:10). Si, pidámosle que
pueda crear en nosotros un corazón limpio. Que nuestro corazón de piedra se haga de carne
(Ezequiel 36:25-26) para Su gloria, por su Gracia.

Sansón lo hizo, le dio la victoria a su pueblo sobre los filisteos y lo vemos enla lista de Hebreos 11
como un héroe de la fe. Hebreos dice que Sansón fue uno de los que sacó fuerzas de ninguna. Esta
es mi oración, que puedas tener las fuerzas para vencer al pecado y darle la gloria a Dios, que seas
hallado fiel y no en deshonestidad para con Dios. Sansón vino de ser un débil a ser un hombre
fuerte realmente;pero en Dios. ¿Quieres tener fuerza sobrenatural?

Conclusión. Para vencer al pecado, requieres de la gracia de Dios. (Tito 2:11-12). Ninguna persona,
por muy fuerte que sea, puede vencer al pecado por su propia fuerza y lejos de Dios. Necesitamos
aborrecer nuestros pecados, odiarlos y clamar a Jesús que limpie nuestros corazones, que los
examine y vea. (Salmos 19:14). (1 Corintios 10:31)

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