EL TIEMPO LO PONE DIOS

Hebreos 9:27 Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola
vez, y después de esto el juicio.

INTRODUCCION: la muerte está establecida por Dios, pero nosotros no nos acostumbramos y no nos
acostumbraremos porque cuando fuimos creados por Dios, Dios puso en nosotros la eternidad
Eclesiastés 3:11 Todo lo hizo hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón
de ellos, sin que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios desde el
principio hasta el fin.

1. El tiempo lo pone Dios:

Job 14:5 Ciertamente sus días están determinados,

Y el número de sus meses está cerca de ti;
Le pusiste límites, de los cuales no pasará.

Mat 25:13 Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de
venir.
¿Cómo DEBEMOS ALENTARNOS?
2. ¿O cómo debemos pasar este trago amargo?
3. ¿O cómo debemos pasar este día malo?
Con la esperanza que nos veremos junto con Cristo:
1Tesalonicenses 4:14-18 Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá
Dios con Jesús a los que durmieron en él.
15 Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos
quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron.
16 Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios,
descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero.
17 Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados
juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos
siempre con el Señor.
18 Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras.

Esa esperanza produce en nosotros

2Corintiso 4:17 Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez
más excelente y eterno peso de gloria.

Que esta tribulación no nos derrumbe, no nos tumbe al piso. Que no nos quite el ánimo, que no nos
agarre el espíritu de depresión. El mal consejero te dice: Ya todo se acabó, hasta aquí llego todo
Pero la palabra de Dios te dice: Que por el contrario produzca en nosotros un cada vez más
excelente y eterno peso de gloria.